Pixabay CC0 Public DomainSergey Pesterv. Sergey Pesterv
Sumándose a la iniciativa de los principales proveedores de índices de renta variable tras la invasión de Moscú a Ucrania, como MSCI, S&P Dow Jones Indices, FTSE Russell y Stoxx, JP Morgan ha anunciado que Rusia quedará excluida de sus índices de renta fija a partir del 31 de marzo. Desde el 1 de marzo, JP Morgan había puesto a Rusia en vigilancia en sus índices tras las sanciones impuestas al país.
El índice de bonos de mercados emergentes (JPMorgan Emerging Market Bond Index, EMBI) denominado en divisa fuerte es un índice de referencia para medir la rentabilidad total de los bonos gubernamentales y corporativos internacionales emitidos por países de mercados emergentes que cumplen requisitos específicos de liquidez y estructura, así como su homólogo de deuda corporativa emergente (JP Morgan Corporate Emerging Markets Bond Index, CEMBI) gozan de un amplio seguimiento en el mercado. Además, JP Morgan tiene el índice de referencia GBI-EM para la deuda local en divisas emergentes y el índice JSEG que se rige por factores medioambientales, sociales y de gobernanza.
Según el comunicado emitido por JP Morgan, Rusia quedará excluida de los índices del EMBI, incluidos los subíndices de grado de inversión y de otros segmentos de crédito. Además, los bonos rusos denominados en moneda local se excluirán de los índices GBI-EM y los intereses devengados por dichos bonos se pondrán a cero y se suspenderán a partir del 7 de marzo. A su vez, Rusia y Bielorrusia quedarán excluidas de los índices JESG EMBI, JESG GBI-EM y JESG CEMBI, índices que siguen los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza corporativa (ASG).
Rusia constituye el 0,83% del JPMorgan Emerging Markets Bond Index, que cuenta con unos 415.000 millones de dólares en activos. A su vez, representa un 1,84% y un 0,66% de los índices Global Bond Index-Emerging Market y Corporate Emerging Market Bond con 245.000 y 140.000 millones de dóares asignados a valores rusos respectivamente.
Es poco probable que la exclusión tenga un efecto sobre el valor de los índices. La ponderación de Rusia en los principales índices de mercados emergentes sufrió un fuerte golpe tras la imposición de sanciones a raíz de la anexión de Crimea por parte de Moscú en 2014. Posteriormente, la ponderación se recuperó un poco, para volver a caer este año con la fuerte escalada de las tensiones en torno a Ucrania en las últimas semanas.
El Índice JPMorgan Emerging Market Bond Index (EMBI) se formó a principios de los años 90 tras la emisión del primer bono Brady y se ha convertido en el índice más publicado y referenciado de su clase. Más recientemente, J.P. Morgan dirigió a los inversores hacia los tipos locales de mayor rendimiento con el lanzamiento de las series Government Bond Index-Emerging Markets (GBI-EM) y Corporate Emerging Markets Bond Index (CEMBI), que se han convertido en el nuevo estándar para los índices de referencia del mercado local y de los mercados emergentes corporativos, respectivamente. Además, existe una cobertura específica por regiones a través del Russia Bond Index (RUBI).
Los inversores fueron alertados de la posible exclusión el pasado fin de semana, cuando JPMorgan envió una encuesta para solicitar la opinión de los inversores mientras se debatía la eliminación de la deuda rusa.
Este proceso es habitual, ya que los proveedores de índices se resisten a crear impactos no deseados en los numerosos fondos de inversión que siguen directamente sus índices de referencia, pero suele llevar meses.
A principios de este mes, JPMorgan había puesto los bonos rusos en sus índices bajo revisión para su posible exclusión. Es poco probable que Rusia pueda reincorporarse a estos índices en un futuro próximo, incluso en el caso de que se produzca un alto el fuego y se eliminen las sanciones, dijeron las personas familiarizadas con el proceso.
Pixabay CC0 Public Domain. UBP amplía su oferta en renta fija de mercados emergentes con una estrategia ESG de deuda soberana en moneda local
Union Bancaire Privée (UBP) ha anunciado el lanzamiento del fondo UBAM – EM Sustainable Local Bond, una estrategia ESG de renta fija de mercados emergentes que invierte en deuda soberana en moneda local. Según indica, el fondo cumple los requisitos del artículo 8 del Reglamento de la UE sobre la Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR) y tratará de mejorar los factores ESG favoreciendo las inversiones en emisores sociales, verdes y supranacionales.
El UBAM – EM Sustainable Local Bond invierte principalmente en bonos que han sido emitidos por entidades soberanas y supranacionales domiciliadas o vinculadas a los mercados emergentes y denominados en moneda local. Este fondo, que se gestiona activamente, trata de capturar el aumento de rentabilidad y el atractivo potencial de la deuda de los mercados emergentes en moneda local.
La entidad explica que este segmento constituye actualmente el mayor (82%) dentro de la deuda de mercados emergentes, con más de 24 billones de dólares en activos al tiempo que está también dominando las nuevas emisiones. “A medida que los mercados emergentes maduren y crezcan aumentará también su capacidad de financiarse a través de bonos emitidos en moneda local y, en consecuencia, también aumentarán las oportunidades para los inversores”, destacan.
Según un experiencia, en los últimos diez años ha resultado difícil asignar inversión a esta clase de activos debido a la escasa representatividad en el índice de referencia, lo que ha dado lugar a un riesgo país desequilibrado y concentrado, así como a un perfil de riesgo-rentabilidad por debajo de lo óptimo. Con este fondo, el equipo de renta fija de mercados emergentes de UBP y el gestor principal de la cartera, Lamine Bougueroua, han adoptado un modelo de paridad de riesgo y un enfoque de retorno absoluto que alivia varias de estas preocupaciones al repartir el riesgo de mercado de forma más uniforme entre los distintos países.
