Pixabay CC0 Public Domain. Los inversores salieron de los ETFs de renta fija como fórmula para obtener liquidez en marzo
La volatilidad ha sido la gran protagonista en el mercado durante marzo, también en el caso de los ETFs. Pese a la incertidumbre que hubo, los flujos netos hacia productos ETPs se mantuvieron positivos durante todo el mes, aunque fueron los más bajos desde agosto de 2019 (17.200 millones de dólares).
Según los datos que he recopilado iShares, parte de BlackRock, la principal tendencia que se observó la salida de flujos de vehículos indexados de renta fija. Según explica Aitor Jáuregui, responsable de BlackRock en España, Portugal y Andorra, “el mes de marzo se caracterizó por la elevada volatilidad de los mercados, por lo que muchos inversores recurrieron a los ETPs de renta fija como manga de liquidez. Esta tendencia llevó a que los ETPs de renta fija cerrasen el periodo con salidas sin precedentes desde 2015”. El total de flujos netos que salieron de estos vehículos en todo el mundo fue de 34.500 millones de dólares.
Otra de las tendencias registrados fue un mayor interés y apetito por activos refugio frente a la volatilidad, como las materias primas. “De esta forma, los ETP de oro, plata y crudo han defendido las entradas que ya venían registrando desde el arranque de 2020”, añade Jáuregui. En este sentido, los ETPs de commodities marcaron un nuevo récord al lograr unas entradas neta de 11.700 millones de dólares.
Respecto a la renta fija, desde BlackRock señala que hubo un patrón claramente doméstico. “Prueba de ello es que los ETPs de renta variable estadounidense listados en EE.UU. han registrado entradas netas por valor de 31.800 millones de dólares, mientras que los ETPs para la misma clase de activos cotizados en EMEA han registrado salidas por 7.000 millones de dólares. Este patrón se ha repetido en la renta variable europea, en la que los ETPs listados en mercados domésticos han sumado más de 3.000 millones de dólares, mientras que los vehículos cotizados en la otra orilla del Atlántico han cerrado el mes con salidas netas ligeramente inferiores a los 4.000 millones de dólares”, apunta Jáuregui.
Datos europeos
El mercado europeo de ETFs siguió las mismas tendencias que se observaron en el mercado global. Según los datos del informe Lyxor Money Monitor de marzo de 2020, elaborado por Lyxor ETF, la volatilidad en la renta variable y los diferenciales de crédito marcaron niveles de salida de flujos que se vieron por última vez durante la crisis financiera mundial de 2007-2008.
“La espiral de ventas en el mercado incidió en las rentabilidades de todos los activos de riesgo, mientras que los activos seguros como la deuda pública y el oro cosecharon resultados positivos. Los volúmenes de negociación en ETFs domiciliados en Europa se revelaron particularmente altos en un contexto complicado de mercado, reflejo de los elevados volúmenes registrados en sus activos subyacentes. Todas las clases de activos acusaron significativos flujos de salida en marzo, principalmente de los fondos activos. Las salidas de capitales registradas en los fondos superaron con creces las apreciadas en los ETF en Europa durante el periodo”, explica el documento.
Los ETFs y los fondos de renta fija experimentaron los mayores flujos de salida que se recuerdan (128.700 millones de euros). Según sus datos, la renta fija en euros sufrió salidas de capitales en todas las subcategorías. Mientras que la renta fija en dólares y la deuda pública en dólares siguieron siendo el activo seguro por excelencia.
Respecto a los ETFs y fondos indexados de renta variable, también sufrieron los flujos de salida de mayor envergadura desde la crisis financiera mundial de 2007-2008, cerca de los 53.000 millones de euros.
Foto cedida. Alta fragmentación de proveedores y sistemas heredados: los retos tecnológicos de los gestores de inversión institucional
Warren Buffett recompró acciones de su compañía de inversión Berkshire Hathaway en el último ejercicio financiero por un importe equivalente a casi 5.000 millones de dólares. Esto, según Kai Lehman, analista senior del Instituto Flossbach von Storch Research, un hecho importante para los accionistas de la compañía. Buffett anunció en su día que solo volvería a comprar sus propias acciones si el valor intrínseco de la compañía en libros no excediera el precio de mercado en más del 20%.
Si se aplica esta suposición a las grandes corporaciones estadounidenses del S&P100, se podría asumir que la alta actividad de recompra de las empresas indicaría una infravaloración permanente del mercado bursátil. “Sin embargo, esta tesis desgraciadamente no es cierta en muchas compañías debido a la fuerte recesión que está surgiendo a raíz de la crisis del coronavirus”, subraya Lehman.
La discusión sobre los pros y los contras de la recompra de acciones es tan antigua como el propio método. Durante años, los críticos lo han denominado como “ingeniería financiera”, apuntando a una falta de creatividad por parte de aquellos que lo llevan a cabo. “A su parecer, las recompras de acciones deberían ser el último recurso que solo debería de usarse si no se presentan otras oportunidades de inversión atractivas para el capital libre”, asegura el analista.
“Esto implica no solo que el equipo directivo haya analizado cuidadosamente otras oportunidades de inversión, sino también que los fondos a utilizar estén realmente disponibles”, asegura Lehman. Sin embargo, que esta sea la práctica habitual es algo dudoso, según Lehman.
De hecho, la teoría está del lado de quienes abogan por la recompra de acciones a crédito. Por ejemplo, la estructura de capital puede optimizarse mediante la recompra de acciones propias, ya que aumenta la proporción de capital de deuda de una forma relativamente barata. Como resultado, se obtiene una reducción en el coste de capital, ya que el coste de la deuda es generalmente más bajo que el del capital social.
