Por qué pensamos que la inflación en Estados Unidos sigue siendo un riesgo

  |   Por  |  0 Comentarios

La inflación anual en Estados Unidos subió a 8,55% en marzo, la más alta desde diciembre de 1981, cuando estaba en 8,9% y en descenso. Hoy claramente no se puede anticipar una reversión, lo cual ha tomado al mercado y a la Reserva Federal de Estados Unidos por sorpresa.

Exactamente hace un año la narrativa de inflación transitoria estaba marcando la pauta. Nosotros también respaldábamos dicha tesis en nuestros informes. Hasta ese momento, se esperaba una normalización de la oferta y una demanda más bien reprimida. Ninguno de estos eventos ocurrió.

La motivación de esta columna es argumentar que el riesgo inflacionario será más persistente, posiblemente con mayores sorpresas al alza en el camino, lo cual debería seguir generando volatilidad en los activos financieros. En consecuencia, reiteramos nuestra recomendación de mantener un sesgo defensivo en los portafolios.

Son cuatro los hechos relevantes que han impactado las expectativas inflacionarias: 1) shock de oferta del coronavirus; 2) estímulos fiscales masivos; 3) cambio en la función de reacción del Fed; 4) guerra entre Rusia y Ucrania y su consecuente impacto en las materias primas.

El shock de oferta del COVID-19 es fácil de comprender. Las cadenas productivas siguen bajo presión por la crisis, pero debiese llegar un punto en que se normalicen. De hecho, las proyecciones de los principales bancos centrales descansan sobre este supuesto. Por ejemplo, la Fed en sus proyecciones de marzo estimó que la tasa de desempleo se mantendrá baja y la inflación convergerá al 2,3%. La tesis la reafirmó hace unos días. Esto es posible solo sí la inflación responde a un shock de oferta (¡no existe un modelo económico donde la inflación cae, pero la tasa de desempleo se mantiene constante!).

El problema es que la inflación, si bien tiene componentes ligados a la oferta, su mayor contribución proviene de la demanda. Aquí saltamos al segundo evento. Si el gobierno de Estados Unidos pide prestado y todos los agentes de mercado entienden que luego aumentarán los impuestos o reducirán los gastos para pagar la deuda, no se generará inflación. No obstante, la impresión de dinero del 2020 y 2021 fue totalmente diferente. Básicamente se aplicó el concepto acuñado por Milton Friedman: el famoso “helicóptero de dinero”. Las transferencias directas llegaron sin el aumento correspondiente en las expectativas de que el gobierno algún día aumentaría el superávit en un monto equivalente al valor presente de la deuda. En palabras simples, regalaron el dinero.

Así entonces, el shock del COVID-19 podría desaparecer mágicamente, pero la inflación no lo haría. La Fed tiene en su mente un modelo de expectativas racionales, donde los agentes conforman sus creencias sólo en función de la inflación futura. Sin embargo, el mundo no funciona de ese modo. Existe una amplia evidencia de rigidez en los precios (los modelos neokeynesianos muestran que los precios pueden subir fácilmente, pero no se ajustan a la misma velocidad a la baja). Por estas razones, respetados economistas como John Cochrane, entre otros, argumentan que la Fed tiene una visión simplista del panorama, particularmente en lo que se refiere la normalización de la oferta.

Hoy enfrentamos un gran trade-off que se puede fácilmente entender con el ejemplo de un automóvil conducido a gran velocidad. La política fiscal es el acelerador y la política monetaria controla la bencina. Hoy Estados Unidos está manejando a gran velocidad y frenando a la vez. El problema es que la Fed es meramente el copiloto. Se requieren medidas en materia fiscal para controlar la inflación.

El tercer evento previamente descrito es igual de importante. En septiembre del 2020, la Fed anunció un ajuste en su meta de inflación, a un marco que denominó meta flexible de inflación promedio. El mandato consiste en que el incremento en los precios debe promediar 2,0% en el largo plazo, sin aclarar qué se entiende por largo plazo. Desde ese momento las expectativas inflacionarias han aumentado con fuerza.

Finalmente, se sumó como antecedente el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Se ha observado un incremento importante en los precios de las materias primas, particularmente el petróleo y el trigo, que naturalmente ha sesgado los riesgos inflacionarios al alza. Saber cuándo terminará el conflicto es imposible, pero todo parece indicar que será un largo proceso.

En definitiva, existe un amplio consenso académico que la Fed podría estar detrás de la curva. De hecho, algunos consejeros de la entidad advierten que la tasa de referencia debería estar al menos 100 puntos base más elevada. Claramente, el camino se aprecia complejo y la volatilidad podría continuar, por ello nuestra recomendación apunta a no sobrerreaccionar y posicionarse en aquellos activos que se ven mejor posicionados frente a este escenario. Destacamos principalmente los bonos corporativos emergentes (yield en 6,0% y duration de 5,2 años) y High Yield Global (yield en 7,1% y duration de 4,1 años), clases de activo donde recomendamos mantener una sobreponderación. La renta variable, por definición, es el activo que debiese seguir presentando un mayor grado de volatilidad.

 

El aumento de la volatilidad eleva las oportunidades en el crédito high yield

  |   Por  |  0 Comentarios

La confluencia de incertidumbres económicas está creando un terreno fértil para que los gestores activos descubran oportunidades convincentes en el mercado crediticio.

Durante los primeros dos meses de 2022, los precios de los bonos de high yield cayeron en respuesta al aumento de la inflación, un aumento en las rentabilidades de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, un cambio anticipado en la política de la Reserva Federal y un fuerte aumento en los riesgos geopolíticos asociados con la agitación resultante de la destrucción ante la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Si bien es imposible pronosticar cuándo se revertirá esta tendencia de expansión actual, el movimiento en lo que va del año ha generado un punto de entrada atractivo para invertir en el mercado de bonos de high yield.

Fundamentales de negocio saludables

La ola de ventas actual está siendo impulsada por factores exógenos, en lugar de un cambio en los fundamentales comerciales subyacentes, que se mantienen saludables y, en conjunto, están en niveles anteriores al Covid. Además, los indicadores de estrés crediticio se mantienen estables, ya que la tasa de default actual se mantiene históricamente baja, al igual que los indicadores de impagos a futuro.

Sin embargo, la presión por el lado de la venta ha aumentado y casi 19.000 millones de dólares han salido de los fondos de inversión de renta fija high yield  en lo que va de 2022. Por el contrario, los préstamos apalancados, aunque son susceptibles las mismas incertidumbres económicas globales negativas por el alargue del conflicto en Ucrania, se benefician del aumento de las rentabilidades y una política más restrictiva por parte de la Reserva Federal. Con eso en mente, no nos sorprende que los fondos de préstamos apalancados hayan recibido entradas netas de 15.000 millones de dólares hasta la fecha en 2022. Estas entradas, junto con la creación continua de obligaciones de préstamos garantizados (CLO), han resultado en una oferta constante de créditos.

No buscamos el valor relativo entre las dos clases de activos en el nivel más amplio del mercado. En cambio, buscamos aprovechar el mandato flexible que disfrutan la mayoría de nuestras estrategias de inversión de renta fija, lo que nos permite enfocarnos en las oportunidades con el perfil de riesgo-beneficio más atractivo en el mercado de bonos de high yield y préstamos apalancados. En términos generales, para los inversores a largo plazo, la ola de ventas actual en el mercado de alto rendimiento es una oportunidad para sumar más exposición o entrar en la clase de activo.

Surgen oportunidades de compra

Un ejemplo reciente de una reciente swap de valor relativo que implementamos fue salir de una posición en Asurion L+3.25% con vencimiento en julio de 2027, a favor de añadir las Notas Senior de Viasat al 6,5% con vencimiento en julio de 2028. Al ejecutar esta transacción, sumamos un rendimiento incremental a las carteras, al tiempo que concluimos, como resultado de nuestro análisis fundamental, que el canje no expuso las carteras a un exceso de riesgo crediticio en relación con el mercado en general.

