Ha sido un año difícil, especialmente para las empresas con mayor sensibilidad a los precios de las materias primas y a la electricidad. Pero, según Fidelity International, “ya estamos cerca del suelo del mercado, y una reapertura en China debería ofrecer esperanza a los fabricantes de cara al año que viene”. Desde la firma han pedido su visión sobre las compañías del sector de materiales a Laura Stafford, analista de renta variable emergente basada en Londres.
La experta admite que, en su segmento – está especializada en productores de materiales y en las materias primas que compran y venden-, “ha habido mucha volatilidad”, y que muchos se han visto “atrapados entre el miedo y la codicia”. Se refiere a que, por un lado, “hay mucho temor a una recesión en Europa, a una posible recesión en EE.UU.”, pero que podría ser compensado por “las potenciales subidas si China gestiona con éxito la relajación de sus regulaciones y restricciones en torno al Covid, y lo que esto podría significar para la demanda de materias primas”.
Los productores europeos tendrán que tomar decisiones difíciles
La analista comienza fijándose en las amenazas que acechan a cualquier productor de Europa: “Los precios del gas y la electricidad plantean un problema significativo. Tomemos como ejemplo a los fertilizantes: hemos visto que cerca del 75% de la producción europea se ha suspendido temporalmente y no sabemos cuánto va a volver cuando se restablezca”.
Es una situación similar a la que viven los fabricantes de aluminio, “a no ser que hicieran coberturas de precio”; quienes no lo hayan hecho están experimentando “pérdidas bastante significativas con los precios actuales de la energía”. De todas formas, aunque haya productores que sí tengan cubierto el precio de la energía que utilizan, Stafford alerta de que son contratos que tienen una duración determinada: “En los próximos seis meses y en adelante vamos a ver cómo vencen cada vez más contratos, lo que pondrá a la producción existente bajo todavía más presión”.
La experta puntualiza que el problema no se limita a que los precios sean muy elevados, también afecta al hecho de que “los precios del producto final son muy bajos”. En este contexto, “la perspectiva de una recesión empeora la situación”. “Creo que las empresas tomarán decisiones difíciles con bastante rapidez cuando empiecen a pagar el precio total de la energía”, concluye la analista de Fidelity. En la mayor parte de casos, piensa que los productores “seguirán produciendo a pérdidas”, para ahorrarse los costes adicionales que ocasionaría suspender y retomar la producción.
“En un entorno en el que los precios del aluminio no suben a corto plazo, hay que esperar que la demanda aumente para justificar el mantenimiento de la producción. Pero dado el contexto macroeconómico mundial, es difícil que eso ocurra a corto plazo, lo que significa que, en mi opinión, estos productores tomarán decisiones sobre el cierre [de algunas instalaciones] este año en lugar de más adelante”, añade Stafford. En definitiva, anticipa que la producción de aluminio en Europa será “mucho, mucho más inferior” de lo que ha sido hasta el momento.
¿Hay margen para recibir apoyo gubernamental?
Este escenario planteará dificultades adicionales, dado que el control sobre la producción de materias primas “y que la seguridad sobre el suministro de materias primas se ha convertido en un asunto primordial”. Sin embargo, la analista de Fidelity afirma que, al menos en el Viejo Continente, las autoridades deberán priorizar ciertas necesidades sobre otras: “Actualmente la mayor preocupación es asegurar que haya suficiente energía. Se busca gas de donde se pueda, carbón de donde se pueda, petróleo de donde sea fuera de Rusia. Si tienes mercados con diversas fuentes de suministro a nivel global, entonces probablemente (la producción de acero) no sea algo que se vaya a priorizar. Si quieres mantener abiertas las plantas, entonces se necesitará pagar subsidios”, sentencia.
Aquí viene la siguiente derivada: en un momento en que los gobiernos europeos están intentando bajar la factura de la energía para empresas y consumidores, no queda tanto dinero en el presupuesto para subvencionar otras industrias. “¿Es necesariamente el aluminio el sector al que se va a prestar apoyo? En algunos casos, potencialmente, si se trata de un empleador muy importante en una región. Pero será caso por caso”, resume Stafford.
En este entorno, la pregunta es obligada: ¿quedan oportunidades para los inversores? La experta de Fidelity es muy sincera: “Creo que nos estamos acercando al fondo del ciclo, pero es muy difícil encontrar valoraciones atractivas o donde creo que la renta variable está valorando el escenario correcto. Lo ideal sería algo como lo que estamos viendo en el aluminio, donde el precio de la materia prima está por los suelos, las acciones han bajado sustancialmente y podemos tener la convicción de que en algún momento mejorará el entorno de la demanda. Así que, probablemente, es ahí donde me fijaría en los próximos seis meses”, concluye
La inversión sostenible se ha convertido en un tema clave para los inversores privados e institucionales. Sin embargo, los acrónimos utilizados (ESG, ITR, SFDR, etc.), la complejidad y la rápida evolución en este campo dejan a muchos inversores confundidos. La pregunta fundamental que se nos plantea a menudo es: ¿por qué debemos, y cómo podemos, integrar los principios de sostenibilidad en las carteras?
En la actualidad, existen importantes fuerzas de mercado que fomentan y facilitan una transición medioambiental que se ha vuelto indispensable: la presión de los consumidores, las medidas reguladoras, las transiciones de los modelos de negocio en todos los sectores y la asignación justa de capital por parte de los inversores.
En este contexto, la integración de los principios de sostenibilidad en la construcción de carteras apoya la transición básica de nuestros modelos económicos. Además, permitirá preservar mejor los activos invertidos, favoreciendo a las empresas que se beneficiarán de las futuras transiciones y reduciendo la exposición a los posibles perjudicados de la revolución en curso.
Estabilidad medioambiental para un crecimiento sostenible
Es innegable que las comunidades funcionales, el crecimiento económico sostenible y los rendimientos financieros atractivos a largo plazo dependen de la estabilidad medioambiental.
La investigación científica ha cuantificado ya una serie de límites globales que no deben sobrepasarse, con medidas relativas a las emisiones de CO2, la calidad del agua y la biodiversidad, entre otras. Si bien la situación es alarmante, puesto que ya hemos superado los umbrales de alerta en la mayor parte de estos ámbitos, la ciencia tiene claro cómo restablecer o reducir los daños causados a nuestros ecosistemas.
La transición medioambiental se construirá en torno a cuatro grandes ejes:
Electrificación. La electricidad se está convirtiendo en el vector energético dominante. De alrededor del 20% de la demanda mundial de energía en 2020, aumentará a más del 70% en 2050. Para producir electricidad, tendremos que pasar de los combustibles fósiles a energías más limpias (agua, eólica, solar y posiblemente nuclear).
Agricultura y preservación de la naturaleza. De aquí a 2050, necesitaremos alimentar a 2.000 millones de personas más, al tiempo que restauraremos grandes extensiones de tierra cultivable para proyectos de reforestación y biodiversidad. Tendremos que replantearnos nuestros métodos de producción y consumo.
Materiales. Habrá que desvincular la trayectoria del crecimiento económico de la extracción de materias primas. El modelo «tomar, fabricar, desperdiciar» debe ser sustituido por «reducir, reutilizar, reciclar». Habrá que repensar los materiales de construcción, compartir los coches y reciclar sus componentes.
