Abanca fusiona Imantia Capital y Bankoa Gestión en la compañía Abanca Gestión de Activos

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Abanca ha fusionado sus dos gestoras de fondos de inversión, Imantia Capital y Bankoa Gestión, en una única compañía, Abanca Gestión de Activos, marca con la que a partir de este momento el banco impulsará el crecimiento de su negocio de fuera de balance. La operación de fusión se ha completado una vez recibida la correspondiente autorización de la CNMV.

“En el marco de nuestro proceso de crecimiento y expansión en todo el territorio nacional, con esta operación centralizamos nuestros servicios de gestión de activos potenciando la generación de valor añadido para nuestros clientes particulares, de banca personal y de banca privada”, señala Juan Luis Vargas-Zúñiga, director general de Mercado de Capitales, Gestión y Distribución de Abanca.

La operación permite a Abanca optimizar su estructura societaria y ganar en eficiencia. Específicamente, el banco homogeneiza su catálogo de productos del segmento de fuera de balance, evita duplicidades e incrementa la transparencia de cara al mercado.

Abanca Gestión de Activos supone asimismo una importante aportación al grupo Abanca en términos de volumen de negocio. En conjunto, las dos compañías de origen gestionan un total de 3.600 millones de euros en fondos de inversión, y comercializan fondos internacionales de terceros por importe de 3.800 millones. La nueva gestora resultante de la fusión nace con un total de 152.000 clientes.

En crecimiento

Abanca Gestión de Activos será una pieza fundamental en el proceso de crecimiento de Abanca en el negocio de fuera de balance, objetivo que el banco abordará a través de una plataforma nacional e internacional eficiente y de alto valor. Todo ello favorecerá el cumplimiento del Plan Estratégico 2021-2024 de Abanca.

¿Cómo ha repercutido la guerra en Ucrania en la industria de fondos en España?

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La guerra en Ucrania, que mañana cumple su primer aniversario, ha repercutido en la industria de los fondos de inversión españoles, provocando caídas patrimoniales pero no problemas sustanciales de liquidez o confianza, según un análisis reciente de la CNMV. Todo, en un ejercicio en el que también han emergido otros factores determinantes de las decisiones de inversión y financiación de los agentes, como el repunte de la inflación y de los tipos de interés. Son conclusiones recogidas en el informe sobre la intermediación financiera no bancaria (IFNB) en España publicado por la CNMV.

Las actuaciones de supervisión de la CNMV que se derivan de la invasión rusa de Ucrania y la guerra subsiguiente han girado en torno a tres ámbitos: el primero, el análisis de las instituciones de inversión colectiva (IICs) con posiciones en activos directamente expuestos a los países directamente involucrados en el conflicto; el segundo, el seguimiento de los fondos de inversión con reembolsos importantes; y en tercer lugar, los flujos de inversión y variación de precio de aquellas IICs con exposiciones superiores al 5% en activos con menores niveles de liquidez. Según un reciente informe del organismo, en ninguna de estas parcelas, en las que la comunicación con las gestoras potencialmente más afectadas fue permanente, se observaron problemas de relevancia, destaca el organismo supervisor español.

Exposición de las IICs españolas a las zonas de conflicto

El análisis de la exposición de las IICs españolas a Rusia y Ucrania permitió concluir que ésta era muy reducida: a finales de 2021 dicha exposición se estimaba en un importe cercano a 350 millones de euros (apenas el 0,10% del patrimonio de las IICs), de los cuales 183 millones eran activos de renta fija (solo 6,3 millones correspondían a activos de deuda pública rusa).

Durante las primeras semanas de la guerra se observó que esta exposición caía a menos de la mitad (hasta una cifra cercana a los 116 millones de euros), como consecuencia de las ventas de activos y de las caídas en las valoraciones.

Suspensión de reembolsos

También se valoró la exposición a activos de renta variable y fondos extranjeros suspendidos. En el ámbito de las IICs españolas, únicamente se identificaron 11 entidades con exposiciones superiores al 1%, sin incidencias relevantes en relación con la valoración de los activos. Un total de cinco instituciones activaron el mecanismo de reembolsos parciales. En ellas, la exposición a los valores suspendidos oscilaba entre un mínimo del 4,2% y un máximo del 16,3%.

En el ámbito de las IICs extranjeras comercializadas en España, se identificaron un total de 21 instituciones que comunicaron la suspensión de negociación de alguno de sus compartimentos. El volumen de inversión de estas IICs era de 88 millones de euros (y 3.052 partícipes). Por la parte no afectada por las suspensiones, todas las instituciones continuaron atendiendo los reembolsos con normalidad.

Patrimonio, rentabilidades y flujos

En el ámbito de la renta fija, la valoración de las condiciones de liquidez de la cartera de los fondos siguió siendo prioritaria. En 2022 no se han observado dificultades de liquidez similares a las registradas en marzo de 2020, dado que los precios a los que se han ejecutado las operaciones de compraventa de los fondos han estado en línea con las cotizaciones observadas en el mercado, explica la CNMV en su informe.

