Pixabay CC0 Public DomainJason Blackeye. Jason Blackeye
Windin’ Capital, un fondo de inversión centrado en el sector de las energías renovables, ha completado la adquisición de tres parques eólicos en las regiones del Biobío y la Araucanía, Chile. En total, los tres parques eólicos, La Flor (32,4 MW), Vergara (37,8 MW) y Cancura (33,6 MW) tendrán una capacidad instalada de 103,8MW. El equipo de abogados del despacho Pérez-Llorca en Madrid ha asesorado en la transacción.
El parque eólico La Flor está operativo desde octubre de 2019 y consta de nueve turbinas Vestas de 3,6MW. Los dos proyectos restantes, Vergara y Cancura, están actualmente en desarrollo y se espera que comiencen a construirse a finales de 2022.
Windin’ Capital decidió abrir una oficina estratégica en Barcelona, España, con un equipo de desarrollo asentado en el lugar para seguir desarrollando seis proyectos de energía renovable con una capacidad total de más de 300MW en España, así como las operaciones y futuras inversiones en Europa y América Latina.
Nadav Saad, Socio Director de Windin’ Capital, comentó «estamos entusiasmados con la ampliación de nuestra presencia internacional. Invertir en estos nuevos y prometedores activos de energía renovable nos acerca a nuestro objetivo principal de tener un impacto positivo a nivel mundial. Al mismo tiempo, la apertura de nuestras oficinas en España sienta las bases de otros proyectos que tenemos previsto llevar a cabo en el futuro y representa un gran paso en nuestro deseo de impulsar el cambio en favor de una economía más verde».
Windin’ Capital es un fondo de capital activo en el sector de las energías renovables, centrado en los países de la OCDE. La firma cubre un amplio espectro de oportunidades de inversión en tecnologías renovables diversificadas, como la eólica, la solar y el almacenamiento. El equipo de dirección de Windin’ ha cerrado con éxito transacciones de activos en toda Europa y Latinoamérica, en todas las etapas del ciclo de vida de las energías renovables.
Pixabay CC0 Public Domain. LONVIA Capital clasifica tres de sus fondos bajo el Artículo 9 del SFDR
LONVIA Capital ha anunciado que sus fondos LONVIA Avenir Mid-Cap Europe, LONVIA Avenir Mid-Cap Euro y LONVIA Avenir Small Cap Europe han quedado clasificados bajo el Artículo 9 del reglamento europeo SFDR (Sustainable Finance Disclosure Regulation, en inglés). Según explica la gestora, esto sucede después de que el gobierno francés le haya concedido el Label ISR en noviembre de 2021.
Sobre la nueva clasificaión, Cyrille Carrière, el presidente y director de inversiones del Grupo ha declarado: «La clasificación del Artículo 9 de nuestros fondos está en línea con nuestra filosofía de gestión, que desde sus inicios se ha centrado naturalmente en la búsqueda de empresas que crean valor en el largo plazo y que son los mejores referentes en sus respectivos sectores. La integración del análisis de impacto en el proceso de inversión contribuye a una mejor comprensión de las empresas y sus modelos económicos».
La estrategia de LONVIA consiste en identificar empresas con modelos económicos sostenibles, creadoras de valor a largo plazo e innovadoras que tengan un impacto positivo en la sociedad. De esta manera, durante el análisis fundamental los analistas evalúan el impacto ambiental y social de cada proyecto en base a datos ESG externos de Trucost, Bloomberg y datos recopilados directamente por LONVIA Capital. Y a continuación miden su contribución en cuatro temas de impacto: salud y bienestar; tecnologías innovadoras; clima y medio ambiente; y progreso social, que aglutinan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.
Además de esta ratificación de un proceso robusto y transparente en materia de sostenibilidad e integración de criterios ESG, la gestora se ha anexado como miembro a Spainsif, asociación sin ánimo de lucro constituida en 2009 por entidades interesadas en promover la Inversión Sostenible y Responsable en España, creando así un espacio integrado por entidades financieras, entidades gestoras, proveedores de servicios ISR y organizaciones sin ánimo de lucro vinculadas a la ISR.
¿Qué es el diseño? Esta es una pregunta muy difícil de contestar debido a la complejidad del concepto. El término engloba mucho más que la estética. Se aplica para describir objetos, sistemas y procesos. Se usa para modelar el modo en que nos comunicamos y nuestra forma de vida. Está vinculado con las identidades de las personas, las organizaciones y los países.
John Heskett, profesor e investigador sobre el valor económico, político, cultural y humano del diseño industrial, afirmó que “el diseño, en su esencia, puede definirse como la capacidad humana para dar a nuestro entorno formas desconocidas en la naturaleza, para responder a nuestras necesidades y dar sentido a nuestras vidas” (1).
Tenía toda la razón. La ropa que usted se pone, la silla en la que se sienta, la casa en la que vive y los artículos hechos por el hombre que tiene a su alrededor… todos han sido diseñados. Incluso la fuente del texto que está leyendo ahora mismo es fruto del diseño. Los humanos utilizamos el diseño para satisfacer nuestras necesidades y, a nuestro juicio, esto debería también aplicarse a la sostenibilidad.
