Morgan Stanley IM lanza su estrategia de secundarios en formato ELTIF

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​​Morgan Stanley Investment Management (MSIM) ha anunciado el lanzamiento del fondo Ashbridge (Ashbridge Private Equity Secondaries ELTIF), una estrategia que se centra en Secundarios GP-Led Single Asset, buscando invertir en empresas del middle market, junto con gestores de capital privado, principalmente en Norteamérica y Europa.

“Creemos que el fondo ofrece una oportunidad para que los inversores obtengan exposición específica a uno de los segmentos de mayor crecimiento del mercado secundario, aprovechando al mismo tiempo las fortalezas de la plataforma Morgan Stanley. Gracias a nuestra importante capacidad de búsqueda y a nuestras sólidas relaciones con los GPs, creemos que el fondo puede identificar oportunidades de inversión en empresas del middle market con un buen rendimiento en carteras de capital privado existentes”, ha señalado Mercedes Fernández Elias, directora de Inversiones del equipo de Secundarios en Europa

Según explican desde la gestora, el fondo busca invertir en empresas resilientes de mercados estables, incluyendo el mercado intermedio-bajo, aprovechando la solidez y la profundidad de la plataforma Morgan Stanley Private Credit & Equity y la firma Morgan Stanley.

Además, destacan que con la estructura ELTIF cerrada, los inversores elegibles pueden invertir a través de suscripciones trimestrales durante el período de levantamiento de capital y beneficiarse de oportunidades de mercado y rentabilidad tradicionalmente reservadas para inversores institucionales.

Carmignac presenta su nuevo fondo multiactivo para batir la inflación a lo largo del ciclo

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Carmignac ha anunciado el lanzamiento del fondo Carmignac Portfolio Inflation Solution, destinado a inversores de toda Europa. Según explica, este vehículo llega tras su éxito en el Carmignac Lab, donde se desarrollan los nuevos productos con capital interno antes de su presentación a clientes.

El objetivo del fondo Carmignac Portfolio Inflation Solution es ofrecer rentabilidad positiva con respecto a la inflación en un horizonte de cinco años. Según destacan, también aspira a diversificar la asignación tradicional en el contexto de un posible regreso de un régimen inflacionista cíclico causado por la evolución demográfica y las tendencias geopolíticas y comerciales mundiales. 

Los cogestores del fondo prevén que este nuevo régimen macroeconómico, cuyo origen sitúan en 2021, se desarrolle a lo largo de varias oleadas y tenga consecuencias importantes para la inversión y la asignación de activos. En particular, ven probable que los activos sensibles a los tipos de interés muestren debilidad de forma intermitente debido a la tendencia al alza de los tipos prevista en los próximos años. El equipo concluye que este entorno pondrá en entredicho las operaciones de consenso.

Sobre el nuevo vehículo

Se trata de un fondo multiactivo que invierte en distintas clases de activos, incluidas las materias primas, con el objetivo de batir la inflación a lo largo del ciclo. Gestionado por un equipo experimentado de gestores de fondos multiactivos de Carmignac formado por Frédéric Leroux, Christophe Moulin y Pierre-Edouard Bonenfant, el fondo adopta un proceso de inversión en tres etapas.

Desde la gestora explican que, en primer lugar, se compone una asignación core para reflejar la visión estratégica de los gestores acerca de la evolución del panorama inflacionista. En segundo lugar, el fondo está permanentemente expuesto a los precios futuros mediante swaps de inflación. Por último, el equipo gestiona posiciones tácticas cruzadas para aprovechar las oportunidades de mercado a corto y medio plazo.

“Esta flexibilidad permite a los gestores amortiguar, potenciar o diversificar los catalizadores de rentabilidad de la cartera core en función de la situación de la inflación en el ciclo, así como aumentar el potencial de rentabilidad. El resultado es una estrategia que se adapta a un entorno inflacionista más volátil, que alterna periodos de subida de precios con desinflación.

Desde su lanzamiento en el Carmignac Lab en diciembre de 2023, el fondo ha generado una rentabilidad del 15,27%, frente al 3,25% del índice de referencia”, destacan desde la gestora. 

A raíz de este nuevo lanzamiento, Frederic Leroux, gestor de fondos y responsable de Multiactivo, ha comentado: “Tras varias décadas de desinflación, las principales tendencias estructurales que influyen en los precios a largo plazo se han invertido de forma simultánea, dando paso a una nueva era de inflación persistente y cíclica. En un entorno de inversión totalmente distinto, se requiere una gestión activa con flexibilidad táctica para aprovechar y gestionar los riesgos de la inflación en todas las fases del ciclo de precios. Carmignac Portfolio Inflation Solution se ha diseñado expresamente con este objetivo. Priorizamos una diversificación que nos permita desafiar el consenso y alejarnos de los mercados que se han beneficiado durante mucho tiempo de la baja inflación para acercarnos a mercados y activos a menudo desatendidos”. 

Desde la gestora puntualizan que el fondo está registrado en Alemania, Austria, Bélgica, España, Francia, Italia, Luxemburgo, Portugal y Suiza.

iM Global Partner y Polen Capital lanzan una estrategia de high yield europeo

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Captación de fondos startups deep tech
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iM Global Partner y su socio Polen Capital han lanzado el iMGP European High Yield Fund, para “ofrecer a los inversores una estrategia que proporcione una ventaja en términos de rentabilidad y una fuente diferenciada de diversificación, en un momento en que se están revisando las asignaciones de cartera a nivel mundial”, señalan.

Subgestionado por Polen Capital, el fondo busca proporcionar una rentabilidad total a los inversores compuesta por un alto nivel de ingresos actuales, junto con una apreciación del capital a largo plazo, invirtiendo en una cartera diversificada de bonos europeos de alto rendimiento. Al menos el 80% del fondo se invertirá en valores de alto rendimiento, con al menos dos tercios con calificación inferior a Baa y denominados en euros.

Según indican, el fondo será gestionado por un equipo que anteriormente fue responsable de gestionar más de 2.000 millones de dólares en activos de alto rendimiento europeos y globales para una reconocida firma del Reino Unido, y que cuenta con una gran experiencia en el alto rendimiento europeo. Ben Pakenham, quien fue jefe de High Yield Europeo y Préstamos Globales en una gestora de activos con sede en el Reino Unido antes de unirse a Polen Capital, será el gestor principal del fondo. El equipo también incluye al cogestor de cartera y al responsable de análisis Adam Tabor, así como a los analistas de investigación Andrew Carrie y Julien Martin.

Mediante un análisis fundamental, el equipo busca identificar valores infravalorados con un margen de seguridad incorporado para construir carteras concentradas con ventaja en rentabilidad. Al mismo tiempo, se mantienen al día del entorno macroeconómico e implementan superposiciones estratégicas para alinear el posicionamiento de la cartera con el contexto económico general.

High yield europeo 

En opinión de la firma, el mercado europeo de alto rendimiento ha madurado significativamente en los últimos 20 años. Actualmente, representa más de 400.000 millones de euros, distribuidos en 800 bonos emitidos por 400 emisores únicos. Con un tamaño aproximadamente un tercio del mercado estadounidense de alto rendimiento, el mercado europeo ofrece a los gestores activos un universo de inversión amplio y líquido que merece consideración dentro de una asignación global de activos.

