Argentina, ¿qué puede pasar con la institucionalización del mercado cripto?
| Por Marta Rodriguez | 0 Comentarios

El presidente argentino Javier Milei promocionó este año desde su cuenta personal de la red social X la criptomoneda $LIBRA como parte de un proyecto privado para “fondear pequeñas empresas y emprendimientos argentinos”.
Aunque después borró su posteo inicial, miles de inversores apostaron por el activo digital, por lo que su precio se elevó de manera exponencial a los pocos minutos. Sin embargo, horas después, $LIBRA sufrió un fuerte desplome, generando grandes pérdidas para los usuarios. El caso se convirtió en un escándalo institucional, con ribetes judiciales, tomó notoriedad a nivel internacional y se comenzó a hablar otra vez de “estafa piramidal”.
Sin embargo, el ecosistema cripto argentino cree que el de $LIBRA es un hecho aislado, y sigue adelante con sus proyectos, entre los que se destacan una bóveda para custodiar en frío activos digitales y la primera bolsa de valores nativa en bitcoin del mundo.
Un búnker de custodia para criptoactivos
Por lo general, el término búnker se asocia con un lugar secreto, ubicado quizás en algún sótano, al que solo se accede después de atravesar más de una reja, abriendo varios candados de seguridad.
En el país, Prosegur Crypto, el servicio institucional de custodia de activos digitales de Prosegur Cash, inauguró el segundo búnker de custodia en frío de criptoactivos de América Latina. El primero de la región está desde 2023 en Brasil.
Pero lejos de la asociación mental natural de la palabra búnker, la bóveda de Prosegur atesora en su interior algo con la forma y el tamaño de un maletín, aunque su contenido -claves privadas en blockchain de activos digitales- se encuentra protegido por varias capas de seguridad, tanto físicas como virtuales.
Ya se anticipaba que 2025 sería un año clave para las criptomonedas, principalmente a raíz de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está dispuesto a crear un entorno regulatorio favorable para este mercado; además, declaró abiertamente que quiere que el país se convierta en la “capital mundial del cripto”, y aseguró que va a establecer una “reserva estratégica” de bitcoin, similar a las que ya tiene Estados Unidos de oro y petróleo.
La inestabilidad macroeconómica crónica de Argentina, sus altas tasas de inflación -de 3 dígitos en los dos últimos años- y, sobre todo, las restricciones al movimiento de capitales, posicionaron a las criptodivisas, especialmente las stablecoins, como una opción viable, segura y accesible para la población del país sudamericano.
Argentina superó a Brasil en términos de valor total de criptomonedas recibidas (un estimado de 91.000 millones de dólares) entre julio de 2023 y junio de 2024, según un informe de Chainanalysis. En el mismo periodo, más del 60% de las transacciones de los argentinos fueron en stablecoins. El país ocupa la posición número 15º del mundo en adopción de criptomonedas en la plataforma de datos de blockchain citada.
La expectativa es muy alta dentro del ecosistema crypto local, dada la similitud ideológica de Trump con Milei y la aparente simpatía que hay entre ambos mandatarios.
En Argentina se huele el fin de las restricciones impuestas por el Banco Central para que bancos y fintechs ofrezcan activos digitales a sus clientes. Y bajo la superficie, todos parecen estar preparando el terreno para ese gran acontecimiento.
Listos para cuando llegue el momento
“Dentro de la evolución del negocio tradicional de Prosegur, pensamos que con este búnker lo que estamos haciendo es una innovación a la inversa: traspasar los activos digitales a físicos para asegurar una custodia eficiente a nuestros clientes”, explica Hernán Ball, Regional Innovation Head de Prosegur Cash.
La bóveda se encuentra en una de las plantas de la empresa, custodiada por varias capas de seguridad. Dentro del búnker, está la solución que ofrece Prosegur a bancos, fintechs, exchanges, fondos, family offices y gestoras de inversión: una PC securitizada que creó junto a GK8, empresa israelí de ciberseguridad, que custodia las claves privadas de los activos digitales de manera offline, con lo que su contenido está 100% a salvo de ciberataques y hackeos.
