Foto cedidaClaudia Wearmouth, directora adjunta del Equipo de Inversión Responsable en BMO GAM y Vicki Bakhshi, directora del Equipo de Inversión Responsable en BMO GAM. BMO Global Asset Management
BMO Global Asset Management (BMO GAM) centrará su activismo accionarial en 2021 en tres prioridades enfocadas en apoyar una recuperación sostenible de la pandemia mundial por el coronavirus: el cambio climático, la biodiversidad y la reducción de las desigualdades.
Durante este año continuará dando mayor peso en su engagement a aquellas empresas que operan en sectores con alto impacto climático, promoviendo la construcción de una economía mundial de cero emisiones y aumentando al mismo tiempo los esfuerzos para fomentar resultados positivos en el ámbito de la biodiversidad y la resolución de los problemas de la desigualdad y la justicia social.
La gestora focalizará su acción en los sectores donde se concentran sus actividades principales, a las que el equipo de inversión responsable incorporará también el sector inmobiliario y la eficiencia energética de los edificios.
“La confusión económica y la agitación social derivadas de la pandemia han puesto el reto de la sostenibilidad a largo plazo en el centro de la agenda mundial”, aseguró Claudia Wearmouth, directora adjunta del Equipo de Inversión Responsable de BMO GAM. “La mayor sensibilidad de la opinión pública sobre la desigualdad social, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad están ejerciendo presión sobre los líderes mundiales para que adopten medidas inmediatas e integradas al respecto”.
En su opinión, como inversores es posible tener un importante papel dirigiendo estas acciones, a través de la inversión responsable y el activismo accionarial para conseguir cambios positivos. Además del diálogo con las empresas, actuar en colaboración con un grupo más amplio de partes interesadas es crucial para el éxito y para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas para 2030.
Hablar simultáneamente con empresas, organizaciones no gubernamentales, administraciones públicas y una opinión pública internacional cada vez más nutrida, “es nuestra herramienta más poderosa para promover una recuperación sostenible, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y, en última instancia, un mundo sostenible”, subrayó Wearmouth.
Los pilares biodiversidad, justicia social y emisiones cero
La pérdida de biodiversidad representa una amenaza existencial para los ecosistemas que sostienen el bienestar económico y social del mundo. Por ello, mediante un activismo accionarial centrado en los sectores más críticos como los de alimentación y bebida, transporte, actividades extractivas y finanzas, BMO GAM tratará de impulsar resultados positivos en esta materia, a través de un constante y cada vez más amplio programa de interacción con las empresas para frenar la deforestación, gestionar los recursos de suelo y agua dulce y abordar la contaminación de los océanos.
Por otra parte, la gestora continuará con su compromiso con asuntos como el salario mínimo vital, la desigualdad de género y el acceso a la sanidad. Este año seguirá ocupándose de estos temas, al tiempo que redoblará esfuerzos para animar a las empresas a mejorar la gestión de la diversidad racial y étnica, contribuir a una transición justa en respuesta al cambio climático y abordar los problemas emergentes en materia de derechos humanos en sectores como el de las tecnologías de la información, la generación de energía y los metales y minería. Se centrará, en
particular, en las cuestiones de derechos humanos inherentes a la transición energética, incluidos los retos que se plantean desde hace tiempo en la cadena de extracción de combustibles fósiles y los nuevos problemas que están surgiendo en el sector de las energías renovables.
Este año BMO GAM instará asimismo a la adopción de objetivos coherentes con emisiones netas cero a nivel mundial para 2050, así como la puesta en marcha de estrategias sólidas para llevarlos a buen término. También seguirá centrándose en instituciones financieras, presionando para que la acción por el clima se integre plenamente en las políticas de préstamo e inversión, así como para la adopción de estrategias acordes con el concepto cero neto, como ha hecho la propia BMO GAM, como miembro fundador de la Net Zero Asset Managers Alliance. Como parte de estos esfuerzos se propone involucrarse en el sector inmobiliario para la promoción de la eficiencia energética en los edificios.
La celebración en noviembre próximo de la conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP26) ofrece “una oportunidad real para acortar distancias entre la trayectoria actual de emisiones de gases de efecto invernadero y las reducciones radicales necesarias para cumplir el objetivo de limitar el aumento del calentamiento global a 1,5 grados centígrados”, indicó Vicki Bakhshi, directora del Equipo de Inversión Responsable en BMO Global Asset Management.
Las acciones de las instituciones financieras y de las empresas serán fundamentales, y la campaña “Carrera hacia Emisiones Cero” de la ONU servirá como punto de referencia. “Cada vez exigiremos más a las empresas que aporten evidencias de estar a la altura de sus promesas climáticas, para garantizar que los compromisos contribuyen en un cambio significativo”, destacó.
