Pixabay CC0 Public DomainDomeckopol. Viena, la ciudad del mundo con mejor de calidad de vida para los expatriados
Según el vigésimo Estudio mundial sobre calidad de vida de Mercer, a pesar de la volatilidad política de Europa debido a la incertidumbre provocada por el Brexit, muchas de sus ciudades siguen ofreciendo una gran calidad de vida para los expatriados de las grandes multinacionales.
En este sentido, Viena ocupa el primer puesto por noveno año consecutivo, seguida por Zúrich, Auckland y Múnich. En quinta posición se sitúa Vancouver, que cierra las cinco primeras posiciones, convirtiéndose en la ciudad con mayor calidad de vida de Norteamérica. Singapur (25) y Montevideo (77) son las ciudades con mejor calidad de vida de Asia y Latinoamérica, respectivamente.
“Vivimos en un mundo cada vez más global, competimos por nuestro talento, ya no de una forma local sino con compañías de cualquier nacionalidad ubicadas en cualquier país. El talento que podemos encontrar ahora es más digital, más diverso y a la vez con mayor movilidad, sus aspiraciones en términos de carrera, estilo de vida e incluso dónde quieren trabajar son muy distintas. Las compañías deben tener en cuenta todos estos factores en su propuesta de valor tanto para los empleados locales, como para empleados en movilidad internacional”, explica Rafael Barrilero, socio de Mercer.
Este estudio se elabora anualmente para ayudar a las multinacionales y otras organizaciones a establecer una compensación justa a la hora de desplazar empleados. El estudio sobre calidad de vida de Mercer ofrece valiosa información, así como recomendaciones sobre más de 450 ciudades alrededor del mundo; el ranking de este año incluye 231 de esas ciudades.
Este año, Mercer elabora de forma separada un ranking de las condiciones de salubridad de las ciudades, el cual analiza el tratamiento de los residuos, las aguas residuales, niveles de enfermedades infecciosas, contaminación, acceso y calidad del agua potable, elementos muy importantes en el atractivo de las ciudades, tanto para empleados como para las empresas. Honolulu encabeza esta clasificación, seguida por Helsinki y Ottawa, mientras que Dhaka y Port au Prince ocupan los últimos puestos.
“El éxito de una asignación internacional depende del bienestar personal y profesional del individuo expatriado y de sus familias. Una mala calidad de vida puede afectar a la toma de decisión del expatriado y además causa un impacto negativo en el atractivo de una ciudad y un negocio. Las generaciones más jóvenes, millennials en particular, a menudo tienen unas expectativas muy altas en cuanto estilo de vida y opciones de ocio y tiempo libre. Las organizaciones con expatriados necesitan una foto completa de las condiciones de los lugares de destino para compensar adecuadamente a los empleados si disminuyera su calidad de vida”, resalta Barrilero.
Países emergentes
En cambio, las ciudades de países emergentes, a pesar de los retos políticos y económicos a los que se enfrentan, están alcanzando puestos más altos en la clasificación tras décadas de inversiones en infraestructuras, ocio y alojamientos para atraer a las compañías multinacionales.
Por ejemplo, en Sudamérica, Montevideo (77) tiene la mayor calidad de vida, seguida por Buenos Aires (91) y Santiago (92). Caracas (193) y Port Au Prince (228) ocupan los puestos más bajos de la región. San Juan (96) ha descendido 21 posiciones, experimentando la mayor caída en el ranking a nivel mundial.
En el caso de Asia-Pacífico, la región se caracteriza por una gran disparidad en cuanto a la calidad de vida. Singapur sigue ocupando el puesto más alto (25) mientras que Dhaka ocupa el 216. En el sureste de Asia, Kuala Lumpur (85) sigue a Singapur, otras ciudades importantes serían Bangkok (132), Manila (137) y Yakarta (142). Cinco ciudades japonesas copan los puestos más altos de esta zona: Tokio (50), Kobe (50), Yokohama (55), Osaka (59) y Nagoya (64). Otras ciudades destacables de Asia serían Hong Kong (71), Seúl (79), Taipéi (84), Shanghái (103) y Beijing (119). En cuanto a condiciones de salubridad, la lista también varía considerablemente con Kobe (8) en el puesto más alto y Dhaka (230) en el más bajo.
Nueva Zelanda y Australia siguen teniendo posiciones altas en la clasificación: Auckland (3), Sídney (10), Wellington (15) y Melbourne (16) siguen entre las 20 primeras. Sus ciudades también tienen buenas posiciones en la lista de condiciones de salubridad con Auckland en el quinto puesto a nivel mundial y Adelaida en el séptimo.
Países desarrollados
Europa sigue liderando este ranking, en términos generales. Viena sigue siendo la ciudad con mayor calidad de vida, tanto en la región, como a nivel mundial, y ofrece a sus residentes y expatriados un alto nivel de seguridad, un transporte público bien estructurado y gran variedad de opciones culturales y de ocio. Múnich pasa al puesto tercero, debido a que la ciudad ha continuado esforzándose en atraer talento invirtiendo continuamente en tecnología y promoviendo su oferta cultural.
Debido a los ataques terroristas, Estocolmo cae tres puestos (23), mientras que Oslo (25) y Lisboa (38) aumentan seis y cinco posiciones respectivamente. Londres sigue cayendo en la lista debido a sus problemas con el tráfico y la polución, ocupando este año el puesto 41. En España, Madrid sube dos puestos en relación al año pasado, pasando del 51 al 49, mientras que Barcelona desciende una posición y se sitúa en la 43.
En Norteamérica, las ciudades canadienses tienen los puestos más altos en calidad de vida con Vacouver a la cabeza (5). San Francisco (30) es la ciudad con mejor calidad de vida de Estados Unidos, seguida por Boston (35), Honolulu (36), Seattle (44) y Nueva York (45). El aumento del índice de delitos en Los Ángeles ha propiciado que caiga seis lugares (64). Monterrey (112) cae dos puestos este año, mientras que la capital del país, Ciudad de México (129) desciende uno.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFotos: Faungg's photos . El aumento de los rendimientos de la renta fija apunta a una subida en el precio de las materias primas
Ha sido un largo camino, pero los inversores se están haciendo a la idea de que los rendimientos de la renta fija mundial están apuntando al alza. Este hecho ha suscitado ríos de tinta sobre la respuesta de los mercados de renta fija y variable a la revalorización de los bonos. Se ha prestado menor atención al posible impacto del aumento de los rendimientos y los tipos de interés sobre el precio de las materias primas.
No cabe duda de que están aumentando los rendimientos de la deuda pública, especialmente en Estados Unidos. Las subidas de la Reserva Federal desde 2015 han aumentado poco a poco los rendimientos de la deuda pública estadounidense. La administración actual está reforzando esta tendencia en estos momentos. Al ser más nítidos los desmanes de la Casa Blanca en el capítulo de la política fiscal, los inversores mundiales están revisando el riesgo de la deuda estadounidense, con repercusiones sobre la inflación, el dólar y los mercados de renta variable.
En cuanto a las materias primas, el aumento de los rendimientos de los bonos va a encarecer los préstamos para los productores. Como resultado, los proyectos nuevos serán aparentemente menos atractivos y la respuesta de la oferta al encarecimiento posterior de las commodities podría verse gravemente afectada.
Sin embargo, un posible quebradero de cabeza para los productores de materias primas podría suponer una oportunidad para los inversores. El aumento de los rendimientos contribuirá a reforzar las limitaciones en el lado de la oferta, ya de por sí favorables, lo que supone que, en caso de dispararse el precio de las commodities, se podrían superar las previsiones.
Una disciplina poco ortodoxa
Las existencias ya han pasado por una fuerte contracción en todo el mercado de las materias primas, ya que los productores están dando muestras de una disciplina atípica en esta fase del ciclo. Desde nuestro punto de vista, fuera de los mercados de renta fija, existen tres factores fundamentales que favorecen las limitaciones en el lado de la oferta.
