Tendencias actuales en sostenibilidad

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En Portocolom AV tenemos una bola de cristal en la sala de reuniones principal. Además del juego que da para romper el hielo, nos ayuda a recordarnos, a nosotros mismos y a nuestros clientes, que nuestra labor no consiste en adivinar qué nos deparará el futuro, sino en tomar decisiones informadas en base a los objetivos de rentabilidad–riesgo– impacto de nuestros clientes. Así que no vamos a aventurarnos a predecir cuáles serán las tendencias que dominen el sector en términos de sostenibilidad. Sin embargo, sí que, en base a la información con la que contamos, nos gustaría compartir las tendencias que vislumbramos a corto plazo.

Hay cinco grandes temas en torno a los cuales se generará un mayor debate y hará que surjan dudas ante las bondades de la sostenibilidad. Dudas que desde nuestro punto de vista no harán sino que el mercado salga más fortalecido a largo plazo:

En materia de regulación, durante el ejercicio en curso continuarán desarrollándose e implementándose los reglamentos de la UE relacionados con la taxonomía europea y con la divulgación de información relativa a la sostenibilidad (SFDR). Interesante será ver las diferencias entre las SFDR europea, británica y americana, ya que estos últimos han tenido la oportunidad de aprender de los errores de la UE y puede que incluso la regulación de esta última región se modifique y converjan.

Además, entra en vigor la Corporate Sustainability Reporting Directive (CSRD), de aplicación para empresas sujetas a la Non Financial Reporting Directive. Contrariamente a lo deseado, no esperamos que el reporte por parte de las empresas contribuya, al menos a corto plazo, a una simplificación del análisis de datos reportados ya que todavía no hay un consenso acerca de la homogeneización de los datos. Además, aquellas empresas con menor tamaño se verán en inferioridad de condiciones al no contar con los equipos adecuados para hacer frente al esfuerzo que supone este reporte. Es necesario que se establezcan mecanismos adecuados de auditoria de datos y no hay suficiente personal cualificado para esta tarea. Esperamos que la confusión continúe.

A finales de 2023 los bancos europeos deberán incluir los riesgos climáticos y medioambientales en su gobernanza, estrategia y gestión de riesgos. Interesante también el posicionamiento UE vs EE.UU., habiendo visto recientemente cómo las políticas de sus bancos centrales son muy diferentes: mientras que Jay Powell, presidente de la Fed afirma que los bancos centrales deben “ajustarse a su mandato y no desviarse persiguiendo beneficios sociales percibidos que no están estrechamente vinculados a nuestros objetivos legales.

No somos, ni seremos, guardianes del clima. Por su parte el BCE mantiene su compromiso de garantizar que todas las políticas del BCE estén alineadas con los objetivos del Acuerdo de París de limitar la temperatura global por debajo de 2ºC.

En cuanto a rentabilidades, creemos que continuará rompiéndose la tendencia que ayudaba a justificar que la sostenibilidad es rentable. Veremos un repunte en rentabilidades de determinados sectores más relacionados con la sostenibilidad, los cuales sufrieron mucho en 2022, combustibles fósiles, armamento o materias primas agrícolas podrían seguir con su comportamiento positivo. Invertir en empresas que hacen las cosas bien es rentable, pero como en cualquier inversión hay momentos que se ven menos favorecidas por el apetito inversor. Y no olvidemos que parte de los componentes relacionados con la sostenibilidad son intangibles o difícilmente cuantificables, pero no significa que no tengan valor económico. De hecho, más del 75% de la valoración de las empresas cotizadas es por los intangibles.

A nivel industria financiera, creemos que continuará la reclasificación de los fondos así como una suavización de los mensajes pro ESG tan extremos que hemos visto durante los últimos años. Esto será debido a una combinación de cumplimiento con la normativa, que sigue en evolución, una mayor presión social a verificar que hay coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, y por el surgir de movimientos anti ESG. El debate surgido en EE.UU. entre los partidarios y los detractores de la inversión en base a criterios ESG se intensificará (ya son 18 estados los que han propuesto o aprobado legislación restringiendo la inversión de fondos públicos en activos ESG y comienzan a poner el foco en los proxy advisers) y se podría extender a Europa.  Será el momento de posicionarse claramente en un lado de la balanza: si hay un compromiso real con la sostenibilidad tendrá que ser con todas las consecuencias. Esto también hará que veamos cómo algunas entidades deciden no seguir comprometidas con determinadas alianzas relacionadas con clima, derechos humanos, políticas de voto, etc.

Las acusaciones por Greenwashing continuarán y es muy probable que se extiendan a todos los ámbitos relacionados con la sostenibilidad. Esto hará que aumenten los riesgos de litigación y la proliferación de demandas por malas prácticas de comercialización de productos por parte de empresas y entidades financieras, y comencemos a escuchar cada vez más el término “greenhussing”, esto es, el temor a publicar compromisos de sostenibilidad por temor al cuestionamiento y a una “caza de brujas”.

Continuaremos viendo una proliferación de políticas de voto en las Juntas Generales de Accionistas en torno a aspectos ambientales, pero poco a poco se irá volviendo a poner el foco en aspectos clave como la gobernanza, los aspectos sociales y, por supuesto, por los financieros. Veremos qué nos depara el futuro, seguiremos trabajando en tomar decisiones informadas en lugar de frotando la bola de cristal!

