De la euforia a la moderación y al optimismo: el viaje de los gestores en 2025

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Si hacemos un balance de los resultados de la encuesta global a gestores que ha publicado Bank of America (BofA) a lo largo de 2025, logramos un claro retrato de lo que ha sido este año. El primer trimestre estuvo marcado por un sentimiento positivo que se tradujo en niveles de efectivo bajos y una clara inclinación por la renta variable. Sin embargo, a lo largo del segundo y tercer trimestre los temores aumentaron, al igual que el cash en las carteras, y ese sentimiento optimista comenzó a ser más neutral y más pragmático.

En los meses centrales del año, los gestores manifestaron un mayor temor por la economía, por lo que se redujo la exposición a la renta variable estadounidense en favor de la europea y de los bonos. Aproximadamente desde mayo, el sentimiento de los gestores fue mejorando y volviéndose más optimista. Según iba explicando la entidad en sus sucesivas encuestas, este optimismo ha radicado en una bolsa americana en máximos, en la política monetaria del Fed y en las promesas de reformas del Viejo Continente. 

Ahora bien, el aumento de apetito por el riesgo que se ha visto desde finales del tercer trimestre ha contrastado con un cuarto trimestres donde los gestores han comenzado a ver sobrevalorados los mercados bursátiles globales. En especial, los encuestados empiezan a debatir y contemplar una posible burbuja en la IA. Llama la atención que pese a reconocer que la IA es un claro riesgo de cola, el optimismo de los gestores se mantuvo intacto en noviembre.

“Se ha producido una mejora en las expectativas de crecimiento global, ya que una mayoría cree en un aterrizaje suave. Cabe destacar que un récord del 63% de los participantes del FMS cree que los mercados globales de renta variable están actualmente sobrevalorados, frente al 60% del mes pasado. La buena noticia es que el 53% de los inversores del FMS piensa que la IA ya está aumentando la productividad, y 15% afirma que el impulso de productividad por la IA llegará en 2026, y un 27% dice que llegará más adelante”, explicaban desde la entidad.

¿Qué nos dice diciembre?

Tras este recorrido, que ha ido de la euforia a la moderación, de la moderación a la neutralidad para acabar de nuevo en el optimismo, llegamos a diciembre con los gestores reafirmando ese optimismo que, además, se extiende a nivel mundial.

Según la encuesta global de diciembre, el sentimiento de los gestores de fondos, basada en el nivel de efectivo, la asignación de renta variable y las expectativas de crecimiento global, subió de 6,4 a 7,4, el nivel más alto desde julio de 2021.

“El nivel de optimismo actual se observó en los siguientes periodos desde 2001: agosto de 2003-abril de 2004, diciembre de 2005-enero de 2006 (burbuja subprime), agosto de 2009-abril de 2010 (expansión cuantitativa de la Fed), noviembre de 2010-febrero de 2011 (recuperación de la crisis financiera global), enero-diciembre de 2013 (BRICS), febrero-mayo de 2015 (expansión cuantitativa del BCE), enero de 2018 (recortes fiscales) y noviembre de 2020-julio de 2021 (auge posterior a la COVID)”, explican desde la entidad. 

Es más, según explican, este optimismo de diciembre impulsó la asignación de activos de riesgo cíclicos (acciones y materias primas) al nivel más alto desde febrero de 2022. En concreto, la asignación de acciones aumentó hasta un 42% -el nivel más alto desde diciembre de 2024- y la asignación de materias primas aumentó hasta un 18 % neto por encima del peso, en este caso el nivel más alto desde septiembre de 2022. Además, “el aumento de la exposición a los activos de riesgo cíclicos se aleja de los datos blandos y apunta a una fuerte aceleración de los sectores cíclicos de la economía que se han quedado rezagados en este ciclo, en particular, el manufacturero”, añaden desde BofA.

Las dudas que aún quedan

Siguiendo la tendencia que veíamos desde septiembre, el año acaba con los gestores creyendo que las empresas están invirtiendo en exceso, ya que persisten las preocupaciones sobre el auge de la inversión en IA. No obstante, según muestra la encuesta, las preocupaciones se han moderado ligeramente pasando de un 20% neto récord a un 14% neto que afirma que las empresas están invirtiendo en exceso.

“En diciembre, las preocupaciones de los encuestados en torno a una burbuja de IA retrocedieron ligeramente (del 45% al 38%), aunque siguió siendo el mayor riesgo extremo. Cabe destacar la incorporación este mes del crédito privado, que el 14 % de los inversores de FMS consideran el mayor riesgo extremo para el próximo año”, aclara BofA en sus conclusiones. 

En este sentido, cuando se les preguntó por la fuente más probable de un evento de crédito, el 40% respondió que el capital privado/crédito privado, en línea con lo registrado el mes pasado; mientras que “la inversión en hiperescaladores de IA” fue la segunda respuesta más frecuente, con un 29%.

Banca March impulsa su actividad en private equity con el lanzamiento de March PE Secundarios I FCR

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Banca March, a través de su gestora de capital riesgo March Private Equity, ha lanzado March PE Secundarios I FCR, un nuevo vehículo de inversión con un tamaño objetivo de 60 millones de euros, centrado en la adquisición de posiciones directas en compañías privadas mediante estrategias de secundarios “GP-led” y coinversiones directas minoritarias.

March PE Secundarios I FCR será un fondo de capital riesgo con la vocación de construir, en un plazo aproximado de dos años, una cartera diversificada compuesta por entre 15 y 20 compañías del segmento middle-market. El foco geográfico será mayoritariamente Europa, con una exposición parcial a Estados Unidos. Para el desarrollo de esta estrategia, March Private Equity contará con el apoyo de una firma internacional de primer nivel como asesora de inversiones.

March Private Equity, constituida en 2020, gestiona más de 1.000 millones de euros a través de tres Fondos de Fondos: March PE Global I, March PE Global II y March PE Global III, además de un vehículo de inversión especial en Luxemburgo.

La entidad, que cuenta con una red de conexiones con gestoras de reconocido prestigio en el sector, analiza un elevado número de oportunidades de inversión en fondos cada año. El éxito de sus programas radica en cuatro atributos diferenciales: apoyo accionarial (el inversor mayoritario es siempre el Grupo), exclusividad (comercializado únicamente por Banca March), máxima alineación de intereses (cobro de comisiones por capital desembolsado, no por capital comprometido) y confianza en la estrategia (Banca March facilita línea de crédito hasta el 50% de las aportaciones).

Coinversión, una seña diferencial de Banca March

La coinversión constituye desde hace más de 20 años uno de los pilares más distintivos de Banca March, que ha sido pionera y ha liderado la inversión en activos alternativos mediante estrategias compartidas con los clientes, de tal forma que estos últimos invierten en los mismos productos que el banco. La coinversión representa una alineación directa de intereses entre el banco y el cliente y permite construir relaciones duraderas basadas en la confianza. En su conjunto, la coinversión de Banca March constituye un modelo único en el mercado español, resultado de la filosofía del banco de compartir con sus clientes todo su conocimiento y su saber hacer con un único objetivo: crecer juntos.

En el ámbito de la coinversión no líquida, la entidad selecciona activos ilíquidos —venture capital, private equity, deuda privada, inmobiliario o infraestructuras— con el objetivo de ofrecer alternativas que esquivan la volatilidad y capturan oportunidades de crecimiento. De esta manera, Banca March pone al alcance de sus clientes la oportunidad de invertir en estrategias que, de otra forma, sólo estarían al alcance de los grandes inversores.

Desde 2008, el Grupo ha comprometido más de 4.000 millones de euros en activos ilíquidos junto a más de 3.900 coinversores (y un dato muy revelador: uno de cada tres ha repetido), con proyectos que de media han devuelto más de dos veces el ahorro aportado en el caso de los proyectos en economía real.

