Federica Calvetti se incorpora a Eurizon como Head of ESG & Strategic Activism

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Federica Calvetti
Foto cedidaFederica Calvetti, nueva head of ESG & strategic activism de Eurizon.. Federica Calvetti, nueva head of ESG & strategic activism de Eurizon.

Fedrica Calvetti se incorpora a Eurizon, la compañía de gestión de activos del Grupo Intesa Sanpaolo. Según ha informado la firma, Calvetti se une al departamento de inversiones para ocupar el cargo de Head of ESG & Strategic Activism.

Este área se encarga de integrar la experiencia de los distintos equipos de gestión que tienen un enfoque específico en las inversiones ESG tanto en los mercados de renta variable como de renta fija. Por su parte, Calvetti cuenta con una dilatada experiencia internacional en finanzas sostenibles. A lo largo de los años trabajó en Deutsche Bank en donde desarrolló habilidades específicas que le llevaron a asumir la responsabilidad de las cuestiones ESG para el mercado de deuda enfocada a los clientes corporativos.

Además, ha colaborado en los grupos de trabajo de la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA) sobre instrumentos de deuda vinculados a la sostenibilidad y en el grupo de trabajo creado por la Autoridad de Petróleo y Gas del Reino Unido sobre transparencia e información a los inversores.

De esta manera, Eurozin refuerza su compromiso con las inversiones sostenibles, tras 25 años de actividad en la creación de productos dedicados y la promoción de normas y conductas ESG.

El 80% de los fondos de gestión activa registrados para la venta en España, están clasificados de acuerdo a los artículos 8 y 9 de la nueva normativa europea SFDR (Sustainable Finance Disclosure Regulation), que entró en vigor el pasado 10 de marzo. Es decir, 41 de los 51 fondos de gestión activa registrados pueden catalogarse como sostenibles de acuerdo a los nuevos estándares establecidos.

¿Qué es el «capital natural» y por qué es importante para los inversores?

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Atribuimos un valor financiero a muchos activos. Pero, ¿por qué no hacemos lo mismo con los recursos naturales finitos, de los que depende nuestra actividad económica y nuestro bienestar? Los últimos cientos de años de actividad humana han provocado cambios climáticos que amenazan nuestra supervivencia. No obstante, según explican los expertos de Schroders, el cambio climático no es la única amenaza para el medio ambiente.

Está generalmente aceptado que los daños al medio ambiente y la pérdida de biodiversidad suponen un riesgo equiparable. Los recursos naturales son el elemento más importante de la economía global. Ya sean materias primas, agua, protección contra inundaciones, biodiversidad o polinización, la naturaleza proporciona la mayor parte del capital que necesitan las empresas para la producción de bienes y servicios. Todos tenemos un papel que desempeñar en la protección de estos recursos para que los seres humanos puedan seguir beneficiándose de ella durante generaciones. Además, cada vez hay más conciencia de que la pérdida de biodiversidad contribuye al cambio climático y es un riesgo para la inversión.

¿Qué es el capital natural?

El término se utiliza para describir elementos de la naturaleza que proporcionan beneficios importantes, llamados «servicios de los ecosistemas». Entre ellos se encuentran el control o la eliminación de CO2, la protección contra la erosión del suelo y el riesgo de inundaciones, los hábitats para la vida silvestre, la polinización y los espacios para el ocio y el bienestar. La naturaleza proporciona beneficios sociales esenciales a personas y comunidades de todo el mundo. 

La combinación de suelos, especies, comunidades, hábitats y paisajes que proporcionan estos servicios de los ecosistemas suele denominarse «activos». La idea de considerar la naturaleza como capital natural, reconociendo el verdadero valor de los activos de la naturaleza, está aumentando rápidamente su popularidad. Si bien el término se utilizó por primera vez en la década de los 70, ahora se exige cada vez más que el capital natural se considere un activo económico, y la ONU insta a los gobiernos a mirar más allá del PIB.

«El capital natural se diferencia de otras fuentes de capital porque no se produce», afirma Dieter Helm, profesor de política económica y miembro de la cátedra de economía del New College de Oxford. Señala que el petróleo y el gas son recursos naturales que se obtienen de la propia naturaleza y son de consumo gratuito en su origen.

Schroders

¿En qué se diferencia el capital natural de otros tipos de capital?

La maquinaria, los vehículos, los edificios y otros artículos industriales se denominan «capital producido». Se trata de «las cosas que hemos fabricado los humanos», explica Dieter en su podcast. «Hemos convertido las cosas que nos rodean en capital físico que se utiliza en la producción».

Así, aunque el petróleo y el gas existen en la naturaleza, utilizamos maquinaria creada por el hombre para acceder a ellos y convertirlos en productos cotidianos como la gasolina y los plásticos. El capital humano, por su parte, se refiere a los conocimientos, el juicio y la experiencia que aportamos los seres humanos. Las tres fuentes de capital trabajan juntas y forman la base de la actividad económica.

Schroders

¿Cómo se clasifica el capital natural?

El capital natural puede dividirse en categorías renovables y no renovables. El petróleo, el gas y los minerales, por ejemplo, sólo pueden utilizarse una vez. «La cuestión no es necesariamente que estos activos se utilicen», dice el profesor Helm. «Es que si una generación lo agota, ¿cómo compensamos a las generaciones futuras, porque ya no estará disponible para ellas?».

En cambio, el capital natural renovable es más flexible. «El capital renovable, a diferencia de otras formas de capital, es un capital que sigue proporcionando sus beneficios indefinidamente», afirma. Explica que hay un punto crítico con estos activos: si se agotan sus existencias más allá de este punto de inflexión, el capital deja de ser renovable. Es crucial mantener, mejorar y proteger estos recursos para que estén disponibles para las generaciones futuras.

¿Cuál es un ejemplo de capital natural renovable?

El profesor Helm, que también es director de Natural Capital Research, destaca las poblaciones de peces del Mar del Norte. «Si comemos arenques, estamos disfrutando de los beneficios de un capital natural renovable. Si no sobreexplotamos este capital natural renovable, dentro de 100 años la gente también podrá tener arenques», afirma.

Mientras las existencias naturales no se sitúen por debajo de los umbrales críticos, los activos podrán regenerarse. Los seres humanos y el ganado que crían para alimentarse representan el 96% de la masa de todos los mamíferos del planeta.

¿Es el capital natural lo mismo que la biodiversidad?

A veces los términos se utilizan de forma que sugieren que son equivalentes. Pero la «biodiversidad» se aplica a los organismos vivos. El capital natural incluye los organismos vivos, pero también el flujo de servicios de los ecosistemas de esta biodiversidad. Más de 32.000 especies están en peligro de extinción: el 26% de los mamíferos, el 41% de los anfibios, el 33% de los corales y el 14% de las aves.