La firma considera que su nuevo fondo encaja en este contexto y apunta cinco características básicas del vehículo: alta convicción, objetivo de una prima de rendimiento de 75–100 puntos básicos en comparación con el índice; investigación fundamental; perspectiva macro; e integración ESG.

A raíz de este lanzamiento, Julien Froger, director general, Responsable de Europa en iM Global Partner, ha declarado: “Estamos absolutamente convencidos de que este equipo con experiencia, que ha trabajado junto durante un largo período de tiempo, permitirá a todos nuestros inversores acceder a una solución probada. Este equipo opera dentro de un marco sólido, estable y ágil que Polen Capital ha desarrollado y perfeccionado meticulosamente durante décadas. Esta es una incorporación oportuna a nuestra gama de fondos iMGP, ya que los inversores buscan estrategias que ofrezcan diferentes fuentes de rentabilidad, así como productos que diversifiquen sus carteras. Creemos que esta es una propuesta atractiva, dado que las tasas base más altas están proporcionando rentabilidades elevadas en el mercado europeo de alto rendimiento”. 

Por su parte, Ben Pakenham, gestor de cartera en Polen Capital, ha añadido: “Con el equipo aquí en Polen Capital tenemos todas las herramientas necesarias para generar rendimientos absolutos y relativos sólidos, ajustados al riesgo, para nuestros inversores. La gran experiencia y trayectoria del equipo, junto con nuestra política de inversión basada en el análisis y la alta convicción, nos dan la confianza para comprometernos con una prima de rentabilidad a lo largo del ciclo. Para los inversores con horizontes de inversión a largo plazo, nuestro objetivo es convertir este exceso de rentabilidad en retornos superiores, buscando ofrecer pérdidas por defecto mejores o no peores que las del mercado en general. Con el respaldo de nuestra excepcional franquicia de crédito en Estados Unidos, sentimos que tenemos todas las piezas para maximizar los rendimientos para los clientes. Estoy muy entusiasmado de comenzar este camino con Polen Capital e iM Global Partner”.

Perspectivas de mercado: la ruleta de los aranceles sigue girando

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Los aranceles vuelven a ser protagonistas en los titulares, con muchas nuevas tasas anunciadas por la Casa Blanca, y el plazo para negociar el quite o reducción de «aranceles recíprocos» se ha aplazado tres semanas. En abril, el presidente Trump prometió “90 acuerdos en 90 días” con la vista puesta en el 9 de julio. Pero, tal y como recuerda ​​Anthony Willis, Senior Economist de Columbia Threadneedle Investments, EE.UU. solo ha cerrado tres acuerdos desde entonces. 

“La Casa Blanca ha comenzado a enviar cartas a sus socios comerciales notificándoles sus nuevas tasas arancelarias, o ‘acuerdo’, como las denomina Trump, que en la mayoría de los casos parecen repetir los aranceles que se levantaron en el Día de la Liberación”, apunta el experto. Sin embargo, lo que más le llama la atención es que los mercados financieros permanecen tranquilos ante el discurso arancelario, con el S&P 500 alcanzando un máximo histórico la semana pasada. 

La fortaleza de los mercados bursátiles parece deberse a la percepción de que, pese a las amenazas, Trump ladra más de lo que muerde, y que los aranceles acabarán situándose cerca del umbral del 10%, como ocurrió con el Reino Unido y China. No obstante, parece haber cierto grado de complacencia, y la falta de volatilidad en los mercados financieros está envalentonando al presidente para avanzar con aranceles más agresivos. De hecho, el presidente comentó: ‘creo que los aranceles han sido muy bien recibidos… el mercado bursátil alcanzó hoy un nuevo máximo’”, explica Willis. 

Perspectivas sobres los aranceles

El experto de Columbia cree que para algunos países, los aranceles serán significativamente superiores al 10%. “Trump ha declarado que, para la mayoría de los países sin acuerdo, la tasa estará entre el 15% y el 20%. Vietnam, por ejemplo, afronta un arancel del 20%, “menos malo” que el 46% recíproco, pero aún sustancial. Se espera que los acuerdos marco con la Unión Europea e India sean inminentes, aunque Trump ha amenazado con un arancel del 30% para la UE. En el caso de India, ha sugerido un arancel adicional del 10% debido a su pertenencia al grupo BRICS de economías emergentes, que según el presidente fue creado para perjudicarnos. En teoría, esto implicaría un arancel adicional del 10% para cualquier país BRICS. No obstante, Trump ha anunciado un arancel del 50% para Brasil, un fuerte aumento respecto al 10% anunciado en abril (y eso que Brasil mantiene un déficit comercial con EE.UU.)”, apunta en su análisis. 

Otra de las conclusiones de Willis es que se vislumbra la imposición de aranceles sectoriales, con investigaciones comerciales en curso bajo la Sección 232 en sectores como el cobre, la madera, los semiconductores y los productos farmacéuticos. De hecho, la semana pasada se produjo un fuerte repunte en los precios del cobre en EE.UU., tras declarar Trump que se impondría un arancel del 50% a las importaciones de cobre, confirmado posteriormente para el 1 de agosto. Trump también sugirió que el arancel a las importaciones farmacéuticas aumentará gradualmente durante los próximos 18 meses.

“Los aranceles sectoriales adicionales se sumarán a la tasa arancelaria efectiva general, que podría rondar el 20% a comienzos de agosto. Sin embargo, esta cifra es muy variable, y ha oscilado entre el 2,5% y el 26,5% en lo que va de año. La volatilidad de los aranceles, que se sitúan nuevamente en niveles no vistos desde la década de 1930, pone de manifiesto las dificultades para planificar a futuro. No obstante, una tasa en torno al 20% es considerablemente superior a la que descuentan actualmente los mercados, y podría hacer que el sentimiento pase de vaso medio lleno a vaso medio vacío si los aranceles en agosto son más altos de lo asumido”, comenta sobre la idea de los aranceles sectoriales. 

Solidez del mercado financiero

En su opinión, los mercados financieros han mostrado un comportamiento sólido en los últimos meses, llevando al S&P 500, por ejemplo, a máximos históricos y niveles considerados de “sobrecompra”. Además, en Europa, tanto el DAX en Alemania como el FTSE 100 en Reino Unido cotizaron en máximos históricos la semana pasada.

Los fundamentos económicos siguen siendo alentadores, pero en los próximos meses se verá el impacto de los aranceles, una vez que su efecto diferido comience a hacerse notar y las empresas tengan que decidir si asumen el coste adicional o lo trasladan al consumidor. Dado el nivel actual de los mercados, nos preocupa que muchas buenas noticias ya estén descontadas, mientras que los riesgos a la baja por aranceles superiores a lo esperado y la escasez de acuerdos comerciales no están plenamente incorporados en los precios”, explica Willis. 

Su principal conclusión es que nos acercamos a esa época del año en la que los volúmenes de negociación tienden a disminuir por las vacaciones, y los titulares pueden mover el mercado más de lo que deberían. “Seguiremos de cerca la próxima temporada de resultados, así como los datos de inflación, para evaluar el traslado de los aranceles a los precios, y, por supuesto, las tasas arancelarias concretas a medida que se acuerden o impongan en las próximas semanas”, concluye el experto de Columbia Threadneedle Investments.

