Foto cedida. Sara Gutiérrez Campiña se incorpora a finReg, la nueva boutique española de asesoramiento en regulación financiera
Sara Gutiérrez Campiña, perteneciente hasta la fecha al equipo regulatorio financiero de Deloitte, se incorpora a finReg tras más de 12 años de trayectoria profesional. Será la socia responsable de finReg de liderar los proyectos de adaptación a la numerosa regulación que afecta a las entidades financieras (MiFID, PRIIPs, MAD, etc).
finReg es una firma especialista en servicios legales y de consultoría dirigidos al sector financiero que acaba de nacer como una alternativa para las entidades financieras que deseen obtener un asesoramiento resolutivo y de calidad en regulación financiera. Así, apuesta por convertirse en la firma boutique de referencia para el sector financiero, contando con un equipo de profesionales elegidos entre los mejores en esta materia.
Según explica Gutiérrez Campiña, el equipo está compuesto ahora por tres personas pero el objetivo es que en enero en torno a una decena de profesionales ya estén trabajando en la entidad.
Con un perfil de boutique que dé un servicio especializado en materia de regulación financiera, se dirige a todo tipo de entidades financieras: desde EAFIs y entidades de servicios de inversión, hasta gestoras y grandes bancos. Pese a su reciente creación en julio de 2016, finReg ya cuenta con clientes de primer nivel dentro del sector financiero español.
Sus proyectos, explica la experta, ponen en foco en la adaptación de la normativa financiera que necesitan las entidades, pero también atenderán proyectos de constitución de nuevos vehículos y ofrecerán respuestas a las dudas que les surjan a las entidades a la hora de contactar y realizar trámites con los reguladores en los distintos ámbitos (CNMV, Banco de España…)
El espíritu de esta nueva firma viene motivado por la necesidad de un asesoramiento en regulación financiera más especializado, al calor de la avalancha regulatoria de los últimos tiempos.
“Más allá de los grandes proyectos, las entidades requieren cada vez más especialización técnica”, explica Gutiérrez. El sector financiero afronta una avalancha de normas, que se cruzan, y las entidades no cuentan con capacidad para implantarlas con su personal interno, dice, de forma que finReg nace con la idea de dar esa consultoría muy especializada, con profesionales también muy especializados que entiendan muy bien el negocio.
Para la experta, las regulación más disruptiva que se avecina es, sin duda, MiFID II. “En todo lo que es servicios de inversión, la gran norma es MiFID II, que toca muchos aspectos del negocio”, dice. También destaca PRIIPS, que podría retrasarse, dando un respiro a las entidades más allá de 2016. En el sector bancario, destaca la directiva de pagos PSD II, ya que puede ser una amenaza para los bancos por la aparición de nuevos jugadores no regulados, las fintech e iniciadores de pago, que por el momento no están regulados.
Sara Gutiérrez es licenciada en Derecho por la Universidad San Pablo CEU, con especialidad jurídico empresarial y LLM in International Business Law por el Instituto de Empresa. Desarrolló su carrera profesional durante más de 10 años en el Departamento Regulatorio Financiero de Deloitte. Previamente trabajó como asociada en el despacho Pisent Masons (actualmente Dentons).
Foto: PaulaPez, Flickr, Creative Commons. Los fondos españoles suman otros 1.000 millones en septiembre y recuperan niveles de enero de 2008
Los fondos españoles siguen su camino alcista. El volumen de activos de los fondos de inversión mobiliaria, a finales de septiembre 2016, se ha situado en 226.154 millones de euros, lo que supone un incremento de 955 millones respecto al mes anterior (0,4% respecto a agosto). Así, los fondos españoles recuperan el nivel de patrimonio que alcanzaron en enero de 2008, según los datos provisionales de Inverco. Tras este ascenso, el crecimiento en lo que va de año se acerca a los 6.300 millones de euros, 103.000 millones por encima del mínimo marcado en diciembre de 2012.
Por su parte, Imantia Capital destaca que la industria ha cerrado el tercer trimestre de 2016 como uno de los mejores en los últimos años: en estos meses de verano ha sumado 8.760 millones de euros, muy por encima del avance anual que en la entidad sitúan en 5.710 millones, algo por debajo de los datos de Inverco. Sus datos para septiembre hablan de un aumento de 1.110 millones, un 0,5% más que en agosto, con aportaciones netas de 1.040 millones –con lo que suma 5.100 millones en suscripciones en el año-.
El crecimiento de septiembre se explica por unos mercados financieros muy estables -los fondos registraron en septiembre una caída del 0,04%, con lo que sitúan su rentabilidad acumulada en el año en el 0,02% según Inverco-, de forma que casi la totalidad del aumento de activos correspondió al volumen de suscripciones netas: en concreto, los inversores aportaron 1.223 millones de euros según Inverco, acumulando 7.490 millones de entradas netas en lo que va de año -un dato por encima del de Imantia Capital-.
