La industria biofarmacéutica genera un crecimiento de gran éxito

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Si nos fijáramos en la rentabilidad de las acciones de biotecnología en los últimos dos años, se podría pensar que el potencial de crecimiento del sector se ha estancado o incluso parado por completo. Desde que tocó techo en febrero de 2021, el principal motor de innovación del sector, un índice amplio que incluye biotecnologías de pequeña y mediana capitalización, se ha depreciado casi un 60 %. (En comparación, el índice S&P 500 se apreció un 8,5 % en el mismo período).

Ahora bien, si observamos más allá de la evolución del mercado general, la cosa cambia por completo. El año pasado los ingresos derivados de medicamentos superventas (los que generan unos ingresos anuales de 1.000 millones de dólares o más) superaron los 460.000 millones de USD, un 12 % más que el año anterior. Hace solo cinco años, los ingresos de medicamentos superventas apenas eran la mitad. Además, el número de medicamentos superventas ha crecido rápidamente. En 2022 había casi 120, a diferencia de solo dos en 2000.

La venta masiva de títulos de biotecnología puede deberse a muchas razones, entre ellas unas valoraciones que llegaron a estar infladas durante la COVID-19 y la incertidumbre normativa que produjo el cambio de liderazgo en la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Más recientemente, el aumento de los tipos de interés ha supuesto un escollo. Mientras tanto, la innovación del sector ha ido ganando impulso y no tardará en ser difícil de ignorar. Este año más de 75 nuevos medicamentos están pendientes de aprobación por la FDA, lo que podría producir un número récord de lanzamientos de nuevos fármacos en el año. (Actualmente, el récord se sitúa en 59 en 2018.3) Además, muchas de las terapias sometidas a examen podrían representar avances médicos susceptibles de alterar el nivel de atención médica y marcar el inicio de ciclos de productos de 10 años.

Piense en NASH, una forma de enfermedad del hígado graso no alcohólico. Aunque más de 10 millones de personas en EE. UU. padecen NASH, no existen tratamientos aprobados para tratar la afección, que se está convirtiendo rápidamente en una de las principales causas de insuficiencia hepática. Eso podría cambiar en el futuro próximo: la FDA revisará un medicamento en los próximos meses, y otros dos han arrojado datos impresionantes en ensayos clínicos, incluida la capacidad de mejorar la fibrosis (cicatrización de los tejidos) y resolver la NASH en un porcentaje significativo de pacientes.

Estos tipos de avances médicos se están generalizando, desde el tratamiento de enfermedades raras que afectan a unos pocos miles de pacientes hasta afecciones que afectan a millones de personas. Por ejemplo, las ventas de productos contra la COVID-19 superaron los 90.000 millones de dólares en 2022, siendo una enfermedad que ni siquiera existía hace tres años. Aunque se prevé que estos ingresos descenderán en 2023, otros grandes mercados finales (obesidad, diabetes, hemofilia, cáncer y enfermedad de Alzheimer, por citar algunos) podrían registrar un fuerte crecimiento de los ingresos. Por ejemplo, en un ensayo clínico en fase avanzada realizado el año pasado para tratar la obesidad, una terapia logró una pérdida de peso de hasta el 20 %, un nivel que antes solo se lograba mediante cirugía bariátrica. Y en enero, la FDA aprobó Leqembi, un fármaco para tratar el Alzheimer, el primer tratamiento capaz de ralentizar claramente la tasa de deterioro cognitivo en las primeras fases de la enfermedad.

Tapar los agujeros de ingresos se está convirtiendo cada vez más en una necesidad para las farmacéuticas de gran capitalización. Durante los próximos cinco años, se prevé que se pierdan más de 160.000 millones de dólares en ventas de medicamentos debido a vencimientos de patentes y la competencia de genéricos y biosimilares. Al mismo tiempo, la Ley de Reducción de la Inflación, aprobada en 2022, permitirá que el gobierno federal de EE. UU. negocie los precios de determinados fármacos a partir de 2026. Aunque continúa sin conocerse las consecuencias de estas y otras leyes, algunos fabricantes de medicamentos ya han advertido que tendrá efectos negativos en ciertas iniciativas de investigación o ventas.

Confiamos en que la industria pueda gestionar tanto la pérdida de exclusividad como los cambios normativos (se prevé que las ventas mundiales de medicamentos con receta alcancen los 1,6 billones de dólares hacia 2028, un 40 % más que en 2022). Sin embargo, para muchas grandes empresas farmacéuticas, mantener el crecimiento exigirá una mayor actividad de desarrollo comercial, incluidas fusiones y adquisiciones. Los retos venideros subrayan la necesidad de identificar a las empresas más amenazadas y aquellas que podrían beneficiarse. Como hemos señalado a lo largo del año pasado, las compañías farmacéuticas de gran capitalización disponen de una tesorería estimada de 500.000 millones de dólares para reponer las carteras de productos en desarrollo. Creemos que la combinación de bajas valoraciones y aceleración de la innovación en biotecnología crea un potencial alcista: de las operaciones anunciadas en los últimos meses, muchas han ofrecido primas iguales o superiores al 100 %. Si continúan desarrollándose nuevos medicamentos innovadores para cubrir necesidades médicas acuciantes no atendidas, creemos que llegarán más operaciones de éxito.

 

Tribuna de Andy Acker, gestor de carteras de Janus Henderson Investors. 

Pese a lo complicado que fue 2022 para muchos fondos sostenibles, seguimos confiando en nuestro proceso de inversión

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2022 fue un año complicado para muchas estrategias de inversión sostenible. La combinación de inflación, tipos de interés crecientes y la terrible guerra en Ucrania condujo a los inversores hacia las acciones value, de materias primas, de defensa y bancarias, y los alejó de las acciones de calidad que suelen predominar en los fondos sostenibles.