Además de los protocolos de seguridad en relación con lo operativo, como norma corporativa, la empresa ofrece a las entidades una póliza de seguro que cubre el 100% del monto custodiado.
Pero en el país actualmente rigen restricciones para que bancos y fintechs ofrezcan criptos a sus clientes. De todos modos, Hernán Ball asegura que antes de pensar en esta bóveda cripto, se reunieron con el Banco Central, donde les aseguraron que este año levantarían las regulaciones. Por eso, la empresa ya tiene su producto listo para cuando llegue el momento.
Ball asegura que las reuniones con el Banco Central y la CNV (Comisión Nacional de Valores) son regulares, y que lo mismo están haciendo las entidades financieras, con las que Prosegur mantiene encuentros para ofrecer su solución.
A la espera del cambio trascendental
“Argentina no es solo uno de los países con mayor adopción de criptos, sino que tiene varios proyectos relevantes. El alto nivel técnico de los programadores locales y su nivel de inglés, ayudaron a que sea uno de los pocos países con un ecosistema fuerte promovido principalmente al inicio por la ONG y luego por varios proyectos de comunidades cripto”, señala Rodolfo Andragnes, presidente de la ONG Bitcoin Argentina, cofundador de Alianza Blockchain Iberoamérica y responsable de Labitconf, la Conferencia Latinoamericana de Bitcoin & Blockchain, evento líder del sector en América Latina.
Si cambia el marco regulatorio, “se podría potenciar la adopción de ciertos activos, incluso bitcoin. Y también sería interesante verlo dentro de las carteras de inversión de los bancos”, agrega.
Iñaki Apezteguia, docente, comunicador cripto y cofundador de Crossing Capital, indica que “con las altas tasas de inflación de los últimos años, sobre todo el dólar cripto es algo que resulta muy natural para el argentino, que está acostumbrado a pensar en dólares.
Pero más allá de esto, el país tiene importantes desarrollos: Argentina es uno de los pocos países con tarjeta de débito pre-cargable en cripto, donde el usuario gasta criptos pero al comercio le entra el gasto en la moneda de curso legal, el peso argentino. También es un país donde prolifera la minería cripto”.
Apezteguia relaciona al país con Estados Unidos, donde ahora los bancos pueden custodiar criptos. “Si el Banco Central levanta la restricción y los bancos pueden operar criptos, sería una ventana para acelerar aún más la adopción en el país porque hay gente que desconfía del bitcoin porque su banco no se lo ofrece, por ejemplo. Podría ser un cambio trascendental”, apunta.
Brasil tiene mejores condiciones a nivel institucional que Argentina para la adopción de monedas digitales, como la compra de ETFs relacionados al mundo cripto; en Argentina, el acceso se da a través de ADRs (American Depositary Receipts) del fondo cotizado. Además, el país vecino ya tiene la experiencia piloto de Drex – la versión digital del real brasileño, creada por el Banco Central de Brasil-.
Sin embargo, “a medida que va tomando forma la regulación y el tratamiento fiscal específico en Argentina, Crossing Capital está empezando a explorar las primeras empresas como clientes, ya que éstas empiezan a considerar al mercado cripto como una alterativa válida para hacer rendir su capital”, se entusiasma.
Borja Martel Seward, reconocido representante de la comunidad cripto local y fundador de Roxom, la primera bolsa de valores nativa en bitcoin del mundo, va un poco más allá: “Tanto en retail como en institucional, veo a las criptos en puro crecimiento. Donald Trump es el primer presidente Bitcoin de Estados Unidos y hay una expectativa muy alcista. Es inédita esta situación, por lo que esperamos que bitcoin supere máximos históricos este año”.
“En Argentina la adopción de las criptos fue natural. Queremos que Argentina sea un hub de IA (inteligencia artificial); en mi opinión, el país ya es un hub de cripto, y la inversión de institucionales va a crecer”, remata.