El gráfico R1.1 muestra la evolución desde el segundo trimestre de 2021 del patrimonio de los fondos de inversión divididos en diez categorías y desglosando la variación del patrimonio entre los flujos de inversión (o desinversión), denominado «Suscripciones netas» en los paneles del gráfico, y los rendimientos de la cartera.

En el primer semestre del año se ha producido un volumen de inversión en los fondos cercano a 5.900 millones de euros y un descenso en el valor de los activos de la cartera próximo a 27.900 millones, que se ha debido a la caída generalizada del precio de la mayor parte de activos financieros en este semestre. Las pérdidas de valor han sido más abultadas en los fondos de renta variable internacional y en los fondos globales, aunque, como se observa en el gráfico, todas las categorías experimentaron pérdidas en los dos trimestres del año. En el primero de ellos el rendimiento agregado de los fondos de inversión fue del -3,1% y en el segundo trimestre, del -5,4%.

En el caso de los flujos de inversión se identifican comportamientos mucho más diferenciados entre categorías, que responden, en su mayor parte, al contexto cambiante de tipos de interés y a las expectativas sobre la actividad económica, todo ello en un entorno de alta incertidumbre. Así, se observan fuertes suscripciones netas en la categoría de renta fija (más de 8.200 millones entre enero y junio) y en fondos globales (más de 5.500 millones). Dentro de las categorías de renta fija se ha observado una preferencia importante por fondos denominados buy&hold y también por fondos de duraciones inferiores a un año. En cambio, se han registrado desinversiones sustanciales en la categoría de renta fija mixta (superiores a 8.100 millones) y, en menor medida, en fondos garantizados de renta variable (1.700 millones). En el resto de las categorías se observan, en general, entradas de fondos en el semestre, pero de importes mucho más pequeños.

Como consecuencia de estas variaciones en el patrimonio, los activos de renta fija han aumentado su relevancia en el patrimonio total de los fondos desde el 37,5% en diciembre de 2021 hasta el 42,4 % en junio, en detrimento de la relevancia de las inversiones en otras IICs (que se ha reducido desde el 34,1% hasta el 32,2%) y en los activos más líquidos —depósitos y tesorería (del 11,3 % al 9 %)-.

Repercusión limitada

En conclusión, la repercusión de la guerra entre Rusia y Ucrania, así como de otros elementos de incertidumbre del contexto económico y financiero actual, han dado lugar a caídas importantes en el valor de la cartera de las IICs a lo largo del año, pero no se han producido reembolsos sustanciales en las instituciones ni problemas de liquidez para atender los que se han realizado.

Además, la exposición directa de los fondos de inversión a activos rusos o ucranianos es prácticamente irrelevante dentro del patrimonio total y también han sido muy pocos los casos en los que se ha procedido a efectuar reembolsos parciales o se ha suspendido la negociación de algún compartimento en el caso de las IICs extranjeras, destaca la CNMV.

Finalmente destaca el fuerte apetito inversor que se observa en las categorías de renta fija con el fin de aprovechar el notable aumento del rendimiento de estos activos.

Gescooperativo se marca como objetivo superar los 10.000 millones de euros bajo gestión en cuatro años

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Foto cedidaAsier Díez Hierro, de director general adjunto de Gescooperativo

Gescooperativo, la sociedad de inversión colectiva del Grupo Caja Rural, estrena imagen corporativa como símbolo de la nueva etapa de crecimiento orgánico que quiere desarrollar. Según ha explicado, se ha marcado como objetivo alcanzar un patrimonio superior a los 10.000 millones de euros bajo gestión en el horizonte de los próximos cuatro años y situarse entre las primeras entidades por volumen de inversión en el mercado español.

Actualmente, Gescooperativo gestiona un patrimonio de 7.309 millones de euros (a 31 de enero de enero de 2023), lo que representa un incremento superior al 19% en los últimos 13 meses y la sitúa en el puesto noveno del ranking de fondos. Además, la sociedad aumentó prácticamente en idénticos términos el número de partícipes, que se eleva en este momento a 326.000.

Para alcanzar sus objetivos, la firma explica que apostará por el crecimiento orgánico y por potenciar la venta de productos a la banca privada y ampliará su gama de fondos, especialmente dentro del segmento de fondos sostenibles. Según ha explicado, de cara al presente ejercicio, su estrategia de crecimiento se apoyará sobre dos ejes principales: el lanzamiento de fondos garantizados de rendimiento fijo y el impulso de la gama de fondos mixtos con una alta exposición de la cartera a mercados globales.

Gescooperativo gestiona actualmente 56 fondos y tiene una cuota de mercado del 2,31%. Su patrimonio se distribuye en fondos de inversión Mixtos de Renta Fija (35%), Fondos Garantizados (29%), Fondos Mixtos de Renta Variable (23%), Fondos de Renta Fija (7%) y Fondos de Renta Variable (6%).