“Desde diciembre de 2012, los fondos españoles han experimentado más de 90.000 millones de euros de entradas netas, convirtiéndose en el activo financiero de referencia del ahorrador nacional para canalizar sus inversiones”, recuerdan desde Inverco. Pero el patrón de los inversores ha sido diferente a lo largo de estos años: frente a un 2015 donde primaba el riesgo, ahora los españoles siguen decantándose por fondos conservadores, como los de renta fija o garantizados.
El dinero va hacia fondos conservadores
“En un ejercicio de búsqueda de rentabilidad extra respecto a otros activos de baja remuneración (como los depósitos) pero evitando el riesgo excesivo, los partícipes en fondos continuaron desplazando sus inversiones hacia las categorías más conservadoras en septiembre”, explican desde Inverco. De hecho, las entradas netas en fondos de gestión pasiva (rentabilidad objetivo), renta fija, garantizados y monetarios supera los 11.500 millones para el conjunto del año.
Con todo, los fondos de renta variable internacional se anotaron entradas netas de 116 millones, centradas casi exclusivamente en la renta variable internacional emergentes.
En volumen, septiembre destacó por encima de otras categorías la renta fija internacional, que logró un incremento patrimonial cercano a los 600 millones. Los que más crecen en el año son los fondos de deuda, garantizados y gestión pasiva, que juntos acumulan un crecimiento de volumen superior a los 10.000 millones de euros.
En cuanto a clientes, el número de partícipes en fondos nacionales registró un nuevo incremento (70.558 partícipes másrespecto a finales de agosto), y sitúa su cifra en 8.025.722. Hacía casi nueve años que los fondos no superaban la cota de los 8 millones de partícipes, registro que perdieron en enero de 2008. En los últimos doce meses, el número de partícipes en fondos registra un incremento de 405.071 (un 5,4% más que en agosto de 2015).
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: 401 K. Have Quality Companies Become Too Expensive?
A menudo hacemos hincapié en que nuestra metodología de inversión nos lleva a centrarnos en empresas de alta calidad. Definimos estas empresas como compañías con un balance muy sólido y ventajas competitivas específicas que les permite diferenciarse de la competencia para generar una mayor rentabilidad. A su vez, esta mayor rentabilidad se traduce en una generación sustancial de flujo de caja libre y en consecuencia una fuerte capacidad de autofinanciación y un bajo ratio de deuda.
Entre estas empresas de calidad, las que operan en sectores poco dependientes de los ciclos han sido particularmente populares entre los inversores en los últimos meses, incluso años. Pero ha llegado el momento de analizar si estas empresas defensivas de calidad (Nestlé, de Reckitt Benckiser, Unilever, por ejemplo) pueden estar demasiado caras.
El nivel de los tipos de interés juega un papel importante en cualquier modelo de valoración. La respuesta a la pregunta de si las acciones defensivas de calidad se han vuelto demasiado caras dependerá en gran medida de los supuestos utilizados, especialmente con respecto al ratio utilizado para descontar los futuros ingresos y dividendos, y el coste del capital.
Es evidente que, con una tasa de descuento muy baja (sobre la base de que los tipos de interés son muy bajos), se puede justificar prácticamente cualquier precio. Esta es la razón de por qué los modelos de valoración de renta variable –como el que usa la Fed– siempre llegan a la conclusión de que las acciones están infravaloradas respecto a los bonos.
Esto no es sorprendente dado que la rentabilidad del bono a 10 años del Tesoro de Estados Unidos se sitúa en torno al 1,5%. La comparación entre acciones y bonos es aún más favorable para la renta variable europea, que ofrecen una rentabilidad más alta y se enfrenta a menos competencia del lado de la deuda debido a que los rendimientos son cercanos a cero. Pero, obviamente, cuanto menor sea el tipo de interés utilizado en el modelo de valoración, menor será el margen de seguridad, y más arriesgada sea la inversión en el caso de que suban los tipos de interés.
Factores a tener en cuenta
Utilizando una tasa de descuento que habría sido considerado apropiada en el pasado, antes de que los bancos centrales comenzaran a manipular los tipos de interés, por ejemplo, una tasa de alrededor del 9%, en BLI llegamos a la conclusión de que las empresas defensivas están, de hecho, relativamente caras, aunque su valoración no puede ser descrita como exorbitante. Pero lo más importante, en comparación con el resto del mercado, es que no están más caras que en el pasado.La rentabilidad superior de su cotización refleja la rentabilidad de sus ingreso, es decir, tienen un mejor crecimiento de las ganancias.
El gráfico muestra el PER de esas acciones en comparación con el mercado. Se puede observar que la prima que disfrutan esas empresas (en términos de PER) se mantiene en un rango similar a la del pasado. Y se podría argumentar que en el contexto actual, marcado por las numerosas incertidumbres económicas y financieras, estas empresas deberían contar con una prima más alta dado que son las principales beneficiarias de los bajos tipos de interés.
