El nuevo apetito del Private Equity por las startups: una perspectiva desde relación con inversores

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Cuando comencé mi carrera en la banca privada tradicional, el private equity (PE) era un mundo algo distante del ecosistema de las etapas tempranas. Las firmas de PE se enfocaban de manera precisa en empresas maduras con flujos de caja estables, márgenes predecibles y equipos directivos consolidados. Mi trabajo entonces giraba en torno a conectar a los clientes con oportunidades sólidas y ajustadas al riesgo, en lugar de perseguir la innovación.

Sin embargo, con los años, a través de roles que me acercaron al venture capital (VC), al growth equity y, ahora, liderando el área de Relación con Inversores en Zubi Group -un family office que no solo invierte y crea empresas desde cero dentro del ecosistema de venture capital, sino que también se vincula con el mundo del private equity a través de sus negocios tradicionales y a medida que las compañías de su portfolio maduran- he sido testigo de un cambio profundo. El private equity ya no se mantiene al margen de la economía de la innovación; está participando activamente en ella.

La convergencia entre Private Equity y Venture Capital

Lo que observamos hoy es una convergencia inconfundible entre el PE y el VC. A medida que el software continúa “comiéndose el mundo”, muchas firmas de private equity están moviéndose hacia etapas más tempranas, dirigiéndose a negocios basados en tecnología y modelos SaaS que antes eran dominio exclusivo de los inversores de venture capital. Estas firmas han comprendido que los ingresos recurrentes, los modelos escalables y la alta retención de clientes, rasgos característicos de las startups de software exitosas, generan también la visibilidad operativa y la previsibilidad de flujos de caja que los inversores de PE buscan.

Esto ha creado una nueva dinámica: las startups cuentan ahora con una vía adicional hacia la liquidez. El private equity se ha convertido en un comprador cada vez más relevante en rondas de crecimiento avanzadas o en transacciones secundarias, ofreciendo a los primeros inversores, fondos de venture capital, business angels incluso fundadores, una vía de salida viable más allá del tradicional esquema de IPO o fusiones y adquisiciones estratégicas.

Por qué el Private Equity está mirando al software

De mis conversaciones con inversores de distintos perfiles, destacan varias tendencias. En primer lugar, el entorno macroeconómico ha cambiado. A medida que los mercados públicos fluctúan y las ventanas de salida a bolsa permanecen inciertas, los fondos de PE que cuentan con niveles récord de capital no desplegado, buscan crecimiento y resiliencia. El software ofrece ambas cosas. La naturaleza recurrente de los ingresos SaaS aporta previsibilidad, mientras que la transformación digital en múltiples industrias sigue impulsando el crecimiento orgánico.

En segundo lugar, la madurez de muchas startups respaldadas por venture capital ha generado un terreno fértil para la entrada del PE. Estas empresas suelen contar con productos sólidos, estrategias comerciales comprobadas y rutas claras hacia la rentabilidad, pero requieren capital y disciplina operativa para escalar de forma sostenible. Y precisamente ahí es donde el private equity sobresale.

Por último, las competencias tradicionales del PE, la creación de valor mediante gobernanza, o eficiencia y adquisiciones estratégicas, son cada vez más aplicables a los negocios tecnológicos. Las firmas están incorporando ejecutivos con experiencia en tecnología, construyendo equipos internos de datos y digitalización, y adaptando sus metodologías a la economía del software.

Qué pueden hacer las startups para atraer el interés del Private Equity

Para los fundadores o equipos directivos que buscan captar la atención de un fondo de private equity, el mensaje es claro: deben pensar como una empresa escalada antes de serlo. Las firmas de PE no buscan “potencial” en el sentido del venture capital; buscan solidez operativa, información financiera disciplinada, ingresos recurrentes y palancas claras de mejora de márgenes.

Algunas señales prácticas que suelen atraer la atención del PE incluyen:

1.- Flujos de ingresos predecibles (idealmente mediante contratos o suscripciones a largo plazo).

2.- Unit economics que demuestren escalabilidad.

3.- Estructuras de gobernanza sólidas, disciplina del consejo, estados financieros auditados y KPIs transparentes.

4.- Una ruta clara hacia la rentabilidad, incluso si aún no se ha alcanzado.

En resumen, el private equity busca empresas que estén listas para que su caja de herramientas aporte valor.

Una perspectiva más amplia: Desde la lente de relaciones con inversores

Desde mi posición como IR, esta evolución no trata solo de nuevos tipos de transacciones, sino de nuevas conversaciones. Los Limited Partners (LPs) desean cada vez más exposición a la innovación, pero bajo el rigor de gobernanza de los mercados privados. Preguntan cómo los family offices y los inversores multi-activos, como nosotros, estamos cerrando esa brecha, y en muchos casos, lo hacemos integrando estrategias de venture capital y private equity bajo un mismo techo.

En Zubi Group, hemos comprobado cómo este enfoque dual nos permite respaldar empresas desde etapas tempranas, mantenernos cerca de su evolución y participar potencialmente en rondas posteriores a medida que maduran. Esto genera continuidad: un recorrido de inversión basado en relaciones, más que en transacciones aisladas.

Mirando al futuro

A medida que el private equity continúa orientándose hacia empresas de software y tecnología, las fronteras entre el venture capital y el private equity seguirán difuminándose. Para las startups, esto es una buena noticia: significa contar con socios más sofisticados y con mayor capacidad de capital, dispuestos a ayudarlas a escalar de manera responsable. Y para los primeros inversores, se abre una nueva y valiosa puerta hacia la liquidez.

El mundo en el que comencé mi carrera profesional, donde el venture capital y el private equity vivían en mundos distintos, ya no existe. El futuro pertenece a quienes sepan navegar en ambos mercados, y es precisamente ahí donde creo que se encuentran las oportunidades más interesantes.

«Con la Fórmula 1 buscamos abrir la puerta al cliente a un negocio tradicionalmente reservado a grandes fondos»

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Foto cedidaJavier Conde, Managing Partner y cofundador de Hossegor Invest.

Hossegor Invest cuenta con un año de vida, pero ha entrado con fuerza en el mercado de las inversiones alternativas. Fundada en Bilbao por Javier Conde y Pablo Barriocanal, cuenta con oficinas en Madrid, México y el sur de Francia. Precisamente, su nombre está vinculado con el país galo. “El nombre de Hossegor Capital proviene de un pueblo del sur de Francia, Hossegor, en el que tanto mi socio como yo tenemos mucha historia personal”, explica Javier Conde, Managing Partner y cofundador de la firma, en una entrevista a Funds Society. Su nombre, a juicio de Conde, transmite “mucha cercanía”, pero, al ser un destino vacacional internacional relacionado con el surf, refleja, de alguna manera, “nuestra forma de ser y de trabajar”: aunar una mentalidad local con espíritu global. La Fórmula 1 y las estrategias pre-IPO son los segmentos en los que opera la firma, por ahora, con el foco futuro en la educación y las infraestructuras. 

