Las consecuencias de la pandemia de COVID han traído novedades de todo tipo, entre ellas, una gran capacidad de internalización de las pequeñas y medianas compañías cotizadas. Iván Díez y Francisco Rodríguez d’Achille, socios y directores de Lonvia Capital, observan alguna iniciativa de relocalización (o desglobalización), con algunos sectores más afectados que otros. Sin embargo, se trata de un fenómeno «más bien de carácter político que rara vez se ha materializado a nivel operativo de las compañías». Varias regiones del mundo han anunciado planes de incentivos para iniciar este movimiento de desglobalización, siendo los más visibles, por ejemplo, la Ley de Chips de la Unión Europea en nuestro continente o la Ley de Chips y Ciencia en EE.UU.
«En este sentido, el sector más expuesto es el tecnológico y, en particular, el de semiconductores. La razón radica, en primer lugar, en la omnipresencia y relevancia de la electrónica, así como en los problemas de desabastecimiento que afectaron al sector durante el COVID y que pusieron de manifiesto la importancia de mantener operativa la cadena de valor de los semiconductores. De manera adicional, la constatación de que la necesidad de componentes seguirá creciendo y la propia complejidad técnica del sector, que requiere la creación de un ecosistema productivo; serían otras de las causas que justificarían la exposición del sector», explican los expertos.
Resaltan compañías como Soitec, que se está convirtiendo en actor clave en la producción de carburo de silicio. Estos jugadores, que se posicionan como «vendedores de pico y pala» en la cadena de valor, tienen habilidades y tecnologías únicas, compiten con un número muy pequeño de jugadores en el mundo y, por lo tanto, no sufren la desglobalización. En cuanto a los vehículos eléctricos, destacan algunas compañías suecas que están activas en la producción de estaciones de carga. Asimismo, destacan la inversión en eficiencia energética con compañías de perfiles similares como Carel Industries; y por el lado de la infraestructura, el mejor ejemplo sería Ashtead.
«Finalmente, también podemos mencionar que, en el sector de la salud, las innovaciones en tecnologías médicas no sufren el fenómeno de la desglobalización ya que el sector es generalmente inmune a los favores basados en el origen geográfico de las innovaciones», puntualizan.
En la industria, la reubicación también se traduce en una necesidad de automatización. Los gobiernos así lo consideran y, por lo tanto, los planes de recuperación se centran en la modernización y digitalización de la industria local. Una vez más, resaltan HMS Network o Hexagon, a la vanguardia de estas necesidades.
Con el nuevo año, los inversores están pasando página a un periodo tumultuoso y abriendo un nuevo capítulo que esperemos sea más tranquilo. Dejamos atrás cuatro años marcados por la pandemia y las contramedidas en materia de política fiscal y monetaria, con una volatilidad macroeconómica tan acusada que los gráficos históricos de la mayoría de los indicadores parecen sismogramas.
La producción, el consumo, el empleo y los ingresos se desplomaron en 2020, rebotando con fuerza en 2021. La inflación y los tipos de interés siguieron después, impulsados por el impacto de la guerra de Ucrania en el precio de la energía. Con la inflación fuera de control, la Fed, inicialmente prudente, tuvo que dar un volantazo y embarcarse en el ciclo de subidas más agresivo de las últimas décadas.
La mayoría de las variables, incluida la inflación, han ido regresando gradualmente a sus rangos habituales y, en su última reunión, la Fed finalmente insinuó posibles recortes de tipos este año. Esto podría significar el inicio de un nuevo ciclo económico. En la fase inicial de expansión, los tipos de interés bajan y las ganancias corporativas crecen, lo que generalmente es positivo para los bonos y las acciones. En esta etapa, los inversores suelen centrarse en los beneficios más que en la sostenibilidad del ciclo, lo que ayuda a mantener la volatilidad bajo control.
Sin embargo, los mercados anticipan el futuro y, para cuando sea ya claro que un nuevo ciclo arranca, gran parte de la recuperación podría estar ya descontada. Esto se puso de manifiesto con los principales índices alcanzando máximos históricos a finales de 2023, a pesar del estancamiento en los beneficios y de que el tipo del bono del Tesoro a 10 años alcanzó niveles no vistos desde 2007. Históricamente, las valoraciones y los tipos de interés tienden a regresar a la media, lo que sugiere que los bonos podrían tener un mejor desempeño que las acciones en 2024.
