El auge de los activos alternativos –en un panorama de crecientes alternativas para clientes de todos los segmentos– ha dejado una marca en todos los grandes mercados financieros del mundo. ¿Pero qué es lo que más les gusta a los inversionistas de esta clase de activos? Una encuesta de Hamilton Lane –enfocada asesores y gestores patrimoniales– reveló un particular interés por el desempeño y la diversificación que ofrecen estas estrategias.
El reporte, última edición del Annual Global Private Wealth Survey, fue publicado durante el primer trimestre de este año y recoge las impresiones de 360 asesores de inversiones, profesionales de wealth management y otros afines de noviembre del año pasado. Esto incluye cobertura de las áreas de las Américas, Europa, la zona MENA y Asia Pacífico.
Además de dar cuenta de intensiones generales de aumentar el posicionamiento en alternativos y un creciente interés, el estudio de Hamilton Lane también les consultó a los profesionales financieros por qué sus clientes están interesados en los mercados privados. Al igual que en la edición publicada el año pasado, performance y diversificación fueron los motivos más citados.
Un 41% de los sondeados citaron el desempeño de los activos, mientras que un 40% apuntó a la diversificación que aportan a las carteras. Además, un 12% de los encuestados apuntaron a la exposición sectorial.
Respuestas puntuales publicadas por la gestora internacional subrayan este fenómeno. “Invertir en mercados privados ha ayudado a mis clientes a sentirse más cómodos al mantenerse invertidos. Hay mucho miedo en los mercados accionarios, ya sea por el clima político actual, los eventos geopolíticos o ratios precio/utilidad altos”, indicó un asesor registrado en EE.UU. Desde Canadá, un gestor patrimonial privado reportó algo similar: “Redujo la exposición de mis clientes a mercados públicos y los mantuvo invertidos durante períodos desafiantes”.
Perfil de la inversión y la visión del cliente
El perfil de riesgo/retorno de los alternativos también es algo que ha llamado la atención de los inversionistas. Un 76% de los asesores sondeados por Hamilton Lane asegura que esperan que los mercados privados ofrezcan una mayor ganancia que las acciones y los bonos. En contraste, un 20% ve un beneficio similar a los activos públicos y sólo 1% de los encuestados prevé una menor ganancia en los activos privados.
En la otra cara de la moneda, un 41% ve a los alternativos como más riesgosos que los activos líquidos, un 35% los ve con un perfil de riesgo similar y el 19% restante los ve como menos riesgosos.
Dentro de las conclusiones de Hamilton Lane, también apuntaron a que las oportunidades que ofrecen las estrategias alternativas pueden beneficiar al negocio de asesores y gestores patrimoniales, apoyando la relación con los inversionistas.
Al ser consultados por qué ofrecen este tipo de inversiones a sus clientes, un 70% de los encuestados aseguró que buscan profundizar la relación con sus clientes existentes. Además, un 61% apunta a responder a las demandas de sus clientes y un 58% buscan atraer nuevos clientes.
“Nos ayudaron a diferenciar nuestra oferta de otros competidores, competir con firmas más sofisticadas y retener a clientes que se hubieran ido con esas firmas. También aumentaron las oportunidades de referencias, de clientes actuales a sus contactos”, narró un asesor patrimonial privado de Australia a través de la encuesta.
Apuesta por infraestructura
Además de considerarse como más duchos en el mundo de los alternativos –con un 63% de los sondeados calificándose como “avanzados” en mercados privados, frente al 55% del año anterior–, un 56% anticipa aumentar su exposición a estrategias alternativas durante 2025. En contraste, sólo un 2% espera disminuir su posicionamiento.
Es más, la encuesta de Hamilton Lane arrojó que un 47% de los profesionales encuestados reportó que sus clientes están “muy interesados” en activos privados. Esto es un aumento de 6 puntos respecto a la edición anterior del Annual Global Private Wealth Survey.
Y en el desagregado, uno de los espacios que se espera que capten más de este interés es infraestructura. Al reportar los cambios que tienen planeados para sus carteras este año, un 48% espera aumentar su posicionamiento en activos de infraestructura privados. Le siguen un 45% que piensa aumentar su exposición a private equity y un 39% a crédito privado.
En cuanto a áreas, el interés lo lideran los inversionistas de Asia Pacífico y las Américas. Los profesionales de estas zonas reportaron un 51% y 48%, respectivamente, de clientes que están “muy interesados” en los alternativos. En cambio, las zonas de Europa, el Norte de África y el Medio Oriente arrojaron un 34%.
Con la última ronda de medidas arancelarias estadounidenses anunciadas a principios de abril, hemos revisado a la baja nuestras perspectivas económicas para Estados Unidos. Esperamos un crecimiento más lento y una mayor inflación para 2025. Si esto se cumple, creemos que la Reserva Federal recortará los tipos de interés oficiales en 75 puntos básicos en 2025, posiblemente más.
Las idas y venidas en torno a medidas arancelarias concretas siguen siendo muy fluidas, como atestiguan los recientes titulares. Pero si se mantienen los aranceles universales del 10% anunciados el 2 de abril (el tipo más alto de China es una excepción notable), creemos que esas políticas, combinadas con recortes del gasto interno y de los empleos públicos, reducirían el crecimiento del PIB estadounidense en 2025 al 0,5%-1,0%, con una probabilidad de recesión mucho mayor que antes del anuncio. Y si los aranceles más draconianos anunciados inicialmente y retrasados posteriormente entran en vigor en su totalidad o en parte, el impacto económico será aún mayor.
El impacto de los aranceles repercute en los niveles de precios de EE.UU.
La tasa arancelaria efectiva ha aumentado más de 10 puntos porcentuales con respecto al año pasado, lo que prevemos presionará al alza los precios para los consumidores y las empresas estadounidenses. La ralentización del crecimiento y el descenso de los precios de las materias primas pueden atenuar en parte el impacto sobre la inflación, pero aun así hemos elevado nuestra previsión para este año al 3,8% para el índice de precios al consumo subyacente. Esta cifra es aproximadamente un 1,0% superior a la que habría alcanzado la inflación subyacente sin los nuevos aranceles.