¿Por qué decidieron mirar negocios tan nicho como la Fórmula 1?

Este deporte siempre nos ha gustado a nivel personal. Y, en términos económicos, la Fórmula 1 es una industria completísima de tecnología, innovación, comunicación, capital o ingeniería. Y todo, además, a escala global, que encaja con nuestra forma de pensar. Detrás de cada escudería hay acuerdos corporativos, desarrollos tecnológicos, marcas de un altísimo nivel, etcétera. Vimos que todo eso nos permitía estructurar proyectos muy atractivos para los inversores. Con este segmento buscamos abrir la puerta a nuestros clientes a un negocio que tradicionalmente ha estado reservado a grandes fondos o a patrimonios muy altos.

¿Y cómo invierten en la Fórmula 1? 

Estamos presentes en la parte de sponsorship, que supone ayudar a empresas que tengan capacidad a comprender cómo el patrocinio contribuye a escalar y expandir o dimensionar su negocio. Y todo esto lo hacemos dentro de la Fórmula 1, no desde la Fórmula 1, que es un pequeño matiz, pero marca mucha diferencia. También trabajamos un fondo de inversión boutique de la Fórmula 1, que es muy concreto también.

También estáis presentes en el segmento pre-IPO. ¿Qué perspectivas manejan, teniendo en cuenta que las salidas a bolsa se han reducido bastante en los últimos años?

Es verdad que las salidas a bolsa se han reducido en los últimos años. Pero no es algo que nos preocupe porque trabajamos con mentalidad de nicho, es decir, únicamente con compañías tier 1; empresas conocidas a nivel internacional, y cada operación pasa por un análisis muy exhaustivo, muy profundo, antes de tomar la decisión de invertir. Por otro lado, a lo largo de un año, nos involucramos en una o dos operaciones, porque no buscamos cantidad, sino calidad. Por eso, aunque el mercado se ha ralentizado, nuestro segmento sigue con las mismas oportunidades, sólidas, bien filtradas, bien trabajadas. Nos enfocamos en Estados Unidos, en el Nasdaq. 

¿Qué tienen de especial sus fondos?

Nosotros no trabajamos como los fondos en el sentido tradicional. Nuestros clientes conocen en todo momento dónde está su dinero, qué rentabilidad les está generando y durante cuánto tiempo están invertidos. Esa confianza y claridad, para nosotros, son señas de identidad. Trabajamos productos muy diferenciales para dar acceso a muchos clientes a sectores que de otra manera no podrían entrar. Eso sí, no es una forma de democratización.

¿Cuántos sois en el equipo en total y cuál es vuestra estrategia de futuro?

Somos dos socios fundadores, Pablo Barrio Canal y yo mismo, junto a cuatro colaboradores más. Tratamos de trabajar con un número limitado de clientes, somos una “rara avis”, porque creemos que más no es mejor. Seguiremos creciendo, pero siempre sin perder esa esencia. Para nosotros es importante. De momento estamos establecidos como estamos y estamos bien. Tenemos mucha capacidad todavía por delante. Sobre el futuro, en el año 2026 sacaremos a la luz una parte muy focalizada con educación y otra, en energías renovables. En ese orden. Las energías renovables probablemente hacia finales del año que viene y en educación, que ya está en activo, le daremos más visibilidad. Pero no queremos salir de lo que sabemos hacer.

¿Tenéis un ticket mínimo para invertir?

Sí, pero es distinto en función de cada segmento. Desde unos 25.000 euros podemos empezar a ayudar a un cliente. Evidentemente, en la parte de Fórmula 1 la cuantía es más elevada porque hablamos de otro tipo de producto, pero tampoco hace falta tener un gran patrimonio para invertir con nosotros. Eso es un mito que hemos tumbado hace mucho tiempo. En definitiva, trabajamos todos los tipos de sectores y cliente retail e institucional.

¿Cuántos activos bajo gestión presenta Hossegor Invest? 

En torno a 4,5 millones de euros. Además, la tasa de retención de clientes es prácticamente un 95%. Hacemos el corte de la cartera año a año, no hablamos de una cartera acumulada, porque si no, la cifra sería muchísimo más alta. 

¿Qué feedback han tenido de los inversores que han entrado?

Muy positivo. Lo que más valoran los inversores es la cercanía, la claridad y la profesionalidad. En sus comentarios agradecen que entienden dónde está su dinero y lo que está haciendo. La cultura financiera en España no es elevada, así que, nuestros clientes nos ven como un socio cuyo objetivo es que su dinero trabaje para ellos, y no para otras entidades. Esto justificaría nuestra alta tasa de retención de los clientes. 

¿Cómo están posicionados en México, desde el punto de vista estratégico?

Nosotros estamos en España, pero tenemos una parte en Américas, a través de un compañero en México. Trabajamos con empresarios locales en diferentes proyectos. Es un mercado muy dinámico, que tiene apetito real por las inversiones alternativas bien estructuradas y eso encaja muy bien con nuestro enfoque. La manera de trabajar allí es igual que aquí en España. En México tenemos buenos clientes y esperemos seguir en esa misma línea. Hay empresarios mexicanos que han enviado a sus hijos a estudiar a España. Muchos de esos jóvenes deciden quedarse, pero tampoco quieren trabajar por cuenta ajena. Entonces hay unas sinergias, y ahí es donde aportamos nuestro granito de arena, sobre todo en la parte de M&A. Tienen interés en entrar en el equity o en el capital, en este caso desde las compañías españolas de baby boomers se están jubilando y que no pueden traspasar el negocio a sus hijos porque tienen profesiones independientes del negocio familiar. Aquí es donde entran esas sinergias. En cuanto al resto de nuestras inversiones, el interés de los clientes mexicanos es bastante homogéneo, no vemos que uno genere más interés que otros.

Ahora que está muy demandada la inteligencia artificial, la utilizan en alguna parte del proceso de inversión? ¿Qué función tiene la IA en Hossegor Invest?

