Sólo una cuarta parte de las empresas en España cuenta con, al menos, un plan de previsión para sus empleados

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España es uno de los países de la Unión Europea con mayor gasto en pensiones si se compara con el tamaño de su economía. Según un informe del Banco de España, basado en datos de 2019 de Eurostat, el Estado español gasta una cantidad equivalente al 12,7% del PIB en pensiones, la séptima cifra más alta de la UE y por encima de la media simple, que se sitúa en un 10,4%. El VII Estudio sobre la situación de las pensiones en España de KPMG, que recoge estas cifras, constata la necesidad de más incentivos para el ahorro a largo plazo y una mayor información acerca de todo lo que rodea a la jubilación.

Pese al nivel récord de los ingresos por cuotas, el gasto en pensiones crece de manera superior por lo que, a pesar de las transferencias del Estado, el déficit de la Seguridad Social sigue sin desaparecer: cerró el ejercicio 2022 con un déficit de 7.160 millones de euros, equivalente al 0,5% del PIB, según recuerda el estudio que apunta que el sistema de pensiones es un elemento central en la evolución de las cuentas del conjunto de las administraciones públicas. «En el endeudamiento público, el envejecimiento poblacional presionará al alza el gasto del sistema de pensiones, pero también recaerá en el resto de las partidas como la sanidad o dependencia», afirma el estudio.

La reciente reforma del sistema privado de pensiones -mediante la aprobación de la ley 12/2022 de 30 de junio, de regulación para el impulso de los planes de pensiones de empleo y el Real Decreto 668/2023, de 18 de julio, por el que se modifica el Reglamento de planes y fondos de pensiones- incorpora medidas que afectan principalmente a los planes de pensiones de empleo y en menor medida, a los planes de previsión social empresarial.

En el año 2021, España sólo tenía un 7,3% del PIB en planes de pensiones individuales y un 3% en planes de pensiones de empleo, en este caso, sin apenas variaciones en 10 años. El nivel de ahorro complementario para la jubilación en España estaría muy por debajo de la media de los países de la OCDE, y por supuesto muy lejos del objetivo pretendido por la Ley 12/2022, según recuerda el informe.

La firma explica que los cambios introducidos en la legislación para el fomento en la creación de nuevos planes de pensiones de empleo, como principal herramienta de crecimiento del pilar 2, supone dar incentivos para las empresas con vistas a que puedan promover planes de pensiones de empleo, pero también facilitar el acceso a la previsión social colectiva a pymes y trabajadores autónomos, así como a planes de pensiones simplificados y fondos públicos promovidos por el Estado. Asimismo, su objetivo es establecer planes de pensiones sectoriales mediante la negociación colectiva.

En una encuesta a más de 500 compañías españolas -tanto de ámbito local como de ámbito multinacional- así como filiales en España de multinacionales extranjeras, el estudio de KPMG recoge que sólo una cuarta parte de las empresas en España cuentan con al menos un plan de previsión para sus empleados: el 28% de las empresas de la muestra tiene Plan de Previsión, de las cuales, el 35% tiene más de uno. Los sectores financiero, energía y química y farmacéutica son los que mayor desarrollo presentan en previsión social complementaria.

También, que el 57% de las empresas considera que para fomentar la previsión social complementaria, sería necesario implementar incentivos fiscales, además de mejorar la comunicación, información y transparencia de la jubilación y establecer la obligatoriedad de realizar aportaciones por parte de la empresa y/o empleados a planes de previsión. En definitiva, el 76% de los participantes está familiarizado con la modificación en los límites de aportaciones a planes de pensiones para el ejercicio 2023. De estos, un 78% opina que la modificación en los límites de aportación va a limitar la capacidad de ahorro en planes de pensiones individuales.

 

¿Son suficientes estos incentivos para que las empresas creen nuevos sistemas de previsión social complementaria para sus empleados?

Según la firma, habrá que esperar unos años para comprobar si realmente los incentivos de la nueva normativa han sido suficientes para incrementar los sistemas de previsión complementarios. A priori parece que son insuficientes y que serán necesarios incentivos fiscales mayores para que las empresas encuentren atractivo crear sistemas complementarios de previsión social para sus empleados.

Lo que sin duda son insuficientes, a juicio del estudio, son los incentivos para el desarrollo de los sistemas de previsión social individual (tercer pilar). El límite anual de 1.500 euros desincentiva «totalmente el ahorro a través planes de pensiones individuales». Uno de los argumentos que se ha utilizado para el establecimiento de este límite tan bajo es que sólo las personas con altos ingresos destinaban ahorro a planes de pensiones. Pero la realidad es que, hasta que la mayoría de las empresas establezcan sistemas de ahorro para sus empleados, se está desmotivando el ahorro a través de planes de pensiones a gran parte de la población, según la firma.

El informe apunta que el objetivo debería ser fomentar tanto la previsión social complementaria de las empresas como de los individuos y no favorecer una de las opciones en detrimento de la otra. «Las consecuencias de la reducción en la capacidad de realización de aportaciones en planes individuales ya quedan reflejados en los datos publicados por la patronal que agrupa a instituciones de inversión colectiva (Inverco) en relación con la disminución de aportaciones realizadas a estos planes de pensiones desde el año 2021 en que se redujeron los límites de aportación», asegura el informe.

Uno de los objetivos de los planes de pensiones simplificados es poder integrar a los autónomos que es un colectivo que tradicionalmente tiene unas prestaciones a la jubilación inferiores que los trabajadores por cuenta ajena. Las personas trabajadoras por cuenta propia podrán adherirse al plan de carácter sectorial que les corresponda por razón de su actividad, mediante el procedimiento que se establezca en las especificaciones del plan de pensiones de empleo simplificado sectorial.

También podrán sumarse a los planes de pensiones simplificados promovidos por asociaciones de autónomos. Estos planes permiten aumentar el límite de aportaciones de los trabajadores autónomos de 1.500 euros anuales en 4.250 euros adicionales. Pero, por ahora, el grado de conocimiento es escaso, puesto que el 69% de los participantes en el estudio no conoce la nueva figura del “plan de pensiones simplificado”. Además, el 47,6% tampoco sabe de la existencia de la nueva figura del “fondo público de pensiones promovido por el Estado”.

Pero hay potencial, puesto que el 64,3%, cree que los fondos de pensiones de empleo de promoción pública pueden contribuir al desarrollo y crecimiento de la previsión social complementaria.

Negociación sectorial

La puesta en marcha de planes de jubilación ya es una variable más en la negociación colectiva sectorial: el 52,4% de los participantes opina que los convenios colectivos deberían regular la obligatoriedad de implementar sistemas de pensiones complementarios a la Seguridad Social, mientras que el 69% considera necesario establecer la obligatoriedad de realizar aportaciones por parte de la empresa y/o empleados a planes de previsión como medida para fomentar la previsión social complementaria.

Por otra parte, el 62% de los planes va dirigido a toda la plantilla y un 26,3%, solamente al personal directivo. al personal directivo.

Los planes de aportación definida son la opción preferida por las empresas en España: un 80% de las encuestadas se decanta por esta opción. Las empresas que ofrecen planes para toda la plantilla, invierten un promedio de 3,8% del salario en la financiación de las aportaciones. La fórmula de porcentaje fijo sobre el salario es la opción más utilizada por las empresas a la hora de realizar aportaciones a planes de jubilación.

Desinformación

El desconocimiento y la falta de información en torno al sistema público genera limitaciones en una planificación adecuada de la jubilación, según el estudio, puesto que el 82% de los participantes considera que no hay suficiente información sobre el sistema de pensiones y el 52% cree  que el sistema público no es transparente o no es sencillo el acceso a información relacionada con los aspectos que incidirán en su jubilación.

A partir de 2023, las entidades gestoras tienen la obligación de suministrar con periodicidad, al menos anual, a los partícipes de los planes de pensiones de empleo el documento denominado “declaración de las prestaciones de pensión”. Dicho informe debe incluir información relevante, exacta y actualizada, para cada partícipe, teniendo en cuenta la legislación aplicable y con un contenido mínimo, como es la información sobre las previsiones de prestaciones de pensión basadas en la edad de jubilación. Si las previsiones de prestaciones de pensión se basan en estimaciones económicas, la información deberá incluir el mejor de los casos estimados, así como una estimación desfavorable, teniendo en cuenta la naturaleza específica del plan de pensiones.