El análisis indicó que al final del año, las notas senior de Viasat ya estaban proporcionando una rentabilidad incremental en relación con el crédito de Asurion. Hubo varios factores que influyeron en esta ventaja en términos de retorno, como la diferencia en las calificaciones, el tamaño relativo y la posición en la estructura de capital. Sin embargo, desde nuestra perspectiva, el riesgo relativo de una inversión en estas notas senior en comparación con el crédito de Asurion, está específicamente en la exposición a la baja desde una perspectiva de pérdida crediticia, como lo indica su respectivo préstamo a valor ( “LTV”), que son más o menos iguales entre sí.

No obstante, como resultado de la presión técnica y los riesgos exógenos que se ejercen en el mercado de bonos de high yield en general, y en las Senior Notes de Viasat, al 28 de febrero de 2022, las Senior Notes ofrecían aproximadamente 300 puntos básicos de rendimiento incremental, considerablemente mayor que el retorno incremental ofrecido al final del año, por lo que nuestro due dilligence muestra que representa aproximadamente el mismo nivel de riesgo en relación con Asurion. Si bien este es un ejemplo singular de un intercambio de valor relativo, es representativo de las oportunidades que estamos observando actualmente en el mercado de high yield.

A pesar de que no atendemos a la macro ni reclamamos experiencia especial en la predicción del resultado de las crecientes tensiones geopolíticas, confiamos en la aplicabilidad de nuestro proceso y filosofía de inversión en el entorno actual. En nuestra opinión, el aumento de la volatilidad no solo ha creado un punto de entrada más atractivo en el mercado de bonos de high yield, sino que también ha expuesto oportunidades de compra en el crédito apalancado.

Los emisores corporativos con grado de inversión pagan un 3,6% de rentabilidad por sus bonos híbridos

  |   Por  |  0 Comentarios

El mercado de híbridos corporativos (bonos subordinados de empresas industriales) en euros con grado de inversión paga un atractivo rendimiento del 3,6%. Si comparamos esto con el mercado de bonos corporativos senior en euros, que rinde apenas un 1,8%, un inversor inteligente se preguntará cómo es posible, porque no hay nada gratis. En general, desde principios de año, los mercados de bonos corporativos han sido un reto debido a la combinación de una alta inflación, una postura más dura del BCE de lo que muchos participantes en el mercado esperaban y las recientes hostilidades en Ucrania.

Como resultado, el aumento de las primas de riesgo provocó salidas de más de 7.000 millones de euros del segmento de bonos corporativos con grado de inversión en euros. Las primas de iliquidez resultantes han llevado a valoraciones más atractivas de nuevo. En particular, los híbridos corporativos, cuyos emisores suelen tener una calificación de grado de inversión, tienen una valoración muy favorable y ofrecen una buena oportunidad para entrar en el segmento.

Para el segmento de bonos corporativos con grado de inversión en euros, el año ha sido difícil hasta ahora. Por ejemplo, el fuerte aumento de la inflación en la eurozona provocó inicialmente un importante incremento de la volatilidad de los tipos de interés. Además, la inesperada postura hawkish del BCE y el conflicto en Ucrania crearon una presión adicional de venta. La combinación de estos factores provocó un aumento de las primas de riesgo y, en consecuencia, el segmento tuvo que absorber importantes flujos de salida de más de 7.000 millones de euros (incluidos los ETF) desde principios de año.

1

Las distorsiones del mercado provocadas por la invasión del ejército ruso y las primas de iliquidez resultantes ofrecen ahora valoraciones más atractivas de nuevo y una buena oportunidad de entrada, especialmente en el segmento de los híbridos corporativos. El rendimiento actual de estos activos es aproximadamente dos veces superior al de los bonos corporativos senior. Este atractivo aumento de la rentabilidad debería compensar con creces la moderada pérdida derivada de las subidas previstas de los tipos de interés hasta finales de año. En comparación con el mercado high yield, este rendimiento es aún más atractivo. Compensa al inversor con casi el 76% del rendimiento del mercado high yield sin tener que renunciar a una calificación crediticia de grado de inversión. Además, los híbridos corporativos experimentaron un riesgo de impago máximo histórico increíblemente bajo, de sólo el 0,33%, durante la crisis financiera de 2008/2009, mientras que fue de alrededor del 10% para las empresas del segmento de alto rendimiento.

Las compañías con una importante exposición a las ventas en Rusia, como Wintershall Dea, pudieron mostrar unos sólidos resultados fundamentales en 2021. Sin embargo, las empresas con vínculos comerciales demasiado fuertes con Rusia sufrirán y deberían evitarse. Con el reciente aumento de los rendimientos, los híbridos corporativos también han vuelto a ser más interesantes para los inversores de high yield, que habían buscado este segmento especialmente durante la crisis del coronavirus.

A corto plazo, las primas de riesgo dependerán probablemente de la evolución de la guerra y, por tanto, seguirán siendo volátiles por el momento. No obstante, consideramos que la clase de activos está muy bien valorada, por lo que las primas de riesgo deberían estabilizarse en el curso de una fuerte recuperación económica debido a los efectos de reactivación relacionados con la pandemia y volver a caer ligeramente con efectos positivos sobre los precios a medio plazo.

Además, una comunicación clara por parte de los bancos centrales y la ausencia de una nueva escalada en el entorno geopolítico deberían apoyar el mercado de híbridos corporativos y representa un buen punto de entrada.

2

Los híbridos corporativos tienen mejores métricas de riesgo en tiempos de tensión económica

La característica especial de los híbridos corporativos es que los emisores suelen tener una sólida calificación de grado de inversión. Debido a su naturaleza subordinada en la estructura de capital, disfrutan de la ventaja de un rendimiento similar al de los bonos de alto rendimiento. En una comparación histórica, los ratios de riesgo y rendimiento también hablan a favor de los híbridos corporativos: debido a su mejor calificación crediticia, sus primas de riesgo y, por tanto, sus precios, fluctuaron significativamente menos que las primas de riesgo o los precios de los bonos high yield durante los períodos de tensión económica. Además, la liquidez del mercado en esos momentos era mayor que la de los bonos high yield. Por otra parte, los híbridos corporativos consiguen un rendimiento similar al de aquellos y dan la impresión de tener fases de recuperación más cortas con drawdowns máximos históricamente más bajos, por ejemplo durante la crisis financiera de 2008/2009 y la crisis de coronavirus en 2020.

Sin embargo, el acceso a los híbridos corporativos no es del todo sencillo: además de evaluar la solvencia del emisor, en el caso de los híbridos corporativos hay que analizar los complejos documentos contractuales con los numerosos derechos de rescisión ordinarios y extraordinarios. El origen del mayor rendimiento en comparación con los bonos corporativos senior no sólo radica en el carácter subordinado, sino también en la asunción de estos riesgos contractuales (híbridos) estructurales, a causa de los cuales el emisor debe pagar una mayor prima de intereses en función de la fecha de la first call. Debido a la enorme complejidad del segmento de los híbridos corporativos, es esencial una amplia diversificación y un análisis detallado de los documentos contractuales, junto con una evaluación detallada de la calificación crediticia del emisor.

En conclusión

Los híbridos corporativos son una alternativa sólida en el actual entorno de mercado y pueden mejorar el perfil de riesgo-rentabilidad de una cartera global como complemento. Como estos activos o sus contratos sólo pueden analizarse con un importante despliegue de esfuerzo y debido a que la denominación, que suele ser de 100.000 euros como mínimo, es relativamente grande, esta parte del mercado de bonos estuvo reservada durante mucho tiempo a los inversores institucionales.

