Funds Society España 21: pinceladas de esta edición contadas por sus protagonistas

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El número 21 y correspondiente a marzo de 2021 de la revista de Funds Society España ya está en la calle y los suscriptores españoles ya lo están recibiendo.

Para abrir boca, les hacemos un adelanto en un vídeo, de la mano de algunos de los colaboradores que han escrito tribunas de opinión, y también expertos de la industria de gestión de activos y asesoramiento que nos han dado su visión en algunos de los artículos. En el vídeo, explican algunas de las claves del contenido en el que han participado.

Entre los protagonistas, Rocio Ledesma, socia de Navis Capital, explica las claves y distintas posibilidades para incorporar el arte a las carteras de inversión y analiza las ventajas de este activo que, aunque es ilíquido, ofrece oportunidades de rentabilidad y diversificación.

También Leticia Travesedo, abogada especialista en Derecho regulatorio financiero en Alter Legal, analiza los principales hitos regulatorios y fiscales que afrontará el sector de la gestión de activos, las gestoras de pensiones y la banca privada este año.

En un artículo sobre los retos que afrontan las entidades internacionales que han llegado a España en 2020, Francisco Rodríguez D’Achille e Iván Díez Sainz, socios y directores de desarrollo de negocio para el sur de Europa y Latinoamérica en LONVIA Capital, analizan algunas de las claves de su negocio.

En el vídeo también participan Álvaro Requeijo Torcal y Álvaro Requeijo Pascua, abogados en Álvaro Requeijo Abogados y Partners de Ambar Partners, que escriben en la revista sobre el sistema de remuneración de los agentes.

También Álvaro Antón Luna, responsable para Iberia en Aberdeen Standard Investments, nos cuenta las claves del fondo que destacamos en nuestra sección de fondos de armario.

Y Pedro Torroja, Senior Principal Financial Practice en Badenoch + Clark, consultora de dirección de directivos del Grupo Adecco, analiza las oportunidades que vendrán para los profesionales de la banca privada este año, desde una perspectiva de recursos humanos.

En el vídeo también participa Julián Pascual, presidente y fundador de Buy & Hold, y patrono de la Fundación Amigos de Rimkieta (FAR), que protege la vida en el barrio más pobre de Burkina Faso.

¡Disfruten del vídeo!

Andbank España dona 250.000 euros a CRIS contra el cáncer a través de su fondo SIGMA Global Sustainable Impact

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Pixabay CC0 Public Domain. Andbank España dona 250.000 euros a CRIS contra el cáncer a través de su fondo SIGMA Global Sustainable Impact

La entidad especializada en banca privada, Andbank España, ha donado 251.029 euros a la Fundación CRIS contra el cáncer a través de su fondo SIGMA Global Sustainable Impact (GSI). Este fondo, que invierte bajo criterios ESG y de impacto, destina el 9% de la comisión de gestión y 100% de la comisión de éxito a esta fundación, permitiendo dar soporte a proyectos de investigación para el tratamiento y la cura del cáncer.

Este es el segundo año consecutivo que Andbank España dona lo recaudado a través del fondo GSI a la financiación del proyecto STAB de la Unidad CRIS de Inmuno-Oncología del Hospital 12 de Octubre. Consiste en una revolucionaria estrategia de inmunoterapia para acabar con el cáncer de una forma más eficaz que otras terapias celulares en determinados tumores de sangre y que podría trasladarse a tumores sólidos.

Según el Dr. Luis Álvarez-Vallina, Jefe de la Unidad CRIS de Inmuno-Oncología del Hospital 12 de Octubre, “este proyecto se encuentra en un momento clave ya que prevemos que en el último trimestre de 2021 podremos aplicar en pacientes esta estrategia de inmunoterapia tan innovadora que hemos desarrollado con el soporte de CRIS contra el cáncer y Andbank. Es un proyecto espectacular, pionero en nuestro país, con gran compromiso social”. 

El GSI es un fondo multiactivos de renta variable que persigue generar un impacto positivo y directo a través de sus inversiones y un impacto social, al destinar parte de la comisión de gestión a financiar proyectos de investigación contra el cáncer. Cuenta con cerca de 50 millones de patrimonio bajo gestión y su filosofía de gestión le ha permitido obtener la máxima calificación en el Morningstar Sustainability Rating.

La forma de aplicar los criterios ESG en la filosofía del fondo GSI se centra en la búsqueda de las compañías líderes en su sector en materia de buen gobierno corporativo y de prácticas sostenibles, siguiendo la estrategia Best in class, y en la inversión de impacto, que invierte en compañías que por su actividad generen un impacto medioambiental o social positivo.

La investigación contra el cáncer es el eje principal de actuación de la estrategia de responsabilidad social corporativa de Andbank. La entidad, además de apoyar a la Fundación CRIS contra el cáncer, colabora con la Fundación Fero y el SJD Pediatric Cancer Center.

AEFI lanza el programa Fintech Women Mentoring

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Pixabay CC0 Public Domain. AEFI lanza el programa Fintech Women Mentoring

La AEFI (Asociación Española de Fintech e Insurtech) lanza un programa diseñado para potenciar el talento femenino dentro del ecosistema Fintech e Insurtech, el Fintech Women Mentoring.

Fue impulsado desde Fintech Women Network, y fue creada por la asociación hace cuatro años para generar conexiones entre la red de mujeres del ecosistema, con el objetivo de impulsar oportunidades de crecimiento profesional, compartir conocimiento, potenciar el emprendimiento femenino dentro del sector y difundir el espíritu Fintech en proyectos liderados por mujeres. 

El programa, que nace fruto de la convicción de la asociación sobre la importancia de crear entornos favorables al desarrollo y la creación de nuevas empresas Fintech, impulsará el emprendimiento femenino y fomentará la aceleración de nuevas empresas tecnológicas en España lideradas por mujeres.

Durante los seis meses que durará cada edición, se realizarán seis reuniones digitales en las que cada profesional se reunirá con sus mentoras, asociadas o patrocinadoras AEFI, para intercambiar inquietudes y retos sobre temáticas previamente pactadas. El equipo de Fintech Women Mentoring compartirá su experiencia emprendedora, así como los recursos y conocimientos con las emprendedoras para apoyarlas en la toma de decisiones de tipo estratégico. 

Las candidatas a formar parte del programa serán aquellas que hayan creado o cocreado proyectos en el ecosistema fintech y estén en un estadio maduro de desarrollo de la empresa. Si el proyecto requiere licencia o autorización por un supervisor, deberán atesorarla o estar en trámites de obtenerla.

La innovación e internalización de los proyectos e identificar una o varias necesidades donde dirigir el acompañamiento del programa son requisitos clave para solicitar la participación en el programa.  

Los proyectos, que serán seleccionados por un comité formado por las vicepresidentes de la AEFI, Silvia Escámez y Judith Giner, la Business Manager de la asociación, Leyre Celdrán, y su Office Manager, Kassandra Hernández, participarán en un elevator pitch en la próxima edición del Fintech Women Network, que se celebrará en el mes de junio. 