La duda capital es dónde se fijarán los tipos de interés una vez que la inflación se normalice por completo. La respuesta puede diferir entre el extremo corto y el largo de la curva de tipos. Dada la resiliencia de la economía a los tipos altos, la Fed podría inclinarse por evitar excesivos recortes de tipos, y así mantener algo de «dry powder» para apoyar a la economía cuando sea necesario. Según las proyecciones del FOMC, se espera que el tipo de interés se estabilice alrededor del 3%.
Los tipos de interés a largo plazo son una historia diferente. Tras su largo descenso en las últimas décadas, rebotaron drásticamente el año pasado hasta niveles previos a la Gran Crisis Financiera, causando importantes pérdidas a los tenedores de bonos. Los factores detrás de este cambio siguen siendo inciertos, y el mercado sigue calibrando bruscamente. Si la era de los experimentos de política monetaria finalmente llega a su fin, los bonos podrían recuperar el protagonismo en las carteras.
Del mismo modo, los mercados de valores parecen estar experimentando su propio cambio de régimen. Las primas de riesgo, que se mantuvieron cómodamente por encima de su media durante la era de tipos ultrabajos, se han comprimido drásticamente durante el último año. Sin embargo, el argumento a favor de las acciones se basa, en última instancia, en el crecimiento de los beneficios, no en las valoraciones. Los indicadores de precio-beneficio, precio-valor en libros y prima de riesgo son medidas estáticas que nos indican si las acciones son baratas o caras basándose únicamente en los beneficios por acción del momento.
Una lectura más útil es considerar las valoraciones como un «listón» que las futuras ganancias corporativas deben superar para justificar los precios actuales de las acciones. Cuando las valoraciones son bajas, es más fácil saltar el obstáculo. Este es el atractivo de comprar acciones baratas, nos ofrecen un mayor margen de error. Sin embargo, quien en el pasado se centró únicamente en bajas valoraciones se perdió periodos de rendimientos bursátiles estelares, por no mencionar que nunca invirtió en empresas como Amazon o Tesla, cuyas valoraciones desafiaron las métricas tradicionales
El gráfico a continuación muestra cómo primas de riesgo bajas pueden conducir tanto a excelentes como a pésimas rentabilidades más tarde. Por el contrario, las primas de riesgo altas han sido históricamente una garantía de rendimientos positivos. En cierta manera podríamos estar regresando a una nueva normalidad, saliendo de la zona de confort asociada a tasas ultrabajas, pero lejos de la exuberancia de la era de las puntocom. Esta comparación es particularmente pertinente, porque el potencial transformador de la IA podría ser similar al de Internet.
Independientemente del pivote de la Fed, los tipos de interés van a mantenerse elevados por un tiempo, impactando los costos de endeudamiento gubernamental, corporativo y privado. Este proceso de normalización económica también significa que no podemos confiar infinitamente en la resiliencia del consumidor o en el apoyo fiscal para apuntalar la economía. Estos pueden tornarse en vientos en contra para el crecimiento de las ganancias y la sostenibilidad del ciclo.
Al despedirnos de la era de la pandemia, los inversores no deben olvidar el riesgo siempre presente de «cisnes negros». Las tensiones geopolíticas y las elecciones presidenciales estadounidenses son dos ejemplos prominentes. «Retorno a la Normalidad» fue el lema utilizado por el presidente Warren G. Harding para ganar las elecciones de 1920, cuando el país salía de otra pandemia, la gripe española. A pesar de los paralelismos, la reutilización de este lema por parte de cualquiera de los candidatos actuales podría resultar, como mínimo, altamente controvertida.
El centro de gravedad en ESG está cambiando, lo que presenta un nuevo conjunto de retos y oportunidades para los CEOs de las empresas estadounidenses, según un nuevo informe de The Conference Board.
Mientras que los grandes inversores institucionales fueron las partes interesadas que más se hicieron oír a la hora de impulsar las agendas ESG de las compañías, en la actualidad, los reguladores y los socios comerciales ejercen una influencia cada vez mayor.