Hablemos de riesgo
El valor de las inversiones y los ingresos derivados de ellas pueden subir y bajar de igual manera, por lo que podría darse el caso de que los inversores no recuperasen la cantidad original invertida.
Los puntos de vista y las opiniones reflejadas en esta columna pertenecen a BMO Global Asset Managment y, como tales, no deben entenderse de manera expresa como recomendaciones o solicitudes de compra o venta de empresas que puedan ser mencionadas.
La información, opiniones, estimaciones y previsiones descritas en esta columna proceden de fuentes consideradas fiables, pudiendo cambiar en cualquier momento.
Pixabay CC0 Public Domain. Santander Chile emite su primer bono sostenible para financiar al segmento Pyme mujer
Santander Chile colocó su primer bono sostenible incorporando criterios ESG (environmental, social, y governance, por sus siglas en inglés), enfocándose en el segmento Pyme mujer. El instrumento se colocó de forma privada a un inversionista japonés con la asesoría de Daiwa Securities Capital Markets, por un monto de 50 millones de dólares a un plazo de tres años y con una tasa de 0,71%. El objetivo de la transacción es refinanciar o financiar nuevas operaciones de crédito a pequeñas y medianas empresas lideradas por mujeres.
Esta cartera tiene un tamaño aproximado de 380 millones de dólares, por lo que el acceso a este tipo de financiamientos se hace indispensable para continuar promoviendo la inclusión financiera de las mujeres en Chile. Con este nuevo instrumento, Santander busca contribuir al fortalecimiento y crecimiento de los negocios operados por mujeres, siguiendo la tendencia de los principales mercados desarrollados, y en línea con su propósito de ayudar al progreso de las personas y las empresas.
Para Miguel Mata, gerente general de Santander, “la colocación de nuestro primer instrumento de deuda sostenible va en línea con la estrategia que está realizando el Banco a nivel global en materias
ESG y refleja nuestra sólida posición de liderazgo en índices de sostenibilidad como Dow Jones, Vigeo Eiris, MSCI, FTSE4Good y S&P IPSA ESG. El resultado de la operación evidencia también la excelente recepción de parte de los inversionistas internacionales, aun en los tiempos de alta incertidumbre que estamos enfrentando”.
Con esta nueva acción, Santander Chile responde con hechos concretos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) impulsados por las Naciones Unidas. En efecto, en 2019 la entidad definió 10 compromisos para adherir a los ODS, entre ellos, el ayudar a más personas a progresar y disfrutar de los beneficios del crecimiento con inclusión financiera, a través del acceso a productos y servicios de este tipo y mejorando su conocimiento en esta materia mediante la educación. Para esto, la entidad tiene como objetivo global la inclusión financiera de 10 millones de personas entre 2019 y 2025.
En la segunda actualización sobre los vehículos en los que las afores pueden invertir de 2021, seis fondos se unieron a la lista. Estrenándose en la misma están Baillie Gifford, con dos fondos y T. Rowe Associates, que junto con GAM, JPMorgan AM y Natixis, hacen que la lista completa incluya ya a 113 fondos.
Estos son:
Amundi AM con 18 fondos
Schroders IM con nueve fondos
BlackRock con ocho fondos
AllianceBernstein con siete fondos
NinetyOne (antes Investec AM) con siete fondos
Henderson Global Investors con cinco fondos
Jupiter AM con cinco fondos
Morgan Stanley IM con cinco fondos
Vanguard con cinco fondos
GAM con cuatro fondos
Goldman Sachs Asset Management con cuatro fondos
Natixis IM con cuatro fondos
Pictet AM con cuatro fondos
UBS Asset Management con cuatro fondos
Wellington Management con cuatro fondos
AXA IM con tres fondos
JPMorgan Investment Funds con tres fondos
NNIP con tres fondos
Baillie Gifford con dos fondos
Columbia Threadneedle Investments con dos fondos
Franklin Templeton con dos fondos
BNP Paribas con un fondo
Fidelity International con un fondo
PIMCO con un fondo
T. Rowe Associates con un fondo
UTI AM con un fondo
T. Rowe Price es una gestora estadounidense con más de 1,1 billones de dólares en activos (trillion en inglés) mientras que Baillie Gifford, es una firma independiente con sede en Edimburgo con más de 100 años de historia y unos activos bajo gestión de 323.750 millones de dólares. Además, ha sido la gestora internacional que más vendió a las AFPs chilenas durante 2020.
En el caso de ETFs, se sumaron vehículos de First Trust, iShares y KraneShares, siendo 34 las gestoras partcipantes entre 346 opciones.