Rodrigo García de la Cruz, presidente de la AEFI, explica que “las mujeres enriquecen el valor de las compañías startups, por su capacidad de liderazgo, la correcta gestión de conflictos y de mentoring, que son algunos de esos soft skills que demanda el ámbito tecnológico de hoy en día, por eso desde AEFI queremos que algunas de nuestras asociadas, que han sido verdaderos ejemplos de éxito en el ecosistema, uno de los sectores más igualitarios, paritarios y responsables donde desarrollarse como dentro de la industria financiera, ayudan a otras profesionales que quieran seguir ese mismo camino”. 

La redefinición del value investing

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Pixabay CC0 Public Domain. flor

Cuando uno piensa en esta disciplina de inversión, que es una de las principales a escala planetaria, se nos vienen a la cabeza grandes maestros de la inversión tales como Warren Buffett, su socio en Berkshire Charlie Munger o su maestro Benhamin Graham, si bien a ellos se les podría añadir una veintena inversores exitosos (algo menos conocidos), que aplican la misma disciplina y han sido excepcionales batiendo a los mercados de forma sistemática y consistente, con retornos anuales de doble dígito a lo largo de sus trayectorias.

En los 13 años que preceden a la crisis originada por el coronavirus, el estilo «growth” se ha impuesto al “value” en un mundo en el que la disrupción tecnológica lo ha envuelto y revolucionado todo. Por tanto, quizás convenga plantearse ante esta eterna dicotomía, si conviene redifinir el concepto del value investing, especialmente cuando inversores como Buffett invierten hasta un 40% de su cartera en una única compañía de corte tecnológico como Apple. Visto en retrospectiva, desde que entró en su capital, la compañía se ha revalorizado más de un 150% en apenas tres años: ¿quién pone en duda que entró a buen precio?

El value investing consiste en cuantificar el valor intrínseco de algo, basándonos en sus fundamentales, capacidad de generación de flujos de caja y comprando una compañía a un precio que presenta un descuento significativo vs dicho valor. Los flujos de caja son estimados al más largo plazo posible y descontados a valor presente utilizando una tasa de descuento “libre de riesgo” (generalmente la rentabilidad del Tesoro a 10 años) más una prima por riesgo para compensar la incertidumbre a futuro. Se utilizan a efectos prácticos varias métricas, tales como la ratio precio s/ventas, precio s/beneficio (PER), pero en realidad todas emergen del Modelo de Descuento de Flujos de Caja, conocido como el DCF.

Ahora bien, determinar el valor intrínseco en la práctica es un reto, pues la clave no están las habilidades matemáticas aplicadas en el DCF, sino más bien, en barajar elementos de juicio superiores en relación con los inputs del modelo, para luego tomar decisiones de inversión a largo plazo. El concepto de inversión no es el de poseer un título, sino más bien el de ser co-propietario accionista de una compañía. Pero una cosa es lo que debe valer una compañía bajo sus fundamentales e hipótesis de negocio creíbles, y otra cosa bien distinta es su precio en mercado, que fluctuará hacia arriba o hacia debajo de forma caprichosa y dependiendo de múltiples factores… y es que estamos hablando de Mr. Market (término acuñado por el Sr. Graham), que puede mostrar precios y valoraciones de compañías que nada tienen que ver con el valor intrínseco y el negocio en cuestión. Es ahí donde surge la oportunidad para el inversor value. Claro está que esta disciplina requiere un pensamiento independiente, a menudo contrario al mercado y mucho control emocional para no dejarse llevar por los distintos ciclos de los mercados y poder así tomar decisiones basadas sólo en la búsqueda de valor.

Por sintetizar los elementos esenciales que definen el value investing, diría que son lo siguientes: (i) poner el foco en el valor intrínseco de una compañía a través del análisis de sus fundamentales vs su precio, (ii) concebir la tenencia de una acción como ser propietario proporcional de un negocio, (iii) detectar oportunidades de inversión cuando hay una divergencia notable entre el valor intrínseco y el precio cotizado de una compañía, y (iv) tener la disciplina emocional de actual solamente cuando esto ocurre.

En la última década, el estilo growth ha batido sustancialmente al value, pero ¿significa esto que el value está muerto o que requiere una redefinición en estos nuevos tiempos? Fue en los últimos años de los 80 y 90 cuando surgió esta dicotomía entre dos estilos de inversión, basándose el growth investing en poner el foco en compañías que esperaban crecer rápido y cuyos múltiplos de valoración eran elevados pues anticipaban un enorme potencial de revalorización a medio-largo plazo. Estas dos corrientes de pensamiento de la inversión han dividido el ámbito de la gestión de carteras en los últimos cincuenta años, bajándolo no solo al terreno académico, sino también categorizando fondos de inversión, gestores y firmas de inversión. En realidad, pensamos que ambos estilos no son necesariamente excluyentes y han de coexistir.

De hecho, no se trata de múltiplos de valoración bajos vs altos, dado que tener múltiplos bajos dista mucho de que una compañía esté necesariamente infravalorada. Una compañía con un PER bajo estaría barata cuando sus ingresos actuales y recientes son indicativos de su futuro. De lo contrario se trataría de los famosos “value-traps” (trampas), cuando las cosas parecen baratas, pero los números no lo reflejan, bien porque tiene debilidad operativa o bien porque las ventas e ingresos que sustentan la valoración, difícilmente se repetirán en el futuro. En realidad, el value investing, como apuntó Munger en su día, se trata de “comprar magníficos negocios a precios razonables”. En este sentido, se puede encontrar valor en empresas que pueden crecer exponencialmente, basándonos en intangibles como la tecnología para su éxito, teniendo un PER elevado incluso.

En mi opinión, el contexto actual, en el que la información es mucho más accesible que antes, disponiendo de más herramientas, y en el que los métodos de computación son infinitamente más rápidos que antaño permitiendo que la tecnología logre procesar información cuantitativa para la inversión de forma acelerada, hace que el entorno de la gestión de activos sea mucho más competitivo que nunca. Por este motivo, las decisiones de inversión acertadas deben estar basadas en aspectos de juicio cualitativo diferenciales que permitan concluir que el valor de la compañía será muy superior en mercado en un futuro próximo.

En línea con lo apuntado, el mundo ha cambiado, y el concepto value viene asociándose históricamente a empresas familiares, con ventajas competitivas y barreras de entrada fuertes, líderes de nicho, generadoras de flujos de caja y resultados recurrentes, sin deuda, etc. Creo que no cabe hablar de redefinición del concepto, sino de ampliación de la tipología de empresas, modificando el esquema mental y dando entrada a nuevas ideas, con curiosidad, sin desechar nada, incorporando la innovación que nos rodea y aprendiendo, analizando antes de conformar una opinión al respecto.

En conclusión, se puede encontrar valor en todo tipo de empresas y no cabe hablar de dicotomía entre value y growth, dado que en realidad todo el mundo quiere comprar por debajo del valor intrínseco y con un margen de seguridad, si bien conviene discernir entre el nivel de incertidumbre que uno quiere asumir en cuanto a si se trata de modelos de negocio probados o no. Por ello, para confeccionar una cartera de inversión que se adapte a todos los ciclos, conviene combinar compañías de todo corte, en las que hayamos encontrado valor: ambos estilos de inversión deben convivir.