Ben Pakenham (Polen Capital): “Los spreads de crédito están algo caros, no es algo que nos obsesione”

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Cambios en mercados Trump
Foto cedidaBen Pankenhan, gestor de high yield europeo en Polen Capital.

El mercado de crédito europeo sigue mostrando un comportamiento resistente, a pesar de la estrechez de los spreads. Una cifra que ilustra esta afirmación es que, en junio, se registró la mayor emisión mensual de deuda subinvestment grade europea de la historia, con una oferta de 22.500 millones de euros, superando el récord anterior de junio de 2021. Para Ben Pankenhan, con más de 20 años de experiencia en el sector y gestor especializado en esta clase de activos en Polen Capital, estamos ante un buen momento para el high yield europeo, muestra de ello es la última estrategia que ha lanzado la firma.

Hemos visto un mayor interés por la renta variable europea. En el caso de la renta fija, ¿ha detectado este mismo movimiento o un mayor interés por parte de los inversores?

Sin duda ha habido un movimiento de activos desde EE.UU. y Asia hacia Europa este año, lo cual es evidente tanto en los datos de flujos como en los análisis de valoración. Por ejemplo, en los últimos 5 años, el diferencial de spreads entre los mercados de high yield de EE.UU. y Europa ha promediado 20 puntos básicos, pero hoy ese diferencial es de apenas 10 puntos básicos. Los emisores europeos son conscientes de esta tendencia y buscan aprovecharla. 

¿Cómo describiría el equilibrio actual entre riesgo y rentabilidad en el universo de high yield europeo?

El consenso general es que los spreads de crédito están algo ajustados, y esto también aplica al segmento de high yield. Dicho esto, el contexto actual es relativamente favorable, incluso los emisores más arriesgados pueden acceder al capital a tasas atractivas, lo que tiene un efecto auto-reforzado de reducción del riesgo de impago al extenderse los vencimientos de la deuda. Además, muchas industrias operan en entornos de beneficios en la parte baja del ciclo, lo que significa que el riesgo a la baja puede ser limitado desde estos niveles, con potencial de crecimiento de ganancias a futuro. Finalmente, con una parte significativa del rendimiento proveniente de los bonos gubernamentales, se podría argumentar que hoy existe una cobertura natural dentro de la clase de activo. En caso de que los spreads de crédito se amplíen por un aumento del riesgo de recesión, por ejemplo, cabría esperar que parte de esa ampliación se compense con una caída en los rendimientos de la deuda pública, a medida que se ajusten a la baja las expectativas de tipos de interés.

¿Por qué la renta fija europea, y específicamente el high yield, resulta atractiva ahora mismo? ¿Y seguirá siéndolo si el contexto global afecta negativamente a la economía de la región?

La rentabilidad inicial al invertir en high yield ha demostrado ser un excelente indicador de los rendimientos futuros a largo plazo. Con una rentabilidad cercana al 6% en el mercado europeo, los inversores a largo plazo deberían esperar un retorno acorde. Curiosamente, el mercado ofrecía el mismo rendimiento hace 20 años y ha generado una rentabilidad anualizada cercana al 6%. Esto no se debe a que las pérdidas por impago hayan sido nulas -no lo han sido-, sino a que estamos sistemáticamente sobrecompensados por el riesgo de default y, más importante aún, al efecto del interés compuesto. Más específicamente en Europa, creemos que la región está relativamente protegida frente a riesgos arancelarios, ya que solo una pequeña parte del PIB europeo se exporta a EE.UU.

¿Le preocupa que los spreads estén demasiado ajustados en el segmento de high yield? ¿Cómo afecta esto al papel de los fondos high yield en las carteras de los inversores?

Aunque compartimos la visión de que los spreads de crédito están algo caros, no es algo que nos obsesione. Para empezar, las valoraciones pueden mantenerse caras durante mucho tiempo, pero además, los spreads son solo un componente de la valoración. Los rendimientos en su conjunto siguen siendo atractivos en comparación con los últimos 10 años. Nuestro horizonte de inversión es a largo plazo y alentamos a nuestros clientes a adoptar un enfoque similar, especialmente dado que nuestra filosofía se basa en generar una ventaja en rentabilidad a lo largo del ciclo. Con el tiempo, esa prima de rendimiento se traduce en rentabilidades superiores, aunque a veces se necesita paciencia para que esa ventaja se materialice.

En este sentido, ¿qué podría hacer que los spreads se movieran?

Muchas cosas podrían hacer que los spreads se amplíen, algunas evidentes y otras no. Las que no lo son suelen ser las que provocan una revalorización más significativa y duradera. Nuestro estilo de inversión, basado en una investigación de crédito exhaustiva y reflexiva, con una metodología de alta convicción a largo plazo, hace que intentemos no distraernos con si las valoraciones están caras o con lo que podría provocar una venta masiva en los mercados.

Parece que el BCE se acerca al final de su política de recortes de tipos, ¿qué impacto tendrá esto en los inversores en renta fija?

Es muy difícil saber si estamos o no al final del ciclo de recortes de tipos. Los mercados y los bancos centrales cambian constantemente de opinión sobre la trayectoria de los tipos de interés, y esto no es algo que tengamos muy en cuenta al tomar decisiones de inversión, salvo por el hecho de que las valoraciones se ven afectadas. Me refiero a que hay momentos, como en 2021, en los que las curvas de rendimiento eran muy planas y por tanto el incentivo a asumir riesgo de duración era bajo, y otros, como ahora, donde las curvas son más inclinadas y el incentivo a asumir duración es más evidente.

Según su experiencia, ¿cuáles son las tres claves básicas a la hora de diseñar una estrategia de inversión en high yield europeo?

Primero y ante todo, es importante entender qué se quiere lograr con la estrategia. En nuestro caso, buscamos diseñar carteras que generen rentabilidad superior a largo plazo mediante la identificación de errores de valoración en el mercado. Estos errores suelen dar lugar a una ventaja en rendimiento, que con el tiempo, y una experiencia de defaults que sea mejor o igual a la media, se convierte en sobrerendimiento. Asegurarse de no estar sobreexpuesto a riesgos top-down específicos, como un exceso en un país o sector en particular, es de suma importancia. Por último, tener un horizonte de inversión a largo plazo es crucial, ya que reduce el ruido con el tiempo, permite que las mejores ideas se manifiesten (otra forma de decir que se dé tiempo a que las valoraciones erróneas se ajusten) y reduce significativamente el riesgo de entrar o salir en los peores momentos.

Los grandes inversores planean aumentar la asignación a los mercados privados y estrategias sostenibles durante el próximo año

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BNP Paribas compra negocio depositaría Banco Mediolanum
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Según el último Barómetro Mercer Investments, los grandes inversores consideran que sus carteras están lo suficientemente bien posicionadas como para resistir una amplia gama de riesgos de mercado anticipados en los próximos años. De hecho, creen que sus carteras son, en general, mucho más resilientes que vulnerables a cada una de las cuestiones analizadas. Ahora bien, ¿qué activos quieren añadir a sus carteras para no perder esa resiliencia?