Como somos un fondo que se centra principalmente en limitar el cambio climático y alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, no tenemos exposición a compañías energéticas tradicionales. Esto tuvo un efecto negativo sobre la rentabilidad relativa: el sector de la energía fue el de mejor comportamiento el año pasado, debido a la disrupción continuada de los sistemas energéticos globales y a la consiguiente subida de sus precios.

En lugar de aplicar cambios a corto plazo, el fondo se gestiona con un enfoque a largo plazo, de naturaleza reflexiva y paciente. En 2022 mantuvimos un enfoque equilibrado y fiel a nuestro proceso de inversión, monitorizando en todo momento a nuestras participadas y a las empresas en nuestra lista de seguimiento, en lugar de responder a cambios en el sentimiento del mercado.

Buscamos compañías que tienen el potencial de permanecer en cartera durante 10 años, a través de muchos ciclos económicos. Específicamente, invertimos en empresas que consideramos de calidad, capaces de aportar resiliencia durante fases difíciles y que brinden oportunidades de crecimiento en mercados alcistas. Esta apuesta centrada en la calidad benefició al fondo en 2022.

Consideramos que una compañía es de calidad superior si tiene una ventaja competitiva que le permita crear valor muy por encima de su coste de capital, y soportar mejor determinadas conmociones externas como recesiones, shocks de capital y costes de insumos crecientes. A nivel fundamental, esta no es una mala posición en la que encontrarse, especialmente ahora que los bancos centrales no mantienen el coste del capital en niveles insosteniblemente bajos y que el crecimiento del PIB podría verse frenado por las tendencias de menor globalización, costes de financiación crecientes y un menor acceso a capital para crecer.

Además, creemos que muchas de las compañías en cartera también podrían beneficiarse de tendencias estructurales a largo plazo. Las emisiones de gases de efecto invernadero deberán reducirse de forma significativa en las próximas décadas para alcanzar los objetivos fijados en el Acuerdo de París. Creemos que estos objetivos elevarán la demanda de energía limpia y de soluciones de eficiencia energética, dos áreas a las que está expuesto el fondo. Los altos precios de la energía también impulsarán a esta última, dado el número creciente de empresas tratando de reducir su consumo de energía.

Con todo, y pese a lo complicado que fue 2022 para muchos fondos sostenibles, seguimos confiando en nuestro proceso de inversión y en las compañías que tenemos en cartera: creemos que seguirán ofreciendo potencial de aportar buenas rentabilidades financieras a los inversores y contribuyendo de forma significativa a la acción por el clima a nivel global.

 

Comentario de John William Olsen, gestor del M&G (Lux) Global Sustain Paris Aligned Fund

 

El M&G (Lux) Global Sustain Paris Aligned Fund es un fondo de renta variable global con una cartera compuesta habitualmente por menos de 40 compañías. El fondo trata de alinearse con los objetivos del Acuerdo de París sobre el cambio climático, concentrándose en empresas que toman medidas climáticas positivas, ya sea reduciendo sus propias emisiones o proporcionando soluciones para que otras lo hagan. Las participadas también deben tener buenas credenciales de sostenibilidad y no causar perjuicios significativos a través de sus actividades.

El fondo se gestiona con un enfoque centrado en los resultados, analizando el impacto real de cada compañía en la que invertimos en lugar de concentrarnos solamente en datos de emisiones a nivel de cartera. También dialogamos con sus equipos directivos para promover mejoras, por ejemplo, pidiéndoles que se fijen objetivos basados en la ciencia (Science Based Targets) para reducir sus emisiones.

Principales riesgos que podrían afectar a la rentabilidad del fondo:

  • El valor y los ingresos de los activos del fondo podrían tanto aumentar como disminuir, lo cual provocará que el valor de su inversión se reduzca o se incremente. No puede garantizarse que el fondo alcance su objetivo, y es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente.
  • Puesto que el fondo posee un número pequeño de inversiones, la caída en el valor de una única inversión podría tener un mayor impacto que si el fondo poseyese un mayor número de inversiones.
  • El fondo puede estar expuesto a diferentes divisas. Las variaciones en los tipos de cambio podrían afectar al valor de su inversión.
  • La inversión en mercados emergentes entraña un mayor riesgo de pérdida debido a la intensificación de los riesgos políticos, fiscales, económicos, cambiarios, normativos y de liquidez, entre otros. Por tanto, podrían presentarse dificultades a la hora de comprar, vender, custodiar o valorar las inversiones en tales países.
  • En circunstancias excepcionales en las que no resulte posible valorar los activos a valor de mercado o estos tengan que venderse con descuentos importantes para recaudar efectivo, el fondo podría suspenderse temporalmente en pos de los intereses de todos sus inversores.
  • El fondo podría incurrir en pérdidas en caso de que una contraparte con la que hace negocios se negase a devolver el dinero adeudado al fondo o no fuese capaz de devolverlo.
  • Los riesgos operativos derivados de errores en las operaciones, valoración, contabilidad e informes financieros, entre otras cosas, también pueden afectar al valor de sus inversiones.
  • La información ESG de proveedores de datos externos puede estar incompleta, ser imprecisa o no estar disponible. Existe el riesgo de que el gestor de inversiones evalúe incorrectamente un valor o emisor, lo que puede dar lugar a la inclusión o exclusión incorrecta de un valor en la cartera del fondo.
  • Tenga en cuenta que invertir en este fondo significa que se adquieren participaciones del mismo, por lo que no se está invirtiendo en el activo subyacente (ej., un inmueble o acciones de una compañía, que solo serían los activos subyacentes de dicho fondo).
  • Para obtener más información de los riesgos aplicables a este fondo, consulte el Folleto.

