Las economías asiáticas dan muestras de fortaleza

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Pixabay CC0 Public DomainYiyun. Yiyun

Los historiadores podrían volver la vista hacia 2020 no solo como el año de la pandemia de COVID-19, sino también como el año en el que el liderazgo económico de Asia pasó al primer plano. Aunque todos los países han tenido que lidiar con las repercusiones del virus y han implantado medidas económicas y sanitarias para abordarlas, unas economías asiáticas tan diversas como China, Singapur, Japón y Corea del Sur han demostrado las ventajas de una contención temprana y continua.

Hasta ahora, este enfoque ha permitido a muchos países de la región recuperarse con mayor rapidez y sin algunas de las intervenciones a gran escala de las autoridades en Occidente. Ahora que nos acercamos a 2021, este hecho probablemente dé apoyo al crecimiento de los beneficios con un mayor nivel de sostenibilidad. Además, el énfasis en la sostenibilidad en todas sus vertientes (desde la reconfiguración de las cadenas de suministro hasta una economía más ecológica) parece que va a continuar en toda la región y podría acelerarse a medida que Asia se equipara, y a veces incluso adelanta, a otras regiones.

Divergencias crecientes en la política económica

Las dinámicas de Asia han cambiado. La región solía aparecer a ojos de los inversores como una apuesta táctica orientada hacia el crecimiento económico mundial. Surgían dudas sobre la fiabilidad de los datos y si los niveles de deuda serían manejables. La deuda sigue siendo elevada, especialmente en países como China, pero también es elevada y sigue creciendo en Occidente conforme aumenta la factura de los paquetes de ayudas contra la pandemia. Aunque cualquier reactivación de la inflación en Asia podría tirar al alza de los rendimientos, lo que incrementaría los tipos de interés y el coste de las refinanciaciones para las empresas, Asia lleva aprendiendo a convivir con las consecuencias de una inflación elevada durante mucho más tiempo que Occidente.

Los países asiáticos con tipos de interés más altos podrían incluso evitar algunas de las consecuencias negativas derivadas de los bajos tipos de interés que han lastrado el crecimiento económico de Japón.

Pero algunos han relajado sus políticas monetarias en un contexto caracterizado por una inflación más baja que en el pasado. Indonesia, por ejemplo, ha puesto en marcha medidas extraordinarias como un programa de relajación cuantitativa, algo que anteriormente solo se consideraba posible en las economías desarrolladas.

Una sorprendente lección de 2020 fue la relativa debilidad del dólar. Eso se ha traducido en unas perspectivas más favorables para los activos asiáticos de cara a 2021.

Entretanto, otros factores más generales están actuando y sentando las bases de una economía más sólida en la región. A este respecto cabe citar una mayor estabilidad política y una mayor confianza en las instituciones y su capacidad para abordar crisis. Otra tendencia clave que ya estaba en marcha debido a las crecientes tensiones comerciales es la mayor interdependencia dentro de la región. La pandemia no ha hecho sino acelerar este fenómeno y amplias secciones de las cadenas de suministro están trasladándose más cerca de las fronteras asiáticas, especialmente a China.

El capitalismo de las partes interesadas, con ojos asiáticos

Algunas de las dificultades a las que se ha enfrentado Asia durante los últimos diez años están remitiendo. La tendencia hacia un dólar cada vez más fuerte se ha invertido, mientras que los precios del petróleo se mantienen por debajo de las medias históricas.

Al mismo tiempo, la estructura de las economías asiáticas hace que exista una brecha menor entre los mercados y la economía real que en países como EE.UU. A medida que las economías de Occidente comienzan a replantear su modelo económico sin perder de vista el capitalismo inclusivo o responsable, se podría argumentar que el modelo de capitalismo mixto —mucho más habitual en Asia— explica en parte la mejor sintonía existente entre las políticas públicas y el sector empresarial en varias áreas. A este respecto, cabe citar la digitalización de la economía, la consideración del impacto social e incluso la gestión de la pandemia.

Perspectivas para los mercados en 2021

En cuanto a cómo un modelo económico más resistente podría traducirse en oportunidades de inversión en Asia, nuestra Encuesta a Analistas reveló recientemente que China podría marcar el camino a seguir en la recuperación de los efectos de la pandemia en la economía interna, puede que ya desde la primavera de 2021. El gráfico que figura a continuación muestra el número de meses que nuestros analistas esperaban que tardasen las empresas de sus sectores en funcionar a un nivel estable, sin alteraciones por el virus. Cuando se les planteó la pregunta en octubre de 2020, la media de los analistas que cubrían empresas chinas fue de cuatro meses.

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El PIB chino probablemente sea uno de los pocos que registre cifras positivas de crecimiento en todo el mundo en 2020, así como en 2021. Se prevé que los beneficios muestren una mayor resistencia en el conjunto de Asia, incluido Japón.

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Como en el resto de regiones, los ganadores han estado en los sectores de tecnología y atención sanitaria. El rápido auge del comercio electrónico en China se ha visto acelerado por la pandemia, pero le queda margen de crecimiento a medida que se vayan digitalizando más áreas y se genere más innovación dentro de las fronteras nacionales. El sector manufacturero también ha rebotado tras los cierres forzados por la pandemia y está impulsando la demanda de ciertas materias primas y exportaciones de países como Alemania.

En lo que al mercado se refiere, está produciéndose otra gran transformación. China ha abierto progresivamente sus mercados internos de acciones y bonos a los inversores extranjeros durante los últimos años a través de los programas para Inversores Institucionales Extranjeros Cualificados (QFII) y Connect. La participación extranjera está aumentando y ha vivido otra expansión en 2020. Ello se debe en parte a las nuevas relajaciones de los controles en torno a los flujos entrantes de capitales en el mercado interno, pero también obedece a las fuerzas macroeconómicas y las políticas imperantes tras la pandemia.

China, por ejemplo, ha optado por no recortar los tipos tan drásticamente como EE.UU., por lo que podría aumentar el número de fondos internacionales que elevan su exposición a activos chinos. Los rendimientos más elevados de los bonos chinos en un entorno de debilidad del dólar podrían ser especialmente atractivos para los inversores orientados a las rentas.

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Si las tendencias actuales continúan y la región no sufre contratiempos en forma de nuevas oleadas del virus, entonces es probable que la recuperación se generalice en el conjunto de Asia. Los países que han quedado atrás, como la India, podrían ponerse al mismo nivel rápidamente en 2021 y podría funcionar un mayor número de apuestas por acciones infravaloradas en Asia que en las economías occidentales debido a la mayor fortaleza y linealidad de la recuperación económica asiática.

Aunque la India ha tenido dificultades para contener el coronavirus, seguimos creyendo que el país encierra un gran potencial: se beneficia de tendencias de crecimiento estructurales y tiene más probabilidades de acoger durante la próxima década más empleos tecnológicos e industriales trasladados desde el conjunto de la región debido a las tensiones comerciales entre EE.UU. y China y al propio desarrollo del país.

El clima es la cuestión ESG más relevante, pero los factores sociales siguen siendo vitales

A pesar de la pandemia, en 2021 la cuestión más importante en materia de medio ambiente, sociedad y gobierno corporativo (ESG), para el mundo en general y Asia en particular, probablemente sea el cambio climático. 2020 ha traído consigo una serie de compromisos de cero emisiones netas por parte de países como China y Japón y por parte de grandes empresas como PetroChina.