Sin embargo, esto solo funciona si los costes marginales del capital prestado adicional estén por debajo de los llamados coste promedio ponderado del capital, WACC por sus siglas en inglés. “Por lo tanto, con la reducción de capital social mediante la financiación de la deuda, se matan dos pájaros de un tiro. Capital arriba, deuda abajo”, asegura Lehman.
Sin embargo, el experto destaca que, actualmente, resulta cada vez más evidente que esto no es una recomendación para el empresario pensando a largo plazo, sino más bien una consideración puramente teórica del mercado de capitales de las “finanzas modernas”. “Porque en este momento el efectivo es el rey nuevamente y la capacidad de una empresa para cubrir sus deudas es la base de la decisión de inversión de los inversores, ahora más que nunca”, advierte Lehman.
Si observamos la actividad de recompra de las grandes corporaciones estadounidenses, el credo de los últimos años ha sido diferente. Por ejemplo, en los dos últimos años fiscales, impulsado por la reforma tributaria integral en Estados Unidos, las compañías del S&P100 han recomprado acciones por valor de alrededor de 500.000 millones de dólares por año. Esto es, aproximadamente, cinco veces la cantidad recomprada en 2009. Si bien las compañías han sido comparativamente constantes en el pago de dividendos, Lehman apunta a que parecen haber actuado de forma un poco más oportunista en sus recompras de acciones. No obstante, el analista subraya que “las empresas no tuvieron demasiada suerte en sus esfuerzos por anticipar el mercado”.
El gasto en recompra de acciones fue bajo en 2009 no solo debido a los bajos precios de las acciones, sino que menos de la mitad de las empresas llevaron a cabo recompras de acciones. La incertidumbre sobre el desarrollo del futuro macroeconómico resultó ser demasiado grande. La situación fue bastante distinta en el año fiscal 2019, con una confianza rara vez mayor ante la fuerte actividad económica y los bajos tipos de interés, con la gran mayoría de las empresas (85%) recomprando sus propias acciones.
Por lo tanto, añade Lehman, las empresas no pudieron escapar de la prociclicidad típica. “Cuando los precios de las acciones tocan fondo, las compañías prefieren mantener su dinero unido. Si, de manera contraria, los precios de las acciones han aumentado bruscamente a lo largo de los años, se utilizan todos los medios para no correr el riesgo de caer aún más”, asegura el analista. Como sugieren los índices de endeudamiento, que han aumentado simultáneamente desde 2014, las empresas también han utilizado el crédito que supuestamente está disponible libre de gastos.
“Tan solo unos trimestres después, el mundo está repentinamente en una situación completamente distinta”, afirma Lehman. Aunque durante años, pareció que se destruía valor manteniendo la liquidez como amortiguador frente a una economía en marcha con tipos de interés bajos, las preferencias han cambiado en muy poco tiempo. “De pronto faltaban los fondos que anteriormente se destinaron a la recompra de acciones propias. No menos rápido, los mismos gestores se enfrentaron a una montaña de deudas, cuyo tamaño parece más amenazante cada día que pasa con déficit adicional de flujo de efectivo”, añade el experto.
Sin embargo, el hecho de que incluso los inversores con una reputación sobresaliente, como Buffet, realicen recompras de acciones de manera oportunista, no debe ser, según Lehamn, un motivo para demonizados per se. Pero también es un hecho: 5.000 millones de dólares es un tamaño manejable con beneficio anual anunciado de más de 80.000 millones de dólares y un balance extremadamente sólido. “Como esta es una excepción a la regla, los inversores siempre deben preguntarse si los directivos tienen siempre en cuenta la solvencia de la empresa al decidir recomprar acciones y no que la compra esté sujeta al imperativo institucional”, concluye Lehman.
Pixabay CC0 Public Domain. El Consejo de la UE aprueba el reglamento de taxonomía y queda a la espera de ser ratificado por el Parlamento
La Unión Europea sigue dando pasos en favor de las finanzas sostenibles. Pese a estar inmersos en la lucha contra la pandemia del COVID-19, el Consejo Europeo ha aprobado ciertas modificaciones en el reglamento de taxonomía, que ahora queda pendiente de ser ratificado por el Parlamento Europeo y su posterior publicación en DOUE.
La nueva versión del reglamento de taxonomía fue adoptado el 15 de abril e incluye cambios menores respecto al presentado en diciembre de 2019, por lo que se espera que su aprobación sea un trámite rápido. Entre los cambios realizados cabe destacar que se han incluido las definiciones de los conceptos de aguas marinas, aguas superficiales y buen estado medioambiental. Además, según apuntan desde finReg360, se ha modificado la numeración de los artículos para que sean consecutivos y la fecha de entrada en vigor de algunas disposiciones, que pasan de ser efectivas en diciembre de 2021 a serlo el 1 de enero de 2022.
Respecto a la entrada en vigor de esta parte de la taxonomía, es decir la mitigación del cambio climático y la adaptación a este, deben fijarse antes de finales de 2020, para garantizar su plena aplicación antes de finales de 2021. Mientras que el resto de objetivos se deben establecer antes de finales de 2021, para su aplicación antes de finales de 2022.
Además de la taxonomía, y como parte del propósito de fortalecer las finanzas sostenibles, la Comisión Europea propone actualizar la normativa de índices de referencia. En este sentido, la Comisión Europea sometió a consulta, el 8 de marzo de 2020, dos proyectos de reglamentos delegados que complementan el Reglamento (UE) 2016/10111 para avanzar en el desarrollo de la normativa sobre finanzas sostenibles. “El primero recoge las normas mínimas para ayudar a los administradores de índices de referencia a diseñar nuevos índices de transición climática o alineados con el Acuerdo de París. Y el segundo exige a las empresas que publican índices de referencia financieros que expliquen cómo se reflejan los criterios ESG para cada índice de referencia”, explican desde finReg360. Según han indicado desde la CE, las consultas estarán abiertas hasta el 6 de mayo.
