
El pasado 29 de mayo, Funds Society celebró su II Investment Summit Alternativos en Toledo, en el Hotel Eurostars Palacio Buenavista. Tras la sesión inaugural, que contó con expertos de CAIA, siete gestoras -Abacus Global Management-Carlisle, Candriam, Invesco, Lazard, M&G Investments, Natixis Investment Managers y UBP- presentaron sus estrategias para navegar un entorno de volatilidad en el que los activos alternativos pueden ayudar a sortearla y, sobre todo, a obtener fuentes adicionales de rentabilidad para diversificar y descorrelacionar las carteras. En este artículo hablamos de tres de esas estrategias alternativas, en este caso totalmente líquidas, de la mano de Candriam, UBP y Lazard, que presentaron sus ideas en renta fija global, infraestructuras cotizadas y gestión sistemática.
Candriam: estrategia alternativa en renta fija global
No todo giró en torno a los mercados privados en el II Funds Society Investment Summit Alternativos: las estrategias alternativas líquidas destacaron en el evento. Una de ellas fue la presentada por Candriam, que habló de su estrategia flexible y de alta convicción en renta fija global Candriam Bonds Credit Alpha, un vehículo alternativo líquido en formato UCITS. Se trata de una estrategia dinámica que se ajusta a distintos entornos de mercado, gestionando activamente la exposición al crédito y la duración para responder a las condiciones cambiantes. Se posiciona en largo en compañías con alta convicción y en corto en aquellas sobrevaloradas. Además, utiliza arbitrajes en divisas, curvas de tipos y cash vs CDS, con una gestión cuidadosa de los riesgos, que funciona en cualquier escenario.
Ignacio Martín Villalba, Client Relationship Manager en la entidad, recordó que Candriam -perteneciente al grupo New York Investments y su nombre es un acrónimo de “conviction and responsability in asset management»- es una gestora multi especialista global, que cuenta con participaciones en varias gestoras especializadas, muchas de ellas en mercados cotizados pero también en mercados ilíquidos (en concreto, en Europa, participa en una de deuda privada, otra de private equity y una tercera de real estate). No obstante, optó por presentar en el evento su fondo global flexible de renta fija -invierte en todo el espectro crediticio, tanto IG como HY, con una exposición neta a crédito de [-100%;+100%], con el universo de inversión centrado en los países desarrollados-, gracias a sus buenas cifras y a la oportunidad de inversión que presenta en cualquier entorno (también en los más adversos). El fondo cuenta con un objetivo de retorno absoluto, volatilidad máxima por folleto por debajo del 10% (ha mantenido una volatilidad controlada del 1,2% desde su lanzamiento en febrero de 2021) y ha ofrecido altas rentabilidades, con una ratio de sharpe de 3.
Con su estrategia -de alta convicción reflejada en sus entre 30 y 50 posiciones-, el fondo logra descorrelacionar las carteras de varias formas, explicó Martín Villalba: “La parte básica es que compra lo bueno y vende lo malo, es decir, compra lo barato y vende lo caro, con una estrategia fundamental long-short: cuando vemos valoraciones decentes deshacemos posiciones, el último penique que se lo quede otro. Además cuenta con una pata ‘quantitative long-short’, que aporta más valor cuando hay mucha dispersión en el mercado”. Como ejemplo de estrategias de esta segunda parte de arbitraje cuantitativo, el experto explicó que juegan con la estructura de capital de las compañías: “El equipo conoce toda la estructura y, si ve cosas sin sentido, como por ejemplo un bono senior que se comporta como un híbrido y ofrece un spread mínimo, y viceversa, se posiciona largo de uno y corto del otro. Otro ejemplo son bonos en diferentes divisas, como en euros y dólares: tienden a comportarse igual a largo plazo y por eso si al principio vemos que no es así y que hay un diferencial que va a cerrarse, nos posicionamos”, explicó. En cuanto a duraciones, también son muy activos, así como en exposición neta (pueden posicionarse neutrales, muy cortos o muy largos con la finalidad de adaptarnos a todas las situaciones). El fondo hoy cuenta con una exposición neta del 0% y bruta de más 128; cuenta con 62 títulos, de los que 44 son largos y cortos de compañías, 11 son arbitrajes, y siete son coberturas sobre la cartera. Y es que, para el gestor, “diversificar no es tener muchas posiciones sino entender cómo se
comportará una compañía con respecto al resto de compañías que tiene en cartera”.