Carbono. El modelo de economía de mercado debe ampliarse para incluir todas sus externalidades. Las emisiones de carbono deberán ser cada vez más caras, creando los mecanismos de incentivo necesarios para que los actores industriales adopten verdaderas estrategias de transición.
Sostenibilidad, una fuente de creación de valor
La transformación de nuestros modelos económicos hacia una economía más sostenible está en marcha y representa una auténtica revolución. Surgirán nuevos actores con gran potencial de crecimiento, mientras que otros desaparecerán. El temor de algunos inversores a que la inversión sostenible signifique sacrificar el rendimiento es en realidad una idea infundada.
Los recientes acontecimientos geopolíticos y las tensiones resultantes no harán sino aumentar la urgencia de la transición. El concepto de independencia energética, por ejemplo, nunca ha sido tan relevante como hasta ahora.
Integración de la sostenibilidad en las carteras de los inversores
En los últimos años, los inversores han integrado los criterios de sostenibilidad según sus preferencias. Muchos han elegido los criterios ESG como herramienta de puntuación, lo que permite comparar las prácticas actuales de diferentes empresas en una serie de criterios medioambientales, sociales y de gobernanza.
Hoy en día, debemos mirar más allá. La transición en curso promete afectar a todos los sectores económicos, a lo largo de todas las geografías. Al igual que los avances tecnológicos de los últimos cincuenta años han trastornado todos los modelos de negocio, esta transición hacia la sostenibilidad afectará a todos nuestros entornos de inversión, invitándonos a repensar nuestra forma de invertir. Más que nunca, la inversión sostenible debe convertirse en una cuestión de convicción, destacando la importancia de la investigación científica para permitirnos comprender mejor las trayectorias de transición de las empresas, sector por sector. El análisis debe ser prospectivo y requerirá una amplia gama de competencias: climatólogos, científicos, ingenieros y analistas.
Con la revolución de la sostenibilidad ya en marcha, y cada vez más acelerada por las presiones geopolíticas, creemos que la creación de carteras alineadas con los principios de sostenibilidad es la forma más eficaz de apoyar esta transición. Esto garantizará la mejor conservación de los activos invertidos a largo plazo, favoreciendo a las empresas que pueden beneficiarse de la transición actual y limitando la exposición a los futuros perjudicados.
Tribuna elaborada por Frédéric Rochat, socio director de Lombard Odier.
Semana protagonizada por la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra (BoE), que celebrarán sus respectivas reuniones, las últimas de este 2022, esta semana. La primera cita es con la Fed, y los expertos de las gestoras ya dan por hecho que la institución monetaria subirá su tipo de referencia 50 puntos básicos. El turno del BCE llegará el jueves y, de igual manera, se espera que también suba los tipos, pero, en esta ocasión, podría llegar a ser 75 puntos básicos. Un protagonismo que tendrá que compartir con el Banco de Inglaterra, pero vayamos por partes y centrémonos primero en qué esperar del miércoles.
En el caso de la Fed, el debate se centra en si en Estados Unidos la inflación ha alcanzado ya su máximo. Si fuera así, algunos expertos apuntan a que iríamos hacia un horizonte en el que la Fed mostraría un cambio de rumbo. Sin embargo, el discurso mayoritario es que la fortaleza del mercado laboral y de su economía aún no permitirán que veamos un cambio de dirección a muy corto plazo. “A pesar de la agresividad de la Fed a la hora de endurecer las condiciones financieras, la economía estadounidense se ha mantenido firme y el consumidor ha asimilado la crisis del coste de la vida por encima de lo que cabría esperar, ayudado en gran medida por un mercado laboral muy tenso y una tasa de desempleo que sigue siendo baja”, recuerda Eoin Walsh, socio y gestor de carteras en TwentyFour Asset Management.
Según explica Orla Garvey, gestora senior de carteras de renta fija de Federated Hermes Limited, las condiciones financieras de EE. UU. (FCI) se han relajado desde el dato del IPC de octubre, más débil de lo esperado. “A finales del verano vimos un episodio similar de relajación, que el presidente de la Fed rechazó agresivamente en un discurso pronunciado en Jackson Hole. El mercado esperaba ahora una respuesta similar. Sin embargo, en contraste con las comunicaciones posteriores al FOMC de noviembre, Powell sugirió que la Fed se sentía cómoda con la situación actual de los mercados. El impacto de esta afirmación fue un debilitamiento del dólar, un fuerte rendimiento de los activos de riesgo y un movimiento a la baja de los tipos, ya que el mercado valoró un pivote de la Fed con cerca de un recorte de 20 puntos básicos en noviembre de 2023”, apunta Garvey.
Además, Garvey señala un factor que pesa mucho entre los bancos centrales: su credibilidad. “En un año en el que existe una gran incertidumbre en torno a las perspectivas de crecimiento e inflación –debido a la falta de claridad sobre el impacto retardado del endurecimiento actual, la evolución de la política COVID de China, las negociaciones entre Ucrania y Rusia y las perspectivas energéticas de Europa – mantener la credibilidad será clave para la Fed. Sugerir demasiada comodidad con las perspectivas de inflación en este momento es arriesgado, ya que equivocarse en este punto podría dar lugar a que se arraiguen unas expectativas de inflación más elevadas o a la necesidad de subir más de lo previsto actualmente, provocando así una recesión más prolongada”.
Tal y como recuerda Blerina Uruci, economista jefe para EE.UU. de T. Rowe Price, de cara a esta reunión, hay algunas cosas que ya sabemos. «El presidente de la Fed, Jerome Powell, ya ha comunicado varios matices antes de la reunión como, por ejemplo, que una ralentización del ritmo de subidas a 50 pb (desde 75 pb). Además, el gráfico de puntos mostrará un tipo terminal superior al de septiembre. Y la función de reacción es cada vez más amplia: rigidez del mercado laboral, inflación y crecimiento. Esto difiere de la mayor parte de 2022, cuando se centraba únicamente en la inflación y en la gestión del endurecimiento a corto plazo de las condiciones financieras», afirma Uruci.
Por todo ello, se espera que la Fed anuncie una subida de tipos de 50 puntos básicos. “Todo lo que no sea una subida de los tipos de 50 puntos básicos por parte de la Fed sería una gran sorpresa. La atención se centrará sobre todo en el grado de ajuste de la Fed y en el tiempo que prevé mantener los tipos en el nivel actual, muy restrictivo. Esperamos para 2023 dos subidas más de 25 puntos básicos, lo que situará el tipo de interés oficial entre el 4,75% y el 5%. Los miembros del FOMC han reiterado su compromiso de mantener los tipos en su nivel máximo al menos hasta principios de 2024, pero este compromiso se verá sometido a una dura prueba por el empeoramiento de las condiciones económicas”, defiende Paolo Zanghieri, economista senior de Generali Investments.
Según reconoce Franck Dixmier, director de inversiones global de Renta Fija de Allianz Global Investors, la subida de 50 puntos básicos es esperada por los mercados. Pero podrían verse sorprendidos por el tono de halcón que se espera que adopte Jerome Powell. De hecho, actualmente esperan un tipo terminal del 5% y un primer recorte de tipos en el segundo semestre de 2023. «Creemos que estas expectativas no reflejan posibles sorpresas sobre unas cifras de inflación más elevadas en los próximos meses. Dado el alto nivel de incertidumbre sobre el nivel de inflación debido a la fortaleza de la economía estadounidense, creemos que el tipo terminal de la Fed podría situarse entre el 5% y el 6%. Además, no somos partidarios de un recorte de tipos en la segunda mitad del año, ya que Jerome Powell ha afirmado claramente que no debemos contar con rápidos recortes de tipos para evitar repetir los errores cometidos en los años setenta y ochenta», argumenta Dixmier.