Tribuna de Ana Guzmán, directora de Inversiones y de Impacto de Portocolom AV

Tikehau International Cross Assets: cautela con potencial de reactividad en un entorno incierto

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Foto de Fabio Comparelli en Unsplash

Dejando atrás un 2022 aciago para los mercados de renta variable y renta fija (a modo indicativo[1], el índice global Investment Grade perdió un -16,69%; el índice global High Yield un -13,24% y el índice global de renta variable un -19,46%), el arranque de año ha sido especialmente positivo para los activos de riesgo. La mejoría en las perspectivas sobre la inflación y la esperanza sobre una consecuente respuesta menos hawkish por parte de los bancos centrales; la robustez de los indicadores macroeconómicos, especialmente en EEUU; la reapertura de la economía china y unos resultados empresariales en línea con las expectativas sin mostrar excesivos signos de preocupación, a excepción de algún caso concreto, parecen haber animado a la comunidad inversora.

No obstante, desde Tikehau Capital somos relativamente escépticos sobre este fulgurante comienzo de año. Bajo nuestro punto de vista, para que una recuperación sea sostenible en el tiempo pensamos que son necesarios tres factores: niveles atractivos de valoración; visibilidad sobre un rebote o recuperación económica y estabilidad en los tipos de interés.

En primer lugar, si echamos un vistazo al modelo de valoración del equipo gestor del fondo Tikehau International Cross Assets, observamos cómo los múltiplos ajustados al ciclo de la renta variable en EE.UU., a pesar de la corrección vivida durante el año pasado, se encuentra en su percentil 31% superior de los últimos 100 años[2]. Por su parte, creemos que los indicadores macroeconómicos todavía no han dado señales de alcanzar un “suelo” (especialmente en EE.UU.) y, por tanto, el potencial negativo con el deterioro de la macro sigue latente. Finalmente, las expectativas sobre la acción de los bancos centrales continúan revisándose prácticamente todas las semanas y, además, el quantitative tightening solo acaba de comenzar y debería aportar volatilidad al mercado de renta fija.

De este modo, desde Tikehau Capital pensamos que contar con flexibilidad para manejar la exposición a renta variable y renta fija se antojará clave para navegar un escenario cargado de incertidumbre. En ese sentido, bajo nuestro punto de vista, Tikehau International Cross Assets (InCA) se encuentra bien posicionado. InCA es un fondo mixto flexible moderado que invierte i) en renta variable con un sesgo quality en EE.UU. y Europa ajustando su exposición bruta a través de un modelo que toma en cuenta valoración y momentum de mercado; ii) en renta fija apoyándose en el equipo de 20 analistas de crédito de Tikehau IM y iii) en cash siempre y cuando el equipo gestor lo requiera en momentos de incertidumbre o si el valor relativo de ambas clases de activo está deteriorado.

En primer lugar, como adelantábamos, nuestra cartera de renta variable se compone de compañías de calidad que cotizan a precios razonables bajo nuestro análisis. En periodos de estrés en los mercados (GFC 2008/09 o covid), históricamente este tipo de compañías se han comportado de mejor forma. No obstante, aunque pueda parecer contraintuitivo, las compañías de calidad obtuvieron un rendimiento inferior al del resto del mercado en 2022, favoreciendo así nuestra tesis de inversión en este segmento de cara a este año.

Por su parte, teniendo en cuenta que el nivel general de valoraciones se mantiene elevado en términos históricos y que el momentum de mercado aunque haya mejorado permanece errático, mantenemos una exposición a renta variable cercana al 20%. De este modo, si el escenario evoluciona con rapidez, consideramos que contamos con la flexibilidad y la agilidad para reposicionar nuestra cartera.

La historia respecto a la renta fija es diferente. Tras un comportamiento históricamente negativo en 2022, el crédito ha recuperado fuertemente su binomio rentabilidad-riesgo. Como resultado, el equipo gestor de Tikehau International Cross Assets ha aumentado su exposición a renta fija desde el 0% a comienzos de 2022 hasta el actual 25%.

Para la construcción de la cartera, los gestores se han apoyado en el equipo de 20 analistas de crédito, seleccionando un mix de emisiones Investment Grade, High Yield y Non-Rated, donde se han centrado en un perfil con características operativas defensivas y fundamentales sólidos, es decir, compañías con la capacidad de navegar un entorno recesivo combinado con una subida de tipos de interés. Si echamos un vistazo a la cartera actual de renta fija, la yield-to-maturity se encuentra en 5,79%, para una duración de tipos de 0,89 años y un rating BB+[3].

En resumen, bajo nuestro punto de vista, InCA recoge algunas de las mayores convicciones de Tikehau IM a través de un formato mixto flexible moderado. Por un lado, una exposición contenida a renta variable compuesta por una cartera de calidad a precios que consideramos razonables, pero con coberturas sobre la exposición bruta hasta que el equipo gestor observe una mejoría en las valoraciones y el momentum. Y, por otro lado, una exposición a renta fija enfocada en emisores con fundamentales sólidos y un perfil centrado en el corto plazo de cara aprovechar la fuerte recuperación del valor relativo de la clase de activo durante 2022.

Columna de Christian Rouquerol, director de Ventas de Tikehau Capital Iberia

Notas:

[1] Fuente: Tikehau IM, Bloomberg – datos a 30/12/2022
[2] Fuente: Tikehau IM – datos a 20/02/2023
[3] Fuente: Tikehau IM – datos a 17/02/2023

Mapfre alcanza el 51% del capital de La Financière Responsable

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Foto cedidaJosé Luis Jiménez, director general de inversiones de Mapfre.

Mapfre ha alcanzado la mayoría del capital de la boutique francesa de fondos de inversión, La Financière Responsable (LFR), con la compra de otro paquete accionarial del 26%, alcanzando así el 51% del capital. La compañía redobla así su apuesta por el mercado francés de fondos de inversión y, en concreto, por la inversión socialmente responsable (ISR).