China es uno de ellos; el mayor consumidor mundial de recursos naturales, que ha restringido la oferta en muchas commodities: específicamente, el carbón, el acero y el aluminio, por razones medioambientales. La actuación concertada de China ya ha tenido el efecto de ejercer una presión alcista sobre el precio del carbón, el mineral de hierro y los metales básicos, con un impacto positivo en el sector de los materiales.
Al cierre del año 2016, la OPEP y Rusia forjaron una alianza que eliminó 1,8 millones de barriles al día en la producción del petróleo en el mercado. Una vez más, esta situación no tiene precedentes. Si hacemos una retrospectiva, hace 40 años, nunca funcionaron las tentativas de la OPEP para que Rusia cooperase en la reducción del suministro.
Hoy por hoy, tras haberse cumplido el primer año de esta acción, tenemos la prueba de que esta época es distinta. Tanto la OPEP como Rusia iniciaron los cortes en la producción a finales de 2016, y a lo largo de 2017, parece que también van a mantener un equilibrio en el mercado a lo largo del año 2018. En su acción coordinada proyectan una imagen de fuerte unión.
Atentos a la meteorología
Nos entrevistamos con los productores que operan en todo el espectro de los metales básicos, los metales preciosos, las commodities a granel y la energía. En esas conversaciones que mantuvimos, los productores siguen centrados en el saneamiento de sus balances y la creación de valor para el accionista en lugar de aumentar sin más la producción.
Las existencias de las materias primas agrícolas también están acusando una contracción, que se revelará significativa si las condiciones meteorológicas producen daños en las cosechas. En este año, se han dado notables aumentos en el precio de los cereales y las semillas oleaginosas.
Estas han sido las consecuencias de dos fenómenos meteorológicos bien localizados: el primero afectó al trigo en las llanuras del sureste estadounidense; el segundo tuvo efectos sobre la producción argentina de la soja. Otro acontecimiento meteorológico que afectó al hemisferio norte podría impulsar aún más el precio de los productos agrícolas.
Perspectivas positivas
El sector de las materias primas nunca ha seguido semejante disciplina en la limitación de la nueva producción conforme se estabilizan los precios y aumentan en algunos casos. Este rigor se produce en un momento en el que el actual crecimiento económico mundial en los mercados desarrollados y emergentes está apuntalando la demanda de commodities estratégicas. Si acaso, estamos presenciando un repunte de la demanda en los mercados emergentes, puesto que la depreciación del dólar ha apuntalado la vuelta al apalancamiento, el crecimiento y la inversión.
Como establecimos a finales del año pasado, creemos que la dinámica favorable de oferta y demanda resulta especialmente favorable en el caso de los metales básicos. A medio plazo, los metales preciosos deberían también beneficiarse de un repunte de la inflación.
También persisten focos de incertidumbre y volatilidad potencial. Los aranceles anunciados por la administración estadounidense sobre el acero y el aluminio, por sí solos, no tienen un impacto sustancial sobre el precio de las commodities a medio plazo. Ahora bien, la situación cambia si a raíz de esta decisión se producen represalias y una escalada que conduzca hacia una guerra comercial.
Mientras tanto, estamos observando una estabilización y una cierta consolidación de los mercados de materias primas. Nunca hemos observado que China siga una disciplina en el lado de la oferta, y nunca ha funcionado la colaboración entre la OPEP y los productores rusos. Si estos factores favorables se combinan con el giro que se está produciendo en los mercados de renta fija, estamos seguros de que el precio de las materias primas tiene recorrido para aumentar considerablemente durante el año 2018.
David Donora es responsable de materias primas en Columbia Threadneedle.
. Manuel G. Mellado (BlackRock): "No es que la bolsa europea no nos guste, es que la estadounidense nos gusta más"
Va a ser difícil que un ejercicio tan positivo en términos de inversión como 2017 se vuelva a repetir en 2018. Hay, es cierto, crecimiento económico sincronizado y se prevé que la inflación, aunque al alza, no acabe por afectar al ciclo económico todavía. No será tan fácil obtener un buen retorno de la inversión, en parte, porque habrá mayor volatilidad, pero en opinión de Manuel Gutiérrez Mellado, miembro del equipo de ventas de BlackRock en Iberia, el efecto del estímulo fiscal en EE.UU. añadirá un 1% de crecimiento del PIB estadounidense e impulsará los beneficios empresariales.
«En EE.UU. los beneficios vana a sorprender al alza, pero ese estímulo fiscal debe venir acompañado de inversión empresarial ya que, de lo contrario, se corre el riesgo de sobrecalentar la economía», explica durante un encuentro con periodistas financieros en Madrid.
En el último informe sobre perspectivas de mercados de BlackRock Investment Institute, se destaca, de hecho, que el contexto general para los activos de riesgo es positivo, aunque con unas rentabilidades más moderadas y una mayor volatilidad que en 2017. «Las valoraciones no son baratas pero sigue habiendo recompensa por asumir riesgo en cartera aunque menos que el año pasado». En este sentido, Gutiérrez Mellado expresa el principal cambio que han registrado sus carteras en el último trimestre y es la preferencia hacia la renta variable estadounidense en detrimento de la europea. «No es que no nos guste la renta variable europea, es que ahora nos gusta más la estadounidense debido a la reforma fiscal», afirma.
El sector tecnológico y el financiero principalmente de EE.UU figuran entre sus preferencias de cara al próximo trimestre.
Bono americano
Sobre la volatilidad, creen que veremos episodios puntuales entre los que puede figurar la evolución del bono americano a 10 años. «Somos cautos y constructivos porque creemos que va a subir por el motivo correcto que es la mejora de la economía y la evolución de los tipos de interés», explica a pesar de que admite que hay inversores preocupados por las presiones inflacionistas. BlackRock espera, de hecho, un nivel del 3,5% para el bono americano en los próximos cinco años. «Hay dos motivos que sostendrán al bono americano y son el envejecimiento de la población y la elevada liquidez de las aseguradoras y los fondos de pensiones que buscan ingresos y amortiguarán la subida», argumenta el experto.
En renta fija se siguen mostrando neutrales y defensivos pero a que sí ven atractivo en la parte corta de la curva de tipos de EE.UU. Sin embargo, aquí el coste de cubrir la divisa para un inversor europeo acabaría por «comerse» gran parte de la rentabilidad. Precisamente, otro de los principales cambios en su estrategia reciente ha sido dar un paso atrás en la asunción de riesgo sobreponderando el crédito con grado de inversión frente a high yield. «Preferimos reducir riesgo en high yield y asumir más riesgo en deuda con grado de inversión. El paso atrás corresponde más a la visión actual del mercado que a que pensemos que puede producirse un shock en high yield», matiza.
El mensaje es claro para el inversor europeo: «En Europa sin riesgo no hay recompensa. Hay que apostar por una mayor flexibilidad en los mandatos de gestión con estrategias que vayan más a allá del long only. El inversor europeo tiene que ampliar su visión», añade este experto.
En cuanto a mercados emergentes, sobreponderan la renta fija en moneda local o en duraciones cortas como elemento de diversificación con una clara preferencia por Asia y aquellas economías menos ligadas al ciclo de materias primas.
The Trump National Doral is the setting in which Funds Society celebrated its fifth Investment & Golf Summit on April 12th and 13th . Nine Proposals in Equities, Debt, Convertibles and Multi-Assets from the Investment & Golf Summit 2018 Organized by Funds Society in Miami
Janus Henderson, Thornburg, Vontobel, GAM, RWC, AXA IM, Schroders, Columbia Threadneedle y MFS: son las gestoras que están siendo protagonistas de la quinta edición del Investment & Golf Summit 2018, organizado por Funds Society y que se celebra en Miami los días 12 y 13 de abril en el campo de golf Blue Monster, en el Trump National Doral. Mientras en la segunda jornada el golf será el protagonista, a lo largo del primer día las gestoras han acaparado la atención de los en torno a 80 selectores de fondos, asesores financieros, banqueros privados y profesionales involucrados en la toma de decisiones de inversión para el cliente no residente en EE.UU. y que han asistido a las conferencias.
