Tras la guerra comercial, es hora de evaluar una nueva era para el comercio y la cooperación mundiales

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ETFs ETPs renta variable julio
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A medida que se calma la última oleada de aranceles y parece que la mayoría de los anunciados están destinados a perdurar en lugar de ser «invitaciones a negociar» (con Suiza y la India como principales excepciones), es hora de resumir el nuevo orden mundial comercial, económico y geopolítico que está surgiendo de las cenizas del antiguo.

Para ser claros, seguiremos viendo cambios, amenazas y «acuerdos» en el futuro, pero parece que ahora nos encontramos en un periodo algo análogo al otoño de 2021, cuando el pánico inicial por la pandemia de COVID-19 dio paso a una perspectiva más pragmática. Aunque se seguían vigilando de cerca el número de casos, las tasas de hospitalización y la eficacia de las vacunas —al igual que hoy se siguen vigilando los aranceles recíprocos, los aranceles sectoriales y las promesas de inversión—, la conversación ya no estaba dominada por un único tema y los inversores podían tener una visión más general del entorno en desarrollo.

¿Trump ganó?

Puede ser difícil de admitir, pero el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, parece haber logrado lo que pocos creían posible: imponer aranceles enormemente desequilibrados sin apenas represalias. Es un «resultado» de 15 % a 0 %, incluso en el caso de los «mejores acuerdos», como los firmados con Japón o la Unión Europea, y además recibió titulares impresionantes como incentivo adicional. (Dicho esto, no está claro si las inversiones de 600 000 millones de dólares y los 750 000 millones de dólares en energía acordados con la UE, por ejemplo, serán diferentes en su ejecución a los términos acordados con China en el primer mandato de Trump, que simplemente nunca se materializaron. Si se llevaran a cabo, las inversiones a esta escala en una economía que ya funciona casi a plena capacidad podrían ser menos eficientes y más inflacionistas).

Al amenazar con tipos tan altos que probablemente habrían empujado a los propios Estados Unidos y a varios de sus socios comerciales a la recesión (especialmente en el caso de represalias generalizadas), al mezclar el comercio con muchas cuestiones no relacionadas —sobre todo, por ejemplo, el contexto de seguridad de la UE o Japón— y al eliminar uno a uno a sus oponentes comerciales, que no lograron coordinarse en un dilema del prisionero de manual, Trump logró reordenar unilateralmente las reglas del comercio mundial.

Los mercados financieros se rebelaron inicialmente y le obligaron a cambiar de rumbo el 9 de abril. Sin embargo, durante la pausa de 90 días que siguió, la probabilidad de una recesión y de inestabilidad financiera en Estados Unidos pareció disminuir. Salvo un breve episodio con China, no hubo represalias significativas por parte de los socios comerciales. Fundamentalmente, el «Big Beautiful Bill» se aprobó en una forma más favorable para el mercado de lo que se temía inicialmente, menos irresponsable desde el punto de vista fiscal y sin riesgos para la estabilidad financiera, como sanciones a los titulares extranjeros de activos estadounidenses. Aunque sigue habiendo preocupación por el impacto a largo plazo del aumento de la deuda estadounidense, los mercados se han vuelto más optimistas con respecto a los aranceles estadounidenses. En lugar de una probabilidad al 50 % de recesión, los inversores volvieron a reevaluar el crecimiento estadounidense, que podría descender un 1,5 % en los próximos dos o tres años, pero amortiguado por un estímulo de aproximadamente un 1 % procedente del proyecto de ley, financiado en parte por los ingresos arancelarios, en un contexto de inflación que aumentará aproximadamente un 2 % durante el mismo periodo.

¿Estados Unidos ha salido perdiendo?

Aunque se trata de una gran victoria política para Trump, la economía estadounidense y, en especial, su motor principal, el consumidor estadounidense, podrían ser los grandes perdedores de este nuevo acuerdo comercial. Podría decirse que las decisiones políticas tomadas por Estados Unidos en los últimos cuatro meses han supuesto un esfuerzo de redistribución de la riqueza de los estadounidenses comunes y corrientes hacia los estadounidenses ricos y las grandes empresas. Son los consumidores estadounidenses, y predominantemente la parte más pobre de la población, con altas tasas de consumo, quienes pagarán en mayor medida los aranceles, principalmente en forma de una mayor inflación a largo plazo. En muchos casos, también renunciarán al acceso a la asistencia sanitaria, mientras que los ricos se beneficiarán de una reducción permanente de los impuestos de sociedades. Las medidas populares, como las exenciones fiscales para las propinas, no cambian significativamente esta ecuación, sino que son más bien simbólicas en proporción.

Con la publicación el 1 de agosto de los datos sobre nóminas, y especialmente las revisiones de los dos meses anteriores, también parece que el daño económico de cuatro meses de grave incertidumbre ha sido mayor de lo que se suponía. La caída de la tasa de crecimiento del mercado laboral es significativa si se sitúa en su contexto histórico (Anexo 1). El crecimiento del empleo en Estados Unidos rara vez ha caído tan bajo —a unos 35 000 nuevos puestos de trabajo al mes, según las estimaciones— sin entrar en territorio negativo y significar una recesión.

Estos datos se suman al crecimiento algo débil del PIB en el segundo trimestre. Si bien la cifra general se mantuvo en una tasa anualizada del +3 %, esto se debió principalmente a distorsiones en el calendario de importaciones y exportaciones. El crecimiento del «PIB básico» de las ventas finales a compradores privados nacionales ha experimentado un descenso continuo durante tres trimestres. Su último valor fue del +1,2 % anualizado, lo que también es un nivel que rara vez se alcanza, salvo en el preludio de una recesión (gráfico 2). Las excepciones recientes, en las que el crecimiento del PIB subyacente cayó por debajo del 1,2 % pero no hubo recesión, se produjeron en 2022 y a finales de 2018, que fueron momentos difíciles para los activos de riesgo.

