El índice S&P 500 ha vivido un 2025 lleno de sobresaltos, marcado por avances fulgurantes, episodios de volatilidad y un entorno macroeconómico cambiante que ha puesto a prueba la estrategia de cualquier inversor. Un año intenso que deja tres acontecimientos decisivos en el rumbo del índice.
Entre correcciones y récords: cómo se movió el S&P 500 en 2025
2025 ha sido para el índice S&P 500 una verdadera montaña rusa, con momentos de fuerte euforia y episodios de caídas abruptas. Durante los primeros meses, el índice avanzó con determinación gracias al buen desempeño corporativo, especialmente del sector tecnológico. Sin embargo, la trayectoria no ha sido lineal: diversos riesgos macroeconómicos, geopolíticos y comerciales introdujeron una elevada volatilidad.
A lo largo de estos 11 meses, los inversores han tenido que navegar entre amenazas arancelarias, tensiones internacionales y expectativas cambiantes sobre los recortes de tipos por parte de la Reserva Federal. Aun así, en la segunda mitad del año, el índice S&P 500 volvió a apoyarse en el impulso de las grandes tecnológicas hasta alcanzar máximos históricos.Para inversores que buscan aprovechar estas oportunidades, pueden encontrar más detalles del E-mini S&P 500 en iBroker.
En este contexto, hay tres eventos que han destacado por su impacto directo sobre el comportamiento del índice y que conviene revisar para entender qué ha pasado… y qué podría venir después.
1. Guerra comercial arancelaría y colapso bursátil de abril
Uno de los episodios más disruptivos del año fue la escalada arancelaria liderada por Estados Unidos. Estos incrementos generaron temor entre los inversores por su posible impacto inflacionario —al encarecer los costes de producción— y por el riesgo de recesión derivado de un comercio global debilitado.
La tensión alcanzó su punto crítico el 2 de abril, cuando el miedo dominó al mercado y provocó una retirada masiva de capital. Los días 3 y 4 de abril el S&P 500 sufrió algunas de sus peores sesiones desde 2020. El cóctel de aranceles agresivos, riesgo de contracción económica y aumento de los spreads de crédito disparó la volatilidad y elevó el “índice del miedo”.
El mercado no reaccionó positivamente hasta el 9 de abril, tras la suspensión temporal de algunos aranceles. No obstante, a finales de mayo el índice aún cotizaba por debajo de los máximos registrados en febrero.
En el futuro E-mini S&P 500 de CME Group, puede observarse con claridad una caída cercana al 15%, fácilmente destacable mediante un rectángulo en el gráfico histórico de esos días.
2. Tensiones geopolíticas en Oriente Medio
Otro factor determinante ha sido el aumento de la incertidumbre por las tensiones entre Israel e Irán. A mediados de junio, analistas de entidades como RBC advirtieron que un conflicto prolongado podría desencadenar un retroceso superior al 20% en el S&P 500, impulsado por un repunte del petróleo y una presión añadida sobre la inflación.
El incremento del riesgo geopolítico elevó la aversión al riesgo entre inversores, ante el temor de que precios energéticos más altos limitaran la flexibilidad de la Reserva Federal para aplicar recortes de tipos. Aunque hasta el momento no se ha producido una corrección profunda, el mercado continúa extremadamente sensible a cualquier posible escalada.
3. La Inteligencia Artificial impulsa los máximos históricos
Pese a la inestabilidad, el S&P 500 logró recuperar terreno y marcar nuevos máximos gracias al impulso del sector tecnológico. En octubre de 2025, el índice alcanzó niveles récord cercanos a los 6.950 puntos, y actualmente se mantiene muy próximo a esos valores, sin señales técnicas claras de giro.
El rally ha estado encabezado por gigantes tecnológicos como Nvidia, cuya cotización se ha revalorizado más de un 100% desde los mínimos de abril.
La inteligencia artificial se consolida así no solo como motor de futuro, sino también como una palanca sólida para generar ingresos en el presente, justificando valoraciones elevadas. Además, la moderación de los datos de inflación ha permitido que los inversores anticipen futuros recortes de tasas, lo que ha reforzado el apetito por activos de riesgo.
Lo que inicialmente parecía un conjunto de riesgos terminó transformándose en una oportunidad: el mercado subió incluso cuando el sentimiento general era precavido.
Conclusión
El 2025 ha sido un año marcado por la incertidumbre para el S&P 500. La guerra comercial y el fuerte desplome de abril evidenciaron lo rápido que la euforia puede evaporarse. Al mismo tiempo, el auge de la inteligencia artificial permitió al índice no solo recuperarse, sino alcanzar nuevos máximos. Para los inversores particulares, el mensaje es doble:
Mantener prudencia, dado que los riesgos persisten.
Aprovechar las tendencias estructurales, especialmente las relacionadas con la tecnología y la IA.
En mercados tan dinámicos, la diversificación y el enfoque a medio-largo plazo siguen siendo aliados fundamentales.
La adopción de los ETFs activos se ha acelerado de forma significativa en Europa, según el análisis difundido por Janus Henderson Investors, que sitúa el incremento de activos gestionados en este segmento en un 50 % en lo que va de año, pasando de 50.000 a 75.000 millones de dólares. Este dinamismo responde a un entorno macroeconómico caracterizado por mayor volatilidad e incertidumbre, que exige instrumentos líquidoss y de ejecución inmediata para facilitar la implementación táctica. La estructura UCITS ofrece liquidez intradía, transparencia continua de posiciones y mayor operatividad frente a los fondos no cotizados, lo que hace de los ETFs activos una alternativa atractiva para gestores institucionales que buscan reducir los tiempos de implementación y mejorar el control de costes y riesgos en carteras multiactivo.
El surgimiento de ETF activos representa asimismo una evolución en la concepción del vehículo negociado: el formato deja de ser, de facto, sinónimo de replicación pasiva y admite desde enfoques “índice-plus” con tracking error controlado hasta mandatos de alta convicción orientados a la generación de alfa neto. Según Michael John Lytle, Jefe de Innovación de Productos, el envoltorio ETF “no limita la estrategia” y permite desplegar capacidad activa con disciplina de riesgo; mientras que Stefan García, Director de ventas especializadas para EMEA, subraya la ventaja operativa —“una operativa similar a la de una acción”— que facilita la entrada y salida inmediata en universos complejos como high yield global o titulizaciones (incluidas exposiciones a CLO AAA). En particular, en renta fija —donde la replicación indexada top-down se ve dificultada por la amplitud del universo y la calidad dispar de los datos— la gestión activa dentro de un ETF permite ampliar la cobertura y acceder a fuentes de rendimiento que los índices tradicionales no capturan con eficacia.
Completa la visión institucional Matthew Bullock, Director de Construcción y Estrategia de Carteras para EMEA y APAC, quien señala que los ETFs activos están evolucionando desde un uso táctico hacia un papel estructural en la arquitectura de inversión: “su capacidad para proporcionar acceso inmediato y transparente a exposiciones específicas reduce las fricciones de onboarding y amplía las posibilidades de gestión dinámica del riesgo y la liquidez en carteras núcleo”, afirma. Para gestores profesionales, la combinación de agilidad operativa, supervisión intradía y un universo de producto en expansión convierte a los ETFs activos en herramientas idóneas tanto para la construcción del núcleo como para la ejecución de sobreponderaciones tácticas. Janus Henderson Investors prevé que, si continúan la ampliación de oferta y la inversión en recursos de mercado, los ETFs activos seguirán ganando cuota en Europa en los próximos años, consolidándose como componente central en la gestión institucional moderna.
Puede ver la entrevista al completo a través de este enlace.
¿Se están confiando demasiado los mercados? Aunque parece que sus temores más recientes se han disipado, creemos que los inversores deben ser prudentes en su posicionamiento de cara a los retos que se avecinan.
