Fed, BCE y BoJ: los divergentes desafíos monetarios de los grandes bancos centrales

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Tres grandes bancos centrales han coincidido en celebrar sus reuniones de octubre para dejar patente la divergencia que presentan las políticas monetarias de cada uno de ellos. David Kohl, Chief Economist en Julius Baer, resume a la perfección la situación: “La Reserva Federal mantiene una postura política restrictiva, pero se prevé una flexibilización debido a los indicios de debilitamiento del mercado laboral; el BCE considera que la necesidad de actuar es limitada, ya que la inflación se encuentra dentro del objetivo y los riesgos para el crecimiento no son especialmente graves y el Banco de Japón continúa con su política acomodaticia, a pesar de que la inflación se encuentra por encima del objetivo”. 

Una visión similar realiza Salvatore Bruno, subdirector de inversiones y director de gestión activa de Generali AM (parte de Generali Investments). El experto pone el foco en el riesgo de que la Reserva Federal pierda su independencia: la expansión fiscal prometida por la Administración Trump necesita tipos de interés bajos para limitar el coste de los pagos de intereses de la deuda, que ya supera el 10% de los ingresos fiscales. Esto ha provocado una fuerte presión sobre la Fed por parte de la administración para que reanude el ciclo de recortes de tipos. “No será fácil resolver el conflicto entre la Casa Blanca y la Fed antes del cambio previsto del presidente del banco central a mediados de 2026. No obstante, parece haber margen para nuevas bajadas de los tipos de interés, aunque pueden ser menos de las que espera el mercado”, apunta el experto. 

Sobre el BCE, Bruno ve la situación diferente. El mercado no prevé nuevas bajadas, ya que se espera que la inflación se estabilice y las perspectivas de crecimiento parecen haber mejorado. Explica que los inversores tendrán que evaluar los planes de expansión fiscal previstos, especialmente en Alemania, y los posibles efectos indirectos de las tensiones políticas francesas sobre los tipos de interés locales.

Y José Manuel Marín Cebrián, economista y fundador de Fortuna SFP, analiza en clave cinematográfica la divergencia en la que se encuentran los bancos centrales en la actualidad. Para ello, tira del film “El bueno, el feo y el malo”, protagonizado por Clint Eastwood. 

Para el experto, el bueno sería el BCE y su “siesta monetaria”: Christine Lagarde, cual sheriff que ya ha limpiado el pueblo, ha decidido dejar que el polvo se asiente. Con un IPC en el 2,2%, siente que su trabajo está hecho. No habrá más recortes, ni rescates, ni sorpresas. Los tipos se quedan como están, y el mensaje es claro: “ya hemos hecho bastante, ahora que el resto se apañe”. Mientras tanto, el euro se abanica al sol, los halcones de Frankfurt brindan con Riesling y los inversores respiran tranquilos (por ahora). El BCE se presenta como disciplinado, sereno y con el gatillo frío. Pero, como todo héroe del desierto, podría descubrir que en la calma también acecha el peligro… sobre todo si el crecimiento europeo se queda a medio camino entre el desierto y el saloon.

El papel del feo correspondería, según Marín Cebrián, a la Fed y “su baile con Trump”: Jerome Powell tiene un papel más complicado. En su duelo particular, se enfrenta a tres enemigos: la inflación, el mercado laboral y Donald Trump. La inflación se ha plantado en el 3%, el empleo empieza a dar síntomas de flaqueza y las presiones políticas desde Mar-a-Lago se escuchan incluso en los pasillos de la Fed. El resultado es un guion lleno de dilemas. Powell promete dos bajadas de tipos para 2025 y cuatro o cinco para 2026, intentando contentar a todos. Pero los mercados ya sospechan que este “feeling dovish” podría acabar en tragedia si la inflación decide volver al baile. Powell, sudando bajo el sombrero, mantiene la calma mientras cuenta los cartuchos: cada recorte deberá ser certero, o el sheriff del dólar podría perder el control del pueblo.

Finalmente, el experto de Fortuna SPF adjudica el personaje del malo el Banco de Japón y “su revólver oxidado”: El eterno “malo” incomprendido. Después de décadas disparando tipos negativos, ahora parece dispuesto a lo impensable: subirlos. El yen, al que nadie temía, empieza a moverse como un forajido desbocado, y los mercados se preguntan si el BoJ se atreverá por fin a hacer justicia con su inflación. Su dilema es de manual: si sube tipos demasiado rápido, mata al crecimiento; si no los sube, el yen se desangra. El resultado es un guion de Kurosawa, con economía zen, decisiones milimétricas y un protagonista que dispara solo cuando medita tres días seguidos.

Marín Cebrián describe el duelo final en clave monetaria: el bueno (BCE), el feo (Fed) y el malo (BoJ) se encuentran en la encrucijada de la economía global. Lagarde observa con calma, Powell intenta mantener la compostura y Ueda afila su katana monetaria. “Los mercados, como siempre, mueven las apuestas y esperan el primer disparo. Porque, en la economía mundial, no gana el más rápido… sino el que logra mantener el tipo”, concluye el experto.

Reserva Federal

Tras la última bajada de tipos en octubre, las reacciones de las firmas no cesan. Guilhem Savry, responsable de análisis estratégico en Edmond de Rothschild Banca Privada, ve probable que los tipos de interés a largo plazo en EE.UU. se mantengan más altos de lo previsto anteriormente. Sin embargo, el fin del endurecimiento cuantitativo, según el experto, es un motivo para apoyar los bonos a corto plazo, mientras que es probable que la Fed comience a comprar letras del Tesoro nuevamente.

En este punto, observa que se han dado opiniones fuertemente divergentes en el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) y se ha puesto de manifiesto que algunos participantes podrían considerar la falta de datos oficiales como una razón de peso para no hacer un nuevo recorte de tipos en diciembre. Esta dispersión entre los miembros del FOMC y las incertidumbres sobre el nuevo presidente de la Fed “podrían dificultar nuevos recortes de tipos en los próximos meses”, pero el experto sigue pensando que es probable un recorte en diciembre que debería seguir apoyando a los mercados de renta variable y a los bonos y letras del Tesoro estadounidense.