En cuando a la dimensión social, esperamos que los inversores sigan manteniendo diálogos en cuestiones sociales en toda Asia, centrándose especialmente en los derechos humanos y las condiciones laborales de las cadenas de suministro. A nivel empresarial, pensamos que el diálogo activo sobre el terreno es un potente método para comprender cómo funciona una empresa y para alentar buenas prácticas en materia de condiciones laborales y gestión de las cadenas de suministro.

Las inquietudes en el ámbito ESG planteadas por los inversores internacionales también están siendo tenidas en cuenta cada vez más por los inversores nacionales. Durante la pandemia, por ejemplo, las empresas de Asia han estado dando pasos para proteger y apoyar a sus trabajadores por razones tanto sociales como empresariales. Se podría afirmar que Europa es el líder mundial en sostenibilidad en sentido amplio, pero Asia está reduciendo rápidamente la diferencia. El refuerzo del gobierno corporativo y la normativa medioambiental está ayudando a acelerar esta transición. Eso brinda oportunidades para que las empresas asiáticas creen valor no sólo en el sentido de dar continuidad a las tendencias de crecimiento, como en el pasado, sino también en lo que respecta a atraer más capitales extranjeros mediante unas mejores credenciales de sostenibilidad.

 

Tribuna de Paras Anand, CIO del área de gestión de activos para Asia-Pacífico de Fidelity International.

 

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Bill Hench (Franklin Templeton) apuesta por las small caps estadounidenses ante la envergadura de su universo de inversión y su valoración

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Entrevista FRKL
Foto cedidaBill Hench, gestor del fondo Royce US Small Cap Opportunity (Franklin Templeton).. Bill Hench (Franklin Templeton) apuesta por los títulos de pequeña capitalización estadounidenses por la envergadura del universo de inversión y por su valoración

El FMI prevé que la economía estadounidense, que en el tercer trimestre de 2020 registró un crecimiento anualizado del PIB sin precedentes del 33,1%, aumente un 3,1% en 2021. Estas perspectivas de crecimiento más la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca despierta el interés de los inversor por el mercado estadounidense. 

¿Cómo incluir exposición a EE.UU en nuestras carteras? En opinión de Bill Hench, gestor del fondo Legg Mason Royce US Small Cap Opportunity Fund (Franklin Templeton), el segmento de pequeñas empresas es una clase de activo muy atractivo. Sobre ello nos ha hablado en esta entrevista.

Pregunta: ¿Por qué cree que centrarse en el mercado estadounidense constituye una oportunidad?
Respuesta: Los títulos estadounidenses de pequeña capitalización constituyen uno de los universos de inversión de mayor envergadura y profundidad del mundo, por lo que presenta multitud de oportunidades entre las que encontrar excelentes inversiones. Los valores de pequeña capitalización también son objeto de menos análisis que las empresas de gran capitalización, lo que aumenta el atractivo de la clase de activos. Además, los títulos de pequeña capitalización también han batido a los de gran capitalización a largo plazo. Y, si bien los títulos de pequeña capitalización son, en términos generales, más volátiles que sus contrapartes de mayor tamaño, también han registrado rentabilidades positivas en el 88% de los periodos mensuales sucesivos en 3 años, en el 95 % de los periodos mensuales sucesivos en 5 años y en el 100% de los periodos mensuales sucesivos en 10 años del 31/12/45 al 31/8/20, utilizando el CRSP 6-10 como referencia para los títulos de pequeña capitalización.

P: ¿Qué supone para las small cap la llegada de Biden a la Casa Blanca para el sector de empresas de pequeña capitalización?

R: Siempre hemos pensado que las elecciones conllevan menos consecuencias a largo plazo para las empresas de las que se suele creer. A nuestro juicio, se dan las condiciones para que se produzca una sólida recuperación a escala mundial cuando la vacuna esté lista y pueda distribuirse a escala mundial. Ello determinará el ritmo de crecimiento más que cualquier otra cosa. Si bien los estímulos están captando un gran interés, nosotros creemos que la actividad económica está recuperando la normalidad a un ritmo mucho más acelerado de lo que se considera en términos generales. Por tanto, aunque somos conscientes de que es necesario implantar un programa para ayudar a las personas y sectores que aún no se han beneficiado de los programas ya en marcha, no estamos de acuerdo con la idea de que sea necesario un plan de gran envergadura para generar mejores resultados económicos.

P:¿Cuáles serán los sectores, dentro de estas small cap, que representan una mayor oportunidad de inversión de cara a una recuperación económica?

R: Hemos posicionado la cartera de cara a un repunte económico, con inversiones en títulos cíclicos de industria y consumo en sectores que abarcan desde el transporte hasta los materiales, pasando por la tecnología de smartphones. Muchos de los títulos de pequeña capitalización más penalizados por la crisis económica derivada de la pandemia siguen negociándose a unos precios más reducidos que a principios de 2020. Ello representa un atractivo universo de grandes dimensiones de títulos que analizar y, potencialmente, adquirir, asumiendo que se den los argumentos de valoración y crecimiento. Seguimos observando una mejora en los fundamentales de las empresas que constituyen nuestras actuales posiciones, impulsada por un repunte cíclico en las ventas, a la adaptación a la revolución digital y a importantes recortes en los costes de explotación. Así, creemos que existe una oportunidad para que se produzca un sólido crecimiento de los beneficios en 2021, lo que constituiría un impulso adicional para los precios de los valores. Además, los mercados de deuda corporativa presentan una situación sólida, lo que podría brindar a las empresas apalancadas la posibilidad de refinanciarse con condiciones favorables. Incluso tras un marcado repunte en el mercado, nuestras perspectivas para el Fondo son optimistas a medida que nos acercamos al final de 2020 y nos adentramos en el inicio de 2021.

P:¿Están participando las small cap en la rotación o mayor interés por firmas valor que hemos visto las últimas semanas?

R: Mucho. Se está desarrollando gradualmente una recuperación mundial sincronizada, apuntalada por la probable inminencia de las vacunas y los efectos retardados de los descomunales paquetes de estímulo monetario y fiscal. Todo ello debería seguir siendo favorable para las empresas de pequeña capitalización y, en concreto, los títulos cíclicos. No obstante, también podríamos asistir a una mayor volatilidad y consolidación.

P: ¿Qué papel puede jugar una estrategia de small cap como el fondo Legg Mason Royce US Small Cap Opportunity  en la cartera de un inversor?

R: Este fondo es más apto para inversores a largo plazo que busquen exponerse a la clase de activos de títulos de pequeña capitalización y estén dispuestos a aceptar volatilidad de forma periódica. El enfoque cuenta con tres principales elementos diferenciadores: aprovecha los sesgos de extrapolación de la mayoría de inversores (esto es, la idea que si las cosas van mal, seguirán haciéndolo); un equipo de gestión de carteras con una experiencia de más de una década ejecutando este enfoque de forma constante y un proceso de gestión de riesgos con distintos niveles que tiene por objeto captar el potencial alcista/bajista favorable de un subconjunto de títulos con mayor volatilidad y menor liquidez.