«Primero gradualmente y después de repente»: el endurecimiento monetario empieza a hacer mella

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Foto cedidaJerome Powell, presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).

En octubre de 2022, unas semanas después de la crisis que había sufrido la deuda pública británica en septiembre, destacamos que había aumentado el riesgo de turbulencias financieras a causa del brusco endurecimiento de las condiciones financieras y la política monetaria tras más de una década de dinero barato (véase el artículo titulado El momento de la verdad).

Como sospechábamos, el drama que vivieron los mandatos LDI en el Reino Unido el pasado otoño fue solo el primero de estos incidentes. En marzo de este año se produjo otro, cuando la debilidad de los bancos regionales de EE. UU. quedó al descubierto, mientras que la caída de Credit Suisse (que ya partía de una posición endeble) constituyó una prueba palpable de las tensiones que se acumulaban en el sistema.

Como actividad empresarial, la banca gira en torno a gestionar los desfases entre los vencimientos y la liquidez, por lo que un entorno marcado por unas curvas de rendimientos persistentemente invertidas y un fuerte aumento de los tipos de la deuda pública no ayuda en absoluto. Eso no quiere decir que todos los bancos deban verse como candidatos a la quiebra (se puede ampliar la información en este artículo reciente de nuestros especialistas en deuda del sector financiero), pero es evidente que las posiciones de partida y los modelos de negocio más débiles que funcionaban en un contexto de tipos bajos y estables podrían hacer agua en este nuevo entorno.

Los posibles errores de supervisión y las lagunas en la regulación también son factores a tener en cuenta. La crisis financiera mundial fue efectivamente un problema «crediticio», de ahí que la intervención de los reguladores se centrara en las herramientas para evitar que se repitiera, sin prestar apenas atención al riesgo de tipos de interés (al menos en EE. UU.). Los acontecimientos recientes también nos recuerdan que los cambios en la política monetaria pueden tardar en manifestarse, pero cuando lo hacen, lo hacen de forma bastante elocuente, como la descripción que nos dejó Hemingway de cómo la gente se arruina («De dos maneras: primero gradualmente y después de repente»).

En los últimos trimestres, la tendencia de los indicadores adelantados venía apuntando hacia una desaceleración macroeconómica; así, por ejemplo, los PMI manufactureros siguen anclados por debajo de 50 en EE. UU., la zona euro, Reino Unido y Japón, mientras que el IPC de EE. UU. cayó por noveno mes consecutivo, alcanzando su nivel más bajo desde mayo de 2021. Los próximos meses serán determinantes para ver posibles cambios sustanciales en las tendencias, especialmente en los datos del mercado laboral.

Sin embargo, por el momento nos parece que la principal consecuencia de los sucesos recientes podría ser una vuelta de tuerca al endurecimiento de las condiciones de concesión de préstamos. Estas ya venían deteriorándose durante los últimos meses en Europa y especialmente en EE. UU., donde se ha observado una importante huida de depósitos de los bancos regionales. Los tipos más altos que ofrecen las alternativas existentes en los mercados monetarios y la ausencia (hasta ahora) de una garantía total para los depósitos por encima de 250.000 dólares son factores que explican esta tendencia. La mayor incertidumbre en torno a los depósitos podría reducir la predisposición a prestar de los bancos regionales.

Mantenemos la exposición a los mercados de bonos corporativos, con un sesgo hacia la duración baja, los sectores defensivos y el papel garantizado. Sin embargo, durante las últimas semanas hemos empezado a ver razones para reducir gradualmente nuestra exposición general a bonos corporativos. Si surgen más señales de debilidad macroeconómica, podríamos asumir una postura más conservadora en bonos corporativos.

Aunque los bancos regionales/pequeños (la Fed define como bancos «pequeños» a aquellos que se encuentran por debajo de los primeros 25 por volumen de activos) son menos importantes estructuralmente hablando, colectivamente siguen representando un gran componente del mercado de préstamos de EE. UU., especialmente a las empresas más pequeñas, que son un motor clave del crecimiento. Los inmuebles terciarios son un área de especial interés para estas entidades de crédito; así, los préstamos para inmuebles terciarios en vigor concedidos por los bancos pequeños prácticamente multiplican por 2,5 veces el volumen equivalente concedido por los grandes bancos. Este hecho se observa en un entorno en el que las tasas de disponibilidad en el sector de las oficinas estadounidenses se mueven en máximos históricos.

En términos generales seguimos pensando que en EE. UU. se avecina un aterrizaje forzoso debido al deterioro de la transmisión del crédito. En el plano de la inflación, seguimos apreciando factores estructurales que apuntan a una caída de los precios a partir de ahora, a la que contribuirán decisivamente los bienes de consumo y los precios de las materias primas. La naturaleza retrasada de la inflación de la vivienda (que en febrero representó el 70% del IPC subyacente en tasa mensual) hace que esta todavía pueda tardar algún tiempo en replicar el crecimiento entre plano y bajo que observamos en los mercados de alquiler en tiempo real. Las lecturas recientes han mostrado también cierta desaceleración en el crecimiento de los salarios.

Las consecuencias en forma de menor crecimiento e inflación en EE. UU. restarán argumentos a la Fed para seguir endureciendo la política monetaria. Por lo tanto, consideramos que pronto podría llegar la hora en que la Fed pulse el botón de pausa.

En nuestra estrategia de renta fija sin restricciones, y siendo conscientes de que sigue habiendo margen para que los rendimientos desciendan de forma sustancial durante los próximos 12-18 meses, la deuda pública vuelve a perfilarse como una cobertura efectiva contra la volatilidad de los bonos corporativos. A pesar del reciente ajuste en los precios, seguimos encontrando oportunidades en las curvas de rendimientos de los mercados desarrollados (especialmente en EE. UU., Australia y Nueva Zelanda) y en algunos mercados emergentes (Corea del Sur y Brasil).