Europa se prepara para una tokenización masiva de activos y medios de pago

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En las últimas semanas hemos visto el lanzamiento de nuevas stablecoins “made in Europe” respaldadas en euros: desde el proyecto conjunto del banco ODDO y Bit2Me, hasta el consorcio de bancos europeos (ING, UniCredit, CaixaBank, KBC, DekaBank, Danske, SEB, RBI y Banca Sella) o la iniciativa del BBVA. Son buenas noticias. Europa empieza a dar pasos hacia una economía digital más moderna y alineada con su mercado. Pero ¿por qué justo ahora?, ¿cuál es el detonante?

Nos enfrentamos a un nuevo escenario de riesgos y oportunidades impulsado por el auge exponencial de los criptomercados, especialmente, en el ámbito de las stablecoins y la  tokenización de activos.

La vulnerabilidad de la dolarización 

El desarrollo global de las criptomonedas  está acelerando la transformación financiera, impulsada por la adopción institucional y la innovación tecnológica. Sin embargo, esta transformación conlleva un riesgo crítico para Europa: su creciente dependencia del dólar

Hoy, las stablecoins dominan los mecanismos de liquidación global, y, más del  99,5%, están vinculadas al dólar estadounidense. Esto plantea una seria amenaza a la soberanía monetaria europea. 

Una stablecoin (o moneda estable) es un  criptoactivo diseñado para mantener un  valor constante, normalmente vinculado  a una moneda fiduciaria como el dólar.  Actúa como ancla de estabilidad y puente de liquidez para transacciones, tesorería,  divisas, o colateral. Su peso actual, con una capitalización estimada en 320.000  millones de dólares, refleja la hegemonía  del dólar (58%–60% de las reservas globales, frente al 20% del euro). 


“La eficiencia sin soberanía no parece un buen negocio: las stablecoins en  dólares ofrecen rapidez y bajo coste, pero el precio a pagar es alto,  perder control sobre una infraestructura financiera estratégica” 


La dependencia es evidente: más del  70% de las transacciones cripto en la UE  utilizan stablecoins en dólares. Además,  el 61% de la infraestructura de pagos y  custodia cripto europea depende de proveedores no comunitarios. En caso de  crisis, esta dependencia se convertiría en una vulnerabilidad estructural

Aunque existen stablecoins en euros, su escala sigue siendo marginal. La principal, EURC (además emitida por la estadounidense Circle), apenas representa el  0,08% del mercado total. 

Pero la eficiencia sin soberanía no parece un buen negocio. Las stablecoins en dólares ofrecen rapidez y bajo coste, pero el precio a pagar es alto: perder control sobre una infraestructura financiera estratégica. Europa se dispone a construir sus propios rieles financieros en euros o a resignarse a importar el riesgo del dólar,  que es como si delegara su política de pa gos en un banco central extranjero.

Europa, en posición de liderar la nueva  era de las finanzas tokenizadas  

Tras el auge masivo de las stablecoins, la tokenización de activos se perfila como la próxima gran ola de transformación financiera. La convergencia entre las finanzas tradicionales (TradFi) y las des centralizadas (DeFi) permite alcanzar liquidaciones instantáneas, mayor eficiencia operativa y propiedad fracciona da de los activos. 

El 60% de los bancos europeos ya explora o implementa tecnologías Distributed Ledger Technologies (DLT), que  está detrás de estos nuevos rieles, para la custodia, negociación y liquidación tokenizada. Este avance impulsa la competitividad, a la vez que exige una supervisión rigurosa y marcos de gobernanza sólidos. 

Los grandes gestores de activos ya experimentan con la tokenización, y las stablecoins bancarias europeas comienzan a multiplicarse. Parece que todo apunta a que el momento de actuar es ahora, para aprovechar un mercado incipiente que puede redefinir el papel de Europa en el sistema financiero global. 

Una doble vía para la competitividad:  rieles digitales en euros y motor de  inversión

Para contrarrestar la dolarización y aprovechar las eficiencias que ofrece la nueva infraestructura digital, Europa avanza por una doble vía: el desarrollo de rieles  digitales en euros, impulsados por el euro  digital y las stablecoins europeas, y el  impulso de iniciativas como la “Capital  Markets Union” (CMU), o su evolución,  la “Saving Investment Union” (SIU),  como motor de liquidez, innovación y  competitividad.


“El debate sobre las stablecoins y el euro digital trasciende lo tecnológico; es, en esencia, una conversación sobre soberanía económica, resiliencia y  el papel de Europa en el  escenario global”


Esta última vertiente busca movilizar el ahorro europeo y orientarlo hacia inversiones productivas, con el objeto de reducir la brecha de inversión en venture capital frente a economías como la estadounidense (actualmente cercana al  77%), y de acelerar las transiciones verde y digital, que marcarán la agenda económica europea de la próxima década. 

Esta estrategia dual es un diseño deliberado orientado a fortalecer la competitividad europea. El dinamismo del mercado  impulsa la innovación, mientras el euro  digital, como activo público, garantiza la  confianza y estabilidad. 

No obstante, el éxito del euro digital dependerá de un diseño y una gobernanza responsable que integren desde el origen la privacidad avanzada de los datos, la  protección de las libertades individuales  y la soberanía digital, frente a modelos confiscatorios que concentren el control  y la información. 

Más allá de la tecnología: una afirmación de identidad

El debate sobre las stablecoins y el euro  digital trasciende lo tecnológico. Es, en esencia, una conversación sobre soberanía económica, resiliencia y el papel de Europa en el escenario global. 

La cuestión no es adoptar o rechazar la  tecnología, sino cómo Europa elige diseñarla, gobernarla y cooperar en torno a  ella para construir un futuro financiero  que no solo sea eficiente, sino también refleje los valores que siempre la han de finido. 

En una era de digitalización acelerada, el modelo humanista europeo puede convertirse en su mayor ventaja competitiva. Construir un euro digital que garantice la privacidad, la libertad y la gobernanza democrática no solo reforzará su identidad, sino que podría establecer un nuevo estándar global

Europa tiene la oportunidad de demostrar  que la innovación tecnológica no está reñida con los derechos fundamentales,  sino que puede ponerse a su servicio. Un euro digital concebido bajo esta filosofía,  junto con un ecosistema sólido de stable coins en euros, representa una estrategia económica, y también es una afirmación de identidad y principios.

Las decisiones que Europa tome en los próximos meses sobre tecnología, regulación y gobernanza financiera no serán  meramente técnicas. Definirán su soberanía económica, su competitividad global y los valores que guiarán su sociedad digital durante las próximas décadas.

 

Tribuna de Ángela Álvarez, fundadora y CEO de Aglaia y Action Monkey

GBAM identifica un giro global de los inversores desde el ESG hacia la resiliencia

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The Group of Boutique Asset Managers (GBAM), red global de altos ejecutivos de gestoras boutique de activos, ha identificado un cambio decidido en el apetito de los inversores globales, que se alejan del etiquetado ESG para orientarse hacia un marco más amplio de “inversión en resiliencia”, según se concluyó en su reunión de otoño celebrada en Málaga.

A principios de este mes, altos directivos de MAPFRE AM, Azvalor, SKAGEN Funds, Pareto Asset Management, Aubrey Capital Management, Fisch Asset Management, First Avenue Investment Management, Ranmore Fund Management y Farview Invest se reunieron para intercambiar perspectivas sobre los mercados globales, el gobierno corporativo y las tendencias de los clientes. Las conversaciones revelaron un tema común: los inversores institucionales, minoristas y de altos patrimonios están dando prioridad a la resiliencia tangible, la seguridad energética, la fortaleza de las cadenas de suministro y la calidad del gobierno corporativo, por encima del mero cumplimiento ESG basado en marcar casillas.

