Todo es cuestión del momento

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Tras un primer semestre desastroso, y con el deterioro de la situación económica en los países desarrollados, la prudencia aconsejaría retirarse de los activos de riesgo a la espera de una tregua. Pero, ¿es siempre la prudencia el mejor consejero?

El momento es clave en los mercados de renta variable

Los temores a que las economías desarrolladas se encaminen a una recesión se han agravado últimamente, con el dato del PMI de actividad industrial estadounidense de 53 (56,1 en mayo), afectado por la disminución de los nuevos pedidos y del empleo. En cuanto a los mercados bursátiles, el S&P y los índices europeos se han dejado alrededor de un 20% en lo que va de año. Tras este importante descenso, la cuestión es si el mercado está remunerando el riesgo suficientemente ahora mismo.

En EE. UU., otorgamos un 40% de probabilidades a la recesión (30% de recesión leve, 10% de recesión grave) y un 60% de probabilidades a una desaceleración económica en los próximos doce meses. En caso de evitarse la recesión, creemos que el mercado tiene gran capacidad para recuperarse. Veamos la tendencia de los beneficios a doce meses.

Ya hemos señalado que los márgenes de beneficio estadounidenses son extraordinariamente altos y terminarán por reducirse. Sin embargo, creemos que estos ajustes serán más lentos de lo que los inversores esperan ahora mismo. En efecto, a largo plazo, la evolución de los resultados de las empresas que componen el S&P500 se ha visto impulsada principalmente por el sector de tecnología de la información. El sector tecnológico está ahora dominado por monopolios naturales, empresas que se benefician de los efectos de la red y de importantes economías de escala. El aumento de la regulación erosionará su control a lo largo del tiempo, pero es probable que el proceso sea lento.

También a largo plazo, la tendencia al alza de los márgenes de beneficio fuera del sector tecnológico no causa tanta impresión. A medida que la economía se ralentiza, los precios de las materias primas industriales y agrícolas caen, lo que permite a las empresas de sectores defensivos con fuertes márgenes brutos, como alimentación y bebidas, mantener unos niveles de márgenes razonables. Por otro lado, es verdad que las empresas de sectores con márgenes brutos bajos, como comercio minorista o materiales de construcción, se enfrentan a la doble dificultad de gestionar una limitada capacidad de fijación de precios y una probable disminución de los volúmenes.

Pese a todo, se espera una reducción de los márgenes de las empresas incluidas en el S&P500 estadounidense, aunque manteniéndose en niveles razonables durante los próximos doce meses.

En Europa, la caída del euro está contribuyendo claramente las exportaciones y limitará la disminución de las secuencias de beneficios en el segundo trimestre. Es más probable que ese descenso se note en el tercer trimestre. Pero aquí tampoco es seguro lo peor, ya que las empresas están confirmando ahora carteras de pedidos completas y una gran capacidad para ajustar sus precios para compensar en gran parte la inflación de los costes de producción. Cabe esperar que asistamos a posibles movimientos sociales y subidas salariales, pero los efectos no se notarán hasta más adelante o incluso en 2023. La situación en Ucrania sigue siendo el principal riesgo para Europa. El cese o la mayor reducción del suministro de gas puede cuestionar la evolución de las secuencias de beneficios corporativos.

En conclusión, en los mercados de renta variable vemos que las valoraciones empiezan a descontar los principales escenarios de tensión. Aunque aún es demasiado pronto para reposicionarse de forma sustancial, los niveles de entrada están cerca.

Aún es algo pronto para el crédito

Los diferenciales del high yield dan a entender que el mercado presupone una tasa de impagos de entre el 7%-8% en los próximos doce meses. La agencia de calificación Moody’s la sitúa en el 6% en el peor de los casos. En marzo de 2020, el mercado estimaba que alcanzaría un 12%. Por tanto, parte del riesgo está claramente en los precios.

Cabe señalar que la tasa de rendimiento absoluto supera actualmente 7,50%. Históricamente, a este nivel, las probabilidades de generar un rendimiento positivo en los próximos doce meses son de más de un 80%. Además, un tipo del 7,5% permite generar un carry suficiente para soportar una ampliación adicional del diferencial de unos 250 puntos básicos (pb), es decir, los niveles máximos registrados hace años.

En conclusión, creemos que el mercado del high yield debe capitular por última vez para que las últimas «manos débiles» (compradores oportunistas) sean sustituidas por inversores con una visión más estratégica. Entonces, se habrán alcanzado las primas de riesgo suficientes para estabilizarse y volver a los fundamentales sólidos.

Cerca de los niveles de entrada

En estos primeros días de julio, tenemos una perspectiva más constructiva. Los datos macroeconómicas no traen buenas noticias, pero la divergencia en la política monetaria y fiscal de China y Japón debería limitar la desaceleración del crecimiento mundial. Las empresas tienen una impresionante capacidad de resistencia. Pero lo que se pondrá a prueba será la capacidad de resistencia del consumidor. Aunque el ahorro sea abundante, las clases menos favorecidas y el conjunto más amplio de la población están sufriendo una fuerte erosión de su poder adquisitivo. ¿Revuelo o tormenta en el consumo? Es difícil saber.

Sea como fuere, nos acercamos a los niveles de entrada tanto en los mercados bursátiles como en los de high yield. Claro que los riesgos siguen estando presentes, pero la remuneración ya refleja en parte las numerosas incertidumbres. La escasa liquidez de los meses del verano puede provocar pequeños shocks en el mercado, que se aprovecharían para un mayor reposicionamiento.

Las empresas españolas apuestan por los proyectos en RSE, que aumentan en un 92% en 2020

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Deloitte y la Fundación SERES presentan su VIII Informe del Impacto Social de las empresas, un estudio que tiene como objetivo medir el progreso de la contribución de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) de las empresas españolas.

En esta edición, 71 empresas españolas, que representan más de 1.500.000 empleos y suponen el equivalente al 35% del PIB español, han respondido voluntariamente a una encuesta online referida a datos correspondientes al ejercicio 2020. Entre las empresas encuestadas se encuentran Acciona, BBVA, El Corte Inglés, Endesa, Gestamp, Iberdrola, IBM, Inditex, Mercadona, PWC y Randstad, entre otras.

El informe se estructura en torno a cinco ámbitos: capital persona, capital organizacional, capital relacional, capital económico y capital social.