Además, apuntan, gracias a la existencia de bonos verdes, sociales y supranacionales denominados en moneda local, la deuda local se presta de forma natural a la inversión sostenible, lo que refuerza aún más sus argumentos de inversión. Al intercambiar bonos del gobierno por estos instrumentos en jurisdicciones con desafíos ESG, el UBAM – EM Sustainable Local Bond abre vías alternativas para que los inversores proporcionen financiación a los países que tienen credenciales ESG más débiles.
“Esta estrategia es un importante hito para nuestro equipo de Renta Fija de Mercados Emergentes, quienes han trabajado duro para desarrollar un modelo propio de riesgo y ASG en deuda soberana. Creemos que este enfoque único de la deuda en moneda local de mercados emergentes, que combina la paridad de riesgo con un enfoque en la sostenibilidad, garantiza una mejor diversificación y rendimientos ajustados al riesgo a lo largo del tiempo. Los eventos recientes han validado este enfoque, ya que hemos excluido los bonos del gobierno ruso de la cartera desde el inicio de la estrategia”, ha indicado Philippe Lespinard, director de Asset Management (Londres) y director de Renta Fija Alternativa en UBP.
Por su parte, Lamine Bougueroua, gestor principal del fondo UBAM – EM Sustainable Local Bond, ha añadido: “Los bancos centrales de los mercados emergentes han endurecido de forma preventiva sus políticas monetarias y creemos que los inversores pueden beneficiarse de rendimientos muy elevados y de divisas con fundamentos más sólidos a largo plazo. Con esta estrategia, también nos entusiasma presentar a nuestros clientes la oportunidad de contribuir a la financiación esencial necesaria para alcanzar los objetivos de la transición climática y aportar mejoras sociales para un modelo económico más sostenible en los mercados emergentes”.
El fondo está actualmente a disposición de los inversores en Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Portugal, Singapur, Suecia, Suiza y el Reino Unido.
Pixabay CC0 Public Domain. ¿Se puede personalizar una cartera para invertir bajo el sesgo de la diversidad?
La diversidad podría contribuir a un mejor desempeño en la empresa, según un estudio de McKinsey que analiza el vínculo entre la diversidad y el desempeño financiero desde el 2016. “Para las empresas más diversas, la probabilidad de que las contrapartes de la industria que se desempeñan mejor se ha incrementado con el tiempo, aunque las penalizaciones se vuelven más severas para quienes no ejercen una diversidad”, señala el documento.
Una visión que comparten desde Natixis IM y sobre la que opinan: “El enfoque destacado en la igualdad y justicia racial es más que un asunto social”. Según su experiencia, aquellas empresas que consideran la cambiante demografía de EE.UU. y el poder económico de las poblaciones con menos representación en sus modelos de negocio podrían estar mejor posicionadas para el éxito.
“La diversidad podría también ser un tema que intencionalmente se aborde en portafolios de inversión, donde existe evidencia comprobable de que las empresas que son líderes en diversidad, igualdad e inclusión se desempeñan mejor que sus contrapartes”, añaden.
Según sugiere el análisis de McKinsey & Company, es más probable que las empresas con una mayor diversidad en sus equipos ejecutivos logren un mayor desempeño que sus contrapartes en términos de rentabilidad – 36% más probablemente, de acuerdo con la edición del informe de 2020. El estudio también demuestra que lo contrario es cierto: las empresas con los equipos ejecutivos menos diversos tenían un 29% menos de probabilidad de desempeñarse de forma inferior. “Si bien este vínculo se basa en la correlación más que en lo causal, sí proporciona evidencia de que un portafolio de inversión enfocado en empresas más diversas no necesariamente conduce a un sacrificio en el desempeño”.
Los autores de informe apuntan múltiples razones por las cuales el enfoque en la diversidad podría contribuir a un mejor desempeño en la empresa: aporta más talento a la compañía; se incrementa la innovación y la visión del cliente; hay mayor satisfacción entre los empleados y menores conflictos; mejora en el proceso de toma de decisiones, incorporando perspectivas más diversas; y mejora en la imagen corporativa, entre otros motivos.
Dentro de este contexto, Natixis IM Solutions, especializa en portafolios de indexación directa personalizados, cuenta con un enfoque de inversión sobre “renta variable racial” que está diseñado para monitorear el índice S&P 500® en una base antes de impuestos, pero con un enfoque deliberado sobre igualdad y justicia racial.
“Con el fin de lograr esto, usamos una amplia gama de datos de terceros y un análisis propio para invertir en empresas que son líderes o ayudan a promover la diversidad, igualdad e inclusión, y que evitan o se desinvierten de aquellas empresas que causan, contribuyen, explotan o se benefician de la injusticia racial. Este enfoque personalizado de enfoque en los índices está disponible en cuentas gestionadas por separado para inversionistas individuales o como tenencias basadas en valores para portafolios institucionales”, señalan desde la gestora.
En la mayoría de los países, las mujeres ganan menos que los hombres. En 2020, las trabajadoras de Estados Unidos ganaron 83 dólares por cada 100 que ganaron sus compañeros. Aunque la cifra es mejor que hace 30 años, cuando la proporción era 72 a 100, la realidad sigue siendo poco agradable. Uno de los factores que provocan esta brecha de ingresos es el desequilibrio de género en las jerarquías de las empresas. Y dado el efecto agravante de la pérdida de ascensos en las primeras etapas, el equilibrio entre la antigüedad y la brecha salarial aumentan con la edad.