Uruci comparte que los precios del mercado coinciden en líneas generales con las previsiones de la Reserva Federal de una subida de 50 puntos básicos en diciembre y tienen una probabilidad ligeramente superior al 50% de una subida de 50 puntos básicos en febrero. «La próxima batalla entre el mercado y la Fed será la fijación del precio de los recortes en la segunda mitad de 2023, ya que el desacuerdo sobre el tipo terminal y la rapidez con la que llegarán a él no es muy significativo en estos momentos», añade.
¿Un “giro” de la Fed?
Para Christian Scherrmann, U.S. Economist en DWS, la posición de la Fed de mantener una postura agresiva ante una desaceleración leve podría servir a varios propósitos. “Si los tipos de interés se mantienen elevados hasta 2023, se podría garantizar que la inflación siga siendo baja en los años siguientes. Por lo tanto, es probable que hasta 2024 los miembros del FOMC no indiquen sus expectativas de normalización de la política monetaria”, afirma.
“La inflación sigue siendo demasiado alta, los mercados laborales demasiado fuertes y la oferta y la demanda demasiado desequilibradas para que la Reserva Federal baje la guardia. La inflación muestra algunos signos iniciales de relajación, pero los mercados laborales, sobre todo, siguen siendo un gran quebradero de cabeza para la Reserva Federal. Sigue habiendo 1,6 ofertas de empleo por cada desempleado, lo que significa que la demanda de mano de obra sigue siendo fuerte, y los salarios aumentan más de un 5% al año. Esto, por desgracia, dista mucho de ser una situación alentadora para la economía”, argumenta el economista de DWS.
Axel Botte, estratega global de Ostrum AM, gestora afiliada de Natixis IM, destaca que “el riesgo de recesión se aleja” aunque no obstante advierte que la inversión de las curvas de rendimiento parece anunciar un «pivote» de los bancos centrales. En cuanto a la inflación, Botte señala que “es probable que los datos de inflación sigan bajando en noviembre hasta el 7,5% aproximadamente, lo que puede servir de apoyo a los bonos estadounidenses hasta la próxima reunión de la FOMC”. En este sentido, refleja que “al igual que en el pasado verano, la Fed se enfrenta a una temprana relajación de las condiciones financieras”.
En opinión de Garvery, lo más probable es que sea cierto que se haya alcanzado el precio máximo de los tipos de interés y que la moderación de la inflación y la ralentización de las subidas en el futuro permitan una normalización de la volatilidad de los tipos. Sin embargo, advierte: “En 2023 habrá que esperar a que se asienten los efectos de una política más restrictiva. No puede haber un giro creíble sin pruebas claras de una relajación de los mercados laborales y una ralentización de la inflación en el sector servicios”.
Sin duda, las gestoras coinciden que la clave para cualquier cambio por parte de la Fed está en el mercado laboral. Según explica Walsh, el desempleo en EE.UU. podría resultar un indicador clave para la rentabilidad de los activos el próximo año, ya que será uno de los componentes clave que determinen la trayectoria de los tipos y, en particular, la posibilidad de un «giro» de la política por parte de la Fed.
“Si la tasa de desempleo se mantiene por debajo del 4,5% (actualmente es del 3,6%), no creemos que la Fed sienta mucha presión para relajar su política. Sin embargo, cabe señalar que, a pesar de la rigidez del mercado laboral, cuando la tasa de desempleo comienza a subir suele hacerlo de forma agresiva, por lo que estaremos muy atentos a los CEOs de las empresas en busca de cualquier indicador temprano de que el recorte de empleo que hemos visto en varios gigantes tecnológicos se esté propagando a la economía en general”, argumenta el experto de TwentyFour AM.
Proyecciones económicas
Según el economista de DWS, otro punto relevante de la reunión de esta semana es conocer el resumen actualizado de las proyecciones económicas de la Fed, así como la voluntad de aceptar un menor crecimiento y unos tipos de interés más altos en 2023. “En nuestra opinión, es probable que el gráfico de puntos de la Reserva Federal muestre una tasa máxima ligeramente superior al 5%, mientras que el crecimiento para el próximo año podría rebajarse a menos del 0,5%, justo antes de pronosticar una recesión”, afirma.
Respecto a las proyecciones macroeconómicas, Thomas Costerg, economista de Pictet WM, señala que Powell ya destacó anteriormente que el tipo de interés terminal podría revisarse «algo al alza» desde 4,6% en septiembre. Y recuerda que algunos miembros han insinuado que tendría que la institución tendría que ser más agresiva. “Esperamos que revise al alza hasta alrededor de 5,1%, para un tipo terminal de 5 a 5,25% para marzo de 2023. Al subir tipos nuevamente, la Fed se va a alejar de su tradición de prestar atención a la curva de rentabilidades a vencimiento de la deuda, que indica recesión, y encuesta de sentimiento de la producción, en contracción en noviembre. El caso es que no está lista para anunciar el final de su ciclo de subida de tipos. De hecho, es probable que Powell señale que el listón para recortar tipos en 2023 es alto, a pesar de que el mercado espera que los reduzca a alrededor del 4,5% para finales de 2023”, apunta Costerg.
En este sentido, Scherrmann añade: “Lo más probable es que se prevean recortes de los tipos de interés y se eleven un poco las previsiones de crecimiento, aunque probablemente seguirán estando por debajo del potencial. Una pausa hawkish en 2023 podría además mantener las condiciones financieras restrictivas, otro requisito previo para conseguir el objetivo de inflación”.
Por último, Zanghieri reconoce que desde la gestora esperan que el PIB estadounidense crezca sólo un 0,3% el próximo año, y que se contraiga en el segundo y tercer trimestre. “Para evitar un aterrizaje demasiado duro de la economía, la Fed se verá obligada a recortar los tipos antes de lo previsto actualmente, y proyectamos una reducción de 50 puntos básicos en los últimos meses del próximo año. Los riesgos se inclinan hacia una postura más dura: sin pruebas convincentes de que la inflación disminuya rápidamente, la Fed podría verse empujada a subir el tipo de interés oficial por encima del 5% y mantenerlo durante más tiempo, lo que empeoraría las perspectivas de la economía”, concluye el economista senior de Generali Investments.
La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA, por sus siglas en inglés) publicó el pasado 14 de noviembre la actualización de su documento de preguntas y respuestas (Q&A) sobre el documento de datos fundamentales para el inversor (DFI o KID por sus siglas en inglés) de su Reglamento* sobre los productos de inversión minorista empaquetados y basados en seguros (PRIIP, en siglas inglesas).
