Renta fija: protagonista en el IV Funds Society Investment Summit en España

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La llegada de la inflación y “el entusiasmo” con el que los bancos centrales están luchando para frenarla subiendo tipos de interés han devuelto el brillo a un activo que en los últimos años había quedado en un segundo plano. Ahora, los mercados de deuda ofrecen grandes oportunidades para nutrir de rentabilidad las carteras de los inversores, y las gestoras de fondos están aprovechando el momento para beneficiarse de este entorno, sin dejar de lado los atractivos de la renta variable.

Entre ellas, Amiral Gestion, Candriam, La Financière de L’Echiquier, Natixis IM, New Capital y T. Rowe Price. Las gestoras presentaron, en el marco del IV Funds Society Investment Summit, celebrado los pasados 25 y 26 de mayo en Valdecañas, seis ideas que pueden ofrecer buenos resultados a los inversores.

La renta fija fue un activo muy destacado en este contexto de tipos más elevados, si bien también llegaron propuestas en renta variable, especialmente renta variable china y renta variable europea con sesgo value. En este artículo abordaremos tres de esas ideas, centradas en los mercados de deuda.

Amiral Gestion: oportunidad en crédito europeo con un enfoque fundamental

Y es que, tras un año muy complicado, en 2023 “la renta fija debe estar presente en todas las carteras”, defendió Pablo Martínez Bernal, Head of Sales para Iberia de Amiral Gestion, gestora de referencia en el segmento de las pequeñas y medianas empresas cotizadas en y Europa, especialmente reconocida también por su gestión en renta fija. En este sentido, Borja Aguiar, Sales Director Iberia, recordó que las estrategias más grandes de la casa son un fondo mixto y uno de renta fija, que fue uno de los presentados durante el summit: «Amiral es una casa multi-asset y multi-gestor, gracias a la gestión por subcarteras, que dota a nuestra gestión de una robustez adicional”, indicó. En el marco del evento, Jacques Sudre, gestor del equipo de renta fija de la entidad, ofreció su visión sobre un activo que ha recuperado su brillo. “El mercado de deuda contaba con una atracción relativa menor durante los años pasados, pero en 2023 hemos recuperado todo el atractivo de la inversión y para los clientes puede jugar un papel de riesgo medio dentro de las carteras”.

La aproximación al activo que hacen en la entidad se basa más en los fundamentales que en la situación macroeconómica, que no ven estabilizada. “En EE.UU., tras las subidas de tipos de la Fed, justo ha empezado a disminuir el tamaño del balance y la situación en Europa con el BCE es aún peor: el balance solo ha empezado a bajar en marzo. Esta situación no nos parece estabilizada y manda un mensaje de prudencia”, explicó Sudre. Y la culpable es la inflación, que ha empezado a bajar pero no todos sus componentes, como el laboral o el relacionado con la energía-materias primas. “No predecimos la inflación. La confianza del mercado es muy grande sobre la capacidad de los bancos centrales de controlar la inflación, el mercado no anticipa malas noticias, pero tenemos dudas. Queremos construir carteras que incluyan el riesgo de que los tipos se mantengan en niveles elevados por mayor tiempo de lo que se piensa”.

Así, en Amiral son gestores fundamentales, que no tratan de predecir la orientación de las curvas ni la evolución de la inflación: “Observamos las valoraciones, la solidez de los emisores y construimos carteras. Aunque no seamos muy macro, usamos el entorno para protegernos con una herramienta principal: la valoración de activos, lo hacemos para la renta variable y lo aplicamos en la renta fija”, explicó.

Actualmente, defendió la recuperación de un nivel atractivo en los spreads de crédito, que constituyen la fuente principal del rendimiento de sus carteras. “La calidad es mejor que antes de 2008: hay menos deuda, una generación de tesorería superior y unos márgenes operativos superiores aunque en riesgo de disminuir. La calidad es buena y la remuneración es atractiva en crédito europeo, por lo que el papel de un fondo de deuda corporativa tiene sentido en el asset alocation hoy”.

Otro tema es cómo distribuir las asignaciones a crédito: en su opinión, el grado de inversión cuenta con mucho más atractivo que en la década pasada, ofreciendo cerca de un 4% de rendimientos en Europa, frente al 0,5% de hace dos años, si bien hay que ser cautos sobre la forma en que podría absorber el riesgo de tipos. Sobre algunas partes del mercado de high yield es cauto: sobre todo en calificaciones B, el universo es más frágil y cuenta con mayores presiones: “La mayoría del mercado europeo de HY tiene que refinanciarse, y una selección bono a bono nos parece la forma de evitar potenciales nudos de liquidez y a los emisores más frágiles. En caso de recesión, es la forma de asegurarnos de que nuestros empresas van a sobrevivir”.

Sobre las tasas de impago, recordó que tras los mínimos que estamos viendo, no es difícil prever que volverán a aumentar, si bien ve la situación peor en EE.UU. que en Europa, por el mayor apalancamiento de las empresas, la repartición sectorial (en EE.UU. en HY hay más energía y retail, fuentes de defaults tradicionales) y también por el mantenimiento allí de la fortaleza de la economía pero también de la alta inflación: “Es difícil anticipar buenas noticias por todas partes: si se mantiene fuerte la economía habrá inflación; si ésta baja, el riesgo de recesión será mayor… de ahí la importancia de la selección fundamental”, dice. Y de ahí la importancia de invertir de forma selectiva: “Si invertimos en crédito high yield, el fondo debe situarse en el entorno menos arriesgado posible y seleccionar con prudencia a los emisores, y eso es imposible hacerlo con muchos bonos”. Su fondo Sextant Bond Picking cuenta con solo 64 posiciones.

Se trata de un fondo de renta fija internacional que puede invertir en todos los segmentos del mercado de renta fija, sin restricciones por calificación crediticia. Invierte en emisores y emisiones que tienen una calidad probada y que ofrecen un perfil de riesgo/remuneración favorable, sin intentar replicar ningún índice. Su proceso de inversión se basa en el análisis fundamental para construir una cartera concentrada de convicción y se trata de un fondo clásico, transparente. “La única forma de superar al mercado es decidir cuándo hay atractivo y cuándo hay que invertir”, explicaba Sudre, y para posicionarse y generar ideas –y determinar también el nivel de liquidez de la cartera- se encuadran en una visión matricial con cuatro vértices. Esos cuatro vértices son los niveles de tipos (la situación no parece estabilizada por lo que ahora no integran mucha duración), los márgenes o spreads de crédito (la buena noticia en la actualidad, en sectores como BB especialmente); la relación duración/spreads de crédito (una ratio que mide si una idea es atractiva y que ofrece ahora ideas con un 6% de rendimiento sobre una duración de dos años, al contrario que lo que ocurría hace unos años); y la solidez del balance (hoy el mercado primario es más interesante que el de hace seis años).

“Hoy nuestro posicionamiento es prudente, con un 15% en bonos a corto plazo y tesorería pero este corto plazo nos remunera más del 3%. El hecho de que el mercado no integre muchos riesgos en los precios va a ofrecernos momentos de mercado donde seremos capaces de invertir con mayor atractivo. Pero este año puedo decir, por primera vez desde que estoy en Amiral, que el crédito es un segmento atractivo”. Y por ello también han lanzado un fondo a vencimiento, Sextant 2027, de renta fija internacional con sesgo Europa que invierte en bonos con vencimiento no superior al 31 de diciembre de 2027, y que busca aprovechar los atractivos rendimientos de los bonos emitidos por emisores eminentemente corporativos.

New Capital – EFGAM: el año del investment grade

2023 es el año para la deuda con grado de inversión, no para el high yield. Es la idea que defendió Camila Astaburuaga, gestora senior de renta fija New Capital-EFGAM.