Sin embargo, supongamos que un inversor que posee estas empresas en cartera decide venderlas porque son caros. Entonces aparece la cuestión de la redistribución de los fondos recién liberados. Actualmente, la rentabilidad de la renta fija no compensa el riesgo que se corre. El inversor podría, obviamente, decidir permanecer en efectivo y esperar una fuerte corrección de los precios en estas compañías de calidad. Sin embargo, la experiencia demuestra que este es un enfoque muy arriesgado.
Por otra parte, el inversor podría comprar acciones cuya valoración parezca más atractiva. Pero, ¿dónde encontrar ese tipo de acciones? En los últimos años, la renta variable, al menos en los países desarrollados, se han vuelto más cara. Aunque las compañías de calidad están más caras que el mercado en su conjunto (y con razón), ya hemos señalado que su prima en comparación con el mercado no ha aumentado. Y las empresas cuya valoración a primera vista parece más atractiva están a menudo en sectores que corren grandes riesgos en el contexto actual, como por ejemplo la banca o las acciones altamente cíclicas. Para invertir en estos sectores se necesitan tener una confianza en las perspectivas de la economía mundial y el sistema financiero que no tenemos actualmente.
Como ya hemos señalado, las valoraciones actuales de las acciones defensivas de calidad son altas, pero no exorbitantes. Además su rendimiento esperado es menor que en el pasado, pero sigue siendo razonable, especialmente en un contexto de bajos tipos de interés. En la medida que el precio pagado determina el retorno, sería ingenuo pensar que en un momento en el que más se paga por estas empresas, se puede conseguir la misma rentabilidad que en el pasado. Así que tenemos que rebajar nuestras expectativas en lo que respecta a estas empresas de calidad. Si su valoración sigue aumentando, llegará un momento en que el rendimiento esperado sea tan bajo que la inversión en ellas ya no tenga sentido. Pero ese momento todavía no ha llegado.
Guy Wagner es CIO de Banque de Luxembourg y managing director de su filial de asset management, BLI.
Andrea Di Nisio, photo: LinkedIn. Andrea Di Nisio Joins Unigestion as Head of Southern Europe Intermediaries
La boutique suiza Unigestion ha fichado a tres profesionales para fortalecer su equipo, recién formado, destinado a impulsar su negocio a través del canal intermediario (banqueros privados, selectores de fondos…) en el sur de Europa, Reino Unido, los países nórdicos, Suiza y EE.UU. Simone Gallo, responsable global de distribución en el canal intermediario; Lloyd Reynolds, nuevo responsable regional para Reino Unido y los países nórdicos; y Andrea Di Nisio, responsable para el sur de Europa, son las nuevas incorporaciones.
En un principio, el equipo contará con cinco miembros pero la gestora planea incrementar este número en la medida en la que la firma aumenta su presencia en los mercados intermediarios. Su foco inicial será poner la experiencia de Unigestion, destinada tradicionalmente al segmento institucional, a disposición también de los intermediarios financieros en el sur de Europa, Reino Unido, los países nórdicos, Suiza y EE.UU.
Para el canal intermediario del sur de Europa, cuenta ya con Andrea Di Nisio, cuya labor consistirá en establecer la presencia de Unigestion en los canales intermediarios en España, Italia y Portugal. Di Nisio se incorporó recientemente a la gestora desde Dalton Strategic Partnership, gestora en la que trabajó durante casi siete años como socio responsable de promocionar la firma y su relación con intermediarios de estos mercados europeos.
Empezó su carrera en en Schroders Italia en Milán y en 2001 se unió al equipo internacional de Schroder & Co en Londres. Tras esa experiencia se incorporó a Cazenove Capital Management como Fund Director responsable de wealth management y distribución de fondos en el sur de Europa. También trabajó en Merrill Lynch. Estudió Económicas en la universidad LUISS Guido Carli, en Roma, según su perfil de Linkedin.
“Simone, Andrea y Lloyd nos ayudarán a extender el acceso a nuestras estrategias a través de esos mercados, compartiendo los beneficios de nuestras estrategias institucionales de calidad a los selectores de fondos, que buscan hacer crecer y proteger los activos de sus clientes a través de soluciones multiactivo, alternativos líquidos y en renta variable”, comenta Tom Leavitt, Managing Director en Unigestion.
Responsable global
Simone Gallo también se une a la gestora, como responsable de Distribución para el canal intermediario. Tendrá la responsabilidad de construir los canales globales de este tipo centrándose en los wealth managers, multi-managers y mandatos de sub-asesoramiento. Gallo se une al proyecto desde Pictet Asset Management donde pasó seis años como Vice President en el Grupo Global de Clientes. Antes, fue Executive Director en Goldman Sachs Asset Management a cargo de las relaciones de ventas a través de cuentas globales en EMEA. Empezó su carrera en Schroders Investment Management en 2001.