Tribuna de Munesh Melwani, socio fundador y director general de la EAF Cross Capital.

Mayores retornos, diversificación y flexibilidad: las bondades de la inversión temática

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Foto cedidaSantiago Matossian (AXA IM), Raúl Fernández (Amundi Iberia) y Leonardo Fernández (Schroders). Máyores retornos, diversificación y felxibilidad: las bondades de la inversión temática

“Más rentabilidad, diversificación y aprovechamiento de la gestión activa”: estas son las tres razones que destaca Santiago Matossian, Sales Director en AXA Investment Managers, para invertir en un fondo temático. La inversión temática ha sido el tema central del último VIS de Funds Society y ABC, un enfoque que permite a los inversores posicionarse en aquellas tendencias que darán forma a nuestra vida, economía y empresas a largo plazo.

Concretamente, los fondos temáticos son aquellos que invierten en megatendencias de futuro, un término que no se debe asociar con lo que podría llegar a ser una moda. “Crecerán por encima de la media, creemos que las temáticas van a ofrecer retornos por encima del 10%”, defiende Matossian.

Para Leonardo Fernández, director del Canal Intermediario de Schroders, hay dos máximas que las megatendencias tienen que cumplir: durabilidad en el tiempo y tener un amplio universo de inversión. Todo ello acompañado de una gestión activa. “Da mucha flexibilidad y otorga más oportunidades”, señala. Asimismo, el experto insiste en que las megatendencias facilitan la diversificación, pero advierte de que, para ello, es importante analizar las diferencias entre las temáticas. “De los nueve productos que tenemos, el máximo porcentaje que tienen en común entre una estrategia y otra no llega al 15%”, señala.

Concretamente, en la entidad ponen el foco en tres temáticas: cambio climático, transición energética y disrupción tecnológica. En este sentido, para el experto de Schroders, cuanto más entiendan los clientes en qué se invierte y más compartan esa necesidad de cambio, mayor impacto tendrán y más tranquilos estarán con esa inversión a largo plazo. Una visión que comparte Raúl Fernández, director de Distribución de Amundi Iberia: “Son temáticas más fáciles de contar y nos vemos empatizados con muchas de ellas”.

El “boom” de la inversión temática y su papel en las carteras

Los últimos dos años hemos asistido a un mayor apetito por los fondos temáticos. “Si vemos flujos a nivel global, el año pasado la renta variable global sufrió salidas por encima de 50.000 millones de euros, pero si hacemos un zoom de fondos temáticos, estos vieron entradas por más de 150.000 millones”, argumentan desde Amundi. 

Hay varias razones que lo explican, pero para el experto la principal es que a través de esta inversión se puede acceder a tendencias de crecimiento superiores a las que da la inversión tradicional. Además, haciéndolo de una manera más desconectada al ruido del ciclo económico. “Cuando accedes a fondos temáticos accedes a esa prima de crecimiento, pero también introduces algún tipo de cobertura porque reemplazas a aquellas empresas que invierten en modelos más obsoletos”, explica.

A lo que hay que sumar la posibilidad de invertir con criterios socialmente responsables y de impacto. “Con la inversión temática no solo accedemos al alfa financiera sino también al alfa social, lo que enriquece tu cartera. El resultado es que la inversión temática ha pasado de ser algo nicho a ir cogiendo más peso y ser un componente más estructural en las carteras”, insiste.

Por otro lado, Leonardo Fernández recuerda la importancia de tener puestas las luces de largo alcance y diversificar. “A pesar de que a corto plazo podemos ver vaivenes superiores a los mercados tradicionales, tratamos de identificar las temáticas que van a persistir durante los próximos 10, 20 y 30 años y los inversores tienen que depositar su confianza”, explica. “No todas tienen que hacerlo bien a la vez y lo importante a la hora de construir una cartera de temáticos es que los fondos no jueguen a lo mismo. Si combinamos bien las estrategias, a largo plazo obtendremos rentabilidades superiores”, añade.

Otro aspecto que hay que tener en cuenta a la hora de invertir en temáticas es la pureza de las compañías. Es decir, qué porcentaje de las ventas de la compañía están relacionada con la temática que hemos elegido. “En AXA IM las purezas suelen ser de alrededor de un 70%”, señala Matossian. Según explica, el universo de inversión tiene que ser lo suficientemente amplio para que podamos diversificar, por ejemplo, el fondo de robótica de AXA está dividido en cuatro subtemas: robótica industrial, relacionada con el transporte, healthcare y facilitadores de tecnología.

Asimismo, insiste en que al hablar de tecnología no necesariamente hablamos de grandes compañías. “En el fondo de robótica de AXA IM el retorno viene generado por compañías de medio y pequeño tamaño”, ejemplifica.

Los exoesqueletos pediátricos, una megatendencia

Tras la experiencia del COVID-19 está claro que el medioambiente y la tecnología serán temáticas clave, pero esta crisis sanitaria ha puesto el foco también en la medicina. La biomedicina y la robótica e inteligencia artificial orientada a la medicina, gana relevancia ante un proceso de envejecimiento de la población y ante el riesgo, ya constatado, de futuras pandemias. Un ejemplo de empresa de este sector es Marsi-Bionics, que ha desarrollado un exosqueleto pediátrico.

Un exoesqueleto es un armazón que arropa a una persona que no puede caminar, forma parte de la rehabilitación y terapia de enfermedades neurológicas. La novedad que ha impulsado Elena García Armada, investigadora científica del CSIC y fundadora de Marsi-Bionics, es una versión del exoesqueleto pediátrico. “Tiene un impacto tremendo en su salud y calidad de vida. Somos seres bípedos y nuestro cuerpo está hecho para estar sobre los dos pies”, explica.

Sin embargo, a pesar del gran avance que supone, es difícil encontrar financiación para esta clase de proyectos, donde salud y tecnología se juntan. “En nuestro país hay grandes barreras entre la investigación pública y la empresa y hacen que trasferir los resultados de la investigación al mercado sea complicado”, señala García.

Por ello, la experta anima a tratar de entender que, a veces, el corto plazo no es lo más rentable. “En este tipo de empresas, con periodos de inversión bastante largos, no es una cuestión de velocidad, el retorno que se puede recibir es mucho más elevado. Apostar por impacto social es apostar por construir futuro”.

En este sentido, Raul Fernández admite que la inversión temática te permite ir un paso más allá: “Es una ESG 2.0, no solo podemos invertir con criterios ESG sino con criterios de impacto social”.

 

La asistencia al encuentro ha sido válida por 1 hora de recertificación de los títulos EIA, EIP, EFA y EFP. Los titulados tendrán que realizar un test colgado en la página de EFPA España. Podrán encontrar el test en este enlace, activo desde el comienzo del encuentro hasta el viernes a las 22 horas.

La Fed manda un mensaje de tranquilidad y descarta subidas de tipos antes de 2023

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Foto cedidaJerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). . La Fed manda un mensaje de tranquilidad y descarta subidas de tipos antes de 2023

A la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) no le preocupa ni la reciente subida de los rendimientos de los bonos del Tesoro a largo plazo ni los nervios que ha generado entre los inversores y analistas el repunte de la inflación. En su reunión de ayer, mostró su tranquilidad y se reafirmó en su hoja de ruta, descartando que la primera subida de tipos llegue antes o en torno a 2023.