Al mismo tiempo, las empresas se enfrentan a la oposición sobre sus programas ESG y el 61% de las empresas estadounidenses encuestadas por The Conference Board afirman que la «resistencia ESG» se mantendrá igual o aumentará en los próximos tres años.
«A medida que los directores ejecutivos traten de integrar más profundamente la sostenibilidad en su estrategia empresarial, se enfrentarán al reto de que sus iniciativas de sostenibilidad no se rijan por requisitos normativos genéricos, sino que estén determinadas por factores externos como la demanda de los clientes, el estado de la sostenibilidad en su sector y la interacción de la tecnología y la sostenibilidad», comentó Merel Spierings, investigadora principal de The Conference Board y coautora del informe.
Este panorama en evolución exige que los directores ejecutivos adopten un enfoque proactivo en la materia, que incluya centrarse en las oportunidades de negocio relacionadas con la ESG; evaluar el rendimiento de las inversiones en sostenibilidad; implicar a la junta directiva como socios de pensamiento; colaborar eficazmente con los socios empresariales; y decidir si se adopta una declaración de intenciones, agregó la investigadora.
El informe fue elaborado junto a Ramboll y Weil, Gotshal & Manges LLP. y recoge las conclusiones de una reunión celebrada en el marco de la Chatham House Rule con presidentes de empresas de EE.UU. y Europa sobre la mejor manera de integrar las cuestiones ESG en la estrategia y las operaciones de una empresa.
El Departamento de Trabajo de EE.UU. (DOL, por sus siglas en inglés) publicó este martes su norma final que define si un trabajador es un empleado o un contratista independiente bajo la Fair Labor Standards, lo que podría perjudicar al estatus que tienen los asesores independientes.
Si bien fue finalmente fue publicada este martes, es un tema que ocupa y preocupa a la industria del wealth management hace tiempo.
Por esta razón, el Instituto de Servicios Financieros (FSI, por sus siglas en inglés) emitió un comunicado ni bien se supo la noticia.
«Mientras continuamos analizando y revisando la norma, el FSI sigue comprometido con preservar la capacidad de los asesores financieros independientes de elegir operar como contratistas independientes”, comenzó advirtiendo Dale Brown, presidente y CEO del FSI.
El texto agrega que el instituto teme que la regla final del DOL “socave el estatus de contratista independiente” de sus miembros asesores financieros, “a pesar de miles de cartas de comentarios, múltiples audiencias y muchas reuniones en las que los interesados, incluidos nuestros miembros, expresaron su deseo de permanecer independientes”.
En consecuencia el FSI proclama que “los asesores financieros independientes son empresarios que han construido una fuerte presencia en sus comunidades, poseen sus propios negocios, pagan impuestos comerciales y contratan a su propio personal”.
Por esta razón, si los asesores independientes “se ven obligados a ser empleados”, se podría dañar adversamente el acceso de los clientes a su asesor financiero local de confianza.
“El estatus de contratista independiente es vital para nuestros miembros, y el FSI está listo para aprovechar todas nuestras herramientas de defensa para garantizar que permanezca protegido», culmina el texto.
La nueva norma reemplaza a la regla de 2021 que, según el FSI, estaba redactada con una gran claridad y seguridad respecto a su estatus del asesor financiero como contratista independiente.
El Instituto de Servicios Financieros (FSI) es la única organización que aboga exclusivamente en nombre de los asesores financieros independientes y las firmas de servicios financieros independientes. Desde 2004, a través de la defensa, educación y conciencia pública, el FSI ha promovido con éxito un entorno regulatorio más responsable para más de 80 miembros de firmas de servicios financieros independientes y sus más de 130,000 asesores financieros afiliados, que comprenden más del 60% de todos los representantes registrados activos, según la información disponible en su sitio web.
Aunque la Universidad de los Andes ve como una necesidad el cambio al sistema de pensiones de Colombia, calificándolo como “excluyente, regresivo e ineficiente” en una nota macroeconómica reciente, el proyecto que se discute actualmente tiene camino por recorrer. Y en este contexto, la casa de estudios propone tres cambios para la reforma que se discute en el país andino.