Tras la pandemia, el 50% de los ejecutivos considera que la sostenibilidad es más relevante

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Pixabay CC0 Public Domain. La pandemia aumenta la importancia de la sostenibilidad para el 50% de los ejecutivos

La pandemia del COVID-19 estalló justo en el momento en el que numerosas empresas estaban aumentando sus esfuerzos en sostenibilidad. Cabría pensar que la crisis podría haber hecho que los directivos aparcasen estos objetivos para centrarse en la supervivencia de sus compañías, sin embargo, según la última encuesta de Bain & Company, la sostenibilidad sigue siendo una prioridad para ellos. 

De hecho, el estudio, realizado entre 150 líderes empresariales de diversos sectores del mundo, señala que el 50% de los ejecutivos considera que la sostenibilidad es relevante y el 75% de ellos espera que las iniciativas de sostenibilidad generen un cambio permanente.

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Según las conclusiones de la encuesta, casi la mitad de los ejecutivos entrevistados dice que la sostenibilidad es más importante en su toma de decisiones. La crisis expuso debilidades en las operaciones existentes y abrió la puerta a que las empresas acortasen sus cadenas de suministro y las hicieran más transparentes, socialmente conscientes y respetuosas con el medio ambiente. “Por eso, no es sorprendente saber que el 43% de los ejecutivos planea mejorar los procesos relacionados con la sostenibilidad”, apuntan desde Bain & Company.

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Por último, los ejecutivos señalan que ven la crisis del COVID-19 como una oportunidad para apoyarse en la sostenibilidad, ya que la pandemia ha puesto de relieve la importancia de los factores ESG críticos. La firma señala que si las experiencias en crisis pasadas como la crisis financiera mundial de 2008-2009 son un indicio, la sostenibilidad seguirá siendo una prioridad máxima, incluso cuando las empresas se centren en su supervivencia. 

“Las compañías que se comprometan con la sostenibilidad durante la crisis del coronavirus saldrán fortalecidas, con relaciones más sólidas con sus clientes y proveedores, una reputación corporativa mejorada y unos empleados más leales y productivos”, concluye el informe de Bain & Company.

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Las tres rupturas de la crisis sanitaria y la reconstrucción de la economía

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Pixabay CC0 Public Domain. Las tres rupturas de la crisis sanitaria y la reconstrucción de la economía

La crisis sanitaria ha sido una experiencia para toda la vida. Como resultado de políticas económicas activas, las economías han mostrado su resiliencia. Pero hay tres rupturas que cambiarán la economía del mañana.

La primera es la jerarquía de las políticas económicas. El choque ha desestabilizado la economía y la política fiscal es la mejor arma para reconstruirla. La segunda ruptura es la polarización de un mundo donde todos buscan sacar ventaja de la situación. La globalización generalizada ha llegado a su fin. Y la tercera ruptura es la del mercado laboral. Los esquemas de permiso de trabajo en Europa notablemente, pero también la aceptación del trabajo desde casa, han modificado profundamente las relaciones laborales y la dinámica de este mercado. Debemos reconstruir la economía al integrar estas tres rupturas a la vez que consideramos el objetivo del crecimiento sustentable.

El reto es de todos

La crisis sanitaria ha puesto de cabeza al 2020 y ha sometido a la economía a un impacto negativo como nunca antes fuera de los conflictos globales. No obstante, nos sorprende porque, aunque la interrupción fue repentina y brutal, la economía no se descarriló. En esta verdadera experiencia de vida, la gestión de la situación a través de la política económica hizo posible limitar los deslices y la persistencia de levantamientos. Ciertamente, las economías se verán afectadas por esta crisis por un tiempo prolongado, pero ciertamente no al nivel del impacto experimentado por las economías en el segundo trimestre.

Las instituciones eran sólidas y el manejo de la crisis se percibió como algo creíble. No había desconfianza en las acciones emprendidas por las autoridades para limitar la extensión del choque. En otras palabras, la crisis sanitaria no ha causado una convulsión política, excepto quizá la derrota de Donald Trump en las elecciones presidenciales. Esta dimensión relacionada con la credibilidad y efectividad de las acciones será importante en el largo plazo para evitar el riesgo de una crisis social y política. Es la principal restricción para los gobiernos y bancos centrales.

Sin embargo, la economía ha cambiado dramáticamente con esta crisis sanitaria. Esto ha alterado la jerarquía de las políticas económicas, acentuado la polarización de la economía global y revolucionado el mercado laboral.

La nueva jerarquía de la política económica

El coronavirus ha obligado a la política económica a enfocarse en la economía. Era necesario compensar los efectos negativos de las decisiones que tomamos para combatir la pandemia. Estas medidas se enfocaban principalmente en la economía real, por ejemplo, el mercado laboral y la situación de los negocios. En cierta forma, la acción del gobierno tuvo que reemplazar a la de los mecanismos del mercado para que la economía continuara operando.

En el 2008-2009, durante la crisis financiera, una situación similar ocurrió en los mercados financieros. Los bancos centrales posteriormente reemplazaron esto para que el sistema bancario continuara funcionando a la vez que los bancos ya no tenían confianza mutua. El énfasis se puso entonces más en las finanzas que en la economía.

Las dos últimas crisis fueron de tal magnitud que los mecanismos del mercado habituales no fueron capaces de abordarlas rápidamente. Estas dos situaciones sugieren nuevas reglas para que la regulación pueda ser endógena, y así prevenir rupturas que no sean favorables para nadie.

La necesidad de medidas de política fiscal de gran escala ha cambiado la jerarquía de la política económica. La parte que corresponde a los bancos centrales está ahora condicionada a las decisiones del gobierno. Los bancos centrales calibran la cantidad de compra de activos que son condicionales a las expectativas de los déficits fiscales mientras que las tasas de interés de referencia ahora están en casi 0%.

Este es un cambio real en dos frentes. El primero proviene del hecho de que la política monetaria ha alcanzado el fin de sus posibilidades. La baja en las tasas de interés a largo plazo orquestada por la acción de los bancos centrales en el contexto de la globalización financiera ya ha concluido. Proporcionó al sistema financiero una influencia considerable desde la caída de las tasas de interés de más del 15% a principios de los 80s hasta 0% y 40 años después revaluó todos los activos financieros, convirtiendo en rentables todas las actividades financieras. Este periodo ya ha finalizado y ahora la política fiscal deberá tomar el liderazgo. El péndulo ha cambiado de dirección.

Esta nueva jerarquía deberá permitir a los gobiernos que han intervenido a escala masiva recuperar margen de maniobra para el largo plazo. Las tasas de interés reales en negativo van a durar. Esto aumentará la influencia en la economía real comparado con la economía financiera. Las prioridades han cambiado.

La polarización de la economía global

La crisis sanitaria ha acelerado las tendencias que ya eran perceptibles antes, particularmente en la economía global. En EE.UU., el Presidente Trump fue electo en 2016 a la luz de la propuesta de enfocar la economía estadounidense hacia sí misma. La clase media ya se había visto castigada por la globalización económica y el entonces candidato intentaba echar a andar la repatriación de los empleos en el exterior de vuelta a EE.UU., especialmente en el sector industrial. EE.UU. debía producir a escala doméstica y exportar con el fin de beneficiar por completo a la economía con los efectos de la innovación y la inducción de crecimiento. Esto no ha funcionado realmente si observamos el creciente déficit comercial de EE.UU.