Capital persona

La contribución de la RSE al capital persona evalúa el impacto de las actuaciones en la persona, como beneficiario directo e indirecto, en términos de atención de necesidades y desarrollo de capacidades y oportunidades. En 2020, se desarrollaron 24.869 proyectos por las empresas participantes, lo que supone un 92% más que en 2019. Asimismo, el informe analiza el volumen de proyectos gestionados por las compañías que destaca como “extensos”. El 44% de las empresas trabajan en más de 100 proyectos al año y el 23% en más de 300.

El incremento del volumen de proyectos también ha favorecido la mayor cobertura de los mismos en términos de beneficiarios. En este sentido, las empresas participantes han identificado 158 millones de beneficiarios en 2020, frente a los 57 millones de beneficiarios del 2019, lo que significa un incremento del 177%.

Capital organizacional

La contribución de la RSE al capital organizacional evalúa la evolución que se está produciendo en las organizaciones desde el punto de vista de sus prioridades, sus valores y su liderazgo en la asunción de la RSE. Mide el potencial y compromiso que las empresas están asumiendo y el motor de cambio que esto supone en los modelos empresariales. De acuerdo con el informe, 181.814 empleados, un 12% de la plantilla agregada total, participaron activamente en programas de RSE. En el 26% de las empresas la participación es mayor al 30%.

Asimismo, en el formulario del estudio se han incluido preguntas concretas sobre cómo están abordando las compañías los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En este sentido, el 90% de las empresas participantes afirman contemplar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en sus estrategias de RSE.

Los ODS más mencionados están directamente relacionados con las capacidades que las empresas tienen para contribuir a los cambios que ha demandado la sociedad durante el 2020: la salud y el bienestar (el 72% de las empresas), la educación de calidad (78%), la igualdad de género (75%), el trabajo decente y el crecimiento económico (92%), la acción por el clima (81%) y el desarrollo de alianzas mundiales (87%). *(ODS 3, 4, 5, 8, 13,17).

Capital relacional

En el marco de las actuaciones de RSE se construyen, desarrollan y fomentan relaciones con múltiples agentes, de diversos ámbitos (tejido asociativo, instituciones nacionales e internacionales, múltiples sectores de actividad, etc.). La construcción y afianzamiento de estas relaciones contribuyen a su vez a generar un entorno socioeconómico más cohesionado. En 2020, aumenta un 35% la red de entidades sociales con las que han colaborado las empresas participantes y se han llevado a cabo 32.631 colaboraciones con entidades sociales.

Al aumentar la concienciación sobre el bienestar social, el 2020 ha evidenciado un cambio en el mercado de capitales, impulsando la búsqueda de fuentes de financiación (bonos o préstamos) con un impacto positivo. En este contexto es clave la colaboración entre diferentes agentes que facilitan el flujo de capitales para generar impactos beneficiosos para la sociedad.

Así, por cada euro de gasto en RSE realizado por las propias empresas, se ha logrado captar un 10,2% de inversión adicional aportada por otros agentes (Administración Pública, entidades colaboradoras, etc.), tres puntos porcentuales más que en 2019. En conjunto, las empresas participantes han logrado captar 158 millones euros de inversión adicional a la propia para acometer proyectos de RSE, casi el doble que el año pasado.

Capital económico

La inversión en proyectos de RSE por parte de las empresas contribuye a la consecución de una sociedad económicamente próspera, con mayor calidad de vida y crecimiento económico de los territorios en los que se desarrollan. En 2020, las empresas e instituciones participantes han invertido más de 1.486 millones de euros en sus actuaciones de RSE. Esto supone una inversión media por empresa de 20,9 millones de euros en RSE, un 8% más que en 2019. El 54% de las empresas realizan una inversión media de hasta 30.000 euros por proyecto.

En el análisis según el esfuerzo presupuestario de las categorías de proyectos con más peso en las empresas, destaca que: el 76% de la inversión (980 millones de euros) se destina a proyectos orientados a promover los DDHH, el 24% de la inversión (322 millones de euros) tienen como objetivo promover niveles de vida adecuados y cerca de 3 millones de euros se destinaron a proyectos que mejoran la accesibilidad a la infraestructura económica básica.

Capital social

La contribución de los proyectos de RSE a la consecución de una sociedad mejor, más justa y equilibrada, con mayor calidad de vida, se concreta en la intensidad de la actividad RSE, la aportación a la sensibilización social, la difusión de buenas prácticas y la extensión de la cultura de Responsabilidad Social. Las 71 empresas participantes han llevado a cabo de manera agregada 24.869 proyectos durante 2020.

Entre los programas de RSE destacan aquellos orientados a la sensibilización de la sociedad y la difusión de buenas prácticas. En 2020, las empresas consultadas han realizado programas de RSE específicos cuya finalidad era comunicar y sensibilizar a la población, lo que supone un 3% más que en 2019. De manera adicional, un 72% de las empresas tiene a su disposición un plan para extender sus políticas de RSE a lo largo de su cadena de valor.

Sectores

En términos sectoriales, las empresas de finanzas destacan frente al resto de empresas por su actividad en materia de RSE. En este sentido, esta tipología de empresa presenta los datos más elevados en casi todos los parámetros siendo las empresas con mayor volumen de inversión total en RSE, mayor número de proyectos de RSE, y mayor volumen de empleados involucrados en voluntariado corporativo y en programas de RSE.

Seguidamente, también destacan las empresas de energía por generar un impacto en un alto número de beneficiarios de sus programas de RSE.

Por su parte, las empresas de telecomunicaciones presentan un alto volumen de empleados involucrados en programas de RSE, al igual que las empresas de tecnología.

En lo que respecta al resto de sectores analizados, las empresas de tecnología, alimentación y bebidas, las de bienes de consumo, utilities, industriales y de salud, presentan una actividad en materia de RSE más comedida

Impacto social del COVID-19

Cabe mencionar el impacto del COVID-19 en el desarrollo de proyectos de RSE. El 89% de las empresas han desarrollado proyectos contra el COVID-19 durante el 2020. Así, las empresas analizadas han realizado un total de 1.775 proyectos contra el COVID-19.

Estos proyectos se han desarrollado en diferentes ámbitos. El 61% de estos proyectos estaban vinculados específicamente al COVID-19 en el ámbito de la salud y el bienestar social, mientras que el 13% estaban vinculados al ámbito educativo y el 12% vinculados a la integración laboral y el empleo.

En esta línea, durante la pandemia en 2020, se han identificado más de 15 millones de beneficiarios de las actuaciones de RSE vinculadas al COVID-19 llevadas a cabo por las empresas participantes. En cuanto a voluntariado promovido por las empresas, 16.576 empleados han participado en iniciativas contra el COVID-19. Esta participación se ha reflejado en un total de 153.174 horas de voluntariado corporativo, un 49% más que el año pasado.