Nosotros usamos la inteligencia artificial todos los días. Eso sí, como apoyo, nunca como sustituto del criterio humano ni de la relación personal. Nos ayuda en los análisis de tendencias, de riesgos, buscar eficiencias operativas dentro de las operaciones de M&A… Pero siempre bajo la supervisión del equipo. Da agilidad, más precisión y libera de tareas repetitivas. Las decisiones siguen dependiendo de la experiencia y de la nuestra ética profesional. Para nosotros, la tecnología potencia, pero no reemplaza. El valor está en las personas y en las decisiones que se toman. Pero hay que utilizarla.

Nuevo régimen: ¿Una nueva realidad para los inversores?

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A principios de año, compartimos nuestras ideas sobre cómo armonizar una perspectiva a largo plazo con las dificultades que se encuentran por el camino a corto plazo; dicho de otro modo, los «qué pasaría si». Una de las posibilidades más serias que observábamos era la amenaza de aranceles del presidente Trump, que finalmente se concretó con una puesta en escena espectacular el conocida como Día de la Liberación de abril.

Si bien los últimos acuerdos comerciales han mitigado hasta cierto punto el riesgo de titulares (es decir, reacciones negativas del mercado a las noticias), las empresas afrontan actualmente una nueva normalidad: los aranceles están en sus niveles máximos desde los años treinta del siglo pasado. Podríamos objetar, sin embargo, que ahora mismo el impacto de los gravámenes a las importaciones no es tan importante como lo que nos dicen del mundo en el que se desenvuelven los inversores.

Una nueva realidad para los inversores

2025 ha confirmado nuestra convicción de que nos adentramos en un nuevo régimen de inversión, caracterizado por una mayor volatilidad macroeconómica, la divergencia en los ciclos económicos y políticos, y un intervencionismo de los gobiernos mucho mayor de lo que hemos visto desde 2008. En los últimos meses, hemos asistido a un repunte de la inestabilidad que cabe atribuir, no a una recesión o una crisis bancaria, sino a la decisión de la Administración de Trump de revisar las relaciones comerciales internacionales. Este hecho ha reforzado nuestra impresión de que los gobiernos se han convertido hoy en actores mucho más importantes en la dinámica del mercado que en décadas recientes.

Lo que complica más la situación es que el paso de un régimen a otro no se produce con una ruptura clara. Es una fase de transición desordenada, en la que algunas reglas antiguas aún se aplican, incluso mientras podrían estar surgiendo nuevas. Ahora que estamos en la segunda mitad de 2025, la clave parece ser: ¿qué revelan los baches del camino sobre cómo debemos evolucionar hacia un nuevo entorno de mercado?

Utilizamos «evolucionar» a propósito, porque lo consideramos una evolución. En biología, cuando el entorno cambia, las especies deben adaptarse. O, en palabras de Charles Darwin, no sobrevive el más fuerte, sino el que mejor se adapta. En el mundo de la inversión, cuando cambia el régimen de mercado es necesario evolucionar —ir más allá de nuestras creencias, modelos y sistemas de valores— para asegurarnos de que gestionamos las carteras para el mundo en el que vivimos, no para el que ya hemos vivido.

Tres aspectos de la inversión en evolución

Creemos que un entorno de mercado en constante cambio como el actual debe obligar a los inversores a revisar tres cuestiones esenciales: la diversificación, los ingresos y la división entre mercados públicos y privados.

La diversificación está adquiriendo un nuevo significado. Durante años, las asignaciones de renta variable centradas en Estados Unidos cosechaban buenos resultados. Pero, dado que el excepcionalismo estadounidense está en entredicho, los inversores quizá deseen valorar un conjunto de opciones más amplio. En este sentido, apreciamos varias oportunidades para aquellos que sepan adaptarse.

Por ejemplo, nos parece que la renta variable europea está bien posicionada para sacar partido de un panorama fiscal favorable y de la moderación de la inflación; pero la verdadera oportunidad seguramente consista en determinar qué sectores y empresas ofrecen mayor potencial de revalorización. Por su parte, aunque Japón está expuesto a tensiones relacionadas con el comercio, no deben subestimarse los revulsivos estructurales que pueden suponer las reformas iniciadas en materia de gobernanza corporativa y las recompras de acciones. Lo dicho hasta ahora no debe interpretarse como que las acciones estadounidenses están perdiendo su importante función en las carteras, sino como que debemos replanteárnosla con cautela; por ejemplo, utilizando estrategias ampliadas, una opción para los inversores preocupados por la concentración de los mercados. Estas estrategias pueden dar flexibilidad a los gestores a la hora de infraponderar las posiciones en función de sus convicciones y no de la capitalización bursátil.

La obtención de ingresos (income) siempre ha constituido un eje fundamental en la construcción de carteras. No obstante, con una mayor volatilidad de la inflación y el entorno de menos crecimiento, debemos pensar en la estabilidad de esos ingresos. Así, tal vez los inversores se planteen diversificar sus fuentes de ingresos más allá de los títulos de deuda. Para ello puede ser útil adoptar una perspectiva de multiactivos y buscar ingresos por vías tradicionales o alternativas, como los dividendos en las acciones, los cupones en los bonos y, potencialmente, la emisión de opciones.

Los ingresos constituyen un elemento fundamental de la rentabilidad de las acciones, sobre todo con horizontes temporales prolongados. Si bien en períodos de más de un año, los cambios en la valoración y el crecimiento de los resultados empresariales contribuyen a grandes rasgos en igual medida, a más largo plazo predominan los dividendos y el crecimiento de los resultados gracias al efecto de la capitalización compuesta. (Gráfico 1).

Para generar ingresos en este nuevo entorno tampoco debemos olvidarnos de los aspectos negativos. La persistente inflación puede seguir alterando la tradicional relación negativa entre las acciones y los bonos. De ahí que sea conveniente considerar estrategias de renta fija más dinámicas en lugar de estáticas, que tan buenos resultados han dado desde 2008. También puede resultar apropiado en este caso un proceso activo de control de riesgos, diseñado para protegerse frente a los riesgos bajistas.

Con respecto a la alternancia entre mercados públicos y privados, la presencia de estos últimos es ahora mayor porque las empresas deciden quedarse fuera de la bolsa durante más tiempo. Los mercados privados están empezando a cobrar importancia para un conjunto cada vez más amplio de inversores que trata de alcanzar varios objetivos con su cartera —equilibrar la rentabilidad, los ingresos, la diversificación y la protección frente a la inflación— junto con sus activos tradicionales.