Sin embargo, ahora hay varios fondos de inversión a través de los cuales los inversores privados también pueden invertir en híbridos corporativos. Entre ellos se encuentra el Bantleon Select Corporate Hybrids, que ha superado a su índice de referencia en 0,40 puntos porcentuales desde principios de año (hasta el 29 de abril de 2022, clase de acciones «IA»). Por ahora, el fondo recibe un rendimiento hasta la primera fecha de rescate del 4,62%, que refleja el 91% del rendimiento del mercado de high yield, mientras que tiene una calificación media de bonos de «BBB-» y una duración de unos 4 años.

Debido a sus niveles de rendimiento históricamente atractivos, los híbridos corporativos son el punto dulce del mercado de renta fija. Los inversores obtienen exposición a un segmento de nicho que se beneficia de emisores con balances saneados con un riesgo de impago casi nulo y con un alto grado de diversificación en todo el espectro del sector industrial.

Híbridos corporativos en Bantleon

Bantleon, representada en España por Capital Strategies Partners, gestiona híbridos corporativos en el fondo de bonos Bantleon Select Corporate Hybrids, que se lanzó en octubre de 2019. Un máximo del 35% del volumen del fondo puede invertirse en bonos subordinados con calificaciones que no sean de grado de inversión (la calificación del emisor suele estar en el rango de grado de inversión).

Columna de Ercan Demircan, gestor de cartera y analista de bonos corporativos

El experimento fallido y peligroso de la Fed puede provocar una recesión a finales del 2022

  |   Por  |  0 Comentarios

Durante el último año, la Reserva Federal ha estado realizando un experimento muy peligroso: los miembros decidieron que, incluso frente a la gran fortaleza del mercado laboral, no había inconveniente en mantenerse muy acomodaticio, convenciéndose de que las mismas condiciones que ocurrieron antes de Covid persistirían más allá de la pandemia.

Sin embargo, después de las cantidades récord de estímulos fiscales y monetarios, nos encontramos en una situación muy diferente tanto en Estados Unidos como en todo el mundo. No se ha de subestimar el compromiso del presidente de la Fed, Jerome Powell, por centrarse en combatir la inflación en lugar de apoyar el crecimiento como un cambio histórico y significativo en el paradigma monetario mundial y de Estados Unidos. Si la Fed tuviera que elegir entre su doble mandato de máximo empleo y estabilidad de precios, la lucha contra la inflación ahora sería lo primero.

Esto prepara el escenario para una recesión que podría llegar tan pronto como para finales del 2022, en lugar del 2023, como se anticipa. La curva de los bonos del Tesoro de Estados Unidos continuó aplanándose, un indicador tradicional de que una recesión se avecina en el horizonte. Además, los tipos subirían por encima de lo que se considera la tasa natural de largo plazo en algún momento del próximo año, lo que provocarían una inversión de la curva.

A esta combinación se suma el lanzamiento de una previsión sobre la reducción del balance general, después de años de acumulación drástica de activos. Una situación que no se conoce qué efecto tendrá. Y solo una vez que el mercado obtenga claridad sobre la velocidad de la liquidación de activos, tendrá una mejor comprensión del endurecimiento que veremos.

Así, frente a los mercados de renta fija de alta calidad a nivel mundial, muchos inversores han optado por productos crediticios, que también incluyen préstamos bancarios que generalmente tienen una duración muy baja y son inmunes al aumento de los tipos. 
 

Análisis tras el primer trimestre de 2022: «Seguimos viendo oportunidades en todos nuestros mercados»

  |   Por  |  0 Comentarios

Al principio podría parecer que todo está en contra de los mercados emergentes. El dólar se está fortaleciendo, y los rendimientos de los bonos a largo plazo están cayendo mientras los rendimientos de los bonos a dos años suben, lo que hace que la curva de rendimiento se invierta brevemente, una señal de que un banco central está exprimiendo los excesos de una economía. Además, el tipo de interés de las hipotecas a 30 años se ha disparado recientemente. Esto afectará al mercado inmobiliario. Y la política fiscal también se ha endurecido, lo que puede afectar al consumo.

Todo esto no augura nada bueno para la economía estadounidense a corto plazo: la recesión es posible, incluso probable. Las tensiones entre Estados Unidos y China continúan y se han visto exacerbadas por la invasión de Rusia en Ucrania. De hecho, se trata de un telón de fondo extremadamente difícil para los mercados emergentes en general. Como es lógico, las valoraciones han caído en consecuencia y eso nos da un escaso grado de tranquilidad. Sin embargo, más reconfortante es el hecho de que los mercados emergentes sólo han tenido un rendimiento ligeramente inferior al del S&P 500 en lo que va de año, a pesar de la debilidad de China y las pérdidas extremas de Rusia.

De hecho, la renta variable parece relativamente tranquila ante todos estos acontecimientos. En parte, estoy seguro, que esto refleja la continua creencia del mercado de que la inflación empezará a enfriarse, ya que las expectativas de inflación, aunque han aumentado, siguen siendo altas sólo a corto plazo. Así pues, el mercado, en promedio, sigue creyendo que los problemas de la cadena de suministro y, posiblemente, la escasez de mano de obra y los desajustes laborales son en gran medida la causa del aumento de los precios y que se rectificarán en un plazo de 12 meses. Pero, en parte, también parece que los mercados emergentes, en promedio, pueden ser mucho más resistentes a las perturbaciones externas en esta recesión de lo que sugiere su reputación.

Fuerza en Brasil

Empecemos por América Latina. Estos mercados se han comportado con bastante fuerza, especialmente el principal mercado de Brasil. Resulta tentador atribuirlo al rendimiento de los valores de recursos, y ciertamente han desempeñado un papel, ya que los precios de las materias primas han subido tanto con el entorno inflacionista general como con el temor a la escasez tras las sanciones impuestas a Rusia. Se trata de países productores de materias primas y, por tanto, tienden a hacerlo bien en momentos como éste. Sin embargo, durante el último trimestre, otros sectores se han comportado igual de bien, especialmente el financiero. Y algunos sectores, especialmente los de servicios, se han comportado incluso mejor.

Con todo, la recuperación de los mercados latinoamericanos ha sido mucho más amplia que la de las materias primas. Ello se debe, en parte, a que los mercados latinoamericanos se quedaron rezagados con respecto a los asiáticos durante gran parte de los cierres del COVID-19, por lo que el repunte, por muy abrupto y amplio que haya sido, no ha ampliado demasiado las valoraciones y, de hecho, en general América Latina sigue cotizando con descuento con respecto a Asia. De todas las economías latinoamericanas, quizás en este momento México sea la mejor situada para un crecimiento sostenible a largo plazo. En los últimos años, México ha hecho mucho por fortalecer su macroeconomía y su posición cercana a EE.UU. seguirá siendo ventajosa en el cambio de las cadenas de suministro globales.

Crecimiento refractario

En cuanto a la India, ha seguido obteniendo mejores resultados. Esto se ha debido en gran medida a un repunte de los ingresos, así como a una mayor estabilidad de la moneda debido a una imagen más sólida de la cuenta corriente. A su vez, la cuenta corriente se ha visto favorecida por los mejores resultados de las exportaciones de productos manufacturados, tanto de automóviles como de productos electrónicos de gama cada vez más baja. Sin embargo, el impacto del precio del petróleo es negativo y la cuenta corriente ha vuelto a ser deficitaria, pero la moneda sigue siendo estable. En resumen, el panorama no es tan bueno como hace unos meses, pero el rendimiento de los mercados indios se mantiene.

Otras zonas de Asia también han registrado unos resultados relativamente buenos: Singapur, Indonesia y Tailandia, por ejemplo. Esto no es tan inusual, ya que Asia suele obtener buenos resultados justo antes de las subidas de tipos de la Reserva Federal de EE.UU., ya que el crecimiento económico suele acelerarse en esos momentos. El entorno general de reflación tiende a ayudar a las economías asiáticas y a sus mercados bursátiles. Tiende a ser favorable para las empresas más pequeñas frente a las de gran capitalización. Una vez que se examinan las perturbaciones de los precios de las materias primas y el aumento de la aversión al riesgo, todas estas tendencias esperadas parecen estar desarrollándose.