Finalmente, en lo referido a los proyectos específicamente vinculados al COVID-19, las empresas analizadas han invertido un total de 638 millones de euros durante la emergencia sanitaria en 2020.

¿Dónde llegará primero el pico de la inflación? Señales a las que deben prestar atención los inversores en renta variable

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El aumento de la inflación ha dominado la narrativa para los inversores de renta variable en 2022. Pero los precios acabarán alcanzando su punto máximo. Es probable que el aumento de los inventarios provoque una deflación de los precios de los bienes, lo que afectará a la rentabilidad de las empresas y a las valoraciones de las acciones.

Después de que los consumidores hayan tenido dificultades para encontrar bienes que comprar durante los dos últimos años, la marea está cambiando. El mundo está a punto de inundarse de existencias de las que las empresas tendrán dificultades para deshacerse. Muchas se verán obligadas a bajar los precios. A medida que el proceso se desarrolla, las fuerzas deflacionarias podrían aliviar la presión sobre los múltiplos de las acciones, al tiempo que pondrían a algunas empresas que venden bienes en riesgo de una dramática disminución de los márgenes. Es el momento de considerar las implicaciones de la inversión en las áreas que pueden ver el pico de la inflación primero.

El mercado de automóviles nuevos está a punto de normalizarse

El negocio del automóvil en EE.UU. es un buen ejemplo de lo que podría ocurrir. Durante años, la compra de un coche era una negociación que solía dar lugar a que el consumidor obtuviera un descuento sobre el precio de venta sugerido por el fabricante (MSRP). Antes de la pandemia, ese descuento se situaba en torno al 5% (gráfica). Pero la escasez de chips informáticos, los cierres de COVID y la guerra de Ucrania se han combinado para crear amplios cuellos de botella en la cadena de suministro que han limitado la producción de automóviles a nivel mundial.

El análisis actual no garantiza resultados futuros.

Los concesionarios se han reído hasta el final. Con la ventaja en las negociaciones, los concesionarios han disfrutado de precios de venta medios que superan el 102% del precio de venta al público en el último año. Sí, has leído bien: los concesionarios están obteniendo más de lo que piden debido al inventario limitado y a los «ajustes de mercado». En otras palabras, el mismo coche cuesta al consumidor un 7% más de lo habitual. Esta tendencia ha contribuido a la inflación, mientras que los concesionarios han disfrutado de unos magníficos márgenes de beneficio por los coches que podían conseguir.

Pero, ¿qué ocurrirá cuando nos encontremos al otro lado de esta crisis de la oferta? Lo más probable es que los precios de venta vuelvan a descender a un descuento sobre el precio de venta al público y que los márgenes de los concesionarios se reduzcan. El negocio de los coches nuevos es un excelente ejemplo de cómo los bienes están a punto de volverse deflacionarios y de la posible reducción de los beneficios de ciertos actores.

El aumento de los inventarios señala la caída de los precios

Las presiones a la baja de los precios están empezando a aparecer en la industria del automóvil, aunque los inventarios siguen siendo bajos. Más allá de la industria del automóvil, las medidas generales de los niveles de inventario apuntan a otra dinámica que puede desencadenar la deflación en otras industrias. En 2021, los problemas de la cadena de suministro provocaron una importante reducción de los inventarios al por mayor y al por menor (gráfica). Pero en la actualidad, los niveles de inventario se han recuperado hasta superar ampliamente los niveles anteriores a la pandemia, en áreas que van desde los equipos de jardinería hasta los electrodomésticos. Y esta realidad está chocando de frente con los cambios en las pautas de gasto de los consumidores.

Los resultados pasados no garantizan los resultados futuros.

Durante gran parte de los dos últimos años, los consumidores se centraron en la compra de bienes porque estaban atrapados en casa. Pero hoy, el consumidor se ve arrastrado en dos direcciones: las necesidades como la comida, la gasolina, el alquiler y los servicios públicos están experimentando una inflación significativa, mientras que el precio de las experiencias, como las vacaciones, también está aumentando. Por tanto, el gasto se centra cada vez más en estos dos extremos, mientras que la demanda de las «cosas» del medio (es decir, los bienes) está cayendo bruscamente justo cuando los inventarios se están disparando.

¿Cómo se verán afectadas las existencias?

Estas tendencias en los inventarios y la demanda sugieren que la inflación de los bienes debería ralentizarse sustancialmente durante el próximo año. Aunque es difícil hacer una valoración definitiva de la inflación global -especialmente porque el componente de los servicios es mayor que el de los bienes-, no cabe duda de que la inflación está disminuyendo. Y si eso ocurre, la Reserva Federal podría suavizar sus agresivas subidas de tipos de interés. Esto, a su vez, ayudaría a aliviar la presión que hemos visto en los múltiplos de precio/beneficio de las acciones durante la mayor parte de este año, en nuestra opinión.

Estas son las buenas noticias para las acciones. Pero, por otro lado, podríamos ver que los perfiles de los márgenes de beneficios de las empresas divergen significativamente.

Consideremos el negocio minorista estadounidense como ejemplo de algunas de las corrientes cruzadas. Muchos minoristas vendieron la mayor parte de su mercancía a precio completo durante los dos últimos años. Esto impulsó los márgenes por encima de los niveles históricos e impulsó los niveles de ventas. Si nos dirigimos hacia una desaceleración de las ventas, con descuentos que conduzcan a márgenes más bajos, las revisiones negativas de los beneficios podrían generalizarse.

Aunque este escenario parece funesto, siempre se pueden encontrar ganadores. Por ejemplo, los minoristas de precio reducido podrían beneficiarse de este entorno, ya que consiguen sus mejores ofertas -y sus mayores márgenes- cuando los minoristas tradicionales tienen que deshacerse del exceso de mercancía. La leyenda del comercio minorista estadounidense Mickey Drexler resumió bien el entorno actual cuando dijo recientemente: «Nunca he visto -aunque quizá no lo recuerde- tantos descuentos con tanta mercancía con altos porcentajes de rebaja».

En este entorno, los inversores en renta variable estadounidense deben ser cada vez más selectivos y exigentes. Creemos que las empresas que se benefician de las tendencias de crecimiento secular y cuentan con equipos de gestión de calidad, un fuerte poder de fijación de precios y márgenes estables o crecientes deberían ser recompensadas a medida que el negocio vuelva a las normas anteriores a la crisis. Mientras tanto, los inversores deben ser cautelosos con las empresas que experimentaron un viento de cola insostenible de la COVID; estos efectos podrían revertirse de forma dolorosa e inesperada.