Los miembros de GBAM señalaron que lo que comenzó como una reacción al cansancio frente al ESG está evolucionando hacia un enfoque más pragmático de la inversión responsable. Las exclusiones que antes descartaban sectores completos —como defensa o nuclear— se están suavizando a medida que los inversores vuelven a centrarse en la seguridad real y la continuidad económica. El modelo sueco de “defensa total” se citó como un ejemplo de cómo sostenibilidad y resiliencia están convergiendo tanto en la política pública como en el diseño de carteras. El cambio, coincidieron los miembros, responde a una creciente demanda de transparencia, materialidad financiera y una comunicación clara y directa, frente al lenguaje puramente comercial.

La discusión también puso de relieve el renovado interés de los inversores por los activos reales, en particular el oro, como reserva de valor y cobertura frente a la inestabilidad financiera. Años de infrainversión en minería y energía, combinados con cambios en las políticas de reservas de los bancos centrales, están restableciendo el papel del oro dentro de las carteras diversificadas. Los miembros de GBAM describieron esto como parte de una “caja de herramientas de resiliencia” práctica, junto con negocios generadores de efectivo y activos de crédito de calidad diseñados para preservar valor y resistir la volatilidad.

Desde la perspectiva de la estructura de mercado, España ofreció un caso de estudio oportuno. Aunque el crecimiento económico sigue siendo resiliente, los miembros de GBAM observaron que persisten desafíos de productividad. Sin embargo, la rápida expansión de la distribución basada en asesoramiento, la profesionalización de las redes de asesoramiento vinculadas al seguro y un régimen fiscal de fondos que premia la inversión a largo plazo han convertido a España en uno de los mercados de inversión más dinámicos de Europa, donde las gestoras boutique pueden prosperar gracias a la claridad estratégica y la calidad del servicio, más que por la escala.

La gobernanza y la cultura corporativa también ocuparon un lugar central en la agenda. Los delegados debatieron cómo las firmas más pequeñas pueden articular narrativas auténticas sobre Liderazgo, Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) y sucesión, sin la burocracia propia de las grandes instituciones. El consenso fue que las boutiques deben centrarse en la coherencia del mensaje, en avances internos medibles —donde sea relevante, como en contratación y formación— y en la colaboración entre firmas para construir iniciativas sectoriales comunes, en lugar de reaccionar a tendencias pasajeras.

“Lo que quedó muy claro en Málaga es que los clientes nos piden ser específicos, no doctrinarios. La resiliencia es el lenguaje que los inversores reconocen: energía que funciona cuando se necesita, cadenas de suministro que resisten bajo presión y un gobierno corporativo claro y defendible. Las boutiques pueden prosperar en este entorno porque pueden centrarse en lo que mejor saben hacer y explicarlo sin adornos”, comentó Tim Warrington, presidente de GBAM.

Por su parte, Juan Bernal, director de Inversiones del Grupo MAPFRE, añadió: “Acoger la reunión en Málaga ha sido un verdadero privilegio. Lo que más me llamó la atención fue cómo la conversación ha evolucionado de centrarse en el ESG como una etiqueta a reflexionar de forma más profunda sobre la resiliencia y el impacto duradero. Y esa es la fortaleza de GBAM: un diálogo honesto entre gestores que comparten los mismos valores a largo plazo. También resultó muy enriquecedor ver un debate abierto sobre los retos estructurales a los que se enfrentan las boutiques, incluida la diversidad y la inclusión, y cómo la colaboración entre firmas puede ayudar a convertir esos retos en fortalezas colectivas”.

La política monetaria y el calendario electoral marcan las perspectivas económicas de Latam

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Si hacemos balance de 2025 en la región latinoamericana, observamos que las principales economías de Latinoamérica lograron navegar con éxito un periodo marcado por el aumento de tensiones comerciales y la incertidumbre global. Según la visión de los expertos, la gran moraleja que deja el año es que, excepto Brasil, el impacto de los aranceles de la Administración Trump  ha sido mucho mejor de lo esperado. 

“Más allá de que la región permaneció en gran medida sin impactos directos por las presiones arancelarias de Estados Unidos, los términos de intercambio favorables y un mercado laboral aún ajustado sostuvieron el consumo y explican la resiliencia de la actividad económica durante el año. Se espera que los países más relevantes crezcan más de 2% en 2025 y, aunque México crecería solo 0,5%, evitó una recesión y ha mostrado revisiones al alza en los últimos meses”, destacan desde el documento de perspectivas elaborado por Principal Asset Management LATAM, entre ellos Marcela Rocha, economista en jefe, que presenta las Perspectivas Económicas 2026.

Política monetaria y fiscal

Una de las características que ha marcado la economía de la región es que, ya que el resto del mundo seguía batallando por controlar la inflación, los países latinoamericanos se han beneficiado, mayoritariamente, de un ciclo sincronizado de relajación monetaria a nivel global y de un dólar más débil, lo que fortaleció a las monedas locales y apoyó una tendencia importante de desinflación en los meses recientes. De hecho, con excepción de Brasil, la mayoría de los bancos centrales tuvieron espacio para recortar tasas de política monetaria.

“En 2026, el panorama cambia. Mientras se espera que el PIB de México acelere, la mayor parte de la región enfrentará un menor crecimiento. Con una actividad económica proyectada por debajo del potencial, Brasil destaca como el único país con espacio significativo para recortes adicionales de tasas. En el resto de la región, la persistencia de la inflación subyacente limita el margen para mayor relajación monetaria, y la trayectoria de México dependerá en gran medida de las decisiones de política de la Reserva Federal”, apuntan desde Principal AM.

La segunda conclusión que lanza el informe de la gestora es que persisten preocupaciones de larga data sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas. Sin embargo, explican que “un calendario electoral cargado en los próximos trimestres abre la puerta para impulsar los cambios de política que tanto se requieren, especialmente en reformas estructurales y en el manejo fiscal. Chile, Perú, Colombia y Brasil tendrán elecciones en los próximos 12 meses, lo que definirá parte del panorama. En México, el escenario también dependerá del resultado y del calendario de las negociaciones del T-MEC”.

Brasil y México: los protagonista

Tal y como apunta la gestora, Brasil y México tendrán un protagonismo especial de cara al próximo año. Según sus estimaciones, el Banco Central de Brasil estaría listo para iniciar un ciclo de recortes, pero las elecciones marcarán el panorama. “En 2025, el panorama económico de Brasil estuvo definido por una elevada volatilidad e incertidumbre, con una primera parte del año marcada por los efectos persistentes del debate fiscal de 2024. Además, a medida que las expectativas de inflación también se desplazaron al alza, muy por encima de la meta de 3%, el Banco Central se vio obligado a interrumpir su ciclo de recortes y reanudar el endurecimiento, llevando la tasa de referencia a 15%. Sin embargo, más recientemente, los efectos de tasas más altas han empezado a reflejarse en los datos internos, con señales iniciales de desaceleración económica en indicadores de crédito y confianza”, resumen desde la gestora. 

Según su análisis, hacia 2026, “esperamos que el panorama económico esté determinado por el balance entre el ritmo de la desaceleración económica y el momento en que inicie el ciclo de relajación monetaria del Banco Central”. Además, ven probable que el entorno político irá ganando relevancia a lo largo del año, con la elección presidencial posicionándose como el evento clave hacia finales de 2026.

“En términos de crecimiento, después de varios años en los que el PIB sorprendió al alza y operó por encima de su potencial, anticipamos una desaceleración moderada en la economía brasileña. Dado el endurecimiento monetario significativo ya implementado, esperamos que el PIB se desacelere de 2,3% en 2025 a 1,6% en 2026.En el frente inflacionario, dada la reciente racha de sorpresas positivas en el corto plazo, el balance de riesgos para 2026 luce ligeramente inclinado a la baja”, apuntan.