“Además de enfatizar de forma más evidente en la vinculación de Gescooperativo con el Grupo Caja Rural, pretendemos que esta nueva marca simbolice una etapa de crecimiento dentro de la entidad, apoyada  en el lanzamiento de nuevos productos que ayuden a los inversores a maximizar los retornos y controlar los riesgos, aprovechando en cada momento las oportunidades que nos ofrecen los mercados”, asegura Asier Díez Hierro, de director general adjunto de Gescooperativo.

Sobre su nueva imagen corporativa, la firma ha explicado que la nueva marca incorpora como elemento identificativo principal la espiga característica de Caja Rural con el fin de reforzar su reconocimiento y dejar patente su vinculación corporativa con este Grupo financiero. “La espiga del Grupo Caja Rural fue diseñada en 1979 por el diseñador croata Ante Kvessitch para la Caja Rural de Albacete, y muy pronto fue adoptada al resto de cajas rurales de España. En su actual configuración se ha querido dotar a este símbolo de un estilo más moderno y digital. En concreto, se han minimizado sus detalles para su correcta visualización en todo tipo de formatos y a través de cualquier canal”, explican.

Euronext lanza una propuesta de oferta pública por Allfunds

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Allfunds Group ha confirmado que ha recibido una propuesta de oferta pública no solicitada, indicativa y condicional por parte de Euronext por la totalidad del capital social emitido y en circulación de la compañía a un precio de oferta de 8,75 euros por cada acción ordinaria de Allfunds Group, lo que supondrían 5.500 millones de euros. Según matiza, la propuesta sería abonar 5,69 euros en efectivo más 0,04059 euros en nuevas acciones de Euronext.

“Según la propuesta, el número de nuevas acciones de Euronext por cada acción ordinaria de Allfunds Group se fijaría por referencia al precio medio ponderado por volumen de una semana de las acciones de Euronext en el último día de negociación antes de la fecha del anuncio formal de la oferta para que el precio por acción ordinaria de Allfunds Group plc sea de 8,75 euros”, indica Allfunds en el comunicado que ha publicado para explicar la oferta que ha recibido. 

Además, explica que, como parte de la propuesta, Euronext también pagaría a los accionistas de Allfunds Group que acudieran a la oferta una comisión de tanteo por acción de Allfunds Group, correspondiente al 5,5% anual aplicado al precio de la oferta desde la fecha del anuncio formal de la oferta hasta la primera de las siguientes fechas: la primera fecha de liquidación de la oferta (ambas inclusive); y el 31 de marzo de 2024 (ambas inclusive). De acuerdo con la propuesta, la comisión de cierre se pagaría en efectivo, en acciones de Euronext N.V. o en una combinación de efectivo y acciones de Euronext N.V. a elección de Euronext N.V..

Desde Allfunds Group también reconocen que ha sido informada por Euronext N.V. de que han mantenido conversaciones con Hellman & Friedman y BNP Paribas, que poseen conjuntamente el 46,4% del capital social de Allfunds Group plc, para obtener su apoyo a la oferta. Allfunds Group plc no ha participado en dichas conversaciones.

Tras recibir esta oferta pública, la firma ha declarado: “El consejo de administración de Allfunds Group plc está evaluando actualmente la propuesta de oferta, que estaría sujeta a una serie de condiciones. No hay certeza de que se vaya a producir ninguna transacción ni de las condiciones en las que podría producirse. Y se harán más anuncios si y cuando sea apropiado”.

Novedades del SFDR en 2023: mayor granularidad en los indicadores y divulgación

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En un reciente webinar dedicado a la evolución del Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR) de cara a 2023, los expertos de BNP Paribas AM analizaron las principales novedades de los últimos meses, así como la potencial evolución de la normativa. También explicaron de qué manera lo han integrado en sus carteras.

En primer término se recordó el objetivo de la UE con el reglamento, que es redirigir flujos de capital a compañías que den respuesta a los desafíos medioambientales y sociales de nuestro tiempo. Según BNP Paribas AM, “la forma de conseguirlo, orientada al mercado, es mediante un marco regulatorio que incentive esta transferencia de capital a través de las preferencias expresadas por el inversor final”.

Si bien la normativa MiFID II sobre preferencias de inversión entró en vigor ya en agosto de 2022, es a partir de enero de este año que las gestoras deben informar sobre las características de sus fondos. Pero, hasta 2024 no entrará en vigor la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD), que regula la forma en que las empresas deben divulgar datos sobre su impacto ESG. Desde BNP Paribas AM, señalaron que “eso nos obliga, como gestores de fondos, a establecer metodologías propias para definir la inversión sostenible sin contar aún con esta información”.

Para conseguirlo se basan en los tres criterios principales que establece la propia MiFID II. En primer lugar dos aspectos positivos de contribución al objetivo: un mínimo de alineación de la cartera con la taxonomía de la UE y un mínimo de inversión sostenible. El tercero se centra en la consideración de las principales incidencias adversas en materia de sostenibilidad (PIAS). “Estos criterios son el nuevo lenguaje del mercado para evaluar la sostenibilidad de los productos financieros”, explicaron.