“Desarrollo sostenible es la satisfacción de las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” (2).
La estrategia concede gran importancia al “triple resultado” (3), es decir, a invertir por los beneficios, las personas y el planeta en la misma medida (véase el gráfico 1).
Cuando hablamos del “diseño sostenible” en el contexto de la estrategia, nos referimos al diseño que resuelve problemas actuales y contribuye al desarrollo sostenible.
Esto es diferente del diseño “sostenible desde el punto de vista medioambiental”, también denominado “diseño ecológico” o “ecodiseño”, que se centra fundamentalmente en consideraciones medioambientales. Un aspecto importante es que el “diseño sostenible” no está constreñido por sistemas de certificación, como BREEAM (4), LEED (5) o el Análisis de ciclo de vida (ACV), que con frecuencia son obligatorios en el entorno edificado, ya que estas herramientas pueden contribuir al diseño sostenible.
El diseño sostenible en nuestro proceso de inversión
El proceso de inversión de la estrategia Global Sustainable Equity es, en sí mismo, un ejemplo de diseño sostenible. Se ha diseñado para tener en cuenta consideraciones medioambientales y sociales y, al mismo tiempo, tratar de proporcionar a nuestros clientes una fuente de alfa constante (una rentabilidad superior al índice de referencia), crecimiento compuesto y preservación del capital.
Hay cuatro elementos que consideramos fundamentales para un enfoque de inversión basado en la sostenibilidad (gráfico 2).
Nuestro proceso de inversión integra criterios de inversión tanto positivos como negativos (exclusión); tenemos en cuenta tanto los productos como las actividades de un negocio para invertir en empresas que tienen un impacto positivo en el medioambiente y en la sociedad, lo que nos ayuda a acertar con respecto a la disrupción.
La interacción con las empresas y la gestión activa de la cartera también son esenciales para nuestra estrategia de inversión sostenible, ya que nos permiten desarrollar una relación de colaboración con las empresas en las que invertimos. Analizamos una amplia gama de temas medioambientales y sociales, incluidas la transición a un modelo económico con bajas emisiones de carbono y la gestión de la cadena de suministro; visite el sitio web de Janus Henderson para conocer más. Comunicamos de forma activa nuestros puntos de vista a las empresas y tratamos de conseguir mejoras, como unos niveles adecuados de responsabilidad corporativa.
Cuando analizamos una empresa, buscamos evidencias de diseño sostenible en sus productos/servicios y en sus actividades, lo que nos permite constatar si la empresa está abordando de forma intencionada cuestiones medioambientales y sociales. Es esta intencionalidad la que se utiliza como evidencia de un impacto positivo. Posteriormente, continuamos haciendo seguimiento de esa intencionalidad en el marco de nuestro análisis continuo de las empresas, incluso después de integrarlas en nuestra cartera. Esta labor se enmarca en nuestro pilar de construcción de cartera y gestión de riesgos activos. Tratamos de hallar evidencias de que las cuestiones medioambientales y sociales son un factor clave en el proceso de investigación y desarrollo de las empresas y creemos que la mejora continua en este ámbito es un indicador de crecimiento sostenible a largo plazo. Este análisis está integrado en nuestra interacción con las empresas, que nos permite hablar sobre diseño sostenible con los equipos directivos.
Hemos constatado un claro ascenso de la demanda de productos más sostenibles y de transparencia en la cadena de suministro de esos productos por parte de los consumidores. A medida que las personas adquieren mayor conciencia sobre el impacto medioambiental y social de los servicios y productos que consumen, empresas de muchos sectores distintos han tenido que adaptar y transformar sus modelos de negocio para responder a esa demanda. Pretendemos invertir en empresas que sean plenamente conscientes del impacto medioambiental y social de sus productos y servicios y que trabajen activamente para diseñar y desarrollar de forma sostenible productos con un impacto positivo.
Tribuna de Hamish Chamberlayne, director de renta variable sostenible global en Janus Henderson Investors.
Notas a pie de página:
(1) Heskett, John. Design: A Very Short Introduction (Very Short Introductions) (p. 5). OUP, Oxford.
(3) Acuñado por John Elkington, el término «triple resultado» hace referencia al desarrollo sostenible que tiene en cuenta consideraciones medioambientales, sociales y económicas.
(4) BREEAM – Building Research Establishment’s Environmental Assessment Method.
(5) LEED – Leadership in energy and environmental design.
Pixabay CC0 Public Domain. Situación y retos de los productos climáticos alineados con París
Todos los días escuchamos noticias relacionadas con el cambio climático y con la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En este contexto hay que preguntarse: ¿cómo podemos contribuir en las inversiones financieras a esta descarbonización? Para responder a esta pregunta es bueno mirar al punto de partida de iniciativas sobre el cambio climático, describir las soluciones disponibles hoy en día y hablar sobre los retos pendientes.