“Hay dos cosas que impactan en inversión: la inflación y el crecimiento. Si piensan que la inflación va a subir, mejor no invertir en renta fija, pero si la visión es que está bajando (aunque no a niveles del 2% que es el objetivo de la Fed) y que habrá menor presión monetaria, los tipos de interés están atractivos a estos niveles. La otra conversación versa sobre el crecimiento: el FMI habla de soft landing, mientras el mercado se sitúa en el promedio, algo que nunca pasa”. Teniendo en cuenta estos factores, la convicción de la experta es que “no solo el mercado de renta fija se ve muy atractivo sino también el segmento de investment grade o grado de inversión; a estos niveles no tendría high yield a menos que crea que hay un 99% de probabilidad de un soft landing” (su visión habla de un posible soft landing en 2023 pero un hard landing el año próximo). En la gestora han realizado un análisis de escenarios en el que otorgan rentabilidades para el IG y el HY del 7% y 9%, respectivamente, en caso de soft landing, y del 8% y 1,3%, en caso de hard landing pero, en medio de la incertidumbre, creen que lo más sensato es posicionarse en el segmento de menor riesgo, grado de inversión, tanto en deuda gubernamental como corporativa.

“En el año 2023 no nos veremos compensados por tomar riesgo. Aprovechémoslo, es perfecto. Y como el mercado está incierto, las dispersiones que estamos viendo son enormes, y las oportunidades de generación de alfa se sitúan en niveles que no había visto desde 2009”, defendió la experta, que ve un muy buen timing para la deuda con grado de inversión en este entorno. Sobre la inversión en deuda high yield muestra más dudas, puesto que muchas empresas tendrán que refinanciar gran parte de su deuda en 2025 y el endurecimiento monetario podría suponer problemas. “Siempre se dice que mayor riesgo es igual a mayor retorno: ésta es una de las grandes mentiras en renta fija”, defendió.

Para la gestora, gran parte del problema en fondos de deuda es que en la mayoría el proceso de inversión está basado en índices, algo que no tiene sentido puesto que el benchmark da un mayor peso a emisores y países más endeudados. “Nosotros hacemos lo opuesto: quizá antes no era tan importante fijarse en la deuda, porque el mundo no estaba tan endeudado pero ese nivel se ha doblado tanto en bonos soberanos como corporativos financieros, y eso nos preocupa”, dijo. En su proceso, tratan de “volver a las bases” y analizar la capacidad real de pago de las economías y las empresas, estudiando la relación entre activos y pasivos y, en los países, estudiando los activos netos internacionales (foreing assets menos foreign liabilities). Con esos datos elaboran un ranking de países ricos y pobres, prestamistas y deudores, para evitar posicionarse en aquellos más débiles, focos de potenciales problemas en el caso de situaciones críticas, como pandemias o guerras. “Invertimos solo en bonos baratos de los países más ricos, sólo en moneda fuerte, solo en grado de inversión, sin derivados… Con eso podemos ganarle al mercado sobre todo en años malos, porque les va mejor a los países con flexibilidad financiera y también evitamos defaults y obtenemos mejores retornos cuando cosas van mal”, comentó la gestora, muy crítica con las agencias de rating, que utilizan análisis que no muestran realmente la capacidad de pago de los países.

La gestora presentó sus estrategias New Capital Investment Grade, destacando los dos fondos principales que componen la estrategia: New Capital Wealthy Nations Bond Fund (que mezcla bonos soberanos, cuasi soberanos y crédito, se posiciona emergentes y países desarrollados y cuenta con una base de inversores institucionales) y New Capital Gobal Value Credit Fund (que invierte solo en crédito). “En un entorno de incertidumbre, dudas sobre el crecimiento y la inflación, y en el que el mercado no valora los riesgos de forma correcta, esta estrategia es ideal, para aprovechar la oportunidad que se abre con unas dispersiones fuertes en IG”, aseguró.

En el New Capital Wealthy Nations Bond Fund (grado de inversión con duraciones de entre seis y ocho años), el proceso de inversión parte de un filtro por países teniendo por objeto invertir en aquellos con mayor capacidad de pago de sus deudas, lo que ha llevado a la cartera a tener un peso históricamente elevado en mercados emergentes. Una vez seleccionados los países, solo invierten en bonos con grado de inversión, hard currency y plain vanilla. Aplicados estos filtros, ponen en marcha su modelo de valor relativo que identifica bonos infravalorados, analizados por el equipo de gestores y analistas de New Capital. Este modelo aporta un sesgo value en renta fija y gestión activa (cuando detecta que un bono se ha sobrevalorado, vende la posición).

El enfoque global de New Capital Gobal Value Credit Fund (grado de inversión con duraciones medias de tres a cinco años) es real, destacando entre los competidores por su menor exposición a EE.UU. El equipo gestor parte de un enfoque top down, que define sus parámetros de riesgo, para después implementar su modelo de valor relativo. El fondo cuenta con un amplio universo de inversión -puede invertir a nivel global aprovechando todas las oportunidades que se presenten a lo largo de toda la curva-. La estrategia cuenta con un largo track record desde su lanzamiento en 2003.

“Tras un fatídico tiempo en renta fija, ahora hay muchas oportunidades en deuda con grado de inversión, dispersión, una dislocación de emisiones no vista en mucho tiempo y se paga por tener menos riesgo frente al high yield”, resumió José María Úbeda, director de Negocio Institucional de A&G.

EFGAM es la gestora de la banca privada suiza EFG, y cuenta con cerca de 25.000 millones de euros bajo gestión (unos 7.000 en fondos bajo la marca New Capital y el resto en mandatos discrecionales, etc). La gestora tiene sede en Londres, pero un equipo de inversión distribuido en Reino Unido, Suiza, Hong Kong y EE.UU. y cuenta con fondos de muy alta convicción.

Candriam: alta selección y estrategias long/short para invertir en high yield

La deuda de alta rentabilidad, o high yield, concentró el foco del análisis de Candriam, si bien en la entidad se muestran cautos en la actualidad y por eso destacaron la importancia de la selección y de una postura defensiva para estar ahora en el activo, y también hablaron de las oportunidades con estrategias long/short en este segmento del mercado. “Ahora somos muy conservadores en high yield porque, a día de hoy, pasar de IG a HY no paga lo suficiente”, corroboró Elena Guanter Ros, directora general para Iberia y Latam de Candriam.

La deuda corporativa ofrece a día de hoy spreads en la media de los últimos 12 años o un poco por encima, con yields y valoraciones atractivas en algunos casos. “Básicamente vemos yields altas, precios bajos y spreads bastante decentes en investment grade pero en high yield el spread sigue sin valorar los riesgos que van a venir tras la restricción del crédito y el aumento de defaults y downgrades, es decir, vemos yields y precios en niveles atractivos pero nuestra expectativa es que los spreads aumenten gradualmente, porque también aumentarán las ratios de default”, explicaba la experta.

A pesar de la cautela, en Candriam no esperan picos como 2020 ni en 2008, es decir, no vislumbran caídas muy importantes en el sector, gracias principalmente a la salud de los factores técnicos. “Actualmente no hay dinero en deuda high yield, los flujos se han dirigido a activos monetarios, deuda a corto plazo, con grado de inversión… y la oferta sigue siendo muy limitada (las empresas no necesitarán refinanciar su deuda en el corto plazo). Es decir, no hay sobreoferta y tampoco hay demanda, tras las fuertes salidas de 2022 en Europa y EE.UU”. Así, en un escenario de poca oferta y poca demanda, en el que los factores técnicos son muy buenos pero los fundamentales no tan buenos (los spreads no han aumentado lo suficiente como para reflejar la posible restricción del crédito, los posibles downgrades y defauls), en Candriam esperan un pequeño ensanchamiento de los spreads de high yield que hará que los inversores vuelvan al mercado. “Todo es muy complaciente en el mercado y no se refleja el riesgo que hay high yield: sería interesante ver una pequeña tensión para volver a entrar”, aseguró.

En Candriam también vislumbran un aumento de la dispersión que potenciará las oportunidades con una selección de los emisores: “En un entorno de incertidumbre que podría agravar algunos riesgos, de fundamentales que pueden sufrir turbulencias y de buenas características técnicas en HY, la dispersión es mayor que en el pasado y debería aumentar. Para invertir ahora en este segmento debemos ser muy selectivos, porque va a haber mucha dispersión: no hay que seguir el mercado ni el índice, ni estar en todos sectores, sino ser realmente selectivos”, defendió Guanter.