Pixabay CC0 Public DomainDe izquierda a derecha y de arriba a abajo, Roger Ibbotson, John Holmgren, Ana Blecua y Lorenzo Goldberg.. Creación del GHI Global Advisory Partners EAF
Una nueva EAF ve la luz en el mercado español. Se trata de GHI Global Advisory Partners, que ha sido autorizada y registrada por la CNMV el pasado 29 de enero. Esta nueva sociedad, fundada por Roger Ibbotson, John Holmgren y Lorenzo Goldberg, recomendará estrategias de inversión con un componente de finanzas conductuales a inversores institucionales asesorados.
GHI Global Advisory Partners EAF tiene vocación europea y su sede está ubicada en Madrid. Además de los fundadores, se ha incorporado al equipo de la EAF Ana Blecua, en calidad de responsable de relaciones con inversores.
GHI comienza su andadura con dos acuerdos de colaboración (no de distribución) estratégicos. El primero, con Kepler Partners1, recomendando los fondos UCITS alternativos de su plataforma Kepler Liquid Strategies (KLS) que mejor encajen en las carteras de sus inversores, y otro con Zebra Capital Management2, recomendando las estrategias Premia de Zebra para inversores cuyas características se ajusten a este tipo de inversión.
Asimismo, actuará como subadvisor para otras carteras y fondos de inversión.
Los fundadores
El profesor Ibbotson fundó en 1977 Ibbotson Associates LLC, adquirida por Morningstar Inc en 2006, y Zebra Capital en 2001, donde actualmente compagina sus cargos de presidente del consejo y responsable de investigación con el de consejero de GHI Global Advisory Partners EAF de la que es cofundador.
Ibbotson es doctor en economía y finanzas por la Universidad de Chicago. Fue alumno de Milton Friedman (Premio de Nobel de economía-1976-). Asimismo, Eugene Fama (Premio Nobel de Economía-2013-) fue el presidente de su tesis doctoral.
En la actualidad Ibbotson es profesor emérito de Yale School of Management, siendo uno de los académicos más premiados en el ámbito de las finanzas internacionales. Sus investigaciones, que incluyen desde “Papers” de “asset allocation” a finanzas conductuales, han recibido los varios galardones. Entre ellos, Graham and Dodd Top Award en 2013, Graham and Dodd Best Perspectives Award en 2010, Graham and Dodd Award of Excellence en 2000, Graham and Dodd Scroll Award en 1982, 1984, 2003, 2006, 2011 y 2012 y Graham and Dodd Award en 1979 y “Best Financial Analysts Journal article of 2013″. Recibió el Harry M. Markowitz Award para “Momentum, Acceleration, and Reversal” al mejor “Paper” en the Journal of Investment Management en 2015. Además, en la década de los 1980, publicó junto con Rex Sinquefield, en “Stocks, Bonds, Bills and Inflation”, la comparativa de rendimientos entre clases de activos y su prima de riesgo.
John Holmgren fundó DSI International Management y DSC Data Services Inc, sociedades de investigación de estrategias de gestión cuantitativa que se integraron en UBS AG a finales de los años 1990. Gestionó los diversos programas de inversión de DSI y presidió los comités de riesgo e inversión de las áreas correspondientes en UBS AM y O’Connor Investment hasta 2007, cuando creó Holmgren Capital Management LLC.
En el año 2011, John Holmgren se incorporó a Zebra Capital en calidad de presidente ejecutivo, CIO y COO, cargos que compagina con el de consejero y presidente del consejo de GHI Global Advisory Services EAF, sociedad de la que es cofundador. Holmgren obtuvo su Bachelor of Arts en economía por el Providence College. Es miembro de la NYSSA, CQA y CFAI.
Lorenzo Goldberg inició su andadura profesional en el Banco Santander de Negocios (posteriormente Santander Investment), llegando a ser tesorero y responsable de trading y distribución de renta fija. En 1995 ocupó el puesto de responsable de proprietary trading en renta fija, renta variable, tipos cambio y volatilidad, así como la gestión del balance del Banco Santander. Entre sus dos etapas en el grupo Santander, fue director general adjunto del banco francés Credit Lyonnais Sucursal en España.
Entre el 2000 y 2009 ocupó varios puestos en Russell Investments en Madrid, Paris y en su sede europea de Londres, siendo el último el de Managing Director EMEA para Alianzas Estratégicas e inversores institucionales. Antes de incorporarse a Zebra Capital como responsable de EMEA y Latinoamérica, ocupó el puesto de consejero delegado de The Corporate Finance Boutique. Lorenzo Goldberg es consejero delegado y cofundador de GHI Global Advisory Partners EAF. Es licenciado en Ciencias Empresariales por ESADE y la Universidad Ramon Llull y MBA por ESADE.