Por su parte, Lloyd Reynolds es el nuevo responsable para los canales intermediarios de los países nórdicos y Reino Unido, liderando la expansión en estos mercados, apalancándose en la presencia institucional de la gestora. Cuenta con más de 20 años de experiencia en distribución en Europa y Asia. Ha trabajado enNorth Hill Capital, Goldman Sachs Asset Management, JP Morgan, Schroders Private Bank y Flemings.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Leo Hidalgo. Un nuevo modelo de negocio para las gestoras
Los inversores son cada vez más conscientes de que el futuro que viene es complicado y de que tendrán que hacer frente a un largo periodo de desafíos sin precedentes. Es probable que este entorno afecte enormemente, no solo a las decisiones de inversión, sino también al desarrollo futuro del sector de la gestión de activos.
Desde la perspectiva que me confiere mi cargo de consejero delegado y director de inversiones, creo que es el momento de replantearnos nuestro negocio como gestora de inversión y construir una nueva relación con los clientes.
En lo que se refiere a la actividad de inversión, pensamos que los rendimientos a largo plazo de todas las clases de activo (en un horizonte temporal de diez años) van a mantener la tendencia descendente de la última década.
Como consecuencia de las políticas monetarias poco convencionales que han puesto en marcha los bancos centrales, la deuda pública, con tipos cercanos a cero e incluso negativos, está perdiendo su función tradicional de generación de ingresos y su papel como activo «sin riesgo» en las carteras de inversión. Tras varios años de mercados alcistas impulsados por la liquidez, las oportunidades direccionales obvias que ofrecen los activos de riesgo también se han aprovechado al máximo. Al mismo tiempo, pensamos que está aumentando el riesgo de que se produzcan situaciones extremas.
Tal y como hemos visto desde el año 2015, los mercados financieros están perdiendo su fe ciega en los bancos centrales. La transición de las principales áreas económicas hacia una senda de sólido crecimiento no ha sido fácil, como hemos podido comprobar en China y en otros mercados emergentes.
En los países desarrollados, la debilidad de la inversión y la consiguiente reducción de productividad está limitando el potencial de crecimiento. El exceso de deuda apunta en la misma dirección, favoreciendo la reducción del crecimiento estructural y el aumento de la volatilidad macroeconómica una vez que se produzcan los ajustes. Las elevadas tasas de desempleo, especialmente entre los jóvenes, agudiza la disparidad intergeneracional y aumenta la desigualdad existente entre los que se benefician de la inflación del precio de los activos y aquellos que se ven afectados por el estancamiento de las rentas del trabajo.
El marco geopolítico es frágil: Europa se enfrenta a la crisis de los refugiados, a la amenaza terrorista y a las fuertes presiones que ponen en peligro todo el entramado de la UE, mientras que el auge del populismo en todo el mundo compromete aún más el statu quo. El resultado del referéndum celebrado en el Reino Unido es un buen ejemplo de todo ello.
En un entorno como el actual, los inversores deben prestar especial atención a dos elementos fundamentales. En primer lugar, en nuestra opinión, no estamos ante una circunstancia temporal, sino estructural. Las tendencias que han servido de base a los mercados alcistas de los últimos veinte años ya no existen: la concepción de China (y de otros países emergentes) como nueva potencia económica, la globalización y la consiguiente competencia internacional, que contribuyeron a impulsar las fuerzas deflacionistas, el proceso tecnológico que provocó un fuerte aumento de la productividad. En segundo lugar, tal y como hemos podido comprobar, el proceso de desapalancamiento del ciclo de crédito a largo plazo aún va a tardar muchos años en completarse.
Por todo ello, pensamos que este escenario nos exigirá replantearnos cómo podemos construir carteras resistentes que puedan hacer frente a este nuevo paradigma de mercado
Si prestamos atención a la evolución del sector financiero cuando el entorno de inversión era favorable, nos daremos cuenta de que:
1) Ha permitido la exposición progresiva de los hogares hacia los activos financieros, y especialmente hacia los productos de gestión de activos. En el año 2015, el sector global de gestión de activos alcanzó 71,4 billones de dólares en activos totales, más del doble que en 2002.
2) En el marco de crecimiento general de la gestión de activos, se ha mostrado una predilección especial por los productos «pasivos». Ello se debe a que estos productos conllevan unos costes más reducidos y a que existe un cierto escepticismo sobre la posibilidad de que los gestores activos puedan llegar a batir a los índices de referencia.
De hecho, si nos remontamos treinta años atrás, el empleo de un índice de mercado como referencia u objetivo para las carteras de inversión ha sido una de las principales «innovaciones» del sector financiero. La adopción generalizada de este tipo de índices se debió inicialmente al hecho de que se trataba de un indicador «sencillo» para medir la gestión activa, por lo que los mismos índices constituían un primer paso para desarrollar inversiones «indexadas» de bajo coste.
