Dos caras del sector salud, un sólido fundamento de inversión
| Por Cecilia Prieto | 0 Comentarios

Los avances logrados en secuenciación genómica y otras herramientas biomédicas en las últimas dos décadas han desbloqueado nuevos métodos para detectar y tratar enfermedades. Muchos de ellos (desde conjugados de fármacos de anticuerpos y terapias génicas hasta monitores de glucosa remotos) tienen el potencial de mejorar drásticamente el nivel de atención médica para los pacientes y, en algunos casos, abordar enfermedades raras que otrora se consideraron intratables. Piense en la atrofia muscular espinal (AME), un trastorno hereditario que generalmente se manifiesta en niños pequeños y provoca la degradación de la fuerza muscular y el movimiento. En décadas pasadas los tratamientos solo podían controlar los síntomas y la expectativa de vida media era inferior a dos años para los bebés con enfermedades graves. Sin embargo, a partir de 2016, los legisladores aprobaron la primera terapia modificadora de la enfermedad de la atrofia muscular espinal, seguida de una terapia génica en 2019. Ambas ayudan a reemplazar la proteína ausente que causa la enfermedad, lo que produce drásticas mejoras en la función motora y mayores tasas de supervivencia de los pacientes.
Para fomentar este tipo de investigación, los legisladores han creado vías que aceleran el proceso de revisión de medicamentos dirigidos a abordar grandes necesidades médicas no atendidas. Esto se ha traducido en un aumento espectacular de las aprobaciones de nuevos medicamentos. Durante los años 2018 a 2022, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) dio luz verde a casi 250 medicamentos nuevos, lo que supone un aumento del 100 % respecto a hace 15 años. De igual modo, durante el mismo quinquenio, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) aprobó más de 200 terapias.2
A medida que van surgiendo nuevas terapias, la demanda de atención médica se dispara, un fenómeno que se atribuye al aumento de la riqueza de los hogares y a la ampliación de la cobertura de seguros públicos y privados. En China, por ejemplo, el 95 % de la población ya está cubierta por el programa de seguro básico del país, gracias a las reformas estatales implantadas en la última década.3 El reembolso de gastos farmacéuticos en China también se está ampliando: desde 2017, el gobierno elabora actualizaciones anuales de la Lista Nacional de Reembolsos de Medicamentos, con más de 100 terapias añadidas en 2022.4
El envejecimiento de la población es otro factor relevante. Hacia el 2050, aproximadamente el 16 % de la población mundial tendrá más de 65 años, una cohorte que suele gastar alrededor de 3 veces más en atención médica que la población de jóvenes.5 En muchas regiones de altas rentas, el “envejecimiento” de la población es aún más intenso. En Japón, el 28 % de la población tenía 65 años o más en 2020, un porcentaje que se espera aumente al 38 % hacia 2060.6 En Europa, se prevé que las personas mayores representarán el 28,5 % de la población del continente hacia 2050.7 Aunque la tecnología y otras herramientas pueden ayudar a controlar los costes, la trayectoria del gasto médico apunta indudablemente al alza. En Europa, por ejemplo, el desembolso total en atención médica aumentó un 24 % entre 2012 y 2020. 8
Esta combinación de innovación y demanda creciente ha contribuido a aumentar los ingresos del sector. Las ventas de medicamentos biotecnológicos superventas superaron los 400.000 millones de dólares en 2021, 70 veces más que hace aproximadamente dos décadas. (Un medicamento superventas se define como aquel que registra unas ventas anuales iguales o superiores a 1.000 millones de dólares). Los productos contra la COVID-19 (un mercado que no existía hace tres años) aportaron 75.000 millones de USD a los ingresos totales de ese año.
Estos motores del crecimiento no están exentos de riesgos. Los estudios revelan que el 90 % de los compuestos que entran en ensayos clínicos en humanos nunca llegan al mercado.14 De los que llegan, hemos visto que los inversores sobreestiman o subestiman el potencial comercial de un producto el 90 % de las veces. Este descuadre puede deparar en fuertes fluctuaciones de las acciones. De hecho, durante la última década, el sector de atención sanitaria fue el que más disparidad mostró entre las acciones que mejor y peor se comportaron.
Aun así, en 2022, cuando las subidas de tipos de interés sacudieron a los mercados, el sector de atención sanitaria batió al conjunto de índices bursátiles. Esto no fue una anomalía. Desde el año 2000, este sector ha acusado, de media, solo el 47 % de las caídas del mercado iguales o superiores al 15 %. Esto se debe en gran medida a las compañías farmacéuticas y de seguros de salud de gran capitalización, ya que estas empresas suelen tener una demanda constante, junto con capacidad de fijación de precios con independencia del contexto económico.
Al mismo tiempo, en los últimos meses los inversores han mostrado una mayor disposición a premiar la innovación, dadas las fuertes ganancias que han experimentado algunos valores (100 % o más15) ante noticias positivas. Las valoraciones atractivas están ayudando a conseguir esas ganancias. La ratio precio/beneficio (PER) adelantada del sector de atención sanitaria se sitúa por debajo de su promedio a largo plazo, mientras que cientos de empresas de biotecnología cotizan por menos del valor de tesorería que registran en sus balances.16 Las bajas valoraciones también han captado el interés de las empresas biofarmacéuticas de gran capitalización, al anunciarse varias fusiones y adquisiciones el año pasado con primas superiores al 100 %. Ante las extinciones de patentes a las que se enfrentarán algunas compañías biofarmacéuticas durante esta década, creemos que podrían surgir más operaciones societarias en 2023.
El sector salud no está exento de desafíos. La escasez de mano de obra, la regulación y el descenso de las ventas relacionadas con la COVID podrían pasar factura a algunos valores. Sin embargo, en nuestra opinión, la perspectiva a largo plazo del sector compensa con creces los posibles escollos coyunturales, y la oportunidad de generar rendimientos no correlacionados (al tiempo que beneficia a los pacientes) no deja de reforzarse.
Tribuna de Andy Acker, gestor de Janus Henderson Investors.
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