Para entender la respuesta a esta pregunta, es necesario tener en cuenta cuál es el punto de partida de estos inversores y qué visión de mercado tienen. En este sentido, el informe de Mercer señala que la estanflación, la geopolítica y la volatilidad en los mercados públicos son consistentes como los tres principales problemas que los grandes inversores citan como áreas de vulnerabilidad en sus carteras durante los próximos 12 meses y durante los próximos 3 a 5 años.  

Los datos indican que el 78% cree que sus carteras son resistentes a las perturbaciones inflacionistas en los próximos 12 meses. Según explican, esto quizás se refleje en las decisiones de asignación de activos que muchos han tomado en el último año, con casi la mitad ajustando la duración de las asignaciones de renta fija.

El informe sí reconoce que, en un horizonte temporal de tres a cinco años, comienzan a aparecer indicios de una disminución de la confianza en las valoraciones de los mercados públicos. La proporción de grandes inversores que creen que sus carteras son vulnerables a las perspectivas del mercado público aumenta del 16% en los próximos 12 meses al 27% en los próximos tres a cinco años.

Crecimiento, diversificación y preservación del capital

Sobre cuáles son los planes de los grandes inversores para el próximo año, la conclusión es clara: aumentar la asignación a los mercados privados y estrategias sostenibles. En concreto, según el barómetro de Mercer, en 14 de las 19 clases de activos analizadas, estos inversores afirmaron que era más probable que mantuvieran sus asignaciones igual a su posición actual, en lugar de aumentar o disminuir la exposición en los próximos 12 meses. «Las excepciones a esto son la deuda privada, el crédito en mercados desarrollados, la infraestructura y las estrategias de sostenibilidad, donde es más probable que LAOs aumenten las asignaciones en lugar de mantenerlas igual», matiza el informe.

Si nos centramos en su apuesta por los mercados privados, el 69% planea aumentar su asignación a los mercados privados en los próximos 12 meses. Actualmente, el 90% de los grandes inversores tiene al menos alguna asignación a clases de activos alternativos, siendo los más populares real estate (82%), private equity (78%), infraestructuras (75%), deuda privada (71%) y hedge funds (55%).

En cambio, un 39% afirma que aumentará su asignación al crédito privado en los próximos 12 meses, en comparación con el 27% que planea mantener su ponderación actual. Mientras que la proporción que planea mantener su exposición actual de capital privado (34%) es casi igualada por aquellos que planean aumentarla (30%). Un dato llamativo es que «el incremento previsto en infraestructura no es necesariamente a través de mercados privados, también infraestructura listada», explica el informe.

 

Por último, el informe destaca que del pequeño número de encuestados que dijeron que no tenían una asignación a los mercados privados, las razones más comunes citadas fueron la complejidad en torno a la clase de activos, el no alineamiento con sus requisitos de liquidez y la falta de confianza en que los activos ilíquidos puedan valorarse de manera justa.

Gestión ‘In-house’ management vs. ‘outsourcing’

Por otra parte, el barómetro de Mercer ha detectado que existe un patrón claro de grandes inversores que optan por gestionar internamente clases de activos menos complejas y externalizar aquellos que requieren equipos de inversión más especializados. En concreto, indica que la deuda pública (43%), los activos reales (33%) y el crédito con grado de inversión (26%) son las clases de activos con mayor probabilidad de ser gestionadas internamente, junto con la renta variable de los mercados desarrollados (20%).

Por el contrario, la renta variable de mercados emergentes (10%), la deuda de alto rendimiento (8%), la deuda de mercados emergentes (8%) y los fondos de cobertura/rentabilidad absoluta (7%) son las clases de activos con mayor probabilidad de externalizarse a un gestor de inversiones externo. «El 82% de los encuestados externaliza la asignación de inversiones en el mercado privado», matiza.

¿Las small caps pueden destacar en la reorganización del mercado global?

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Grey Capital wealth management expansion
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Ante la oleada de excepcionalismo estadounidense surgida a principios de 2025, se estaba persuadiendo a los inversores para que renunciaran a Europa al creer que se ahogaría por la subida de los aranceles con la estrategia de «América primero» del nuevo presidente de EE. UU., Donald Trump. Hubo pocos que tuvieran el coraje suficiente para afirmar que este podría ser el año en que las acciones europeas generen por fin rendimientos superiores a sus homólogas estadounidenses.

Todo eso cambió en abril, cuando los mercados sufrieron fuertes correcciones después de la conmoción provocada en todo el mundo por el empeño de Trump por redefinir el comercio mundial en el Día de la Liberación. Aunque las valoraciones han remontado desde entonces tras la retractación, negociaciones y suspensiones de los aranceles, muchos inversores se han visto inducidos a analizar detenidamente su cartera y preguntarse si ahora dependen demasiado de EE. UU. para generar ganancias. Los flujos han respondido a esa incertidumbre, por lo que muchos inversores han optado por diversificar en otras regiones y clases de activos, siendo Europa una de las principales beneficiarias de esta menor confianza en EE. UU.

Muchos creen que la volatilidad aumentará a medida que EE. UU. continúe presionando para forzar un reajuste global, ya que generará dudas sobre el rumbo de la política monetaria de los bancos centrales y elevará los riesgos bajistas para el crecimiento económico, en opinión de los inversores. En este entorno, prevemos que oscilaciones regionales (y sectoriales) como esta serán cada vez más frecuentes, pero, ¿hay alguna tendencia clara que podamos identificar?

Trump 2.0

Se esperaba que el segundo mandato del presidente Trump fuera enérgico, y lo cierto es que lo está siendo hasta ahora. Las Bolsas entraron en 2025 con la opinión consensuada de que la administración Trump adelantaría la negociación sobre el comercio y los aranceles, pero lo haría conjuntamente con una agenda más favorable a las empresas.

En cambio, la atención se ha centrado exclusivamente en los aranceles, las negociaciones comerciales, la inmigración y un sorprendente reajuste de la política exterior de Estados Unidos, aunque todo ello con la aparente determinación de garantizar la paz en Ucrania. En cuanto a lo primero, la incertidumbre sobre el efecto de los aranceles en el PIB (y las consiguientes medidas arancelarias de represalia) representa una espada de Damocles en sentido metafórico. El revuelo en torno a los aranceles podría disiparse durante estas treguas iniciales de 90 días a medida que continúan las negociaciones, pero como vimos en EE. UU., podría intensificarse fácilmente una vez más. Lógicamente, el resultado o su impacto es difícil de predecir. Más recientemente, hemos visto a los republicanos de la Cámara de EE. UU. seguir adelante con los radicales planes de rebajas de impuestos ―la «Big Beautiful Bill»— a través de la Conciliación Presupuestaria, lo que podría tener repercusiones importantes en todos los sectores, al suscitar el debate sobre el posible efecto de un aumento de la deuda.

¿Renacimiento de Europa?

La incertidumbre que se ha apoderado de los mercados ofrece cierto contexto a la decisión de los inversores de abordar el posicionamiento de su cartera. Aunque la convulsión arancelaria dio a los inversores el empujón que necesitaban para prestar mayor atención al atractivo fundamento de valoración de la renta variable europea, hay otros catalizadores en el horizonte que podrían hacer que su descuento actual (con respecto a EE. UU.) se estreche de forma más sostenida:

Reforma fiscal alemana

Sigue habiendo trabas constitucionales para el nuevo canciller Merz, pero Alemania ha dado un vuelco a décadas de convención fiscal con su decisión de liberar el freno de la deuda, al lanzar un gran paquete de gasto en defensa e infraestructuras. Creemos que esto beneficiará a las empresas nacionales más sensibles a la coyuntura, entre ellas las de pequeña capitalización.