La novedad en materia de comunicación es la creación de la plataforma digital común, una herramienta digital bajo responsabilidad de la Dirección General de Ordenación de la Seguridad Social y estará disponible a través de la Sede Electrónica de la Seguridad Social.

La información que facilite la Plataforma Digital Común no sustituirá a la que estén obligadas a proveer, por sus propios medios, las entidades gestoras y depositarias. Esta Plataforma Digital Común ofrecerá información general a disposición de cualquier persona o entidad, así como información privada relacionada con los planes de pensiones.

Pese al aumento de los requerimientos de información, la realidad es que, aún estamos lejos de alcanzar el objetivo de que la totalidad de la ciudadanía conozca las prestaciones que va a percibir tanto del sistema público como de los sistemas privados y comprenda las implicaciones en la planificación de su jubilación.

La falta de educación financiera unida a la histórica confianza en el sistema público de pensiones va en detrimento de los hábitos de ahorro para la jubilación, ahorro que será cada vez más necesario en la medida en la que el papel del segundo y tercer pilar tenga que ser cada vez más importante.

También se pone de manifiesto la necesidad de educación financiera en España: el 77% de las empresas considera la educación financiera como aspecto clave para llevar a cabo una adecuada planificación de la jubilación; el 46% de las empresas han indicado que sus empleados no disponen de la información sobre la edad a la que podrán acceder a la jubilación y el total de prestaciones a recibir en la jubilación (Seguridad Social, Plan de previsión de empresa y Ahorro individual) mientras que un 28,21% desconoce si sus empleados disponen de dicha información.

Y el 87% considera necesario que los empleados puedan contar con ayuda tecnológica que les permita disponer de información, hacer simulaciones y conocer sus pensiones estimadas de jubilación Seguridad Social, Plan de previsión de empresa y Ahorro individual.

 

UBS nombra a Aleksandar Ivanovic presidente de su división de Gestión de Activos

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Foto cedidaAleksandar Ivanovic, presidente de la división de gestión de activos de UBS.

Tras la jubilación de Suni Harford, responsable de Gestión de Activos de la entidad durante los últimos cuatro años, UBS ha reorganizado su junta directiva. El banco suizo ha nombrado a Aleksandar Ivanovic presidente de la división de Gestión de Activos, en sustitución de Hardford, y nuevo miembro del consejo ejecutivo del UBS Grupo. Además, ha anunciado que Beatriz Martín Jiménez se convertirá en la responsable de sostenibilidad y políticas de impacto dentro del comité ejecutivo global de la entidad. Según indican desde UBS, estos cambios serán efectivos a partir del 1 de marzo de 2024.

Como director de Cobertura de Clientes y director de las regiones de EMEA y Suiza para el brazo de gestión de activos y patrimonios de la entidad, “Aleksandar Ivanovic ha desempeñado un papel clave en el desarrollo y la ejecución de la estrategia de gestión de activos de UBS y ha liderado el compromiso con los clientes institucionales y mayoristas”, destaca la entidad en su comunicado. Desde que comenzó su carrera en UBS en 1992 como aprendiz, Ivanovic ha trabajado en todas las divisiones de negocio de UBS y, además, ha ocupado diversos puestos de liderazgo en Credit Suisse y Morgan Stanley. 

Por su parte, Beatriz Martín Jiménez sucederá a Suni Harford al frente de las políticas de sostenibilidad y de impacto dentro del comité ejecutivo global de la entidad, además de mantener sus actuales responsabilidades bajo el cargo de Head Non-Core and Legacy and presidenta de EMEA y directora ejecutiva del Reino Unido. Beatriz Martín Jiménez, que se incorporó a UBS en 2012, ha desempeñado funciones clave en el ámbito empresarial y financiero durante sus 12 años en UBS, entre ellas las de directora de Personal y directora de Operaciones del Banco de Inversión, tesorera del Grupo y directora de Transformación del Grupo, y ha participado estrechamente en las actividades de creación de cultura de la empresa.

Suni Harford fue nombrada presidenta de gestión de activos en 2019 tras incorporarse a la firma en 2017. Desde UBS destacan que bajo su liderazgo “la entidad ha seguido evolucionando y ampliando su negocio de gestión de activos para satisfacer las necesidades cambiantes de los clientes”. Más recientemente, Harford ha liderado la integración de las actividades de gestión de activos de Credit Suisse, creando uno de los mayores actores globales con 1,6 billones de dólares en activos bajo gestión y fortalezas reconocidas en áreas que incluyen alternativas y sostenibilidad. También, desde 2021, ha encabezado los esfuerzos de UBS para alinear las actividades en toda la firma e impulsar la transición hacia una economía baja en carbono”.

A raíz de estos nombramientos, Sergio P. Ermotti, CEO del Grupo UBS, ha declarado: “Estoy encantado de dar la bienvenida a Aleksandar Ivanovic al consejo ejecutivo del Grupo UBS. Su dilatada experiencia y su amplia red de contactos en toda la empresa le convierten en la persona ideal para construir sobre nuestros sólidos cimientos y hacer progresar nuestros planes de integración. Al mismo tiempo, los muchos años de experiencia de Beatriz Martín Jiménez en UBS, así como en otras empresas líderes de servicios financieros, serán muy valiosos en su papel como líder del GEB para la sostenibilidad y el impacto. También me gustaría dar las gracias a Suni Harford por su liderazgo y compromiso con UBS y por la importante contribución que ha hecho a nuestro éxito. Le deseo todo lo mejor para el futuro”.

Perseguir el rendimiento en Europa, explorar la IA en EE.UU. y vigilar los márgenes

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En 2024, esperamos que Europa sea la región con mayor distribución de liquidez a los accionistas, teniendo en cuenta tanto los dividendos como las recompras. Se estima que los primeros crezcan aproximadamente un 6,5%, casi en línea con los beneficios, mientras que las recompras deberían mantenerse en un máximo histórico en torno al 2%, gracias a la solidez de los balances, el alto rendimiento del flujo de caja libre y las bajas valoraciones, para un rendimiento total superior al 5,6%.

En el periodo posterior al coronavirus, el porcentaje de empresas y sectores que compraron sus “propias acciones” aumentó significativamente, situando las recompras por encima de un tercio de la distribución del flujo de caja total, un despliegue de liquidez bien acogido por los inversores.

Aunque los bancos y la energía siguen liderando el grupo de recompras previstas para 2024, las empresas pertenecientes a sectores más defensivos, como las telecomunicaciones y los bienes de consumo básico, también representarán una parte del total.

También esperamos que la inteligencia artificial siga siendo un tema a largo plazo en 2024. Aunque el rendimiento de los valores relacionados con la IA fue impresionante en 2023 y las valoraciones no son baratas en un contexto histórico y relativo, el crecimiento de los beneficios está preparado para ser sistemáticamente superior al del resto del mercado en los próximos años, con una sensibilidad potencialmente menor al ciclo macroeconómico.

Nuestra expectativa es que en los próximos meses y años asistiremos a una aceleración de la innovación y la adopción de la IA a medida que surjan múltiples tecnologías al mismo tiempo. Además, esperamos encontrar oportunidades no sólo en el sector tecnológico, sino también en los sectores de servicios intensivos en conocimiento y en las empresas manufactureras que puedan mejorar su eficiencia mediante la adopción de la IA.

Por último, tras aproximadamente un año y medio de apalancamiento operativo negativo, el tercer trimestre de 2023 demostró ser resistente en cuanto a márgenes, y los inversores y analistas esperan una mejora o al menos estabilidad en 2024, dependiendo de las distintas regiones.

En términos agregados, la mayoría de las empresas siguen ganando mucho más en términos de márgenes netos que antes de la crisis del coronavirus. Dado que el desvanecimiento de la inflación y el debilitamiento de la demanda de los consumidores podrían limitar la capacidad de repercutir las subidas de precios a los clientes, será importante centrarse en los sectores y, sobre todo, en las empresas con modelos de negocio sólidos, gran poder de fijación de precios y flexibilidad de costes para defender mejor la elevada rentabilidad actual.