El Grupo asegurador ya se hizo con el 25% a finales de 2017, en lo que fue la primera operación de una gestora española en una firma extranjera del sector, y, dada la buena evolución del acuerdo y el buen entendimiento entre ambas firmas, se ha decidido dar otro paso. “Desde 2017, hemos apostado por la inversión sostenible y LFR cuenta con una experiencia de casi 25 años en este segmento. En estos últimos cinco años, hemos lanzado productos ISR de forma conjunta, que cuentan con la peculiaridad de contar con una metodología propia para la selección final de los valores que forman parte de la cartera de los fondos, algo muy reconocido por nuestros clientes”, señala José Luis Jiménez, director general de inversiones de Mapfre.

Según destacan desde Mapfre, uno de los fondos estrella que ha surgido de esta alianza ha sido el fondo Inclusión Responsable y que ha sido puesto como ejemplo de buenas prácticas por la ONU. Se trata de un producto que incorpora en cartera a aquellas empresas más comprometidas con la inclusión laboral de personas con discapacidad.  Otro ejemplo es el Mapfre AM Capital Responsable, otro fondo de inversión artículo 8 dentro de la categoría ESG (inversiones con criterios medioambientales, sociales y de gobernanza) y que acaba de recibir las cinco estrellas por parte de Quantalys, uno de los proveedores de análisis independiente más prestigiosos del mercado.

LFR, que tiene un patrimonio cercano a los 650 millones, va a continuar con la misma operativa con sus clientes y mantendrá la misma marca. En este sentido, la compañía reitera su confianza en los equipos actuales de LFR para seguir dotándose de mayor capacidad inversora y creciendo en el mercado europeo con inversores institucionales, AFIs y gestores patrimoniales.

“Desde 2017, los equipos de Mapfre y LFR se han ido conociendo para desarrollar una excelente relación y cooperación que benefician a los clientes de ambas compañías. Acogemos con gran satisfacción esta relación más estrecha, que constituye un paso muy importante para ampliar nuestra colaboración”, añade Olivier Johanet, Presidente de La Financière Responsable.

Con esta operación, Mapfre da un nuevo paso en la internacionalización en el negocio de gestión de activos, que canaliza a través de Mapfre AM. Por el momento, tenía capacidad de venta en España y Latinoamérica fundamentalmente (en Brasil cuenta con una firma propia, denominada MAPFRE Investimentos), aunque también tiene la segunda mayor sicav en Luxemburgo de una gestora española, con un patrimonio superior a los 1.200 millones, que le abre las puertas al resto de Europa. Además, cuenta con fondos registrados en Reino Unido y Malta y, ahora, potenciará la venta en el mercado francés.

Optimizar la rentabilidad en un mercado dependiente de los datos

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Tras las turbulencias y la incertidumbre que caracterizaron 2022, acabamos de iniciar un 2023 en el que parece haber solo dos temas macro de interés, inflación y  recesión, que alternan en prioridad casi a diario; el que domina, dicta la dirección del mercado esa jornada.

En los días en que la inflación lidera la narrativa, los tipos de interés a corto plazo suben y el sentimiento de riesgo se fortalece, con la renta variable y el riesgo de alto rendimiento rindiendo con la esperanza de un aterrizaje económico suave en Estados Unidos. Cuando son los temores de recesión los que se imponen, domina el ánimo de aversión al riesgo y, por lo general, los tipos de interés bajan, los bonos del Estado rinden y la renta variable y los diferenciales de alto rendimiento se venden.

Los fundamentales solo sirven hasta cierto punto, ya que los participantes en el mercado esperan la próxima noticia económica o indicación de la dirección de los bancos centrales para marcar el tono de la negociación del día. Esta alternancia entre los factores macroeconómicos dominantes pone de relieve lo incierto y altamente orientado a los datos que se ha vuelto el mercado.

Un contexto en el que los datos débiles indican que estamos más cerca de un cambio en la dirección de la política de la Reserva Federal, pero también significa que el rendimiento de las empresas probablemente se debilitará. Por el contrario, los datos positivos indican un menor riesgo de recesión, pero también aumentan el riesgo de que la inflación se mantenga obstinadamente alta y, por tanto, que la Fed deba seguir subiendo los tipos para controlarla.

Asistimos a un panorama macro que esperamos siga siendo muy cortoplacista y atravesando turbulencias. Estar en sintonía con los datos y responder a ellos es lo que marcará la diferencia entre los inversores de éxito y los rezagados.

Gracias a una continua actualización y puesta en común de los datos macro del mercado, en Mirabaud estamos en condiciones de afirmar que los bonos de alto rendimiento ofrecen en estos momentos una muy buena oportunidad, un bajo riesgo por lo que respecta a los tipos de interés y en un contexto en que esperamos que las tasas de impago se mantengan por debajo de la media. Esta clase de activos está llamada a ofrecer buenos resultados hasta el final del ciclo, con la posibilidad de obtener rendimientos superiores a largo plazo.

El primer factor que nos hace ser positivos es el de los niveles de rendimiento y los diferenciales. Normalmente, cuando los rendimientos superan el 8% en el universo del alto rendimiento, la clase de activos ofrece rentabilidades positivas a 12 meses vista. Cuando superan el 9%, las rentabilidades a plazo suelen ser elevadas. Los diferenciales del índice ICE BofA Global High Yield se sitúan actualmente entre 450 y 500 puntos básicos. En una recesión típica, esperaríamos ver amplios de alrededor de 700 puntos básicos. Las previsiones económicas y nuestra hipótesis de base apuntan a una recesión mundial más breve y menos profunda, en la que la ampliación de los diferenciales debería ser relativamente limitada y, desde luego, mantenerse por debajo de 700 puntos básicos. También tenemos un componente de tipos de interés gubernamentales más alto que en ciclos anteriores y cualquier ralentización lo comprimiría, compensando parte de este endurecimiento. Si se produce un aterrizaje suave, los diferenciales podrían volver a los niveles previos a la crisis de 300-350 puntos básicos.