En nuestra opinión, el nuevo entorno al que han de hacer frente los inversores traerá consigo un replanteamiento radical del concepto de índice de referencia, así como de lo que consideramos una separación «artificial» entre la gestión activa y la gestión pasiva. La gestión de activos consistirá cada vez más en la posibilidad de ofrecer soluciones de inversión que puedan medirse en función de un objetivo económico determinado: por ejemplo, una rentabilidad nominal mínima o un rendimiento superior a la inflación. Y las actividades de gestión de activos dejarán de medir su rentabilidad en relación con un índice de mercado tradicional.
En esta nueva era, todas las decisiones de inversión se convertirán en elecciones activas, incluida la decisión de incorporar un producto pasivo a una cartera para obtener un objetivo predefinido. Por lo tanto, en nuestra opinión, las gestoras van a pasar de ser proveedoras de productos a ser proveedoras de soluciones de inversión.
Si nos fijamos en los datos correspondientes al periodo 2011-2015, vemos que la «era de las soluciones» ya ha comenzado, y que la mayor parte de los flujos (más de 1 billón de euros) proceden de productos multi-activo, de fondos de fondos y de productos alternativos líquidos. El creciente apetito que hemos presenciado en los últimos cinco años por los productos generadores de ingresos también forma parte de esta tendencia hacia las soluciones de inversión.
En nuestra opinión, la era de las soluciones exigirá el replanteamiento del diseño de producto, de la gestión del riesgo y de la construcción de carteras, así como de los modelos de distribución necesarios para ofrecer la experiencia de inversión que demandan los inversores.
Giordano Lombardo es consejero delegado y director de inversiones de Pioneer Investments.
Foto: Simon Lorne, nuevo presidente de AIMA. AIMA anuncia su nuevo presidente y junta directiva
La Asociación de Gestión de Inversiones Alternativas (AIMA), la asociación que representa a los gestores de activos alternativos, anunció un nuevo presidente y la formación de un nuevo consejo, la junta directiva global de la organización.
Simon Lorne, vicepresidente y director de asuntos legales de Millennium Management LLC, pasará a ocupar el cargo de presidente, remplazando a la antigua comisaria de la SEC Kathleen Casey, que fue presidenta de AIMA de septiembre 2012 a septiembre 2016.
«Me siento honrado de ser nombrado presidente de la AIMA en este momento importante en la evolución de nuestra industria. Espero con interés trabajar con las empresas y personas para servir mejor a los intereses de los inversores individuales e institucionales de todo el mundo», dijo.
Hay cuatro nuevas incorporaciones al consejo de AIMA: Robyn Grew, responsable de Administración y GC de Man Group Plc; Han Ming Ho, socio de Sidley Austin; Ryan Taylor, socio y responsable de Global de Compliancede Brevan Howard Asset Management LLP; y Michael Weinberg, director administrativo senior y jefe de estrategias de inversión de Protégé Partners.
Luca Paolini, Pictet AM - Foto cedida. La subida de las acciones puede continuar hasta el otoño
Las condiciones económicas mejoran en muchas partes del mundo, con los bancos centrales dispuestos a todo para contener los riesgos, según el director de estrategia de Pictet AM, Luca Paolini, que explica que en la zona euro el exceso de liquidez en el sistema financiero ya suma un billón de euros, según estimaciones del propio BCE. Paolini opina que la liquidez es positiva y el rally en las clases de activos de más riesgo puede continuar al menos un par de meses. Además, la relación de aumento de previsiones de beneficios frente a disminuciones va en dirección positiva, con movimiento más pronunciado en emergentes. “Nos preocupa la recuperación de China y salida del Reino Unido de la UE, pero no a corto plazo y mantenemos sobreponderación en acciones e infraponderación en bonos”.
En este entorno, el estratega favorece sectores cíclicos y mantiene preferencia por renta variable de Japón; espera que la tendencia a la baja de las rentabilidades de la deuda soberana se invierta con la mejora del crecimiento económico mundial, pero sobrepondera la deuda de alta rentabilidad europea, que se beneficia del programa de compra de activos del BCE, baja inflación y signos de crecimiento; además sigue sobreponderando el oro dados los riesgos de turbulencias políticas, particularmente ante las elecciones en EEUU este otoño.
Sectores cíclicos
Según el experto que favorece los sectores cíclicos, cuyo potencial es 5 a 10% mayor que los más defensivos hasta fin de año, hay amplia dispersión de valoraciones entre industrias. Las acciones de tecnología continúan razonablemente valoradas; las industriales tienen soporte en la recuperación de la inversión y las de consumo discrecional han estado rezagadas este año y pueden recuperarse respecto a otros cíclicos. El sector financiero cotiza con muy bajas valoraciones pero cualquier rally puede ser corto, dado los problemas estructurales, regulaciones y tipos de interés negativos, explica.