El recorte de tipos por parte de la Fed en septiembre abrió la etapa de relajación monetaria en EE. UU. y puede que incluya más bajadas. Antes de que la Fed agote su munición en el frente monetario, creemos necesario que los inversores distingan entre aquellas empresas que pueden beneficiarse de unos tipos de interés más bajos y aquellas otras que simplemente se han visto impulsadas por un repunte de las acciones más especulativas debido al mayor apetito por el riesgo.
Las rentabilidades regionales reflejan una ampliación del mercado.
Tras rebotar en 2T, el índice global MSCI ACWI se anotó otro 7,6% en USD en el tercer trimestre (Gráfico), lo que sitúa la rentabilidad en lo que va del año en el 18,4%. Las acciones de mercados emergentes siguieron recuperándose y repuntaron un 10,6%, ascenso que en el caso de China superó más del 22% por los estímulos del gobierno y los sólidos flujos minoristas. En lo que respecta a las acciones estadounidenses, las de pequeña capitalización superaron a las de gran capitalización, que se situaron ligeramente por delante del índice global. Las acciones japonesas también adelantaron moderadamente al índice global, mientras que el avance de las europeas fue más reducido.
Las rentabilidades de ciertos sectores dieron un giro en el tercer trimestre (Gráfico), y tanto el financiero como el industrial se situaron por detrás del índice tras un sólido primer semestre. Sin embargo, las acciones de servicios de comunicaciones mantuvieron el comportamiento superior ya mostrado en el primer semestre y las tecnológicas siguieron repuntando tras un débil comienzo de año.
¿Se están desatendiendo las señales de alarma?
Los mercados alcistas pueden estar camuflando una desconexión poco habitual con la economía. En los últimos años, el crecimiento de los beneficios empresariales fue reducido, pero la actividad económica seguía siendo robusta. Ahora, sin embargo, aunque la economía estadounidense muestra señales de desaceleración, los beneficios empresariales están aguantando bien.
Aunque un crecimiento sólido de los beneficios debería augurar un buen comportamiento de la rentavariable, creemos que las expectativas de bajadas de tipos y la promesa de la IA están animando a los inversores a asumir más riesgo del necesario. Dicho de otro modo, puede que los inversores se estén dejando llevar los titulares sin valorar adecuadamente el riesgo.
Vemos pruebas de ello en las expectativas de volatilidad y en las rentabilidades de los factores. Desde la corrección del mercado en abril, el Cboe Volatility Index (VIX) —un importante indicador de la volatilidad prevista del mercado de valores estadounidense— ha caído en picado (Gráfico). Por otra parte, las acciones globales de calidad han ido a la zaga de los activos especulativos, como las criptomonedas y valores de empresas tecnológicas no rentables. Además, las rentabilidades de los factores indican que el quintil superior de las acciones de beta alta, alta volatilidad y fuerte apalancamiento superó por amplio margen al quintil inferior de cada cohorte. Por el contrario, las acciones con una elevada rentabilidad por dividendos y fuertes márgenes de beneficios quedaron muy rezagadas.
El mercado parece pensar que los principales riesgos se han desvanecido. Sin embargo, los problemas arancelarios y de comercio que desencadenaron la extrema volatilidad de abril aún están por resolver. Los tribunales han impugnado en repetidas ocasiones la autoridad del presidente Donald Trump para subir los aranceles de forma unilateral, y todavía se está examinando judicialmente el uso que hace de las órdenes ejecutivas para imponer aranceles.
Hasta que no haya una resolución, los interrogantes en torno al comercio que lastraron a los mercados en meses anteriores seguirán siendo un riesgo demasiado grande para pasarlo por alto. Si a esto se añade la desaceleración del crecimiento, la debilidad del mercado de trabajo, las amenazas a la independencia de la Fed y las constantes tensiones geopolíticas, creemos que el número de interrogantes que se acumulan exigen prudencia.
Entonces, ¿de dónde viene toda esa confianza? Desde el 8 de abril, el sentimiento del mercado ha estado marcado por las revisiones al alza de los beneficios empresariales, los sólidos resultados del segundo trimestre, las ventajas de un USD más débil para las empresas estadounidenses y las expectativas de más exenciones fiscales para las empresas de gran capitalización de EE. UU. A nuestro juicio, la excitación generada podría haber llevado a los inversores a prever unos resultados demasiado positivos de las acciones de más riesgo, algo que podría no estar justificado en el largo plazo.
La megacapitalización de EE. UU. tiene un comportamiento dispar a pesar del repunte del sector tecnológico
El apetito por el riesgo ha dado alas a las acciones tecnológicas estadounidenses, que acumulan subidas de más del 50% desde mínimos del 8 de abril. No obstante, el comportamiento de las acciones de megacapitalización denominadas las «Siete Magníficas» ha sido dispar. Esto se debe a que los inversores han recompensado a las empresas que invierten más en IA y están más atentos a su exposición a las guerras comerciales, y también a las valoraciones. Dado que los patrones de precios de las acciones siguen siendo dispares, nos parece fundamental ser selectivos con las megacaps de EE. UU.
Más allá de las «Siete Magníficas», creemos que las tendencias recientes crean oportunidades en otros segmentos del mercado.
Un sector que creemos merece un segundo vistazo es el sanitario. A pesar de que últimamente ha tenido un peor comportamiento relativo, podría ser una fuente de crecimiento estable en los próximos años. Las acciones de este sector presentan altos indicadores de calidad y sus empresas han registrado algunas de las tasas de crecimiento de los beneficios más elevadas, por encima de cualquier sector, en los últimos 20 años. La IA también podría ser un nuevo catalizador de crecimiento para estas empresas, ya que se está desarrollando toda una serie de nuevas aplicaciones destinadas a mejorar los resultados para los pacientes.
Las acciones que incrementan sus dividendos, y ofrecen rentabilidad por dividendos, también podrían estar bien posicionadas, especialmente en un contexto de relajación monetaria. Cuando bajan los tipos de interés, los inversores suelen buscar fuentes alternativas de rendimiento, y esto puede impulsar la demanda de renta variable orientada a rentas. A nuestro juicio, los inversores deberían tender una red más global para captar acciones orientadas a rentas, ya que muchas empresas estadounidenses optan por las recompras de acciones debido a su mayor eficiencia fiscal.
Teniendo en cuenta la infinidad de incertidumbres, creemos que la renta variable defensiva también merece atención. Las acciones que caen menos en mercados bajistas tienen menos terreno que recuperar en mercados alcistas. Eso significa que están mejor posicionadas para ofrecer mayores rentabilidades en repuntes posteriores. Con el tiempo, este patrón de rentabilidad más homogéneo puede ofrecer rentabilidades resilientes, lo que ayuda a que los inversores permanezcan en el mercado durante episodios de turbulencias.
La desglobalización no tiene por qué ser sinónimo de desestabilización
El proceso de relocalización de las cadenas de suministro a raíz de las tensiones comerciales ha marcado el comienzo de una nueva era de desglobalización. Las ventajas de una economía mundial integrada, caracterizada por el libre comercio y unas barreras comerciales reducidas son muy numerosas, pero la desglobalización también puede crear oportunidades para los inversores activos.
Las correlaciones entre los mercados regionales ofrecen un relato interesante. Desde mediados de la década de los 90 hasta principios de los años 2000, las correlaciones aumentaron bruscamente, coincidiendo con el momento más álgido de la globalización. Eso significa que los mercados de EE. UU., Europa, Japón y los mercados emergentes se movían juntos y había una menor variabilidad en cuanto a las rentabilidades de las regiones. Sin embargo, las correlaciones entre los mercados regionales han empezado a reducirse en los últimos años (Gráfico). Si la desglobalización sigue su curso, las correlaciones podrían acercarse a sus medias a largo plazo.
