Tecnología sanitaria: oportunidades interesantes, pero con precaución hacia la sobreexpectación

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AdvertisementEl aumento y el envejecimiento de la población ejerce una enorme presión sobre el sistema sanitario. Para 2050, Naciones Unidas estima que una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 65 años, frente a una de cada 11 en 2019. No solo envejecen los beneficiarios de la asistencia sanitaria, sino también los proveedores. Más del 50% de los médicos en activo en EE. UU. y un tercio de las enfermeras tienen más de 50 años. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en 2021 hubo un déficit de 7,2 millones de trabajadores sanitarios, y que esta cifra aumentará a 12,9 millones en 2035.

La Ley de Eroom (Ley de Moore escrita al revés) establece que existe una disminución exponencial en la productividad de los medicamentos aprobados por mil millones de dólares de gasto en investigación y desarrollo (I+D) desde 1950. En última instancia, las subidas de los costes se transfieren a los gobiernos y al consumidor en forma de aumentos en el precio de los medicamentos. Los centros de servicios de Medicare y Medicaid (CMS) de EE. UU. prevén que, para 2028, se gastará alrededor de una quinta parte del producto interno bruto estadounidense (PIB) en atención sanitaria, y se espera que los gastos en atención sanitaria alcancen casi los 7.000 millones de dólares para 2030 (gráfico 1).

Janus Henderson

La tecnología está aliviando los retos a los que se enfrentan los sistemas sanitarios

El coste sanitario mundial está aumentando, impulsado por una combinación del envejecimiento de la población (véase el gráfico 2), como se ha mencionado anteriormente, y un aumento de las enfermedades crónicas con comorbilidades como la diabetes y la obesidad. Además, la escasez de mano de obra representa otro problema, ya que el crecimiento del personal sanitario es insuficiente para satisfacer el aumento de la demanda.

Las presiones sin precedentes a las que están sometidos los sistemas sanitarios de todo el mundo a causa de la COVID-19 han puesto de manifiesto estas debilidades. Pero la pandemia también puso de manifiesto el valor de muchas soluciones tecnológicas para la atención sanitaria y estimuló más innovaciones y casos de uso de la tecnología existente. Por ejemplo, las plataformas de I+D ayudaron al rápido desarrollo de vacunas, la telemedicina permitió a los médicos realizar consultas virtuales, mientras que las cirugías mínimamente invasivas asistidas por robots redujeron los tiempos de hospitalización.

En adelante, a medida que los sistemas de atención médica cambien su enfoque a una atención basada en el valor y no en el volumen, los datos digitales y los análisis serán cruciales para reducir los costes, aumentar la productividad y mejorar los resultados de los pacientes.

Janus Henderson

Creemos que la tecnología es la ciencia de resolver problemas. Se trata de abordar no solo el problema de la oferta sanitaria, sino también el aumento del coste de esta, y mejorar el acceso a una asistencia sanitaria de calidad. Esto concuerda con el Objetivo de desarrollo sostenible (ODS) 3 de las Naciones Unidas, que consiste en garantizar una vida sana y promover el bienestar para todas y todos en todas las edades.

No hay una única definición de empresa de tecnología sanitaria

Por lo general, las tecnologías de atención sanitaria tienen como objetivo reducir los costes médicos, aumentar la productividad de sus proveedores y mejorar los resultados en la atención sanitaria. Por lo tanto, este ámbito resulta atractivo para los inversores, ya que ofrece la posibilidad de generar rendimientos y, al mismo tiempo, tener un impacto social positivo, dado que las empresas se esfuerzan por estar en el lado correcto de la política y la normativa gubernamental.

Existe una amplia variedad de empresas dentro de las áreas de telemedicina, registros electrónicos de atención sanitaria, diabetes y cirugía robótica, y la lista se está expandiendo. En comparación con otros sectores, existen algunos retos específicos cuando se trata de vender nuevas tecnologías al sector sanitario. Entre ellos se encuentran la necesidad de aprobaciones normativas, el cumplimiento de la legislación específica sobre datos sanitarios y una vía de reembolso para las entidades que pagan por los servicios administrados (p. ej.: empleadores, gobiernos y aseguradoras de salud). Incluso cuando se cumplen estos criterios, los proveedores de servicios sanitarios, los hospitales y los pacientes pueden ser reacios a adoptar nuevas tecnologías.

Interés sin precedentes de los inversores debido a la pandemia y al aumento de la inversión temática

En EE. UU., tras un crecimiento anual constante de las operaciones e inversiones de capital riesgo de atención sanitaria digital desde 2010, el crecimiento se aplanó en 2018 y 2019 a alrededor de 8.000 millones de dólares por año. Sin embargo, la pandemia provocó un cambio de marea, con un salto en la inversión de 15.000 millones de dólares en 2020 y un aumento cercano a los 29.000 millones de dólares en 2021 (1). Este entusiasmo se extendió también a los mercados públicos. Tras un 2017 y un 2018 estériles, en 2019 salieron a bolsa cinco nuevos títulos sanitarios.

La fuerte demanda de inversores durante 2020 y 2021 vio la salida de 14 nuevas empresas a bolsa y la formación de 17 sociedades de adquisición con fines específicos (SPAC). Numerosos fondos temáticos de salud digital y fondos cotizados (ETF) surgieron como compradores de estas nuevas acciones, muchas de las cuales a menudo no eran rentables. El entusiasmo de los inversores se ha hecho evidente en la fuerte actividad de fusiones y adquisiciones. El proveedor de la plataforma de telemedicina Teladoc adquirió la empresa de gestión de diabetes Livongo por alrededor de 18.500 millones de dólares en 2020, mientras que, más recientemente, Oracle anunció su intención de comprar el proveedor de registros sanitarios digitales Cerner por unos 28.000 millones de dólares.

Un ámbito altamente competitivo

La pandemia volvió a centrar la atención de los inversores en el sector, lo que potenció niveles significativos de inversión privada y pública, como se ha explicado anteriormente.

El fuerte aumento de la inversión y la actividad del mercado indicó que las expectativas de los inversores en el ámbito de la atención sanitaria y respecto a ciertas empresas estaban potencialmente abultadas y que el “ciclo de sobre expectación” había alcanzado su punto máximo. Profundizando, parecía que las barreras de entrada habían disminuido en algunas áreas; por ejemplo, los reguladores estadounidenses relajaron las reglas de reembolso para las consultas virtuales, lo que redujo la necesidad de los médicos de usar plataformas de telemedicina específicas. Niveles significativos de inversión en el sector han aumentado la competencia por las acciones cotizadas en este ámbito, mientras que las nuevas ofertas de atención sanitaria de las empresas tecnológicas más tradicionales también han aumentado la intensidad competitiva.

Por ejemplo, en Estados Unidos, Amazon introdujo recetas con descuento (Prime Rx) y amplió su oferta de atención virtual (Amazon Care), algo aparentemente disruptivo para la industria farmacéutica. A las empresas que no eran rentables, incluso con la oleada orgánica y libre de nuevos clientes durante los cierres de la pandemia, les resultaría aún más difícil lograr beneficios en un futuro más competitivo tras la reapertura económica. Los numerosos equipos de gestión que se centraron en el crecimiento y en establecer objetivos de equilibrio a largo plazo probablemente vieron el precio de las acciones de su empresa peligrar en un entorno de mercado más sensible a las valoraciones.

Se justifica la cautela 

El alejamiento de los valores growth que comenzó el año pasado ha provocado fuertes movimientos de precios en el sector tecnológico en general, incluidos los nombres más populares. Como respuesta, algunas empresas tecnológicas de alto nivel han cambiado su enfoque, con el objetivo de garantizar que el crecimiento futuro se equilibre con la rentabilidad y la generación de flujo de caja. Esto puede resultar más difícil para las empresas de tecnología sanitaria, sobre todo en subsectores altamente competitivos sobre los que se cierne la amenaza de que las grandes plataformas tecnológicas perturben el espacio. Además, las dificultades para prever los ingresos y el crecimiento tras la pandemia crean una mayor incertidumbre.

