Inflación estadounidense: descifrando las tendencias en un ciclo de tipos cambiantes

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¿Qué está sucediendo con la inflación en EE.UU.? Un tercer dato alto del índice de precios al consumidor (IPC) ha retrasado aún más las expectativas de recorte de tipos, e incluso ha planteado la posibilidad de un aumento. Desde la estimación de seis o siete recortes de tipos al comienzo del año, ahora los mercados esperan solo uno o dos en 2024. Esta situación pone más presión sobre las decisiones que tome la Reserva Federal de EE.UU. de aquí a final de año. 

Samy Chaar, economista jefe de Lombard Odier, explica que la persistente inflación en servicios está alimentando preocupaciones de que la cifra del IPC general se haya estancado un punto porcentual por encima del objetivo. Además, la inflación en servicios «core» se aceleró nuevamente en marzo. «Algunas tendencias en las recientes cifras del IPC podrían indicar una normalización que se ha demorado debido a los impactos de la era pandémica. Los costes de la vivienda tardaron en aumentar en las medidas oficiales de inflación después de que los alquileres para nuevos inquilinos se dispararan durante la pandemia. Ahora que la inflación de los alquileres para nuevos inquilinos ha caído bruscamente, es posible que el cambio esté tardando nuevamente en reflejarse en los índices oficiales de inflación. Los precios de los automóviles también aumentaron considerablemente debido a la dificultad para obtener piezas durante y después de la pandemia. Ahora, los costes de los servicios relacionados con los automóviles, incluido el seguro, podrían estar simplemente poniéndose al día», argumenta. 

Mientras tanto, apunta que muchos otros componentes importantes de la inflación en Estados Unidos, incluidos los alimentos, están cayendo, y los precios de los bienes están firmemente en territorio deflacionario:  El IPC también se destaca entre las medidas de inflación en Estados Unidos; y el Índice de Precios al Productor (IPP) de marzo se situó ligeramente por debajo de las expectativas. Además, los datos recientes del gasto en consumo personal (PCE), que es el índice preferido por la Reserva Federal (Fed), también han estado alrededor de un punto porcentual completo por debajo del IPC, tanto en términos generales como en su núcleo.

En opinión del experto de Lombard Odier, una medida crucial que vigilan los bancos centrales de los mercados desarrollados es la inflación vinculada a los salarios. «En este ámbito se observa una normalización en curso. Aunque el mercado laboral estadounidense sigue siendo muy fuerte -con la creación de muchos nuevos puestos de trabajo y una tasa de desempleo baja-, se está reequilibrando. Los ingresos medios por hora están disminuyendo y el número de personas que abandonan su empleo se mantiene ligeramente por debajo de las medias anteriores a la pandemia. La población activa crece y la productividad aumenta. Los cuatro indicadores del crecimiento salarial en EE.UU. muestran que está cayendo a una horquilla del 3-4%. Este nivel es coherente con una inflación general en torno al objetivo del 2% de la Fed», comenta. 

¿Una segunda oleada de inflación?

Sobre si veremos o no una segunda oleada de inflación, apunta que por el lado de la demanda, esto requeriría un impulso persistente del crecimiento fiscal o salarial. «Este último se está ralentizando, y es improbable que el primero alcance las cotas de los paquetes de ayuda e iniciativas de la era de la pandemia, como la Ley de Reducción de la Inflación, la Ley de Chips y Ciencia, la Ley de Inversión en Infraestructuras y Empleo y la Ley del Plan de Rescate Americano», matiza. 

Y por el lado de la oferta, no puede descarta otra perturbación, vinculada quizá a riesgos geopolíticos. «Más allá de un escenario de alto riesgo de una escalada militar más amplia en Oriente Medio, vemos dos canales obvios para que estos riesgos afecten a la inflación: una presión al alza sobre los precios de la energía y nuevas interrupciones o desvíos en las cadenas de suministro mundiales. En cuanto a la primera, observamos que la importante capacidad de producción de petróleo excedentaria de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, y la capacidad más limitada de Estados Unidos, podrían desplegarse para compensar cualquier perturbación a corto plazo de los precios del petróleo. Ya hemos analizado aquí escenarios de riesgo geopolítico para los precios del petróleo», argumenta.

También observa que las cadenas de suministro mundiales ya se están rediseñando de forma que reflejen los imperativos nacionales de reducir riesgos, asegurar los suministros y comerciar e invertir con los aliados. Y señala: «En Oriente Medio hay tres grandes puntos de estrangulamiento para el comercio mundial: el estrecho de Ormuz, el canal de Suez y el estrecho de Bab al-Mandeb. Aunque históricamente los conflictos en la región han tenido pocas implicaciones para los inversores mundiales, una escalada importante que atraiga a potencias de fuera de Oriente Medio sigue siendo un riesgo significativo. Sin embargo, la prolongación de los conflictos existentes y la «lógica de bloques» siguen siendo nuestra hipótesis de trabajo»

Y aunque las actuales subidas de los precios de la energía acaparan los titulares, a menos que un repunte en este sentido haga descarrilar las expectativas de inflación futura de los consumidores (que por ahora son relativamente estables), considera que la Fed  no se inclinará a reaccionar. «Aunque seguimos atentos a los indicios de una interrupción importante de la oferta o de una reaceleración del mercado laboral, ninguno de ellos constituye nuestro caso base», advierte. 

Los tipos bajarán en el segundo semestre

En su opinión, la sólida demanda de la economía estadounidense puede significar una mayor inflación de los servicios durante más tiempo. También reduce la urgencia de que la Fed recorte los tipos. «Seguimos viendo que la inflación subyacente del IPC caerá a una media del 2,7% en 2024, lo que permite cierta relajación monetaria este año. Esperamos hasta tres recortes de 25 puntos básicos (pb) en 2024, en función de los datos que vayan llegando, no sólo de la inflación, sino también de la fortaleza de los mercados laboral e inmobiliario, con la vista puesta también en cualquier indicio de tensiones en el sector financiero. En la medida de lo posible, la Fed querrá evitar recortar los tipos inmediatamente antes de las elecciones presidenciales, por temor a verse arrastrada a discusiones políticas. Esto podría abogar por un primer recorte en julio si los datos son favorables», argumenta. 

Excepcionalismo estadounidense

Mientras tanto, EE.UU. es en gran medida el caso atípico entre las tendencias inflacionistas mundiales. El experto advierte de que la inflación mundial ha sido inferior a las expectativas este año y explica que se ha normalizado gradualmente a medida que la economía mundial se recuperaba de una serie de perturbaciones, desde las interrupciones de la cadena de suministro hasta la subida de los precios de la energía tras la invasión rusa de Ucrania. Las tendencias en EE.UU. han reflejado las del resto del mundo, pero a diferencia de otros países, la inflación también ha aumentado debido a las presiones sobre los precios impulsadas por la demanda. El Gobierno estadounidense prestó más apoyo financiero a los hogares, lo que se tradujo en un mayor gasto de los consumidores.