BCE

Konstantin Veit, gestor de carteras en Pimco, opina, tras el mantenimiento de los tipos por parte del BCE, que la autoridad monetaria europea tiene pocos motivos para ajustar la política monetaria y es probable que el tipo de interés del 2% “sea un nivel considerado como el punto medio de un rango neutral por la mayoría de los miembros del Consejo de Gobierno”. El experto admite que en la firma tienden a coincidir con la opinión mayoritaria del Consejo de Gobierno del BCE de que el riesgo para las perspectivas de inflación a medio plazo sigue estando, en general, equilibrado y, tras recordar que la función de reacción del BCE no está orientada al ajuste fino de la política, sigue esperando “un período prolongado de inactividad en los tipos de interés oficiales”.

Por su parte, Sandra Rhouma, vicepresidenta y economista europea del equipo de Renta Fija de AllianceBernstein, sigue esperando un recorte en diciembre, pero dada la reacción del BCE y los datos recientes, “el listón está más alto que hace unos meses”. 

Banco de Japón

Tampoco dio sorpresas el Banco de Japón (BoJ), a juicio de Sree Kochugovindan, economista senior de investigación de Aberdeen Investments, tras el mantenimiento de los tipos. El experto admite que el tono general de la rueda de prensa fue moderado: las negociaciones salariales de primavera siguen siendo la piedra angular de la orientación política de la autoridad monetaria y el gobernador Kazuo Ueda expresó su preocupación por que sectores afectados por los aranceles, como el manufacturero, puedan tener dificultades para aumentar los salarios.

En medio de las dudas sobre su independencia, Ueda dejó claro que el Banco de Japón actuará de acuerdo con su mandato, y no bajo presión política. Incluso el primer ministro Takaichi reiteró la Ley del Banco de Japón, que consagra legalmente la independencia de la entidad.

Kochugovindan reitera su opinión de que el banco esperará al menos hasta enero para subir los tipos 25 puntos básicos, hasta el 0,75%. “Más allá de eso, vemos probable un ritmo muy gradual de subidas, ya que el Banco de Japón esperará a que la inflación subyacente impulsada por factores internos acelere su ritmo”, concluye.

Pagos digitales, Latinoamérica en un punto de inflexión

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Los pagos digitales se generalizan en Latinoamérica, con un salto del 3% al 40% de adultos usando cuentas digitales entre 2011 y 2021. De acuerdo con el informe “Más allá del dinero en efectivo: la revolución de los pagos digitales en América Latina y el Caribe”, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la región enfrenta brechas significativas en materia de interoperabilidad, regulación, infraestructura y adopción por parte de comercios y poblaciones vulnerables

Brechas de acceso y la interoperabilidad

Zonas rurales, comunidades indígenas, adultos mayores y personas con bajos ingresos muestran tasas de adopción muy inferiores al promedio. En algunos países, las diferencias urbano-rurales superan los 50 puntos porcentuales.

La brecha también se observa en el tejido empresarial. Miles de pequeños comercios aún dependen casi exclusivamente del efectivo, frenados por costos de terminales, baja alfabetización digital, desconfianza o incertidumbre regulatoria.

Uno de los mayores desafíos identificados es la interoperabilidad. La falta de conexión fluida entre bancos, billeteras y proveedores de pago fragmenta el mercado y reduce los beneficios de la digitalización. Esta fragmentación encarece costos, limita la competencia y desincentiva a comercios pequeños y consumidores.

A ello se suman los costos de adopción: comisiones, inversión en dispositivos y estándares técnicos. Mientras las grandes cadenas pueden absorberlos, los pequeños negocios encuentran barreras que dificultan su incorporación a la economía digital.

Aunque un 72% de los latinoamericanos declara sentirse más seguro pagando digitalmente que portando efectivo, los riesgos de fraude y ciberataques siguen siendo un tema sensible. El BID advierte que el crecimiento exponencial de transacciones digitales debe ir acompañado de marcos de seguridad robustos, capaces de proteger al usuario sin frenar la innovación. 

El papel crucial del Estado

Los gobiernos tienen un rol determinante en esta transición. Según el informe, deben actuar en tres frentes:

  1. Facilitadores de infraestructura, garantizando conectividad y sistemas modernos.
  2. Reguladores equilibrados, con normas claras que promuevan competencia y protejan al usuario.
  3. Adoptantes ejemplares, digitalizando pagos de subsidios, impuestos y servicios públicos para generar escala y confianza.

El caso de Brasil con su sistema Pix, que logró en pocos años una masiva adopción, demuestra el potencial de políticas públicas decididas. Bolivia, por su parte, ha modernizado su sistema mediante una estrategia de interoperabilidad liderada por el banco central. Sin embargo, no todos los países han logrado articular marcos regulatorios y tecnológicos con la misma eficacia.

Oportunidad para la inclusión financiera

Más allá de desplazar el efectivo, los pagos digitales representan una puerta de acceso a servicios financieros de mayor valor agregado, como ahorro, crédito o seguros. Pero este potencial solo se materializará si los sistemas logran integrar a los sectores tradicionalmente excluidos.

El BID recomienda políticas activas que fomenten la alfabetización digital y financiera, reduzcan los costos de adopción y promuevan la interoperabilidad. También sugiere vincular la digitalización de pagos con otros productos financieros, para evitar que la transformación se limite a un simple cambio de canal sin impacto real en la inclusión.

La región se encuentra en un punto de inflexión. Si bien el uso de efectivo retrocede y la digitalización avanza, los desafíos son significativos. De la capacidad de gobiernos, bancos y fintech para coordinar esfuerzos dependerá que los pagos digitales se conviertan en una verdadera revolución inclusiva.

Demanda de oficinas en Ciudad de México, en su mejor momento desde la pandemia

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La demanda de oficinas ha crecido un 84% en Ciudad de México en lo que va del año, según el Marketview de Oficinas CDMX del tercer trimestre de 2025 de la consultora CBRE.