Los retos de China

China, quizás, ha sido el principal lastre de los mercados emergentes este año. Su débil rendimiento puede atribuirse a varias cosas: la estricta política monetaria de los dos últimos años; las medidas reguladoras del gobierno chino; las preocupaciones por la exclusión de la bolsa; y las tensiones en torno a Rusia y Ucrania y las posibles implicaciones para Taiwán.

En ausencia de cualquier provocación -como una declaración de independencia por parte de Taiwán- creemos que una toma de posesión militar es extremadamente improbable. No sería sencillo desde el punto de vista militar y el daño potencial a la economía china por la pérdida de suministro de semiconductores de alta gama lo convierte en una propuesta costosa.

En cuanto a la situación monetaria en China, ha sido tensa durante la mayor parte de los dos últimos años. Sin embargo, tanto la política fiscal como la monetaria se están relajando, y China, al no sufrir presiones inflacionistas, tiene margen para persistir con un estímulo moderado. Con el estímulo, espero que se acelere el crecimiento de los beneficios, incluso en medio de una política de cero COVID.

Respecto a los problemas de regulación que afectaron a algunos de los valores de gran capitalización de China, el gobierno ha admitido que podría hacer un mejor trabajo de señalización y consulta sobre las iniciativas de regulación. Esto es útil para los inversores, ya que hace que el panorama legislativo sea un poco más predecible. Los problemas de China, al igual que los de muchas economías desarrolladas, están relacionados con el apoyo a la economía privada para generar riqueza y mantener un mercado competitivo, y al mismo tiempo con la intervención para repartir más ampliamente los beneficios de esa riqueza.

En cuanto a la preocupación por la posible exclusión forzosa de las acciones chinas de los mercados estadounidenses como consecuencia del conflicto de las auditorías entre Estados Unidos y China, parece que los chinos van a permitir una inspección bastante generalizada de los libros de los auditores. De este modo, China cumplirá la mayoría de las condiciones que quiere Estados Unidos. Queda por ver si es políticamente posible lograr un acuerdo definitivo antes de las elecciones de mitad de mandato. Sin embargo, ahora debe ser una cuestión de tiempo y, si las empresas pasaran de cotizar en EE.UU. a hacerlo en Hong Kong -para muchos valores actuales se trata de una mera cuestión administrativa-, en última instancia, los precios serán fijados por los inversores chinos de Hong Kong y los inversores nacionales. En general, esta cuestión parece ser en gran medida un juego de espera y, en mi opinión, tiene cierto valor.

Resistencia de los emergentes

Mirando a través de los principales mercados emergentes parece que hay buenas razones por las que se han mantenido resistentes. Las valoraciones han vuelto a donde estaban a finales de 2018, y se ha producido una clara mejora en los rendimientos de la renta variable. De hecho, actualmente solo estamos un 10% más caros que los niveles de los mercados emergentes amplios que durante los últimos ocho años han sido un suelo bastante sólido para las valoraciones. Así es que, si vamos a ver un mejor crecimiento de los beneficios en nuestros mercados, las perspectivas parecen tentadoras.

En una medida amplia de los mercados emergentes y de EE.UU., las valoraciones se encuentran ahora con descuentos similares a los que alcanzaron durante la crisis financiera mundial. Sin embargo, dentro de los mercados emergentes no hay razones claras para favorecer a una región en detrimento de la otra, si se observan únicamente las valoraciones. De hecho, el rendimiento relativamente superior de los mercados latinoamericanos simplemente ha recuperado parte de la prima históricamente alta de la que había disfrutado Asia en los últimos años.

El gran impacto ha sido el cambio vicioso del crecimiento al value (y al valor cíclico). A medida que las acciones de materias primas y, en particular, los bancos, se han recuperado y las expectativas de beneficios han mejorado, las primas de valoración de las acciones tecnológicas y de salud se han reducido drásticamente. Mientras que las carteras más orientadas al value han podido capear esta tormenta, la mayoría de las carteras que gestionamos tienen un sesgo de crecimiento y, en consecuencia, el rendimiento se ha resentido.

Hay dos cosas que decir al respecto. En primer lugar, no creemos que sea el momento de perseguir el crecimiento cíclico a corto plazo. El mercado puede retroceder fácilmente y perjudicarnos cuando estas acciones se corrijan. Es mucho mejor seguir nuestra filosofía de crecimiento a largo plazo. En segundo lugar, debemos examinar las empresas de nuestras carteras para comprobar que el rendimiento operativo de los negocios sigue siendo sólido. Porque el repunte de las acciones cíclicas y value pueden muy bien estar vinculado a las actuales presiones inflacionistas.

El mercado de bonos sigue diciéndonos que cree que este es un entorno relativamente a corto plazo e incluso, en algunas medidas, que la inflación ha tocado techo. Si ese es el caso, entonces no es improbable que volvamos al entorno que precedió a los cierres pandémicos: uno de crecimiento desinflacionario. Ese entorno en el pasado ha demostrado ser un momento en el que las primas de valoración de las acciones growth han aumentado.

En Matthews Asia siempre nos hemos centrado en el largo plazo y en las empresas que ofrecen un crecimiento sostenible. Y por muy difíciles que parezcan los tiempos actuales, seguimos viendo oportunidades en todos nuestros mercados.

Disclaimer

Los puntos de vista y la información que se exponen en este informe corresponden a la fecha de su publicación, están sujetos a cambios y pueden no reflejar las opiniones actuales. Los puntos de vista expresados representan una evaluación de las condiciones del mercado en un momento determinado, son sólo opiniones y no deben considerarse como asesoramiento de inversión en relación con una inversión concreta o con los mercados en general. Dicha información no constituye una recomendación para comprar o vender valores o vehículos de inversión específicos. La inversión conlleva riesgos. Invertir en mercados internacionales y emergentes puede implicar riesgos adicionales, como la inestabilidad social y política, la falta de liquidez del mercado, las fluctuaciones de los tipos de cambio, un alto nivel de volatilidad y una regulación limitada. La inversión en pequeñas y medianas empresas es más arriesgada y volátil que la inversión en grandes empresas, ya que pueden ser más volátiles y menos líquidas que las grandes empresas. Los resultados pasados no garantizan los resultados futuros. La información contenida en el presente documento se ha obtenido de fuentes que se consideran fiables y precisas en el momento de la compilación, pero no se ofrece ninguna representación o garantía (expresa o implícita) en cuanto a la exactitud o integridad de esta información. Matthews Asia y sus afiliados no aceptan ninguna responsabilidad por las pérdidas directas o consecuentes causadas por el uso de esta información.

Usted debe considerar los objetivos de inversión, los riesgos, los cargos y los gastos de los Fondos de Matthews Asia cuidadosamente antes de tomar una decisión de inversión. Esta y otra información sobre los Fondos está contenida en el folleto o en el folleto resumido, que también puede obtenerse llamando al 800-789-ASIA (2742). Lea detenidamente el folleto antes de invertir o enviar dinero, ya que en él se explican los riesgos asociados a la inversión en mercados internacionales y emergentes. Entre ellos se encuentran los riesgos relacionados con la inestabilidad social y política, la falta de liquidez del mercado y la volatilidad de las divisas. Invertir en valores extranjeros puede implicar ciertos riesgos adicionales, fluctuaciones de los tipos de cambio, menor liquidez, mayor volatilidad y menor regulación. Las inversiones en renta fija están sujetas a riesgos adicionales, incluidos, entre otros, los riesgos de tipo de interés, de crédito y de inflación. Los fondos de un solo país y los fondos sectoriales pueden estar sujetos a un mayor grado de riesgo de mercado que los fondos diversificados debido a la concentración en un sector o región geográfica específicos. Invertir en pequeñas empresas es más arriesgado y más volátil que invertir en grandes empresas. Las pandemias y otras emergencias de salud pública pueden dar lugar a la volatilidad y la perturbación del mercado.

