Las cinco claves por las que PIMCO cree que la crisis de SVB podría llevar a una recesión

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Recientemente hemos caracterizado la estrategia de política monetaria de la Reserva Federal como algo parecido a subir lentamente el fuego hasta que sea demasiado tarde. La semana pasada, durante su testimonio semestral, el presidente del FOMC, Jerome Powell, subió la temperatura al señalar que la Fed podría volver a aumentar su tipo de referencia a un día de los fondos federales en 50 puntos básicos (pb), y esto coincidió con una corrida contra el Silicon Valley Bank (SVB).

SVB era un banco de tamaño medio con una fuerte exposición a las empresas tecnológicas emergentes, incluida una gran concentración de financiación de depósitos a través de cuentas de depósitos institucionales, e importantes pérdidas no realizadas en una cartera de valores respaldados por hipotecas gubernamentales y de agencias, que se vio obligado a realizar al vender activos para financiar las salidas de depósitos. Las pérdidas no realizadas en las tenencias de valores del SVB fueron superiores a su capital ordinario de nivel 1, y los depositantes perdieron la confianza en la capacidad del banco para reembolsar sus 175.000 millones de dólares en depósitos (a 31 de diciembre de 2022), la gran mayoría de los cuales no estaban cubiertos por el seguro de la FDIC. Como resultado, los depositantes retiraron 42.000 millones de dólares en depósitos el pasado jueves y el viernes el banco fue intervenido por los reguladores del estado de California, que nombraron a la FDIC (Corporación Federal de Seguros de Depósitos) como administrador judicial.

La quiebra de SVB ha contribuido a una venta generalizada de acciones de bancos, especialmente de otros bancos regionales estadounidenses. Es de suponer que la salida de depósitos de todos los bancos regionales en las horas y días posteriores a la quiebra de SVB fue suficiente para que los responsables políticos tomaran medidas decisivas para intentar frenar el contagio durante el fin de semana. El domingo, el Tesoro de Estados Unidos, la FDIC y la Reserva Federal anunciaron conjuntamente que la FDIC garantizaría los depósitos del SVB y del Signature Bank -un banco distinto que tenía problemas similares- y que la Reserva Federal establecería una nueva línea de crédito bancario con condiciones de préstamo muy favorables para dar a los bancos algún tiempo adicional para apuntalar sus balances. La Reserva Federal acordó prestar dinero a los bancos con la garantía de sus activos de alta calidad valorados a la par (no al valor actual de mercado).

Sin duda, SVB era un banco único en muchos aspectos. Otros bancos regionales de tamaño similar no tienen concentraciones similares de depósitos de inversores institucionales no asegurados, lo que ha significado que sus «betas de depósito» -el aumento del tipo de interés que se ven obligados a pagar por los depósitos cuando la Reserva Federal sube los tipos- han sido menores. Tampoco tienen concentraciones similares de pérdidas no realizadas en sus carteras de valores en relación con su capital de nivel 1 de capital ordinario. Como resultado, si se ven obligados a vender valores para financiar las salidas de depósitos, tienen mayores reservas de capital para hacer frente a cualquier realización forzada de pérdidas. Además, consideramos que los grandes bancos de importancia sistémica (SIB, por sus siglas en inglés) que deben cumplir la Ley Dodd-Frank y están sujetos a pruebas periódicas de estrés de liquidez y capital son financieramente sólidos y menos vulnerables a una retirada masiva de depósitos. De hecho, varios de los mayores bancos han recibido entradas netas de depósitos en los últimos días.

No obstante, estos acontecimientos pueden muy bien conducir a una recesión. De hecho, un evento de desapalancamiento como el de 2008 no es esencial para que la economía caiga en recesión. La ralentización del crecimiento del crédito por sí sola puede ser un importante factor adverso para el crecimiento del PIB. Dado que el crédito pendiente en toda la economía es una variable de stock y el PIB es una variable de flujo, es el flujo de crédito lo que importa para el PIB. Los cambios en el flujo de crédito – lo que los economistas llaman el impulso crediticio – son lo que importa para el crecimiento real del PIB. Hay muy buenas razones para creer que el crecimiento del crédito, que ya se estaba ralentizando, se ralentizará aún más como consecuencia directa de estos últimos acontecimientos, a pesar de las medidas adoptadas por los funcionarios y la Reserva Federal.

  1. En primer lugar, es probable que los bancos regionales, cuyas cotizaciones bursátiles habían bajado sustancialmente en el momento de escribir estas líneas, muestren una mayor aversión al riesgo, al menos a corto plazo, hasta que la situación se aclare y la volatilidad disminuya. Muchos de estos bancos siguen corriendo el riesgo de que los depósitos se vayan a los bancos más grandes. Los anuncios de la FDIC durante el fin de semana sólo garantizaron de forma importante todos los depósitos no asegurados de SVB y Signature Bank; no garantizaron todos los depósitos no asegurados de todo el sistema bancario (ni puede hacerlo en virtud de la autoridad existente, lo que significa que hacerlo requeriría una ley del Congreso). El tamaño de una garantía explícita de todos los depósitos no asegurados requeriría una ley del Congreso. Además, según la Reserva Federal, los bancos pequeños representan alrededor de la mitad del total de activos bancarios nacionales, un tercio de los préstamos comerciales e industriales en circulación y la mitad de los préstamos inmobiliarios. Es difícil creer que estos bancos, temiendo una posible salida brusca de depósitos, no endurezcan sus normas de concesión de préstamos y ralenticen la originación de créditos como resultado directo.
  2. Segundo, y relacionado con lo anterior, la regulación bancaria para los regionales tiene el potencial de volverse más estricta. En 2018 se aprobó un proyecto de ley (S. 2155) sobre una base bipartidista que hizo retroceder muchos de los requisitos de Dodd-Frank para los bancos más pequeños y medianos en términos de liquidez y capital. No se puede culpar de todo al retroceso normativo. La Reserva Federal tenía cierto margen de maniobra en la aplicación específica, y la supervisión probablemente desempeñó un papel. Como resultado, es probable que la Fed endurezca las normas regulatorias de los grandes bancos regionales allí donde pueda (concretamente para aquellos bancos que tienen activos superiores a 100.000 millones de dólares), reduciendo su capacidad y voluntad de conceder algunos de los préstamos más arriesgados que los bancos más grandes que tenían que cumplir con Dodd-Frank no querían.
  3. En tercer término, suponiendo que la respuesta política sea suficiente para estabilizar la confianza y las bases de depósitos bancarios regionales a corto plazo, las políticas anunciadas hasta la fecha no abordan la cuestión central de que los inversores pueden obtener mayores rendimientos en un vehículo de inversión de menor riesgo con un fondo monetario de valores públicos, que tiene acceso a la Reverse Repo Facility (RRP) de la Fed. Dando un paso atrás, los tipos de los depósitos bancarios han ido a la zaga del aumento del tipo de los fondos federales, lo que hace que las inversiones en fondos monetarios ofrezcan un mayor rendimiento que los depósitos bancarios. Sin embargo, aumentar el interés pagado por los depósitos no está exento de costes. En el caso básico, reducirá el margen de interés neto y contribuirá a la volatilidad de los precios de las acciones. En el peor de los casos, el aumento de los tipos de interés de los depósitos podría hacer que algunos bancos dejaran de ser rentables, ya que pagan más por los depósitos que el rendimiento que están obteniendo por los valores y los préstamos acumulados en los últimos dos o tres años. Algunos bancos podrían intentar defender sus márgenes netos de interés aumentando el tipo que cobran por los préstamos. O si los bancos son compradores de precios en el mercado de préstamos, podrían tener menos apetito para conceder préstamos que ahora son menos rentables por asumir el mismo riesgo crediticio. En cualquier caso, esto debería ralentizar el crecimiento de los préstamos.  
  4. Cuarto, incluso antes de esto, los estándares de crédito bancario se estaban endureciendo y el crecimiento de los préstamos se estaba ralentizando como resultado de unas condiciones monetarias más restrictivas. La política monetaria funciona con retardos, y los efectos retardados del endurecimiento material de las condiciones financieras por parte de la Reserva Federal el año pasado estaban teniendo al mismo tiempo un efecto mayor sobre la economía y las condiciones financieras. Lo que el episodio del SVB reveló fue que la economía es, de hecho, sensible a los tipos de interés, y que las condiciones de la política monetaria son realmente restrictivas y tienen un efecto sobre los segmentos de mayor riesgo del mercado.
  5. En quinto lugar, con el aumento de los riesgos de recesión, es difícil creer que no vaya a haber implicaciones para los mercados de deuda privada en general, incluida una menor afluencia de dinero a este espacio. En la última década, una gran cantidad de financiación abandonó los mercados públicos, ya que el endurecimiento de la regulación de los grandes bancos restó atractivo al negocio. Los mercados de deuda privada han explotado como porcentaje del PIB en los últimos años -pasando de aproximadamente el 5% del PIB en 2016 a aproximadamente el 10% ahora (alrededor de 2,5 billones de dólares)- con vínculos económicos y de mercados financieros que son mucho más opacos. Aunque las empresas de capital riesgo que mantenían sus depósitos operativos en SVB serán resarcidas para financiar las necesidades de capital circulante, el suceso plantea interrogantes sobre los otros tipos de riesgos que pueden estar acechando en estos mercados. La mayor parte de las estructuras de deuda del mercado privado son de tipo variable con coberturas limitadas de los tipos de interés, y tienden a ser utilizadas por empresas que tienen un elevado apalancamiento y son más sensibles a los ciclos económicos. Mientras que los mercados financieros públicos pueden estar dominados por empresas de gran capitalización, las pequeñas y medianas empresas que tienden a endeudarse con los bancos y en los mercados privados dominan la economía real, representando aproximadamente la mitad del empleo total de Estados Unidos.