 

Tribuna de opinión de Ariel Bezalel y Harry Richards, gestores de Jupiter AM. 

Muzinich & Co. ficha a Chris Price para reforzar su foco en el segmento institucional de seguros

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Foto cedidaChris Price, nueva incorporación de Muzinich & Co.

Muzinich & Co. ha anunciado la incorporación de Chris Price para liderar las actividades de la firma en Europa y Reino Unido con compañías aseguradoras. Según indican desde la firma, Price estará ubicado en las oficinas de Londres y trabajará en estrecha colaboración con los equipos institucionales de Muzinich en el Reino Unido y Europa, así como con Lloyd Ayer, director de Insurance Advisory en Estados Unidos. 

A raíz de este anuncio, Justin Muzinich, consejero delegado, ha declarado: “Contamos con una sólida plataforma de inversión en mercados públicos y privados a escala mundial, respaldada por un profundo enfoque en la gestión de riesgos. Con más de treinta años de experiencia trabajando con clientes para diseñar específicamente soluciones a medida, creo que estamos bien posicionados para satisfacer los requisitos de las compañías aseguradoras en materia de gestión del pasivo a largo plazo y eficiencia del capital”.

Desde la firma destacan que Chris Price cuenta con una carrera profesional de más de cuatro décadas. Antes de incorporarse a Muzinich, fue asesor de empresas de gestión de activos, capital riesgo y fintech, y anteriormente fue director de Insurance Solutions UK en AXA IM, donde dirigió la estrategia de seguros en Reino Unido, además de aportar modelos de asignación de activos y conocimientos contables, normativos y otros conocimientos técnicos.

“Estoy encantado de unirme a Muzinich. Creo que la firma tiene una oferta de productos que debería resultar atractiva para el sector de las compañías aseguradoras en el Reino Unido y Europa. Estoy deseando trabajar con todo el equipo de Muzinich para ofrecer soluciones innovadoras y personalizadas en este segmento tan importante”, ha señalado Chris Price tras su incorporación.

Retorno a los fundamentales y resultados operativos como factores determinantes del desempeño bursátil

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El inicio del año sigue siendo positivo para aquellas compañías relacionadas con los semiconductores, software industrial, servicios informáticos y la automatización, tras un buen desempeño operativo y una demanda bien orientada. Las publicaciones del cuarto trimestre de 2022 arrojaron buenos resultados, mejores de lo esperado para algunas empresas, y llevaron a varias de ellas a revisar al alza sus objetivos, que se mantienen cautelosamente optimistas para el inicio del año.

En este sentido, la reapertura de la economía china post confinamiento por el Covid podría permitir un retorno a mejor fortuna para la actividad de empresas vinculadas al mercado chino, como Rational, Besi, QT Group o Carl Zeiss Meditec, penalizadas el año pasado. Este rebote ya es visible en las cifras de Hexagon y Rational, que recientemente informaron sobre un efecto de recuperación. Carl Zeiss Meditec, que genera el 25% de sus ventas en China, también espera una recuperación en el número de procedimientos de cirugía ocular refractiva y, en consecuencia, de la venta de sus consumibles.

De manera adicional, la gran satisfacción de este inicio de año viene de la mano de QT Group (software para el diseño de interfaces digitales de usuario), que finalizó el año con una fuerte recuperación de las ventas en el cuarto trimestre (+31,5% de crecimiento orgánico) y un crecimiento del EBIT del +107%. El equipo directivo mostró un renovado optimismo con un crecimiento esperado en 2023 de +20% a +30%. De hecho, la compañía podría beneficiarse de la mejora de la situación en Asia, que fue la principal fuente de la reducción de sus previsiones en el segundo trimestre de 2022.

En esta línea, destacamos a modo de principales conclusiones como la normalización de las tensiones en las cadenas de suministro habrían generado una escasez de componentes, de personal y de aumentos salariales. Si bien aún pueden producirse algunas tensiones particulares, estamos viendo un regreso a la normalidad. Por otro lado, observamos también una normalización de la actividad de las empresas de tecnología médica y comercio electrónico, cuya actividad se había beneficiado como consecuencia de la pandemia global del COVID.

De cualquier modo, la más que significativa normalización de los ratios de valoración debería permitir volver a los mecanismos estándar de formación de precios. Con este fin, los inversores podrán abstraerse de los elementos macroeconómicos, que son por naturaleza impredecibles, para centrarse en los modelos económicos y la trayectoria de crecimiento a largo plazo de las empresas.

Desde principios de 2023, asistimos a un aumento de la discriminación entre sectores y valores tras el retorno de los fundamentales y los resultados operativos actuales como factores determinantes del desempeño bursátil. Si bien la volatilidad y el nivel de los tipos de interés continúan jugando su papel, son significativamente menos decisivos que en 2022.

Tribuna de Tribuna de Iván Díez y Francisco Rodríguez d’Achille, socios y directores de Lonvia Capital

Los inversores españoles recuperan la confianza en las bolsas

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Mientras que, en el último semestre de 2022, el precio de la energía y la inflación situaron la confianza de los inversores españoles en las bolsas en valores negativos, el inicio de 2023 les ha devuelto la confianza, animados por la percepción de una mejora en la situación económica y financiera general.