 

Tribuna elaborada por Luca Fina, responsable de Renta Variable de Generali Insurance Asset Management.

Motivos para no bajar la guardia en 2024: sorpresas e interpretaciones de los mercados

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Los expertos coinciden en que uno de los factores más determinantes para este año es el ritmo con el que, previsiblemente, los principales bancos centrales bajen los tipos de interés. Según Olivier de Berranger, consejero delegado y director de inversiones, y Alexis Bienvenu, gestor de fondos de La Financière de l’Echiquier (LFDE), la visión imperante en los mercados es que la Fed y el BCE podrían aplicar un recorte de los tipos de 25 puntos básicos a partir de finales del primer trimestre, seguido probablemente de otros cuatro o cinco recortes durante el año.

Ahora bien, ¿qué podría tirar por tierra esta convicción? En opinión de los expertos de LFDE, estos escenarios podrían quedar desbaratados por evoluciones imprevistas de la inflación o, sobre todo, del crecimiento. “En EE. UU., las previsiones del mercado son moderadamente optimistas, en torno al 1,30 %, y estos últimos meses se han revisado regularmente al alza. En la zona del euro, por el contrario, el mercado no es entusiasta: el crecimiento previsto es del 0,5% y, aunque no deja de revisarse a la baja desde el pasado verano, esta cifra podría terminar siendo demasiado optimista”.

Según Jeffrey Cleveland, jefe economista de Payden & Rygel, hay que tener en cuenta que una inflación obstinada puede obligar a la Reserva Federal a apretar demasiado, inclinando la economía hacia una recesión. “La media móvil de seis meses de la tasa de variación mensual del IPC subyacente se situó en octubre en línea con el objetivo de la Fed del 0,2%, y la tasa de desempleo se mantiene cerca de los mínimos del ciclo. Harán falta algunos meses más de datos para que la Fed declare la victoria sobre la inflación”, explica.

Para Cleveland es importante observar que ya están apareciendo “grietas” en los mercados mundiales y advierte de que otros bancos centrales, como el BCE, BoE y el BoC, seguirán a la Fed en cuanto empiece a recortar tipos. En su opinión, a excepción del Reino Unido y Canadá, a otros grandes países desarrollados les ha ido mejor de lo que muchos piensan y algunos bancos centrales están incluso más cerca de alcanzar los objetivos de inflación que la Fed, por lo que es posible que la mayoría de las autoridades monetarias recorten menos agresivamente de lo que predicen los mercados. Por eso señala: “La Fed probablemente no tomará la iniciativa, dada la fortaleza del mercado laboral estadounidense. En todo caso, una importante fuente de tensión de los mercados en los últimos 24 meses: el endurecimiento de las condiciones financieras”. 

Por último, Cleveland advierte de que se está olvidando que los “retardos largos y variables” de la política monetaria no tardarán en hacer mella. “Los retardos largos y variables de los que hablaba Milton Friedman puede que ya se hayan dejado sentir, y lo que es más importante: los consumidores y las empresas estadounidenses han alargado los vencimientos de su deuda y han resistido las subidas de los tipos de interés, y los bancos son proveedores de crédito mucho menos críticos que en décadas pasadas. Los pagos hipotecarios no han aumentado y los costes del servicio de la deuda de las empresas se mantienen en mínimos históricos”, comenta.

Para estos dos expertos, la previsiones que el mercado tiene sobre los bancos centrales y la inflación no es el único factor que puede estar malinterpretando el mercado. Ambos coinciden en señalar la geopolítica, aunque mantienen posturas diferentes. “Las guerras en Ucrania y Oriente Medio podrían agravarse. China podría sentir la tentación de hacer avanzar sus peones en Taiwán y Corea del Norte podría insistir en sus provocaciones. En un horizonte inmediato, la política también podría influir de forma significativa en las economías y los mercados. Más de la mitad de la población mundial está llamada a las urnas: Rusia, Irán, México, Indonesia, Reino Unido, la India, la Unión Europea… y en el caso concreto de EE. UU., todos los desenlaces son imaginables, incluso los más atípicos”, afirman Berranger y Bienvenu.

En este sentido, el jefe economista de Payden & Rygel añade: “La escalada de los problemas geopolíticos hará descarrilar la economía mundial. Aunque trágicos y desafortunados, los acontecimientos geopolíticos suelen tener un impacto efímero en los mercados y las tendencias económicas. A falta de una fuerte sacudida petrolera, una subida de los precios del crudo que pellizque el bolsillo de los consumidores, como vimos en 2008, una grave recesión inducida por acontecimientos geopolíticos sigue siendo un escenario de baja probabilidad”.

Implicaciones para la inversión

Ante estos posibles, Berranger y Bienvenu, mantienen claras sus convicciones: “En primer lugar, la desinflación va a continuar, lo que será favorable sobre todo para los bonos, que todavía presentan un carry atractivo. La deuda no cotizada sigue siendo un activo preferente, como ocurre desde hace varios trimestres. Una ralentización podría acentuar la relajación de las políticas de tipos de los bancos centrales, lo que favorecería la ampliación de los múltiplos en las bolsas. Y aunque las valoraciones de las empresas de gran capitalización estadounidenses se mueven por encima de sus medias, otros segmentos de la bolsa mundial —sobre todo Europa— ofrecen niveles que todavía son razonables, incluso francamente atractivos en el caso de los valores de pequeña capitalización”. 

Los gestores de La Financière de l’Echiquier (LFDE) reconocen que, como siempre, el año que comienza encierra oportunidades, “pero lo más probable es que las mejores inversiones se encuentren más allá de los valores preferidos de 2023, que han descontado un gran número de buenas noticias”.

Para Cleveland, aunque los tipos probablemente han tocado techo, aún se puede estar a tiempo de añadir duración. “Apostar por la larga duración, poseer bonos del Estado de mayor duración en lugar de efectivo, suele funcionar mejor cuando los bancos centrales recortan los tipos más de lo que ya está descontado; cuando la inflación está por debajo del objetivo del banco central, o cuando el mercado laboral se está deteriorando”, explica. 

Su segunda idea pasa por considerar que la renta fija es atractiva en términos absolutos y ajustados a la inflación en comparación con la historia reciente. Según afirma, el escenario de «aterrizaje suave» es una receta espléndida para los sectores de crédito en el mercado de renta fija, y hay un abanico de posibilidades sobre la dirección de los tipos de interés en función de la trayectoria futura de la inflación, pero, en última instancia, cabe esperar que la Fed recorte los tipos menos de lo que prevén los mercados, lo que podría decepcionar a los inversores a corto plazo.

La dependencia de los datos llevará al BCE a posicionarse en un “esperar y ver”

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El Banco Central Europeo (BCE) celebra mañana su primera reunión del año. La previsión es que la institución monetaria baje los tipos de interés a partir de primavera, siempre que se confirme la moderación de la inflación. Esta premisa hace pensar que, en la reunión de este jueves, la política monetaria y el mensaje sobre la dependencia de los datos se mantendrán sin cambios. En opinión de Charles Diebel, responsable de renta fija de Mediolanum International Funds (MIFL), la reunión del jueves marcará el tono de la política monetaria del BCE en 2024. “Aunque el mercado no descarta por completo un recorte de los tipos, la reunión se centrará en sentar las bases. Se espera que la primera reunión en la que se discuta un recorte de tipos sea en marzo, pero incluso entonces, parece poco probable que se produzca dicho recorte de tipos”, afirma Diebel.