Según su análisis, en Europa, los argumentos a favor de recortar los tipos parecen más sólidos que en Estados Unidos. En su reunión de marzo, el Banco Central Europeo (BCE) preparó el terreno para una bajada de tipos en junio. En marzo, la inflación de la zona euro  se situó en el 2,4%, por debajo de las expectativas. El crecimiento está muy por debajo de la tendencia y el sector manufacturero del continente sigue luchando mientras Estados Unidos se recupera. Los bancos de la Eurozona desempeñan un papel más importante en la concesión de préstamos a las empresas que en EE.UU., y las encuestas muestran que las condiciones para la concesión de préstamos siguen siendo restrictivas y que la demanda de crédito está cayendo. 

En el Reino Unido, también espera que el Banco de Inglaterra recorte los tipos en junio. Aunque la inflación de los servicios sigue siendo superior a la de EE.UU., en parte impulsada por el endurecimiento del mercado laboral y el menor crecimiento de la productividad, está bajando, junto con la inflación general. La economía también está débil. Mientras tanto, en Suiza, que ya ha iniciado su ciclo de relajación, la inflación está cayendo rápidamente, y esperamos un segundo recorte de 50 puntos básicos en junio.

Inclinarse por el dólar

Ahora bien, qué significan los cambios en la dinámica de la inflación y los tipos para nuestro posicionamiento de inversión. «Reiteramos el argumento de que los inversores se aseguren rendimientos atractivos en bonos soberanos de alta calidad, incluidos los de EE.UU. (que subieron tras el informe del IPC), la zona del euro y el Reino Unido. Mantenemos la renta variable en niveles estratégicos, ya que sopesamos la mejora de la economía y los recortes de tipos frente al sentimiento muy positivo de los inversores, las valoraciones plenas y el riesgo de volatilidad y correcciones futuras vinculadas a los acontecimientos en Oriente Medio», afirma Chaar. 

En este sentido, su prolongada sobreponderación del dólar en las carteras se ha basado en los mejores resultados del crecimiento estadounidense y en la ventaja de rendimiento del dólar. «Esta última sólo se ampliará si la Fed se convierte en el segundo en Inter n a l mover ficha frente a los bancos centrales del otro lado del Atlántico. Entretanto, una sobreponderación del dólar también sirve como cobertura útil contra una inflación estadounidense más alta y prolongada y unos riesgos geopolíticos muy elevados», concluye. 

DWS propone a Oliver Behrens como nuevo presidente del Consejo de Supervisión

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Foto cedidaOliver Behrens, previsiblemente será el nuevo presidente del Consejo de Supervisión de DWS a partir de junio.

Como se comunicó en noviembre de 2023, la compañía propone a Oliver Behrens para su elección como presidente del Consejo de supervisión, en la Junta General Anual del 6 de junio de 2024. Según explica la gestora está previsto que sea el nuevo presidente de este organismo en sustitución de Karl von Rohr, quien en abril de 2023 comunicó su intención de abandonar el cargo de presidente tras seis años de servicio, pero quien sí permanecerá como representante de Deutsche Bank en el Consejo de Supervisión de la firma de inversión. 

En su nueva función como presidente, Behrens también pasará a ser miembro del Comité Conjunto formado por miembros delegados del Consejo de Supervisión y el accionariado que preside James von Moltke, presidente y director financiero de Deutsche Bank. Tras considerar detenidamente, tanto el tamaño como la independencia del Consejo de Supervisión de DWS, así como la directriz general del Deutsche Bank de reducir gradualmente la representación del Consejo de Dirección de Deutsche Bank en los consejos de las filiales, von Moltke, que asumió la responsabilidad de la gestión de activos en el Consejo de Dirección de Deutsche Bank en 2023, ha decidido retirar su candidatura como miembro del Consejo de Supervisión.

Al mismo tiempo, Bernd Leukert, miembro del Consejo de Administración y director de Tecnología, Datos e Innovación de Deutsche Bank, ha informado a DWS de su intención de abandonar el Consejo de Supervisión de DWS Group GmbH & Co. KGaA en la próxima Junta General Anual.

Leukert ha sido miembro del Consejo de Supervisión desde el año 2020. Su decisión también refleja la directriz mencionada anteriormente sobre la representación de la junta afiliada, a la que se hizo una excepción para permitirle unirse a la Junta de Supervisión de DWS. Karl von Rohr, presidente del Consejo de Supervisión de DWS, explicó: “Bernd Leukert ha apoyado a DWS durante muchos años con su asesoramiento estratégico y su experiencia tecnológica. Tanto la empresa como el Consejo de Supervisión agradecen sus aportaciones, su compromiso y su atenta supervisión. Al mismo tiempo, esperamos dar la bienvenida a Oliver Behrens como nuevo presidente del Consejo de Supervisión”.

Rodrigo García de la Cruz, nombrado presidente de la Global Fintech Alliance

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Foto cedidaRodrigo García de la Cruz, nuevo presidente de la Global Fintech Alliance.

Rodrigo García de la Cruz, CEO de Finnovating y vicepresidente de la AEFI (Asociación Española de FinTech e InsurTech), ha sido nombrado primer presidente de la Global FinTech Alliance para los próximos tres años. Esta innovadora alianza reúne a más de 100 países y cuatro grandes redes regionales, como la Asociación Europea de Finanzas Digitales (EDFA), la Alianza FinTech Iberoamérica (FIA), la Red FinTech África (AFN) y Digital ASEAN & Digital Filipinas & IDEA. Según indican desde esta iniciativa, a corto plazo tienen previsto incluir a más regiones. Además, la Global Fintech Alliance (GFA), el ecosistema finTech más desarrollado del mundo, ha nombrado a su primera junta directiva al completo como paso importante dentro de su proceso de constitución, tras la primera reunión celebrada recientemente en Madrid con algunos de sus miembros fundadores, que sentó las bases de esta alianza internacional.

Su principal objetivo es conectar la industria financiera digital mundial, facilitando la globalización de las empresas del sector y la inclusión financiera. Al fomentar la colaboración entre continentes, la GFA se esfuerza por apoyar el crecimiento y la innovación de la industria de las finanzas digitales, convirtiéndola en un eje central para los avances de la tecnología financiera a nivel mundial.  Este bloque mundial de asociaciones empresariales de finanzas digitales será la respuesta para una amplia diversidad de partes interesadas en todo el mundo y el mayor laboratorio para probar y aplicar políticas, normas y vías validadas de cooperación internacional.