Cómo integrar la regulación en la cartera

Como distribuidor de fondos, BNP Paribas AM tiene que conseguir que las preferencias ESG del inversor, expresadas a través del cuestionario MiFID, se correspondan con las características del producto, así como encontrar la mejor estrategia para ofrecérsela al cliente, explicaron. Para ello la gestora ha desarrollado durante más de un año una serie de métricas y metodologías relacionadas con las PIAS, las características sociales y medioambientales, las inversiones sostenibles y la alineación con la taxonomía, para aplicarlas luego a los productos.

La novedad a partir de enero de este año es la obligación de la divulgación de estas características a nivel precontractual, en la web de la gestora y en los informes periódicos, se indicó, reportes que se suman a la plantilla EET (European ESG Template) de la UE, que representa el estándar para toda la industria y se comunica tanto a clientes como a proveedores de datos (ver gráfica).

 

Un proceso complejo

“Como criterio definido, todos los fondos artículo 9 deben invertir en activos sostenibles, pero en el caso del artículo 8 la definición es muy vaga, por lo que requiere que las gestoras establezcan sus propios criterios, lo que ha derivado en distintas clasificaciones tanto entre firmas como por jurisdicciones”, señalaron desde la gestora.

Según explicaron, se trata de un proceso muy complejo. Por ejemplo para el artículo 8 se exige clasificar no solo un mínimo de inversiones sostenibles, sino además especificar en porcentajes cuántos de los indicadores clave (KPI) del SFDR que califican a los emisores y agregados a nivel de cartera se refieren a aspectos sostenibles medioambientales alineados con la taxonomía, cuáles no están alineados con la taxonomía pese a ser medioambientalmente sostenibles, y cuáles se refieren a inversiones sostenibles a nivel social.

Así, para cumplir los KPI del artículo 8 se aplica un esquema descendente que en primer término separa los activos que no cumplen con el mínimo de características medioambientales y sociales (por ejemplo efectivo y derivados) y los que sí. Dentro de este subconjunto se desgranan a su vez activos no considerados plenamente sostenibles pero con buena puntuación ESG, y los activos que sí se consideran “inversiones sostenibles”. Esta clasificación no es homogénea, sino que se lleva a cabo en base a la metodología de cada gestor, por lo que en la actualidad resulta complejo comparar los fondos entre sí.

En el siguiente nivel vuelven a clasificarse los activos entre aquellos alineados con la taxonomía, los no alineados y los sociales.

“Este proceso implica que toda evaluación cuantitativa entre distintos fondos tendrá que ir acompañada de una cualitativa de cada metodología aplicada, y que la arquitectura de un fondo francés sea distinta a la de uno belga o uno luxemburgués. Por tanto es de esperar que, aunque el SFDR en sí no cambie, sí haya cambios regulatorios para avanzar hacia una mayor armonización a nivel europeo”, resumieron.

En el caso del artículo 9 se aplica el mismo esquema que va desgranando los KPI, pero partiendo de la base de que la inversión se limita a activos sostenibles. Sin embargo, esta restricción se refiere a porcentajes totales sobre la cartera, es decir que no implica que no haya activos como el efectivo, si bien deben limitarse a la liquidez y a los instrumentos de cobertura.

Conclusiones

La gestora recalcó que gracias a su trayectoria en temas de sostenibilidad, en muy poco tiempo han podido adaptar sus fondos a la nueva normativa y el porcentaje de sus activos bajo gestión (AUM) en fondos artículo 8 y artículo 9 duplica el del mercado global: un 86% frente a un 44%.

Añadieron a modo de resumen que la regulación de la UE es un marco muy ambicioso cuyo impacto completo se irá notando con el paso del tiempo, ya que aún estamos en un periodo de transición. En ese proceso van surgiendo nuevas herramientas esenciales, sobre todo la plantilla EET y la precontractual, en la que se establecen los objetivos.

Pese a ello, subrayaron que continúa siendo difícil comparar los fondos entre sí debido a las distintas metodologías aplicadas por cada gestora y en cada país. “La principal novedad para este año es que los compromisos cada vez son más granulares, se han ido desgranando en indicadores específicos ya sea sociales o medioambientales, y alineados o no con la taxonomía”, indicaron. Y añadieron: “BNP Paribas AM ha adoptado la nueva normativa y la ha integrado plenamente en su oferta”.

El mercado de capital riesgo del sector sanitario registra el segundo mejor ejercicio de su historia

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A pesar de su carácter heterogéneo, las operaciones de capital riesgo en el sector de la salud, tanto en volumen como en valor, continuaron a un ritmo prácticamente récord el año pasado, tras los máximos históricos registrados en 2021, según el duodécimo informe anual de Bain & Company sobre capital riesgo y fusiones y adquisiciones en el sector de la salud titulado Global Healthcare Private Equity and M&A Report.