¿Cuál es el resultado final? Aunque SVB tenía características únicas que dieron lugar a esta vulnerabilidad revelada, su quiebra probablemente endurecerá las condiciones financieras y ralentizará el crecimiento de los préstamos a pesar de los esfuerzos del gobierno por apuntalar la confianza durante el fin de semana. Los bancos en general pueden estar bien capitalizados, pero las retiradas masivas de depósitos siguen siendo un riesgo, ya que los bancos deben competir con fondos monetarios con mayores rendimientos y acceso al PRR de la Reserva Federal. En consecuencia, es difícil imaginar cómo los bancos no endurecerán las normas de concesión de préstamos y ralentizarán su crecimiento. Para el crecimiento económico y la inflación, es el crecimiento del crédito lo que importa para el crecimiento real.

Todo esto significa que la Reserva Federal tiene que hacer menos trabajo pesado para llegar al mismo resultado: unas condiciones financieras restrictivas están ralentizando la creación de crédito y, a la larga, ralentizarán la inflación. Como resultado, la cuestión no es si la Fed sube 50 puntos básicos o 25 puntos básicos en la reunión de marzo. Más bien se trata de si el ciclo de subidas de tipos de la Fed ha terminado. Obviamente, esto dependerá de la rapidez y el grado de endurecimiento de las condiciones financieras en los próximos días y semanas. Con una inflación elevada y unos mercados laborales fuertes, es posible que la respuesta de las autoridades a las quiebras bancarias suavice los riesgos para la estabilidad financiera lo suficiente como para que la Fed vuelva a subir los tipos la semana que viene”.  

 

Tribuna elaborada por Tiffany Wilding, economista de PIMCO para EE.UU.

Philippe Brassac, nuevo presidente del Consejo de Administración de Amundi

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Foto cedidaPhilippe Brassac, nuevo presidente del Consejo de Administración de Amundi.

Amundi ha anunciado importantes cambios en su gobierno corporativo. En concreto, ha anunciado que Philippe Brassac ha sido elegido como próximo presidente del Consejo de Administración, cargo para el que será nombrado en la próxima junta general de la compañía en mayo. Por su parte, Yves Perrier, que ocupaba ese cargo de forma transitoria, será nombrado presidente honorario.

Según explican desde la firma, Yves Perrier aceptó la presidencia del Consejo de Administración de Amundi para apoyar a la empresa durante un periodo de transición. Ahora bien, este periodo finalizará tras la Junta General Anual que se celebrará el 12 de mayo de 2023. “En consecuencia, el Consejo de Administración de Amundi aprobó los siguientes cambios en la gobernanza en su reunión del 13 de marzo de 2023:  Philippe Brassac, que se incorporó al Consejo de Administración en octubre de 2022, sustituirá a Yves Perrier como Presidente tras la Junta General Anual del 12 de mayo; e Yves Perrier será nombrado Presidente Honorario de la empresa”, explican desde la firma.

Expreso mi más sincero agradecimiento a Yves por sus logros, tanto en mi nombre como en el del Grupo Crédit Agricole. Visionario y pragmático, Yves fue el artífice de la creación de Amundi en 2009 y ha impulsado el notable desarrollo de la empresa, que ahora se ha convertido en el líder europeo del sector. Bajo su liderazgo, Amundi ha hecho de la inversión responsable una seña de identidad de su estrategia, en línea con las orientaciones del Grupo Crédit Agricole. También me gustaría subrayar el carácter ejemplar de la transición directiva llevada a cabo, que ha permitido a Amundi -los resultados de 2021 y 2022 así lo atestiguan- confirmar su impulso de desarrollo rentable”, ha señalado Philippe Brassac

Por su parte, Yves Perrier ha añadido: “Ahora que me dispongo a ceder mi responsabilidad como presidente, me gustaría en primer lugar expresar mi orgullo por la trayectoria de la empresa. Hoy en día, Amundi es el líder europeo, respetado por su experiencia, sus resultados económicos y su compromiso como inversor responsable. Quiero compartir este orgullo con todos los directivos y empleados por su compromiso con nuestros valores compartidos. El éxito de Amundi es el suyo. También quiero dar las gracias a nuestros clientes, por su confianza, y a nuestros accionistas -en primer lugar Crédit Agricole-, cuyo apoyo ha sido constante. Amundi tiene un modelo de negocio sólido y fuertes motores de crecimiento para el futuro. Estoy seguro de que, bajo el liderazgo de Valérie Baudson y con el apoyo de Philippe Brassac y del Grupo Crédit Agricole, Amundi continuará su camino de crecimiento. Por mi parte, entre mis futuras responsabilidades, mantendré mi compromiso de promover unas finanzas al servicio de los retos de transición y desarrollo del país».

Inflación, desajuste entre activos y pasivos y liquidez: las tres piezas que podrían hacer caer el dominó, según Larry Fink

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Foto cedidaLarry Fink, presidente y CEO de BlackRock.

Si el año pasado Larry Fink, presidente y CEO de BlackRock, ponía el foco en cómo había cambiado el escenario global y el proceso de desglobalización al que nos enfrentamos, este año se ha centrado en el nuevo escenario macroeconómico al que se enfrentan los clientes e inversores de BlackRock. 

Este entorno, que ya viene describiendo en sus últimas misivas, incluye no solo la inflación, la subida de tipos y las tensiones en el sector bancario, sino también unas economías cada vez más fragmentadas y un mayor proteccionismo y polarización. “Desde la crisis financiera de 2008, los mercados se definieron por una política fiscal y monetaria extraordinariamente agresiva. Como resultado de estas políticas, hemos visto cómo la inflación subía bruscamente hasta niveles no vistos desde la década de 1980. Para luchar contra esta inflación, la Reserva Federal subió los tipos el año pasado casi 500 puntos básicos. Este es uno de los precios que ya estamos pagando por años de dinero fácil, y ha sido la primera ficha del dominó en caer”, destaca.