Después de los máximos de 2021, el índice de confianza del inversor español que elabora la gestora internacional JP Morgan Asset Management inició un descenso continuado que tocó mínimos en verano de 2022, y desde entonces ha iniciado una tendencia alcista que ahora parece confirmarse. Así, la confianza del inversor español en la marcha de los mercados durante los próximos seis meses lleva al Índice de Confianza a un + 1,91, un nivel similar al del inicio de 2022, y tres puntos más que al cierre del pasado año, en el que el índice se situaba en – 0,99. 

Según indican desde la gestora, la subida de tres puntos del Índice se debe al aumento de los ahorradores e inversores que se declaran optimistas ante la evolución de las bolsas durante el próximo semestre. Así, un 41,5 % declara que las bolsas experimentarán subidas en los próximos seis meses, frente al 27 % que piensa que bajarán. Un 31,5 % de los encuestados cree que seguirán a los mismos niveles.

El mercado europeo recupera la confianza

El 31,7 % de los encuestados confían en la buena marcha de los mercados del viejo continente y desciende la preferencia por los mercados americano y español (26,5 % y 21, 6 %, respectivamente), que se sitúan como segunda y tercera opción. Asimismo, se produce una leve recuperación de la confianza en el mercado asiático entre los inversores particulares, después de su drástica pérdida de confianza en el último año. Los mercados emergentes, en cambio, no parecen recuperar esa confianza.

Mayor interés por la renta fija

En el primer trimestre de 2023, se produce una clara la subida de la intención de compra de productos de renta fija. Según muestran los datos, durante el último trimestre, un 11,7 % declaraba que invertirá en letras, bonos y productos similares en los próximos meses, frente al 5,7 % de los inversores que afirmaba lo mismo a finales del pasado año.

En cuanto a las diferencias entre optimistas y pesimistas a la hora de adquirir productos financieros, las mayores diferencias se producen en los productos de renta variable. Así, mientras un 21,3 % de los optimistas tienen la intención de invertir en productos de renta variable, solo un 6,5 % declara lo mismo.

Otro dato relevante fue que los fondos de inversión, tras depósitos y libretas de ahorro (sobre todo entre los pesimistas), son los productos con mayor intención de compra: el 16 % declara tener la intención de invertir en ellos (prácticamente igual que a finales de 2022). Esta cifra aumenta hasta el 23 % entre los optimistas. 

Banco Mirabaud continúa su expansión en España con la incorporación de Pedro Tamarit a su equipo de banqueros

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Foto cedidaPedro Tamarit, nuevo banquero miembro del equipo de Mirabaud en Valencia.

Banco Mirabaud anuncia un paso más en su estrategia de expansión en España con el fichaje de Pedro Tamarit Córdoba, que se incorpora al equipo de banqueros de la entidad en Valencia liderado por Luis Capilla. Según indican desde la entidad, desde enero de este año, ha sumado seis banqueros de primer nivel a su equipo de gestión patrimonial en España, que alcanza una plantilla de 35 profesionales.

Con este nuevo nombramiento, la entidad sigue recorriendo la hoja de ruta de un ambicioso plan de fichajes diseñado con el objetivo de consolidar y reforzar su equipo, altamente especializado en gestión de grandes patrimonios y liderado desde el pasado mes de abril por Pedro Dañobeitia, director general el Banco Mirabaud en España, para quien “la llegada de Pedro Tamarit es una muestra más del buen momento por el que pasa el banco en España, con una importante apuesta por el talento y dando continuidad a la ya anunciada estrategia de expansión en nuestro país, que es estratégico para el Grupo Mirabaud y en que planeamos seguir creciendo en los próximos meses.” 

Por su parte, Luis Capilla, máximo responsable de la oficina del Banco Mirabaud en Valencia, ha señalado: “La inclusión en nuestro equipo de un profesional con la trayectoria y el prestigio de Pedro Tamarit en el sector de la gestión patrimonial es un gran valor añadido para dar continuidad al servicio exclusivo y totalmente personalizado que reciben nuestros clientes de banca privada en Valencia, donde ha desarrollado gran parte de su carrera profesional y es altamente reconocido. Nos sentimos muy honrados de contar con él en nuestras filas”. 

Con casi tres décadas de experiencia en el sector financiero, Tamarit se incorpora a Mirabaud desde las filas de Citi Banca Privada UHNW, entidad en la que ha ejercido como banquero privado durante los últimos 17 años ubicado en Madrid. Previamente, formó parte de los equipos de banca privada y gestión patrimonial de Banco Urquijo HNW y Safei Inversiones en Valencia. Otras entidades en las que el banquero ha desarrollado su carrera profesional han sido DextroMédica, Seguros Vitalicio o Banco Sabadell. 

Pedro Tamarit, por su parte, asegura que es un honor formar parte del Banco Mirabaud. “Como banquero, comparto absolutamente los valores de independencia y excelencia que defiende y me siento muy cómodo con el enfoque integral, de convicción, personalizado y a medida del patrimonio y las necesidades de cada uno de los clientes que siempre ha abanderado el banco”.

¿Ha terminado la Fed con su ciclo de subidas de tipos?: argumentos, pegas y matices

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Semana relevante en materia de política monetaria con la reunión de hoy de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y mañana del Banco Central Europeo (BCE). Según los análisis previos, la institución estadounidense podría estar cerca de acabar con el ciclo de subidas de tipos, mientras a la europea aún le quedaría recorrido.

En opinión de Franck Dixmier, director de inversiones global de Renta Fija de Allianz Global Investors, tras más de un año de subidas de los tipos de interés, el actual ciclo de subidas de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) está llegando a su fin. El experto, al igual que el consenso de mercado, prevé una subida de tipos de 25 puntos básicos, pero matiza que podría ir acompañada de una pausa en el endurecimiento que debería servir de punto de inflexión. 