Lo más relevante sobre el proyecto de reglamento delegado sobre los requisitos para el diseño de índices de referencia climáticos es que propone definiciones adicionales para armonizar los requisitos de los índices climáticos y no normas para la metodología del cálculo de los índices de referencia climáticos. También incorporará exclusiones de empresas para los índices de referencia alineados con el Acuerdo de París y requisitos de transparencia para las estimaciones y exactitud de las fuentes de datos.
Respecto al proyecto de reglamento delegado sobre el reflejo de los factores ESG en los índices de referencia, el Reglamento 2016/1011 obliga a las entidades que publiquen índices de referencia a explicar cómo se refleja la información sobre los factores ESG en cada índice de referencia o familia de índices. La realidad es que la heterogeneidad en la forma de publicar esta información provoca una falta de comparabilidad y de claridad en cuanto al alcance y los objetivos de los factores ESG. Así que para estandarizar esta información, el proyecto incluye una plantilla armonizada que deberán utilizar las entidades obligadas
Este miércoles entró en vigor la nueva medida de la Comisión de Valores de Argentina (CNV) que dispone que los Fondos Comunes de Inversión (FCI) deban invertir al menos el 75% de su patrimonio y valores negociables emitidos en la República Argentina exclusivamente en moneda nacional.
En cumplimiento de la normativa, las principales gestoras de fondos argentinas empezaron a mandar a sus clientes las opciones de canje de las que disponen. La medida de la CNV deja fuera del universo inversor de los FCI los bonos, dólares y ETFs en dólares que vengan del extranjero. Desde la industria se estima que los FCI deberán de desprenderse de unos 900 millones de activos en dólares, que a su vez se volcarán a bonos y obligaciones negociables argentinos.
A media jornada del miércoles, los bonos en dólares bajo ley argentina experimentaban una fuerte caída, mientras el dólar oficial también experimentaba un fuerte retroceso.
En un comunicado, la Comisión anunció que “la resolución atiende el contexto económico y las consecuencias derivadas de la pandemia Coronavirus-Covid 19 al considerar necesaria la revisión del tratamiento que corresponde dispensar a las inversiones en cartera de los FCI a fin de que sean canalizadas al desarrollo productivo en el territorio nacional”.
Según datos de la Cámara Argentina de Fondos Comunes de Inversión (CAFCI) de marzo, el patrimonio de la industria ronda los 988.802 millones de pesos. El 51% de las inversiones de los FCI están focalizados en el money market. El 28% está invertido en renta fija; otro 10% en renta mixta y el resto enPymes, renta variable e infraestrcuturas.
A pesar de estímulos sin precedentes, los datos del Buró de Análisis Económico del Departamento de Comercio en EE.UU. confirmaron una contracción de (-) 4,8% trimestral anualizado en la economía durante el primer trimestre del año, mientras que la confianza del consumidor en abril se desplomó a 86,9 puntos, desde 120 en marzo.
Aún así, en su reunión finalizada el 29 de abril de 2020, la Reserva Federal decidió mantener sin cambio su tasa de referencia, diciendo que «el Comité espera mantener ese rango hasta que tenga la confianza que la economía ha superado los eventos recientes y está en camino a conseguir sus objetivos de empleabilidad y estabilidad de precios».
La contracción del PIB se dio en prácticamente todos sus componentes, a excepción del gasto de gobierno (0,7%), que registró su menor crecimiento desde finales de 2018. El consumo se contrajo (-)7,5%, su mayor caída desde 1980; y la inversión cayó (-)5,6%, con ambos restando poco más de 6% al PIB.
Las exportaciones netas compensaron parcialmente esta contracción y aportaron hasta 1,3% de crecimiento, después de que la caída en importaciones (-15,3%) fuera mucho mayor a la registrada en el sector exportador (-8,7%).
De acuerdo con analistas de Intercam Banco, «la contracción de la economía señala el final de la mayor expansión económica en la historia del país y es comparable a la contracción registrada en 2009. Se espera que las cifras del 2T20 establezcan un nuevo récord de contracción en la historia económica de EE.UU. y que con ello se confirme la recesión en la economía más grande del mundo».
Por su parte, Edward Moya de OANDA menciona que «el enfoque cambiará rápidamente al segundo trimestre y, a pesar del optimismo de reapertura, la economía aún podría reducirse entre 30-40%. Hay demasiadas necesidades para que la actividad económica de EE. UU. se recupere rápidamente y mucho de eso dependerá de la disponibilidad de pruebas rápidas y generalizadas [para COVID-19], la aprobación de tratamientos y la capacidad de las compañías farmacéuticas de aumentar la producción a nivel nacional e internacional. El optimismo parece justificado, pero podría ser el mejor lugar para el tercer trimestre».
Según analistas de Citibanamex, la caída en la confianza del consumidor en EE.UU. «refleja el sentimiento de los estadounidenses ante la dramática destrucción de empleos que ha tenido lugar en semanas recientes. La pandemia de Covid-19 ha llevado a EUA a rebasar el millón de casos de infección y más de 50.000 muertes. Mientras tanto, algunos estados de ese país empiezan a prepararse para la reapertura de sus economías».
En el frente corporativo, Esty Dwek, jefa de Estrategia Global de Mercados de Natixis IM mencionó que «las ganancias continúan dibujando un panorama de incertidumbre para los negocios, ya que las provisiones se amplían y los dividendos se contraen». Según reporta el Wall Street Journal, las empresas están cancelando las dispersiones de dividendos al mayor ritmo en décadas.
Pixabay CC0 Public Domain. Colombia ingresa en la OCDE
Colombia se ha convertido formalmente en miembro de la OCDE, el país número 37 en ser parte de la Organización en sus 60 años de historia. El país completó los procedimientos internos de ratificación de la convención de la OCDE y depositó su instrumento de adhesión. Esto concluye exitosamente el proceso de adhesión que inició en 2013.