¿Ha perdido Estados Unidos aliados?

Aunque el régimen arancelario de Trump evolucionara, sus repercusiones podrían sentirse durante algún tiempo. El carácter unilateral de los «acuerdos» y la humillación sufrida por los líderes nacionales plantean la pregunta de cuáles serán las consecuencias económicas de la paz comercial a largo plazo.

Las lecciones aprendidas en los últimos cuatro meses permanecerán en la memoria de los socios comerciales de Trump, lo que, como mínimo, fomentará el deseo de reducir la exposición y la dependencia de los Estados Unidos. Quizás también traten de unirse a otros y busquen venganza. Transformar un mundo en el que la mayoría de los actores clave eran aliados comprometidos de los Estados Unidos en uno habitado por antagonistas, en solo cuatro meses, sería una pérdida asombrosa de poder blando.

Los ataques contra aliados en el extranjero también han ido acompañados de una campaña interna contra las instituciones independientes. Trump despidió al director de la Oficina de Estadísticas Laborales después de que el informe sobre el empleo de julio revelara que el crecimiento del empleo se había estancado. También ha atacado a la Reserva Federal (Fed). Estas incursiones corren el riesgo de erosionar aún más la confianza de los mercados financieros y las instituciones de Estados Unidos.

Esto nos lleva a una pregunta clave, que se hace urgente debido a este deterioro a largo plazo: si Estados Unidos se acercara a una recesión, ¿con qué arsenal cuenta para combatirla? La ratio deuda/PIB se sitúa en el 120% y el déficit presupuestario ha sido del -6 % anual, mientras que la inflación está expuesta a una presión alcista inusual debido a los aranceles, incluso en un escenario de desaceleración. Los responsables políticos estadounidenses podrían enfrentarse a dos opciones poco envidiables: una austeridad estricta que prolongaría la duración y la gravedad de la desaceleración, o dejar que la inflación supere el objetivo mientras se monetizan los estímulos fiscales. La segunda opción, que requeriría una Fed más complaciente que la actual, podría abrir la puerta a una estanflación a largo plazo.

Tras un repunte a corto plazo, podría ser prudente adoptar un enfoque selectivo con respecto a EE. UU.

Si los datos macroeconómicos de EE. UU. siguen siendo, como mínimo, ambiguos a corto plazo, las acciones mundiales y quizá incluso las estadounidenses podrían beneficiarse. Además de la disminución de la incertidumbre, existen factores positivos en muchas regiones, como el crecimiento de los beneficios empresariales, los estímulos fiscales alemanes y los vientos favorables de la política monetaria.

Sin embargo, a medio plazo, podría haber argumentos más sólidos para adoptar una posición más selectiva con respecto a EE. UU., tanto en renta variable como en divisas. Los inversores de EE. UU. y de todo el mundo siguen sobreponderando los activos estadounidenses, especialmente la renta variable, y estas acciones siguen cotizando con valoraciones elevadas, no solo en las empresas innovadoras en crecimiento, sino en todos los sectores. Esto supone un punto de partida incómodo. Una desaceleración de la economía estadounidense, sin un margen fiscal suficiente para adoptar las medidas adecuadas, sería un escenario difícil de gestionar.

A corto plazo, parece que la apuesta de Trump por los aranceles no ha afectado a las perspectivas de los activos de riesgo. A largo plazo, al poner fin a un periodo de liberalización e integración comercial mundial que ha durado décadas, es posible que haya introducido una serie de riesgos complejos que los inversores tendrán que sortear en los próximos años.

 

 

Artículo escrito por Andreas de Maria Campos, jefe de equipo de Asignación Activa Minorista y director de Investigación de asignación de Renta Variable en Allianz GI.

Preparados si hay un giro de los bancos centrales con renta fija de retorno absoluto

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BNP24 renta fija retorno absoluto
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¿Pueden generarse retornos consistentes sin depender de un solo mercado y en un entorno de incertidumbre de tipos? El equipo que gestiona el BNP Paribas Global Absolute Return Bond expone en este análisis de qué manera el fondo volvió a responder afirmativamente en julio. Los expertos de la gestora explican su posicionamiento para captar valor y protegerse si los bancos centrales cambian de rumbo.

El fondo tiene un objetivo de rentabilidad de ESTR +2,5% anual (bruto de comisiones), busca preservar capital y limitar caídas.

 

Claves del mes: qué funcionó y qué no

  • Impulsores: posición en structured securities (incl. MBS de agencias de EE. UU.) y bonos locales emergentes (Colombia, Rumanía).
  • Lastres: la cartera de divisas (corta USD) y algunas estrategias de tipos (por ejemplo, flatteners en Australia, steepeners europeos).
  • Contexto: la T-Note 10 años cerró 4,37% (+15 puntos básicos frente al mes de junio); la de 2 años, ~4 % (+24 puntos básicos). Duración del fondo: +2,63 años. Activos bajo gestión: 867 millones a cierre de agosto frente a 796 millones de euros a 31 julio 2025

Un ancla defensiva

El fondo busca preservar capital y limitar caídas a menos del -2,5% a 12 meses consecutivos. Se gestiona con duración baja/negativa flexible (en un rango de -3 a +3 años) para proteger la cartera ante subidas de tipos.