Matthews Asia es la marca de Matthews International Capital Management, LLC y sus filiales directas e indirectas.

Los Fondos Matthews Asia son distribuidos en los Estados Unidos por Foreside Funds Distributors LLC, Berwyn, PA

Los fondos Matthews Asia son distribuidos en América Latina por Picton S.A.

2022 Matthews International Capital Management, LLC

 

Pictet Asset Management: un abril muy complicado podría marcar el punto de inflexión

  |   Por  |  0 Comentarios

Luca Paolini Pictet AM

El clima de inversión parece estar volviéndose más adverso. El crecimiento económico mundial se ralentiza, la inflación aumenta, la invasión rusa de Ucrania no tiene visos de llegar a una solución y en China se extienden los nuevos confinamientos relacionados con el coronavirus, impidiendo el crecimiento.

Ante estas dificultades, es comprensible que los inversores adopten una postura defensiva.

Sin embargo, preferimos mantenernos neutrales en lugar de infraponderados en renta variable. Y esto obedece, en gran medida, a que el posicionamiento de los inversores se ha vuelto excesivamente bajista, lo que reduce las posibilidades de nuevas caídas del mercado en el corto plazo.

Pictet AM

De hecho, el panorama que se desprende de nuestros indicadores técnicos muestra que tanto el posicionamiento como la confianza de los inversores son inusualmente pesimistas, descontando un importante deterioro del ritmo de crecimiento económico en los próximos meses. No obstante, la historia nos ha enseñado que siempre es muy peligroso tomar posiciones cortas en renta variable en un mercado alcista, incluso durante la fase final del ciclo, cuando el nivel de confianza está muy deprimido.

Dicho esto, hemos modificado nuestras posiciones para adoptar una postura ligeramente más prudente, aunque –por ahora– hemos decidido mantener una ponderación neutral general tanto en renta variable como en renta fija global.

Aunque el precio de la deuda pública parece cada vez mejor tras las fuertes ventas masivas, preferimos esperar a que la inflación y las previsiones de inflación de EE.UU. toquen techo antes de elevar su ponderación.

Nuestros indicadores del ciclo económico respaldan nuestra postura de asignación de activos en general. Aunque hemos vuelto a reducir nuestra previsión de crecimiento económico para 2021 hasta el 3,4% –desde el 3,5% de hace un mes y el 4,8% de principios de año–, nuestra estimación sigue estando por encima de la tendencia a largo plazo y del consenso del mercado.

La economía estadounidense, en particular, sigue pareciendo sólida: el PIB real de EE.UU. se contrajo en el primer trimestre, pero la demanda final sigue cobrando fuerza gracias al comportamiento excepcionalmente bueno del mercado laboral y a las tendencias positivas del gasto en inversión. Nuestro indicador adelantado de EE.UU. aumenta a un ritmo estable y se mantiene en consonancia con su media histórica. En Asia, por su parte, Japón y algunas economías emergentes de la región están registrando una mejora de la actividad y de la confianza de los consumidores.

El panorama parece más problemático en la zona euro –sobre todo debido a sus estrechos vínculos económicos y geográficos con Rusia y Ucrania. La recesión técnica es un riesgo real, especialmente en Alemania, donde la confianza de los consumidores ha caído a mínimos históricos.

La economía china también está pasando por dificultades. Los índices de los directores de compras están cayendo por debajo de 50, mientras que las exportaciones están tocando techo. Las autoridades están ofreciendo algunos estímulos pero, hasta ahora, no lo suficientemente enérgicos como para compensar la debilidad del sector inmobiliario y las consecuencias del estricto confinamiento de algunas grandes ciudades debido al coronavirus.

Nuestros indicadores de liquidez muestran que China está relajando su política con mucha más lentitud que lo que EE.UU. está endureciendo la suya. Los diferenciales de rendimiento entre los títulos de deuda pública estadounidenses y chinos sugieren que el renminbi podría caer hasta aproximadamente 7 por dólar durante los próximos meses.

Las valoraciones parecen especialmente preocupantes en el caso de los bonos “investment grade” de la zona euro; en comparación, los bonos “investment grade” de EE.UU. parecen tener un precio más atractivo.

En cuanto a la renta variable, las valoraciones parecen más atractivas en general, ya que el ratio precio-beneficio a 12 meses del índice MSCI All Country World ha descendido a 15,5 veces –coincidiendo aproximadamente con la media de los últimos 20 años.

Pictet AM

Sin embargo, esto parece menos atractivo si se tiene en cuenta el contexto de aumento de los rendimientos de los bonos y de deterioro de las perspectivas para los beneficios empresariales. A nivel mundial, actualmente las revisiones a la baja de los beneficios efectuadas por los analistas superan a las revisiones al alza por primera vez desde agosto de 2020. Esto manifiesta la realidad económica, ya que la tendencia refleja el descenso en el índice de nuevos pedidos del ISM (véase la fig. 2).

Si nos fijamos en los indicadores técnicos, el ratio put/call de la renta variable –una medida de las posiciones alcistas en renta variable en relación con las bajistas– ha subido hasta acercarse a la parte alta de la horquilla histórica, lo que indica que el posicionamiento en acciones es excepcionalmente negativo. Esto también se refleja en los indicadores de confianza, con la parte optimista de la encuesta de confianza de los inversores de la American Association of Individual Investors cercana a sus niveles más bajos de los últimos 30 años. En este entorno, cualquier ganancia en los mercados podría provocar una oleada de ajustes de posiciones, impulsando aún más el “rally”. 

 

Columna de Luca Paolini, estratega jefe de Pictet Asset Management.

 

Descubra las perspectivas macroeconómicas y de asignación de activos de Pictet Asset Management.

 

Notas importantes

Este material va dirigido exclusivamente a inversores profesionales. Sin embargo, no deberá ser distribuido a ninguna persona o entidad que sea ciudadano o residente de cualquier lugar, estado, país o jurisdicción en el que dicha distribución, publicación o uso sea contrario a sus leyes o normativas.

La información y los datos presentados en este documento no deben considerarse una oferta o incitación para comprar, vender o suscribir valores o instrumentos o servicios financieros.

La información utilizada para la elaboración del presente documento se basa en fuentes que consideramos fiables, pero no se hace ninguna manifestación ni se da ninguna garantía en cuanto a la exactitud o integridad de dichas fuentes. Cualquier opinión, estimación o previsión puede modificarse en cualquier momento sin previo aviso.  Los inversores deben leer el folleto o el memorándum de oferta antes de invertir en cualquier fondo gestionado por Pictet. El tratamiento fiscal depende de las circunstancias individuales de cada inversor y puede cambiar en el futuro.  Las rentabilidades pasadas no son indicativas de rentabilidades futuras.  El valor de las inversiones, así como la renta que generen, puede disminuir o aumentar y no está garantizado.  Es posible que usted no recupere el importe inicialmente invertido.

Este documento ha sido publicado en Suiza por Pictet Asset Management SA y en el resto del mundo por Pictet Asset Management (Europe) SA, y no podrá reproducirse ni distribuirse, ni parcialmente ni en su totalidad, sin su autorización previa.

Para los inversores estadounidenses, la venta de acciones en los Estados Unidos o a Personas de los Estados Unidos solo se puede realizar mediante colocaciones privadas a inversores acreditados según las exenciones de registro en la SEC en virtud de las exenciones a colocaciones privadas de la Sección 4(2) y el Reglamento D conforme a la Ley de 1933 y a clientes cualificados según lo definido en la Ley de 1940. Las acciones de los fondos de Pictet no se han registrado según la Ley de 1933 y, salvo en operaciones que no violen las leyes de valores de los Estados Unidos, no pueden ser ofrecidas ni vendidas ni directa ni indirectamente en los Estados Unidos ni a Personas de los Estados Unidos. Las Sociedades de Gestión de Fondos del Grupo Pictet no se registrarán según la Ley de 1940.