Tras 475 puntos básicos (pb) de subidas en este ciclo que comenzó en marzo de 2022, esperamos una subida adicional de 25 pb en la reunión del 3 de mayo. Los mercados anticipan esta subida. Pero lo que venga después es menos seguro.Creemos que la pausa debería ser el pivote de la Fed, aunque no se anuncie como tal, con un tipo terminal del 5,25%. El reconocimiento por parte de los inversores del final del ciclo de endurecimiento monetario es alcista y debería favorecer las estrategias de inclinación de la curva de tipos estadounidense”, señala Dixmier.

Una visión que coincide con la de Tiffany Wilding, economista de PIMCO, aunque recuerda que esta pausa solo será posible si los datos lo permiten: “Creemos que lo más probable es que la Fed pueda hacer esto cambiando la orientación futura de algún endurecimiento adicional de la política a algo así como endurecimiento adicional de la política, lo que les permitiría señalar una pausa, manteniendo un sesgo hacia el endurecimiento. Creemos que el Presidente Powell va a tener un difícil acto de equilibrio durante la conferencia de prensa, pero en última instancia esperamos que esto suene como una pausa de halcones”.

Según matiza Dixmier, la cuestión principal para los mercados es si se trata de una pausa temporal o del verdadero giro de la política monetaria estadounidense. Para Wilding sería algo temporal ya que el efecto total de las repercusiones de las tensiones en el sector bancario es incierto, mientras que la inflación y los salarios parecen obstinados desde la reunión de marzo del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC). “Esto ha dado lugar a un comité más dividido sobre el próximo movimiento de la Fed de lo que lo ha estado en varios trimestres. Por tanto, creemos que el compromiso más probable es establecer una pausa que dé tiempo a evaluar el impacto, pero que esté condicionada a los nuevos datos y mantenga una tendencia al alza”, matiza la experta de PIMCO.

Una pausa no tan clara

Lo cierto es que, según los expertos, los últimos datos económicos estadounidenses no facilitan la tarea de la Fed: la actividad se está desacelerando sustancialmente, como muestra la cifra de crecimiento del PIB del primer trimestre, que se situó por debajo de las expectativas en una tasa anual del 1,1% intertrimestral, pero la inflación subyacente sorprendió al seguir subiendo. 

“Hay tres factores importantes que suponen un reto para la Fed este mes. En primer lugar, me parece que la actividad económica se está ralentizando. Hay signos de debilitamiento en los datos duros. En segundo lugar, los temas relacionados con la inflación parecen más complicados. Lo vimos en el Índice de Coste del Empleo del viernes de la semana pasada, en la revisión de la inflación subyacente del PCE para el primer trimestre de este año, y luego en las expectativas de inflación de la Universidad de Michigan.  Y, en tercer lugar, First Republic ha sido declarado en suspensión de pagos. Estas tres condiciones contrapuestas exigirán un delicado y tenso equilibrio por parte de la Reserva Federal. Si sólo se tratara del tambaleo de la First Republic y de la desaceleración de la actividad económica, la Reserva Federal aplicaría recortes. Pero, con la inflación claramente declarada como prioridad número uno, la Reserva Federal no puede ni siquiera insinuar que la flexibilización está cerca. Por lo tanto, la Fed subirá el tipo de interés oficial hoy miércoles”, añade Erik Weisman, economista jefe y gestor de carteras de MFS Investment Management.

Para Weisman estos argumentos son de peso y reconoce que le cuesta ver cómo los mercados podrían pensar que la Fed ha terminado definitivamente con su ciclo de subidas. “La falta de señales claras es el problema que tengo con Powell. Curiosamente, Greenspan, Bernanke y Yellen eran todos economistas, pero no se equivocaban ni de lejos tanto como Powell, un abogado. En general, cuando a sus predecesores se les hacía una pregunta, a diferencia de Powell, te daban la respuesta que querían que tuvieras. El mensaje que quiero transmitir a Powell es que ahora no es el momento de andarse con rodeos. La Fed quiere basarse en los datos y anticiparse al mismo tiempo. No estamos seguros de que pueda hacerlo, sobre todo teniendo en cuenta la velocidad a la que ha evolucionado este ciclo económico.  En cualquier caso, habría que suspender la incredulidad para creer que este ciclo no va a dar lugar a más turbulencias”, comenta.

Según Blerina Uruci, economista jefe para EE.UU. de T. Rowe Price,  la idea de que ésta es la última subida y que pronto seguirán los recortes es demasiado optimista. «Justo después del fracaso del SVB en marzo, siete participantes en el FOMC esperaban que se justificara una subida más tras la reunión de mayo. La nueva información que hemos recibido desde marzo sugiere que la inflación sigue siendo persistente en la medida subyacente, aunque los efectos basados en la energía muestren un avance significativo en la inflación general; el empleo se ha mantenido fuerte  y el estrés bancario y la volatilidad del mercado han disminuido frente a su elevado nivel de marzo. Además, se espera un mayor endurecimiento de las condiciones crediticias y el FOMC ya lo habrá debatido en la reunión de esta semana y Powell probablemente dará pistas sobre el resultado durante la conferencia de prensa», argumenta Uruci.

En opinión de Raphael Olszyna-Marzys, economista internacional en J. Safra Sarasin Sustainable AM, los avances en los datos macro (IPC y empleo) no han sido suficientes para invalidar la declaración del mes pasado de que «podría ser apropiado un endurecimiento adicional de la política monetaria con el fin de que ésta alcance una orientación lo suficientemente restrictiva como para devolver la inflación al 2% con el tiempo». Según el economista, a la vista de los datos disponibles, la Fed decidirá continuar con su estrategia actual. «Esto es, utilizar su liquidez, prestamista de último recurso, así como sus herramientas prudenciales, reguladoras y supervisoras para mitigar futuros problemas de estabilidad financiera, y el tipo de interés oficial y el endurecimiento cuantitativo para reducir la inflación. Coincidimos con las previsiones de los miembros de la Fed y de los inversores, que indican que la subida de la próxima semana será probablemente la última de este ciclo», explica.