El «peldaño roto» es una expresión que se utiliza para destacar la fuerte caída de la participación femenina en el primer escalón, desde el nivel de entrada hasta el de dirección. La penalización de la maternidad desempeña un papel importante en la diferencia de ingresos entre los dos sexos. A nivel mundial, existe una diferencia de ingresos entre una madre que acaba de tener su primer hijo y las mujeres que no tienen descendencia a su cargo. Y la brecha tiende a aumentar según el número de hijos, a menudo en una magnitud creciente. Estudios de todo el mundo han registrado esta penalización. Un análisis de 2005[1] de 11 países europeos calculó la diferencia salarial por maternidad (entre madres y no madres) para las que tienen dos hijos: el Reino Unido era el país que salía peor parado, con una diferencia del 25%, seguido de Alemania, con un 15%, y Portugal, con un 10%. En Estados Unidos, se estimó que la brecha[2] se amplió del 87% al 75% para las madres (2016). Y un estudio en 21 mercados en desarrollo mostró que las madres sufren una caída del 16% en el salario diario en los países de ingresos medios[3].
La Oficina del Censo de EE.UU.[4] publicó en 2017 un interesante artículo en el que se comparaban los ingresos individuales de las parejas después de tener un hijo. Mostraba que los ingresos de las mujeres acababan recuperándose (casi una década más tarde), pero como el hombre nunca experimentó un impacto inicial en sus ingresos, la diferencia de ingresos entre ambos no se recuperó. En otras palabras, el potencial de la mujer se vio arrastrado permanentemente por el hecho de tener un hijo. Dado que un tercio de la población activa de EE.UU. está formado por madres, se trata de un problema social de gran magnitud.
Las diferencias entre hombres y mujeres en el entorno laboral son evidentes. Pero eso puede y debe cambiar en beneficio de toda la sociedad. Y creemos que hay varios factores que pueden ayudar a que la situación mejore.
El proceso es impactante – Para dejar que el potencial evolucione, es fundamental el establecimiento de un proceso que reduzca los prejuicios subconscientes en los niveles de contratación y promoción, así como la tutoría continua. Un estudio realizado por investigadores de Harvard y Princeton estimó que entre el 30 y el 55% de la proporción de nuevas contrataciones femeninas se debió al cambio y, según ellos, a la «democratización» del proceso.
Brindar a las madres el apoyo que necesitan – Hay muchas evidencias de que el permiso parental remunerado mejora la tasa de participación de las madres. Hay 193 países en las Naciones Unidas, y sólo unos pocos no exigen el permiso parental remunerado, entre ellos: Nueva Guinea, Surinam, algunas naciones insulares del Pacífico Sur y Estados Unidos.
Regulación – Se espera que a corto plazo la UE introduzca cuotas mínimas de equilibrio de género en los consejos de administración. Parece que la cuota será del 40%, en línea con el requisito noruego introducido en 2008.
Presión de los inversores – Ante la presión de los inversores, las firmas de gestión de activos se han centrado en cuestiones de ASG, y diversidad de género se ha convertido en un factor importante. Hay un buen nivel de beneficio propio en la presión por la meritocracia, especialmente en algunos de los mercados de la «etapa inicial» de la gestión.
Mejores datos – Los datos que reflejan la composición de las plantillas de las empresas serían potentes, por ejemplo, una presentación similar al formulario anual EEO-1 en EE.UU. Este formulario exige a las empresas privadas con más de 100 empleados que informen del desglose del número de empleados por categoría laboral, desglosado por sexo y raza. Las empresas no están obligadas a hacer públicos sus EEO-1, aunque algunas lo hacen. Sería bueno que se convirtiera en una obligación para todas las empresas que cotizan en bolsa.
Meritocracia – Tanto las empresas como la sociedad están mejor con una meritocracia que fluya plenamente y esto requiere diversidad. Para conseguirlo, las empresas necesitan dos cosas: una cultura de liderazgo que exija la incorporación de las mentes más competitivas a nivel mundial; y, estructuras internas para canalizar esa energía y esa variedad de personalidades hacia un objetivo compartido.
Los empleadores que privan a las mujeres de ascender y avanzar no sólo están limitando el potencial y el talento actuales, sino que también están poniendo límites a los modelos y mentores y, por tanto, a los líderes de las generaciones futuras.
[1] La brecha salarial familiar en Europa: un estudio entre países, por Rhys Davies y Gaelle Pierre, Universidad de Warwick.
[2] Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos 2016
[3] Do children reduce their mother’s earnings? Evidence from developing countries, Aguero, Marks, Raykar 2011, University of Connecticut.
[4] ¿Los hijos reducen los ingresos de sus madres? Evidence from developing countries, Aguero, Marks, Raykar 2011, University of Connecticut.
Columna de Sudhir Roc-Sennett, Head of Thought Leadership & ESG Quality Growth Boutique.
Pixabay CC0 Public DomainBruno Martins. Bruno Martins
¿Qué es un buen resultado? Como inversores a largo plazo, aspiramos a lograr resultados mejores para nuestros clientes consiguiendo rentabilidades atractivas. Para lograrlo, debemos invertir prestando atención a si las compañías pueden obtener mejores resultados no solo hoy, sino también dentro de cinco, diez e incluso veinte años. Respaldamos compañías que presentan las características necesarias para ser líderes a largo plazo, como ingresos recurrentes, capacidad de fijación de precios y equipos directivos competentes y que, lo cual resulta importante, sean conscientes de que deben invertir en gestionar y mejorar su impacto ESG.
Este fundamento va en línea con la evolución del ser humano: si creemos los últimos avances de la neurociencia (1), los seres humanos aspiran a lograr “resultados mejores” y, quizá en contraposición con la creencia habitual, no son los logros los que nos satisfacen, sino el camino hacia ellos. Procedemos de este modo porque un «sistema de búsqueda» nos brinda un sentimiento de recompensa y placer cuando exploramos nuestro entorno y buscamos información nueva para sobrevivir. De manera similar, las compañías que tratan de lograr resultados mejores y que se enfrentan a un mundo en cambio constante deben explorar su entorno y buscar información nueva para salir adelante.