Ana Blecua inició su carrera profesional en CECA en Londres. A continuación, trabajó en Bear Stearns como directora asociada en el departamento de Estructurados de Renta Variable, desarrollando y ofreciendo soluciones para clientes en España y Portugal. Posteriormente, trabajó para Aviva Investors en Londres en el departamento de Soluciones Estructuradas, donde desarrolló productos con una variedad de subyacentes para Reino Unido, Europa y Asia. Se incorporó a Zebra Capital en 2019 como Investor Relationship Manager.
Es licenciada en Ciencias Empresariales y MBA por ESADE. También posee la designación Charter Financial Analyst y es miembro del CFA Institute.
Foto cedida. Mark Hawtin, director de inversiones de GAM Investments
Echar la vista atrás al inicio de 2020 es un ejercicio surrealista. El año arrancó con gran optimismo, tras un 2019 excelente (en el que S&P 500 había subido un 29% y el Nasdaq un 38%). Los mercados estaban enfocados en el avance que suponía el acuerdo comercial entre EE. UU. y China. Además, parecía que en Europa también habría acuerdo sobre el Brexit. En cuestión de semanas, las noticias de un virus devastador en China acabaron con el optimismo. Sin embargo, aunque la noticia acaparaba los titulares en todo el mundo, la opinión mayoritaria era que se trataba de otro SARS u otra gripe aviar y cuyos efectos se circunscribirían a Asia. Nadie podía haber imaginado que, en dos meses, una tercera parte de la población estaría confinada, sin poder salir de sus casas. Desde el punto de vista de los responsables de custodiar los activos de clientes, 2020 fue un año de cambios profundos.
Lo que empezó como un virus en China terminó siendo el tema dominante del año, no solo por acaparar los titulares y liderar el gráfico “El año en búsquedas 2020”, sino también por determinar la política monetaria y fiscal global, acelerar al máximo la adopción tecnológica y castigar a muchos sectores. Solo en dólares estadounidenses, la masa monetaria se incrementó un 40%. La depreciación de la moneda fiduciaria desde la crisis financiera global resulta bastante sorprendente.
Cuando se hizo evidente que la “tasa R” de el COVID-19 era suficientemente alta para declararla pandemia, con una elevada tasa de mortalidad, los inversores empezaron a temer que el impacto iría mucho más allá de la interrupción de las cadenas de suministro chinas y que podría provocar trastornos generalizados. En consecuencia, a finales de febrero empezó una ola de ventas en los mercados, ante las noticias de la propagación del virus a nuevos países. Uno tras otro, los países empezaron a confinar a sus ciudadanos. A finales de marzo, no solo la práctica totalidad de Asia estaba confinada, sino que también buena parte de Europa, y EE. UU. siguió sus pasos. Al cundir el pánico y la preocupación, los mercados se hundieron desde los máximos registrados en febrero: el S&P 500 cayó un 34% y el Nasdaq un 28%. Ambos índices se desplomaron un 12% el 16 de marzo, la mayor caída en un día desde 1987.
Aunque la ola de ventas del mercado fue generalizada, las pérdidas se centraron en sectores que se verían enormemente perjudicados por la pandemia y los consiguientes confinamientos. Los viajes y el comercio minorista se llevaron la peor parte. Los gobiernos y los bancos centrales pasaron a la acción, rebajando los tipos de interés y adoptando una expansión cuantitativa y una política fiscal de estímulo. Este enorme estímulo monetario y política monetaria flexible no tienen precedentes y alentaron uno de los mayores ciclos alcistas de la historia. Desde sus mínimos registrados en marzo, el índice S&P 500 y el Nasdaq subieron un 68% y un 84%, respectivamente. Como gestores de carteras concentradas, determinar qué valores en concreto generarán más alfa para el cliente resulta en cierto modo complicado cuando la intervención de los bancos centrales trata de salvar a todos.
La exuberancia trae consigo comportamientos irracionales y este repunte reflacionista no fue una excepción. Todo el mundo quería “jugar”. Los inversores particulares se tomaron especialmente la revancha, lo que recuerda al auge de las puntocom de hace unos 20 años. Como los confinamientos obligaron a la gente a quedarse en casa y los grandes eventos deportivos se cancelaron en todo el planeta, la gente buscó nuevas formas de ocio. En EE. UU. en particular, los casinos cerraron, el juego en Internet está prohibido en muchos estados y, además, los contribuyentes recibieron cheques de estímulo de hasta 1.200 dólares. Juntos, estos factores convirtieron la bolsa en el mayor casino del planeta. Dave Portnoy, consejero delegado (CEO) de Barstool Sports y mesías de los inversores particulares (con 1,8 millones de seguidores en Twitter), resumió la situación con estas palabras: “Es la combinación de no haber deportes ―por lo que no se puede apostar― y de no poder salir a la calle. Hay mucha gente delante de sus ordenadores que normalmente no pueden dedicarse al day trading (negociación intradía). Para los jugadores, la inversión se parece mucho”. Durante este periodo, los volúmenes de negociación se multiplicaron. De una media diaria bastante razonable de 2 millones de operaciones diarias en los últimos cuatro años, las operaciones diarias se triplicaron a más de 6 millones.