Las Siefores Básicas pierden al corte cuatrimestral ¿Qué hacer?

  |   Por  |  0 Comentarios

En los estados de cuenta del SAR al corte de abril, se verán de nuevo minusvalías en comparación con los saldos al cierre de diciembre. Pérdidas, en lenguaje llano, sin ambages. Algunos seguidores en las redes sociales ya preguntan, con el desconcierto y enojo de otras veces ¿Conviene cambiar de Afore? ¿A cuál?

El contexto de las inversiones

Los precios de los instrumentos de inversión se han depreciado (han perdido valor). En estos meses difíciles, las bolsas internacionales se han caído, las tasas de interés de Estados Unidos y México se han disparado y hasta los metales preciosos, en especial la plata, han sufrido reveses. Se observa un escape al dólar que, medido por el índice DXY (Dixie), ha alcanzado 103.00 por tercera vez en 20 años.

Hasta eso que el precio en pesos del dólar, para nuestro bien, había bajado 1% al cierre de abril. Y el índice de precios de la bolsa mexicana había perdido 3.5%, mucho menos que los índices de Estados Unidos, que en ese período cayeron hasta 21%.

Dos Afores resisten; ocho, en rojo hasta -8.00%

En la gráfica se ilustra el desempeño directo de las Siefores Básicas 90-94, de trabajadores jóvenes, que cargan mayores proporciones de riesgo y que fueron las más perjudicadas.

Aunque hubo dos que pudieron evadir las pérdidas y oscilan alrededor de la línea que separa la zona de ganancias (arriba), del área de pérdidas (abajo). Se trata de PensionIssste, que al corte generaba un rendimiento marginal de 0.13%, e Inbursa, que producía una pérdida de solo 0.72%.

  • Veáse que PensionIssste se movió en zigzag de una zona a otra, entre -0.9% y +0.7%.  
  • Inbursa tuvo pérdidas máximas de 1.0% y ganancias máximas de 0.7%. Sabemos que su gestión es conservadora, que en épocas digamos “normales”, otorga rendimientos menores. Por eso ahora sus pérdidas son moderadas en comparación con las del resto.

grafica 1

Y propiamente en la zona de números rojos, se aprecia a las otras ocho, las que sufrieron caídas más severas. Véase que todas, menos Inbursa, precisamente, tuvieron cierta mejoría a fin de mes.

  • De abajo hacia arriba se aprecia con claridad que Citibanamex fue la más dañada, con -7.9%.
  • Después tenemos a Principal, XXI Banorte, Sura e Invercap, casi juntas, con resultados de entre -6.7% y -6.16%
  • Un tanto arriba, a Azteca y Profuturo, con -5.45% y -5.24%, respectivamente.
  • Y finalmente a Coppel, que al corte perdía 4.8%.

El desempeño directo entre enero y abril en forma de lista se mostraría así:

2

Estos son los porcentajes en que habría disminuido el ahorro para el retiro en cuatro meses. La merma que se ve reflejada en los estados de cuenta de los trabajadores en esas Siefores Básicas. No son las cifras que mostrará el IRN. Como se sabe, el Indicador de Rendimiento Neto abarca un historial de cinco años y es un cálculo ajustado, no el desempeño directo. Parecería que esta aclaración sobra, pero vale anotarla considerando las dudas y comentarios que proliferan. Muchos afiliados se desconciertan al ver que la variación de su saldo no concuerda con las cifras del indicador.

 

¿Cambiar de Afore o hacer retiros?

Procurar cambiar de Afore cuando ya se dieron las pérdidas, puede ser contraproducente. Quienes se sientan tentados a irse a PensionIssste o Inbursa habrían de considerar que hace dos años se dieron pérdidas aún más grandes, por el desplome de los mercados al inicio de la pandemia. Al cabo del tiempo, las Afores más perjudicadas regeneraron las minusvalías para ser las más redituables, mientras que las que perdieron menos no resultaron tan atractivas.

Los afiliados que se traspasaron a las que entonces produjeron menores pérdidas ya no recuperaron su ahorro diluido. Este efecto se puede apreciar al comparar los rendimientos acumulados a dos, tres y cinco años.

Para intentar recuperarse, los afectados habrían de estar en alguna de las Afores que pueden ganar más, y esas son las de mayor inversión en renta variable, bonos de mediano y largo plazo y otros instrumentos de alto potencial.

Lo que debiera evitarse, a toda costa, es hacer retiros en este tiempo. En cambio, es época de valorar si invertir más o incrementar el ahorro voluntario. A quienes aprovechan estas condiciones de precios abaratados les suele ir bien a mediano plazo.

En vez precipitarse y procurar el traspaso a otra Afore o solicitar recursos al SAR, valórese comprar y/o hacer aportaciones voluntarias.

Columna de Arturo Rueda

Los inversores de verdad piensan en décadas, no en trimestres

  |   Por  |  0 Comentarios

Es raro encontrar empresas de crecimiento transformacional, como Amazon o Tencent, y para dar con ellas hay que tener paciencia, dedicación y objetivos a largo plazo. Sin embargo, muchos inversores se aferran a modelos matemáticos basados en trading de corto plazo y creen que pueden tomar decisiones con los resultados obtenidos por modelos de ordenadores y algoritmos complejos.

Muchos modelos de este tipo se apoyan en una misma piedra angular: el modelo de valoración de activos financieros, también conocido como CAPM por sus siglas en inglés. En Baillie Gifford, nos sorprende que los inversores tomen este modelo obsoleto como la panacea con la que valorar activos financieros. Básicamente, se trata de una fórmula que asume que la rentabilidad prevista de una compañía y su perfil de riesgo siempre se reflejan en su precio de cotización, determinado por la conducta totalmente racional de inversores con horizontes temporales idénticos.

Según este modelo, el riesgo es la volatilidad histórica del precio de la acción, y se presupone que es posible predecir el comportamiento de una acción frente a otra usando sus respectivos historiales. Por definición, no tiene en cuenta lo verdaderamente importante, que es la capacidad de las compañías de cambiar y adaptarse en el mundo real. A pesar de que se formuló en los años 60 como una mera herramienta de análisis, el CAPM se ha convertido en una fuente inagotable de inspiración para los profesionales de la inversión, aun sin merecerlo. En nuestra opinión, no tiene ninguna relación real con la inversión de capital productivo (lo que nos gusta llamar «inversión de verdad»).

Puede haber personas con la inteligencia suficiente como para predecir repetidamente los efímeros movimientos de los precios y adelantarse al mercado, pero esto no es algo que ofrezcamos en Baillie Gifford. No sabemos en qué situación estarán los mercados bursátiles en los próximos tres, seis o doce meses. Tampoco podemos afirmar con rotundidad si el precio de las acciones de tal o cual empresa va a subir hoy o a bajar mañana. En un mercado dominado por los especuladores a corto plazo, son los participantes que intentan anticiparse a los movimientos de los demás quienes fijan los precios.

En el mejor de los casos, por tanto, la relación a corto plazo entre la cotización de una empresa y los avances reales del sector al que representa puede calificarse de difusa. Los avances o los problemas que podrían justificar cambios significativos en los precios desaparecen en ese frenesí. En vista de esta desconexión, si evaluamos el riesgo en función de la volatilidad de los precios de las acciones solo veremos una parte de la imagen: los bandazos emocionales de los inversores. Y sin duda la rentabilidad histórica no es una indicación de la futura rentabilidad, por lo que sería más sencillo ignorarla; pero no es tan fácil.

Creemos que la inversión es más un arte que una ciencia. Es una actividad creativa porque hay que adelantarse a los cambios en las empresas, el sector, la sociedad y la humanidad, y ello implica tratar de entender qué motiva los cambios y cómo adoptamos nuevos comportamientos. Hay que imaginar qué puede salir bien en la misma medida que consideramos qué puede salir mal.