Al cierre del tercer trimestre de 2025, el mercado de oficinas corporativas Clase A y A+ en la Ciudad de México registró un inventario total de 7,4 millones de m². Este periodo que tuvo la adición de 33.000 m², como nueva oferta en los corredores de Polanco y Reforma, reflejando un crecimiento anual del 0,6%.

La tasa de vacancia o disponibilidad para el 3T de 2025 se cerró en 18,6%, lo que representó una reducción de 2,9 puntos porcentuales con respecto al mismo periodo del año anterior.

La Absorción Neta trimestral alcanzó los 15.000 m², un incremento significativo del 84% en comparación con los 95.000 m² registrados en el tercer trimestre de 2024. De este total acumulado el 59% se concentró en el Centro de Negocios de la Ciudad de México (CBD).

Récord histórico de inversión extranjera

El flujo de Inversión Extranjera Directa (IED) en México durante los dos primeros trimestres de 2025 alcanzó los 34.265 millones de dólares, un crecimiento interanual del 10%, estableciendo un récord histórico por quinto año consecutivo. La Ciudad de México captó 19.311 millones, representando el 56% del total nacional y un incremento del 36% respecto al año anterior. La manufactura (36%) y los servicios financieros y de seguros (27%) lideraron la distribución sectorial de la IED.

El robusto desempeño económico se complementa con el crecimiento del empleo formal, con 3,6 millones de trabajadores registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la CDMX a finales de agosto de 2025, un incremento del 1% interanual, con la incorporación de 24 mil nuevos empleos. Los servicios para empresas, personas y el hogar (43%) y el comercio (22%) impulsaron la generación de empleos. A pesar de una tasa de desocupación del 3.96% registrada a mediados de año.

El Reporte de la Encuesta de Sentimiento de Ocupantes de Oficinas en México 2025 reveló que el 78% de las empresas de servicios en la CDMX han adoptado modelos de trabajo presencial de tres o más días a la semana, con una clara tendencia hacia esquemas híbridos. Esta evolución del entorno laboral fomenta la inversión en tecnología y herramientas de colaboración, con un 87% de los usuarios proyectando un crecimiento en el espacio ocupado en los próximos tres años.

La actividad del mercado inmobiliario corporativo reflejó esta dinámica positiva. La Absorción Neta acumulada al cierre del tercer trimestre de 2025 alcanzó los 175.000 m², con una concentración significativa en el CBD (Polanco, Insurgentes y Lomas Palmas).

Finalmente, el indicador de construcción con siete proyectos activos que suman 246.000 m². Un 30% de esta superficie ya se encuentra pre arrendada y cerca del 60% se concentra en el CBD.

La inclusión financiera en América Latina mejora por cuarto año consecutivo

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Gracias su plataforma de pagos instantáneos Pix, Brasil consolidó su liderazgo en inclusión financiera en America Latina. La situación en la región continúa mejorando, aunque comienzan a observarse señales de desaceleración, de acuerdo con el Global Financial Inclusion Index 2025 (el Índice), elaborado por Principal Financial Group y el Centre for Economics and Business Research (Cebr).

El puntaje general de América Latina aumentó a 44,7, lo que representa su cuarto año consecutivo de crecimiento, aunque el incremento fue modesto —de apenas 0,1 puntos— en comparación con los avances más sólidos de años anteriores.

El apoyo de los empleadores a la inclusión financiera disminuyó en la mayoría de las economías de la región, en consonancia con las tendencias globales derivadas de la incertidumbre empresarial provocada por tensiones comerciales y geopolíticas. Mientras los puntajes de apoyo del sistema financiero y de los empleadores retrocedieron en la región, los puntajes de apoyo gubernamental aumentaron 0,9 puntos, reflejando medidas como las reformas de pensiones en Argentina y las iniciativas de protección al consumidor en Chile y Perú.

La situación en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú

Brasil se consolidó como líder regional en infraestructura financiera digital gracias a su plataforma de pagos instantáneos Pix, que ha contribuido a un aumento de 19,3 puntos desde 2022. México permanece entre los diez últimos lugares del ranking general del índice y Chile registró avances modestos pero sostenidos (un incremento de un punto en 2025), impulsados por políticas de protección al consumidor y reformas al sistema de pensiones.

A pesar de las mejoras, las percepciones de inclusión financiera entre los consumidores disminuyeron en los seis mercados latinoamericanos analizados —Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú— con una caída promedio de 8,8 puntos. Sin embargo, existen señales alentadoras: la mayoría de los mercados reportó mejores percepciones sobre el papel de sus gobiernos y sistemas financieros en la promoción de la inclusión, lo que sugiere que las reformas institucionales comienzan a tener efecto, aunque la confianza de los consumidores aún no lo refleje por completo.

“Estamos viendo un verdadero impulso en la historia de la inclusión financiera en América Latina, especialmente en los mercados que han adoptado la innovación fintech. La rápida expansión de Pix en Brasil ha revolucionado el acceso a los servicios financieros, mientras que las reformas digitales de pensiones en Argentina están ayudando a modernizar su infraestructura financiera. Estos avances no ocurren de manera aislada. En toda la región, los gobiernos están implementando políticas de protección al consumidor y marcos regulatorios que apoyan la innovación y la inclusión. En conjunto, la tecnología y la política están creando condiciones para un acceso financiero más equitativo», comentó al respecto Marcela Rocha, economista en jefe de Principal Asset Management América Latina.

El estudio considera que elevar los niveles de alfabetización financiera en América Latina podría generar beneficios económicos significativos. Por ejemplo, si México o Perú incrementaran sus tasas de alfabetización financiera al 50%, cada país podría aumentar su crecimiento del PIB entre 0,5 y 0,6 puntos porcentuales adicionales hacia 2029. Esto demuestra que, más allá de la infraestructura y las reformas, la educación es un motor fundamental para una inclusión sostenible.

A nivel global, la inclusión financiera se ha estabilizado después de dos años de avances significativos. En su cuarta edición, el Índice examina cómo los gobiernos, los sistemas financieros y los empleadores fomentan mayores niveles de inclusión financiera en 42 mercados. El informe ofrece una evaluación integral y comparativa de la inclusión financiera a escala mundial, clasificando los mercados tanto en términos relativos como absolutos.