Sobre sus posiciones, favorece sectores como sanidad, energía y media, firmas menos cíclicas y afectadas por aranceles, mientras mantiene una visión negativa sobre sectores como energía, automóviles o retail, en EE.UU. “Cuando el gestor ve a una compañía muy castigada y le ve sentido, entra, intenta ser un poco contrarian, pero no especulativo”, decía Martín Villalba. Eso sí, «cuando se pone corto no se posiciona en un nombre distressed, que ya ha sufrido, sino en nombres sobrevalorados donde el riesgo es menor», explicaba Elena Guanter Ros, Managing Director para los mercados de Iberia y América Latina en Candriam. “La rotación de la cartera es muy alta, de media de 2-3 veces aunque puede alcanzar las cuatro, pero siempre en función de la coyuntura económica. No nos preocupa tener rotación, eso quiere decir que hay muchas oportunidades, es gestión activa de verdad”, contaban los expertos.
Sobre su comportamiento en los diferentes entornos de mercado, en un momento lateral, con poca dispersión, ofrece rentabilidades de cash más 2%; y cuando hay dispersión busca un más 7%: en un ciclo normal busca cash más 4%, con una volatilidad controlada. Sin duda, una estrategia a considerar en un entorno tan volátil como el actual.
Lazard: infraestructuras cotizadas con un enfoque preferente
Invertir en infraestructuras cotizadas puede, a priori, no parecer exactamente un tipo de inversión alternativa, pero, ahora, gracias a la “descorrelación” que ofrece frente al resto del mercado, puede considerarse así. “No deja de ser un activo de renta variable, pero no sigue todos los parámetros que pueden influenciar a un activo de este mercado”, afirmaba Sergio Gámez, responsable de Ventas Institucionales de Lazard Asset Management. Y sobre todo porque la apuesta presentada por la gestora en el II Funds Society Investment Summit Alternativos se centra en las llamadas “infraestructuras preferentes”, algo que la diferencia del resto.
¿Pero qué entienden por este término? Se trata de activos físicos que la sociedad necesita para facilitar un funcionamiento ordenado (por ejemplo, aeropuertos, autopistas de peaje, redes de transmisión/distribución, servicios de abastecimiento de agua, torres de telecomunicaciones…), con gran visibilidad de flujos de caja futuros, bajo riesgo de pérdida de capital e ingresos protegidos contra la inflación, y que estén en países de la OCDE, para evitar mercados emergentes donde la regulación pueda jugar malas pasadas. “Las infraestructuras preferentes son aquellas que tienen ventajas comparativas frente al resto como certeza de ingresos –ante una demanda más estable derivada de situaciones de monopolio u oligopolio-“, explicaba Gámez, además de otras características como precio regulado y vinculado a la inflación, ingresos recurrentes, márgenes de explotación elevados, apalancamiento sostenible, estructura de costes adecuada, control de riesgos y consideraciones ESG. Firmas que dan forma a una cartera concentrada y selectiva, con enfoque bottom up y en la que los sectores son el resultado de la selección de compañías. Así, la cartera está compuesta por entre 25 y 50 valores, seleccionados a partir de un universo de 400 firmas en un proceso que consta de cuatro fases y en el que cobra especial relevancia la clasificación cualitativa del riesgo, fase en la que las compañías se clasifican según su grado de preferencia (constancia del crecimiento, posición monopolística u oligopolística con barreras de entrada elevadas, demanda inelástica y claridad regulatoria, además del factor temporalidad –más de 30 años de recurrencia en los ingresos-, margen de explotación del 60%, apalancamiento menor al 25% y coste de volatilidad altamente predecible, la base de una estructura preferente).
Por países, “las valoraciones en EE.UU. son altas y por eso ahora el fondo está más centrado en Europa”, destacaba Alberto Goicoechea, responsable de Ventas Institucionales de Lazard Asset Management, si bien empiezan a ver algunas oportunidades específicas dentro de los servicios públicos estadounidenses. Actualmente el fondo se compone de 26 firmas, presentes en 22 mercados –con peso significativo de Reino Unido, Italia, Francia o España, en nombres como Aena o Ferrovial-, ofreciendo variedad sectorial (autopistas, infraestructuras de agua, gas o electricidad, carreteras…) y una cartera muy estable, sin cambios desde el pasado diciembre. “El estudio de una firma no es rápido y hay que ver en qué sectores y de qué forma aprovechar el gasto renovado en Alemania, pues el resultado puede verse en muchas décadas”, matizaba Gámez. El componente ESG es también clave en la selección de firmas: “Los criterios ESG están incluidos dentro de la selección igual que otros criterios financieros o fundamentales”, añadía Goicoechea.