 

Diversificación en marcha

La estrategia emplea estrategias de renta fija global e invierte en distintos sectores y geografías para conseguir descorrelación. El objetivo es evitar la dependencia a un único tema y obtener una cartera diversificada y resiliente.

Utiliza derivados con flexibilidad y combina inputs cualitativos y cuantitativos para mejorar la relación rentabilidad/riesgo. El equipo favorece valores con elevada ratio de sharpe (retorno ajustado al riesgo). Las dos máximas del fondo son captar oportunidades y preservar el capital.

Perspectivas y posicionamiento

En el corto plazo creemos que la política monetaria en EE.UU. se mantendrá restrictiva, el consumo muestra señales de debilitamiento y el mercado laboral comienza a dar señales de debilitamiento. Esperamos menor crecimiento y entre dos o tres recortes por parte de la Fed hacia final de año para apoyar al mercado laboral y al crecimiento. Observamos un ciclo más profundo de recortes por parte del Banco de Inglaterra.

El fondo mantiene un posicionamiento defensivo, con sesgo a duración en Reino Unido y preferencia por los MBS frente al crédito investment grade (IG) y exposición selectiva a tipos locales de los mercados emergentes. En crédito europeo (IG/HY) se mantiene corto direccional por las elevadas valoraciones.

¿Por qué importa?

La cartera ofrece una solución diversificada, baja correlación con la renta fija tradicional y preservación de capital (objetivo de caída máxima a 12 meses consecutivos de -2,5%) en un entorno con spreads ajustados y riesgos geopolíticos. julio mostró resistencia. Su posicionamiento actual busca proteger en escenarios de crecimiento más débil y capturar carry donde hay valor.

En definitiva, está diseñado para ofrecer un recorrido de rentabilidad más suave en ciclos volátiles. Su enfoque global sin restriccionesle permite identificar las estrategias más atractivas, maximizar la diversificación y así explotar mejor la dispersión entre los distintos mercados de renta fija.

Qué podemos aprender de los astronautas acerca de la gestión pasiva

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Janus Henderson Carlota Rico
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En una reunión reciente con un cliente, se planteó una pregunta habitual:

«Desde que empecé mi carrera oigo los argumentos alcistas a favor de los gestores activos, pero aún no ha sucedido. ¿Van a llegar a rendir más algún día los gestores activos?»

Seguramente se identifican con esta opinión muchos profesionales de inversión que empezaron sus carreras después de 2008. El mercado actual refleja este sentimiento: las estrategias pasivas ahora representan más de un 50% del mercado de renta variable estadounidense, un incremento importante con respecto a principios de la década de 2010, en que ascendían a menos de la mitad de ese nivel. En la práctica, el dominio de la gestión pasiva podría ser aún mayor si se incluyen los activos de las carteras de closet indexing (teóricamente fondos de gestión activa, pero que siguen muy de cerca un índice) y otras estrategias diseñadas con un tracking error mínimo.

¿Van a llegar a rendir más algún día los gestores activos? Si una acción vale más que mil palabras, entonces la respuesta colectiva del mercado general es que «no». Si fuera así, entonces se ha producido un cambio fundamental. El motivo debe ser uno de los dos siguientes: o bien ha habido una erosión permanente de las competencias de inversión, o bien las ineficiencias del mercado que antes espoleaban la gestión activa han desaparecido por completo.

Qué es el alfa: competencias y amplitud

Para entender el alfa, hay que repasar el principio fundamental de la gestión activa. Este principio estipula que la ratio de información de un gestor (una medida del valor añadido) depende de su coeficiente de información (que representa su competencia) y la raíz cuadrada de las oportunidades de inversión (que representa el abanico de oportunidades). En pocas palabras, el alfa se genera por una combinación de la selección de valores y la variación en las rentabilidades de las acciones.

Erosión de las competencias o falta de amplitud del mercado

En términos históricos, las competencias de los gestores de carteras, como otras habilidades humanas, se regían por una distribución normal, con un rango de rentabilidades en torno a la media del mercado. Desde principios de los 2010, esta distribución pasó a estar cada vez más sesgada, con pocos gestores activos que superaran sistemáticamente sus índices de referencia. Los críticos suelen atribuir esto a una erosión estructural de las competencias, con el argumento de que los avances tecnológicos han eliminado las ventajas de información que antes tenían algunos.

Si bien este argumento parece plausible, ya que, sin duda, la tecnología ha propiciado que se pueda acceder mucho más fácilmente a información, creo que se trata más de una coincidencia, no de una relación causal. La información no es más que una agregación de datos o hechos. La sabiduría, el principal componente de las competencias de un gestor, es producto de la experiencia y de unos profundos conocimientos. Representa la capacidad de sintetizar, inferir y tomar unas buenas decisiones a partir de información agregada. Como dijo una vez el poeta inglés William Cowper: «El conocimiento es el alimento del alma, pero la sabiduría es el sabor». Aunque la brecha en materia de información se ha reducido y quizá incluso se ha cerrado, la brecha en materia de sabiduría sigue siendo notable. La capacidad de transformar conocimientos en información útil seguramente aún es amplia, a pesar de la rentabilidad dudosa de los gestores activos en los últimos 15 años.

Si no se debe a una erosión de las competencias, ¿podría ser por el abanico de oportunidades? La dispersión de las acciones o amplitud del mercado reviste un carácter cíclico. En vez de profundizar en gráficos que muestren unas medidas del riesgo idiosincrásico inferiores a lo normal o unos niveles elevados de correlación entre pares de acciones debido a factores externos, este concepto puede explorarse a través de una óptica más intuitiva, aunque tal vez poco convencional.