La desglobalización, unida a la depreciación del USD, es una razón de peso para apostar por una mayor diversificación internacional. China es un buen ejemplo de ello. Y es que la retirada de las empresas occidentales que operaban en los mercados chinos podría sentar las bases para una mayor innovación en China, creándose oportunidades en renta variable que de otro modo no hubieran existido. Además, a pesar de las presiones por los aranceles, China ha aumentado su cuota de exportaciones globales porque vende cada vez más a otros países de mercados emergentes.
Asimismo, la relocalización de las cadenas de suministro estadounidenses puede aumentar la demanda para empresas auxiliares y proveedores logísticos. Algunas empresas globales con operaciones en EE. UU. podrían incluso beneficiarse de un aumento de las barreras comerciales. Entre ellas estarían los fabricantes de productos electrónicos y las empresas de bienes de consumo con una fuerte presencia manufacturera en territorio estadounidense. Creemos que una estrategia con cobertura en USD puede ayudar a los inversores en EE. UU. a acceder a los mercados internacionales a la vez que reducen su riesgo cambiario.
Un enfoque más estratégico para invertir en renta variable
Los mercados de renta variable llevan un tiempo comportándose a golpe de titular. El anuncio y posterior retirada de aranceles, una Fed vigilante y el entusiasmo por la IA se han estado disputando la atención de los inversores. Sin embargo, dado que algunos sectores presentan un contexto de sobrecompra y que otros están infravalorados, creemos que un enfoque de inversión estratégico en renta variable debería apuntar activamente a empresas con modelos de negocio competitivos y fuentes de beneficios constantes, pero también buscar fuentes diversificadas de potencial de rentabilidad.
Las tendencias en cuanto a beneficios empresariales y valoración apuntan ahora a un conjunto de oportunidades más amplio. Aunque en los últimos trimestres las empresas estadounidenses han registrado un crecimiento muy superior de sus beneficios en comparación con las empresas de otras regiones, las estimaciones del consenso señalan un cambio. De hecho, se espera que el crecimiento de los beneficios fuera de EE. UU. empiece a acercarse al de las empresas estadounidenses en los próximos trimestres (Gráfico). A su vez, las acciones no estadounidenses, representadas por el MSCI EAFE Index, se negocian con un descuento del 32% respecto del S&P 500, muy por encima de la media.
En los próximos meses, los gestores activos podrán descubrir valores con desajustes de precios y oportunidades en empresas de alta calidad de todo el mundo que de otro modo podrían pasar desapercibidas. Un examen profundo de los fundamentales de las empresas permitiría construir carteras para ayudar a los clientes a capear con éxito la incertidumbre que tenemos por delante. La desaceleración del crecimiento económico y los numerosos riesgos que nos acechan crean un contexto no apto para la complacencia.
Tribuna de Nelson Yu, director de renta variable de AllianceBernstein
Foto cedidaTomas Hildebrand, Senior Portfolio Manager en Evli Investment Management
El entorno actual es un auténtico reto para las carteras de los inversores. Las gestoras internacionales insisten en la diversificación y la gestión como fórmula para «navegar», pero la gran pregunta es cómo concretar estas dos ideas. En opinión de Tomas Hildebrand, Senior Portfolio Manager en Evli Investment Management, la diversificación es beneficiosa para todo tipo de inversores, independientemente de su tolerancia al riesgo y su estilo de inversión.
Según Hildebrand, una de las claves para realizar una diversificación de la cartera eficaz es, aunque suena repetitivo, «conocer cómo es el inversor». En su experiencia, el primer paso es saber si el inversor tiene aversión al riesgo, es neutral, o busca el riesgo para alcanzar buenos retornos en la inversión. «Porque saber cuál es el horizonte de inversión, los objetivos y las circunstancias personales que influyen en el perfil individual como inversor, en el fondo es un reflejo, en la cartera de inversión, de la forma en la que cada persona gestiona su vida en sus diferentes etapas, Así, por ejemplo, un inversor joven y con ingresos regulares, puede asumir más riesgos que un inversor cercano a la jubilación, que aplica un enfoque más cauteloso», explica.
La cuestión de la diversificación
Respecto a la diversificación, Hildebrandt indica que, para cualquier tipología de inversor, es beneficiosa, independientemente de la clase de activo. «Consigue que el inversor no dependa excesivamente de una sola inversión o de un factor externo. Tener diferentes activos en la cartera que no se mueven en la misma dirección es siempre positivo. Y ello, porque invertir siempre conlleva riesgos, pero es más fácil gestionarlos si las inversiones de la cartera reaccionan de manera diferente, y a diferentes ritmos, a los eventos del mercado», recuerda.
Una de las recomendaciones que realiza es enfocar la diversificación a través de cuatro ámbitos de la inversión: efectivo, inversiones líquidas, inversiones alternativas e inversiones protegidas contra la inflación. «El efectivo, debe ser obviamente el capital necesario para vivir. Y también, puede incluir inversiones en bonos a corto plazo que pueden actuar como colchón con el que realizar otras inversiones. Las inversiones líquidas, como acciones y bonos, deben poder convertirse rápidamente en efectivo si fuera necesario. Para los inversores profesionales y los grandes inversores, es frecuente la diversificación en un tercer ámbito, las inversiones alternativas. Inversiones que contemplan activos como capital privado, inmobiliario, préstamos o inversiones en infraestructuras», afirma.
Una vez que la se ha definido la perspectiva de la cartera en función de la distribución de sus activos, según Hildebrandt es necesario diversificar dentro de cada clase de activo: «Para muchos inversores, los fondos que invierten en múltiples activos son la forma más fácil de invertir, porque aportan diversificación en diferentes sectores o geografías. Además, los pequeños inversores, en la práctica, sólo pueden acceder a productos como bonos corporativos si lo hacen a través de fondos de inversión, porque las cantidades requeridas para la inversión directa en bonos suelen ser elevadas».
Revisar la diversificación
Además, según Hildebrandt, vale la pena evaluar el estilo de inversión y la diversificación de la cartera por parte del inversor, especialmente cuando ocurren cambios significativos en los mercados o en sus circunstancias personales. «Un inversor a largo plazo no debe reaccionar a cada movimiento del mercado. Sin embargo, si los cambios son más significativos, es bueno que el inversor considere cómo afectan a su cartera, y qué oportunidades surgen. Esto se vio, por ejemplo, cuando cambió la política monetaria en junio de 2022, con los tipos de interés que estaban en nivel cero, y empezaron a subir hacia niveles más elevados», explica.
Para este experto, es bueno revisar la estrategia de inversión cuando los mercados fluctúan significativamente. «Pero no hay que apresurarse; hay que considerar en qué consiste realmente el cambio que se está produciendo, y cómo puede afectar a la cartera. Además, el inversor debe tener en cuenta qué ocurre con sus inversiones cuando se producen cambios en su vida personal. Por ejemplo, cuando llegan nuevos miembros a la familia, o cuando reciben herencias. Este tipo de situaciones pueden provocar que el inversor quiera replantearse su enfoque hacia los riesgos, y los objetivos de inversión, que había definido inicialmente», advierte.
Ajustar los pesos de la inversión
El último paso en el proceso para una diversificación eficaz que propone Evli, es actualizar la diversificación que se refleja en una distribución de activos determinada, si las condiciones del mercado cambian de forma relevante. Según su visión, para que el inversor pueda llevarlo a cabo, en primer lugar debe observar la distribución de los activos y evaluar si la relación entre los cuatro ámbitos de inversión, es la adecuada para su situación y objetivos particulares.
Y, en segundo lugar, conviene reflexionar sobre cuestiones como si las diferentes clases de activos son apropiadas en su forma y su perfil para el inversor, si las inversiones en acciones y bonos están diversificadas adecuadamente, o si el análisis da como resultado que hay demasiada exposición a un mercado o activo en particular.