Respecto a México, la gestora advierte de que la revisión del Tratado MEC (T-MEC) será clave para impulsar la inversión y activar el potencial. Haciendo balance del año, reconoce que el país inicia 2026 habiendo evitado la recesión que, a comienzos de 2025, parecía casi inevitable. “La economía enfrentó una combinación de choques: la desaceleración de finales de 2024, una mayor incertidumbre alrededor del nuevo gobierno, la necesidad de consolidación fiscal y un entorno externo más débil marcado por la desaceleración de Estados Unidos y el resurgimiento de tensiones comerciales bajo el presidente Trump. Pese a este escenario difícil, la economía mexicana mostró resiliencia”, resume. 

En este contexto, la revisión del Tratado Mec toma especial relevancia. Según la gestora, “las exenciones del TMEC protegieron a las exportaciones mexicanas del shock arancelario que golpeó a otros socios comerciales, permitiendo que los bienes mexicanos, particularmente los de manufactura no automotriz, ganaran participación en el mercado estadounidense. Este impulso a la demanda externa generó una sorpresa positiva en la actividad a inicios de 2025, ayudando a que la economía evitara caer en recesión aun cuando la demanda interna se mantuvo débil”.

Aunque reconoce en su informe que su previsión para 2026 es un repunte moderado en la actividad económica, igualmente afirma que el principal riesgo para este escenario es la próxima revisión del T-MEC, ya que introduce un grado adicional de incertidumbre política que podría pesar temporalmente sobre la inversión y los mercados. “México ya ha dado pasos visibles para mostrar su compromiso con el marco norteamericano, incluyendo la preparación de materiales de negociación y la imposición selectiva de aranceles a bienes asiáticos, especialmente chinos. Esperamos un resultado trilateral favorable, aunque con episodios de volatilidad conforme avancen las negociaciones. Una resolución constructiva con Estados Unidos sigue siendo el catalizador más importante para reducir la incertidumbre y detonar una mayor inversión en 2026”, concluyen desde la gestora.

ETFs de activos privados: las claves de una estrategia en auge

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Una nueva ola de ETFs que invierten en mercados privados ha acaparado los titulares durante el último año. El sector se encuentra en una fase incipiente, pero evoluciona rápidamente. La estructura agrupa activos tradicionalmente ilíquidos en un vehículo históricamente líquido. En Brown Brothers Harriman (BBH) -basándose en un reciente trabajo propio con gestores de activos que buscan explorar opciones- ha elaborado una guía que analiza los factores que impulsan la evolución del producto, así como algunas de las oportunidades, retos, limitaciones y riesgos que presenta.

¿Qué son los ETFs de mercados privados y por qué se habla de ellos ahora?

A diferencia de la mayoría de los activos cotizados, los mercados privados -como el private equity, deuda privada o los bienes inmuebles privados- suelen ser ilíquidos. Por su propia naturaleza, son propiedad de un pequeño grupo de inversores, pueden ser más difíciles de negociar y se valoran con relativa poca frecuencia, normalmente cada trimestre.

Los ETFs, por el contrario, se negocian intradía y en su mayoría contienen valores cotizados que también se negocian a lo largo del día. La agrupación de activos de mercados privados en el vehículo ETF ofrece a los inversores una exposición a esta inversión típicamente ilíquida, costosa y a largo plazo de una manera más accesible.

Los ETFs domiciliados en Estados Unidos están sujetos a requisitos normativos de liquidez que limitan su inversión en activos ilíquidos a no más del 15% del valor liquidativo del fondo.

En conjunto, los mercados privados y los ETFs representan dos de las áreas de mayor crecimiento del sector de la inversión y llevan más de una década captando de forma constante un porcentaje cada vez mayor de los flujos de inversión.

Como muestra, la firma pone como ejemplo una encuesta propia entre inversores en mercados privados de este año que reflejó una notable confianza por parte de los inversores, ya que de los 500 inversores globales encuestados, el 34% tenía previsto invertir en ETFs de mercados privados y el 57% quería obtener más información sobre estos productos.

Contexto del mercado y factores impulsores del crecimiento

El panorama de la inversión en el mercado privado está experimentando una rápida expansión y, en este caso, convergiendo con otra megatendencia del sector, los ETFs.

1.- Crecimiento de los mercados privados: Los activos privados representan actualmente más de 14,8 billones de dólares en capital comprometido y desplegado y se prevé que alcancen entre 20 y 25 billones de dólares en 2030. Además, en la actualidad hay menos empresas estadounidenses que cotizan en bolsa -una reducción de aproximadamente el 50% desde la década de 1980-, lo que convierte a los activos privados en una oportunidad clave, a menudo sin explotar, para muchos inversores que históricamente no han tenido acceso a estas clases de activos.

2.- Auge de los ETFs: El mercado estadounidense de ETF alcanzó un patrimonio neto total de 11,8 billones de dólares en julio de 2025 y se lanzaron más de 460 nuevos ETFs solo en la primera mitad de 2025, incluido el primer ETF de crédito público-privado de Apollo y State Street global Advisors.

3.- Acceso minorista: Históricamente, los inversores minoristas han tenido vías limitadas para invertir en activos privados. La mayoría de los productos de inversión se han orientado hacia inversores institucionales o cualificados con un elevado patrimonio neto. Los ETFs que poseen activos privados ofrecen a los inversores ordinarios un medio para acceder a los mercados privados, a menudo con mínimos tan bajos como una sola acción de un fondo cotizado.

Varios ETFs actuales ya destacan sus conexiones con inversiones alternativas y mercados privados. Muchos de estos productos son innovadores, exitosos y ofrecen exposición, a menudo indirecta, a activos privados. Sin embargo, la semántica es importante, así que es necesario profundizar para aclarar lo que en BBH definen como ETF de mercados privados.

En definitiva, los ETFs de mercados privados deben poseer directamente activos privados, como empresas privadas, deuda privada o activos inmobiliarios privados, por ejemplo. Esto incluye los ETFs que poseen empresas privadas, ya sea directamente (inversión de AGIX en xAI o Anthropic) o a través de un vehículo de propósito especial (SPV).

El informe también aclara que no se trata necesariamente de ETFs de mercados privados cuando:

1.- Alternativos frente a mercados privados: «Alternativos» es un término más amplio que abarca una gran variedad de cosas, pero que también incluye los hedge funds y estrategias similares. Por lo general, estas estrategias de inversión implican principalmente valores cotizados en bolsa dentro de un vehículo de fondos privados.

2.- ETFs que incluyen gestores de inversión que cotizan en bolsa, cuya actividad principal es la inversión en mercados privados (Blackstone, Brookfield, Apollo, KKR, etc.). A efectos prácticos, estos fondos invierten en valores cotizados, que indirectamente tienen exposición a los mercados privados a través de las operaciones comerciales en curso de las empresas que poseen.

3.- Los ETFs que invierten en vehículos cotizados, como las sociedades de desarrollo empresarial (BDC), que conceden préstamos a empresas privadas o poseen participaciones en ellas.

La firma recalca que los detalles son importantes a la hora de comprender las restricciones normativas, los mecanismos operativos, los cálculos del valor liquidativo, las valoraciones y cualquier conversación relevante sobre los posibles rendimientos, la liquidez y el riesgo.

Mecánica operativa de los ETFs de mercados privados

Cualquier ETF que invierta en activos privados necesitará una política de valoración bien pensada, diseñada para hacer frente a las fluctuaciones diarias del mercado, con factores desencadenantes que determinen cuándo y cómo deben revalorizarse las participaciones en activos privados.

Dada la restricción del 15% de exposición a activos privados, los gestores de inversiones deberán supervisar continuamente la combinación de activos de los mercados públicos y privados. Los movimientos intradía en los mercados públicos pueden alterar y alterarán la asignación global del fondo, por lo que los gestores necesitarán un plan para reequilibrar el fondo.