Los viajes en el espacio y la amplitud del mercado: un paralelismo notable

Pensemos en los astronautas en el espacio. En un entorno sin gravedad durante un periodo prolongado, sus músculos empiezan a atrofiarse; sus cuerpos requieren una carga y, sin ella, pierden densidad ósea. Los efectos de una atmósfera sin gravedad son tan serios que, cuando vuelven a la Tierra, hay que levantar y sacar a los astronautas de la cápsula de retorno, y luego tienen que seguir un entrenamiento intenso durante semanas para reparar los músculos atrofiados.

Las tasas de interés desempeñan un papel similar a la gravedad en la economía. Actúan como una resistencia a la carga, lo que crea disparidades de rentabilidad entre las empresas más aptas y las que lo son menos. Cuando la demanda de capital supera la oferta disponible, o cuando hay más prestatarios que ahorradores, el coste del capital aumenta y eleva la tasa a la que se eliminan ideas de inversiones potenciales, por lo que se descartan los proyectos menos viables. Y a la inversa: cuando la oferta de ahorro supera la demanda de capital, las tasas de interés caen, lo que incrementa el atractivo de las distintas oportunidades de inversión. Esta dinámica ayuda a la sociedad a alcanzar un equilibrio al asignar el capital a los proyectos con una verdadera utilidad económica. Sin este mecanismo de resistencia, similar a la atrofia de los músculos en un entorno sin gravedad, el capital no se asigna de acuerdo con la utilidad que genera.

Si bien unas tasas de interés inferiores a la media durante la década de 2010 seguramente estaban justificadas por un exceso de ahorro y una disminución de la demanda de capital productivo, los bancos centrales distorsionaron la tasa natural del mercado de capitales hasta unos mínimos históricos. Esto se vio aún más agravado por los billones de dólares de estímulos fiscales durante la pandemia. Este periodo en que no había fricciones, instaurado por los responsables de políticas, prolongó la vida de algunos proyectos de inversión y negocios que, de otro modo, se habrían considerado insostenibles o se habrían liquidado por completo. Esta prevención artificial de la resistencia y, por ende, de la pérdida de capital suprimió la amplitud del mercado, en nuestra opinión. Desde esta perspectiva, las tribulaciones de los gestores activos cualificados han sido cíclicas y, posiblemente, impuestas artificialmente.

Con la vista puesta en el futuro: vuelven las oportunidades

Si bien no disponemos de datos sobre el futuro, hay varios factores que apuntan a un posible cambio. Las empresas ahora se enfrentan a unos costes mucho más altos de la mano de obra, el capital y los bienes que en la década de 2010. Incluso si los bancos centrales tratan de socializar las pérdidas de capital con más bajadas de los tipos, los alarmantes déficits fiscales y la reactivación del mercado de renta fija podrían actuar como una nueva fuerza de gravedad esta vez.

Las cosas son muy distintas con respecto a los años 2010, y estos cambios comportarán unos resultados económicos y de explotación divergentes de las empresas. Las empresas que ofrezcan unos productos o servicios que los clientes realmente quieran y necesiten podrán capear mejor estos cambios subiendo los precios o ganando cuota de mercado. No obstante, las empresas cuyas ofertas pasen a ser obsoletas debido a los nuevos competidores y la inteligencia artificial se enfrentarán a una realidad distinta. Esta divergencia podría derivar en el aumento de la amplitud del mercado y podría alterar el sesgo actual en la rentabilidad de los gestores activos.

 

Artículo escrito por Robert M. Almeida, gestor de Carteras y estratega de Inversión Global en MFS Investment Management

M&G Investments actualiza la estrategia de su Global Dividend Fund ante las perspectivas económicas para la segunda mitad de 2025

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Horos AM Juan Luis Fresneda
Foto cedidaStuart Rhodes, gestor del M&G (Lux) Global Dividend Fund en M&G Investments

En los primeros seis meses de 2025 no han faltado las sorpresas. DeepSeek, el «Día de la Liberación» y la reforma fiscal en Alemania fueron algunos de los desarrollos que capturaron la atención de los inversores y provocaron movimientos en los mercados. El predominio de las Siete Magníficas se puso en duda, los aranceles impuestos por EE. UU. redefinieron las relaciones de comercio global y Europa se convirtió en el mercado de mejor comportamiento en un mundo previamente ensimismado con el excepcionalismo americano. La volatilidad se disparó hasta niveles que no veíamos desde la pandemia de COVID-19, pero el pánico generalizado no tardó en disiparse. Los mercados de renta variable repuntaron con fuerza desde sus mínimos, resarciéndose de la mayor parte de las pérdidas que sufrieron en un marzo y abril turbulentos.

Como inversores en dividendo, tenemos la suerte de contar con un objetivo claro en plena avalancha de noticias: nuestra firme concentración en el crecimiento del dividendo para aportar un año tras otro un flujo de renta creciente a nuestros clientes. Los dividendos pueden ofrecer cierto grado de certidumbre en un mundo incierto, y el efecto de capitalización compuesta de la reinversión de repartos crecientes ha contribuido a la rentabilidad total* a largo plazo gracias a una combinación de crecimiento de la renta y del capital.

Con el crecimiento del dividendo como nuestro principio rector, posicionamos nuestras carteras de cara a un abanico de escenarios potenciales. El ensanchamiento del mercado (caracterizado por una rotación desde las Siete Magníficas a otras acciones) ha sido una bendición para muchos inversores activos, pero mantener la disciplina es esencial: no podemos permitirnos ser complacientes en torno a las valoraciones asignadas por el mercado a algunas de nuestras tenencias de mejor comportamiento. La valoración y los fundamentales siguen siendo los factores determinantes de nuestra toma de decisiones, y vemos áreas atractivas en las que reinvertir nuestros beneficios, sobre todo en sectores más sensibles a la coyuntura económica.