Por tanto, los inversores deben tener cuidado. Incluso después de algunas caídas bruscas, las empresas del sector sanitario con modelos de negocio que parecen rentables y más sostenibles podrían seguir teniendo valoraciones elevadas en relación con el crecimiento futuro, especialmente si se comparan con el universo tecnológico más amplio. Únicamente los inversores con una fuerte disciplina de valoración han conseguido evitar la importante corrección del mercado en el sector de la tecnología sanitaria que se ha producido desde finales de 2021.

La tecnología es un sector diverso con un potencial de crecimiento significativo a largo plazo. Adoptar una estrategia selectiva a largo plazo con un enfoque marcado en las valoraciones puede ayudar a evitar los peligros del “ciclo de sobreexpectación” y permitir identificar inversiones “más saludables”.

 

 

Tribuna de Alison Porter, responsable de la gestión conjunta de las estrategias Global Technology Leaders y Sustainable Future Technologies en Janus Henderson Investors.

 

 

Anotaciones:

(1) Rock Health Digital Health Venture Database, datos a 31 de marzo de 2022.

 

 

Solo para inversores profesionales y cualificados

Solo para uso fuera de US o con profesionales de US dando servicio a personas no US

Comunicación publicitaria

Queda prohibida la distribución posterior

 

 

Información importante:

 

Los puntos de vista que aquí figuran corresponden a la fecha de publicación. Se ofrecen exclusivamente con fines informativos y no deben considerarse ni utilizarse como asesoramiento de inversión, jurídico o fiscal ni como oferta de venta, solicitud de una oferta de compra o recomendación para comprar, vender o mantener ningún valor, estrategia de inversión o sector de mercado. Nada de lo incluido en el presente material debe considerarse una prestación directa o indirecta de servicios de gestión de inversión específicos para los requisitos de ningún cliente. Las opiniones y los ejemplos se ofrecen a efectos ilustrativos de temas más generales, no son indicativos de ninguna intención de operar, pueden variar y podrían no reflejar los puntos de vista de otros miembros de la organización. No se pretende indicar o dar a entender que cualquier ilustración/ejemplo mencionado forma parte o formó parte en algún momento de ninguna cartera. Las previsiones no pueden garantizarse y no es seguro que la información proporcionada sea completa o puntual, ni hay garantía con respecto a los resultados que se obtengan de su uso. A no ser que se indique lo contrario, Janus Henderson Investors es la fuente de los datos y confía razonablemente en la información y los datos facilitados por terceros. La rentabilidad histórica no predice las rentabilidades futuras. La inversión conlleva riesgo, incluida la posible pérdida de capital y la fluctuación del valor.
 

No todos los productos o servicios están disponibles en todas las jurisdicciones. El presente material o la información contenida en él podrían estar restringidos por ley y no podrán reproducirse ni mencionarse sin autorización expresa por escrito, ni utilizarse en ninguna jurisdicción o en circunstancias en que su uso resulte ilícito. Janus Henderson no es responsable de cualquier distribución ilícita del presente material a terceros, en parte o su totalidad. El contenido de este material no ha sido aprobado ni respaldado por ningún organismo regulador.
 
Janus Henderson Investors es el nombre bajo el cual las entidades que se indican ofrecen productos y servicios de inversión en las siguientes jurisdicciones: (a) en Europa, por Janus Henderson Investors International Limited (n.º de registro 3594615), Janus Henderson Investors UK Limited (n.º de registro 906355), Janus Henderson Fund Management UK Limited (n.º de registro 2678531), Henderson Equity Partners Limited (n.º de registro 2606646), (cada una de ellas registrada en Inglaterra y Gales en 201 Bishopsgate, Londres EC2M 3AE y regulada por la Autoridad de Conducta Financiera) y Henderson Management S.A. (n.º de registro B22848 en 2 Rue de Bitbourg, L-1273, Luxemburgo y regulada por la Commission de Surveillance du Secteur Financier); (b) en EE. UU., por los asesores de inversión registrados ante la SEC filiales de Janus Henderson Group plc; (c) en Canadá a través de Janus Henderson Investors US LLC solo para inversores institucionales de determinadas jurisdicciones; (d) en Singapur, por Janus Henderson Investors (Singapore) Limited (número de registro de la sociedad: 199700782N). Este anuncio o publicación no ha sido revisado por la Autoridad Monetaria de Singapur; (e) en Hong Kong , Janus Henderson Investors Hong Kong Limited. Este material no ha sido revisado por la Comisión de Valores y Futuros de Hong Kong; (f) en Taiwán (República de China), Janus Henderson Investors Taiwan Limited, (con funcionamiento independiente), Suite 45 A-1, Taipéi 101 Tower, No. 7. Sec. 5, Xin Yi Road, Taipéi (110). Tel.: (02) 8101-1001.  Número de licencia SICE autorizada 023, emitida en 2018 por la Comisión de Supervisión Financiera; (g) en Corea del Sur, Janus Henderson Investors (Singapore) Limited, exclusivamente para Inversores profesionales cualificados (según se definen en la Ley de servicios de inversión financiera y mercados de capitales y sus subreglamentos); (h) en Japón, Janus Henderson Investors (Japan) Limited, regulada por la Agencia de Servicios Financieros y registrada como Entidad de servicios financieros que realiza actividades de gestión de inversión, asesoramiento de inversión y actividad de agencia y actividades de instrumentos financieros de tipo II; (i) en Australia y Nueva Zelanda, Janus Henderson Investors (Australia) Limited (ABN 47 124 279 518) y sus entidades relacionadas, incluida Janus Henderson Investors (Australia) Institutional Funds Management Limited (ABN 16 165 119 531, AFSL 444266) y Janus Henderson Investors (Australia) Funds Management Limited (ABN 43 164 177 244, AFSL 444268); (j) en Oriente Medio, Janus Henderson Investors International Limited, regulada por la Autoridad de Servicios Financieros de Dubái como Oficina de representación. No se realizarán transacciones en Oriente Medio y cualquier consulta deberá dirigirse a Janus Henderson. Las llamadas telefónicas podrán ser grabadas para nuestra mutua protección, para mejorar el servicio al cliente y a efectos de mantenimiento de registros reglamentario.

Fuera de EE. UU.: Para uso exclusivo de inversores institucionales, profesionales, cualificados y sofisticados, distribuidores cualificados, inversores y clientes comerciales, según se definen en la jurisdicción aplicable. Prohibida su visualización o distribución al público. Comunicación Publicitaria.

Janus Henderson, Knowledge Shared y Knowledge Labs son marcas comerciales de Janus Henderson Group plc o una de sus filiales. © Janus Henderson Group plc.

D10520

 

 

 

Tecnología sanitaria: oportunidades interesantes, pero con precaución hacia la sobreexpectación

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La Ley de Eroom (Ley de Moore escrita al revés) establece que existe una disminución exponencial en la productividad de los medicamentos aprobados por mil millones de dólares de gasto en investigación y desarrollo (I+D) desde 1950. En última instancia, las subidas de los costes se transfieren a los gobiernos y al consumidor en forma de aumentos en el precio de los medicamentos. Los centros de servicios de Medicare y Medicaid (CMS) de EE. UU. prevén que, para 2028, se gastará alrededor de una quinta parte del producto interno bruto estadounidense (PIB) en atención sanitaria, y se espera que los gastos en atención sanitaria alcancen casi los 7.000 millones de dólares para 2030 (gráfico 1).

Janus Henderson

La tecnología está aliviando los retos a los que se enfrentan los sistemas sanitarios

El coste sanitario mundial está aumentando, impulsado por una combinación del envejecimiento de la población (véase el gráfico 2), como se ha mencionado anteriormente, y un aumento de las enfermedades crónicas con comorbilidades como la diabetes y la obesidad. Además, la escasez de mano de obra representa otro problema, ya que el crecimiento del personal sanitario es insuficiente para satisfacer el aumento de la demanda.