En 2015 la ONU aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, fijando 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre ellos la defensa del medio ambiente y lucha contra el cambio climático. Ese mismo año, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático celebrada en París, se estableció el objetivo de compatibilizar los flujos financieros con una trayectoria que llevase a un desarrollo resiliente al clima y con bajas emisiones de GEI. Se fijó el objetivo global de mantener en este siglo el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5 °.
De cara a la consecución de este objetivo, en 2018 la Comisión Europea lanzó su Plan de Acción, con idea de reorientar los flujos de capital para lograr así un crecimiento sostenible e inclusivo. Se establecieron 10 iniciativas, una de las cuales fue la elaboración de índices de referencia climáticos para carteras y productos de inversión. El Pacto Verde Europeo adoptado en 2019 estableció como objetivo transformar la Unión Europea (UE) en una sociedad con una economía eficiente en el uso de los recursos, en la que no habría emisiones netas de GEI en 2050 y el crecimiento económico estaría disociado del uso de los recursos.
El Grupo de Expertos Técnicos de la UE en Finanzas Sostenibles (TEG) se ha encargado del diseño de la metodología de los índices de referencia climáticos, que pueden construirse para toda clase de activos salvo para tipos de interés y divisas. La UE persigue varios objetivos con la regulación de estos índices, como son la transparencia, el cumplimiento de unos estándares mínimos para evitar el temido greenwashing, facilitar la comparativa entre índices y fomentar la construcción de productos financieros con objetivos medioambientalmente sostenibles.
Cuando nos planteamos construir carteras de inversión con este prisma climático, encontramos dos tipos de índices de referencia regulados por la UE: 1) Los de transición climática (Climate Transition Benchmark-CTB) y los armonizados con el Acuerdo de París (Paris Aligned Benchmark- PAB).
Estos dos tipos de índice tienen características comunes como: 1) Usan una temperatura de 1,5 °C como escenario de referencia; 2) Tienen en los sectores que deben reducir activamente sus emisiones de GEI el mismo peso mínimo que en el de su universo; 3) Marcan un objetivo de reducción de su intensidad de GEI de al menos un 7 % al año de media. Sin embargo, los índices armonizados con el Acuerdo de París presentan objetivos más ambiciosos que los índices de transición climática. Las principales diferencias entre ambos son: 1) La reducción inicial de GEI frente al universo invertible es de al menos un 30% para los índices CTB y de al menos un 50% para los índices PAB; 2) La proporción de ingresos verdes sobre ingresos marrones de las compañías es superior en los índices PAB; 3) El número de compañías que se excluyen en los índices PAB es superior al de los índices CTB.
Cuando queremos medir la trayectoria de descarbonización de una cartera, el principal parámetro utilizado es la intensidad de emisiones de GEI. Esta medida facilita la comparabilidad entre carteras, sectores o instrumentos que las componen. La metodología debería incluir datos sobre las emisiones de GEI de ámbito 1, 2 y 3, esto es, las generadas por los productos y servicios que fabrica la empresa, las de ámbito 2 que resultan del consumo de electricidad, vapor, u otras fuentes de energía empleadas en la cadena de producción y las de ámbito 3 que son todas las indirectas no cubiertas anteriormente.El acceso y la calidad de los datos de emisiones de ámbito 3 suponen un importante reto a tener en cuenta. Por ello la UE establece que su incorporación deberá estar completada el 31 de diciembre de 2024.
Hoy en día existen instrumentos financieros basados en estos índices de referencia climáticos regulados por la UE. Mayoritariamente son productos de gestión pasiva de renta variable, que invierten en compañías de las principales geografías del mundo (Estados Unidos, Europa, Japón y Emergente). Dado que su objetivo consiste en la contribución sustancial a la mitigación del cambio climático, estos instrumentos encajarían dentro de la definición de preferencias de sostenibilidad de MIFID II, siendo pieza fundamental en la construcción de carteras sostenibles. Pero cabe preguntarse por el resto de las piezas del puzzle. Sería necesario contar con instrumentos similares para el resto de clases de activos. Actualmente, no existe el mismo grado de desarrollo para los índices de renta fija. Mucho menos, si ahondamos en otro tipo de activos como commodities o inversiones alternativas, donde es muy difícil encontrar una aproximación a esta perspectiva climática.
Entonces, ¿qué nos queda por hacer? En primer lugar, mejorar la gama de instrumentos financieros para que sea amplia, comprensible y presente la liquidez necesaria para construir carteras con objetivos de descarbonización. De este modo conseguiremos que la inversión privada se canalice hacia actividades medioambientalmente sostenibles. En segundo lugar, hay que buscar la excelencia en la calidad de los datos, así como la transparencia en su información, tanto desde las compañías como desde los gestores de las inversiones. Por último, nos preguntamos si la industria de la gestión activa competirá en este mundo de índices climáticos y si será capaz de mejorar, no solo la rentabilidad financiera de estos productos, sino también su perfil sostenible. Todo un reto a futuro, con el que esperamos alcanzar el objetivo de transición a una economía baja en carbono, más sostenible, eficiente en el uso de los recursos y circular, en consonancia con los ODS y el Acuerdo de París.
