Aranceles, debilidad del dólar e incertidumbre: así han sido los 100 primeros días de Trump
| Por Beatriz Zúñiga | 0 Comentarios

Donald Trump cumple los primeros 100 días en su cargo como presidente de EE.UU., por lo que es el momento de hacer balance de este periodo tan significativo. Algunas de las palabras que mejor representan qué ha pasado desde el 20 de enero de 2025 son: aranceles, incertidumbre, volatilidad y caídas. Según Aberdeen Investments, un dato llamativo para ilustrar estos meses es que Trump se ha convertido en el único primer periodo de una presidencia en el que han caído el S&P 500, el Dow Jones y el FTSE World.
Además, estamos en un momento en el que las proyecciones de crecimiento económico para EE.UU. continúan deteriorándose. Según una encuesta de Bloomberg, el pronosticador medio asigna un 45% de probabilidades a una recesión en 2025, mientras que Apollo Management ha elevado la alarma al predecir no solo una recesión, sino también un escenario de estanflación que se manifestaría a partir de junio, con despidos masivos previstos en los sectores de transporte por carretera y comercio minorista.
“El panorama actual de los mercados financieros presenta una combinación peligrosa de debilitamiento económico, tensiones geopolíticas y política monetaria incierta. En EE.UU., los riesgos de recesión y estanflación están aumentando, mientras que la expansión fiscal, lejos de disminuir, se intensifica, alimentando preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda pública. El respaldo técnico de las recompras corporativas podría ofrecer un alivio temporal, pero no cambia el trasfondo fundamental de desaceleración”, apunta Felipe Mendoza, Analista de mercados financieros ATFX LATAM.
100 días en cifras
Para Ben Ritchie, director de Renta Variable de Mercados Desarrollados de Aberdeen, estos 100 días de Trump 2.0 han ilustrado crudamente que cuando el Gobierno y los mercados chocan, los inversores tienden a ser los perdedores. “Aunque la volatilidad de los mercados puede brindar oportunidades de compra a largo plazo a los inversores pacientes y contrarian, también puede causar estragos en las expectativas de los inversores a corto plazo”, recuerda.
En este sentido, la visión de las gestoras internacionales es clara: mientras que el mercado inicialmente esperaba que la presidencia de Trump desatara el espíritu animal de las empresas estadounidenses gracias a los recortes de impuestos y la desregulación, se ha impuesto una valoración más sobria. “Trump está haciendo lo que dijo que haría en materia de aranceles, y algo más. Aunque partimos de la base de que los aranceles disminuirán a partir de ahora, existe una gran incertidumbre. Tanto los aranceles como la incertidumbre suponen un shock de estanflación para la economía estadounidense (menor crecimiento, mayor inflación), y la renta variable ha tenido que moverse para reflejarlo”, apunta Paul Diggle, economista jefe de Aberdeen Investments.
Mario Aguilar, estratega de carteras sénior en Janus Henderson, resume así este periodo: «Los primeros 100 días del gobierno de Donald Trump se han caracterizado por un incremento en la volatilidad en todos los mercados y con un incremento en las dudas de los inversores en cuanto al estatus que comanda EEUU y el dólar en el sistema económico global. La volatilidad sin duda ha sido generada por los decretos supremos emitidos por Trump, ya van 130 en lo que va del año. En comparación, en su primer año como Presidente, Joe Biden emitió 77 decretos y Trump en su primer mandato emitió 55. Además de los decretos supremos, debemos considerar el impacto de las afirmaciones y opiniones de Trump, emitidas mediante la plataforma X acerca de cualquier tema social y económico».
La cuestión de los aranceles
La política comercial se ha convertido en la gran protagonista de estos 100 días, así como su impacto. En este sentido, Aguilar señala que, a corto plazo, hemos visto que sus políticas han causado caídas importantes en los mercados de Renta Variable y un incremento en las tasas de los Bonos del Tesoro a 10 años. “Este incremento de las tasas parece que fue lo que llevó a Trump a retrasar la aplicación de los aranceles por 90 días. Lo más probable es que la volatilidad a corto plazo continúe, pero lo más preocupante es el largo plazo. El ataque a los supuestos aliados de EEUU con aranceles altos probablemente llevará a que se creen nuevas redes de suministros, se establezcan nuevas alianzas comerciales, y que surja otra divisa dominante a nivel de comercio internacional que no sea el dólar”, apunta.