La prueba más clara de ello es el rápido crecimiento registrado por Robinhood, una conocida aplicación de negociación de valores sin comisiones que permite a los inversores operar con fracciones de valores. En el primer trimestre de 2020, Robinhood anunció un aumento de 3 millones de nuevas cuentas (una tasa de crecimiento del 30%), hasta un total de 13 millones de cuentas. Un crecimiento que coincidió con los mínimos registrados por los mercados y el comienzo del plan de cheques de estímulo. A diferencia de otras plataformas de negociación en Internet, como Fidelity y TD Ameritrade (que también registraron un rápido crecimiento, Fidelity con 1,2 millones de nuevas cuentas entre marzo y mayo, y TD Ameritrade con un incremento de las nuevas cuentas del 249% en el primer trimestre), el inversor de Robinhood presenta un perfil de crecimiento mucho más joven. La edad media del inversor de Robinhood es de 31 años, un grupo social que tradicionalmente han dado la espalda a la bolsa. Estos nuevos inversores han traído consigo un enfoque de inversión/negociación totalmente diferente, movido por el altavoz de las redes sociales, con poca (o nula) consideración a la valoración o incluso al análisis fundamental.
Los diez valores en los que más invierten los inversores de Robinhood (diciembre de 2020)
1. Apple
2. Tesla
3. Ford
4. General Electric
5. Microsoft
6. American Airlines Group
7. Nio
8. Amazon
9. Disney
10. Delta Air Lines
En cambio, muchos inversores institucionales se quedaron al margen, sopesando los estremecedores datos económicos y centrándose en el pesimismo y la desolación de las predicciones. En consecuencia, muchos de esos inversores se perdieron gran parte de las ganancias, aunque queda por ver lo que sucederá cuando la realidad (o, más bien, el análisis fundamental y una valoración realista) golpee a algunos de esos valores. 2020 también fue el año de las ofertas públicas de venta (OPV), de lo cual ya hablamos en un artículo reciente.
El COVID-19, catalizador de un mundo digital acelerado: Digital 4.0
Con la propagación de el COVID-19 por todo el mundo y la imposición de confinamientos por parte de los gobiernos, empresas enteras se vieron obligadas a teletrabajar en cuestión de días. Esto puso de manifiesto una gran cantidad de desafíos técnicos que había que superar. En el pasado, el cambio de una estructura de trabajo de toda la plantilla en oficinas centralizadas al teletrabajo habría supuesto una tarea informática descomunal, de meses de planificación y múltiples pruebas beta, muy probablemente departamento a departamento, hasta su implantación en toda la empresa. Un lujo que el COVID-19 no ofreció. En su lugar, los grandes cambios tuvieron que producirse en cuestión de días. Las empresas tuvieron que cerciorarse de que su tecnología podía soportar el trabajo remoto de todos sus empleados y el COVID-19 terminó siendo el impulso para la mayor prueba beta de teletrabajo de la historia. Nuestro propio sector no fue una excepción, aunque procuramos no sacar demasiadas conclusiones de nuestra experiencia personal. Antes de el COVID-19, muchas empresas habían “entrado de puntillas en las aguas” de la transformación digital, si bien la crisis convirtió esta en su máxima prioridad y en objeto de debate de sus consejos de administración. Empresas que no consideraban prioritario “lo digital” se dieron cuenta, de repente, de que tenían que ser una parte fundamental de su futura estrategia para sobrevivir.