¿Es el capital natural valioso en términos financieros?

El capital natural es fundamental para la vida tal y como la conocemos: dependemos totalmente de él para nuestra supervivencia y desarrollo. Pero la sociedad no lo reconoce oficialmente como un activo económico. Esto significa que el papel fundamental de la naturaleza no se tiene en cuenta en las mediciones del crecimiento económico y el bienestar.

Ahora se pide cada vez más que se la considere como tal. El marco económico de la ONU, el Sistema de Contabilidad Ambiental y Económica, ayudará a las personas y a las empresas a valorar con mayor precisión los recursos naturales. La Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad es otra iniciativa pionera que pretende incorporar la contabilidad del capital natural siguiendo un enfoque organizado para la valoración de los recursos naturales.

Por su parte, la Coalición de Capitales, formada por 380 iniciativas y empresas de todo el mundo, también intenta que la mayoría de las empresas, instituciones financieras y gobiernos del mundo tengan en cuenta el capital natural en su toma de decisiones para 2030.

Kathy Willis, profesora de biodiversidad de la Universidad de Oxford y otra de las directoras de Natural Capital Research, dijo que considerar la naturaleza como un activo y ponerla en el mismo balance que los demás recursos de una empresa ya no se ve como algo extraño.

«Los gobiernos, las empresas y los ciudadanos de todo el mundo están empezando a comprender la importancia y el valor críticos de los servicios de los ecosistemas que proporcionan sus activos de capital natural, sobre todo en lo que respecta al almacenamiento y la retención de carbono», dijo el profesor Willis.

«Existe un gran potencial de inversión en activos de capital natural; no sólo para la compensación de carbono y ESG, sino también para detener la pérdida de biodiversidad global y restaurar algunos de los ecosistemas más importantes del planeta». 

Aunque representan menos del 2% de la superficie terrestre, los bosques tropicales son el hábitat de más de la mitad de las plantas y animales del mundo.

¿Debe el capital natural ser realmente la principal prioridad de los inversores?

Según el Foro Económico Mundial, más de la mitad del producto interior bruto mundial, es decir, 44 billones de dólares, corresponde a actividades que dependen moderadamente o mucho de la naturaleza. Andy Howard, responsable de inversiones sostenibles de Schroders, afirma: «La reducción del capital natural, incluida la pérdida de biodiversidad y el deterioro de las reservas renovables, supone un riesgo real para las empresas, sus beneficios y los inversores».

En términos prácticos, esto podría significar que las compañías, los bancos y los inversores se enfrenten a mayores riesgos de seguros, mayores costes de capital y una pérdida de oportunidades de inversión.

«Los sectores que dependen en exceso de los servicios de los ecosistemas que actualmente no se valoran, o se infravaloran, pueden ver afectadas las valoraciones de las empresas cuando éstas acaben siendo valoradas con precisión», explica Andy Howard. Entre estos sectores se encuentran la agricultura, la producción de alimentos y el sector marítimo.

«Además, las presiones regulatorias y políticas ya están comenzando a consolidarse y materializarse. Por ejemplo, el Green Deal de la UE contiene un elemento importante sobre la biodiversidad. Esto podría tener un impacto directo en los beneficios», afirma.

Al igual que con el cambio climático, si no se hace nada los costes podrían ser elevados. El Fondo Mundial para la Naturaleza calcula un coste directo de 10 billones de dólares a nivel mundial entre 2011 y 2050.

¿Cómo encaja el capital natural con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU?

A largo plazo, el ritmo de agotamiento del capital natural debe coincidir con el ritmo de su regeneración; de lo contrario, los sistemas de soporte vital que necesitamos de la naturaleza se agotarán. Los ODS se desarrollaron partiendo de la base de que podemos alcanzar una tasa sostenible de uso del capital natural.

¿Qué han hecho los inversores hasta ahora?

La mayoría de los inversores aún no valoran del todo los riesgos financieros relacionados con la biodiversidad. Según los Principios de Inversión Responsable, los inversores están «poco concienciados» sobre el tema. Y hay muy pocos compromisos o políticas para abordarlo. Pero el impulso está creciendo.

Hannah Simons, jefa de estrategia de sostenibilidad de Schroders, afirma: «El Banco Mundial y los inversores globales están trabajando para establecer un compromiso de colaboración similar al de Climate Action 100+. La llamada Nature Action 100+ trataría de impulsar el cambio en las 100 principales empresas que tienen el mayor impacto negativo en la naturaleza».

Señala que se ha comenzado a trabajar en un Grupo de Trabajo para la Divulgación Financiera Relacionada con la Naturaleza con un plan para crear un marco, similar al Grupo de Trabajo para la Divulgación Financiera Relacionada con el Clima, para que las empresas divulguen su exposición a los riesgos financieros relacionados con la naturaleza para finales de 2023.

«Los objetivos basados en la ciencia para la naturaleza están en las primeras fases de desarrollo por parte de la Red de Objetivos Basados en la Ciencia», dice. «Estos objetivos son una forma en la que las empresas pueden alinear su acción individual de sostenibilidad con los objetivos ambientales acordados a nivel mundial».

¿Qué más deben hacer los inversores con respecto al capital natural?

Los inversores pueden desempeñar su papel asignando capital a inversiones que preserven nuestro entorno natural y comprendiendo cómo las empresas de sus carteras utilizan y dependen del capital natural.

Kate Rogers, codirectora de organizaciones benéficas de Cazenove Capital, que supervisa carteras pertenecientes a fundaciones y organizaciones benéficas, destaca la importancia de que los inversores trabajen juntos. «Estamos deseando trabajar junto a otros inversores con fines benéficos en un nuevo programa de compromiso colaborativo en el que se solicita a las empresas que valoren, protejan y restauren la naturaleza. Consideramos que la propiedad activa es una parte clave de nuestra acción para detener la pérdida de biodiversidad».

Asimismo, Andy Howard afirma: «Podemos actuar como responsables activos de nuestras inversiones, utilizando los datos disponibles para distinguir a los líderes de los rezagados e impulsar el cambio, especialmente entre estos últimos, para ayudarles a mejorar sus prácticas empresariales».

Por último, Hannah Simons afirma: «También es nuestra responsabilidad como inversores animar a terceras partes a recopilar y difundir datos coherentes y comparables relacionados con la naturaleza, e instar a las empresas a participar en los proyectos piloto del Grupo de Trabajo para la Divulgación de Información Financiera relacionada con la Naturaleza».