Tribuna de Inma Ansoleaga Imaz y Valle Fernández de la Morena, gestoras del equipo de Sustainable Investment en BBVA Asset Management.
En el audio intervienen expertos que han colaborado en la elaboración de los temas de esta revista, como Inés del Molino, directora de cuentas de Schroders, que nos cuenta cómo ve este entorno de mercado marcado por la inflación. También Ricardo Comin, director de ventas de Vontobel para Iberia, nos da algunas claves para afrontar este entorno con una cartera de renta fija flexible y global.
Juan San Pío, director comercial de Amundi ETF, Indexing & Smart Beta para Iberia y Latinoamérica, nos habla de algunas de las nuevas fronteras en los ETFs que conviene no perder de vista.
MaríaJosé Escribano, abogada de Dentons, nos da las claves regulatorias para 2022 yMiriam Fernández, responsable ASG y gestora de Fondos de Inversión y Pensiones de Ibercaja Gestión, nos habla de cómo analizan el factor de la gobernanza a la hora de invertir de forma sostenible.
También Federico Echeverria-Torres Balbas, Sales Executive en Edmond de Rothschild AM, nos habla de sus películas y series favoritas relacionadas con el sector financiero en nuestra sección de estilo, entre otros muchos temas.
Pixabay CC0 Public Domain. Australia, Países Bajos y EE.UU. se revalidan como los mercados más favorables para los inversores en cuanto a comisiones y gastos de los fondos
Las comisiones que los inversores pagan por sus fondos disminuyen, según el último informe a escala mundial publicado por Morningstar sobre comisiones y gastos en el sector. Según indica el documento en sus conclusiones, Australia, los Países Bajos y Estados Unidos reciben las mejores calificaciones, mientras que Italia y Taiwán vuelven a presentar los peores resultados.
El informe, titulado Global Investor Experience (GIE o Experiencia del Inversor Global), evalúa las experiencias de los inversores en fondos de inversión en 26 mercados de América del Norte, Europa, Asia y África. Según explican desde Morningstar, un punto clave de este informe es el análisis que hace sobre los gastos corrientes que soporta un inversor por poseer fondos de inversión, en comparación con otros inversores de todo el mundo. Y cuyo resultado refleja en un ranking global en comparación con la última edición de este informe en 2019.
El equipo de análisis de gestores de Morningstar asigna una puntuación a cada mercado basada en la siguiente escala: superior (Top), por encima de la media (Above Average), en la media (Average), por debajo de la media (Below Average) e inferior (Bottom). Morningstar ha otorgado las mejores puntuaciones a Australia, los Países Bajos y Estados Unidos, con lo que señala que son los mercados más favorables para los inversores en cuanto a comisiones y gastos. Por el contrario, ha vuelto a asignar las peores puntuaciones a Italia y Taiwán, mercados de fondos en los que se aplican las comisiones y gastos más altos.
Según explica el documento en sus conclusiones, Australia, los Países Bajos y Estados Unidos han obtenido las mejores puntuaciones gracias a que las comisiones de sus fondos presentan habitualmente sus costes separados. Es el cuarto estudio consecutivo en que estos tres países han recibido la máxima puntuación en esta categoría.
“La buena noticia para los inversores de fondos globales es que, en muchos mercados, las comisiones están en descenso debido, por una parte, a los flujos de activos hacia fondos más baratos y, por otra, a los cambios en los precios de las inversiones existentes. La presencia cada vez mayor de una separación de costes en las comisiones en los fondos facilita la transparencia y potencia el éxito de los inversores. Aun así, la estructura del sector de los fondos globales perpetúa el uso de comisiones de entrada y la alta prevalencia de comisiones corrientes integradas en 18 mercados europeos y asiáticos puede provocar falta de claridad para los inversores. Creemos que esta situación puede generar una desalineación de los incentivos en beneficio de los distribuidores, en particular de los bancos, más que de los inversores”, señala Grant Kennaway, responsable de selección de gestores en Morningstar y coautor del estudio.
Principales conclusiones
Según destaca el informe, la mediana ponderada por activos de las ratios de gastos de los fondos nacionales y disponibles para la venta cayó en la mayoría de los 26 mercados analizados en comparación con el estudio de 2019. En el caso de los fondos domiciliados en territorio nacional, “esta tendencia destaca especialmente en los fondos de asignación y renta variable, para los que 17 mercados comunicaron menores comisiones en cada categoría”, matizan.
En este sentido, se explica que la disminución en la mediana ponderada por activos de las comisiones se debe a la suma de dos circunstancias: los flujos de activos hacia fondos más baratos y el cambio en los precios de las inversiones existentes. Para Morningstar, en los mercados en los que los inversores minoristas tienen acceso a diversos canales de venta, los inversores son cada vez más conscientes de la importancia de minimizar los costes de la inversión, lo que ha hecho que den preferencia a clases de acciones en fondos con costes más bajos.