El análisis de Bain & Company refleja la gran resistencia del capital riesgo en el sector sanitario, que en 2022 mantuvo un fuerte flujo de operaciones y registró el segundo mejor año de su historia. Todo ello, a pesar de las tensiones derivadas de la incertidumbre geopolítica, el repunte de la inflación mundial y la subida de los tipos de interés, que han provocado un endurecimiento de las condiciones crediticias y de financiación y el consiguiente deterioro de los mercados de capital riesgo a partir del tercer trimestre.

A pesar de estas circunstancias, según el estudio, las operaciones de private equity en este segmento se mantuvieron en el segundo mejor año de su historia, tanto en valor como en número de operaciones. El número total de operaciones en 2022 se redujo entre un 20% y un 30%, pasando del máximo histórico de 2021 de 515 operaciones a unas 400, lo que deja los datos de 2022 en línea con los de 2020.

El mercado experimentó múltiples factores que contribuyeron a la caída de las cifras totales de operaciones en la segunda mitad de 2022 con respecto al nivel sin precedentes que se alcanzó en 2021. Un factor crucial fue el endurecimiento de la política monetaria en Norteamérica y Europa, cuando los principales bancos centrales trataron de frenar el aumento de la inflación. Esto provocó un ajuste en los mercados de crédito y limitó la disponibilidad de financiación de grandes sumas, al tiempo que aumentaron los costes financieros.

“A pesar de numerosos factores, este año hemos observado una clara continuación del ritmo de 2021, y 2022 sigue representando el segundo año más importante de la historia para el sector”, señala Cira Cuberes, socia de Bain & Company en Madrid. 

Según explica Cuberes, el sector ha demostrado su capacidad de resistencia en anteriores recesiones y sigue siendo un área de inversión atractiva. “Se espera que en el 2023 siga habiendo interés por el sector dadas las tendencias, que le resultan favorables, como el envejecimiento de la población y el aumento del gasto médico”, concluye.

Otra de las conclusiones que destacan desde la firma es que la actividad de los fondos de capital riesgo en el sector sanitario se hizo más selectiva a partir del segundo trimestre, con un cambio de enfoque orientado a la búsqueda de áreas de oportunidad en determinados subsectores y geografías.

Por ejemplo, en Asia-Pacífico, en consonancia con la creciente madurez del mercado, se observó un gran interés por las grandes operaciones, con tres de ellas valoradas en más de 1.000 millones de dólares. “El interés por las tecnologías de la información sanitaria (HCIT) y las biociencias también aumentó en 2022. Durante ese año, los inversores se interesaron por las oportunidades de HCIT a largo plazo y por las adquisiciones de empresas que optimizaban sus operaciones ante la creciente amenaza de recesión en las principales economías”, apunta el documento en sus conclusiones.  Por otro lado, las biociencias también conservaron su atractivo para los inversores, ya que seis de las diez principales operaciones se centraron en biofarmacia, herramientas de biociencias y servicios relacionados.

De cara a 2023, el análisis de Bain & Company pronostica que los inversores en capital riesgo en el sector sanitario se enfrentarán a unos tipos de interés cada vez más elevados en las principales economías, a medida que los bancos centrales sigan combatiendo las presiones inflacionistas, el aumento de los costes laborales y un mayor endurecimiento de las condiciones crediticias. Sin embargo, el estudio también concluye que entre las tendencias más positivas de 2022 que continuarán en 2023 destacan el abundante capital disponible para la inversión (dry poder) y el potente historial de beneficios del año anterior, que aseguró un buen ejercicio para este tipo inversión y que sigue despertando el interés de los fondos específicos del sector sanitario.

Al mismo tiempo, la menor rentabilidad y la reducción de los múltiplos de las operaciones han hecho caer los mercados de renta variable pública en todo el mundo en 2022 y, si esta tendencia continúa en 2023, el informe prevé que los plazos de retención de las inversiones podrían ser más largos, lo que limitaría la actividad de las operaciones. De cara a 2023, es posible que el entorno económico actual, caracterizado por las dificultades, genere oportunidades para las operaciones de conversión de empresas públicas en privadas, las escisiones y las inversiones oportunistas, según el análisis de Bain & Company.

“Como en todos los ciclos, las circunstancias pueden cambiar rápidamente en 2023 o 2024, y la actividad podría repuntar en poco tiempo. Los inversores se esforzarán por tener listas sus estrategias proactivas y conectar con los equipos directivos para que estén en condiciones de actuar con rapidez y confianza”, concluye Nirad Jain, codirector de Healthcare Private Equity en Bain & Company.

Crédito corporativo: el optimismo sobre un “aterrizaje suave” aumenta, pero atención al deterioro de los fundamentales

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Los fundamentales de crédito corporativo tienen margen para empeorar este año ante el progresivo deterioro de los beneficios empresariales y a pesar de que hay señales de que la inflación ha tocado techo y que la posibilidad de un aterrizaje suave de la economía va en aumento, según el último análisis de Janus Henderson Investors. 