La famosa frase de Warren Buffett «sólo cuando baja la marea te das cuenta de quién ha estado nadando desnudo» resume perfectamente nuestras expectativas para la temporada de resultados del segundo trimestre y las correspondientes previsiones de beneficios del segundo semestre. Teniendo en cuenta lo que estamos viendo, al menos los trajes de baño estarán a la venta.

Tribuna de James T. Tierney, Jr., director de Inversiones de Concentrated US Growth en AllianceBernstein

Los inversores apuestan por la vivienda para combatir la inflación

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No es ningún secreto que la inflación ha generado una gran incertidumbre económica. El sector inmobiliario, como uno de los principales motores económicos de España, también se ha visto directamente afectado y se ha convertido en un activo refugio para las carteras de inversión. Algunas de las estrategias que auguran una buena rentabilidad son la compra, reforma y venta del activo en un periodo de tiempo muy corto o la compra parar su posterior alquiler.

Iñaki Unsain, personal shopper inmobiliario y presidente de la Asociación Española de Personal Shopper Inmobiliario (AEPSI), asegura que algunos inversores que tienen liquidez en entidades financieras se decantan por comprar vivienda y alquilarla, para evitar que su dinero pierda valor debido a la inflación”. A ojos del PSI, el hecho de que la demanda de alquiler sea muy elevada provocará que se trate de un activo refugio y su rentabilidad se sitúe en torno a 6%.

No obstante, se debe tener en cuenta que la demanda podría reducirse hasta un 20% debido a la subida de tipos de interés. Unsain destaca que “hay compradores que no pueden asumir el esfuerzo de pedir una hipoteca a consecuencia de la subida del Euribor y el endurecimiento de las condiciones de las entidades bancarias”. Por lo tanto, las dificultades para acceder a la financiación provocarían una paralización de las compras.

Previsiones del mercado inmobiliario

Ante las cuestiones que han surgido en relación con el impacto económico de la inflación, es probable que muchos de los inversores esperen a que la situación mejore en 2023. Sin embargo, el presidente de AEPSI aconseja invertir ahora.

“Pese a la inflación, en el primer semestre del año se han cerrado muchas operaciones debido a una demanda que se había mostrado expectante y prudente ante la pandemia. En 2023 no se seguirá el mismo patrón teniendo en cuenta la subida de los tipos de interés, aunque aún es pronto para afirmarlo con certeza”, explica Iñaki Unsain.

La automatización en la banca minorista podría reducir en un 42% el tiempo de todos los procesos bancarios antes de 2024

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Según el último estudio de la consultora estratégica Bain & Company, la automatización aumentará los beneficios de los bancos de forma considerable. Además, está generando de media una reducción del 26% del tiempo de trabajo en todos los procesos bancarios: créditos hipotecarios, tarjetas de crédito, financiación al consumo y actividades bancarias diarias.

No obstante, Bain & Company prevé que esta cifra aumentará en los próximos dos años, donde se alcanzaría una reducción promedio del 42%. Ésta sería más alta en los procesos relacionados con las tarjetas de crédito, que experimentarían un ahorro de tiempo de trabajo del 47%.

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La automatización mejora el rendimiento de varias maneras según la encuesta realizada por Bain & Company. En el gráfico puede verse el porcentaje de encuestados que citan los siguientes beneficios de la automatización en el sector bancario: mejora de la calidad y precisión del servicio (45%); mayor rapidez en la toma de decisiones (42%); aumento de la estandarización de los procesos (41%); ahorro de costes indirectos (38%); mejores controles financieros y menor riesgo (37%); liberar al personal para que realice un trabajo de mayor valor (36%); aumento de la satisfacción de los empleados (33%) y mayor visibilidad de los procesos de principio a fin (29%).

Asimismo, la brecha entre las compañías pioneras en la automatización (automatización representa más del 20% de su presupuesto de tecnología) y las rezagadas (automatización representa menos del 5% de su presupuesto de tecnología) aumentará con el tiempo. Por ejemplo, las compañías pioneras y con mayor inversión en automatización podrán procesar digitalmente 3,2 hipotecas, mientras las empresas más rezagadas harán una hipoteca. Del mismo modo, para las compañías pioneras las horas necesarias para gestionar la apertura de una cuenta corriente no pasarían de 39 versus las 100 horas que serían necesarias para las compañías más rezagadas en automatización.

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Fuente: Bain Automation FS Pathfinder Survey 2021 (banking n=404)

Bain & Company recomienda centrarse en los puntos en los que la automatización tendrá el mayor impacto (ver gráfico por categorías).

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Según Bain & Company, una de cada tres compañías no logra alcanzar sus objetivos de ahorro de costes con la automatización, debido en gran parte a que adoptan un enfoque parcial o muy gradual, en lugar de un enfoque programático. Según la consultora, para tener éxito con la automatización del sector bancario se requiere una minuciosa coordinación de varios elementos:

  1. Definir una robusta cartera de actividades a automatizar, centrada en la automatización de una proporción importante de un conjunto definido de tareas.
  2. Un enfoque programático para rediseñar los puestos de trabajo una vez que se produce la automatización, con el fin de liberar capacidad.
  3. Una política de gobierno corporativo clara con objetivos y plazos específicos, con responsables encargados de la correcta implantación de la tecnología y la gestión del cambio.
  4. Incentivos vinculados a los objetivos de automatización, recompensando las habilidades y la innovación que repercuten en el resultado final.

Alberto Hijosa, socio asociado de Bain & Company de la práctica de Tecnología en Madrid, opina que “para que la promesa de la automatización se cumpla en términos de eficiencia, es muy importante tener una estrategia clara para el apagado y la consolidación de aplicaciones, así como la reasignación del personal a otras tareas de mayor valor añadido. La demora en la ejecución de dicha estrategia puede llevar al efecto contrario al deseado, por vía de la duplicidad de sistemas y el aumento de la complejidad”.

BBVA Research rebaja sus previsiones de crecimiento en España para 2023 desde el 3,3% al 1,8%

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El servicio de estudios de BBVA ha revisado a la baja sus previsiones de crecimiento del PIB español para 2023, desde el 3,3% al 1,8%, aunque mantiene la previsión de crecimiento para 2022 en el 4,1%. Las razones incluyen la escasez de algunas materias primas, el incremento en su precio y la reciente traslación que se ha observado de este aumento en los costes de producción hacia la inflación, así como el esperado repunte en la carga financiera de empresas y familias a medida que el Banco Central Europeo (BCE) avance en la retirada de estímulos monetarios, tal y como indica el último informe ‘Situación España’, presentado por Jorge Sicilia, director de BBVA Research y economista jefe de BBVA; Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico; y Miguel Cardoso, economista jefe para España.