Si echamos la vista atrás a 2021, las compañías se enfrentaron a numerosos cambios ante los que maniobrar. En lugar de un periodo de «regreso a la normalidad» en el sentido estricto, 2021 fue un año de obstáculos constantes. Aunque percibimos señales de rebote tras el levantamiento de los cierres y los confinamientos impuestos por la COVID-19 en primavera, así como un marcado crecimiento de los beneficios, persisten numerosos retos económicos: desde los problemas de suministro y la escasez de mano de obra hasta la escalada de las tensiones comerciales y políticas entre China y Estados Unidos.
A pesar de estas dificultades, los mercados bursátiles siguieron en auge, impulsados por las buenas noticias sobre la vacunación; las acciones growth y las value, más cíclicas, se alternaron haciendo avanzar al mercado, aparentemente ajenas a los máximos de beneficios y de márgenes o la persistente inflación. Crecieron los peligros sobre una corrección de los beneficios y los múltiplos, pero siempre parecieron lejanos. Los inversores comenzaron el año inclinándose hacia la subida cíclica, pero lo terminaron buscando un posicionamiento más defensivo, lo cual podría ser positivo para los inversores en calidad.
También percibimos que siguió aumentando el momentum en clave ESG en 2021, pues se destinaron 141.500 millones de dólares (2) a fondos ESG a escala global.
En Europa, el mercado de inversión sostenible más maduro, este giro hacia fondos ESG se ha producido a través de la gestión activa, lo cual no es una sorpresa. Resulta complicado mantener un enfoque pasivo ante retos como el cambio climático; si considera que el mundo va a cambiar significativamente, ya que comienzan a descontarse factores externos tocantes a la sostenibilidad, habrá ganadores y perdedores, lo cual creará riesgos y oportunidades de inversión. Es clave situarse en el lado correcto de ese cambio.
En la base del giro hacia cuestiones ESG se encuentra la evidencia de que cada vez más países están dando pasos para crear una sociedad y una economía más sostenible.
La mayoría de las acciones que se emprendieron en 2021 tenían que ver con la COP26 (26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), que se celebró en Glasgow en noviembre. La apremiante urgencia del reto climático trae consigo una serie de compromisos nuevos para reducir los objetivos de carbono, reducir paulatinamente el carbón, retirar las subvenciones a los combustibles fósiles, abordar las emisiones de metano y detener la deforestación.
Los países que representan el 70% de las emisiones y del PIB globales se han comprometido a alcanzar la neutralidad para 2050 o 2060, lo cual supone ingentes repercusiones para numerosas corporaciones (Gráfico 2). Los reguladores también han actuado y algunos, considerablemente. En Europa, entraron en vigor nuevos reglamentos sobre sostenibilidad (3) que tienen como objetivo brindar a los clientes más transparencia en torno a la inversión sostenible y el Banco Central Europeo presento un plan de acción para incluir cuestiones relativas al cambio climático en su estrategia de política monetaria (4). La Comisión de Valores y Mercados de Estados Unidos ha pasado de rechazar propuestas de los inversores destinadas a empujar a compañías como Exxon en el ámbito del cambio climático en 2019 a obligarlas a someter a votación entre los inversores sus objetivos de emisiones en 2021 (5). Con independencia de que el ritmo de cambio se considere demasiado rápido o demasiado lento, su rumbo está claro.
Para el año que tenemos por delante, el panorama sigue siendo incierto desde los puntos de vista económico, sanitario, político y de la sostenibilidad, se mire por donde se mire; sin embargo, consideramos que existen tres tendencias que perfilarán los resultados que obtendrán las compañías, las economías y las sociedades.
En primer lugar, tras una pandemia que hasta ahora ha causado 230 millones de infecciones y cerca de 5 millones de muertes, auguramos un impulso más fuerte a los retos sociales, desde la diversidad hasta la desigualdad, según las economías se reactiven. La COVID-19 no solo ha afectado a compañías y economías, sino que ha tirado del mundo dos décadas hacia atrás en la lucha contra la pobreza, pues son los países y los grupos vulnerables los que se han llevado la peor parte (6). Es probable que continúe la presión para que las compañías hagan su parte en la lucha contra la desigualdad, desde la erradicación de las desigualdades por razón de etnia y género hasta la protección de los derechos humanos de los trabajadores de las cadenas de suministro. Este año ya hemos asistido a la introducción de nuevas normas del Nasdaq (7) que exigen a las compañías facilitar información estadística sobre la diversidad de sus consejos y tener —o explicar por qué no tienen— al menos dos miembros del consejo de bagajes diversos. La bolsa de Hong Kong también anunció medidas sobre diversidad similares que dejan claro que “un consejo con un único género no se considera diverso” y llaman a las compañías a nombrar a un miembro del consejo de un género diferente.
También estamos asistiendo a más acciones de los responsables de política y de los inversores. Al respecto de los derechos humanos, la UE se está planteando normas para hacer obligatorios los procedimientos de due diligene relativos a derechos humanos, mientras que la organización dedicada a la inversión responsable a escala global, la UNPRI, ha anunciado una nueva plataforma colaborativa global destinada a respaldar que los inversores actúen sobre problemáticas sociales (8). Es probable que estas medidas de presión se traduzcan en más medidas de índole social, en el marco de las cuestiones ESG.
En segundo lugar, los compromisos sobre el clima pasarán a ser políticas reales, por lo que deberemos estar atentos a la aprobación de más leyes e incentivos fiscales, a la presión de los inversores y a un aumento continuado de los litigios en materia de clima según continúe la transición a una economía baja en emisiones de carbono.
Esta evolución no solo incidirá en el sector de los combustibles fósiles: por ejemplo, en el caso de la industria del automóvil —ya sea por medio de propuestas orientadas a prohibir efectivamente los vehículos nuevos de combustibles fósiles ya en 2035 como en la UE, bien sugiriendo nuevos incentivos a los vehículos eléctricos como en Estados Unidos—, las reglas económicas del juego están cambiando. Todos los sectores tendrán que cambiar y las compañías que deseen permanecer en cabeza deberán adaptarse ahora o arriesgarán su existencia.