En Wellington Solutions, aprendemos cómo las empresas y los gobiernos se están adaptando al entorno cambiante actual gracias a una investigación profunda, especialmente a través de los analistas sectoriales globales y los estrategas macro de la firma. Al poner juntas todas las implicaciones reales de las decisiones políticas que están reconfigurando el porvenir de una empresa o una economía, conseguimos información de primera mano sobre cómo se están adaptando las organizaciones a este nuevo escenario.

Pese a la complicada situación de los mercados, nuestro punto de vista a largo plazo es un factor positivo. Somos optimistas porque, como humanos, somos capaces de adaptarnos e innovar.

Tribuna de opinión firmada por Natasha Brook, Senior Managing Director, Partner & Head of Wellington Solutions.

 

 

 

Descubre las soluciones que propone Wellington para hacer frente a la nueva era económica en su página web.

La dispersión del mercado ofrece oportunidades, pero hay que ser cauteloso con las valoraciones

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Octubre nos dejó otro mes de máximos históricos en las bolsas mundiales. El S&P 500, el Nasdaq, el Stoxx 600, el FTSE 100 y el TOPIX alcanzaron nuevos máximos históricos que prolongaron su  recuperación tras la oleada de ventas provocada por los aranceles en abril. 

La confianza de los inversores se vio reforzada por las alentadoras noticias en materia comercial.  La cumbre Trump-Xi en Corea concluyó de forma prometedora: el tipo efectivo de los aranceles estadounidenses sobre los productos chinos se redujo 10 puntos porcentuales, hasta el 31%, y China congeló los controles a la exportación de tierras raras. Aunque estas medidas suponen una  bienvenida desescalada tras varias semanas de gran tensión, suponen una tregua temporal más que una resolución de la rivalidad estratégica general, pero ambos presidentes expresaron su  intención de organizar más encuentros el próximo año para mantener el diálogo abierto. 

Las reuniones de los bancos centrales en octubre cumplieron en gran medida las expectativas, aunque la Fed de EE.UU. adoptó un tono más matizado y anunció medidas de corte expansivo al tiempo que intentaba mantener la flexibilidad en relación con las opciones futuras de la política  monetaria. En cuanto a los beneficios empresariales, más de la mitad del S&P 500 ha presentado resultados y hasta ahora han sido sólidos. A finales de octubre, el crecimiento interanual  combinado de los beneficios se situó en el 10,7% (cuarto trimestre consecutivo de aceleración),  mientras que los ingresos crecieron un 7,9%, el ritmo más rápido desde el tercer trimestre de 2022. 

En conjunto, unas condiciones macroeconómicas más favorables, combinadas con el apoyo de la  política monetaria y unos fundamentales empresariales sólidos, configuran un escenario propicio para la renta variable. Se observan áreas con valoraciones elevadas, pero también mucha  dispersión, lo que crea oportunidades para los expertos en selección de valores.  

De hecho, si las buenas perspectivas de beneficios se combinan con una señal más clara de que  la Fed ampliará su ciclo de recortes de tipos, se podría desencadenar una rotación hacia los  valores cíclicos y de pequeña capitalización. Los inversores alcistas pueden encontrar oportunidades rotando hacia estas áreas, mientras que aquellos con una perspectiva más defensiva deberían considerar una asignación más amplia a la calidad. 

Aunque la cautela está justificada, parece arriesgado infraponderar de forma significativa el sector tecnológico estadounidense y nuestros estudios sobre la construcción de centros de datos, las  inversiones de las eléctricas, la inversión de los hyperscalers y las previsiones de ingresos refuerzan esta idea al indicar que las cotizaciones actuales están justificadas desde un punto de  vista direccional, aunque sean algo elevadas. Sin embargo, para mitigar el exceso de  concentración en la renta variable estadounidense, abogamos por diversificar entre regiones. 

Asia y Europa ofrecen un atractivo convincente. Los fabricantes asiáticos de semiconductores y  equipos se están beneficiando de un repunte cíclico de la demanda de memorias e IA; así, los hyperscalers están acumulando existencias y las tensiones en los mercados de DRAM y NAND  están traduciéndose en previsiones de aumento de precios a lo largo de 2026. Sin embargo, los  inversores deben estar atentos a las valoraciones, ya que hay algunos títulos con poco margen de  error. La evaluación de todo el conjunto de oportunidades desvelará las mejores inversiones a  largo plazo, incluido el despliegue de la IA/tecnología, la demanda de materiales y energía, la fabricación avanzada, el desarrollo de fármacos innovadores y las oportunidades en segmentos de consumo con bajas tasas de penetración. 

Europa, por su parte, disfruta de una política presupuestaria favorable, unas valoraciones atractivas y una mejora de la confianza que incrementan los flujos de los fondos hacia la región.

 

Tribuna de opinión firmada por Stuart Rumble, rsponsable de Dirección de Inversiones para Asia-Pacífico en Fidelity International. 

La Fed en el centro del radar: ¿habrá un recorte inminente?

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Tras semanas de fragmentación en el seno del FOMC, el mercado asigna ahora una probabilidad del 80% a un recorte de 25 puntos básicos en la reunión del 10 de diciembre. El cambio de expectativas se aceleró tras surgir unos rumores que sitúan a Kevin Hassett—actual director del NEC— como principal candidato para presidir la Reserva Federal.

 

Powell parece haber ganado margen interno para avanzar en una decisión de “gestión de riesgos” dada la desaceleración en consumo, el riesgo que supone la economía “K”,  la debilidad en algunos indicadores manufactureros y la ausencia de presiones inflacionarias relevantes.

Macro mixta, pero con sello dovish

Aunque la recuperación industrial sigue sin consolidarse, el conjunto de datos publicados esta semana apoya una decisión acomodaticia:

  • Encuestas regionales:
    • Philadelphia: mejora el índice general (de -12,8 a -1,7) pese a la caída en nuevos pedidos.
    • Dallas: mejora en pedidos, pero el índice se deteriora (de -5 a -10,4).
    • Richmond: fuerte caída (de -4 a -15).
  • PMI Flash:
    • Estados Unidos: repunte a 54,8, impulsado por servicios.
    • Eurozona/Alemania: las manufacturas siguen débiles y el Ifo en retroceso (de 91,6 a 90,6), confirmando el estancamiento.
  • Ventas minoristas: +0,2% (ante el +0,4% esperado).
  • PPI subyacente: por debajo del consenso.
  • Conference Board: la confianza se estabiliza, pero sigue en tendencia bajista. La lectura para el mercado laboral es aún negativa.