En opinión de Maya Bhandari, Chief Investment Officer for Multi Asset para EMEA de Neuberger Berman, los aranceles han sido el ámbito en el que el presidente de EE.UU., Trump, ha «sobreentregado» más claramente, aunque reconoce que el último movimiento ha sido de alivio: una «pausa» hasta el 9 de julio en una activación temporal de la llamada ‘opción Trump’. “Son 90 días de calma en la superficie, pero con negociaciones intensas en segundo plano”, matiza Bhandari.
Para esta experta de Neuberger Berman, esto ha supuesto numerosos cambios que ya son visibles como, por ejemplo, que la tasa efectiva de aranceles en EE.UU. ha aumentado del 2,5% a comienzos de año a cerca del 17,5% —esto refleja los aranceles del 25% sobre acero, aluminio, automóviles, así como el arancel universal del 10%. “En este sentido, hemos retrocedido a las décadas de 1930-1940. Esto, a su vez, ya introduce riesgos significativos a la baja para el crecimiento (esperamos un impacto de entre 0,5% y 1% para el crecimiento real de EE.UU. en Neuberger Berman) y riesgos de inflación al alza (entre 3,5% y 4%). Por ejemplo, el crecimiento sería apenas una sexta parte de lo que fue en 2024. El ajuste llevará tiempo y no todos los mercados de activos se han adaptado —por ejemplo, con valoraciones de 20 veces las ganancias proyectadas para 2025, las acciones estadounidenses siguen pareciendo caras en comparación histórica”, advierte.
La debilidad del dólar
Para Kevin Thozet, miembro del comité de inversión de Carmignac, uno de los aspectos más llamativos de estos primeros 100 días es que el dólar se ha debilitado, en concreto, un 10% a lo largo del año. “A pesar de las afirmaciones de Scott Bessent, la acción del mercado en abril se asemeja menos a un ‘desapalancamiento normal’ y más a un éxodo silencioso de capital real, tanto nacional como extranjero, desde EE.UU., por razones cíclicas (riesgo de estanflación) y estructurales (cuestionamiento del sistema monetario global centrado en EE.UU.)”, explica respecto al cambio de tendencia en el dólar.
En su opinión, ahora con los ataques de Trump a la independencia del poder judicial y de la Reserva Federal (Fed) acercándose a una crisis constitucional, aumenta la probabilidad de que este éxodo silencioso de capital se acelere hasta convertirse en una fuga total del dólar. “La normalización del dólar podría ir de la mano con una nueva corrección a la baja en la valoración relativa de las acciones estadounidenses. De hecho, un contexto así podría hacer que reaparezca la ‘sonrisa del dólar’ -por la cual el dólar se aprecia cuando el entorno macroeconómico se deteriora-, aunque el punto de activación se espera mucho más bajo que históricamente”, argumenta Thozet.
En este sentido, desde Janus Henderson consideran que los ataques a la Fed y a Jerome Powell son peligrosos, ya que la fortaleza de una moneda tiene como uno de sus factores la estabilidad e independencia de la política monetaria y del Banco Central. “Si un banco central llegase a perder la credibilidad con los mercados creyendo que las decisiones se toman en base a la política de gobierno y no con relación a datos macroeconómicos, lo más probable sería un desanclaje de las expectativas de inflación por parte del mercado. Ante esta situación, se esperarían caídas fuertes en los mercados de renta variable e incrementos bruscos en los rendimientos de los bonos y letras del tesoro. También se llegará a cuestionar el estatus del dólar como reserva internacional. Es decir que se llevaría a cabo un desmantelamiento total del orden post-Bretton Woods con impactos negativos a nivel mundial, pero sobre todo sobre la economía estadunidense, si es que los inversionistas internacionales llegasen a liquidar sus posiciones en bonos de EE.UU.”, afirma Aguilar.
Onda expansiva
Por último, Rebekah McMillian, gestora asociada de Carteras en el equipo de Multi-Activos de Neuberger Berman, la política comercial agresiva y los anuncios de nuevos aranceles han desatado una mayor volatilidad en los mercados y han dado lugar a varios temas clave que están definiendo los mercados en lo que va de 2025. Apunta que, en primer lugar, ha supuesto una revisión a la baja de las perspectivas de crecimiento de EE.UU. (y, por lo tanto, a nivel global), como resultado del enfriamiento de la actividad económica, en contraposición con la narrativa clara de un “aterrizaje suave” que dominaba a comienzos del año. Y, en segundo lugar, apunta cambios significativos en los enfoques fiscales y de política económica en el resto del mundo, especialmente en Alemania, pero también en China, que han lanzado medidas de apoyo para contrarrestar los posibles efectos negativos de los aranceles y reforzar sus economías internas.