Un precio que, en su opinión, ha pagado Silicon Valley Bank. “Algo más tenía que ceder a medida que el ritmo más rápido de subidas de tipos desde la década de 1980 dejaba al descubierto las grietas del sistema financiero. La semana pasada asistimos a la mayor quiebra bancaria en más de 15 años, cuando los reguladores federales embargaron el Silicon Valley Bank. Se trata de un clásico desajuste entre activos y pasivos. La semana pasada también quebraron dos bancos más pequeños. Es demasiado pronto para saber el alcance de los daños. Hasta ahora, la respuesta reguladora ha sido rápida y las medidas decisivas han contribuido a evitar los riesgos de contagio. Pero los mercados siguen en vilo”, reconoce.

En este sentido, la pregunta que se hace es si serán los desajustes entre activos y pasivos la segunda ficha del dominó en caer. Según explica, “los anteriores ciclos de endurecimiento han desembocado a menudo en espectaculares catástrofes financieras, como la crisis de las cajas de ahorros y los préstamos de los años ochenta y principios de los noventa o la quiebra del condado de Orange (California) en 1994”. Sin embargo, no quiere ser alarmista e insiste: “Aún no sabemos si las consecuencias del dinero fácil y de los cambios normativos se extenderán en cascada por todo el sector bancario regional estadounidense, de forma similar a la crisis de S&L, con más embargos y cierres por venir”. 

Por último, Fink advierte en su carta de una posible “tercera ficha de dominó” que también podría caer antes este contexto: la liquidez. “Además de los desajustes de duración, es posible que ahora también veamos desajustes de liquidez. Años de tipos bajos han llevado a algunos propietarios de activos a aumentar sus compromisos con inversiones ilíquidas, cambiando menor liquidez por mayor rentabilidad. Ahora existe el riesgo de un desajuste de liquidez para estos propietarios de activos, especialmente aquellos con carteras apalancadas”, afirma. 

Según su previsión, como la inflación sigue siendo elevada, la Reserva Federal seguirá centrada en combatirla y continuará subiendo los tipos y, aunque reconoce que el sistema financiero es claramente más fuerte que en 2008, las herramientas monetarias y fiscales de que disponen los responsables políticos y los reguladores para hacer frente a la crisis actual son limitadas. “Tras años de crecimiento mundial impulsado por un gasto público récord y unos tipos de interés mínimos, el mundo necesita ahora al sector privado para hacer crecer las economías y elevar el nivel de vida de los ciudadanos de todo el planeta. Necesitamos que los líderes de los gobiernos y las empresas reconozcan este imperativo y trabajen juntos para liberar el potencial del sector privado”, propone en su carta.

En su opinión, estas cuestiones, junto con las crecientes tensiones geopolíticas, han situado la seguridad nacional y económica en el centro de atención. Por ejemplo,  defiende que el equilibrio entre precio y seguridad es una de las razones por las que la inflación persistirá y será más difícil de controlar a largo plazo para los bancos centrales. “En consecuencia, creo que es más probable que la inflación se mantenga más cerca del 3,5% o el 4% en los próximos años. Esta nueva economía fragmentada conlleva riesgos, como una inflación elevada, pero también oportunidades”, afirma. 

Implicaciones para la inversión

Todo ello tendrá, según el CEO, importantes repercusiones en la forma en que los propietarios de activos decidan asignar el capital y diseñar carteras duraderas. La primera de esas claves, señala, tiene que ver con la “crisis silenciosa” de la jubilación. “Las menores expectativas de rentabilidad de los mercados, el aumento de los costes de la vivienda y la asistencia sanitaria para los jubilados y el desplazamiento de los riesgos de jubilación a los particulares han hecho que sea más difícil que nunca apoyar el aumento de la longevidad”, afirma. Frente a ello defiende que “para jubilarse cómodamente, la gente necesita invertir sus ahorros durante décadas y aprovechar los rendimientos a largo plazo que ofrece el crecimiento de los mercados de capitales”. Además, argumenta que para ayudar a afrontar la crisis, el papel de la firma pasa por entender qué impulsa la toma de decisiones financieras en los distintos mercados.

“La inversión a largo plazo requiere confianza en el sistema financiero y la creencia fundamental de que mañana será mejor que hoy. Hoy necesitamos líderes que den a la gente razones para tener esperanza, que puedan articular una visión de un futuro mejor. Y necesitamos instituciones que inspiren confianza. Invertir para alcanzar un objetivo financiero como la jubilación es un acto de esperanza y optimismo, que demuestra una perspectiva a largo plazo, confianza en las instituciones financieras y fe en la integridad del mercado. La falta de esperanza, sobre todo ahora que nos adentramos en un periodo de incertidumbre y malestar económico -si no en una recesión en toda regla-, podría ser uno de los mayores obstáculos para convertir a los ahorradores en inversores a largo plazo”, defiende en su misiva a los inversores. 

Como gestora, Fink destaca que BlackRock trabaja por reducir las barreras a la inversión mediante la creación de opciones que faciliten el acceso al mercado y lo hagan asequible allí donde se encuentren sus clientes. 

Una de las propuestas que lanza el CEO en su carta de este año es ayudar a los clientes a navegar e invertir en la transición energética mundial, lo cual está muy conectado con la visión a largo plazo que defiende. “A corto plazo, la política monetaria y fiscal será el principal motor de los rendimientos. A largo plazo, los inversores también deben considerar cómo la transición energética, entre otros factores, afectará a la economía, a los precios de los activos y al rendimiento de la inversión”, argumenta. Y explica que el enfoque de BlackRock ante la inversión en la transición es el mismo que el de toda su plataforma: “Ofrecemos opciones a nuestros clientes; buscamos la mejor rentabilidad ajustada al riesgo dentro del mandato que nos confían; y respaldamos nuestro trabajo con investigación, datos y análisis”.

Por último, Fink ha querido plasmar cómo trabaja BlackRock para ofrecer más opciones de voto por delegación a sus clientes. Según explica, los cambios en el ecosistema de voto tienen el potencial de ser una fuerza transformadora en el gobierno corporativo. 

Seguimos innovando en diversos ámbitos para ampliar las opciones que ofrecemos a los clientes. Algunos de nuestros clientes han expresado su interés por desempeñar un papel más directo en la gestión de su capital, y hemos tratado de ofrecerles soluciones que les permitan votar sus acciones. Como escribí el año pasado a clientes y consejeros delegados de empresas, creo que, si se adopta de forma generalizada, la opción de voto puede mejorar el gobierno corporativo aportando nuevas voces a la democracia accionarial”, indica Fink. 

Planes de negocio y crecimiento

Tras hacer un repaso por las cifras más destacadas de 2022, Fink comparte con los inversores de la firma los planes de crecimiento de la gestora. Según indica, la estrategia de BlackRock seguirá centrada en el crecimiento de Aladdin, iShares y los mercados privados, manteniendo el alfa en el corazón de la compañía, liderando la inversión sostenible y asesorando a los clientes en toda su cartera.

Vemos oportunidades crecientes en áreas como las finanzas de transición, la externalización institucional, una mayor personalización de las carteras institucionales y patrimoniales, y las inversiones alternativas para clientes patrimoniales de todo el mundo. Los clientes desean cada vez más trabajar con BlackRock como gestor de activos global, multiproducto y orientado a las soluciones, con una sólida cultura de inversión y la capacidad de resolver las necesidades tecnológicas”, afirma.