Sobre sus objetivos, Lazard Global Listed Infraestructure -fondo UCITS lanzado en 2012, aunque la estrategia data de 2005- es un vehículo que busca rentabilidades a largo plazo, defensivas y de baja volatilidad invirtiendo en una gama de empresas de todo el mundo que proporcionen a los inversores una rentabilidad de inflación +5% anual durante periodos de cinco años. “Ofrece una rentabilidad superior a la de la renta fija; con respecto a la renta variable ofrece un gap de rentabilidad pero bate al índice global de infraestructuras de forma anualizada, tanto a cinco como a 10 años. El fondo recoge un 77% de las subidas de la renta variable, y un 56%-57% de las bajadas, ofreciendo esa “descorrelación”. El balance es positivo en rentabilidad -la TIR media del fondo desde su creación ha sido de un 11,8%- y con una volatilidad siempre más baja, pues la beta del fondo es del 0,67%”, recordaba Gámez.
Para los expertos de Lazard AM, en un entorno de alta inflación –no más que ahora, pero sin que siga bajando a ritmos como los vistos hasta ahora y afectada por el tema aranceles-, bajo crecimiento o recesión, este tipo de estrategia con enfoque defensivo y conservador, que les lleva ahora a aprovechar algunas oportunidades por valoración en Europa, puede funcionar muy bien. “Las características preferentes de ingresos deben funcionar bien en un periodo de inflación que será más elevada de lo que el mercado está descontando, bajo crecimiento y o recesión”, comentaba Goicoechea, añadiendo el atractivo de la valoración: “El PE actual de la cartera se negocia con un descuento del 21% frente a la media de los últimos 15 años, y ofrece una rentabilidad relativa por dividendos del 70% por encima; respecto al ebitda, el descuento es del 15% y frente al ebitda relativo, del 13%”. “El contexto es positivo pero no todas las infraestructuras valen, el timing de entrada es importante y la valoración, selección y gestión de compañías es el punto diferenciador de la estrategia, lo que explica su baja rotación”, resumía Gámez.
UBP: gestión sistemática para generar una verdadera diversificación
Más allá de las estrategias alternativas en renta fija o variable, UBP presentó una apuesta alternativa líquida basada en gestión sistemática y con un enfoque cuantitativo diversificado, que aglutina cuatro estrategias subyacentes (macro sistemático, corto plazo, seguimiento de tendencias y estrategias cuantitativas en acciones). El ponente, Fredrik Langenskiöld, Senior Investment Specialist, recordó que la entidad lleva medio siglo invirtiendo en gestión alternativa, con estrategias de alta convicción que han evolucionado mucho y algunas de las cuales –aquellas en formato UCITS- van posicionando en su sicav irlandesa, creada hace diez años.
El experto dibujó un nuevo entorno de mercado, a partir de la década de 2020, en el que es tiempo de volver a invertir en estrategias alternativas líquidas, tras unos años de menor rentabilidad (de 2010 a 2019) y tras los años dorados vividos entre 1990 y 2009, con rendimientos atractivos frente a la renta variable, en un contexto de tipos positivos y mercados guiados fundamentales, no por bancos centrales. “A partir de 2010 vivimos una década perdida, 10 años en los que los mercados estuvieron guiados por la intervención de las autoridades monetarias, con volatilidad baja, poca dispersión entre activos, cuando convenía ponerse largo en bonos o acciones y cerrar los ojos. Pero tras 2020 y tras el covid entramos en una tercera fase, con mayor inflación y tipos al alza, más volatilidad y dispersión entre activos y un mercado que empezó a apreciar los activos por fundamentales y no solo por las intervenciones de los bancos centrales: en este escenario, los rendimientos de la industria alternativa han mejorado pero hay que recordar que solo un pequeño porcentaje del universo (10.000 fondos) es de alta calidad, solo 200-300 agregan valor”, matizaba el experto. Hoy pueden hacerlo en un entorno de incertidumbres que pesan en los mercados, como el impacto de los aranceles, los temores de recesión, el fin de la superioridad de EE.UU., las altas valoraciones de las tecnológicas, la persistencia de la inflación, los debates presupuestarios o el renacimiento europeo, que implican volatilidad y más volatilidad.