 

 

Unicaja Banco culmina la integración legal de Liberbank, que convierte a la entidad fusionada en el quinto mayor banco de España

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Unicaja Banco
Foto cedidaDe izquierda a derecha, Teresa Sáez, secretaria del Consejo de Administración de Unicaja Banco; Ángel Rodríguez de Gracia, hasta ahora consejero delegado de Unicaja Banco; Manuel A. unicajabanco

Unicaja Banco ha culminado los trámites legales de la fusión con Liberbank, tras recibir las autorizaciones regulatorias preceptivas, con la inscripción el pasado viernes en el Registro Mercantil de la escritura de fusión por la que Unicaja Banco absorbe Liberbank, con lo que se ha hecho efectiva la operación en el período previsto.

La  operación recibió el mayoritario apoyo de los accionistas en las respectivas Juntas Generales de Accionistas que se celebraron el 31 de marzo.

La  entidad  combinada se sitúa como quinto banco español por volumen de  activos  (cercanos  a  los  113.000  millones  de euros), con calidad y solidez de balance, más  de  4,5  millones  de  clientes, y una amplia y diversificada  presencia  en  el  territorio  nacional,  siendo  entidad de referencia en seis comunidades autónomas.

El Consejo de Administración de Unicaja Banco tras la integración legal queda configurado por 15 miembros, dos ejecutivos, siete dominicales y seis independientes, teniendo como presidente ejecutivo a Manuel Azuaga, actual presidente ejecutivo de Unicaja Banco, y a Manuel  Menéndez, consejero delegado de Liberbank hasta la fecha, como consejero delegado.

Las acciones de Liberbank han dejado de cotizar hoy viernes al cierre de mercado y las nuevas acciones de Unicaja Banco, emitidas  en la ampliación de capital para atender el canje de fusión, conforme a lo previsto, comenzarán a cotizar el próximo lunes día 2 de agosto.

El presidente de Unicaja Banco, Manuel Azuaga, ha señalado que con la fusión se ha conformado la quinta entidad española por activos, con una situación de fortaleza financiera, y un mayor tamaño que “permitirá afrontar mejor los desafíos a los que se enfrenta el sector, y continuar apoyando la recuperación económica del país, manteniendo la cercanía y vinculación al territorio como valores compartidos”.

Manuel  Menéndez ha destacado que “la operación aportará valor para accionistas, clientes y empleados, mejorando los niveles de eficiencia y rentabilidad, y permitirá  reforzar la posición de mercado, y seguir respaldando a las familias y empresas”.

Los fondos españoles crecen un 10,5% en lo que va de año y acumulan 16.500 millones en suscripciones

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CC-BY-SA-2.0, Flickr. carretera

Los fondos de inversión han cerrado el mes de julio con un incremento de 3.219 millones de euros en su volumen de activos (un 1,1% más que el mes anterior), situándose de esta manera en 303.511 millones de euros, casi 29.000 millones por encima del cierre de 2020. Esta cifra supone que, en lo que va de año, los fondos han incrementado su volumen un 10,5%, según los datos provisionales de Inverco.

Con un comportamiento plano en los mercados financieros, el incremento en el patrimonio de los fondos de Inversión ha tenido su origen principalmente en el volumen de las suscripciones netas, que han aportado el 70% del crecimiento del mes, mientras el 30% restante tuvo su origen en las revalorizaciones de cartera por efecto mercado.

Y es que, según los datos de Inverco, el ahorrador ha mantenido en julio su confianza en los fondos, registrando flujos netos positivos por importe de 2.267 millones de euros, siendo julio el sexto mes en que de forma consecutiva los fondos captan ahorro neto de los partícipes por importe superior a los 2.000 millones de euros.

En el conjunto del año 2021 los fondos acumulan más de 16.500 millones de euros en suscripciones netas.

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En julio, la inmensa mayoría de las categorías han experimentado flujos de entrada positivos, centrados en los fondos de renta fija, con 1.676 millones, seguidos por los globales, con 687 millones. También los mixtos han registrado suscripciones de cierta magnitud por valor de 675 millones en su conjunto.

Las vocaciones inversoras con mayores reembolsos han correspondido a los fondos garantizados (742 millones) y en menor medida a los de renta variable internacional.

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Por su parte, las rentabilidades también acompañan al sector. En julio los fondos han experimentado una rentabilidad media del 0,27%, con rentabilidades positivas en la práctica totalidad de las categorías. Únicamente los fondos de renta variable nacional han presentado rendimientos ligeramente negativos (-0,36%), pero siguen manteniendo una rentabilidad acumulada en el año próxima al 11%, siendo esta la segunda vocación que más rentabilidad está ofreciendo en el año, por detrás de los fondos de renta variable internacional (14,35%). Cabe destacar el positivo comportamiento de la renta fija de mayor duración (renta fija largo plazo, garantizados, fondos con objetivo de rentabilidad no garantizado), cuyo origen ha sido la notable reducción de las TIRes de la deuda de largo plazo.

En el conjunto del año, los fondos acumulan una rentabilidad del 4,54%, donde todas las categorías presentan rendimientos positivos, siendo superiores al 10% en aquellas vocaciones centradas en renta variable pura, tanto en el mercado nacional como en el internacional.

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Una recuperación singular: comienza el relevo

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Aunque el rally de la renta variable desde el mínimo de la pandemia ha sido prácticamente ininterrumpido, el liderazgo ha experimentado una marcada transición. En 2020, las cotizaciones se recuperaron gracias a la fortaleza de las empresas más favorecidas por el confinamiento, que hicieron posible que las sociedades siguiesen trabajando, educando y comprando a distancia. Superpuestas a este grupo estuvieron las plataformas online de mega-capitalización y las empresas de informática en la nube (cloud), alineadas con temas considerados duraderos y de crecimiento secular. En un mundo sumido en una acusada contracción económica, los inversores pagaron una prima por las escasas historias de crecimiento.

Este año, el optimismo acerca de la reapertura económica general ha situado a las empresas más vinculadas al ciclo a la cabeza del rally. En contraste con finales de 2020, cuando las vacunas estaban a punto de ser aprobadas, no es la esperanza lo que ahora está impulsando los mercados, sino el crecimiento de los beneficios. En consecuencia, el liderazgo ha rotado hacia los segmentos del mercado vapuleados, para los cuales se anticipa un buen comportamiento durante la recuperación económica. La rentabilidad en lo que va de año de las acciones value es más del doble que la de las acciones growth, y las pequeñas empresas están empezando a poner distancia entre ellas y las de gran capitalización.