Otro aspecto fundamental es el de la calidad del crédito. La incertidumbre económica inducida por la pandemia empujó a las empresas a gestionar de forma conservadora sus balances, lo que se tradujo en una mejora de la base de costes y un mayor enfoque en el apalancamiento y la generación de flujo de caja. Las empresas más débiles del universo incurrieron en impago durante 2020 y 2021, y las que quedaron representaban en gran medida empresas de buena calidad y bien gestionadas que pueden soportar una ralentización del crecimiento. Más de la mitad del universo mundial de alto rendimiento tiene calificación BB, con algunos ángeles caídos -nombres con grado de inversión- que han entrado en el mercado.

Un tercer factor clave es la madurez. Sólo el 17,5% del mercado vence antes de 2025. No se vislumbra un gran muro de vencimientos, ya que las empresas se han refinanciado para aprovechar los años de tipos bajos, ampliando sus fechas de vencimiento. Esto significa que la mayoría no se verá obligada a refinanciar a los elevados tipos actuales. A todo esto se suma que las tasas de impago se acercan a mínimos históricos y deberían mantenerse por debajo de la media hasta finales de 2023.

A grandes rasgos, la ralentización de la economía actual crea un entorno de mercado único en el que, incluso con recesión y unos diferenciales más amplios, se pueden generar rendimientos positivos en High Yield.

En este sentido, en Mirabaud optamos por la renta fija flexible para captar más alfa mediante la búsqueda activa de oportunidades de alto rendimiento en todo el mundo. Favorecemos un enfoque global sin restricciones y agnóstico de los índices de referencia para identificar las mejores oportunidades en todo el universo de inversión en cualquier entorno macroeconómico. Aumentamos la calidad crediticia dentro de la cartera, favoreciendo a las grandes empresas líquidas con la agilidad operativa necesaria para salir airosas de una desaceleración económica. Creemos que las valoraciones de estas empresas son lo suficientemente atractivas como para que no necesitemos extendernos a áreas del mercado con calificaciones inferiores.

Nuestra estrategia Mirabaud – Sustainable Global High Yield Bond se sitúa cerca del 60% en bonos de alta calidad (BB y superiores) frente al cerca del 40% en que estábamos a principios de 2022. Esperamos que el rendimiento de los bonos con calificación CCC se deteriore a medida que la economía se ralentice y surta efecto la mayor carga de intereses. También estamos aumentando la duración para prepararnos para el final del ciclo de subidas de tipos y el pico de inflación.

En el mercado actual, incierto e impulsado por los datos, adoptar un enfoque activo y flexible como el que aplicamos en nuestro fondo Sustainable Global High Yield Bond nunca ha sido tan importante para generar rentabilidad.

Columna de Andrew Lake, responsable de Renta Fija en Mirabaud Asset Management

Allianz GI exigirá responsabilidades a los directivos de empresas en el objetivo de cero emisiones netas

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Allianz Global Investors ha publicado el análisis anual sobre su política de voto activa en las Juntas Generales de Accionistas de todo el mundo, basándose en su participación en 10.205 juntas de accionistas y en su voto en más de 100.000 propuestas de accionistas y directivos.

La gestora votó en contra o se abstuvo, en al menos un punto del orden del día, en el 69% de todas las juntas de accionistas en el ámbito mundial. Se opuso al 16% de las propuestas relacionadas con el capital, al 23% de las propuestas relacionadas con los directivos y, a nivel global, al 43% de las propuestas relacionadas con la remuneración.

Matt Christensen, director global de Inversión Sostenible y de Impacto de Allianz Global Investors, habló desde su punto de vista de inversión responsable a largo plazo: «Hay dos temas relevantes. Por una parte, mayor responsabilidad en relación con unos objetivos creíbles de transición climática y, por otro lado, un control continuo de las remuneraciones. A lo largo de 2022 seguimos utilizando nuestro poder de voto por delegación, una de las herramientas más poderosas que tenemos para lograr el cambio e influir en las empresas. De cara a 2023, seguimos firmes en la creencia de que a través de esta influencia podemos ayudar a dar forma a un futuro sostenible para las empresas y la sociedad en beneficio de nuestros clientes”.

Remuneración de los ejecutivos

El mayor motivo de desacuerdo volvió a ser la retribución de los equipos directivos. Globalmente, Allianz GI votó en contra del 42,9% de las resoluciones relacionadas con la remuneración propuestas por la dirección. Muchas empresas aún siguen sin adoptar incentivos a largo plazo que estén realmente alineados con el interés de los accionistas, como una recompensa por obtener resultados superiores a los del mercado. En España, el voto fue del 48,3 % en contra, mientras que en Estados Unidos el porcentaje se eleva al 77,8%.

En varios mercados, y de acuerdo con la normativa de la UE, las empresas tuvieron que someter por primera vez al voto de los accionistas los informes sobre la remuneración de los directivos. En relación con este punto, Antje Stobbe, directora de Tutela Corporativa (Stewardship) de Allianz Global Investors reconoce su preocupación por la transparencia: “En concreto, nos preocupa la transparencia cuando se trata de revelar claramente el vínculo entre los resultados y la retribución, así como los componentes discrecionales de la misma que no están respaldados por los resultados. Nos tranquilizan los elevados pagos en forma de pensiones”.

A la luz de las actuales condiciones económicas, en particular las elevadas tasas de inflación en muchos países, Allianz GI evaluará cuidadosamente las generosas remuneraciones, teniendo en cuenta cómo se relacionan con los aumentos salariales de la plantilla en general y considerará si las empresas sufrieron despidos significativos, reestructuraciones o recortes de dividendos.