Un dato relevante es que fuera del Reino Unido, Estados Unidos, Australia y los Países Bajos, es poco habitual que los inversores paguen por el asesoramiento financiero de forma directa. “La ausencia de una regulación que limite las comisiones por ventas y de agente puede hacer que muchos inversores deban pagar inevitablemente por un asesoramiento que no desean o no reciben. Incluso en aquellos mercados en los que se ofrecen clases de acciones sin comisión de agente, como Italia, estas no son de fácil acceso para el inversor minorista medio, puesto que la distribución de los fondos está dominada por los intermediarios, especialmente los bancos”, apuntan las conclusiones del informe.
Según refleja el documento, la evolución a un sistema de asesoramiento financiero basado en comisiones en Estados Unidos y Australia ha estimulado la demanda de fondos con menores costes, como los pasivos. Tanto las entidades como los asesores se han alejado progresivamente de las clases de acciones más caras que incluyen comisiones de asesoramiento y distribución. Las conclusiones indican que esta tendencia se ha extendido a otros mercados como la India y Canadá.
También destaca que las guerras de precios en el universo de los fondos cotizados han presionado a la baja las comisiones de los fondos en todo el mundo. En Estados Unidos, la competencia ha arrastrado las comisiones a cero en algunos fondos de índices y fondos cotizados, y estas fuerzas competitivas se están extendiendo a otros rincones del mercado de fondos.
“En los mercados en los que los bancos dominan la distribución de fondos, no hay indicios de que las fuerzas del mercado vayan a poder reducir por sí mismas la mediana ponderada por activos de las ratios de gastos para los inversores minoristas. Este hecho resulta especialmente patente en mercados como Italia, Taiwán, Hong Kong y Singapur, donde las ventas de fondos internacionales más caros se imponen a las de fondos más baratos domiciliados localmente”, apuntan las conclusiones.
Por último, el informe destaca que el Reino Unido ha introducido cálculos anuales del valor, uno de los avances normativos más significativos que se han producido desde el estudio de 2019 y que obliga a los gestores de activos a justificar el valor que cada fondo ha proporcionado a los inversores en el contexto de las comisiones que ha cobrado.
Metodología del informe
El estudio GIE refleja las opiniones de Morningstar acerca de lo que supone una buena experiencia para los inversores de fondos. Este estudio analiza principalmente fondos abiertos con distribución pública y fondos cotizados en bolsa, que son las formas más típicas que utilizan los inversores no profesionales para invertir en vehículos colectivos. Al igual que en las ediciones anteriores, para este capítulo del estudio GIE Morningstar ha analizado los mercados a partir de la mediana ponderada por activos de las ratios de gastos en cada mercado, además de la estructura y la divulgación de las comisiones de resultados y la capacidad de los inversores para evitar comisiones por venta o corrientes. El estudio divide los mercados en tres grupos de fondos: domiciliados, de renta variable y de renta fija. Los cálculos de las ratios de gastos se hacen desde dos puntos de vista: fondos disponibles para la venta en el mercado y fondos domiciliados localmente. En este último estudio, hemos ajustado los activos utilizados en las ponderaciones para los fondos disponibles para la venta de cada mercado con el fin de reflejar mejor la tendencia de los inversores domésticos a invertir en clases de acciones domiciliadas fuera del ámbito local.
Los ETFs, o fondos cotizados, están viviendo un momento dulce, con entradas de dinero y patrimonio en máximos históricos. En un entorno de volatilidad disparada por el impulso de la inflación, las restricciones monetarias por parte de los bancos centrales o los temores causados por los conflictos geopolíticos y bélicos, los fondos cotizados pueden seguir siendo una herramienta muy útil en las carteras de los inversores.
Los ETFs que ofrecen exposición a los mercados más tradicionales se unen a nuevas innovaciones que pretenden dar acceso a temáticas de presente y futuro como la digitalización, los avances tecnológicos, la inteligencia artificial, el big data o el blockchain. El universo también se amplía con fondos cotizados ESG, que buscan invertir de forma sostenible y que demuestran que estos vehículos también pueden ser utilizados por un inversor que quiera lograr buenos propósitos con su dinero y contribuir a la construcción de un mundo mejor.
De todos estos caminos que se abren en el campo de los ETFs hablaremos en un próximo ForosLive!, evento organizado por ABC y Funds Society, bajo el título ETFs: rutas de futuro para la gestión pasiva.
Los ponentes vendrán de la mano de Invesco y DWS, dos gestoras especializadas y con una amplísima trayectoria en el mundo de los fondos cotizados. Así, por parte de Invesco estará en el foro Laure Peyranne, directora de ETFs Iberia, LatAm & US Offshore, y por parte de DWS, César Muro, responsable de Distribución de DWS Xtrackers en Iberia.
También contaremos con un invitado experto en blockchain y tecnología: Alfredo Muñoz García, profesor de Derecho Mercantil en la UCM y consejero legal de cripto y blockchain en Grant Thornton. El debate estará moderado por Alicia Miguel, redactora jefe de Funds Society.
