Foto cedidaDe izquierda a derecha: Belén Bouzada, Mary Muzicant de Sola y Flavia Sola. ,,
La abuela, Mary Muzicant de Sola, fue la primera mujer de Uruguay en ocupar un puesto de gerente comercial en una institución financiera, su hija es Flavia Sola, Senior Vice President, Financial Advisor en Atlantis, y la tercera generación se llama Belén Bouzada, flamante analista de información financiera por la Universidad ORT. Juntas han analizado el devenir del sector en un trabajo académico que compartieron con Funds Society.
Y en tres generaciones, la industria financiera uruguaya se ha feminizado. Mientras que la participación de las mujeres no llegaba al 20% en los años 80 del siglo XX, actualmente representan un 50%. Pero el ascenso a los puestos de responsabilidad sigue siendo de unos 15 años tanto ayer como hoy, lo que muestra que las oportunidades de liderazgo no han ido creciendo.
El trabajo “Mujer y Liderazgo” realizado por Belén Bouzada (tercera generación) y Agustina Maceira, bajo la supervisión de la profesora Ximena Fernández, muestra que, según los testimonios de Mary Muzicant y Flavia Sola, el mayor desafío de las mujeres en la profesión sigue siendo el mismo: que los hombres vean a las mujeres como un par, una colega más.
Lograr el respeto, o más bien luchar contra la falta de respeto, siguen siendo un reto para las mujeres en los trabajos ligados a las instituciones financieras.
Artículo publicado en El País de Uruguay el 14 de noviembre de 1982
Pero tanto Mary como Flavia reconocen avances: los jefes dan más oportunidades a las mujeres y las nuevas generaciones (a partir de los 28 años) tienen ahora más espacio para crecer.
Los estereotipos siguen existiendo, pero Flavia explica que en Latinoamérica la vestimenta ya no es juzgada, algo que no pasa en Estados Unidos, donde los códigos (trajes, polleras por las rodillas) se mantienen.
En el mismo trabajo, altos cargos de JPMorgan Chase o Bank of New York Mellon destacan la importancia de que las mujeres que llegan a puestos de dirección apoyen y patrocinen a las más jóvenes, quienes suelen tener pocos modelos dentro de las esferas de poder.
El estudio también profundiza en el controvertido tema de las cuotas femeninas y concluye que, aunque las cuotas obligatorias tienen cierto grado de eficacia (la ONU las considera un acelerador), no son suficientes para equilibrar las representaciones de género.
Un informe del Banco Central de Uruguay (BCU) realizado el 31 de diciembre de 2020, muestra que la distribución del personal según profesión y sexo en el sector contable es de 48% de mujeres y 36% de hombres. Según función y sexo en el sector financiero, 65% pertenece a personal femenino mientras que el 35% restante a hombres.
En la misma línea, en términos proporcionales, los hombres poseen una mayor participación en cargos de supervisión, mientras que las mujeres lo hacen en cargos relacionados a la administración de la organización. Esta brecha se puede observar en la comparación porcentual de remuneraciones promedio de las mujeres respecto a los hombres, que a nivel administrativo es de 108% mientras que en los servicios generales ocupa una proporción de un sexo en 92%.
Según la ONU, la sociedad uruguaya debe trabajar en tres ejes imprescindibles para mejorar la situación de las mujeres: mejorar la participación en política y cargos de decisión, promover prácticas de igualdad en las empresas y el apoyo de políticas públicas para hacer frente a los altos índices de violencia basada en género que se registran en el país.
Pixabay CC0 Public DomainBruno Martins. Bruno Martins
¿Qué es un buen resultado? Como inversores a largo plazo, aspiramos a lograr resultados mejores para nuestros clientes consiguiendo rentabilidades atractivas. Para lograrlo, debemos invertir prestando atención a si las compañías pueden obtener mejores resultados no solo hoy, sino también dentro de cinco, diez e incluso veinte años. Respaldamos compañías que presentan las características necesarias para ser líderes a largo plazo, como ingresos recurrentes, capacidad de fijación de precios y equipos directivos competentes y que, lo cual resulta importante, sean conscientes de que deben invertir en gestionar y mejorar su impacto ESG.
Este fundamento va en línea con la evolución del ser humano: si creemos los últimos avances de la neurociencia (1), los seres humanos aspiran a lograr “resultados mejores” y, quizá en contraposición con la creencia habitual, no son los logros los que nos satisfacen, sino el camino hacia ellos. Procedemos de este modo porque un «sistema de búsqueda» nos brinda un sentimiento de recompensa y placer cuando exploramos nuestro entorno y buscamos información nueva para sobrevivir. De manera similar, las compañías que tratan de lograr resultados mejores y que se enfrentan a un mundo en cambio constante deben explorar su entorno y buscar información nueva para salir adelante.