Respecto al nuevo presidente de la GFA, Rodrigo García de la Cruz, es también miembro fundador de la Fintech Iberoamerica Alliance, la European FinTech Alliance, la Asociación Española de Fintech e InsurTech (AEFI) y la International Digital Economies Association (iDEA).  Además, es CEO y fundador de Finnovating, una plataforma de Matching que conecta a 30.000 empresas 160 países para innovar y hacer negocios B2B. Según su nuevo presidente, “la Global FinTech Alliance está llamada a ser las Naciones Unidas de las FinTech, donde en un única institución mundial podremos dar voz a un ecosistema que hoy une a casi 50.000 startups y scaleups de todo el mundo”.

Además de al presidente, los miembros fundadores de esta asociación a nivel mundial eligieron por votación a los presidentes regionales para África, América, Asia y Europa. De tal forma que Amor Maclang será la presidenta de la Global FinTech Alliance para Asia, en representación de Digital ASEAN, Digital Philippines e IDEA. Como miembro fundador de Digital Pilipinas y de la Asociación Internacional de Economías Digitales (iDEA), y como fundadora y presidenta-fundadora de Digital Pilipinas, es una pionera en la construcción de ecosistemas digitales en la ASEAN, comprometida con la conectividad digital global.

Por su parte, Niklas Sandqvist ha sido nombrado presidente europeo de la Global FinTech Alliance. Con una amplia experiencia en el sector europeo, Niklas es cosecretario general de la Asociación Europea de Finanzas Digitales y cofundador en serie de varias comunidades del sector, como Fintech Norway, Nordic Initiative y EDFA. Su influencia se extiende aún más a través de su participación en diversas funciones de la industria en Bruselas, donde defiende apasionadamente el avance de una economía impulsada por los datos de la industria en la intersección de la tecnología y el comercio. Y Roberto Vargas será el presidente para las Américas de la Global FinTech Alliance, en representación de la Fintech Iberoamerica Alliance. Actualmente ocupa el cargo de presidente de la Alianza Fintech Iberoamérica y de la Asociación Fintech de Perú, a la vez que es CEO de  Betriax. Es uno de los promotores de la GFA. En último lugar, Segun Aina será el presidente para África de la Global FinTech Alliance, en representación de la Africa Fintech Network. Actualmente es presidente de la Red Fintech de África, presidente del Instituto Fintech y presidente del Consejo de Opolo Global Innovation.

Con el nombramiento de su junta directiva y el establecimiento de asociaciones estratégicas, la Global Fintech Alliance está preparada para impulsar un cambio transformador en el panorama mundial de las finanzas digitales, fomentando la colaboración y la innovación más allá de las fronteras.

Tomás Vercellana de Santander fue el ganador la Corporate Run de Miami

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La industria financiera de Miami se reunió en la Corporate Run de Miami en una tarde cargada de diversión y competencia y Tomás Vercellana de Santander Private Banking fue el primero en llegar

La característica competencia, que este año contó con el patrocinio de Lexus, contó con la participación de más de 17.000 personas que representaban 728 organizaciones de todos los rubros de la ciudad. 

Entre las empresas de la industria financiera que participaron se destacan más de 20 firmas: Aegon, Alex Brown y Raymond James (con el apoyo de las gestoras Jupiter, Ninety One, Vontobel y Voya), Amerant, Bancolombia, Sabadell, Bci Miami, BlackStone, BlackRock, Boreal, BTG Pactual, Citi, Compass, Credicorp, Da Vivienda, Itaú Miami, JP Morgan, Insigneo, IPG, Morgan Stanley, Stonex y Santander Private Banking

De todas estas, las más convocantes fueron Citi con 215, Santander con 170, Morgan Stanley con 130, BlackStone con 90 e Insigneo y Raymond James con unos 80 cada uno. 

La otra cara de la competencia son los stands y las diversión reinante en cada carpa. Desde barra de bebidas, alimentos saludables, otros más calóricos y algunos con una decoración especial. 

La temática de la IA mantiene viva la ilusión de los inversores

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Foto de Pang Yuhao en Unsplash

Con el mercado habiendo corregido algo el exceso de optimismo y la sobrecompra, pero sin haber llegado aún a claudicar de su tendencia alcista, los inversores están revisando a la baja el incremento en la prima de riesgo que habían venido aplicando a las valoraciones ante la incertidumbre macro asociada a los ataques cruzados entre Israel e Irán.

Una forma intuitiva de ilustrar cómo los gestores están despejando de la ecuación este factor de riesgo es analizando la evolución en el precio diario de la onza de oro, que no está justificado por los dos factores que tradicionalmente mejor lo explican: los tipos reales y la cotización en dólares de una cesta de divisas.

Como vemos en la gráfica, los primeros meses del año, coincidiendo con el recrudecimiento de la crisis en Gaza, el precio del metal precioso sube consistentemente más de lo que sugerirían los movimientos en tipos reales y dólar, con la discrepancia intensificándose a mediados de mes, para posteriormente girarse bruscamente el lunes de esta semana, coincidiendo con la recuperación en bolsa.

El exceso de rentabilidad acumulado en el precio del oro desde febrero -y que la regresión contra el dólar y los tipos no explica- asciende a 16,5%, y el ajuste negativo que viene produciéndose desde el lunes es del -3,05% (un 19% del movimiento).

Este movimiento hacia la normalización, en magnitudes muy similares, también se aprecia (-22% y -23%, respectivamente) en los índices de riesgo geopolítico mundial e israelí de Baker, Bloom y Davis.

Esto sucede en un contexto en el que no se ha producido una capitulación, pero sí se han descomprimido los indicadores técnicos y de sentimiento. La diferencia entre inversores estadounidenses alcistas y bajistas ha regresado a terreno neutral, y nuestro indicador compuesto de sobrecompra/sobreventa se sitúa en -0,57 desviaciones estándar con respecto a la media histórica. Adicionalmente, y a pesar de las caídas, la participación no se ha resentido y el porcentaje de miembros del S&P 500 cotizando por encima de su media móvil de 200 días, en vez de caer, ha repuntado marginalmente.

Todo ello, y aunque sería deseable una corrección algo más duradera para depurar excesos, sugiere que el sesgo del mercado continúa siendo favorable al riesgo.

Aunque el flash PMI manufacturas estadounidense de esta semana ha sorprendido de forma negativa, colocándose marginalmente otra vez por debajo de 50 (en contra del PMI de servicios europeo), la publicación de datos macro que señalan una mayor fortaleza de la esperada justifican un incremento en el pronóstico de crecimiento de PIB para el segundo trimestre de la Fed de Atlanta, que pasa de 2,1% a 2,9% en tres semanas, aumentando las probabilidades de no aterrizaje al disminuir las de soft landing.