El acto tendrá lugar en un formato híbrido, el próximo 4 de abril, a las 12 horas. El evento presencial, precedido de un café de bienvenida a las 11.30 horas, se desarrollará en el espacio de eventos de ABC (Calle Josefa Valcárcel 40 BIS), pero también se podrá seguir vía streaming, a partir de las 12 horas, en www.abc.es, fórmula a la que tendrán acceso los usuarios registrados.
Pixabay CC0 Public Domain. Industria hedge funds: el ave fénix que resurge con un modelo de trabajo híbrido, mayor innovación en los productos y más transparencia
Mientras el sector de los servicios financieros globales comienza a prepararse para el mundo post-pandémico, la industria de hedge funds también ha estado evaluando los desafíos y las oportunidades que se avecinan y afinando sus estrategias. Según el último informe de KPMG, titulado Global Hedge Fund Industry: Accelerating out of the pandemic, se ha producido un cambio estratégico en términos de modelo de negocio, gestión del personal, apuesta tecnológica y cultura empresarial.
El objetivo de toda esta evolución, al calor del nuevo escenario que dibuja el paso de la pandemia de COVID-19, es posicionar sus estrategias de inversión y recuperar la popularidad de este vehículo de inversión que la anterior crisis financiera cuestionó. “Con sus estrategias de inversión también bien posicionadas para ocupar un lugar estratégico en las carteras de inversión alternativa de los inversores en los próximos años, el sector de los hedge funds se prepara para el siguiente capítulo”, destaca el informe* en su prólogo.
La última edición de este informe, correspondiente a 2020 y en un contexto de gran volatilidad, destacó lo bien que el sector gestionó el riesgo y la volatilidad para sus inversores, con rendimientos superiores a los del mercado que a menudo se veían recompensados con nuevas asignaciones. “Las operaciones virtuales de estas organizaciones, junto con el ecosistema del sector, se ejecutaron sin problemas en ese entorno descentralizado. En general, a pesar de los vientos en contra, fue un año ejemplar para el sector”, apuntan.
A raíz de esta experiencia, el informe señala que el sector comenzó a centrarse en varias cuestiones críticas que percibía como desafíos para un rendimiento óptimo. “A medida que la pandemia avanzaba, el sector expresó su preocupación por mantener la innovación y fomentar la colaboración en este entorno virtual. Las organizaciones que dedicaron años a desarrollar una cultura de la innovación y del éxito sabían que mantener estos valores de la empresa era fundamental para el crecimiento futuro y para atraer y retener a personas con talento”, afirma el documento.
Durante este periodo también cristalizó la importancia de la relación del sector con sus inversores. En este sentido, destacan: “A medida que los fondos de inversión pasaban a un mundo de asignación de capital virtual, las relaciones preexistentes eran importantes. A pesar de los avances en la tecnología de las salas de datos virtuales, se redujeron las asignaciones a nuevas relaciones. Las organizaciones aceleraron sus inversiones en la contratación de personal de relaciones de inversión. Sin duda, el reconocimiento de las ventajas de la tecnología, tanto en el front como en el back office, se hizo cada vez más evidente. Los riesgos cibernéticos de un entorno descentralizado estaban en primer plano para todas las empresas de servicios financieros. El poder de la tecnología digital resonó en el sector”.
Listos para el próximo capítulo: post pandemia
Según recoge el informe, ahora la industria de hedge funds se prepara para su futuro. “Este nuevo análisis sugiere que las tendencias observadas hace un año han empezado a adquirir una dimensión e importancia adicionales. Aunque también han surgido ciertas tendencias nuevas como imperativos estratégicos para el futuro de estas organizaciones”.
“Está claro que la industria de inversión ha continuado su camino ágil y resistente mientras ha ido emergiendo un entorno descentralizado durante los últimos 18 meses. La resistencia demostrada por los hedge funds durante los primeros días de la pandemia se ha transformado ahora en innovación tanto en sus estrategias de inversión como en su modelo operativo de negocio. A medida que el sector acelera la salida de la pandemia, vuelve a estar preparado para su próximo capítulo de crecimiento”, afirma Steve Menna, director senior de Inversiones Alternativas de KPMG en Estados Unidos.
En primer lugar, las firmas de esta parte del sector han adoptado un entorno de trabajo híbrido, que combina la presencialidad con la parte digital o de trabajo virtual. Lejos de romper las organizaciones, esta forma de trabajo se ha planteado acentuando valores clave como la cultura empresarial, la optimización de la colaboración y el atraer y retener de forma creativa a los profesionales con talento.
A esto se suma una evolución e innovación en el conjunto de sus productos de inversión que ofrecen, para dar respuesta a las demandas de los inversores. En este sentido han apostado por estrategia múltiple, que pueden estar mejor posicionadas desde una perspectiva operativa, y buscar oportunidades en el mercado fuera de la dinámica de la pandemia, por ejemplo en crédito privado. Además, han detectado una gran oportunidad de crecimiento dentro de las inversiones alternativas, cada vez más presentes en las carteras de los inversores; así como de la ESG. Ambas tendencias aumentan la complejidad de los hedge funds a corto y medio plazo, por lo que este será uno de los primeros retos que las firmas se enfrenten.