“Este FOMC tenía el potencial de ser un momento decisivo para el enfoque de la política monetaria de la Fed y un acontecimiento importante para el mercado, pero no resultó así”, reconoce Paul O’ Connor, responsable de Multiactivo en Janus Henderson Investors. La la institución monetaria estadounidense se mostró más optimista y centró su discurso en la actualización de sus perspectivas. En este sentido, estima que el país crezca un 6,5% este año, con una inflación que llegue hasta el 2,4% y un desempleo que caiga al 4,5%; y para 2022, espera que el PIB aumente un 3,3%, la inflación se quede en el 2% y el desempleo se sitúe en el 3,9%. 

«Aunque hemos visto revisiones al alza para el pronóstico del PIB y de la inflación, y revisiones a la baja para el desempleo, la revisión de los tipos de interés permanece sin cambios», lo que, según Jack Janasiewicz, estratega y gestor de carteras de Natixis IM, implica que «las expectativas de un mejor crecimiento con un menor desempleo y una inflación más alta son moderadamente moderadas».

Según recuerda O’Connor, la Fed introdujo un nuevo marco de política monetaria el año pasado, prometiendo «aspirar a lograr una inflación moderadamente superior al 2% durante algún tiempo». Esta reunión podría haber sido la primera prueba real de ese marco, en la que la Fed revelaría qué tipo de superación de la inflación estaba realmente dispuesta a ofrecer. “Las proyecciones económicas de la Fed, sin embargo, no fueron lo suficientemente extremas como para dar a los inversores la oportunidad de aprender a calibrar la nueva función de reacción del banco central”, puntualiza.

En cambio, los analistas de Banca March destacan que Jerome Powell, presidente de la Fed, reiteró una vez más su apoyo a la recuperación económica y que seguirá usando todas las herramientas disponibles. Powell señaló también que los tipos de interés oficiales seguirán en mínimos hasta que la economía alcance tasas de pleno empleo. “Tras un primer movimiento al alza en el precio de los bonos, esta mañana el mercado de renta fija vuelve a sufrir pérdidas y las rentabilidades exigidas a la deuda pública estadounidense retoman su escalada con el tipo a 10 años superando ya el 1,7%, niveles no vistos desde enero del año pasado”, señalan sobre cómo ha reaccionado al mercado a la reunión de ayer.

En opinión de Anna Stupnytska, economista global en Fidelity International, “la combinación de unas condiciones financieras extremadamente fáciles, la aceleración de la campaña de vacunación, el último paquete fiscal lanzado hace poco y las perspectivas de reapertura en el horizonte están impulsando la tolerancia de la Fed a este incremento de los rendimientos. Si bien los pronósticos de inflación y crecimiento se han revisado al alza en el horizonte a medio plazo, la mediana se ha mantenido inalterada, lo que sugiere que no habrá subidas hasta 2023. Esto envía un mensaje de moderación y revela que la Fed se toma en serio su nuevo Objetivo de Inflación Media Flexible (FAIT, por sus siglas en inglés)”. 

Para Hugh Gimber, Global Market Strategist en JP Morgan Asset Management, Powell buscó ayer el equilibrio durante la rueda prensa combinando sus perspectivas más halagüeñas con el compromiso de dejar que la economía se recaliente. “Las recientes oscilaciones de los rendimientos del Tesoro ponen de manifiesto que los inversores aún no se sienten del todo cómodos con numerosos aspectos del nuevo objetivo de la Fed: cuál es exactamente su tolerancia a una mayor inflación, qué aspecto tiene en la práctica el pleno empleo inclusivo y cuán cerca de estos objetivos tiene que estar la Fed antes de empezar a eliminar las políticas acomodaticias”. 

Por eso Gimber considera que, a medida que el crecimiento se acelere durante los próximos meses, todas estas incertidumbres podrían mantener la volatilidad en el mercado de bonos. “Puede generarse rachas periódicas de inestabilidad en los activos de riesgo, pero en general esperamos que las vacunas, las medidas de estímulo y los consumidores que buscan recuperar el tiempo perdido se traduzca en fuertes beneficios empresariales en la segunda mitad del año, lo que debería impulsar las bolsas al alza a finales de año”, argumenta. 

Yves Bonzon, CIO de Julius Baer, considera que el problema de Powell es que la baja inflación a largo plazo y los tipos bajos son la predicción más sensata, ya que nada ha cambiado para la tendencia de desinflación estructural. Además, con la administración de Biden considerando aumentos de impuestos en el próximo año, no hay necesidad de aumentar los tipos en el corto plazo. “Vemos poco espacio para una subida de tipos a largo plazo y consideraremos los períodos de pronunciada debilidad de los bonos a largo plazo como oportunidades de compra para cerrar la brecha de duración en nuestras carteras”, añade Bonzon.

Hoja de ruta

Bill Papadakis, estratega macro de Lombard Odier, considera que el resultado de la reunión de ayer es tranquilizador para los mercados de activos de riesgo, ya que la Fed no parece compartir las expectativas de los mercados monetarios de un próximo endurecimiento de la política. “Pero la Fed no ha respondido a todas las preguntas críticas para los mercados”, reconoce Papadakis y señala: “Aunque se pueden tolerar los excesos de inflación marginales, no sabemos hasta dónde llegará la tolerancia de la Fed. Por último, cabe señalar que, si bien la mayoría de los participantes esperan un tipo de interés sin cambios hasta 2024, el número de los que esperan una subida de tipos más temprana está aumentando”.

En esta misma línea va la valoración de O’ Connor, quien  considera que la Fed ha apostado un por un “mensaje bastante blando para los mercados” y advierte de que “los grandes debates se han aplazado, no se han decidido”

“Aunque no es difícil que la Fed se mantenga paciente, mientras proyecta que la inflación rebote en torno al objetivo durante el horizonte de previsión, es probable que la presión para endurecer la política se intensifique si la recuperación de EE.UU. se acelera hasta el verano, como todo el mundo espera. Muchas de las cuestiones que se evitaron ayer persistirán durante los próximos meses y es posible que se hayan vuelto más urgentes para el FOMC de junio. Para entonces, la Fed podría estar preparada para dar el primer paso decisivo para abandonar la actual postura monetaria superacomodaticia, indicando cuándo empezará a reducir la QE”, argumenta el responsable de Multiactivo en Janus Henderson Investors. 

“Vemos que la Fed es muy moderada y, aunque a largo plazo podría ser correcta, a corto plazo parece que el mercado no se cree esta historia y ve la necesidad de subir los tipos antes, lo que dejará a la curva del Tesoro vulnerable a un mayor empinamiento”, sostiene Mark Holman, CEO de TwentyFour AM (Boutique de Vontobel AM).

En opinión de Sebastien Galy, responsable de estrategia macroeconómica en Nordea AM, la Fed está dispuesta a ir por detrás de la curva y arriesgarse al efecto inflacionista de una tasa de desempleo prevista en el 3,5% en 2023. “Es probable que el primer indicio de reducción de las compras de bonos se produzca a finales de este año, cuando la tasa de desempleo sea sustancialmente más baja y la inflación se sitúe en torno al objetivo, mientras que la primera subida de tipos se fijará probablemente para 2024”, añade Galy. 