El jueves, las gestoras presentaron sus mejores ideas para un entorno más volátil y en el que las miradas están puestas en la inflación estadounidense y el ritmo de subidas de tipos de la Fed. Un contexto en el que pueden obtenerse rentabilidades con estrategias tanto en renta variable (global, europea, emergente…), como en renta fija (high yield dinámico, bonos convertibles, MBS, deuda emergente…) y multiactivos. En renta variable, las ideas llegaron de la mano de Janus Henderson, Columbia Threadneedle Investments y Thornburg, con estrategias respectivas en bolsa china, smallcaps, y bolsa global.
En acciones emergentes, Charlie Awdry, gestor de Janus Henderson, repasó lo que pueden esperar los inversores en 2018 y dónde cree que se encuentran las mejores oportunidades en la renta variable china. El gestor se mostró crítico con la eliminación del límite presidencial de dos mandatos –que reduce la distinción entre el Partido Comunista y el Estado-, pero resaltó que, en política, no todo es negativo en el país, apuntando al foco del presidente Xi en reducir la desigualdad y los riesgos financieros, y sobre todo, a las reformas (tanto en el ámbito social como económico, que llevarán a una mayor consolidación en algunas industrias pesadas del país). Y sobre todo, explicó que las reformas en las SOEs (las empresas en las que el Estado tiene una participación mayor al 50%) serán positivas para los accionistas: “Las reformas en las SOEs empezarán a provocar mejores decisiones de asignación de capital, incluyendo mayores dividendos”.
El gestor también señaló cómo el país ha pasado de tener el foco en el crecimiento, a ponerlo en las reformas, la lucha contra la corrupción (mejorando la eficiencia en los negocios) y, desde al año pasado, el desapalancamiento, de forma que la deuda será menor que en el pasado. Y también el crecimiento: Awdry habló de ciclos económicos más cortos y un pico actualmente, vaticinando un crecimiento algo más bajo tras el verano, pero sin llegar a un hard landing y que podría remontar a finales de año. Como factor positivo, señaló una mejor relación entre el dólar y el renmimbi más favorable que en el pasado, y habló de tres riesgos adicionales: las guerras comerciales (habrá más fricciones y competencia, que obligarán a mayores negociaciones con EE.UU.), Corea del Norte y Taiwán.
Pero, más allá del contexto económico y político, destacó las oportunidades que ofrecen algunas compañías chinas: “Muchos piensan que las firmas no son buenas, por su carácter estatal o por su baja calidad, pero hay espacios muy interesantes para invertir”, destacó, señalando el segmento de Internet, donde el país es muy innovador. En su fondo, su posición principal es Alibaba, listada en Nueva York, con un altísimo porcentaje de cuota de mercado en el espacio del e-commerce, y la segunda Tencent, listada en Hong Kong (con datos que invitan a la inversión como el hecho de que un tercio de sus usuarios pasan más de 4 horas diarias en la aplicación). El problema de algunos valores que representan la nueva China (de tecnología, salud o consumo) es su precio, de forma que su cartera actualmente se divide a partes iguales entre estos segmentos y los más característicos de la vieja China (energía, materiales, industrias, bancos o utilities), más baratos actualmente. De hecho, el gestor defendió la gran oportunidad en las acciones H de los bancos del país (y también en algunas compañías en manos del estado), que compró en el segundo trimestre del año pasado por la mejora en sus fundamentales, por las atractivas valoraciones y, de forma táctica, por los dividendos anuales del 5%-6% que ofrecen.
Su fondo de renta variable china trata de buscar las mejores oportunidades en tres mercados: el de Hong Kong (donde ve las valoraciones atractivas y que ocupa dos tercios de su cartera), acciones A (que aún ofrecen descuento y suponen algo menos del 20% de la cartera) y acciones chinas listadas en EE.UU. (ahora, con valoraciones menos atractivas y un pico en el mercado, lo que hace sugerir que es momento de vender y razón por la que han reducido sus posiciones). Sobre las acciones A, el gestor señaló el atractivo de la liberalización de los mercados chinos y el potencial que supone que MSCI se disponga a incluir estas acciones en los índices de bolsa emergente próximamente. Como oportunidad, también el hecho de que las posiciones de los inversores están por debajo de los niveles de 2013. “China es una apuesta muy interesante en este momento: es un mercado volátil pero hay oportunidades. Nuestra estrategia es dejar atrás la beta y pensar cada vez más en la selección de valores y en la generación de alfa”, concluía el gestor.
Oportunidades en smallcaps
Siguiendo con las oportunidades en renta variable, la ponencia de Mark Heslop, gestor de small caps en el equipo de renta variable europea deColumbia Threadneedle Investments y de la estrategia Globlal Smaller Companies –lanzada hace cuatro años-, se centró en el potencial de las compañías de pequeña capitalización. La historia muestra que estas firmas pueden proporcionar mayores retornos y un crecimiento más rápido que las empresas de gran capitalización y las razones son varias: en primer lugar, la proporción de negocios en los que los gestores son también los dueños de la empresa es mayor en el segmento de smallcaps, lo que conlleva que, cuando toman decisiones de inversión, lo hacen con un horizonte de más largo plazo. “Muchas large caps se gestionan con la vista puesta en los resultados del siguiente trimestre y no se centran tanto en la creación de valor a medio y largo plazo”. Además, las firmas más pequeñas tienen “la humildad y la flexibilidad” para cambiar de negocio si ven oportunidades, en comparación con las grandes. “Son razones que justifican el crecimiento más rápido de las smallcaps y espero que esta tendencia continúe”, decía el gestor. Como motivos adicionales para su atractivo, un mayor universo de inversión, y con mayores niveles de ineficiencia o una menor cobertura de estos valores son factores que suponen grandes oportunidades para generar alfa dentro de este segmento.
Y también desde un punto de vista cuantitativo –rentabilidad ajustada al riesgo- ofrecen atractivo: “Algunos dicen que las smallcaps son un activo con mucho riesgo pero no es así, y puede ser el mismo que al invertir en large caps. Por un poco más de volatilidad, se puede obtener el doble de retornos”, indicaba el gestor, que señalaba que si a 20 años los retornos de las grandes firmas han sido del 4,1% con un 15,2% de volatilidad, los de las smallcaps han sido del 7,7% con una volatilidad del 17,6%.
La estrategia de la gestora en este segmento es bottom-up y está centrada en la calidad de las compañías, pero también en el crecimiento (siempre que ese crecimiento cree valor para el accionista). Debido a su filosofía de inversión, la cartera cuenta con infraponderaciones y sobreponderaciones estructurales, en función de dónde encuentran firmas con alta calidad y buenas dinámicas de crecimiento: sobreponderan industriales, un buen área para encontrar estas firmas, mientras al otro lado cuesta encontrar nombres con estas características en financieras o utilities, y en general, en segmentos muy regulados. Por regiones, la sobreponderación es para Europa sin Reino Unido.
Más allá de las pequeñas compañías, en bolsa global, Josh Yafa, director de Client Portfolio Management deThornburg Investment Management, habló de las oportunidades en el activo, en su caso también enfocando la inversión desde una perspectiva totalmente bottom-up, aunque sin perder de vista la situación macroeconómica, el análisis sobre el ciclo económico y las valoraciones. De hecho, el gestor habló de un contexto económico positivo, con los PMIs globales en expansión en el primer trimestre del año, ratios de desempleo por debajo de la media de 1990-2017 y otros indicadores que muestran que nos encontramos en un periodo de expansión económica.
Sobre las valoraciones de la renta variable, destacó que están ligeramente por debajo de las de finales de 2006 (aunque por encima de las de finales de 2008), y resaltó un factor positivo: la ratio de deuda neta/ebitda, tanto a finales de 2008 como de 2006 en el entorno de 4,7 veces, se encuentra ahora en 1,8 veces, un factor positivo. El gestor habló también de un mundo en el que, tras la retirada de los estímulos de los bancos centrados, habrá más diferenciación en los mercados, lo que beneficiará a los gestores activos y destacó también el hecho de que, según los flujos hacia fondos y ETFs, los inversores siguen mostrando preferencia por bonos que por acciones.