En este sentido Seth Factor, Tax Partner and National Emerging Manager Tax Practice Leader en KPMG en Estados Unidos, sostiene: “Los gestores tienen que equilibrar el porcentaje existente de inversiones privadas que se permite adquirir, en función de sus documentos rectores. Los gestores de inversiones deben comprender plenamente las cuestiones contables y fiscales para tener éxito”.
Por último, el sector ha mejorado su transparencia y comunicación con los inversores. “Los servicios de intercambio de datos digitales y los avances en materia de due diligence virtual han mejorado el proceso de asignación. Por ejemplo, ha comenzado a moderar sus modelos operativos de negocio para permitir la inflexión cambiante hacia los nuevos imperativos estratégicos, mientras que el estrechamiento de los márgenes obliga a tomar decisiones sobre otras partes no esenciales del negocio. Además, el ecosistema seguirá convirtiéndose en un socio operativo estratégico a medida que el sector de los fondos de cobertura busque ampliar sus oportunidades de inversión”, señala el informe en sus conclusiones.
En estas tendencias de futuro, los gestores emergentes siguen siendo un segmento importante del crecimiento del sector, pero buscando una mayor diferenciación respecto a los gestores más establecidos y con recorrido, que también siguen creciendo. En esta evolución, el informe de KPMG señala que la tecnología y las estrategias digitales serán determinantes, aplicándose desde la gestión y análisis de datos hasta la automatización de los procesos dentro de las empresas, pero también de inversión.
“En marzo de 2020, el sector de los hedge funds se vio abocado a ejecutar planes de contingencia en un entorno que muchos de sus artífices no habían previsto del todo, con empleados de todos los sectores y funciones trabajando desde casa en un entorno completamente descentralizado. Las empresas tuvieron que adaptarse al nuevo entorno en un momento de volatilidad y volumen de negociación récord. Sin embargo, ampliaron sus canales de comunicación, utilizaron la tecnología de forma creciente y modificaron los patrones de funcionamiento habituales para adaptarse a las circunstancias. Esto requirió un liderazgo creativo que estuviera abierto al desafío, con el reconocimiento de que las zonas normales de confort de trabajo habían sido perturbadas”, asegura Jim Suglia, National Sector Leader, Investment Management en KPMG en Estados Unidos.
*El informe recoge la perspectivas de 162 gestores de hedge funds, que aglutinan activos bajo gestión por valor de 1 billón de dólares estadounidenses y representan en torno a la cuarta parte de la industria, y analiza cómo el sector se ha adaptado al nuevo entorno de trabajo que surgió con la aparición del COVID-19.
Foto cedida Peter van der Werf, responsable senior de Interacción de Robeco.. Peter van der Werf, responsable senior de Interacción de Robeco.
Robeco ha publicado, con el respaldo del Fondo Mundial para la Naturaleza de los Países Bajos, su Libro Blanco sobre la pérdida de Biodiversidad que constituirá el marco definitorio de su política en este ámbito.
«Nuestro objetivo consiste en que en los próximos años podamos medir y dirigir nuestra contribución como inversores a la protección de la biodiversidad y la naturaleza, en colaboración con WWF-NL y mediante otras iniciativas, como el Pacto Financiero por la Biodiversidad. En este documento programático exponemos nuestra travesía: dónde empezamos, qué hemos hecho, y a dónde pretendemos llegar. Esperamos que disfruten con su lectura y que se unan a nosotros en este trascendental cometido”, señala Peter van der Werf, responsable senior de Interacción de Robeco.
Bajo el título «Posicionamiento de Robeco sobre Biodiversidad: cómo integrar en nuestra inversión los riesgos, oportunidades e impactos relacionados con la naturaleza», la compañía busca integrar la biodiversidad en la gestión de activos. “El mundo natural está en crisis: la biodiversidad nunca se ha reducido tan rápido como ahora en toda la historia de la humanidad. La presión humana sobre la naturaleza pone en peligro de extinción a la escalofriante cifra de un millón de especies, muchas de ellas en tan solo unas pocas décadas. Los cambios en el uso de la tierra y el agua, la explotación directa de organismos, la contaminación y la introducción de especies invasivas amenazan a muchos ecosistemas. Sin embargo, la crisis de la naturaleza no es algo aislado. El cambio climático está acelerando la destrucción de la naturaleza, lo que a su vez reduce nuestra capacidad para retener carbono y mitigar así el cambio climático. Este bucle de retroalimentación negativa también reduce nuestra capacidad para soportar los efectos del cambio climático, ya que un ecosistema degradado no nos protege tanto frente a los desastres naturales como un ecosistema saludable”, afirma Aaron Vermeulen, director de Finanzas Verdes, WWF-NL.