Las presiones sin precedentes a las que están sometidos los sistemas sanitarios de todo el mundo a causa de la COVID-19 han puesto de manifiesto estas debilidades. Pero la pandemia también puso de manifiesto el valor de muchas soluciones tecnológicas para la atención sanitaria y estimuló más innovaciones y casos de uso de la tecnología existente. Por ejemplo, las plataformas de I+D ayudaron al rápido desarrollo de vacunas, la telemedicina permitió a los médicos realizar consultas virtuales, mientras que las cirugías mínimamente invasivas asistidas por robots redujeron los tiempos de hospitalización.

En adelante, a medida que los sistemas de atención médica cambien su enfoque a una atención basada en el valor y no en el volumen, los datos digitales y los análisis serán cruciales para reducir los costes, aumentar la productividad y mejorar los resultados de los pacientes.

Janus Henderson

Creemos que la tecnología es la ciencia de resolver problemas. Se trata de abordar no solo el problema de la oferta sanitaria, sino también el aumento del coste de esta, y mejorar el acceso a una asistencia sanitaria de calidad. Esto concuerda con el Objetivo de desarrollo sostenible (ODS) 3 de las Naciones Unidas, que consiste en garantizar una vida sana y promover el bienestar para todas y todos en todas las edades.

No hay una única definición de empresa de tecnología sanitaria

Por lo general, las tecnologías de atención sanitaria tienen como objetivo reducir los costes médicos, aumentar la productividad de sus proveedores y mejorar los resultados en la atención sanitaria. Por lo tanto, este ámbito resulta atractivo para los inversores, ya que ofrece la posibilidad de generar rendimientos y, al mismo tiempo, tener un impacto social positivo, dado que las empresas se esfuerzan por estar en el lado correcto de la política y la normativa gubernamental.

Existe una amplia variedad de empresas dentro de las áreas de telemedicina, registros electrónicos de atención sanitaria, diabetes y cirugía robótica, y la lista se está expandiendo. En comparación con otros sectores, existen algunos retos específicos cuando se trata de vender nuevas tecnologías al sector sanitario. Entre ellos se encuentran la necesidad de aprobaciones normativas, el cumplimiento de la legislación específica sobre datos sanitarios y una vía de reembolso para las entidades que pagan por los servicios administrados (p. ej.: empleadores, gobiernos y aseguradoras de salud). Incluso cuando se cumplen estos criterios, los proveedores de servicios sanitarios, los hospitales y los pacientes pueden ser reacios a adoptar nuevas tecnologías.

Interés sin precedentes de los inversores debido a la pandemia y al aumento de la inversión temática

En EE. UU., tras un crecimiento anual constante de las operaciones e inversiones de capital riesgo de atención sanitaria digital desde 2010, el crecimiento se aplanó en 2018 y 2019 a alrededor de 8.000 millones de dólares por año. Sin embargo, la pandemia provocó un cambio de marea, con un salto en la inversión de 15.000 millones de dólares en 2020 y un aumento cercano a los 29.000 millones de dólares en 2021 (1). Este entusiasmo se extendió también a los mercados públicos. Tras un 2017 y un 2018 estériles, en 2019 salieron a bolsa cinco nuevos títulos sanitarios.

La fuerte demanda de inversores durante 2020 y 2021 vio la salida de 14 nuevas empresas a bolsa y la formación de 17 sociedades de adquisición con fines específicos (SPAC). Numerosos fondos temáticos de salud digital y fondos cotizados (ETFs) surgieron como compradores de estas nuevas acciones, muchas de las cuales a menudo no eran rentables. El entusiasmo de los inversores se ha hecho evidente en la fuerte actividad de fusiones y adquisiciones. El proveedor de la plataforma de telemedicina Teladoc adquirió la empresa de gestión de diabetes Livongo por alrededor de 18.500 millones de dólares en 2020, mientras que, más recientemente, Oracle anunció su intención de comprar el proveedor de registros sanitarios digitales Cerner por unos 28.000 millones de dólares.

Un ámbito altamente competitivo

La pandemia volvió a centrar la atención de los inversores en el sector, lo que potenció niveles significativos de inversión privada y pública, como se ha explicado anteriormente.

El fuerte aumento de la inversión y la actividad del mercado indicó que las expectativas de los inversores en el ámbito de la atención sanitaria y respecto a ciertas empresas estaban potencialmente abultadas y que el “ciclo de sobre expectación” había alcanzado su punto máximo. Profundizando, parecía que las barreras de entrada habían disminuido en algunas áreas; por ejemplo, los reguladores estadounidenses relajaron las reglas de reembolso para las consultas virtuales, lo que redujo la necesidad de los médicos de usar plataformas de telemedicina específicas. Niveles significativos de inversión en el sector han aumentado la competencia por las acciones cotizadas en este ámbito, mientras que las nuevas ofertas de atención sanitaria de las empresas tecnológicas más tradicionales también han aumentado la intensidad competitiva.

Por ejemplo, en Estados Unidos, Amazon introdujo recetas con descuento (Prime Rx) y amplió su oferta de atención virtual (Amazon Care), algo aparentemente disruptivo para la industria farmacéutica. A las empresas que no eran rentables, incluso con la oleada orgánica y libre de nuevos clientes durante los cierres de la pandemia, les resultaría aún más difícil lograr beneficios en un futuro más competitivo tras la reapertura económica. Los numerosos equipos de gestión que se centraron en el crecimiento y en establecer objetivos de equilibrio a largo plazo probablemente vieron el precio de las acciones de su empresa peligrar en un entorno de mercado más sensible a las valoraciones.

Se justifica la cautela 

El alejamiento de los valores growth que comenzó el año pasado ha provocado fuertes movimientos de precios en el sector tecnológico en general, incluidos los nombres más populares. Como respuesta, algunas empresas tecnológicas de alto nivel han cambiado su enfoque, con el objetivo de garantizar que el crecimiento futuro se equilibre con la rentabilidad y la generación de flujo de caja. Esto puede resultar más difícil para las empresas de tecnología sanitaria, sobre todo en subsectores altamente competitivos sobre los que se cierne la amenaza de que las grandes plataformas tecnológicas perturben el espacio. Además, las dificultades para prever los ingresos y el crecimiento tras la pandemia crean una mayor incertidumbre.

Por tanto, los inversores deben tener cuidado. Incluso después de algunas caídas bruscas, las empresas del sector sanitario con modelos de negocio que parecen rentables y más sostenibles podrían seguir teniendo valoraciones elevadas en relación con el crecimiento futuro, especialmente si se comparan con el universo tecnológico más amplio. Únicamente los inversores con una fuerte disciplina de valoración han conseguido evitar la importante corrección del mercado en el sector de la tecnología sanitaria que se ha producido desde finales de 2021.

La tecnología es un sector diverso con un potencial de crecimiento significativo a largo plazo. Adoptar una estrategia selectiva a largo plazo con un enfoque marcado en las valoraciones puede ayudar a evitar los peligros del “ciclo de sobreexpectación” y permitir identificar inversiones “más saludables”.

 

 

Tribuna de Alison Porter, responsable de la gestión conjunta de las estrategias Global Technology Leaders y Sustainable Future Technologies en Janus Henderson Investors.

 

 

Anotaciones:

(1) Rock Health Digital Health Venture Database, datos a 31 de marzo de 2022.

 

 

Solo para inversores profesionales y cualificados

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Los puntos de vista que aquí figuran corresponden a la fecha de publicación. Se ofrecen exclusivamente con fines informativos y no deben considerarse ni utilizarse como asesoramiento de inversión, jurídico o fiscal ni como oferta de venta, solicitud de una oferta de compra o recomendación para comprar, vender o mantener ningún valor, estrategia de inversión o sector de mercado. Nada de lo incluido en el presente material debe considerarse una prestación directa o indirecta de servicios de gestión de inversión específicos para los requisitos de ningún cliente. Las opiniones y los ejemplos se ofrecen a efectos ilustrativos de temas más generales, no son indicativos de ninguna intención de operar, pueden variar y podrían no reflejar los puntos de vista de otros miembros de la organización. No se pretende indicar o dar a entender que cualquier ilustración/ejemplo mencionado forma parte o formó parte en algún momento de ninguna cartera. Las previsiones no pueden garantizarse y no es seguro que la información proporcionada sea completa o puntual, ni hay garantía con respecto a los resultados que se obtengan de su uso. A no ser que se indique lo contrario, Janus Henderson Investors es la fuente de los datos y confía razonablemente en la información y los datos facilitados por terceros. La rentabilidad histórica no predice las rentabilidades futuras. La inversión conlleva riesgo, incluida la posible pérdida de capital y la fluctuación del valor.
 