Olszyna-Marzys matiza que, no obstante, sus perspectivas para 2024 son considerablemente diferentes: «La Fed ve sólo 80 pb de recortes, el mercado en torno a 175 pb, mientras que nosotros esperamos 325 pb. Las condiciones crediticias se endurecerán aún más y aumentarán los impagos, lo que refuerza nuestra opinión de que la economía estadounidense entrará en recesión en algún momento del segundo semestre. Aunque el personal de la Fed también prevé ahora una para 2023 -algo poco frecuente-, los funcionarios sólo proyectan un aumento de la tasa de desempleo de 1 punto porcentual, lo que no tendría precedentes. La historia demuestra que, si el desempleo sube 0,5 puntos, acaba subiendo 2 puntos o más, lo que obliga a la Fed a recortar los tipos de forma agresiva y por debajo del tipo neutral».

Aunque Luke Bartholomew, economista senior de abrdn, también coincide en que estamos en el punto máximo del ciclo de endurecimiento de los tipos, matiza que la Fed necesitará algún tiempo para evaluar el impacto de su rápido endurecimiento de los últimos 18 meses antes de decidir qué hacer a continuación. “Existe ciertamente el riesgo de que decida que es necesario un mayor ajuste a finales de este año, especialmente si el crecimiento del empleo sigue siendo extremadamente fuerte, pero creemos que lo más probable es que empiece a bajar los tipos a finales de año. Seguimos esperando que la economía se vuelque hacia una recesión este año a medida que las condiciones crediticias sigan deteriorándose y los sectores de la economía con tipos de interés experimenten más tensiones. Es difícil ver cómo la Fed evita una política de relajación en este entorno”, afirma Bartholomew.

La Comisión Europea no estaría pensando en introducir la prohibición de los incentivos en su próxima Estrategia de Inversión Minorista

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La Comisión Europea publicará el próximo 24 de mayo su Estrategia de Inversión Minorista, que se enmarca en el plan de acción de la Unión del Mercado de Capitales de la Unión Europea. Sobre qué puede esperar la industria de fondos de esta Estrategia, la comisaria Mairead McGuinness, jefa de Servicios Financieros de la UE, ha dado algunas pistas en su conferencia en Eurofi.

En concreto, el pasado jueves, durante su intervención en este acto de alto nivel en Estocolmo, McGuinness indicó que la Comisión Europea no introducirá la prohibición de los incentivos en la próxima Estrategia de Inversión Minorista. Según recogen desde la agencia Reuters, esto significa que el Ejecutivo comunitario suavizará las restricciones de la Comisión a los productos financieros, ya que propondrá sólo una prohibición parcial de que los bancos ofrezcan incentivos en metálico a los asesores financieros que hayan vendido sus productos, “tras la feroz oposición del sector y de Estados clave de la UE como Alemania”, indican. 

McGuinness tendría previsto incluir algunas restricciones en un proyecto legislativo para animar a más inversores minoristas a comprar y vender acciones. “Ya se ha aplazado al 24 de mayo, debido a las intensas presiones de los grupos de presión”, apuntan desde Reuters.

Aunque la comisaria declaró que la prohibición total de los incentivos no formará parte de la próxima Estrategia de Inversión Minorista, aclaró en su discurso que esto no significará dar “carta blanca” a la industria, ya que los agentes del sector financiero tendrán que replantearse algunos de sus modelos y prácticas empresariales para que los consumidores obtengan un trato más justo.  

En concreto, se están estudiando otras medidas, como las obligaciones de transparencia, y el aumento de la transparencia por sí solo no es suficiente. Por ello, la Comisión está estudiando endurecer las condiciones en las que se permiten los incentivos y cómo garantizar una mejor relación calidad-precio en los productos de inversión. Además, McGuinness declaró que los asesores financieros suelen tener un interés financiero personal directo o en especie en vender estos productos inducidos a un cliente. En cuanto a los consumidores, explicó que a los inversores minoristas rara vez se les ofrecen los productos menos caros y no se dan cuenta de cuánto están pagando por los productos financieros.

Además, según comentan algunas organizaciones del sector, la Comisión Europea está estudiando normas más estrictas, como una «prohibición selectiva» de las transacciones exclusivamente de ejecución, medidas para garantizar la «relación calidad-precio» y el acceso a un asesoramiento «a precios razonables», así como una mayor transparencia de los costes. Aunque la prohibición no está sobre la mesa por ahora, el Comisario McGuinness dijo que una cláusula de revisión permitiría introducirla «en una fase posterior, si fuera necesario». En este sentido, desde la industria se considera que debería haber una prohibición específica de los incentivos en las operaciones de ejecución, porque no está bien que se paguen incentivos incluso cuando no hay ninguna relación de asesoramiento con un cliente. También deberían reforzarse las salvaguardias sobre cuándo pueden pagarse incentivos y cuándo no.

Desde la FECIF (European Federation of Financial Advisers), de la que EFPA España es uno de los cuatro mayores miembros, consideran que uno de los puntos principales de la próxima Estrategia de Inversión Minorista será que examinará las diferentes normas y prácticas de la UE, sobre productos de inversión para inversores minoristas, y los diferentes modelos de asesoramiento.

En los próximos meses, la Comisaria McGuinness quiere organizar una mesa redonda con todas las partes interesadas, incluidos el sector y las asociaciones de consumidores, en la que quiere entender las prácticas a los problemas mencionados y cómo abordarlos. La estrategia de inversión minorista tendrá una cláusula de revisión, que permitirá a la Comisión presentar una prohibición de los incentivos en caso necesario.