La nube es un elemento central de esta temática. El teletrabajo y la capacidad para ampliar sistemas rápidamente no sería posible sin ella. De igual modo, la adopción de aplicaciones de software como servicio (SaaS) permitió escalar a las empresas de forma rápida y eficaz, sin tener que hacer grandes inversiones en bienes de equipo. Lo que comenzaron siendo inversiones de emergencia para garantizar que las empresas podían mantener su operativa se ha transformado en una reevaluación del futuro y un planteamiento de cambios permanentes por parte de los directivos. Antes de 2020, el teletrabajo era un lujo y un concepto reducido. De cara a 2021 y más allá, se convertirá en algo más o menos normal. Según una encuesta de Deutsche Bank, cuando pase el COVID-19, el 57% de los profesionales de los mercados financieros teletrabajará entre uno y tres días a la semana. De forma similar, de acuerdo con Hitachi Capital, el 55% de los trabajadores de los sectores inmobiliario y de la construcción deseaban más oportunidades de teletrabajo después del confinamiento, mencionando como principal motivo evitar los desplazamientos. Un estudio de Gartner realizado en abril indicó que el 74% de las empresas tenían previsto aprobar el teletrabajo de al menos algunos empleados de forma permanente. Este cambio de actitud y de comportamiento hace mayor hincapié en la necesidad de transformaciones digitales. Como resultado, la demanda de herramientas y aplicaciones en la nube no hará sino aumentar.
¿Y ahora qué? Tendencias disruptivas para 2021 y más allá
De cara a 2021, ya podemos vislumbrar “el principio del fin” de esta crisis. Aunque muchos de los ganadores de 2020 están creciendo ahora más que antes de la pandemia, muchos de ellos no constituyen necesariamente las mejores oportunidades para los inversores en 2021. En su lugar, algunas de las empresas menos apreciadas de 2020 brindan buenas oportunidades para cuando se eliminen las restricciones relacionadas con el COVID-19. Durante casi todo el año 2020, los viajes (tanto de placer como de negocios) se paralizaron casi totalmente y, como es lógico, las compañías de viajes se vieron perjudicadas. Datos de encuestas recientes indican que lo primero que la gente quiere hacer una vez que termine la crisis es viajar, especialmente por placer, lo que implica una enorme demanda latente. Sin embargo, al mismo tiempo, según las previsiones de consenso, el sector de los viajes no se recuperará del todo hasta dentro de unos años. Esta diferencia entre las previsiones de recuperación y la demanda contenida ofrece oportunidades para los inversores.
En la primera mitad del año, viajar al extranjero resultó sumamente complicado e incluso se evitaron los viajes dentro del propio país. El impacto en este sector fue mucho mayor que cualquier otro efecto del pasado, con un desplome de la capacidad de asientos de las compañías aéreas.
Las previsiones mayoritarias indicaban que la recuperación del sector de los viajes sería lenta y duradera, y que los ingresos no volverían a los niveles de 2019 hasta dentro de varios años. Esto nos parecía un claro desajuste entre las previsiones mayoritarias y las evidentes prioridades de los consumidores de acuerdo con las encuestas. Además de esta oportunidad cíclica, hay en juego oportunidades estructurales durante varios años. Pasamos de un mundo con miles de millones de dispositivos (Digital 3.0) a otro con billones de dispositivos (el Internet de las cosas y Digital 4.0). Aunque el concepto del Internet de las cosas no es nuevo, nos encontramos en un punto de inflexión en el que está despegando de verdad. Se trata de un acontecimiento que ahora resulta posible gracias a los avances en la inteligencia artificial, la capacidad para tratar, utilizar y almacenar datos, así como el despliegue del 5G.
Ante el incremento de la digitalización y el creciente número de dispositivos y aplicaciones digitalizados, especialmente dentro de las empresas, la cantidad de datos generados se ha disparado y sigue creciendo a mayor ritmo que nunca. En 2015, había 584 interacciones de datos por persona conectada al día, cifra que se espera se multiplique más que por ocho de aquí a 2025 (hasta 4.909 interacciones por persona conectada al día). Puede que el tema de la digitalización lleve ya mucho tiempo con nosotros, pero todavía estamos en sus primeras fases: en EE. UU., el PIB digital como porcentaje del PIB total sigue siendo apenas un 5%. Esta temática se está desarrollando en numerosos planos, sobre todo en la salud, el transporte, la robótica y la automatización del trabajo del conocimiento.
La nube es un elemento central de Digital 4.0 y las oportunidades futuras siguen siendo enormes (la penetración de la nube sigue siendo inferior al 10%). El año 2020 se considerará el punto de inflexión, en el que la transformación digital, en muchos casos forzada por la pandemia, se convirtió en la prioridad número uno. Sin embargo, en 2021 y los años posteriores vendrá la verdadera implementación, lo que pondrá de manifiesto el cambio generalizado de actitud para priorizar la tecnología. Según un informe de McKinsey, se estima que la tecnología “desplazará” unos 400 millones de empleos a tiempo completo de aquí a 2030. Ya en este momento, el 50% de las actividades laborales actuales pueden automatizarse adaptando la tecnología disponible y, por consiguiente, los trabajadores tendrán que adaptarse para sobrevivir. La lucha por la supervivencia de las empresas en 2020 ha aumentado los esfuerzos por reducir costes y mejorar la productividad. De cara al resto de 2021, las presiones para digitalizarse para lograr el teletrabajo pleno disminuirán ligeramente. Sin embargo, serán sustituidas por la necesidad de utilizar tecnología como forma de reducir costes.