Estos precios más altos equivalen a un coste aproximado de 2.000 dólares para la familia media estadounidense. Los aumentos de precios tras la pandemia del COVID-19 fueron incluso mayores, pero la ayuda del Gobierno federal ayudó a los hogares estadounidenses a capear ese periodo anterior. Estas ayudas parecen poco probables en esta ocasión.
La ralentización prevista no supone un cambio de dirección con respecto a nuestras previsiones anteriores. El gasto de los hogares ya se ha ralentizado este año (Mostrar) y la caída de las medidas de confianza de los consumidores sugiere que habrá más, incluso antes de los anuncios de aranceles de la semana pasada. Por supuesto, la confianza puede ser volátil, y otros factores pueden influir en el gasto. Pero creemos que los aranceles inminentes, sumados a los datos económicos existentes, sesgan claramente los riesgos a la baja de cara al futuro.
Un punto de partida fuerte significa probablemente desaceleración económica, no colapso
En este momento, esperamos una desaceleración, pero es importante recordar que el punto de partida de la economía estadounidense es fuerte. El mercado laboral es sólido y estable, lo que proporciona a los hogares una fuente estable de ingresos. Los hogares no tienen el colchón de ahorro que tenían después de la pandemia, pero los ingresos laborales han superado a la inflación este ciclo; si esto se mantiene, la economía estadounidense no se hundirá.
El informe de nóminas de marzo también ilustra la resistencia del mercado laboral. El aumento de 228.000 puestos de trabajo mantiene la tasa media de contratación a largo plazo en torno a los 150.000 empleos mensuales. Dado que los flujos migratorios se agotaron el año pasado y se mantienen moderados este año, es más que suficiente para absorber las nuevas incorporaciones a la población activa y mantener la tasa de desempleo en torno al 4%. Es una cifra superior a la del recalentamiento posterior a la pandemia, pero sigue siendo históricamente muy baja.
Los esfuerzos de la administración para reducir el empleo público parecen estar dando sus frutos; el empleo federal ha caído durante tres meses consecutivos. Más allá de esto, los patrones básicos del mercado laboral se mantienen, siendo la sanidad el sector más fuerte. La combinación de una contratación sólida y un crecimiento salarial decente mantiene la tasa de crecimiento del sueldo de los hogares en terreno positivo una vez tenida en cuenta la inflación.
Es probable que se produzcan varios recortes de tipos en 2025… si la inflación se comporta
Por ahora, esperamos que la Fed espere a que los datos guíen sus decisiones. Si la economía se ralentiza, como esperamos, la Fed se inclinará por recortar los tipos aunque los niveles de precios sean altos. La opinión es que la inflación real nos dice lo que la economía estaba haciendo, pero no lo que hará. La Reserva Federal ya ha bajado los tipos con una inflación elevada, y esperamos que vuelva a hacerlo a menos que -un «a menos que»- las expectativas de inflación se desanclen.
Un aumento de las expectativas de inflación -no de la tasa de inflación real- fue la característica definitoria del shock inflacionista de los años setenta, que hizo que el shock inicial persistiera. La Reserva Federal ha aprendido de esa experiencia, y los recientes comentarios del presidente Jay Powell dejan claro que las expectativas de inflación son la variable clave a vigilar en estos momentos. La gran mayoría de los indicadores, incluidos los basados en el mercado, siguen apuntando a que las expectativas de inflación se mantienen ancladas. La encuesta de la Universidad de Michigan es la notable excepción.
Si las expectativas se mantienen bien ancladas, la Fed podrá recortar los tipos y apoyar la economía. Esperamos recortes de tipos de 75 puntos básicos durante el resto de 2025, a partir del verano. Vemos más riesgo de que los recortes de tipos superen ese nivel que de que se queden cortos. El tipo de interés oficial al final de este ciclo se situará probablemente por debajo del 3%, un nivel destinado a estimular el crecimiento económico.
Los mercados seguirán lidiando con la evolución de las implicaciones de la guerra comercial. Aunque por ahora parece improbable que los aranceles más severos entren en vigor fuera de China, seguimos pensando que se avecinan más cambios en la política arancelaria. Incluso si no lo hacen, el daño ya está hecho. Es probable que las empresas y los hogares reduzcan su actividad ante la falta de previsibilidad, la falta de proceso y la falta de transparencia en la formulación de la política económica, y esa reducción ralentizará el crecimiento. Aún no hemos visto el impacto en los datos económicos. Esto significa que esta historia está lejos de haber terminado.
Tribuna de opinión escrita por Eric Winograd es Vicepresidente primero y Director de Investigación Económica de Mercados Desarrollados en AB.
BECON Investment Management organizó un desayuno para mujeres de la industria financiera de Miami en el local de Tiffany & Co del Design District. En el evento, las asistentes pudieron admirar la tienda de la famosa joyería que se reinauguró hace un año tras una remodelación inspirada en la conexión que tenía con la ciudad el artista y diseñador estadounidense Louis Comfort Tiffany.
Alexia Young, International Sales Representative de BECON IM, fue la anfitriona del evento, y explicó que la elección de ese lugar para el encuentro tuvo que ver con el deseo de reunir a las clientas de la firma en un espacio que ofrece una «experiencia sensorial» como ningún otro.
A medida que el grupo recorría el local, guiado por el personal especializado de la joyería, las mujeres pudieron admirar la Bronze Venus Italica de Daniel Arsham, impresionantes lámparas de araña de vidrio soplado de Venini y cautivadoras lámparas de cerámica de mesa del artista Peter Lane.