Ahora estamos a la espera de las decisiones que tomará el nuevo presidente. En un artículo publicado en la revista “Foreign Affairs” de marzo / abril 2020, cuando era candidato Demócrata a la presidencia, Joe Biden se refirió a una política económica para la clase media, esto quiere decir una política para aquellos que se vieron debilitados por la globalización. Los métodos ciertamente serán diferentes, pero las reflexiones entre los dos presidentes no son necesariamente distantes.

En China, el objetivo, desde la llegada de Xi Jinping a la presidencia, es implementar los medios necesarios para que la economía china gane liderazgo global en la industria. Esta fue la base de la filosofía “Hecho en China 2025” y se reflejó también en el deseo de desarrollar la influencia política y económica de China a lo largo de las iniciativas de la Ruta de la seda (iniciativa Belt and Road). Esto ha resultado en una considerable inversión pública para facilitar la investigación y la innovación.

Esta manera de alterar la hegemonía estadounidense gradualmente ha derivado en una acentuación del balance de poder entre los dos países. Las opciones arancelarias que decidió la Casa Blanca y las represalias chinas han empeorado las relaciones entre las dos naciones. El acuerdo comercial firmado el 14 de febrero de 2020 entre los dos países apuntaba a aumentar significativamente las importaciones chinas de EEUU (200 mil millones de dólares) aún más en 2020 y 2021 comparado con el 2017). Esto no funcionó: en octubre de 2020, las compras reales de China representaron solamente 55% de los compromisos establecidos.

China gradualmente ha desplegado una estrategia enfocada en reducir su dependencia del resto del mundo. El país incrementó la producción de bienes para sustituir las importaciones. El crecimiento ha repuntado desde el segundo trimestre pero las importaciones apenas han aumentado. En noviembre de 2020, las importaciones chinas calculadas en renminbi fueron menores que en noviembre de 2019 y de cierto modo por encima de esta referencia en términos de dólares. China exporta mucho pero no importa en la misma escala. Esto se traduce en un superávit del balance comercial que representa 6% del PIB chino y dado el tamaño de su economía, este superávit es una carga para el resto del mundo. (para una producción determinada, el superávit de China es la contraparte de un déficit del resto del mundo con respecto a China, más importaciones y menos exportaciones).

Contrario a lo que se había observado en 2009 y 2010, la economía china no es una fuente de crecimiento para el resto del mundo. El mundo seguirá siendo global pero avanza hacia otro equilibrio en el que cada país/región tenderá a favorecer su propio crecimiento incluso si es en detrimento del resto del mundo. En Europa, los cambios pueden notarse en dos niveles: el primero es que a medida que la situación global se modifica, habrá menos impulsos al crecimiento desde el resto del mundo. Se requiere más crecimiento autónomo, de ahí la importancia de los paquetes de estímulo. La otra dimensión es el cambio en Alemania, que percibe hoy que su situación está más condicionada por la de sus vecinos, a diferencia del 2010. La gran flexibilidad de Angela Merkel, particularmente en términos de política presupuestal, es sorprendente si recordamos que en el 2011 fue a iniciativa de ella que se implementaron las medidas presupuestales que llevaron a una larga recesión de mediados del 2011 a finales del 2012.

Lo que ha cambiado, por tanto, es el equilibrio que significa que, de ahora en adelante, las decisiones locales son sistemáticamente más potentes que la opción de la globalización. La crisis sanitaria aceleró esta tendencia ya que cada país debió reaccionar de acuerdo con las restricciones causadas por la pandemia.

El nuevo equilibrio del mercado laboral

El mercado laboral ha experimentado una disrupción a causa de tres fenómenos. Estos no necesariamente ocurrieron en el mismo país, pero definitivamente cambiaron el funcionamiento de dicho mercado. El primer fenómeno refleja el cambio del mercado laboral asociado con los paros en el empleo a una gran escala y decididos por los gobiernos. El financiamiento de este nuevo esquema fue implementado por el Estado y esta nueva organización sustituye a los empleos normales que no pueden llevarse a cabo por causa de las restricciones sanitarias que los gobiernos emprendieron. 

Esta estrategia fue iniciada por Alemania en el 2009 con el fin de poder captar la recuperación cuando iniciara y limitar los costos de los despidos masivos durante la caída de la actividad y los costos adicionales durante la reanudación del crecimiento. Este método se fue generalizando en el 2020, especialmente en Europa.

La especificidad de este episodio con tales procedimientos es que la economía está en recesión sin ningún equivalente de ajuste en el mercado laboral. ¿Se puede reproducir esto mismo en la escala de todas las recesiones en el futuro o solamente sirve para reflejar la magnitud del impacto negativo en la actividad que requiere una intervención masiva del Estado? Es el dilema de las nuevas reglas del juego a ser implementadas para regular la economía de forma endógena.

 El segundo fenómeno, lo contrario al anterior, es el impacto de la crisis sanitaria en el mercado laboral cuando no hay una red de protección para el empleo parcial. En EE.UU., la pérdida de 20,5 millones de empleos en abril es excepcional. La situación solamente pudo gestionarse después de la aceptación de este riesgo a través de los apoyos para el desempleo. Esto parece traducirse en un nivel de desempleo que solamente podrá encontrarse con el tiempo. No habrá un regreso espontáneo a los niveles de empleo anteriores a la crisis. Los empleos menos eficientes no van a ser reemplazados. Esto acentúa la polarización del mercado laboral, pero incrementa la productividad de la economía.

Entre los dos modos de ajuste, la elección de Europa asume que la crisis no va a ser prolongada y que los procedimientos del empleo parcial pueden ser efectivos si son temporales. El riesgo es que la productividad sufre si el crecimiento no repunta tan rápido como es de esperarse. El aumento del desempleo podría surgir con cierto retraso, pero la situación en este caso no difiere de la de EE.UU. excepto porque llegaría tarde por varios meses. El arribo de la vacuna en Europa es, desde este punto de vista, una buena noticia. El tercer fenómeno es el teletrabajo. Tuvo su mayor auge en Europa, especialmente durante la primavera. Si bien no aplica a todos los trabajadores, este fenómeno modifica profundamente las relaciones entre los empleados y sus empresas ya que estas últimas ya no son el único lugar donde puede desempeñarse el trabajo.

Esto plantea varias dudas

En primer lugar, la eficiencia de las empresas ya que la unidad en una sola sede crea sinergias que incrementan la capacidad de innovación. Esta es la idea de Coase, pero también la que puede identificarse como una extensión en la obra de Joel Mokyr sobre la cultura del crecimiento. Los intercambios promueven la innovación y la eficiencia. En relación con esto surge la pregunta acerca de la medición de la eficiencia y la productividad de los empleados. El balance se ha modificado a profundidad y ciertamente por un tiempo prolongado porque los empleados han desarrollado un interés por el trabajo a distancia. Pero esto presupone nuevas reglas de operación con el fin de evitar una uberización gradual de los empleados.

Con esto en mente, el teletrabajo también es una respuesta a la cuestión de la planeación regional. Todos, dentro de este marco de referencia, deberán ser capaces de instalarse donde lo deseen dependiendo de las restricciones del trabajo remoto (no obstante condicionado por la calidad de las conexiones, que es otro objetivo clave de la política industrial). Esto por tanto cambia profundamente la dinámica del ingreso. El ingreso en las zonas metropolitanas es más alto que en los pueblos. ¿Es pertinente pagar el mismo salario a una persona cuya residencia permanente cambia de la metrópolis a un pueblo? El salario pagado toma en cuenta al menos parte del entorno geográfico de la empresa. En este punto, las preguntas siguen abiertas.