“Por lo general, votamos en contra si consideramos que los paquetes salariales son excesivamente generosos teniendo en cuenta estos aspectos. A partir de 2023, reforzamos aún más nuestras directrices de voto con respecto a los criterios de sostenibilidad. Esperamos que las empresas europeas de gran capitalización incluyan indicadores clave de rendimiento medioambiental, social y de buen gobierno en su remuneración y votaremos en contra de las políticas de retribución si esto no se aplica. Ya mantuvimos una serie de conversaciones sobre estos temas en 2022 con empresas en las que considerábamos que había una laguna”, agrega Stobbe.

El gobierno corporativo determina los resultados de sostenibilidad

En 2022, el segundo área más importante, según la directora de Tutela Corporativa, es ‘Say on Climate’, un tema que solo ha calado en unos pocos países  europeos y sobre el que Allianz GI ha publicado un artículo recientemente. “Sólo hemos visto 52 propuestas relacionadas con el clima por parte de los directivos. Esperamos que los grandes emisores apliquen una estrategia de emisiones netas cero y la compartan con sus accionistas. Los inversores deben tener voz en los temas que afectan el clima”, señalan desde la gestora.

En el futuro, Allianz GI exigirá responsabilidades a los directivos si la empresa no tiene objetivos de cero emisiones netas y una estrategia creíble para alcanzarlos. A partir de 2024, dependiendo de la configuración del consejo, Allianz GI votará en contra del presidente del Comité de Sostenibilidad, del Comité de Estrategia o del presidente del Consejo de determinadas empresas con emisiones elevadas si las ambiciones de emisiones cero netas o la información financiera relacionada con el clima se consideran insatisfactorias. A Allianz GI le preocupan mucho las empresas estadounidenses, que suelen estar menos avanzadas que sus homólogas europeas.

Rafael Benrey, nuevo co-director de Inversiones de Investment Placement Group

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Foto cedidaRafael Benrey, co-director de Inversiones de Investment Placement Group (IPG).

Investment Placement Group ha anunciado el nombramiento de Rafael Benrey como nuevo co-director de Inversiones (co-CIO) de la firma. Tras su incorporación en 2016, la firma explica que este ascenso es “un merecido reconocimiento a su duro trabajo, a su impacto y a sus contribuciones durante los últimos seis años”. 

En su nuevo cargo de Co-CIO, Benrey supervisará todas las actividades y estrategias de inversión de la empresa relacionadas con la asignación de activos y las inversiones alternativas. La estrategia de asignación de activos se compone de fondos de inversión activos y ETFs y el fondo de inversión alternativa de IPG es una cartera diversificada que abarca capital inversión, deuda privada y bienes raíces. Además, Benrey dirige los esfuerzos de due diligence en oportunidades de inversión alternativa para los clientes cualificados de IPG.

“Estamos seguros de que su experiencia seguirá impulsando nuestro éxito y nos ayudará a alcanzar nuestros objetivos a largo plazo. Rafael ha demostrado constantemente su experiencia en este campo y ha sido fundamental en el desarrollo de fondos, especialmente de inversiones alternativas. Sus ideas y contribuciones han tenido un impacto significativo en el crecimiento global de nuestra empresa”, destacan desde Investment Placement Group.

Antes de IPG, Benrey trabajó en Cambridge Associates, líder del mercado en consultoría financiera para Endowments e instituciones sin ánimo de lucro en EE.UU., como director de Inversiones Asociado. Anteriormente, fue analista de verano en RBC Capital Markets y Société Générale Private Banking. Además, es licenciado en Finanzas y Economía por el Babson College y posee la designación CFA, y es titular de las Series 7 y 66 de FINRA.

Fundación Citi lanza “Desafío de Innovación Global” para mejorar la seguridad alimentaria en el mundo

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La Fundación Citi ha dado a conocer su iniciativa “Desafío Global de Innovación”, con la que pretende incrementar el impacto de las organizaciones sin ánimo de lucro de todo el mundo dedicadas a desarrollar soluciones innovadoras para mejorar la seguridad alimentaria.

Este primer desafío incluye un total de 25 millones de dólares, destinados a 50 organizaciones que pongan en marcha desarrollos piloto o la expansión de ideas y proyectos destinados a abordar esta problemática y fortalecer la salud física y financiera de familias y comunidades de bajos ingresos.

Se calcula que hay en el mundo 770 millones de personas que sufren algún tipo de malnutrición. Según un estudio reciente de Citi Global Perspectives & Solutions (GPS), el impacto estimado de la malnutrición en la economía mundial podría rondar los 3,5 billones de dólares al año (unos 500 dólares por persona), como resultado de los precios récord alcanzados por los alimentos y de otros factores macroeconómicos que a su vez generan conmoción civil, desplazamientos globales y otras circunstancias.

“Hay demasiadas familias en el mundo que se enfrentan a la lucha diaria de no saber cuándo y de dónde vendrá su próxima comida”, comentó Brandee McHale, presidenta de la Fundación Citi y directora de Inversión y Desarrollo Comunitario de Citi. “Entendemos los factores económicos que inciden en esta crisis que continúa creciendo. A través de esta iniciativa, nos proponemos colaborar con diversas organizaciones sin fines de lucro impulsadas por una misión y pioneras en soluciones escalables e innovadoras en sus comunidades”.

Cuatro áreas de actuación

Para esta iniciativa, la Fundación Citi dará prioridad a proyectos en cuatro áreas. La primera sería favorecer el acceso a alimentos asequibles y saludables para comunidades de bajos ingresos, a lo que se une mejorar la asequibilidad de los alimentos y así reducir la carga financiera. Como complemento, el programa abordará desafíos en la cadena de suministro de alimentos que se traduzcan en la creación de nuevos empleos y empresas, además de aumentar la cantidad de recursos disponibles que permitan a comunidades de bajos ingresos prepararse y responder a disrupciones en épocas de crisis. 