En tercer lugar, 2022 podría resultar el año de la «naturaleza», pues los países se reunirán para la COP15 (la 15ª Conferencia de Biodiversidad de la ONU), de la que no se habla tanto, para abordar el agotamiento de los recursos del planeta (9). En Kunming (China), se fijarán objetivos para la próxima década y ya se conocen diversos compromisos tanto de los gobiernos como del sector privado. Una coalición de más de 50 países se ha comprometido a proteger casi una tercera parte del planeta para 2030 (10). También asistimos a la aparición de marcos voluntarios de información para compañías (como los elaborados por el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con la Naturaleza) y a casos de inversores que prometen eliminar los riesgos de deforestación relativos a materias primas agrícolas de sus carteras e invertir en soluciones centradas en la naturaleza.
Si bien es improbable que la fijación de objetivos nuevos se traduzca inmediatamente en la aplicación de precios a recursos gratuitos como el agua, el aire, los bosques y el océano, es de esperar que acelere la acción de los gobiernos, las decisiones de las compañías y las asignaciones de inversiones. Las compañías interesadas en proteger de cara al futuro sus negocios deberán comprender lo dependientes que son de los recursos del planeta y cómo sus productos y sus servicios inciden en la naturaleza, de modo que puedan actuar con el fin de gestionar los riesgos y analizar las oportunidades.
Sea cual fuere el ritmo de cambio en 2022, las iniciativas orientadas a crear un futuro sostenible es un juego que dura décadas, no meses. Como con cualquier proceso, habrá obstáculos en el camino, pero creemos que, según avance la transición, las compañías que cuenten con un «sistema de búsqueda» sólido que las ayude a estar alerta del mundo que las rodea estarán en mejor posición para rendir al máximo de sus posibilidades y ofrecer a sus clientes rentabilidades a largo plazo.
Como especialistas en la selección bottom-up de acciones, y con mi función como responsable de Resultados Sostenibles del equipo International Equity, tenemos la firme determinación de seguir aspirando a obtener resultados mejores, aprender y mejorar la oferta que ponemos a su disposición, así como a seguir presionando en aras del progreso de las mejores compañías del mundo.
Tribuna de Marte Borhaug, gestora de carteras y responsable de resultados sostenibles del equipo de renta variable internacional en Morgan Stanley Investment Management
Anotaciones:
(1) https://qz.com/684940/neuroscience-confirms-that-to-be-truly-happy-you-will-always-need-something-more/
(2) Fuente: Morningstar, datos globales combinados sobre flujos hacia fondos sostenibles correspondientes al tercer trimestre de 2021
(3) Paquete legislativo que forma parte del plan de acción para unas finanzas sostenibles en la UE, donde se incluyen el Reglamento sobre la divulgación de información relativa a la sostenibilidad en el sector de los servicios financieros (SFDR) y modificaciones de la II Directiva relativa a los mercados de instrumentos financieros (MiFID II) y la Directiva relativa a los organismos de inversión colectiva en valores mobiliarios (OICVM).
(4) https://www.ecb.europa.eu/press/pr/date/2021/html/ecb.pr210708_1~f104919225.en.html
(5) https://www.ft.com/content/50b52600-dd43-427c-88a6-149cf790cb70
(6) https://news.un.org/en/story/2021/12/1107752
(7) https://listingcenter.nasdaq.com/assets/Board%20Diversity%20Disclosure%20Five%20Things.pdf
(8) https://www.unpri.org/investment-tools/stewardship/collaborative-stewardship-initiative-on-social-issues-and-human-rights
(9) https://www.stockholmresilience.org/research/planetary-boundaries.html
(10) https://www.theguardian.com/environment/2021/jan/11/50-countries-commit-to-protection-of-30-of-earths-land-and-oceans
INFORMACIÓN IMPORTANTE
Los puntos de vista y las opiniones y/o los análisis expresados pertenecen al autor o al equipo de inversión en la fecha de elaboración de este documento, podrán variar en cualquier momento sin previo aviso debido a las condiciones del mercado o económicas y podrían no llegar a materializarse. Además, tales puntos de vista no se actualizarán o revisarán de otro modo con el fin de recoger la información disponible o las circunstancias existentes y los cambios que se produzcan después de la fecha de publicación. Los puntos de vista expresados no reflejan los de todo el personal de inversión de Morgan Stanley Investment Management (MSIM) ni los de sus sociedades dependientes o filiales (en conjunto «la firma») y podrían no plasmarse en todos los productos y las estrategias que esta ofrece.
El 72% de los micro emprendedores apoyados en 2021 por Banco Santander son mujeres. El grupo apoyó durante el pasado año a un millón de personas con un importe total de 571 millones de euros canalizados través del programa Santander Microfinanzas dirigido a apoyar a emprendedores con rentas bajas y escasamente bancarizados, especialmente en Latinoamérica, donde las mujeres tienen más dificultades de acceso a servicios financieros. El objetivo principal de la entidad en estos países es promover el progreso social ayudando a estos emprendedores a iniciar y hacer crecer sus negocios, a sus familias y las comunidades en las que se desarrollan.
Luz Mary, propietaria de un terreno en Colombia, fue una de las beneficiarias de este programa, que en su caso le permitió poner en marcha una pequeña explotación ganadera. Virginia Álvarez, residente de Valle de Chalco (México) es otra de las mujeres que recibió en 2021 apoyo a través de Santander Microfinanzas, con el que pudo emprender un negocio de fabricación de mascarillas que le ha permitido superar las dificultades financieras derivadas de la pandemia.
