Diversificación, mayor rentabilidad y nuevas oportunidades de inversión: claves para construir carteras resistentes con activos privados
| Por Rocío Martínez | 0 Comentarios

En la industria de la inversión cada vez se reconoce más que los mercados privados son un elemento clave para el éxito de una estrategia de cartera. No en vano, más del 90% de los asesores financieros coinciden en su importancia, tal y como desvela un informe de Adam Street Partners en base a una encuesta a más de 100 profesionales para conocer su opinión sobre una serie de temas que eran motivo de optimismo o preocupación. Entre los participantes había gestores de patrimonios de Estados Unidos, Europa y Asia-Pacífico (APAC).
Los gestores europeos son los que más valor conceden a los mercados privados (100%), seguidos de los norteamericanos (91%) y los asiáticos (89%). Nueve de cada 10 encuestados creen que los mercados privados superarán a los públicos a largo plazo.
Y los inversores particulares son cada vez más conscientes del papel que pueden desempeñar los mercados privados en la consecución de los objetivos de inversión a largo plazo. Los asesores citan como principales ventajas un mayor potencial de rentabilidad, la diversificación más allá de la renta variable cotizada y la renta fija tradicional, la preservación del capital y la generación de rentas, según desvela el estudio.
Asimismo, la mayor diversificación, en comparación con los mercados públicos, se considera un atractivo clave de los mercados privados. En el análisis de Adam Street Partners se recoge la principal causa: un puñado de nombres puede sesgar desproporcionadamente los índices de los mercados cotizados.
Por ejemplo, los Siete Magníficos de la tecnología (Apple, Microsoft, Amazon, Alphabet, Meta Platforms, Nvidia y Tesla) pueden influir desproporcionadamente en los rendimientos de los índices. “En conjunto, representan alrededor de un tercio de la capitalización bursátil del S&P 500, frente al 20% de hace dos años, y con una subida media del 63% en 2024, representan más de la mitad de las ganancias del índice de referencia estadounidense”, apunta el informe.
Por el contrario, con casi 300.000 empresas en todo el mundo, el universo de empresas de private equity y de venture capital es 2,75 veces mayor que el conjunto de empresas cotizadas, según datos de PitchBook, “lo que ilustra la mayor diversidad disponible en el ámbito privado”.
Además, la edad media de salida a bolsa de una empresa era de 10,7 años en 2024, frente a los 6,9 años de la década anterior, según cifras de Morningstar. En la actualidad, existen más de 1.300 unicornios (empresas privadas con un valor superior a 1.000 millones de dólares), valorados en conjunto en unos 4,5 billones de dólares, de los cuales alrededor del 60% se encuentran en Estados Unidos. “Por tanto, los inversores en mercados privados obtienen cada vez más valor”, apunta el informe de Adam Street Partners..
La menor volatilidad es también una consideración clave para los particulares adinerados, según opina Roman Berri, Global Head of Fund Offerings en Julius Baer. En unas declaraciones que recoge el estudio, el experto asegura que, los activos privados “al no cotizar a precios de mercado ni negociarse diariamente, suavizan la volatilidad general de la cartera”. Además, Berri añade que los mercados privados “ofrecen acceso a diferentes primas de riesgo, lo que proporciona una cartera más sólida para los clientes, ya que el universo de empresas privadas es mayor que el de las cotizadas”.
El perfil de riesgo-rentabilidad de los mercados privados es el principal factor que influye en las recomendaciones de los asesores a los clientes, seguido del propio conocimiento de los mercados privados por parte del profesional financiero y de la demanda de los clientes.
Otro colaborador en el estudio, James Beck –socio y Head of Investments en James Hambro & Partners– afirma que se espera que los mercados privados superen a los cotizados durante la próxima década, “a pesar de que ambos experimenten potencialmente rendimientos absolutos más bajos”. Eso sí, sobrevuelan desafíos, ya que “ha aumentado la preocupación acerca de la capacidad de la renta variable privada para mantener un rendimiento superior, especialmente a medida que aumentan los costes de financiación”.
No obstante, a Beck le gustaría destacar que “no toda la renta variable es igual”. En este punto, matiza que igual que ya que existen diferencias significativas entre los valores de pequeña capitalización, los mercados emergentes y las megacaps estadounidenses, también existen diferencias entre las operaciones de buyout de mega-caps, el venture capital, las adquisiciones en el mid-market y la inversión en crecimiento. “Se trata de ser consciente de dónde se invierte y de la importancia del apalancamiento para la rentabilidad final dentro de un determinado segmento”, añade.
Los asesores señalan que las principales prioridades de inversión de sus clientes son acceder a nuevas oportunidades de inversión (42%), preservar el patrimonio (40%) y maximizar los ingresos y la eficiencia fiscal (37% en ambos casos). Los encuestados afirman que las consideraciones ASG (17%) ocupan el último lugar entre las prioridades de sus clientes.
Asimismo, existen variaciones regionales: los asesores financieros de Norteamérica afirman que sus clientes dan prioridad a la conservación del patrimonio y a la eficiencia fiscal. Mientras, en Europa señalan que los clientes valoran más las nuevas oportunidades de inversión. Por su parte, los asesores financieros con sede en Asia-Pacífico afirman que los clientes quieren mercados privados en sus carteras para maximizar los ingresos y proporcionar diversificación.
Para Beck, la información clara y precisa -sobre rendimientos, impuestos y comisiones- es una prioridad clave tanto para los clientes como para los asesores. “Si no confiamos en la capacidad de mantener un informe del cliente limpio y preciso en términos de impuestos, comisiones y rendimientos, entonces corremos el riesgo de socavar las relaciones, pero también de provocar un desafío normativo para nosotros”, afirma.
Los encuestados reconocen que los clientes a menudo confían en ellos para que les orienten sobre los mercados privados debido a su limitado conocimiento de esta clase de activos. Aunque el 49% de los asesores afirman tener “conocimientos avanzados” sobre el private equity, y el 32% califica sus conocimientos de “competentes”, la formación de los clientes en el ámbito de los mercados privados se encuentran a la zaga, ya que sólo el 32% de los asesores financieros afirman que sus clientes tienen “conocimientos avanzados” y el 36% demuestra tener “conocimientos competentes”. El estudio también recoge que aproximadamente una quinta parte de los encuestados afirmaron tener conocimientos básicos sobre private equity, “lo que subraya la necesidad de formación”.