Su escenario macro principal contempla un crecimiento débil en Europa, en el entorno del 1%, sin recesión y con la inflación relajándose de forma gradual gracias a la caída de los precios de la energía. Habrá dos subidas de tipos adicionales, pero no afectarán demasiado al crecimiento económico, en un entorno de bajo endeudamiento en familias y empresas. “Sí esperamos una corrección pequeña en los mercados, no es el momento de entrar en high yield, pero la recesión queda fuera de nuestro escenario principal, vemos un contexto de crecimiento bajo”, aseguró.

De su gama de fondos que se posicionan principalmente en crédito high yield, la experta destacó sus estrategias de deuda global y europea, direccionales, que actualmente cuentan con una posición en liquidez y deuda IG del 20%, a la espera de ese empeoramiento de los fundamentales en HY y ensanchamiento de los spreads para tomar más posiciones, más beta. “A día de hoy las estrategias se nutren de puro alfa, de sectores más defensivos, como el farmacéutico, telecomunicaciones, consumo básico… no tenemos automovilísticas, financieras u otros sectores cíclicos”, explicaba la experta.

También habló de la estrategia con perfil de retorno absoluto y volatilidad controlada Candriam Bonds Credit Opportunities, un fondo de renta fija flexible que invierte principalmente en deuda corporativa high yield y que puede ser una atractiva opción de inversión en el momento actual, al modular la exposición a crédito en función del entorno de mercado y con estrategias no direccionales. “Si hay más spreads toma más beta y si no, más alfa”, comentan en la firma. El objetivo de rentabilidad del fondo se sitúa entre el 3% y 5%, con una volatilidad por folleto inferior al 5% (a cinco años es del 3,7%). El fondo invierte alrededor del 50% en una cartera de bonos gestionada de forma muy selectiva con una duración inferior a dos años. Esta parte de la cartera está destinada a que el fondo mantenga una beta baja, alta liquidez y un carry atractivo. La otra parte de la cartera posee un enfoque más oportunistas y realiza inversiones en valor relativo, mediante la combinación de posiciones cortas y largas, con una gestión dinámica y sin restricciones por duración. Esta parte busca la generación de alfa y descorrelación con el mercado. El equipo de gestión, a su vez, implementa coberturas a través de derivados para cubrir los riesgos de cola (coberturas a tipos de interés, volatilidad, crédito y divisa).

La estrategia Candrian Bonds Credit Alpha (un fondo de high yield global long/short) completa su gama en este segmento.

 

EFPA aplaude que la Estrategia de Inversión Minorista de la Comisión Europea garantice todos los modelos de asesoramiento a clientes

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EFPA muestra su satisfacción tras la publicación de propuesta de Retail Investment Strategy (Estrategia de inversión Minorista) de la Comisión Europea que descarta la prohibición total de incentivos, proponiendo como alternativa modificar el marco normativo para mejorar en términos de transparencia, de conflictos de intereses y de la relación calidad-precio (value for money), es decir, fomentar que el inversor particular obtenga un resultado acorde al precio que paga por un servicio financiero.

EFPA Europa apostaba por una estrategia de inversión minorista que garantice los  diferentes modelos de negocio de asesoramiento, sin imponer un modelo obligatorio basado en honorarios, que podría tener efectos indeseables, en base al marco de la MiFID II, aprobada en el año 2018, como un modelo de mercado abierto con el objetivo de crear una Unión de Mercados de Capitales eficiente, segura y que proteja al inversor, basada en la transparencia y la prevención de conflictos de intereses, a lo largo de todo el ciclo de vida de los productos de inversión.

En este sentido, la asociación remitió una carta a la Comisión Europea advirtiendo del riesgo de que la prohibición total de las retrocesiones pudiera provocar una brecha en el asesoramiento para determinados clientes. En base a estas recomendaciones, la Comisión Europea apuesta por aumentar la transparencia que se da al respecto de este tipo de incentivos, proponiendo que se prohíban en la venta de productos de inversión sin asesoramiento, solo de ejecución, en las que no se presta asesoramiento financiero. 

De este modo, la Comisión avala el modelo propuesto por parte de EFPA, manteniendo el cobro de retrocesiones en los servicios de asesoramiento, pero no en los de pura comercialización, e introduce una serie de restricciones y mayores requisitos de transparencia para las ventas en las que se presta asesoramiento, incluyendo una prueba que especifique el deber de los asesores de actuar en el mejor interés del cliente y exigiendo a los distribuidores que informen a los clientes sobre qué son los incentivos, así como sobre sus costes y su impacto en el rendimiento de la inversión.

Según la Comisión Europea, los conocimientos y competencia del personal son fundamentales para garantizar un asesoramiento de calidad, objetivo que requiere establecer unos «estándares comunes mínimos» tanto en inversión como en seguros. Para lograrlo, acoge las propuestas realizadas por EFPA, reconociendo las ventajas de un modelo de formación del personal basado en certificados. En este marco se podría aprobar un distintivo europeo de carácter voluntario que potencie la movilidad de los asesores y consolide la confianza en el sistema. Los contenidos de la formación de los asesores financieros, hasta ahora recogidos en una guía de ESMA, pasan a incorporarse a un anexo de MiFID II, en el que se amplía la exigencia de conocimientos sobre regulación financiera y se incluyen las inversiones sostenibles.

Josep Soler, delegado ejecutivo de EFPA España y consejero de EFPA Europa, explica: “Estamos satisfechos por que la Comisión haya tomado en consideración muchas de las propuestas que elevamos desde la asociación para asegurar la calidad del asesoramiento, garantizando que los asesores cumplan con unos requisitos en términos de conocimientos y competencia y que no exista una brecha de asesoramiento que expulse a una parte de los clientes”. 

Entre las medidas que incluye el paquete de la Estrategia de Inversión Minorista está mantener un elevado nivel de cualificaciones profesionales y capacitar a los consumidores para que tomen mejores decisiones financieras.

En este sentido, la Comisión Europea anima a los estados miembros a aplicar medidas nacionales que puedan apoyar la educación financiera de todos los ciudadanos, un objetivo compartido con EFPA, que desarrolla desde hace años en España un ambicioso programa de educación financiera en el que están involucrados los propios profesionales. Además, la Comisión aboga por una protección de los inversores minoristas frente al marketing engañoso, incluso cuando se haga a través de las redes sociales o a través de personalidades u otras terceras partes a las que aquellos remuneren o incentiven.

Radiografía de la inversión en fondos de inversión con criterios ASG

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La inversión con criterios ASG sigue su crecimiento de forma sostenida en el mercado español, alcanzando los 116.287 millones gestionados con datos a día 25 de abril. Esto supone un 35,61 % del total de los fondos de inversión nacionales.

En lo que llevamos de año, este crecimiento viene principalmente motivado por el rendimiento positivo de las carteras por valor de 3.360 millones, si bien esta cifra se ha visto ligeramente contrarrestada por reembolsos netos de 2.831 millones

Entre los fondos ASG nacionales, destacan los artículos 8 SFDR, que suponen el 97,51 % del total, 113.388 millones, siendo los 2.898 millones restantes artículo 9.

Para poner en contexto el fuerte crecimiento experimentado por la inversión con criterios sostenibles entre los fondos españoles, a cierre de marzo del 2021, fecha en la que entra en vigor el Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR), el patrimonio de fondos que declaraban incluir criterios ambientales, sociales y de buen gobierno en la construcción de sus carteras era de 10.556 millones, lo que representaba tan solo el 3,58% del mercado nacional y a la misma fecha del 2022 eran 70.269 millones gestionados, un 22,13%.

Por fondos, destaca el Santander Gestión Global Equilibrado como el de mayor patrimonio con 7.895 millones gestionados. Se trata de un fondo artículo 8 de SFDR cuya gestión toma como referencia a título meramente informativo la rentabilidad del índice Euribor 1 mes (20%), el ML 1-10yr Euro Broad Market (40%) y el MSCI AC World NTR (40%) (incluye la rentabilidad neta por dividendos), gestionándose con un objetivo no garantizado de volatilidad anualizada máxima inferior al 10% para un periodo de observación de cuatro años.