“La crisis de seguridad alimentaria es uno de los problemas más urgentes a los que se enfrenta nuestro mundo actual”, señaló Liza Henshaw, presidenta de Global Citizen. “Trabajar en alianza con Citi durante más de 10 años nos ha dado la oportunidad de observar de primera mano el impacto positivo que la Fundación Citi ha tenido en los esfuerzos por ayudar a sacar a las comunidades desatendidas de la pobreza. Esta iniciativa global pondrá fondos que son muy necesarios a disposición de organizaciones que trabajan para combatir la escasez de alimentos, a través de soluciones innovadoras que son muy necesarias”.

El primer Desafío Global de Innovación tiene como antecedente la trayectoria de Citi y la Fundación en promover la seguridad alimentaria. Como ejemplos, No Kid Hungry brindó 300 millones de comidas para niños que enfrentan el hambre desde 2014; en 2020, en plena pandemia, la fundación apoyó las medidas de alivio de COVID-19 de Global FoodBanking Network en América Central y del Sur o el apoyo a Think City en 2020 ayudó para que las poblaciones vulnerables de Malasia recibieran alimentos e insumos médicos.  Más recientemente, en Europa, la fundación ayudó a Crown Agents International Development a comprar y brindar apoyo nutricional para bebés prematuros en Ucrania durante el conflicto.

La fecha límite para presentar propuestas es el 22 de marzo de 2023.

¿Cuánto hubiese aumentado la inflación si la guerra en Ucrania no hubiese sucedido?

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Las altísimas tasas de inflación fueron una gran sorpresa económica, también para los mercados financieros, en 2022. El tsunami inflacionista del año pasado tiene varios orígenes que, juntos, crearon la tormenta casi perfecta. La apertura postpandemia provocó una enorme demanda de servicios cuya oferta se vio obstaculizada por la reducción del empleo durante la pandemia. Las distorsiones de las cadenas de producción internacionales tras los cierres provocaron escasez y subidas de precios, especialmente en los productos intermedios. Además, cuando la pandemia dejó de tener efecto, los precios del petróleo empezaron a subir ya en otoño de 2021. El 23 de febrero de 2022 -justo antes de la invasión rusa- los mercados esperaban un precio del petróleo de unos 79 euros del barril Brent para junio de 2022. Con la invasión rusa, la preocupación de los mercados por el suministro energético aumentó bruscamente, lo que provocó una auténtica crisis de los precios del petróleo. El precio real del petróleo se situó en una media de 116 euros por barril brent en junio de 2022. Sobre la base de las expectativas de los mercados financieros antes de la invasión, algunos cálculos aproximados sugieren que el efecto del precio de la energía por sí solo añadió 2 puntos porcentuales a la inflación anual de la zona del euro.

Además, los precios de los alimentos se dispararon al caer bruscamente la oferta de cereales ucranianos y obligar a los consumidores a pagar bastante más por la compra semanal en el supermercado. En comparación con el año anterior a la guerra, la contribución de los alimentos a la inflación fue aproximadamente 1,5 puntos porcentuales superior. Sin embargo, es difícil evaluar el verdadero impacto de la guerra, ya que la incertidumbre rodea estas estimaciones y no se tienen en cuenta los efectos de segunda ronda. En conjunto, estimamos que la inflación de la zona del euro sin la invasión rusa podría haber sido inferior en una media de 2,5 a 3,5 puntos porcentuales, lo que implicaría una tasa de inflación anual de entre el 5% y el 6% en 2022, en lugar del 8,4%. La tasa de inflación máxima no habría superado el umbral de los dos dígitos, sino que probablemente se habría situado ligeramente por encima del 7% interanual.

Tribuna de Martin Wolburg, economista senior de Generali Investments.

¿Estamos ante una oportunidad para revisar la cartera modelo 60/40?

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Pixabay CC0 Public DomainRevisando la validez de una cartera 60/ 40

Si bien la cartera modelo que diseñó Harry Markowitz en 1952 ha demostrado su fiabilidad a lo largo de los años para generar retornos para los inversores, siempre hay excepciones a la regla. 2022 fue una de esas excepciones: todas las correlaciones saltaron por los aires, y pudimos presenciar cómo acciones y bonos caían en picado como respuesta al agresivo ciclo de subidas de tipos de interés que emprendieron los bancos centrales para atajar la inflación. Una vez pasado lo peor del ajuste monetario, las casas de inversión observan que 2023 empieza con perspectivas más halagüeñas, al menos para la parte de renta fija, por lo que cabe preguntarse: ¿volverá a funcionar el modelo 60/40? ¿es momento de revisar la Teoría Moderna de Carteras?

Para Jeremy Cunningham, director de inversiones de renta fija de Capital Group, lo que sucedió en 2022 “fue más una excepción -debida a una inflación extremadamente alta y a una ralentización del crecimiento- que la nueva normalidad”. De hecho, su perspectiva “dado que la inflación parece acercarse a su nivel máximo y el riesgo de recesión sigue aumentando” es que “los bonos de alta calidad probablemente ofrecerían de nuevo protección a la baja frente a la renta variable”. Cunningham prevé un escenario de menor crecimiento de los beneficios que, por tanto, podría afectar a la rentabilidad de la renta variable, “pero los mercados de renta fija proporcionarían diversificación en una cartera 60/40 que se beneficiaría de los bancos centrales, que podrían pausar o incluso recortar los tipos de interés con un impacto positivo en los bonos”.