Si echamos la vista atrás a 2021, las compañías se enfrentaron a numerosos cambios ante los que maniobrar. En lugar de un periodo de «regreso a la normalidad» en el sentido estricto, 2021 fue un año de obstáculos constantes. Aunque percibimos señales de rebote tras el levantamiento de los cierres y los confinamientos impuestos por la COVID-19 en primavera, así como un marcado crecimiento de los beneficios, persisten numerosos retos económicos: desde los problemas de suministro y la escasez de mano de obra hasta la escalada de las tensiones comerciales y políticas entre China y Estados Unidos.
A pesar de estas dificultades, los mercados bursátiles siguieron en auge, impulsados por las buenas noticias sobre la vacunación; las acciones growth y las value, más cíclicas, se alternaron haciendo avanzar al mercado, aparentemente ajenas a los máximos de beneficios y de márgenes o la persistente inflación. Crecieron los peligros sobre una corrección de los beneficios y los múltiplos, pero siempre parecieron lejanos. Los inversores comenzaron el año inclinándose hacia la subida cíclica, pero lo terminaron buscando un posicionamiento más defensivo, lo cual podría ser positivo para los inversores en calidad.
También percibimos que siguió aumentando el momentum en clave ESG en 2021, pues se destinaron 141.500 millones de dólares (2) a fondos ESG a escala global.
En Europa, el mercado de inversión sostenible más maduro, este giro hacia fondos ESG se ha producido a través de la gestión activa, lo cual no es una sorpresa. Resulta complicado mantener un enfoque pasivo ante retos como el cambio climático; si considera que el mundo va a cambiar significativamente, ya que comienzan a descontarse factores externos tocantes a la sostenibilidad, habrá ganadores y perdedores, lo cual creará riesgos y oportunidades de inversión. Es clave situarse en el lado correcto de ese cambio.
En la base del giro hacia cuestiones ESG se encuentra la evidencia de que cada vez más países están dando pasos para crear una sociedad y una economía más sostenible.
La mayoría de las acciones que se emprendieron en 2021 tenían que ver con la COP26 (26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), que se celebró en Glasgow en noviembre. La apremiante urgencia del reto climático trae consigo una serie de compromisos nuevos para reducir los objetivos de carbono, reducir paulatinamente el carbón, retirar las subvenciones a los combustibles fósiles, abordar las emisiones de metano y detener la deforestación.
Los países que representan el 70% de las emisiones y del PIB globales se han comprometido a alcanzar la neutralidad para 2050 o 2060, lo cual supone ingentes repercusiones para numerosas corporaciones (Gráfico 2). Los reguladores también han actuado y algunos, considerablemente. En Europa, entraron en vigor nuevos reglamentos sobre sostenibilidad (3) que tienen como objetivo brindar a los clientes más transparencia en torno a la inversión sostenible y el Banco Central Europeo presento un plan de acción para incluir cuestiones relativas al cambio climático en su estrategia de política monetaria (4). La Comisión de Valores y Mercados de Estados Unidos ha pasado de rechazar propuestas de los inversores destinadas a empujar a compañías como Exxon en el ámbito del cambio climático en 2019 a obligarlas a someter a votación entre los inversores sus objetivos de emisiones en 2021 (5). Con independencia de que el ritmo de cambio se considere demasiado rápido o demasiado lento, su rumbo está claro.
Para el año que tenemos por delante, el panorama sigue siendo incierto desde los puntos de vista económico, sanitario, político y de la sostenibilidad, se mire por donde se mire; sin embargo, consideramos que existen tres tendencias que perfilarán los resultados que obtendrán las compañías, las economías y las sociedades.
En primer lugar, tras una pandemia que hasta ahora ha causado 230 millones de infecciones y cerca de 5 millones de muertes, auguramos un impulso más fuerte a los retos sociales, desde la diversidad hasta la desigualdad, según las economías se reactiven. La COVID-19 no solo ha afectado a compañías y economías, sino que ha tirado del mundo dos décadas hacia atrás en la lucha contra la pobreza, pues son los países y los grupos vulnerables los que se han llevado la peor parte (6). Es probable que continúe la presión para que las compañías hagan su parte en la lucha contra la desigualdad, desde la erradicación de las desigualdades por razón de etnia y género hasta la protección de los derechos humanos de los trabajadores de las cadenas de suministro. Este año ya hemos asistido a la introducción de nuevas normas del Nasdaq (7) que exigen a las compañías facilitar información estadística sobre la diversidad de sus consejos y tener —o explicar por qué no tienen— al menos dos miembros del consejo de bagajes diversos. La bolsa de Hong Kong también anunció medidas sobre diversidad similares que dejan claro que “un consejo con un único género no se considera diverso” y llaman a las compañías a nombrar a un miembro del consejo de un género diferente.
También estamos asistiendo a más acciones de los responsables de política y de los inversores. Al respecto de los derechos humanos, la UE se está planteando normas para hacer obligatorios los procedimientos de due diligene relativos a derechos humanos, mientras que la organización dedicada a la inversión responsable a escala global, la UNPRI, ha anunciado una nueva plataforma colaborativa global destinada a respaldar que los inversores actúen sobre problemáticas sociales (8). Es probable que estas medidas de presión se traduzcan en más medidas de índole social, en el marco de las cuestiones ESG.