Explora el reporte completo y aprenda más acerca del Global Financial Inclusion Index aquí.

 

iCapital anuncia una alianza con LYNK Markets para Latinoamérica

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iCapital anunció en un comunicado una inversión estratégica y alianza con LYNK Markets, una plataforma fintech que impulsa la distribución de mercados privados en América Latina. Esta colaboración introduce una solución de inversión internacional escalable mediante ETNs (Exchange Traded Note) privados, títulos negociables que amplían el acceso a inversiones alternativas en el canal de gestión patrimonial latinoamericano.

“El mercado latinoamericano está atravesando una transformación profunda a medida que las inversiones alternativas dejan de ser exclusivas de los inversionistas institucionales para ser adoptadas cada vez más por un espectro más amplio de inversionistas. En iCapital ayudamos a los gestores de patrimonio y a sus clientes a acceder a las alternativas adecuadas para sus necesidades”, señaló Lawrence Calcano, presidente y CEO de iCapital.

“A través de nuestra alianza con LYNK Markets, las Notas Privadas de Fondos de Inversión Alternativos ofrecen una solución estructurada y escalable que brinda a los asesores financieros un acceso simplificado a inversiones alternativas, fortaleciendo la asignación de activos y la flexibilidad de portafolio. Para los gestores de fondos, estas ETNs privados reducen las barreras de entrada, aceleran los lanzamientos y optimizan la distribución, promoviendo una mayor transparencia y eficiencia en todo el ecosistema de inversión alternativa», añadió.

A través de esta alianza, los gestores de activos podrán adoptar estrategias de fondos alternativos simplificando los procesos de inversión, due diligence, reportes y liquidación a través de las principales plataformas internacionales de compensación.

«Cada ETN privado cuenta con un ISIN único para su distribución global, acelerando el tiempo de salida al mercado, fortaleciendo los canales offshore y reduciendo la complejidad operativa, al tiempo que se preserva la confidencialidad del cliente. Los gestores de patrimonio se beneficiarán de un mejor acceso a inversiones alternativas con mínimos de inversión más bajos, procesos de registro más simples, información en tiempo real y confianza regulatoria integrada a través de iCapital Marketplace. Esta nueva solución estará disponible en enero de 2026″, señala el comunicado.

“Asociarnos con iCapital une a dos líderes fintech comprometidos con transformar la inversión en mercados privados,” comentó Mario Rivero, CEO de LYNK Markets. “Al combinar la tecnología de LYNK Markets de ETNs privados con la capacidad de distribución y la solidez de la plataforma de iCapital, brindamos a los asesores financieros una nueva herramienta para facilitar las inversiones alternativas a nivel internacional.

Los términos del acuerdo no fueron revelados.

 

El Nikkei ha alcanzado nuevos máximos

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Centro financiero de Japón
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El índice bursátil japonés Nikkei 225 ha subido alrededor de un 25 % desde principios de año y, con casi 50.000 puntos, se acerca a su máximo histórico. Los factores impulsores no son solo la euforia por la inteligencia artificial (IA) y la debilidad del yen, sino también una nueva realineación política en Tokio. Tras la elección de Sanae Takaichi como primera ministra y la formación de una coalición entre su Partido Liberal Democrático (PLD) y el Partido de la Innovación de Japón (Ishin), orientado a las reformas, los participantes en el mercado tienen la esperanza de que se aplique una agenda favorable al crecimiento.

El optimismo se debe a la especulación del mercado de que Takaichi pondrá en marcha el «Abenomics 2.0«. Este término es sinónimo de la política económica del primer ministro Shinzo Abe, introducida en 2012 cuando llegó al poder por segunda vez. Consistía en aumentar la oferta monetaria del país, impulsar el gasto público y aplicar reformas para hacer más competitiva la economía japonesa. En aquel momento, el periódico The Economist describió el programa como «una mezcla de reflación, gasto público y una estrategia de crecimiento diseñada para sacar a la economía del letargo en el que ha estado sumida durante más de dos décadas».

Son precisamente estas expectativas -es decir, el estímulo fiscal, una política monetaria favorable y una mayor presión para la reforma- las que actualmente están avivando las esperanzas del mercado. Algunos expertos advierten de que gran parte del optimismo ya se ha tenido en cuenta. Sin embargo, la combinación de la estabilidad política y una agenda orientada al crecimiento podría suponer un importante apoyo para el desarrollo económico y los mercados.

Sin embargo, el repunte de la bolsa japonesa no se basa únicamente en la política y el impulso de las políticas. Hay fuerzas estructurales que refuerzan la recuperación, como el regreso de los inversores extranjeros, las reformas de la gobernanza empresarial y las recompras de acciones casi récord por parte de las empresas japonesas. Estos acontecimientos pueden indicar un cambio cultural que se aleja de la tendencia japonesa de acumular efectivo. A principios de año, la Bolsa de Tokio instó a las empresas nacionales a utilizar el capital de forma más eficiente, fomentando así las recompras y el aumento de los dividendos.

La estructura del mercado también es un importante motor del impulso actual. Mientras que las acciones tecnológicas son cada vez más volátiles, las acciones industriales y financieras han impulsado al alza los índices, beneficiándose del aumento de los rendimientos y de las perspectivas de apoyo fiscal. El índice Topix, más amplio, también ha subido, impulsado por las acciones de los sectores electrónico y bancario. Las empresas de pequeña capitalización también están cobrando mayor protagonismo, ya que se ven especialmente afectadas por el llamamiento de la Bolsa de Tokio a utilizar el capital de forma más eficiente y necesitan ajustar su estructura de capital en consecuencia. Por lo tanto, el repunte es mucho más amplio de lo que sugieren los titulares centrados en el Nikkei.