2021: ¿y ahora qué?
Desde el punto de vista de la inversión, generar alfa para el cliente en 2020 consistía en acertar con los ganadores de el COVID-19 y, a lo largo del año, pasarse a los ganadores tras el COVID-19 y enfocarse en los beneficiarios de la próxima ola de disrupción (Digital 4.0).
La hoja de ruta de Digital 4.0 descrita anteriormente muestra que la siguiente fase de adopción en las tecnologías disruptivas conlleva bien el Internet de las cosas, el 5G, los datos o la inteligencia artificial, o bien una combinación de todos ellos. Estos son los motores de lo que creemos que ofrecerá las mayores oportunidades para los próximos 5 a 10 años. Mientras que Digital 3.0 fue el ciclo de la plataforma, Digital 4.0 es un ciclo de creación de datos y uso para ventajas competitivas. La conectividad de todas las cosas, cada vez más en tiempo real, promoverá el cambio en sectores que aún no han registrado los niveles más fuertes de disrupción, entre los que se incluyen la automatización del trabajo del conocimiento, la salud, el transporte, la industria y las tecnofinanzas.
Como conclusión, recordemos a todos la necesidad de ser imparciales en este sentido. El mundo del crecimiento disruptivo tiene mucho de bombo sobre ciertos valores. En cambio, el éxito de los inversores fiduciarios depende de un análisis detallado e imparcial a la hora de generar alfa para los clientes.
Columna de Mark Hawtin, director de inversiones en GAM Investments.
Haga clic aquí para descargar una copia completa de “El estratega disruptivo”.
Información legal importante La información que figura en el presente documento se ofrece a título exclusivamente informativo y no se considera asesoramiento de inversión. Las opiniones y análisis incluidas en este documento pueden variar y reflejan el punto de vista de GAM en el contexto económico actual. No se asumirá ninguna responsabilidad por la precisión y exhaustividad de la información. La rentabilidad histórica no constituye una indicación de las tendencias actuales o futuras. Los instrumentos financieros mencionados se ofrecen exclusivamente como ejemplo y no deben considerarse una oferta directa, recomendación de inversión o asesoramiento de inversión. La mención de un valor no constituye una recomendación para comprar o vender dicho valor. Los valores mencionados se han seleccionado del universo de valores correspondiente a los gestores de las carteras para ayudar al lector a entender mejor las temas expuestos. Los valores incluidos no figuran necesariamente en las carteras ni constituyen recomendaciones por parte de los gestores de carteras.
Foto cedidaIsabel De Gregorio, gerente de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de Itaú. Itaú Corpbanca ha sido incluido en el anuario de sosteniblidad de S&P Global 2021
The World Finance es una publicación reconocida en el ámbito bancario internacionalmente y sus premios identifican, desde hace trece años, los bancos e innovaciones financieras más avanzadas del mercado a nivel mundial. La revista ha elegido a EVO Banco como el ‘banco digital más innovador’ y con la ‘mejor aplicación financiera’ de España del año 2020.
El jurado ha destacado a EVO como “uno de los bancos clave que está revolucionando la industria nacional con un modelo 100% digital”. Además, la organización ha valorado la capacidad de la banca digital para ofrecer una respuesta completa y de calidad durante la pandemia y ha destacado la madurez de las tecnologías basadas en inteligencia artificial, biometría o big data de las que disponen, todas ellas consideradas como catalizadoras de la transformación disruptiva que está experimentando el sector financiero a escala global.
El director general de EVO Banco, Enrique Tellado, afirma que “el año 2020 ha marcado un hito en la aceleración digital de todas las compañías. En EVO hemos trabajado diariamente para que el cliente obtenga un mayor valor en la relación con su banco gracias al uso intensivo de la tecnología”.
En el año 2020, EVO impulsó un sistema de biometría de voz para proteger a sus clientes. Este consistía en extender su asistente virtual, de inteligencia artificial a través de la voz en lengua castellana, a todos los canales de relación con el clientes, y en aplicar el análisis profundo de datos para poner a disposición del cliente un análisis personalizado de su salud financiera, de forma que pueda tomar decisiones con toda la información disponible en cada momento.
EVO ha digitalizado y centralizado en torno al móvil la totalidad de operativas y servicios bancarios que necesita una persona para su día a día. La app móvil permite la contratación y gestión 100% digital de todos sus productos, así como el análisis personalizado e inteligente de su situación financiera.