Estas modificaciones, según delineó la Facultad de Economía de la institución en su nota –firmada por los profesores adjuntos Óscar Becerra y Daniel Mantilla y el profesor titular Marc Hofstetter–, “harían la reforma fiscalmente razonable, reducirían los efectos sobre el ahorro y el mercado de capitales, matizarían aún más los subsidios del Estado en la parte alta de la distribución y mejorarían las cargas de la reforma en términos intergeneracionales”.
La primera propuesta de la Universidad es bajar el umbral de salarios mínimos por los que hay que contribuir al esquema de reparto manejado por Colpensiones. El proyecto actual establece que sea de tres salarios mínimo, pero la casa de estudio propone que sea de sólo 1,5.
“Un umbral más bajo permitiría que el Estado garantice niveles de ingreso básico para los pensionados dejando en manos del ahorro individual—no de los subsidios—los complementos a los ingresos del pilar de reparto para las personas de mayores ingresos”, escribieron los académicos en la nota.
Además, agregaron, reducir este umbral ayudaría a suavizar el costo fiscal entre generaciones. Esto considerando que, en su opinión, la reforma actual provoca que el “costo grande” del ajuste afecte primordialmente a las futuras generaciones.
La segunda medida que propone la universidad de los Andes es aumentar la edad mínima de pensión. “A medida que la esperanza de vida aumenta, también lo hacen los años de disfrute de la pensión. Los sistemas solo serán financieramente sostenibles si balancean los años de contribución con los de disfrute de la pensión”, escribieron Becerra, Mantilla y Hofstetter.
Mientras que la esperanza de vida en Colombia era de 69 años en 1993 –año en que se sentaron las bases del sistema de pensiones actual–, ahora la cifra es de 77 años. Y la proyección es que en 30 años más suba a 83 años.
“Cambiar las edades mínimas, además de facilitar la sostenibilidad financiera, permitiría mayores pensiones una vez cruzado el umbral y un mayor número de personas lograría las semanas necesarias”, destacó la nota.
En concreto, la propuesta de los académicos es un aumento menor al proyecto de reforma, de sólo tres años para hombres y mujeres. Sin embargo, ven como “ideal” instaurar en la reforma una edad de pensión amarrada a la esperanza de vida, lo que permitiría “ajustes pequeños y automáticos a medida que vivimos más”.
La tercera modificación clave para la casa de estudios es mantener las semanas de cotización de las mujeres en 1.300.
Si se agrega el bono que establece el proyecto de ley, ligado a semanas por cada hijo de sus respectivas madres, “proponemos mantener las semanas de cotización de las mujeres en 1.300, al mismo nivel de las de los hombres”, indicaron los académicos. Así, agregaron, “el sistema les otorgaría a las mujeres una menor edad de jubilación relativa a la de los hombres y el bono de semanas por cada hijo”.
Con estas tres medidas, estima la Universidad de los Andes, se verían “importantes avances” en la sostenibilidad fiscal del sistema y lo haría “más equitativo” entre generaciones. “Comparado a un escenario sin reforma, la combinación de las medidas propuestas genera un esfuerzo fiscal adicional del 12% del PIB, es decir 45% del PIB menos que la reforma discutida”, estimaron los profesores.
A diferencia de la caída de liquidez que está afectando a varios instrumentos financieros en Chile, el auge del mercado de facturas le permitió a la Bolsa de Productos de Chile sacar cuentas alegres para 2023. Las operaciones superaron la barrera de los 4.000 millones de dólares por primera vez en la historia de la compañía, creciendo a dos dígitos respecto al año anterior.
Entre las cifras de la bolsa y las de su plataforma OTC, PuertoX, la compañía registró transacciones por 4.491 millones de dólares durante el año pasado, su nivel más alto a nivel histórico, según informaron a través de un comunicado. Esto representa un aumento de 14% respecto a 2022, marcando su tercer consecutivo de crecimiento a dos dígitos.
Este crecimiento contraste con la pérdida de liquidez en otros mercados. Cifras de la Bolsa de Santiago muestran que las transacciones de acciones cayeron un 34,6% durante 2023, mientras que la intermediación financiera cayó un 18% y las operaciones de cuotas de fondos de inversión bajaron 30,5%.
Además, la Bolsa de Productos destacó que el servicio de custodia de la plaza cerró diciembre con un total de 675 millones de dólares, un 30% más que el período anterior.