Santander Microfinanzas se desarrolla en ocho países en los que opera el banco: México (Tuiio), Argentina (Prospera), El Salvador (Enlace), Brasil (Prospera), Uruguay (Prospera) y Colombia (Prospera), Perú (Surgir) y Chile (Prospera), que comenzaron en 2021. Estos programas incluyen, entre otros, productos como microcréditos a medida, que ayudan a micro emprendedores a cubrir sus necesidades de capital circulante, productos de ahorro, cuentas corrientes, tarjetas o microseguros. Los programas, además, se benefician de una solución híbrida, presencial y online, sin papel de por medio, con desembolso en menos de 24 horas y el apoyo de agentes, lo que ayuda a mejorar la experiencia del cliente.
Estos programas de microfinanzas están alineados con el conjunto de medidas e iniciativas de inclusión financiera desarrolladas por Santander como parte de su estrategia de banca responsable, cuyo objetivo es construir una sociedad más inclusiva y empoderar financieramente a las personas. Estas medidas están directamente alineadas con el compromiso adquirido por la entidad de contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible fijados por Naciones Unidas.
Santander, comprometido con la igualdad de género
Ligado a los compromisos fijados para 2025, Santander ha puesto en marcha programas e iniciativas en materia de igualdad que persiguen eliminar cualquier brecha salarial entre los empleados, impulsar la formación de mujeres directivas y el talento femenino o aumentar la presencia de mujeres al menos hasta el 30% en puestos de dirección. En lo que respecta a este último objetivo, durante 2021 se ha incrementado 2,6 puntos, situándose en el 26,3%. Asimismo, el grupo se propuso elevar al menos al 40% la representación femenina en el Consejo de Administración, objetivo que ya ha alcanzado y que está por encima de las grandes empresas cotizadas tanto en España como en Europa.
Santander tiene el propósito de crear un lugar de trabajo diverso e inclusivo, que sea el reflejo de la sociedad en la que vivimos. Para ello, el banco cuenta con un Plan Estratégico en materia de Diversidad, Equidad e Inclusión, del que derivan diversos programas que buscan promover la conciliación, las contrataciones, el desarrollo profesional, la igualdad salarial y generar concienciación entre los profesionales. Además, cuenta con diferentes iniciativas para la inclusión de otros colectivos como LGBTI y minorías étnicas. Asimismo, el banco forma parte de otros proyectos como el programa de igualdad de género desarrollado en el Pacto Mundial de las Naciones Unidas.
Además, Santander, que trabaja para conseguir la igualdad de oportunidades tanto dentro como fuera de la organización, se ha sumado a las iniciativas puestas en marcha en el Día Internacional de la Mujer y a la campaña mundial #BreakTheBias.
Santander Women Network, una red de más de 5.500 profesionales
En 2018 Santander creó esta red, que tiene como objetivo fomentar una organización donde haya igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Santander Women Network está presente en 10 países y en proceso de creación en otros siete mercados más. Cuenta con más de 5.500 miembros, que están comprometidos con la diversidad de género en el mundo financiero, potenciando el talento femenino. Este año, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, la red ha creado iniciativas que promuevan la participación y sensibilización interna y externa.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer 2022, Citi y la Fundación Junior Achievement lanzan la tercera edición del programa educativo Citi Women Leadership Award dirigido a alumnas de Educación Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional con el objetivo de visibilizar e impulsar su liderazgo.
Tras el elevado número de peticiones de participación recibidas en cursos anteriores, Citi, a través de su red de mujeres Citi Women, y la Fundación Junior Achievement han abierto una nueva convocatoria para el curso 2021-2022, en la que se han inscrito un total de 470 chicas de 115 centros educativos de toda España.
Las jóvenes, divididas en dos categorías en función de su edad, se convertirán en las protagonistas de este programa educativo en el que deberán demostrar sus competencias de liderazgo. A través de diferentes fases y actividades, participarán en dinámicas grupales y entrevistas personales en las que defenderán su candidatura y sus habilidades como líderes con el objetivo de convertirse en las ganadoras de esta edición.
Deberán presentar su candidatura a través de un vídeo en el que explicarán cómo ponen en práctica sus habilidades de liderazgo en su día a día, y trabajarán junto a mujeres que identifiquen como inspiradoras.
Durante este proceso, los voluntarios de Citi se convertirán en pieza clave ya que serán ellos quienes visualizarán los vídeos, acompañarán a las jóvenes durante las actividades y mentorizarán sus candidaturas evaluando sus competencias. Como novedad en esta edición, las jóvenes asistirán a tres ponencias sobre liderazgo, autoconocimiento, marca personal y comunicación.
El programa, financiado por la Fundación Citi, se desarrollará desde el mes de febrero y finalizará el 27 de mayo, momento en el que se dará a conocer el nombre de la ganadora de cada una de las dos categorías.
Desde que se iniciara la pandemia, el inmobiliario, al igual que otros muchos sectores de la economía, se vio inmerso en una crisis sin precedentes. Sin embargo, el apalancamiento del Euribor en mínimos históricoso el repunte de la compraventa de viviendas en Españahan puesto de manifiesto que el impacto de la pandemia no ha provocado sino una corrección del mercado inmobiliario a nivel mundial. Tanto es así que el crecimiento de la inversión en España durante 2021 ha sido del 30% respecto al 2020.
Así, su crecimiento se convirtió en constante durante el pasado año, con un incremento de la compraventa de viviendas del 53,5% en julio, el mayor repunte registrado en 13 años, y un aumento del 57,7% en la concesión de hipotecas en el mes de septiembre. En este contexto, Casavo, la proptech europea que está digitalizando la compraventa de viviendas residenciales, analiza las tendencias que marcarán el desarrollo del sector inmobiliario a lo largo de 2022.
Una amplia panorámica de la evolución del precio de la vivienda
Según los expertos de Casavo, para entender la situación actual es necesario conocer la evolución del mercado inmobiliario en los últimos años. Por un lado, nos encontramos con que los precios del alquiler alcanzaron máximos históricos en 2018 y 2019, que han seguido manteniéndose muy por encima de los precios de compra, a pesar de las caídas generalizadas de hasta el 10% desde el inicio de la pandemia.