Según explican los expertos de finReg360, esta actualización ha afectado a algunas nuevas preguntas y respuestas, que se han elaborado con el fin de aclarar ciertas cuestiones recogidas recogidas en el Reglamento Delegado 2021/2268. Por ejemplo, de forma general, se han planteado cuestiones en relación con la terminología utilizada en el KID, sobre las que la ESMA recuerda que “se puede utilizar un glosario a efectos aclaratorios, que debe ser fácilmente accesible desde el KID, por ejemplo, con un hipervínculo, además de hacer referencia a este en la sección de otra información relevante; se puede referir de forma abreviada al producto, tras indicar su nombre completo, y se debe incluir el nombre del grupo como parte del nombre del fabricante del PRIIP”.
Desde finReg360 destaca que en la sección “¿Qué es este producto?”, la ESMA aclara si es obligatorio indicar o no si los UCITS o los FIA están gestionados de forma activa o pasiva; clarifica qué se debe entender por la frase “si este enfoque incluye o implica una referencia a un índice de referencia” e incluye ejemplos aclaratorios; se pronuncia sobre el significado de “el grado de libertad del índice de referencia”.
Además, los expertos indica que, la ESMA fija que, “ por un lado, los elementos que se han de considerar para indicar en el KID el grado de libertad con respecto al índice de referencia, y por otro, el deber de revelar la estrategia definida con respecto la variación del riesgo que asumirá en relación con un índice”. También indica el tipo de información que ha de incluirse en la sección “¿Qué es este producto?” del KID de los UCITS, apalancados o no, referenciados a un índice; resuelve cuestiones sobre los UCITS que sean fondos cotizados (ETF o exchanged-traded funds), como el contenido específico que debe incluirse en el KID.
Sobre las categorías de productos, “la ESMA resuelve también aspectos relacionadas con determinadas categorías de productos, entre los que destacan las relativas a los precios de reembolso de los FIA inmobiliarios y la consideración de los fondos de retorno absoluto como fondos ordinarios o flexibles”, explican los expertos de finReg360.
Escenarios de rentabilidad
En este apartado, la ESMA aclara que, en el caso del elemento narrativo E de la parte 2 del anexo V del Reglamento Delegado 2021/2268, se deben mencionar las fechas indicadas, en términos de meses y años, y los períodos de referencia para cada escenario de rendimiento. Especifica con ejemplos los subintervalos incluidos en el periodo de tiempo, y cuáles se interrumpen al final de este, definidos en el punto 7(a) del anexo IV del Reglamento Delegado 2021/2268. Clarifica también el cálculo previsto para la ‘transformación lineal‘ del inciso iv) de la letra c) del punto 7 del anexo IV. Confirma que está permitido utilizar un valor de referencia diferente para los cálculos del escenario de rendimiento, cuando no se cumplan las condiciones del párrafo primero del punto 12 del anexo IV del Reglamento Delegado 2021/2268.
«Determina que los escenarios de rentabilidad para los PRIIP de categoría 2 para los que no existe ni índice de referencia ni sustituto adecuado con datos históricos suficientes deben calcularse de acuerdo con el punto 31 del anexo IV del Reglamento Delegado 2021/2268. Y responde afirmativamente a la pregunta de si se puede utilizar el historial de precios de una clase de acción cuando se crea otra nueva, en los fondos de múltiples clases de acciones, siempre que se reflejen las características de la clase de acción específica», añaden desde finReg360.
Otro apartado que se aborda es de rentabilidad histórica. Sobre este apartado, la ESMA indica que se ha de incluir en el KID una declaración sobre la razón de no disponer de datos sobre la rentabilidad histórica correspondientes a un año natural completo. También determina que el diagrama de barras, en los años sin datos sobre rentabilidades pasadas, se deberá mantener en blanco sin más anotación que la fecha. Y obliga a que el diagrama de barras muestre la rentabilidad respecto al período anterior al cambio, si se modifica el índice de referencia, junto con una advertencia clara de que la rentabilidad se logró en circunstancias que ya no son aplicables; en este sentido, cuando se disponga de varias versiones, han de expresarse las cifras de los resultados anteriores, calculadas sobre la base de los ingresos distribuibles reinvertidos.
Cuestiones adicionales
La ESMA resuelve y aporta ejemplos aclaratorios sobre los contratos por diferencia (CFD) y otros productos apalancados, respecto al cálculo de su rentabilidad. Asimismo, aclara cuestiones relacionadas con los PRIIP que ofrecen productos multiopción (MOP); los KID de los subfondos; el cálculo de los escenarios de rentabilidad y los costes de los autocallable products; el cálculo del indicador resumido de costes, o ciertas particularidades de la presentación de los costes.
En el contexto actual, resulta difícil efectuar predicciones sobre la coyuntura macroeconómica. Empezamos a constatar divergencias en la política monetaria y la fiscal de algunas economías, lo que genera incertidumbre sobre los catalizadores de la inflación y del crecimiento. Algunos de los principales indicadores adelantados, como los índices de gestores de compras (PMI, por sus siglas en inglés) del sector manufacturero apuntan a una marcada ralentización del crecimiento, a lo que se suma una inflación también volátil, lo que dificulta la valoración de los resultados probables por parte de los inversores.
La incertidumbre macroeconómica seguramente persistirá durante algún tiempo, especialmente en vista de que todavía existen dos cuestiones clave que no se han resuelto y que dominan los mercados. La primera de ellas es la situación entre Ucrania y Rusia en Europa y sus repercusiones sobre los mercados energéticos. Resulta muy difícil predecir cómo evolucionará la guerra y los efectos que tendrá sobre una importante locomotora del crecimiento mundial como es Europa. La segunda es China y su política de “covid cero”, que ha empañado las perspectivas de crecimiento del gigante asiático, lo cual ha tenido un efecto dominó que se ha dejado sentir especialmente en los mercados asiáticos. Estas dos situaciones cambiantes inciden considerablemente en la limitación del crecimiento mundial y el aumento de la inflación (a través de las restricciones en el plano de la oferta).
La política monetaria dicta el rumbo
La mayoría de los principales bancos centrales se muestran coordinados en su intención de reducir las presiones inflacionistas mediante el endurecimiento de la política monetaria. Sin embargo, empezamos a observar un cierto grado de variabilidad en el ámbito de la política fiscal, como ejemplifican las medidas que aprobó recientemente el Gobierno del Reino Unido y que dieron lugar a unas distorsiones sumamente considerables en el mercado.
No obstante, la mayor parte de las medidas que se anticipan recaen sobre los bancos centrales. Aunque la mayoría de ellos están tomando medidas similares para atajar la inflación, empezamos a observar cierta incertidumbre respecto de la rapidez con la que efectuar las subidas de tipos, la magnitud que deberían tener y el horizonte temporal durante el que mantener vigentes estas condiciones financieras restrictivas. La realidad es que todavía es necesario que la inflación toque techo en la mayoría de los países. Hasta que ello suceda, resulta muy difícil prever una ralentización de la actual trayectoria de subida de tipos por parte de los bancos centrales.
En nuestra condición de inversores activos, nuestro papel consiste en evaluar los riesgos ligados al crecimiento, la inflación y las políticas en las distintas economías y determinar si dichos riesgos están plenamente reflejados en los precios de los mercados de tipos, divisas y crédito. Determinamos nuestra opinión y convicción sobre la base de una perspectiva centrada en factores fundamentales, técnicos y de valoración y, a continuación, decidimos si nuestra opinión difiere de lo que descuenta el mercado.