«También es necesario tener en cuenta las implicaciones fiscales al ajustar las inversiones. Porque invertir no debería causar demasiados dolores de cabeza. Siempre es una buena idea buscar ayuda profesional”, concluye Hildebrandt.
En esta ocasión, Funds Society destaca en portada un análisis sobre las perspectivas de cara a 2026, en el que gestoras internacionales y nacionales responden a la pregunta: ¿será el año próximo la materialización de un nuevo régimen de inversión?
También en portada, destacamos la importancia de la gestión emocional que realizan los asesores en entornos tan cambiantes como el actual, y analizamos las claves de los fondos de continuación: una solución no tan nueva para dar una vuelta de tuerca a la liquidez en los mercados privados que está ahora creciendo con fuerza.
Recordamos también la efeméride de los 25 años de ETFs en Europa, que se cumplen este año, haciendo balance del camino recorrido y mirando hacia un futuro marcado por la innovación, la tecnología y por la fiscalidad.
Destacamos también en portada un artículo de Garrigues sobre la nueva regulación para fondos UCITS y alternativos en la UE, así como un análisis sobre la tokenización masiva de activos en Europa que empieza a gestarse, de la mano de Ángela Álvarez.
Y, cómo no, hacemos un guiño a las fiestas que se avecinan con un viaje a los mercadillos navideños. Y, en en Menús literarios, no se pierdan el homenaje a la olla podrida, toda una reivindicación literaria.
Además, la lectura de la revista les ayudará a recertificar sus titulaciones EFPA.
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El crecimiento de los single family offices (SFO) está transformando la manera en que las familias empresarias piensan, estructuran y gestionan su patrimonio. Según Deloitte Private, en 2019 existían unos 6.130 SFO; hoy son más de 8.000 y se espera que superen los 10.700 en 2030. Aun así, estas estructuras siguen siendo profundamente privadas, con escasa información pública sobre su funcionamiento, sus dilemas o sus estrategias. Esta opacidad dificulta la profesionalización del sector y limita el aprendizaje compartido. Desde la Fundación Abante, junto con el IE Center for Families in Business, decidimos impulsar un estudio basado en conversaciones profundas con algunas de las familias y gestores de SFO más relevantes de España. Gracias a su generosidad, hemos podido conocer cómo algunas se organizan, qué decisiones enfrentan y qué aprendizajes pueden inspirar a otras familias. Una de las frases que más nos marcó a lo largo de la investigación fue: “Si has visto un family office, solo has visto un family office”.
La singularidad es la norma. Lo importante no es copiar estructuras, sino comprender el mapa de decisiones que cada familia traza según su historia, sus valores y sus objetivos. Y, sobre todo, tener claro el porqué. Porque si no hay propósito, todo es forma. Y en el patrimonio, como en la vida, la forma sin fondo se vacía rápido.
Dilemas sin receta
La singularidad es la norma en los FO; lo importante no es copiar estructuras, sino comprender el mapa de decisiones que cada familia traza según su historia, sus valores y sus objetivos, y tener claro el porqué
El estudio revela dilemas que no se resuelven con manuales: ¿preservar o crecer? ¿Apostar por la unidad o dejar espacio para la autonomía? ¿Mantener el control familiar o abrirse a la profesionalización? ¿Buscar privacidad o asumir visibilidad? Una buena gobernanza no se improvisa.
Hay que construirla con reglas claras, mecanismos profesionales y estructuras capaces de sostener conversaciones difíciles sin romper los lazos. Porque un patrimonio compartido sin una cultura compartida es una grieta latente en la estructura familiar. Lo que distingue a las familias que avanzan no es la ausencia de dilemas, sino su capacidad para hablar de ellos, para sentarse, escucharse y acordar lo esencial. Gestionar un SFO no es una cuestión meramente técnica. Es una práctica continua de negociación entre generaciones, visiones y sensibilidades. Es también una gestión del tiempo: del que pasó, del que queda, del que vendrá. Por eso no basta con montar una estructura sofisticada.
Hay que dotarla de alma. Y eso exige algo que en finanzas escasea: lentitud, escucha, reflexión. Uno de los hallazgos más reveladores del estudio fue la dificultad que muchas familias tienen para hablar abiertamente del dinero. No del dinero como recurso, sino como símbolo, como emoción, como expectativa. En el silencio se acumulan malentendidos, y en los malentendidos, tensiones que afectan la toma de decisiones. A esto se suman los retos habituales: atraer talento externo con sentido de misión, mitigar sesgos de inversión, profesionalizar sin vaciar de valores. Pero quizás el más exigente de todos sea integrar a las nuevas generaciones, no como espectadores, sino como protagonistas; no como herederos, sino como responsables.
Uno de los hallazgos más reveladores del estudio fue la dificultad que muchas familias tienen para hablar abiertamente del dinero, junto a retos habituales como la atracción de talento externo o la integración de las nuevas generaciones
La riqueza que se comparte
Más allá de los datos, las estructuras y los dilemas concretos, hay una motivación más profunda que dio origen a este estudio: la necesidad de repensar qué entendemos por riqueza. Desde la Fundación Abante, creemos que la riqueza, bien entendida, no es solo un activo a preservar, sino una capacidad para transformar. Es un hecho social, relacional, que toma forma y sentido cuando se comparte, cuando se pone al servicio de un propósito común.
Como señala Javier Hernández-Pacheco en su libro Elogio de la riqueza, “la familia es un espacio propio y natural para que la riqueza se proyecte”. Añade incluso que solo desde la perspectiva de fundar una familia se despierta en el ser humano el verdadero afán de riqueza. Solo los hijos, dice, abren hacia el futuro un horizonte inmenso frente al cual tiene sentido el deseo de prosperar. Esta visión de la riqueza como construcción activa —más que como herencia pasiva— es la que nos inspira a generar conocimiento, compartir experiencias y crear espacios de reflexión.
Porque entendemos que el verdadero reto no está en preservar lo acumulado, sino en convertirlo en legado vivo: una narrativa que dé sentido al pasado y oriente las decisiones del presente y del futuro. Nadie puede ser rico en soledad. El verdadero valor de la riqueza se revela cuando se expande, convirtiéndose en motor de progreso y en un legado que mejora no solo la vida de quienes la disfrutan, sino también la de aquellos con quienes se comparte. Esa es, en última instancia, la razón de ser de un family office bien concebido: un espacio donde la riqueza se piensa, se cuida y se proyecta.
Tribuna de Gadea de la Viuda, socia de Abante y presidenta de la Fundación Abante
Los UCITS cumplen 40 años y Cecabank ha celebrado este aniversario con unas jornadas en las que la industria de la inversión colectiva ha desgranado los efectos y los retos que afrontan las entidades. En este evento, José Marcos, director general de Entidades de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), recordó las largas conversaciones en el seno de la UE para dar a luz a este pasaporte para los fondos de inversión, que contaba con el objetivo de dar a los inversores “acceso a una gama más amplia de productos, además de beneficiarse de una bajada de los costes”. Asimismo, citó como clave del éxito de los UCITS su “elevada seguridad jurídica”.
Pero también explicó que el 95% de las exportaciones de fondos UCITS se realizan desde Luxemburgo e Irlanda, un escenario que tiene como origen “la ausencia de supervisión única”. Por ese motivo, reconoció la conveniencia de que ESMA, la autoridad europea, “asuma competencias supervisoras directassobre los grandes UCITS transnacionales con actividad en varios estados”. Es más, para el ejercicio de esta actividad supervisora “no tendría conflictos de interés”, según Marcos.