Según establece su propia política de inversión, el fondo puede invertir entre el 0% y el 100% del patrimonio en IICs financieras, armonizadas o no (máximo 30 % no armonizadas) y hasta un 2% en gestión alternativa. En su clase S, el fondo logra una rentabilidad en lo que llevamos de año de un 1,39%, siendo esta de un 8,86 % a tres años.

Por captaciones netas, el fondo más destacado en lo que llevamos de año es el CaixaBank Master Renta Fija Advised By con 432 millones. Se trata de un fondo artículo 8 cuya inversión se centra en valores de renta fija pública y privada de emisores de países que sean miembros o no de la OCDE, pudiendo invertir en valores de países emergentes hasta un máximo del 30%. La gestión toma como referencia la rentabilidad del índice ICE BofAML US Large Cap Corporate & Govt Index (B0AL) en un 45%, del índice ICE BofAML Global Broad Market Index (GBMI) en un 40%, del índice ICE BofAML Emerging Markets External Sovereign Index (EMGB) en un 10% y del índice ICE BofAML Euro Currency Overnight Deposit Offered Rate Index (LEC0) en un 5%.

En lo referente a la rentabilidad, el fondo artículo 8 más destacado en el año es el CaixaBank Bolsa Gestión Euro en su clase cartera con un 13,21%, siendo de un 51,44% el dato acumulado a tres años. Englobado en la categoría VDOS de RV euro, invierte según su política de inversión más del 75% de su cartera en activos de renta variable de emisores europeos, estando al menos un 60% de lar cartera emitida por entidades radicadas en la zona euro, sin límite de capitalización o sector económico.

Por su parte, el Trea Cajamar RV Europa Sostenible FI en su clase A es el más rentable en el año entre los fondos de artículo 9 SFDR con un 8,80%, siendo esta rentabilidad de un 40,23% a tres años. El fondo tiene como objetivo invertir en activos sostenibles, empleando para su selección además de criterios financieros, criterios ASG. En concreto estas inversiones se encuentran relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS), especialmente orientadas a mitigar los principales problemas sociales y medioambientales identificados en los siguientes cuatro ODS: igualdad de género, agua limpia y saneamiento, producción y consumo responsables y acción por el clima. El 100% de estos activos cumplirá con los requisitos de sostenibilidad establecidos. Al menos el 60% de los activos será en emisores radicados en el área euro, con un mínimo del 75% en bolsas europeas.

Sin duda, el sector de la inversión en fondos de inversión no es ajeno a las diferentes problemáticas sociales y va avanzando a la par que la sociedad en su conjunto. Por ello, todo parece indicar que la inclusión de los criterios ambientales, sociales y de buen gobierno en la construcción de las carteras de productos ha llegado para quedarse, siendo esta una tendencia imparable que aspira a ser mayoritaria en un futuro a corto plazo.

Tribuna de Sergio Ortega, responsable de Comunicación de VDOS

El nuevo ETF de Xtrackers ofrece acceso a bonos gubernamentales de mercados emergentes denominados en moneda local

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La deuda pública se ha consolidado como un importante instrumento de inversión con el que los inversores pueden participar en las oportunidades de los mercados emergentes. Los índices de deuda pública suelen presentar una volatilidad menor que los índices de renta variable, por lo que pueden desempeñar un papel importante en una cartera diversificada. Con el ETF Xtrackers II J.P. Morgan EM Local Government Bond UCITS, Xtrackers ha añadido a su gama un producto que invierte en bonos de mercados emergentes denominados en moneda local. El ETF cotiza en Deutsche Börse y en la Bolsa de Londres, de momento.

El nuevo ETF sigue el índice J.P. Morgan Government Bond Index-Emerging Markets Global Div 10% Cap 0.25% Floor. El índice incluye bonos del Estado a interés fijo emitidos por los gobiernos de 16 mercados emergentes y denominados en moneda local. La ponderación por países se basa en el volumen total de bonos emitidos por el respectivo país, así como en otros factores.

En el índice, la ponderación máxima está limitada al 10%, y en cada reequilibrio mensual, un país debe cumplir el criterio de ponderación de al menos el 0,25%. De este modo, quedan fuera del producto los mercados de renta fija menos líquidos y pequeños y una concentración excesiva en los grandes emisores de bonos, por lo que el índice ofrece a los inversores una amplia diversificación. Todos los bonos con vencimientos restantes de más de seis meses están incluidos en el índice. El ETF es de réplica física.

«La importancia de los bonos de los mercados emergentes denominados en moneda local está aumentando significativamente en las carteras en vista de la alta inflación persistente. Al mismo tiempo, los mayores mercados emergentes desempeñan un papel cada vez más importante en la composición de una cartera de renta fija mundial» afirma Michael Mohr, Global Head de Xtrackers Products en DWS, que añade que en este contexto, «Xtrackers ofrece un producto eficaz a condiciones atractivas».

Gestores de patrimonios: ¿cuánto conocen a sus clientes y cuánto hay de intuición?

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Según un estudio realizado por Oxford Risk, firma experta en finanzas conductuales, existen demasiados gestores de patrimonio que todavía se basan en su intuición para determinar el perfil psicológico de sus clientes. De hecho, el estudio revela que estos profesionales suelen sorprenderse con frecuencia por las decisiones de inversión de sus clientes, a pesar de afirmar conocer muy bien sus perfiles psicológicos.

El estudio, realizado con gestores de patrimonios de toda Europa que gestionan colectivamente activos por valor de unos 327.000 millones de euros, revela que el 68% admiten que les sorprenden las decisiones que toman sus clientes. “Esta cifra contrasta con el 8% que afirma que nunca le sorprenden las decisiones de sus clientes”, matizan.

La misma encuesta muestra que un 62% creen que las decisiones emocionales cuestan al inversor medio más de 100 puntos básicos en términos de “riqueza invertible” cada año, “lo que pone de relieve el valor percibido de comprender los perfiles de comportamiento de los inversores”, destacan desde Oxford Risk. A pesar de ello, el 80% de los gestores de patrimonios encuestados afirman conocer muy bien los perfiles psicológicos de sus clientes a la hora de invertir.

De los gestores de patrimonios encuestados en el Reino Unido, Francia, Italia, España e Irlanda, el 82% afirma disponer de buenas herramientas y sistemas para comprender los perfiles psicológicos de sus clientes, frente a sólo un 4% que no los tiene. Otro dato relevante es que el 74% afirma tener formación suficiente para comprender los perfiles psicológicos de sus clientes, y sólo el 3% admite no tenerla. Sin embargo, cuando se les pregunta cómo evalúan los perfiles psicológicos de sus clientes, el 67% confía principalmente en su propia intuición y sólo el 10% dice no hacerlo.

“Este análisis apunta a tendencias preocupantes entre los asesores que creen que tienen la formación y las herramientas adecuadas para medir con precisión los perfiles psicológicos de sus clientes, pero la gran mayoría sigue admitiendo que confía en su propia intuición”, concluye Greg B. Davies, doctor y director de Behavioural Finance de Oxford Risk.

Los bonos verdes, sociales y de sostenibilidad, claves para paliar el déficit de financiación para alcanzar los ODS

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El último informe trimestral de MainStreet Partners, empresa de asesoramiento y análisis de carteras en materia de ASG, desvela que el déficit de financiación actual para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de las Naciones Unidas asciende a 2,5 billones de dólares, pero, también, que en este contexto, los bonos GSS (bonos verdes, sociales y de sostenibilidad) están sirviendo como un canal clave para desplegar capital para proyectos ambientales y sociales a nivel mundial. El estudio, en general, se centra en la relación existente entre los bonos GSS y los objetivos de desarrollo sostenible, y ofrece nuevas perspectivas sobre cómo estos instrumentos están dirigiendo el capital hacia los mercados emergentes.

El informe desarrolla dos tendencias principales. En primer lugar, establece que independientemente de la región en la que se emita un bono GSS, cada vez se destinan más ingresos a los mercados emergentes, lo que sugiere que los valores de renta fija sostenibles son un instrumento eficaz para reducir la brecha en la financiación climática. 