Para Jeff Klingelhofer, co responsable de inversiones de Thornburg IM, para comprender si la renta fija recuperará su capacidad diversificadora es necesario contextualizar el comportamiento de la deuda desde los 80 hasta la actualidad: “Hemos estado en un tren de un solo sentido, los rendimientos de la renta fija han bajado de forma general.  Y eso ha llevado a que las expectativas de rentabilidad hayan sido insostenibles desde el principio”. Esto llevó al gran reajuste de 2022 que todos conocemos, pero la pregunta para el experto es si este reset ha terminado o, por el contrario, hay más margen de ajuste. Para Klingelhofer, la clave para determinar si seguirá habiendo una mayor revisión de los precios estará en la probabilidad de que se produzca un giro en la política monetaria de la Reserva Federal, y su punto de vista es que este giro está sujeto a la evolución de las condiciones del mercado laboral en EE.UU.

Más que una cartera 60/40, el experto encuentra más interesante una cartera con enfoque barbell: “Creo que la renta fija de corta duración, en particular los activos titulizados, están increíblemente interesantes. Sí, se centran en el consumidor, y necesitas vigilar la trayectoria del consumo con ojo de halcón. Pero los diferenciales se mantienen relativamente anchos”. Klingelhofer añade que, para un inversor con un enfoque de comprar y mantener (buy & hold), “en realidad el high yield parece bastante interesante”.

La efectividad de la cartera modelo fue uno de los puntos que ocuparon un webinar organizado recientemente por Janus Henderson Investors, en el que participaron varios expertos de la firma. Uno de ellos fue Jeremiah Buckley, al frente de la estrategia Balanced de la firma: “Si nos dirigimos a un periodo en el que puede verse una desaceleración de la demanda, o un escenario de hard landing, creo que la renta fija volverá a proporcionar correlación negativa con las acciones como ha hecho históricamente”. Buckley añadió que un escenario en que la cadena de suministros o el mercado laboral dejan de estar tan tensos, “podría ser bueno para ambas clases de activo al bajar las expectativas de inflación y que los bancos centrales puedan ser menos agresivos, porque ambas podrían correlacionarse positivamente y al alza”.

En ese mismo webinar el gestor de activos alternativos Steve Cain afirmó que “la cartera 60/40 ahora está en un entorno de equilibrio, ahora esta clase de carteras tienen un aspecto mucho mejor del que habían ofrecido en los últimos años”, aunque matizó que, en su opiniónpodría ser más atractiva una cartera 40/ 40/ 20, donde el 20% fuera una asignación a activos alternativos como fuentes de retorno.

Cómo rotar las carteras

Alex Rohner, estratega de renta fija en J. Safra Sarasin Sustainable AM (JSS SAM) se muestra escéptico con la vuelta del componente diversificador de la renta fija: “El retorno de fuertes presiones inflacionistas y el consiguiente ciclo de subidas bruscas ha provocado una revalorización en el sector de la renta fija junto con una venta masiva en los mercados de renta variable. La función habitual de la renta fija como estabilizador de los rendimientos en una cartera 60/40 típica ha quedado por tanto invalidada”, afirma.

El experto matiza que “la revalorización del espacio de renta fija mundial hasta un nivel más adecuado ayudará a aislar mejor las carteras de renta variable frente a futuros problemas, aunque la correlación entre ambas clases de activos será menos favorable en términos de diversificación que en la pasada década”. La recomendación que hacen desde JSS SAM para una asignación más adecuada a renta fija en carteras equilibradas pasa por “incluir instrumentos vinculados a la inflación como complemento de los bonos”.

Desde Amundi Víctor de la Morena, director de inversiones para Iberia, explica que los mercados están experimentando fuertes rotaciones al estar desplazándose su atención de la inflación al crecimiento: “El mejor comportamiento de China y los mercados emergentes fueron las tendencias más visibles, seguidas del gran cambio de tendencia en la fortaleza del dólar”.

El director de inversiones de Amundi explica que, de cara al futuro, los inversores deben tener en cuenta cuatro temáticas a la hora de construir sus carteras: el equilibrio inflación/crecimiento; las medidas de los bancos centrales; el debilitamiento del dólar; y la trayectoria de los beneficios empresariales. En vista de la complejidad del entorno de mercado y de que siguen imperando altos niveles de volatilidad, De la Morena recomienda una asignación defensiva, empezando por “mantener una postura prudente frente al riesgo, pero recalibrar las preferencias regionales”. Por ejemplo, explica que en la gestora “ahora somos más constructivos con la renta variable china que con los mercados desarrollados”. Desde una perspectiva de cross-asset, están “ligeramente positivos en duración, ya que creemos que los bonos del Estado mantienen sus ventajas de protección de cartera”, y más cautos con el high yield. Además, recomienda añadir diversificación “a través de materias primas como el petróleo y el oro”.

Superbeneficios de 2021-2022: ¿Nuevas normas o circunstancias excepcionales?

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Los resultados del BPA de S&P del cuarto trimestre de 2022 son débiles,  pero siguen a un tremendo auge de beneficios. Los inversores siguen centrados en los resultados de beneficio por acción (BPA) del cuarto trimestre del S&P y en las previsiones para 2023, pero es importante situarlos en el contexto general de lo que ha sido el mayor auge de beneficios del S&P 500 en sus 75 años de historia y probablemente para las grandes empresas estadounidenses desde el auge de beneficios de la Primera Guerra Mundial.

Alrededor del 40% del beneficio por acción del cuarto trimestre de S&P ya se ha reportado y los resultados apuntan a unos 54 dólares de beneficio por acción en el trimestre. Este es el primer trimestre sin crecimiento interanual del BPA desde los cuatro trimestres de 2020 afectados por la pandemia. Además, este será el segundo trimestre de descenso secuencial del BPA de S&P desde los 58 $ del 2T22 y los 56 $ del 3T22, a pesar de la estacionalidad y de lo que ha sido un crecimiento saludable del producto interior bruto (PIB) de EE.UU. durante 2022.