La política monetaria del Banco de Japón sigue siendo un factor importante. Tras abandonar la política de tipos de interés negativos, es probable que se produzcan nuevas subidas de los tipos de interés, aunque actualmente esperamos que se retrasen algo debido a la fase de transición política y a las medidas de estímulo previstas. Estos retrasos deberían dar a los mercados tiempo suficiente para absorber el estímulo fiscal y suavizar la transición hacia unos rendimientos nominales más altos, salvaguardando así la recuperación económica.

El reciente repunte bursátil se basa en el nombramiento de Sanae Takaichi como primera ministra, los vientos favorables estructurales y la debilidad del yen. Los mercados anticipan un periodo de estabilidad política y expansión fiscal, un entorno que vuelve a situar a Japón en el punto de mira de la inversión mundial tras años de estancamiento. En nuestra opinión, las perspectivas siguen siendo positivas.

Tribuna de Lucas Brauner, economista especializado en Japón de DWS

Tregua comercial entre China y EE.UU.: expectativas, concesiones e impacto

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Los expertos de las firmas de inversión coinciden en que la tregua comercial que han acordado Estados Unidos y China es una buena noticia. Según explican, el acuerdo parece integral, y el alivio derivado del levantamiento de diversos controles a la exportación, embargos a la importación y sanciones supone un respiro para la economía global en un momento clave. Ahora bien, también advierten de que, desafortunadamente, como en acuerdos previos entre estos socios comerciales, se trata solo de un acuerdo temporal: por el momento, solo tiene vigencia de un año.

En opinión de Raphael Gallardo, economista jefe de Carmignac, lo acordado entre Trump y Xi en Busán ha sido más bien un marco tentativo para una tregua de un año, no un tratado comercial y mucho menos un gran acuerdo. “Lo que se desprende es que pasamos de una serie de treguas de 90 días a un horizonte de un año. Claramente es algo positivo que impulsará el sentimiento del mercado, pero siguen existiendo salvedades. Primero, aún no se ha firmado nada. El cierre llegará durante la visita de Estado de Trump a Pekín en marzo. Hasta entonces podríamos ver otro aumento inesperado de tensiones. Y segundo, aparte del recorte del 10% en aranceles, este acuerdo simplemente nos devuelve a la tregua de Ginebra alcanzada en mayo, antes de la escalada relacionada con la regla del 50% y las represalias mediante los controles de tierras raras”, apunta Gallardo.

Dennis Shen, presidente del consejo macroeconómico de Scope, coincide en afirmar que aún quedan por definir muchos detalles sobre el acuerdo. “Es muy probable que surjan nuevas tensiones comerciales. La próxima decisión del Tribunal Supremo estadounidense sobre los aranceles también podría generar más incertidumbre. El patrón observado durante ambas presidencias de Trump sugiere ciclos repetidos de escalada de tensión para ganar poder de negociación, seguidos de desescalada en respuesta a la presión del mercado, la economía y/o la política”.  

“La naturaleza temporal del pacto subraya el carácter táctico de esta tregua comercial en el contexto de una rivalidad estratégica que seguirá dando forma a la relación a largo plazo entre Estados Unidos y China. El acuerdo ofrece a ambas partes tiempo para adaptarse a esta dinámica cambiante, reducir sus dependencias mutuas y mitigar las perturbaciones económicas”, matiza Sophie Altermatt, economista en Julius Baer.

Concesiones significativas

Las conversaciones han abarcado una amplia gama de cuestiones críticas, entre ellas el control de las exportaciones de chips, el suministro de tierras raras, las estructuras arancelarias, las medidas relacionadas con el fentanilo y el comercio de productos clave como la soja y las exportaciones de Nvidia. Para Ray Sharma-Ong, Deputy Global Head of Multi-Asset Bespoke Solutions, en Aberdeen Investments, ambas partes han acudido a las negociaciones con puntos de ventaja distintos: “China tiene una influencia significativa gracias a su dominio en el sector de las tierras raras, mientras que Estados Unidos mantiene una ventaja en el diseño de chips avanzados. Cualquier prórroga de la actual tregua comercial o acuerdo parcial sería vista de forma positiva por los mercados, ya que evitaría la inminente fecha límite del 1 de noviembre de 2025 para imponer un arancel adicional del 100% si no se llega a un acuerdo. Es probable que los avances en estos frentes impulsen las acciones estadounidenses, así como los mercados chinos en general y el sector tecnológico de China”, señala Sharma-Ong.

Según explica Gallardo, los resultados muestran concesiones significativas por ambas partes. “Por parte de EE.UU., ha reducido a la mitad los aranceles del 20% sobre el fentanilo a cambio de vagas promesas de Xi para frenar el envío de precursores del opioide. Además, los aranceles recíprocos se mantienen en el 10% en lugar del 36% durante un año, pero la ampliación de la Entities List estadounidense a subsidiarias con más del 50% de propiedad queda retrasada un año. Por parte de China, se establece la reanudación inmediata de importaciones de soja y otros productos agrícolas y vagas promesas de compra de energía estadounidense. Además, los controles a la exportación de tierras raras y otros minerales críticos se retrasan un año”, apunta. 

Lo que más le llama la atención al experto del Carmignac es que se han quedado fuera los puntos más conflictivos. “No hay concesiones de EE.UU. sobre Taiwán, ni concesiones de China sobre Rusia, ni discusión sobre ventas de chips avanzados estadounidenses. Todos estos temas seguramente estuvieron sobre la mesa, pero sin resultados. Así que estamos muy lejos de un gran acuerdo. Por lo tanto, seguimos en un proceso de desacoplamiento gestionado de una relación económica simbiótica de 40 años”, afirma.

El impacto

En opinión de Garret Melson, estratega de carteras de Natixis IM Solutions, las negociaciones entre ambos países y el acuerdo son un punto crucial para los mercados en lo que queda de año. De todos los temas vistos esta semana,considera que la cumbre entre Xi y Trump haya sido posiblemente la más esperada, aunque reconoce también que puede que sea la menos impactante. 