Nuevos productos en el mercado

Recientemente se han lanzado dos ETFs que emplean un enfoque novedoso: el ETF IG Public & Private Credit (PRIV) y el ETF Short Duration IG Public & Private Credit, que tienen como objetivo proporcionar una mayor asignación al crédito privado.

Para lograrlo, estos ETFs han llegado a un acuerdo con Apollo para proporcionar ofertas firmes ejecutables intradía sobre la cartera a través de una línea de capital garantizada y respaldada por Apollo. Este mecanismo ofrece una certeza razonable de que Apollo proporcionará liquidez en caso de que sea necesario financiar reembolsos diarios, incluso para las carteras de crédito privado subyacentes que, de otro modo, serían difíciles o imposibles de liquidar durante el periodo de bloqueo.

Conclusión

Los ETFs representan una oportunidad tanto para los gestores como para los inversores. Los gestores de inversiones tienen la oportunidad de ampliar la distribución y el acceso a los mercados privados, al tiempo que pueden ofrecer un acceso más amplio a una clase de activos históricamente ilíquida.

Los inversores, por su parte, pueden ver esto desde dos perspectivas:

1.- Los institucionales pueden considerar los ETF de mercados privados como una oportunidad para ser más ágiles en su acceso a la clase de activos, con muchas menos obligaciones de liquidez.

2.- Los minoristas, que históricamente han quedado excluidos de esta clase de activos, tendrán una nueva oportunidad de acceder a los activos de los mercados privados.

Independientemente de la forma en que se construya un producto, la restricción existente del 15% da lugar a una exposición algo limitada a los activos privados. Sin embargo, la actual administración parece dispuesta a reconsiderar muchas regulaciones relacionadas y esto también podría ser objeto de consideración. En agosto, la SEC eliminó el límite del 15% para los fondos cerrados registrados que invierten en fondos privados.

«Esta es una noticia bienvenida para la comunidad de fondos de inversión y es probable que dé lugar a un aumento de las solicitudes de este tipo de fondos», señala el informe de BBH, que añade que también sirve como «una posible señal del deseo de esta administración de aumentar la accesibilidad de los activos alternativos, lo que podría ser un presagio de futuros desarrollos en el ámbito de los ETFs».

Las acciones resisten mientras se mantiene el excepcionalismo estadounidense

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El excepcionalismo estadounidense sigue siendo un argumento de inversión convincente, impulsado por la productividad, la innovación y el impulso de las ganancias, según BNY Investments. Sin embargo, la elevada volatilidad subraya la importancia de la diversificación. Así, en la firma ven oportunidades para ampliar selectivamente las inversiones en los mercados internacionales con el fin de fortalecer las carteras en el entorno actual, según recogen en su informe Shifting Gears: at the table with BNY Experts.

Poder de permanencia

Las acciones globales han avanzado con ganancias generalizadas. Las acciones internacionales y los mercados emergentes han subido alrededor de un 20 %, mientras que Estados Unidos ha ganado casi un 10 %. Aunque las acciones estadounidenses han tenido un rendimiento inferior al del resto del mundo, la diferencia de rendimiento se ha reducido de alrededor del -17 % en abril al -10 % a mediados de agosto. Los expertos de BNY creen que esta diferencia seguirá reduciéndose a medida que Estados Unidos se beneficie de los vientos favorables del crecimiento: «Las ventajas estructurales en los mercados laborales, la productividad, la innovación y el liderazgo en inteligencia artificial se han traducido en mercados bursátiles alcistas y un fuerte crecimiento del PIB», afirman. También añaden que, desde 2010, la productividad de Estados Unidos ha crecido dos veces más rápido que la de Europa, y la disparidad se ha ampliado desde la llegada de la COVID-19.

Las expectativas de beneficios también refuerzan la opinión de los expertos de BNY: «Las empresas del S&P 500 registraron unos beneficios superiores a lo esperado en la primera mitad del año y deberían seguir mejorando, respaldadas por políticas favorables y unos fundamentos sólidos», indican desde la gestora. Observan asimismo que la adopción de la IA «está impulsando la demanda de semiconductores y el gasto de capital», y que la One Big Beautiful Bill (OBBB) «ofrece incentivos para que la producción nacional de chips amplíe su capacidad y refuerce las cadenas de suministro».

En este contexto de políticas favorables y el impulso de la IA, en la gestora observan un entorno favorable para determinados sectores:

  • El sector financiero está en condiciones de beneficiarse de los recortes de tipos de la Reserva Federal, una curva de rendimiento más pronunciada que mejora la actividad de los mercados crediticios y de capitales, y la relajación de las presiones regulatorias.
  • Los servicios de comunicación se están beneficiando del aumento de los ingresos por publicidad digital, gracias a que la IA aumenta la participación y los precios.
  • Las industrias cíclicas, incluidas las industriales, la energía y los materiales, se ven respaldadas por el gasto en infraestructuras, la relocalización y el aumento de la demanda de electricidad de los centros de datos, mientras que los créditos fiscales OBBB y las deducciones fiscales inmediatas para investigación y desarrollo reducen los costes de fabricación.

Oportunidades en mercados internacionales y emergentes

Aunque desde BNY creen que el excepcionalismo estadounidense continuará, también ven oportunidades atractivas en determinados mercados internacionales y mercados emergentes (ME) fuera de China. En Europa, existe un potencial alcista en el sector industrial, en particular en el aeroespacial y de defensa, impulsado por el aumento del gasto público en defensa, infraestructuras y energía. En Japón, el renovado impulso hacia las reformas de gobierno corporativo y el crecimiento económico continuado han llevado a máximos históricos en su mercado de valores. «La reducción de la incertidumbre comercial, la mejora, la rentabilidad empresarial y una posible recuperación de los salarios y el consumo son factores positivos a largo plazo para las acciones japonesas».

También se declaran optimistas con respecto a los mercados emergentes, excepto China, ya que la flexibilización de la Fed suele conducir a unas condiciones financieras globales más acomodaticias, lo que generalmente favorece a las acciones de los mercados emergentes.

 

Mirando hacia el futuro

Aunque las acciones están registrando ganancias en lo que va de año, los datos económicos parecen haber entrado en una fase de desaceleración. El sentimiento de riesgo en los mercados, especialmente en torno a la inteligencia artificial, está impulsando el rendimiento del mercado. Esperamos que el crecimiento de EE. UU. continúe, ya que las estimaciones consensuadas han comenzado a mejorar. Las expectativas de gasto de capital y la confianza empresarial han repuntado, y las estimaciones de beneficios están al alza.

Sin embargo, en el frente económico, el mercado laboral está mostrando posibles signos de tensión, lo que podría conducir a una ralentización del crecimiento. Aunque los precios al consumo están subiendo, el gasto se ha mantenido hasta ahora. El gasto podría ralentizarse, dependiendo del impacto de los aranceles y la política de inmigración en el mercado laboral.

Los riesgos geopolíticos también persisten y podrían alterar las cadenas de suministro. La continuidad de datos económicos mixtos podría afectar la confianza de los inversores, que ha mejorado desde abril.

Con estos factores sobre la mesa y de cara a los próximos 6 a 12 meses, en BNY mantienen su convicción de que «la renta variable, y en particular el mercado estadounidense, seguirá generando ganancias». Sin embargo, matizan, en un contexto de tendencias cambiantes, «añadir diversificación geográfica, como la exposición a Japón y a determinados mercados emergentes, puede ayudar a mitigar el riesgo y ampliar la exposición al crecimiento».

 

 

Conozca más sobre el informe Shifting Gears: at the table with BNY Experts.