Potencial de paz (de algún tipo) en Ucrania

El inicio de la reconstrucción de Ucrania y la mayor estabilidad del clima político favorecerían el abaratamiento de la energía y proporcionarían una sólida plataforma a los valores de construcción y materiales cotizados en Europa occidental. Los valores de defensa y los bancos con exposición a Europa del Este también son susceptibles de beneficiarse del ciclo de rearme y crédito que esto traería consigo.

Los tipos de interés probablemente bajarán más en Europa que en EE. UU.

El Banco Central Europeo recortó su principal tipo de interés (del 2,5% al 2,25%) en abril, su tercer recorte en lo que va de 2025, en parte con el objetivo de compensar el posible impacto de los aranceles en las exportaciones. El Banco de Inglaterra hizo lo propio a principios de mayo, con un recorte del 0,25% hasta el 4,25%. Esto contrasta con las decisiones de la Reserva Federal estadounidense, que ha rehusado los llamamientos de recortes de tipos, ante los temores de inflación a corto plazo.

¿Qué significa esto para la pequeña capitalización?

En lugar de intentar adivinar el resultado de los diversos aranceles, medidas arancelarias de represalia o sus posibles efectos, nos parece más importante adoptar una visión más práctica de lo que esto podría significar para las empresas. Dada la incertidumbre geopolítica y el riesgo de los aranceles, las empresas buscan activamente acortar las cadenas de suministro trasladando la producción y los procesos a emplazamientos más cerca de casa. Esto podría favorecer a los valores de pequeña capitalización, que tienen mucha más exposición interna que sus homólogas más grandes, sobre todo en Japón y Estados Unidos, donde los ingresos nacionales son del 75% y 78% respectivamente1. Las empresas de pequeña capitalización también tienen más exposición a sectores como el industrial y materiales, áreas que, a nuestro juicio, se beneficiarán de la tendencia hacia la deslocalización y el «near-shoring» (Gráfico 1).

Prevemos que los equipos directivos de Estados Unidos intentarán repercutir la subida de precios para cubrir el coste de los aranceles, lo que afectaría negativamente al poder adquisitivo, aunque los aranceles también podrían favorecer a las empresas nacionales al llenar los huecos creados por los competidores extranjeros, que se volverían menos competitivos en costes.

Los tipos de interés también son un factor importante para los valores de pequeña capitalización, dada su mayor sensibilidad a los costes de endeudamiento en relación con sus homólogos más grandes. En nuestra opinión, los tipos de interés continúan su trayectoria descendente, pero no volveremos a la política de tipos de interés cero (ZIRP, por sus siglas en inglés), debido a los riesgos de presiones inflacionistas provocadas por los aranceles. Este no sería un mal entorno para los valores de pequeña capitalización, dado el considerable descuento de valoración que presentan frente a sus homólogos más grandes, sobre todo teniendo en cuenta el número de valores de esta categoría que actualmente se encuentran en una posición de tesorería neta positiva (46%, a 30 de marzo de 2025, en comparación con el 30% para los valores de gran capitalización)2.

En caso de que resurja la inflación motivada por los aranceles y obligue a los bancos centrales a cambiar de rumbo, los tipos más altos no siempre han provocado un rezagamiento de la pequeña capitalización en el pasado. Debemos pensar que la última vez que tuvimos tipos más altos fue a principios de la década de 2000, un periodo de pujanza de las empresas de pequeña capitalización global. Si nos remontamos a la década de 1970, una época de tipos sistemáticamente más altos, los valores de pequeña capitalización estadounidenses superaron con creces a sus homólogos más grandes.

Creemos que la incertidumbre actual ofrece la oportunidad de aumentar la exposición a valores de pequeña capitalización global a precios atractivos. Las pequeñas empresas siguen cotizando con un descuento significativo en relación con sus homólogas más grandes (Gráfico 2), un nivel que llevará tiempo corregir. Como siempre, nuestra atención se centra en los valores que consideramos atractivos a tenor de sus precios, dada su estructura y la rentabilidad del efectivo.

Nos encontramos en un periodo en el que los inversores están presionados para evaluar cómo las políticas específicas pueden afectar a la demanda y la oferta, la inflación, la política monetaria, así como a sectores y empresas concretas. Aquí es donde la gestión activa y la selección de acciones pueden aportar valor, al distinguir entre empresas de buena calidad bien posicionadas para beneficiarse del cambio de entorno, y empresas de menor calidad que han ganado con la bonanza generalizada.

 

Artículo escrito por Nick Sheridan, gestor de Carteras en los equipos de Pequeñas Empresas Globales y Renta Variable Europea de Janus Henderson Investors.

¿Las empresas de pequeña capitalización pueden brillar en la reorganización del mercado global?

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Ante la oleada de excepcionalismo estadounidense surgida a principios de 2025, se estaba persuadiendo a los inversores para que renunciaran a Europa al creer que se ahogaría por la subida de los aranceles con la estrategia de «América primero» del nuevo presidente de EE. UU., Donald Trump. Hubo pocos que tuvieran el coraje suficiente para afirmar que este podría ser el año en que las acciones europeas generen por fin rendimientos superiores a sus homólogas estadounidenses.

Todo eso cambió en abril, cuando los mercados sufrieron fuertes correcciones después de la conmoción provocada en todo el mundo por el empeño de Trump por redefinir el comercio mundial en el Día de la Liberación. Aunque las valoraciones han remontado desde entonces tras la retractación, negociaciones y suspensiones de los aranceles, muchos inversores se han visto inducidos a analizar detenidamente su cartera y preguntarse si ahora dependen demasiado de EE. UU. para generar ganancias. Los flujos han respondido a esa incertidumbre, por lo que muchos inversores han optado por diversificar en otras regiones y clases de activos, siendo Europa una de las principales beneficiarias de esta menor confianza en EE. UU.

Muchos creen que la volatilidad aumentará a medida que EE. UU. continúe presionando para forzar un reajuste global, ya que generará dudas sobre el rumbo de la política monetaria de los bancos centrales y elevará los riesgos bajistas para el crecimiento económico, en opinión de los inversores. En este entorno, prevemos que oscilaciones regionales (y sectoriales) como esta serán cada vez más frecuentes, pero, ¿hay alguna tendencia clara que podamos identificar?

Trump 2.0

Se esperaba que el segundo mandato del presidente Trump fuera enérgico, y lo cierto es que lo está siendo hasta ahora. Las Bolsas entraron en 2025 con la opinión consensuada de que la administración Trump adelantaría la negociación sobre el comercio y los aranceles, pero lo haría conjuntamente con una agenda más favorable a las empresas.