Capeando la policrisis, segunda parte

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La recesión parece una posibilidad cada vez más cierta en los mercados desarrollados para los próximos doce meses a ojos de los analistas de Fidelity International. La firma presentó el pasado diciembre unas perspectivas de inversión para 2023 que giraban en torno a capear la denominada “policrisis”, “una confluencia de presiones que pensábamos que podría obligar a los bancos centrales a endurecer en exceso las condiciones monetarias y desencadenar recesiones profundas”. Según los expertos de la gestora, “esta policrisis ha entrado en una nueva fase”.

Los expertos de Fidelity insisten en que, a pesar de que las economías habían empezado el nuevo año emitiendo señales de resistencia, “el episodio de subidas de tipos más rápidas de la historia está empezando a pasar factura”. En esta actualización de perspectivas para el segundo trimestre, desde Fidelity han identificado tres temáticas que vigilarán atentamente, y que exponen a continuación.

Tres temáticas para el 2º trimestre

La primera temática se denomina “aterrizaje forzoso frente a aterrizaje suave”. Durante las últimas semanas, los inversores han seguido descontando fuertes recortes de los tipos de interés a finales de este año, pero hasta ahora la Reserva Federal no ha variado un ápice su postura, llevada por el convencimiento de que debe mantener los tipos altos durante más tiempo a la vista de la persistencia de la inflación y las tensiones de los mercados laborales. Desde la gestora observan que “mantener los tipos altos durante más tiempo intensificará la presión que sufren los sistemas financieros y ya están empezando a aparecer fisuras”. “No creemos que el hundimiento de Silicon Valley Bank, al que siguió el de Credit Suisse, sea un síntoma de riesgo sistémico en el sistema bancario, pero podría ser la antesala de nuevas turbulencias”, matizan.

Los analistas de Fidelity vaticinan que “aparecerán nuevas tensiones si no se relaja la política monetaria, lo que dará a la Fed razones para revisar su postura”. Por tanto, según la gestora, el desenlace más probable es una recesión cíclica durante los próximos doce meses en la que calculan que el paro aumente entre un 1% y un 3%, pero advierten que “podría producirse una recesión más grave si la Fed mantuviera su postura restrictiva a lo largo de 2023”.

La segunda temática se titula “riesgos y oportunidades para las empresas”. En este entorno de tipos más altos durante más tiempo, los equipos de inversión de Fidelity están centrados en utilizar sus recursos de análisis ascendente para identificar valores con perfiles resistentes. En concreto, están buscando sectores y regiones con ventajas estructurales y rasgos defensivos, junto con valoraciones atractivas, que ofrezcan la mejor relación riesgo-recompensa. A más largo plazo, en Fidelity consideran que “las temáticas de la sostenibilidad, los cambios demográficos y la relocalización/deslocalización cercana siguen ofreciendo buenas oportunidades para obtener rentabilidades superiores”.

La tercera temática gira en torno a la reapertura de China y los “vientos del Este” que provoca. “Si las autoridades occidentales están preparándose para un aterrizaje forzoso, lo que está ocurriendo en China podría suponer un verdadero bálsamo”, anticipan desde la firma. Para empezar, esperan que en 2023 su inflación se mantenga por debajo del objetivo oficial del 3%, lo que permitirá a las autoridades mantener una política relativamente expansiva.

“A diferencia del consenso, a nosotros el Congreso del Partido Comunista del pasado mes de octubre nos pareció un punto de inflexión positivo. Desde entonces, los líderes chinos han insistido en el crecimiento de calidad, redirigiendo la economía desde un modelo de inversión basado en las exportaciones hacia otro basado en el consumo y la industria nacional”, explican. Los expertos de la gestora añaden que “las autoridades podrían poner en marcha estímulos muy específicos para sostener la economía, dando más prioridad a la calidad que al ritmo de la recuperación”.

Otra tendencia clave para Fidelity es la importancia que concede China a la autosuficiencia en áreas como la ciencia y la tecnología, evidenciada en el compromiso para impulsar la fabricación de alto valor añadido. “Esto podría ayudar a las empresas chinas a competir en todo el mundo en tecnologías de última generación y acelerar el desarrollo del sector digital”, explican desde la gestora.

Asimismo, recuerdan que el gasto de consumo y los precios de la vivienda habían empezado a emitir señales de rebote ya en el último trimestre del año pasado, alimentadas por la demanda contenida después de tres años de restricciones por el COVID, por lo que concluyen que “la recuperación completa podría no estar lejos”.

Todo esto provoca que, siempre según la gestora, en el sureste asiático, los “vientos” de China aclaren las perspectivas económicas, aunque puntualizan que las economías más orientadas a las exportaciones, como Malasia, “podrían sufrir dificultades a causa de la desaceleración de la demanda en Occidente”. Los analistas de Fidelity explican que, debido a sus estrechos lazos con la segunda mayor economía del mundo, los países de la región han recibido un gran impulso en el comercio, la industria y el turismo durante los últimos meses.

El otro gigante asiático, la India, está emitiendo señales de desaceleración, aunque se perfila para encabezar el crecimiento del PIB de la región este año. “En los mercados financieros del país todavía estamos viendo presión vendedora por la inquietud de los inversores institucionales extranjeros ante las elevadas valoraciones. El aumento de los costes de financiación y los riesgos de recesión mundial podrían estar pesando sobre su consumo e industria, donde la correlación económica con EE.UU. -su socio comercial más importante- es mayor que la de la mayoría de los países del sureste asiático”, concluyen desde Fidelity.