Historia de dos realidades

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Pixabay CC0 Public DomainFoto: Krysle. espejo

De cara al 2026, el panorama inversor mundial sigue estando marcado por una compleja interacción entre tensiones geopolíticas, reajustes económicos y disrupciones tecnológicas. El año promete ser uno de contrastes, en el que coexistirán el optimismo y la cautela, y en el que los mercados podrían oscilar entre la resiliencia y la recalibración.

El entorno geopolítico sigue plagado de incertidumbre. Pero los mercados se han acostumbrado al ritmo de la confrontación y el compromiso, especialmente en el tango continuo entre el presidente Donald Trump y sus homólogos mundiales. El equilibrio de poder, especialmente en el comercio y los recursos estratégicos como las tierras raras, ha cambiado. China, que esta vez se ha anticipado y se ha preparado para nuevas tensiones, ha obligado a reevaluar la política estadounidense, lo que ha dado lugar a una dinámica mundial más equilibrada.

Una resistencia sorprendente, por ahora

A pesar de la política fiscal y proteccionista de la administración Trump, la economía mundial ha mostrado una resistencia sorprendente. Las métricas tradicionales de crecimiento industrial en EE.UU. siguen siendo moderadas, pero la tecnología y la inteligencia artificial continúan siendo potentes motores de expansión. Sin embargo, la pregunta es cuánto tiempo se podrá mantener este impulso.

Especialmente en un entorno como este, un enfoque ágil puede ser una forma eficaz de navegar la incertidumbre. Eso significa aprovechar las fortalezas de una combinación de inversiones bien diversificada y poner mayor énfasis en la gestión activa de la cartera.

La política monetaria ya está actuando como un impulso para la liquidez mundial. Prevemos nuevas bajadas de tipos tanto por parte de la Reserva Federal de EE. UU. (Fed) como del Banco Central Europeo (BCE), especialmente en el primer trimestre. En Europa, los datos de inflación podrían sorprender a la baja, lo que provocaría una postura aún más moderada por parte del BCE. Mientras tanto, se espera que la política fiscal en EE. UU. tenga mayor impacto a principios de año, aunque su eficacia a largo plazo sigue siendo menos clara.

Riesgos de corrección en medio de la fortaleza del mercado bursátil estadounidense

Las valoraciones de la renta variable estadounidense siguen siendo elevadas, pero el sólido crecimiento de los beneficios, especialmente en el sector tecnológico, aporta argumentos para la continuidad de la fortaleza del mercado. Es importante destacar que el posicionamiento de los inversores aún no está excesivamente tensionado, lo que sugiere margen para nuevas subidas. Esperamos que muchos participantes aprovechen las correcciones a corto plazo para volver a entrar en el mercado, especialmente en los próximos tres a seis meses. Si miramos más allá, el panorama se vuelve más matizado. No prevemos un «momento Minsky» impulsado por un apalancamiento financiero excesivo, lo que supone una diferencia clave con respecto a 2008. Aun así, existe un riesgo creciente de corrección si los beneficios decepcionan.

A medida que los mercados comiencen a reconocer que las valoraciones de la tecnología y la IA pueden reflejar ya su verdadero potencial de beneficios, podría producirse una fase de normalización.

Para prepararnos ante posibles oscilaciones en los precios de las acciones, seguiremos adoptando un enfoque sólido en la selección de valores y la exposición global a la IA, basado en la combinación de nuestro análisis fundamental y cuantitativo.

Mantenemos una visión constructiva sobre los mercados emergentes en su conjunto. A pesar de las importantes diferencias entre países, esta clase de activos sigue estando infravalorada, presenta una valoración atractiva y se ve respaldada por la debilidad del dólar. China sigue estimulando su economía y favoreciendo el segmento de la inteligencia artificial y la tecnología, lo que aumenta el atractivo de la segunda economía más grande del mundo.

Desde el punto de vista estratégico, seguimos siendo un poco más cautelosos con la renta variable estadounidense debido a la concentración del mercado, las elevadas valoraciones y los riesgos de estanflación subestimados, especialmente en la segunda mitad de 2026. Europa presenta unas perspectivas más favorables. El impulso de los beneficios está mejorando y el apoyo fiscal de Alemania debería suponer un impulso significativo. Sin embargo, es probable que Francia se mantenga en compás de espera hasta las elecciones presidenciales de 2027, lo que supone una fuente de incertidumbre que habrá que seguir de cerca en los próximos trimestres.

La deuda de los mercados emergentes podría salir favorecida

En renta fija, nos decantamos por los bonos de la zona euro —especialmente los bonos alemanes—, donde la inflación está bajo control y los estímulos fiscales están llamados a ampliar la amplitud del mercado. Nuestra principal elección sigue siendo la deuda de los mercados emergentes, que se beneficia de un dólar más débil, una demanda interna en crecimiento y unas políticas fiscales y monetarias relativamente disciplinadas en comparación con los mercados desarrollados.

Seguimos apostando por los créditos con calificación de inversión y los crossover (bonos con calificación entre grado de inversión y alto rendimiento), pero vemos un potencial limitado para una mayor reducción de los diferenciales, por lo que se convierte en, básicamente una historia de carry. En nuestra opinión, los diferenciales de alto rendimiento tienen un precio elevado, pero el rendimiento absoluto puede seguir siendo atractivo para los clientes minoristas. Sin embargo, nos mantenemos neutrales y, como inversores en múltiples activos, preferimos las acciones, que son más fáciles de vender en tiempos de crisis.

Oportunidad para reconsiderar la exposición al dólar estadounidense en las carteras

Los mercados de divisas volverán a desempeñar un papel fundamental en 2026. Esperamos una nueva debilidad del dólar estadounidense, aunque probablemente con una trayectoria más moderada que en 2025, impulsada por las diferencias de inflación que favorecen a Europa y la presión política sobre la Reserva Federal. Este entorno exige una reevaluación de las grandes exposiciones al dólar estadounidense en las carteras. En renta variable, los inversores rara vez cubren sus posiciones en dólares, a pesar de que las acciones cotizadas en Estados Unidos suelen representar más del 70 % de los principales índices. Del mismo modo, las asignaciones de bonos suelen inclinarse en gran medida hacia los emisores estadounidenses, y algunos índices muestran una importante concentración en dólares.

Creemos que podría estar justificado un nivel más moderado de exposición a EE. UU., complementado con las ventajas que ofrecen otras divisas y bonos regionales. El yen japonés, por ejemplo, podría consolidar aún más su estatus de refugio seguro, respaldado por la estabilidad política y el cambio de rumbo del Banco de Japón en respuesta al aumento de la inflación subyacente, especialmente si la confianza en el dólar se erosiona aún más.

El oro sigue siendo una herramienta de diversificación clave para nosotros, aunque puede haber alcanzado niveles máximos a corto plazo. Seguimos manteniendo posiciones, pero también estamos explorando alternativas como la plata y las mineras de oro. Estas últimas siguen teniendo un precio atractivo en relación con la subida del metal amarillo y se benefician de los tipos de interés más bajos, que alivian la carga de sus operaciones intensivas en capital.

Elevada volatilidad en valores individuales

La volatilidad sigue siendo un tema central en nuestra estrategia de inversión: la consideramos una clase de activos independiente. De hecho, en los últimos dos años se ha observado una volatilidad del índice inferior a la media, salpicada por fuertes picos durante las correcciones del mercado. Este entorno nos ha permitido mantener nuestras inversiones en renta variable incluso después de fases de fuertes subidas, al tiempo que hemos obtenido beneficios de forma táctica durante los períodos de turbulencias. Sin embargo, bajo la superficie, la volatilidad cruzada de los valores es elevada, y las bajas correlaciones entre valores ocultan riesgos más amplios. Esta frágil dinámica podría actuar como catalizador de una corrección más sostenida si se reduce la amplitud del mercado o surgen dificultades macroeconómicas.

