Fernando Gutiérrez, nuevo socio de Dentons

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Foto cedidaFernando Gutiérrez, socio de Dentons. Fernando Gutiérrez, nuevo socio de Dentons

Dentos anuncia la promoción a socio, en el departamento de Derecho Financiero y Bancario, de Fernando Gutiérrez. Con más de 14 años de experiencia profesional (cinco de ellos en la oficina de Dentons en Madrid), Gutiérrez es especialista en regulación financiera.

Fernando Gutiérrez trabajará bajo la dirección de Jesús Mardomingo. Así el departamento de Derecho Financiero y Bancario de la firma pasará a estar integrado por Jesús Mardomingo, socio responsable del departamento, Jabier Badiola (Bancario), Ignacio Corujo (Mercado de Capitales) y Gutiérrez. Éste trabajará en el área de Regulación Financiera y Bancaria y otros Productos Regulados.

Gutiérrez es especialista en regulación financiera de todo tipo desde entidades de crédito, empresas de servicios de inversión y fondos UCITS, hasta fondos de inversión alternativa, entre otros.

Además, tiene experiencia como abogado y directivo de capital-riesgo, tras ocupar el puesto de presidente del consejo de administración de la gestora de capital público Sepides Gestión, SGEIC, S.A., S.M.E.

¿Cómo se verá afectada la gestión de activos por la crisis del COVID-19?

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¿Cómo se verá afectada la gestión de activos por la crisis del COVID-19?
Pixabay CC0 Public Domain. ¿Cómo se verá afectada la gestión de activos por la crisis del COVID-19?

La pandemia del COVID-19 no se parece a nada que ninguno de nosotros haya experimentado jamás. La crisis tendrá, sin duda, implicaciones de gran calado para las personas, las empresas y para la sociedad en su conjunto. La industria de la gestión de activos también afronta desafíos colosales, ya que aspira a seguir convirtiendo los ahorros en inversiones para clientes grandes y pequeños. Esta tarea tal vez nunca haya sido tan ingente, y las lecciones que hemos aprendido serán vitales para ayudar a reconstruir el mundo que nos espera. Creo que estaremos a la altura del desafío.

Sin embargo, primero debemos hacernos algunas preguntas y quizá ninguna sea tan importante como la forma en que nos vemos a nosotros mismos como industria. Los bancos centrales y los gobiernos han hecho todo lo posible para tratar de estimular el crecimiento y aliviar el dolor económico. El sector financiero debe ver cómo puede desempeñar su papel. La forma en la que la industria de gestión de activos se comporte en este entorno será objeto de un escrutinio nunca visto hasta ahora.

Tanto nosotros como las empresas en las que invertimos hemos considerado siempre que tenemos un deber con un conjunto más amplio de «stakeholders» que va más allá de ser meros accionistas. Esto incluye a los clientes, los reguladores y las comunidades en las que las empresas operan y atraen a sus equipos. En el entorno actual, todas las miradas estarán puestas en el cumplimiento de esa responsabilidad más amplia.

De manera parecida, vemos el impacto de la pandemia como un acelerador de las tendencias económicas, de mercado y sociales existentes. Por ejemplo, creemos que la agenda ASG se mantendrá en la vanguardia del concepto de inversión. Esta es una de las líneas que nosotros deseamos seguir y, lo que es más importante, se trata de una tendencia que nuestros clientes quieren que pongamos en práctica aún más.

En Aberdeen Standard Investments siempre hemos defendido el compromiso y la gestión minuciosa de las inversiones que nos confían nuestros clientes. Es probable que el panorama actual de los beneficios corporativos sea el más complejo de mi carrera en el sector. Se espera que las ganancias caigan alrededor de un tercio. Desafortunadamente, sospecho que esto puede ser demasiado optimista. Del mismo modo, los dividendos, uno de los verdaderos referentes en el análisis de la salud y las perspectivas de una compañía, están desapareciendo a un ritmo sin precedentes a medida que las empresas se comprometen con sus recursos de liquidez y reflexionan sobre el futuro incierto que tienen por delante.

Como inversores a largo plazo, podemos ayudar a las compañías a recuperarse y volver a obtener beneficios. Después de todo, los buenos negocios no se convierten en malos de la noche a la mañana. Ayudarles a transitar esta situación será importante en los próximos meses. Como hemos visto en las últimas semanas, a pesar de los altos niveles de volatilidad y los bajos niveles de liquidez, los mercados de renta variable y de bonos han permanecido abiertos a las empresas y emisores que tienen planes y estrategias claras para superar los problemas actuales.