Los países miembros de la OCDE invitaron a Colombia a afiliarse a la organización en mayo de 2018. La invitación se hizo después de un proceso de adhesión de cinco años, durante el cual se sometió a revisiones en profundidad por parte de 23 Comités de la OCDE y puso en marcha reformas estructurales para armonizar su legislación, sus políticas y sus prácticas públicas a las normas de la OCDE, en particular sobre cuestiones laborales, de reforma de su sistema de justicia, de gobierno corporativo de las empresas de propiedad estatal, de anti-soborno, de comercio, así como de establecimiento de una política nacional sobre químicos industriales y gestión de residuos.
Más allá de los aspectos técnicos, el proceso de adhesión ha servido como un catalizador para que Colombia lleve a cabo reformas importantes para mejorar el bienestar de sus habitantes, tales como la reducción de la informalidad en el mercado laboral, la mejora de la calidad y la relevancia de la educación y la capacitación, así como para la sostenibilidad de largo plazo del sistema de salud.
Al recibir la buena nueva, el Secretario General de la OCDE, Angel Gurría, comentó: “Nos complace mucho dar la bienvenida a Colombia como miembro 37 de la OCDE. La adhesión de Colombia reafirma nuestro compromiso de unir a los países que se esfuerzan por alcanzar los más altos estándares en las políticas públicas mundiales para mejorar el bienestar y la calidad de vida de sus ciudadanos. Dada su historia reciente, Colombia puede estar orgullosa de lo que es realmente un logro excepcional.”
“El proceso de adhesión brindó a Colombia la oportunidad de debatir los principales temas y retos de política pública en un contexto multilateral y de aprender de las experiencias de los países de la OCDE. A la vez, este diálogo enriqueció el conocimiento y la experiencia política de la OCDE”, añadió Gurría.
Con la adhesión de Colombia, el número de países miembros de la OCDE aumentó a 37. Será el tercer país miembro de la región de América Latina y el Caribe, junto con México y Chile. Un cuarto, Costa Rica, está entrando en las últimas etapas de su proceso de acceso a la organización.
Pixabay CC0 Public Domain. Bancos centrales: ¿qué esperar de las reuniones de la Fed y el BCE?
La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) se reúnen hoy y mañana, respectivamente. Según los expertos, ambas instituciones han sido rápidas en anunciar medidas frente a la crisis económica generada por el COVID-19 y por eso no se esperan grandes novedades, pero sí que ambas aprovechen la ocasión para ajustar o puntualizar las medidas que ya han puesto en marcha.
«Actualmente no hay más margen para nuevos ajustes a la baja en su políticas monetarias. Con los inversores centrales en el panorama económico general, podemos esperar nuevas herramientas no convencionales de estímulo, como el control de la curva de tipos», señalan desde eToro ante las expectativas que ha levantado la reunión de la Fed y el BCE.
En opinión de Diego Fernández Elices, director general de inversiones de A&G Banca Privada, la Fed está centrada la implementación de todos los programas ya anunciados y cree que esto será así hasta que la economía comience a dar signos de normalización. “Con la normalización, la Fed posiblemente actualice el guidance o discutir algunos aspectos del QE, pero por ahora la política monetaria se mantendrá en un segundo plano, detrás de la fiscal. Es importante que el mercado, como hasta ahora, siga pensando que la Fed hará lo que sea necesario y positivo que el mercado piense que queda munición, pero no parece que tenga sentido ir más allá el miércoles”, afirma.
Para Bank of America, lo más relevante de la reunión de la Fed será conocer su visión sobre el deterioro de la economía. “Probablemente hará hincapié en que las tasas de interés van a permanecer bajas durante un periodo prolongado. Además, los mercados estarán atentos sobre las posibles indicaciones que dé sobre las compras de UST y MBS, los cambios en IOER y ONRPP, y cualquier otro ajuste sobre sus medidas”, apunta en su informe semanal.
Según el análisis de Gilles Seurat, gestor de multiactivos de La Française AM, la Fed podría endurecer su forward guidance y comprometerse a no subir los tipos hasta 2021. «En los próximos trimestres, esperamos que la Reserva Federal adopte el control de la curva de rendimiento, como lo han hecho Japón y Australia. Sin embargo, endurecer su forward guidance sería el siguiente paso lógico, antes de optar por el control de la curva de rendimiento. Probablemente también hablarán sobre el diferencial Libor-OIS, que ha empezado a estrecharse desde un nivel elevado gracias a sus medidas. Podría anunciar algunas medidas adicionales para ayudar a los mercados monetarios, o al menos comprometerse a inyectar más liquidez si el diferencial no se ajusta lo suficientemente rápido», comenta.
Desde Ebury reconocen que no esperan grandes novedades por parte de la Fed. “La Reserva Federal ya ha sido muy enérgica en la puesta en marcha de programas de apoyo a la economía, por lo que no se esperan grandes anuncios en la reunión del próximo miércoles”, sostiene en su análisis semanal. En cambio, sí consideran que el BCE amplíe los programas ya en vigor y, en concreto, el de compra de activos del programa de compras de emergencia (PEPP) anunciado al principio de la crisis, “con el fin de aumentar su capacidad para que pueda absorber todas las emisiones de los países periféricos hasta, por lo menos, finales de 2020”. La firma considera que, de ser así, “veríamos un alivio en los mercados que ayudaría al euro en las próximas semanas”.