Las complejas proyecciones del CAPM y los conceptos relacionados, como el de «reversión a la media» (creer que los precios de los activos siempre regresan a su valor medio a largo plazo), no son más que señuelos, y en el peor de los casos pueden interponerse en los vaticinios de un gestor de inversiones, empañando su habilidad para detectar oportunidades de inversión a largo plazo.

Para obtener rentabilidades verdaderamente extraordinarias hay que estar dispuesto a extender el horizonte temporal, y hay que estar a gusto con la incertidumbre que inevitablemente ese mayor horizonte temporal implica. Los verdaderos inversores saben que algunas de las empresas y las tecnologías en las que invertimos no van a cosechar ganancias inmediatas. Y dada la asimetría en las rentabilidades de las acciones, si fallamos como máximo perderemos el importe invertido, pero cuando tenemos éxito podemos multiplicar por muchas veces el importe invertido, al no estar la ganancia limitada.

Los inversores de verdad son proveedores de capital paciente, y piensan en décadas, porque solo en periodos así de largos se aprecian las piezas que acaban formando una imagen clara; solo en esos periodos se demuestra la superioridad de los equipos directivos, y se manifiesta la sostenibilidad de las ventajas competitivas de las compañías. En última instancia, las empresas que mejor aprovechen las oportunidades para crecer son las que lograrán las cotizaciones más altas.

Por eso, el discurso pseudocientífico del CAPM y de otros modelos equivalentes no sirve para mitigar la incertidumbre. En su lugar, tenemos que comprender mejor las oportunidades que aguardan a los negocios con espíritu emprendedor y que pueden surgir de la aceleración de avances tecnológicos o de nuevos modelos de negocio. En Baillie Gifford nos esforzamos por averiguar qué pueden hacer las empresas para aprovechar estas oportunidades, y a través del dialogo con las compañías ver si son capaces de hacerlo.

Hablemos sin tapujos: los inversores de verdad deberían buscar negocios que puedan crecer ininterrumpidamente durante décadas. Entre otros, consideramos factores como la magnitud de la oportunidad, así como la adaptabilidad, la calidad y el compromiso de la dirección (cualidades en las que sobresalen las empresas dirigidas por sus fundadores), y nos preguntamos si la compañía tiene una ventaja competitiva duradera. Si lo vemos claro, no nos importan tanto las fluctuaciones intertrimestrales, ni los posibles resultados del CAPM. Cuando se comprenden las características propias de una compañía y del mundo en el que va a competir a largo plazo, es más fácil hacer predicciones para la siguiente década, que para los próximos trimestres.

Por tanto, los inversores de verdad tienen que entender que el cortoplacismo de algunos análisis de mercado desprecia la oportunidad de obtener enormes rentabilidades gracias a la sinergia de las nuevas tecnologías. En Baillie Gifford no afirmamos tener una intuición superior sobre el futuro, pero creemos que es más fácil detectar los grandes puntos de cambio a largo plazo, y seguir el camino a veces turbulento hacia ellos, que tratar de adelantarse a las decisiones de los demás inversores un trimestre tras otro.

Tribuna de Stuart Dunbar, director del Departamento de Clientes y socio de Baillie Gifford.

Inversión en tecnología: volatilidad, valoraciones y oportunidades

  |   Por  |  0 Comentarios

Los mercados se han mostrado excepcionalmente volátiles desde mediados de noviembre, ya que los inversores han digerido los efectos del aumento de la inflación, las medidas pendientes de la Reserva Federal de EE.UU., el posible fin de la crisis del COVID-19 y la trágica situación de Ucrania. La subida de los tipos de interés ha reducido lo que los inversores están dispuestos a pagar por el crecimiento y los negocios «de futuro», y puede aumentar el riesgo de recesión en un contexto inflacionista de rápida subida de los precios de los combustibles y los alimentos.

Aunque el aumento de los tipos de interés reduce lo que los inversores están dispuestos a pagar por las empresas de mayor crecimiento, también suele ser indicativo de un contexto económico fuerte o que mejora, lo que tiende a ser bueno para las empresas de pequeña y mediana capitalización (mid-cap) más sensibles desde el punto de vista económico. Las condiciones económicas parecen sólidas en Estados Unidos y Europa, pero la inflación también lo es. A medida que los bancos centrales aumentan los tipos para frenar la inflación, existe el riesgo de que la actividad económica pierda impulso y sirva de viento en contra moderado para las perspectivas de crecimiento a corto plazo de las empresas de pequeña y mediana capitalización menos diversificadas. Los inversores se han anticipado a esta situación, lo que ha hecho bajar considerablemente las valoraciones de las acciones.

En nuestra estrategia, tendemos a destacar las empresas de pequeña y mediana capitalización de mayor crecimiento, que se encuentran en una fase más temprana de su camino hacia la rentabilidad. Estos factores han estado en desventaja durante los últimos meses y, lamentablemente, la venta indiscriminada no ha tenido en cuenta los sólidos fundamentos de las empresas individuales, en nuestra opinión.

Creemos que las empresas bien capitalizadas y consumidoras de efectivo con una sólida economía unitaria (ingresos y costes en relación con una unidad individual) y con posiciones de liderazgo en mercados grandes y de crecimiento secular pueden ser excelentes negocios en cualquier tipo de escenario de tipos de interés. En periodos volátiles como el actual, las empresas con estos atributos pueden aprovechar su posición de liderazgo y un acceso más fácil al capital para consolidar su cuota de mercado y adelantarse a sus pares con limitaciones de capital. Somos inversores a largo plazo, orientados al crecimiento, y la calidad es el centro de nuestro proceso. Al ver que se venden empresas superiores con perspectivas atractivas a largo plazo -algunas con perfiles de consumo de efectivo-, hemos aprovechado lo que consideramos una mejora de las valoraciones para aumentar nuestras posiciones.

Impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania en Europa y China

Prestamos mucha atención al lugar donde las empresas generan sus ingresos para entender sus perspectivas a corto y largo plazo. Dadas las acciones de Rusia en Ucrania, creemos que el riesgo de recesión está aumentando en Europa, lo que nos hace ser más cautelosos con las empresas con mayor exposición europea. El régimen normativo cada vez más estricto y opaco de China también nos ha impedido invertir en el país. Por el contrario, tenemos más confianza en las empresas con mayor apalancamiento en la economía estadounidense. También nos hemos centrado en los mercados emergentes de mayor crecimiento en toda Asia.

Prevemos un modesto impacto a corto plazo en la producción de semiconductores y hardware tecnológico que requiere níquel y titanio, junto con gases de grado semiconductor (neón, xenón, argón y criptón), que se obtienen en parte de Ucrania. Lo más importante es que nuestras investigaciones indican que existen importantes existencias de reserva de estos materiales críticos en todo el mundo, que creemos que pueden durar al menos entre seis y doce meses. Además, tras la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014, se realizaron esfuerzos previos para encontrar nuevas fuentes de neón (utilizado en la litografía de chips de silicio) fuera de Ucrania. Dicho esto, dado que los semiconductores son elementos esenciales para nuestra vida digital, una interrupción prolongada del suministro probablemente representaría un viento en contra de los ingresos y/o los costes para la oportunidad más amplia de la «transformación digital». Creemos que los desafíos serían más agudos cuanto más cerca esté un proveedor de la inclusión directa de semiconductores en sus productos.

Perspectiva del sector de crecimiento

Como inversores a largo plazo, no nos esforzamos por tomar decisiones comerciales a corto plazo a nivel de sector o estilo. En nuestra opinión, los argumentos para invertir en empresas tecnológicas son convincentes, independientemente del punto del ciclo económico en el que nos encontremos. Las empresas y los consumidores invierten en tecnología para mejorar la productividad. Creemos que las empresas están más dispuestas a acelerar su inversión en tecnología cuando ven que sus propias perspectivas mejoran. Lo contrario también es cierto. Además, si los vientos en contra de la inflación persisten en el lado laboral del mercado, creemos que las empresas buscarán mejoras en la tecnología y los procesos empresariales para gestionar mejor sus costes. Estas inversiones serían un viento de cola para nuestra tesis de «transformación digital», que podría ayudar a compensar los vientos en contra de la recesión.