Asimismo, resaltó la resiliencia mostrada por las IICs españolas en la crisis financiera, que lograron garantizar los reembolsos “sin usar medidas excepcionales ni generar conflictos de interés”. Pero Marcos reseñó también los retos que la industria afronta en el futuro. Uno de ellos es la SIU. “Somos partidarios de estas iniciativas”, aseguró, en referencia a que esta normativa europea pretende fomentar el ahorro y canalizarlo a la economía europea a través de los mercados financieros. El éxito de una de sus facetas estrella, la cuenta de ahorro e inversión, dependerá, según Marcos, “del diseño, la fiscalidad y de que los productos satisfagan las necesidades de los clientes, en definitiva, que sean sencillos y baratos”.
También citó como retos la simplificación y la reducción de trabas. En este sentido, admitió que en breve, la CNMV publicará una treintena de iniciativas a modificar, casi la mitad de ellas, relacionadas con las IICs. Entre ellas, modificaciones en las autorizaciones de entidades o en la carga supervisora.
Un último reto que Marcos señaló hizo referencia al diseño y comercialización de los productos. Aquí, puso el foco en el “creciente interés” por comercializar vehículos de capital riesgo, así como evergreen, para el segmento minorista. Así, cree que el cumplimiento de las actuales normas de distribución para estos productos puede “ser insuficiente” para proteger al inversor. Por lo tanto, cree necesario “un adecuado diseño de estos productos sobre todo lo relacionado con los reembolsos”. La protección del inversor exige, según Marcos, “garantizar un consentimiento informado correctamente”, de tal manera, que “la distribuidora debe asegurarse que el producto es adecuado” para un determinado cliente.
La visión de los depositarios
Por su parte, Aurora Cuadrado, directora corporativa de Securities Services de Cecabank, resaltó el papel del depositario, como una “infraestructura esencial para el buen funcionamiento y estabilidad de los mercados financieros”. Recordó que en Cecabank, en el marco de security services, “apostamos decididamente por la depositaría de la inversión colectiva de entidades de capital riesgo, fondos de pensiones, EPSVs, con un modelo basado en la independencia, la solvencia, el conocimiento experto y la colaboración con nuestras gestoras”. Y dio datos de la dimensión de la entidad: lleva más de 10 años “ostentando la posición de liderazgo de la depositaría en la Península Ibérica”, con presencia en España, Portugal y Luxemburgo, ha superado ya los más de 280.000 millones depositados; distribuidos en más de 1.000 vehículos y cerca de 15 millones de cuentas de partícipes. “Estamos convencidos que nuestro modelo de éxito es exportable a otras jurisdicciones”, aseguró.
Recordó que 2025 ha registrado una intensa actividad transformadora y citó como ejemplo la integración y el avance en la gestión de colaterales en Europa, que “ha requerido una estrecha colaboración entre bancos centrales, depositarios centrales de valores, bancos custodios y proveedores tecnológicos”, con el objetivo de unificar la gestión de activos que sirven como garantía en las operaciones de crédito del eurosistema.
Tampoco quiso dejar fuera los retos futuros, como “el gran impacto de la reducción del ciclo de liquidación a T+1, cuya entrada en vigor está prevista en octubre de 2027”. Sus objetivos serían impulsar una liquidación “más eficiente y resiliente, al disminuir las garantías necesarias”, entre otros. El desafío estaría, según Cuadrado, en la existencia de numerosos mercados de contratación, sistemas de compensación y depositarios centrales de valores, así como las fuertes inversiones en tecnología.
También vio necesario “adoptar nuevas estrategias para la gestión de inversión”, y resaltó el visto bueno al préstamo de valores en las instituciones de inversión colectiva, y su propuesta como proveedor de servicios de criptoactivos, ofertando el servicio de recepción, transmisión de órdenes, transferencia y custodia.
Cambios en el ahorro de las familias
Por su parte, Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco, revisó las cifras de estos 40 años para concluir que el acrónimo UCITS “ha sido un ejemplo de éxito basado en un sinónimo de confianza, de protección al inversor y un reconocimiento global en la calidad de la gestión de los activos”. También, los cambios en la composición del ahorro de las familias españolas, para detectar cuatro tendencias: el aumento del peso de los activos vinculados a los mercados financieros; la drástica caída del peso de los depósitos bancarios; la mayor relevancia de las instituciones de inversión colectiva y, finalmente, el decreciente peso decreciente de la inversión directa en renta variable y en renta fija.
De cara al futuro, ve indispensable que Europa movilice ahorro financiero hacia los mercados para transformar el modelo productivo “hacia una economía más sostenible, más digital donde las inversiones en seguridad y en defensa son claramente crecientes”. Aquí, considera necesario “seguir impulsando la regulación tanto en su aspecto financiero como en su aspecto fiscal”. También, avanzar en la simplificación regulatoria.
Martínez-Aldama hizo referencia explícita a la RIS. Recordó que las intenciones iniciales de la Comisión Europea eran transformar al ahorrador en inversor y facilitar ese tránsito de los minoristas a los mercados financieros. “Sin embargo, lamentablemente, en este entorno donde deben primar la simplificación y la competitividad de la economía europea, el enfoque -a pesar de las mejoras-, no va en la dirección del todo correcta”, enfatizó. El presidente de Inverco explicó, en este sentido, que el enfoque basado solo en aspectos cuantitativos y cualitativos “puede expulsar a los productos que pueden tener menos costes, sin embargo sí tienen incidencia en aspectos claves de la agenda europea como la sostenibilidad o la inversión en pymes”.
La SIU, a escena
La clausura del evento corrió a cargo de Sergio Escobedo, subdirector general de Legislación Financiera del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, que arrancó su intervención definiendo este aniversario de 40 años de fondos UCITS como la celebración de 40 años “de integración europea, de construcción de un mercado interior más profundo, más líquido y competitivo”, así como de “uno de los mayores casos de éxito de la regulación europea”.
Escobedo se detuvo en la SIU, concretamente, en la cuenta de ahorro e inversión y la etiqueta “Finance Europe”. Respecto a la primera, se trata de un medio para incrementar la participación de los hogares en los mercados financieros y, así, incrementar su renta disponible futura. “No pretende incentivar sectores concretos ni priorizar geografías determinadas, es más, el propio comportamiento natural de los inversores hace que exista un sesgo hacia los activos nacionales europeos sin necesidad de introducir restricciones adicionales”, apuntó. Escobedo añadió que tampoco pretende dirigir a los ciudadanos hacia inversiones a largo plazo “sin perjuicio de que el régimen regulatorio pueda incentivar un plazo o un horizonte de inversión más amplio”. Aseguró que la cuenta “debe estructurarse como un instrumento único, sencillo y estable operado por intermediarios financieros autorizados y que permita invertir de manera diversificada”. También, que cuente con “un diseño simple, reglas claras, una arquitectura fiscal comprensible y barreras centrales reducidas”.
Sin embargo, reconoció ser consciente de que existen dificultades: si debe existir un límite a las aportaciones a la cuenta y dónde debe situarse ese límite; qué entidades deberían estar autorizadas a comercializarlas; cómo articular con garantías y costes razonables la movilidad de cuentas entre los distintos proveedores o qué productos deben integrarse dentro de esta cuenta. “Se trata de interrogantes complejos que deberán responderse con la vista puesta en incrementar la participación de los ciudadanos en los mercados financieros y de aumentar la renta disponible de los hogares en el futuro”, apostilló.
También habló de la etiqueta “Finance Europe” que persigue un objetivo diferente: canalizar la financiación de forma estructural y a largo plazo hacia las empresas del espacio económico europeo. Exige que al menos el 70% de la inversión se dedique a activos del espacio económico europeo; permite excluir los criptoactivos; establece una inversión mínima de cinco años que se podrá aumentar y deja en manos de cada estado miembro las decisiones en materia de fiscalidad. “Todavía no podemos avanzar una fecha concreta, pero nuestra intención es que pueda ponerse en marcha lo antes posible”, concluyó.