“En la última conferencia de prensa de diciembre de 2023, Lagarde, todavía pudo decir que era pronto para hablar de recortes de los tipos de interés. Sin embargo, se trata de un tema que domina ahora todos los comentarios de los gobernadores de los bancos centrales de la zona del euro. Para algunos, en general, es demasiado pronto; para otros, se necesitan más datos o ya no ven riesgos por el lado de los salarios. En la actualidad, existe una gran variedad de opiniones en el seno del Consejo de Gobierno. Es poco probable que la reunión del 25 de enero cambie mucho las cosas, ya que los datos realmente importantes sobre la evolución económica -crecimiento del PIB en el cuarto trimestre- y la inflación en enero no se publicarán hasta el 30 de enero y el 1 de febrero, respectivamente. Por tanto, es probable que el BCE siga insistiendo en su dependencia de los datos en la conferencia de prensa, pero también que se abra a recortes de tipos en un futuro próximo”, afirma Ulrike Kastens, economista para Europa de DWS.

Eso quiere decir que los tipos de interés oficiales en la zona euro se mantendrán en el 4% para el tipo de depósito, el 4,5% para el tipo de referencia y el 4,75% para la facilidad marginal de crédito. Los expertos coinciden en que primará el enfoque de ir “reunión a reunión” y que el BCE reiterará que recortará los tipos de interés este año una vez que los miembros del Consejo General estén totalmente convencidos de que las perspectivas de inflación se acercan al objetivo del 2% de forma sostenida.

Además, según François Rimeu, estratega senior de La Française, a la vista de lo que se compartió en Davos, Lagarde seguirá oponiéndose a las apuestas de recortes de tipos tempranos y amplios. “En esta reunión, sin nuevas proyecciones macroeconómicas, no esperamos ninguna orientación clara sobre el calendario o el tamaño de los recortes de tipos este año, debido al enfoque dependiente de los datos y a la incertidumbre del BCE, especialmente en relación con la evolución de los salarios. No obstante, creemos que la comunicación del BCE será equilibrada, evocando riesgos de endurecimiento excesivo y riesgos de relajación prematura. Este comité podría provocar un ligero aumento de la pendiente de la curva de tipos de interés y un debilitamiento moderado de la moneda europea”, comenta.

Dado que, en esta ocasión, se espera que el BCE no proponga nuevas medidas, todas las miradas estarán puestas en su política monetaria. Felix Feather, economista de abrdn, espera que, aunque no se comprometa, se muestre favorable a la expectativa del mercado de que el próximo movimiento de tipos de interés oficial sea a la baja. “No esperamos que se cumpla la totalidad de las expectativas del mercado: el BCE insinuará, casi con toda seguridad, que cree que las expectativas del mercado de al menos cinco recortes de tipos este año son exageradas”, matiza.

Los datos: inflación y salarios

En opinión de Tomasz Wieladeck, economista jefe para Europa de T. Rowe Price, para que el intento del BCE de influir en los precios del mercado tenga éxito, es necesario que los datos cambien realmente para apoyar la narrativa económica del BCE. «En estos momentos, los mercados están centrados en la idea de que la inflación puntual de la zona euro está a punto de caer al 2% y que el BCE empezará a recortar los tipos rápidamente como respuesta. Sin embargo, el BCE ha dicho claramente que los datos sobre el mercado laboral y el crecimiento de los salarios serán un factor decisivo en su decisión de política monetaria. Los datos de las negociaciones salariales del primer trimestre no estarán disponibles hasta la reunión de junio del BCE. Dado que los mercados se centran en los datos a corto plazo a la hora de fijar los precios de la política monetaria, los datos del PMI del miércoles y los datos de la inflación de enero de la próxima semana serán clave en el intento del BCE de influir en la fijación de precios del mercado. En cuanto a la inflación, dado que en enero expiran varias subvenciones fiscales, los datos de inflación de enero de la zona euro también podrían sorprender al alza a los economistas. En general, los cambios en los datos podrían apoyar pronto la narrativa del BCE y, por tanto, los mercados podrían revalorizar sus expectativas de relajación de la política monetaria», explica Wieladeck.

Según recuerdan desde Allianz GI, tras su última reunión, la presidenta Christine Lagarde señaló que no se habían abordado los recortes de tipos y recalcó que «no es el momento de bajar la guardia». Pese a ello, la gestora indica que los datos publicados recientemente muestran que la inflación subyacente anualizada a tres meses desciende con rapidez hacia el objetivo del 2%.  Según indica Peter Goves, responsable de análisis de deuda soberana de mercados desarrollados de MFS Investment Management, a pesar de un ligero repunte hasta el 2,9% en el Índice Armonizado de Precios al Consumo (HICP en inglés) en diciembre y las probables presiones al alza en enero, el panorama general sugiere una disminución de la inflación en un entorno en el que la transmisión de la política monetaria se manifiesta con fuerza. «Incluso los halcones, como Schnabel, reconocen esta tendencia. Además, la disminución en los precios de la energía también jugará un papel en la reducción general de la inflación en los próximos meses. Mantenemos la opinión de que las débiles perspectivas de crecimiento, con una actividad por debajo del potencial durante varios trimestres, junto con la disminución de la inflación, harán que los recortes puedan producirse más pronto que tarde. Dado el endurecimiento de las condiciones financieras y la desaceleración del mercado laboral, un aumento de los tipos de interés reales aumenta el riesgo de endurecimiento excesivo.  El momento exacto en que se produzcan los recortes dependerá, por supuesto, de los datos, que hasta ahora apuntan en la misma dirección que esta tesis», sostiene Goves.

Sin embargo, Rubén Segura-Cayuela, economista jefe para Europa de Bank of America, se muestra más cauto: “El BCE quiere ver los datos de primavera sobre beneficios, salarios e inflación. Mantenemos nuestra opinión de que el primer recorte de 25 puntos básicos se producirá en junio, pero dada la rápida desinflación, los riesgos apuntan a una actuación más rápida a partir de entonces. Estamos cada vez más nerviosos ante la posibilidad de que los datos obliguen al BCE a recortar una vez en cada reunión posterior, en lugar de trimestralmente, un ritmo acelerado que no esperábamos hasta 2025”

En este sentido, Martin Wolburg, economista senior en Generali AM, reconoce que tras unos datos de inflación globalmente favorables, los mercados han empezado a especular con recortes de los tipos de interés oficiales del BCE a partir del segundo trimestre. “Los últimos comentarios de los miembros del Consejo de Gobierno fueron más heterogéneos y la presidenta Lagarde volvió a insistir en la importancia de los convenios colectivos salariales de este año. Los últimos acuerdos importantes en Francia, España y los Países Bajos fueron bastante elevados y es poco probable que aplacaran las preocupaciones sobre la inflación a medio plazo. Por lo tanto, en la reunión de política monetaria del jueves esperamos que el BCE adopte una postura de esperar y ver, haciendo hincapié una vez más en la dependencia de los datos. Seguimos esperando una primera bajada de tipos en junio y creemos que la conferencia de prensa que acompañará a la reunión será coherente con esta opinión”.

El mercado prevé actualmente cinco o seis recortes de tipos del BCE para 2024, el mismo número que para la Reserva Federal, pero los expertos lo consideran mucho ante la realidad de los datos. “Dados los diferentes factores que impulsan la inflación inicial en la UE y en EE.UU. -espoleada por la demanda y de origen interno en EE.UU.; impulsada por la oferta y externa en la Unión Europea-, esto es sorprendente. Actualmente, el ritmo de la inflación subyacente se sitúa por debajo de los 10 puntos básicos mensuales o el 1% anualizado en la eurozona, frente a los casi 30 puntos básicos mensuales o el 3,3% anualizado de Estados Unidos. En nuestra opinión, esto justifica recortes de tipos mayores o más rápidos por parte del BCE”, explica Claudia Fontanive-Wyss, gestora de carteras en Vontobel

La gestora de Vontobel añade un dato más en su argumento: “La tasa de crecimiento anual de la masa monetaria M2 se ha vuelto negativa en la eurozona, así como en Estados Unidos. Esto es restrictivo y hace una parte del trabajo en nombre de los bancos centrales. Por lo tanto, la orientación actual de la política monetaria podría ser incluso más restrictiva, y no hay que descartar del todo un recorte antes de junio. Sin embargo, es probable que la actualización de las previsiones del BCE en marzo proporcione mejores pistas sobre el calendario del primer recorte”.