Por otro lado, en cuanto a la compraventa, a pesar de que el precio de la vivienda (nueva y usada) en la zona euro subió un 6,8% en el segundo trimestre de 2021, según datos de Eurostat, debemos prestar atención al caso concreto de España. Así, nos encontramos con que el encarecimiento se sitúa en una media del 3,7% con respecto al pasado año, lo cual apunta a que la estabilidad del IPC ha provocado un contexto favorable para el mercado de la compraventa.
En este sentido, Francisco Sierra, director general de Casavo, explica que “si bien es cierto que el mercado del alquiler se ha encarecido de forma severa, el precio de la compraventa ha sido más estable. Esto, sumado a una nueva subida del precio de los alquileres durante el segundo semestre de 2021, pone de relieve el aumento de la rentabilidad en la compra de viviendas, que asciende hasta el 7%, y se mantendrá en esta tendencia durante el 2022”.
Un crecimiento sostenido para 2022
Lo que está claro es que el “efecto COVID”, junto con los excepcionalescréditos hipotecarios, la moderada inflación y el mantenimiento del IPC en niveles relativamente estables, han facilitado un crecimiento del sector inmobiliario. Desde Casavo consideran que, si la inflación no se descontrola, el Banco Central Europeo mantendrá sus condiciones de financiación favorables.
Según Francisco Sierra, director general de Casavo en España, “esto provocará que la rentabilidad bruta de los inmuebles alcance niveles en torno al 7%, con hipotecas a tipo fijo que seguirán oscilando entre el 1% y el 2%, lo que resultará en un escenario clave: seguirá siendo más barato hipotecarse en términos reales y, por consiguiente, el crecimiento del mercado inmobiliario seguirá al alza”.
A pesar de que en muchas ocasiones se hace referencia a un nuevo “boom inmobiliario”, los análisis de Casavo concluyen que, al tratarse de una subida sostenida de los precios sin estar acompañada de una burbuja crediticia, el riesgo de estos bienes es muy reducido. Asimismo, a diferencia de lo ocurrido en 2007, los propietarios se decantan por las hipotecas a tipo fijo, lo que garantiza una mayor estabilidad para el pago en caso de adquirir una vivienda.
Digitalización en el proceso de compraventa, una tendencia que marcará 2022
La llegada de la pandemia ha cambiado la forma en la que vivimos y, por tanto, el tipo de hogar que necesitamos; otro de los factores que han facilitado el tan elevado incremento de las transacciones en el mercado inmobiliario. Por ello, la tecnología se posiciona como un eslabón clave para dar respuesta a las nuevas necesidades tanto de compradores como vendedores.
Según el último informe de Casavo, el 86% de los españoles afincados en Madrid y Barcelona que se encontraban en el proceso de venta de un inmueble a lo largo de 2021, afirmaron que recurrieron a los operadores inmobiliarios. Bien se realice la venta por cuenta propia o mediante la intermediación de un operador inmobiliario, lo que parece evidente es la utilización de canales digitales para anunciar la vivienda, así, un 81% de los operadores opta por plataformas y páginas de internet, solución por la que también opta un 77% de los vendedores que deciden gestionar la venta por su cuenta.
“Los profesionales del sector inmobiliario nos enfrentamos a un reto sin precedentes: satisfacer las necesidades de los compradores y adaptarnos a los ritmos que impone la digitalización. Por todo ello, en Casavo hemos apostado por la innovación, haciendo uso de la tecnología para convertir el proceso de venta en algo sencillo. Así, reducimos el tiempo y el estrés de los vendedores ya sea comprando de forma directa sus inmuebles en menos de siete días o buscando la mejor solución para ellos”, concluye Sierra.
El nuevo plan de igualdad de Banco Sabadell es una realidad después de que lo haya suscrito el 100% de la representación legal de las personas trabajadoras. El documento se formalizó tras meses de negociación, en la sede corporativa del banco en Sant Cugat del Vallès y con la participación de las diez secciones sindicales de la empresa y de los representantes de la dirección: Miguel Montes, director general de Organización y Recursos, Ana Aller, directora de Recursos Humanos, y Maria Garcia Córdoba, directora de Relaciones Laborales.
Para Miguel Montes, “Banco Sabadell avanza en el objetivo de consolidar la igualdad dentro de la cultura corporativa, y al mismo tiempo acelera la implantación definitiva de esta igualdad y el equilibrio en nuestras plantillas”. Todas las declaraciones de los representantes se pueden escuchar en este vídeo.
Este plan de igualdad es el primero del sector bancario en adaptarse a los nuevos requerimientos legales y, con él, la empresa se compromete a alcanzar el 40% de representatividad femenina dentro del colectivo de mandos intermedios y un 30% en el de directivas, dentro del período de vigencia del plan.
El documento concreta, además, objetivos como difundir una cultura organizacional basada en el principio de igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres; prevenir, corregir y penalizar las conductas discriminatorias directas o indirectas por razón de género; garantizar la presencia o composición equilibrada de mujeres y hombres en todos los ámbitos y niveles profesionales, integrando la perspectiva de género de todas las esferas; facilitar la corresponsabilidad; y prevenir y reducir las brechas de género tanto funcionales como retributivas, entre otros objetivos. Además, en los anexos consta un protocolo de prevención del acoso laboral, sexual y por razón de género, y una guía de lenguaje inclusivo.
Foto cedidaKim Catechis, estratega de Inversiones del Franklin Templeton Institute y ponente del webinar.. ¿Cuáles son las implicaciones macroeconómicas de la invasión rusa a Ucrania?