La fragilidad del mercado aflora
En la actualidad, uno de los efectos más reseñables que están aflorando a raíz de los factores macroeconómicos es una creciente sensación de fragilidad en los mercados de bonos. Estamos acostumbrados a que los mercados de crédito presenten una cierta fragilidad. Después de todo, se trata de un mercado extrabursátil (OTC, por sus siglas en inglés) donde la liquidez puede agotarse con rapidez, especialmente en los segmentos de mayor riesgo, como los de alto rendimiento y deuda de los mercados emergentes, por ejemplo.
Ahora estamos empezando a ver cómo esta tensión también se está dejando sentir en los mercados de deuda pública, lo que añade una capa adicional de complejidad a la hora de gestionar activos de renta fija y construir carteras. La estabilidad financiera también constituye ahora un riesgo de cola y, junto con la inflación y el crecimiento, representa una variable que los bancos centrales también deben tener en cuenta.
Lo acontecido en el Reino Unido en las últimas semanas resultó revelador para la mayoría de responsables políticos de todo el mundo, dado que presenciaron la rapidez con la que la volatilidad puede traducirse en una situación de fragilidad en el mercado a través de una enérgica reducción del apalancamiento. Uno de los aspectos clave que buscamos cuando evaluamos los riesgos para la estabilidad financiera es el apalancamiento oculto que, por su propia naturaleza, resulta difícil de identificar. Una fórmula que pueden adoptar los inversores para protegerse frente a este fenómeno consiste en mantener carteras diversificadas y líquidas de cara a estar posicionados como proveedores de liquidez durante periodos de mayores distorsiones en los mercados.
En esencia, la volatilidad genera oportunidades, pero exige que los inversores presten más atención a la trayectoria del riesgo en una cartera y a la necesidad de estar listos para proporcionar liquidez en los segmentos del mercado donde surjan posibles distorsiones. A la hora de seleccionar los gestores activos de renta fija, resulta primordial evaluar su agilidad en la toma de decisiones para sacar partido de estas distorsiones.
Previsiones
El cometido de los gestores activos pasa por aprovechar la volatilidad y la dispersión en los mercados: este es el contexto en el que buscamos prosperar. Habida cuenta de nuestras previsiones de que asistiremos a una marcada ralentización unida a una inflación obstinadamente elevada, creemos que estas distorsiones seguramente persistirán durante al menos seis meses, lo que brindará oportunidades a los inversores activos que cuenten con sólidas plataformas de análisis. En el marco de un mandato mundial que incluye la opción de invertir en la mayoría de las clases de activos en el universo de renta fija, la ampliación de los diferenciales y los niveles más elevados que exhiben los rendimientos de partida ofrecen la posibilidad de generar unas atractivas rentabilidades a largo plazo en términos históricos.
Si bien cabe la posibilidad de que los mercados registren aún muchas más turbulencias y volatilidad, creemos que ya se descuenta una parte considerable del sentimiento bajista y que el posicionamiento en el mercado resulta defensivo en líneas generales. A modo de ejemplo, en el segmento del crédito mundial existe una marcada divergencia entre el universo de crédito investment grade en euros y el universo de crédito investment grade en dólares estadounidenses. No es ningún secreto que Europa se enfrenta a retos considerables asociados con la guerra y con una crisis energética. En la actualidad, el diferencial entre ambos mercados resulta considerable. Si profundizamos en nuestro análisis, observamos que el universo de crédito estadounidense presenta mayor dispersión, pero el universo del crédito europeo ofrece más oportunidades en líneas generales.
Oportunidades de inversión
Resulta evidente que los mercados descuentan de forma creciente escenarios recesivos que contemplan un “aterrizaje forzoso” de la economía. Prevemos que los tipos presentarán mayor divergencia a medida que la combinación de políticas macroeconómicas se ajuste para reflejar los distintos grados de sensibilidad que muestran las economías a las subidas de tipos.
En consecuencia, observamos muchas más oportunidades para expresar nuestras opiniones relativas sobre países y curvas de tipos. En el ámbito del crédito, observamos el surgimiento de un abanico de oportunidades en el mercado de crédito investment grade europeo, especialmente para los inversores que operan en dólares. En el segmento de alto rendimiento, la selección ascendente (bottom-up) e idiosincrásica del riesgo resulta fundamental.
En cuanto al crédito estructurado, nos centramos en algunas de las obligaciones garantizadas por préstamos (CLO, por sus siglas en inglés) que han registrado considerables fluctuaciones de precio en fechas recientes, así como en algunos bonos de titulización de activos (ABS, por sus siglas en inglés) relacionados con el consumo. En los mercados emergentes, analizamos los mercados de divisas y buscamos oportunidades en el segmento de la deuda denominada en divisa local. En vista de las trayectorias dispares del crecimiento y de los tipos, creemos que el dólar seguramente mantendrá su solidez en el futuro próximo.
En entornos como este donde abundan las distorsiones, la capacidad para adoptar un enfoque internacional y efectuar una selección a partir de un amplio conjunto de oportunidades con más palancas de alfa puede marcar una diferencia decisiva en la práctica. Si bien invertir en el entorno de mercado actual puede resultar inquietante, esperamos que unas asignaciones activas y flexibles redunden en beneficio de los inversores, dado que permiten evaluar el espectro completo de oportunidades que se presentan.
Hay cinco temas clave en los mercados y las inversiones en 2023 y desde BNP Paribas Wealth Management aseguran que se centran en las nuevas fuentes de ingresos, las estrategias para hacer frente a la volatilidad de los mercados, las respuestas a la crisis energética, las oportunidades a largo plazo más allá del pico de inflación y tipos y la transición energética.
«Los inversores que buscan rendimientos generosos y seguros tienen hoy acceso a una amplia gama de soluciones. La situación de elevada volatilidad de los mercados que estamos observando no va a cambiar. Hemos entrado en una nueva era de inflación estructuralmente más alta y de mayor incertidumbre que en décadas anteriores. La inflación y los tipos de interés descenderán desde los máximos de la década actual. Por último, la persistencia de unos costes energéticos elevados fomentará la aceleración de la inversión en transición y eficiencia energética», afirma Edmund Shing, Global Chief Investment Officer de BNP Paribas Wealth Management.
Tema 1: aprovechar las nuevas oportunidades de ingresos
Tras años de políticas monetarias y fiscales laxas, los rendimientos de los bonos cayeron casi al 0% o incluso por debajo de cero y los inversores no tuvieron más remedio que invertir en renta variable para encontrar rentabilidades razonables. Esos días han quedado en el pasado. El reciente y espectacular aumento de las rentabilidades de la renta fija y la ampliación de los diferenciales de crédito han creado nuevas oportunidades interesantes en el segmento de la renta fija. Se recomienda una temática mixta (bonos y acciones); bonos del Estado de EE.UU. para los inversores en dólares y bonos del Estado del Reino Unido a largo plazo; bonos corporativos con grado de inversión en EE.UU. y en la eurozona; fondos de renta fija sin restricciones; renta variable, con especial atención a las empresas sólidas que ofrecen dividendos crecientes; y productos estructurados centrados en los ingresos.
Tema 2: aceptar la volatilidad del mercado
El año 2022 será uno de los de mayor volatilidad en décadas en los mercados mundiales de renta fija y divisas, dada la incertidumbre en torno a los tipos de interés y la cuestión de cuándo alcanzará la inflación su punto máximo. Además, la renta variable mundial ha entrado en un mercado bajista y está experimentando una mayor volatilidad en medio de crecientes temores sobre el alcance de una posible recesión.