El crecimiento del PIB de España se ha desacelerado durante los primeros seis meses de 2022 con respecto a la segunda mitad de 2021. De esta manera, el avance del PIB en el primer trimestre de 2022 fue de un +0,2% trimestral y podría haber sido de un +0,6% en el segundo trimestre (según estimaciones de BBVA Research), considerablemente por debajo del +2,6% y +2,2% trimestral del tercer y cuarto trimestre del año pasado, respectivamente. Entre los componentes de la demanda, la desaceleración ha sido generalizada, aunque destaca la caída del consumo de los hogares. En todo caso, la ralentización en la parte central del año será menor de la que se esperaba hace tres meses, lo que compensará, parcialmente, algunos de los vientos de cara que se avistan. Adicionalmente, las interrupciones en las cadenas de valor a nivel mundial continúan limitando la oferta de ciertos bienes como los automóviles, cuyas ventas han caído hasta un 50% desde 2019.

Según BBVA Research, el gasto de las familias se ha visto negativamente afectado por el incremento en el precio de materias primas y bienes intermedios, y particularmente del combustible y la electricidad. Además, ha aumentado la probabilidad de un escenario de escasez de gas en Europa, lo que ha llevado a continuas revisiones en las perspectivas sobre su coste. La nueva revisión al alza en el precio del gas podría restar entre 0,1 punto porcentual y 0,2 puntos adicionales al crecimiento del PIB en 2023. A esto se ha sumado, tras un período de contención entre 2020 y finales del 2021, un mayor traspaso del repunte en los costes de producción a los precios finales, al percibir las empresas que el encarecimiento de los insumos sería más duradero del inicialmente esperado. En consecuencia, la inflación continúa sorprendiendo al alza, y ha dejado de estar limitada a unos cuantos componentes del IPC. La subyacente, que incluye el 82% de la cesta de bienes y servicios de los hogares, podría subir aún más y promediar casi un 6% durante el segundo semestre del año.

Por otra parte, los hogares no están utilizando al ritmo previsto la riqueza acumulada durante el confinamiento para consumir. El ahorro, como porcentaje de la renta disponible, se mantiene alrededor de su promedio histórico. En este sentido es posible que la incertidumbre sobre la evolución de la economía y el incremento de la inflación acaben haciendo que los hogares retrasen algunas decisiones o incluso se incentive la inversión en vivienda como refugio.

Los expertos de BBVA Research hacen especial mención en su informe al bajo crecimiento de la productividad por trabajador. Los últimos meses, la afiliación a la Seguridad Social avanza a ritmos que en otras ocasiones han implicado tasas de crecimiento del PIB mayores. Esto puede ser una consecuencia directa de la mayor creación de empleo en determinadas actividades del sector servicios y del nivel en el que se encuentra la tasa de paro, la más reducida desde septiembre de 2008. Por otro lado, el efecto de la reforma laboral, que ha supuesto un incremento del porcentaje de contratos fijos discontinuos, puede estar manteniendo la creación de empleo pero con una menor intensidad de horas trabajadas.

Factores positivos

A pesar de la revisión a la baja del crecimiento esperado del PIB para 2023, los economistas de BBVA Research sostienen que por el momento la recuperación se mantiene y la inercia es positiva de cara al tercer trimestre de este año. Esperan que la desaceleración de la actividad sea acotada y de corta duración, gracias a diversos factores.

En primer lugar, la riqueza acumulada durante el confinamiento podría sostener el consumo durante los próximos trimestres pese a los riesgos que rodean a la economía y ayudaría a suavizar el impacto de varios de los elementos negativos descritos previamente, o bien destinarse a la compra de vivienda. En segundo lugar, la ejecución de los fondos Next Generation EU (NGEU) podría acelerarse durante los próximos trimestres. 

Por último, los efectos positivos de la reforma laboral podrían ayudar a sostener la evolución del consumo, particularmente de los más jóvenes, además de favorecer la productividad. Los datos de contratación apuntan a que los cambios en la regulación están reduciendo el peso de la temporalidad, especialmente entre los menores de 25 años. La mayor seguridad en el empleo podría reducir el ahorro precautorio entre este tipo de trabajadores o incrementar su disposición a endeudarse. Además, una relación laboral más estable podría aumentar los incentivos a invertir en el capital humano de las personas contratadas.

El principal riesgo hacia delante es ahora la inflación

BBVA Research prevé que la variación en el IPC se mantenga elevada, alcanzando casi un 8% en promedio durante 2022 y un 3% en 2023. Más preocupante aún puede ser la tendencia de la subyacente, que podría alcanzar el 5% en promedio este año y el 4% el siguiente. Distintos indicadores muestran que la variación en los precios de la mayor parte de los bienes y servicios ha continuado aumentando o se ha estabilizado en niveles elevados. La evolución hacia delante dependerá de varios factores en los mercados internacionales, como el impacto de la invasión de Ucrania sobre el precio de las materias primas o la continuación de problemas en las cadenas de suministro. Sin embargo, será determinante el efecto que pueda tener el comportamiento de los márgenes empresariales, el resultado de la negociación colectiva y el impacto de las políticas públicas. En este sentido, es necesaria la toma de decisiones que ayuden a distribuir los costes de manera equitativa y a evitar que la inflación se enquiste, lo que aumentaría el riesgo de recesión.

BBVA Research explica en su informe que el aumento en las expectativas de inflación ha tenido consecuencias en las perspectivas sobre los tipos de interés. De cumplirse sus previsiones, los tipos de política monetaria en EE.UU. y en la eurozona podrían terminar el año 325 y 125 puntos básicos por encima de sus niveles de final de 2021 (hasta alcanzar los 350 pb y 125 pb, respectivamente). En este sentido, se podría incrementar la carga financiera de hogares y empresas, y reducir los recursos disponibles para consumo e inversión. Las estimaciones de BBVA Research apuntan a un impacto negativo directo de siete y tres décimas sobre el crecimiento económico de España en 2022 y 2023 respectivamente. Además, la menor demanda europea recortará el avance de las exportaciones y, por tanto, de la actividad de la economía española (-0,8 puntos para el conjunto del bienio).