Aun siendo la mayor gestora de activos del mundo, BlackRock sólo tiene una cuota del 3% de los ingresos de un sector fragmentado, por lo que Fink confirma que la gestora sigue teniendo como objetivo un crecimiento orgánico del 5% a lo largo de un ciclo de mercado y esperan superar a la industria tanto en mercados bajistas como alcistas.

Otro de los aspectos destacados de la carta de este año es la referencia específica que Fink hace a los activos digitales. Según reconoce, se están produciendo avances muy interesantes en el espacio de los activos digitales. En concreto, considera que muchos de ellos se están haciendo en mercados emergentes (India, Brasil y partes de África), mientras que  muchos mercados desarrollados, incluido el estadounidense, se están quedando atrás en innovación, lo que encarece mucho los pagos. 

Para el sector de la gestión de activos, creemos que el potencial operativo de algunas de las tecnologías subyacentes en el espacio de los activos digitales podría tener aplicaciones interesantes. En particular, la tokenización de las clases de activos ofrece la perspectiva de impulsar la eficiencia en los mercados de capitales, acortar las cadenas de valor y mejorar el coste y el acceso para los inversores. En BlackRock seguimos explorando el ecosistema de los activos digitales, especialmente las áreas más relevantes para nuestros clientes, como las cadenas de bloques autorizadas y la tokenización de acciones y bonos. Aunque el sector está madurando, existen riesgos claramente elevados y una necesidad de regulación en este mercado. BlackRock está comprometido con la excelencia operativa, y tenemos previsto aplicar a los activos digitales las mismas normas y controles que aplicamos a toda nuestra actividad”, afirma.

La volatilidad será una aliada de los inversores altamente cualificados en private equity en 2023

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Los mercados de capital riesgo experimentaron un giro en 2022 tras la enorme actividad registrada en 2021, tanto en volumen como en velocidad de operaciones. De cara a este año, los primeros meses serán clave para aprovechar la volatilidad y poder seleccionar las mejores oportunidades que se ofrecen a los inversores cualificados, explicó en un reciente balance sobre el sector Dana Haimoff, gestora de carteras del Grupo de Private Equity de JP Morgan AM (JPMAM).

En la presentación de la Guía de Alternativos de la gestora a finales de año y en concreto del sector de private equity, Haimoff señaló que después de una década de constante crecimiento, 2022 marcó una ralentización en la actividad tanto desde el punto de vista de captación como de salidas, que se espera continúe en 2023 y 2024.

Aún sigue habiendo altos niveles de dinero disponible para invertir (dry powder) y la demanda inversora sigue siendo fuerte, pero el hecho de que se hayan acortado los plazos de captación de fondos está generando ciertas dificultades, según la experta. El crecimiento constante del mercado en la última década ha hecho que el porcentaje de capital destinado a este tipo de inversión fuese elevado. “Ahora estamos viendo una retirada, porque se había destinado mucho capital. Y la reducción de la cesta de la renta variable del mercado público ha tenido un impacto sobre el apetito de los inversores en el private equity”, consideró. En su opinión no habrá una reducción de la cantidad de fondos existentes, 2023 seguirá siendo un año muy activo, “pero sí habrá un menor volumen de capital”.

Una de las características más visibles del año pasado fue la drástica reducción de salidas a bolsa, que pasó en Estados Unidos de 196 en 2021 a apenas 14 en 2022. Como estrategias de desinversión del private equity se mantuvieron en el mismo nivel las adquisiciones de compañías y en particular los fondos de continuación, y en cambio hubo mucha actividad a través del  mercado  secundario.

Pese a este entorno más difícil, las valoraciones no han caído como en la renta variable (en especial en los valores de crecimiento). “En primer término porque históricamente existe un retraso en el ajuste de la valoración respecto del mercado público, que si miramos parámetros pasados durante la crisis financiera fue de tres trimestres”, explicó Haimoff. Otro motivo es la cantidad de efectivo aún disponible. “Donde sí hemos visto el ajuste de valoraciones es en fondos de venture capital más maduros con mayor exposición a los mercados públicos por las salidas a bolsa de 2021”, añadió.

Por ello, desde el equipo de JPMAM consideran que la caída de las valoraciones podría empezar a producirse en la primera mitad de este año, también a medida que se reducen las expectativas de beneficios y la actividad en el sector, aunque no esperan que sea tan acusada como la experimentada por ciertos activos de renta variable.

“Parte de la valoración en los mercados privados se establece en base a transacciones similares en sectores similares y lo que hemos visto en las operaciones que se han realizado es que los precios siguen estando altos. Por aquellos activos de alta calidad y resilientes sobre todo cuando se espera una ralentización, se siguen pagando precios elevados”, indicó Haimoff.

Estrategias a tener en cuenta en 2023

En el mundo del capital riesgo “nos entusiasma la volatilidad por las oportunidades que crea y porque amplía las posibilidades de ser creativos”, destacó Haimoff. La experta añadió que si bien el rendimiento tanto del private equity como del venture capital ha sido bueno en los últimos 10 años, la dispersión también ha sido importante, por ejemplo en capital privado se sitúa entre un 5% y casi un 27%. “Así que la clave es cómo construir la cartera para capturar la mitad superior de esa dispersión en rendimientos” a través de la selección de los mejores gestores y las mejores estrategias.

El alza de los tipos de interés en sí no está afectando al mercado a nivel de carteras, pero sí en cuanto a la incertidumbre acerca de hasta qué punto y durante cuánto tiempo seguirán subiendo. Esta falta de claridad está evitando por ejemplo una intervención más activa de los bancos u otras entidades de crédito, añadió.

En opinión de los analistas de la gestora, los ganadores de un mercado en el que manda la liquidez serán aquellos fondos que hayan pasado ya por distintos ciclos y cuyas empresas subyacentes puedan demorar la vuelta al mercado mientras dure la incertidumbre. “En los actuales niveles de liquidez se trata de cómo adaptar la salida al mercado sin que sufra la valoración ante el elevado porcentaje de recientes salidas a bolsa que cotizan por debajo del precio de oferta inicial”, aseguró Haimoff.

A nivel de operaciones, en 2022 dominaron los add-ons, es decir las adquisiciones de compañías que los fondos realizan para integrar en sus participadas. Estas operaciones más pequeñas, financiadas a menudo con fondos del propio balance -a diferencia de las compras apalancadas-, pueden seguir siendo este año una buena opción como forma de consolidación.

2023 también ofrecerá en su opinión sobre todo interesantes oportunidades en el mercado secundario, en el que sí ha habido caídas en las valoraciones que podrán ser aprovechadas en la primera mitad del año. “Otra oportunidad que se presentará será la coinversión”, añadió.

Inflación y recesión

Por el momento las compañías del sector privado han estado protegidas de la inflación porque han podido trasladar los costes más elevados a los precios de sus productos o servicios, pero esta situación podría estar llegando a sus límites, por lo que el análisis pormenorizado de cada compañía para estudiar de cerca este tema será clave en el primer trimestre, explicó la experta.

Y respecto de la recesión, destacó que permanecer invertidos es la mejor forma de optimizar los rendimientos de una cartera, incluso pese a los vientos en contra. La diversificación de las añadas es lo principal a tener en cuenta, añadió.

“El private equity es más permeable a la economía real, por lo que es clave buscar estrategias muy resilientes en cuanto a su habilidad para elegir compañías con una posición fuerte en términos de capital, de mercado y márgenes”, indicó.

Sigue habiendo atractivas oportunidades para los gestores con estrategias diferenciadas de detección de oportunidades y de valor. La principal ventaja competitiva del capital riesgo sigue siendo la misma: inversores altamente cualificados con los recursos necesarios para impulsar el cambio y el crecimiento de las empresas, concluyó.