El aterrizaje suave es más improbable en términos históricos. Además, a corto plazo la inversión en relocalización/desglobalización de producción por parte de EE.UU., países europeos y también de China (hacia otros países asiáticos para sortear aranceles) puede dar soporte al repunte cíclico en actividad industrial, en línea con la relajación en condiciones financieras. Indicadores adelantados del sector manufacturas (precio acciones semis, actividad sector residencial, etc.) anticipan 3-4 meses de encuestas de manufacturas en zona de expansión.

A pesar del agotamiento en el exceso de ahorro de las familias americanas, el efecto riqueza y el uso de tarjetas puede permitir mantener el gasto durante algo más de tiempo. En Europa aún existe un colchón de ahorro razonable y hay demanda diferida no satisfecha (en coches y bienes duraderos, por ejemplo). En China, las ventas minoristas sorprenden creciendo un 8%. Además, y como venimos explicando, hay similitudes suficientes con el episodio 1995-2000 como para contemplar la posibilidad de un mercado que regrese a valoraciones iguales o superiores a las que se cotizaban antes del comienzo de la corrección.

Es cierto que con la economía avanzando por encima de potencial, la inflación tardará más tiempo en regresar al objetivo. En EE.UU. el deflactor del PCE está reacelerando en tasa anualizada de 3 y 6 meses y el índice subyacente de inflación en servicios ex rentas imputadas (supercore) sigue preocupando, pero hay factores que apuntan hacia una vuelta a la desinflación a partir del verano.

El incremento en oferta de trabajadores, apoyado en gran medida sobre una explosión en inmigración, unido a una disminución en el apetito por contratar, está devolviendo el equilibrio al mercado laboral. Como consecuencia, la tasa de crecimiento en salarios irá también perdiendo fuerza y, en última instancia, afectará al consumo de servicios. Las renuncias voluntarias, el subíndice del flash PMI y las vacantes pendientes de ser cubiertas, además de la encuesta entre PYMEs, apuntan en esta dirección.

Con aumentos de sueldo menos pujantes, el precio del alquiler continuará moderándose (como anticipa el indicador de nuevos contratos de alquiler de la Fed de Cleveland), y la remisión en coste de vivienda ayudará a retomar la tendencia desinflacionista. La primera aproximación al PIB del primer trimestre (1,6%, por debajo del 2,7% esperado), que ha desempolvado las tesis de estanflación, no es concluyente. El crecimiento económico se ve lastrado por el componente de inventarios, que con una tasa de consumo (+3%) como la actual será un impulso adicional más adelante.

Con este cuadro macro, la resiliencia económica en EE.UU. y una posible recuperación en crecimiento más sincronizada a nivel global permite a las empresas volver a trasladar incrementos salariales al consumidor final manteniendo la disciplina en gastos. Los márgenes operativos dan muestra de poder repuntar. Un 64% de los sectores GICS registran mejoras en lo que llevamos de año, y anticipan como mínimo estabilidad los próximos 3-4 meses. Alphabet, el jueves, dio buena muestra de ello sorprendiendo positivamente por el beneficio operativo (con márgenes arriba de ~4% en tasa interanual), disparando el precio de su acción en pre mercado en un 11%.

En este sentido, la campaña de publicación de resultados avanza como cabía esperar, con un 69% de las empresas europeas y un 83% de las estadounidenses superando las proyecciones de los analistas para crecimiento en BPA, pero con un desempeño algo más discutible en lo que respecta a la parte de arriba de la cuenta de resultados (solo un 43% en Europa y ~50% en EE.UU.).

Aunque solo una cuarta parte de las compañías han anunciado sus números, se atisban ya algunas pautas de comportamiento. De las 7 acciones tecnológicas del S&P 500 que han pasado por la palestra, el 100% han batido los pronósticos en lo que a beneficios se refiere -registrando un incremento en tasa interanual del 64%-, pero su precio ha caído ~2% en media ponderada.

Además de que, como en trimestres anteriores, los equipos directivos han venido rebajando el optimismo de los analistas de cara a las publicaciones (desde enero hasta abril las cifras de consenso para el primer trimestre se han visto recortadas en un 3,7% para el S&P 500, afectando a 8 de los 11 sectores GICS), lo que también queda de manifiesto es que los inversores han comenzado ya a extrapolar tendencias del corto al largo plazo, inflando sus expectativas para empresas tecnológicas en general y de semis y ligadas a la revolución de IA generativa en particular.

El mejor ejemplo lo tenemos en la caída en los títulos de Meta el jueves. A pesar de anunciar números realmente buenos para los tres primeros meses del año (BPA +114% a $4,71 vs. $4,30 esperado; sobreventas creciendo +27%; márgenes 0,8% por encima de lo anticipado, pérdidas más contenidas en Reality Labs y un incremento de 2,3x respecto al trimestre anterior en retribución al accionista hasta los 15.000 millones de dólares), la acción se apuntó un -10% en la sesión, al no llegar a cumplir con lo que esperaban los accionistas en materia de aumento en ventas para el segundo trimestre, que en cualquier caso sigue siendo muy positivo.

Google (Alphabet), a diferencia de Meta, no ofrece guías explícitas -ni trimestrales ni anuales-, y puede haberse beneficiado por ello porque, como Facebook, también incrementó el gasto en CAPEX en 1.700 millones de dólares sobre la cifra esperada.

Aunque, como explicamos más arriba, la caída en bolsa parece haber terminado de momento, nos queda todavía recibir y analizar la parte mollar de esta campaña de resultados, y las cosas pueden cambiar rápidamente. Por otro lado, la primera aproximación al PIB del primer trimestre no ayuda demasiado, sorprendiendo negativamente en crecimiento (1,6%, por debajo de tendencia), pero también por el lado de la inflación (el índice subyacente del PCE marca el nivel más alto desde el segundo trimestre de 2023). No obstante, las correcciones han sido a menudo una característica definitoria de cuadros de exuberancia (como demuestra la reciente recuperación en “V” en el bitcoin, por ejemplo) que vienen casi siempre acompañados por el mantra de “comprar las caídas”.