Preferencia por renta variable de Japón
El PIB nominal puede debilitarse más, provocando más medidas extremas monetarias y corrección del yen, que está su nivel más caro en 15 años. El aumento de estímulo monetario debe promover el crecimiento y aumentar los beneficios empresariales, dice Paolini. El consumo privado está en recuperación y se ve aumento de salarios ajustados a inflación. Es el mercado desarrollado que más se puede beneficiar del crecimiento global, superando la fortaleza del yen que ha afectado sus exportaciones y desaceleración del crecimiento de China. Además, añade, las acciones japonesas pueden verse apoyadas por el aumento de las rentabilidades a vencimiento de bonos soberanos globales –lo que ve muy probable-.
Por otro lado, en Estados Unidos la inversión empresarial ha mejorado y su economía puede crecer al 3,5% la segunda mitad del año con apoyo del consumo privado, impulsado por aumento de salarios, lo que debe permitir a la Reserva Federal elevar tipos de interés 0,25% en diciembre. Pero, señala que las valoraciones de las acciones son altas –precio/valor contable en máximos desde 2007. Por su parte, analizando la zona euro opina que esta experimenta una mejora similar, en aparente desafío del voto Brexit, con impulso de los servicios y evidencia de que el estímulo monetario del BCE tiene efecto. De todas formas, cree que poco se ha hecho para abordar la vulnerabilidad de los bancos más débiles de Italia, que pueden necesitar ser recapitalizados y, aunque relativamente barata respecto a perspectivas de crecimiento y otros mercados, es reacio a aumentar exposición en la región.
Sin embargo los indicadores de la gestora para emergentes indican la más rápida expansión en tres años. El cambio es especialmente significativo en América Latina, donde puede aumentar previsiones de crecimiento. En Asia las previsiones son menos alentadoras, principalmente por la incertidumbres sobre China, donde los indicadores han mejorado tras la devaluación sorpresa de su moneda a principios del año, pero cuyo crecimiento puede hacer máximo con la disminución de la inversión y actividad inmobiliaria a medida que el impacto de los estímulos monetarios y fiscales empieza a desvanecerse. Las acciones de emergentes ganan 15% en el año y en algunas áreas los flujos han sido demasiado rápidos, teniendo en cuenta que la flexibilización monetaria global va siendo menos efectiva. Así, sobrepondera acciones emergentes a corto plazo, si bien las valoraciones se están acercando a valor razonable y el rally puede disminuir los próximos meses.
Corrección en deuda soberana los próximos meses
Con las rentabilidades a vencimiento de los bonos en mínimos sigue cauteloso en renta fija. Tras el voto Brexit se ha relajado más la política monetaria en todo el mundo y el rally en deuda soberana ha dejado un tercio de bonos gubernamentales de mercados desarrollados con rentabilidad a vencimiento negativa, alrededor de 13 billones de dólares hasta mediados de agosto, la mitad del volumen de la zona euro y tres cuartas partes de la deuda de Japón. Esto ocurre mientras el PIB nominal crece –una tendencia contraria a la norma histórica–. “Esperamos que la tendencia a la baja de las rentabilidades se invierta con la mejora del crecimiento económico mundial y corrección de deuda soberana los próximos meses. Infraponderamos deuda soberana zona euro, japonesa, Suiza y de Reino Unido y nuestra preferencia sigue siendo la deuda del Tesoro de EEUU, donde las rentabilidades son mayores”, señala.
Sí a la deuda de alta rentabilidad europea
“Hay razones para sobreponderar deuda de alta rentabilidad europea, que se beneficia del programa de compra de activos del BCE, baja inflación y signos de crecimiento”, dice. Además la deuda de alta rentabilidad de Estados Unidos ofrece protección contra la subida de tipos de interés de la Reserva Federal, aunque sus tasas de impago implícita están ajustadas y las condiciones de crédito cada vez más difíciles. Sin embargo el riesgo de presiones inflacionistas hace de los bonos ligados a la inflación de Estados Unidos una cobertura atractiva en una cartera global –incluso se especula con que la Reserva Federal aumente su meta de inflación actual de 2% o fijar objetivos de PIB nominal-.
Así, el director de estrategia concluye añadiendo que sigue neutral en deuda emergente, en moneda local y en dólares, pues se han comportado especialmente bien este año, con flujos de entrada de inversiones muy altas y rentabilidades a vencimiento en moneda local ya en la parte inferior del rango histórico entre 6 y 7%. Dada la probabilidad de aumento de tipos de interés en diciembre en Estados Unidos la deuda emergente es vulnerable.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: JL Díez Rodríguez. Cambios en la Era de la Información: Oportunidades de inversión
Lyxor Asset Management anuncia el lanzamiento del Lyxor Evolution Fixed Income Fund, el primer fondo alternativo multigestión de renta fija con liquidez diaria en formato UCITS. Evolution brinda a los inversores la oportunidad de beneficiarse de nuevas fuentes de rentabilidad en un mundo de tipos de interés cero.
En este entorno donde los bajos tipos de interés han alcanzado niveles históricos, los inversores deben afrontar un riesgo «asimétrico» entre las irrisorias rentabilidades generadas por las inversiones en renta fija y la amenaza de una subida de los tipos de interés. Por tanto, han de contemplar nuevas fuentes de rentabilidad en el mercado de renta fija de hoy en día.