 

Este entorno reduce el riesgo inflacionario inmediato, pero eleva el de una economía de doble velocidad o “K”, en la que la desaceleración golpea al consumo medio y bajo, mientras que la inversión corporativa, especialmente en IA, se mantiene fuerte.

En Europa, el índice Ifo (que pasa de 91,6 a 90,6) también sorprende negativamente y confirma la lectura del índice ZEW de hace un par de semanas y la de los PMI preliminares: el crecimiento continuará estancado. Estados Unidos, mejor que Europa.

 

Empleo: riesgos contenidos, pero no nulos

El Libro Beige refleja una economía con actividad estable, pero con menor dinamismo en ventas y contrataciones. La demanda laboral cede, pero aún no se detectan presiones para despidos masivos.

Esto se alinea con una visión de desaceleración benigna, suficiente para justificar un recorte, pero sin el pánico asociado a una contracción severa a corto plazo.

Hacia diciembre: riesgos de señal mixta

Aunque la expectativa general apunta a un recorte en diciembre, el tono de la comunicación será determinante para la reacción del mercado. Si Powell sugiere que se trata del último movimiento del ciclo, o si la curva tiene que ajustar sus expectativas a una menor laxitud en política monetaria de cara a 2026, podrían producirse varios efectos secundarios:

  • Activos de alto múltiplo (tech, crypto, growth) podrían corregir o lateralizar si el mercado interpreta el recorte como final de trayecto.
  • El dólar se vería respaldado, perjudicando a activos sensibles como oro, emergentes o bitcoin.
  • El crédito corporativo high yield, con spreads aún estrechos, podría sufrir por expectativas de tipos más altos en el largo plazo.

La regla de Taylor apunta a que estamos en niveles razonables para los fed funds; si se menciona una tasa neutral más alta por productividad o burbujas en precios de activos, la lectura del mercado sería más hawkish de lo previsto.

 

¿Más gasolina para 2026?

El recorte y “parada” de diciembre podría anticiparse como prevención ante las dudas en el mercado laboral y un posible sobrecalentamiento en 2026, cuando el plan fiscal OBBA entre en vigor con fuerza (aportando entre un 0,3% y un 0,4% al crecimiento del PIB).

A esto se suma la posibilidad de una inyección fiscal focalizada para hogares de ingresos bajos y medios, con el objetivo de revitalizar el consumo. Este enfoque, aunque útil políticamente, acentuaría la divergencia entre consumo y ahorro entre grupos de ingresos, exacerbando la estructura de la economía “K”.

IA, inversión y desequilibrios: el boom que divide

La inversión corporativa en IA sigue en expansión, apoyando una narrativa similar a la de entre 1995 y 1999. El proceso es evidente, pero aún está lejos de su techo.

Sin embargo, el boom en productividad (e ingresos) no ha sido distribuido de forma homogénea. El 10% de la población con mayores ingresos ya representa más del 50% del gasto total en Estados Unidos, lo que aumenta la desigualdad de acceso a consumo e inversión. Este desequilibrio estructural presiona a la Fed a continuar recortando tipos, incluso si la inflación se mantiene contenida o sorprende a la baja.

Valoraciones, liquidez y volatilidad: cuidado con el sobrecalentamiento

La combinación de política fiscal expansiva, narrativa tecnológica y expectativas de recortes está empujando las valoraciones a niveles que merecen ser monitoreados. A pesar de las comparaciones con la burbuja dotcom, el entorno actual incluye:

  • Mayor transparencia contable.
  • Modelos de negocio más rentables.
  • Menor apalancamiento operativo y financiero.
  • Nivel de inversión elevado respecto a generación de caja, pero todavía lejos de los excesos de 1999-2000 en el ámbito de las TMT.

 

No obstante, las condiciones pueden cambiar rápidamente. Si la Fed se ve forzada a revertir el rumbo en 2026, los activos con múltiplos más exigentes serían los más vulnerables.

Se mantiene válido el paralelismo con el periodo 1995–1999: una tendencia alcista estructural, pero con mayor volatilidad. En este contexto, tomar protección estratégica sigue siendo una decisión razonable, sin renunciar al sesgo positivo de fondo.

Conclusión

Todo apunta a un recorte en diciembre, impulsado por una política de prevención más que de reacción. Pero lo que importa no será tanto el movimiento en sí, sino la forma en que Powell lo comunique.

Los inversores deberán equilibrar tres ejes clave:

  • Narrativa de IA + fiscal expansivo = soporte estructural.
  • Riesgos de desaceleración desigual + política monetaria reactiva.
  • Amenaza de sobrecalentamiento en 2026 = riesgo de reversión.

En este punto del ciclo, lo prudente es seguir participando en la tendencia, pero con disciplina en la exposición al riesgo, vigilancia sobre el consumo y atención a las señales de reversión monetaria.

Schroders nombra a Dan Morris director de Inversiones

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Foto cedidaDan Morris, nuevo director de Inversiones de Schroders.

Schroders ha reforzado su equipo directivo de inversiones para impulsar el crecimiento en el área de mercados cotizados. En concreto, ha anunciado el nombramiento de Dan Morris como director de Inversiones. Según explica la gestora, esta función estratégica impulsará la innovación, aprovechando las capacidades de la firma para ofrecer soluciones personalizadas a los clientes en los mercados públicos a gran escala.

Morris, que trabajó en el pasado en Schroders, regresa a la compañía desde Allspring Global Investments, donde ejercía de director de inversiones del equipo sistemático. Reportará a Johanna Kyrklund, directora de Inversiones del Grupo, aportando una amplia experiencia en inversión cuantitativa, soluciones y desarrollo de plataformas tecnológicas escalables en empresas líderes a nivel mundial.

En su nuevo cargo, Morris reunirá muchas de las fortalezas de Schroders en materia de gestión activa, entre ellas la elaboración de modelos estratégicos, la asignación de activos, derivados, técnicas cuantitativas e inversión sostenible. Utilizando tecnología como la IA, desempeñará un papel fundamental en la transformación de la forma en que Schroders presta estas capacidades en soluciones personalizadas para los clientes a través de su plataforma operativa y tecnológica. La gestora ha experimentado un fuerte crecimiento en la prestación de soluciones personalizadas para sus clientes y generando más de 6.800 millones de euros en entradas netas en el tercer trimestre de 2025 provenientes de este equipo.