Charles P. Kindleberger, economista de MIT, y estudioso de exuberancia en bolsa y desarrollo de burbujas especulativas, identifica como características fundamentales de estos procesos las siguientes:

  • Falta de fundamentos sólidos para llevar a cabo un ejercicio de valoración objetivo
  • Participación masiva de minoristas e institucionales
  • Comportamiento imitativo por parte de inversores minoristas, que no analizan adecuadamente las acciones en las que invierten, subestimando el riesgo asociado a sus inversiones
  • Exceso de liquidez, dinero de acceso fácil y barato disponible para ser dedicado a la inversión

De estas cuatro, solo la última se echa realmente en falta, aunque las tendencias se están revertiendo. Aunque la Fed mantenga los tipos más altos más tiempo, la actualización semanal de saldos en reservas bancarias de la cuenta general del Tesoro sugiere que la Fed puede lanzarse muy pronto a reducir a la mitad su programa de adelgazamiento cuantitativo por el lado de los bonos, y los diferenciales de crédito están muy comprimidos.

La masa monetaria está aún en contracción, pero ha marcado un claro punto de inflexión. Y, aunque la demanda de crédito prácticamente no crece en EE.UU. (y es netamente negativa en Europa), la tendencia negativa en el informe SLO de la Fed también se ha girado.

Una mejora en el componente de condiciones monetarias es el ingrediente que falta para cerrar la receta de un regreso a la exuberancia. Las valoraciones de los protagonistas de este rally no son tan excesivas como las de Cisco, Microsoft o Dell en 2000, o las registradas por McDonald´s, Coca Cola, Xerox o Polaroid en el pico de las “Nifty Fifty”. Y aunque no cabe duda de que la bolsa está cara (percentil 5% de PER 12 meses desde 1881), un crecimiento en BPA en línea con la historia (por debajo del 10% del consenso) y un múltiplo en los niveles de los que veíamos antes de la corrección, justificarían un regreso a la cota de 5.400. La temática IA está más viva que nunca y la ilusión de los inversores (que en estos casos acaba pesando más a corto plazo que la realidad) se ve impulsada con las noticias de Google, Meta y Microsoft. Los tres grandes suman 32.500 millones en CAPEX el trimestre pasado (el gasto de Google casi dobla año sobre año y el de Microsoft se incrementa en 66%) en su afán por desarrollar centros de datos e infraestructura para hacerse con el liderazgo de la nueva tecnología.

Payden & Rygel designa a Dennis Kwist director de Desarrollo de negocio en Europa

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Foto cedidaDennis Kwist,  director de Desarrollo de negocio en Europa de Payden & Rygel.

Payden & Rygel, la gestora de fondos independiente estadounidense, refuerza su presencia en Europa con la incorporación de Dennis Kwist como responsable de Desarrollo de Negocio para Europa. Según explica la firma, este nombramiento forma parte de la estrategia de desarrollo del negocio en Europa Continental, donde Payden ya gestiona aproximadamente 20.000 millones de euros a través de mandatos institucionales y cuenta entre sus clientes con una amplia gama de inversores, incluidos bancos, fondos de pensiones y compañías de seguros.

Dennis Kwist cuenta con más de 15 años de experiencia en Wellington Management, donde primero fue director general y después responsable de Desarrollo de Negocio para el norte de Europa. En Payden será responsable de la promoción de fondos UCITS, así como de la expansión del negocio de mandatos institucionales.

A raíz de este nombramiento, Antonella Manganelli, consejera delegada de Payden & Rygel en Italia y Directora de Desarrollo de Negocio para el sur de Europa, ha declarado: “Payden sigue invirtiendo recursos en el desarrollo de negocio y ampliando equipo localmente para poder aprovechar todas las oportunidades de crecimiento a escala internacional. Me complace dar la bienvenida a Dennis Kwist, cuyas décadas de experiencia, combinadas con su profundo conocimiento de la dinámica del sector, aportarán un importante valor añadido para la compañía”.

Por su parte,Dennis Kwist,  director de Desarrollo de negocio en Europa de Payden & Rygel, ha señalado que «el norte de Europa y, en particular, las regiones del Benelux son mercados estratégicos, más aún en esta época de elevados tipos de interés. Payden, con su amplia gama de productos de inversión, es el partner ideal para los inversores institucionales del norte de Europa, por lo que me entusiasma contribuir a reforzar la base de clientes aprovechando la riqueza de las relaciones que la compañía ha construido en estos países durante los últimos 25 años”.

Las recompras mundiales de acciones cayeron un 14% en 2023

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A pesar de que los dividendos mundiales subieron hasta un nuevo récord en 2023, las empresas gastaron mucho menos en recomprar sus propias acciones, según el último estudio anual Share Buyback de Janus Henderson, un suplemento especial de su índice trimestral Global Dividend Index.

Según los datos de la gestora, se destinaron 1,11 billones de dólares a recompras de acciones en 2023, lo supone una reducción interanual del 14%. No solo la cifra es inferior a la registrada en 2022, si no que se sitúan por debajo de lo alcanzado en 2021.Sin embargo, desde Janus Henderson explican que el descenso parte de una base muy elevada y deja el total anual aún muy por encima de los niveles anteriores a la pandemia.

Las empresas estadounidenses fueron las mayores compradoras de sus propias acciones, con un total de 773.000 millones de dólares en 2023 y representando 7 de cada 10 dólares en todo el mundo. Sin embargo, también realizaron una reducción desproporcionadamente grande.

«Las recompras estadounidenses se redujeron en 159.000 millones de dólares el año pasado, un 17% interanual. Las empresas tecnológicas estadounidenses fueron las que más recortaron, gastando 69.000 millones de dólares menos que el año anterior. Entre ellas, Microsoft y Meta redujeron las recompras en casi un tercio, y Apple en una séptima parte», indica la gestora.

También destaca que se produjeron grandes reducciones en gran parte del sector sanitario estadounidense y entre las entidades financieras, aunque no en el sector bancario, donde los recortes de algunos bancos se vieron compensados con creces por aumentos en otros sectores. En general, en EE.UU., el número de empresas que gastaron menos en recompras de acciones superó en 1,8 a las que gastaron más. No obstante, el valor de las recompras fue 1,2 veces mayor que el valor de los dividendos pagados por las empresas estadounidenses del Índice de Dividendos Global de Janus Henderson.

Fuera de EE.UU., las empresas del Reino Unido fueron las mayores compradoras de sus propias acciones, representando 1 de cada 17 dólares del total mundial en 2023. «Las compras, por valor de 64.200 millones de dólares, supusieron sólo un 2,6% menos interanual y equivalieron al 75% de los dividendos pagados. Shell es el mayor comprador no estadounidense de sus propias acciones (representa casi una cuarta parte del total británico), pero redujo considerablemente sus compras en 2023, al igual que BP, BAT, Lloyds y otras grandes empresas británicas de primera fila. Los aumentos significativos de HSBC, Barclays y otros casi compensaron estos recortes, lo que significa sólo un pequeño descenso global para el año», indican.