“Como consecuencia, hemos visto una clara reacción de aversión al riesgo en los mercados, una rotación significativa en el rendimiento entre activos estadounidenses y no estadounidenses, debilitamiento del dólar y ventas en los bonos del Tesoro de EE.UU., lo cual contrasta claramente con el discurso de excepcionalismo estadounidense que prevalecía tras el día de las elecciones”, indica McMillian.
Según las gestoras internacionales, el shock de Trump 2.0 no ha terminado. “No hay que subestimar el daño causado. La capacidad de EE.UU. para la formulación de políticas ha quedado en ridículo con los acontecimientos recientes y la incertidumbre actual requiere primas de riesgo más altas, especialmente para los inversores extranjeros en activos estadounidenses. Más que nada, las empresas están expresando preocupaciones reales sobre el impacto de todo esto en la demanda y las perspectivas de ganancias. El shock de Trump no ha terminado. La probabilidad de que los factores macro, de valoración, de sentimiento y técnicos parpadeen en rojo en los activos estadounidenses sigue siendo significativa”, señala Chris Iggo, CIO de AXA IM.
El dilema del inversor
Todo este contexto ha hecho que durante estos 100 días los inversores se enfrenten a un claro dilema: reaccionar o no reaccionar. En opinión de David Ross, CFA, gestor de Renta Variable Internacional de La Financière de l’Échiquier (LFDE), por ahora, este segundo mandato de Trump ha complicado muchoel trabajo de los gestores de fondos. «Desde una perspectiva a largo plazo, estamos analizando de nuevo las posiciones en función de la rentabilidad y el impacto potencial de los aranceles durante los próximos años. A corto plazo, como es probable que la política cambie de un día para otro, resulta imposible realizar un análisis pertinente. Únicamente podemos conjeturar, y las suposiciones no bastan para tomar decisiones de inversión acertadas», apunta Ross.
Según su visión, hace tan solo unos meses, nos encontrábamos en un mercado alcista en el que los inversores aprovechaban los descensos para comprar, pero la subida de las primas de riesgo de los activos estadounidenses ha trastocado el sentimiento del mercado. Pero ahora considera que nos encontramos en un escenario de mercado bajista, donde la mentalidad puede resumirse con un «vender en caso de caída».
«En las últimas semanas, el S&P 500 ha realizado varios intentos de superar la barrera de los 5400 puntos. Hoy fijamos este nivel como nuevo techo. Y como los mayores repuntes se producen en los mercados bajistas, el consejo que doy a mi equipo es sencillo: que no cunda el pánico y que sean muy prudentes», concluye Ross.
Por último, Amadeo Alentorn, gestor de renta variable sistemática de Jupiter AM, señala que hemos pasado de un final de 2024 con incertidumbre, pero visto con optimismo por parte de los inversores, a una mayor incertidumbre con mayores tintes pesimistas. «Este cambio se ha visto reflejado en los estilos de inversión. Hemos visto que los inversores han pasado de perseguir empresas caras y con buen crecimiento, sobre todo en el sector tecnológico, a compañías con valoraciones más a la baja, que han estado infraponderadas y que no se han beneficiado de ese boom tecnológico, así como más defensivas. Lo que ha generado ese viraje ha sido la errática política de EE.UU., así como el enfriamiento de las expectativas de crecimiento y la tendencia de la inflación», explica.
En este sentido, Alentorn propone construir carteras más diversificadas y sobre todo con estrategias que sirvan para descorrelacionar el comportamiento del mercado. «Nos espera un 2025 de volatilidad y aunque hubiera una reversión total de la política de los aranceles, el impacto que ha tenido Trump y sus medidas en la confianza de los empresarios, consumidores e inversores es difícil. Estamos ante un cambio de régimen histórico. Hemos pasado unos años muy positivos de renta variable, dando rentabilidad por encima de sus medias históricas, y ahora vamos hacia un cambio de ciclo en el que hay que remplantearse cómo navegar los próximos cinco años», insiste el gestor de Jupiter AM.