Aunque esta rotación sigue prácticamente el manual sobre los ciclos de mercado, la de 2020 no fue una recesión ordinaria, y los inversores deberían ser prudentes pues la recuperación podría desarrollarse de manera atípica. Una interpretación favorable es que las disrupciones económicas provocadas por fenómenos naturales suelen durar poco. Sin embargo, una recuperación económica general podría enmascarar las disrupciones fundamentales en los modelos de negocio causadas por los cambios de comportamiento de los consumidores y por la aceleración de la transición hacia la economía digital durante la pandemia. Al mismo tiempo, los niveles de intervención monetaria y fiscal aplicada no tienen precedentes, y su impacto final en algunos segmentos del mercado y de la economía no está ni mucho menos claro.

Un panorama económico en fase de mejora podría llevar a los inversores a caer en una euforia excesiva respecto a la renta variable. Y aunque compartimos el optimismo sobre los beneficios a corto plazo, hay que evitar “comprar el mercado” indiscriminadamente. Esto es así porque la dinámica de mercado está destinada a cambiar, a lo que hay que añadir cierto número de riesgos –desde errores de política hasta inflación y perturbaciones en el mercado provocadas por la liquidez– que podrían derivar en una rápida retirada del apoyo hacia aquellos participantes en el rally sin la estrategia o la solidez financiera para mantener el crecimiento de los beneficios durante todo el ciclo económico.

Aún en los compases iniciales

Las recuperaciones económicas tienden a imitar la trayectoria de la fase bajista. Y a diferencia de lo ocurrido en la crisis financiera global, parece que sí será así con la emergencia provocada por la pandemia del COVID-19. Detrás de ello están los considerables esfuerzos de vacunación que han permitido a un número creciente de países reabrir sus economías. Ahora se espera que el producto interior bruto (PIB) global alcance el 5,8% este año y, como se observa en el gráfico 1, los índices de directores de compras (PMI) regionales muestran que está en marcha una recuperación en forma de “V”. Debido a la naturaleza de esta recesión, la contracción afectó simultáneamente a todas las zonas geográficas. La recuperación, en cambio, está resultando ser asíncrona y acumulativa.

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Poco después de que se decretasen los confinamientos el año pasado, la economía global recibió un salvavidas cuando el gobierno de China activó una ola de estímulos a través de su palanca de política favorita: el gasto en construcción. Una vez que el país hubo recuperado cierta bonanza económica, y temeroso de la amenaza que puede acarrear un apalancamiento excesivo, adoptó una postura menos acomodaticia. Para entonces, sin embargo, los indicios ya apuntaban a que EE.UU. empezaba a ver la luz al final del túnel. Dado el decisivo papel del consumo estadounidense en el crecimiento económico global, el consumidor estadounidense —apoyado por la elevada tasa de ahorro y los cheques de estímulo— se dispone a tomar el relevo de China como impulsor de la próxima fase de la recuperación global.

Con la vacunación avanzando a buen ritmo en regiones clave como el Reino Unido —y más recientemente, Europa continental— las fuentes de crecimiento, en nuestra opinión, deberían volverse más variadas a lo largo de 2021. Sin embargo, India y Brasil solo han empezado a experimentar sus oleadas más recientes de contagios, y los esfuerzos de vacunación serán fundamentales para atajar posibles brotes y colocar a estas economías en una posición económica más firme.

“El consumidor estadounidense … se dispone a tomar el relevo de China como impulsor de la próxima fase de la recuperación global”.

Construir desde una base

Las ganancias de la renta variable en 2020 se cimentaron en gran parte en la expansión de los múltiplos, pues los inversores premiaron las acciones orientadas al crecimiento y de megacapitalización. Este año, las que están alentando los avances del mercado son las expectativas de un intenso crecimiento de los beneficios (véase el gráfico 2). La revalorización primera de las acciones cuando los ensayos con las vacunas cobraron impulso ha proseguido conforme la economía global ha empezado a constatar progresos concretos. En los últimos tres meses, hasta el 13 de mayo, los beneficios agregados del índice MSCI World se han revisado al alza más de un 7%. De manera importante, la mayor mejora se ha centrado en los sectores cíclicos, incluidos los de energía, materiales, financiero y comunicaciones. Aunque esta última categoría también estuvo en la base del rally de 2020, su reaparición ahora tiene menos que ver con su exposición al crecimiento secular y más con la posición dominante de las plataformas de internet en el gasto en publicidad online, un segmento destinado a registrar un auge a medida que las empresas pugnan por la atención de los consumidores.

Janus Henderson Investors

 

El mercado ha tomado nota de que estos cuatro sectores han estado entre los componentes con mejor rendimiento del índice MSCI World hasta finales de mayo. La perspectiva de una demanda al alza de inputs industriales ha impulsado a los sectores relacionados con las materias primas, mientras que el financiero se benefició de la pronunciada inclinación a principios de año de la curva de tipos, lo que augura buenas expectativas para los márgenes operativos de las entidades de crédito. Los sectores históricamente defensivos han quedado, hasta ahora, descolgados. Entre ellos el sector de la tecnología, que en 2020 asumió la peculiar vitola de “crecimiento defensivo”, pues durante lo peor de la crisis, los inversores gravitaron hacia los balances inexpugnables y las posiciones estratégicas defensivas del sector de megacapitalización.

Calentando motores

A medida que las restricciones a la movilidad por la Covid se relajan en EE.UU. y la vacunación avanza en otras regiones, esperamos que la recuperación económica se extienda. La siguiente fase estará probablemente impulsada por unos consumidores deseosos de reemprender los viajes y la actividad social. Hasta entonces, la carrera de las fábricas para aprovisionarse de inputs a medida que incrementan su capacidad debería contribuir al crecimiento. Pero como se suele decir, del dicho al hecho hay un trecho, pues el recorte de pedidos industriales en 2020 afectó a las cadenas de suministro en un abanico de sectores, con la persistente escasez de chips de semiconductores como ejemplo más visible. Las medidas para reestablecer estos vínculos deberían espolear la recuperación de comienzo del ciclo, aunque con posibles tropiezos, ya que los reveses podrían crear baches en el crecimiento e inflación transitoria.

Una vez que la capacidad industrial aumente y los consumidores abran sus billeteras, las compras tendrán que pagarse. Mientras que los bancos deberían beneficiarse de las pronunciadas curvas de tipos asociadas al crecimiento económico, unos volúmenes de operaciones crecientes deberían apoyar a las pujantes empresas fintech, dedicadas en su mayor parte al procesamiento de pagos. Tras acelerarse durante la pandemia, las operaciones digitales, en nuestra opinión, seguirán formando parte del decorado puesto que los consumidores y las pequeñas empresas han experimentado la comodidad y eficiencia de los pagos online.