En cambio, la atención se ha centrado exclusivamente en los aranceles, las negociaciones comerciales, la inmigración y un sorprendente reajuste de la política exterior de Estados Unidos, aunque todo ello con la aparente determinación de garantizar la paz en Ucrania. En cuanto a lo primero, la incertidumbre sobre el efecto de los aranceles en el PIB (y las consiguientes medidas arancelarias de represalia) representa una espada de Damocles en sentido metafórico. El revuelo en torno a los aranceles podría disiparse durante estas treguas iniciales de 90 días a medida que continúan las negociaciones, pero como vimos en EE. UU., podría intensificarse fácilmente una vez más. Lógicamente, el resultado o su impacto es difícil de predecir. Más recientemente, hemos visto a los republicanos de la Cámara de EE. UU. seguir adelante con los radicales planes de rebajas de impuestos ―la «Big Beautiful Bill»— a través de la Conciliación Presupuestaria, lo que podría tener repercusiones importantes en todos los sectores, al suscitar el debate sobre el posible efecto de un aumento de la deuda.

¿Renacimiento de Europa?

La incertidumbre que se ha apoderado de los mercados ofrece cierto contexto a la decisión de los inversores de abordar el posicionamiento de su cartera. Aunque la convulsión arancelaria dio a los inversores el empujón que necesitaban para prestar mayor atención al atractivo fundamento de valoración de la renta variable europea, hay otros catalizadores en el horizonte que podrían hacer que su descuento actual (con respecto a EE. UU.) se estreche de forma más sostenida:

Reforma fiscal alemana

Sigue habiendo trabas constitucionales para el nuevo canciller Merz, pero Alemania ha dado un vuelco a décadas de convención fiscal con su decisión de liberar el freno de la deuda, al lanzar un gran paquete de gasto en defensa e infraestructuras. Creemos que esto beneficiará a las empresas nacionales más sensibles a la coyuntura, entre ellas las de pequeña capitalización.

Potencial de paz (de algún tipo) en Ucrania

El inicio de la reconstrucción de Ucrania y la mayor estabilidad del clima político favorecerían el abaratamiento de la energía y proporcionarían una sólida plataforma a los valores de construcción y materiales cotizados en Europa occidental. Los valores de defensa y los bancos con exposición a Europa del Este también son susceptibles de beneficiarse del ciclo de rearme y crédito que esto traería consigo.

Los tipos de interés probablemente bajarán más en Europa que en EE. UU.

El Banco Central Europeo recortó su principal tipo de interés (del 2,5% al 2,25%) en abril, su tercer recorte en lo que va de 2025, en parte con el objetivo de compensar el posible impacto de los aranceles en las exportaciones. El Banco de Inglaterra hizo lo propio a principios de mayo, con un recorte del 0,25% hasta el 4,25%. Esto contrasta con las decisiones de la Reserva Federal estadounidense, que ha rehusado los llamamientos de recortes de tipos, ante los temores de inflación a corto plazo.

¿Qué significa esto para la pequeña capitalización?

En lugar de intentar adivinar el resultado de los diversos aranceles, medidas arancelarias de represalia o sus posibles efectos, nos parece más importante adoptar una visión más práctica de lo que esto podría significar para las empresas. Dada la incertidumbre geopolítica y el riesgo de los aranceles, las empresas buscan activamente acortar las cadenas de suministro trasladando la producción y los procesos a emplazamientos más cerca de casa. Esto podría favorecer a los valores de pequeña capitalización, que tienen mucha más exposición interna que sus homólogas más grandes, sobre todo en Japón y Estados Unidos, donde los ingresos nacionales son del 75% y 78% respectivamente1. Las empresas de pequeña capitalización también tienen más exposición a sectores como el industrial y materiales, áreas que, a nuestro juicio, se beneficiarán de la tendencia hacia la deslocalización y el «near-shoring» (Gráfico 1).

Prevemos que los equipos directivos de Estados Unidos intentarán repercutir la subida de precios para cubrir el coste de los aranceles, lo que afectaría negativamente al poder adquisitivo, aunque los aranceles también podrían favorecer a las empresas nacionales al llenar los huecos creados por los competidores extranjeros, que se volverían menos competitivos en costes.

Los tipos de interés también son un factor importante para los valores de pequeña capitalización, dada su mayor sensibilidad a los costes de endeudamiento en relación con sus homólogos más grandes. En nuestra opinión, los tipos de interés continúan su trayectoria descendente, pero no volveremos a la política de tipos de interés cero (ZIRP, por sus siglas en inglés), debido a los riesgos de presiones inflacionistas provocadas por los aranceles. Este no sería un mal entorno para los valores de pequeña capitalización, dado el considerable descuento de valoración que presentan frente a sus homólogos más grandes, sobre todo teniendo en cuenta el número de valores de esta categoría que actualmente se encuentran en una posición de tesorería neta positiva (46%, a 30 de marzo de 2025, en comparación con el 30% para los valores de gran capitalización)2.

En caso de que resurja la inflación motivada por los aranceles y obligue a los bancos centrales a cambiar de rumbo, los tipos más altos no siempre han provocado un rezagamiento de la pequeña capitalización en el pasado. Debemos pensar que la última vez que tuvimos tipos más altos fue a principios de la década de 2000, un periodo de pujanza de las empresas de pequeña capitalización global. Si nos remontamos a la década de 1970, una época de tipos sistemáticamente más altos, los valores de pequeña capitalización estadounidenses superaron con creces a sus homólogos más grandes.

Creemos que la incertidumbre actual ofrece la oportunidad de aumentar la exposición a valores de pequeña capitalización global a precios atractivos. Las pequeñas empresas siguen cotizando con un descuento significativo en relación con sus homólogas más grandes (Gráfico 2), un nivel que llevará tiempo corregir. Como siempre, nuestra atención se centra en los valores que consideramos atractivos a tenor de sus precios, dada su estructura y la rentabilidad del efectivo.

Nos encontramos en un periodo en el que los inversores están presionados para evaluar cómo las políticas específicas pueden afectar a la demanda y la oferta, la inflación, la política monetaria, así como a sectores y empresas concretas. Aquí es donde la gestión activa y la selección de acciones pueden aportar valor, al distinguir entre empresas de buena calidad bien posicionadas para beneficiarse del cambio de entorno, y empresas de menor calidad que han ganado con la bonanza generalizada.

 

Artículo escrito por Nick Sheridan, gestor de Carteras en los equipos de Pequeñas Empresas Globales y Renta Variable Europea de Janus Henderson Investors.

¿Las compañías de pequeña capitalización pueden brillar en la reorganización del mercado global?

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Grey Capital wealth management expansion
Pixabay CC0 Public Domain

Ante la oleada de excepcionalismo estadounidense surgida a principios de 2025, se estaba persuadiendo a los inversores para que renunciaran a Europa al creer que se ahogaría por la subida de los aranceles con la estrategia de «América primero» del nuevo presidente de EE. UU., Donald Trump. Hubo pocos que tuvieran el coraje suficiente para afirmar que este podría ser el año en que las acciones europeas generen por fin rendimientos superiores a sus homólogas estadounidenses.

Todo eso cambió en abril, cuando los mercados sufrieron fuertes correcciones después de la conmoción provocada en todo el mundo por el empeño de Trump por redefinir el comercio mundial en el Día de la Liberación. Aunque las valoraciones han remontado desde entonces tras la retractación, negociaciones y suspensiones de los aranceles, muchos inversores se han visto inducidos a analizar detenidamente su cartera y preguntarse si ahora dependen demasiado de EE. UU. para generar ganancias. Los flujos han respondido a esa incertidumbre, por lo que muchos inversores han optado por diversificar en otras regiones y clases de activos, siendo Europa una de las principales beneficiarias de esta menor confianza en EE. UU.