Jim Cielinski, responsable global de Renta Fija en Janus Henderson Investors, afirmó que el monitor de crédito de la firma muestra que, ante la contracción de los spreads en el último trimestre, “debería ser evidente que el rally en crédito no es sostenible”. El experto cree que la debilidad de los fundamentales va a proliferar a medida que avance 2023. Con todo, a pesar de la caída de la inflación vista en los últimos tres meses es un “prerrequisito crítico para que se produzca el aterrizaje suave de la economía que desean los inversores”. Cielinski considera que el ciclo se deteriora, pero puntualiza que el comodín de la inflación ha reducido el riesgo de que los bancos centrales se vean forzados a actuar con más contundencia. Mientras, James Briggs, gestor de Janus Henderson Investors, opina que ver un aumento de la dispersión en los mercados de crédito desde los niveles actuales dependerá de si se produce un aterrizaje suave o duro de la economía”.

El Credit Risk Monitor de Janus Henderson Investors, que vigila los fundamentales corporativos e indicadores macroeconómicos para indicar la situación del ciclo de crédito y cómo posicionar la cartera, muestra que sus principales indicadores se encuentran en rojo: cashflow y beneficios, deuda y acceso a los mercados de capitales.  En cuanto al primero de ellos, los beneficios parecen haber tocado techo, mientras que las previsiones de resultados se espera que empeoren progresivamente. Todas las regiones muestran revisiones de resultados planas o negativas para 2023. Al mismo tiempo, los elevados costes, entre ellos los energéticos, siguen impactando en los flujos de caja. Sin embargo, un aterrizaje suave de la economía o una recesión poco profunda es más que posible, en tanto que los beneficios podrían rebotar ya en 2024, sobre todo en los mercados emergentes. Esta normalización de los beneficios empresariales ha empezado a afectar a los fundamentales en determinadas áreas, que esperamos que vayan en aumento.

Mientras, las señales de recesión han emergido ante los datos económicos de actividad al tiempo que los flujos de inversión y las curvas de rentabilidad se han movido hacia terreno que indica recesión. Además, la liquidez de los bancos centrales sigue retirándose del sistema. En un contexto en el que los tipos de interés reales han repuntado y señalan costes de financiación más elevados, las emisiones en el mercado primario han sido boyantes y han sido absorbidas por los inversores. La oferta en high yield, en contraste, ha sido más limitada, lo que ha supuesto un apoyo técnico de cara a las valoraciones. Además, el mejor comportamiento del papel de menor calidad con respecto al resto de emisiones persistió. En definitiva, la demanda de crédito es fuerte, según afirman desde Janus Henderson Investors.

Por último, la debilidad de los beneficios puede ir a más. Pero las métricas económicas de las compañías deberían mejorar en la segunda mitad del año. Cuando empecemos a ver datos débiles relacionados con la confianza de los consumidores y los tipos de interés dejen su efecto en la economía, los expertos esperan que la caída del margen corporativo comience a hacerse evidente.

Pese a los problemas del mercado, los ETFs dominaron los flujos en 2022

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A pesar de la inestabilidad que presentaron los mercados en 2022, los fondos cotizados (ETFs) destacaron dentro del mercado. Según el último informe Global Fund Flows de Morningstar, a lo largo de 2022, los fondos globales experimentaron 1,28 billones de dólares de salidas, pero los ETFs disfrutaron de 754.000 millones de dólares de entradas. “Los ETFs están a la cabeza de los flujos netos, pero el 77% de los activos gestionados a largo plazo siguen estando en fondos”, matizan. 

Según sus datos, las salidas totales a largo plazo fueron de 530.000 millones de dólares, es decir, el 1,1% de los activos finales de 2021. “Estas salidas se produjeron tras un récord de 2,4 billones de dólares de entradas en 2021. Mientras que las salidas en 2022 fueron modestas teniendo en cuenta la fuerte caída de los mercados de renta variable y de renta fija, pero fue el primer año de flujos globales negativos en nuestra base de datos de flujos mundiales de 14 años”, explican desde Morningstar.

Una consecuencia clara fue que los activos a largo plazo se redujeron en 9 billones de dólares, hasta los 38,5 billones de dólares desde los 47,5 billones de dólares, lo que hizo mella en los ingresos de las empresas de gestión de activos. “La disminución de los activos, unida al continuo desplazamiento hacia los ETF, ensombrece aún más las perspectivas del sector tradicional de gestión de activos”, afirman. 

Según su informe, una de las tendencias que se observó en 2022 fue que los inversores rescataron vehículos de renta fija en una magnitud récord de 483.000 millones de dólares, pero los flujos de renta variable fueron casi nulos a pesar de la rentabilidad negativa del 17,91% del índice Morningstar Global Markets GR USD. “Una pequeña salida neta de los vehículos de renta variable oculta un año catastrófico para los fondos de renta variable estadounidenses gestionados activamente: 349.000 millones de dólares salieron de los vehículos de gestión activa, mientras que 348.000 millones de dólares fluyeron hacia los vehículos indexados”, matizan. 

En este sentido, los vehículos indexados registraron entradas por valor de 747.000 millones de dólares en 2022, mientras que sus homólogos de gestión activa se desprendieron de 1.276.000 millones de dólares. Según explican, en parte, esto se debió a que la cuota de mercado de los activos indexados aumentó un 2,3%, hasta el 38%.