Como carecemos de una bola de cristal para ver el futuro, por ahora solo podemos agarrarnos a las certezas del presente, y eso es: la hoja de ruta de la Fed que conocemos. “El precio del dinero seguirá en mínimos (entre el 0%-0,25%) al tiempo que la autoridad monetaria seguirá con su programa de compra de activos a un ritmo de 120.000 millones de dólares mensuales (80.000 millones de dólares en bonos del Tesoro y 40.000 millones de dólares en activos respaldados por hipotecas)”, recuerdan los analistas de Banca March. 

Frente a este escenario, desde Mirabaud apuestan por una asignación de activos prudente en renta fija estadounidense, tanto en lo que respecta a la deuda soberana como a la corporativa, y mantiene su posición infraponderada. “Confirmamos nuestro reciente reequilibrio dentro de la bolsa de valores de EE.UU., cambiando las inversiones de pequeñas y medianas capitalizaciones de EE.UU. al S&P 500 más amplio. También confirmamos nuestra posición neutral sobre el dólar estadounidense”, señalan.

¿Quién puede seguirle el ritmo a China?

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Foto cedida. China

China parece haber comenzado 2021 de forma totalmente distinta al año pasado. Mientras que la economía se tambaleaba en el primer trimestre de 2020, al estallar el brote de COVID-19 e implementarse cada vez más restricciones para combatir su avance, este año parece florecer como nunca, destacan desde BNP Paribas Asset Management en el marco de su serie de artículos de análisis La Gran Inestabilidad.

El crecimiento del PIB y de la exportación ha reanudado sus trayectorias previas a la pandemia, con lo que China contrasta con la mayoría de economías occidentales, todavía en pleno bache del coronavirus. ¿Marca esta recuperación el retorno del gigante asiático a su avance aparentemente imparable hacia el dominio económico mundial?

Como siempre, un análisis más allá de las cifras generales cuenta una historia ligeramente diferente. Aunque es innegable que el impulso económico de China supera con creces al de otros países, su crecimiento procede de motores distintos a los de antes de la pandemia. La tendencia de creciente globalización se ha detenido, pues muchos gobiernos y empresas tratan de elevar la resiliencia de las cadenas de suministro y reducir su dependencia previa en la producción china. Al mismo tiempo, el comportamiento autoritario de Pekín es objeto de crecientes críticas de sus socios comerciales globales, que podrían formar parte de una resistencia más unida y cooperativa bajo la administración Biden.

No cabe duda de que China seguirá siendo una potencia económica en 2021, pero no todo le resultará cuesta abajo.

La recuperación sólida y rápida de China

El PIB chino registró su primera contracción en más de cuarenta años en el primer trimestre de 2020 (del 6,8%), pero su recuperación ha sido sólida y rápida. La previsión es que la economía habrá crecido un 6,5% en el último trimestre de dicho año, lo cual situaría a su crecimiento anual en el 2,3%. Esta cifra puede parecer baja comparada con sus niveles recientes, pero China será la única de las grandes economías en cerrar el año en positivo. 

Al mismo tiempo, aunque la implementación alentadora de vacunas contra el COVID-19 debería contribuir a una expansión económica más generalizada este año, el crecimiento previsto en muchos países occidentales es moderado, de en torno al 1%. Por otra parte, el Banco Mundial prevé que el crecimiento del PIB chino en 2020 habrá estado cerca del 8%, con lo que superaría incluso su nivel previo a la pandemia.

Crecimiento

 

Bajo la superficie

Si bien las cifras generales sugieren que la economía ha vuelto a la normalidad, algunos indicadores revelan que la dinámica ha cambiado. Históricamente, el crecimiento de China ha procedido de la inversión en infraestructura, pero este modelo se ha reorientado hacia el gasto de consumo en los últimos años bajo el liderazgo de Xi Jinping. Sin embargo, esta tendencia pareció desintegrarse en 2020: el motor de la economía fue la producción industrial (beneficiaria del respaldo estatal) con una subida del 7,7%, mientras que las ventas minoristas no dejaron de decepcionar y cerraron el año un 5,0% a la baja.

El comercio minorista repuntará, pero esto sugiere que (incluso en China) algunas empresas orientadas al consumo podrían pasar apuros tras la pandemia. La subida del paro en 2020 y el apretón de los presupuestos de los hogares apuntan a que el crecimiento del consumo permanecerá seguramente apagado por el momento. 

Así, la salud de la economía doméstica es dispar, pero… ¿Qué hay de la relación de China con el resto del mundo?

¿Un nuevo auge de la exportación china?

China registró su mayor superávit comercial mensual de la historia en diciembre, con subidas del 18,1% de la exportación global y del 34,5% a Estados Unidos en tasa interanual. No obstante, las cifras generales parecen halagar y ocultar tendencias a largo plazo que podrían no ser tan favorables. 

La bonanza exportadora (principalmente a países occidentales) ha guardado particular relación con la pandemia, dominada por ventas de equipamiento de protección personal y tecnología para trabajar desde casa. Al mismo tiempo, la demanda de muchos otros sectores ha caído debido al bajón económico mundial. Estas deberían ser tendencias a corto plazo. Las medidas para controlar el COVID-19 ralentizarán seguramente la demanda de equipamiento de protección personal, pero a medida que el mundo vuelve a la normalidad y las economías retoman una senda de crecimiento, la demanda de otras exportaciones de China podría no reanudarse.

La combinación de las tensiones comerciales durante los años de Trump y el reconocimiento durante la pandemia de la dependencia excesiva de bienes chinos ha llevado a gobiernos y empresas a diversificar sus redes de abastecimiento. Aunque un desacoplamiento total de China se considera improbable, se prevé que la estrategia conocida como “China más uno” ampliará las cadenas de suministro globales para incorporar más países y fuentes de bienes.

Continuación de las tensiones comerciales a nivel internacional

El abanico de disputas políticas con China también significa que las actuales relaciones comerciales no pueden darse por sentadas. El “ojo por ojo” arancelario entre la administración Trump y Pekín capturó la mayor atención, pero las preguntas sobre cómo abordar la posición económica dominante y la postura autoritaria del gigante asiático se están planteando más allá de los Estados Unidos.

En noviembre de 2020, la Unión Europea publicó un informe titulado «A new EU-US Agenda for Global Change» (UE – EE.UU.: Una nueva agenda transatlántica para el cambio global), en el que planteó la necesidad de defenderse frente a “poderes autoritarios” y “economías cerradas (que) explotan la apertura de la que dependen nuestras propias sociedades”. En esta alusión velada a China, la publicación contempla una mayor cooperación con Estados Unidos para dar forma al entorno regulatorio digital, a la aplicación de la normativa de defensa de la competencia, a la protección de datos, a la revisión de inversiones extranjeras y a la ciberseguridad.

No obstante, tales intervenciones no suelen ser bien recibidas por Pekín. El llamamiento de Australia a investigar el origen del brote de COVID-19 llevó a las autoridades chinas a imponer aranceles punitivos sobre varios productos australianos, lo cual pone en peligro una valiosa relación comercial valorada en 103.000 millones de dólares en 2019.