Por otro lado, aunque los bonos vinculados a la sostenibilidad (SLB) podrían desempeñar un papel clave en este aspecto, dado su formato más accesible para los emisores de los mercados emergentes, los inversores se enfrentan a su complejidad. Los bonos SLB aportan poca o ninguna claridad sobre el uso de los ingresos y se ven afectados por una menor estandarización. Fenómenos como la «reformulación» de los objetivos de rendimiento sostenible de los bonos SLB son acontecimientos financieramente importantes para los inversores que deben ser monitorizados correctamente.

Otra conclusión del informe apunta a que más del 60% de los bonos GSS emitidos en 2022 tenían como objetivo uno o más ODS, una cifra récord que casi triplica los datos de 2018, donde solo el 23% de los emisores comunicaron estos datos. Entre todos los bonos GSS emitidos en 2022, el objetivo más señalado por los emisores es el de «Ciudades y comunidades sostenibles» (ODS 11), con una recaudación aproximada de 67.000 millones de dólares de capital.

También queda patente que los bonos vinculados a la sostenibilidad (SLB) son una herramienta cada vez más importante para conectar el capital sostenible y los inversores de todos los sectores: en 2022, los emisores de empresas no financieras representaron el 74% de todos los SLB emitidos en el año, frente al 24 % entre los bonos GSS (tradicionales) de «uso del capital» de nueva emisión. Los SLB también aportan una mayor diversidad de emisores, ya que los nuevos bonos emitidos en el rango de calificación crediticia (es decir, rátings de BBB+ a B-) representaron el 66% de los nuevos SLB en 2022, frente a sólo el 21% de los emisores en los nuevos bonos GSS (tradicionales) de «uso de capital».

Pietro Sette, director de MainStreet Partners, afirma que es necesario «que fluya más capital de las economías desarrolladas a las economías en desarrollo», en tanto que es un objetivo clave del Acuerdo de París, «y el sector financiero debe adoptarlo». Sette recuerda que el estudio de MainStreet Partners muestra que los bonos GSS están canalizando «con éxito» el capital hacia estas regiones, en particular para crear «ciudades y comunidades sostenibles». Asimismo, «mientras que el número de emisores de bonos GSS aumenta a gran ritmo, los datos ASG y de sostenibilidad que publican aumentan aún más rápido», desvela Sette, que concluye que el uso de los ingresos, la alineación con los ODS, los resultados del impacto medioambiental y social y la alineación con la taxonomía europea son algunos de los datos que los inversores pueden incorporar y utilizar como prueba del nivel de sostenibilidad de sus inversiones ante los reguladores y el público”.

Desde 2010, MainStreet Partners ha desarrollado una base de datos de bonos GSS que ofrece un conjunto de herramientas para que los inversores puedan medir y manejar los riesgos ESG. Los productos aplicables a bonos GSS son diversos, entre ellos destacan: los ratings de bonos GSS (los bonos son analizados en base a su marco propietario que se focaliza en factores específicos del emisor y del bono), los resultados y ratings de impacto (los datos de impacto divulgados por los propios emisores son agregados y estandarizados, en base a variables ambientales y sociales) alineación a la taxonomía europea (los proyectos financiados por bonos GSS son analizados respecto a los criterios técnicos de la taxonomía. De la misma manera que los datos de impacto, los datos son agregados a nivel de cartera y proporcionan una indicación cuantitativa de la sostenibilidad de la misma), y asignación de capital  (el uso del capital del bono, extraído de los informes oficiales publicados por el emisor, tanto sobre la asignación por tipo de categoría como por la ubicación geográfica en la que se invierten los recursos).

Credit Suisse identifica los «metales del futuro» como la nueva megatendencia para este 2023

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Aunque el difícil contexto de 2022 afectó a los mercados financieros mundiales, desde Credit Suisse mantienen su enfoque en la diversificación a través de seis megatendencias. Desde la entidad creen que estos temas de inversión a largo plazo continuarán ofreciendo valor en 2023, ya que siguen centrados en los catalizadores del cambio. La escalada de la inflación, las subidas de los tipos de interés, los temores a una recesión, los desafíos geopolíticos y la crisis energética hicieron de 2022 un año muy complicado para los mercados financieros mundiales. Si bien las megatendencias de Credit Suisse tampoco lograron escapar a las caídas, desde la entidad aseguran que su modelo de diversificación a través de estos seis temas de inversión y sus diferentes subtemas ayudaron a sortear las turbulencias que atravesaron los mercados.

Seis años después de su lanzamiento, las megatendencias siguen enfocadas en tendencias sociales a largo plazo y plurianuales que deberían generar oportunidades de negocio de rápido crecimiento. Es por eso que en Credit Suisse siguen manteniendo una fuerte convicción general a largo plazo en todas ellas. Aun así, han seguido desarrollando esta guía introduciendo este año el nuevo subtema ‘metales del futuro‘ en la megatendencia del cambio climático, y fusionando otros relacionados en otras tendencias. Además, incorporan áreas de actualidad a sus tendencias existentes, como los chatbots y la demanda de productos de lujo en la región Asia-Pacífico.

Burkhard Varnholt, Global Chief Investment Officer de Credit Suisse, afirmó que, aunque las Supertrends no pudieron eludir la tendencia bajista de los mercados financieros en 2022, mantienen su convicción en todas ellas y en sus subtemas. «Siguen ofreciendo valor en términos de diversificación y oportunidades de crecimiento, porque se centran en temas que trascienden los ciclos económicos y que, en última instancia, darán forma al futuro», asegura Varnholt. «La década de 2020 ya ha traído consigo numerosos cambios en nuestro mundo y muchos se han plasmado en los temas de inversión en renta variable a largo plazo de las Supertrends», señaló Nannette Hechler-Fayd’herbe, Head of Global Economics and Research de Credit Suisse. Explicó que, si bien estas tendencias estaban empezando a surgir cuando las presentaron por primera vez en 2017, ahora están creciendo y evolucionando hacia un fenómeno que tendrá mucha mayor repercusión.

Dividen sus tendencias de inversión de renta variable a largo plazo en 6 grupos: sociedades preocupadas, infraestructuras, tecnología, economía plateada, valores de los millenials y cambio climático.

En primer lugar, con sociedades preocupadas hacen referencia al complicado e inestable contexto geopolítico actual, el cual ha provocado que la seguridad personal sea el principal foco de preocupación de muchas personas en todo el mundo. Además, el reto que supuso el repentino aumento de la inflación el año pasado y el consiguiente deterioro de la asequibilidad de los bienes y servicios esenciales están lastrando la situación económica de los hogares. Estos problemas siguen requiriendo soluciones de carácter público y privado, en las que las empresas innovadoras desempeñen un papel protagonista.

En cuanto a las infraestructuras, está muy expuesta a los proyectos de gasto plurianuales que los gobiernos de todo el mundo han presentado con el fin de mejorar sus infraestructuras. Es probable que los cambios en las cadenas de suministro de energía que se llevaron a cabo en 2022 den lugar a un marco muy diferente respecto a la forma en que los países cubren sus necesidades energéticas, lo que exigirá la construcción de nuevas infraestructuras. Por otro lado, creen que las inversiones en infraestructuras de telecomunicaciones están acercando las aplicaciones al usuario final. En cuanto a las infraestructuras de transporte, identifican el regreso de los turistas chinos y la demanda acumulada tras los confinamientos causados por la COVID-19 como factores clave de cara al futuro.

Por otra parte, la tecnología avanza con la digitalización y la transformación de las empresas mediante herramientas informáticas que progresan a gran velocidad. En 2022 se lograron importantes avances, como el uso de aplicaciones basadas en la inteligencia artificial para mejorar la eficiencia y la productividad tanto en el sector servicios como en el industrial. En este sentido, aunque los chatbots han acaparado toda la atención, esperamos asistir a la implantación de la IA en todos los ámbitos, desde la educación y la construcción hasta los servicios de alimentación, la atención sanitaria y el comercio minorista.