Valorando las medidas ya tomadas
Respecto a este programa, los analistas de BancaMarch explican que durante las cuatro primeras semanas en las que ha estado en vigor su programa de compras de emergencia (PEPP, por sus siglas en inglés), la institución monetaria ha adquirido activos por un importe total de 96.719 millones de euros, lo que equivale a un ritmo promedio de compras diario de algo más de 5.000 millones de euros desde el comienzo de este programa. “Recordamos que el BCE anunció el lanzamiento de este nuevo programa el pasado 18 de marzo (PEPP), con una dotación de 750.000 millones de euros y que estará en vigor hasta que haya terminado la crisis por el COVID-19, garantizando que como mínimo seguirá comprando activos hasta final de 2020. Por otra parte, la entidad presidida por Christine Lagarde no ofrece detalles sobre la composición de las compras de activos realizadas y este programa (PEPP) no está limitado por las restricciones aplicadas a otros programas de adquisición de deuda, por lo que la institución podrá dejar de aplicar el límite del 33% por código ISIN, así como adoptar un enfoque flexible al guiarse por la clave suscripción del capital de la institución por cada país”, apuntan en su análisis diario.
En todo caso, desde Allianz GI coinciden en que ambas entidades han agotado gran parte de su artillería y que lo más interesante será escuchar su diagnóstico sobre la crisis económica y la evolución de la pandemia. Así lo explica Franck Dixmier, director global de renta fija de Allianz Global Investors: “ El BCE y la Fed tienen un objetivo común: garantizar una transmisión fluida de la política monetaria para que los bancos puedan hacer su trabajo de apoyar a las empresas sin tener problemas de liquidez. Los bancos centrales de todo el mundo han lanzado programas de compra de activos considerables, en una interpretación muy amplia de su mandato y bajo una fuerte influencia política. Uno puede cuestionar su grado de independencia; su papel como prestamista de último recurso los lleva a financiar las crecientes necesidades de los gobiernos y a un coste mínimo gracias a la presión que ejercen en los mercados para mantener los tipos en niveles muy bajos. La línea entre política monetaria y política fiscal nunca ha sido tan borrosa”, afirma.
En opinión de Dixmier, “no esperamos ningún anuncio específico en las próximas reuniones del BCE y la Fed, que se adaptan continua y urgentemente al deterioro de las economías y las tensiones del mercado. Sin embargo, será interesante escuchar el diagnóstico de la crisis y de la efectividad de las medidas ya tomadas por parte de ambos bancos centrales”.
¿Aclaraciones del BCE?
Según la valoración que hace Konstantin Veit, gestor senior de carteras europeas de PIMCO, podemos esperar alguna novedad o aclaración por parte del BCE. Veit defiende que “el BCE reiterará con contundencia su disposición a hacer todo lo que sea necesario”. Si bien avisa de que “no se espera ninguna de decisión de política monetaria de largo alcance”. Sin embargo, Veit subraya que “puede haber cambios con el paso del tiempo” en el Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP). Por ejemplo, en la cantidad establecida en 750.000 millones de euros. “Equivale al 6% del PIB de la eurozona y es un volumen considerable, pero ciertamente hay margen de maniobra para hacer más”. PIMCO considera que también que se podrían añadir nuevos activos elegibles dentro del PEPP. Si bien Veit expresa su escepticismo sobre la posibilidad de que esas modificaciones en el volumen y los activos del programa de emergencia del BCE se vayan a ejecutar a corto plazo; “no esperamos cambios inmediatos”, admite.
Eso sí, Veit subraya que el BCE tiene la oportunidad de aclarar que tratamiento le dará a los activos “fallen angel” dentro de los distintos programas de compras. “Creemos que el BCE seguirá comprando activos que fueron degradados después del pasado 7 de abril y que mantienen al menos un rating de BB, pero esto no abre la puerta a una compra amplia e indiscriminada de toda clase de papel high yield”, añade.
Misma opinión comparte Gilles Moëc, economista jefe del Grupo en AXA IM. El experto señala que Lagarde abra la «posibilidad de aumentar el tamaño del rescate para demostrar que la Eurozona todavía puede contar con un poderoso respaldo político», lo que supondría que, a la larga, “el BCE podría aumentar el PEPP y superar el billón de euros”, pero advierte de que “su capacidad de ampliar el estímulo no es infinita”. Así, el experto defiende que, aunque el BCE está listo para desviarse significativamente de la clave de capital durante algún tiempo, «existen límites para tal sesgo». Por ello, indica que «sería necesario un aumento preventivo en el tamaño del PEPP», pero «no esperamos un anuncio tan determinante esta semana».
Sin embargo, Moëc considera que «el BCE preferiría mantener las tendencias de una deuda soberana por debajo del 33%» y no convertirse en la fuerza decisiva en una reestructuración a través de las Collective Action Clauses («Cláusulas de Acción Colectiva»), ya que esto supondría «no cubrir la totalidad del nuevo requisito de endeudamiento 2020 y las necesidades de refinanciación si los otros inversores se niegan a extender su exposición»
Pixabay CC0 Public DomainMartin Fisch. Martin Fisch
Los mercados bursátiles mundiales se desplomaron en la segunda mitad del trimestre, ya que la actividad económica se vio perjudicada por la pandemia del coronavirus.
En muchos países se impusieron medidas de «distanciamiento social» y restricciones a los viajes, y algunos gobiernos fueron incluso más allá y obligaron al cierre de las actividades comerciales no esenciales. La magnitud de los trastornos ocasionados se demuestra por la caída del tráfico aéreo comercial, que disminuyó más de un 60% en la última semana de marzo (1). La economía global no había sufrido una perturbación sincronizada a este nivel desde la II Guerra Mundial.