En segundo lugar, los compromisos sobre el clima pasarán a ser políticas reales, por lo que deberemos estar atentos a la aprobación de más leyes e incentivos fiscales, a la presión de los inversores y a un aumento continuado de los litigios en materia de clima según continúe la transición a una economía baja en emisiones de carbono.
Esta evolución no solo incidirá en el sector de los combustibles fósiles: por ejemplo, en el caso de la industria del automóvil —ya sea por medio de propuestas orientadas a prohibir efectivamente los vehículos nuevos de combustibles fósiles ya en 2035 como en la UE, bien sugiriendo nuevos incentivos a los vehículos eléctricos como en Estados Unidos—, las reglas económicas del juego están cambiando. Todos los sectores tendrán que cambiar y las compañías que deseen permanecer en cabeza deberán adaptarse ahora o arriesgarán su existencia.
En tercer lugar, 2022 podría resultar el año de la «naturaleza», pues los países se reunirán para la COP15 (la 15ª Conferencia de Biodiversidad de la ONU), de la que no se habla tanto, para abordar el agotamiento de los recursos del planeta (9). En Kunming (China), se fijarán objetivos para la próxima década y ya se conocen diversos compromisos tanto de los gobiernos como del sector privado. Una coalición de más de 50 países se ha comprometido a proteger casi una tercera parte del planeta para 2030 (10). También asistimos a la aparición de marcos voluntarios de información para compañías (como los elaborados por el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con la Naturaleza) y a casos de inversores que prometen eliminar los riesgos de deforestación relativos a materias primas agrícolas de sus carteras e invertir en soluciones centradas en la naturaleza.
Si bien es improbable que la fijación de objetivos nuevos se traduzca inmediatamente en la aplicación de precios a recursos gratuitos como el agua, el aire, los bosques y el océano, es de esperar que acelere la acción de los gobiernos, las decisiones de las compañías y las asignaciones de inversiones. Las compañías interesadas en proteger de cara al futuro sus negocios deberán comprender lo dependientes que son de los recursos del planeta y cómo sus productos y sus servicios inciden en la naturaleza, de modo que puedan actuar con el fin de gestionar los riesgos y analizar las oportunidades.
Sea cual fuere el ritmo de cambio en 2022, las iniciativas orientadas a crear un futuro sostenible es un juego que dura décadas, no meses. Como con cualquier proceso, habrá obstáculos en el camino, pero creemos que, según avance la transición, las compañías que cuenten con un «sistema de búsqueda» sólido que las ayude a estar alerta del mundo que las rodea estarán en mejor posición para rendir al máximo de sus posibilidades y ofrecer a sus clientes rentabilidades a largo plazo.
Como especialistas en la selección bottom-up de acciones, y con mi función como responsable de Resultados Sostenibles del equipo International Equity, tenemos la firme determinación de seguir aspirando a obtener resultados mejores, aprender y mejorar la oferta que ponemos a su disposición, así como a seguir presionando en aras del progreso de las mejores compañías del mundo.
Tribuna de Marte Borhaug, gestora de carteras y responsable de resultados sostenibles del equipo de renta variable internacional en Morgan Stanley Investment Management
Anotaciones:
(1) https://qz.com/684940/neuroscience-confirms-that-to-be-truly-happy-you-will-always-need-something-more/
(2) Fuente: Morningstar, datos globales combinados sobre flujos hacia fondos sostenibles correspondientes al tercer trimestre de 2021
(3) Paquete legislativo que forma parte del plan de acción para unas finanzas sostenibles en la UE, donde se incluyen el Reglamento sobre la divulgación de información relativa a la sostenibilidad en el sector de los servicios financieros (SFDR) y modificaciones de la II Directiva relativa a los mercados de instrumentos financieros (MiFID II) y la Directiva relativa a los organismos de inversión colectiva en valores mobiliarios (OICVM).
(4) https://www.ecb.europa.eu/press/pr/date/2021/html/ecb.pr210708_1~f104919225.en.html
(5) https://www.ft.com/content/50b52600-dd43-427c-88a6-149cf790cb70
(6) https://news.un.org/en/story/2021/12/1107752
(7) https://listingcenter.nasdaq.com/assets/Board%20Diversity%20Disclosure%20Five%20Things.pdf
(8) https://www.unpri.org/investment-tools/stewardship/collaborative-stewardship-initiative-on-social-issues-and-human-rights
(9) https://www.stockholmresilience.org/research/planetary-boundaries.html
(10) https://www.theguardian.com/environment/2021/jan/11/50-countries-commit-to-protection-of-30-of-earths-land-and-oceans
INFORMACIÓN IMPORTANTE
Los puntos de vista y las opiniones y/o los análisis expresados pertenecen al autor o al equipo de inversión en la fecha de elaboración de este documento, podrán variar en cualquier momento sin previo aviso debido a las condiciones del mercado o económicas y podrían no llegar a materializarse. Además, tales puntos de vista no se actualizarán o revisarán de otro modo con el fin de recoger la información disponible o las circunstancias existentes y los cambios que se produzcan después de la fecha de publicación. Los puntos de vista expresados no reflejan los de todo el personal de inversión de Morgan Stanley Investment Management (MSIM) ni los de sus sociedades dependientes o filiales (en conjunto «la firma») y podrían no plasmarse en todos los productos y las estrategias que esta ofrece.