La megatendencia ‘economía plateada’ hace alusión a varios países de todo el mundo, como Japón, China y Alemania, que han visto cómo su población crecía hasta alcanzar cifras históricas. A medida que estas sociedades vayan envejeciendo, las personas mayores de 65 años serán el único grupo de población que registre un crecimiento significativo (pasarán de los 780 millones de la actualidad a cerca de 2.500 millones en 2100). Este fuerte crecimiento dará lugar, indudablemente, a retos que exigen soluciones innovadoras en los mercados inmobiliario, de atención sanitaria, de seguros y de bienes de consumo.

Cuando hablamos de los valores de los millennials, cabe destacar cómo las generaciones Y y Z, así como sus valores fundamentales, están influyendo tanto en las empresas como en los gobiernos. Un probable pico de inflación y la reapertura de la economía china deberían respaldar esta megatendencia en 2023. Desde la entidad analizan los motores estructurales de la digitalización, el creciente mercado de los artículos de lujo (que se verá favorecido especialmente por los consumidores chinos jóvenes y acomodados) y las innovaciones que pueden aportar ventajas económicas a los mercados emergentes.

Por último, el cambio climático es la megatendencia por excelencia. Aunque puede que el mundo se desviara de sus objetivos climáticos en 2022, año en que Europa reactivó sus centrales térmicas de carbón para sustituir el petróleo y el gas rusos embargados, es probable que simplemente se trate de un ligero desvío en el camino hacia la neutralidad en carbono en 2050. La búsqueda de la seguridad energética por parte de los Gobiernos occidentales está impulsando como nunca el desarrollo de las energías renovables de producción nacional. Además, la construcción de parques solares y eólicos, y de vehículos eléctricos requerirá más minerales que las tecnologías equivalentes basadas en combustibles fósiles, lo que convertirá a los denominados ‘metales del futuro’ en un recurso esencial de ahora en adelante.

Puede acceder al informe completo sobre las Supertrends en el siguiente enlace.

Grietas en la banca regional estadounidense: ¿hasta dónde puede alcanzar la onda expansiva?

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La quiebra de Sillicon Valley Bank, Signature Bank y First Republic en EE.UU. ha puesto a la banca regional estadounidense bajo el foco de los inversores, siendo Pacific Western Bank (PackWest Corp) la última entidad en sufrir estrés en bolsa. Todos estos acontecimientos están siendo monitorizados con cautela por los inversores, que están muy pendientes de los avances de la Reserva Federal y su ciclo aún inacabado de subidas de tipos de interés.

Desde Thornburg IM, el co-responsable de inversión en renta fija Ben Klingelhofer afirma que la crisis en la banca regional estadounidense no se sale de lo usual dentro de la actuación de la Reserva Federal, sino que encaja con el mensaje que ha estado enviando el banco central en los últimos meses: “La Reserva Federal ha dejado muy claras sus intenciones de crear un ciclo de crédito clásico. Están subiendo los tipos de interés para hacer bajar la inflación como parte del mecanismo de transmisión. No es que quisieran que SBV o Signature Bank quebrasen, pero sí querían ver que el efecto de unos tipos de interés más altos sobre la economía real”.

Uno de los puntos que parecen unánimes es que la crisis bancaria – hasta ahora contenida por la actuación de la Reserva Federal- se plantea como una crisis de confianza, y esto se va a reflejar en el endurecimiento de la concesión de préstamos. “Lo que estamos viendo es que, en última instancia, el endurecimiento de las condiciones crediticias funciona de forma muy normalizada. Y para la Reserva Federal esto es lo normal de su negocio”, corrobora Klingelhofer.

Pero que el endurecimiento de las condiciones de crédito sea la reacción esperada no excluye que tenga efectos negativos sobre la economía, llevándola a la recesión controlada que planea la Reserva Federal. Desde Jupiter AM el gestor de renta fija Ariel Bezalel recuerda que los bancos regionales juegan un papel fundamental como financiadores de pequeñas y medianas empresas en Estados Unidos. Sin embargo, advierte que su capacidad de concesión de crédito se reducirá en los próximos meses no solo por la mayor cautela para evitar una nueva quiebra bancaria, sino también por el propio encarecimiento de la financiación derivado de unos tipos de interés más altos, y también por la pérdida de atractivo de los depósitos frente a los bonos del Tesoro estadounidense. “A menor capacidad de retención de clientes con depósitos, menor capacidad para prestar”, resume Bezalel. Finalmente, el gestor recuerda que “el endurecimiento del crédito se correlaciona bien con los impagos”, por lo que anticipa que se incrementará la tasa de default en los próximos meses.

Es una opinión compartida por Steven Bell, economista jefe de Columbia Threadneedle Investments para EMEA. Citando la última lectura de la Senior Loan Officer Opinion, Bell constata que el endurecimiento de los préstamos actual en EE.UU. ya remite a los peores momentos de la crisis financiera mundial (CFG) de 2008. “No creo que la crisis bancaria haya terminado, y aunque los argumentos son un poco técnicos, reflejan graves defectos del sistema financiero estadounidense”, afirma con rotundidad.

Bell explica que esta situación se debe en parte a que muchos de los poderes que las autoridades estadounidenses utilizaron con éxito en la CFG, como la ampliación del seguro de depósitos, han sido rescindidos desde entonces por el Congreso. “Hasta ahora, se han encontrado compradores para los bancos regionales en quiebra, pero este proceso tiene sus límites”, advierte.

En segundo lugar, Bell explica que la expansión del balance de la Fed como resultado de la expansión cuantitativa (QE) “ha eliminado un mecanismo clave que en crisis anteriores ayudó a estabilizar el sistema”, en referencia a la transferencia de dinero desde depósitos bancarios hacia letras del Tesoro. “Los grandes depositantes sufrían una penalización por trasladar sus depósitos desde los bancos y, a medida que aumentaba el temor a la quiebra bancaria, el diferencial entre ambos (TED) se ampliaba y el sistema podía encontrar un equilibrio”. Bell declara que el QE ha puesto fin a esta situación: “La Reserva Federal ha tenido que pagar intereses por el exceso de reservas bancarias al tipo de interés objetivo, cortocircuitando el diferencial TED. Así pues, los depositantes ya no sufren una penalización por retirar fondos de un banco con problemas”.

Real estate comercial, ¿el siguiente en caer?

Desde Fidelity International, el gestor Daniel Ushakov recuerda que muchos bancos regionales han actuado en los últimos años como principales financiadores del real estate comercial, que actualmente se comporta “como una de las partes más tensionadas del mercado”. Por este motivo, el real estate es uno de los sectores con los que muestra mayor cautela, al detectar señales de estrés en la capacidad de financiación: “Muchas de las estructuras inmobiliarias actuales fueron desarrolladas durante la era de tipos cero y no están preparadas para sobrevivir en la era de la inflación. Es por esa razón que estamos cautos, aunque las valoraciones sean baratas”, afirma.

Ariel Bezalel corrobora este análisis, y amplía con datos sobre la situación del real estate comercial, que se ha visto muy afectado por el auge del teletrabajo durante la pandemia: “El subyacente está bajo mucha presión, la tasa de oficinas desocupadas ya alcanza el 20%”. Según cálculos del gestor, las empresas que operan en este segmento pidieron prestados 5 billones de dólares en los últimos años, de los cuales 2 billones corren por cuenta de la banca regional; además, anticipa una oleada de refinanciaciones para el año que viene, que no todas las empresas atravesarán con los mismos niveles de comodidad.

2023 vs 2008

Si bien la crisis de 2008 también se vio caracterizada por el estallido de la burbuja inmobiliaria y su efecto pernicioso sobre los balances de la banca estadounidense, los expertos explican que hay algo que esta vez sí es diferente: “Los megabancos han sufrido poco en esta última crisis; de hecho, pueden incluso prosperar a largo plazo, ya que compran rivales a bajo precio”, explica el economista jefe de Columbia Threadneedle. Sin embargo, Bell puntualiza que “es poco probable que puedan absorber toda la oferta de crédito dejada por sus hermanos más débiles y seguramente endurecerán aún más las condiciones de los préstamos que concedan”.