Por mucho que queramos que continúe el actual régimen bursátil, no podemos dar por sentado el motor que supone la creciente amplitud del mercado. El reciente repunte, liderado por las Siete Magníficas, supuso un recordatorio revelador de que estos exponentes de la nueva economía todavía tienen una gran influencia.

El sector tecnológico tal vez no ofrezca las mayores rentabilidades por dividendo del mercado, pero sí brinda amplias oportunidades de crecimiento del dividendo. Microsoft, con su historial ejemplar de subidas consistentes de su reparto, lleva mucho tiempo en la cartera y es uno de sus pilares de cara a repuntes tecnológicos; el único cambio a lo largo de los años ha sido el tamaño de esta posición. Durante el bajón del mercado elevamos significativamente la ponderación de la acción, lo cual nos permitió beneficiarnos del repunte subsiguiente.

Meta Platforms, una adición más reciente a la cartera juega un papel similar a la hora de proteger la rentabilidad. Con el anuncio de su dividendo inaugural el año pasado, la propietaria de Facebook e Instagram entró en el universo de inversión de la estrategia de crecimiento del dividendo y diversifica nuestra exposición a la nueva economía.

En el otro extremo, debemos estar preparados para superar cualquier temor de recesión, sobre todo ahora que el impacto de los aranceles sigue sin estar claro. Desde el verano de 2024 hemos elevado la exposición a acciones defensivas de calidad, al mejorar sus valoraciones tras un brutal descenso de sus múltiplos.

No obstante, continúa siendo crucial mantener un enfoque selectivo, ya que el segmento de calidad de la cartera debe seguir cumpliendo su objetivo designado: ser totalmente fiable en los entornos más complicados. Por consiguiente, nuestras posiciones en calidad deben ser sumamente defensivas u ofrecer valoraciones excelentes para proteger frente a cualquier caída potencial. Las oportunidades que vemos en varias empresas de talla mundial nos parecen alentadoras, y estamos aprovechando puntos de entrada atractivos que no veíamos desde hace muchos años.

Navegar mercados inciertos requiere flexibilidad para poder afrontar múltiples condiciones de mercado. De igual manera que distintas áreas de la cartera muestran buen comportamiento en fases diferentes, también ofrecen oportunidades de compra en momentos distintos. Creemos que respondiendo a estas oportunidades sembramos las semillas de nuestra rentabilidad en el futuro, respaldados por la base sólida de un dividendo creciente.

 

 

Artículo escrito por Stuart Rhodes, gestor del M&G (Lux) Global Dividend Fund en M&G Investments.

 

 

 

 

* Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras.

Qué podemos aprender de los astronautas sobre la gestión pasiva

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Janus Henderson Carlota Rico
Pixabay CC0 Public Domain

En una reunión reciente con un cliente, se planteó una pregunta habitual:

«Desde que empecé mi carrera oigo los argumentos alcistas a favor de los gestores activos, pero aún no ha sucedido. ¿Van a llegar a rendir más algún día los gestores activos?»

Seguramente se identifican con esta opinión muchos profesionales de inversión que empezaron sus carreras después de 2008. El mercado actual refleja este sentimiento: las estrategias pasivas ahora representan más de un 50% del mercado de renta variable estadounidense, un incremento importante con respecto a principios de la década de 2010, en que ascendían a menos de la mitad de ese nivel. En la práctica, el dominio de la gestión pasiva podría ser aún mayor si se incluyen los activos de las carteras de closet indexing (teóricamente fondos de gestión activa, pero que siguen muy de cerca un índice) y otras estrategias diseñadas con un tracking error mínimo.

¿Van a llegar a rendir más algún día los gestores activos? Si una acción vale más que mil palabras, entonces la respuesta colectiva del mercado general es que «no». Si fuera así, entonces se ha producido un cambio fundamental. El motivo debe ser uno de los dos siguientes: o bien ha habido una erosión permanente de las competencias de inversión, o bien las ineficiencias del mercado que antes espoleaban la gestión activa han desaparecido por completo.

Qué es el alfa: competencias y amplitud

Para entender el alfa, hay que repasar el principio fundamental de la gestión activa. Este principio estipula que la ratio de información de un gestor (una medida del valor añadido) depende de su coeficiente de información (que representa su competencia) y la raíz cuadrada de las oportunidades de inversión (que representa el abanico de oportunidades). En pocas palabras, el alfa se genera por una combinación de la selección de valores y la variación en las rentabilidades de las acciones.

Erosión de las competencias o falta de amplitud del mercado

En términos históricos, las competencias de los gestores de carteras, como otras habilidades humanas, se regían por una distribución normal, con un rango de rentabilidades en torno a la media del mercado. Desde principios de los 2010, esta distribución pasó a estar cada vez más sesgada, con pocos gestores activos que superaran sistemáticamente sus índices de referencia. Los críticos suelen atribuir esto a una erosión estructural de las competencias, con el argumento de que los avances tecnológicos han eliminado las ventajas de información que antes tenían algunos.

Si bien este argumento parece plausible, ya que, sin duda, la tecnología ha propiciado que se pueda acceder mucho más fácilmente a información, creo que se trata más de una coincidencia, no de una relación causal. La información no es más que una agregación de datos o hechos. La sabiduría, el principal componente de las competencias de un gestor, es producto de la experiencia y de unos profundos conocimientos. Representa la capacidad de sintetizar, inferir y tomar unas buenas decisiones a partir de información agregada. Como dijo una vez el poeta inglés William Cowper: «El conocimiento es el alimento del alma, pero la sabiduría es el sabor». Aunque la brecha en materia de información se ha reducido y quizá incluso se ha cerrado, la brecha en materia de sabiduría sigue siendo notable. La capacidad de transformar conocimientos en información útil seguramente aún es amplia, a pesar de la rentabilidad dudosa de los gestores activos en los últimos 15 años.