“Los mercados se han vuelto inmunes desde hace tiempo a las oscilaciones en la retórica comercial. Por supuesto, los titulares inesperados siguen teniendo el potencial de perturbar un mercado que sigue alcanzando nuevos máximos históricos, pero incluso la última escalada ha demostrado que la estrategia TACO (Trump Always Chicken Out) sigue vigente. Y dadas las declaraciones positivas de ambas partes al término de las conversaciones preliminares celebradas en Malasia durante el fin de semana, los mercados ya esperan que se establezca un techo para los aranceles, ya que es probable que China dé marcha atrás en su último anuncio sobre los controles de las tierras raras. Aunque una mayor distensión mediante la reducción de los aranceles relacionados con el fentanilo y la reanudación de algunas compras de soja y otros productos agrícolas podría suponer un ligero repunte del ánimo y de los precios de las acciones, mientras la tendencia siga inclinándose hacia la distensión, el comercio y los aranceles tendrán poca importancia para los mercados”, señala Melson.

Desde Scope consideran que la montaña rusa que representan las relaciones comerciales entre EE.UU. y China ha alcanzado otro punto álgido, incluso con Trump promoviendo la idea de un plan global de paz con Xi Jinping, lo que también muestra cuán vacías podrían haber sido muchas de las amenazas anteriores. Amenazas que ya han tenido impacto en las economías de ambos países. “Nuestras previsiones sugieren que los aranceles vigentes están lastrando a ambas economías, reduciendo la producción real media de China en alrededor de 0,6% y recortando el PIB de EE.UU. en 0,9%. Estos efectos económicos mutuamente dañinos subrayan la presión para una desescalada definitiva, incluso cuando los aranceles permanecen por encima de los niveles previos al conflicto, pese a haberse acordado algunas reducciones”, afirma Shen.

Por último, señala que otro impacto de este acuerdo es que “el enfoque de China podría además servir como un modelo para que bloques comerciales más grandes gestionen sus negociaciones con la Administración Trump”. 

Cambio decisivo: los institucionales redoblan su apuesta por la tokenización

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State Street ha publicado su estudio global 2025 sobre activos digitales y tecnologías emergentes, que revela un cambio decisivo en la adopción y el compromiso estratégico de los inversores institucionales hacia la tokenización y la transformación basada en blockchain. El estudio, basado en una encuesta global a altos ejecutivos de gestión y propiedad de activos1, recoge la opinión, la estrategia y la preparación operativa en diferentes regiones y tamaños de instituciones.

«La aceleración en la adopción de tecnologías emergentes es notable. Los inversores institucionales están yendo más allá de la experimentación, y los activos digitales son ahora una palanca estratégica para el crecimiento, la eficiencia y la innovación. A medida que convergen la tokenización, la inteligencia artificial y la computación cuántica, los primeros en adoptarlas están liderando el camino para dar forma al futuro de las finanzas», afirma Joerg Ambrosius, presidente de Servicios de Inversión de State Street

Los activos digitales están ganando un papel estratégico en las carteras institucionales. Casi el 60% de los inversores institucionales planea aumentar su asignación en el próximo año, y se espera que la exposición media se duplique en los próximos tres años. Este creciente interés refleja la confianza en los activos digitales como herramienta de inversión a largo plazo, más allá de su dimensión tecnológica.

Por su parte, la tokenización se perfila como la primera aplicación práctica de este cambio. El capital privado y la deuda privada serán las primeras clases de activos en someterse a procesos de tokenización, con el objetivo de mejorar la liquidez y la eficiencia en mercados tradicionalmente ilíquidos. Para 2030, se estima que entre el 10% y el 24% de las inversiones institucionales podrían ejecutarse a través de instrumentos tokenizados, consolidando así esta tendencia como un componente estratégico de las carteras.

Entre los factores que impulsan la adopción de los activos digitales destacan la transparencia, la rapidez en la ejecución y la reducción de costes de cumplimiento. Más de la mitad de los encuestados apunta a un incremento significativo en la transparencia, mientras que casi un 40 % valora la mayor rapidez de las operaciones, y un tercio subraya la eficiencia en costes regulatorios. Casi la mitad de los inversores prevé que estas mejoras puedan generar un ahorro superior al 40% en sus procesos.

Paralelamente, el desarrollo de unidades especializadas en activos digitales refuerza su integración en la operativa institucional. El 40% de los inversores ya dispone de equipos dedicados a estos activos, y cerca de un tercio considera que las operaciones digitales forman parte de su estrategia global de transformación digital. Esto demuestra que la adopción no se limita a una capa tecnológica, sino que está remodelando la organización misma.

Las tecnologías emergentes como la inteligencia artificial generativa y la computación cuántica se perciben como aceleradores complementarios de esta transición. Más de la mitad de los encuestados estima que tendrán un impacto mayor que la propia tokenización o la cadena de bloques, aunque coinciden en que ambas líneas tecnológicas son complementarias dentro de los programas de activos digitales.

«Estamos viendo cómo los clientes están reconfigurando sus modelos operativos en torno a los activos digitales. Muchos están creando equipos especializados y casi uno de cada cinco tiene previsto seguir su ejemplo. Desde bonos y acciones tokenizados hasta monedas digitales de bancos centrales y efectivo tokenizado, el cambio no es solo técnico, sino estratégico», concluye Donna Milrod, directora de Productos de State Street.

El BCE mantiene los tipos sin cambios y su enfoque dependiente de los datos

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Foto cedidaChristine Lagarde, presidenta del BCE.

El Banco Central Europeo (BCE) ha cumplido con las previsiones y ha mantenido sin variación los tres tipos de interés oficiales. Así, los tipos de interés aplicables a la facilidad de depósito, a las operaciones principales de financiación y a la facilidad marginal de crédito se mantendrán sin variación en el 2,00%, el 2,15% y el 2,40%, respectivamente. Además, el tamaño de las carteras del APP y del PEPP está disminuyendo a un ritmo mesurado y predecible, dado que el Eurosistema ha dejado de reinvertir el principal de los valores que van venciendo.