Desde Fidelity, Ushakov destaca que la gran banca estadounidense está mucho más capitalizada y con balances más saneados que los regionales: han conseguido atraer gran parte del dinero depositado previamente en entidades regionales, y en algunos casos han comprado algunos de los negocios en apuros. “El nivel de capital actual en la gran banca es muy diferente a cómo estaban antes de 2008. Nos sentimos cómodos invirtiendo en los grandes campeones estadounidenses”, resume.

 

La sostenibilidad está transformando la economía y creando oportunidades para los inversores

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Foto de Aaron Burden

La transición climática y el impulso para crear una sociedad más integradora están transformando la economía mundial. Si algo ha enseñado el año pasado a los inversores es que el proceso va a ser impredecible.

La década anterior a 2022 fue testigo de una rápida expansión de la temática de la inversión sostenible, impulsada por la creciente demanda de los inversores y la multiplicación de los compromisos de gobiernos y empresas para hacer frente a los retos del cambio climático y la desigualdad social. La volatilidad de los mercados el año pasado supuso un golpe de realidad, ya que la espiral del coste de la vida y la preocupación por el suministro energético, exacerbada por la guerra de Ucrania, desviaron la atención hacia los problemas económicos inmediatos.

Sin embargo, aunque 2022 haya puesto fin a la luna de miel de la inversión sostenible, no ha hecho descarrilar la reestructuración económica subyacente. De hecho, la transición hacia la sostenibilidad podría verse acelerada por factores como la crisis energética del año pasado, que puso de relieve la necesidad de obtener gas natural de proveedores alternativos, al tiempo que aumentaba la ambición por las energías renovables. Para los inversores, comprender este proceso será esencial para gestionar eficazmente sus activos en los próximos años.

Unidos para impulsar la transición sostenible

El cambio climático sigue afectando a las economías, a las empresas y a las comunidades de todo el mundo, por lo que la transición a una economía baja en carbono es más importante que nunca. Este impulso de descarbonización requerirá cambios transformadores en toda la economía -especialmente en sectores de altas emisiones como la agricultura, la construcción, la industria pesada y el transporte- impulsados por un esfuerzo unificado que incluya políticas públicas de apoyo y rápidos avances tecnológicos.

La transformación de la economía no es un objetivo lejano: está ocurriendo ahora. Nos encontramos en medio de uno de los mayores cambios macroeconómicos seculares que se recuerdan, impulsado por un consenso mundial cada vez mayor sobre la necesidad de abordar el cambio climático y la desigualdad social, que se ha plasmado en documentos históricos como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Para que todo esto suceda, será fundamental movilizar capital a gran escala. Goldman Sachs Global Investment Research estima que el precio de descarbonizar el 75% de la economía mundial asciende actualmente a 3,1 billones de dólares anuales. El déficit de financiación para proteger la biodiversidad, por ejemplo, asciende a 700.000 millones de dólares anuales, según un acuerdo clave de la ONU firmado en diciembre de 2022.

Un baño de realidad

La inversión sostenible se ha expandido rápidamente en las dos últimas décadas, algo que puede apreciarse en el creciente volumen de activos gestionados por los signatarios de los Principios de Inversión Responsable (PRI), una iniciativa del sector financiero que ayuda a las empresas a integrar criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en sus decisiones de inversión y propiedad. Los aproximadamente 4.000 signatarios de los PRI representaban más de 120 billones de dólares en activos a finales de 2021, frente a los apenas 10 billones de 2007. Goldman Sachs Asset Management es signatario de los PRI.

Tras años de condiciones de mercado favorables para la inversión sostenible, 2022 supuso una sacudida. MSCI atribuyó el bajo rendimiento de sus índices ESG principalmente a los buenos resultados del sector energético y a un repunte de los valores de valor en medio de las presiones inflacionistas del año pasado y el agresivo endurecimiento de la política monetaria por parte de los bancos centrales.

Pero las turbulencias del mercado no socavaron la importancia a largo plazo de los factores ESG para el rendimiento de las empresas cotizadas. En un informe publicado el pasado diciembre, Goldman Sachs Global Investment Research demostró que los valores con mayor puntuación en criterios medioambientales y sociales obtuvieron mejores resultados que aquellos con menor puntuación en los 11 primeros meses de 2022.

El choque ESG puede ampliar las oportunidades

Creemos que las consecuencias estratégicas de 2022 apoyarán potencialmente la transformación de la economía mundial, abriendo mayores oportunidades de inversión. Los argumentos a favor de la inversión sostenible siguen siendo sólidos, apoyados en primer lugar por la resistente demanda de los inversores. El flujo de dinero de los inversores hacia fondos de inversión sostenibles lo demuestra claramente: aunque las entradas el año pasado estuvieron muy por debajo de los máximos registrados durante la pandemia, siguieron siendo positivas a pesar de las turbulencias del mercado. Por el contrario, los fondos no sostenibles sufrieron salidas a lo largo de 2022.

Crear los incentivos adecuados

El éxito de la transición exigirá un rápido aumento de las inversiones. Por ejemplo, los casi 190 países que firmaron en diciembre el histórico Marco Mundial para la Biodiversidad de Kunming-Montreal de las Naciones Unidas pretenden movilizar al menos 200.000 millones de dólares al año en financiación relacionada con la biodiversidad procedente de fuentes públicas y privadas.

Para reunir capital privado a esta escala, las políticas públicas deben crear los incentivos adecuados, especialmente en sectores de altas emisiones y difíciles de abandonar como la industria, el transporte, la energía, los productos químicos y la construcción.

Datos recientes demuestran que los responsables políticos están captando el mensaje. En 2022, los EE.UU. finalizaron la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), que incluye medidas relacionadas con el clima diseñadas para acelerar la transición a una economía de energía limpia. La Ley libera más de 390.000 millones de dólares en ayudas federales para iniciativas climáticas y energéticas a lo largo de 10 años, un nivel de gasto que podría impulsar la competitividad de EE.UU. en energías limpias. Según Goldman Sachs Global Investment Research, los sectores que podrían tener una mayor transformación son el de almacenamiento en baterías, el hidrógeno, la captura de carbono y la eficiencia energética.

El impacto de la Ley de Reducción de la Inflación también se dejará sentir fuera de EE.UU., incluso en la Unión Europea, que desde hace tiempo es líder en la promoción del desarrollo de soluciones sostenibles a través de iniciativas de gran alcance como el Green Deal europeo.

Cómo encontrar oportunidades de inversión transformadoras

Creemos que las empresas que realicen con éxito la transición estarán mejor posicionadas para triunfar en la nueva economía sostenible. Para los inversores, no se trata de una apuesta de impacto, sino de comprender hacia dónde se dirige la economía. Las inversiones que ayuden a acelerar la transición tienen, por tanto, el potencial de proporcionar atractivos rendimientos financieros. La tarea de los inversores consiste en ser los más listos a la hora de detectar oportunidades en medio de las turbulencias.

Los proveedores de soluciones ecológicas son esenciales para el desarrollo de soluciones que faciliten la transformación. Aunque la mayor parte de las reducciones globales de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) necesarias hasta 2030 pueden lograrse con tecnologías que ya están disponibles hoy en día, en 2050 casi la mitad de las reducciones provendrán de tecnologías que actualmente se encuentran en fase de comprobación o prototipo.

Sin embargo, las empresas de soluciones ecológicas no pueden hacerlo solas. Nuestras vidas reales dependen de una enorme gama de productos de las industrias tradicionales, y las mayores oportunidades de inversión se encontrarán probablemente en estos sectores, donde los retos son mayores. Si empresas como las productoras de energía y materiales de construcción navegan bien por la transición, pueden convertirse en líderes de la economía sostenible, ganando cuota de mercado y mejorando sus modelos de negocio y estructuras de costes. Los líderes de estas industrias crearán productos integrados que tengan en cuenta las consideraciones ESG. Para encontrarlos, los inversores sostenibles tendrán que ampliar su campo de acción.