Por último, otro de los cambios que dejó 2022 es que la popularidad de los fondos temáticos se enfrió respecto a 2020 y 2021, ya que los flujos cayeron a 3.600 millones de dólares en 2022 desde los 2.023 millones de 2021. “El fondo temático medio perdió un 30% en dólares y los activos cayeron a 588.000 millones de dólares, el 1,5% de los activos totales”, puntualizan desde Morningstar. 

En cuanto a las gestoras que lideraron el mercado, el informe destaca que iShares de BlackRock recibió 222.000 millones de dólares, más del doble que Vanguard, quien alcanzó los 101.000 millones de dólares. 

iM Global Partner lanza un fondo UCITS que permitirá a los inversores europeos acceder a su estrategia de futuros gestionados

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Tras la aprobación de la CSSF a finales de diciembre, iM Global Partner ha anunciado el lanzamiento de un nuevo fondo UCITS, el iMGP DBi Managed Futures con su socio Dynamic Beta Investments. De esta forma, Dynamic Beta investments (DBi) será la subgestora del iMGP DBi Managed Futures, el nuevo subfondo de la SICAV UCITS domiciliada en Luxemburgo.

Según destaca la firma, los inversores europeos han mostrado gran interés en esta estrategia a la que han asignado hasta ahora 60 millones de euros en capital inicial. “Los futuros gestionados (managed futures) fueron una de las clases de activos con mejores resultados de 2022, y nuestra estrategia de ETF de futuros gestionados domiciliada en EE.UU. (DBMF) recibió un enorme apoyo de los inversores que buscaban diversificación fuera de los mercados de renta variable, combinada con una baja correlación. Por ejemplo, el SG CTA Index tuvo una correlación negativa de sólo -0,02 con las acciones mundiales (MSCI World Index) durante los últimos 5 años.  Debido a ello, recibimos muchas consultas de inversores con sede en Europa sobre la posibilidad de ofrecer esta estrategia en formato UCITS, lo que hemos hecho ahora”, explica Jamie Hammond, socio de iM Global, director general adjunto y responsable de distribución internacional

Por su parte, Andrew Beer, de Dynamic Beta investments y cogestor del fondo, indica que los futuros gestionados (managed futures) ofrecen mayores ventajas de diversificación que las acciones y los bonos que la renta variable privada, el crédito privado, el sector inmobiliario, las materias primas y muchos otros diversificadores habituales. “Con este fondo, pretendemos cambiar esta situación», apunta. 

iM Global Partner lanzó esta estrategia hace 3 años para el mercado estadounidense, que se ha convertido en el mayor ETF de futuros gestionados del sector en términos de activos bajo gestión (fuente: etfdb.com a 30 de enero de 2023).

Fasanara Capital, el puente fintech entre los inversores institucionales y la economía real

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Foto cedidaFrancesco Filia, CEO de Fasanara Capital, y Tommaso Sanzin, MD Alternative Investment Solutions en UBP

Fasanara Capital es una plataforma tecnológica y gestora de activos regulada, independiente y con sede en Londres, fundada hace 12 años por su CEO, Francesco Filia, y que se define como un híbrido entre una gestora de activos de crédito alternativo y una fintech. «Representa realmente una forma de tender un puente entre la necesidad de ingresos de un inversor institucional y la necesidad de financiación de la economía real», explica Tommaso Sanzin, MD Alternative Investment Solutions en Union Bancaire Privée (UBP), que es inversor y distribuidor de los fondos de Fasanara.

Fasanara es líder mundial en el sector fintech de la financiación de cuentas por cobrar, un servicio financiero a menudo sin intermediación de los bancos que consiste en anticipar efectivo contra facturas a miles de pequeñas y medianas empresas y encargarse después de cobrar directamente a los deudores. «Las pymes representan más del 80% del tejido económico en Europa, pero al tratarse de pequeñas facturas y pequeños proveedores, los bancos prefieren no involucrarse, como ocurre con los proveedores de comercio electrónico o los cargos de roaming de telecomunicaciones. Por ello, el sector fintech se está abriendo paso en el negocio del factoring, financiando a prestatarios solventes en la economía real y llenando el vacío bancario», explica Filia.

Solo en España, añade, Fasanara Capital ha financiado 3.000 millones de euros en cuatro años en operaciones en las que la factura media financiada fue de 5.000 euros y el vencimiento medio de 60 días. «Es decir, muchísimas empresas han sido financiadas recurrentemente por Fasanara a un nivel en el que los bancos no están presentes o en el que la tecnología marca la diferencia».

Fasanara trabaja en colaboración con una red global de originadores locales verificados, generalmente también fintechs, como por ejemplo la europea Novicap, que ofrece soluciones tecnológicas de financiación y optimización del circulante.