Según explica en su comunicado oficial, considera que la inflación continúa en niveles próximos al objetivo del 2% a medio plazo y la evaluación que hace el Consejo de Gobierno es que las perspectivas de inflación prácticamente no han variado. El BCE considera que la economía ha seguido creciendo pese al difícil entorno internacional. “El vigor del mercado de trabajo, la solidez de los balances del sector privado y las anteriores reducciones de los tipos de interés aprobadas por el Consejo de Gobierno continúan siendo factores que contribuyen de forma importante a la resiliencia. No obstante, las perspectivas son aún inciertas, debido especialmente a los actuales conflictos comerciales internacionales y a las tensiones geopolíticas”, apunta.

La institución monetaria insistió en su mantra: “El Consejo de Gobierno tiene la determinación de asegurar que la inflación se estabilice en su objetivo del 2% a medio plazo y aplicará un enfoque dependiente de los datos, en el que las decisiones se adoptan en cada reunión, para determinar la orientación apropiada de la política monetaria. En particular, las decisiones del Consejo de Gobierno sobre los tipos de interés se basarán en su valoración de las perspectivas de inflación y de los riesgos a los que están sujetas, teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria. El Consejo de Gobierno no se compromete de antemano con ninguna senda concreta de tipos”.

Primeras reacciones

Para Felix Feather, economista de Aberdeen Investments, la inflación moderada, el crecimiento resistente pero poco espectacular y un mercado laboral relativamente fuerte y estable apuntan a que  la postura neutral actual del BCE en materia de política monetaria es la adecuada. “Se está llegando a un consenso en torno a la expectativa de que los tipos se mantengan en el 2% durante un periodo prolongado. Estamos de acuerdo y creemos que los tipos se mantendrán en su nivel actual a lo largo de 2026”, apunta Feather.

Ante su mantra de tomar decisiones en función de los datos, Simon Dangoor, responsable de Fixed Income Macro strategies, en Goldman Sachs Asset Management, considera que un recorte en diciembre o en la primera mitad de 2026 está subvalorada. “Nuestra hipótesis base sigue siendo que el BCE mantendrá los tipos sin cambios en el futuro inmediato. Las lecturas de datos siguen siendo mixtas, mientras que la posible lentitud en la implementación de la expansión fiscal de Alemania podría reducir las perspectivas de crecimiento y moderar a algunos de los halcones del comité. La reunión de diciembre trae consigo las proyecciones económicas para 2028; si muestran que la inflación se sitúa por debajo del objetivo durante tres años consecutivos, las palomas presionarán para que se produzca un recorte cuanto antes”, señala.

Desde Fidelity International destacan que el mensaje sobre la resiliencia del crecimiento en la zona euro, así como el hecho de que los recientes desarrollos comerciales y el alto el fuego en Oriente Medio han mitigado algunas preocupaciones sobre riesgos a la baja. «En conjunto, esto podría apuntar a una mejora en las perspectivas de crecimiento respecto a las previsiones de septiembre, que subestimaron el PIB del tercer trimestre. El BCE se mantiene en su narrativa de estar en una “buena posición”, y este mensaje se refuerza. En cuanto a la inflación, el BCE sigue destacando cuidadosamente dos riesgos laterales: por un lado, los riesgos al alza derivados de un euro más fuerte y una posible sobreoferta de importaciones; por otro, las presiones inflacionistas potenciales derivadas del estímulo fiscal y la fragmentación de las cadenas de suministro globales. De hecho, cada vez está más claro que el umbral para un nuevo recorte de tipos es más alto de lo que los mercados están descontando actualmente. El camino se estrecha, y requeriría una desinflación más rápida de lo previsto junto con evidencias de deterioro en la transmisión de la política monetaria. Creemos que hemos llegado al final del ciclo de recortes», defiende Salman Ahmed, responsable global de macro y asignación estratégica de activos en Fidelity International.

Otros expertos se muestran algo más cautos antes de afirmar que el BCE ha terminado con su trabajo. Por ejemplo, Irene Lauro, economista para la eurozona de Schroders, advierte de que si la inflación se sitúa por debajo de las previsiones actuales, el BCE podría seguir el enfoque de gestión de riesgos de la Fed y aplicar una bajada preventiva de los tipos. «Por ahora, las perspectivas para la zona euro han evolucionado positivamente tras meses de estancamiento», matiza.

La Fed siembra dudas sobre el ritmo de los futuros recortes

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Foto cedidaJerome Powell, presidente de la Fed.

En su reunión de octubre, la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) ha recortado los tipos en 25 puntos básicos, tal y como se esperaba, situando el rango objetivo de los fondos federales en el 3,75%-4,0%. Para los expertos, lo más relevante fue que el comunicado que acompañó esta decisión reiteraba la preocupación por la evolución del mercado laboral, señalando que “los riesgos para el empleo han aumentado en los últimos meses”, mientras que mantuvo un lenguaje más moderado respecto a la inflación, calificándola únicamente como “ligeramente elevada”.

Powell ha hecho énfasis en la dependencia de los datos en 12 discursos únicos en 2025. Para Alexandra Wilson-Elizondo, global co-CIO de Multi-Asset Solutions de Goldman Sachs Asset Management, la conclusión de esta reunión es clara: se ha puesto la política en “piloto automático”, siguiendo la trayectoria marcada por el dot plot, a menos que nuevos datos fiables cambien el panorama. 

“Una única publicación de inflación moderada, unas expectativas bien ancladas y señales anecdóticas de enfriamiento respaldan una postura cautelosa hacia la bajada de tipos. Si las condiciones se mantienen, es probable otro recorte de 25 puntos básicos en la reunión de diciembre”, sostiene Wilson-Elizondo.

En opinión de Jean Boivin, responsable del BlackRock Investment Institute, la Fed reafirmó que la suavización del mercado laboral sigue siendo un factor clave. “Vemos un mercado laboral más débil ayudaría a reducir la inflación y permitiría a la Fed bajar los tipos de interés. Los indicadores del sector privado y las solicitudes de subsidio de desempleo a nivel estatal en EE.UU. apuntan a una mayor moderación en el mercado laboral, aunque sin un deterioro brusco que genere preocupación por una desaceleración más pronunciada. Estamos observando fuentes de datos alternativas mientras esperamos el fin del cierre del gobierno para poder analizar los datos de septiembre y octubre y obtener confirmación”, apunta Boivin.