 

Tribuna de opinión de Gregor Hirt, CIO en multiactivos en Allianz Global Investors

Un BCE cómodo y en línea con las expectativas del mercado

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El Banco Central Europeo (BCE) celebra mañana su última reunión del año sin expectativas de cambios en los tipos oficiales. Tras haber realizado cuatro rebajas en la primera mitad de 2025, la institución monetaria europea lleva sin anunciar nuevos recortes desde junio, ya que la inflación parece estar contenida y cercana al 2%. Según los expertos de las gestoras internacionales, el BCE no tiene margen para nuevas bajadas, dado su enfoque dependiente de los datos.

“Las actas de octubre muestran que varios miembros del Consejo abogan por ignorar pequeñas desviaciones respecto al objetivo y reservar los ajustes de política monetaria para shocks más relevantes. Incluso las voces tradicionalmente más dovish, como Fabio Panetta (Banco de Italia) o François Villeroy de Galhau (Banco de Francia), han evitado pedir recortes recientemente. No se descartan ajustes, pero el BCE tampoco parece dispuesto a contradecir las expectativas del mercado, que contemplan como escenario más probable una subida antes que una bajada”, apunta Michael Krautzberger, CIO Global Public Markets de Allianz Global Investors.

En opinión de Kevin Thozet, miembro del comité de inversión de Carmignac, la narrativa predominante es que el ciclo de recortes de tipos ha llegado en gran medida a su fin y que el impulso del crecimiento en Europa reside ahora principalmente en la política fiscal. Y destaca que algunos incluso sugieren que el BCE podría comenzar a subir de nuevo los tipos de interés oficiales a finales de 2026.

Próximas proyecciones

Para Thozet, lo relevante de esta reunión es el nuevo conjunto de proyecciones que publica el jueves el BCE. Según adelanta, las nuevas previsiones incluirán ahora 2028 y se espera que muestren que el crecimiento está por encima del potencial, más cerca del 1,4%, y que la inflación se sitúa en el 2 %, es decir, en el objetivo. “Estas proyecciones transmiten un doble mensaje. Primero, que la región avanza en la dirección correcta. Segundo, que los inversores deberían anticipar una senda de política monetaria más restrictiva. Es probable que las previsiones de crecimiento se revisen para reflejar los datos recientes. El tercer trimestre fue más fuerte de lo esperado y los indicadores adelantados para el cuarto trimestre han mostrado una evolución favorable. En el frente de la inflación, el dato definitivo de octubre y la estimación preliminar de noviembre sugieren que las proyecciones podrían revisarse al alza en torno a un 0,2 % para el trimestre”, afirma Thozet.

Como resultado, el experto de Carmignac no espera un cambio importante en la narrativa de que “el BCE se encuentra en una buena posición”. 

Si nos remitimos a septiembre, las proyecciones macroeconómicas del BCE muestran una inflación media del 1,7% en 2026 y del 1,9% en 2027. “Consideramos que existen riesgos de bajada por varias razones. En primer lugar, las hipótesis técnicas de las previsiones se basan en los valores actuales del mercado financiero. Desde septiembre, los precios de la energía han bajado mientras que los rendimientos de los bonos a largo plazo han subido. El euro se ha debilitado ligeramente, pero en términos ponderados por comercio sigue siendo más fuerte que hace un año, por lo que los efectos rezagados de un euro más fuerte continúan siendo desinflacionarios. Además, la Comisión Europea está debatiendo si posponer la introducción del Sistema de Comercio de Emisiones 2 (ETS2), que estaba previsto que sumara 0,2 puntos porcentuales a la inflación de 2027. Retrasar su implantación implicaría, con toda probabilidad, que la inflación permanecerá por debajo del 2% durante los dos próximos años”, apunta Alex Rohner, experto en estrategia de renta fija en J. Safra Sarasin Sustainable AM.

 La postura del BCE

En opinión de Germán García-Mellado, Managing Director en A&G Global Investors, con este telón de fondo, Lagarde previsiblemente insistirá en que la política monetaria está “en un buen lugar”, reforzando la idea de un periodo prolongado de estabilidad de tipos y alejando, por ahora, tanto recortes como subidas. “Es cierto que, tras los comentarios de Schnabel —de tono más restrictivo—, el mercado ha intensificado el descuento de un primer movimiento al alza hacia finales de 2026. La clave será comprobar hasta qué punto ese mensaje encuentra respaldo en la comunicación de Lagarde y, sobre todo, en el perfil de las nuevas proyecciones”, apunta García-Mellado.

Para A&G Global Investors, el mantenimiento de los tipos, acompañado de una revisión al alza de las expectativas de crecimiento, contribuirá a reforzar el mensaje reiterado en los últimos meses: “El BCE considera que la política monetaria se encuentra en un punto adecuado, a la espera de la evolución de los próximos datos macroeconómicos.

En cambio, François Rimeu, estratega senior de Crédit Mutuel Asset Management, cree que “la política del BCE es actualmente demasiado restrictiva: no se prevén más recortes de tipos, mientras que los efectos de base ejercerán una presión a la baja sobre la inflación en 2026, lo que debería abrir la puerta a nuevos recortes por parte del BCE”.

La visión de Annalisa Piazza, analista de investigación de renta fija de MFS Investment Management, sobre el trabajo realizado por el BCE es positiva. Según Piazza, bajada de los tipos de interés oficiales sigue filtrándose en la economía real, y se espera que el paquete de estímulo fiscal de Alemania proporcione un impulso muy necesario a la actividad cíclica. “La solidez del mercado laboral y la baja inflación están respaldando la renta real disponible, lo que podría ayudar a que el crecimiento del PIB se acerque a su potencial en los próximos trimestres. La evolución económica reciente ha aliviado en cierta medida los riesgos a la baja, lo que respalda las perspectivas de tipos estables en el futuro previsible”, afirma. 

Además, la experta de MFS IM reconoce que los próximos meses serán clave para determinar si alguna crisis externa o datos inesperados podrían inclinar la balanza y provocar un cambio en la política. “Por ahora, el BCE parece conforme con mantener el rumbo, navegando en un delicado equilibrio entre los riesgos para el crecimiento y las presiones inflacionistas”, comenta.

Perspectivas para 2026

Aunque un recorte está descartado en esta reunión de diciembre, Krautzberge sí considera que el BCE tiene margen para nuevas bajadas en 2026. “Podría haber margen para un recorte en el primer semestre del próximo año. La inflación general podría situarse en torno al 1,5% en el primer trimestre debido al efecto de la energía. El crecimiento salarial ha descendido por debajo del umbral del 3%, compatible con el objetivo del 2%, y tanto los indicadores del BCE como nuestros análisis apuntan a que permanecerá en estos niveles. En un plano estructural, la economía de la eurozona sigue un 5% por debajo de su tendencia prepandemia, lo que plantea interrogantes sobre la debilidad de la demanda y el potencial crecimiento a largo plazo”, afirma el experto de Allianz GI.

En opinión de Geoff Yu, Senior Markets Strategist de BNY, es probable que la tolerancia hacia la fortaleza del euro aumente con las últimas proyecciones del personal. “Esperamos que el BCE eleve las previsiones económicas, tal y como señaló la presidenta Lagarde durante un discurso pronunciado en Londres en diciembre. Otros responsables políticos clave, como Schnable y Villeroy, han hecho declaraciones similares, aunque el mensaje del sector sigue siendo extremadamente cauteloso. No obstante, reconocemos que la producción de servicios y la inflación parecen destinadas a mantenerse en niveles relativamente elevados, lo que requerirá un ajuste por parte del BCE en su visión política”, explica Yu.