BNY Mellon Investment Management encargó un estudio independiente, para examinar las actitudes y los comportamientos en materia de inversión, y llegó a la conclusión de que las mujeres tienen menos probabilidades de invertir.
El estudio Pathway to Inclusive Investment, fue el primero de una nueva serie que abordará la diversidad, se propone comprender las barreras que impiden un mayor nivel de participación de las mujeres en la inversión y el impacto potencial si la inversión fuera más accesible para las mujeres, dice el comunicado de la empresa.
La investigación encuestó a 8.000 personas en 16 mercados, así como a 100 gestores de activos, con activos combinados bajo gestión de casi 60 billones de dólares.
Pathway to Inclusive Investment revela que las mujeres tienen menos probabilidades de invertir que los hombres, lo que agrava las desventajas financieras existentes y limita la influencia colectiva de las mujeres como inversoras.
También muestra que las mujeres quieren invertir de una manera que tenga un impacto social y medioambiental positivo, y que si las mujeres invirtieran al mismo ritmo que los hombres podría haber más de 3,22 billones de dólares de capital adicional para invertir a nivel mundial, con más de 1,87 billones de dólares destinados a inversiones más responsables.
Si se fomenta un mayor nivel de inversión femenina, el capital podría fluir aún más hacia los fondos con objetivos sociales y medioambientales. Más de la mitad de las mujeres (55%) invertiría -o invertiría más- si el impacto de su inversión se alineara con sus valores personales, y el 53% invertiría -o invertiría más- si el fondo en el que invirtiera tuviera un claro propósito de bien.
Esto es aún más pronunciado entre las mujeres más jóvenes. Según el estudio, siete de cada diez mujeres menores de 30 años (71%) que ya invierten prefieren hacerlo en empresas que apoyan sus valores personales, frente al 53% de las mujeres mayores de 50 años que invierten.
Por otro lado, la investigación identificó tres barreras clave para que las mujeres inviertan:
El obstáculo de los ingresos: Por término medio, las mujeres de todo el mundo creen que necesitan 4.092 dólares de renta disponible cada mes -o 50.000 dólares al año- antes de invertir parte de su dinero.
La percepción de que invertir es inherentemente de alto riesgo: Sólo el 9% de las mujeres afirma tener un nivel «alto» o «muy alto» de tolerancia al riesgo cuando se trata de invertir, mientras que el 49% tiene un nivel «moderado» y el 42% tiene una tolerancia «baja» al riesgo.
La crisis del compromiso: A nivel mundial, sólo el 28% de las mujeres se sienten seguras de invertir parte de su dinero. El sector debe buscar la manera de atraer e inspirar a más mujeres para que inviertan, lo que a su vez podría aumentar la confianza y la participación en la inversión.
Construir un sector de inversión más inclusivo
El estudio de los gestores de activos pone de manifiesto hasta qué punto el sector de la inversión sigue orientado hacia los hombres. Casi nueve de cada diez gestores de activos (86%) admiten que su cliente de inversión por defecto -la persona a la que se dirigen automáticamente sus productos- es un hombre.
Casi tres cuartas partes de los gestores de activos (73%) creen que el sector de la inversión podría atraer a más mujeres para que inviertan si el propio sector contara con más gestoras de fondos, que también podrían ser importantes modelos a seguir. Sin embargo, la mitad de los gestores de activos que participaron en la encuesta revelaron que sólo el 10% o menos de sus gestores de fondos o analistas de inversión son mujeres.
«Como mujeres, todas tenemos diferentes obstáculos que superar para alcanzar nuestros objetivos financieros individuales. Algunos de ellos están influidos por la demografía y las circunstancias personales, pero otros son el resultado de la forma en que el sector de la inversión se ha dirigido tradicionalmente a las mujeres”, dijo Anne-Marie McConnon, Global Chief Client Experience Officer at BNY Mellon Investment Management.
La directiva agregó que el estudio, Pathway to Inclusive Investment, subraya que el estereotipo tradicional de la persona interesada en invertir está anticuado y que se debe tener en cuenta a las mujeres jóvenes.
“Las mujeres jóvenes también están interesadas en invertir, pero hay que inspirarlas para que lo hagan», concluyó.
El 72% de los micro emprendedores apoyados en 2021 por Banco Santander son mujeres. El grupo apoyó durante el pasado año a un millón de personas con un importe total de 571 millones de euros canalizados través del programa Santander Microfinanzas dirigido a apoyar a emprendedores con rentas bajas y escasamente bancarizados, especialmente en Latinoamérica, donde las mujeres tienen más dificultades de acceso a servicios financieros. El objetivo principal de la entidad en estos países es promover el progreso social ayudando a estos emprendedores a iniciar y hacer crecer sus negocios, a sus familias y las comunidades en las que se desarrollan.