Otras actividades adoptadas durante la pandemia probablemente mantendrán su inercia ascendente. Si bien el comercio electrónico lleva años implantado entre los nativos digitales, el confinamiento le hizo ganar adeptos entre otros grupos de población —en especial, los mayores—. Ya sea mediante los pagos o las compras online, los individuos y las empresas no volverán atrás a una manera menos eficiente de hacer negocios.

Hay otras categorías que podrían no mantener el mismo nivel de actividad que durante la pandemia, pero que probablemente seguirán formando parte del tejido económico. Los modelos de trabajo y educación híbridos (presencial/a distancia), así como cierto tipo de interacciones sociales online, han llegado para quedarse. Debe hallarse un nuevo equilibrio entre el modelo “antiguo” y el “nuevo”. Como botón de muestra, un sorprendente ganador durante la pandemia: los sitios de citas online a los que recurrieron los solteros confinados. A medida que los contactos en persona vuelven a imponerse, esperamos que una parte —aunque no la totalidad— de la interacción digital remita.

Finalmente, algunas actividades de la era de la pandemia están llamadas a declinar. Los videojuegos, por ejemplo, no pueden expandirse ilimitadamente, pues un día tiene un número de horas finito. A medida que se restablezca la confianza en otras formas de ocio, los juegos online lo tendrán difícil para igualar los niveles de 2020. Con todo, esta categoría está en mejor posición que una diversidad de negocios que probablemente no se recuperen del todo debido a los cambios de comportamiento inducidos por la pandemia. Esperamos un aumento de los viajes y las actividades sociales, pero en aquellos casos donde existan alternativas digitales adecuadas, el futuro se antoja complicado.

“Si bien el comercio electrónico lleva años implantado entre los nativos digitales, el confinamiento le hizo ganar adeptos entre otros grupos de población —en especial, los mayores—”

Una recuperación singular con riesgos igualmente singulares

Casi cualquier recuperación temprana goza del apoyo de unas políticas acomodaticias. En consecuencia, todo ciclo está a expensas de que se cometan errores en política. Creemos que el impulsor de la actual recuperación es un favorable telón de fondo en los beneficios, pero dada la magnitud de la intervención gubernamental en la economía global, el margen para resultados imprevistos, a nuestro parecer, ha aumentado.

Por un lado, está el aforismo de que cuando la política monetaria se endurece, nos acercamos al final del ciclo. Los mercados recibieron un curso intensivo sobre esto durante el “berrinche” por la retirada de los estímulos (taper tantrum) de 2013, cuando la Reserva Federal (Fed) insinuó que reduciría su balance. El riesgo contrario es que los bancos centrales hagan demasiado poco, creando así las condiciones para una escalada de la inflación. Dado el reiterado discurso de la Fed sobre el mantenimiento de su postura acomodaticia a medio plazo, la inflación podría ser el riesgo que merezca mayor atención. Las preocupaciones latentes sobre el aumento de los precios estuvieron probablemente detrás de la subida de los tipos de los bonos del Treasury este invierno.

Creemos que el impulsor de la actual recuperación es un favorable telón de fondo en los beneficios, pero dada la magnitud de la intervención gubernamental en la economía global, el margen para resultados imprevistos, a nuestro parecer, ha aumentado.

Aunque cierta dosis de inflación es una señal positiva de una economía en recuperación, y permite a las empresas subir los salarios y repercutirla mediante subidas de precios, una inflación descontrolada reduciría el valor actual de todos los activos de riesgo, no solo de los bonos corporativos. Además, endurecimientos agresivos de los tipos en un intento por parte de los bancos centrales de no quedarse atrás harían que se cumpliese la profecía de que una política restrictiva es el verdugo de toda expansión.

Hasta ahora, la Fed permanece impasible al repunte de los rendimientos de los tramos intermedio y largo de la curva del Treasury. Probablemente interprete que esto es un “adelanto” de los tipos de final de año. Y aunque los rendimientos se han estabilizado, cualquier movimiento al alza adicional que ponga en peligro el crecimiento tendría como respuesta, en nuestra opinión, más medidas acomodaticias.

Unos ingentes estímulos fiscales y monetarios no solo amenazan con distorsionar el mecanismo de formación de precios de la economía real al introducir presión inflacionista, sino que también afectan directamente a los mercados financieros. La combinación de liquidez y tipos de interés bajos ha desatado entre los inversores una fiebre por el rendimiento, recurriendo a menudo al apalancamiento como potenciador de la rentabilidad. Aunque la probabilidad de un escenario de perturbación del mercado es remota, no es nula, y dada la estructura del mercado post crisis financiera global, un rápido drenaje de la liquidez podría tener consecuencias insospechadas, a medida que los inversores reducen su apalancamiento y venden lo primero que pueden.

Todo vuelve a depender de los beneficios

En un escenario como el descrito, las ventas podrían ser indiscriminadas. Pero una vez que las aguas se calmen, las acciones más resilientes serán aquellas apoyadas por un crecimiento de los beneficios, y no las beneficiadas por el “subidón” momentáneo del exceso de liquidez. El crecimiento de los beneficios ha sido especialmente intenso en energía, materiales, financiero y comunicaciones, como puede apreciarse en el gráfico 3.

Janus Henderson Investors

Asimismo, en caso de que los tipos de interés aumenten demasiado rápido y la recuperación se frene, las empresas que mejor capearán la tormenta serán aquellas capaces de generar crecimiento de sus beneficios durante todo el ciclo económico, apoyadas en los temas ligados a una economía global cada vez más digital. Pero como nuestro escenario base para lo que resta de 2021 es de una ampliación de la recuperación, creemos que los inversores deberían equilibrar su exposición secular con posiciones en títulos de alta calidad cuyos beneficios deberían recibir un impulso multitrimestral a medida que la actividad económica prosigue su recuperación.

 

Tribuna de Matt Peron, director de análisis de Janus Henderson Investors.

 

 

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El papel de las tecnológicas chinas y sus efectos en los mercados a nivel global

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Pixabay CC0 Public DomainImagen de Wei Zhu . China

Esta semana ha estado marcada por las caídas en acciones de la China continental y de Hong Kong (y ADRs; el ETF Golden Dragon ha perdido la mitad de su valor desde los máximos de febrero), que, a su vez, han generado inquietud en las bolsas de los Estados Unidos y de la eurozona.