En la segunda planta, se detuvieron para ver algunas de las joyas más exquisitas de la tienda, como un anillo de morganita, una piedra preciosa de la familia del berilo, la misma familia mineral a la que pertenecen otras gemas famosas como la esmeralda (verde) y la aguamarina (azul). Su color característico va del rosado suave al melocotón y se le otorgó este nombre en 1911 en honor del famoso banquero JP Morgan, que era coleccionista de gemas y gran cliente de Tiffany & Co.
También se explicó la historia que hay tras la famosa caja azul de la marca, la “Tiffany Blue Box”, uno de los símbolos más reconocibles del lujo en el mundo de la joyería y una genialidad del marketing: en 1845 la marca lanzó su primer Blue Book, un catálogo anual de joyas finas, y eligió un tono distintivo de azul para su portada. Este catálogo no podía solicitarse; te seleccionaban para recibirlo, y era símbolo de estatus social en Nueva York. Su color, que más tarde se conocería como Tiffany Blue, se convirtió en sinónimo de la marca. El catálogo evolucionó a la caja, y hoy sigue siendo objeto de deseo y símbolo de exclusividad, hasta el punto que los empleados de la firma tienen prohibido regalar una caja sin que vaya acompañada de una compra legítima.
El tour se completó con un desayuno en el «Comfort Lounge», un speakeasy que rinde tributo a Louis Comfort Tiffany nombrado así en honor a su propiedad, Comfort Lodge, enclavada en la ya desaparecida Millionaire Row de Brickell Avenue de los años 1930s.
Alexia Young quiso recordar que como las joyas de Tiffany & Co, también los fondos que distribuye BECON Investments pueden considerarse joyas en sus respectivas clases de activos.
Foto cedidaJaime Lázaro, director de Asset Management & Global Wealth de BBVA, y Fernando Ruíz, director de Banca Privada de BBVA en España.
Los clientes latinoamericanos tienen en torno a la mitad de su patrimonio fuera de su país de origen y España está en su punto de mira: se ha convertido en un destino con un atractivo importante, no solo en términos de inversiones -financieras e inmobiliarias- sino también por factores como el idioma, la calidad de vida o la seguridad. Eso ha llevado a BBVA a crear una unidad especializada de Banca Privada Internacional en el país, con el objetivo de atender a clientes globales que desean invertir en España. Esta nueva unidad se suma a las plataformas ya existentes en Suiza y Estados Unidos, reforzando el modelo internacional de BBVA y consolidando a España como un hub estratégico en su propuesta global de servicios de alto valor añadido.
La entidad, que ya cuenta con 583 clientes internacionales en dicha unidad en España, con 440 millones de euros de volumen y un crecimiento de 43 clientes en lo que va de 2025, venía trabajando durante los últimos tres años con clientes latinoamericanos desde su banca privada local; ahora, el negocio alcanzado ha sido el aliciente para darle esta nueva estructura internacional, con protocolos ligeramente diferentes. Aunque no se marcan objetivos concretos de crecimiento, se muestran ambiciosos con lo que se puede lograr en la banca privada internacional, y creen que esto es solo «la punta del iceberg», explicaba el director de Banca Privada de BBVA en España, Fernando Ruíz, en un encuentro con periodistas.
Porque la creación de una banca privada especializada que solo atienda a clientes internacionales permite adaptarse mejor a esos clientes (que tienen sus particularidades, como por ejemplo, en el caso de los latinoamericanos, el apetito por los inmuebles o las inversiones en dólares), ampliar la oferta internacional del grupo a un tercer mercado y convertirse en un referente en España en banca privada internacional, aprovechando las posiciones y sinergias del grupo en Latinoamérica. «Tener un equipo especializado nos permitirá entender mejor al cliente, analizar cómo invierte y adaptarnos», aseguraba, con un modelo de relación presencial (a través de la oficina destinada a ello en Madrid y viajes a los países de origen) y capacidades de comunicación y operativa digitales.
A esta oficina, situada en Goya, 31, que supone un primer paso, podrían unirse más centros próximamente, en áreas potenciales como la franja mediterránea, ciudades como Barcelona o el área Noroeste (Galicia especialmente), aprovechando las 218 ubicaciones en las que está presente la banca privada local de BBVA en España. «En EE.UU. empezamos con centros en Miami y luego nos expandimos a Houston (Texas) y California. En España podríamos seguir el modelo, siempre que veamos que para los clientes internacionales es conveniente», afirmó Jaime Lázaro,director de Asset Management & Global Wealth.
Colombia, México y Perú
La nueva unidad nace con el objetivo de ofrecer un servicio exclusivo y adaptado a las necesidades particulares de los clientes internacionales, especialmente aquellos procedentes de países como México, Colombia y Perú, que buscan diversificar su patrimonio fuera de sus lugares de origen. La oficina de Goya cuenta con un equipo de cinco profesionales dedicados a esos clientes, formado por Javier Domínguez Freijo, como director, y cuatro banqueros: Alejandro Valverde Carranza (para clientes de México), Silvia Díaz Henao (Colombia), Gonzalo Martín Soria (Perú) y María López Moral (otras geografías). Todos ellos -banqueros altamente especializados y con dedicación exclusiva, capaces de comprender las particularidades patrimoniales, fiscales y legales de cada país- trabajaban ya en la banca privada de BBVA. El equipo crecerá también con el negocio, con preferencia por el talento interno aunque en la entidad no descartan fichajes externos.
«Los clientes latinoamericanos tienen el 50% de su patrimonio fuera de su país de origen. En algunos casos, quieren diversificar y les ayudamos a venirse a España; en otros casos, los clientes ya están aquí y les damos servicio con el apoyo de las franquicias de LatAm. Al final suelen ser clientes con inversiones en algún país latinoamericano, que nos preguntaban por la oferta de BBVA en banca privada internacional y ahora, como tercera vía además de EE.UU. y Suiza, podemos ofrecerles España», añadió Ruíz. «Con esta nueva unidad, nuestro objetivo es elevar y diferenciar la banca privada internacional en España, replicando el modelo de excelencia que ya ofrecemos desde nuestras oficinas en Suiza y Estados Unidos. Hemos creado un equipo exclusivo, altamente especializado, capaz de atender las necesidades específicas de los clientes internacionales, en muchos casos diferentes a los de la banca privada nacional. Queremos ofrecer un servicio único en el mercado español, tanto a quienes residen en el país como a aquellos que tienen intereses aquí desde otras geografías”, añadió.