En este entorno, Thournburg busca diferenciarse de otras compañías: con sede en Santa Fe (Nuevo México), construye carteras de alta convicción (su cartera de renta variable global cuenta con 30-40 nombres). “En Thornburg adoptamos un enfoque disciplinado en la construcción de carteras, guiados más por convicciones que por convenciones. En lugar de utilizar puntos de referencia como punto de partida, aplicamos una gestión flexible y activa para buscar los mejores resultados para nuestros clientes”, añadía Yafa.
Con un punto de vista centrado en las rentas, la entidad presentó también su estrategia de renta variable global que no solo busca la apreciación del capital sino también invertir en firmas dispuestas a pagar dividendos, así como una tercera estrategia multiactivo, compuesta por renta variable –con unos 50 nombres con una rentabilidad por dividendo del 3%- y renta fija (Investment Income Builder), y que invierte de forma global. “Las empresas que proporcionan una mayor ratio de payout suelen también acabar ofreciendo un mayor crecimiento de beneficios”, destacaba el experto. La estrategia, flexible en cuanto a exposición geográfica y sectores, está posicionada sobre todo en segmentos como financieras y firmas de telecomunicaciones y cuenta con baja exposición en firmas muy reguladas como utilities.
Aún oportunidades en renta fija
En renta fija todavía hay oportunidades, a pesar del entorno complicado por las dinámicas de normalización monetaria. Gestoras como Vontobel, GAM, AXA IM o Shroders, ofrecieron sus ideas centradas en obtener rentas con un enfoque global, en el valor que todavía hay en el high yield en EE.UU., en la deuda emergente o en la oportunidad en los MBS.
Centrado en la obtención de rentas, y con su estrategia de Strategic Income -que tiene como objetivo proporcionar un nivel atractivo de ingresos con el crecimiento del capital como segundo objetivo-, Mark Holman, CEO y gestor de TwentyFour, boutique de Vontobel AM, presentó su estrategia, que combina las mejores fuentes de rentas en el segmento de deuda de todo el mundo en una cartera sin restricciones y sin apalancamiento, gestionada de forma independiente a los índices, con una gestión activa de los riesgos de tipos y de crédito y centrada en el valor relativo y en la liquidez. “2018 será un año duro para la renta fija: hay un 85% del mercado que no me gusta pero aún hay un 15% que sí”, comentó.
Si tuviera que comprar un bono hoy, sería en crédito (no en el espacio de la deuda pública) y, dado que el ciclo y las valoraciones están maduras, tendría que ser de alta calidad y bien analizado, para evitar los riesgos de default. Además, tendría una baja duración para evitar el riesgo de tipos de interés, pero no demasiado bajo, para poder obtener ganancias del “roll down”. Y sería en la divisa del país de origen, debido a que actualmente dicho riesgo es demasiado alto. Un bono así sobreviviría a condiciones de mercado complicadas, resumía el experto. Porque este año es un año para la cautela, y su fondo está mejor posicionado para afrontarlo (cuenta con una menor duración que el índice, de 2,72 frente a casi 7, y un yield mucho mayor, del 5,24% frente al 2,11%).
Dentro de ese 15% del mercado donde el gestor ve valor, por geografías señala que hay más oportunidades fuera de EE.UU. –“una economía cerca del fin de ciclo”- que dentro, y tiene fuertes posiciones en Europa (29%) y sobre todo en Reino Unido (más de un 30%), donde aprovecha la prima en las yields a raíz del Brexit. Norteamérica ocupa un 21% de la cartera y el restante 18% está sobre todo en bonos públicos australianos, “seguros porque el país no está en una dinámica de subida de tipos”. Por rating, está dispuesto a tomar riesgo de crédito pero evitando el segmento CCC, donde se concentran muchos defaults, y el B, mientras se posiciona en las áreas BBB y BB, más seguras y con buenas rentabilidades. Por sectores, apuesta sobre todo en bancos… y es que el gestor ve principalmente oportunidades en tres segmentos: CLOs europeos, deuda bancaria subordinada y deuda corporativa emergente en divisa fuerte (esta última beneficiada de la recuperación global coordinada que empezó el año pasado). “El sector bancario nunca ha estado tan sano como ahora, cuenta con más capital que nunca antes”, señala al experto.
A evitar en 2018, señala el riesgo de tipos de interés, los sectores donde el BCE centró su programa de compras, la deuda pública europea (sobre todo los Bunds alemanes), los Gilts británicos, el crédito con grado de inversión de largas duraciones y el segmento CCC mientras está dispuesto a tomar riesgo en crédito, a aprovechar las ganancias del «roll down» (favoreciendo valores en la parte de la curva de 3 a 4 años), historias con potencial de subida de rating y la prima del Brexit. En general, su consigna es que es un año para afrontar riesgo de crédito (el fin de ciclo está lejos, y 2017 mostró un escenario de recuperación financiera global), pero cuidando las valoraciones (los mercados están caros, aunque la situación está justificada por los fuertes fundamentales, la recuperación económica y el soporte técnico). Por eso su estrategia es reducir gradualmente este riesgo según avance el ciclo y centrarse en buscar valor relativo por geografías, sectores y compañías.
Estrategia en MBS y ABS
La idea de GAM para sacar rentabilidad a este entorno se centra en títulos respaldados por hipotecas y activos (MBS y ABS). Tom Mansley, Investment Director deGAM Investments y especialista en el análisis y la gestión de estos títulos, defendió cómo estos vehículos pueden ofrecer una propuesta de renta fija diferenciada para los inversores. Una estrategia que surge de la necesidad de dar respuesta a dos problemas recientes: uno es la correlación, pues si bien en los últimos años los mercados han estado muy correlacionados de forma positiva, la situación podría cambiar: “Buscamos algo que proporcione diversificación en las carteras de renta fija”. Y el segundo es la falta de rentas e ingresos líquidos al invertir en el activo. Como respuesta a estas preocupaciones, la entidad ha construido una cartera que invierte en bonos respaldados por hipotecas en EE.UU., un mercado que ha venido creciendo en emisiones en los últimos años, aunque con diferentes dinámicas en función de si se trata de MBS de agencias –con la mayoría de emisiones y considerados de menor riesgo-, de CMBS o RMBS emitidos por otras entidades.
Con la estrategia, que precisamente ha ido incrementando las posiciones en estos últimos valores que no tienen garantía gubernamental gracias a sus atractivas valoraciones, la idea es ofrecer retornos en la parte media de un dígito, con muy baja volatilidad: “No es un mercado demasiado excitante, pero en un contexto en el que muchos activos financieros están caros, podemos ofrecer esos retornos con muy baja volatilidad –por debajo de la del índice y también del high yield- y correlación”, y siempre con la idea de ganar dinero (en 2013 en el contexto de Taper Tantrum, con el mercado de bonos a la baja, su estrategia subió). A esa baja volatilidad ayuda el hecho de que los inversores no son minoristas, sino institucionales: según el experto, los fondos de pensiones y aseguradoras se sienten muy cómodos con el activo, porque el crédito es “muy sólido”.
Y es sólido porque el mercado inmobiliario en EE.UU. atraviesa un momento dulce: la ratio de viviendas vacías se sitúa ya en niveles históricamente normales, en el entorno del 1,5%; la oferta de venta de viviendas existentes se sitúa por debajo de los niveles medios (de forma que en tres meses se venderían todas); el número de viviendas bajo construcción también está por debajo de niveles normales (en torno a 500.000); la ratio de posesión de una vivienda es menor a la de los niveles previos a la crisis y se sitúa en torno a la media de las últimas décadas del 64%… estos factores, junto a la mayor capacidad de pagar una vivienda, sirven de base para una apreciación en el precio de la misma. “El índice que compara los ingresos medios con el pago medio de una hipoteca, y que mide cómo de fácil es pagarla teniendo en cuenta esos ingresos, muestra que las generaciones actuales pueden comprar una casa más barata que sus padres” –midiendo la relación entre el precio y sus ingresos-, tanto porque el precio está más bajo como por el crecimiento de sus ingresos, características totalmente opuestas a las de hace unos años.