La campaña de Xi Jinping contra los gigantes de la tecnología china, que empezó con el bloqueo a la oferta pública de venta de la fintech de Jack Ma (Ant Group, valorada en 30.000 millones de euros), se ha llevado por delante la cotización de acciones emitidas por compañías de los sectores logístico, entrega a domicilio, propiedad residencial y educación privada. El valor de mercado de empresas como DiDi, Oriental Education, Meituan, TAL Education, Gaotu, Tencent o Alibaba ha perdido entre un 14% y un 83% solo en los últimos 30 días (ver gráfica). El índice Hang Seng Tech perdía un 18% en tres sesiones, alentando el rumor entre los operadores estadounidenses de una liquidación masiva de activos chinos (locales y listados en Hong Kong) por parte de los grandes fondos de inversión del país.

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A pesar del embate regulatorio, que podría expandirse a otras industrias (servicios médicos o lujo, por ejemplo), su coste económico y la destrucción implícita de riqueza (el sector de clases privadas o tutoring fuera de horario escolar mueve más de 130.000 millones de euros y se ve seriamente amenazado por la nueva regulación; las caídas acumuladas desde febrero en acciones de corporaciones tecnológicas chinas suman más de 677.000 millones de euros de capitalización bursátil), el yuan se ha mantenido estable. La correlación entre el renminbi y las acciones chinas offshore (índice Hang Seng China) fue prácticamente perfecta cuando empeoraba la guerra comercial con EE.UU., para quebrarse puntualmente coincidiendo con las primeras evoluciones serias de contagios por COVID. Ahora, el diferencial entre ambas series se ha ampliado aún más, alimentando el temor respecto a una oleada de repatriaciones que podría deprimir el valor de la moneda china. Quizá uno de los motivos de la iniciativa del Politburó es precisamente moderar los flujos de dinero extranjero que, desde 2020, se han disparado en el mercado de renta fija local para evitar una apreciación más abultada en la divisa que dificultaría la transición del modelo económico.

 

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Un ataque tan directo al modelo de negocio de multinacionales como Amazon, Uber, Google o Netflix sería casi impensable y los intentos regulatorios hasta ahora han sido infructuosos. No obstante, el poder y relevancia (política, social y económica) que estas empresas han alcanzado puede ser precisamente lo que las autoridades chinas estén intentando evitar actuando con rapidez y contundencia contra entidades como JD.com (obligada a reestructurar su negocio), Bytedance (oferta pública de acciones suspendida, imposición de requisitos de censura y control de contenidos más severos), Meituan (forzada a incrementar salarios) o Suning.com (empujados a prescindir de su fundador en el manejo de la compañía).

La sorprendente iniciativa pone de manifiesto el punto hasta el que el Partido Comunista Chino (PCC) considera amenazada su capacidad para gestionar con éxito la transición de su modelo económico (de exportaciones a consumo doméstico) y que pretende consolidar la mayoría de una clase media en un país de 1.400 millones de personas (evitando la polaridad social y la desigualdad).

El riesgo que supone para las autoridades la diseminación masiva de información contraria a los intereses del PCC, la pérdida de control del sistema financiero o la emergencia de propuestas políticas alternativas (construidas sobre la influencia política y el poder económico de magnates como Jack Ma) contrasta con la necesidad de contar con el apoyo de instituciones privadas que fomenten y diseminen el mensaje del gobierno central a través de la producción de contenido de entretenimiento local que permita al país mantenerse a la vanguardia de los avances tecnológicos (que produzcan más propiedad intelectual en el ámbito del diseño de semiconductores, por ejemplo, y no estén tan enfocadas en desarrollar nuevos modelos de negocio en torno a la industria del consumo), o que permitan potenciar las dependencias económicas de China y obtener influencia política. Inversiones en multinacionales extranjeras como las llevadas a cabo por Tencent en Tesla, Zoom, Spotify o Shopify por valor de 50.000 millones proporcionan a Pekín un conducto potencialmente muy útil para proyectar en otras naciones la imagen que más les interese en cada momento. En este sentido, las medidas adoptadas hacen casi imposible que una empresa china se financie en EE.UU., obligándola a levantar capital localmente y dando al PCC y a los reguladores chinos una mayor capacidad de influencia sobre su gestión.

El objetivo del gobierno chino, enmarcado dentro de su plan quinquenal, pasa por transformar el país en una nación socialista moderna, facilitando el desahogo financiero de familias de clase media que ahora pueden plantearse tener hasta tres hijos (lo que implica mayores tasas de consumo). Garantizar que este proyecto llegue a buen puerto exigirá una presión regulatoria muy alta.

En el excelente libro Geopolitical Alpha, Marko Papic plantea una cuestión interesante que puede ayudar a entender las acciones adoptadas por el gobierno chino. Después del colapso de la Unión Soviética en 1991, el PCC publicó un análisis en el Diario de la Juventud China acerca de los motivos detrás de la caída de la URSS. Este artículo identificaba, como tarea más urgente para evitar el mismo destino, la implementación de reformas graduales para asegurar la estabilidad. Este mandato, años más tarde, quedó resumido por el entonces secretario general del PCC Jiang Zemin en tres premisas fundamentales:

  1. El Partido debe representar las fuerzas productivas de la economía.
  2. El Partido debe impulsar una cultura moderna avanzada.
  3. El Partido debe representar los intereses de la gran mayoría del pueblo.

Para mantener al pueblo contento, las autoridades chinas evitarán a toda costa caer en la trampa de las “rentas medias”, que se produce cuando el crecimiento económico se estanca y la evolución de la renta per cápita queda suspendida en niveles alejados de los de las economías más desarrolladas (justo lo que dilapidó los regímenes autoritarios latinoamericanos en los 70s).

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Las reformas llevadas a cabo en China (regular las vías de financiación de las provincias y el shadow banking, evitar burbujas especulativas en mercados de propiedad residencial, ser quirúrgico en las ayudas al crecimiento económico o potenciar el desarrollo local de empresas operando en industrias estratégicas) buscan, ante todo, preservar una tasa de crecimiento que evite el descontento social y garantice el apoyo de la clase media al gobierno (que representa más del 50% de la población). Para ello, la clave está en disparar la productividad, que pasa por racionalizar la asignación de recursos proporcionando el acceso a capital a empresas privadas que lideren la innovación y garanticen la generación de riqueza (que en términos de PIB per cápita supera ya al registrado para Corea o Taiwán y que no puede modularse rebajando el impuesto sobre la renta porque la base de cotización es insignificante y los sistemas de cobro poco desarrollados).