A raíz de este anuncio, Johanna Kyrklund, directora de inversiones del Grupo Schroders, ha señalado: “Estamos encantados de dar la bienvenida a Dan de nuevo a Schroders. Es un inversor cuantitativo con gran experiencia y su enfoque innovador, así como su visión centrada en el cliente serán muy valiosas a medida que desarrollamos nuestras capacidades para ampliar nuestra plataforma a gran escala y ofrecer un crecimiento continuo. Como miembro clave de nuestro grupo directivo de mercados Ppblicos, Dan desempeñará un papel importante a la hora de ayudarnos a ofrecer excelentes rentabilidades con nuestras inversiones y reforzar nuestra posición como gestora de inversiones activa líder a nivel mundial. Es fundamental estar cerca de las necesidades de nuestros clientes, y la experiencia de Dan nos ayudará a abrir nuevos caminos a la hora de ofrecer valor añadido a clientes de todo el mundo”.

Por su parte, Dan Morris, nuevo director de Inversiones de Schroders, ha comentado: “Schroders es una de las marcas de inversión más reputadas a nivel mundial, con capacidades innovadoras y sólidas relaciones con los clientes. La oportunidad de volver a formar parte de un equipo de inversores tan increíble, ampliar sus capacidades y contribuir al crecimiento del negocio a nivel mundial es una oportunidad emocionante y estoy deseando volver a unirme al equipo en 2026”.

A lo largo de su trayectoria profesional, Morris ha ocupado puestos de liderazgo en Wells Fargo Asset Management y formó parte del equipo ejecutivo que creó su empresa filial Allspring Global Investments. Como director de inversiones del equipo sistemático en Allspring, dirigió un equipo global y supervisó la estrategia para ofrecer carteras altamente personalizadas a gran escala. También dirigió la oficina de Reino Unido. Dan pasó gran parte de su trayectoria profesional inicial en Schroders, donde gestionó soluciones LDI en Londres, así como soluciones para clientes  en Nueva York.

Singapur, Hong Kong y EE.UU. lideran la adopción de las criptomonedas

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Desde la creación de las criptomonedas, el ecosistema financiero global ha vivido una transformación acelerada. Pero, ¿qué países la lideran? Según el informe Crypto Wealth Report 2025 de Henley & PartnersSingapur, Hong Kong y Estados Unidos son los tres lugares que encabezan la adopción de estas monedas a nivel mundial. El estudio analiza cientos de datos para identificar qué países ofrecen buenas condiciones para invertir, usar y desarrollar proyectos relacionados con cripto y blockchain.

A la cabeza del ranking se encuentra Singapur, que destaca por tener reglas claras y un entorno seguro para su uso. Su autoridad financiera combina innovación con controles adecuados, lo que atrae a intercambios cripto y a empresas tecnológicas. Además, el gobierno impulsa proyectos blockchain en áreas como pagos internacionales y finanzas sostenibles.

En segundo lugar está Hong Kong, un centro financiero que apuesta fuerte por la innovación digital. Cuenta con ventajas económicas, infraestructuras modernas y un sistema de exchanges regulados que aporta confianza. También trabaja junto a bancos y startups para probar servicios basados en blockchain y nuevos modelos de tokenización.

Cerrando el podio aparece Estados Unidos, que cuenta con una gran número de empresas especializadas en ellas y un alto nivel de adopción por parte del público. Cada vez más bancos ofrecen servicios relacionados con activos digitales, hay miles de cajeros automáticos que se facilitan las transacciones de este modelo y más comercios aceptan pagos digitales. Su combinación de investigación, apoyo tecnológico y fuerte innovación privada lo mantiene como un líder mundial en el sector.

 

La implementación de la IA en todos los sectores: el gran paso que esperan los inversores

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Los inversores institucionales y los gestores de patrimonios creen que el mercado de la inteligencia artificial (IA) está a punto de experimentar un cambio radical. Así se desprende de una nueva encuesta mundial realizada a fondos de pensiones, gestores de activos de seguros, family offices y gestores de patrimonios con unos activos gestionados combinados de 1,183 billones de dólares. El estudio desvela que casi todos los encuestados (99%) afirman estar de acuerdo con esta opinión. El sondeo fue encargado por el gestor de fondos Robocap -el principal inversor en valores cotizados de robótica, automatización e IA-.

Más de una cuarta parte (28%) de los inversores y gestores de patrimonios encuestados están totalmente de acuerdo en que los avances revolucionarios en potencia informática, macrodatos y modelos de nueva generación provocarán una explosión de la inversión en la automatización impulsada por la IA, la medicina de precisión, los sistemas autónomos y la gobernanza ética de la IA, y casi tres cuartas partes (71%) están ligeramente de acuerdo con esta opinión.

Dell’Oro Group prevé que la IA puede generar más de un billón de dólares anuales en gasto en infraestructuras relacionadas con la IA en centros de datos empresariales y en la nube en los próximos cuatro años, y se prevé que la inversión mundial en centros de datos crezca a una tasa anual compuesta (TCAC) del 24% de aquí a 2028. El estudio concluye que más de la mitad (55%) de los encuestados espera que el mercado de la IA alcance un tamaño mundial de entre 2,53 y 3 billones de dólares en 2033, mientras que el 44% afirma que se situará en torno a los 2,53 billones.

Por su parte, Boston Consulting Group estima que el mercado mundial de la robótica estará valorado entre 160.000 y 260.000 millones de dólares en 2030. Casi la mitad (49%) de los inversores profesionales y gestores de patrimonios encuestados cree que el mercado de la robótica tendrá un valor de entre 385.000 y 390.000 millones de dólares en 2033; el 42% afirma que estará entre 383.000 y 385.000 millones de dólares; el 5%, en torno a 383.890 millones de dólares; y el 4%, entre 390.000 y 400.000 millones de dólares.

A pesar de las sólidas previsiones de crecimiento del mercado a escala mundial, el 35% de los inversores institucionales y gestores de patrimonios encuestados están totalmente de acuerdo y el 65% ligeramente de acuerdo en que la regulación en el Reino Unido y la UE en torno a la IA y la robótica es demasiado estricta, lo que ha frenado la creatividad y la innovación. Esto contrasta con otros mercados, como Estados Unidos y China, donde una legislación más laxa ha beneficiado a las principales empresas de IA y robótica con sede en ambas jurisdicciones.

Aunque creen que la regulación ha ahogado la IA y la robótica en el Reino Unido, los encuestados expresaron cierta preocupación por estos mercados. Ocho de cada diez inversores encuestados están preocupados por la privacidad y la seguridad de los datos, mientras que casi tres cuartas partes (71%) están preocupados por la vulnerabilidad tecnológica, y la posibilidad de que la IA sea pirateada o manipulada, lo que pone en relieve la creciente importancia de la ciberseguridad.