High yield con dinamismo
Aunque algunos prefieren alternativas en renta fija, algunos otros siguen apostando por los segmentos más clásicos, como AXA IM, que puso en valor las oportunidades de invertir en deuda high yield desde una perspectiva dinámica. Robert Schumacher, Chief US Strategist y Client Portfolio Manager de Fixed Income en AXA Investment Managers, explicó por qué aún es un buen momento para apostar por el high yield, desmontando tópicos que hacen a algunos inversores estar fuera del activo. “Si el argumento para no invertir en high yield en EE.UU. es que el ciclo está llegando a su final, se pueden perder una gran oportunidad de obtener rentas”, decía. En primer lugar, porque nadie puede saber cuándo va a durar un ciclo –y no está claro que éste vaya a acabar pronto-, y también porque, aunque fuera cierto, la labor de los gestores es, al igual que en otros activos como la renta variable, buscar ineficiencias en esos entornos. “El argumento para no invertir no puede ser ése”, decía. En su opinión, además, “los ciclos no mueren de viejos sino por errores políticos”.
Según la entidad, el momento sigue siendo bueno para el activo, y puede ser una atractiva alternativa para aquellos reacios a invertir en renta variable pero que busquen retornos correlacionados con las acciones con una volatilidad más baja.
La estrategia de high yield estadounidense de la gestora cuenta con posiciones concentradas en nombres de gran convicción, con la selección de crédito como principal fuente de alfa, una volatilidad en línea con el mercado (pero mayores retornos) y con la posibilidad de utilizar apalancamiento derivado del uso de CDS (hasta el 150%) –con el objetivo de mejorar los retornos en mercados neutrales y alcistas-. Sin embargo, matizan desde la entidad, no es una estrategia distressed ni de mercado neutral o con exposiciones negativas. El año pasado, batió al mercado gracias a la selección de valores en deuda y también a las posiciones en CDS –que no son los principales catalizadores de los retornos, pero también son una fuente para lograrlos-; en 2016 también lo hizo, a pesar de estar infraponderado en energía y con limitada exposición a emisores de materias primas muy baratos cuyos precios rebotaron con fuerza. Desde su lanzamiento ha logrado limitar las caídas en mercados difíciles y ofrecer alfa en periodos de retornos positivos.
También en renta fija, la apuesta de Schrodersse centra en deuda emergente. John Mensack, Senior Investment Director de mercados emergentes en la gestora, se mostró muy constructivo con el activo: “La deuda emergente es una clase de activo principal y en la que los inversores están infrainvertidos”, y que ya representa el 18% del mercado de bonos negociados. Además, considerando el crecimiento de las emisiones de deuda pública en divisa local y de bonos corporativos en divisa fuerte, los índices tradicionales se quedan obsoletos, de forma que la inversión en el activo “merece una aproximación más sofisticada; es momento de ser más sofisticados”. Además, en siete de los últimos 10 años, la diferencia entre las rentabilidades de los segmentos de deuda más y menos rentables ha sido mayor al 7%: de ahí la importancia de buscar a un profesional que invierta únicamente donde está el valor y se aleje de áreas que están caras.
Y ésa es precisamente la perspectiva de Schroders, que combina en su estrategia deuda soberana en divisa fuerte, deuda soberana en divisa local y crédito en divisa fuerte, un sector este último en el que ve grandes oportunidades mientras está menos expuesta, por ejemplo, al segundo: “La deuda en divisa local suele ofrecer 100 puntos básicos más de rentabilidad que aquella en divisa fuerte, pero ahora solo hay 30 de diferencia -6,1% frente a un 5,8%-, por lo que no tiene sentido sobreponderar la divisa ahora. Hay buenas historias como Suráfrica o Indonesia, pero cuando vemos estos casos de valor relativo tendemos a infraponderar las áreas que vemos más caras, como ocurre ahora con las divisas locales”. De hecho, menos de un tercio de su cartera está expuesto a deuda soberana en divisa local (un 27%), mientras el resto es deuda en hard currency -la deuda corporativa pesa un 28% y la pública en divisa fuerte, un 40%-. En cualquier caso, la idea es tener en torno a un tercio de la cartera en divisa local, que funciona mejor que las estrategias 50/50.
Lo contrario ocurre con la deuda corporativa en moneda fuerte, donde ve oportunidades, con más del doble de rentabilidades por el mismo nivel de riesgo en duración que el crédito estadounidense, y centrándose en “grandes campeones nacionales” que pueden conseguir subidas de rating y que principalmente están en el segmento investment grade. En general, las posiciones del fondo de Schroders son bajas en riesgo de tipos de interés, sobrepondera riesgo de crédito –porque los países lo están haciendo bien y el crédito mejorando- e infrapondera el riesgo de divisas debido a los bajos diferenciales (y altas valoraciones de la deuda en divisa local).
Todo, en una estrategia que ofrece mayor diversificación (gracias a una menor volatilidad y un mayor set de oportunidades), una mejor oportunidad para obtener income de forma global con buena calidad crediticia y baja correlación con los bonos del Tesoro estadounidense, lo que reduce el riesgo de tipos de interés (en concreto, un 24% de correlación, de forma que las subidas de tipos de la Fed no condicionarán la cartera). Sobre el dólar, el experto defendió que, en el actual nivel o más bajo –algo que podría ocurrir, en su opinión por el deterioro de algunos datos en EE.UU. que hará que los inversores busquen oportunidades en otros mercados, como los emergentes-, sería positivo para su estrategia. “En el periodo de Taper Tantrum el dólar subió mucho pero esa realidad ya ha quedado atrás y creemos en una moderada debilidad del mismo”, apostillaba Mensack.
La oportunidad en convertibles
A medio camino entre la renta fija y la variable, los convertibles también son una buena idea en este entorno, según RWC. Davide Basile, responsable del equipo de estrategias de bonos convertibles y gestor de RWC Partners, explicó los beneficios del activo, capaz de capturar una gran parte de las subidas en renta variable (con entre la mitad y un tercio de su volatilidad) y ofrecer a la vez protección bajista. “Hoy se combinan un mundo extraño con el crecimiento global y los convertibles ofrecen lo mejor de los dos mundos: una apreciación cuando hay subidas en los mercados con la seguridad de un bono”, comentaron desde la gestora, con un enfoque centrado en entender tanto la parte de crédito como de equity del activo, “entender cada nombre, los diferentes componentes, cómo se mueven…»
“El activo cuenta con un aliado adicional en este entorno: el aumento de la volatilidad. Así, desde finales de 2016 y durante 2017, y debido a la baja volatilidad, los convertibles han participado menos en la subida de la renta variable, pero eso podría cambiar. “Cuando la volatilidad es más alta, también participan más en los retornos de la renta variable gracias a la exposición a la opcionalidad, así que en estos escenarios tienden a hacerlo mejor, frente a las acciones”, explicaban los expertos. Y además un entorno más volátil favorece también las emisiones de convertibles.
Por sus características, los expertos recomiendan este activo, más que como sustitutivo de las acciones, como alternativa a un mercado de deuda con los spreads ya muy ajustados -y con menos potencial de estrechamiento- y riesgo de subida de tipos. En este segmento, serían un “buen lugar de diversificación, pues tienden a tener duraciones más bajas” y proteger así de esas subidas. “Hace unos años los convertibles ofrecían menores retornos que la deuda corporativa, algo explicable por el coste de la opción, pero ahora el nivel de income que ofrecen es comparable, así que, si estás cómodo con las características de los convertibles, podrían servir como sustitutivos de la renta fija, para obtener un nivel de rentas similar”. Incluso en una cartera multiactivo, su introducción no suele suponer sorpresas en términos de volatilidad, y aporta beneficios de diversificación.