Mejor preparada que antes

En todo caso, el informe ‘Situación España’ señala que el incremento en los tipos de interés encuentra a la economía española mejor preparada que en períodos recesivos anteriores. La deuda de familias y empresas se ha reducido con intensidad en los últimos años, y actualmente está en niveles similares a los del resto de países de la eurozona. Adicionalmente, el sector privado ha acumulado activos que pueden ayudar a suavizar el impacto de una mayor carga financiera. Más vulnerable puede ser la situación del sector público, con umbrales de endeudamiento elevados.

Los expertos de BBVA Research incluyen en su informe una primera valoración sobre las medidas anunciadas por el gobierno en el último Debate del Estado de la Nación, todas ellas presentadas como transitorias. La gratuidad temporal de algunos transportes públicos es una medida que ayudará a aliviar el coste de la inflación y a reducir la demanda de energía, y es más selectiva que el subsidio al combustible. Parece una oportunidad perdida no haber eliminado este apoyo al consumo de energía no renovable y utilizar los recursos para incrementar el soporte a hogares, autónomos y empresas particularmente afectados por el incremento en el precio de la gasolina y la electricidad.

Respecto al anuncio de impuestos sectoriales, BBVA Research considera que no tiene sentido penalizar a sectores específicos, como el sistema bancario, que no genera externalidades negativas en el resto de la economía, sino todo lo contrario: facilita la asignación de recursos productivos a los sectores más dinámicos y de mayor crecimiento.

Por último, BBVA Research señala que la incertidumbre sobre la política económica se irá incrementando conforme se acerquen las elecciones municipales y autonómicas del próximo año. España tiene todavía por delante una agenda de reformas que cumplir para continuar accediendo a los fondos NGEU y, probablemente, junto con la importancia de un plan fiscal a largo plazo, para recibir el apoyo del BCE en los mercados de deuda. Las medidas implementadas para reducir el impacto del encarecimiento del combustible y de la electricidad pueden tener que persistir en el tiempo, dado que se espera que el coste de la gasolina y del gas se mantengan elevados al menos durante el próximo año.

Bonos de infraestructuras: cinco claves para el futuro

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Desde la financiación de puentes hasta la de la banda ancha, la deuda de infraestructuras es una clase de activo en expansión que tiene mucho por ofrecer a los inversores. Además de su prima de iliquidez, la deuda de infraestructuras ofrece oportunidades de diversificación para la cartera y un método tangible de impulsar las economías y mejorar la sociedad.

Las perspectivas a largo plazo son positivas. La inversión en infraestructuras a nivel internacional debe alcanzar los 94 billones de dólares en 2040 para seguir el ritmo del crecimiento económico y cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, según las previsiones del Global Infrastructure Hub del G20. Para aprovechar las oportunidades que ofrece la deuda de infraestructuras, recomendamos prestar atención a cinco temas clave.

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La subida de los tipos de interés

En los últimos años, los emisores se han beneficiado de los bajos tipos de interés para incrementar el apalancamiento. Las subidas de tipos podrían suponer un desafío para muchas empresas, incluidas las del sector de las infraestructuras, ya que deberán refinanciar su deuda en un contexto con tipos de interés mucho más elevados.

Ante esa situación: ¿podrán pagar la deuda sin perder su estatus de grado de inversión? Pese a la subida de tipos, seguimos en un contexto de bajos rendimientos. Con estas condiciones, la deuda de infraestructuras puede ofrecer rendimientos atractivos para los inversores que tienen la mentalidad de “comprar y mantener”.  

Recuperación gradual

El tráfico de pasajeros quedó prácticamente paralizado a causa del estallido de la pandemia, lo que afectó notablemente a la infraestructura de transporte. Muchos aeropuertos, carreteras de peaje y otros “activos esenciales” dejaron de contar con los flujos de caja necesarios para seguir pagando su deuda. En algunos casos, fue necesaria la intervención de los accionistas; en otros, las empresas tuvieron que negociar la ampliación de las líneas de liquidez o recurrir a líneas de crédito para sortear la situación. Por ello, la posición de liquidez de estos activos es un factor clave. Es importante ver cada sector de forma individual: en los aeropuertos, según nuestros cálculos, el impacto de la pandemia seguirá percibiéndose durante tres años más, mientras que el tráfico por carretera ya se ha recuperado, por ejemplo.

Transformación sostenible

Con los años, el sector ha protagonizado grandes avances en materia ASG. Los inversores que apuestan por la sostenibilidad deberían optar por inversiones que promuevan la transformación integral de la empresa. Consideramos que hay oportunidades especialmente interesantes en el área de las tecnologías energéticas emergentes, como las baterías, el hidrógeno y los biocombustibles, ya que permiten que las empresas inviertan en áreas nuevas y, con ello, reduzcan sus emisiones de CO2. Dichas inversiones suelen financiarse a través de deuda con el fin de optimizar la rentabilidad sobre los recursos propios.

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Cambios regulatorios

Los bonos de infraestructuras se están viendo afectados por un aumento de la regulación, sobre todo en áreas vinculadas con la sostenibilidad y el cambio climático. Los inversores en deuda de infraestructuras pueden desempeñar un papel fundamental a la hora de alcanzar la neutralidad de carbono. Sin embargo, en las empresas no cotizadas no siempre resulta sencillo acceder a información sobre ESG, lo que supone un riesgo. Además, muchos sectores aún no han definido metodologías, directrices de presentación de informes y métricas comunes, lo que dificulta la evaluación de los avances. Todo esto provoca que los inversores tengan que dedicar mucho tiempo y recursos a recopilar información sobre áreas como las emisiones de gases de efecto invernadero o el cumplimiento de lo dispuesto en la taxonomía de la UE.

La esfera digital

En el sector de las infraestructuras, los activos digitales (como las redes de fibra óptica y los centros de datos) están más demandados que nunca. La pandemia puso de manifiesto las deficiencias en la infraestructura digital. En Alemania y Reino Unido, por ejemplo, la fibra óptica solo representa el 6 % de la banda ancha fija total, según la OCDE.    

Para los inversores, este segmento presenta oportunidades muy interesantes, pero también riesgos. Por ello, los inversores a largo plazo deben analizar con detalle los activos en los que van a invertir para garantizar que cuentan con la capacidad para responder con rapidez a los cambios en las condiciones del mercado.

 

Tribuna elaborada por Claus Fintzen, director de Inversiones y responsable de Deuda de Infraestructuras en Allianz Global Investors.