Dos tercios de los encuestados afirman que lo que más les preocupa es que los sistemas autónomos de IA tomen decisiones sin intervención humana, mientras que el 61% se centra en la posibilidad de que se produzcan desplazamientos de puestos de trabajo y un impacto negativo en el empleo.

A otro 59% le inquietan las implicaciones éticas y el posible mal uso de la IA; el 58% cree que la tecnología podría utilizarse negativamente con fines de vigilancia o control; al 45% le preocupan las consecuencias no deseadas y los riesgos imprevistos del despliegue de la IA; el 42% se centra en los inciertos impactos sociales a largo plazo de la IA; y a casi una quinta parte (18%) le inquieta el potencial de la IA para superar o sobrepasar las capacidades humanas.

Jonathan Cohen, fundador y CIO de Robocap, declaró: «Ya hemos visto un enorme crecimiento en los sectores de la IA y la robótica y dados los grandes avances en potencia de cálculo, big data y modelos de IA, por lo que estamos de acuerdo en que habrá una explosión de la inversión en la próxima década. El universo de inversión en IA y robótica no deja de crecer y requiere toda la atención de un equipo de inversión especializado en este ámbito en rápida expansión».

 

El compliance como requisito para competir en el mercado

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El compliance se ha convertido en un requisito esencial para acceder y mantenerse en el mercado: las organizaciones ya no solo evalúan la calidad del servicio, sino la capacidad real de sus proveedores para garantizar integridad, transparencia y control. Contar con un sistema sólido de cumplimiento no es una opción, sino un factor decisivo para competir, generar confianza y asegurar la continuidad de cualquier relación empresarial.

Cuando el mercado exige integridad: el compliance como requisito de mercado

La función de compliance se ha consolidado como un elemento esencial para acceder y permanecer en el mercado. Las organizaciones operan hoy en un entorno en el que la capacidad de asegurar el cumplimiento, la transparencia y la integridad corporativa se ha convertido en un parámetro decisivo para evaluar la idoneidad de un proveedor o socio comercial. En múltiples sectores —no solo en aquellos altamente regulados— las empresas exigen a sus colaboradores garantías claras en materia de prevención de la corrupción, protección de datos, gestión de conflictos de interés y prevención del acoso. La falta de estos mecanismos deja de ser una mera carencia organizativa y pasa a interpretarse como un riesgo serio para la continuidad de cualquier relación de negocio.

Este cambio de expectativas supone que muchas compañías, especialmente pymes, puedan quedar excluidas de forma directa de determinadas oportunidades si no acreditan un sistema mínimo de gestión del cumplimiento. La cuestión no se limita a no superar una homologación o a obtener una puntuación insuficiente en un proceso de contratación pública. Cada vez es más habitual que operadores privados descarten a empresas que no ofrezcan un marco fiable de control y prevención, porque consideran que la falta de procedimientos de integridad supone un riesgo operativo, reputacional y contractual difícilmente justificable. Un proveedor sin políticas anticorrupción, sin un programa real de protección de datos, sin mecanismos para gestionar conflictos de interés o sin procedimientos de prevención del acoso genera incertidumbre, y la incertidumbre se traduce en una pérdida de confianza que el mercado no quiere asumir.

La presión es especialmente visible en las cadenas de suministro interconectadas. Las compañías tractoras, sometidas a crecientes obligaciones en materia de sostenibilidad, transparencia y gobierno corporativo, trasladan estos requisitos a todos los eslabones con los que trabajan. La pyme que no dispone de mecanismos de control proporcionados a su actividad puede encontrar barreras significativas para mantener su posición como proveedor; no por falta de calidad técnica, sino por no cumplir los estándares de integridad exigidos por sus clientes. Esto convierte el compliance en un elemento estructural de la relación comercial, y no en un mero ejercicio formal o documental.

La contratación pública sigue esta misma dinámica. Es cada vez más frecuente que los pliegos incluyan requisitos vinculados a la existencia de canales de denuncia, políticas de prevención de la corrupción, medidas frente al acoso o procedimientos de protección de datos debidamente implantados. La Administración busca trabajar con entidades que demuestren solidez en sus prácticas de integridad, y aquellas que no cuentan con estos mecanismos compiten en desventaja.

En este escenario, disponer de un sistema de compliance sólido y proporcionado al tamaño y realidad de la empresa ofrece una ventaja sustancial. Más allá de garantizar el cumplimiento normativo, permite proyectar una imagen de fiabilidadprofesionalidad y madurez organizativa, cualidades que el mercado valora cada vez más. Los clientes buscan proveedores capaces de gestionar riesgos de integridad de manera coherente y demostrable, y las empresas que integran el compliance en su estructura obtienen una posición preferente en términos de confianza y continuidad comercial.

La conclusión es inequívoca: el mercado actual no solo distingue entre empresas que cumplen y empresas que no lo hacen, sino que excluye activamente a aquellas que no pueden garantizar un marco básico de integridad. La prevención de la corrupción, la protección de datos, la gestión de conflictos de interés y la prevención del acoso no son ya elementos accesorios, sino condiciones esenciales para competir en un entorno empresarial que exige rigor, transparencia y responsabilidad. Integrar estas prácticas no es únicamente una obligación regulatoria; es un requisito fundamental para asegurar la permanencia y el crecimiento en un mercado que ha elevado sus estándares de forma definitiva.

Tribuna de Ignacio Ripol, líder del área de Litigación y Cumplimiento Normativo en la oficina de Barcelona.

¿Hasta qué punto sobreponderar la renta variable global en 2026?

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Nueva ronda de publicación de las perspectivas para 2026 por parte de las gestoras internacionales. La principal conclusión de sus documentos es que la renta variable global se consolida como la principal propuesta para las carteras del próximo año. Según argumentan las firmas de inversión, los beneficios empresariales están respaldando valoraciones más elevadas, especialmente en Estados Unidos, mientras que las políticas monetarias y fiscales siguen actuando como estímulo, y la incertidumbre comercial se ha disipado. 

“A medida que se acerca el final de un año turbulento el optimismo se puede mantener en los mercados. Las condiciones de liquidez son muy favorables, las económicas mejoran y los beneficios siguen sólidos, y, además, se suma el repunte del cuarto trimestre de las acciones”, añade Luca Paolini, estratega jefe en Pictet AM.