Sector bancario: atención personalizada a personas mayores y discapacitadas

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A través de las nuevas tecnologías se han facilitado y agilizado muchas gestiones de nuestro día a día. pero esto en ocasiones también origina barreras que dificultan las relaciones entre determinados segmentos de la sociedad, empresas y administraciones públicas. Concretamente, la digitalización de los servicios desarrollada en los últimos años, acelerada por la pandemia del coronavirus, ha transformado la realización de muchos trámites antes presenciales que ahora se realizan únicamente a través de Internet o aplicaciones móviles, siendo necesario disponer de herramientas digitales y tener esos conocimientos.

La digitalización de la sociedad, por tanto, ha supuesto numerosos avances, pero también ha contribuido a la aparición de una serie de retos que deben abordarse, como la brecha digital, debido a la imposibilidad de contar con herramientas o la falta de competencias digitales. Por ello, desde Ceca redactan el Informe del Observatorio de Inclusión Financiera, en el que se refleja cómo el sector bancario, consciente de que esta brecha digital es más acusada en los colectivos vulnerables, como las personas mayores de 65 años y las personas con discapacidad, ha desplegado una serie de medidas para favorecer que todas las personas puedan operar a través de todos los canales puestos a su disposición.

En este contexto, se firma en julio de 2021 por parte de la Asociación Española de Banca (AEB) y Ceca, la asociación de cajas de ahorros y bancos creados por ellas, el “Protocolo Estratégico para reforzar el compromiso social y sostenible de la banca”.

Se incluyen una serie de principios de actuación para potenciar el apoyo del sector financiero a la sociedad y canalizarlo a través de acciones específicas y se recogen medidas de refuerzo de la atención al cliente, articuladas en torno al fomento de la inclusión financiera de toda la población. Concretamente, se adoptan nuevas medidas dirigidas a mejorar la atención personalizada al sector ya mencionado de personas mayores y personas con discapacidad.

Se crea el Observatorio de Inclusión Financiera, con el que se puedan arbitrar, en su caso, conjuntamente entre el sector y las Administraciones públicas, mecanismos para ampliar el acceso a los servicios financieros básicos de la población. Además, se promociona el acercamiento a los servicios financieros, haciéndolos más accesibles a las necesidades de las personas mayores y las personas con discapacidad, para ofrecerles un servicio de calidad más adaptado a sus circunstancias. También se pone a disposición de los colectivos vulnerables, entre ellos los mayores de 65 años, la formación necesaria que facilite y fomente el uso de las soluciones de banca electrónica.

En colaboración tanto con el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital como con el colectivo de personas mayores, el sector bancario español ha sido pionero –entre los distintos servicios privados que las empresas prestan y servicios públicos de las distintas Administraciones– en adoptar medidas concretas para reforzar la atención personalizada. Estas medidas se articularon mediante una actualización del punto 5º del ya mencionado Protocolo, dedicado a la inclusión financiera, por parte de AEB, CECA y la Unión Nacional de Cooperativas de Crédito (Unacc).

Dichas medidas se presentaron formalmente por las tres patronales bancarias, el 21 de febrero de 2022, en presencia de la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, y del gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.

Plataforma educativa digital

El 19 de mayo de 2022, las tres asociaciones bancarias presentaron “Aula Financiera y Digital”, una plataforma de educación financiera y digital con más de 280 iniciativas desarrolladas por las asociaciones impulsoras y sus entidades asociadas, con el objetivo de facilitar el acceso a los conocimientos y las habilidades que permitan a todas las personas tomar decisiones sobre sus finanzas con un mayor grado de información, operar en todos los entornos y canales disponibles y aprovechar las herramientas disponibles para mejorar su salud financiera.

Adaptación de cajeros y ayuda

Además, desde la aplicación del decálogo de medidas, el 91% del total de la red de cajeros de las entidades de crédito se encuentran adaptados a las necesidades de las personas mayores de 65 años y  el 81% de las oficinas han ampliado el horario de caja.

Se mantiene el porcentaje de oficinas que prestan el servicio de caja de 9 a 14 horas, con un horario de atención presencial más amplio, en el 81% del total, siendo el número de oficinas que operan con horario de caja ampliado más del doble en diciembre de 2022 que en diciembre de 2021, a raíz de las medidas tomadas. Desde la aplicación de esta normativa, más de 6,3 millones de clientes mayores de 65 años se han beneficiado de una oficina de atención presencial ampliada, quienes cuentan ahora con atención telefónica sin coste adicional a través de un interlocutor personal. Este servicio recibe alrededor de 6.575 llamadas diarias de media, a las que deben sumarse las consultas atendidas por las oficinas de manera directa y personal.

Puede acceder al informe completo a través de este link.

Los nubarrones se ciernen sobre Credit Suisse tras el plantón de su principal accionista, la caída histórica de su cotización y la sombra del SVB

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La caída del Silicon Valley Bank ya se ha cobrado su primera víctima en terreno europeo: Credit Suisse. El banco, que arrastra problemas desde 2019 que incluyen pérdidas millonarias y diversos casos de corrupción, ha llegado a dejarse un 30% en la sesión bursátil de hoy. En realidad, el detonante de esta fuerte corrección han sido las declaraciones del principal accionista de la entidad, el Banco Nacional Saudí, que afirmó que no tiene intención de invertir más dinero en la firma suiza. Aunque lo justifica por razones regulatorias -al afirmar que incrementar su participación del 9,8% les obligaría a asumir un nuevo régimen regulatorio-, ha hecho daño la manera categórica en la que se ha expresado el presidente del banco, Ammar Abdul Wahed Al Khudairy, al afirmar que “absolutamente no” van a invertir un euro más en Credit Suisse.

Los inversores han propinado tal castigo a la entidad que han provocado la cotización más baja del banco en sus 167 años de vida, perdiendo el nivel de los 2 francos por acción. De hecho, la cotización ha estado suspendida en varios tramos de la sesión por los enormes niveles de volatilidad. Si tomamos como referencia el máximo histórico de la entidad, que marcó en 84 francos suizos en 2007, supone un retroceso del 98% en la cotización bursátil del que es el segundo banco de mayor tamaño de Suiza, solo por detrás de UBS.

El rápido retroceso también se ha reflejado en los seguros contra impago de Credit Suisse (CDS por sus siglas en inglés), que han llegado a alcanzar máximos históricos al poner el mercado en precio una probabilidad de impago del 47%. El equipo de asesoramiento y análisis de A&G indica que “los credit default swaps (CDS) a un año de Credit Suisse, que indican la predisposición bajista de los inversores, aumentaron hasta 800 puntos básicos el miércoles, desde los 250 puntos básicos de principios de mes”; en algún punto de la sesión llegaron a superar los 1.200 puntos. Según Bloomberg, los CDS de Credit Suisse cotizan tan alto que equivalen a 18 veces los de UBS y a nueve veces los de Deutsche Bank, prueba de la situación límite en la que se encuentra el banco. Desde A&G recuerdan que ayer mismo Credit Suisse reveló que su auditor, PwC, identificó «debilidades materiales» en sus controles de información financiera.

Los números rojos del banco suizo han arrastrado al resto de parqués europeos, figurando el Ibex 35 como el más castigado de la eurozona al perder más del 4%. De los bancos del selectivo español, el que más ha sufrido ha sido Banco Sabadell, con un desplome de doble dígito en algunos momentos de la sesión. El resto de los parqués europeos también registraron números rojos, figurando el Cac 40 francés y el FTSE 100 inglés asimismo entre los índices más penalizados, con caídas superiores al 3%. Además, los temblores de Credit Suisse también provocaron una apertura en rojo de Wall Street, siendo Boeing, Goldman Sachs y JP Morgan los tres valores con más ventas, con sendas pérdidas en torno al 5%.