Este entorno está creando mayores oportunidades para invertir en soluciones estructuradas de activos cruzados, en estrategias macroeconómicas globales y de seguimiento de tendencias, en oro que podría volver a brillar cuando la inflación alcance su punto máximo y en empresas de mayor calidad con dividendo crecientes.
Tema 3: invertir en una nueva era
La pandemia de COVID-19, el consiguiente estímulo económico y la escalada de las tensiones geopolíticas han dado paso a un nuevo entorno de inflación elevada, en gran medida debido a la escasez de energía barata, la fuerte subida de los tipos de interés y la inversión de la globalización en favor de la deslocalización. Estos cambios son de naturaleza estructural y la nueva era económica exige una mentalidad inversora completamente diferente. Desde la entidad ven oportunidades de inversión en la reutilización y reciclaje de bienes y servicios a través de la inversión en líderes de la economía circular; seguridad energética (infraestructuras de transporte y almacenamiento de energía, metales para baterías, generación de energías renovables, economía del hidrógeno); seguridad alimentaria y eficiencia hídrica (riego y desalinización del agua más eficaces, empresas que luchan contra el desperdicio de alimentos); seguridad tecnológica: ciberseguridad, semiconductores, satélites; y automatización industrial.
Tema 4: mirar más allá del pico de inflación y tipos
Los inversores a largo plazo deberían mirar más allá del pico de inflación y de tipos de interés oficiales para ver las oportunidades de inversión que pueden ofrecer una inflación y unos tipos a largo plazo más bajos.
Este tema se centra en la renta variable y la renta fija. Los diferenciales y rendimientos del crédito con grado de inversión ofrecen ahora oportunidades atractivas en valores de calidad con un fuerte flujo de caja y sólidos balances que deberían permitir a las empresas aprovechar la relajación de los costes de las materias primas; marcas de lujo que pueden subir fácilmente sus precios sin reducir sus volúmenes de ventas; empresas que aumenten su inversión en capital tanto en digitalización y automatización, en un intento de adaptarse a un mercado laboral cada vez más restringido, así como en seguridad, para mitigar los riesgos de la ciberdelincuencia; y acciones de mercados emergentes que podrían beneficiarse de un dólar más débil en 2023.
Tema 5: acelerar la eficiencia energética
En el contexto del calentamiento global, las tensiones con Rusia y la escalada de los precios de los combustibles fósiles, es necesario buscar soluciones alternativas para frenar el gasto energético y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las soluciones preferibles para este tema son las de renta variable, así como fondos de capital riesgo que inviertan en infraestructuras energéticas. Este tema tiene varios subtemas, como el aislamiento, los sistemas de control inteligente del alumbrado y la señalización, las energías renovables y las tecnologías que capturan o reciclan el dióxido de carbono.
Foto cedidaIgnacio Castilla, Country Manager de Prima en España.
Prima, insurtech que actúa como agencia de seguros especializados en el sector de la automoción, desembarca en España con previsión de destinar una inversión superior a 50 millones de euros al desarrollo de la actividad en el país.
Llega desde el mercado italiano con el objetivo de transformar la forma en que los usuarios acceden a las pólizas de seguros. La agencia nativa digital levantó más de 100 millones de euros en su última ronda de financiación en 2018, siendo esta la mayor inversión de capital riesgo realizada en una empresa tecnológica hasta ese momento en Italia.
En este sentido, Prima llega respaldada por tres fuertes grupos de inversión; Blackstone, Goldman Sachs y Carlyle, buscando asegurar la solidez de su propuesta y servicios. Así, la insurtech, que ha aprobado el plan de inversión hasta 2027, pretende revolucionar el paradigma del sector asegurador español, históricamente tradicional y poco proclive a la innovación, mediante un modelo de negocio centrando en la sencillez y la eficiencia con precios altamente competitivos.
En este contexto, el desembarco en el mercado español, acompañado por la reciente llegada a Reino Unido, se engloba en la primera etapa del plan de expansión de la agencia a nivel global, después de su rápido crecimiento en Italia y, con el objetivo de destacar a nivel europeo.
Más de 300 desarrolladores, ingenieros y científicos
En Italia, Prima ya ha superado los dos millones y medio de clientes activos en junio de 2022, lo que supone un crecimiento interanual del 70%. Tiene una cuota de mercado del 6% en el sector automovilístico y en venta directa online, alcanza una cuota del 25%, la más alta.
Aprovechando la analítica, la inteligencia artificial y los algoritmos de última generación desarrollados internamente, Prima ha invertido la perspectiva del sector de los seguros, situando al cliente en el centro y ha transformado el modo en que los usuarios acceden a las pólizas de seguros.
En esta línea, todas las herramientas están producidas por su equipo de I+D, del que forman parte más de 300 desarrolladores, ingenieros y científicos de datos a nivel global, que diseñan y perfeccionan a diario todos los sistemas y algoritmos de Prima.
Ignacio Castilla, nombrado Country Manager de Prima en España
La insurtech ha nombrado a Ignacio Castilla como Country Manager de Prima en España, figura encargada de liderar el equipo y desarrollar la estrategia en el mercado nacional, aportando sus doce años de experiencia en el mundo de la empresa, la consultoría y el sector asegurador.
“Prima llega para transformar la forma en la que los asegurados españoles conciben sus seguros de coche. Tenemos el convencimiento de que nuestra propuesta de valor, basada en la sencillez y la transparencia a través de la tecnología, encaja con las necesidades del mercado español, similar al italiano. Estamos seguros de que el aterrizaje en España va a ser un éxito, aportando un gran valor para los usuarios y suponiendo un impulso muy importante al crecimiento global de Prima”, indica Ignacio Castilla, Country Manager de Prima.
Prima, que tiene un acuerdo de colaboración con IptiQ (Grupo SwissRe), ya cuenta con una sede en Madrid y una plantilla local de más de 30 empleados. Además, prevén cerrar el año 2023 alcanzando los 50 empleados y consideran que una de sus principales prioridades y retos para los próximos meses será precisamente la atracción de talento.
IptiQ es una plataforma digital que actúa como proveedor de seguros “white label”, propiedad del grupo Swiss Re, cuyo objetivo es hacer que la experiencia de compra de pólizas de seguros sea lo más innovadora y accesible posible, mediante la aplicación de tecnología de última generación. Así, la empresa, que opera en diez países y en tres continentes, tiene la capacidad de ofrecer pólizas de seguros digitales totalmente personalizadas.
El ministro Escrivá ha vuelto a poner encima de la mesa la posibilidad de ampliar el número de años para el cálculo de la base reguladora de 25 a 30 años, eligiendo de oficio la Seguridad Social los mejores 28. El análisis elaborado por el Observatorio de pensiones de WTW sobre esta última propuesta de reforma lanzada arroja que el efecto de la medida sobre la cuantía promedio de las altas de pensiones de jubilación es prácticamente neutral, con una disminución de la pensión media de apenas el 0,04%, con lo que el impacto sobre el gasto total cuando acabe el periodo transitorio (año 2038), va a ser nulo en términos agregados.