Los clientes cuentan con soluciones de ahorro automáticas (cuenta corriente y plazo conectadas), servicios de pago digital (Apple Pay, Google Pay, EVO Wallet, EVO Bizum, Hal Cash, etc.), productos de financiación a plazo o hipotecaria o el acceso a planes de pensiones e inversión. La aplicación móvil también facilita la retirada e ingreso de efectivo y ofrece la posibilidad de beneficiarse de descuentos directos en plataformas como Booking.com, Amazon.es o Rentalcars.com, entre otros.
La estrategia de innovación de EVO ha supuesto una eficiencia operativa y reducción de costes estructurales que, en términos comerciales, se tradujo en 2020 en la eliminación de todas las comisiones y condiciones a sus clientes. Este movimiento contradice el aumento generalizado de comisiones que está aplicando el conjunto del sector y supone para los usuarios de EVO un acceso universal, gratuito, sin comisiones ni suscripciones al catálogo de servicios financieros y tecnológicos. Además, en 2020, EVO impulsó la mejora del catálogo hipotecario con precios competitivos en todas sus hipotecas.
. La revista Funds Society España cumple 5 años de la mano de una industria renovada y en transformación
En los últimos años, la industria de gestión de activos ha crecido mucho pero también se ha transformado: el próximo lustro podría venir acompañado de un crecimiento y prosperidad similares a las del pasado y, al mismo tiempo, de nuevas coordenadas como el mayor protagonismo de la inversión responsable y alternativa, la gestión indexada, la digitalización y mayor concentración entre entidades. Y todo, de la mano de una mejor educación financiera.
Puede acceder al artículo completo, publicado en la revista de Funds Society, a través de este enlace.
Pixabay CC0 Public Domain. BrightGate Capital distribuirá en España el fondo Bramshill Income Performance
BrightGate Capital, SGIIC ha alcanzado un acuerdo para la distribución del fondo Bramshill Income Performance, un fondo UCITS, en el mercado ibérico.
Bramshill Investments LLC es una gestora independiente especializada en la consecución de retornos absolutos dentro del universo de renta fija estadounidense. La compañía fue fundada en Nueva York en el año 2012 por Art DeGaetano y gestiona actualmente 3.800 millones de dólares entre diversos mandatos institucionales y fondos de inversión.
El fondo Bramshill Income Performance, UCITS es un sub-fondo de Strategic Investment Funds UCITS Plc, vehículo de normativa UCITS con registro en Irlanda. Cuenta con tres años de track-record, más de 270 millones de dólares en activos bajo gestión y ya está disponible en la plataforma de Allfunds.
El planteamiento UCITS de Bramshill sigue fielmente la filosofía de inversión de la estrategia flagship americana, invirtiendo de manera muy flexible en un amplísimo universo de instrumentos de renta fija estadounidense extremadamente líquidos, con un enfoque de retorno absoluto.
El proceso de inversión que sigue su estrategia UCITS es, asimismo, el mismo que rige todas las estrategias de la casa. Está basado en un constante y dinámico análisis de riesgos y valoración relativa entre todos los subyacentes, de cara a construir una cartera long-only con ratios de rentabilidad-riesgo óptimos.
La estrategia no sigue índice de referencia, es por tanto ‘bechmark agnostic’, tampoco utiliza apalancamiento, es exclusivamente long-only, mantiene habitualmente rating medio de grado de inversión y todos los subyacentes cuentan con altos niveles de negociación y liquidez. En 2020 ha tenido una rentabilidad del 10,35%.
Morgan Stanley Investment Management (MSIM), junto con sus filiales de asesoría de inversiones, tiene más de 700 profesionales de la inversión en todo el mundo y alrededor de 781.000 millones de dólares en activos bajo gestión o supervisión, dato a cierre de 31 de diciembre de 2020. MSIM se esfuerza por proporcionar un excelente rendimiento de la inversión, servicio y conjunto completo de soluciones de gestión de la inversión para una base de clientes diversa que incluye gobiernos, instituciones, corporaciones e individuos con una presencia global.
Para obtener más información sobre Morgan Stanley Investment Management, visite www.morganstanley.com/im.
. Fondos Indexados Sostenibles "Enhanced": NN IP combina la gestión pasiva con la inversión responsable
Los fondos pasivos tradicionales que simplemente replican un índice de referencia no incorporan ningún criterio de sostenibilidad. Como resultado, poseen acciones que no son compatibles con una cartera de inversión responsable y tienen menos margen para recompensar a empresas sostenibles. Por ello, NN Investment Partners se centra en los llamados fondos índice sostenibles “enhanced”, dirigidos a quienes quieren invertir de forma responsable al tiempo que replican un índice tradicional.
Puede acceder al artículo completo, publicado en la revista de Funds Society, a través de este enlace.