Foto cedidaDe izquierda a derecha: Fernando Toledano, director de Desarrollo de Negocio de Cecabank; Jesús Pinilla, director de Administración y Medios de Kutxabank Gestión; Miguel López, director de Negocio de Ibercaja Gestión; Aurora Cuadros, directora corporativa de Securities Services de Cecabank; Rafael Valera, consejero delegado de Buy&Hold; Brenda Bol, Country Head de la sucursal de Cecabank en Luxemburgo; Jesús Sánchez-Quiñones, consejero director general de Renta 4 Banco; Elisa Ricón, directora de Regulación de Cecabank; y Ramón Cardil, director corporativo de Operaciones de Trea AM.
En el marco de la celebración de los 40 años de la puesta en marcha de la directiva UCITS en Europa, Cecabank ha reunido a la industria nacional para repasar los hitos que han dado forma al sector actual y hacia dónde camina ahora. En este sentido, palabras como armonización, apertura, regulación, transparencia, acceso a nuevos activos, asesoramiento, arquitectura abierta, tecnología y nuevos perfiles de inversores han reflejado las ideas que las gestoras nacionales han compartido.
La directiva UCITS, aprobada en 1985 tras casi una década de negociaciones, sentó las bases para la creación de una industria sólida y armonizada en Europa. Hoy, los fondos UCITS superan los 15 billones de euros en activos gestionados -23 billones si se incluyen los fondos alternativos- y se han consolidado como una marca global sinónimo de transparencia, seguridad y prosperidad, tanto para inversores minoristas como institucionales. España, pionera en la armonización legislativa, aprobó en 1984 la primera Ley de Instituciones de Inversión Colectiva inspirada en esta normativa, anticipándose incluso a su entrada en vigor.
Durante estas cuatro décadas, la Directiva se ha modificado en más de veinte ocasiones, adaptándose a los cambios regulatorios y tecnológicos, y la industria española ha evolucionado hasta convertirse en un pilar del ahorro financiero de las familias.
“Miramos al pasado para reconocer nuestros orígenes, pero sobre todo analizamos el presente e imaginamos el futuro. Un futuro en el que Cecabank, como líder ibérico en depositaría, con más de 300.000 millones de euros depositados de medio centenar de gestoras, seguirá acompañando a la industria con rigor, innovación y compromiso, consolidando los fondos de inversión como un puerto seguro para el ahorro y la inversión”, ha destacado Ainhoa Jáuregui, consejera delegada de Cecabank.
El negocio de las gestoras
La conclusión de este viaje de cuatro décadas es que la industria española se encuentra en un punto de fortaleza, dinamismo y madurez, marcado por la fuerte evolución de la regulación. “En consecuencia, hemos vivido una importante profesionalización de todos los que intervienen en esta industria; muestra de ello es que los departamentos de riesgos y cumplimiento han experimentado un importante crecimiento y ganado relevancia en las organizaciones. En mi opinión, el mayor cambio que se ha producido tiene que ver con la introducción y desarrollo de la sostenibilidad”, reconoce Jesús Pinilla, director de Administración y Medios de Kutxabank Gestión.
A esta profesionalización, Ramón Cardil, director Corporativo de Operaciones de Trea AM, añade también la gran sofisticación de los productos y también del negocio de las gestoras. En su opinión, esto ha llevado a un entorno de alta competitividad, donde, según la visión de Cardil, las firmas se están orientando hacia la especialización, la calidad y el tamaño. “Vemos una clara tendencia de las gestoras hacia la especialización, para lo cual las compañías se están apalancando en sus productos y en su sofisticación. Además, hablamos de una industria de calidad soportada por una normativa restrictiva, que implica formación para nuestros profesionales, enfocada en la protección del inversor. Y, en tercer lugar, nos hemos configurado con modelos de negocio donde la escala es muy relevante, ya que las barreras de entrada y de mantenimiento son muy altas. Esta escalabilidad es necesaria para buscar la eficiencia”, explica Cardil.
Para Miguel López, director de Negocio de Ibercaja Gestión, estos años han demostrado que la industria tiene un gran dinamismo y capacidad de innovar y evolucionar. “Este dinamismo lo hemos visto tanto a nivel regulatorio; por ejemplo, con MiFID II pusimos el foco en la transparencia para, unos meses después, luego poner el objetivo en la sostenibilidad. Pero también dinamismo en la propia industria, ya que hemos vivido una consolidación muy fuerte y en 25 años, nuestros competidores han cambiado radicalmente”, matiza López.
La evolución de las redes de distribución
No solo el modelo de negocio de las gestoras ha evolucionado al calor de la directiva UCITS y del resto de la regulación europea, las redes de distribución, que son las que más cerca están del inversor y de los productos que demandan, han experimentado un notable cambio. “Aún recuerdo todo lo que teníamos que estudiar hace 30 años para poder explicar a un inversor algo tan básico como qué era un fondo de inversión. La llegada de los UCITS supuso una apertura a nuevos productos de inversión que, poco a poco, se fueron volviendo más sofisticados. Además, vivimos el fuerte cambio cultural de abrirnos a fondos de terceros y a la arquitectura abierta, ampliando de nuevo el abanico de posibilidades para los inversores. La evolución nos ha llevado a que deje de tener valor el qué, es decir, qué fondo o qué vehículo, para que el valor esté en el para qué, es decir, a estar más orientados en el asesoramiento”, ha afirmado Laura Comas, directora de Desarrollo y Transformación de Caixabank Wealth Management.
En opinión de Emilio Mejía, consejero delegado de Unicaja Asset Management, las redes de distribución han vivido cambios significativos a consecuencia de los cambios regulatorios, pero el principal cambio ha sido esa reorientación del producto al asesoramiento. “Coincido en que hemos pasado de un enfoque de producto a un enfoque de cliente, todo ello sustentado por la regulación. Ahora bien, creo que la velocidad de los cambios de los próximos cuatro años será mucho mayor que la experimentada los últimos 40”, ha señalado.
Esta evolución en el enfoque de las redes de distribución ha tenido su reflejo en cómo ha cambiado la cartera de los inversores. Ignacio Izquierdo, Regional Manager Iberia de Allfunds, ha recordado como el punto de partida hace cuatro décadas eran los depósitos y la renta fija, con algunas acciones concretas. “La irrupción de los UCITS revolucionó esto y cambió las carteras de los inversores ofreciendo productos con liquidez, dando acceso a la diversificación, y cambiando el paradigma de las carteras que tenían esos clientes. Además, la Directiva sirvió para armonizar, es decir, para crear un concepto de mercado europeo. Hoy me llama la atención la falta de esa armonización en los productos alternativos. La falta de un mercado de capitales europeos hace que todo esté fragmentado. Puede que los ELTIFs se acaben convirtiendo en una estructura como son los UCITS ahora, pero aún no estamos en eso; por lo que estamos perdiendo mucha eficiencia, es ineficiente para el inversor final”, ha destacado Izquierdo.
Según la visión de Comas, en el entorno actual, las redes de distribución están demostrando que tienen un valor añadido en el asesoramiento que ofrecen, ya que se ha convertido en un factor fundamental para acceder a los productos de inversión. “Para el inversor sigue siendo complejo elegir los productos de inversión; esto no es como entrar a un supermercado, básicamente porque a veces el inversor no sabe qué quiere o qué es lo que necesita para cumplir con sus objetivos. Poder ofrecer ese asesoramiento, puntual o recurrente, y que se responda a un pago explícito aporta una primera capa de valor al inversor por encima del propio producto. Ahora bien, a veces el regulador hace complejo llevar ese asesoramiento a algunos modelos de negocio como, por ejemplo, las plataformas. Creemos que el regulador también tiene que colaborar en ese paso del ahorrador a inversor, y ayudar a que el inversor vea más allá del fondo y busque el asesoramiento”, ha defendido durante su participación en el evento.