Multiactivos: la diversificación necesaria
Y los expertos coinciden en que el entorno hace necesaria una diversificación de las carteras, algo que consiguen sin duda las estrategias multiactivo. En el evento, MFS fue la gestora que presentó una estrategia de este tipo para lograr diversificación y un mejor rendimiento ajustado al riesgo, en un entorno de menores tipos y en el que, para lograr los mismos resultados que hace 20 años, es necesaria una mayor diversificación y tomar más riesgo. La estrategia de la gestora cuenta con una asignación histórica de aproximadamente un 60% en acciones y un 40% en renta fija, lo que facilita el trabajo de los gestores, según explicó Gary C. Hampton, CFA, especialista de producto de MFS Investment Management. “La combinación de acciones y bonos en una cartera de multiactivos ofrece a los inversores diversificación y la oportunidad de lograr un mejor rendimiento ajustado al riesgo”, explicó.
Así, la parte de renta variable se centra en invertir en compañías globales y grandes negocios, seleccionados desde una perspectiva de valor (han de ser negocios globales, sostenibles durante años, que generen flujos de caja, con fuertes balances y que estén bien gestionados por buenos equipos, contando también con atractivas valoraciones). Así, su perspectiva de buscar firmas de alta calidad con atractivas valoraciones se diferencia claramente de los llamados gestores “deep value”, que buscan firmas muy infravaloradas, pero que podrían pertenecer a industrias en situaciones difíciles o tener problemas que justifiquen esos bajos precios.
En renta fija, el fondo emplea un enfoque top-down en el proceso de selección de países y divisas, invirtiendo generalmente en deuda con grado de inversión. “La correlación entre el high yield y las acciones en mercados bajistas es muy alta por lo que pensamos que la mezcla de renta variable con deuda investment grade es una mejor mezcla para momentos de corrección”, explicaba Hampton, recordando que en 2008, cuando el mercado cayó un 40%, el fondo solo bajó un 15%. Esta perspectiva tiende a provocar sobreponderaciones, en la parte de renta variable, en sectores como consumo básico, e infraponderación en tecnología mientras en renta fija se sobrepondera crédito corporativo y se infrapondera por ejemplo deuda pública estadounidense.
La gestora también presentó su fondo MFS Meridian Funds-Prudent Capital Fund, con una exposición a renta variable global de entre el 50% y el 90%, a crédito global de entre el 10% y el 30% y de hasta el 40% en liquidez, una cartera concentrada en la que la clave es preservar el capital.
Foto: MarkusWeimar, Flickr, Creative Commons. Bankinter reduce la exposición recomendada a bolsa en un entorno más complejo debido al proteccionismo y a la mayor vulnerabilidad tecnológica
La situación actual es excelente a juzgar por los niveles de empleo (que, siendo la variable más “retrasada” de todas, supera los niveles pre-crisis) y ni los indicadores intermedios (PMIs), ni los más adelantados (índices de confianza) ofrecen indicios de un posible deterioro. “Sin embargo, el sentido común nos dice algo que ni los indicadores adelantados muestran: que la economía se encuentra en una fase tan expansiva que no debería tardar en perder algo de inercia”: son las conclusiones del Departamento de Análisis de Bankinter, que ha presentado su Informe de Estrategia Perspectivas para el segundo trimestre de 2018 en el que desgrana las perspectivas y previsiones de las principales economías mundiales, incluida la española.
El banco matiza que eso no debería llevarnos a pensar ni que el ciclo se agota, ni mucho menos que enfrentamos un cambio de ciclo pero sí puede poner las cosas menos fáciles para que las bolsas avancen con ligereza. En su opinión, “probablemente lo harán muy despacio y les costará subir”.
Esto es así porque surgen dos factores de riesgo nuevos, que son los nuevos riesgos de cola: un proteccionismo que ha mutado de amenaza a realidad tangible, aunque de alcance limitado, y una mayor vulnerabilidad del sector tecnológico, que ha sido uno de los principales factores de empuje para las bolsas en los últimos trimestres, explican los expertos.
Normalizando la exposición a riesgo…
En la entidad siguen siendo optimistas con el ciclo económico. “En absoluto nos hemos vuelto pesimistas con respecto a las bolsas. Seguimos defendiendo que el actual ciclo económico expansivo global será extenso y que las bolsas continúan siendo el activo más atractivo”. Sin embargo, reducen ligeramente los niveles de exposición recomendados para todos los perfiles de riesgo, proporcionalmente más a los más agresivos: a un 15% para el defensivo 15% (-5%); a un 25% para el conservador (-5%); a un 45% para el moderado (-5%); a un 60% para el dinámico (-10%); y a un 75% para el agresivo (-10%).
“Este movimiento debe interpretarse como una acción preventiva para proteger patrimonio ante ciertos síntomas de agotamiento en las bolsas que veníamos siguiendo de cerca desde febrero, pero que no se manifestaron lo suficiente hasta marzo”, explican en Bankinter.
Se trata de una acción preventiva ante los dos nuevos riesgos comentados, así como ante una modesta pérdida de vigor de los resultados empresariales esperados para los próximos trimestres. “Una vez consolidado el proceso de recuperación rápida de crecimiento económico y resultados empresariales, tiene sentido asumir unos niveles de exposición tendentes a la normalización”, añaden.
Volatilidad para el trimestre
De cara al segundo trimestre del año, vaticinan un regreso de la volatilidad, inusualmente baja desde abril de 2017, unas bolsas soportadas por fundamentales pero algo más vulnerables a corto plazo, una resistencia superior a la esperada de los bonos a caer de precio (a subir de TIR), un petróleo menos barato (más probablemente en 65/70 dólares que en 50/60, que es donde razonablemente debería estar), el oro tendiendo a apreciarse (unos 1.350 dólares la onza) ante un dólar débil (amenazando los 1,25 por euro) y un yen que se resistirá a depreciarse, al contrario de lo que debería.
En opinión del equipo de Análisis, será “un trimestre anómalo de transición entre lo que podríamos denominar la consolidación final del ciclo económico y de mercados y la normalización o, mejor dicho, pseudo-normalización de los bonos, puesto que sus TIR no recuperarán los niveles previos a la crisis, aunque irán elevándose poco a poco”.
Esto, dicen, dará como resultado “una situación algo confusa para las bolsas, a pesar de lo cual continuarán siendo el activo más atractivo por potencial y por momentum del ciclo”. Sus objetivos para los principales índices son: 3.142 puntos para el S&P 500 (potencial del 21%); 3.966 para el EuroStoxx-50 (potencial del 18%); 11.622 para el Ibex (potencial del 21%); 22.998 puntos para el Nikkei-225 ( potencial del 9%). “Estratégicamente nuestra visión no cambia, aunque tácticamente preferimos ser algo menos agresivos”, resumen.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Moyan Brenn. La gama de fondos ISR de NN Investment Partners recibe varias certificaciones de calidad del gobierno francés
NN Investment Partners ha recibido la etiqueta TEEC (Energy and Ecological Transition for Climate) para su fondo de bonos verdes, NN (L) Euro Green Bond. La etiqueta fue otorgada el 24 de marzo, después de una auditoría independiente realizada por la firma Novethic.
Respaldada por el Ministerio francés para la Transición Ecológica e Inclusiva, la etiqueta TEEC garantiza que un fondo invierte la mayoría de sus activos en actividades respetuosas con el medioambiente y excluye a las empresas nucleares y de combustibles fósiles, así como a las empresas involucradas en prácticas ambientales o sociales controvertidas.
Además, la gestora ha recibido también la etiqueta ISR en cuatro de sus fondos:
Global Sustainable Equity
European Sustainable Equity
Global Equity Impact Opportunities
Patrimonial Balanced European Sustainable
En este caso es el Ministerio francés de Finanzas el que creó esta etiqueta para aumentar la visibilidad de los productos ISR entre los ahorradores en Francia y Europa. Corresponde a una especificación muy estricta definida por el gobierno francés y ha sido designada por el grupo de expertos de alto nivel sobre finanzas sostenibles de la Comisión Europea (HLEG, por sus siglas en inglés) como referencia para ser utilizada como ejemplo a escala europea.