Los clientes pueden acceder a la oferta de banca privada internacional desde 500.000 euros, en las mismas condiciones que la banca privada local, y con los mismos baremos de servicio en los que entran en juego BBVA Patrimonios y la unidad para ultra ricos. Actualmente el volumen medio de los clientes internacionales se sitúa en torno a 800.000 euros. De estos clientes, la mitad son de Colombia, un 30% de México y un 20% peruanos, aproximadamente. Desde la firma explican que el fin de la Golden Visa en España no será un factor condicionante para la llegada o retirada de inversiones, del mismo modo que tampoco ha sido una palanca de atracción significativa en los últimos años.
Paraguas de la plataforma internacional
La propuesta de valor de esta unidad especializada se apoya en la plataforma internacional de BBVA, Global Wealth, que conecta a todas las bancas locales del Grupo y permite una atención global y homogénea en cualquier geografía. De este modo, la atención personalizada que proporciona el equipo de la nueva oficina de Madrid se complementa con una estrecha coordinación con los equipos locales del banco de los países de procedencia de los clientes, garantizando una gestión integral del patrimonio a nivel internacional, explican en la firma.
“La Banca Privada es una de las fortalezas del Grupo BBVA, y por ello nuestra unidad global de banca privada, Global Wealth, tiene como objetivo prioritario aportar una experiencia única y homogénea a los clientes con intereses en distintas geografías convirtiéndonos en su mejor aliado financiero, a través de un modelo de relación y asesoramiento transparente, completo y consistente en todos nuestros procesos y soluciones patrimoniales”, ha señalado Lázaro.
El responsable de estas unidades recordó la fortaleza de su servicio, entre lo local y lo global, y la prioridad estratégica que supone el desarrollo de la banca privada para el grupo, presente ya en nueve mercados, en Europa (España, Suiza y Turquía) y las Américas (Uruguay, Argentina, Perú, Colombia, México y EE.UU.), con 200.000 millones de euros en activos. «Queremos que los clientes tengan la percepción de que trabajan con un solo banco, aunque tengan cuentas en más de un país», indicó, asegurando que los circuitos de comunicación del banco permitirán un asesoramiento y reporting holístico y global.
BBVA pone a disposición de estos clientes no solo banqueros especializados, sino también equipos expertos en planificación patrimonial y análisis estratégico. Destaca el área de Global Wealth Planning, con presencia en España, México y Suiza, que permite ordenar el patrimonio de forma eficiente y personalizada. Asimismo, se colabora con firmas internacionales de prestigio, así como con despachos locales en cada país, para ofrecer una cobertura completa en aspectos legales y fiscales.
Una oferta de valor adaptada
En concreto, la oferta de valor para los clientes de banca privada internacional, coordinada entre los expertos de la unidad internacional con los locales de las distintas geografías, está centrada en la planificación patrimonial, así como en servicios por los que muestran apetito, como el inmobiliario (BBVA tiene acuerdos con Intrum y CBRE) o el alternativo (en el que el banco ha lanzado propuestas recientemente), la facilitación de financiación, la ayuda con la llegada a España y la residencia (el banco tiene acuerdos con distintas entidades de primer nivel), las ayuda a las empresas y familias para trasladar su riqueza de generación en generación y la oferta de los mismos productos que están al alcance del cliente de la banca privada local.
En resumen, en cuanto a soluciones de inversión, los clientes internacionales de BBVA acceden a carteras de gestión discrecional o asesoramiento adaptadas a su perfil de riesgo y divisa, fondos de inversión propios o de terceros (a través de Quality Funds), oportunidades en mercados privados, financiación personalizada, servicios inmobiliarios con brókers especializados, soluciones para pagos internacionales y tarjetas premium con beneficios globales, así como asesoramiento en inversiones empresariales. Gracias a la red internacional del Grupo BBVA y a las capacidades globales de sus distintas áreas como BBVA Research, BBVA Asset Management, Quality Funds o Corporate & Investment Banking (CIB), la entidad puede ofrecer un enfoque integral, flexible y dinámico en la gestión patrimonial, adaptándose a las circunstancias y objetivos de cada cliente.
«Se trata de darles lo mismo que en España, pero con adaptaciones a sus peculiaridades, por ejemplo adaptando sus inversiones en dólares. Recordamos también que en todos los países BBVA facilita la oferta de productos con arquitectura abierta a través BBVA Quality Funds. No queremos que la preferencia del cliente esté condicionada por la oferta de producto, que está disponible en los tres centros de banca privada internacional», añadía Lázaro. La oferta comprende también servicios más allá de los tradicionales financieros, como temas formativos, deportivos o culturales.
Crecimiento en la banca privada local en España
En este contexto, la banca privada de BBVA en España continúa su crecimiento con fuerza. La entidad gestiona cerca de 140.000 millones de euros en activos bajo gestión, y cuenta con 158.000 clientes y 722 banqueros. El objetivo es alcanzar los 200.000 clientes en tres años y gestionar 150.000 carteras de inversión en los próximos dos ejercicios, consolidando así su modelo de asesoramiento personalizado basado en la combinación del conocimiento del banquero y el apoyo de la tecnología.
La incertidumbre sobre la política comercial de Estados Unidos ha generado tres escenarios para las perspectivas económicas del país: aranceles light, guerra comercial o una crisis económica y financiera más amplia que incluye la introducción de controles de capital en EE.UU., según Scope Ratings.