A corto plazo la volatilidad en los mercados de acciones chinas se mantendrá elevada mientras los inversores digieren el nuevo escenario y reajustan al alza la prima de riesgo. El apetito por este mercado se ve disminuido a corto plazo, no solo por el impacto de la campaña regulatoria sobre empresas de internet, sino también por el mal comportamiento de acciones en sectores más tradicionales respecto a los índices globales. El impulso de crédito en China mantiene su tendencia bajista y, a pesar del tímido recorte en requisitos de reservas, no parece probable una relajación en política monetaria a corto plazo. El mercado de renta fija descuenta recortes adicionales que aún tienen que producirse y el índice Li Keqiang de actividad anticipa más debilidad en bolsa.

A pesar del los esfuerzos de medios ligados al régimen chino de frenar las caídas (según informaciones publicadas por Wall Street Journal, CNBC, o Bloomberg), y del fuerte rebote registrado el jueves por algunos de los títulos más castigados, todo lo anterior recomienda tener paciencia, tanto con China como con emergentes (China pondera un 41% en el índice MSCI EM). El ajuste en el impulso de crédito chino (ya en -4%) está avanzado pero su efecto se dejará notar los próximos meses; por su parte los bancos centrales en economías emergentes enfrentan el dilema de relajar políticas monetarias para estimular la recuperación o incrementar sus tasas de interés para defender la cotización de sus respectivas divisas. Don’t catch a falling knive.

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Los minoristas podrán invertir en empresas de capital riesgo sin desembolsar el mínimo de 100.000 euros

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Pixabay CC0 Public Domain. Valoración de finReg360 Los minoristas podrán invertir en empresas de capital riesgo sin desembolsar el mínimo de 100.000 euros

Novedades para los inversores minoristas. El anteproyecto de ley que prepara el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital sobre la creación y crecimiento de empresas incluye ciertas modificaciones a la ley de entidades de capital riesgo, entre las que destaca que los minoristas puedan invertir en ellas a partir de 10.000 euros y no de 100.000, como hasta ahora, con ciertas condiciones.

Según apuntan desde finReg360, este tipo de medidas buscan “impulsar y mejorar la inversión colectiva y el capital riesgo con la finalidad de apoyar financieramente el crecimiento empresarial y, en concreto, del sector fintech”. Además, el Ministerio ha abierto el plazo de audiencia pública de este anteproyecto de ley, que permanecerá abierto a alegaciones hasta septiembre de 2021.

El anteproyecto introduce novedades de calado en la ley de entidades de capital riesgo, pero también en las instituciones de inversión colectiva (IIC). Sobre la inversión en capital riesgo, el cambio en el mínimo de 10.000 euros para los inversores minoristas, tiene como condición que se den las condiciones de idoneidad necesarias para invertir en las acciones o participaciones de una entidad de capital riesgo, “que no podrán superar un peso proporcional determinado en el conjunto de su cartera”.

“En este sentido se faculta al Ministerio o, con su habilitación, a la CNMV, para que desarrollen la documentación necesaria para evaluar la idoneidad de los inversores, y el peso proporcional máximo de las entidades de capital riesgo en el conjunto de su cartera”, explican desde finReg360.

Respecto a las IICs, el anteproyecto de ley incluye los fondos de inversión a largo plazo europeos (FILPE) dentro del ámbito de aplicación de la ley de entidades de capital riesgo, y recoge expresamente que las sociedades gestoras de instituciones de inversión colectiva (SGIIC) y las sociedades gestoras de entidades de inversión colectiva de tipo cerrado (SGEIC) puedan administrar, representar, gestionar y comercializar FILPE, como ya se reconocía en la práctica.

También se modifica la ley de entidades de capital riesgo, a la que se añade el artículo 4 bis, que crea una nueva categoría de entidad de inversión colectiva de tipo cerrado (EICC): las EICC de préstamos.

“Estas nuevas EICC son las que tienen como objeto principal la inversión en facturas, préstamos, crédito y efectos comerciales de uso habitual en el tráfico mercantil. Las gestoras que administren las EICC de préstamos han de cumplir determinados requisitos, que el anteproyecto especifica, como: dotarse de un procedimiento de gestión del riesgo de crédito; disponer de un sistema de valoración y clasificación de los préstamos; y tener un procedimiento de análisis y evaluación de la solvencia de los prestatarios”, apuntan desde finReg360.

Por último, el borrador también modifica el artículo 9 de la ley de entidades de capital riesgo para incluir expresamente, como objeto principal del capital riesgo, la inversión en entidades financieras cuya actividad se encuentre sustentada principalmente en la aplicación de tecnología a nuevos modelos de negocio, aplicaciones, procesos o productos. “Este cambio, que se descartó en propuestas de modificación previas, resulta muy relevante, pues permite que estas entidades españolas inviertan en fintech”, matizan.

BBVA crea el área global de Sostenibilidad liderada por Javier Rodríguez Soler

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Foto cedidaJavier Rodríguez Soler, responsable del área global de Sostenibilidad liderada de BBVA . BBVA crea el área global de Sostenibilidad liderada por Javier Rodríguez Soler

En el marco de la presentación de sus resultados semestrales, BBVA ha anunciado la creación del área global de Sostenibilidad, dando así un “nuevo impulso” a su estrategia en materia de sostenibilidad. El área estará liderada por Javier Rodríguez Soler, actual country manager de Estados Unidos. 

Según explica la entidad, esta nueva división nace con la aspiración de convertir a BBVA en el banco de referencia de los clientes en soluciones de sostenibilidad. “Esta nueva área global de negocio dará un impulso definitivo a nuestro liderazgo en sostenibilidad y a la prioridad estratégica de ayudar a nuestros clientes en su transición hacia un futuro sostenible”, ha señalado Carlos Torres Vila, presidente de BBVA.

Además, la nueva área global diseñará la agenda estratégica de sostenibilidad, definirá e impulsará las líneas de trabajo en torno a este ámbito de las diferentes unidades globales y de transformación (riesgos, finanzas, talento y cultura, data, ingeniería y organización, entre otras) y desarrollará nuevos productos sostenibles. Adicionalmente se encargará de desarrollar conocimiento especializado para un asesoramiento diferencial a los clientes, algo que la nueva área va a asegurar mediante su plena integración con el resto de unidades de negocio clave del banco. 

También establecerá metodologías de comercialización y relaciones con socios estratégicos, que permitan incrementar el negocio en el ámbito de la sostenibilidad en todo el Grupo. Y los equipos de la Oficina Global de Sostenibilidad (GSO, por sus siglas en inglés), creada en marzo de 2020, se integrarán dentro de la nueva área global.