Más allá de los volúmenes transados, la cantidad de partícipes también registró un alza que describen como “significativa” durante el año pasado. Las facturas correspondientes a más de 32.000 empresas –entre empresas proveedoras y pagadoras– ingresaron a la custodia de la bolsa para su venta, tanto bilateral (OTC) como bursátil.
Respecto de los sectores que mostraron mayor actividad, destacan las facturas de la industria minera (42%), seguido por el sector garantizados (19%), agroindustrial (18%) y salmonero (17%).
Este mayor dinamismo en el mercado de facturas está asociado a un mayor interés de las pequeñas y medianas empresas de conseguir un financiamiento complementario al de los bancos y a una creciente demanda de activos alternativos por parte de los inversionistas institucionales, dijo Christopher Bosler, gerente general de la Bolsa de Productos, a través de la nota.
LinkedInCarolina Gómez, Head de Distribución de XLC para Colombia y Perú
Con el nuevo año, la firma de distribución y colocación de fondos internacionales XLC dio la bienvenida a una nueva contratación. Se trata de Carolina Gómez, una profesional con más de 16 años de experiencia en la industria, que tomó el mando del negocio en Colombia y Perú.
La ejecutiva llegó a la compañía el 2 de enero, según información compartida con Funds Society, como Head de Distribución para ambos países andinos. Así, será la responsable de cubrir ambos mercados, tanto para los productos de fondos mutuos como de alternativos de los managers que la distribuidora representa.
La llegada de Gómez marca la integración de la cobertura de ambos países –que antes se trabajaban por separado– en virtud de su experiencia, explican desde la firma.
La profesional tiene una extensa trayectoria en la plaza colombiana. Esto incluye experiencia en administración de portafolios, selección de fondos y estrategias de inversión en activos alternativos, renta variable y renta fija local e internacional, según consigna su perfil profesional de LinkedIn.
Antes de su llegada a XLC, pasó cuatro años y medio en LarrainVial, donde llegó a ocupar el cargo de Head of Sales para Colombia. Anteriormente, se desempeñó como directora de Renta Variable y Alternativos en AFP Protección y trader de Renta Variable en Bancolombia.
Gómez es economista de profesión y tiene un MBA de la Universidad EAFIT.
XLC nació en Chile, pero se ha extendido por la región desde entonces. Actualmente también cuentan con presencia –a través de equipos senior y oficinas locales– Perú, Colombia, Argentina, Uruguay y México. En ellas, cubren todos los segmentos de clientes: fondos de pensiones, compañías de seguros, gestores de fondos, wholesale y family offices.
La FIBA (Financial & International Business Association) anunció el lanzamiento de sus nuevos cursos para la certificación AML, que se brinda en colaboración con la Florida University.
El curso, que ya abrió sus inscripciones, es en modalidad online con una duración de 90 días.
La Certificación AMLCA, que comienza el próximo 25 de enero, “involucra a los participantes a través de estudios de caso, foros abiertos, discusiones, ejemplos prácticos y teoría”, dice el comunicado de la institución.
El programa consiste en un conjunto de prácticas AML para ayudar a los participantes a “formar una base de conocimientos sólida, revisar las mejores prácticas y hacer crecer sus carreras”, detalla el formulario de inscripción.
Además, al ser una certificación en línea, “permite aprender a tu propio ritmo con la orientación del instructor e interacción con los compañeros durante las actividades programadas”.
Por más información puede mirar el siguiente video o directamente inscribirse en enlace.
Para Saxo Bank, firma de trading e inversión online, el camino sin sobresaltos que el mundo ha recorrido desde la Gran Crisis Financiera, con una geopolítica estable, baja inflación y bajos tipos de interés, se interrumpió durante los años de la pandemia, con los responsables políticos y los inversores apostando a que el mundo volvería a la «antigua normalidad». Sin embargo, en su opinión, en 2024 queda claro que ese camino afable ha llegado a su fin y que el mundo se adentrará en un futuro peligrosamente impredecible.
