Los datos de inflación en la Eurozona han tocado niveles mínimos de los últimos cinco años, poniendo más presión sobre el BCE para que actúe. El índice general de precios se sitúa en el 0,3% interanual, una cifra que según muchos economistas, puede considerarse como la antesala de la temida deflación.
John Stopford, co-director de Renta Fija y portfolio manager de Investec AM, cree que el dato más preocupante es el subyacente, situado en el 0,7% interanual, puesto que evidencia un problema más estructural.
Stopford comenta, en un podcast grabado que “estas cifras no ayudarán que Draghi duerma bien por la noche”, añadiendo que podrían acelerar la implementación de determinadas medidas anunciadas por el BCE como las recompras de ABSs. En todo caso, “actuará con mesura, puesto que es el último cartucho que le queda por disparar y no es inmensamente popular, sobre todo para Alemania”.
Sin embargo, Stopford cree que el debilitamiento del euro es algo bienvenido por todos. Si bien la mayor parte del comercio de los países de la Eurozona es intracomunitario, hay mucho que se genera con terceros países “por lo que un euro más débil ayuda y es una medida mucho menos controvertida que el QE que, además, podría ayudar a importar algo de inflación”.