No todos los productos o servicios están disponibles en todas las jurisdicciones. El presente material o la información contenida en él podrían estar restringidos por ley y no podrán reproducirse ni mencionarse sin autorización expresa por escrito, ni utilizarse en ninguna jurisdicción o en circunstancias en que su uso resulte ilícito. Janus Henderson no es responsable de cualquier distribución ilícita del presente material a terceros, en parte o su totalidad. El contenido de este material no ha sido aprobado ni respaldado por ningún organismo regulador.
 
Janus Henderson Investors es el nombre bajo el cual las entidades que se indican ofrecen productos y servicios de inversión en las siguientes jurisdicciones: (a) en Europa, por Janus Henderson Investors International Limited (n.º de registro 3594615), Janus Henderson Investors UK Limited (n.º de registro 906355), Janus Henderson Fund Management UK Limited (n.º de registro 2678531), Henderson Equity Partners Limited (n.º de registro 2606646), (cada una de ellas registrada en Inglaterra y Gales en 201 Bishopsgate, Londres EC2M 3AE y regulada por la Autoridad de Conducta Financiera) y Henderson Management S.A. (n.º de registro B22848 en 2 Rue de Bitbourg, L-1273, Luxemburgo y regulada por la Commission de Surveillance du Secteur Financier); (b) en EE. UU., por los asesores de inversión registrados ante la SEC filiales de Janus Henderson Group plc; (c) en Canadá a través de Janus Henderson Investors US LLC solo para inversores institucionales de determinadas jurisdicciones; (d) en Singapur, por Janus Henderson Investors (Singapore) Limited (número de registro de la sociedad: 199700782N). Este anuncio o publicación no ha sido revisado por la Autoridad Monetaria de Singapur; (e) en Hong Kong , Janus Henderson Investors Hong Kong Limited. Este material no ha sido revisado por la Comisión de Valores y Futuros de Hong Kong; (f) en Taiwán (República de China), Janus Henderson Investors Taiwan Limited, (con funcionamiento independiente), Suite 45 A-1, Taipéi 101 Tower, No. 7. Sec. 5, Xin Yi Road, Taipéi (110). Tel.: (02) 8101-1001.  Número de licencia SICE autorizada 023, emitida en 2018 por la Comisión de Supervisión Financiera; (g) en Corea del Sur, Janus Henderson Investors (Singapore) Limited, exclusivamente para Inversores profesionales cualificados (según se definen en la Ley de servicios de inversión financiera y mercados de capitales y sus subreglamentos); (h) en Japón, Janus Henderson Investors (Japan) Limited, regulada por la Agencia de Servicios Financieros y registrada como Entidad de servicios financieros que realiza actividades de gestión de inversión, asesoramiento de inversión y actividad de agencia y actividades de instrumentos financieros de tipo II; (i) en Australia y Nueva Zelanda, Janus Henderson Investors (Australia) Limited (ABN 47 124 279 518) y sus entidades relacionadas, incluida Janus Henderson Investors (Australia) Institutional Funds Management Limited (ABN 16 165 119 531, AFSL 444266) y Janus Henderson Investors (Australia) Funds Management Limited (ABN 43 164 177 244, AFSL 444268); (j) en Oriente Medio, Janus Henderson Investors International Limited, regulada por la Autoridad de Servicios Financieros de Dubái como Oficina de representación. No se realizarán transacciones en Oriente Medio y cualquier consulta deberá dirigirse a Janus Henderson. Las llamadas telefónicas podrán ser grabadas para nuestra mutua protección, para
mejorar el servicio al cliente y a efectos de mantenimiento de registros reglamentario.

Fuera de EE. UU.: Para uso exclusivo de inversores institucionales, profesionales, cualificados y sofisticados, distribuidores cualificados, inversores y clientes comerciales, según se definen en la jurisdicción aplicable. Prohibida su visualización o distribución al público. Comunicación Publicitaria.

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Bank of America, BNY Mellon y Citi invierten en una empresa tecnológica con base en Miami

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Genesis Global anunció que recibirá 20 millones de dólares en nuevas inversiones de Bank of America, BNY Mellon y Citi.

Estas inversiones estratégicas siguen a la financiación de serie C de 200 millones de dólares de la empresa anunciada en febrero.

«Este apoyo estratégico de Bank of America, BNY Mellon y Citi demuestra su confianza en low-code como acelerador de la próxima ola de innovación en TI», dijo Stephen Murphy, CEO de Genesis, según un comunicado al que accedió Funds Society.

Por otro lado, David Trepanier, Jefe de Productos Estructurados, Crédito Global y Situaciones Especiales de Bank of America comentó que sus clientes y su entorno “exigen más innovación y productividad en términos de producción de TI” y agregó que «la solución de bajo código proporcionada por Genesis acelera el proceso de desarrollo y nos permite construir y lanzar más rápidamente nuevos protocolos y procesos de negociación».

Desde BNY Mellon están convencidos que la inversión con la empresa tecnológica ayudará a satisfacer necesidades de los clientes.

«Nuestra inversión y colaboración con Genesis nos permite crear aplicaciones y soluciones más rápidamente para satisfacer las crecientes demandas de nuestros clientes», dijo Avi Shua, CIO, Jefe de Gestión de Inversiones, Gestión de Patrimonio y Tecnología Pershing en BNY Mellon.

Por Citi, Nikhil Joshi, Jefe de Tecnología de Mercados en Norteamérica destacó que «la plataforma de Genesis está construida para los mercados financieros” y explicó que “la plataforma elimina el trabajo repetitivo y no diferenciado que es el núcleo de muchas aplicaciones de la industria financiera, liberando a los desarrolladores para que se centren en el trabajo innovador y haciendo que los departamentos de Tecnología sean más productivos y más estratégicos.»

Citi invirtió por primera vez en Genesis a finales de 2020.

La transformación digital es una prioridad en todos los servicios financieros, ya que las empresas buscan diferenciarse, innovar, reducir el coste y la complejidad de los sistemas existentes y responder de forma más ágil a la cambiante regulación, agrega el comunicado.

Las empresas de servicios financieros utilizan Genesis en toda la cadena de valor del software para automatizar los procesos de la hoja de cálculo, mejorar los sistemas existentes, sustituir la tecnología heredada y crear nuevas y sólidas aplicaciones de primera mano.

“En 2021, Genesis triplicó sus ingresos y el tamaño de su equipo. El crecimiento continúa en 2022, impulsado por el creciente interés de los clientes en adoptar el modelo Genesis buy-to-build para la transformación de TI. Con el buy-to-build, las instituciones aceleran el ritmo de la transformación de las TI porque la construcción de nuevas aplicaciones y la mejora o sustitución de los sistemas heredados es dramáticamente más fácil y rápida a través de la plataforma de Genesis”, dice el press release.

Sobre Genesis

La plataforma de código reducido Genesis, diseñada específicamente para organizaciones de mercados financieros, potencia el desarrollo de aplicaciones con la velocidad, el rendimiento y la flexibilidad que estas organizaciones necesitan para obtener una ventaja competitiva sostenida.

Construida con tecnologías modernas y una arquitectura basada en eventos, la plataforma puede manejar las necesidades de rendimiento y escalabilidad de las principales instituciones de los mercados financieros del mundo, según la información de la compañía.

Tiene oficinas globales en Miami, Nueva York, Charlotte, Londres, Leeds, São Paulo y Dublín.

 

 

La familia Saieh deja la presidencia de Itaú Corpbanca tras su proceso de reorganización en EE.UU.