Según la gestora, no existen garantías de que se mantengan las tendencias pasadas ni de que se cumplan las previsiones. Las referencias a valores concretos no constituyen una recomendación de compra, venta o mantenimiento de ningún valor, estrategia de inversión o sector del mercado, y no deben considerarse rentables. Janus Henderson Investors, su asesor afiliado o sus empleados pueden tener una posición en los valores mencionados.

Las recompras son cada vez más generosas en Europa. En toda la región, el total pagado aumentó un 2,9%, hasta 146.000 millones de dólares en 2023 (frente a un aumento subyacente de los dividendos del 20% en el mismo periodo). Hubo variaciones considerables de un país a otro: las recompras alcanzaron un nivel récord en Italia (impulsadas por Unicredit y Stellantis), España (impulsadas por Santander, Iberdrola y Telefónica), Noruega (Equinor) y Bélgica (AB-Inbev y KBC), aunque Francia, Suiza y los Países Bajos registraron el mayor valor de acciones recompradas. El mayor descenso se produjo en Suiza, donde la mayoría de las empresas redujeron las recompras; Nestlé fue la que tuvo un mayor impacto, reduciendo casi a la mitad su programa, hasta 5.800 millones de dólares. Aproximadamente el mismo número de empresas europeas aumentaron las recompras en 2023 que las redujeron, aunque el fuerte crecimiento de los dividendos en 2023 significó que las recompras crecieron menos que los dividendos y cayeron como proporción de los beneficios de los accionistas al 48% de los dividendos pagados, por debajo del 55% en 2022.

Las recompras de acciones siguen siendo menos importantes en Asia-Pacífico Las empresas de Asia-Pacífico sin Japón son las menos propensas a llevar a cabo programas de recompra.  La gran reducción interanual (-40,0%) refleja principalmente las menores recompras de acciones por parte de los grandes bancos de Australia, que compensan con creces los aumentos en Hong Kong y Corea del Sur. 

Los datos de Japón van a la zaga de los del resto del mundo, ya que aún no se han publicado los resultados anuales correspondientes a 2023/24 (véase la metodología para más detalles). El gran aumento (+18%) refleja en gran medida la actividad en el año natural 2022. Un examen más detallado de los informes provisionales sugiere que es probable que las recompras de acciones también sean inferiores en términos interanuales para 2023/24, aunque esto no estará claro hasta que la temporada de presentación de informes haya comenzado a principios de mayo.

A nivel sectorial, las empresas tecnológicas, sanitarias y financieras registraron las mayores reducciones, y el mayor impacto se observó entre las empresas estadounidenses. De hecho, fuera de EE.UU., las empresas sanitarias aumentaron sus recompras. Las empresas de los sectores químico, minero y de productos básicos de consumo, como tabaco y productos para el hogar, también recortaron sus recompras de acciones. A escala mundial, las empresas de telecomunicaciones, bancos y vehículos registraron los aumentos más significativos.

Cabe señalar que las recompras están muy concentradas. Algo más de la mitad de las empresas del índice de 1.200 compañías de Janus Henderson recompraron acciones en 2023, pero sólo 45 de ellas representaron la mitad del total anual gastado en recompra de acciones a escala mundial.

Ben Lofthouse, Director de Renta Variable Global de Janus Henderson, ha declarado: «Muchas empresas utilizan las recompras como válvula de escape: una forma de devolver el exceso de capital a los accionistas sin crear expectativas de dividendos que podrían no ser sostenibles a largo plazo. Esto resulta especialmente apropiado en sectores cíclicos como el petrolero o el bancario. Esta flexibilidad explica por qué las recompras son más volátiles que los dividendos. También significa que no hay pruebas reales de que las recompras estén sustituyendo a los dividendos. Meta, por ejemplo, pagó su primer dividendo en 2024. Además, el tamaño relativo de las recompras en comparación con los dividendos se redujo en todas las regiones excepto en Japón y los mercados emergentes (donde hay retrasos en los datos). Está claro que las empresas siguen apoyando el dividendo como forma de devolver capital a los accionistas.

«La subida de los tipos de interés ha influido en el descenso de las recompras de acciones: cuando la deuda es barata, tiene sentido que las empresas se endeuden más (siempre que lo hagan con prudencia) y utilicen los ingresos para retirar el costoso capital social. Con los tipos en máximos de varios años, ese cálculo es más matizado; algunas empresas están amortizando deuda en este momento del ciclo, utilizando efectivo que de otro modo podría haberse destinado a recompras, pero muy pocas están recortando dividendos, como mostrará nuestro próximo Índice Global de Dividendos.

Es tentador extrapolar una nueva tendencia a la baja de las recompras. Pero un año a la baja desde máximos de varios años no es prueba de que esto esté ocurriendo. Se trata de que las empresas encuentren el equilibrio adecuado entre el gasto de capital, sus necesidades de financiación y la rentabilidad para el accionista vía dividendos, recompras o ambas».

No existen garantías de que se mantengan las tendencias pasadas ni de que se cumplan las previsiones. Las referencias a valores concretos no constituyen una recomendación de compra, venta o mantenimiento de ningún valor, estrategia de inversión o sector del mercado, y no deben considerarse rentables. Janus Henderson Investors, su asesor afiliado o sus empleados pueden tener una posición en los valores mencionados.

Private equity: ¿puede la bajada de tipos reactivar el mercado?

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Según el informe de perspectivas para 2024 sobre el mercado de private equity que elabora y publica Bain&Company, tras un duro 2023, han empezado a asomar los brotes verdes para la recuperación de la industria del private equity. Los expertos de la consultora explican que en el pasado ejercicio, el capital riesgo siguió tambaleándose, ya que la rápida subida de los tipos de interés provocó un fuerte descenso de las operaciones, las salidas y la captación de fondos. “El problema de las salidas se ha convertido en el más acuciante, ya que los LP hambrientos de distribuciones retiran nuevas asignaciones de todos los fondos, salvo de los más grandes y fiables”, apuntan. 

Sin embargo consideran que las perspectivas a largo plazo siguen siendo sólidas, pero para salir del atolladero harán falta planteamientos más sólidos de creación de valor y una rápida innovación en soluciones de liquidez. Sobre todo, destacan que las decisiones de los principales bancos centrales respecto a su política monetaria y las bajadas de los tipos de interés serán un factor fundamental en el comportamiento del mercado privado.