Fruto de este buen momento, las gestoras consideran que la demanda de los inversores sigue sólida y los volúmenes netos de compra de acciones se han reducido desde los máximos. Además, los flujos de fusiones y adquisiciones siguen muy fuertes. Entonces, ¿ha llegado el momento de sobreponderar la renta variable global?

Pictet AM: sobreponderación

En Pictet AM tienen clara la respuesta a esta pregunta: “Hemos sobreponderado la renta variable mundial en este último periodo de 2025, respaldada por ausencia de marcadores clásicos de burbuja, como alto apalancamiento o infladas expectativas de beneficios. Ahora bien, para 2026 esperamos que las acciones globales proporcionen rentabilidad de un solo dígito”. 

Según la visión de la gestora, el caso es que las empresas de los principales mercados bursátiles siguen mostrando sólidos beneficios, con más de 80 % de las estadounidenses habiendo superado las estimaciones, pero aun así, los activos de riesgo ofrecen primas inusualmente bajas y las valoraciones son altas.

“Aproximadamente nueve de cada diez activos cotizan por encima de su tendencia a largo plazo y hay que ser selectivo. En EE.UU. la relación cotización-ventas de las acciones, 3,5 veces, ha superado el máximo de finales de los 90 en el auge punto com. Las estadounidenses cotizan a 23 veces beneficios futuros y la prima de riesgo de la renta variable estadounidense proporciona margen muy limitado ante cualquier perturbación de la inflación, del crecimiento o menor credibilidad institucional”, argumenta Paolini. Por ello, la gestora prefiere centrar las asignaciones en renta variable en otras regiones, especialmente mercados emergentes, donde considera que las valoraciones son atractivas, con sólidos fundamentales e impulso de precios y beneficios. 

Wellington Management: exposición moderada 

Desde Wellington Management, mantienen una moderada sobreponderación en renta variable global y se inclinan por aumentar moderadamente la exposición. “Aunque la subida registrada desde abril ha sido pronunciada y las acciones estadounidenses muestran precios elevados, el panorama global de beneficios sigue siendo sólido; si bien impulsado, en gran medida, por las compañías estadounidenses de megacapitalización. Además, el contexto político y monetario es favorable, ya que los bancos centrales están relajando sus políticas en la mayoría de las regiones, con la excepción de Japón. Aún persisten algunas incógnitas en torno a los aranceles estadounidenses —por ejemplo, la decisión pendiente del Tribunal Supremo sobre su legalidad—, pero buena parte de la incertidumbre ya se ha disipado. Las empresas, por su parte, han logrado mitigar parte del impacto trasladando cerca de la mitad del coste adicional a los consumidores o a la cadena de suministro”, argumentan Nanette Abuhoff Jacobson, estratega de inversión global y multiactivos de Wellington Management, y Supriya Menon, responsable de estrategias multiactivos para EMEA en Wellington Management. 

A la hora de aterrizar su visión, matizan que, en los mercados desarrollados, seguirán favoreciendo a Estados Unidos y Japón frente a Europa. “El entusiasmo por la inteligencia artificial en EE.UU. parece poco probable que se desvanezca, a la vista de los sólidos resultados del segundo trimestre de las grandes empresas tecnológicas, los avances en innovación y el aumento de la inversión en capital fijo.Y, en Japón, observamos indicios de una mejora en la rentabilidad para los accionistas y revisiones de beneficios al alza. En cambio, las compañías europeas afrontan un entorno complejo, marcado por un crecimiento económico débil y unas expectativas de beneficios inferiores a las de otras regiones”, añaden Jacobson y Menon.

Amundi: neutrales en EE.UU.

En Amundi ponen el énfasis en que la asignación sea por sectores y estilos, ya que consideran que será lo que impulse el desempeño del activo en 2026. En este sentido, defienden favorecer la exposición más allá de la carrera por la inteligencia artificial hacia el tema tecnológico más amplio, incluyendo energía eléctrica, computación y materiales necesarios para superar las limitaciones físicas, y así como apostar por una combinación de temáticas defensivas y cíclicas. 

“En general, mantenemos una postura neutral sobre renta variable americana, a pesar de la postura procíclica de la Fed, y aumentaremos exposición con nuestro enfoque de equi-ponderado (equal-weighted approach) dadas la concentración del mercado y las altas valoraciones”, explican.

A la hora de hablar de oportunidades, Amundi considera que los sectores industriales e infraestructuras europeos deberían ofrecer nuevos puntos de entrada en la segunda mitad de 2026, beneficiándose de un dólar estructuralmente más débil, de temáticas a largo plazo (gasto en defensa, electrificación y repatriación de activos desde EEUU) y del renovado interés por la Eurozona si el plan alemán se materializa y avanzan las reformas. 

“Somos positivos respecto a los sectores financieros, industriales, de defensa y de transición verde en Europa, así como sobre small y mid-caps. Europa todavía puede participar en el ciclo tecnológico a través bienes de capital e industrias. En Asia buscamos oportunidades en el creciente ecosistema tecnológico asiático, y Japón también puede beneficiarse de la reforma corporativa y del debilitamiento del Yen.

“En renta variable china, esperamos pasar de una posición neutral a posiciones selectivas en el sector tecnológico y en áreas con clara ventaja comparativa. Somos positivos respecto a India en un horizonte a medio plazo, donde la transformación “Make in India” ofrece potencial de crecimiento a largo plazo en múltiples campos (industria manufacturera, consumo, infraestructura, cambios en cadenas de suministro globales, tecnologías de inclusión financiera)”, añaden desde la gestora. 

Allianz GI: cautela sin perder la ambición

La premisa de Allianz GI para el próximo año es mantener la cautela sin perder la ambición. Algo que también aplican a la renta variable. Michael Heldmann, director de inversiones en renta variable, considera que Europa ofrece un entorno más favorable que Estados Unidos, gracias a unos menores niveles de concentración y valoraciones más atractivas. Apunta que “las acciones europeas presentan precios más razonables en todos los sectores, lo que las hace interesantes tanto por valor como por crecimiento”.

En cambio, las acciones estadounidenses muestran “valoraciones elevadas y una concentración extrema”, lo que exige una mayor selectividad. Heldmann identifica India como un mercado especialmente destacado, con “una demografía favorable, una infraestructura digital en expansión y unos fundamentos sólidos”. Sobre China, afirma que representa “una oportunidad a largo plazo, con amplio potencial, liderazgo en innovación y apoyo político”. Las tres regiones —Europa, India y China— configuran, en su opinión, “un marco de asignación atractivo para afrontar el nuevo orden mundial”.