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La salida de Jorge Saieh le cerró la puerta a la era de CorpGroup en la cúpula del banco Itaú en Chile esta semana. El ejecutivo abandonó el directorio de la firma, luego de que el proceso de reorganización en que el holding CorpGroup Banking se encuentra inmerso marcara su salida de su participación en el banco.

En su sesión del directorio del miércoles, Jorge Saieh Guzmán –hijo del empresario Álvaro Saieh– presentó su renuncia al cargo de director de la firma, donde se desempeñaba como presidente, según informaron a través de un hecho esencial al regulador.

Lo reemplazará al mando de la mesa Ricardo Villela Marino, mientras que Milton Maluhy fue nombrado como vicepresidente. Su silla en el directorio, por su parte, quedará en manos del director suplente Álvaro Rizzi, hasta la próxima junta ordinaria de accionistas de la firma.

Este cambio responde a la salida de CorpGroup de su participación en Itaú, en el marco de la reorganización de la compañía en Estados Unidos.

El acuerdo implica que el holding de la familia Saieh –junto con las sociedades Compañía Inmobiliaria y de Inversiones SAGA SpA y algunas filiales de CorpGroup– dejaría de tener acciones de Itaú Corbanca, entregándolas a sus acreedores.

En el marco del proceso, se disolvió el pacto de accionistas entre el grupo chileno y el banco brasileño –producto de la fusión que concretaron en 2016–, y CorpGroup Banking le transfirió a éste último un total de 94.078 millones de acciones de Itaú Corpbanca. Con esto, Itaú Unibanco quedó como dueño del 65,62% de la compañía financiera.

CorpGroup es un grupo empresarial chileno que participa en el mercado inmobiliario local, a través de VivoCorp; en el rubro del retail, a través de la supermercadista SMU; en el sector comunicacional, a través de Copesa, compañía que publica el diario La Tercera; y en el mundo hotelero, con participaciones en Mandarin Oriental Santiago, Hyatt Place Vitacura y City Express.

Por su parte, Itaú Corpbanca es uno de los principales bancos del mercado local, con participación en el negocio de administración de activos y asesoría de inversiones.

El crecimiento de EE.UU. vuelve a caer mientras aumentan los temores de recesión

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La economía estadounidense se contrajo por segundo trimestre consecutivo, ya que la reducción de los inventarios y el desplome de la construcción residencial contrarrestaron las buenas cifras comerciales y el aumento del gasto de los consumidores, dice un informe de ING Bank.

“Hay una recesión técnica en EE.UU., con una contracción del PIB en el segundo trimestre del 0,9% anualizado, tras una caída del 1,6% anualizado en el primer trimestre”, dice el informe.

El consenso de los técnicos esperaba un crecimiento del 0,4%. La razón principal fue una gran reducción de los inventarios, que restó dos puntos porcentuales a la tasa de crecimiento general, mientras que la inversión residencial se contrajo un 14% anualizado (restando 0,7 puntos porcentuales al crecimiento general).

También se observó debilidad en la inversión empresarial (la inversión fija no residencial cayó un 0,1%) y el crecimiento del gasto de los consumidores se redujo a sólo un 1%. La única buena noticia de este informe es el repunte del comercio neto, que contribuyó con 1,4 puntos porcentuales a la tasa de crecimiento general.

“El verdadero dolor está aún por llegar”, dice el informe.

Aunque se trata de una recesión técnica, la Fed tiene razón al decir que aún no estamos en una recesión «real», ya que el desempleo sigue bajando y los consumidores siguen gastando, pero parece ser sólo cuestión de tiempo.

El banco tiene la esperanza de un repunte decente del PIB en el tercer trimestre del orden del 2%, “dadas las continuas mejoras en las cifras comerciales y el repunte en la contribución de los inventarios, pero una vez más esto enmascarará lo que está ocurriendo en la demanda interna”.

Por otro lado, los consumidores siguen sometidos a una presión real, ya que la inflación reduce el poder adquisitivo, mientras que el desplome de los mercados de valores es otro factor que pesa sobre el sentimiento.

Los tipos de interés siguen subiendo, el dólar es un viento en contra y los diferenciales de crédito se amplían, por lo que no cabe duda de que las fuerzas de la recesión se intensifican. Si el mercado de la vivienda se derrumba y los precios empiezan a caer, esto aumentará el pesimismo.

Por ahora, sin embargo, la atención se centra en la inflación, y la Fed ha dejado claro que está dispuesta a sacrificar el crecimiento para que la inflación vuelva a ser un objetivo.

«Al haber retrasado el endurecimiento durante demasiado tiempo, están jugando a ponerse al día y es posible que acaben teniendo que dar marcha atrás el año que viene. Históricamente, el intervalo entre la última subida de tipos y la primera bajada es de seis meses. Esta vez podría ocurrir incluso más rápido», concluyen los expertos del banco holandés.

BME e ISDE extienden a Braindex su acuerdo de colaboración

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BME e ISDE han anunciado en el Palacio de la Bolsa de Madrid un acuerdo de colaboración a través del cual Braindex, la plataforma de formación financiera 100% online de BME, ampliará su oferta con cursos de ISDE. BME e ISDE ya firmaron un acuerdo en 2020 por el que Instituto BME se encargaría de impartir a los alumnos de grado en Derecho un Máster en Bolsa a la vez que cursan sus estudios universitarios, dotando a los alumnos de una preparación excepcional.

De esta forma, Braindex la plataforma MOOC de BME, incluirá cursos de ISDE y sus usuarios podrán acceder así a la calidad y el prestigio de los cursos de esta universidad. Al acto de la firma del acuerdo han acudido Javier Hernani, consejero delegado de BME; Juan José Sánchez Puig, consejero delegado de ISDE y Enrique Castellanos, director de Instituto BME.

Braindex, que fue lanzada por BME en septiembre de 2021, ofrece ya 44 cursos orientados a distintos niveles, desde quien desea adquirir nociones básicas sobre los mercados financieros hasta profesionales del sector que quieran ampliar sus conocimientos. Los cursos pertenecen a estas categorías: Mercados y Productos Financieros, Divulgación, Tecnología y Regulación aplicada al sector. ISDE es así la segunda universidad en sumarse a Braindex después de que lo hiciera en febrero CUNEF Universidad.

Braindex se consolida así como una ventana al mundo para que cualquier persona, esté donde esté, pueda acceder a formación financiera de calidad con profesores e instituciones de prestigio.  

“Estamos muy satisfechos con este acuerdo ya que es un paso más en el ámbito de colaboración entre Instituto BME e ISDE.  Llevamos colaborando más de dos años en el Máster en Bolsa y nos encontramos muy a gusto. ISDE es una institución prestigiosa y que se preocupa mucho por el rigor y la calidad de su oferta formativa, igual que nosotros”, afirma Javier Hernani, consejero delegado de BME.

Por su parte, Juan José Sánchez Puig, consejero delegado de ISDE, explica que “para ISDE es muy importante poder contar con partners excelentes como BME, una institución ejemplar, bien dirigida, con una gestión impecable y que goza de un gran prestigio nacional e internacional. Entendemos que la seguridad jurídica y optimización fiscal se convierten en elementos claves a la hora de prestar un servicio de asesoramiento financiero óptimo”.

La evolución histórica de las criptomonedas

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Hasta hace algún tiempo, las criptomonedas eran una clase de activo de nicho de los que solo habían oído hablar los expertos en informática y algunos iniciados. Sin embargo, todo eso cambió en 2017 cuando estos instrumentos comenzaron a dominar los titulares, tras alcanzar ganancias sin precedentes en tan solo unos meses. De hecho, a finales de ese mismo año, el bitcoin había subido un 2000% para alcanzar un máximo diario de 19.650 dólares, analizan desde Libertex.

Sin embargo, aún pasaron otros tres años antes de que las monedas digitales se convirtieran en un elemento habitual en la mayoría de las carteras institucionales.