Pero este tipo de crisis es muy distinto a un conflicto bélico. Reina la paz. Las ciudades están tranquilas, hay pocos coches en las carreteras y los cielos se han vaciado de aviones. Una consecuencia evidente ha sido el espectacular descenso de la contaminación. Las emisiones de dióxido de carbono y óxido de nitrógeno han disminuido drásticamente en las últimas semanas. Algunas personas han señalado que, sin querer, hemos podido vislumbrar un futuro con bajas emisiones de carbono, pero, aunque pueda haber factores medioambientales claramente positivos, se trata de una victoria pírrica, dado el coste humano que tiene esta crisis. Las repercusiones sociales son diversos y a los gobiernos no les está resultando fácil evaluar las consecuencias de las diferentes políticas.
El lado positivo
Sin embargo, todo este caos ha tenido algunos elementos positivos. Ha puesto de manifiesto las ventajas de los avances tecnológicos de la última década. La economía digital ha permitido a muchas personas seguir con su vida diaria con solo algunos inconvenientes. Algunas empresas se han comportado muy bien en estos últimos meses, al registrar un aumento de la demanda de sus servicios. Uno de los grandes interrogantes para nosotros ahora es hasta qué punto habrá un cambio duradero como consecuencia de esta crisis. ¿Habrá una «nueva normalidad» y cómo será? Creemos que esta crisis acelerará las tendencias digitales y esperamos que los cambios en cómo organizamos nuestras economías y vivimos nuestras vidas tengan efectos medioambientales positivos. Estamos invirtiendo en empresas bien posicionadas para un futuro así.
Disrupción o resiliencia
Dado el alcance de la intervención de los gobiernos, hay pocos ámbitos de la economía que no se hayan visto afectados. Todos los sectores principales del mercado han registrado rentabilidades negativas, aunque ha habido importantes diferencias en la rentabilidad relativa, pues algunas empresas han resistido mejor que otras.
Las empresas peor paradas han sido las expuestas a los sectores de los viajes, transporte, industria pesada, materias primas y finanzas. Los cruceros y las compañías aéreas se han visto especialmente perjudicados, al desplomarse su cotización hasta un 80% o 90% en algunos casos. El sector energético, dominado por las compañías de petróleo y gas, fue el que peor se ha comportado, al caer más de un 40%. Esto se debió al desplome de los precios del petróleo provocado por la debilidad de la demanda y la ruptura de las relaciones de la OPEP al no llegar a un acuerdo para recortar el exceso de oferta (2).
El sector financiero fue el segundo más perjudicado, al caer más de un 25%, ya que los bancos se vieron sometidos a presiones como resultado de las medidas regulatorias de los gobiernos de benevolencia con los créditos y las rebajas de tipos aplicadas por los bancos centrales. Salud, consumo básico y suministros públicos, sectores tradicionalmente más defensivos, se comportaron relativamente mejor, aunque aun así cayeron entre un 5% y un 15%. El sector de tecnología de la información también bajó menos que el mercado en general, al aumentar la demanda de muchos servicios digitales (2).
Perspectivas
Hay mucha incertidumbre sobre cuánto van a durar las medidas de los gobiernos relacionadas con la pandemia. Además, muchas personas empiezan a preguntarse si esta crisis provocará cambios duraderos en nuestro modo de vida y organización de nuestras economías. No vamos a decir que conocemos las respuestas a estas preguntas, pero creemos que algunas sendas son más claras que otras y que nuestro enfoque de inversión sostenible nos ayudará.
En respuesta a esta crisis, muchos gobiernos de todo el mundo han respondido con medidas de estímulo fiscal a gran escala, en algunos casos de hasta el 20% del PIB del país. Este estímulo tendrá que ir a parar a algún lado y, aunque a algunos sectores podría llevarles tiempo recuperarse, hay áreas de la economía que probablemente se recuperarán con fuerza. Nuestro enfoque de inversión sostenible nos ayuda a centrarnos en las tendencias a largo plazo que creemos que no van a cambiar. De hecho, creemos que algunas podrían incluso acelerarse como resultado de esta crisis, que ha puesto de manifiesto el hecho de que algunas cosas tienen que cambiar.
La digitalización es una tendencia que se está acelerando y tenemos muchas inversiones expuestas a ella en productividad empresarial, comunicación, salud, ocio, infraestructuras y conectividad. La capacidad de adaptación y resistencia mostrada hasta ahora por la economía digital ―muchas empresas han registrado un aumento de la demanda de sus servicios― ha servido para destacar la idea de que muchas personas y empresas pueden reducir su huella de carbono. La razón de ser de la digitalización es permitir una mayor productividad y un uso más eficiente de nuestros preciados recursos naturales.
Además, creemos que la transición a una economía con bajas emisiones de carbono es una tendencia que va a continuar e incluso podría acelerarse. A menudo nos preguntan por la posibilidad de que los bajos precios del petróleo frustren las inversiones sostenibles o ralenticen el ritmo de transición a la economía con bajas emisiones de carbono. No lo creemos probable. De hecho, la volatilidad del precio del crudo es, en sí misma, un factor negativo desde el punto de vista de la inversión, mientras que la estabilidad de las rentabilidades del sector de las renovables resulta muy atractiva. Es el impulso imparable de la tecnología limpia, junto con la creciente carga reglamentaria asociada al carbono, lo que resta atractivo a las inversiones en combustibles fósiles. Además, esperamos que el apoyo de la normativa a la transición a la energía limpia continúe.
Aunque haya pasado desapercibida entre todas las noticias sobre la pandemia, la publicación por la Comisión Europa del borrador de la Ley europea del clima el 4 de marzo ha supuesto un paso adelante importante en el compromiso de la Unión Europea con una economía con cero emisiones netas de carbono. Tampoco nos sorprendería que las importantes medidas de estímulo fiscal se destinasen en parte al sector de la energía limpia. Cada vez más empresas de los sectores de generación eléctrica, transporte e industria presentan planes de inversión para varios años coherentes con la transición a una economía con bajas emisiones de carbono. En la próxima década, veremos un enorme aumento de la capacidad de generación de energías renovables, avances en las tecnologías de baterías y la adopción generalizada del coche eléctrico por los consumidores.