Por último, desde AXA IM (parte del Grupo BNP Paribas) consideran que la política monetaria será un factor clave para el panorama del mercado de deuda en 2026.!»La expectativa es que los principales bancos centrales rebajarán los tipos de interés a corto plazo como mínimo hasta los niveles neutros, como respuesta a los riesgos para el crecimiento y el descenso de las expectativas de inflación. Es posible que la entidad implemente nuevos recortes si la inflación disminuye por debajo del objetivo oficial, lo cual limita el potencial de mayores TIR de la deuda pública europea. No obstante, una vez se ponga en marcha el ambicioso programa de gasto del gobierno alemán habrá una mayor oferta en el mayor mercado de deuda de la eurozona, lo cual en ciertos momentos podría ejercer presión sobre los mercados. Es probable que aumente la pendiente de la curva de tipos en la eurozona», apunta Chris Iggo, director de inversiones (CIO) de AXA IM.

El dilema de la calidad en la renta variable europea

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Ha sido un año difícil para las acciones de alta calidad en Europa. Sin embargo, a pesar de las difíciles condiciones del mercado, las características subyacentes del negocio que definen las acciones de calidad permanecen, en su mayoría, intactas. Para los inversores, existen razones de peso para mantener la convicción en empresas con una rentabilidad sólida y modelos de negocio resilientes, incluso cuando los rendimientos a corto plazo decepcionan.

Las recientes tendencias del mercado europeo han desafiado a los inversores que se centran en la calidad. Durante el último año, las acciones de valor europeas superaron a las acciones de crecimiento y calidad en un amplio margen (gráfico), en contraste con la década anterior, cuando los tres estilos obtuvieron rentabilidades similares.

¿Qué ha impulsado el repunte del valor? En primer lugar, los valores financieros europeos (el mayor sector en el índice de referencia de valor) se vieron impulsados ​​por una pronunciada curva de rendimiento, que impulsó la rentabilidad de la actividad crediticia, mientras que los bancos regionales también se beneficiaron de la disciplina de capital y de las bajas valoraciones. En segundo lugar, las expectativas de un aumento en el gasto de defensa futuro en toda Europa impulsaron las acciones de defensa, lo que llevó a fuertes retornos para el sector industrial. Aunque los valores industriales son un grupo significativo de acciones de crecimiento de calidad de la región, las acciones de defensa están más alineadas con el estilo de valor.

Mientras tanto, las acciones de alta calidad han tenido un rendimiento inferior en parte porque muchas se han expandido más allá de Europa para acelerar el crecimiento, dadas sus sólidas ofertas de productos y tecnología. En consecuencia, tienden a ser más vulnerables a los aranceles estadounidenses y a la depreciación del dólar.

Ahora, sin embargo, creemos que la coyuntura está lista para una recuperación. Los inversores activos pueden encontrar acciones de calidad selectas que se negocian con descuentos atractivos en comparación con las acciones de crecimiento cíclico y con primas relativamente bajas en comparación con el mercado general. Para encontrarlas, debe mirar más allá de la volatilidad reciente y centrarse en los valores fundamentales a largo plazo.

Persistencia de los impulsores del crecimiento estructural

Las empresas de crecimiento de calidad se benefician de tendencias de crecimiento estructural, como la digitalización o la automatización, que dependen menos del entorno económico o de un mercado más amplio. Cuando las tendencias del mercado se vuelven contra las acciones de calidad, eso no significa necesariamente que la base del crecimiento estructural sobre el que se construyen los negocios de calidad se haya visto afectada.

Por ejemplo, en el sector de productos químicos especializados, los fabricantes están externalizando cada vez más la distribución para reducir costes y mejorar la eficiencia. Esto crea un contexto de crecimiento atractivo para empresas como IMCD, un distribuidor global exclusivo de productos químicos especializados de Países Bajos. Los acuerdos de distribución a largo plazo exclusivos de IMCD con muchos productores químicos lo sitúan bien en un mercado altamente fragmentado. Si bien los mercados finales de la empresa están actualmente deprimidos, su modelo de negocio resiliente, sus márgenes sólidos y su participación de mercado en aumento crean una base sólida para prosperar durante una posible recuperación de la industria.

Los impulsores estructurales del crecimiento de la industria rara vez se ven frustrados por la debilidad económica. Cuando los precios y las valoraciones de las acciones en estos sectores se alejan de sus tendencias de crecimiento subyacentes, vemos esto como una anomalía temporal. Durante la pandemia de la COVID-19, vimos que las valoraciones de muchas empresas de calidad se adelantaron a sus valores fundamentales, mientras que este año creemos que va a pasar lo contrario. Con el tiempo, la dinámica del mercado suele normalizarse y realinearse con el entorno positivo del sector, recompensando así a los inversores pacientes.

Los modelos de negocio resilientes pueden aguantar

Las empresas de calidad suelen presentar características corporativas duraderas, como una rentabilidad alta y constante, ventajas competitivas y balances sólidos. Las fuertes ventajas competitivas y las altas barreras de entrada ayudan a las empresas a sostener el crecimiento a través de climas de mercado cambiantes. La gestión especializada y la asignación disciplinada de capital son clave para sortear la incertidumbre. Métricas financieras sólidas, como altos retornos sobre el capital invertido y el capital propio, respaldan un flujo de caja constante y un crecimiento de las ganancias.

Ryanair es un claro ejemplo. La aerolínea de bajo coste está ampliando su cuota de mercado a través de un modelo de negocio de calidad, basado en su creciente ventaja de costes frente a su competencia y en una importante posición de caja neta. La empresa también es propietaria absoluta de todos sus aviones, lo que le proporciona estabilidad financiera y flexibilidad adicionales. La fuerte rentabilidad ha permitido a la aerolínea de bajo coste crear formidables ventajas competitivas, por ejemplo, invirtiendo de forma anticíclica comprando 300 nuevos aviones con grandes descuentos durante la pandemia de la COVID-19 y, más recientemente, invirtiendo en sus propios talleres de reparación de motores.

Seguir el largo camino de las ganancias

Las empresas sólidas pueden sufrir caídas a corto plazo en el rendimiento de sus acciones que no necesariamente indican una erosión fundamental de su potencial a largo plazo. Esto se debe a que los beneficios y los flujos de efectivo son el mejor predictor de la rentabilidad de la renta variable en horizontes a largo plazo.

Por supuesto, los inversores siempre deben estar alerta ante la posibilidad de un cambio de rumbo negativo en las perspectivas de ganancias de una empresa que justifique reducir o vender una posición. Sin embargo, en ausencia de señales de deterioro de los valores fundamentales, creemos que los inversores no deberían descartar la convicción en una tesis de inversión a largo plazo debido a fluctuaciones no relacionadas en el precio de una acción.

El entorno de mercado actual también está sujeto a una mayor incertidumbre en muchos frentes. El entusiasmo por la inteligencia artificial, las tensiones comerciales latentes y la fragilidad macroeconómica sugieren que el sentimiento del mercado podría cambiar rápidamente. A nuestro juicio, una reevaluación del riesgo podría impulsar una rotación hacia acciones de calidad que recientemente han estado ignoradas.

Los inversores selectivos que se centran en empresas de crecimiento de calidad pueden encontrar candidatos de cartera que coticen con valoraciones especialmente atractivas, con base en una perspectiva a largo plazo.

De hecho, creemos que la implementación de un horizonte temporal de cinco a diez años es la mejor forma para que los inversores en renta variable aprovechen las oportunidades. Así como los dueños de negocios no cambian de estrategia debido a un período flojo, los inversores de capital con una visión estratégica de la salud del negocio pueden desarrollar convicción en la sostenibilidad de las ganancias durante muchos años por delante. De cara al futuro lejano, los inversores pueden resistirse a sucumbir a las presiones del mercado, que a menudo resultan ser temporales, y disfrutar de un beneficio potencial adicional del efecto compuesto sobre los retornos cuando se materializa una recuperación.

 

Tribuna de Thorsten Winkelmann, director de inversiones de Alliance Bernstein y Marcus Morris-Eyton, gestor