Los primeros días (2009-2012)

Inmediatamente después del lanzamiento de la criptomoneda original en 2009, por parte de Satoshi, los precios rondaron el cero durante casi dos años. No fue hasta 2011 que BTC alcanzó la paridad con el dólar estadounidense. Lo que siguió no fue diferente a lo visto durante el gran auge y caída de 2017. Los precios en Mt. Gox aumentaron de 1 a 30 dólares, antes de volver a caer a 5 a finales de 2011.

A pesar de las ganancias porcentuales, que fueron tan impresionantes como las vistas en mercados alcistas recientes, todo este episodio pasó más o menos desapercibido en los medios. Más allá de los primeros aficionados a las criptomonedas y los delincuentes de la web oscura, casi nadie poseía BTC o sabía lo que era. De hecho, en 2010, el usuario de BitcoinTalk, SmokeTooMuch, intentó subastar 10000 BTC (actualmente con un valor de 350 millones de dólares), por solo 50 dólares… pero no pudo encontrar un comprador.

El punto de inflexión

Hace diez años, la única empresa de renombre que aceptaba bitcoin era WordPress y usar BTC, legítimamente, era bastante difícil. Pero todo esto cambió a principios de 2013, cuando Internet Archive comenzó a aceptar donaciones de bitcoin e, incluso, ofreció pagar parte de los salarios de sus empleados en la moneda digital.

Poco tiempo después, OkCupid y Foodler comenzaron a permitir que los usuarios pagaran los servicios en BTC. A esto le siguió la apertura del primer cajero automático bitcoin del mundo en Vancouver. Incluso, la Universidad de Nicosia, en Chipre, comenzó a permitir que los estudiantes pagaran sus tasas de matrícula en criptomoneda. Todo esto allanó el camino para que muchas más empresas agregaran bitcoin a sus métodos de pago y se produjo la primera ola de inversionistas minoristas ordinarios, que ingresaron al mercado a un precio promedio de alrededor de 500 dólares.

El gran auge de bitcoin 1.0

Bitcoin comenzó 2013 en alrededor de 13 dólares, pero en diciembre valía más de 1.000. A pesar de las fluctuaciones y correcciones a corto plazo, todos los hodlers que ingresaron en ese momento han tenido retornos que les cambiaron la vida, en menos de una década.

No obstante, no fue hasta 2017 que BTC realmente llegó al radar de los principales medios. Las ganancias fueron realmente espectaculares: bitcoin pasó de un precio de alrededor de 900 dólares en enero a un máximo de 19.650 el 15 de diciembre, duplicando su recuperación del 1000% de cuatro años antes. La diferencia clave esta vez fue que bitcoin nunca volvió a caer a sus mínimos anteriores a 2017.

Esta carrera alcista hizo que ingresaran un gran número de nuevos inversores minoristas. Si bien muchos tuvieron pérdidas significativas en 2018, aquellos que aguantaron obtuvieron importantes ganancias. Además, el rumor en torno a bitcoin también ayudó a proyectos incipientes como ethereum (2015) y cardano (2017), a atraer nuevos usuarios y capital a medida, comenzando a tomar forma el llamado mercado de «altcoin».

Un mundo de posibilidades

Quizás la faceta más interesante del auge criptográfico reciente fue el impulso, en gran medida, por la tan esperada llegada de instituciones e inversores heredados. De hecho, la asombrosa cifra de 9.300 millones de dólares de capital institucional fluyó hacia los activos digitales en 2021, lo que supuso un aumento de casi el 36% frente a los 6.800 millones de dólares de 2020 y prácticamente nada en 2017. La criptomoneda original ha asumido nuevos roles como reserva de valor en Turquía, afectada por la inflación y como un medio seguro de intercambio transfronterizo gratuito, en países devastados por la guerra en todo el mundo.

Pero uno de los desarrollos más emocionantes desde 2020 es el surgimiento de los segmentos DeFi y NFT, que tienen CAGR respectivas del 47% y el 35%. Además, este mercado es prácticamente todo altcoin. Bitcoin apenas está presente; en cambio, son ethereum, cardano, solana, terra luna y otras monedas las que gobiernan el espacio.

Estos podrían ser los proyectos que experimenten el mayor crecimiento en el futuro y muchos inversores con visión ya los están acumulando, como los pioneros de Bitcoin Hodlers de principios de la década de 2010.

 

Todo lo que debes saber sobre el nuevo test de preferencias de sostenibilidad de Green MiFID

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Agosto traerá novedades regulatorias. El próximo día 2 entra en vigor Green MiFID, que introduce el requisito de analizar las preferencias de sostenibilidad como parte de la actual evaluación de idoneidad de MiFID II

Para comprender su trascendencia y las claves que introduce, Schroders ha analizado los nuevos requisitos de evaluación de las preferencias de sostenibilidad y cómo se inscriben en la agenda más amplia de las finanzas sostenibles en toda Europa; cómo podría funcionar en la práctica la evaluación de las preferencias de sostenibilidad; cuáles son los principales desafíos de implementación y qué podrían hacer los asesores.

¿Qué es la evaluación de las preferencias de sostenibilidad de MiFID II?

Elisabeth Ottawa, responsable adjunta de políticas públicas de Schroders, explica que «lo esencial de las preferencias de sostenibilidad de MiFID es que se debe preguntar a cualquier cliente, tanto a los existentes como a los nuevos, sobre sus preferencias de sostenibilidad». 

Hay tres opciones para elegir: una alineación con la Taxonomía, un porcentaje en inversiones sostenibles según lo definido por el SFDR, o una consideración cuantitativa o cualitativa de los Principales Impactos Adversos (PAIs, por sus siglas en inglés). Como recordatorio, los PAIs pretenden captar cualquier efecto negativo material que las inversiones tengan sobre el medio ambiente y/o la sociedad.

«Una vez que el cliente elige una de estas opciones o una combinación de ellas, el asesor debe asegurarse de que el producto ofrecido se ajusta a las preferencias de sostenibilidad del cliente. Si no es así, el producto no puede ofrecerse a menos que el cliente cambie sus preferencias de sostenibilidad», aclara. 

¿Cómo se inscribe el requisito de las preferencias de sostenibilidad en el programa más amplio de financiación sostenible de la UE?

Según explica Ottawa, el objetivo último del programa de finanzas sostenibles de la UE es canalizar más inversiones hacia activos sostenibles y, por tanto, hacer más ecológica la economía de la UE. La forma en que se pretende que esto funcione en toda la cadena de inversión es la siguiente.

En primer lugar, empresas comunican información no financiera, de «sostenibilidad», y la alineación de sus actividades económicas con la taxonomía. Los participantes en el mercado financiero utilizarían entonces esta información para divulgar información sobre el nivel de sostenibilidad de sus productos, y también para informar sobre cómo integran las consideraciones de sostenibilidad en conjunto. 

En el siguiente paso, los asesores tendrían que preguntar a los clientes sobre sus preferencias en materia de sostenibilidad y ajustar los productos en consecuencia. «Entonces el inversor tendría la seguridad de que invierte en un producto financiero que se ajusta a sus preferencias. Y como todos los productos sostenibles tendrían que cumplir estas normas de divulgación, habría más comparabilidad y, por tanto, más competencia entre esos productos», explica la experta. 

¿Cuáles son los primeros pasos de los asesores a la hora de abordar las preferencias de sostenibilidad?

Anastasia Petraki, directora de Inversiones ESG de Schroders, responde señalando que «hay dos cosas que los asesores tendrían que hacer. La primera es la de siempre, es decir, seguirán teniendo que recopilar toda la información para evaluar la situación del cliente, su situación financiera, cuál es su nivel de conocimiento y experiencia, y sus objetivos de inversión. El siguiente paso sería explicar al cliente qué son los factores ASG y las diferentes formas en que pueden expresarse». 

Los asesores también deberían exponer la diferencia entre los productos con enfoque de sostenibilidad y los productos que no tienen ese enfoque. Una vez establecido el escenario, los asesores pasarían a la pregunta propiamente dicha: «¿Tiene usted preferencias en materia de sostenibilidad? Sí o no».