Luz Mary, propietaria de un terreno en Colombia, fue una de las beneficiarias de este programa, que en su caso le permitió poner en marcha una pequeña explotación ganadera. Virginia Álvarez, residente de Valle de Chalco (México) es otra de las mujeres que recibió en 2021 apoyo a través de Santander Microfinanzas, con el que pudo emprender un negocio de fabricación de mascarillas que le ha permitido superar las dificultades financieras derivadas de la pandemia.
Santander Microfinanzas se desarrolla en ocho países en los que opera el banco: México (Tuiio), Argentina (Prospera), El Salvador (Enlace), Brasil (Prospera), Uruguay (Prospera) y Colombia (Prospera), Perú (Surgir) y Chile (Prospera), que comenzaron en 2021. Estos programas incluyen, entre otros, productos como microcréditos a medida, que ayudan a micro emprendedores a cubrir sus necesidades de capital circulante, productos de ahorro, cuentas corrientes, tarjetas o microseguros. Los programas, además, se benefician de una solución híbrida, presencial y online, sin papel de por medio, con desembolso en menos de 24 horas y el apoyo de agentes, lo que ayuda a mejorar la experiencia del cliente.
Estos programas de microfinanzas están alineados con el conjunto de medidas e iniciativas de inclusión financiera desarrolladas por Santander como parte de su estrategia de banca responsable, cuyo objetivo es construir una sociedad más inclusiva y empoderar financieramente a las personas. Estas medidas están directamente alineadas con el compromiso adquirido por la entidad de contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible fijados por Naciones Unidas.
Santander, comprometido con la igualdad de género
Ligado a los compromisos fijados para 2025, Santander ha puesto en marcha programas e iniciativas en materia de igualdad que persiguen eliminar cualquier brecha salarial entre los empleados, impulsar la formación de mujeres directivas y el talento femenino o aumentar la presencia de mujeres al menos hasta el 30% en puestos de dirección. En lo que respecta a este último objetivo, durante 2021 se ha incrementado 2,6 puntos, situándose en el 26,3%. Asimismo, el grupo se propuso elevar al menos al 40% la representación femenina en el Consejo de Administración, objetivo que ya ha alcanzado y que está por encima de las grandes empresas cotizadas tanto en España como en Europa.
Santander tiene el propósito de crear un lugar de trabajo diverso e inclusivo, que sea el reflejo de la sociedad en la que vivimos. Para ello, el banco cuenta con un Plan Estratégico en materia de Diversidad, Equidad e Inclusión, del que derivan diversos programas que buscan promover la conciliación, las contrataciones, el desarrollo profesional, la igualdad salarial y generar concienciación entre los profesionales. Además, cuenta con diferentes iniciativas para la inclusión de otros colectivos como LGBTI y minorías étnicas. Asimismo, el banco forma parte de otros proyectos como el programa de igualdad de género desarrollado en el Pacto Mundial de las Naciones Unidas.
Además, Santander, que trabaja para conseguir la igualdad de oportunidades tanto dentro como fuera de la organización, se ha sumado a las iniciativas puestas en marcha en el Día Internacional de la Mujer y a la campaña mundial #BreakTheBias.
Santander Women Network, una red de más de 5.500 profesionales
En 2018 Santander creó esta red, que tiene como objetivo fomentar una organización donde haya igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Santander Women Network está presente en 10 países y en proceso de creación en otros siete mercados más. Cuenta con más de 5.500 miembros, que están comprometidos con la diversidad de género en el mundo financiero, potenciando el talento femenino. Este año, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, la red ha creado iniciativas que promuevan la participación y sensibilización interna y externa.
En línea con su estrategia de sostenibilidad, el holding financiero peruano Grupo Credicorp presentó un estudio sobre las brechas de género en la inclusión financiera en la región, apoyado por Ipsos Perú.
El análisis de los resultados del Índice de Inclusión Financiera (IIF) de Credicorp, muestran que entre Bolivia, Colombia, Ecuador, México, Perú, Panamá y Chile, éstos últimos dos obtuvieron los mejores resultados en el vecindario. Chile en particular destacó por tener el mayor avance en la región.
Según informó Credicorp a través de un comunicado, el país andino y Panamá son los países que tienen una mayor proporción de mujeres en el “nivel logrado” de inclusión financiera, que representa una inclusión plena. No obstante, en ambos casos también existen importantes brechas de género por superar.
Mientras que el 42% de los hombres chilenos alcanza el “nivel logrado” de inclusión financiera, solo un 33% de mujeres lo hace. En esa línea, tres de cada diez mujeres chilenas está plenamente incluida en el sistema financiero, lo que significa que posee diversos productos y servicios financieros, los cuales usa de manera intensiva. Además, recibe ingresos por canales formales y tiene una evaluación informada y positiva de las entidades financieras y sus atributos.