Como explica Rafael Villanueva, manager del área de Retirement en WTW España:“Inicialmente, el aumento de 25 a 30 del número de años de cómputo para el cálculo de la Base Reguladora es una medida que mejoraría la sostenibilidad financiera y la contributividad del sistema, al aumentar la relación entre aportaciones realizadas y prestaciones recibidas. Pero los resultados son totalmente diferentes si en el cómputo de 30 años se incluyen solo los 28 mejores años de esos 30, porque no mejora la sostenibilidad financiera del sistema y, por otro lado, tampoco mejora la equidad contributiva, entendiendo por tal la relación entre cotizaciones y prestaciones”.
El análisis realizado por el Observatorio de pensiones de WTW, que tiene como objetivo estudiar el impacto que tendría la elección de la nueva medida sobre la pensión inicial de los futuros jubilados, así como sobre el gasto total en pensiones, también muestra un posible problema de discriminación indirecta de género, ya que las mujeres empeorarían la cuantía de su pensión inicial un 0,86%, frente al incremento de la pensión de los hombres, que sería de un 0,44%.
En opinión de la consultora, parece difícil entender el objetivo que se persigue con este cambio en el periodo computable para el cálculo de la base reguladora, dado que conlleva un impacto neutral sobre el sistema. Como afirma Villanueva, “el sistema planteado con esta reforma no mejora la sostenibilidad financiera y apenas influye en la equidad contributiva, al descartar dos años de cotizaciones y ampliar la integración de lagunas sin cotización”.
Para los expertos del Observatorio, los elementos redistributivos deben actuar en la última fase de cálculo de la pensión: es mejor ser solidario con los que tienen pensiones bajas y no tienen otros recursos que con los que tienen carreras irregulares, algunos de los cuales también disfrutarán de pensiones altas.
¿Quién sale ganando con la reforma?
Según los datos analizados por el Observatorio de pensiones de WTW, en general, los colectivos más beneficiados con la nueva medida son los formados por:
Quienes tienen carreras laborales medias-largas, más que aquellos con carreras laborales muy largas, porque la ampliación a 30 años no les supone más lagunas de cotización y el descarte de dos años parece que beneficie menos a los que tienen carreras laborales muy largas, tal vez porque sus bases son más estables que los de carrera laboral media. Las personas con carreras cortas salen perjudicadas porque la ampliación les supone más lagunas. Los que mayor aumento de la pensión obtienen están localizados en el tercer cuartil, con un incremento del 0,60%.
Quienes tienen carreras laborales irregulares frente a quienes las tienen estables, aunque no se ha diferenciado este colectivo en los cálculos.
Aquellos con bases reguladoras bajas, posiblemente porque tienen carreras más irregulares. Las personas que obtienen la mayor subida, con un 0,88%, corresponden al cuarto cuartil.
Los autónomos, que se podrán descartar dos años, en muchos casos evitando bases de cotización igual a cero, con lo que mejoran la pensión. El efecto, no obstante, es poco significativo, solo una subida del 0,21%.
Los hombres, dado que el tener carreras laborales más largas parece que pesa más que tener carreras laborales más estables. Concretamente, el aumento de la cuantía de la pensión inicial es de 0,44%, frente a una disminución, en el caso de las mujeres, de 0,86%. Esto supone un aumento de la brecha de género (medida como la relación entre la pensión media de los hombres y de las mujeres menos la unidad), que pasa del 23,33% a un 24,94%.
Quienes se jubilan anticipadamente, por tener carreras laborales más largas. El efecto, sin embargo, es poco significativo, con un aumento de 0,18%; mientras que en el caso de la jubilación demorada sufrirían una bajada del 1,05%.
El actual entorno económico, con una gran crisis de oferta como resultado del COVID y agravada por el conflicto bélico, trae consigo un incremento del precio de las materias primas y representa un desafío, pero abre a la vez nuevas oportunidades para los gestores independientes, marcadas sobre todo por el regreso de la renta fija y un nuevo modelo de asignación de activos más complejo en el que la banca privada tiene mucho que aportar.
Para conocer todas estas oportunidades, CACEIS BANK Spain ha celebrado su I Mesa Redonda de Banca Privada. En el encuentro, moderado por Antonio Ricote, Sales & Relationship Manager en CACEIS, el grupo bancario de servicios de activos de Crédit Agricole y Santander, estuvieron presentes Carlos Masdevall, socio director de Solventis SV, Jaime del Palacio, socio de Diaphanum Valores SV, y Alberto Spagnolo, CEO de Varianza Gestión.
Como primera conclusión de la mesa, todos los invitados coincidieron en la prudencia a la hora de gestionar los patrimonios, priorizando las inversiones value sobre growth y adaptándose a la transición hacia un nuevo régimen económico, en el que aumenta la ponderación en renta fija cortoplacista, centrando su gestión sobre la deuda corporativa y no tanto en la gubernamental.
A la hora de buscar la eficiencia en su gestión, consideran que la elección del asset class idóneo es fundamental. Por ello escogieron, entre otros, los activos alternativos e ilíquidos, no debiendo superar estos el 15% del patrimonio del cliente.
Por último, la figura relevante del custodio ha destacado en sus opiniones aludiendo a la robustez y solvencia como puntos de partida, también a la seguridad y tranquilidad que este les otorga de acuerdo con su buen soporte, conocimiento del mercado y flexibilidad para gestionar cualquier cambio acaecido.
Vuelve la renta fija
“Si tuviéramos que buscar un titular para 2022 es: ‘la renta fija ha vuelto’. Continuamos con duraciones muy cortas y ahora nos planteamos alargar la duración y sustituir liquidez más con deuda corporativa que con gubernamental, porque ofrece buenas oportunidades si las seleccionamos bien. Claramente, es un activo que hay que reforzar en las carteras”, aseguró Masdevall.
Por su parte, Jaime del Palacio expresó que ven con buenos ojos la renta variable pese a la incertidumbre, “sobre todo americana, que creemos tiene mayor recorrido”. También a más largo plazo considera que la renta asiática debe tener un lugar en la cartera porque es una zona del mundo en crecimiento. “En ese contexto, desde Diaphanum nos mantenemos neutrales en renta variable, y en renta fija seguimos en muy corta duración, pero nos vamos acercando al momento de ampliarla”.
Spagnolo destacó que llevan “unos meses prudentes, esperando la normalización de tipos, complexión de múltiplos y una recesión en los beneficios corporativos”. De las tres condiciones, las dos primeras ya se han cumplido. Hasta que no llegue la tercera condición, no cambiarán su criterio más conservador de mercado.
Liquidación de las SICAVs
Los tres gestores lamentaron la decisión del Gobierno que derivó en la disolución y liquidación de las Sociedades de Inversión de Capital Variable (SICAV). “Tenemos un problema con las pensiones, por lo que todo lo que sea ponerle palos al ahorro y fomentar el consumo es un problema para el largo plazo de un país”, dijo Masdevall. Las SICAVs son “trajes a medida”, y desde Solventis ante su disolución han buscado fondos que se adecuen a los requerimientos y necesidades de los clientes.
Del Palacio y Spagnolo señalaron por su parte como aspecto positivo que era un vehículo que mantenía el patrimonio cautivo en las diferentes entidades y ahora ha surgido negocio para el asesoramiento independiente. El mercado de SICAVs parecía estar irreparablemente dañado e incluso la propia industria contribuyó a ello con prácticas que no siempre eran las mejores, añadieron.