Si el cliente dice que no, el asesor puede recomendar el producto sostenible, siempre que lo considere adecuado en función de sus conocimientos, su situación financiera y sus objetivos de inversión. En cambio, si el cliente dice sí, lo que esperamos que haga la mayoría, entonces el cliente tendría que hablar sobre si su preferencia es por esa alineación con la taxonomía, o el porcentaje de inversión sostenible, o las principales consideraciones de impacto adverso.

¿Qué ocurre si eligen varias opciones?

«Las directrices no dicen nada sobre lo que ocurre si un cliente elige una combinación de opciones, pero esto es algo en lo que quizás veamos más orientaciones a finales de este año. Si el cliente elige la alineación con la Taxonomía, el siguiente paso sería identificar un rango o el porcentaje mínimo de esa alineación. Si el cliente opta por el porcentaje en la inversión sostenible, entonces, de nuevo, la idea es identificar ese porcentaje mínimo, pero también discutir si la atención debe centrarse en la E, la S o la G. Si el cliente opta por las consideraciones del principal impacto adverso, es una cuestión que el cliente debe discutir si quiere centrarse más en la E, o la S o la G», aclara Petraki.

¿Y si las preferencias del cliente no coinciden con un producto que se ofrece?

Si el cliente expresa sus preferencias de una forma en la que no se identifica inmediatamente ningún producto como adecuado para recomendar, Petraki explica que probablemente seguirá un proceso bastante reiterativo. «Habrá que ver hasta qué punto el cliente está dispuesto a adaptar la forma en que expresa sus preferencias de sostenibilidad», apunta.

«Si adaptan esas preferencias, entonces este proceso reiterativo vuelve a empezar. Si no lo hacen, es prácticamente el final de la discusión. Creemos que es muy importante que los asesores registren y documenten todo, independientemente de cuál sea el resultado. Esperaríamos un enfoque específico en los casos en los que un cliente adapte sus preferencias», añade. 

¿Qué herramientas hay para los asesores?

Nathaële Rebondy, responsable de Sostenibilidad de Schroders en Europa, explica que una de las herramientas clave a disposición de los asesores para ayudarles a filtrar y elegir los productos pertinentes en función de las preferencias expresadas por sus clientes es la Plantilla Europea ESG (EET). En ella se reúnen todos los datos ESG útiles y necesarios para que los distribuidores puedan tener en cuenta los requisitos normativos y responder a ellos.

Aunque la EET es voluntaria, es probable que sea el principal medio a través del cual los “fabricantes” de productos puedan informar sobre las tres opciones de preferencia de sostenibilidad en sus productos. 

¿Cuáles son los retos de la aplicación?

Al observar el calendario del reglamento, Petraki identifica al menos cuatro problemas.

Las directrices definitivas sobre cómo realizar la evaluación de las preferencias de sostenibilidad estarán disponibles en el regulador a finales de año, es decir, un par de meses después de que los cambios entren en vigor a principios de agosto.

Las declaraciones detalladas reales para los productos artículo 8 y 9 que ayudarán a esta evaluación de las preferencias de sostenibilidad, aparecerán dentro de las plantillas de divulgación del Nivel 2 del SFDR que entran en vigor en enero de 2023.

La Taxonomía, que es una de las opciones clave para la evaluación de las preferencias de sostenibilidad, sigue en proceso.

Las empresas solo informarán de los datos no financieros necesarios, ya que el Reglamento sobre la Taxonomía solo se aplica actualmente a un pequeño número de empresas y la Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad (CSRD) no entrará en vigor antes de 2024.

¿La evaluación en torno a las preferencias debe centrarse en esas tres opciones?

Según Petraki, los reguladores fueron bastante explícitos cuando enmarcaron las preferencias de sostenibilidad, lo que significa que la evaluación real tendrá que girar en torno a esas tres opciones. «Creo que, en el contexto de intentar explicar el marco a los clientes, puede haber un debate más amplio en torno a la ASG, los diferentes enfoques de inversión y cómo pretenden lograr la sostenibilidad. Entender el enfoque de inversión es quizás más importante que entender los números individuales, porque los números aislados y fuera de contexto no te dirán mucho sobre cómo se gestiona un fondo», apunta.

«Yo tomaría la analogía de hojear el menú de un restaurante. La conversación podría ir en una dirección en la que se empieza explicando: «¿Qué suele ser un entrante? ¿Qué suele ser un plato principal? ¿Qué suele ser un postre?». No hace falta que vengas a explicar la receta exacta de cada plato, pero sí que expliques un poco cuál es el concepto de cada uno de esos grupos de platos y cuál es quizá su característica principal», explica Ottawa.

«¿Es un plato vegetariano? ¿Es algo con carne o es pescado? En un siguiente paso, tu cliente expresaría qué categoría de plato quiere y cuál es su preferencia de sabor particular. Y entonces tendrá que ver si tiene un plato que ofrecer de la categoría elegida. Entonces es de esperar que se inicie una conversación, que no se salga completamente de los requisitos regulatorios, porque no se empieza y se acaba sirviendo únicamente los platos que se tienen», aclara.

¿Ha capitulado el inversor minorista?

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El inversor retail, pequeño inversor o inversor minorista, entendido como el que opera con volúmenes bajos y que no corresponde a cuentas institucionales, suele tener unas pautas de comportamiento muy diferentes a las del resto del mercado. El año 2022 está siendo una muestra evidente de cómo la psicología del pequeño inversor va por libre.

«El folclore del mercado afirma que el mejor momento para comprar acciones es cuando los pequeños inversores son bajistas y que el mejor momento para vender es cuando los pequeños inversores son alcistas». Esta vieja frase, con décadas de antigüedad y que es puro behavioral finance, va totalmente en contra de la teoría del mercado eficiente desarrollada por el Premio Nobel de Economía Eugene Fama. A menudo funciona. ¿Y actualmente? ¿Están bajistas los pequeños inversores? ¿Les afectan las caídas de este año y las malas perspectivas económicas para estar más negativos?

La realidad es que el pequeño inversor todavía no ha capitulado, bien sea porque acumulaba grandes beneficios de años anteriores o porque la salud económica media de las familias es mucho mejor que a las puertas de crisis anteriores. El caso es que el pequeño inversor todavía no ha vendido sus posiciones ni ha mostrado desesperación o miedo. Por regla general, los mercados bajistas no hacen suelo hasta que el inversor retail capitula y es importante señalar que esto todavía no se ha visto. De hecho, aún se muestran confiados con entradas de flujos en renta variable. En otras ocasiones, el pequeño inversor ha empezado a vender cuando la economía flojeaba o se producía un evento muy negativo e inesperado, pero de momento, mientras la economía siga razonablemente fuerte, es de esperar que no se vea forzado a capitular.

Si nos centramos en la renta variable estadounidense, que es donde hoy en día mayor importancia tiene el inversor minorista, teniendo en cuenta el seguimiento de los flujos de pequeños inversores a través de compras directas de acciones, opciones sobre acciones y ETFs de renta variable, se observan muy pocas pruebas de que haya claudicado. De momento, el inversor minorista solo ha vendido unos 10.000 millones de dólares en acciones, lo que supone solo el 4% de lo que compró desde el COVID. Incluso, si normalizamos los datos al ritmo de compras anterior a la pandemia (pues estas se aceleraron durante la pandemia), la venta no alcanza el 10% de las compras realizadas. Nótese que tan solo se trata de ventas de acciones, especialmente de valores de los sectores de tecnología y salud, porque en lo que a ETFs se refiere, se siguen comprando de forma neta.

Para poner estos datos en contexto, es interesante compararlos con lo ocurrido en diciembre de 2018. En ese momento, el inversor retail capituló a final de año, cuando el S&P 500 entró en terreno negativo, y se vendieron 25.000 millones de dólares a lo largo de tres semanas. Esto se tradujo en ventas por el 35% de las compras que se habían realizado en los dos años anteriores, lo que nos demuestra que el minorista no tiene por qué vender toda su cartera, pero sí una parte proporcional mucho más alta de la que ha vendido hasta ahora. Esa observación podría ser un indicador útil para el período actual; es decir, los pequeños inversores no necesitan vender todo lo que compraron desde la aparición del coronavirus. No obstante, para hablar de que el mercado ha tocado suelo, deberíamos ver al menos un flujo de venta por parte del inversor minorista tres veces superior a lo que hemos visto hasta ahora.