Conversar, conversar y conversar

Este es también un momento en el que, como gestores activos, debemos seguir demostrando nuestra valía y cómo podemos cumplir las expectativas de nuestros clientes. La comunicación y la transparencia son fundamentales. Esto incluye hacer bien las cosas básicas; caminar con nuestros clientes y ser honestos sobre cómo vemos el paisaje económico y de mercado.

El panorama es incierto. Sin embargo, jamás ha sido más importante ser abiertos sobre lo que pensamos que serán los resultados potenciales y cómo construimos las carteras para reflejar estas eventualidades. Tenemos que seguir «haciendo los deberes» cuando analizamos las acciones, la deuda y otros activos en los que invertimos. Si bien el contexto económico y de mercado puede cambiar, el valor de un buen análisis sigue siendo vital. Esto es especialmente cierto en un mundo en el que todo apunta a que los gobiernos, las empresas y los individuos terminarán más apalancados.

Trabajar de manera más ágil, pero no más tiempo

No hay duda de que, a medida que salgamos de esta crisis, muchos sectores se enfrentarán a numerosos cambios. Uno de los mayores impactos para el sector de la gestión de activos se producirá probablemente en sus prácticas de funcionamiento. Ya habíamos adoptado el trabajo flexible, y parece probable que estas tendencias continúen. También estamos aprendiendo a conectarnos de una manera ligeramente diferente, que sea favorable para las familias, clientes y empresas. Creo y espero que esta mentalidad perdure durante los difíciles meses que tenemos por delante.

Nuestra responsabilidad

Vivimos en una época sin precedentes. La crisis actual está lejos de haber terminado y se presentan muchos desafíos en el futuro. Estos nos impondrán una responsabilidad considerable tanto como custodios del ahorro y propietarios de las acciones y de la deuda así como miembros de nuestras sociedades que irán cambiando. Sigo confiando en que estamos a la altura de la tarea que tenemos por delante.

Tribuna de Richard Dunbar, responsable de investigación de Aberdeen Standard Investments

Hagamos lo que nos toca: ventas en concurso y M&A

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Pixabay CC0 Public Domain. Hagamos lo que nos toca: ventas en concurso y M&A

Tanto por número de operaciones como por volumen de inversión, 2018 y 2019 fueron años de intensa actividad de M&A en España. Aunque todavía no hay datos agregados fiables, 2020 empezó manteniendo esta tendencia hasta que nos ha golpeado el COVID-19 dejándonos, literalmente, paralizados. Es hora de volver a salir a la calle, al mercado, y es importantes saber con qué nos vamos a encontrar y tener una estrategia para afrontarlo.

La existencia de liquidez, de capacidad inversora, ha sido uno de los elementos dinamizadores del M&A en estos años, y los datos indican que sigue existiendo esa capacidad y ese apetito, por lo que la demanda de operaciones sigue presente, aunque en estado latente, ya que, como es natural, la prudencia responde a la actual incertidumbre ralentizando las decisiones de adquisición.

Si bien hay liquidez en el lado inversor, muchos proyectos empresariales valiosos han quedado gravemente afectados por esta crisis, muy particularmente en cuanto a liquidez operativa, al haber sufrido una drástica y súbita reducción de sus ingresos. Se anuncia así para los próximos meses una oleada de concursos de acreedores para los que es necesaria una solución.

La coincidencia de liquidez inversora y de empresas con valor de mercado pero en situación concursal, propiciará la oportunidad de compra de unidades productivas en concurso. Se trata de operaciones particulares, distintas al M&A tradicional, pero que presentan numerosas ventajas y cuyo régimen jurídico ha ido mejorando a través de modificaciones legales y resoluciones judiciales que han buscado proteger este régimen que coadyuva a la pervivencia de la empresa y al mantenimiento del empleo. 

Entre las ventajas de estas operaciones están, junto al precio, la ausencia de pasivos distintos a aquellos que quiera adquirir el inversor, la no asunción de contingencias fiscales, la cesión obligatoria a su favor de los contratos vinculados a la actividad o la depuración de la plantilla pudiendo incorporar solo a la estrictamente necesaria. Aun así, no son operaciones al uso y, por ejemplo, no se podrán imponer pactos de no competencia o de non solicitation; y en las que hay zonas de riesgo, como la sucesión laboral, lo que exigirá realizar un cuidadoso análisis legal.