Brechas en Chile
Las brechas de género en la inclusión financiera en Chile se observan, principalmente, en el acceso al sistema, según resalta Credicorp. Si bien este país por no destaca tener mayor diferencia entre la proporción de hombres y mujeres que poseen tarjetas de débito (alrededor de 80%) y tarjetas de crédito (alrededor de 30%), sí hay brechas notorias en la tenencia de billeteras digitales (hombres 17% y mujeres 12%), préstamos (hombres 41% y mujeres 34%) y fondos de pensiones (hombres 35% y mujeres 24%).
Eso sí, cabe destacar que el país andino es el único del estudio en el cual el porcentaje de mujeres con cuenta de ahorros o corriente (42%) es ligeramente superior al registrado por los hombres (40%).
También hay una variable relevante en las diferencias socioeconómicas. En cuanto al acceso al sistema financiero entre los diversos grupos de mujeres en Chile, mientras que el 59% de mujeres de nivel socioeconómico alto posee una cuenta de ahorros, el porcentaje desciende a 47% en el nivel medio y a 32% en el bajo.
En el desagregado, el 45% de mujeres que viven en zonas rurales tiene una cuenta de ahorros, ligeramente por encima del 42% de mujeres de zonas urbanas. Según edad, el 53% de las mujeres de entre 26 y 42 años posee una cuenta de ahorros. A la par, el 43% de mujeres de entre 26 y 42 años tienen una tarjeta de crédito y representan el grupo etario con mayor acceso a este producto.
En Chile, a diferencia del resto, el 82% de las mujeres usa medios bancarizados para el pago de productos y servicios, frente al 80% de los hombres. “Es el único mercado en que la proporción de mujeres supera ligeramente a la de hombres en este ítem”, destacó Credicorp en su nota de prensa. Tanto hombres como mujeres utilizan alrededor de 20 veces al mes productos financieros.
La muestra evidencia, además, que el 80% de las mujeres chilenas que viven en zonas rurales usan los medios bancarizados, más que sus pares de la región: Ecuador (50%), Panamá (39%), México (29%), Bolivia (23%), Perú (17%) y Colombia (16%). Cabe precisar, que el uso de medios bancarizados es similar entre las chilenas de zonas urbanas (82%) y zonas rurales (80%).
Percepción
En cuanto a calidad percibida, en una escala del 1 al 5, en donde 1 es “muy mala” y 5 “muy buena”, las mujeres chilenas, en promedio, calificaron con 2,7 la imagen de las entidades financieras.
Pese a ser un país con los más altos niveles de inclusión financiera según el estudio de Credicorp, Chile obtuvo el puntaje más bajo en la imagen que tienen las mujeres de la región respecto al sistema financiero. Los hombres chilenos, por su parte, dieron una calificación de 2,8.
Renzo Rossi, líder del programa de Equidad de Género del Grupo Credicorp, destacó que para generar economías más inclusivas y sostenibles es fundamental trabajar para el cierre de brechas de género en la inclusión financiera. “Sin duda, esta información contribuirá a que las autoridades y la industria financiera adopten medidas y diseñen políticas que permitan avanzar en esa dirección”, señaló.
Resultados en la región
Según el IIF de Credicorp, Chile y Panamá son los países que tienen mayor porcentaje de mujeres con nivel “logrado” en inclusión financiera (33%). Le siguen Ecuador (20%), Colombia, Bolivia, Perú (los tres con 12%), y México (6%).
Según el estudio del grupo financiero, el nivel de inclusión financiera promedio de los siete países evaluados es 38,3, en una escala de 0 a 100. Sin embargo, más de la mitad de las mujeres (56%) se encuentra en el nivel bajo de inclusión financiera, en contraste con los hombres que alcanzan un 45%.
Además, solo el 11% de las mujeres de la región se ubican en el “nivel logrado” de inclusión financiera, mientras en el caso de los hombres esta cifra es casi el doble (21%).
Al analizar las brechas de género por país se encuentran diferencias notorias en el ‘nivel logrado’ de inclusión financiera. Ecuador es el país con la brecha más grande, pues mientras el 34% de hombres se ubica en el nivel logrado, solo el 20% de las mujeres lo alcanza. Por su parte, en México apenas el 6% de las mujeres alcanza el “nivel logrado” y los hombres casi triplican esta cifra (17%).
En cuanto a acceso, las mujeres que viven en zonas urbanas, de nivel socioeconómico alto, menores de 43 años y con trabajos fuera del hogar, aseguran mejores condiciones para el acceso a productos financieros. En todos los países de la muestra, excepto en México, más de la mitad de las mujeres de nivel socioeconómico alto tienen cuentas de ahorro o corrientes. Cabe resaltar que en Panamá, Colombia y Ecuador ese porcentaje supera el 85%.
Respecto al uso, el 62% de las mujeres en la región tiene un nivel bajo”, 25% en “progreso” y solo un 13% está en el “nivel logrado”. Así, el 42% de las mujeres de los 7 países incluidos en este estudio utiliza por lo menos un medio bancarizado para realizar pagos. Sin embargo, entre ellas, las mujeres de zonas rurales (26%) utilizan significativamente menos los medios bancarizadospara pagar que las mujeres de zonas urbanas (46%).