El “calendario” de 2024

La gran pregunta es a qué ritmo bajará los tipos el BCE. Franck Dixmier, director de inversiones global de Renta Fija de Allianz Global Investors, recuerda que a finales de 2023, la percepción del mercado de que la Reserva Federal estadounidense y el Banco Central Europeo (BCE) habían culminado la escalada de tipos de interés alimentó un repunte de la renta fija a medida que los inversores confiaban cada vez más en los inminentes recortes de los bancos centrales. «En el punto más delicado de estas expectativas, a finales de diciembre, el mercado estimaba que el BCE realizaría algo más de siete recortes, cada uno de ellos de 25 puntos básicos (pb), en 2024, y los inversores situaban en un 72% la probabilidad de una primera bajada en marzo de 2024. Desde entonces, varios miembros del BCE han defendido un calendario de recortes de tipos más largo de lo previsto con posiciones más duras del Consejo de Gobierno, como las de Robert Holzmann y Joachim Nagel, y otras más moderadas, como la del economista jefe Philip Lane. Estas repetidas advertencias han contribuido a moderar las expectativas del mercado que, sin embargo, siguen siendo elevadas: el 19 de enero se anticipaban casi seis recortes de tipos, con una probabilidad del 80% de una primera bajada en abril», recuerda Dixmier.

“Actualmente, las predicciones del mercado sugieren aproximadamente 140 puntos básicos de recortes de tipos para este año, comenzando alrededor de abril, y un tipo terminal cercano al 2% en 2025. Nos preguntamos si el BCE aplicará recortes de tipos tan pronto debido a las inciertas perspectivas de inflación. Es probable que el BCE siga vigilando de cerca la inflación sin declarar prematuramente su éxito”, reconoce Konstantin Veit, gestor de carteras en PIMCO.

Desde DWS añaden: “Creemos que hay razones de peso para un primer recorte en junio de 2024, momento en el que los datos sobre la evolución salarial del primer trimestre también deberían estar disponibles y habrá más claridad sobre la tendencia de la inflación en 2024. Aún no compartimos el optimismo de muchos participantes en el mercado de que el BCE vaya a recortar los tipos muy rápida y significativamente. Como el BCE quiere evitar errores a toda costa, mantenemos nuestra opinión de recortes graduales de los tipos en 2024”.

Para Veit, la reunión más relevante será la de marzo, ya que se presentarán las nuevas proyecciones macroeconómicas de los expertos, y puede que aporten más luz e información. “Se espera que el crecimiento a corto plazo sea más débil de lo previsto. Sin embargo, las perspectivas de inflación de diciembre se basaban en la senda de tipos de interés indicada por los datos del mercado a 23 de noviembre de 2023. Estos datos sugerían recortes de tipos de alrededor de 75 puntos básicos para 2024. Desde entonces, las condiciones financieras se han relajado significativamente, y en la reunión de marzo del BCE se publicarán proyecciones actualizadas”, apunta el gestor de PIMCO.

Así pues, lo que haga el BCE a lo largo de 2024 dependerá de los datos y del nivel de enfriamiento de la economía europea. “Los bancos centrales tienen tendencia a no reducir los tipos hasta estar bastante seguros de que la economía ha entrado en recesión y el desempleo tiende al alza. La consecuencia de un retraso en la política monetaria es que, cuando los bancos centrales empiecen a recortar los tipos, esos recortes podrían ser más agresivos de lo que anticipan los mercados. Según una muestra de 140 ciclos de endurecimiento monetario en 14 mercados desarrollados desde la década de 1960 hasta la actualidad, los bancos centrales han tendido a recortar los tipos de referencia en 500 puntos básicos, en promedio, cuando sus economías se adentraban en una recesión. Durante los ciclos de relajación monetaria que no coincidieron con una recesión, los bancos centrales recortaron los tipos en 200 de media en el primer año de relajación”, añaden Tiffany Wilding economista en PIMCO y Andrew Balls, director de inversiones de renta fija en PIMCO.

En opinión de Marco Giordano, director de inversiones de renta fija en Wellington Management, 2024 será un año en el que veamos una mayor divergencia entre los bancos centrales. “La Reserva Federal ha reconocido públicamente que es probable que recorte los tipos, mientras que los bancos centrales europeos siguen sin comprometerse con ningún calendario. El BCE querrá ver una ralentización del crecimiento salarial antes de embarcarse en un ciclo de recortes de tipos, mientras que el Banco de Inglaterra se ve limitado por una inflación estructuralmente más alta y una economía resiliente”, afirma Giordano concluyendo este análisis de las firmas de inversión.

“Anticipamos la entrada en un periodo de desapalancamiento en el que las compañías se esforzarán por mejorar la calidad de su rating”

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Foto cedidaRobert Cohen, gestor y director del equipo de crédito global desarrollado de DoubleLine Capital.

¿Qué depara el 2024 para los inversores en crédito? Según Robert Cohen, director del equipo de crédito global desarrollado de DoubleLine Capital, incluyendo las áreas dedicadas a bonos con grado de inversión y de alto rendimiento y préstamos bancarios, nos encontramos ante una oportunidad única de inversión en una década. “Los pilares proporcionados por el rendimiento, la duración, y la calidad crediticia brindan la oportunidad de construir una cartera de alta calidad con un perfil de rentabilidad positivamente sesgado, con potencial para generar rendimientos altos dentro de la categoría de un dígito y un riesgo a la baja limitado”, afirma el experto en una entrevista con Funds Society.

La visión de la firma es que la economía estadounidense está en riesgo de ingresar a una recesión en 2024. En previsión a este escenario, su estrategia general ha pasado por rotar carteras hacia activos de mayor calidad, incluyendo crédito con grado de inversión. No obstante, desde la gestora aclaran que para el caso de la estrategia de crédito corporativo que lidera Robert Cohen, aunque sí tiene presentes los riesgos macro, los inversores deben tener en consideración que se trata de una estrategia bottom up fundamental con una gestión activa muy centrada en la selección de los mejores nombres para la cartera. Por tanto, el gestor tiene más en cuenta factores como la fortaleza de los balances y modelos de negocio a la hora de realizar una valoración sobre la clase de activo.

Dicho esto, Cohen da la bienvenida al regreso de tipos de interés en niveles más elevados, después de una década de represión financiera marcada por una fuerte compresión de los diferenciales y el incremento de la duración media de la clase de activo, la cual llegó a máximos de casi nueve años en 2020.

Cohen recuerda que en los últimos diez años se convirtió en una práctica habitual que las compañías aprovechasen esta era de financiamiento barato para endeudarse de más y alargar los vencimientos de su deuda. Estas prácticas impulsaron los tipos a la baja, obligando a muchos inversores conservadores a tener que asumir más riesgos para obtener rendimientos positivos en renta fija. Según cálculos del gestor, la relación entre la rentabilidad por unidad de duración generaba un alto grado de riesgo para el sector, ya que era improbable que los rendimientos y el diferencial siguieran bajando. En este entorno, un incremento de 100 puntos básicos (pb) en los rendimientos del Tesoro de EE.UU. era suficiente para borrar cinco años de ingresos.

En 2021 esta tendencia tocó techo cuando el rendimiento medio del crédito se situó en torno al 2%. “El comportamiento del crédito estaba muy sesgado. Los inversionistas estaban expuestos a pérdidas en todos los escenarios hipotéticos salvo en uno en concreto, que preveía un entorno de crecimiento muy fuerte y tipos cero. Ahora las cosas han cambiado, y vemos posibilidad de obtener retornos positivos en muchos escenarios”, resume el experto. El escenario base con el que está trabajando incluye la expectativa de que la inflación continúe a la baja y una caída en los rendimientos de los bonos del tesoro, “que supone un impulso para el crédito grado de inversión”, añade. Cohen concluye que tanto la relación entre rendimiento y duración como los cupones actuales siguen ofreciendo protección a los inversores.

Cohen añade que, durante la era de los tipos cero, los inversores no eran penalizados por asumir riesgos. Sin embargo, ha identificado una tendencia emergente que cree que tendrá varios años de recorrido: “Ahora el costo del capital está al alza, y los tipos se mantienen altos. Las compañías no están emitiendo bonos para después recomprar sus acciones. Anticipamos la entrada en un periodo de desapalancamiento en el que las compañías se esforzarán por mejorar la calidad de su rating y defender sus balances”. Esto incluye a un número de compañías high yield que se esforzarán por obtener el grado de inversión (rising stars), contribuyendo a incrementar el universo de bonos grado de inversión.