También debemos ser cuidadosos porque el teletrabajo también es contrario al empleo que no puede beneficiarse de esta propiedad. El mercado laboral está probablemente volviéndose menos homogéneo aun. La polarización del mercado laboral distingue tres categorías: empleos altamente cualificados para los cuales la tasa de desempleo es baja y los salarios son elevados, que son candidatos directos para el trabajo a distancia; trabajos no calificados para los cuales el aumento del empleo es positivo pero cuyos salarios son bajos y no se benefician de los esquemas del trabajo a distancia, y empleados no calificados que han sido los grandes perdedores de la evolución del mercado laboral por 20 años. ¿Cómo se logrará un equilibrio para esta última categoría que representa 60% del mercado laboral? Es aquí donde todos los esfuerzos de capacitación deben implementarse con el fin de adaptar el empleo a la economía del mañana. El riesgo del mercado laboral que ya existía en esta parte del mercado del empleo se acentuó aún más con la nueva situación. La economía está en permanente conflicto y debemos procurarnos los medios para asegurar que esta parte del mercado laboral se adapte y se beneficie de empleos más estables y más rentables.

La ruptura causada por la crisis sanitaria es profunda

Las dudas que surgen hoy ya no se parecen a las de antes. La lección es que debemos reconstruir la economía. Esto va implicar tasas de interés negativas con el fin de promover el crecimiento en la economía real y revertir la dirección emprendida durante los últimos 40 años, que ha favorecido a la esfera financiera. Esta reconstrucción también va a resultar en nuevas relaciones con el resto del mundo. Nadie desea ya jugar el mismo juego de la cooperación, ni China ni EEUU y consecuentemente Europa deberá adoptar una nueva estrategia consistente con ellos. Cada país deberá volverse más autónomo en su forma de desarrollarse.

Finalmente, dentro de la economía, el balance entre el trabajo y el capital se ha visto profundamente modificado por los procedimientos del desempleo parcial y del teletrabajo. La economía debe reconstruirse en torno a estas nuevas tendencias, con la restricción del respeto a la sustentabilidad de la economía en el largo plazo. Este es el verdadero desafío para todos nosotros.

Tribuna elaborada por Philippe Waechter, director de investigación económica de Ostrum Asset Management, filial de Natixis IM.

Cuestionario ESG: descubra las respuestas

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Cuánto conozco de criterios ESG? Descubra las respuestas al cuestionario

En el test que les propusimos ayer sobre criterios ESG solo existía una respuesta correcta y todas las respuestas se pueden encontrar dentro del contenido de Funds Society. Seguro que para quienes siguen nuestras newsletter diarias fue muy sencillo.

De todas maneras, si tuvieron alguna duda en el momento de responder, a continuación les proporcionamos los enlaces a los artículos que contienen la información. 

1. La respuesta correcta es 58.300 millones de dólares, es decir la opción 3. 

Según la última encuesta elaborada por Cerulli Associates, el objetivo por minimizar el impacto medioambiental ha hecho más popular el uso de ETFs con criterios ESG. De hecho, según la firma, el 86% de los creadores de estos productos en Europa reconoce que esta tendencia continuará. Por ahora los datos muestran el fuerte crecimiento de estos productos dentro de la industria. A finales de agosto de 2020, los activos europeos de ETFs ESG alcanzaron 49.700 millones de euros (58.300 millones de dólares), lo que supone un incremento del 69,1% desde finales de 2019, según los datos de Broadridge. Por tipo de activos en los que invierten, los ETFs ESG de renta variable representaron 40.400 millones de euros del total y los ETFs ESG de renta fija 9.300 millones de euros. Para más información puede acceder al siguiente enlace.

2. La respuesta correcta es la opción 2. La empresa es Nextera Energy

En el tercer trimestre del año, las empresas de la denominada «nueva energía» han repuntado con fuerza. Así lo señala Columbia Threadneedle, cuya estrategia Global Sustainable Outcomes ha tenido un buen desempeño gracias a sus posiciones en los líderes de energías renovables Nextera Energy y Orsted. La primera de ellas, consiguió el 7 de octubre batir en capitalización a Exxon Mobil. Puede comprobar la información aquí.

3. Prolongar nueve meses la vida de la ropa podría reducir las huellas de carbono, agua y residuos entre un 20% y un 30%, por lo tanto la respuesta correcta era la 3. 

Si tiene dudas, puede ingresar en el siguiente enlace y corroborar la información.

4. Tras conocer esta respuesta, no querrá tomar nunca más una cerveza, pues el tiempo que tarda en degradarse su envase es 400 años. Respuesta 2. 

Si le interesa conocer más sobre el mundo del plástico y lo que demora en degradarse puede ingresar en el siguiente link

5. Según la definición de la Comisión Europea, ser neutro en carbono se consigue cuando “se emite la misma cantidad de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera de la que se retira por distintas vías, lo que deja un balance cero, también denominado huella cero de carbono”.

La respuesta correcta es la 2. La importancia de la carrera para llegar a la neutralidad del carbono se puede leer en el siguiente artículo.

6. En este caso la versión acertada es la 1. El 85% de los profesionales de la inversión ya tienen en consideración los factores ESG en sus inversiones, según una encuesta del CFA Institute, según cuenta la siguiente nota.

PUNTUACIÓN

Si usted obtuvo entre 0 y 2 respuestas correctas… Debe poner las barbas en remojo. Los criterios ESG son cada vez más importantes, no solo para el planeta, en búsqueda de una mejor convivencia, sino también para la industria. Los inversores cada día miran más estos criterios y los gobiernos buscan apoyar estas medidas. 

Si obtuvo 3 o 4 respuestas acertadas… Va por el buen camino, debe intensificar sus lecturas sobre estos criterios, y para eso, ¡qué mejor que Funds Society! Le recomendamos comenzar con las que compartimos en cada respuesta y luego navegar por nuestra web donde encontrará todo lo que quiera saber sobre estos criterios. 

Si obtuvo entre 5 y 6 respuestas correctas… ¡Es usted Capitán Planeta! Tiene un gran dominio del tema, no hay excusas para no implementar estos conceptos. Vaya, corra a aplicarlos. Si ya los aplica, siga la revista de Funds Society, que ya se elabora con papel reciclado.

Christian Pellis, nuevo CEO de Amundi para Alemania

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Foto cedidaChristian Pellis, CEO de Amundi Alemania.. Christian Pellis, nuevo CEO de Amundi Alemania

El nuevo año trae nuevos nombramientos. Uno de los primeros en confirmarse ha sido el de Christian Pellis, que se ha convertido en el nuevo CEO de Amundi para Alemania, desde el 1 de enero de 2021. Además, Pellis sustituirá en el cargo a Evi Vogl, que se retira del negocio operativo. 

Aunque los medios internacionales ya recogían este posible cambio el pasado mes de abril, ha sido ahora cuando la gestora lo ha confirmado. Desde 2013, Christian Pellis ha ocupado el cargo de responsable de distribución para terceros de Amundi, puesto que ahora quedará en manos de Thierry Ancona

Antes de unirse a Amundi, Pellis fue miembro de la junta ejecutiva de GT Capital Management y jefe de ventas desde 2010, y, con anterioridad, trabajó durante 11 años en Threadneedle Investments, ocupando diversos puestos. 