“Los múltiplos de precios, que tienden a moverse de forma inversa a los tipos de interés, han bajado el año pasado, pero sólo ligeramente hasta ahora. Esto se debe a que los vendedores sólo están sacando al mercado los activos de mayor calidad, aquellos que confían en que se venderán con una rentabilidad razonable. De lo contrario, los canales de salida se han agotado en gran medida, dejando a los socios generales (GP) con la friolera de 3,2 billones de dólares en activos sin vender y frenando el flujo de capital hacia los socios comanditarios (LP). Este descenso de la actividad ha tenido un efecto paralizador en la captación de fondos”, indican.

Hasta que los gestores empiecen a retirar activos de sus carteras en el momento oportuno, la captación del siguiente fondo no será más fácil. Y, en opinión de los expertos de Bain&Company, la amenaza para la rentabilidad es real. Las adquisiciones suelen implicar préstamos a plazo que vencen en cinco o siete años. Los ratios de cobertura de intereses entre las empresas en cartera respaldadas por adquisiciones en EE.UU. ya han caído a 2,4 veces los beneficios antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización (EBITDA), el nivel más bajo desde 2007. Según su análisis esto está presionando a los GP para que encuentren soluciones de liquidez e ideen nuevas formas de generar beneficios a través del apalancamiento operativo, no sólo la expansión múltiple y el crecimiento de los ingresos en los que el sector se ha apoyado durante años. 

Ante este panorama, ¿dónde están los primeros signos de cambio? “El aspecto más difícil de este atasco, por supuesto, es predecir qué ocurrirá a continuación. Pero en nuestra opinión, los brotes verdes de una recuperación están empezando a asomar. Quizá el más importante sea que, salvo nuevas perturbaciones macroeconómicas o crisis geopolíticas, lo más probable es que los tipos se moderen el año que viene”, afirman. 

Estos expertos esperan que los recortes más leves estimulen la negociación, siempre que las perspectivas macroeconómicas se mantengan relativamente estables. “Solo los fondos de adquisición cuentan con la cifra récord de 1,2 billones de dólares en polvo seco, de los cuales el 26% tiene cuatro años o más, frente al 22% en 2022. Esto crea un incentivo mayor de lo normal para que los gestores de fondos se mantengan al margen y empiecen a comprar, aunque las condiciones no sean las ideales”, apuntan. 

En su opinión, la actividad ya está aumentando y, con la ayuda de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, es probable que la tendencia en 2024 sea al alza en lo que respecta al número de operaciones y su valor. “Las salidas son otra cuestión. Salvo que los tipos bajen más de lo previsto, los vendedores seguirán enfrentándose a grandes obstáculos para vender empresas a compradores estratégicos, a otros patrocinadores o a los mercados públicos”, añaden.

2023 y los lobos de 2008

Para entender su visión para 2024, consideran importante comprender qué ocurrió el año pasado. En este sentido explican: “Se puede afirmar con seguridad que la industria del private equity nunca ha visto nada parecido a lo que ha ocurrido en los últimos 24 meses. Si bien la brusca caída de la actividad de negociación a finales de 2022 y en 2023 recuerda al periodo posterior a la crisis financiera mundial de 2008-09, la situación a la que se enfrenta el sector actualmente no tiene precedentes”.

Según el informe de Bain&Company, las cifras son muy similares a las de la crisis financiera mundial: el valor y el número de operaciones han caído un 60% y un 35%, respectivamente, desde sus máximos de 2021. Sin embargo, lo que está impulsando estos descensos no podría ser más diferente de lo que estaba ocurriendo en 2008-09, y entenderlo, señalan los autores del documento, requiere una perspectiva totalmente diferente. 

Por difíciles que fueran, las secuelas de la última crisis financiera siguieron un patrón predecible: para hacer frente a la crisis, los bancos centrales redujeron drásticamente los tipos de interés para estimular la actividad, la economía se estabilizó lentamente y el capital riesgo fue capaz de recuperarse de lo que muchos predijeron que sería su ruina. El período de crecimiento resultante en los años siguientes creó un sector de capital riesgo que es mucho mayor y más complejo de lo que nadie en 2008 podría haber esperado razonablemente”, argumentan en el informe.

Sin embargo, reconocen que ahora ese tamaño y complejidad magnifican los retos a los que se enfrenta la industria de private equity. En este contexto, apunta varios aspectos relevantes: las condiciones empresariales son más desconcertantes que predecibles; los tipos de interés han subido más deprisa que en ningún otro momento desde los años ochenta, y sigue sin estar claro cuándo dará marcha atrás la Reserva Federal estadounidense o dónde se asentarán finalmente los tipos; y la preocupación por lo que el año pasado denominamos “la recesión más esperada de la historia que aún no se ha producido” sigue latente. 

Sin embargo, apuntan que para sorpresa de la mayoría de los analistas, la economía avanza a buen ritmo y que estas señales cruzadas han dejado a los valores privados en una situación difícil. “La velocidad de la sacudida de los tipos de interés fue algo que pocos en el sector habían experimentado nunca, y el impacto en el valor ha abierto una brecha entre compradores y vendedores”, concluyen.

La economía de EE.UU. va bien

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Brian McMahon, Vice-Chairman and Chief Investment Strategist at Thornburg

Los datos de empleo y el crecimiento de la población, impulsado por la inmigración, son señales de que la economía de Estados Unidos se encauza con menos probabilidades de una recesión fuerte, dijo Brian McMahon, Vice-Chairman y Chief Investment Strategist de Thornburg en la Spring Due Diligence Conference de la firma celebrada en Santa Fe

El experto compartió varios parámetros por los que entiende que la economía de la potencia mundial está en un buen camino. Sin embargo, también alertó sobre algunas preocupaciones como el gasto y el déficit.  

Probabilidad de recesión

McMahon señaló que el consenso predice un 35% de posibilidades de una recesión el próximo año, bajando de más del 60% hace un año. Citó datos económicos positivos como un alto número de vacantes laborales y bajo desempleo como razones por las cuales no ve los ingredientes para una recesión clásica.

Demografía y crecimiento económico

La demografía ha jugado un papel significativo en el crecimiento económico de EE.UU. en las últimas décadas. McMahon apuntó que la población ha crecido en 57 millones de personas en los últimos 22 años, en parte debido a que los nacimientos vivos superan las muertes pero principalmente debido a la inmigración. Este crecimiento poblacional, particularmente de inmigrantes, ha sido crucial para la actividad económica y la creación de empleo en EE.UU.

Preocupaciones sobre el gasto y déficits del gobierno de EE.UU.