Aun así, la oportunidad de comerciar con China sigue siendo sumamente apreciada. En noviembre se firmó la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés), un acuerdo de libre comercio entre 15 naciones asiáticas, incluidos Japón y Corea del Sur. Y pese a sus reticencias, la UE dio el visto bueno a un acuerdo de inversión con China en diciembre.

Parece claro que se necesita una respuesta internacional más coordinada para tratar con China. Aquí es donde entra en juego el nuevo presidente Joe Biden.

¿Nuevo presidente, pero la misma actitud?

La nueva administración Biden va a tener que lidiar con muchos temas simultáneamente, tanto a nivel doméstico como internacional. No obstante, la relación entre Estados Unidos y China será sin duda una de sus prioridades clave. La nueva secretaria del Tesoro y expresidente de la Reserva Federal, Janet Yellen, ya ha nombrado a China como “nuestro competidor estratégico más importante”.

Es probable que cualquier esperanza que pueda albergar Pekín de que Biden será fácil de persuadir no tarde en verse frustrada. La expectativa es que el nuevo presidente estadounidense mantendrá la línea dura de su predecesor de cara a China, aunque sin emular el enfoque arancelario de Trump. Además, se está rodeando de un equipo muy capaz: junto a Yellen, ha nombrado como secretaria de Comercio a Katherine Tai, licenciada por Yale y Harvard y de padres originariamente chinos, y una negociadora muy experimentada que pasó años lidiando con reclamaciones comerciales contra China durante la administración Obama.

No obstante, Biden también deberá cortejar a sus aliados: el poder colectivo de una alianza occidental verdaderamente unida podría ser suficiente para hacer frente al creciente dominio de China.

El enorme potencial de inversión de China persiste

Aunque China todavía presenta muchos retos políticos, empresariales e ideológicos, es innegable que su economía tiene un potencial enorme. El choque entre la desglobalización y las oportunidades en el mercado doméstico puede parecer inestable, pero en BNP Paribas Asset Management creen que la inestabilidad conduce a oportunidades.

A medida que la economía global comienza a recuperarse, es probable que ciertos elementos de debilidad económica en China -como el consumidor- se revitalicen, y se anticipa que el gobierno ampliará su plan de crecimiento, impulsando la aparición de oportunidades de inversión en un amplio abanico de sectores orientados al consumo.

Los recientes compromisos de China con la mejora de sus credenciales medioambientales implicarán una enorme inversión en infraestructura, al igual que sus esfuerzos para mejorar la conectividad y las telecomunicaciones domésticas. Estos ingentes programas de gasto crearán un efecto multiplicador sobre las oportunidades de inversión en múltiples sectores de actividad.

Al mismo tiempo, el mercado de renta variable chino se está tornando más accesible para los inversores extranjeros, tanto a través de acciones cotizadas internacionalmente en la Bolsa de Hong Kong (acciones H) como del mercado doméstico chino (acciones A). Dado que China sigue estando significativamente infrarrepresentada en los índices globales y que el país suele estar expuesto a distintas condiciones de mercado, la renta variable china se considera muy complementaria para una cartera global de acciones.

Los activos de riesgo nos inspiran un optimismo cauto a medio plazo, y seguimos comprometidos con mirar más allá de la superficie de las oportunidades que están surgiendo en China para identificar las más prometedoras para nuestros clientes.

El valor de las inversiones y de las rentas que generan podría tanto bajar como subir, y es posible que el inversor no recupere su desembolso inicial.

Es probable que la inversión en mercados emergentes o en sectores especializados o restringidos esté sujeta a una volatilidad superior a la media debido a un alto grado de concentración, a una mayor incertidumbre al haber menos información disponible, a una liquidez más baja o a una mayor sensibilidad a cambios en las condiciones sociales, políticas, económicas y de mercado.

Algunos mercados emergentes ofrecen menos seguridad que la mayoría de los mercados desarrollados internacionales. Por este motivo, los servicios de ejecución de operaciones, liquidación y conservación en nombre de los fondos que invierten en emergentes podrían conllevar un mayor riesgo.

 

Para acceder a más artículos de investigación sobre La Gran Inestabilidad, pinche en el siguiente enlace.

Un feliz y sostenible tercer aniversario

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Un feliz y sostenible tercer aniversario
Pixabay CC0 Public Domain. Un feliz y sostenible tercer aniversario

Cuando lanzamos nuestro fondo de bonos corporativos sostenibles para mercados emergentes UBAM – EM Sustainable Corporate Bond el 28 de febrero de 2018, huelga decir que nos enfrentamos a cierto escepticismo. El universo de inversión suele estar repleto de actividades «marrones», con grandes proveedores de petróleo y gas, centrales de carbón, minería de metales, productores de carne de vacuno asociados a la deforestación en Brasil, empresas cuasi-soberanas en las que la gobernanza independiente no siempre está garantizada… y, por supuesto, una buena cuota de escándalos de corrupción.

Sin embargo, en aquel momento creíamos que algunas empresas en los mercados emergentes ya estaban tomando conciencia de su impacto en el medio ambiente y la sociedad, o de la necesidad de cuidar mejor a sus empleados. Las autoridades soberanas de los mercados emergentes también estaban prestando cada vez más atención a las cuestiones medioambientales o sociales, comprometiéndose a reducir las emisiones de carbono en consonancia con el Acuerdo de París, endureciendo la normativa contra la contaminación o promoviendo las energías renovables. Normativas que, a su vez, repercutirían en las empresas de estos países. Asimismo, los inversores internacionales comenzaban a prestar cada vez más atención a las prácticas ESG de los emisores.

Pensamos, por tanto, que estas tendencias habían llegado para quedarse y que era el momento de lanzar una estrategia que no sólo pretendiera ofrecer un sólido rendimiento financiero adaptado al riesgo, sino que también proporcionara mejor calidad ESG y una menor huella de carbono en comparación con el mercado de bonos corporativos de los países emergentes en su conjunto.

Tres años después, cada vez más inversores parecen estar convencidos y los activos gestionados del fondo han alcanzado cerca de 135 millones de dólares.

¿Qué ha cambiado en el mercado de bonos corporativos de los países emergentes en tres años?

El movimiento hacia una mayor sostenibilidad en el universo de los bonos corporativos de los mercados emergentes ha progresado.

En general, los emisores de bonos corporativos de los mercados emergentes son más conscientes de las cuestiones ESG y han mejorado considerablemente la divulgación de información. Puede que esto no esté todavía en línea con los estándares de los mercados desarrollados, pero el progreso ya es medible. De hecho, según MSCI ESG Research, la cobertura de los emisores de los mercados emergentes ha aumentado y su calidad promedio en aspectos ESG ha mejorado.

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Fuente: MSCI ESG Research, JP Morgan

La emisión de bonos corporativos sostenibles de los mercados emergentes ha aumentado. En primer lugar, el número de bonos verdes en el índice JP Morgan CEMBI Diversified ha pasado de 11, en febrero de 2018, a 26 emisiones, en febrero de 2021. Asimismo, se ha iniciado la emisión de bonos sociales y de sostenibilidad; con 11 y 3 bonos en el índice, respectivamente, a fecha de febrero de 2021. El resultado es que la proporción total de bonos verdes, sostenibles y sociales se ha multiplicado por más de 4 durante ese período. Es cierto que sigue siendo muy modesta, con tan solo un 3,99%, pero creemos que la tendencia de aceleración vivida el pasado año ha llegado para quedarse.