Muchos creen que la volatilidad aumentará a medida que EE. UU. continúe presionando para forzar un reajuste global, ya que generará dudas sobre el rumbo de la política monetaria de los bancos centrales y elevará los riesgos bajistas para el crecimiento económico, en opinión de los inversores. En este entorno, prevemos que oscilaciones regionales (y sectoriales) como esta serán cada vez más frecuentes, pero, ¿hay alguna tendencia clara que podamos identificar?

Trump 2.0

Se esperaba que el segundo mandato del presidente Trump fuera enérgico, y lo cierto es que lo está siendo hasta ahora. Las Bolsas entraron en 2025 con la opinión consensuada de que la administración Trump adelantaría la negociación sobre el comercio y los aranceles, pero lo haría conjuntamente con una agenda más favorable a las empresas.

En cambio, la atención se ha centrado exclusivamente en los aranceles, las negociaciones comerciales, la inmigración y un sorprendente reajuste de la política exterior de Estados Unidos, aunque todo ello con la aparente determinación de garantizar la paz en Ucrania. En cuanto a lo primero, la incertidumbre sobre el efecto de los aranceles en el PIB (y las consiguientes medidas arancelarias de represalia) representa una espada de Damocles en sentido metafórico. El revuelo en torno a los aranceles podría disiparse durante estas treguas iniciales de 90 días a medida que continúan las negociaciones, pero como vimos en EE. UU., podría intensificarse fácilmente una vez más. Lógicamente, el resultado o su impacto es difícil de predecir. Más recientemente, hemos visto a los republicanos de la Cámara de EE. UU. seguir adelante con los radicales planes de rebajas de impuestos ―la «Big Beautiful Bill»— a través de la Conciliación Presupuestaria, lo que podría tener repercusiones importantes en todos los sectores, al suscitar el debate sobre el posible efecto de un aumento de la deuda.

¿Renacimiento de Europa?

La incertidumbre que se ha apoderado de los mercados ofrece cierto contexto a la decisión de los inversores de abordar el posicionamiento de su cartera. Aunque la convulsión arancelaria dio a los inversores el empujón que necesitaban para prestar mayor atención al atractivo fundamento de valoración de la renta variable europea, hay otros catalizadores en el horizonte que podrían hacer que su descuento actual (con respecto a EE. UU.) se estreche de forma más sostenida:

Reforma fiscal alemana

Sigue habiendo trabas constitucionales para el nuevo canciller Merz, pero Alemania ha dado un vuelco a décadas de convención fiscal con su decisión de liberar el freno de la deuda, al lanzar un gran paquete de gasto en defensa e infraestructuras. Creemos que esto beneficiará a las empresas nacionales más sensibles a la coyuntura, entre ellas las de pequeña capitalización.

Potencial de paz (de algún tipo) en Ucrania

El inicio de la reconstrucción de Ucrania y la mayor estabilidad del clima político favorecerían el abaratamiento de la energía y proporcionarían una sólida plataforma a los valores de construcción y materiales cotizados en Europa occidental. Los valores de defensa y los bancos con exposición a Europa del Este también son susceptibles de beneficiarse del ciclo de rearme y crédito que esto traería consigo.

Los tipos de interés probablemente bajarán más en Europa que en EE. UU.

El Banco Central Europeo recortó su principal tipo de interés (del 2,5% al 2,25%) en abril, su tercer recorte en lo que va de 2025, en parte con el objetivo de compensar el posible impacto de los aranceles en las exportaciones. El Banco de Inglaterra hizo lo propio a principios de mayo, con un recorte del 0,25% hasta el 4,25%. Esto contrasta con las decisiones de la Reserva Federal estadounidense, que ha rehusado los llamamientos de recortes de tipos, ante los temores de inflación a corto plazo.

¿Qué significa esto para la pequeña capitalización?

En lugar de intentar adivinar el resultado de los diversos aranceles, medidas arancelarias de represalia o sus posibles efectos, nos parece más importante adoptar una visión más práctica de lo que esto podría significar para las empresas. Dada la incertidumbre geopolítica y el riesgo de los aranceles, las empresas buscan activamente acortar las cadenas de suministro trasladando la producción y los procesos a emplazamientos más cerca de casa. Esto podría favorecer a los valores de pequeña capitalización, que tienen mucha más exposición interna que sus homólogas más grandes, sobre todo en Japón y Estados Unidos, donde los ingresos nacionales son del 75% y 78% respectivamente1. Las empresas de pequeña capitalización también tienen más exposición a sectores como el industrial y materiales, áreas que, a nuestro juicio, se beneficiarán de la tendencia hacia la deslocalización y el «near-shoring» (Gráfico 1).

Prevemos que los equipos directivos de Estados Unidos intentarán repercutir la subida de precios para cubrir el coste de los aranceles, lo que afectaría negativamente al poder adquisitivo, aunque los aranceles también podrían favorecer a las empresas nacionales al llenar los huecos creados por los competidores extranjeros, que se volverían menos competitivos en costes.

Los tipos de interés también son un factor importante para los valores de pequeña capitalización, dada su mayor sensibilidad a los costes de endeudamiento en relación con sus homólogos más grandes. En nuestra opinión, los tipos de interés continúan su trayectoria descendente, pero no volveremos a la política de tipos de interés cero (ZIRP, por sus siglas en inglés), debido a los riesgos de presiones inflacionistas provocadas por los aranceles. Este no sería un mal entorno para los valores de pequeña capitalización, dado el considerable descuento de valoración que presentan frente a sus homólogos más grandes, sobre todo teniendo en cuenta el número de valores de esta categoría que actualmente se encuentran en una posición de tesorería neta positiva (46%, a 30 de marzo de 2025, en comparación con el 30% para los valores de gran capitalización)2.

En caso de que resurja la inflación motivada por los aranceles y obligue a los bancos centrales a cambiar de rumbo, los tipos más altos no siempre han provocado un rezagamiento de la pequeña capitalización en el pasado. Debemos pensar que la última vez que tuvimos tipos más altos fue a principios de la década de 2000, un periodo de pujanza de las empresas de pequeña capitalización global. Si nos remontamos a la década de 1970, una época de tipos sistemáticamente más altos, los valores de pequeña capitalización estadounidenses superaron con creces a sus homólogos más grandes.

Creemos que la incertidumbre actual ofrece la oportunidad de aumentar la exposición a valores de pequeña capitalización global a precios atractivos. Las pequeñas empresas siguen cotizando con un descuento significativo en relación con sus homólogas más grandes (Gráfico 2), un nivel que llevará tiempo corregir. Como siempre, nuestra atención se centra en los valores que consideramos atractivos a tenor de sus precios, dada su estructura y la rentabilidad del efectivo.

Nos encontramos en un periodo en el que los inversores están presionados para evaluar cómo las políticas específicas pueden afectar a la demanda y la oferta, la inflación, la política monetaria, así como a sectores y empresas concretas. Aquí es donde la gestión activa y la selección de acciones pueden aportar valor, al distinguir entre empresas de buena calidad bien posicionadas para beneficiarse del cambio de entorno, y empresas de menor calidad que han ganado con la bonanza generalizada.