Si no se debe a una erosión de las competencias, ¿podría ser por el abanico de oportunidades? La dispersión de las acciones o amplitud del mercado reviste un carácter cíclico. En vez de profundizar en gráficos que muestren unas medidas del riesgo idiosincrásico inferiores a lo normal o unos niveles elevados de correlación entre pares de acciones debido a factores externos, este concepto puede explorarse a través de una óptica más intuitiva, aunque tal vez poco convencional.

Los viajes en el espacio y la amplitud del mercado: un paralelismo notable

Pensemos en los astronautas en el espacio. En un entorno sin gravedad durante un periodo prolongado, sus músculos empiezan a atrofiarse; sus cuerpos requieren una carga y, sin ella, pierden densidad ósea. Los efectos de una atmósfera sin gravedad son tan serios que, cuando vuelven a la Tierra, hay que levantar y sacar a los astronautas de la cápsula de retorno, y luego tienen que seguir un entrenamiento intenso durante semanas para reparar los músculos atrofiados.

Los tipos de interés desempeñan un papel similar a la gravedad en la economía. Actúan como una resistencia a la carga, lo que crea disparidades de rentabilidad entre las empresas más aptas y las que lo son menos. Cuando la demanda de capital supera la oferta disponible, o cuando hay más prestatarios que ahorradores, el coste del capital aumenta y eleva el tipo al que se eliminan ideas de inversiones potenciales, por lo que se descartan los proyectos menos viables. Y a la inversa: cuando la oferta de ahorro supera la demanda de capital, los tipos de interés caen, lo que incrementa el atractivo de las distintas oportunidades de inversión. Esta dinámica ayuda a la sociedad a alcanzar un equilibrio al asignar el capital a los proyectos con una verdadera utilidad económica. Sin este mecanismo de resistencia, similar a la atrofia de los músculos en un entorno sin gravedad, el capital no se asigna de acuerdo con la utilidad que genera.

Si bien unos tipos de interés inferiores a la media durante la década de 2010 seguramente estaban justificados por un exceso de ahorro y una disminución de la demanda de capital productivo, los bancos centrales distorsionaron el tipo natural del mercado de capitales hasta unos mínimos históricos. Esto se vio aún más agravado por los billones de dólares de estímulos fiscales durante la pandemia. Este periodo en que no había fricciones, instaurado por los responsables de políticas, prolongó la vida de algunos proyectos de inversión y negocios que, de otro modo, se habrían considerado insostenibles o se habrían liquidado por completo. Esta prevención artificial de la resistencia y, por ende, de la pérdida de capital suprimió la amplitud del mercado, en nuestra opinión. Desde esta perspectiva, las tribulaciones de los gestores activos cualificados han sido cíclicas y, posiblemente, impuestas artificialmente.

Con la vista puesta en el futuro: vuelven las oportunidades

Si bien no disponemos de datos sobre el futuro, hay varios factores que apuntan a un posible cambio. Las empresas ahora se enfrentan a unos costes mucho más altos de la mano de obra, el capital y los bienes que en la década de 2010. Incluso si los bancos centrales tratan de socializar las pérdidas de capital con más bajadas de los tipos, los alarmantes déficits fiscales y la reactivación del mercado de renta fija podrían actuar como una nueva fuerza de gravedad esta vez.

Las cosas son muy distintas con respecto a los años 2010, y estos cambios comportarán unos resultados económicos y de explotación divergentes de las empresas. Las empresas que ofrezcan unos productos o servicios que los clientes realmente quieran y necesiten podrán capear mejor estos cambios subiendo los precios o ganando cuota de mercado. No obstante, las empresas cuyas ofertas pasen a ser obsoletas debido a los nuevos competidores y la inteligencia artificial se enfrentarán a una realidad distinta. Esta divergencia podría derivar en el aumento de la amplitud del mercado y podría alterar el sesgo actual en la rentabilidad de los gestores activos.

 

Artículo escrito por Robert M. Almeida, gestor de Carteras y estratega de Inversión Global en MFS Investment Management

Grey Capital es el primer asesor de inversión aprobado por la CMF como enrutador de órdenes en Chile

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Edmond de Rothschild Asset Management  lanza el fondo BRIDGE IV
Pixabay CC0 Public DomainPexels. Edmond de Rothschild Asset Management lanza el fondo BRIDGE IV

La compañía chilena Grey Capital se convirtió en el primer multi-family office aprobado por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) bajo la figura de enrutador de órdenes, según anunció en un comunicado.

«Esta autorización, ya reflejada en la plataforma del regulador, marca un precedente para el negocio multi-family en Chile y consolida a la firma como referente en asesoría financiera independiente en la región», dijeron desde la firma, que tiene presencia en México y Colombia y franquicias en los mercados de Argentina, Perú, Brasil y Centroamérica.

El rol de Enrutador de Órdenes en la Ley Fintech de Chile

Los enrutadores de órdenes son instituciones encargadas de recibir y canalizar órdenes de terceros para la compra o venta de instrumentos financieros, redirigiéndolas hacia sistemas alternativos de transacción, intermediarios de valores o corredores de bolsas de productos, todos ellos regulados por la CMF. Para esto, las compañías tuvieron que presentar al regulador una declaración técnica detallada sobre su funcionamiento y acreditar la capacidad operacional en sus sistemas. Con este marco, la CMF refuerza la transparencia y la confianza en el mercado financiero, en línea con la Ley Fintech.