“El reciente anuncio de aranceles comerciales estadounidenses marca una notable escalada en la política proteccionista adoptada por la Administración Trump”, afirma Alvise Lennkh-Yunus, responsable de calificaciones soberanas y del sector público de la agencia calificadora de riesgo Scope.
«De aplicarse, los aranceles representarían la mayor perturbación comercial en tiempos de paz para la economía mundial en más de 100 años. Si se mantienen, esta política tendrá importantes implicaciones crediticias tanto para EE.UU. (AA/Negativo) como para otros países a nivel mundial», afirma Lennkh-Yunus. “Incluso su reversión total, aunque improbable, no restablecería plenamente la confianza de las alianzas y cadenas de suministro anteriores, lo que indicaría un grado de pérdida económica duradera”, afirma.
En el escenario «aranceles light», éstos son el punto de partida de la negociación, con lo que la mayoría de los países apaciguan a EE.UU. y como resultado, surge un equilibrio ligeramente más proteccionista. Las principales implicancias son crecimiento a corto plazo y volatilidad en la inflación. La recesión técnica de EE.UU. podría causar modestos efectos sobre la demanda mundial y las cadenas de suministro; los riesgos de crecimiento y crediticios están contenidos en su mayor parte.
En el escenario «guerra comercial», los aranceles son elevados y permanentes, con una escalada significativa, y con contra-aranceles. En la proyección de este escenario por parte de Scope Ratings, persisten las presiones sobre el crecimiento y la inflación a mediano plazo, con EE.UU. entrando probablemente en recesión durante el año, con un impacto sobre el crecimiento y la calidad crediticia en los socios comerciales dependiendo de los vínculos comerciales y las vulnerabilidades existentes.
Ahora bien, en el escenario denominado «crisis económica y financiera», los aranceles son permanentes, la tensión entre EE.UU. y China se intensifica, mientras que la Unión Europea impone amplias contramedidas. El escenario de Scope Ratings incluye a Estados Unidos introduciendo controles de capital y dudas sobre el dólar como activo refugio mundial. En este supuesto, EE.UU. entra en recesión durante varios años, y los países con gran exposición económica y/o financiera a EE.UU. se ven muy afectados.
El impacto final sobre el crecimiento, la inflación, la deuda pública, las métricas de crédito externo y, por lo tanto, las calificaciones crediticias soberanas, dependerá en última instancia del entorno macroeconómico que surja de las políticas que adopte EE.UU., las respuestas de los socios comerciales y las fortalezas y vulnerabilidades crediticias subyacentes de los países antes de este enfrentamiento comercial.
Las posibles respuestas de los socios comerciales de Estados Unidos van desde apaciguar a la Administración Trump mediante negociaciones hasta una combinación de adopción de contramedidas, celebración de acuerdos de libre comercio entre sí y profundización de las reformas económicas internas para compensar, al menos parcialmente, los efectos adversos de los aranceles estadounidenses.
“En nuestras calificaciones, valoraremos tanto la magnitud de los problemas causados a nivel comercial como la adecuación y calidad de las respuestas de política monetaria y fiscal regionales y nacionales, centrándonos en la capacidad de ajuste fiscal y la resistencia económica subyacente de los países para absorber y revertir el impacto de la situación a largo plazo”, afirma Lennkh-Yunus.
Uno de los países más expuestos es el propio EE.UU. como epicentro de este giro político poco ortodoxo, sobre todo en los escenarios más extremos planteados por Scope.
“En un escenario de guerra comercial prolongada y/o de introducción de controles de capital estadounidenses, podrían surgir alternativas viables al dólar. Por ejemplo, China y la UE podrían decidir profundizar su relación comercial, y/o China podría decidir abrir más su balanza de capitales, y/o la UE podría acelerar su Unión de Ahorro e Inversiones. Es improbable que estos acontecimientos se produzcan con rapidez, pero si aumentaran las dudas sobre el carácter excepcional del dólar, esto sería muy negativo desde el punto de vista crediticio para EE.UU.”, afirma Lennkh-Yunus.
Los países con importantes superávits comerciales y/o exposición financiera a EE.UU. también son muy vulnerables a las consecuencias adversas del cambio en la política comercial estadounidense, aunque el impacto en Europa será desigual.
La iniciativa del euro digital ha despertado un intenso debate sobre su impacto en el mundo financiero, especialmente en el ámbito de las inversiones, la infraestructura de pagos y la autonomía económica de Europa. En un contexto global donde compañías gigantes están dominando las redes de pago, el euro digital emerge como una nueva forma de dinero para redefinir las bases de un sistema financiero más soberano y eficiente. Pese a su potencial, el euro digital enfrenta varios retos que deben abordarse si se quiere garantizar una adopción generalizada y efectiva.
De hecho, son muchos los usuarios que aún no comprenden del todo las implicaciones de este cambio que está por llegar. Mientras que los euros digitales representan efectivo en formato digital, muchos no percibirán la diferencia entre tener euros en su cuenta bancaria o en una billetera digital descentralizada. La descentralización financiera, que es el corazón de esta nueva propuesta, sigue siendo un concepto poco conocido por la mayoría de los usuarios. Por eso es tan importante educar a los ciudadanos para que comprendan los beneficios de tener dinero directamente en su poder, sin depender de intermediarios. Esto aumentaría la confianza en el euro digital y fomentaría su adopción a gran escala.
Uno de los puntos más atractivos del euro digital es la posibilidad de realizar pagos offline. Aunque ya existen soluciones como las tarjetas que permiten pagos offline, el euro digital podría ofrecer esta capacidad de forma más accesible y eficiente, sin necesidad de las infraestructuras bancarias. Este aspecto podría ser especialmente valioso en zonas donde la conectividad es limitada o en situaciones donde las redes tradicionales fallan. En este sentido, el euro digital no solo se presenta como una innovación en el sector de pagos, sino como una herramienta inclusiva que podría mejorar la accesibilidad financiera de millones de personas.