Creemos que esta va a ser la década en que veamos claramente la perspectiva del pico de la demanda de petróleo. Hemos utilizado la reciente volatilidad del mercado para incrementar nuestras inversiones en generación de energía renovable, donde vemos unos dividendos estables y al alza, así como en empresas que proporcionan tecnología para la electrificación del transporte.
Hay muchos otros ámbitos en los que esperamos pocos cambios: la necesidad de servicios sanitarios básicos, alentada por el envejecimiento de la población, no ha hecho sino aumentar debido a esta crisis. Los seguros y los servicios de gestión de riesgos siguen siendo muy necesarios, el crecimiento de la población y el proceso de urbanización van a continuar y, con ellos, la necesidad de invertir en infraestructuras sostenibles, transporte público, edificios de eficiencia energética y tecnología del agua. La innovación avanzará en lo que respecta al a economía circular y seguirá habiendo demanda de muchos servicios y bienes de consumo relacionados con el deporte y el ocio, el entretenimiento y la alimentación saludable.
En lugar de restar importancia a esta crisis, esperamos que sirva para dejar claro el atractivo de la inversión sostenible y cómo produce mejores resultados, no solo para los inversores, sino también para el medioambiente y la sociedad. Invertimos por los beneficios, las personas y el planeta. Creemos que las mejores rentabilidades de la inversión provendrán de empresas con crecimiento compuesto resiliente, características que a menudo ofrecen las empresas que apuestan por las tendencias de sostenibilidad.
Tribuna de Hamish Chamberlayne, gestor de la estrategia Janus Henderson Global Sustainable Equity, de Janus Henderson Investors.
(2) Factset, Janus Henderson Investors, en libras esterlinas, a 31 de marzo de 2020.
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Emitido por Janus Henderson Investors. Janus Henderson Investors es el nombre bajo el cual se proporcionan los productos y servicios de inversión por parte de Janus Capital International Limited (reg. n.º 3594615), Henderson Global Investors Limited (reg. n.º 906355), Henderson Investment Funds Limited (reg. n.º 2678531), AlphaGen Capital Limited (reg. n.º 962757), Henderson Equity Partners Limited (reg. n.º 2606646), (cada uno registrado en Inglaterra y Gales en 201 Bishopsgate, Londres EC2M 3AE y regulado por la Financial Conduct Authority) y Henderson Management S.A. (reg n.º B22848 en 2 Rue de Bitbourg, L-1273, Luxemburgo, y regulado por la Commission de Surveillance du Secteur Financier).
Kirstie Spence, courtesy photo. Kirstie Spence (Capital Group): “Se ha creado una tormenta perfecta en los mercados de deuda emergentes”
Los países emergentes también se enfrentan a una crisis sanitaria debido al COVID-19 con graves consecuencias financieras y económicas. En este contexto, la deuda en dólares estadounidenses ha experimentado caídas de un 13% y la deuda en moneda local de los mercados emergentes ha bajado un 15% en términos de dólares estadounidenses, en lo que va de año. Kirstie Spence, gestora de cartera de Capital Group, analiza en esta entrevista el mercado de deuda emergente.
P. ¿Cómo le ha ido a la deuda de los mercados emergentes en estos mercados volátiles?
R. La mayor parte de las caídas en deuda emergente refleja la debilidad de los tipos de cambio de los emergentes frente al dólar estadounidense. Dentro de la deuda en dólares, la que se ha debilitado de forma desproporcionada ha sido la de alto rendimiento, mientras que las caídas dentro del segmento de grado de inversión en los mercados emergentes están mucho más en línea con los movimientos sus pares en Estados Unidos. Los resultados también han sido desiguales en la deuda en moneda local, pero en realidad algunos de los mercados frontera han sido más estables. Esto podría deberse, probablemente, a la falta de liquidez y al hecho de la propiedad de sus bonos es insuficiente.
P. ¿Cómo ha sido la liquidez en los mercados de deuda emergentes?
R. Se han combinado varios factores para crear una tormenta perfecta en los mercados de deuda emergentes. La propagación del virus creó temor y generó una venta correlacionada, que fue seguida por una crisis del precio del petróleo que siempre tiende a impactar a los emergentes como una clase de activo relacionado con los productos básicos… Al mismo tiempo, los ETFs se han soltado en grandes cantidades; había una demanda de bonos del Tesoro de EE.UU. y de dólares que no se podía satisfacer, todo ello mientras que los bancos e intermediarios se veían afectados por los aspectos prácticos que suponía el teletrabajo, incluido el del papel de la intermediación, que se veía obstaculizado por las regulaciones contra las actividades de asunción de riesgos fuera de un entorno autorizado.
P. ¿Cómo ha evolucionado?
R. Hemos visto que varios bancos centrales han tomado medidas extraordinarias que han ayudado a aliviar la situación. Los mercados hipotecarios y del Tesoro funcionan mejor, y la emisión de crédito con grado de inversión de los Estados Unidos en marzo fue la más alta registrada, ya que las empresas tratan de asegurar la liquidez. Gracias a la base de compradores nacionales y al apoyo de los bancos centrales y locales, también ha mejorado la liquidez comercial en los mercados emergentes locales. La liquidez está entrecortada, pero en realidad hay muy poca negociación fuera de los mercados locales, aunque parece que se trata de algo que se está normalizando. Cada vez hay más países emergentes que han entrado en situación de confinamiento (Sudáfrica, India, Argentina y algunas partes de México), lo que también ha creado problemas de liquidez, aunque estamos empezando a ver cómo esto se flexibiliza. Capital Group ha sido capaz de operar en este momento difícil, gracias a las buenas relaciones y a la persistencia de nuestros operadores. Sin embargo, somos capaces de ejecutar muy pocos de los precios que vemos en las pantallas, especialmente los más bajos.