Respecto a Thierry Ancona, ocupa el cargo de director adjunto de cobertura para institucional y corporativo de Amundi desde 2019. Se unió a la gestora francesa en 2012 como director encargado de clientes corporativos y fondos de pensiones corporativos, aunque luego ha ido desempeñando diversas funciones y responsabilidades dentro de la firma.

El Gobierno aprueba un real decreto ley que permite la continuidad de los contratos de servicios financieros tras el Brexit

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Pixabay CC0 Public Domain. El gobierno aprueba un real decreto ley para adaptarse a la situación tras el Brexit

El consejo de ministros ha aprobado el Real Decreto Ley 38/2020, en el que, entre otras medidas, se define un marco para garantizar la continuidad de los contratos de servicios financieros prestados en España por entidades financieras establecidas en el Reino Unido.

Los contratos de prestación de servicios bancarios, de valores, de seguros u otros servicios financieros con una entidad domiciliada en el Reino Unido, autorizada o registrada para ello por una autoridad competente del Reino Unido, que se hayan suscrito antes del 1 de enero de 2021, mantendrán su vigencia en los términos previstos contractualmente mientras éstos no se opongan al artículo 13 del Real Decreto Ley 38/2020.

A partir del 1 de enero de 2021, según analizan los expertos de finReg360, a las entidades financieras de Reino Unido se les aplicará el régimen previsto en la legislación sectorial para entidades de estados de fuera de la UE de cara a la prestación de servicios bancarios, de valores, de seguros u otros servicios financieros, y han de obtener una nueva autorización para los siguientes casos: renovación de contratos suscritos antes del 1-1-2021, modificación de contratos suscritos antes del 1-1-2021 si suponen prestar nuevos servicios en España o afectan a obligaciones esenciales de las partes, cuando las actividades vinculadas a la gestión de los contratos requieran autorización, y para la formalización de nuevos contratos.

Sin perjuicio de lo anterior, la autorización o registro concedido inicialmente por la autoridad británica competente a las entidades financieras de Reino Unido seguirá vigente hasta el 30 de junio de 2021 para realizar las actividades necesarias para una finalización o cesión ordenadas de los contratos anteriores al 1 de enero de 2021. La cesión tendrá que hacerse a entidades autorizadas para prestar en España los servicios financieros previstos en el contrato.

Para las entidades aseguradoras, el periodo mencionado se podrá extender hasta el 31 de diciembre de 2022, a fin de que puedan gestionar las carteras existentes de contratos de seguro en proceso de finalizar sus actividades, siempre que la entidad aseguradora aporte un plan de contingencia y que se autorice expresamente por la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP).

El Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la DGSFP, en su ámbito competencial, son los supervisores correspondientes, que podrán requerir a las entidades financieras del Reino Unido que aporten cualquier documentación o información o que realicen las actuaciones necesarias. Si estos requerimientos no se atendieran satisfactoriamente, dentro del plazo requerido, las autoridades supervisoras podrán también dejar sin efecto la vigencia provisional de la autorización o registro. En este supuesto, se comunicará a la entidad afectada que está llevando a cabo una actividad reservada sin autorización y que queda sujeta al régimen sancionador de la normativa española aplicable en caso de ejercicio sin autorización de actividades reservadas.

El Banco de España, la CNMV y la DGSFP tomarán cuantas medidas sean pertinentes para garantizar la seguridad jurídica y para salvaguardar los intereses de los usuarios de servicios financieros que pudieran verse afectados por la salida del Reino Unido de la UE.

Cautela en grado de inversión y optimismo en high yield y convertibles: perspectivas para la renta fija en 2021

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Pixabay CC0 Public Domain. Cautela en grado de inversión y optimismo en high yield y convertibles: perspectivas para la renta fija en 2021

Hoy, más que nunca, la necesidad de predecir el futuro cercano con convicción ha alcanzado nuevos niveles; pero, honestamente, tal ejercicio es inútil para los inversores en bonos. Semana tras semana, examinamos con detenimiento las múltiples curvas de rendimiento de los emisores gubernamentales y corporativos. Construir carteras de bonos robustas es nuestro deber. Carteras de bonos que asuman riesgos de plazo, crédito y liquidez.

El riesgo de plazo abarca lo relacionado con los títulos de cuasi efectivo hasta las inversiones con vencimientos a 30 años o incluso más. Esa realidad no casa bien con el afán de predecir lo que nos depararán los próximos 12 meses. En este artículo, compartimos las predicciones de consenso y el precio de los mercados en el próximo año. Sin embargo, la atención se centra en nuestras evaluaciones a medio y largo plazo.

Bonos corporativos investment grade y high yield

Nos gusta mantenernos cortos en bonos corporativos investment grade. La razón principal radica en que el universo de 2,5 billones de euros se ha convertido en una herramienta política del BCE. Eso ha llevado a más del 40% de este creciente mercado público a un territorio de rendimiento negativo. Con un rendimiento del índice de solo un 0,25% de los retornos totales, suman poco más del 0,50% anualizado con un horizonte de inversión a más de 5 años. En promedio, este grupo de grandes empresas cuenta con impresionantes ratios de cobertura de intereses. Sin embargo, en conjunto, también aumentan sus ratios de apalancamiento. En su búsqueda por complacer las demandas de dividendos de la renta variable, los balances se dilatan.

Las principales preguntas giran en torno a cuánto tiempo se mantendrá la protección del BCE. El sentido común da prioridad a la financiación gubernamental antes que a la de las empresas privadas. Por lo tanto, teniendo en cuenta el aumento de la prima de liquidez como resultado de los repetidos episodios de shock en el mercado en la última década, la prima de riesgo crediticio de alrededor de 100 punto básicos frente a los bunds a 5 años se encuentra en el límite inferior. De hecho, el crédito con grado de inversión en Europa no es barato, ni los precios se encuentran en el promedio de los últimos 5 años. Somos neutrales en el sector de los bonos a medida que avanzamos hacia 2021. También mantenemos la cautela.

En high yield europeo, terminamos 2020 con una actitud optimista. Efectivamente, como ya apuntamos varias ocasiones en los últimos meses, este sector se ha trasladado a un territorio positivo. Por esta época, los índices de high yield registran retornos similares al investment grade en euros de alrededor del 2,5% en 2020.

Eso es menos de la mitad de los retornos totales cosechados dentro del sector de bonos gubernamentales de la Eurozona, que se situaba en 5,5% a mediados de diciembre. Esencialmente, mirando el potencial relativo frente al investment grade, el high yield europeo presume de un rendimiento de compra de índice del 2,80%, ofreciendo un diferencial de alrededor de 360 puntos básicos.

Teniendo en cuenta la tendencia negativa y las tasas históricas de default, la expectativa de retorno cae muy por debajo del 2% en un horizonte de inversión de algo menos de 4 años. Un sector desafiante, ya que se permite a las empresas sobrevivir gracias a los programas de apoyo gubernamentales o a una base de inversores menos exigentes.