A largo plazo, vemos importantes oportunidades en una serie de temas, que van desde la inteligencia artificial (IA), el aprendizaje automático y la analítica hasta el nuevo comercio y la captación digital de clientes, pasando por la ciberseguridad, la electrificación y la tecnología autónoma (enriqueciendo los sistemas automatizados con sensores, IA y capacidades analíticas), entre otros. Aunque todas estas oportunidades son atractivas, creemos que el tema de la ‘nube segura’ (secure cloud) y el SaaS (software como servicio) representan la mayor oportunidad, ya que subyace a todas las demás tendencias de digitalización. Ninguno de los otros temas es posible sin la nube. También nos entusiasma la transformación de los medios digitales y el auge del metaverso (un mundo digital totalmente realizado). Creemos que la oportunidad del metaverso puede representar la aplicación definitiva de la «transformación digital».

Tribuna de Jonathan Curtis, gestor de carteras de Renta Variable y analista de investigación en Franklin Templeton.

Ethereum: una cadena de bloques con funcionalidad de contrato inteligente y perspectivas para la Web 3.0.

  |   Por  |  0 Comentarios

Token de Ether, en una imagen de archivo
Pixabay CC0 Public Domain. Ethereum: una cadena de bloques con funcionalidad de contrato inteligente y perspectivas para la Web 3.0.

La creación de bitcoin en 2009 representó la primera aplicación satisfactoria de la tecnología blockchain o cadena de bloques como moneda descentralizada con un número finito de unidades. Un aspecto significativo es que estaba abierto a todo el mundo. Bitcoin inspiró a los desarrolladores a descubrir herramientas y aplicaciones más amplias impulsadas por la seguridad, transparencia y escalabilidad de la tecnología blockchain. Aunque la red bitcoin proporcionaba la base para un medio de intercambio, un joven programador la consideró como un método capaz de desafiar a las entidades centralizadas en toda la economía.

En 2013, con tan solo 19 años, Vitalik Buterin publicó el documento técnico de Ethereum, en el que introducía una novedosa red de cadena de bloques de uso general que permite a los desarrolladores crear condiciones y aplicaciones programables. En esencia, Buterin creó un sistema de dinero programable que revolucionó la forma en que las personas conciben, crean e implementan la tecnología de cadena de bloques.

Ethereum: una cadena de bloques con funcionalidad de contrato inteligente

El lanzamiento de Ethereum en julio de 2015 introdujo una nueva cadena de bloques con un lenguaje Turing completo integrado, que es un lenguaje de programación que puede utilizarse para incorporar lógica y completar transacciones más avanzadas que los pagos simples. La introducción de este lenguaje ha permitido a los desarrolladores crear e integrar aplicaciones en Ethereum, que sirven como capa base de un ecosistema abierto capaz de alojar contratos inteligentes y aplicaciones descentralizadas (DApps).

Los contratos inteligentes engloban gran parte de la propuesta de valor de Ethereum. Un contrato inteligente tiene criterios predefinidos que ejecutan automáticamente una respuesta basada en condiciones programadas, y el acuerdo se registra en la cadena de bloques. Los contratos inteligentes eliminan la necesidad de un intermediario externo.

Las DApps son aplicaciones front-end y dirigidas al usuario creadas e implementadas a partir de la programabilidad de los contratos inteligentes. Estos contratos programables se utilizan para crear aplicaciones de servicio de finanzas descentralizadas (DeFi, decentralized financial) y tokens no fungibles (NFT), que representan la propiedad digital de activos únicos. Los contratos inteligentes también se utilizan para crear y coordinar entidades de gobernanza descentralizada llamadas organizaciones autónomas descentralizadas (DAO). El universo de las DApps dentro de la red representa el ecosistema Ethereum.

La red Ethereum utiliza tecnología de cadena de bloques totalmente transparente para registrar transacciones y hacer un seguimiento de los estados en el libro de contabilidad. Los participantes de la red pueden encontrar un estado de consenso, que es el acuerdo alcanzado sobre el libro de contabilidad distribuido de la cadena de bloques, mediante la validación independiente de las transacciones y los bloques conforme a las reglas del protocolo. Los bloques son estructuras de datos individuales creadas a partir de una lista de transacciones agregadas e incluyen una referencia a su bloque de origen, o anterior.

La Ethereum Virtual Machine (EVM), la máquina de estado distribuido de Ethereum, es responsable de mantener la estructura y los estándares de datos de la red. En esencia, la EVM define las reglas para calcular una transición de estado entre bloques. Una transición de estado puede ser desde un cambio simple en el saldo de una cuenta hasta el resultado de una interacción de contrato inteligente más compleja.

Ether (ETH): la criptomoneda nativa que impulsa la red Ethereum

El ether (ETH) se puede utilizar para enviar pagos simples, de forma similar al bitcoin, pero es más parecido a un producto básico que a una moneda porque se utiliza principalmente para pagar el trabajo computacional descentralizado en Ethereum. Todas las transacciones y la implementación de contratos inteligentes en Ethereum conllevan una comisión variable que se pagará en ETH. Un pago simple suele ser más barato que una interacción de contrato inteligente. Este esquema de pago crea una demanda natural de ETH, ya que los usuarios finales de una DApp Ethereum deben comprar ETH para interactuar con la plataforma.

El ETH no tiene representación física; es un activo al portador digital propiedad de quien posea la clave privada correspondiente. Al igual que Bitcoin, Ethereum utiliza criptografía de clave pública y firmas digitales para impedir que usuarios malintencionados gasten ETH de otra persona. Para profundizar en la criptografía de clave pública y las firmas digitales, consulte Bitcoin: aspectos básicos.

ETH salió a la venta por primera vez el 2 de septiembre de 2014, con un precio de 2000 ETH por bitcoin (BTC). Actualmente, ETH es la segunda criptomoneda más grande con una capitalización de mercado total de 356.000 millones de dólares.

Por qué apostar por Ethereum ahora: una cadena de bloques de contrato inteligente con mecanismos para crear valor y escalabilidad

Comprender el atractivo y valor crecientes de Ethereum es reconocer lo que Buterin articuló en su informe técnico: el potencial de expandir las propiedades descentralizadas de la cadena de bloques programáticamente. Para los inversores interesados en la exposición a Ethereum, la primera aplicación exitosa de una cadena de bloques programable, creemos que:

  • El valor bloqueado dentro de su ecosistema, la utilidad e interoperabilidad de tokens y contratos inteligentes, y el creciente número de transacciones y su efecto en la quema de ETH pueden seguir impulsando el valor.

  • Las actualizaciones como la transición al sistema de prueba de participación y los avances en la escalabilidad en cadena y fuera de cadena, incluida la implementación de la capa de consenso de Ethereum y la mejora en las aplicaciones Layer 2, proporcionan escalabilidad a Ethereum. Estas actualizaciones también atraerán a más desarrolladores a este ecosistema en crecimiento debido a su efecto de red, lo que aumentará aún más la demanda de la utilidad de ETH.

Las características adaptativas de Ethereum también lo sitúan en buena posición para desempeñar un papel central en movimientos disruptivos como la evolución de Internet a la Web 3.0, que en esencia es un ecosistema de cadena de bloques propiedad de los usuarios. Teniendo en cuenta desarrollos como estos y la demanda de ETH que podrían crear, consideramos que este activo digital y la red de cadena de bloques que impulsa tienen un potencial de crecimiento significativo.

Tribuna de Christian Hazim, analista de Investigación de Criptomonedas y Activos Digitales en Global X