Más allá de sus implicaciones económicas, el euro digital tiene una dimensión geopolítica significativa. Europa ha dependido históricamente de redes de pago estadounidenses. Esto ha limitado su autonomía financiera. El euro digital podría ser un paso hacia una mayor soberanía económica, al ofrecer una alternativa local a soluciones dominadas por actores externos. Este proyecto podría fortalecer la cohesión de la zona euro y unificar el ecosistema de pagos en Europa, reduciría la fragmentación actual y ofrecería una solución propia que refuerce la posición geopolítica del continente.
Cuestión de soberanía
Uno de los aspectos más debatidos del euro digital es el límite de almacenamiento, que se plantea en 3.000 euros. Este está diseñado para garantizar que el euro digital no desestabilice el sistema bancario tradicional, permitiendo su uso generalizado sin generar riesgos. Un límite demasiado bajo, sin embargo, podría limitar su atractivo. Desde una perspectiva de educación financiera, este límite invita a reflexionar sobre la diversificación de los activos. Los usuarios podrían optar por mantener una parte de su dinero en euro digital, otra en cuentas bancarias tradicionales y, por supuesto, parte en inversiones, para equilibrar la seguridad y la rentabilidad.
El euro digital se distribuiría a través de bancos y entidades de pago, sin coste para los usuarios, lo que facilitaría su adopción. Sin embargo, los comercios que acepten pagos con euro digital podrían tener que asumir comisiones, lo que plantea una posible barrera para su aceptación. No obstante, si estas comisiones son más bajas que las de los pagos con tarjeta, los comercios podrían ver una ventaja competitiva en la adopción del euro digital. Además, al tratarse de una forma de dinero digital directa y no de una transacción bancaria tradicional, el euro digital podría reducir los intermediarios, lo que a su vez aceleraría la disponibilidad de fondos y mejoraría la eficiencia del sistema de pagos.
Aunque el euro digital presenta un gran potencial para transformar el ecosistema financiero europeo, su éxito dependerá de varios factores, como la educación financiera de los usuarios, la gestión de los límites de almacenamiento y la implementación de un modelo de distribución que sea atractivo tanto para los usuarios como para los comercios. Sin duda, el euro digital podría convertirse en una herramienta innovadora que, si se implementa correctamente, no solo mejoraría la infraestructura de pagos en Europa, sino que también contribuiría a la autonomía financiera del continente.
En este escenario de creciente digitalización de la economía global, la adopción de nuevas tecnologías como el euro digital podría ofrecer a Europa una ventaja competitiva, siempre y cuando se aborden las preocupaciones y se encuentre un equilibrio adecuado entre innovación y seguridad. El futuro del euro digital es incierto, pero su potencial para redefinir el panorama de las inversiones y los pagos en Europa está fuera de toda duda.
Tribuna de Jordi Nebot, CEO y fundador de PaynoPain.
Los planes de pensiones de empleo españoles han multiplicado por tres la inversión en mercados privados (private equity, infraestructuras, real estate y deuda privada) en los últimos cinco años. Son conclusiones del Barómetro Mercer Investments 2024, que analiza las inversiones de los grandes tenedores de activos en todo el mundo y, en concreto en España, se centra en estos inversores institucionales, con datos desde finales de 2019 a finales de 2024.
Las cifras hablan por sí solas: el porcentaje de inversión en activos ilíquidos en sus carteras ha pasado de un 2,7% a un 8,3%. Dentro de la inversión en mercados privados, la mitad está concentrada en private equity: el private equity supone un 48% de las carteras, mientras el private equity sostenible ocupa un 2%. Las infraestructuras son el activo que le sigue, con un 23%. La inversión de los planes de pensiones de empleo en inmuebles es de un 17% mientras el peso de la deuda privada en las carteras de estos inversores asciende al 10%.
En conjunto (considerando activos ilíquidos y líquidos alternativos), la inversión en activos alternativos por parte de estos inversores ha pasado del 8% al 14,7%, casi el doble en solo cinco años. Con todo, es una cifra ligeramente menor al 17% de finales de 2022 y al 16,5% de finales de 2023.
Aunque los activos reales mantienen su peso en un 1,5%, el de los hedge funds ha descendido ligeramente, pasando del 3,1% al 2,7%. Además del crecimiento de los activos no cotizados en las carteras, también aumenta la asignación a materias primas (del 0,1% al 0,6%) en los últimos cinco años. Los fondos de retorno absoluto aumentan asimismo su protagonismo, pasando del 0,7% de finales de 2019 al 1,5% actual.
En los mercados tradicionales…
Según los datos de Mercer, las asignaciones a renta fija de los fondos de pensiones de empleo han bajado del 63,8% al 57,3% en cinco años, si bien algunas asignaciones han subido, como la renta fija euro y, ligeramente, la renta fija no euro. Lo han hecho a costa de las posiciones en activos monetarios, que han pasado del 18,7% a finales de 2019 al 4% actual.
Por su parte las asignaciones a renta variable se mantienen estables en niveles próximos al 28%, con ligeros descensos en la exposición a renta variable euro y ascensos en renta variable no euro (ver tabla).
Fuente: Mercer
Mercer realiza este estudio entre los «large asset owners» o grandes inversores de más de 16 países de todo el mundo. Los grandes tenedores, según su estudio, son aquellos con activos superiores a 5 billones de dólares e incluye fondos de pensiones, aseguradoras, not for profit (endowments, fundaciones, charities), wealth managers y fondos soberanos. En España los fondos tratados corresponden a fondos de pensiones.
¿Y si el catalizador más poderoso para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible no se esconde en la tecnología ni en las fuentes de financiación, sino en nosotros mismos? ¿Y si nuestra mente, nuestra forma de pensar, conectar y sentirnos empoderados para transformar la intención en acción, fuera el puente que falta entre los objetivos ambiciosos y el impacto transformador?