Como resultado del incremento del costo del capital y la previsible política “higher for longer” de la Fed, el gestor también espera un incremento en la dispersión entre emisiones, aunque matiza que “es una temática que afecta a grado de inversión, high yield, y a la renta variable”, por lo que considera que nos adentramos en un periodo “en el que la gestión activa va a ser más importante de lo que ha sido en los últimos diez años”

Posicionamiento

El equipo de crédito corporativo de Doubleline tiene capacidad para invertir en activos de crédito a lo largo de todo el espectro de calidad crediticia y está organizado por sectores, con analistas dedicados por sector que son auténticos especialistas en cada área. Así, el posicionamiento de la cartera es el resultado de un proceso de selección bottom-up que va caso por caso con una asignación macro de activos. La duración actual de la cartera se sitúa en torno a los 7 años, con una rentabilidad media de alrededor de 5,5%.

Cohen explica que, en el entorno actual, aportan tanto valor los activos que están en cartera como los que el equipo decide activamente no incluir. Pone como ejemplo el posicionamiento en banca: la estrategia lleva tiempo sobreponderada en grandes bancos americanos como JPMorgan o Wells Fargo, al considerar que son compañías muy sólidas y reguladas y que además son demasiado grandes como para que el gobierno las deje quebrar. Por tanto, DoubleLine ya habían iniciado 2023 sin exposición a bancos regionales por tener dudas sobre la calidad y viabilidad de sus modelos de negocio. Como resultado, cuando en marzo del año pasado se produjo la segunda mayor quiebra bancaria de la historia de EE.UU., la cartera no se vio afectada.

Actualmente la cartera subpondera sectores sensibles a los tipos de interés. Son particularmente cautos con sectores cíclicos como industriales, químicos, constructoras, y con compañías vinculadas al consumo. En cambio, sobreponderan bonos de los sectores tecnológico y farmacéutico. En ambos casos, Cohen explica que son compañías que “han transformado favorablemente sus políticas de los últimos años”, en línea con la tendencia hacia la calidad ya mencionada. El gestor también encuentra muy atractivo el sector de telecomunicaciones, con subsegmentos como compañías con negocio wireless u operadores de torres de telecomunicaciones.

Para Cohen, el mayor riesgo en el entorno actual es que la inflación vuelva a subir sorpresivamente y fuerce un selloff en la renta fija. Fuera de ese escenario, considera que en adelante los riesgos van a ser más idiosincráticos en el espectro grado de inversión. “El mercado ha hecho un buen trabajo al valorar los riesgos. Los problemas están siendo bien entendidos por los inversores”, concluye.

 

Conozca más sobre la visión de DoubleLine sobre crédito corporativo.

Bancos centrales: ¿el sesgo sigue siendo hawkish?

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La inflación baja en Europa continental y Reino Unido, siendo la zona euro la que registra el descenso más rápido de los mercados desarrollados.

Aunque la caída de la inflación ha infundido un optimismo renovado entre los inversores de todo el mundo, dudamos que los indicadores principales y las políticas de los bancos centrales respalden un giro expansivo inminente en Reino Unido y Europa. También creemos que los mercados ahora descuentan recortes de tipos a un ritmo mayor del que están dispuestos a seguir los bancos centrales.

Reuniones de bancos centrales: el sesgo sigue siendo hawkish

Tal y como se esperaba, el Banco de Inglaterra (BoE) mantuvo el tipo de interés en el 5,25% en su reunión de diciembre. El Comité de Política Monetaria volvió a decidir hacer una pausa, con seis votos a favor y tres votos en contra de disidentes que abogaban por una subida. El tono de la declaración posterior a la reunión volvió a ser hawkish: el BCE prevé mantener una política restrictiva durante un período prolongado y se guarda la opción de volver a subir los tipos. Además, a pesar de que los últimos datos han sido positivos, los principales indicadores, que muestran unos precios persistentemente al alza —como en el caso de los servicios y los salarios—, siguen siendo preocupantes.

Tal y como se esperaba, el Banco Central Europeo (BCE) mantuvo los tipos intactos; tampoco modificó el lenguaje utilizado en la nota de prensa publicada: la inflación subyacente se ha reducido, pero el BCE siguió centrándose en las presiones de precios, dado el fuerte crecimiento de los costes laborales unitarios. Además, el Consejo de Gobierno reiteró su voluntad de mantener los tipos oficiales a unos niveles suficientemente restrictivos todo el tiempo que sea necesario.

También decidió poner fin a las reinversiones en el marco del programa de compras de emergencia frente a la pandemia, uno de los principales programas de compra de bonos del BCE, a finales de 2024. Creemos que se trata de otra decisión hawkish, ya que la reducción del tamaño del balance del BCE endurecerá las condiciones financieras. No obstante, hubo una señal dovish en la declaración del BCE, ya que omitía una referencia anterior a que la inflación seguiría en niveles altos durante demasiado tiempo.

En la rueda de prensa posterior, Christine Lagarde, presidenta del BCE, insistió en que no se había debatido  ninguna rebaja de tipos, y que todavía era pronto para poner ese asunto sobre la mesa, lo que supone una acción decidida en contra de los descensos de los tipos de interés de mercado. Sin embargo, más recientemente ha indicado que es probable que los recortes se produzcan en verano.

Los recortes de tipos llegan a Europa, pero no tan rápido como descuentan los mercados

Es probable que el BoE sea el último en bajar los tipos, pero, cuando lo haga, será de forma agresiva. De momento, el índice de precios al consumo en el Reino Unido sigue muy por encima del objetivo, y un fuerte crecimiento de los salarios apunta a un riesgo continuado derivado de los efectos indirectos de la inflación. No obstante, creemos que a lo largo de 2024 las presiones inflacionistas irán cediendo más rápido de lo que prevé el BoE.

Aun así, el Comité de Política Monetaria del banco probablemente necesitará tener la certeza de que la inflación de los precios al consumo se acerca suficientemente al objetivo del 2% a medio plazo antes de comenzar a bajar los tipos. Por tanto, prevemos un comienzo lento, con una primera bajada en septiembre de 2024 y nuevos recortes en cada reunión posterior.

Por el contrario, el mercado descuenta un inicio del ciclo más temprano, pero relativamente suave, con rebajas de 115 puntos en 2024, la primera ya en mayo. Creemos que este escenario supondría un descenso sustancial poco realista de la inflación subyacente y el crecimiento de los salarios en el primer trimestre de 2024. En el contexto más probable de crecimiento débil, pero resiliente, en 2024, creemos que el BoE seguirá teniendo especial prudencia antes de actuar.

Las previsiones de crecimiento e inflación de diciembre que elabora el Eurosistema siguieron siendo conservadoras, lo que apunta a nuevas revisiones a la baja de cara al futuro. En concreto, las previsiones apuntan a que la inflación subyacente se mantenga en el 2,1% en 2026 debido al fuerte crecimiento de los costes laborales unitarios y la presión de los precios internos. Además, aunque rebajó los datos de crecimiento económico para 2023 y 2024, prevé un sólido rebote en 2025.

Sobre esta base, creemos que el BCE seguirá teniendo un enfoque paciente, incluso a pesar de que las señales de descenso de la inflación pronto serán cada vez más claras. Prevemos que la primera rebaja de tipos del BCE sea en junio de 2024, con un recorte para el conjunto del año de 100 puntos básicos. El mercado es más agresivo y descuenta una primera bajada de tipos ya en marzo, con un recorte total de 150 puntos básicos en 2024.

Tribuna de opinión escrita por Sandra Rhouma, economista europea-Renta fija en AllianceBernstein

Las perspectivas de las empresas, las economías y los mercados nórdicos en 2024 son más favorables que para el resto de Europa

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La boutique de inversiones y gestión de activos nórdica Evli opina que las empresas, las economías y los mercados nórdicos presentan unas perspectivas para 2024 más favorables que para el resto de Europa. Por varios motivos: la solidez de sus economías, el peso del comercio exterior y su menor dependencia de China, la recuperación del sector inmobiliario, y la buena salud de sus finanzas y sus empresas.