El VIX, conocido como el termómetro del miedo por medir la volatilidad de las bolsas, no fue ajeno a esta reacción en cadena; en el momento de escribir estas líneas, ya había repuntado casi un 16,5%, hasta los 27 puntos.

Una caída a cámara lenta

Diversas voces de expertos llevan tiempo advirtiendo de la debilidad de Credit Suisse. Según resume Eoin Walsh, Portfolio Management de TwentyFourdesde que la entidad anunció su plan de reestructuración a tres años y llevó a cabo una exitosa ampliación de capital, ha habido una serie de historias negativas que le han rodeado. «Esto incluye una investigación sobre la afirmación del presidente, Axel Lehmann, de que los flujos de salida habían cesado; investigación que se ha cerrado desde entonces sin ninguna acción. Un informe de FINMA, el regulador suizo, que destaca un grave incumplimiento de las obligaciones de supervisión en relación con Greensill y cuya investigación fue retrospectiva y también se ha cerrado. Un retraso técnico en la publicación de sus resultados del ejercicio 2022 impulsado por la SEC y, por último, la declaración de ayer sobre la debilidad material en su control interno sobre la información financiera entre 2021 y 2022. No se trata de cuestiones que puedan tomarse a la ligera, pero nos atreveríamos a afirmar que en su mayoría están relacionadas con los deficientes controles de gobernanza y riesgo de Credit Suisse, que les han llevado a su actual situación de vulnerabilidad, y que la actual dirección se esfuerza por remediar», explica Walsh.

Esta misma mañana,  el economista Nouriel Roubini afirmaba en una entrevista con Bloomberg que «Credit Suisse puede ser demasiado grande como para dejarlo caer también, pero también es demasiado grande como para salvarlo».  Previamente, esta mañana, Roubini había tuiteado: “Los fondos de pensiones de Reino Unido, el Silicon Valley Bank (SVB) y los bancos regionales estadounidenses y ahora Credit Suisse son todos síntomas de riesgos de mercado, dada la duración del riesgo y el repunte de los rendimientos en el largo plazo. Pero, una vez que se produzca el hard landing económico, emergerá el riesgo de crédito como un riesgo adicional severo para la economía real y el sistema financiero”. El economista ha defendido la tesis del hard landing desde hace un año, y en otro tuit declaró que “ahora es claramente inevitable”.

Por su parte, el también economista, asesor de Allianz y ex PIMCO Mohamed El-Erian ha tuiteado: “Los tres principales factores tras la corrección actual del mercado son la mala gestión de bancos a nivel individual, lagunas en la supervisión, una transición de la política monetaria mal gestionada que complica los insuficientes ajustes entre los sectores público y privado y la volatilidad inducida por las políticas monetarias, que amplifica la fluidez económica y financiera”.

Un mal momento

Según el diagnóstico de Walsh, desafortunadamente para Credit Suisse, todos estos comentarios han llegado en un momento en el que los mercados están centrados en el colapso del Silicon Valley Bank (SVB) y de varios bancos regionales de EE.UU., lo que, en su opinión, ha provocado un contagio en el sector financiero mundial. «Hay muy pocos paralelismos entre los grandes bancos europeos y SVB, y en particular el tratamiento y la tenencia de bonos del Estado a largo plazo es muy diferente. En lo que respecta específicamente a Credit Suisse, el banco declaró ayer que su exposición a tipos fijos se limita a sólo 2.500 millones de francos suizos en la cartera de liquidez, que está totalmente cubierta. Esto coincide con lo que estamos escuchando de otros bancos europeos y no es en absoluto sorprendente dado el alto nivel de regulación en Europa», afirma el gestor de TwentyFour.

En su opinión, la dirección de la entidad bancaria va a tener dificultades para calmar a los inversores y a los titulares de depósitos, y al Banco Nacional Suizo (SNB), al que según el Financial Times, la entidad habría solicitado formalmente ayuda, y el regulador suizo, FINMA. «En última instancia, necesitan tiempo para que su plan de reestructuración tome forma, pero es probable que los flujos de depósitos sean el factor determinante de su éxito. El banco acaba de notificar una ratio CET1 del 14,1%, por lo que está muy capitalizado, y su ratio de liquidez media (LCR) era del 150% en el primer trimestre de 2023, pero estas estadísticas parecen carecer de sentido en la situación en la que se encuentran, que tiene que ver con la liquidez y la confianza, o la falta de ellas. Si el Banco Nacional Suizo/FINMA interviene, una línea de liquidez parecería el primer paso obvio, si es que la entidad estuviera sufriendo salidas. Además, algunos activos podrían retirarse del balance, algo que vimos que ocurrió en varios bancos durante la crisis financiera mundial y, en este caso, esperaríamos que los activos fueran de mucha mejor calidad que los que se trataron entonces. Este apoyo podría darle el tiempo que necesita, pero la situación es muy fluida en este momento, y dado el sentimiento negativo impulsado por los bancos regionales estadounidenses, el momento no podría ser peor», concluye Walsh.

Bancos fuera de EE.UU. y la sombra de SVB: Credit Suisse, en el ojo del huracán

A la hora de analizar el riesgo de contagio de la crisis de Silicon Valley fuera de EE.UU., los expertos apuntan a Credit Suisse: “El riesgo más evidente es para Credit Suisse, que lleva un tiempo sufriendo sus propios problemas. Su cotización está en mínimos históricos y ha perdido un 70% de su valor desde principios de 2022”, comenta Jérémie Boudinet, responsable de Crédito de Grado de Inversión de La Française AM. El banco está luchando por recuperar la confianza de sus clientes tras un pésimo anuncio de resultados en el cuarto trimestre y una pérdida neta para todo el año 2022 de 7.300 millones de francos suizos. Está peleando por estabilizar las salidas de depósitos y activos bajo gestión, que fueron muy elevadas en el cuarto trimestre (93.000 millones de francos en Wealth Management, 8.000 millones en Swiss Bank y 12.000 millones en Asset Management), y también registró pérdidas en prácticamente todos sus segmentos de negocio”, comenta. “Los próximos meses serán clave para Credit Suisse, que necesita absolutamente estabilizar su base de depósitos, incluso a costa de su rentabilidad, que de todos modos ya se ve gravemente mermada”, asegura.

Su hipótesis de base es que Credit Suisse puede acabar más o menos dividido, con la venta parcial o total de su franquicia de banca de inversión, conservando su rama minorista suiza y parte de su franquicia de Gestión Patrimonial en el extranjero. Sin embargo, esta hipótesis gira en torno a su capacidad para contrarrestar las salidas de depósitos a corto y medio plazo. “El caso más parecido que se ha dado últimamente fue el del Banco Popular en España, que se vendió por 1 euro al Santander para salvaguardar a los titulares de depósitos y a los tenedores de bonos senior”, recuerda Boudinet. Por ello en la gestora evitan invertir en la entidad: “Aunque se trata de un riesgo de cola muy lejano, el miedo actual al contagio y la presión de los mercados son muy poco favorables para el banco suizo”.

Sobre la situación de otros bancos fuera de EE.UU. es optimista: “No vemos ningún motivo fundamental de preocupación. Aunque los bonos de los bancos de «beta más alta», como Deutsche Bank, tienden a reaccionar de forma exagerada a este tipo de noticias, en nuestra opinión no hay nada que ver. Los fundamentos crediticios de los bancos europeos nunca han sido tan positivos, con indicadores de depósitos estables, bajos índices de morosidad y elevados colchones de capital. También suponemos que, en un escenario muy negativo, los tenedores de bonos preferentes y subordinados estarían protegidos por una posible prohibición del reparto de dividendos y otras medidas de protección (acceso ilimitado a la liquidez de los bancos centrales, etc.), como ocurrió durante la crisis de COVID-19 en 2020”. Además, las pérdidas no realizadas en las carteras de valores mantenidos hasta su vencimiento son mucho menos significativas para los bancos europeos (normalmente entre el 0% y el 20% de su valor contable tangible), en comparación con los bancos estadounidenses, añade el experto. “Y una vez más, subrayemos aquí que no es en absoluto motivo de preocupación, ya que los bancos cubren estas exposiciones, que ni siquiera necesitan deshacerse, a menos que se produzcan enormes salidas de depósitos”.