Grey Capital ha anunciado un fuerte crecimiento en la incorporación de banqueros y asesores financieros, con un aumento del 40% en su equipo de asesores Wealth en el último mes y una proyección de alcanzar 500 millones de dólares en activos para el primer semestre del 2026.

Los asesores que operen bajo la marca Grey Capital estarán supervisados por la CMF y por su lado el regulador recibe garantías de que el modelo opera bajo un compliance robusto y transparente, en beneficio directo de los clientes.

New Mountain Capital recluta a Carlo Lombardo como Head of Business Development para Latam

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New Mountain Capital Carlo Lombardo
LinkedInCarlo Lombardo, Head of Business Development para Latam de New Mountain Capital

Incorporando sus años de experiencia en inversiones alternativas, la gestora especializada New Mountain Capital reclutó a Carlo Lombardo para sus filas. El profesional, basado en Ciudad de México, se incorporó a la firma con el cargo de Head of Business Development para Latam.

El ejecutivo informó del cambio a través de su perfil de LinkedIn. “Espero contribuir al continuo éxito de la firma y trabajar junto con un grupo tan talentoso de profesionales”, indicó en su publicación, celebrando los “nuevos inicios”.

Este cambio llega después de cinco años y nueve meses de trayectoria en LarrainVial. Lombardo alcanzó el cargo de Head para México del grupo de matriz chilena. Anteriormente, trabajó como Head of Alternatives de la compañía, donde actuó como responsable de liderar todos los procesos de levantamiento de capital en las Américas, incluyendo EE.UU., Chile, Colombia, Brasil, Perú, México, Uruguay y Panamá.

El profesional también trabajó como Head of Private Equity and Venture Capital Investments en Profuturo, a cargo de las inversiones de la Afore en estas clases de activos entre 2018 y 2020.

Fuera del ámbito de los alternativos, Lombardo también se desempeñó como Senior Associate de BlackRock, entre 2016 y 2018, y como trader de derivados de tasas de interés de Banco Santander México, entre 2013 y 2016.

Fundada en 1999 en Nueva York, New Mountain Capital es una firma dedicada a las inversiones alternativos, con tres grandes líneas de estrategias: private equity, crédito privado y activos inmobiliarios net lease.

El private equity mantiene rendimientos estables en un trimestre volátil, con valuaciones relativamente constantes

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Private equity rendimientos estables
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El private equity mantiene rendimientos estables en un segundo trimestre volátil, con valuaciones relativamente constantes en los negocios propiedad de PE, según la firma global de inversión en mercados privados HarbourVest Partners, que publicó su benchmark trimestral de desempeño en private equity, donde sostiene también que, en PE, el sector financiero fue quien tuvo el mejor desempeño en el primer trimestre de 2025, seguido por el industrial; ambos superaron al mercado global de adquisiciones (global buyout).

La firma, con más de 147.000 millones de dólares en activos bajo gestión al 31 de marzo de este año, dio a conocer su medición, que utiliza 45 años de datos y análisis exclusivos a nivel de transacción en private equity, abarcando 64.000 inversiones y 3.000 asociaciones, con más de 3,7 billones de dólares de capital privado invertido, para realizar proyecciones en tiempo real del mercado.

Las proyecciones del benchmark del segundo trimestre son estimaciones destinadas a brindar una idea direccional sobre el desempeño del private equity frente a otras clases de activos. Las cifras finales de rendimiento del 2T no estarán disponibles hasta que las firmas subyacentes publiquen sus propios informes trimestrales, generalmente 60 a 90 días después del cierre de cada trimestre, según la información difundida por HarbourVest.

Principales hallazgos en las proyecciones trimestrales

El private equity mantiene rendimientos estables en un trimestre volátil, con valuaciones relativamente constantes en los negocios propiedad de PE. Los resultados proyectados para 2T 2025 son:

Global Buyout: 6,1% de retorno, comparado con 11,7 % (real) del índice MSCI ACWI Total Return.

US Buyout: 3,4% de retorno, comparado con 8,1% (real) del índice Russell 2000 Total Return.

US Venture Capital: 7% de retorno, comparado con 18% (real) del índice NASDAQ Composite Total Return.

Para el benchmark global de adquisiciones de HarbourVest: en el 1T 2025, el sector financiero fue el de mejor desempeño, seguido por el industrial, ambos superando al mercado general. En contraste, salud, consumo, servicios de comunicación, materiales, tecnología y energía quedaron rezagados, aunque registraron retornos positivos modestos.

Aunque los mercados públicos siguen recuperándose de la volatilidad de 2022 y superan a otras clases de activos en un horizonte de 1 año, los mercados privados han superado consistentemente a los públicos en períodos de 5 y 10 años, agregó la firma.

“A pesar de un trimestre volátil que presenció un frenesí en los mercados públicos tras los aranceles anunciados el 2 de abril, el private equity continuó brindando un desempeño estable para los inversionistas”, señaló Scott Voss, director general y estratega senior de mercados en HarbourVest Partners.

“Para los inversores con un horizonte de largo plazo, la estabilidad y el rendimiento sostenido del private equity siguen siendo evidentes gracias a su histórica capacidad de superar al mercado”, añadió.