Muchas estrategias de inversión ESG se inclinan por modelos de negocio sostenibles «puros», aunque algunas de ellas solo tengan una relevancia marginal para la transición energética. Esta tendencia a mantener menos valores de sectores con altas emisiones crea una oportunidad para las estrategias de inversión centradas en la transformación de la industria pesada y los sectores con altos niveles de GEI, donde el potencial de impacto en el mundo real es mayor.

Dado que nuestra sociedad y la economía mundial seguirán dependiendo de estas industrias en un futuro sostenible, una transformación sostenible de todo el sistema necesita que los mercados de capitales y los inversores mundiales apoyen tanto a los facilitadores ecológicos puros como a los líderes de la transición en las industrias con altas emisiones de carbono.

Este enfoque tiene el potencial de generar sólidos rendimientos y contribuir positivamente a la transformación de la economía. Al guiar a los inversores y a las empresas en las que invierten en sus objetivos de sostenibilidad, este enfoque también puede tener un mayor impacto en la sociedad.

Columna de Valentijn van Nieuwenhuijzen, responsable global de Sostenibilidad para la Inversión Pública en Goldman Sachs AM

El futuro del trabajo: ¿va a cambiar la IA el lugar de trabajo para siempre?

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En enero de 2023, Microsoft anunció que estaba invirtiendo 10.000 millones de dólares en OpenAI, una empresa de investigación de IA que es el cerebro detrás de ChatGPT. Aparentemente más que un chatbot estándar, ChatGPT ha tomado Internet por asalto desde su introducción en noviembre de 2022, acumulando más de un millón de usuarios en pocos días y desatando un nuevo debate sobre el papel de la IA en el lugar de trabajo.1

Y cuanto mayor es el plazo, más extravagantes son las predicciones. Para algunos, la IA va a abrir las puertas a un mundo utópico lleno de nuevas oportunidades. Otros, como Elon Musk, han advertido de que un rápido desarrollo de la IA podría ser «potencialmente más peligroso que las armas nucleares».2

Aunque estos debates son interesantes, van a tardar décadas en zanjarse. Pero, ¿y si estrechamos el foco y nos centramos en cómo puede cambiar la IA nuestros lugares de trabajo a corto plazo?

Aunque es posible que aún tardemos algún tiempo en ver ordenadores todopoderosos y robots asesinos, las nuevas tecnologías, incluyendo la IA, ya están transformando el lugar de trabajo.

En los próximos cinco a diez años, lo más probable es que su lugar de trabajo tenga un aspecto radicalmente diferente.

Cuando se habla de la IA, mucha gente piensa en máquinas casi omnipotentes. Sin embargo, la mayor disrupción que se está materializando actualmente es la automatización. Ahora que los ordenadores y los dispositivos robóticos son capaces de realizar tareas complejas —y extremadamente tediosas— con velocidad y precisión, la automatización se está imponiendo en áreas tan diversas como la agricultura, la logística (robotización), la maquinaria no tripulada y el apoyo administrativo y de back office (gracias al big data).

Piense en las irritantes cajas rápidas automáticas de su supermercado local o en los algoritmos que controlan los feeds de sus redes sociales. Ambos son ejemplos de IA y automatización.

Empresas de todo tipo están empezando a ver el potencial de la IA. Además de una mayor productividad, menos errores y un mejor servicio al cliente, algunos afirman que también hay un vínculo claro entre la adopción de la IA y el aumento de los ingresos.

Según un estudio de Insofys, por ejemplo, hay “un vínculo claro entre el incremento de los ingresos de una organización y su madurez en cuanto a la IA: las organizaciones que informan de un aumento más rápido de los ingresos… también tenían más probabilidades de estar más adelantadas en términos de madurez en cuanto a la IA”.3

Cada vez más, la IA se contempla como una prioridad estratégica a largo plazo en la que las empresas no pueden permitirse quedarse atrás. No es de extrañar que prácticamente todos los supermercados hayan adoptado las cajas autoservicio, por ejemplo, o que las fábricas e incluso los puertos comerciales estén compitiendo por automatizar todo lo posible.

Del mismo modo que la pandemia inició la revolución del trabajo desde casa, también ha dado pie a un auge nunca visto de la inversión en la IA y su transformación. Planes digitales cuyo desarrollo estaba previsto que durara años se completaron en cuestión de meses, a medida que las empresas adoptaban nuevas iniciativas digitales y basadas en datos que las hicieran más flexibles y resistentes.

Más de la mitad de las empresas encuestadas, por ejemplo, adelantaron sus planes de adopción de la IA durante la crisis de COVID, según muestra un estudio reciente de PWC.4 Casi todas aseguraron que la IA es ahora una “tecnología convencional” para ellas de cara al futuro. El 55% de las empresas aceleraron su estrategia de IA en 2020 debido al COVID y dos tercios afirmaron que iban a acelerar esta estrategia en 2021.5

No es de extrañar que la inversión total en IA, que se había estancado en 2019 y 2020, se multiplicara en 2021, y se espera que esta se mantenga alta durante los próximos años.

Lo más probable es que veamos un aumento de la automatización, ya que las grandes empresas buscan reducir costes y mejorar la eficiencia siempre que sea posible. Esto podría suponer menos puestos de cara al cliente y, para el consumidor final, más conversaciones con asistentes virtuales, compras autoservicio y portales online.

También se prestará mucha más atención a los datos y el análisis. En un mundo cada vez más digital y hogareño, las empresas deben esforzarse por entender a sus clientes y crear más flexibilidad en sus cadenas de suministro y redes de distribución. La computación en la nube se está convirtiendo en una necesidad. Y las funciones de back office se están automatizando o externalizando en la medida de lo posible.

Esto, a su vez, debería aumentar la productividad y ayudar a impulsar el crecimiento económico general. El “despliegue de tecnologías de IA y automatización puede hacer mucho por impulsar la economía mundial e incrementar la prosperidad mundial, en un momento en el que el envejecimiento [de la población] y la disminución de las tasas de natalidad están actuando como un lastre para el crecimiento”, afirma McKinsey.6 A fin de cuentas, según PWC, “se prevé que las tecnologías de IA sumen 15,7 billones de dólares a la economía mundial de aquí a 2030”.7

¿Hay una parte mala? Algunos han advertido que la IA y la automatización podrían trastocar radicalmente los puestos de trabajo de millones de personas. “El escenario disruptivo predice una desindustrialización y, por lo tanto, una disminución de la demanda de trabajadores empleados en la industria manufacturera”, indica Credit Suisse. “Los cambios estructurales en el mercado laboral afectarían principalmente a las áreas más débiles, tanto en términos de nivel educativo como de ubicación geográfica”.8

Indudablemente, esto significa un impacto negativo para los trabajadores menos cualificados de los países en desarrollo, y lo más probable es que sean naciones como China, India y Bangladesh las que se vean más afectadas.

¿Cuántos puestos de trabajo se podrían perder? Las estimaciones varían enormemente. McKinsey, por ejemplo, cree que alrededor del 15 % de la fuerza laboral mundial —o alrededor de 400 millones de trabajadores— va a ser desplazada por la automatización de aquí a 2030, una cifra que podría aumentar al 30% en el escenario más rápido de los que han modelado. Sin embargo, en su escenario más lento, solo 10 millones de personas se verían desplazadas, lo que tendría un impacto insignificante en la fuerza laboral mundial.9

Las nuevas tecnologías también podrían generar nuevas oportunidades de trabajo. Y los países con los niveles más altos de adopción de la IA y la automatización —como Suiza, Singapur y el Reino Unido— todavía no han experimentado una pérdida generalizada de puestos de trabajo. Por lo tanto, es posible que la gran disrupción que muchos temen no llegue a materializarse nunca, especialmente si se puede reciclar a los trabajadores para que trabajen junto con las máquinas automatizadas, en lugar de ser completamente desplazados por ellas.

Aun así, es probable que el lugar de trabajo se vea radicalmente modificado de aquí a finales de esta década, y los responsables políticos, las empresas, los trabajadores y los inversores deben estar preparados. Nos aguardan muchas oportunidades, pero no va a ser un proceso fácil para todos.

 

Tribuna de Jonathan Barker, responsable de Thought Leadership de Natixis IM. 

 

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