«Estos acontecimientos que estamos viviendo meteóricamente, no hay nada más rápido que el dinero cuando cunde el pánico, son una bajada de marea para la banca y alguno puede sorprender por su falta de pudor. Las caídas son tan acuciantes en Europa que varios bancos han tenido que suspender cotización, Société, Monte dei Paschi y UniCredit; el Stoxx 600 Banks, se ha desplomado ya un 13%. A pesar de este tsunami, la banca europea está más regulada y controlada que los bancos regionales de EE.UU.; por ejemplo, en la banca española la cartera de deuda pública, en su mayoría, está clasificada como bonos a coste de amortización, es decir, sin venta anticipada y por tanto sin influir contablemente hasta vencimiento y, por supuesto, no es su único activo en cartera, caso de SVB», comenta Juan Abellán, director del Máster de Mercados Financieros y Gestión de Activos del IEB.  «Es una verdadera tormenta, sí, pero los bancos españoles y europeos están bien anclados, esperemos y no lo creo, que no se suelte el anclaje. Otra cosa, interesante, es ver qué hace Christine Lagarde mañana», apostilla.

¿Cómo será la reforma de las pensiones que se aprobará mañana?

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El Gobierno español ha llegado a un acuerdo sobre la reforma del sistema de pensiones que permite dar vía libre al cuarto paquete de los fondos europeos Next Generation. Todo apunta que el texto de la reforma se aprobará mañana jueves en un Consejo de Ministros extraordinario.

Por ahora, han trascendido las líneas maestras del documento. En primer lugar, implica una subida de las cotizaciones a través de varios aspectos. Primero, porque se incrementan las bases máximas de cotización, que aumentarán progresivamente desde los 4.495 euros actuales de acuerdo con el IPC de cada año más un porcentaje de un 1,2% hasta 2050. Además, aparece una cuota de solidaridad para los salarios más altos y que será del 1% en 2025 más un 0,25% en los años sucesivos, hasta llegar en 2045 al 6%. En tercer lugar, lo que se conoce de reforma incluye un “mecanismo de solidaridad intergeneracional” que consiste en una aportación extra en la cotización de los trabajadores: pasará del 0,6% (un 0,5% lo asume la empresa y un 0,1% el trabajador) a 1,2% en 2050. Para llegar a ese porcentaje se incrementará la cotización por este concepto una décima al año.

También habrá cambios en cuanto al cómputo de las cotizaciones para calcular la cuantía de la pensión. A partir de ahora habrá dos sistemas a elegir. El primero es el vigente en la actualidad y que supone el cálculo de la pensión en base a los últimos 25 años cotizados. Pero existirá la posibilidad de un cálculo en base a los últimos 29 años, pero en lo que el trabajador podrá eliminar los dos peores ejercicios. La Seguridad Social decidirá entre ambas opciones para dar al futuro pensionista la prestación más favorable.

Según el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, estas medidas hacen más equitativo el sistema y permitirán que no se vean perjudicados los trabajadores que tienen carreras profesionales más volátiles así como los que sus últimos años profesionales no son los mejores ya que han sido expulsados del mercado laboral prematuramente.

Por otra parte, la reforma garantiza que las pensiones mínimas contributivas alcancen el 60% de la renta mediana y las no contributivas crecerían hasta converger en 2027 con el 75% del umbral de la pobreza calculado para un hogar unipersonal. Por otro lado, para las mujeres trabajadoras por cuenta ajena que cuenten con lagunas de cotización, se aplicará el 100% de la base mínima entre el mes 49 y el 60 sin cotización (hasta el quinto año) y el 80% de la base mínima entre el mes 61 y el 84 (del quinto al séptimo año).

Cómo se vigilará el aumento del gasto

Los cálculos realizados por el Ejecutivo suponen que, con el nuevo sistema, los ingresos se incrementarán en 15.000 millones de euros y los gastos en 2.500 millones. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, AIReF, vigilará y emitirá informes sobre la evolución del gasto en pensiones hasta 2050. Si el gasto excede del 15% del PIB (actualmente es del 12%), el Gobierno de turno propondrá medidas que impliquen aumentar los ingresos (las cotizaciones) y/o reducir el gasto.

Si estas medidas no fuesen aprobadas por el Parlamento, se incrementará automáticamente el mecanismo de solidaridad intergeneracional.

Bonos del Estado: qué son, qué características tienen y principales términos para entender su funcionamiento

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Los bonos y las obligaciones del Estado español son valores emitidos por el Tesoro a un plazo superior a dos años. Ambos tienen las mismas características, salvo en el plazo de vencimiento, que en el caso de los bonos oscila entre 2 y 5 años, y en las obligaciones es superior a 5 años. En la actualidad, el Tesoro emite bonos a 3 y 5 años, así como obligaciones a 10, 15, 30 y 50 años. Los bonos y las obligaciones del Estado español son títulos con interés periódico, en forma de cupón. El cupón que devengan se paga cada año, y representa el tipo de interés nominal del Bono.

El valor nominal mínimo que puede solicitarse en una subasta de bonos del Estado es de 1.000 euros. Las peticiones de importes superiores deben de ser múltiplos de 1.000 euros. Además, el valor nominal mínimo que, posteriormente, puede negociarse es también de 1.000 euros.

Las emisiones de bonos se llevan a cabo mediante sucesivos tramos, con el fin de alcanzar un volumen en circulación elevado que asegure que los valores sean muy líquidos. Generalmente se emiten mediante subasta competitiva, en la que los inversores pujan por esos bonos indicando el tipo de interés al que están dispuestos a adquirirlos, y el Tesoro adjudica los bonos a los mejores ofertantes. En algunos casos también se pueden emitir por sindicación, en las que el Tesoro, para colocar las nuevas emisiones de bonos del Estado lanzadas, contrata a bancos de inversión que reciben las órdenes directas de compra de esos bonos de los inversores (normalmente inversores institucionales).

Términos a tener en cuenta para entender cómo funcionan los bonos que emiten los distintos Estados. Cuando adquirimos un bono, le prestamos a un Estado o Gobierno un importe de dinero acordado durante un período de tiempo determinado a priori. A cambio de ello, el Estado en el momento de amortización o vencimiento nos devuelve el dinero, añadiendo de forma periódica un porcentaje o importe de interés establecido, denominado cupón.

Cuando el bono vence, se devuelve la inversión inicial, llamada principal. El principal, también conocido como valor nominal del bono, es el importe que se acuerda pagar al titular de dicho bono, sin incluir los cupones. La fecha en que se recibe de vuelta el importe de capital adeudado se conoce como la fecha de vencimiento, que varía según la duración del bono. Además, cuando hablamos de bonos de emisores públicos en general, debemos tener presentes estos otros términos:

1.Precio del bono: debería ser igual al valor nominal de ese bono. Sin embargo, una vez se ha emitido en el mercado primario, el precio de un bono en el mercado secundario puede fluctuar dependiendo de distintos factores como son:

a. La oferta y demanda de bonos existente.

b. Los tipos de interés del dinero. Si son más bajos que el interés del cupón de un bono, normalmente la demanda de ese bono aumentará. En cambio, si los tipos de interés aumentan por encima del interés del cupón del bono, la demanda del bono disminuirá.

c. La inflación. Una inflación elevada afecta negativamente a los titulares de bonos, debido principalmente a que:

-El pago del cupón resulta menos valioso para los inversores cuando el poder adquisitivo de dicho cupón disminuye debido a la inflación.