Vivimos en una era de innovación transformadora y movilización de capital, donde herramientas sofisticadas y estrategias de inversión abordan nuestros desafíos globales más urgentes. Sin embargo, el camino hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030 sigue frustrantemente obstaculizado, ya que las soluciones propuestas se ven enredadas en los ciclos políticos de todo el mundo.
Entre los muchos factores que probablemente contribuyen a esta desconexión, uno se pasa por alto dolorosamente: en el corazón de la sostenibilidad residen las personas. Los seres humanos son el corazón palpitante de las soluciones duraderas. Cuando descuidamos la dimensión humana, sacrificamos nuestra mayor influencia para un cambio significativo. Consideremos esta provocativa pregunta: ¿En qué medida una evaluación promedio de factores ESG o de riesgo climático aborda eficazmente el desarrollo interno y la psicología del cambio transformador? Si su evaluación no logra captar estos aspectos de forma significativa, podría estar pasando por alto el catalizador más poderoso para el cambio sistémico a su disposición.
En In|Flow, reconocemos que cerrar la brecha entre las buenas intenciones y los resultados transformadores requiere una introspección tanto como la evaluación de las externalidades materiales. La transformación sostenible no se basa únicamente en la mitigación y las soluciones de riesgos externos, sino en la interacción dinámica de ambos. Esta convicción guía nuestra integración de los Objetivos de Desarrollo Interno (ODI) y la Teoría Integral en nuestro marco de asesoramiento en sostenibilidad e inversión de impacto. Tanto el marco de los ODI como la Teoría Integral afirman que el cambio sostenible requiere cultivar la conciencia interna junto con la acción externa. La Teoría Integral aboga por una amplia gama de enfoques y apoya la transición hacia un enfoque matizado pero holístico. Los ODI son un aliado menos conocido, pero potente, de los ODS de la ONU. Describen las fortalezas internas que necesitamos desarrollar, tanto individual como colectivamente, para abordar eficazmente los desafíos de sostenibilidad de nuestro tiempo.
Las cinco dimensiones del desarrollo interior
El marco de los Objetivos de Desarrollo Interior* se basa en fundamentos científicos y se organiza en torno a cinco dimensiones transformadoras:
Ser (relación consigo mismo): integridad, autenticidad, apertura, autoconciencia y una mentalidad de aprendizaje que cultivan la presencia y el crecimiento personal.
Pensar (habilidades cognitivas): enfatiza la importancia de habilidades cognitivas como el pensamiento crítico, la conciencia de la complejidad y la búsqueda de sentido, lo que facilita una visión a largo plazo y una perspectiva más amplia.
Relacionarse (cuidar a los demás y al mundo): fomentar una profunda empatía, una conexión auténtica y un cuidado compasivo.
Colaborar (habilidades sociales): colaborar eficazmente y comunicarse de forma inclusiva para impulsar un cambio significativo en diversos contextos.
Actuar (favorecer el cambio): la valentía, la creatividad, el optimismo y la perseverancia son las fuerzas impulsoras que impulsan un cambio significativo.
Reimaginar el capital
Los Objetivos de Desarrollo Interior no son habilidades blandas periféricas, como a menudo se intuye. Constituyen capacidades estratégicas fundamentales que moldean la visión de los líderes, la sinergia entre equipos, el florecimiento de las alianzas y, en última instancia, la capacidad de las organizaciones para impulsar la transformación sostenible a gran escala. Es la base innegociable para lograr resultados reales y medibles.
Abordar el cambio climático y la desigualdad profundamente arraigada requiere más que una evaluación de riesgos ESG o el etiquetado de los instrumentos financieros de destino de los fondos. Requiere un profundo cambio de conciencia, una revolución en la forma en que percibimos, conectamos, creamos y expresamos nuestros valores al mundo. Así como las carteras financieras se benefician de la diversificación, debemos ampliar nuestra noción del capital. Solemos asociar el capital con el dinero o los activos financieros, pero en realidad, el capital impregna nuestras relaciones, inteligencia emocional, conocimiento, redes sociales e incluso nuestro sentido de propósito y significado. Cuando invertimos en el desarrollo de estas cualidades humanas (nuestras capacidades y potencial interno), construimos una de las formas de capital más esenciales y poderosas.
El camino por delante
Este artículo marca el inicio de una exploración más amplia. En próximos artículos, profundizaremos en cómo las perspectivas psicológicas pueden ayudar a superar las brechas críticas en las iniciativas de sostenibilidad. Al fomentar tanto el desarrollo interno como la acción externa, podemos crear soluciones que no solo sean sostenibles, sino también verdaderamente transformadoras y enriquecedoras.
¿Estás listo para liberar todo el potencial a tu disposición? ¿Estás listo para explorar las capacidades internas que pueden amplificar tu impacto en el mundo?
Te invitamos a unirte a nosotros en este replanteamiento transformador. En In|Flow, nos comprometemos a colaborar con visionarios que reconocen que liberar el potencial humano es una de las… Los catalizadores más poderosos para el cambio planetario.
Juntos, podemos acortar la distancia entre tu realidad actual y tu potencial para generar un impacto significativo. Al integrar los enfoques tradicionales de sostenibilidad e inversión de impacto con un desarrollo centrado en las personas, creamos las condiciones para un cambio duradero y significativo.
*https://innerdevelopmentgoals.org/framework/
Autoras: Therese Jahre, directora de Capital Relacional, y Constance de Wavrin, fundadora y directora ejecutiva de In|Flow
La incertidumbre en torno a los aranceles continúa, y los mercados de acciones, bonos y divisas se mantienen volátiles. Se han escuchado algunas señales algo positivas sobre posibles acuerdos comerciales —o al menos, negociaciones— con el Reino Unido, Europa y Japón, aunque nada concreto. Incluso China ha dejado entrever su disposición al diálogo si Estados Unidos muestra más «respeto».