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Fuente: JP Morgan, Bloomberg Finance L.P.

El fondo ha aprovechado la aparición de estos bonos sostenibles y está sobreponderado en el segmento. Sin embargo, somos conscientes de la reducida liquidez de algunos de estos bonos. Gestionamos nuestra exposición con cautela, seguimos diversificando y tratamos de captar nuevas oportunidades cuando surgen en el mercado primario, siempre y cuando también cumplan nuestros criterios en términos de calidad crediticia y valor relativo.

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Fuente: UBP, JP Morgan, Bloomberg Finance L.P., a fecha de 26.02.2021

Se han introducido más oportunidades de inversión sostenible en el mercado de bonos corporativos de los mercados emergentes. Los proveedores de energía renovable, los edificios verdes, la educación, la digitalización… Estos emisores representan actualmente una pequeña parte del mercado de bonos denominados en dólares, pero esperamos que aumente. Estos emisores deberían beneficiarse de las tendencias a largo plazo, del creciente apoyo público al desarrollo de proyectos verdes y de la mayor demanda de los inversores.

Atribución de la rentabilidad financiera

Desde su creación hasta finales de febrero de 2021, el fondo ha obtenido una rentabilidad** del 17,9% sin comisiones (clase de acciones IC USD). En términos brutos, su rentabilidad fue inferior a la de su índice* en 91 puntos básicos. Tres razones principales explican este rendimiento.

El fondo estaba sobreponderado en emisores corporativos turcos con buena calificación ESG en el verano de 2018, cuando el mercado sufrió una venta de activos a raíz de la crisis económica en el país. Estos emisores fueron rebajados a la categoría de high-yield siguiendo la rebaja de la calificación soberana. Esta circunstancia desencadenó una venta forzada con precios devaluados, ya que en ese momento el fondo solo podía invertir en bonos investment grade. Los efectos sobre el diferencial atribuidos a Turquía costaron 132 puntos básicos a lo largo de 3 años, de los cuales 105 puntos básicos solo en 2018.

La orientación del fondo hacia emisores con vocación ESG tiende a dar lugar a una mayor calidad y un menor carry que el del índice. En este sentido, la rentabilidad relativa del fondo se redujo en 90 puntos básicos a lo largo del periodo.

El fondo tiende a estar infraponderado en promedio en sectores de materias primas de baja calidad ESG (combustibles fósiles, o minería), los cuales tuvieron un rendimiento superior durante los últimos tres años.

Como aspecto positivo, fuera de Turquía, el rendimiento relativo de nuestras participaciones en comparación con el índice fue positivo. El fondo se benefició principalmente de su selección en Sudáfrica, la infraponderación en Kuwait, la sobreponderación en Chile y la selección en México e Israel. A nivel sectorial, nuestra selección en industriales y financieros fue valiosa. Por último, nuestro posicionamiento respecto a la duración también contribuyó positivamente.

Es importante destacar que nuestro enfoque de sostenibilidad demostró su capacidad para proteger la cartera en caso de fuertes caídas del mercado, como la provocada por la pandemia en marzo del año pasado: la caída* del fondo fue sólo del -8,55% cuando el índice perdió el -10,90%, lo que puso de manifiesto la confianza de los inversores en la mejor capacidad de las empresas responsables para capear la crisis.

Si bien la primera razón del bajo rendimiento puede atribuirse a nuestro error de juicio sobre la gravedad de la crisis turca, las otras dos son inherentes a la estrategia. Creemos que esto se compensa en parte gracias a las mayores credenciales de sostenibilidad del fondo, lo que debería permitirnos obtener una mejor rentabilidad ajustada al riesgo en comparación con nuestro universo a lo largo del tiempo.

Rendimiento ESG además del financiero

Las credenciales generales medioambientales, sociales y de gobernanza de la estrategia siguieron siendo sólidas. De hecho, la puntuación de calidad ESG del fondo mejoró a lo largo del tiempo (6,1 a finales de febrero de 2021 frente a 5,6 a finales de marzo de 2018) y sigue siendo muy superior a la del índice* (4,0 a finales de febrero de 2021 y 4,0 a finales de marzo de 2018). Es importante destacar que el fondo rinde mejor que su universo en los tres segmentos E, S y G.

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Fuente: @2021 MSCI ESG Research LLC – a fecha de 26.02.21 – informe realizado el 07.03.21

La huella de carbono del fondo también es mucho mejor que la del índice, atendiendo a distintas métricas:

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Fuente: @2021 MSCI ESG Research LLC, ISS, a fecha de 26.02.21 – informe realizado el 07.03.21 y el 05.03.21. Las emisiones pueden ser estimadas cuando no se publican.

En resumen, han sido tres años positivos desde el punto de vista de la sostenibilidad en los mercados emergentes de renta fija corporativa, así como para nuestro fondo UBAM – EM Sustainable Corporate Bond, al que se le concedió a finales de 2020 la distinción francesa relativa a la sostenibilidad «ISR» (o «SRI» en inglés, Socially Responsible Investment).

Ahora, continuamos con la mirada puesta en los próximos tres años y más allá.

 

Tribuna de Karine Jesiolowski, especialista en inversiones senior de Renta Fija Emergente en Union Bancaire Privée

 

** El fondo invirtió únicamente en emisores investment grade desde su creación hasta el 08.06.20, cuando las pautas de inversión se ampliaron para permitir la inversión en high yield. El índice era el JP Morgan CEMBI Diversified High Grade, con anterioridad al 08.06.20, y el JP Morgan CEMBI Diversified, a partir de entonces. El índice se ofrece únicamente con fines comparativos e ilustrativos. El fondo no tiene un índice de referencia oficial. La rentabilidad pasada no constituye un indicador de los resultados actuales o futuros.

Los expertos en finanzas conductuales advierten de que estamos ante un repunte de la “inversión emocional”

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Pixabay CC0 Public Domain. Los expertos en finanzas conductuales advierten de que estamos ante un repunte de la “inversión emocional”

Invertir lleva aparejado toda una serie de emociones que los inversores deben saber gestionar y controlar. De lo contrario, éstas podrían influir en sus decisiones tanto de forma positiva como negativa. Según advierten los expertos en finanzas conductuales de Oxford Risk, el actual entorno económico, fiscal y bursátil está generando un repunte en la llamada “inversión emocional”. 

En concreto, señalan que el reciente aumento de las valoraciones de los criptoactivos y del comercio minorista ha provocado que el “riesgo de la inversión emocional haya alcanzado un nuevo pico”. Según calcula esta compañía, por término medio, la inversión emocional provoca a los inversores una pérdida en su rentabilidad anual del 3%, pero ante la crisis actual considera que este porcentaje puede acabar siendo mayor. 