La «zombificación» se utiliza a menudo y mal como argumento a favor o en contra de la inversión en high yield. Al final del día, sigue siendo una clase de activo mayoritariamente incomprendida. El historial a largo plazo, ajustado a la volatilidad, fácilmente supera a la renta variable. Eso también es una realidad. Una realidad que nunca llegará a ser el centro de atención, ya que los presupuestos de marketing nunca exceden los pagados por las inversiones de renta variable.

Bonos convertibles

Los bonos convertibles globales tuvieron un desempeño estelar en 2020: un 25%. Los europeos, un pequeño subconjunto de su matriz global, cerraron el año alrededor del 6%. Estos bonos prosperan en condiciones de recuperación de ciclo temprano, lo que se tradujo en nuestro optimista llamamiento antes del verano pasado. Para 2021 y 2022, creemos que el universo convertible florecerá.

Su dinámica de oferta y demanda es saludable, una condición siempre necesaria para que un sector funcione bien. Las nuevas emisiones mundiales de convertibles han crecido casi un 50% en 2020, mientras que, para los europeos, su aumento moderado nos prepara para un incremento de las emisiones en 2021. Las empresas se sienten atraídas por los bajos costes de financiación, al tiempo que amplían su base de accionistas potenciales en un intento de apoyar los futuros modelos de negocio o tecnologías innovadoras. Esperamos retornos de al menos medio dígito en 2021.

Artículo de Peter de Coensel, director de inversiones en renta fija de DPAM

CDP reconoce a CaixaBank por su compromiso en la lucha contra el cambio climático

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Pixabay CC0 Public Domain. CDP reconoce a CaixaBank por su compromiso en la lucha contra el cambio climático

La organización CDP incluye a CaixaBank en la categoría líder con una valoración A, de empresas líderes contra el cambio climático, en reconocimiento a la entidad por sus estrategias y políticas contra el cambio climático.

CDP es una organización internacional sin ánimo de lucro con sede en Reino Unido, que impulsa a compañías privadas y administraciones públicas a tomar acción hacia una economía sostenible a través de la reducción de sus emisiones de CO2 y de la medición del impacto ambiental de sus acciones.

En 2020, CDP ha analizado 9.600 empresas, que representan el 50% del valor de mercado mundial, clasificándolas desde la A (más comprometida) a la D (menos comprometida), en función de su gestión del cambio climático. La inclusión en la categoría Leadership, como es el caso de CaixaBank, es un reconocimiento otorgado a las empresas líderes y más avanzadas en su desempeño y transparencia de su gestión medioambiental.

El organismo recopila las acciones y estrategias de miles de compañías en todo el mundo y traslada la información a más de 500 inversores institucionales que gestionan activos por 106 billones de dólares. Las clasificaciones elaboradas por CDP se han convertido, en los últimos años, en un instrumento de referencia para que inversores y grupos de interés puedan evaluar las actuaciones empresariales desarrolladas para mitigar el cambio climático y determinar su nivel de preparación ante los cambios en la legislación sobre reducción de emisiones y las demandas del mercado.

Alianzas e iniciativas para asegurar la sostenibilidad del planeta

Por séptimo año consecutivo CaixaBank, presidida por Jordi Gual y dirigida por Gonzalo Gortázar, ha conseguido mantenerse en la categoría Leadership del índice CDP. La entidad defiende que la sostenibilidad debe estar integrada en el modelo de negocio de las organizaciones. Por esta razón, la estrategia medioambiental conforma uno los cinco ejes del Plan de Banca Socialmente Responsable. CaixaBank está comprometido con el respeto a la sostenibilidad más allá de sus obligaciones legales y tiene la gestión medioambiental integrada en su actividad de negocio.

Así, la entidad está adherida a los Principios de Ecuador y, además, en su marco de gestión del riesgo, tiene en cuenta el impacto ambiental. Asimismo, está comprometida con el cumplimiento de los Acuerdos de París. CaixaBank trabaja, además, para minimizar el impacto ambiental de su actividad y, para ello, cuenta con un Plan de Gestión Medioambiental 2019-2021 específico que incluye, entre otras, medidas de eficiencia energética y de reducción de consumos y de extensión del compromiso a la cadena de valor.

En 2019, la entidad hizo pública una Declaración sobre Cambio Climático, una propuesta con cinco líneas de actuación que incluye compromisos relacionados con la descarbonización y la financiación de soluciones al cambio climático. Además, el plan recoge proyectos de gestión de los riesgos derivados del cambio climático, compensación de la huella de carbono y colaboración con otras organizaciones para el avance conjunto y, por último, información de los progresos de forma transparente.

Para la financiación de proyectos con impacto positivo, CaixaBank dispone de varias líneas específicas de financiación para proyectos sostenibles. En el año 2019 la entidad financió proyectos de energías renovables, que ascendió a un total de 2.453 millones de euros. Este año, CaixaBank ha cerrado 56 operaciones de financiación sostenible entre préstamos y bonos, por valor de 12.100 millones de euros. La cifra supone un récord para el banco en esta área de actividad, con un aumento de un 51% en préstamos y productos transaccionales y del 32% en emisiones de bonos, respecto al mismo período del año anterior.

En el año 2020, CaixaBank también ha participado en el mercado de préstamos verdes por importe de 766 millones de euros, que se han destinado a financiar proyectos con un impacto positivo medioambiental.

Respecto a las financiaciones ESG, se han realizado 24 transacciones por valor de 2.250 millones de euros, vinculadas a objetivos de sostenibilidad, según datos de la entidad. Del mismo modo, CaixaBank ha movilizado 7.440 millones de euros en la emisión de 12 bonos sostenibles.

En cuanto al ámbito transaccional, la entidad ha movilizado 1.650 millones de euros, donde destacan especialmente los dos primeros factoring sostenibles del país.

Asimismo, la entidad asegura realizar “una cuidada gestión de los riesgos ambientales, para evitar, minimizar, mitigar y remediar en lo posible los riesgos potenciales para el entorno o la comunidad”. En este sentido, el Consejo de Administración de CaixaBank aprobó en febrero de 2019 una Política de Gestión de Riesgo Medioambiental en la que se establecen exclusiones para sectores con potenciales impactos negativos en el medioambiente. 

CaixaBank tiene en marcha una política activa de control de emisiones, que ha logrado reducirlas en un 80% desde 2009. Contrata energía eléctrica proveniente en su totalidad de fuentes renovables y compensa el 100% de todas sus emisiones calculadas, incluidas las emisiones indirectas.  

La entidad también se ha sumado al Compromiso Colectivo para la Acción Climática de Naciones Unidas, una declaración que se crea en el marco de los Principios de Banca Responsable para que el sector financiero movilice sus productos, servicios y relaciones para facilitar la transición económica hacia un modelo sostenible. El compromiso pretende alinear las carteras de entidades financieras de todo el mundo para financiar una economía baja en carbono, con el objetivo de que el calentamiento global se mantenga por debajo de los dos grados centígrados.

El banco fue la primera organización española incluida en la lista RE100, una iniciativa que pretende incrementar la demanda y el suministro de energías limpias. Asimismo, forma parte del Grupo Español de Crecimiento Verde, que aboga por el crecimiento económico ligado a una economía baja en carbono.