P. ¿Qué importancia tiene China en la recuperación de los mercados emergentes?
R. El papel de China en la recuperación económica mundial es clave, especialmente para los emergentes. Es probable que su recuperación sea lenta, porque las cadenas de suministro están bloqueadas y EE.UU. y Europa están efectivamente cerrados. Sin embargo, vimos las recientes cifras del PMI, que fueron más positivas de lo esperado, demostrando una cierta recuperación temprana. China tiene mucha potencia de fuego en términos de estímulo adicional y una fuerte voluntad para utilizarla; el país necesita el crecimiento económico para la estabilidad política. El país también podría involucrarse en la concesión de préstamos a los países; se trataría más bien de un papel de mediador si ciertos mercados emergentes se enfrentan a dificultades de refinanciación más adelante.
P. ¿Cuál es su perspectiva para la deuda emergente?
R. Claramente el contexto económico global para los emergentes, de hecho para todo el mundo, es dramáticamente diferente a lo que era hace uno o dos meses. Nuestro escenario base para 2020 fue uno con tipos de interés relativamente benignos y de crecimiento global, lo que habría sido un apoyo para la deuda emergente. Ahora esperamos una gran contracción en el crecimiento global en el segundo y potencialmente tercer trimestre del año. No espero una recuperación en forma de V debido a la naturaleza de la pandemia y la duración del confinamiento económico. El precio del petróleo ha caído drásticamente, al igual que otras materias primas, lo que es ampliamente negativo para los países emergentes.
El peor escenario podría ser uno en el que no se puedan refinanciar las medidas de estímulo de los mercados emergentes, como las que se han visto en los desarrollados, debido a una recesión prolongada y que nos enfrentemos a una reestructuración de la deuda, digamos, en los próximos 12 meses.
Sin embargo, la probabilidad de que esto ocurra es muy baja porque también hemos tenido un nivel de estímulo enorme y sin precedentes tanto a través de la política monetaria para apoyar los mercados financieros como de la política fiscal para apoyar las economías más amplias. Eso se ha producido tanto en algunos países emergentes tanto a nivel individual como a nivel internacional.
P. ¿Cuándo tocará fondo el mercado?
R. Mientras las autoridades se mantengan a la vanguardia en cuanto a la provisión de liquidez y una respuesta fiscal para tratar de apoyar el crecimiento, creo que ese sería un telón de fondo relativamente favorable para la deuda de los mercados emergentes. También creo que los inversores seguirán buscando activos de mayor rentabilidad con carteras tradicionales de activos con grado de inversión que ofrezcan bajos retornos, lo que respaldará la emisión de deuda emergente. Es muy difícil calcular cuándo tocará fondo el mercado, pero estamos ajustando las carteras, rotando las posiciones sin hacer grandes cambios, esperando que estos den sus frutos en un horizonte temporal de 12-18 meses.
Pixabay CC0 Public Domain. Infraestructuras cotizadas
Las infraestructuras cotizadas no han sido inmunes a las caídas generalizadas que el coronavirus ha traído a los mercados. No obstante, los fuertes movimientos que hemos visto en las valoraciones han creado oportunidades globales muy atractivas en títulos de infraestructuras de larga duración, que constituyen la columna vertebral de la sociedad moderna. Si bien es cierto que las perspectivas a corto plazo son aún inciertas, es importante recordar que esta clase de activos tiene la capacidad de repuntar rápidamente una vez que las aguas vuelvan a su cauce.
El sector más afectado ha sido el de infraestructuras de transporte y energía. La combinación sin precedentes de un choque en la oferta y un colapso en la demanda debido a la pandemia ha llevado a ventas indiscriminadas en los mercados. No es de extrañar que el efecto dominó de un confinamiento casi global haya provocado una caída precipitada de los viajes a nivel global. Las peculiares circunstancias en las que nos encontramos han tenido un fuerte impacto en las infraestructuras de transporte, concretamente en los aeropuertos y las carreteras de peaje, aunque el de mercancías pesadas en estas mismas carreteras permanece relativamente intacto.
En el otro lado de la ecuación, las infraestructuras de comunicaciones han demostrado su resistencia y fortaleza. El paso al teletrabajo en masa y la importancia de la conectividad a través de centros de datos, redes de banda ancha y torres de comunicaciones, han hecho que estas empresas se mantengan en una buena posición. La infraestructura social, incluidos los hospitales, también ha soportado las condiciones extremas de mercado de las últimas semanas.
Con estos movimientos y en vista de las valoraciones resultantes, hemos reducido nuestra exposición a estos sectores relativamente fuertes para financiar oportunidades en otras áreas. Aunque nosotros seguimos una estrategia de compra y retención de baja rotación, las circunstancias actuales son sin duda extraordinarias y unos mercados tan volátiles siempre ofrecen dislocaciones en las valoraciones. Hemos encontrado muy buenas oportunidades de valor relativo en el sector de servicios, que esperamos mantener y que registren crecimiento en sus dividendos. También hemos aumentado de modo selectivo nuestra exposición a infraestructuras de transporte y energía, aunque mesuradamente, conscientes de que el sentimiento negativo puede persistir una temporada antes de que los fundamentales se reafirmen.
Tras la crisis del 2008, las infraestructuras cotizadas se recuperaron a un ritmo mucho más rápido que el resto de activos, gracias a sus ingresos y flujos de caja. Creemos que esta tendencia podría darse de nuevo una vez restablecidas las condiciones normales del mercado. La atención al corto plazo en situaciones como la actual es muy comprensible, pero es fundamental que no perdamos de vista la perspectiva a largo plazo que requiere esta clase de activos.
Tribuna de Alex Araujo, gestor del M&G (Lux) Global Listed infrastructure.