La propuesta de NN Investment Partners en Inversión Socialmente Responsable gestiona a día de hoy 8.700 millones de euros y se considera dentro de la industria uno de los pioneros en este tipo de estrategias. La gestora lanzó el primer fondo ISR de renta variable en el año 2000 y de renta fija en 2007.
En concreto, el fondo NN Euro Green Bond se lanzó en marzo de 2016 y tiene como objetivo abordar el cambio climático mediante la participación en la transición hacia inversiones más sostenibles. La estrategia tiene como objetivo garantizar que las inversiones sean realmente verdes. Con este fin, NN IP ha desarrollado su propio marco interno de elegibilidad para evaluar el grado de transparencia de los bonos y el uso de los ingresos.
Foto: Naroh2, Flickr, Creative Commons. Groupama AM registra en la CNMV tres nuevos compartimentos de su sicav luxemburguesa G Fund
Groupama AM ha anunciado el registro en la CNMV de tres nuevos compartimentos de su sicav luxemburguesa G Fund: un fondo que busca aprovechar la subida de la inflación, otro de retorno absoluto en renta fija y un tercero de deuda high yield europea.
G Fund – Global Breakeven Inflation es una estrategia que busca aprovechar la evolución de las expectativas de inflación, neutralizando lo mejor posible el impacto de la cartera ante el riesgo de una posible subida de tipos de interés. Asimismo, gracias a su enfoque de retorno absoluto, también busca arbitrar los diferentes mercados de inflación (apuestas relativas según expectativas de inflación entre distintos países).
Este producto se apoya en el amplio expertise de Groupama AM en activo de los bonos ligados a la inflación. El fondo estará gestionado por el mismo gestor y equipo que ya lidera, por ejemplo, el fondo Groupama Index Inflation Monde.
En segundo lugar, G Fund – Absolute Return Bondse s un fondo con mentalidad de retorno absoluto en renta fija. “En el entorno actual de renta fija creemos que un enfoque flexible es vital a la hora de añadir valor. En este sentido la estrategia se aprovechará de un amplio universo invertible, sin restricciones por región o calidad crediticia, pudiendo gestionar la duración de manera flexible y ágil e incluso invertir en diferentes divisas y estrategias long-short y de valor relativo, y buscando respetar unos niveles de volatilidad por debajo del 5%”, explican desde la gestora.
El tercer fondo es G Fund – Euro High Yield Bonds, un producto de renta fija high yield que busca añadir valor en el área donde Groupama AM ha tenido, históricamente, más know how dentro el área de crédito: la Zona Euro. En este sentido, el principal potencial motor de rentabilidad del fondo será la selección de emisiones en el ámbito high yield por fundamentales, si bien también habrá apuestas tácticas (visión de más corto plazo u oportunista) y apuestas concretas de carry.
Fuera de la parte bottom-up el entorno macro determinará la beta general del fondo, que podrá ser ajustada a través de una gestión dínámica y activa vía derivados de crédito.
Equipo directivo de Miura Private Equity. De izquierda a derecha, los cinco socios de la firma, Jordi Alegre, Juan Leach, Luis Seguí, Carlos Julià y Juan Eusebio Pujol. Foto cedida. Miura Private Equity cierra su tercer fondo tras captar 330 millones de euros
Miura Private Equity ha cerrado su tercer fondo, Miura Fund III, con un tamaño de 330 millones de euros, coincidiendo con el décimo aniversario de la firma.
El nuevo fondo cuenta con una base inversora amplia y global al haber sido suscrito por inversores institucionales americanos, europeos y asiáticos, entre los que cabe destacar compañías aseguradoras, fondos de pensiones, endowments universitarios y fondos de fondos, complementados con family offices locales.
De esta manera, Miura pasa a gestionar activos valorados en más de 700 millones de euros a través de sus dos fondos activos, Miura Fund II, creado en 2014 por valor de 200 millones y el recién creado Miura Fund III de 330 millones, a los que cabe sumar sus dos vehículos de coinversión.
Desde 2008 la firma ha invertido en más de 30 compañías por un valor superior a los 800 millones de euros en el sector industrial, retail, alimentario, educativo y el de servicios y tiene previsto mantener su estrategia sectorial en línea a la de los anteriores fondos.
Pixabay CC0 Public DomainWalkerssk. China’s Risks on the Road to a Modern Economy
Hoy en día existen tres potencias diferenciadas que dominan sus respectivas regiones en términos de comercio y crecimiento: Estados Unidos, la eurozona y China. Las dos primeras, Estados Unidos y la eurozona, son claras, pero la última, China, despierta cierta incertidumbre entre los inversores y los gestores, que vigilan su economía.
Debido al tamaño de su economía, China sigue siendo clave a nivel global, no solo para los mercados emergentes. Según el consenso de mercado, China será un agente fundamental en el actual crecimiento global sincronizado, aunque los analistas advierten de que puede frenar su ritmo.
Entre sus principales riesgos se encuentra el alto nivel de endeudamiento que tiene, tanto público como privado. Las empresas estatales combinan un alto nivel de apalancamiento y una baja productividad en sectores donde el exceso de capacidad es extremo. “A raíz de la crisis financiera mundial, el crédito a las entidades no financieras ha pasado del 100% del PIB al 165% en la actualidad. Esta inyección masiva de crédito impulsada por el gobierno ha estimulado la economía y explica en gran medida el sólido comportamiento económico de los últimos diez años. El alto nivel de endeudamiento y la baja productividad se consideran actualmente un riesgo”, explica Yves Longchamp, Head of Research of Ethenea Independent Investors.
Y su principal reto el dar el salto a una economía moderna, una senda que ya ha iniciado, tras el Congreso Nacional del Partido Comunista de China en octubre de 2017. “La implementación del programa de reformas estructurales se convirtió nuevamente en una prioridad. El objetivo de las autoridades chinas consiste en dirigir el crecimiento hacia la calidad y no únicamente hacia la cantidad. Esto implicará un reequilibrio que se espera reduzca las industrias tradicionales como el acero a favor de nuevas actividades como autos eléctricos y alta tecnología. En los próximos meses, se espera que este ajuste estratégico conduzca a una ligera desaceleración económica, como lo sugiere la reciente desaceleración del gasto público y el endurecimiento de las condiciones monetarias. Si la desaceleración se vuelve demasiado marcada, las autoridades públicas tienen los recursos necesarios para ajustar rápidamente el enfoque”, explican desde Banque de Luxembourg Investments.
Oportunidades y riesgos
En opinión de Longchamp, China vive en perpetua transición. Dentro de las reformas que se plantea el país hay tres que son muy interesantes para los inversores, según Longchamp: “La reestructuración y el fortalecimiento de las empresas estatales, el desapalancamiento del sistema financiero y la ralentización de la inflación de los precios de la vivienda; y la erradicación de la pobreza y la mejora de la calidad del crecimiento”.
Estos tres objetivos son nacionales y tienen por finalidad determinar las principales debilidades económicas y la fragilidad del sistema financiero, así como mejorar el bienestar de los ciudadanos chinos. Además, se suma el deseo del gobierno chino de controlar y reorganizar algunos sectores, como el industrial y el inmobiliario. Por lo tanto, son unas reformas que podrían abrir oportundiades en sectores muy concretos, como el financiero, el industrial o el inmobiliario.
Ahora bien, las gestoras se muestran cautas respecto a China. Para la firma Flossbach von Storch identifica al gigante asiático como uno de los potenciales factores de riesgos dentro del mercado de renta variable, dado el ritmo de endeudamiento del país. “A pesar de ello, confiamos en que el gobierno central de China tiene músculo para contrarrestar los efectos en el caso de una recesión o crisis”, matizan desde la gestora.
Pixabay CC0 Public DomainBen_Kerckx. Las perspectivas sobre el alza de tipos y la inflación llevan al bono del Tesoro estadounidense a 10 años a romper la barrera del 3%
Por primera vez en cuatro años, el nivel de rendimiento del bono del Tesoro estadounidense a 10 años ha llegado al 3%, una barrera psicológica que hace temer un recalentamiento de la economía norteamericana y la vuelta de la volatilidad al mercado. El atractivo de la renta fija estadounidense sube y la consecuencia directa más inmediata, como se ha visto en las dos últimas jornadas bursátiles, es que la renta variable sufre.