Próximos recortes

Con este recorte, justificado por las condiciones económicas, la Fed subrayó su independencia frente a las presiones políticas. Y, pese haber reactivado el ciclo de bajada de tipos, Powell se mostró prudente y, durante su intervención en la rueda de prensa posterior a la reunión, afirmando que un recorte de tipos en diciembre está “lejos de ser una conclusión inevitable”, lo que ha sacudido a los mercados, que ya descontaban plenamente una nueva bajada. 

“Al mismo tiempo, la Fed reconoció que el actual cierre del Gobierno ha limitado el acceso a los datos económicos. Esta falta de visibilidad llevó a la Fed a abstenerse de ofrecer una orientación clara sobre si se producirá otro recorte en la reunión de diciembre de 2025. Las declaraciones de Powell sugieren que la Fed asume que el cierre podría prolongarse hasta diciembre de 2025. Una vez que finalice el cierre y se disponga de datos macroeconómicos, esperamos que estos respalden una bajada de tipos en diciembre de 2025”, añade Ray Sharma-Ong, Deputy Global Head of Multi-Asset Bespoke Solutions, en Aberdeen Investments.

Tiffany Wilding, economista de PIMCO, interpreta las claras declaraciones de Powell sobre la reunión de diciembre como un esfuerzo por hacer retroceder los precios del mercado. “Justo antes de la reunión de octubre, los contratos de futuros de fondos federales a más corto plazo valoraban una probabilidad superior al 90% de un recorte en diciembre. Los comentarios de Powell funcionaron. En el momento de escribir este artículo, la probabilidad implícita en el mercado de un recorte en diciembre se redujo a aproximadamente el 70%. Un recorte en diciembre sigue siendo nuestra perspectiva base, pero con menos certeza”, explica.

Aún con la narrativa de la Fed sobre la falta de visibilidad sobre los datos, las firmas de inversión ven claro que habrá nuevas bajadas de tipos. Desde UBS Global Wealth Management, por ejemplo, mantienen su previsión de dos recortes adicionales entre ahora y principios de 2026 -con una mejora de la liquidez que seguirá respaldando los activos de riesgo-. Para David Kohl, economista jefe de Julius Baer, la bajada de tipos de octubre es la antesala de nuevas reducciones del precio del dinero. “El FOMC redujo su tipo de interés de referencia y abrió el debate sobre una nueva bajada en la próxima reunión. Las diferentes posturas dentro del FOMC y la falta de datos del mercado laboral debido al cierre del gobierno dificultan la decisión sobre la trayectoria de los tipos de interés en este momento. Seguimos previendo nuevas bajadas de 25 puntos básicos en futuras reuniones del FOMC ante un menor crecimiento del empleo”, afirma.

“Powell también ha destacado las dos disensiones en la decisión del FOMC como prueba de que el Comité no sigue un rumbo preestablecido. Ha reforzado este tono más agresivo (o hawkish) al sugerir que la incertidumbre de los datos. De cara al futuro, esperamos que esta escasez de información se traduzca en una postura más dovish. Prevemos un recorte adicional antes de fin de año, en línea con esta dinámica y con la preferencia revelada por una postura más acomodaticia, evidenciada en el fin anticipado del QT”, añade Max Stainton, estratega senior de Macroeconomía Global en Fidelity International.

El final de QT

En opinión de Max Stainton, estratega senior de Macroeconomía Global en Fidelity International, esta orientación acomodaticia (o dovish) se ha visto reforzada por el anuncio de un fin anticipado del endurecimiento cuantitativo (Quantitative Tightening o QT, en inglés), que ahora está previsto para el 1 de diciembre, y que las reinversiones en MBS se redirigirán a letras del Tesoro a partir de ese mismo día. 

“Aunque la mayoría de los analistas esperaban este anuncio en la reunión del FOMC de diciembre, las recientes tensiones en los mercados de financiación parecen haber inquietado al Comité ante la posibilidad de una mayor volatilidad en los tipos de interés, provocada por una ligera escasez de reservas. En conjunto, esto sigue evidenciando el giro de la Fed hacia una mayor atención a la evolución del empleo”, explica.

Según explica Eric Winograd, economista jefe de EE.UU. de AllianceBernstein, la decisión de hoy de dejar de reducir las tenencias de bonos del Tesoro no fue una sorpresa y no debería tener implicaciones significativas para los mercados o la economía. “La Fed continuará reduciendo sus tenencias de valores respaldados por hipotecas (MBS), pero los vencimientos de estos se reinvertirán en letras del Tesoro, ayudando así a la Fed a avanzar hacia un balance compuesto únicamente por bonos del Tesoro, como es su objetivo”, indica. 

Respecto al QT, explica que ha transcurrido, en gran medida, como la Fed esperaba: en segundo plano, con unos 5.000 millones de dólares durante los últimos meses, el cambio anunciado ahora es trivial. “En el actual marco de aplicación de la política monetaria, la Fed busca mantener las reservas bancarias en niveles amplios, lo que implica no poner a prueba los límites inferiores de la tolerancia del mercado a la reducción del balance. De hecho, el balance de la Fed ya se ha reducido desde un máximo de aproximadamente 9 billones de dólares hasta los 6,5 billones actuales”, matiza.

En sí, el fin del ajuste cuantitativo afecta principalmente a la estructura de reservas y al funcionamiento del mercado monetario, y no dice mucho sobre la trayectoria futura de los tipos de interés oficiales. Ahora bien, el calendario que la Fed planteó decepcionó a los mercados, que esperaban una aplicación más temprana, en noviembre de 2025. “Los mercados de renta variable y de tipos de interés reaccionaron negativamente al tono agresivo de Powell durante la rueda de prensa, lo que reforzó el marco de las malas noticias son buenas noticias: unos datos económicos más débiles probablemente darían lugar a una mayor flexibilización, lo que podría apoyar a los mercados de renta variable”, apunta Sharma-Ong.