Finalmente, en torno a la calidad percibida, el documento encontró que las mujeres de la región otorgan una calificación promedio de 3,1 a la imagen del sistema financiero, en una escala del 1 al 5, donde 1 es la menor nota y 5 es la mayor.
Javier Perochena, foto cedida. Javier Perochena, foto cedida
Javier Perochena se unió a Santander como responsable de ESG Solutions, que es el área para apoyar a las empresas a tener financiamiento con alguna etiqueta ESG.
Según pudo saber Funds Society, Perochena se unió a la firma de Ana Botín el 7 de marzo.
Los ultimos casi cinco años los pasó en BIVA, firma a la que se unió como responsable de Emisoras desde antes del lanzamiento oficial de la bolsa.
Antes de unirse al equipo de BIVA Perochena estuvo a cargo del área de operaciones en Quattro, uno de los multi-family offices más grandes de México, y fungió como miembro del comité de inversiones.
Previamente desempeñó el cargo de vicepresidente de Desarrollo de Negocios para iShares en BlackRock durante cuatro años, siendo responsable de la cobertura de bancas privadas y patrimoniales, así como de asesores independientes y family offices.
También trabajó en Credit Suisse y Deutsche Bank en las áreas de banca privada internacional en las oficinas de México y Miami, cubriendo los centros de negocio de Estados Unidos, Suiza y Alemania. Es Licenciado en Administración por el ITAM y cuenta con el título de Maestría en Economía y Negocios por la Universidad Anáhuac.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer 2022, Citi y la Fundación Junior Achievement lanzan la tercera edición del programa educativo Citi Women Leadership Award dirigido a alumnas de Educación Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional con el objetivo de visibilizar e impulsar su liderazgo.
Tras el elevado número de peticiones de participación recibidas en cursos anteriores, Citi, a través de su red de mujeres Citi Women, y la Fundación Junior Achievement han abierto una nueva convocatoria para el curso 2021-2022, en la que se han inscrito un total de 470 chicas de 115 centros educativos de toda España.
Las jóvenes, divididas en dos categorías en función de su edad, se convertirán en las protagonistas de este programa educativo en el que deberán demostrar sus competencias de liderazgo. A través de diferentes fases y actividades, participarán en dinámicas grupales y entrevistas personales en las que defenderán su candidatura y sus habilidades como líderes con el objetivo de convertirse en las ganadoras de esta edición.
Deberán presentar su candidatura a través de un vídeo en el que explicarán cómo ponen en práctica sus habilidades de liderazgo en su día a día, y trabajarán junto a mujeres que identifiquen como inspiradoras.
Durante este proceso, los voluntarios de Citi se convertirán en pieza clave ya que serán ellos quienes visualizarán los vídeos, acompañarán a las jóvenes durante las actividades y mentorizarán sus candidaturas evaluando sus competencias. Como novedad en esta edición, las jóvenes asistirán a tres ponencias sobre liderazgo, autoconocimiento, marca personal y comunicación.
El programa, financiado por la Fundación Citi, se desarrollará desde el mes de febrero y finalizará el 27 de mayo, momento en el que se dará a conocer el nombre de la ganadora de cada una de las dos categorías.
Desde que se iniciara la pandemia, el inmobiliario, al igual que otros muchos sectores de la economía, se vio inmerso en una crisis sin precedentes. Sin embargo, el apalancamiento del Euribor en mínimos históricoso el repunte de la compraventa de viviendas en Españahan puesto de manifiesto que el impacto de la pandemia no ha provocado sino una corrección del mercado inmobiliario a nivel mundial. Tanto es así que el crecimiento de la inversión en España durante 2021 ha sido del 30% respecto al 2020.
Así, su crecimiento se convirtió en constante durante el pasado año, con un incremento de la compraventa de viviendas del 53,5% en julio, el mayor repunte registrado en 13 años, y un aumento del 57,7% en la concesión de hipotecas en el mes de septiembre. En este contexto, Casavo, la proptech europea que está digitalizando la compraventa de viviendas residenciales, analiza las tendencias que marcarán el desarrollo del sector inmobiliario a lo largo de 2022.
Una amplia panorámica de la evolución del precio de la vivienda
Según los expertos de Casavo, para entender la situación actual es necesario conocer la evolución del mercado inmobiliario en los últimos años. Por un lado, nos encontramos con que los precios del alquiler alcanzaron máximos históricos en 2018 y 2019, que han seguido manteniéndose muy por encima de los precios de compra, a pesar de las caídas generalizadas de hasta el 10% desde el inicio de la pandemia.
Por otro lado, en cuanto a la compraventa, a pesar de que el precio de la vivienda (nueva y usada) en la zona euro subió un 6,8% en el segundo trimestre de 2021, según datos de Eurostat, debemos prestar atención al caso concreto de España. Así, nos encontramos con que el encarecimiento se sitúa en una media del 3,7% con respecto al pasado año, lo cual apunta a que la estabilidad del IPC ha provocado un contexto favorable para el mercado de la compraventa.