El PIB de EE.UU. registró un crecimiento del 2,9% intertrimestral en el cuarto trimestre, aunque mayoritariamente por un crecimiento de los inventarios. Sin embargo, esta disminución de los beneficios y las previsiones para 2023 se produce después de lo que fue un aumento del 25% en el BPA de S&P entre mediados de 2021 y mediados de 2022, desde la rentabilidad récord de 2019, previo a la pandemia.

Para calibrar lo que es normal hay que mirar las métricas de rentabilidad adecuadas

La rentabilidad récord del S&P 500 es mucho más que un BPA récord en 2022. Esperamos que el BPA del S&P aumente con el tiempo debido a la inflación y, lo que es más importante, a la retención de beneficios reinvertidos en estos negocios con buenos rendimientos sobre el capital incremental. Cuando hablamos de «rentabilidad» récord nos referimos a los márgenes, los rendimientos del capital, los beneficios económicos y las tasas de crecimiento real observadas de los beneficios en relación con las normas y la historia de estos drivers.

Los márgenes netos de S&P, la rentabilidad financiera (ROE) y las tasas de crecimiento nominal y real del BPA en todos los sectores dibujan un panorama de rentabilidad récord en casi todas partes.  Las más notables son las de tecnología y comunicaciones o todas las empresas «digitales», pero también las de los productores de materias primas, la mayoría de los fabricantes y los grandes minoristas del S&P. Los márgenes netos y el ROE más elevados del S&P 500 se sitúan en el 13% y el 20%, respectivamente.

El aumento de los beneficios en el sector digital es bien conocido; aunque esperamos una pausa en los beneficios de estas empresas en 2023, creemos que aún les espera un crecimiento saludable. Los aumentos de beneficios menos apreciados se dan en sectores que históricamente han tenido dificultades para generar márgenes y beneficios sólidos. Entre ellos, energía, materiales, automóviles,  semiconductores, algunos minoristas y algunos industriales.

Hoy en día, todos estos y otros sectores e industrias clave dentro de ellos alcanzan márgenes netos y ROE récord en 2021 o 2022. Algunas excepciones notables son el sector aeroespacial, en el rubro industrial, algunos sectores de viajes y servicios discrecionales de consumo en persona y los bancos. Los bancos están generando algunos de los mejores beneficios, márgenes de interés neto y ROE desde la crisis financiera gracias a unos tipos de interés más altos.

Beneficios de la energía 2022 frente a 2020: La madre de las oscilaciones cíclicas de los beneficios

Los beneficios del sector energético del S&P superarán probablemente los 200.000 millones de dólares en 2022. Esto contrasta con un mínimo de -5.000 millones de dólares en 2020 y máximos de 70.000 millones de dólares en 2018 y 140.000 millones de dólares en 2008.

Nuestro primer análisis de los resultados de 2022 muestra el mayor margen neto, retorno o rentabilidad sobre capital invertido (ROIC) y ROE en el sector de energía desde 1995. Un margen neto en 2022 (estimado) cercano al 15% en energía frente a máximos anteriores de alrededor del 9,5% en 2006-2007. Un ROIC y una ROE en 2022 (estimado) de alrededor del 14% y cerca del 30%, que solo se igualaron brevemente en 2006-2007 y superan al S&P en la actualidad.

Los precios del petróleo subieron en 2022, especialmente en la primera mitad, pero estamos observando los mayores beneficios en relación con el precio del petróleo en el sector de la energía en las últimas décadas. La explicación tiene mucho que ver con las pérdidas registradas en 2020, que provocaron recortes de costes y gastos de mantenimiento diferidos, para luego pasar a grandes ganancias de ingresos en 2022 gracias a las subidas de los precios del petróleo, el gas natural y los productos refinados. Es probable que los precios del petróleo sigan siendo volátiles, pero prevemos presiones sobre la rentabilidad en relación con los precios del petróleo a medida que repunten los gastos operativos de mantenimiento (opex) y los gastos de capital (capex).

Observamos que el capex/Depreciación y Amortización (D&A) fue inferior al 100% en 2020-2022 frente a alrededor del 150% en los años de lento crecimiento de la capacidad de 1990-2005 y el 200% en los años de fuerte crecimiento de la capacidad de 2006-2016. Desde 2016, el capex energético ha disminuido a pesar de la inflación,  del aumento de la regulación y de la preparación para la transición.

Esto apoya los precios, pero mantener la producción actual probablemente requerirá un aumento del gasto de capital. Esperamos que los beneficios del sector de energía disminuyan al menos un 10% en 2023, seguidos de un 5% a partir de entonces.

Los beneficios del sector energético representan el 11% del S&P, frente al 7,5% de media entre 2009 y 2019, el 16% en 2007 y más del 20% a principios de los años ochenta. Pero la contribución a los beneficios del S&P no es una medida de rentabilidad. La siderurgia, el ferrocarril y los servicios públicos dominaban los beneficios hace un siglo, mientras que las finanzas, la tecnología y la sanidad no lo hacían.

Mirando los resultados: tracker del BPA del cuarto trimestre y nuestra estrategia sectorial del S&P

El auge de los beneficios de S&P en los últimos 12 años es atribuible a la globalización y la digitalización, y las grandes empresas de S&P suelen liderar ambas tendencias. Vemos grandes promesas en las compañías del sector de la salud del S&P, que liderarán la próxima década de crecimiento de los beneficios gracias a la innovación médica. Pero ahora mismo, creemos que los inversores esperan demasiado del S&P 500, que se enfrenta a retos mundiales. Las valoraciones son exigentes y el crecimiento del BPA del S&P podría ser plano en los próximos dos años.

 

Tribuna de David Bianco, CIO de DWS