 

El 80% de los empleados de BBVA se ha formado en sostenibilidad

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El 80% de la plantilla de BBVA (87.000 empleados) ha recibido formación en sostenibilidad, en concreto en materia de acción climática y crecimiento inclusivo, los dos focos de su estrategia sostenible. Se ha dedicado una media de tres horas por persona a dicha formación.

BBVA considera la sostenibilidad como una capacidad estratégica necesaria para afrontar los retos a los que se enfrenta la sociedad. Por ello, la entidad imparte conocimientos generales a toda la plantilla en esta materia, y ha desplegado diferentes itinerarios formativos concretos y certificaciones específicas para ampliar estos conocimientos en los puestos que lo requieran.

Para el responsable global de Sostenibilidad de BBVA, Javier Rodríguez Soler, la preparación en este ámbito es esencial pero es necesario seguir trabajando e invirtiendo en este tipo de conocimientos. «Esto es una carrera constante, todavía hay que innovar, hay que seguir aprendiendo. Los cambios tecnológicos e innovaciones que está experimentando el mercado son constantes, y, por tanto, tenemos que preparar a nuestros empleados para ello”, ha manifestado.

Además, en 2021 el Grupo creó la nueva área global de Sostenibilidad como área de negocio que reporta directamente al presidente y al consejero delegado de la entidad. “Con esta organización tratamos de asegurar que la sostenibilidad está en todos los rincones y en el ADN del banco”, destaca Rodríguez Soler.

“BBVA cuenta con equipos de todas las áreas del banco y de todos los negocios que se están formando y avanzando en sostenibilidad”, añade. “Cada vez son más las personas que tienen una labor en Riesgos, Negocio o Cumplimiento, -por citar solo algunos ejemplos-  donde la sostenibilidad supone un aspecto importante de su actividad”.

El pasado curso, BBVA implementó un plan de ‘reskilling’ (The Camp) para toda la plantilla con el objetivo de impulsar el desarrollo de las capacidades del «futuro». Apoyado en expertos de BBVA y en  instituciones educativas de reconocido prestigio, como las universidades de Oxford, Cambridge o Yale, ha desarrollado diferentes planes formativos adaptados a estas necesidades.

En concreto, el itinerario sobre sostenibilidad consta de tres niveles de conocimiento (general, avanzado y experto) con foco en los dos ejes de la nueva estrategia de sostenibilidad: la acción climática y el crecimiento inclusivo. Este ecosistema de aprendizaje, enmarcado dentro del modelo de formación del Grupo, Campus BBVA, se estructura teniendo en cuenta las necesidades de acuerdo al rol del empleado, el área y los niveles de partida y objetivo.

La sostenibilidad es una de las prioridades estratégicas de BBVA, percibida como el mayor reto al que se enfrenta la humanidad y, al mismo tiempo, la mayor oportunidad de negocio. Ante las nuevas oportunidades que ofrece, el responsable global del área de sostenibilidad, “anima a los empleados a que se preparen para aprovecharlas para poder seguir asesorando a nuestros clientes en este camino”.

Los bonos verdes, sociales y sostenibles: sensibles a los tipos de interés y alineados a la taxonomía

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MainStreet Partners, empresa especializada desde el 2008 en la consultoría ASG y el análisis de carteras, especialmente en inversiones sostenibles y de impacto, ha elaborado un informe acerca del mercado de bonos verdes, sociales y sostenibles (“GSS” por sus siglas en ingles). El informe analiza el papel actual y futuro del mercado de bonos GSS para poder lograr los objetivos ambientales y sociales del largo plazo.

El informe ofrece una visión clara y concisa del desafiante escenario planteado por las subidas de tipos de interés. Así, entre las conclusiones, los bonos verdes, y los fondos de bonos verdes, son particularmente sensibles a cambios en el tipo de interés y ello podría dar una explicación a la volatilidad del mercado en el primer cuarto de 2022.

Además, según el análisis de MainStreet Partners, en más de 2 billones de bonos GSS los bonos verdes, de media, demuestran una alineación a la taxonomía europea del 64%, con proyectos relacionados a la energía renovable demostrando la alineación más alta (77%).

En el segundo informe GSS Bond Market Trends, MainStreet Partners, con más de diez años de experiencia en el mercado de deuda sostenibles, ofrece su perspectiva actual de las dinámicas que afectan a empresas y gobiernos cuando intentan levantar capital en el mercado de renta fija.

España, Italia y Reino Unido

También describe las principales tendencias de algunas de las principales regiones de desarrollo de los bonos GSS: Italia, España y el Reino Unido.

Sobre España, dice que el mercado español de bonos GSS ha crecido en línea con el mercado global en 2021, marcando una subida del 90% en las emisiones anuales, gracias en parte al primer bono soberano en octubre de 2021. Los bancos y las comunidades autónomas se encuentran entre los emisores más comunes, y tienden a preferir la etiqueta verde sobre las emisiones sociales o ligadas a la sostenibilidad.

En Italia, la emisión de deuda GSS creció a un ritmo del 400% en 2021. El clima sigue siendo el principal foco, mientras que las empresas energéticas representan el principal perfil de emisor en el mercado. La energía renovable sigue siendo el tipo de proyecto mas financiado por los bonos GSS italianos. El país es, a día de hoy, el principal mercado de bonos “ligados a la sostenibilidad”.

El Reino Unido fue el país que más crecimiento demostró en las emisiones anuales de bonos GSS en 2021. El sector privado fue el principal motor del crecimiento de las emisiones. El gobierno y entidades afiliades al gobierno solo pueden contar con tres bonos verdes (grandes) en 2021. Mientras que el 70% de los bonos GSS financiaron proyectos verdes en 2021, a diferencia de la mayoría de las regiones, las categorías de proyectos sociales financiadas más comunes fueron relacionados a la educación y la salud (53% del total).

Pietro Sette, Research Associate en MainStreet Partners, comenta acerca de las conclusiones del informe: “A pesar de los desafíos de las cadenas de suministro mundiales y el endurecimiento de las políticas monetarias, el mercado de bonos GSS se beneficiará, hoy más que nunca, de tendencias a largo plazo como la regulación y el creciente apetito por inversiones ‘dark green’. Los bonos verdes, y en especia aquellos que invierten en energía renovable, han demostrado un alto grado de alineación con la Taxonomia. Confiamos en que esto influirá en estrategias de inversión que quieran».

Los bonos ligados a la sostenibilidad (“SLBs” por sus siglas en inglés) también son una importante etiqueta y empujan a mejorar el perfil ASG de los emisores de bonos. A pesar de la turbulencia en el mercado, las SLBs son el único tipo de bono GSS que ha visto como su emisión ha crecido comparado con el año pasado.