En este sentido, Francisco Sierra, director general de Casavo, explica que “si bien es cierto que el mercado del alquiler se ha encarecido de forma severa, el precio de la compraventa ha sido más estable. Esto, sumado a una nueva subida del precio de los alquileres durante el segundo semestre de 2021, pone de relieve el aumento de la rentabilidad en la compra de viviendas, que asciende hasta el 7%, y se mantendrá en esta tendencia durante el 2022”.
Un crecimiento sostenido para 2022
Lo que está claro es que el “efecto COVID”, junto con los excepcionalescréditos hipotecarios, la moderada inflación y el mantenimiento del IPC en niveles relativamente estables, han facilitado un crecimiento del sector inmobiliario. Desde Casavo consideran que, si la inflación no se descontrola, el Banco Central Europeo mantendrá sus condiciones de financiación favorables.
Según Francisco Sierra, director general de Casavo en España, “esto provocará que la rentabilidad bruta de los inmuebles alcance niveles en torno al 7%, con hipotecas a tipo fijo que seguirán oscilando entre el 1% y el 2%, lo que resultará en un escenario clave: seguirá siendo más barato hipotecarse en términos reales y, por consiguiente, el crecimiento del mercado inmobiliario seguirá al alza”.
A pesar de que en muchas ocasiones se hace referencia a un nuevo “boom inmobiliario”, los análisis de Casavo concluyen que, al tratarse de una subida sostenida de los precios sin estar acompañada de una burbuja crediticia, el riesgo de estos bienes es muy reducido. Asimismo, a diferencia de lo ocurrido en 2007, los propietarios se decantan por las hipotecas a tipo fijo, lo que garantiza una mayor estabilidad para el pago en caso de adquirir una vivienda.
Digitalización en el proceso de compraventa, una tendencia que marcará 2022
La llegada de la pandemia ha cambiado la forma en la que vivimos y, por tanto, el tipo de hogar que necesitamos; otro de los factores que han facilitado el tan elevado incremento de las transacciones en el mercado inmobiliario. Por ello, la tecnología se posiciona como un eslabón clave para dar respuesta a las nuevas necesidades tanto de compradores como vendedores.
Según el último informe de Casavo, el 86% de los españoles afincados en Madrid y Barcelona que se encontraban en el proceso de venta de un inmueble a lo largo de 2021, afirmaron que recurrieron a los operadores inmobiliarios. Bien se realice la venta por cuenta propia o mediante la intermediación de un operador inmobiliario, lo que parece evidente es la utilización de canales digitales para anunciar la vivienda, así, un 81% de los operadores opta por plataformas y páginas de internet, solución por la que también opta un 77% de los vendedores que deciden gestionar la venta por su cuenta.
“Los profesionales del sector inmobiliario nos enfrentamos a un reto sin precedentes: satisfacer las necesidades de los compradores y adaptarnos a los ritmos que impone la digitalización. Por todo ello, en Casavo hemos apostado por la innovación, haciendo uso de la tecnología para convertir el proceso de venta en algo sencillo. Así, reducimos el tiempo y el estrés de los vendedores ya sea comprando de forma directa sus inmuebles en menos de siete días o buscando la mejor solución para ellos”, concluye Sierra.
El nuevo plan de igualdad de Banco Sabadell es una realidad después de que lo haya suscrito el 100% de la representación legal de las personas trabajadoras. El documento se formalizó tras meses de negociación, en la sede corporativa del banco en Sant Cugat del Vallès y con la participación de las diez secciones sindicales de la empresa y de los representantes de la dirección: Miguel Montes, director general de Organización y Recursos, Ana Aller, directora de Recursos Humanos, y Maria Garcia Córdoba, directora de Relaciones Laborales.
Para Miguel Montes, “Banco Sabadell avanza en el objetivo de consolidar la igualdad dentro de la cultura corporativa, y al mismo tiempo acelera la implantación definitiva de esta igualdad y el equilibrio en nuestras plantillas”. Todas las declaraciones de los representantes se pueden escuchar en este vídeo.
Este plan de igualdad es el primero del sector bancario en adaptarse a los nuevos requerimientos legales y, con él, la empresa se compromete a alcanzar el 40% de representatividad femenina dentro del colectivo de mandos intermedios y un 30% en el de directivas, dentro del período de vigencia del plan.
El documento concreta, además, objetivos como difundir una cultura organizacional basada en el principio de igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres; prevenir, corregir y penalizar las conductas discriminatorias directas o indirectas por razón de género; garantizar la presencia o composición equilibrada de mujeres y hombres en todos los ámbitos y niveles profesionales, integrando la perspectiva de género de todas las esferas; facilitar la corresponsabilidad; y prevenir y reducir las brechas de género tanto funcionales como retributivas, entre otros objetivos. Además, en los anexos consta un protocolo de prevención del acoso laboral, sexual y por razón de género, y una guía de lenguaje inclusivo.