Brian McMahon expresa preocupaciones sobre el nivel de gasto del gobierno de EE.UU. y los déficits. Nota que los ingresos gubernamentales han disminuido como porcentaje del PIB mientras que los gastos han aumentado por encima del 20% del PIB. Para los políticamente interesados, también señala que la tasa de crecimiento de gastos de los últimos 5 años fue del 12% bajo la última administración de Trump, en comparación con solo un 1% para los ingresos. Con altos déficits, EE.UU. está emitiendo cantidades significativas de nueva deuda del Tesoro cada año que los inversores necesitan absorber, ahora que la FED ha dejado de comprar bonos. Los inversores son individuos, asesorados por profesionales, y la nueva deuda será absorbida principalmente a través de fondos mutuos y ETFs.

Composición de la propiedad de acciones en EE.UU.

Las familias han poseído consistentemente alrededor del 60% de las acciones de EE.UU., aunque la composición ha cambiado con el tiempo de la propiedad directa a fondos mutuos y ahora ETFs, superando a los fondos mutuos. Los fondos de pensiones han sido vendedores netos de acciones en las últimas décadas, ya que tienen más jubilados a quienes pagar y necesitan cambiar a activos menos riesgosos. Los fondos mutuos han sido pequeños vendedores netos en general, con ETFs pasivos y fondos índice siendo grandes compradores netos y fondos activos siendo grandes vendedores netos, explicó el experto. Y las corporaciones, a través de recompras de acciones y fusiones/adquisiciones, han sido los mayores compradores netos de acciones. McMahon señala que las recompras de acciones han apoyado los retornos del mercado, y son algo muy bueno para los inversores.

Un cambio fundamental: el aumento de la rentabilidad de los fondos privados de renovables

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Flickr (José Mesa)

En los últimos años, ha habido un aumento en los fondos privados con nombres relacionados con el clima, donde las participaciones en la subindustria de la electricidad renovable por sí solas representaron alrededor del 41% del valor liquidativo (NAV) de estos fondos, como del tercer trimestre de 2023, señala en un informe Abdulla Zaid, Vice Presiden de MSCI Research.

Si bien el impacto ambiental de los activos renovables puede ser fundamental para los inversores centrados en el clima, los rendimientos de estos activos pueden ser relevantes para un espectro más amplio de inversores en energía, independientemente de sus mandatos climáticos.

El experto de MSCI examina el rendimiento, el flujo neto de capital y la duración de la tenencia de activos por parte de fondos privados en la subindustria de la electricidad renovable (renovables) y en las subindustrias de perforación, exploración, producción y de petróleo y gas integradas (petróleo y gas). ).

¿Han dado sus frutos las inversiones privadas en energías renovables?

Las salidas de energías renovables han registrado retornos positivos (brutos de tarifas) en todos los años desde 2016, en comparación con solo dos años de retornos positivos entre 2010 y 2015. Desde 2016 (excluyendo 2018), los retornos de las participaciones en energías renovables que salieron superaron a los del petróleo y gasolina. Esto contrasta marcadamente con el período anterior a 2016, cuando el petróleo y el gas superaron a las energías renovables entre 2010 y 2015.

¿Un cambio en los vientos de inversión?

Las cambiantes perspectivas de rentabilidad en los últimos años se han asociado con un cambio en el flujo de inversión neto y el número neto de acuerdos en energías renovables en relación con el petróleo y el gas.

Entre 2010 y 2018, el petróleo y el gas presenciaron un flujo neto positivo de inversión de capital privado, lo que implicó más inversiones (entradas) que ingresos (salidas). Esto se asoció con un recuento neto positivo de acuerdos, lo que implicaba que el número de nuevos acuerdos era mayor que el número de salidas.

Esta tendencia se revirtió en los años siguientes. Tanto la inversión neta como el recuento neto de acuerdos cayeron a territorio negativo en 2019 y no han vuelto a ser positivos desde entonces, hasta el tercer trimestre de 2023 (es decir, las salidas fueron mayores que las entradas).

Por el contrario, las energías renovables han mantenido en su mayoría una entrada de inversión neta a lo largo de los años. El recuento neto de acuerdos se disparó rápidamente después de 2019, lo que demuestra una carrera hacia los activos renovables. Por primera vez en el tercer trimestre de 2010-2023, el flujo de inversión neto y el número de transacciones netas en energías renovables superaron a los del petróleo y el gas a partir de 2018 y 2019, respectivamente. Sin embargo, los inversores de capital privado todavía tienen una mayor exposición al petróleo y al gas que a las energías renovables, alrededor del 2,0% frente al 1,5% de la valoración agregada de las tenencias de inversión de 5,7 billones de dólares dentro del Burgiss Manager Universe (BMU), al tercer trimestre de 2023.

Durante los primeros tres trimestres de 2023, se produjo un cambio notable en las tendencias de inversión neta que se habían ido acumulando desde 2019. Las negociaciones se desaceleraron considerablemente tanto en el sector del petróleo y el gas como en el de las energías renovables, mientras que la actividad de salida en el sector del petróleo y el gas se desplomó bruscamente por debajo de 2021 y niveles de 2022.

Los fondos privados abandonan las energías renovables antes que el petróleo y el gas (y eso es positivo)

Hay muchos factores que pueden influir en la duración de la tenencia de un activo en la cartera de un fondo privado, como las perspectivas macroeconómicas, la fortaleza del mercado de salida o las condiciones de liquidez. La duración de la tenencia de una participación salida es la diferencia entre las fechas de salida y de inversión.

Entre 2018 y el tercer trimestre de 2023, los fondos privados abandonaron los activos renovables después de conservarlos durante una media de 5,3 años, frente a los 6,1 años del petróleo y el gas. Por el contrario, durante los ocho años anteriores a 2018, los fondos privados mantuvieron activos renovables durante un período más largo que los activos de petróleo y gas, en promedio.

La disparidad entre los dos períodos (antes y después de 2018) puede reflejar la fortaleza del mercado de salida y el apetito de inversión en energías renovables en relación con el petróleo y el gas. Desde 2019, por ejemplo, las energías renovables han generado mayores retornos de salida y recibido mayores entradas netas de capital en comparación con el petróleo y el gas, una tendencia que puede haber respaldado salidas más tempranas de las participaciones en energías renovables que en el petróleo y el gas.

Cerrar la brecha entre el impacto climático y los retornos financieros

Las salidas de energías renovables en los últimos años han revelado un cambio fundamental en las inversiones de capital privado en energía, demostrado por los mayores rendimientos y el aumento de las entradas netas de capital. Comprender las tendencias financieras en las inversiones en energías renovables puede ser relevante para un amplio espectro de inversores en energía, independientemente de su enfoque climático. Conectar los impactos climáticos de las energías renovables con retornos financieros puede ser cada vez más pertinente para los inversores que buscan asignar capital privado a oportunidades de transición energética, proporcionando a la industria el financiamiento muy necesario para lograr el cero neto.

Para acceder al informe completo hacer click aquí.