Mientras que los productos de inversión tradicionales de renta fija, basados principalmente en planteamientos long-only, están perdiendo fuelle, Evolution se perfila como una solución innovadora tanto por su diseño como por su estructura. La estretagia brinda a los inversores acceso a un amplio abanico de estrategias alternativas «a medida», que abarcan, todas ellas y en exclusiva, subyacentes de renta fija, crédito y divisas.
El fondo, que en la actualidad cuenta con pasaporte para 10 países, se encuentra disponible en la plataforma de UCITS alternativos de Lyxor en dólar, euro, libra, yen, franco suizo, dólar hongkonés y dólar singapurense.
Evolution es uno de los diez fondos de la cada vez más extensa plataforma de UCITS alternativos de Lyxor* (cuyo valor asciende a 2.400 millones de dólares), lo que ilustra el creciente apetito inversor por los vehículos de inversión líquidos y transparentes en unos mercados financieros tan volátiles y complejos como los actuales.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Ed Ivanushkin
. ¿Están aumentando los gestores sus posiciones de efectivo?
El Brexit ha creado un alto grado de incertidumbre económica que aún está por verse de manera completa, las elecciones en Estados Unidos están en plena campaña presidencial, hay un referéndum en el horizonte de la política italiana y el petróleo sigue siendo muy volátil. A todo esto, explica el equipo de renta fija de Mirabaud Asset Management, hay que sumarle que las valoraciones en todo el espectro de clases de activos parecen estar bajo presión. Para la firma, el rally técnico que estamos viviendo se debe únicamente a la liquidez más que a los fundamentales, que siguen siendo débiles.
Los beneficios empresariales todavía no están creciendo de forma importante, mientras que el apalancamiento sigue subiendo así como los defaults. La relajación monetaria y un exceso de la demanda está permitiendo a las compañías seguir adelante durante más tiempo, pero esto tiene y tendrá como resultado valores de recuperación más bajos y una serie de empresas zombi sobreviviendo del aire.
“El efecto más evidente de la intervención del banco central es el cada vez mayor porcentaje de bonos con rendimientos negativos. Hasta 11,7 billones de dólares en deuda pública tienen ahora rentabilidades negativas según JP Morgan: la mayoría son suizos, y dos tercios de los alemanes y un tercio de los franceses ya caen dentro de esta categoría. Estamos viendo más y más ofertas de bonos corporativos con rendimientos cada vez menores. Las valoraciones han sido completamente distorsionadas por las acciones del BCE”, dice el equipo de Mirabaud que encabezan Andrew Lake y Fátima Luis.
En Europa, los bonos con calificación BB rentan de media un 2%. Esa cifra no refleja el riesgo inherente de parte del mercado. El efecto más inmediato, subraya Mirabaud AM, ha sido un impulso para la inversión de bonos corporativos de mercados emergentes y de los Estados Unidos dado que la búsqueda de cualquier tipo de rendimientos positivos independientemente de los riesgos ha ido a más y se ha vuelto más desesperada.
Riesgos en Europa
Y es que las miradas han vuelto de nuevo a los países de la periferia de Europa donde España sigue sin formar gobierno, Italia se enfrenta este otoño a un referéndum y donde Portugal ha dado por acabada la época de austeridad al cambiar varias de las políticas del anterior gobierno. Esto último supone para los expertos de la gestora, un riesgo claro de rebaja del rating.
Además, existe la especulación de que el programa de compra de bonos del BCE se ampliará para incluir deuda de los países de la periferia europea, pero es probable que surjan reticencias en el seno del comité. Independientemente de esto, existen algunos riesgos crecientes que deben tenerse en cuenta.
El problema real para millones de ahorradores o gente en edad de jubilación es que el valor de sus ahorros y capacidad de generar ingresos para la jubilación se han visto restringidos. Esto es particularmente cierto en el mundo desarrollado, donde la demografía se está traduciendo en una población cada vez mayor de gente mayor. Esto tendrá consecuencias a largo plazo sobre el poder adquisitivo de los consumidores.
“Con bonos y acciones contando con valoraciones extremadamente altas, es evidente que la única razón por la que los mercados siguen subiendo es la teoría del ‘Gran tonto’. Una vez que uno mira a los niveles de rendimiento absolutos, está claro que el riesgo no está siendo valorado adecuadamente en los activos de mayor riesgo y con menos liquidez, en los que una oleada de ventas podrían magnificar estos efectos”, dice el equipo de Lake y Luis.
¿Cuándo podría ocurrir esto?, se preguntan. “Nadie lo sabe, pero a medida que las valoraciones sigan subiendo, ese momento se acerca. La otra gran incógnita es cómo los bancos centrales se van a salvar a sí mismos. Probablemente no es coincidencia que los gestores de fondos tanto de renta tanto fija como variable estén aumentando sus posiciones de efectivo”, concluye el equipo de Mirabaud AM.