Las acciones rusas en Ucrania desencadenarán sanciones económicas, aumentando la incertidumbre y la volatilidad de los mercados. ¿Cuáles son las implicaciones macroeconómicas de esta escalada? ¿Y qué pueden esperar los inversores en el futuro? Son algunas de las preguntas que Kim Catechis, estratega de Inversiones del Franklin Templeton Institute, respondió a lo largo del webinar “Las aguas profundas de la geopolítica que se juega en Ucrania. ¿Cómo reaccionarán los mercados?”, que tuvo lugar el pasado 1 de marzo.
El experto, que cuenta con 25 años de experiencia analizando el riesgo macroeconómico y político desde el punto de vista de la inversión, se refirió en primer lugar a las posibles consecuencias de la invasión rusa de Ucrania en el corto plazo, marcadas por la elevada volatilidad, la exacerbación de los precios del petróleo y el gas y el impacto en el producto interior bruto europeo.
Según explicó, los precios de los combustibles, de los que Rusia es uno del principales exportadores, probablemente permanecerán altos a lo largo del 2022. En Europa, un descenso del 30% y el 42% de las importaciones de gas ruso en la primera y segunda mitades de 2021 respectivamente, ha dejado unas reservas menguadas que habrá que subsanar de cara al próximo invierno con compras masivas que contribuirán a mantener los precios elevados.
Por otro lado, la posible firma de un acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán podría aliviar los costes, pero la certeza y las fechas de este pacto aún están por concretar. Mientras tanto, la volatilidad sigue preocupando: el Cboe Volatility Index (VIX) se sitúa en el 34,6%, un aumento significativo desde el 19,7% del 2021.
El impacto de todo esto en el crecimiento económico se verá limitado por el «exceso de ahorro» relacionado con la COVID y el apoyo del Gobierno, según Catechis, que estima que la caída del producto interior bruto en Europa podría situarse en un rango entre el 3% y el 5%.
Los bancos centrales retrasan la subida de tipos
«Lógicamente, el crecimiento es más lento y, al mismo tiempo, las expectativas de inflación podrían ralentizar el ritmo de endurecimiento frente a las previsiones. El calendario de subida de tipos de los bancos centrales, incluyendo la Fed, va a ser más lento, porque no es inteligente dar un golpe de timón con una economía que ya está sufriendo debido a los precios de la energía, entre otros problemas», destaca el experto de Franklin Templeton.
Entre las consecuencias más dramáticas en el largo plazo, Catechis señala la posibilidad de la creación de una “frontera militarizada” entre Europa y Rusia al estilo del telón de acero durante la guerra fría. «Se espera un incremento del gasto en defensa, un fortalecimiento de la OTAN y existe la posibilidad de una Fuerza de Respuesta Rápida unida de la UE», afirma.
La agresividad y rapidez de las sanciones podrían contribuir a la “desconexión” entre Occidente y Rusia, lo que a su vez empujaría a esta última a fortalecer su comercio con China. No obstante, los rusos son conscientes, asegura el estratega de Inversiones, de que China no aceptará comprar la energía al precio al que lo hacía Occidente. En cuanto a los ganadores de este conflicto en largo plazo, productores de gas como Qatar, Algeria y posiblemente Irán, serán los grandes beneficiados al ver un importante repunte en sus exportaciones.
Gas natural licuado, una posible alternativa al gas ruso
Según el estratega de inversiones, el freno a las importaciones de gas ruso supone una situación inédita en Europa, ya que ni siquiera durante la guerra fría se produjo un corte total de suministro. El problema viene agravado por el referido déficit de importaciones en 2021. “No hemos estado comprando suficiente, vamos a tener que hacer un reabastecimiento en verano”, recalca Catechis.
La respuesta parcial a este drama energético en potencia es el gas natural licuado (GNL), pero aún queda trabajo por hacer para construir toda la infraestructura necesaria para poder distribuirlo efectivamente por Europa. “Tenemos suficientes terminales pero no están todas en el sitio adecuado. Alemania es la que más usa y no tiene terminales de GNL y no las tendrá totalmente operativas hasta hasta 2025 o 2026”, apunta el experto.
Aunque podría parecer mucho, no se trata de un lapso de tiempo tan grande, en opinión de Catechis, que señala que lo importante no es dotar a Alemania u otros países de una gran capacidad de almacenaje, sino lograr la integración europea de las redes de suministro, lo que permitiría, por ejemplo, acumular gas en España y desde allí enviarlo al país germano.
Asimismo, la guerra en Ucrania producirá con toda probabilidad una gran presión en la producción agroalimentaria, ya que una importante porción de los cereales que importa Europa (tanto para consumo humano como para pienso animal) proceden de este país, que no en vano ostenta el sobrenombre de «el granero de Europa». Durante esta época del año la alternativa natural es el maíz argentino, pero la producción del país ha sido también impactada por el fenómeno climático de La Niña, por lo que los precios podrían incrementar notablemente.
Una economía dependiente de las exportaciones y poco diversificada
En cuanto a Rusia, el problema que las sanciones suponen para su economía se agravará en un futuro a medida que las economías a las que exporta energía vayan disminuyendo su dependencia en combustibles fósiles en su camino hacia la transición ecológica. “Putin ha cometido unerror al no diversificar su economía, casi un 52% de sus exportaciones se basan en petróleo y gas”, explica.
En cambio, las importaciones rusas a Europa suponen en su mayoría productos sofisticados y de valor (30%), como por ejemplo componentes tecnológicos. Su ausencia sería un problema adicional en la ya golpeada economía del país euroasiático. En lo referente a la exposición bancaria, los países que más participación tienen en el sector ruso y que por tanto se verán más impactados por su desconexión, son Italia, Francia y Austria.
No obstante, la más que probable disrupción en las cadenas de comercio con Rusia no será una eventualidad que pille totalmente desprevenido a Occidente. “La quiebra de la globalización comercial ya estaba en marcha, con la ruptura de las cadenas de suministro que vimos, por ejemplo, tras el colapso del mercado chino a raíz de la pandemia, así que estábamos más o menos preparados para esta reconfiguración”, asevera el experto.