El World Economic Forum calcula que la mitad de la producción económica mundial, de 44 billones de dólares, depende de la naturaleza en grado medio o alto, lo que significa que la destrucción del medio natural entraña la de nuestros sistemas económicos y financieros. La destrucción de animales, plantas y bosques debido a la actividad humana es un reto tan importante como el que supone el cambio climático para el mundo. Mediante la interacción y la integración de los riesgos (y oportunidades) derivados de la naturaleza en su toma de decisiones, los inversores tienen un papel que desempañar en cuestiones como la desforestación y los cambios en la utilización de la tierra.
Así pues y en línea con la exposición que tienen otros partícipes de la industria financiera, el estudio concluyó que alrededor del 29% de las inversiones de Robeco corresponden a sectores con un impacto potencialmente elevado en factores claves para la pérdida de biodiversidad, como la utilización del suelo y el agua dulce, seguidos por el cambio climático, la contaminación y las perturbaciones directas. Eso demuestra que la biodiversidad es un asunto muy relevante para los inversores, y que hace falta que todo el sector financiero se movilice para garantizar que la inversión contribuye a lograr los objetivos del Convenio sobre Diversidad Biológica.
Pixabay CC0 Public Domain. HSBC AM incorpora a Fatima Hadjy y a Laëtitia Tankwe para reforzar sus equipos de sostenibilidad e ISR
HSBC Asset Management (HSBC AM) ha anunciado el nombramiento de Fatima Hadj para ocupar el cargo de estratega de Inversión Climática, y a Laëtitia Tankwe como jefa de Implementación y Garantía de Sostenibilidad. “Estamos incorporando los más altos estándares de inversión sostenible en toda nuestra cadena de valor”, ha señalado Erin Leonard, Head of Sustainability en HSBC AM.
Según explica la gestora, el puesto que ocupará Fatima Hadj es de nueva creación y desde este cargo dirigirá la estrategia de cambio climático de HSBC AM, garantizando que las consideraciones climáticas se integren en su plataforma de inversión. Además, trabajará con los clientes para ayudar a dar forma a sus estrategias climáticas y con los equipos de inversión para ayudar a identificar los riesgos y oportunidades relacionados con el clima en las carteras. Fatima Hadj se une a HSBC AM con más de 20 años de experiencia en la ampliación de negocios en los servicios financieros y en el apoyo a las empresas para considerar los factores ASG desde una perspectiva de riesgo e impacto. Estará basada en Londres y reportará a Stuart Kirk, jefe global de Investigación e Inversiones Responsables.
A lo largo de su carrera profesional, Hadj ha ocupado varios puestos de responsabilidad en el sector de la banca y la gestión de activos en firmas como Tikehau Capital, Standard & Poor’s y Moody’s. También ha sido presidenta del comité de los Principios de Inversión Responsable (PRI) para la integración de las cuestiones ESG en los productos titulizados desde su creación, y es miembro del comité directivo de la nueva colaboración entre los Principios de Inversión Responsable y la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente sobre préstamos bancarios y productos relacionados.
Sobre su incorporación, Kirk ha destacado: “El papel de Fátima es un siguiente paso importante, ya que nos centramos en la mitigación del cambio climático en las inversiones. Su visión de 360 grados del mercado y su experiencia previa serán fundamentales para permitirnos ser líderes en este ámbito”.
Por su parte, Laëtitia Tankwe, como nueva directora de Implementación y Aseguramiento de la Sostenibilidad, se centrará en la creación y entrega de marcos de aseguramiento líderes en el mercado para los compromisos de sostenibilidad de HSBC AM con los clientes y socios de la industria. Según explican desde la firma, Tankwe coordinará algunas de las actividades externas de la firma, tendrá su sede en París y dependerá de Erin Leonard, Head of Sustainability en HSBC AM.
Antes de incorporarse a HSBC AM, fue asesora de Inversión Responsable del Presidente del plan de pensiones del sector público francés, el Grupo Caisse des Dépôts, donde contribuyó a la definición e implementación de su hoja de ruta de inversión responsable. Anteriormente, ocupó puestos de asesora, consultora y analista en Banque Populaire Méditerranée, BPCE, Secafi, Batirente y BNP Paribas. El liderazgo de Laetitia en el sector de la sostenibilidad incluye también funciones en el consejo de administración del UN PRI y del FrenchSIF, así como su participación en el Comité Directivo de Climate Action 100+.
“Estoy encantada de que Laëtitia contribuya a impulsar el desarrollo de nuestras actividades de inversión sostenible y a garantizar que cumplimos nuestros compromisos de reducción a cero, así como a frenar el cambio climático. Su amplia experiencia con socios de la industria también garantizará que tengamos un papel de liderazgo en el impulso de la transición”, ha señalado Leonard.
La gestora apunta que su ambición es “ser un líder en la inversión responsable e impulsar la transición hacia una economía más sostenible para el beneficio a largo plazo de sus clientes y de la sociedad”. Para ello, integrará el análisis ESG como parte de su proceso de inversión, el compromiso con las empresas para mejorar la transparencia del mercado y la divulgación de la sostenibilidad, y el compromiso con los responsables políticos y los líderes de la industria para apoyar la transición a una economía baja en carbono.