Las economías nórdicas saldrán más beneficiadas de la recuperación

Según los expertos de Evli, el entorno macro en 2024 presenta incertidumbres. Es probable que Estados Unidos evite la recesión, gracias a la subida del empleo y de los salarios, mientras que Europa podría sufrir una recesión leve, de la que podría salir gracias a la confianza de los consumidores y el repunte de la industria. Y en China, la ralentización del crecimiento hasta el 4%-5%, tras el fin del boom inmobiliario, ha provocado que el gobierno frene los estímulos a la economía.

Los tipos de interés más altos enfrían la actividad económica y ponen en peligro la recuperación, aunque sus efectos están siendo diferentes según las zonas: en España, Italia y Finlandia los préstamos hipotecarios suben con rapidez, mientras que en Alemania y Francia continúan en niveles bajos. En cuanto a la inflación, ha caído más rápidamente de lo previsto, pero la inflación de los servicios podría alargarse dada la subida de salarios, lo que haría que los tipos siguiesen en niveles altos más tiempo.

Los riesgos geopolíticos actuales, y el favoritismo de Donald Trump para ser elegido próximo presidente en EE.UU., son otro factor de incertidumbre. Los mercados subieron tras su anterior victoria en 2017, aunque es difícil prever qué políticas llevará a cabo su gobierno.

Por ello, las economías en el mundo seguirán afectadas por la incertidumbre. Pero los países nórdicos, a medida que la demanda mundial siga aumentando, crezca la producción y los inventarios tras el fin de la ralentización de la economía, dado su carácter cíclico y por estar muy orientados a la exportación, saldrán más beneficiados. Y la relajación monetaria beneficiará a sus empresas y hogares.

La importancia del comercio exterior y la poca dependencia respecto a China

El peso del comercio exterior en las economías nórdicas es muy relevante, y su dependencia de China es menor que el resto de Europa, lo que puede beneficiar a las economías nórdicas en un escenario de ralentización en China. En Suecia, las exportaciones representan alrededor de un tercio del PIB, y las importaciones están más diversificadas que las exportaciones. La cuota de China en las importaciones suecas es del 6,3%.

En Finlandia, la cuota de China en las exportaciones es del 6,3% y en las importaciones el 5,8%. En Noruega, las exportaciones representan dos quintas partes de su renta nacional. La cuota de China en exportaciones es el 6,5% y en importaciones el 7,6%. En Dinamarca, China acapara el 5,1% de las exportaciones y el 8,8% de las importaciones.

En comparación, la cuota de China en las importaciones del Reino Unido es del 13,1% y del 5,2% en las exportaciones; en Europa (UE-28) es del 9,5% en importaciones y en las exportaciones del 5,6%.

La adaptación del sector inmobiliario a un entorno de tipos altos

El apalancamiento, la caída del valor de los activos y las próximas necesidades de refinanciación han puesto en dificultades al sector inmobiliario, uno de los principales en las economías nórdicas, lo que ha afectado a su calidad crediticia. Sin embargo, varios factores apuntan a que el sector se ha adaptado al entorno de altos tipos y está recuperando su potencial de aportar valor.

Así, la relajación de la inflación y las expectativas de bajada de los tipos de interés han favorecido el regreso a la normalidad para la refinanciación para las empresas. Y para afrontar el aumento del coste de capital, las compañías han tratado de mejorar sus resultados de explotación aumentando los alquileres indexados a la inflación.

Sin embargo, esto no ha sido suficiente por las mayores exigencias de rentabilidad en las valoraciones. Por ello, las empresas del sector han buscado otras vías de estabilizar la calidad crediticia, desapalancando sus balances mediante la captación de capital, la desinversión de activos y la reducción del gasto de capital y los dividendos.

La buena salud de las empresas, las finanzas, la economía y los mercados nórdicos

Las empresas nórdicas han resistido bien la desaceleración económica. Las tasas de impago están en mínimos históricos, y es muy improbable que se produzcan defaults. El sector bancario es sólido, y para 2024-2025 se esperan unos beneficios de explotación históricamente altos. Los niveles de morosidad de los cuatro grandes bancos nórdicos se situaron en una media del 0,04% en el primer semestre de 2023, y las prueba de estrés de la Asociación Bancaria Europea, más severas que para la media de bancos en la UE, confirmaron la gran resistencia de los bancos nórdicos y suecos.

Las finanzas públicas nórdicas presentan una buena salud. La deuda de Finlandia ha crecido levemente, pero sigue estando por debajo de la media de los países del euro y el nuevo gobierno se propone reducir el endeudamiento público.

El cambio global en las expectativas de tipos de los bancos centrales también se observa en los mercados nórdicos. Los tipos a seis meses anticipan un recorte de más de 100 puntos básicos del banco central danés, más de 150 por parte del Riksbank y 75-85 por parte del Norges Bank, en línea con el BCE. La rapidez de los bancos centrales nórdicos se apoya en que el índice de precios al consumo baja más deprisa que en la zona euro. La valoración de los mercados de renta variable nórdicos es más barata y atractiva que el resto de europeos, a excepción de Dinamarca.

Las coronas sueca y noruega están cerca de sus niveles históricamente más bajos frente al euro, por lo que presentan alto potencial alcista, especialmente si se fortalece el tipo de cambio euro/dólar.

Y por último, la salud de las empresas nórdicas es buena. Las medidas de apalancamiento, calidad crediticia y rentabilidad son razonables y producen resultados, por lo que, en el escenario base que maneja Evli para 2024, las empresas nórdicas están bien posicionadas cara a un repunte de la economía mundial, y sus previsiones de beneficios son mejores que las de las compañías europeas.

La CNMV revisa la información financiera de Grifols y la conducta de Gotham

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Ante la publicación del informe de Gotham City Research LLC y la marcada incidencia que le siguió en el precio de las acciones de Grifols, la CNMV ha ido requiriendo desde el día 10 de enero información a la compañía, a algunos de sus accionistas y a entidades relacionadas con el mencionado informe. La prioridad de la CNMV se ha centrado hasta ahora en la información sobre la compañía a disposición de los accionistas e inversores. 

Más allá de la revisión de la información financiera de Grifols, la CNMV está analizando la conducta de Gotham en cuanto al contenido de su informe, el modo en que fue difundido y las operaciones de mercado conexas. «El objeto es determinar si dicha conducta es conforme con las normas europeas sobre abuso de mercado, en particular  las que abordan la difusión de información engañosa. Dicho análisis deberá nutrirse,  necesariamente, de la conclusión de la revisión de la información financiera de Grifols», explica en un comunicado.

«La información requerida a Grifols ya ha sido remitida a la CNMV por la entidad y ha comenzado a ser analizada. Como ocurre en este tipo de procesos, dicho análisis puede requerir que se recaben informaciones aclaratorias o complementarias y, dada  la complejidad de las cuestiones sobre las que versa, puede demorarse unas semanas sin poder determinar una fecha concreta para su conclusión», informa la CNMV. 

«Del proceso de revisión de la información financiera de Grifols podría resultar, en su caso, la ausencia de alguna información o la incorrección de algún dato o magnitud de la información financiera. Dependiendo de ello, podría derivarse la necesidad de realizar aclaraciones, complementos, desgloses o incluso corrección de la información publicada por Grifols. No es posible, obviamente, anticipar dichas conclusiones ni las actuaciones correspondientes en la fase actual, ni tampoco hay evidencias a día de hoy, con la información pública disponible, de que la información publicada y auditada de Grifols no sea conforme con la normativa», aclara.  

«Cabe recordar que las facultades de la CNMV, de conformidad con la normativa  europea, permiten la revisión a posteriori de aspectos específicos de las cuentas de un emisor, como en este caso, y eventualmente exigir aclaraciones o cambios en la  información financiera publicada. Sin embargo, como ocurre en todos los mercados  desarrollados, la función de supervisión a posteriori no reemplaza ni tiene el mismo alcance que el deber de los administradores de reflejar la imagen fiel en la información financiera y el deber de los auditores de emitir una opinión profesional fundada sobre  esa circunstancia», añade.