El papel de los alternativos
Tener un porcentaje de cartera en activos ilíquidos a largo plazo mejora la frontera eficiente y aumenta la rentabilidad asumiendo una menor volatilidad, indicó Jaime del Palacio.
Spagnolo destacó la importancia de los alternativos porque ofrecen cierta protección ante la inflación, pero alertó a la vez de cierta explosión de oferta que se ha producido con un efecto de sustitución de los depósitos y tipos de interés. “Algo peligroso porque son activos muy distintos con riesgos muy distintos”. Y también subrayó la importancia de la transparencia de la nueva normativa ante un cliente minorista menos cualificado, para evitar “que los alternativos sean las próximas preferentes bancarias”.
Masdevall concluyó indicando la importancia de priorizar el horizonte temporal frente al patrimonio, señalando que la disparidad entre acertar o no el fondo de inversión es clave: “en el mundo de los activos no cotizados en torno al 10 o 15% de los buenos vehículos hacen el 90% del resultado”.
“Combinar asset allocation, notable security selection y apoyarse en un gestor independiente adecuado garantizan mejores resultados”, declaró el socio de Solventis.
El valor añadido de un banco custodio
Finalmente, sobre las características que esperan y aprecian en un banco custodio como CACEIS, desde las tres entidades mencionaron la robustez y solvencia de la marca en la que el cliente deposita sus activos.
Valoran la tecnología avanzada en las transacciones que facilitan el desarrollo de sus competencias, así como encontrar en CACEIS un depositario carente de otras líneas de negocio que puedan distraer de la custodia.
Consideran que su buen soporte, conocimiento de mercado y flexibilidad para gestionar los cambios ocurridos en los últimos tiempos determinan su pureza, transparencia y seguridad en lo que respecta al servicio ofrecido a sus clientes.
Todo ello, concluyeron, ha propiciado la consolidación de la relación entre gestor y custodio.
Las entidades del sector asegurador ven oportunidades para el asesoramiento debido a la incertidumbre, en un nuevo entorno de tipos de interés que puede volver a impulsar los productos de rentabilidad garantizada.
La incursión de las aseguradoras en el sector del asesoramiento financiero y la gestión patrimonial no es nueva, pero sí es una tendencia que se está acelerando en los últimos años. Apoyadas en su experiencia, en su conocimiento del cliente y en la similitud entre el modo de trabajar de los asesores financieros y los agentes de seguros, las compañías están ganando peso en un ámbito tradicionalmente dominado por los bancos.
Además, el nuevo escenario de tipos de interés al alza abre un abanico de oportunidades que las aseguradoras están decididas a aprovechar. Así lo pusieron de manifiesto en el encuentro Ofensiva de las aseguradoras en el asesoramiento patrimonial ante el nuevo entorno de tipos, organizado por Expansión en colaboración con Finseguralia.
En este sentido, «las redes aseguradoras están cada vez más preparadas para el asesoramiento financiero», recalca Rafael Sierra, director de SegurosNews.com y elAsesorFinanciero.com.
Desafíos
En momentos de volatilidad como el actual, el principal riesgo a gestionar es la propia incertidumbre: «Ponemos en valor nuestra experiencia, tanto en la gestión de riesgos como en la gestión de los balances que dan cobertura a esos riesgos», explica Enrique Palmer, director de desarrollo de negocio de Mapfre Gestión Patrimonial. Para la entidad, que este año sigue creciendo en captación de clientes respecto a 2021, la labor de acompañamiento del asesor «es clave para ajustar el horizonte temporal del ahorro y la inversión del cliente».
En la misma línea, en años como se sienten más importantes que nunca para el cliente, que «necesita acompañamiento», coincide Eustaquio Arrimadas, director comercial y de márketing de Santalucía Asset Management. En este paso que las aseguradoras han dado hacia el asesoramiento financiero, Arrimadas añade que «hemos aumentado la paleta de productos que sustentan las soluciones que ofrecemos y también avanzamos hacia una figura de asesor mucho más formada, compleja y preparada para atender las necesidades del cliente».
Por su parte, desde Caser Asesores Financieros señalan que «en estos momentos es más necesario que nunca que el cliente reciba un asesoramiento cuidado a medio y largo plazo». La compañía mantiene una visión optimista pese a las dificultades que acechan en el escenario global, optando por poner el foco en comprender las necesidades y el perfil de riesgo en cada caso: «Ahora mismo lo más importante es que el cliente se sienta cómodo con lo que tiene en cartera».
Valor añadido
En cuanto a las fortalezas de las aseguradoras respecto a la banca, Eustaquio Arrimadas subrayó que «nuestro punto fuerte es el valor añadido que aportamos en el seguimiento, el asesoramiento y el acompañamiento». En particular, el director comercial y de márketing de Santalucía Asset Management distingue entre dos ejes: «En la parte del producto todos competimos en el mismo mercado, y por ello la clave está en el valor añadido que puedas ofrecer a través del servicio, con el asesoramiento». Enrique Palmer hizo hincapié en que las aseguradoras tienen «una capacidad diferencial de actuación por dos motivos». Así, puntualiza que «lossistemas de arquitectura abierta democratizan el asesoramiento porque permiten llegar a todos los clientes de un modo al que antes sólo tenía acceso el cliente wealth, de la mano de la tecnología». En segundo lugar, el representante de Mapfre Gestión Patrimonial añade que «la relación de cercanía y confianza que tenemos las aseguradoras con nuestros clientes también nos da ventajas».
Para Caser Asesores Financieros, el principal objetivo es cuidar al cliente: «Resulta fundamental que sienta que le escuchamos y que sus intereses están alineados con los de la entidad. Se trata de que aquello que él necesita coincida con lo que nosotros podemos ofrecerle». De este modo, se muestran de acuerdo en que el acompañamiento es el aspecto que marca la diferencia.
Productos
Tras muchos años de tipos de interés negativos, el nuevo escenario puede tener un impacto determinante sobre los productos más atractivos para los clientes. «La evolución del mix de producto dependerá de la medida en que sean capaces de responder a las necesidades y objetivos que tiene el cliente, pero sí empezamos a ver más interés por los productos garantizados y de rentabilidad objetivo debido al entorno», advierte Arrimadas.
Enrique Palmer también recalca que «no se va a producir un vuelco automático de las decisiones del cliente, porque estas se basan en sus necesidades y no tanto en la situación de mercado». No obstante, sí reconoce que el actual contexto de tipos propiciará que adquieran más fuerza productos con rentabilidad garantizada, como los planes de previsión asegurados (PPA) y los planes individuales de ahorro sistemático (Pias). Por otro lado, el director de desarrollo de negocio de Mapfre Gestión Patrimonial considera que «la inflación va a ayudar a recuperar la contratación de ahorro periódico a largo plazo para la jubilación, diferenciado de otros tipos de inversión con otras finalidades concretas».
Los expertos coinciden en que la educación financiera es un elemento esencial, que tanto el sector financiero como el asegurador tratan de promover. Es una asignatura pendiente aún para muchos españoles, que les ayudaría a mejorar su calidad de vida y gestionar de manera más eficiente sus finanzas. Como afirman desde Caser Asesores Financieros: «Existen distintos instrumentos, pero el gran reto es incrementar la concienciación de la sociedad sobre la necesidad del ahorro periódico».