Foto: Jpcolaso, Flickr, Creative Commons. Decisiones financieras basadas en creencias
Habitualmente no reflexionamos sobre ello, pero todas y cada una de las decisiones que tomamos en nuestra vida, incluidas las decisiones financieras, están basadas en nuestras creencias y experiencias pasadas.
Una creencia es una idea que asumimos como verdadera y expresamos de manera afirmativa, ya que damos por auténtico el conocimiento y la experiencia que tenemos acerca de una situación concreta.
Existen distintos tipos de creencias: las internas, que son las propias de nuestros pensamientos y experiencias; y las externas, que son las creencias colectivas que tenemos inculcadas por la cultura a la que pertenecemos y nuestro entorno familiar y social. Unas las expresamos exclusivamente con personas a las que les damos una autoridad o personas con las que tenemos afinidad, mientras que otras las defendemos ante cualquier persona y en cualquier entorno, y al igual que tenemos creencias que nos afectan de forma positiva, tenemos otras que nos limitan a la hora de alcanzar nuestros objetivos y que nos impiden plantearnos nuevos retos. En definitiva, vivimos en base a nuestras creencias.
Conocer las profundidades de nuestro interior para comprender de dónde surgen nuestras verdaderas creencias no es una tarea fácil y es necesario tener un “espejo” en el que poder ver cómo se reflejan nuestras creencias.
Si fuéramos capaces de mirarnos desde “fuera”, desde “estado cero”, podríamos aumentar nuestra capacidad para conocernos y nos ayudaría a resolver problemas, a potenciar nuestra competencia a la hora de descubrir oportunidades, y sobre todo, aprenderíamos a desarrollar herramientas y técnicas que nos ayudarían a transcender los límites que nuestra mente nos impone.
Cuando las emociones como el miedo o la desesperanza se apoderan de nosotros, nuestro cerebro se queda “secuestrado” y nuestra inteligencia, ausente, y en esos momentos, podemos sentir que se hace irresoluble nuestro problema. Sin embargo, la mayor parte de los problemas no reside en su dificultad, sino en nuestra sensación de pequeñez en el momento de hacerles frente.
Como coach, reconozco que una de las herramientas más potentes es “la pregunta”. Una pregunta nos invita a mirar hacia una dirección determinada, que en ocasiones queremos evitar, o no somos capaces de enfrentarnos a ella.
Einstein decía que la clave no es encontrar la respuesta a viejas preguntas, sino hacernos nuevas preguntas que nunca antes hayamos formulado. A veces he encontrado algo mágico en un gran “silencio”. Es la clave para que la verdadera respuesta fluya.
Si vinculamos todo lo comentado anteriormente, nuestros pensamientos, nuestras preguntas y nuestras creencias con nuestras decisiones financieras, obtendremos conclusiones muy interesantes. Por ejemplo, hay personas que sienten miedo al invertir en acciones ante la posibilidad de perder su dinero, mientras que otras lo consideran una excelente vía de ahorro a largo plazo.
Cada persona tiene que conocer si invierte para preservar su capital, o si por el contrario, si invierte en activos con un objetivo de crecimiento y revalorización, en cuyo caso hay que asumir un mayor riesgo y tener la capacidad de reaccionar ante un resultado positivo o un resultado negativo y tomar una decisión consciente y analizada.
Dicho esto, el resultado no tiene la misma implicación en nuestra mente ni en nuestras emociones: Perder un 5% o ganar un 5% es radicalmente distinto, porque siendo el mismo porcentaje, sentimos con mayor intensidad el dolor de la pérdida que el placer de la ganancia.
Cuando estamos en un escenario de subidas de mercado, la mente humana no es consciente del riesgo, debido a que la satisfacción que nos produce la ganancia nos hace sentirnos más seguros y reafirmar la decisión de nuestra inversión.
Sin embargo, cuando perdemos dinero, se manifiesta la emoción del miedo, la ira o el enfado, y estas emociones nos impulsan a tomar decisiones precipitadas y poco sensatas, porque no son decisiones meditadas sino decisiones automáticas de defensa, y como diría Daniel Kanheman (Premio Nobel de Economía), estaríamos tomando decisiones basadas en nuestros “espíritus animales”.
Considero que se obtienen mejores resultados con un especialista al lado que nos guíe en el camino hacia el interior de nosotros mismos y por eso, en muchas ocasiones utilizamos herramientas de coaching y psicología financiera para identificar las creencias de nuestros clientes, para mejorar las creencias limitantes y apoyar sus decisiones en sus creencias de poder. De esta manera las inversiones están completamente integradas con sus objetivos, sus miedos y sus ambiciones.
En muchas ocasiones, tenemos la tendencia de mirar a corto plazo las inversiones que hemos hecho a largo plazo.
Tribuna de opinión de Ana Fernández Sánchez de la Morena, socia fundadora de AFS Finance Advisors EAFI