Un año comprometido con la Acción Climática (CCCA)

La Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP-FI) ha publicado un resumen de los primeros pasos dados por las entidades firmantes del Compromiso Colectivo para la Acción Climática (CCCA), tras el aniversario del primer año desde que los firmantes se comprometieron a alinear sus carteras y prácticas comerciales con los objetivos del Acuerdo de París. El informe ofrece una descripción general de las medidas concretas adoptadas por los bancos signatarios del CCCA en los primeros 12 meses para cumplir su compromiso de apoyar la transición a una economía de emisiones de dióxido de carbono netas iguales a cero en 2050.

El informe señala que, en general, los bancos incorporan crecientemente escenarios de cambio climático basados en la ciencia en sus estrategias y que muchos ya han anunciado políticas de exclusión para lograr reducir el calentamiento global «por debajo de los 2 grados», en línea con los plazos establecidos por la comunidad científica.

CaixaBank, en su apuesta en la lucha contra el cambio climático, es uno de los firmantes del Compromiso Colectivo para la Acción Climática (CCCA). El grupo está formado por 38 bancos de todo el mundo, que suman más de 15 billones de dólares en activos.

HSBC Navigator: el 65% de las empresas españolas tiene la intención de aumentar la inversión financiera en 2021

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Pixabay CC0 Public Domain. HSBC Navigator señala que el 65% de las empresas españolas tiene la intención de aumentar la inversión financiera durante el próximo año

Una alta proporción de las empresas españolas tiene la intención de aumentar la inversión financiera en 2021 (65%) y alrededor de la mitad de ellas tiene previsto mantener las inversiones en tecnologías clave. Además, y en línea con las cifras globales, el 63% de las empresas españolas se están adaptando al entorno actual y casi tres cuartas partes (74%) creen que su negocio volverá a los niveles de rentabilidad anteriores a la COVID-19 para finales de 2022 y un 5% ya está por encima de sus niveles previos a la pandemia.

Son las conclusiones del último informe de HSBC Navigator, que ha entrevistado a más de 10.000 empresas en 39 países y territorios, incluyendo España. Este gran estudio de empresas a nivel mundial ha permitido conocer cómo ven el futuro las empresas españolas y cómo se comparan con sus pares a nivel mundial.

Debido a la situación actual, las empresas en España son un poco menos optimistas sobre sus perspectivas de negocio y sólo el 23% de las empresas son más optimistas sobre sus perspectivas que hace un año. Además, la proporción de empresas que no espera ningún crecimiento o que sus ingresos se reduzcan durante el próximo año se ha casi triplicado hasta el 26%, aunque más de cuatro de cada diez (el 42% tanto en España como en el mundo) proyectan un crecimiento superior al 5%. En cualquier caso, existen algunas variaciones entre los distintos tipos de negocios. Las empresas con negocios principalmente online (48%) proyectan un mayor crecimiento de las ventas, así como el 50% de los negocios que han podido continuar funcionando como antes.

Los principales factores externos que impulsan el crecimiento y la recuperación son el impacto de la COVID-19 (39%) y el aumento de la demanda interna (31%), mientras que la introducción de nuevos productos o servicios (28%) y las eficiencias impulsadas por la tecnología (27%) son los factores internos más influyentes. Asimismo, la reducción de los costes (41%), la expansión a nuevos mercados (31%), la inversión en la experiencia del cliente (29%) y la mejora de la calidad de los productos y servicios (28%) son las estrategias fundamentales para beneficiarse de los factores de crecimiento o para superar las amenazas. La innovación (46%) es la principal característica que las empresas españolas esperan de un negocio con éxito en el futuro. Por otra parte, se espera que una empresa que tenga éxito cuente con diversas cualidades, entre las que se incluyen la responsabilidad medioambiental (32%), la reputación (30%), la colaboración (30%), etc.

Comercio internacional

En cuanto al comercio internacional, la encuesta de HSBC Navigator revela que el 70% de las empresas españolas se muestran positivas acerca de sus perspectivas, lo que se asemeja al panorama mundial. Otro indicio positivo consiste en que la mayoría de las empresas no está considerando la posibilidad de cesar o reducir sus negocios internacionales en los próximos dos años, e incluso el 83% tiene la intención de expandirlos en los próximos 3-5 años. El comercio intrarregional sigue siendo el principal, con un 85% de las empresas españolas que actualmente ven en los mercados europeos sus tres mercados comerciales más importantes, Francia, Alemania, e Italia. Además, el 90% de las empresas españolas comercian actualmente en el mercado europeo y más de la mitad tienen planes de expansión comercial en los mercados europeos en los próximos 3-5 años.

Además, las empresas españolas ven en el comercio internacional beneficios similares a los que se observan a nivel mundial. La expansión de sus horizontes empresariales a través de nuevas fuentes de conocimiento, la contribución al desarrollo de productos y servicios y la oferta de más opciones para los consumidores son identificados por alrededor de un tercio de las empresas españolas. De cara a los próximos 3-5 años, Europa (56%) seguirá siendo probablemente la región comercial más importante para las empresas españolas, seguida de América del Norte (21%), APAC (14%) y América Central y del Sur (13%). Para las empresas del país que buscan expandirse, la demanda constatada o creciente de los clientes (51%), el mercado como puerta de entrada a la región (50%) y el acceso a nuevos proveedores y socios (49%) se citan como las principales razones del atractivo del mercado. Por otra parte, el 69% de las empresas españolas considera que el comercio internacional se ha vuelto más difícil en el último año y el 57% piensa que seguirá siendo más difícil en el próximo año. Asimismo, la mayoría de las empresas españolas encuestadas están preocupadas por su cadena de suministro (96%), siendo el aumento de los costes su preocupación más destacada (38%).

Mark J. Hall, CEO de HSBC España, ha señalado: “Este año HSBC Navigator revela que la internacionalización sigue siendo un tema clave para las empresas españolas. Alrededor de siete de cada diez empresas del país se muestran optimistas sobre sus perspectivas de comercio internacional en los próximos años y el 83% tiene la intención de expandirse. En el contexto actual de globalización expandirse a otros mercados es sinónimo de éxito y prosperidad”.

Cambios empresariales

Además, HSBC Navigator revela que, en los últimos 12 meses, el 81% de las empresas en España han sufrido cambios. Los avances en la digitalización, la incertidumbre futura, la necesidad de reducir costes y los ajustes en la forma de trabajar son factores clave que están impulsando estos cambios. Además, en línea con el panorama mundial, la mayoría de las empresas españolas se están adaptando a un entorno cambiante, alrededor de una quinta parte afirma que están prosperando en la nueva normalidad y un número ligeramente menor asegura que están sobreviviendo día a día.

El 79% de las empresas del país ha establecido objetivos ESG y durante 2019 cada vez son más las compañías que miden los efectos de la sostenibilidad relacionados con el medio ambiente y el entorno social. Casi todas las empresas españolas ven oportunidades para mejorar la sostenibilidad ambiental y ética, sobre todo en la promoción de nuevas formas de trabajo, el bienestar de los empleados, el aumento de la demanda de los clientes y la atracción de inversiones.

La gran mayoría de las empresas españolas (87%) esperan que sus ventas crezcan el próximo año como resultado de un mayor enfoque en sostenibilidad. El 44% de las empresas españolas cree que los incentivos del gobierno ayudarán a que su negocio sea más sostenible. Otros factores clave son el compromiso de los inversores y los accionistas en cuanto a costes y recursos (32%), la financiación verde (31%), los organismos reguladores (30%) y la colaboración con empresas y proveedores adyacentes (29%).