“Nuestras predicciones escandalosas para 2024 se centran en cómo los países y las regiones navegarán por el final definitivo de la vieja normalidad y cómo las nuevas tecnologías resolverán viejos problemas, al tiempo que crearán otros nuevos y quizá más peligrosos”, apuntan desde la compañía. Esas “predicciones escandalosas” pasan por poner el foco en una serie de acontecimientos improbables pero infravalorados que, de producirse, conmocionarían a los mercados financieros.
Según su documento, algunas de estas predicciones hacen referencia a cómo los elevados precios del petróleo podría hacer que el papel de Arabia Saudí en la economía global gane relevancia, poniendo como ejemplo que acabe comprando la franquicia de la Champions League. O también, señala lagrave crisis sanitaria en torno a la obesidad que sufre el mundo y cómo el desarrollo de fármacos para controlar esta enfermedad haría que la gente dejase de hacer ejercicio.
“Aunque estas predicciones no son previsiones de mercado oficiales de Saxo Bank, sirven para recordar a los inversores que deben tener en cuenta todos los resultados potenciales, incluidos aquellos que parecen descabellados. Estas predicciones son un esfuerzo deliberado por ampliar los límites de la imaginación de los participantes en el mercado y prepararlos para cualquier eventualidad”, señalan desde la firma.
En mitad de este escenario de volver a navegar por la viaje normalidad, Charles White Thomson, CEO de Saxo UK, lanza su particular “ABC de las inversiones”:
A: es para la todopoderosa IA, las mejoras de la productividad y las enormes ganancias resultantes en el precio de las acciones. La IA puede hacer mucho bien y mucho mal. La clave es una regulación activa y reflexiva.
B: de Brexit y salida de la UE. Es aconsejable centrarse y aplicar los aspectos positivos y las ventajas, en lugar de detenerse en los aspectos negativos, y dar rienda suelta a UK PLC.
C: es para el maltratado consumidor y la crisis del coste de la vida. La bola de demolición de la política monetaria no ha sentado bien a la mayoría.
D: es para la deuda del Reino Unido o 2,5 billones de libras y romper la psique del exceso de endeudamiento y los altos impuestos. “No se trata sólo de ser buenos clientes del mercado de bonos, tenemos que ser buenos con los accionistas de las UK PLC, o con nosotros”, señala el CEO.
E: es para los expertos que han tenido una mala racha, incluidos economistas y políticos. 2024 es el momento para una dosis saludable de pensamiento contrario y escepticismo.
F: es para las FAANG (Meta (antes Facebook), Apple, Amazon, Netflix y Alphabet) que se están transformando en los 7 Magníficos. El directivo aconseja gestionar activamente su exposición de concentración a estos nombres.
G: de crecimiento o PIB. “El crecimiento anémico del Reino Unido es ahora el enemigo público número uno y la prioridad número uno. Necesitamos crecer para salir de este lío”, añade.
H: es para los máximos del mercado. En su opinión, los mercados han sido muy generosos en 2023 y considera que habrá que esforzarse más para obtener beneficios en 2024. Toca preparar la cartera para tiempos más difíciles.
I: es para los tipos de interés y la bola de demolición de la política monetaria. “Necesitamos una revisión dirigida por economistas y generalistas para aplicar una política más tradicional y aprender de los errores”, afirma.
J: por Japón y su política monetaria super laxa.
K: por la importancia de la familia y los parientes en cualquiera de sus formas.
L: por la región de Levante: Israel y Palestina. Asegura que este evento geopolítico continuará dominando la agenda de noticias a principios de 2024.
M: por la importancia de poder acceder a una cartera de múltiples activos a un precio justo. La firma considera que una buena cartera tiene acceso a todos los engranajes financieros. Esto incluye la capacidad de ganar dinero cuando los mercados bajan.
N: es para la próxima generación. “Mantente firme y haz oír tu voz. La disminución de la mano de obra, el elevado endeudamiento, el crecimiento anémico, el fracaso de la política monetaria y los elevados impuestos han contribuido a este desastre, del que tenemos que salir por la vía del crecimiento. Más impuestos y más deuda no son la respuesta”, señala.
O: es por Ozempic, el medicamento para adelgazar.
P: es por política, con las encuestas apuntando a que los equipos rojos saldrán elegidos a ambos lados del charco.
Q: por el cuestionamiento y la importancia de un debate abierto y razonable, incluso en las universidades, sin miedo a ser cancelado.