40 años también para el inversor
Si los UCITS supusieron un cambio en el modelo de negocio de las gestoras y del valor de las redes de distribución, la industria coincide en que, sin duda, el inversor fue el gran beneficiado de su consolidación. “Hace 40 años, las carteras eran super sencillas y centradas en depósitos; ahora vamos camino de reducir su presencia y que el peso de los fondos de inversión sea mucho mayor”, ha matizado Izquierdo.
Según la experiencia del CEO de Unicaja AM, el inversor sigue siendo conservador. “Creo que ese carácter conservador se explica principalmente con tres factores: las redes comerciales, que aportan esa confianza y seguridad -lo que explicaría que los bancos sigan representando dos tercios de la comercialización de los vehículos de inversión-; la concepción que se tiene de la vivienda como activo de más valor frente a la cultura inversora de otros países; y el horizonte de inversión que tiene el inversor”, ha afirmado Mejía.
Para López, un gran cambio en el inversor es que ahora busca asesoramiento, lo cual también encaja con el cambio que ha sufrido su cartera. “Los inversores quieren un buen asesoramiento que les permita aspirar a una buena rentabilidad y nuestra obligación como ‘fabricantes de productos’ es poner una gama de soluciones amplias y adaptadas a las necesidades de cualquier perfil. Tenemos que hacer esto desde un enfoque innovador, como ha demostrado la industria española con la gestión discrecional, y la apertura a nuevos activos. El entorno de mercado ha cambiado y las tradicionales carteras 60/40 parecen no estar ya vigentes. Nos toca volver a reinventarnos, una reinvención que tiene que pasar por una nueva interpretación de la diversificación. En el caso de estas carteras tradicionales, vemos cómo se está introduciendo un tercer pilar de rentabilidad, diversificación y descorrelación a través de activos alternativos, materiales preciosos o materias primas”, ha comentado el director de Negocio de Ibercaja Gestión.
Respecto a los inversores más jóvenes, Mega ha añadido que presentan una mayor demanda por la arquitectura abierta, por nuevos activos -entre ellos los activos digitales-, y también por los canales digitales. “Aunque está claro que el grueso de ese paso de ahorrador a inversor corresponde a un perfil de gente más mayor, ya que tiene un mayor patrimonio, esta generación más joven también se va a incorporar al ecosistema de la inversión y va a suponer un cambio relevante. Por suerte, contamos con una regulación robusta que nos permita realizar esos cambios a gran velocidad”, ha defendido.
Una mirada al futuro
A la hora de hablar del futuro de la industria, Rafael Valera, consejero delegado de Buy&Hold, defiende que habrá que aplicar el “sentido común”, primero para no perder competitividad y poder gestionar los riesgos que “están fuera del radar y de los manuales”. “La tecnología y la inteligencia artificial, todo ello basado en la tecnología blockchain, va a tener un impacto determinante en los modelos de negocio de esta industria porque se va a desintermediar mucho. Hay que tener en cuenta que los nuevos jugadores digitales que entren en el negocio, lo harán tirando el precio”, ha afirmado Valera.
En línea con esta disrupción tecnológica, Jesús Sánchez-Quiñones, consejero director general de Renta 4 Banco, ha señalado que el otro gran cambio para la industria llegará con la tokenización de los fondos de inversión: “Esto va a ser una revolución. Supondrá que los plazos se acortan en la inversión y que aparecerán nuevos riesgos. Esta tendencia se suele confundir con activos digitales tan significativos como el bitcoin, pero la revolución vendrá por la tecnología blockchain que está detrás”. Fuera del ámbito tecnológico, ha defendido que la otro gran salto para la industria sería “coger la oportunidad que está dando Europa para tener un vehículo con ventajas fiscales, que promuevan el ahorro año a año. Esto sería un espaldarazo tremendo para la industria española”.
En este futuro, las gestoras españolas consideran que el paso del ahorrador a inversor es una oportunidad de crecimiento, donde el asesoramiento tendrá un papel fundamental para movilizar todo ese ahorro. “El futuro pasa más por el servicio que por el producto. Estamos preparados para aportar valor al cliente del futuro, siendo conscientes de que buscará otros canales y que tendrá que afrontar otras realidades, como su longevidad, el alto coste de la vivienda o su incorporación más tarde al mercado laboral. Nuestro reto de los próximos años es ser capaces de aportarles valor y cumplir con sus necesidades financieras, y, en ese sentido, nos la vamos a jugar en la calidad del producto”, ha señalado López.
A esta reflexión, Cardil ha añadido un matiz, por no decir una petición: “Para este futuro, necesitamos que el regulador vaya a la velocidad que debe ir. Tienen un trabajo duro por delante, pero tienen que ser capaces de acompañar esa velocidad”.
Deutsche Bank anticipa que España seguirá creciendo muy por encima de la media de la Eurozona en términos de Producto Interior Bruto en 2026, pues prevé un incremento del 2,2% frente al 1,1% del conjunto de la Eurozona. Igualmente, cerrará este año con un crecimiento de su PIB del 2,9%, muy por encima del 1,4% de la Eurozona o del 1,9% de Estados Unidos, según ha subrayado hoy en un encuentro con medios, donde ha presentado sus perspectivas macroeconómicas y estrategia de inversión para 2026.
“El consumo y la inversión han pasado a ser los principales motores de este crecimiento en España, y lo seguirán siendo en 2026, si bien todo apunta a que el agotamiento del sector turístico, el menor dinamismo de las exportaciones de bienes (por los aranceles) y la subida de las importaciones, deberían llevar a una aportación del sector exterior negativa el próximo año. El resultado será un crecimiento todavía alto, pero con tendencia a estabilizarse”, ha explicado Rosa Duce, Chief Investment Officer de Deutsche Bank en España, quien ha destacado además que persistirán problemas estructurales el año que viene como “baja productividad, cualificación de los trabajadores no acordes con las necesidades de empleo y una corrección del déficit estructural escasa”.
De acuerdo a las previsiones de la entidad, la economía mundial se mantendrá en general sólida, si bien los conflictos geopolíticos, la preocupación por el crecimiento de la inflación o la deuda soberana, además de las disputas comerciales internacionales persistirán como factores de riesgo en 2026. Así, en Europa las medidas monetarias y fiscales deberían impulsar el crecimiento a corto y medio plazo. Se espera que Alemania, en particular, se beneficie de las inversiones a gran escala planificadas en infraestructura y defensa, lo que debería impulsar aún más el sector manufacturero una vez que se hayan desplegado los fondos y debería ayudar también a otros países europeos. Con todo, es probable que el Banco Central Europeo mantenga los tipos de interés en el 2% hasta finales de 2026.
Respecto a EEUU, la recuperación tras el fin del cierre gubernamental y la disminución de la incertidumbre en torno a la política comercial deberían impulsar una recuperación gradual de la actividad económica en el nuevo año. Entre los factores clave se encuentran probablemente la fortaleza de los consumidores estadounidenses -que el 4 de julio celebran el 250º aniversario de la independencia-, los sólidos balances corporativos, el crecimiento continuo de las inversiones en inteligencia artificial y el gasto público. En este contexto, la Reserva Federal (Fed) realizará tres recortes de tipos de 25 puntos básicos cada uno para finales de 2026, lo que situará el tipo de interés oficial en un rango del 3% al 3,25%.
Por su parte, la economía china, a pesar de la tregua comercial con EE.UU. y su innovadora industria de inteligencia artificial, podría perder impulso en 2026, debido principalmente a la actual crisis inmobiliaria, que está frenando el consumo de los hogares. En Japón, la primera ministra Sanae Takaichi planea aumentar el gasto, las exenciones fiscales y las inversiones para estimular el mercado interno.