Ahora bien, ¿a qué se debe esta subida? Según explica Eugene Philalithis, gestor del Fidelity Global Multi Asset Income Fund, “los rendimientos han subido durante las últimas semanas al calor de la revalorización del petróleo, cuyo relato ha comenzado a cambiar. Ahora, la industria del esquisto de Estados Unidos comienza a sufrir limitaciones de capacidad y algunos dudan de que pueda cubrir el crecimiento de la demanda”.
En su opinión, si el petróleo se mantiene en 70 dólares por barril, “entonces podríamos ver cómo la inflación general supera los objetivos de los bancos centrales en los mercados desarrollados, llegando incluso a niveles próximos al objetivo en la zona euro”, matiza.
Para otras gestoras, el motivo de esta escalada de rentabilidad es la percepción del mercado de que haya tres subidas de tipos por parte de la Reserva Federal (Fed); así como los ya citados mayores riesgos de inflación. “Cualquier evidencia que apoyase la tesis de una subida de la inflación, por ejemplo este viernes cuando se anuncie el Price Deflator trimestral, puede contribuir a incrementar esta rentabilidad por encima del 3%. El anuncio trimestral de refinanciación del Tesoro Estadounidense, y en concreto las noticias relacionadas con donde en la curva se incrementará el tamaño de las subastas, es probable que tengan mucho más relevante que las que se produzcan tras la reunión FOMC de los gobernadores de la Fed”, apunta Sol Hurtado de Mendoza, directora general de BNP Paribas Asset Management en España.
Opinión que también comparten desde NN IP. Según argumenta Pieter Jansen, estratega senior de multiactivos de NN IP, “el reciente aumento del rendimiento de Estados Unidos a 10 años se debe particularmente a las mayores expectativas de tasas de la Fed para los próximos años. Además de eso, también hemos visto un aumento en las expectativas de inflación a más largo plazo, que también ha respaldado los rendimientos nominales. A más largo plazo, seguimos esperando un aumento continuo y gradual del rendimiento de los Estados Unidos al 10% a medida que avanzamos en la normalización de la política monetaria mundial”.
Otras lecturas
Desde Carmignac apoyan una tesis diferente para explicar este alza del rendimiento. Según Didier Saint-Georges, miembro del Comité de Inversión de Carmignac, el aumento no se debe ni a la inflación ni al sobre calentamiento de la economía. “Se deben a un cambio importante en el equilibrio de la oferta y la demanda. El Tesoro de los Estados Unidos necesita refinanciar cantidades masivas de letras a corto plazo, el aumento del déficit presupuestario aumenta los problemas de los bonos a largo plazo, y ya no hay un banco central dispuesto a comprar a cualquier precio. Los mercados están pasando de tener que lidiar con un exceso de ahorro a un exceso de emisión”.
En este sentido Saint-Georges considera que los rendimientos de Estados Unidos podrían seguir aumentando y “contaminar” los rendimientos mundiales; “lo que no sentaría nada bien a los mercados ya que el ciclo económico está en su punto máximo”, advierte.
En cambio los analistas de Legg Mason quitan importancia a esta subida y destacan “lo realmente aplanada que ha estado la curva de rendimiento para los bonos durante los últimos años”. En su opinión, “una posible causa es el leve aumento del margen de crédito de los bonos corporativos globales de Estados Unidos”.
Según explican desde Legg Mason, detrás de esta subida podría cuestionarse si la calidad crediticia de las empresas podría estar erosionándose silenciosamente. “Esto sería algo sorprendente si tenemos en cuenta lo generalizado que está la deuda high yield corporativa estadounidense, con una temporada de ganancias corporativas sólidas. Ante todo, consideramos que esto no es motivo para afirmar que se aproxime una recesión en Estados Unidos o en el mercado de bonos”, aclaran desde la gestora.
Por último, Benjamin Melman, director de Asignación de Activos y Deuda Soberana en Edmond de Rothschild Asset Management, explica esta escalada poniendo el foco en los swap. “El aumento de los diferenciales de swap a corto plazo ha desempeñado un papel. Por muchas razones, la liquidez se está secando en cierto modo mientras se manifiestan las tensiones vistas sobre el diferencial Ted. Si este nivel más elevado en los tipos de swap está aquí para quedarse, como sospechamos, los rendimientos del gobierno tienen que ser también más elevados para atraer a los inversores, teniendo en cuenta que el déficit público de Estados Unidos está aumentando y que se está reduciendo el balance de la Fed”, argumenta Melman.
¿Oportunidad?
Para Chris Gannatti, director de análisis de Wisdom Tree, muchos ven en el 3,05% un nivel técnico importante y una resistencia clave. «Si se rompe, tiene el potencial de ir sustancialmente más alto. Una de las consecuencias inmediatas más interesantes de este movimiento es un yen japones que ahora cotiza entre 109 y 110 dólares. Este ha sido un gran movimiento, y muchos pueden no darse cuenta de que en un mes, las acciones de Japón han aumentado más del 7% frentre al índice S&P 500», apunta.
En opinión de Philalithis, con unos rendimientos en el 3%, “ los bonos del Tesoro de Estados Unidos son atractivos para los inversores, que deberían estar estudiando cómo diseñar exposiciones defensivas para proteger sus carteras. En el 3%, los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años están descontando nuevas subidas de tipos de la Reserva Federal y también un poco de prima de inflación”.
Desde BlackRock, consideran que en este escenario los activos de riesgos pueden funcionar bien. “Nos preocuparía más que las tasas aumentaran sin relación con las perspectivas de crecimiento, como un catalizador ante los temores de los bancos centrales por la inflación. Eso probablemente se reflejaría en un aumento en el término premium, o el extra de rendimiento que los inversores exigen a los bonos a largo plazo”, apuntan.
En este sentido, las gestoras han reaccionado y cambiado sus posiciones en la cartera para protegerse. Según explica Markus Allenspach, jefe de análisis de renta fija de Julius Baer, “hemos cambiado nuestro enfoque en los valores protegidos por la inflación del Tesoro para beneficiarnos de las perspectivas de una creciente presión inflacionaria. El mercado monetario y los instrumentos de tasa variable también capearán la tormenta que se está gestando en el mercado de bonos”.
Esta situación, según Melman, de Edmond de Rothschild Asset Management, podría alargarse. “Si consideramos que los rendimientos de Estados Unidos deberían subir un poco más, ya no estamos infraponderados en deuda gubernamental estadounidense. De hecho, si las ganancias de capital siguen pareciendo pobres, supone diversificación para una cartera en caso de que se dé un escenario deflacionista adverso”, concluye.
De cara al segundo trimestre del año, Erick Muller, responsable de estrategia de Muzinich&Co, señala que habrá que observar cómo se desarrollará la presión inflacionaria interna en la economía de los Estados Unidos para controlar la evolución del bono y posicionar las carteras.
“Hemos posicionado nuestras carteras con una duración generalmente más corta que las normas del mercado en los últimos meses, teniendo en cuenta el riesgo de mayores rendimientos en los Estados Unidos. Paralelamente, la exposición crediticia estaba compensando la pérdida de rendimiento. Mantenemos un enfoque cauteloso sobre la volatilidad del mercado, pero confiamos en los fundamentos sólidos que vemos en el lado macro y micro; con un apalancamiento aún contenido en el mercado de crédito corporativo y con un suministro neto en bonos corporativos que es más bajo ahora que en comparación con 2017”, señalan.
Por último Frank Dixmier, director global de renta fija de Allianz Global Investors, destaca que, pese al nerviosismo actual del mercado, hay que ser juicioso. “Cualquier corrección adicional entre las tasas a largo plazo brindará la oportunidad de aumentar la duración de la cartera. Por lo tanto, el 3% o más parece ser un nivel atractivo», concluye.