 

Artículo escrito por Nick Sheridan, gestor de Carteras en los equipos de Pequeñas Empresas Globales y Renta Variable Europea de Janus Henderson Investors.

Perspectivas de rentas multiactivos a mitad de año: la resistencia ante los obstáculos

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SMBC hires Nick Stevenson

Los convincentes rendimientos de los bonos y la divergencia de los rendimientos de la renta variable ofrecen elementos básicos para estrategias eficaces.

Esperamos que 2025 se desarrolle en dos mitades, comenzando con un contexto macroeconómico favorable arrastrado desde 2024. También nos preparamos para una elevada incertidumbre en la segunda mitad del año, creyendo que los aranceles acabarían imponiéndose.

En lugar de un comienzo tranquilo, los mercados se vieron sacudidos en abril cuando la política arancelaria de EE.UU. llegó antes de lo esperado y de forma más extrema. Mientras tanto, la política fiscal más favorable al crecimiento y las expectativas de recortes de tipos se retrasaron a finales de año.

De cara al segundo semestre de 2025, los principales factores macroeconómicos serán probablemente la orientación de la política fiscal y comercial de EE.UU., la postura de la Reserva Federal en materia de política monetaria y el calendario de posibles recortes de tipos, así como las incertidumbres geopolíticas y de otro tipo.

La recesión sigue siendo un riesgo de cola. Sin embargo, creemos que su probabilidad es relativamente baja y nuestra hipótesis de base es un cambio a un crecimiento económico moderado, dependiendo de cómo se desarrolle la situación del comercio mundial. Creemos que la inversión en renta multiactivos es adecuada para este entorno, no sólo por su potencial de rendimiento, sino también por su resistencia frente a un contexto más incierto.

Manténgase «cerca de casa» en un entorno volátil

Los cambios de política han provocado episodios extremos de volatilidad en los mercados durante el primer semestre del año, especialmente en los mercados estadounidenses. Los bonos del Tesoro estadounidense y el dólar, en particular, han tenido un recorrido agitado, mientras que las acciones estadounidenses han experimentado sus mayores movimientos intradía desde la crisis financiera mundial de 2008. En este entorno, creemos que es mejor confiar en la diversificación que se alinea con las asignaciones estratégicas en lugar de una sincronización del mercado excesivamente táctica.

Crédito a quien lo merece

Tras ampliarse en las semanas posteriores a los anuncios de aranceles, los diferenciales de crédito están ahora más cerca de sus mínimos históricos, lo que refleja el contexto macroeconómico relativamente benigno. El crédito se ha mostrado notablemente resistente en lo que va de año, más que la renta variable, y ha sido una importante fuente de ingresos y diversificación para las estrategias multiactivos.

Los diferenciales (o valoraciones) pueden parecer caros, pero creemos que es más importante centrarse en los niveles de rendimiento. De hecho, la relación entre el rendimiento y la rentabilidad ha sido un mejor indicador de la rentabilidad en los próximos tres a cinco años que el diferencial, incluso en los mercados de renta fija más difíciles. Y hoy en día, los rendimientos del crédito son atractivamente altos. Actualmente preferimos los emisores de mayor calidad, como los de calificación BB, a los bonos de menor calificación para ayudar a gestionar el riesgo de cola.

Posicionamiento para una curva de rendimientos más pronunciada

Seguimos considerando la duración, o sensibilidad a las variaciones de los tipos de interés, como una importante palanca de diversificación dentro de una estrategia de renta multiactivos. Esperamos que la inflación estadounidense alcance su punto máximo en el tercer trimestre debido a las presiones arancelarias anteriores, pero con el enfriamiento de las tendencias laborales y salariales, la Reserva Federal debería tener margen para reanudar los recortes de tipos a finales de año.

Mientras tanto, los tipos de interés siguen intentando encontrar el equilibrio entre las políticas de relajación, por un lado, y el aumento de los rendimientos entre los vencimientos más largos, por otro. Esto ha provocado una constante inclinación de la curva de rendimientos. En consecuencia, pensamos que es prudente inclinarse por los vencimientos cortos e intermedios de los bonos, donde la relación riesgo-recompensa es más favorable.

Una red más amplia para las oportunidades de renta variable

Desde nuestro punto de vista, los mercados probablemente hayan pasado lo peor de la agitación de la guerra comercial, y los niveles arancelarios probablemente se estabilizarán justo por encima de donde empezaron el año. No estamos fuera de peligro, pero con un poco más de claridad política que hace unos meses, las empresas están en mejores condiciones de trazar planes. Los mercados laborales, la producción manufacturera y de servicios y los beneficios empresariales también han mostrado resistencia.

Seguimos creyendo en el excepcionalismo de EE.UU. y consideramos que las cualidades únicas del país siguen ofreciendo oportunidades de inversión atractivas y diversas en comparación con otros países. Pero también vemos los muchos beneficios de la diversificación global entre acciones y bonos.

A pesar de la volatilidad de abril, los mercados bursátiles mundiales alcanzaron máximos históricos a mediados de año. Los rendimientos han seguido ampliándose más allá de un puñado concentrado de valores tecnológicos de alto nivel de EE.UU. a empresas de distintos sectores, regiones y factores, como el crecimiento, el valor y los grandes pagadores de dividendos. Esto refuerza nuestra convicción de que una amplia combinación de valores de renta variable contribuye a la eficacia de las estrategias de renta multiactivos.

Los valores estadounidenses de gran capitalización, los que pagan dividendos en todo el mundo y algunos valores cíclicos parecen atractivos en estos momentos. Para nosotros, se trata de una potente combinación que ofrece crecimiento tecnológico y exposición a la innovación, que ha liderado Estados Unidos. Se complementa con el valor y el potencial de ingresos de las empresas europeas, especialmente los bancos, que deberían beneficiarse a medida que la política monetaria se normalice en más regiones. La exposición más amplia también ayuda a equilibrar el riesgo de la renta variable entre los distintos tipos de impulsores del crecimiento, desde la reinversión y la recompra de acciones hasta los dividendos y el poder de fijación de precios.

Ingresos multiactivos y panorama general

Esperamos un crecimiento económico más lento en el segundo semestre, pero el grado dependerá de la evolución de la situación arancelaria. Otros factores macroeconómicos clave serán el calendario de los recortes adicionales de tipos y las incertidumbres geopolíticas y electorales. No obstante, la política fiscal favorable al crecimiento, incluidos los amplios recortes fiscales de la ley One Big Beautiful Bill, debería ayudar a compensar parte de ese lastre, lo que, en nuestra opinión, hace menos probable una recesión.

Al distribuirse por mercados y factores, las estrategias de renta multiactivos han tendido a sortear la incertidumbre con eficacia. Dado que el entorno puede cambiar con rapidez, los inversores deben seguir siendo flexibles. Pero desde nuestro punto de vista, una estrategia de renta multiactivos está bien equipada para responder, ofreciendo resistencia y un atractivo potencial de rentabilidad ajustada al riesgo.

Tribuna de opinión escrita por Karen Watkin, Vicepresidenta Senior y Directora de Cartera de la división de Soluciones Multi-Activos en EMEA en AB.