Oportunidades en renta variable
Ante este contexto macroeconómico, en renta variable, la tecnología seguirá siendo un motor, especialmente en el mercado estadounidense. El auge actual de la IA también debería beneficiar a otras industrias como la construcción, gracias a los nuevos centros de datos; los servicios públicos, debido a la mayor demanda de electricidad; y las empresas de materiales en toda la cadena de suministro. Los bancos, con buenos resultados y favorecidos por el entorno de tipos de interés, así como el sector farmacéutico, los bienes de lujo, el sector sanitario o las acciones industriales podrían ser el foco de atención de los inversores en 2026. Asimismo, las acciones de pequeña y mediana capitalización podrían ampliar aún más el universo de inversión. En el lado de los emergentes, Asia se perfila como el motor de crecimiento y debería ofrecer también oportunidades atractivas para los inversores en renta variable.
“Si bien esperamos un universo de atractivas oportunidades de inversión en los mercados, es posible que se produzcan correcciones a lo largo de 2026, ya sea por la toma de beneficios, una decepcionante evolución de los resultados empresariales o la preocupación por una supuesta burbuja de la IA. En un entorno de persistente incertidumbre en el mercado y posibles reveses a corto plazo, los inversores deberían actuar con disciplina y practicar una gestión activadel riesgo”, ha destacado Dirk Steffen, Chief Investment Officer EMEA & Global Chief Investment Strategist.
La renta fija premiará la duración
En renta fija, los bonos seguirán ofreciendo perspectivas atractivas para los inversores hasta finales de 2026, premiando la duración. Tanto en Europa como en EEUU es posible que vuelvan a registrarse rentabilidades reales positivas de la deuda pública. En 2026 anticipan que la pendiente de la curva se mantendrá elevada a ambos lados del Atlántico. Para finales del año, se preve una rentabilidad del 4,15% para los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años y del 2,70% para los Bunds correspondientes. Para la deuda pública a 2 años, se espera una rentabilidad del 3,50% en EEUU y del 2,00% en Alemania.
Los bonos con grado de inversión (IG), tanto en dólares como en euros, continúan cotizando con diferenciales cercanos a mínimos de varias décadas, respaldados por fuertes entradas de capital y sólidos balances corporativos. Por lo tanto, en 2026, la rentabilidad total prevista es del 4,9% en EEUU y del 3,1% en la eurozona. Las condiciones y expectativas para los bonos de mercados emergentes son similares a las de los bonos de EEUU y Europa: los bajos diferenciales, junto con los riesgos idiosincrásicos de algunos emisores, implican que la calidad debería ser la prioridad para las inversiones en deuda soberana y corporativa.
Respecto a las materias primas, la entidad prevé un mayor potencial alcista del oro en 2026, a pesar de ya haber sido uno los grandes protagonistas de este 2025, debido a una fuerte demanda, especialmente de los bancos centrales. En cuanto al petróleo, cuyos precios ya han experimentado una tendencia a la baja, se espera que persista el elevado superávit de producción, el mayor en la historia del sector petrolero, lo que daría lugar a que sus precios se estabilicen en niveles bajos. Por último, se prevé también que la competencia por las tierras raras se intensifique, al igual que los esfuerzos por encontrar sustitutos.
Foto cedidaDe izquierda a derecha, Floris Lugt, Howard Davies y Jan Sell
Un total de diez grandes bancos europeos han presentado Qivalis, la compañía domiciliada en Ámsterdam que emitirá una stablecoin denominada en euros durante la segunda mitad de 2026, así como su estructura de liderazgo y gobernanza.
El pasado 25 de septiembre, CaixaBank junto a BancaSella, DanskeBank, DekaBank, ING, KBC, RaiffeisenBankInternational, SEB y UniCredit anunciaron su unión para crear un emisor de stablecoin conforme al Reglamento de Mercados de Criptoactivos (MiCA) de la Unión Europea y bajo la supervisión del Banco Central de los Países Bajos (DNB). Además, el 1 de diciembre, BNP Paribas se unió al consorcio, por lo que ya son diez el número de instituciones financieras europeas participantes en esta iniciativa.
Se pone así de manifiesto que algunas de las mayores entidades financieras de Europa están dando pasos concretos para construir un futuro digital, en cadena y confiable, respaldado por la credibilidad colectiva y la supervisión regulatoria de los principales bancos europeos.
Equipo directivo
Con la constitución de Qivalis, se ha conformado un equipo directivo experimentado para guiar las operaciones desde la aprobación regulatoria hasta el lanzamiento comercial. Jan-Oliver Sell será el CEO de Qivalis y aportará su experiencia en emprendimiento y liderazgo operativo. Anteriormente fue director general de Coinbase Alemania, donde obtuvo la primera licencia de custodia cripto otorgada por la Autoridad Federal de Supervisión Financiera de Alemania (BaFin), además de ejercer posiciones de liderazgo en Binance e iFunded, y tras 18 años de experiencia en diversos roles sénior en el sector de gestión de activos en la City de Londres.
Jan-Oliver Sell estará acompañado en el Consejo Ejecutivo por Floris Lugt, CFO, quien anteriormente fue responsable de Activos Digitales en Banca Mayorista de ING y aporta amplia experiencia en tesorería y gestión de riesgos financieros en ING y en ING Francia.
Sir Howard Davies será presidente del Consejo de Supervisión de Qivalis. Es un destacado banquero y regulador británico que fue el primer presidente de la Autoridad de Servicios Financieros (1997-2003), director de la London School of Economics (2003-2011) y presidente de RBS (2015-2020), además de haber ocupado cargos como subgobernador del Banco de Inglaterra y director general de la CBI antes de ser nombrado caballero en 1999 por sus servicios a la regulación financiera.
Autonomía monetaria en la era digital
El CEO de Qivalis, Jan-Oliver Sell, ha señalado que“el lanzamiento de una stablecoin denominada en euros, respaldada por un consorcio de bancos europeos, representa un momento decisivo para el comercio digital europeo y la innovación financiera. Una stablecoin nativa en euros no se trata solo de conveniencia: se trata de autonomía monetaria en la era digital. Presenta nuevas oportunidades para que empresas y consumidores europeos interactúen con pagos en cadena y mercados de activos digitales en su propia moneda. Permite que fintechs globales, pymes y consumidores europeos realicen transacciones sin fricciones a través de fronteras, manteniendo la estabilidad y confianza asociadas al euro”.
Con su estructura de gobernanza definida, Qivalis trabaja para obtener la aprobación regulatoria y planea lanzar la stablecoin en euros en la segunda mitad de 2026. Este instrumento de pago digital, basado en tecnología blockchain, aspira a consolidarse como un referente de confianza en el ecosistemafinancieroeuropeo.
La stablecoin permitirá pagos y liquidaciones casi instantáneos, de bajo coste y disponibles 24/7, incluyendo transacciones transfronterizas, pagos programables, mejoras en la gestión de la cadena de suministro y liquidación de activos digitales como valores y criptomonedas.
Asegurando los valores europeos
Por su parte, Howard Davies, presidente del Consejo de Supervisión, ha afirmado que “esta infraestructura es esencial si Europa quiere competir globalmente en la economía digital preservando su independencia económica. No estamos construyendo solo vías de pago; estamos asegurando que los valores europeos sobre protección de datos, estabilidad financiera y cumplimiento regulatorio estén integrados en el futuro del dinero digital”.
El consorcio sigue abierto a la incorporación de más bancos, reforzando su misión de impulsar la innovación en pagos, liquidación y activosdigitales y tokenizados, siempre con claridad, seguridad y responsabilidad en el centro de su enfoque.
Qivalis ha fijado como objetivo el lanzamiento de la moneda estable durante la segundamitad de 2026. Las actividades preparatorias se centrarán en el diálogo regulatorio continuo, así como en la preparación operativa y técnica en los próximos meses.