Sin suspensión de negociación ni otras medidas

La CNMV no ha detectado, desde el día 9 de enero hasta hoy, que haya ninguna  información privilegiada concreta pendiente de publicación que suponga una situación de información asimétrica entre distintos inversores. Por ello no ha sido necesario suspender la negociación de modo cautelar, mientras fuese difundida esa eventual información.  

En cuanto a las posiciones cortas, la CNMV viene monitorizando de forma estrecha  desde el día 9 las posiciones sobre Grifols. «En términos agregados y comparados con el  conjunto de cotizadas españolas, estas no presentan valores elevados y no han determinado la evolución fundamental del precio del valor. Adicionalmente, no se dan  las condiciones que marca el Reglamento europeo sobre ventas en corto (Reglamento  UE 236/2012) en cuanto a limitación o prohibición de posiciones cortas para una  medida de ese tenor», añade.

La CNMV tiene la firme determinación de esclarecer la situación a la mayor brevedad  posible y de que se hagan públicas las conclusiones de sus actuaciones. 

 

Tressis prioriza la calidad para hacer frente a un año de riesgos externos

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En opinión de Tressis, 2023 dio la oportunidad de dejar atrás un nefasto 2022 y presentarnos un 2024 con mayor visibilidad macroeconómica. El entorno que identifica la firma pasa por un crecimiento pobre, una inflación que se va moderando, una mayor presencia de los riesgos geopolíticos y con problemas en China. 

Al igual que el año pasado, advierten de que la inflación será un factor clave, ya que marcará las decisiones de los bancos centrales y su política económica. Sobre esta última lanzan una advertencia que ha pasado desapercibida en las perspectivas de la mayoría de las firmas de inversión: aún no se han evidenciado completamente los efectos de las recientes subidas de tipos de interés en las distintas economías. Ese impacto llega con retraso, lo cual no quiere decir que la espere una crisis crediticia, sino pero sí una restricción en el crédito. 

“Nuestra previsión es que los tipos de intervención se mantengan en zona restrictiva durante 2024, alejándose de niveles neutros. Aunque se podría haber alcanzado el techo de tipos, la persistente inflación, aún por encima de su objetivo, sugiere la continuidad de tasas elevadas a lo largo de un periodo prolongado. La disminución de los balances de los bancos centrales seguirá un curso gradual, con especial atención en el control de posibles episodios de inestabilidad financiera y una intervención oportuna en caso de necesidad”, ha explicado José Miguel Maté, consejero delegado de Tressis. Además, ha señalado que “en cuanto a la política fiscal, si bien debería alinearse con la estrategia monetaria y facilitar la lucha contra la inflación, sin suponer una contribución significativa al crecimiento, en un año electoral existe el riesgo contrario”.

Sobre los bancos centrales, Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, no espera un cambio radical en las expectativas sobre el número de bajadas de tipos y considera excesivas las que espera el mercado. “Los bancos centrales nunca actúan de forma preventiva. Con la inflación por encima del objetivo, no tiene sentido pensar que vayan a bajar tanto los tipos, sobre todo si se logra un aterrizaje suave”, ha afirmado. 

Visión  marco

Por su parte, Lacalle ha enfatizado: “Aunque contamos con una amplia oferta crediticia, los tipos de interés más altos junto con una disminución en el consumo público y privado configuran un escenario propicio para la inversión en activos de renta fija y variable de calidad. No obstante, recomendamos precaución en los mercados emergentes, especialmente ante la posibilidad de depreciaciones en sus monedas”.

En este sentido, apunta que el nuevo motor de crecimiento es India. “Aunque no termina de emerger, India puede sustituir a China como líder del crecimiento mundial. En los mercados emergentes, Latinoamérica está muy por debajo de su potencial, por ello es esperable que el mayor crecimiento provenga de Asia”, añade.

En su opinión, 2024 será un año complejo y lleno de riesgos geopolíticos. El experto ha incidido en que “los problemas del sector inmobiliario en China y la guerra de Ucrania persistirán en 2024 como retos a medio plazo, a los que habría que sumar otros riesgos geopolíticos como la situación en Oriente Próximo”. Además, recuerda que nos esperan doce meses cargados de citas electorales. “Las elecciones en EE.UU. van a ser particularmente tensas por el nivel de división que hay entre EE.UU. y en resto del mundo. Será un año electoral en el que no se puede contar con políticas fiscales restrictivas, por lo que el gasto seguirá aumentando; y tampoco se puede esperar que el partido republicano vaya a impedir que se bajen los tipos de forma alocada”, ha señalado Lacalle. 

Visión sobre los activos

A la hora de hablar sobre su visión sobre los activos, Tressis sostiene una visión positiva hacia la renta fija de cara al 2024, aunque con cautela, tras el buen desempeño registrado por este activo durante los dos últimos meses de 2023. La firma considera que las rentabilidades a vencimiento ofrecidas actualmente por los bonos son lo suficientemente altas como para absorber un aumento en la rentabilidad exigida desde los niveles actuales. Además, la renta fija tendrá un papel clave como diversificador de las carteras en los periodos de volatilidad. Aun así, adopta una postura prudente en su asignación a renta fija, centrándose en deuda pública y renta fija privada de alta calidad.

“Seguimos siendo optimistas porque la rentabilidad que ofrece sigue siendo atractiva, pero hay que recordar que va a costar batir a la inflación. No va a ser un camino de rosas. Para los inversores tradicionales, vemos oportunidad en los plazos cortos e investment grade; y para los inversores más sofisticados, creemos que sigue habiendo valor en el high yield”, ha comentado Lacalle e insistido en que “hay que mirar con mucho detalle y diferenciar bien en qué sectores y compañías invertir”. 

Respecto a la renta variable, desde la entidad anticipan un escenario positivo para 2024, apostando por temáticas con vientos de cola. “El año pasado nuestra valoración sobre la renta variable era cauta. Ahora estamos en términos de valoración por encima de medias históricas, pero con mucha dispersión. Nos preocupa ese valor relativo mayor de la renta fija respecto a la renta variable, sobre todo en EE.UU.; esto sería un argumento para estar infraponderado en renta variable. En renta variable estadounidense seguimos siendo positivos”, ha comentado Maté. 

En este contexto, señalan áreas como eficiencia energética, tanto desde el punto de vista de la automatización industrial como de los materiales de alto rendimiento. Además, destacan servicios de comunicación y tecnología, con énfasis en la computación en la nube y la inteligencia artificial. Las infraestructuras, impulsadas por las necesidades de renovación en los países desarrollados y por el crecimiento de los emergentes, también se consideran un sector relevante. Por último, la demografía también se valora como una temática a incluir dentro de las carteras, en respuesta al envejecimiento de la población y el crecimiento de la clase media en Asia.

Tressis también apunta a una posible recuperación de las pequeñas y medianas compañías infravaloradas los últimos años respecto a las grandes. Además, siguen favoreciendo los mercados desarrollados frente a los emergentes y mantienen cierta cautela en cuanto a la inversión en petroleras, el sector de medios y entretenimiento, las biotecnológicas sin beneficios y las automovilísticas clásicas.

Materias primas

En este sentido, la entidad anticipa la recuperación de ciertos metales industriales a pesar de la desaceleración de países como China, debida, entre otros factores, al auge de la demanda ecológica especialmente en vehículos eléctricos, redes y energías renovables. Respecto a los metales preciosos, el oro puede beneficiarse en un entorno de inflación elevada y en situaciones de riesgo geopolítico, actuando como reserva de valor en momentos de incertidumbre.

Por último, en cuanto a las materias primas agrícolas señalan que los fenómenos meteorológicos extremos y los costes elevados de los fertilizantes continúan siendo desafíos significativos para la producción de alimentos. En el ámbito de la energía, Tressis habla de un equilibrio inestable en el mercado del petróleo. La OPEP y sus aliados deberán hacer frente a la desaceleración del crecimiento de la demanda, así como al aumento de la producción en regiones como Estados Unidos.