Argentina: todos los escenarios están abiertos después del revés electoral de Milei

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Argentina escenarios electorales
Buenos Aires, Pexels, Matheus de Moraes Gugelmim

El lunes fue una jornada negra en el mercado argentino después de la derrota del gobierno de Javier Milei en las elecciones de la provincia de Buenos Aires, que concentra cerca del 40% del electorado del país. Pero esta vez no cabe esperar una de esas turbulencias pasajeras ligadas a la política, fuera cual fuera el resultado, los analistas venían advirtiendo de la falta de sosteniblidad del modelo de intervención a favor del peso.

Al cierre del mercado este lunes 8 de septiembre el riesgo país superaba los 1.000 puntos, las acciones argentinas cayeron tanto en el mercado local como en Nueva York y el dólar oficial subía hasta los 1425 pesos. Era la respuesta esperada a la victoria peronista (Fuerza Patria) en Buenos Aires, que con 47,28% de los votos superó los pronósticos de los sondeos. La Libertad Avanza de Milei obtuvo el 33,71%.

La elección en la provincia era vista como un test antes de las legislativas del 26 de octubre, comicios de los que depende la gobernabilidad del país. Faltan 50 días interminables.

El problema de las reservas

Para sostener el peso fuerte y controlar el dólar, el gobierno Milei viene interviniendo el tipo de cambio, lo cual resulta en una falta de capacidad para recomponer las reservas del Banco Central (exigencia del FMI y otros acreedores) y lo que es peor, en una disminución continua de esas reservas.

A falta de los últimos datos oficiales, los analistas consideran que las reservas netas del Tesoro rondan los 1.000 millones de dólares y las reservas líquidas del Banco Central rondan los 20.000 millones de dólares. En los días previos a las elecciones las autoridades “quemaron” unos 400 millones de dólares, seguros de que la ecuación ganadora para las elecciones era mantener el peso fuerte para controlar la inflación. El resultado del domingo desmintió esta tesis y cambió la ecuación.

En sus primeras reacciones después de la derrota, Javier Milei aseguró que mantendrá su política: “Quiero decirles a todos los argentinos que el rumbo por el que fuimos elegidos no cambiará; se va a reforzar”.

Luis Caputo, ministro de Economía, ratificó el mensaje: “No habrá cambios económicos. Ni fiscales, ni monetarios, ni cambiarios.”

“Soltar” el dólar, vuelta al cepo, ¿otro default para Argentina?: todos los escenarios están abiertos

La jornada del lunes ha estado plagada de informaciones sobre los próximos pasos a seguir. El consenso del mercado señala que Milei mantendrá la política de disciplina fiscal que ha llevado a cabo hasta la fecha. El rumbo monetario genera mayores incógnitas. Ante la escalada del dólar, algunos analistas, como Martín Rapetti, de la consultora Equilibra, piensan que el sistema de bandas de flotación creado el pasado mes de abril a petición del FMI ha terminado. En este escenario se liberaría totalmente el dólar, una medida de consecuencias desconocidas en Argentina.

Esta no es la visión de los analistas de Morgan Stanley, que pronostican una política monetaria todavía más restrictiva para controlar la inflación de aquí al 26 de octubre. En este escenario habría que esperar mucha volatilidad en las próximas semanas.

Por su lado, la firma Adcap señala que si se llega al techo superior de la banda cambiaria (es decir, que sube el dólar), el gobierno podría reintroducir los controles de cambio, el famoso cepo.

Los analistas de Wells Fargo ven una tormenta en formación: «Consideramos que la probabilidad de que la Argentina retroceda hacia otro período de crisis cambiaria y default soberano era más elevada de lo que inicialmente pensábamos».

EE.UU.: El 56% de los banqueros privados ya integra IA en la gestión de patrimonios

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IA en gestión de patrimonios
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Los bancos privados están aumentando con rapidez el uso de inteligencia artificial (IA) en la gestión de patrimonios, tanto para la construcción de carteras como para la asignación de activos, según el informe The Cerulli Report—U.S. Private Banks & Trust Companies 2025. En la banca privada, la integración está aún más avanzada, con un 56% que ya la utiliza y un 80% que prevé hacerlo hacia 2027, de acuerdo a la misma fuente.

Ahora, un 42% de los asesores bancarios afirma emplear capacidades de IA en su práctica, pero se espera que la cifra alcance el 77% en los próximos dos añosAunque la adopción generalizada aún no es una realidad, las principales entidades ya utilizan estas herramientas para ofrecer a los asesores una experiencia más personalizada y difícil de replicar.

“Los asesores pueden aprovechar las herramientas habilitadas por la IA para personalizar aún más las cuentas de los clientes, atendiendo necesidades y objetivos, tolerancias al riesgo y requisitos de liquidez, así como optimizando los resultados fiscales”, dijo Matt Zampariolo, analista de investigación de la consultora internacional.

La inteligencía artificial puede hacer muchas cosas, desde modelos de lenguaje capaces de procesar grandes volúmenes de textos hasta análisis de datos de inversión en tiempo real basados en ciencia de datos compleja, capaces de generar recomendaciones de compra y venta con alto nivel de convicción. Además, la IA se emplea tanto en la gestión directa de carteras con estrategias automatizadas como en el asesoramiento de riesgos y herramientas de optimización.

“Cerulli cree que las prácticas bancarias ágiles deberían evaluar su integración actual y futura de herramientas de IA de terceros que puedan conducir a una mayor productividad de los asesores y mejores resultados para los clientes”, agregó Zampariolo. 

Sin embargo, los costos elevados siguen siendo el principal obstáculo. Un 55% de los ejecutivos señala este factor como la principal razón que frena la adopción tecnológica. A bastante distancia, también mencionan la falta de experiencia de los asesores y las preocupaciones en torno a la seguridad de los datos.