¿Está EE. UU. cometiendo un acto de autolesión económica? Esa es la pregunta que nos hacemos esta semana. Todo parece indicar que sí. Los riesgos de recesión han aumentado claramente, pero por ahora no forman parte de nuestro escenario base. De hecho, el posicionamiento de los inversores y los datos de encuestas son extremadamente débiles, por lo que cualquier avance positivo en las negociaciones comerciales podría suponer un catalizador al alza.
El entorno general muestra que el excepcionalismo estadounidense está en entredicho: los consumidores ya han gastado sus ahorros pandémicos, el gasto público y el déficit presupuestario están bajo escrutinio, y la confianza empresarial es débil, lo que probablemente reducirá la inversión. Todo esto ocurre en un entorno ya incierto, agravado por los intentos del presidente Donald Trump de desafiar la autoridad de Jerome Powell e incluso de buscar su destitución. Esto sería un campo minado legalmente y, en cualquier caso, solo eliminaría a uno de los 12 miembros con derecho a voto, por lo que no implicaría necesariamente un cambio en la política de tasas.
¿Qué esperamos entonces si no prevemos una recesión en EE. UU.? Por ahora, la estanflación parece el escenario más probable: crecimiento en torno al 0,5 %, inflación entre el 3,5 % y el 4 %, y una tasa de desempleo que subiría del 4,2 % actual a cerca del 4,7 %. En ese contexto, la Reserva Federal estaría mucho más preocupada por contener la inflación (y las expectativas de inflación) que por el menor crecimiento o el repunte del desempleo, que seguiría por debajo de la media de los últimos 30 años.
Esperamos un impacto significativo sobre los beneficios empresariales si los aranceles se mantienen durante un periodo prolongado, algo que aún no se ha reflejado en las expectativas de consenso. Aunque los bancos de inversión han reducido sus previsiones para el S&P500 a final de año (aunque aún prevén subidas del 15 %), no ha habido una revisión a la baja en los beneficios esperados. Las empresas tienen difícil dar previsiones claras porque están tan a ciegas como el resto del mercado respecto a los aranceles.
También nos preocupan señales en el motor de la economía estadounidense: el consumo. Los datos de encuestas apuntan a un entorno complicado, y este sentimiento podría trasladarse a los datos reales en algún momento.
La confianza del consumidor es muy débil en todos los tramos de renta. Las cifras del Conference Board son bajas y se acercan a niveles de pandemia, mientras que la encuesta de la Universidad de Michigan está cerca de mínimos históricos. Las preocupaciones por el empleo están en niveles típicos de recesión.
Habrá que esperar para ver si la “soft data” se traduce en una debilidad económica real: no siempre ocurre. También es importante tener en cuenta el impacto del flujo de noticias negativas y cómo las caídas bursátiles refuerzan ese sentimiento pesimista.
Anticipamos una etapa volátil en las publicaciones de datos económicos y estaremos muy atentos a los próximos informes.
La volatilidad probablemente no haya terminado: los riesgos en los titulares continúan y los mercados siguen inestables. Las dos mayores potencias económicas del mundo están adoptando políticas que prácticamente paralizan el comercio entre ellas, mientras que el resto del mundo afronta la incertidumbre y trata de mitigar los efectos arancelarios vía negociación.
Sin duda, se trata de un acto de autolesión económica por parte de EE. UU., aunque basado en una ideología que busca impulsar la industria nacional y castigar a potencias como la Unión Europea o China.
¿Provocará una recesión? Es posible, y seguimos atentos a cualquier indicio de que los datos blandos empiecen a reflejarse en datos duros. Si eso ocurre, cambiaríamos nuestra visión y probablemente veríamos más caídas en unos mercados que aún no han descontado del todo ese riesgo recesivo.
Morgan Stanley lanzó una nueva plataforma digital dirigida a los operadores más activos. Se llama Power E*Trade Pro y se encuentra actualmente en fase piloto. Su lanzamiento completo está previsto para junio. El anuncio se encuentra en la web de E*Trade, donde con un video se explican algunas de sus funcionalidades.
“Nuestro grupo de operadores sofisticados es muy importante para nosotros”, le dijo Jed Finn, responsable de gestión de patrimonios de Morgan Stanley, a la agencia Bloomberg. Finn explicó que la firma le preguntó a los traders activos más sofisticados del sector qué necesitaban “para llevar vuestro juego al siguiente nivel”.
La nueva plataforma E*Trade permitirá a los operadores personalizar hasta 120 herramientas a través de seis pantallas en una aplicación de escritorio independiente de los actuales productos web y móvil de la empresa. En la página web, se anuncia que tendrá una «personalización casi ilimitada y compatibilidad con varios monitores», así como «gráficos y análisis técnicos avanzados», con más de 145 estudios y dibujos técnicos. También incluirá «herramientas simplificadas como cadenas de opciones personalizables, la posibilidad de seguir y negociar futuros».
El lanzamiento coincide con la gran volatilidad que atraviesan los mercados financieros a partir de la política arancelaria de Donald Trump, que desató una guerra comercial pero que a su vez impulsó los volúmenes de negociación en las plataformas de intermediación. En E*Trade, el 4 y el 7 de abril fueron los dos días de mayor volumen en más de tres años, según Finn. Las tarifas fueron anunciadas por el presidente estadounidense el 2 de abril, llamado por Trump el «Liberation Day».
En octubre de 2020, Morgan Stanley completó la compra de E*Trade por 13.000 millones de dólares, lo que supuso la mayor adquisición por parte de un gran banco estadounidense desde la crisis financiera de 2008. Este movimiento amplió significativamente las capacidades de gestión patrimonial de Morgan Stanley, añadiendo más de 5 millones de cuentas de clientes minoristas y aproximadamente 360.000 millones de dólares en activos.
Con esta nueva plataforma, Morgan Stanley competirá directamente con Thinkorswim, de Charles Schwab, y Legend, de Robinhood Markets.