“La sostenibilidad es una prioridad estratégica y es responsabilidad de todos los que formamos parte de BBVA. La creación de esta nueva área de negocio global nos permitirá capturar la enorme oportunidad que representa la sostenibilidad, desarrollando productos innovadores y profundizando en la relación estratégica con nuestros clientes”, ha destacado Onur Genç, consejero delegado del Grupo

Javier Rodríguez Soler, actual country manager de Estados Unidos, liderará la nueva área, que formará parte del máximo nivel ejecutivo de la organización, el Global Leadership Team, y reportará al consejero delegado, Onur Genç. Adicionalmente, teniendo en cuenta el elevado carácter estratégico y transformador del área, se establece un reporte en estos ámbitos al presidente del Grupo, Carlos Torres Vila.

Últimos nombramientos

Por otra parte, los responsables de las áreas globales de Finanzas y de Riesgos, Jaime Sáenz de Tejada y Rafael Salinas, intercambian sus funciones. El cambio contribuirá a enriquecer ambas áreas gracias a las experiencias complementarias que los dos han acumulado en sus respectivas carreras profesionales.

Renta variable: la gran estrella del primer semestre del año en el universo de los ETFs

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Pixabay CC0 Public Domain. La renta variable se consolida como la gran estrellas del primer semestre del año en el universo de los ETFs

Los vehículos de inversión pasiva continúan demostrando su atractivo y popularidad entre los inversores. Según los datos recogidos por iShares, de BlackRock, los flujos de inversión en ETPs a escala mundial repuntaron hasta los 122.000 millones de dólares en junio, frente a los 97.300 millones de dólares de mayo, por lo que junio se convierte en el tercer mes del año con mayores flujos de entrada (y en el cuarto con mayores entradas en términos históricos).

Según explica iShares en su análisis, el repunte de los flujos de inversión se vio impulsado por un aumento de las compras de ETPs de renta variable (101.500 millones de dólares), mientras que los flujos en ETPs de renta fija descendieron ligeramente (20.800 millones de dólares). El primer semestre se ha caracterizado por una dinámica de predisposición al riesgo, lo que se ha reflejado en los flujos de entrada en ETPs a escala mundial. Los 519.000 millones de dólares que han sumado los ETPs de renta variable a nivel mundial sitúan el año 2021 camino de ser un año récord. En efecto, ya ha superado todos los flujos de inversión anuales anteriores en ETPs de renta variable”, destaca el último informe de iShares. 

Si nos centramos solo en ETFs, los flujos de entrada en ETF a nivel global en los seis primeros meses del año fueron de 588.600 millones de euros, de los cuales 471.100 millones correspondieron a Estados Unidos, es decir, el 80% de los activos asignados. Europa contribuyó con 90.300 millones de euros, lo que equivale al 15%, y Asia registró flujos de 27.200 millones de euros, el 4,6%.

Más de las tres cuartas partes de estos flujos se dirigieron a la renta variable, ya que los inversores asignaron 447.000 millones de euros a esta clase de activo durante los seis primeros meses del año, lo que equivale al 77%. Los flujos hacia la renta fija fueron de 134.600 millones de euros, es decir, el 23% del total de activos asignados”, señala el último informe de Amundi sobre el análisis de flujos en el mercado de ETFs. 

En este sentido, Amundi destaca que, en el mercado europeo, los índices mundiales recibieron la mayor parte de los flujos de entrada, con 34.300 millones de euros, y la región de Estados Unidos y Norteamérica obtuvo la segunda mayor captación, con 17.000 millones de euros. “Como se ha observado en los últimos meses, se produjeron pequeñas salidas en los ETFs de mercados emergentes de Asia, por valor de 305 millones de euros, y de América Latina, por valor de 231 millones de euros. Entre los países individuales, Japón sumó 3.400 millones de euros, mientras que el Reino Unido registró entradas de 2.800 millones de euros y los inversores asignaron 1.400 millones de euros a China. En cambio, se retiraron 557 millones de euros de Francia y 495 millones de Alemania”, señala el documento de la gestora francesa. 

Uno de las conclusiones que arroja el análisis de los flujos es que el sector financiero captó 4.300 millones de euros, “tal vez como reflejo de la creencia de los inversores en una fuerte recuperación económica a medida que continúa el programa de vacunación”, apunta Amundi.

También destaca que, durante los seis primeros meses, los inversores asignaron 30.400 millones de euros a estrategias de renta variable de ETFs ESG, ya que siguieron abandonando los índices más tradicionales. Los índices climáticos también captaron 3.800 millones de euros, reflejando la aprobación de este nuevo índice por los reguladores a finales del año pasado.

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Lazard AM ficha a Robert Wall para dirigir su nueva estrategia de infraestructuras sostenibles de capital privado

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Foto cedidaRobert Wall, Managing Director y Head of Sustainable Private Infrastructure de Lazard Asset Management. . Lazard AM ficha a Robert Wall para dirigir su nueva estrategia de infraestructuras sostenibles de capital privado

Lazard Asset Management (LAM) refuerza su área de inversión alternativa con el fichaje de Robert Wall, que se incorporará a la firma en octubre para ocupar el cargo de Managing Director y Head of Sustainable Private Infrastructure. Según indican desde LAM, estará ubicado en Londres.

Desde la gestora indican que Wall creará un nuevo equipo que gestionará una estrategia de inversión sostenible centrada en empresas de infraestructuras de capital privado. Además, LAM espera que la estrategia esté disponible a nivel mundial. 

«Los clientes buscan cada vez más inversiones que proporcionen rendimientos diversificados y que tengan impactos demostrables en la sociedad, en línea con un mundo más sostenible. Robert tiene una gran experiencia y trayectoria probada en la inversión de capital en todos los subsectores de la clase de activo de infraestructuras para generar un fuerte retorno”, ha señalado Ashish Bhutani, director general de LAM

Por su parte, Wall ha añadido: “Los activos de infraestructuras sostenibles de capital privado tienen el potencial de ofrecer rendimientos altos a largo plazo mediante el compromiso activo de las compañías operadoras, y mejoran los servicios esenciales a clientes y empleados. Es una fantástica oportunidad para dar acceso a los clientes a la inversión en infraestructuras de capital privado, junto con los recursos de Lazard Asset Management y su experiencia en inversión sostenible.»

Robert Wall cuenta con más de 20 años de experiencia en gestión de carteras de mercados privados e infraestructuras. Ha sido socio y miembro del comité de inversión en infraestructuras de mercados privados de Federated Hermes. Anteriormente, fue miembro fundador del equipo de inversiones en infraestructuras del Canada Pension Plan Investment Board, y comenzó su carrera profesional como ingeniero.