Puede que esta capitulación de los pequeños inversores tarde más tiempo en llegar, ya que no hay un catalizador fuerte que les obligue a vender, aunque sí que tienen pérdidas con respecto a las compras que hicieron últimamente, al tiempo que las criptodivisas están sufriendo y esto podría provocar un efecto dominó en los flujos de los minoristas. Con todo, lo más razonable es pensar que la verdadera venta se irá produciendo a medida que la economía se ralentice y la inflación se mantenga alta, por lo que esta vez estará mucho más repartida en el tiempo. Este año habrá que armarse de paciencia.

Miguel Ángel Rico, Portfolio Manager en España de Creand Asset Management (Gesalcalá, SGIIC, SAU)

Guía de estrategias ESG para inversores en bonos municipales

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Los inversores en bonos municipales quieren aplicar cada vez más consideraciones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) a sus carteras. Pero, dado el amplio espectro de enfoques, saber por dónde empezar puede ser un reto. Hemos identificado tres estrategias clave para incorporar las consideraciones ESG a la inversión en bonos municipales, cada una de ellas con un enfoque distinto que atrae a diferentes objetivos de los inversores. A continuación, ofrecemos una guía para el inversor sobre la integración, la selección y la inversión de impacto en materia de ESG.

Integración: Medición de factores ESG en las carteras municipales

La integración ESG es el proceso de incorporar factores ESG en una cartera para medir su riesgo y su potencial de rendimiento con mayor precisión. Es un tema familiar en las carteras de renta variable y de bonos imponibles, pero todavía está evolucionando en el mercado municipal, donde los emisores superan en número a los emisores corporativos con grado de inversión de EE.UU. en una proporción de 4 a 1.

¿Por qué hacerlo? Porque los factores ESG pueden tener -y a menudo tienen- un impacto directo en los resultados de un emisor. De hecho, las infracciones relacionadas con los factores ESG pueden dar lugar a rebajas de la calificación, demandas judiciales y cargas financieras inminentes. Por el contrario, los emisores que obtienen una alta puntuación en las medidas ESG pueden representar un valor excepcional, ya que las fortalezas y debilidades relativas pueden no ser evidentes sin una lente ESG.

Los gestores que puedan discernir entre los rezagados y los líderes en ESG tendrán una ventaja en el mercado municipal, que por lo general aún no hace tales distinciones. Esto hace que la integración del ESG sea adecuada para todos los inversores en el mercado municipal. Desde las de corta a las de larga duración, desde las nacionales a las específicas de cada estado y desde las de alto grado a las de alto rendimiento, todas las estrategias de inversión municipal pueden beneficiarse de este escrutinio adicional.

Para eliminar a los posibles rezagados, los gestores deben plantearse preguntas difíciles. ¿Es segura el agua potable de esa ciudad (E)? ¿Cuál es la tasa de graduación de la escuela secundaria de la ciudad (S)? ¿Cuál es la intensidad de la parálisis política del gobierno local (G)? Estamos a favor de un modelo de puntuación, aplicado de forma coherente en todos los emisores, que califica los atributos en una escala de 1 a 10. Estas métricas se reducen a una puntuación final de ESG, que nos ayuda a discernir entre las emisiones de bonos infravaloradas y las inversiones potenciales cuyos riesgos ESG exagerados justifican un mayor rendimiento (Figura 1).

ESG Integration Compares Metrics Across Munis

La selección: Personalización según las preferencias del inversor

Algunos inversionistas municipales pueden querer aplicar la selección ESG para evitar emisores específicos basados en consideraciones y valores personales. Por ejemplo, algunos evitan las empresas de servicios públicos que dependen en gran medida del carbón para la generación de energía o los sistemas de salud con mala reputación; otros pueden dar prioridad a la calidad del aire, la equidad de ingresos o el empoderamiento de la mujer. Una estrategia de selección municipal puede personalizar las carteras en función de lo que más les importa a los inversores (Figura 2).

Examples of ESG Muni Screening, Which Is More Personalized

Al igual que en el caso de la integración, la selección ESG de bonos municipales comienza con el amplio universo de bonos municipales de 4 billones de dólares. Pero después de aplicar los criterios ESG, los gestores pueden eliminar los emisores con menor puntuación dentro de los temas seleccionados por el inversor.

Dada la amplitud del mercado de bonos municipales, este tipo de selección no es fácil. Pocos gestores han asumido el gran compromiso tecnológico necesario para recopilar los datos y filtrar las carteras en función de las consideraciones ESG deseadas por el cliente sin degradar otros factores clave de la cartera, como la calidad y el rendimiento (Figura 3). Pero para un gestor de bonos que esté debidamente equipado, el cribado y los enfoques más adecuados pueden ser otra muesca en el cinturón de herramientas de personalización.

Measuring ESG Doesn’t Have to Cost You

Impacto: mejorar los resultados de las comunidades desatendidas

La inversión de impacto apoya intencionadamente el progreso social y medioambiental centrándose en programas o proyectos con un propósito y unos resultados específicos. En este sentido, la inversión de impacto municipal puede aportar mejoras positivas a comunidades históricamente desatendidas. Por ello, es una opción natural para los inversores municipales que desean marcar una diferencia mensurable en el tratamiento de las desigualdades socioeconómicas.

La inversión de impacto municipal puede dirigirse a muchos objetivos importantes relacionados con los ESG, que van desde la mejora del suministro de agua y el transporte público hasta la eficiencia energética y el desarrollo económico. La Autoridad de Alcantarillado de Búfalo, por ejemplo, emitió un bono de 50 millones de dólares para financiar infraestructuras verdes y reducir la escorrentía de aguas residuales no tratadas en las vías fluviales cercanas. Asimismo, la medida de bonos KK de la ciudad de Oakland financia inversiones específicas en carreteras y otras infraestructuras en los barrios que más lo necesitan, junto con viviendas asequibles.

La mejora del acceso a la educación y la sanidad son también áreas de interés frecuente. Por ejemplo, la Universidad Gallaudet, la única universidad de artes liberales del mundo dedicada a los estudiantes sordos, con problemas de audición y sordociegos, emitió un bono de 40 millones de dólares para financiar mejoras en las instalaciones para optimizar aún más su entorno educativo. No muy lejos, el bono del Sistema de Salud de la Universidad de Virginia Occidental ayudará a pagar la ampliación de la asistencia a los residentes más vulnerables y en riesgo del estado, como los adolescentes adictos a los opioides o los adultos mayores que viven en zonas montañosas y rurales remotas.

Los resultados son tan importantes como la intencionalidad. Los inversores de impacto deben medir cómo se utiliza la recaudación de cada bono para alcanzar objetivos medioambientales o sociales, muchos de los cuales suelen coincidir. Los resultados que nos indican si el proyecto tiene éxito se miden de forma diferente según el sector o los temas ESG (Figura 4).

Tracking Muni Impact: Success Looks Different Across Focus Areas

La elección de un enfoque ESG para activos municipales depende de los objetivos del inversor

A medida que el ESG se convierte en una parte más importante de la inversión municipal, es importante discernir entre los muchos enfoques antes de lanzarse. El mercado municipal es muy amplio, y los bonos municipales -así como los emisores- ofrecen diferentes riesgos y recompensas en materia de ESG. Los inversores municipales que consideren cómo el ESG añade valor a sus carteras deben estudiar todas sus opciones en todo el espectro para saber qué estrategia se alinea mejor con lo que esperan conseguir.

Tribuna de Erin Bigley, senior investment strategist del equipo de Renta Fija de AB; Marc Uy, vicepresidente y gestor de carteras de los productos de impacto municipal de AB; Gavin Romm, vicepresidente senior y jefe de Soluciones SMA de Renta Fija de AB, y Larry Bellinger, vicepresidente sénior y director del Grupo de Investigación de Créditos Municipales en AllianceBernstein.