Y además, en un entorno en el que la correlación en la asignación de activos entre renta fija y variable está en entredicho: “La correlación ha subido. Antes de 2000, hubo décadas en las que esa correlación fue positiva, para luego ser negativa en los años dorados de las carteras 60-40, y hace un par de años de nuevo se dio la vuelta. Así que la cuestión es cómo diversificar: en una cartera 60-40 al final más de un 80% está en renta variable. En UBP ofrecemos una cartera (U Access-Campbell, en formato UCITS desde 2020) en la que el 60% del rendimiento no se explica ni por los mercados de renta variable ni de renta fija, ofreciendo una verdadera diversificación y menor volatilidad gracias a la descorrelación, pero sin sacrificar el rendimiento”, explicaba. Campbell & Co, partner de UBP desde hace más de 5 años, es también pionero en gestión alternativa, especializado en estrategias sistemáticas o cuantitativas, con más de 50 años de historia y con la innovación escrita en su ADN. La gestora tiene sede en Baltimore, fuera de los centros financieros y es foco de atracción de talento un poco diferente (ingenieros, matemáticos… profesionales que no vienen del mundo de los mercados).
El fondo se compone de cuatro estrategias distintas, descorrelacionadas y que funcionan en diferentes entornos de mercado, con una rentabilidad destacada dentro de su categoría, similar a la de las acciones, sin sensibilidad a los mercados tradicionales. Así, toma posiciones cortas y largas en acciones, sin beta (estrategia cuantitativa en acciones de mercado neutral), aprovecha la descorrelación entre los bancos centrales actual en la estrategia cuantitativa macro, o hace apuestas de momentum (viendo tendencias a más largo plazo, como tres meses) o a plazos muy cortos (short term), dividiendo el riesgo entre esas cuatro estrategias, con una asignación estable del 25%. Como ejemplos de inversiones de la cartera (que invierte sistemáticamente en una amplia gama de activos —renta fija, renta variable, divisas, crédito y acciones— utilizando más de 130 fuentes de alfa a través de más de 80 mercados y 1.500 acciones), el experto destacó recientes apuestas de momentum y corto plazo sobre el yen japonés, de la libra contra el dólar en quant macro o la apuesta long-short entre empresas que pagan a tiempo sus facturas y aquellas que lo hacen con retraso, detectando potenciales problemas financieros.
La ventaja de juntar las cuatro estrategias en un fondo, en lugar de invertir en ellas de forma individual, es que por separado tienen tendencia a ser cíclicas, con años buenos y malos mientras, en conjunto, se descorrelacionan entre sí, compensando unas el funcionamiento de otras. Por ejemplo, este año las estrategias de medio plazo han sufrido por las medidas tomadas por Trump, frente a las otras tres que sí han logrado capturar ineficiencias. En conjunto, la estrategia logra resistir negativos momentos de mercado, ofreciendo más rentabilidad que una cartera 60/40 y de forma constante, estable, sin ciclos fuertes, con volatilidad inferior. “Para tener una buena asignación de activos hoy es importante ver más allá de los tradicionales, y buscar descorrelación y ésta es una estrategia a tener en cuenta. No hace falta hacer timing de mercado pues es un fondo multiestrategia ‘all weather’ que ofrece estabilidad de rendimientos y que ha resistido bien los primeros cuatro meses del año, ofreciendo una alta liquidez en formato UCITS”, añadía Langenskiöld.
“En UBP hemos sido pioneros seleccionando fondos de inversión alternativa. Campbell se fundó en 1972 y es un ejemplo de firma que innova, cambia para mejorar y nos da estabilidad. Su fondo sirve para buscar retornos descorrelacionados de los mercados tradicionales, invirtiendo en estos activos pero sin importar si suben o bajan, analizando datos para construir modelos que dan señales de compra y venta. Con estos modelos, es clave la no subjetividad a la hora de tomar decisiones”, resumía Mónica Arnau, Director – Senior Sales Iberia & Latam en UBP Asset Management (Europe) SA Sucursal en España.