«La estrategia de créditos de Fasanara apoya directamente a la economía real, a las pymes proveedoras reales de toda la cadena de suministro que contribuyen a crear empleo y PIB en sus comunidades locales. Los criterios ESG en la selección de prestatarios y deudores son, por tanto, especialmente clave en la difusión de buenos valores y prácticas. Es una buena oportunidad para que los inversores institucionales intervengan y apoyen la economía real allí donde más importa, con impacto, especialmente en momentos en que los bancos tradicionales se están retrayendo», señala Federico Travella, fundador y presidente ejecutivo de Novicap.

El papel de la tecnología

«Fasanara Capital junta todas estas pequeñas transacciones, incluso millones de ellas, para tener una estructura de fondo que al final pueda ser comprada por un gran inversor institucional, como planes de pensiones o aseguradoras», explica Sanzin.

La tecnología lo hace posible, y por eso, de los más de 200 empleados de la gestora, más de 130 se dedican a la plataforma tecnológica propia. «Es un número muy elevado para un gestor de activos con un patrimonio aproximado de unos 4.000 millones de dólares, pero fundamental para gestionar carteras granulares de préstamos y créditos, suscribirlos -es decir, intervenir contractualmente como acreedor- y ocuparse a diario del cobro de los flujos de caja», indica Filia.

Los inversores son profesionales, normalmente grandes instituciones, muchas de ellas aseguradoras. También son family offices, familiarizados con el mundo fintech porque ellos mismos proceden del sector empresarial. Y que necesitaban fuentes alternativas de ingresos, pero también baja volatilidad y diversificación.

«Lo que aprecian es que se trata de una inversión en general muy estable, con valoraciones y distribuciones frecuentes, descorrelacionada con otros activos y a corto plazo», dice Sanzin.

La descorrelación viene de su mayor vinculación con la economía real y de la granularidad de la cartera: se tienen decenas de miles de empresas y cientos de miles de facturas, por lo que si una empresa incumple, no pone en riesgo el fondo.

Otra razón es que cuando una fintech compra una cuenta por cobrar, lo hace normalmente con un descuento fijo al mes. «Por ejemplo la factura de una empresa que vende en Amazon. Si Amazon paga en un mes el descuento es del 1%, si es en dos meses, del 2%, y así sucesivamente. De esta forma, el tipo se fija por contrato y no se ve afectado por las decisiones de tipos de interés que puedan tomar los bancos centrales. Además, el vencimiento es muy corto, lo que permite tomar decisiones de inversión basadas en datos», añade el CEO.

«Otro motivo importante por el que los rendimientos mensuales han sido sistemáticamente positivos es que existe un colchón de riesgo incorporado. Cuando se compra una factura, se hace sin adelantar el importe total a satisfacer, sino que se entrega el 90%. Si la factura es de 100 euros, se entregan 90. Y cuando recibes el pago total de la factura, pagas los 9 restantes, menos el descuento acordado por el anticipo», señala Filia. Esto proporciona una «sobrecolateralización» sistemática, porque compras algo por valor de 100 a tres meses pero adelantas 90, lo que te da 10 puntos de protección, algo que no existe en los mercados de bonos. Así se está protegido contra el principal riesgo, que es el retraso en el pago.

Descorrelación y baja volatilidad

Comparando la estrategia con los fondos tradicionales de renta fija, Sanzin resume que la diferencia es la distribución regular de los flujos de caja, la bajísima volatilidad y la descorrelación estructural con otros activos. «Si lo contrastas con otro tipo de inversión en mercados privados, la diferencia es la duración tan corta, tres meses. Por tanto, comparado con la renta fija tiene una mejor relación rentabilidad-riesgo, y comparado con el crédito privado es más líquido».

Las estrategias de Fasanara, distribuidas e invertidas por UBP desde 2019, tienen un efecto directo en la economía real y promueven, entre otras características, las medioambientales o sociales o de buen gobierno, por ejemplo aplicando filtros ESG a nivel de proveedores, es decir, analiza qué productos o servicios ofrece una empresa antes de financiarla.

La primera estrategia se centra en los créditos comerciales o factoring de créditos comerciales, que se compran a proveedores y luego son pagados por empresas más grandes como Amazon, un negocio cuyo riesgo subyacente es de naturaleza corporativa y equivalente al de los bonos, aunque a más corto plazo. Esta es la estrategia más antigua y la mayor parte de los activos gestionados.

Otra estrategia se centra en la financiación al consumo, de nuevo con una inclinación hacia el comercio electrónico europeo y cuando un consumidor desea retrasar o amortizar los pagos (buy now, pay later).

La estrategia Fintech-lending, buque insignia de Fasanara, es oportunista y dinámica, y busca maximizar la relación riesgo-rentabilidad y la diversificación.

«La inflación mundial ha ampliado la brecha de financiación y también ha aumentado los rendimientos disponibles», concluye Filia. «Esta combinación es un buen augurio para Fasanara, tanto en términos de capacidad estratégica como de rentabilidad de cara a 2023. Al mismo tiempo, los riesgos de la economía real deben gestionarse mediante la máxima diversificación, vencimientos cortos y un enfoque general en la calidad de las garantías».