-Cuando la inflación es elevada, los bancos centrales suelen subir los tipos de interés, que están inversamente relacionados con el precio de los bonos: cuanto más altos son los tipos de interés, el precio de los bonos en el mercado secundario es menor.

d. Plazo pendiente para el vencimiento del bono. La cantidad de pagos de cupones restantes antes de que el bono venza también afecta su precio. Cuando llega el vencimiento del bono, únicamente se paga el principal (préstamo original). Es decir, el bono se devuelve a sus valores nominales a medida que se acerca a su vencimiento.

e. Calificación crediticia del Estado emisor.

f. Riesgo de divisa. Cuando tenemos bonos en moneda distinta a la nuestra, las variaciones de los tipos de cambio podrían ocasionar que caiga o que suba el valor del bono.

Si un bono que tiene un precio igual a su valor nominal se dice que opera a la par. Si su precio disminuye por debajo del valor nominal, opera con descuento, mientras que, si el precio aumenta por encima de dicho valor nominal, es una operativa con prima.

2.Las fechas de vencimiento del cupón: aquellas en que el emisor del bono debe pagar los cupones, que pueden ser anuales, semestrales, trimestrales o mensuales.

3.Tasa del cupón: es el valor de los pagos de intereses del bono, expresado en forma de porcentaje de su valor de principal.

Tribuna elaborada por Víctor Pombo, perteneciente al Equipo de Negocio de BBVA Asset Management.

Arcano Partners refuerza su presencia en Cataluña y se traslada a una nueva oficina en Barcelona

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Arcano Partners, la firma independiente de asesoramiento financiero y gestión de activos con sede en España, anuncia su traslado a una nueva oficina en Barcelona. Con este cambio, la entidad da un paso más en su compromiso histórico con Cataluña.

Desde su fundación, hace 20 años, Arcano Partners ha tratado de ofrecer a sus clientes un servicio de alta calidad en la región de Cataluña. La nueva oficina, ubicada en Avenida Diagonal 484, 4o 2a, en pleno corazón de la zona financiera de la ciudad condal, permitirá a la firma estar más cerca de sus clientes y brindarles un servicio aún más personalizado.

La firma continúa reforzando su apuesta por Cataluña, el cambio de oficina supone un paso más para consolidar su marca en la región. La incorporación de Mónica Silva el año pasado como directora del área de Investor Relations formó parte de la apuesta de Arcano por seguir ampliando su equipo con profesionales experimentados, con el principal objetivo de seguir aportando valor diferencial, y fijando su base inversora presente y futura. En este sentido, Arcano Partners ha consolidado durante los últimos años una potente base inversora de clientes estratégicos catalanes. Además, la firma está en búsqueda constate de oportunidades que puedan surgir en el futuro para seguir fortaleciendo su presencia allí.

Por lo tanto, el traslado a la nueva oficina de Arcano Partners en Barcelona es un paso importante en el compromiso histórico de la firma con Cataluña, así como en su consolidación en la ciudad de Barcelona.

Iñigo Susaeta, Managing Partner de Arcano Partners, ha descrito el traslado como una prueba de que están llevando a cabo su expansión mientras seguimos manteniendo su liderazgo: “Trasladarnos a esta nueva oficina es un gran orgullo para nosotros. Con el fichaje de Mónica, conseguimos consolidar una base inversora muy potente una región que siempre ha sido clave para Arcano Partners. Ahora, el cambio de oficina nos permite seguir reforzando nuestra presencia en Barcelona, lo cual es una gran noticia para la firma ya que este es un territorio clave para nosotros”.

Arcano Partners cuenta acualmente con alrededor de 9.100 millones de euros gestionados y asesorados en private equity, crédito, infraestructuras, venture capital y real estate, entre otros.

¿Endurecerán los principales bancos las condiciones de sus préstamos?

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La quiebra de una empresa no es un evento agradable. Dicho esto, pecando de optimistas, podemos centrarnos en los aspectos positivos del (o)caso de Silicon Valley Bank (SVB). Su desafortunado final ha servido para, probablemente, poner el punto y final al último “equity bear market rally”. Al mismo tiempo, debería servir como recordatorio de lo importante que es ejercer la diligencia debida previo a acometer una inversión o incluso, elegir un depositario.

La tercera lección versa sobre lo habituada que está la sociedad en su conjunto a convivir en un entorno de tipos ultra acomodaticio y cómo un endurecimiento de las condiciones de financiación expone los desequilibrios que permanecen ocultos dentro del anterior régimen.

Sin querer elaborar una lista infinita, no se pueden obviar otras cuestiones como es el hecho de que tanto el negocio de SVB como el de Signature Bank tenían fuertes lazos con dos sectores muy “calientes”, tecnología y cripto divisas, que han formado parte de la burbuja especulativa formada en diferentes mercados. Ni tampoco que parece que algunos de los clientes de SVB (profesionales a cargo de fondos y startups) habían olvidado el concepto básico de la diversificación y habían concentrado un riesgo excesivo en este banco. Suerte para ellos que ha llegado a su rescate el Gobierno estadounidense.

Dicho lo anterior, este evento tiene consecuencias y una de las principales es que los bancos van a endurecer las condiciones de sus préstamos y si quieren minimizar el riesgo de salidas de depósitos, deberán mejorar la rentabilidad ofrecida, lo cual afectará a sus márgenes. Un resultado adicional será que los reguladores aumentarán la supervisión sobre los bancos de menor tamaño. Todo ello va a tener un impacto negativo en una economía que ya venía desacelerándose.

En lo que respecta a qué hacer en carteras, la tentativa de rebote que se está produciendo en los activos de riesgo, al calor de la rebaja de expectativas de subida de tipos, puede constituir una buena oportunidad para que, aquellos inversores que no lo han hecho aún, reduzcan el riesgo, principalmente en renta variable. En un entorno de desaceleración económica y desinflación vemos un mejor binomio de rentabilidad/riesgo en los tramos largos de la deuda pública.

Más allá del hecho de que el entorno macro es propicio para el activo y del tipo real positivo ofrecido, observamos que, según la CFTC (Commodity Futures Trading Commission), las posiciones especulativas cortas están muy extendidas, similar a finales de 2018, cuando la TIR del bono americano a 10 años hizo techo en el 3,2% para bajar hasta el 0,5% en 2020. Un dato adicional interesante basado en la historia es que remontándonos a 1800, nunca ha habido tres años seguidos de rentabilidad negativa en los bonos americanos. Si la historia se repite, por lo tanto, 2023 podría ser un buen año para mantener una posición larga en duración que, además, posiblemente, ayudará a diversificar la exposición a renta variable.

Las posiciones en deuda pública las complementaríamos con crédito de calidad e incluso por debajo de grado de inversión. En un entorno previsible de caída de bolsas, su rentabilidad difícilmente será positiva y por lo tanto, serán un elemento de diversificación inferior, pero a medio plazo, hay valor, teniendo en cuenta las TIRes que ofrecen y los niveles a los que cotizan los spreads de crédito frente a un escenario futuro en el que el repunte de la tasa de impagos será limitada.

La recomendación a la hora de invertir en crédito es hacerlo en fondos de gestión activa frente a ETFs. La dispersión en el mercado de crédito está en niveles altos, lo cual es un buen caldo de cultivo para el buen gestor de renta fija, y por otro lado, dada la menor liquidez del mercado de crédito, los inversores estarán más resguardados en un fondo con liquidez diaria (y restricciones a los reembolsos –“gates”-) que un ETF que ofrece liquidez intradía.

Tribuna de Ion Zulueta, director de análisis en iCapital