Desde 2010, MainStreet Partners ha creado una base de datos de bonos GSS que ofrece un conjunto de herramientas para que los inversores puedan medir y manejar riesgos ESG.

ABANCA analiza las estrategias de sostenibilidad en el ámbito financiero y empresarial en la III Jornada de Finanzas Sostenibles

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ABANCA ha celebrado en Santiago de Compostela la ‘III Jornada de Finanzas Sostenibles’ con el objetivo de analizar diferentes aspectos vinculados con la sostenibilidad en el ámbito empresarial y financiero, así como los retos que plantea la transición climática, para poder incorporar nuevas estrategias que impulsen el cambio hacia un nuevo modelo económico. Más de 130 personas siguieron el evento, organizado en el Centro Obra Social ABANCA de la capital gallega.

El presidente de ABANCA, Juan Carlos Escotet Rodríguez, abrió el encuentro, en el que participaron representantes de los principales actores implicados en la sostenibilidad y su traslación a la actividad financiera y económica: sector público y privado, reguladores y principales asociaciones de banca, seguros e inversión.

Durante su intervención, Juan Carlos Escotet recordó los desafíos medioambientales a los que se enfrenta la sociedad actual y la importancia de actuar cuanto antes. En este sentido, hizo referencia al principal cambio que se ha producido en los últimos 20 años, periodo en el que “muchos ciudadanos se han sensibilizado; los poderes públicos han creado legislaciones; los sistemas educativos han comenzado a sembrar una conciencia ambiental y cada vez hay más empresas que entienden que la protección del medioambiente es un deber de la misma categoría que el de producir y generar empleo”.

Destacó que “cuando ABANCA salió al mercado a mediados de 2014, lo hizo atendiendo a criterios de sostenibilidad” y desde entonces ha avanzado en este compromiso con acciones como la adhesión a las iniciativas internacionales “que son como guías de actuación, marcos de pensamiento que nos impulsan cada día a poner especial énfasis en el apoyo financiero a los proyectos de energías alternativas y a incorporar parámetros de sostenibilidad en cada uno de nuestros procesos”. También se refirió al trabajo de apoyo y asesoramiento a los clientes para que puedan “invertir en infraestructuras sostenibles, digitalizar sus estrategias y proyectar en sus negocios las realidades ineludibles de la revolución digital”.

Sostenibilidad y entidades financieras

El consejero delegado de ABANCA, Francisco Botas, participó en la mesa redonda ‘Sostenibilidad y entidades financieras’, junto con la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, que fue moderada por la presidenta de la AEB, Alejandra Kindelán.

Francisco Botas señaló que “el sector financiero es sin duda un actor relevante en el proceso de transición que tiene que asumir su responsabilidad, y en ABANCA estamos actuando en consecuencia, implantando las medidas alineadas con nuestro modelo diferencial que hemos recogido en nuestro Plan de Banca Responsable y Sostenible 21-24”.

Hizo hincapié en que “uno de los retos más complejos a los que se enfrenta el sector es la integración de los nuevos factores de riesgos ASG en los sistemas de gestión, en un entorno muy cambiante”. “Nos estamos preparando con carácter transversal, implicando a toda la organización, y de la mano de lo que nos pide el regulador”, indicó.

Otro aspecto que subrayó es la mayor sensibilidad del cliente a los criterios de sostenibilidad y la importancia de acompañar a las empresas para que puedan anticiparse al proceso de cambio. Para ello, “hemos dado pasos para configurar una oferta adaptada a la demanda actual y contamos con unidades especializadas en el sector primario y una estrategia Next Generation, que va a ser clave para que la recuperación económica sea verde, social e inclusiva”.

Retos de la transición ecológica

La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia; el vicepresidente primero y conselleiro de Economía, Industria e Innovación de la Xunta de Galicia, Francisco Conde, y el director general de REGANOSA, Emilio Bruquetas, protagonizaron la mesa redonda sobre los retos de la transición ecológica, moderada por la coordinadora de Sostenibilidad de ABANCA, María García. Estuvo centrada en el desafío que supone la crisis energética y en el impacto que ha tenido en las estrategias del sector público y privado el Pacto Verde aprobado por la Unión Europea.

Sector asegurador y empresas de inversión

Los retos a los que se enfrenta el sector asegurador para implantar criterios de sostenibilidad en sus modelos de negocio fue el eje central de la mesa redonda ‘Sostenibilidad y seguros’, en la que participaron el director general de Seguros y Fondos de Pensiones, Sergio Álvarez; la presidenta de UNESPA, Pilar González de Frutos, y el director general de Pacífica, Guillaume Oreckin, moderados por el director general de ABANCA Seguros, Álvaro García.

El programa se completó con el apartado sobre ‘Sostenibilidad, emisores y empresas de servicios de inversión’, conducido por el director corporativo de Servicios Asociativos, Control y Recursos de Cecabank, Antonio Romero. Contó con la presencia de la vicepresidenta de la CNMV, Montserrat Martínez; el presidente de Inverco, Ángel Martínez-Aldama, y la directora global de Sostenibilidad de Telefónica, Elena Valderrábano, quienes abordaron aspectos como el desafío que plantean las taxonomías o la incorporación de la sostenibilidad a los procesos de emisión, comercialización y decisión.

Redes Vivas

La jornada incluyó también una presentación del proyecto Redes Vivas, impulsado por ABANCA con el fin de dar un nuevo uso a las redes de pesca que se encuentran abandonadas en espacios costeros. Redeiras artesanas de Corme y Malpica se encargan de realizar los trabajos de reciclaje necesarios para que estos aparejos en desuso puedan tener una nueva utilidad como material deportivo. Hasta el momento se han reciclado 1.938 kilos de redes que se han transformado en 2.076 metros cuadrados de mallas con las que, cuando finalice este ejercicio, se habrán renovado 108 porterías de equipos patrocinados por el banco.

Compromiso con la sostenibilidad

La organización de la III Jornada de Finanzas Sostenibles se inscribe en los compromisos adquiridos por ABANCA en los últimos años con la firma de los principales acuerdos sectoriales a nivel internacional. El banco está adherido a los Principios de Banca Responsable y al Compromiso Colectivo para la Acción Climática. También ha suscrito los Principios de Inversión Responsable y los Principios para un Océano Sostenible, forma parte de la Red de Pacto Mundial y se ha sumado a la Net Zero Banking Alliance, al compromiso por el clima del sector bancario español y, más recientemente, a la Alianza Gallega por el Clima.