R: por asumir riesgos calculados.
S: representa el statu quo y el peligro de no cambiar, el declive controlado y la aceptación de la mediocridad.
T: Taiwán y las elecciones presidenciales de enero. El CEO se pregunta qué pensará China de una victoria independentista
U: por Ucrania. En guerra desde hace dos años, considera que 2024 podría ser crítico para lo que suceda después.
V: es por visión. En el caso del Reino Unido, ve oportuno centrarse en el crecimiento y no en el endeudamiento y los impuestos. Esto incluye la capacidad de mantener conversaciones difíciles y tomar decisiones sobre nuestras vacas sagradas, incluido el NHS.
W: es para abrazar tu propia Barbie Rara y los peligros y falsas comodidades del pensamiento de grupo.
X: es para el hombre X del momento, Elon Musk, y por qué el mundo necesita más líderes e innovadores como él.
Y: es por el poder del rendimiento y por asegurarse de que su banco, gestor de patrimonio o agente de bolsa se lo transmita.
Z: por la hora zulú o la importancia del ahora. “La vida no es un ensayo general”, concluye.
Con el propósito de compartir y dialogar, Mirabaud participa activamente en la promoción del arte contemporáneo desde hace varias décadas. “La creatividad y la pasión son fundamentales para cualquier tipo de innovación, para replantearse a uno mismo y estar abierto a nuevas oportunidades”, explica Lionel Aeschlimann, socio gestor de Mirabaud, que añadió que la innovación «es la que ha permitido construir el patrimonio bicentenario de Mirabaud”.
Fundado en 1819, Mirabaud es un grupo bancario y financiero internacional que pertenece y es dirigido por la séptima generación de la familia fundadora, el cual ofrece sus servicios desde 16 ciudades de todo el mundo. El espíritu de diálogo y de intercambio personalizado tan apreciado por el Grupo Mirabaud se refleja plenamente en la promoción del arte contemporáneo y los artistas. Fiel a sus compromisos, el Grupo establece estrechos vínculos con distintas instituciones culturales, artistas o importantes eventos artísticos en los países en los que se implica. Esta visión también refleja el enfoque personalizado, innovador y a largo plazo del Grupo Mirabaud en sus actividades de gestión.
“Con nuestra oficina de París, tenemos el honor de apoyar una vez más una de las exposiciones emblemáticas del Centro Pompidou, inaugurada en un momento en que la capital francesa ofrece una riqueza cultural incomparable. Esta gran cita artística es una fuente extraordinaria, tanto de inspiración creativa como de admiración”, continúa Lionel Aeschlimann.
Stéphane Jaouen, director de Mirabaud Wealth Management en Francia, afirmó que patrocinar esta exposición «significa también participar en las distintas celebraciones organizadas en París, Madrid, Málaga o Londres, y que rinden homenaje a la obra de este artista incomparable, cuyo legado y modernidad están siempre presentes. Estamos encantados con esta colaboración plurianual con el Centro Pompidou, institución cultural de referencia en la escena parisina e internacional”.
Mirabaud, su colección y su apoyo al arte contemporáneo
Bajo el impulso de Aeschlimann, el Grupo ha ido constituyendo a lo largo de los años una amplia colección que se expone en sus distintas oficinas repartidas por todo el mundo y puesta a disposición del público a través de préstamos a museos, visitas organizadas y una página web específica.
Mirabaud apoya a los artistas contemporáneos en su labor creativa mediante la adquisición de obras para su colección, así como a las galerías y otros lugares de exposición permanente o temporal, con el fin de compartir su trabajo con el mayor número de personas posible.
Fundador y colaborador histórico del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo (MAMCO) de Ginebra, Mirabaud también patrocina el Zurich Art Weekend, el Quartier des Bains, el Genève.Art, el festival Geneva Lux así como la Fundación Cerezales en España, y ha apoyado la FIAC de París durante muchos años.
El Grupo Mirabaud apoya desde 2022 al Centro Pompidou de París y también se ha unido a los amigos del Centro Pompidou, una comunidad de más de 800 mecenas franceses e internacionales que, desde hace casi 120 años, contribuyen a enriquecer y promover las colecciones del Museo nacional de arte moderno.