La “inversión emocional” implica que las personas actúen según sus impulsos conductuales y compren y vendan emocionalmente acciones e inversiones en función de las subidas y bajadas de los mercados.  En opinión de los expertos, esto suele llevar a la gente a invertir cuando los mercados, las acciones o las clases de activos están en alza, y a vender cuando están en baja, a menudo instigados por una gran cantidad de «ruido» en torno a estas oportunidades de inversión. 

Los inversores suelen perseguir inversiones que les resultan familiares, por ejemplo, empresas muy publicitadas en los medios de comunicación y aquellas que han anunciado recientemente grandes ganancias. Esto se debe a que, en tiempos de estrés, los inversores encuentran consuelo emocional en las inversiones de las que oyen hablar con regularidad y que ofrecen la promesa de rendimientos a corto plazo”, afirman desde Oxford Risk.  

En opinión de Greg B. Davies, director de Behavioural Finance Oxford Risk, actualmente tenemos la «tormenta perfecta” para la inversión emocional. “Frente al desplome generado por el coronavirus en el primer trimestre del año pasado, cuando los mercados bursátiles sufrieron grandes caídas, nos encontramos en un mercado alcista en todo el mundo. Ahora, el optimismo es mayor debido a las esperanzas en torno a la aplicación de la vacuna contra el coronavirus y a los programas de estímulo económico y fiscal. Sin embargo, se avecinan enormes problemas económicos en torno al desempleo y a los enormes déficits de gasto público, por lo que debemos esperar lo inesperado en los mercados durante los próximos meses”, señala Davis. 

A este optimismo se suma, según Davies, la “fiebre del oro” provocada por los criptoactivos, que están contando con el apoyo de los inversores minoristas pese a ser un activo volátil y poco conocido. “La pandemia significa que muchos inversores son actualmente muy sensibles emocionalmente y tienen un horizonte temporal emocional reducido, lo que aumenta el atractivo de las apuestas para hacerse rico rápidamente”, añade. 

Para los inversores que han aumentado su asignación al efectivo durante estos tiempos de volatilidad en los mercados, Oxford Risk estima que el coste de esta «reticencia» a invertir es de entre el 4% y el 5% anual a largo plazo, en términos de rendimiento. Además, calcula que el coste de la «brecha de comportamiento» (pérdidas debidas a las decisiones de sincronización causadas por invertir más dinero cuando los mercados bursátiles son buenos y menos cuando no lo son, es decir, comprar mucho y vender poco) es de media de entre el 1,5% y el 2% anual a lo largo del tiempo.    

Frente a este contexto, la compañía considera que un amplio número de gestores de patrimonio y asesores financieros están “mal equipados para ayudar a sus clientes a hacer frente a la montaña rusa emocional y psicológica que han sufrido durante la crisis del COVID-19, y el impacto que ha tenido en los mercados y sus inversiones”.  

En este sentido Davies argumenta: “Los procesos de idoneidad de muchas empresas de gestión de patrimonio suelen ser demasiado pesados en cuanto a personal, ineficaces y se cargan al principio de la relación con el cliente, para seguir el ritmo de los rápidos cambios de las circunstancias del cliente a escala durante una crisis. La comprensión de la personalidad financiera del cliente suele limitarse a la elaboración de perfiles de riesgo, a menudo erróneos, y a la evaluación humana subjetiva. Muy pocos utilizan medidas objetivas, basadas en la ciencia. No abogamos por eliminar a los humanos del proceso, ya que las conversaciones con los asesores son vitales, sobre todo en una crisis, pero deben estar asistidos por mejores herramientas de diagnóstico que permitan una evaluación precisa de la personalidad del cliente y de sus probables tendencias de comportamiento».

El 90% de los inversores están satisfechos con el rendimiento de los hedge funds en 2020

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Pixabay CC0 Public Domain. El 90% de los inversores están satisfechos con el rendimiento de los hedge funds en 2020

Según el último informe Investors Intencions H1 21, elaborado por la firma HFM y la Asociación de Gestión de Inversiones Alternativas (AIMA, por sus siglas en inglés), el 90% de los inversores quedaron satisfechos con los rendimientos logrados por los hedge funds en 2020, superando las expectativas y resultados de 2019. 

Para realizar este documento, que analiza el cuarto trimestre de 2020, se han entrevistado a 65 inversores (que tienen bajo gestión 3,8 billones de dólares, de los cuales 156.000 millones de dólares están invertidos en hedge funds) y a profesionales senior de IR y marketing de 135 gestores de hedge funds, para descubrir los cambios que los gestores pretenden hacer en sus carteras durante el primer semestre de 2021. 

Fruto de este análisis, el informe arroja algunas conclusiones relevantes. Por ejemplo, el 45% de los inversores tiene previsto aumentar su asignación a hedge funds, y más de la mitad mantiene su asignación a otras inversiones alternativas. ¿El motivo? El 64% afirma que esperan que estos fondos logren una rentabilidad superior este año y un 39% reconocen que están preocupados por la valoración de las acciones, por lo que recurrirán más a los hedge funds.  Para los responsables del informe, es llamativo que un 32% reconoce que los hedge funds son un posible sustituto a largo plazo de la renta fija, debido a la persistencia de un entorno de tipos bajos.

Para 2021, el informe espera que durante el primer semestre del año aumenten las asignaciones de hedge funds en las carteras. En particular, el 31% de los inversores están considerando asignaciones a estrategias cuánticas, seguidas de cerca por el arbitraje/valor relativo (29%) y la macro global (25%). Ahora bien, los inversores advierten que afrontarán estos cambios en sus carteras con una prioridad: la gestión del riesgo. En este sentido, el 97% de los encuestados señala que los hedge funds es la clase de activo mejor situado en relación riesgo dentro del espectro de los activos alternativos. 

Respecto a estas conclusiones, Elias Latsis, director de datos de HFM, señala que, a pesar de un entorno de mercado desafiante en 2020, “ los hedge funds fueron capaces de cumplir con su función prevista en la cartera de los inversores, es decir, la gestión del riesgo y la protección contra las caídas. Esto es un buen presagio para estos fondos de cara a este año, pero los gestores deben evitar convertirse en víctimas de su propio éxito, ya que las expectativas de rendimiento son ahora aún más altas».

Por su parte, James Sivyer, jefe de análisis de inversores de HFM, añade:  “Nuestro análisis muestra que el 63% de los family offices y los inversores con alto patrimonio planean aumentar su asignación a hedge funds en la primera mitad de 2021. Los gestores de hedge funds son muy conscientes de la demanda de sus productos por parte de los inversores privados, ya que consideran que es una clase de activo que les va a permitir alcanzar sus objetivos de inversión para este primer trimestre”. 

El entorno y las implicaciones del COVID-19 han demostrado que en tiempos de volatilidad del mercado e incertidumbre empresarial, las inversiones alternativas cumplen un papel cada vez más importante en la cartera de un inversor. Con un 2020 en el que se observó un fuerte rendimiento y una alta satisfacción de los inversores, el 2021 podría traer un renovado interés por los hedge funds entre los inversores, asignando a los mercados públicos y privados, ya que buscan la diversificación lejos de los bonos de bajo interés y las acciones de alto valor”, incluye Tom Kehoe, director general y jefe global de Análisis y Comunicación de AIMA.