En todo caso, jueces y administradores concursales, con la experiencia acumulada en la crisis anterior y el aprendizaje que se extrae de los numerosos casos de éxito vividos, van a facilitar estas adquisiciones cuyo resultado dependerá en gran medida de la celeridad con la que se articule esta solución. Las operaciones serán más exitosas para todas las partes implicadas cuanto antes se pueda consumar la transmisión y, para ello, la mejor opción es poder presentar la solicitud de concurso voluntario junto a la oferta de adquisición. Así, el proyecto se podrá transmitir con menor deterioro y devaluación, el concurso será más sencillo en su tramitación y con menos riesgos para la concursada, beneficiando a la misma pero también a los acreedores, al adquirente y al mercado en su conjunto.

Toca hacer los deberes. Asomarse al mercado, ver qué empresas están pasando dificultades que ponen en peligro su viabilidad, analizar si el concurso es la salida y la venta de la unidad productiva la solución para la continuidad empresarial. En muchos casos será así, quienes primero vean la oportunidad y den los pasos negociales y jurídicos para materializarla podrán beneficiarse de adquisiciones en buenas condiciones que ayudarán además a que la crisis cause menos daño a nuestro tejido empresarial.

Tirbuna de José María Rojí, abogado y socio CMS Albiñana & Suárez de Lezo

El patrimonio de las EAFs cae un 31,7% en 2019 debido a la transformación del sector

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Pixabay CC0 Public Domain. change

Las empresas de asesoramiento financiero en España están protagonizando importantes transformaciones y eso está afectando con fuerza al patrimonio que asesora el sector: según los últimos datos, hechos públicos por la CNMV en su último boletín trimestral, su volumen cayó el año pasado un 31,7%, hasta los 21.628 millones de euros a finales de diciembre. A cierre del año 2018, esa cantidad era de 31.658 millones de euros (ver cuadro).

Con todo, es necesario contextualizar la fuerte caída del negocio de las EAFs en un escenario en el que el número de entidades se reduce, pasando en 2019 de 158 a 140, debido en muchos casos a fusiones, integraciones o transformaciones en otras figuras jurídicas, lo que explica en gran medida este importante descenso.

Y es que, conforme van ganando tamaño, unas deciden pasar a ser agencias de valores y otras, gestoras, dependiendo del modelo de negocio que tengan. Si tienen vehículos de inversión para asesorar, suele pasa a ser gestoras.

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Como ya analizaba Funds Society en un reciente artículo, el descenso del volumen de activos se tradujo en una diminución de los ingresos por comisiones de un 9,7%, hasta los 56 millones de euros.

Tanto las comisiones percibidas procedentes directamente de sus clientes como las correspondientes a otras entidades se contrajeron durante el año en el mismo porcentaje, situándose en 45,4 y 9,8 millones de euros, respectivamente.

Mayor peso de clientes minoristas

Si bien tanto el patrimonio procedente de clientes minoristas como de profesionales y contrapartes elegibles se contrajo, fue el de estos últimos el que experimentó un mayor descenso, lo que también se vio reflejado en el número de clientes asesorados: de 91 a finales de 2018 se pasó a 29 al cierre de 2019. Esto hizo que la distribución patrimonial se modificara de forma sustancial a favor de los clientes minoristas, que pasaron de representar el 32,5% del patrimonio gestionado al 38,4%.

Deuda investment grade, high yield, emergente y renta variable: los activos que ofrecen valor en el entorno actual

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Foto cedida. Enrique Marazuela

Para Enrique Marazuela, presidente de CFA Spain y director de inversiones en BBVA Banca Privada, esta crisis, provocada por el COVID-19, es comparable a la recesión de los años 30 del siglo XX. En el largo plazo, considera que se generarán volúmenes “inmensos” de deuda pública, pero que el gasto público será imprescindible para reconstruir las economías si queremos que los daños sean “transitorios y no crónicos”.

Frente a estos volúmenes de deuda pública “espectaculares”, Marazuela considera que a una mayor oferta de papel y a una misma demanda, bajarán los precios y, por lo tanto, subirá la rentabilidad. “Subirá a pesar de que los bancos centrales, para fomentar la actividad, van a mantener los tipos de interés durante mucho tiempo muy bajos”, explica.

Ante este escenario, insiste en que debemos proteger nuestro patrimonio de los distintos agentes que pueden erosionarlo e identifica cuatro enemigos: la inflación, los impuestos, los gastos y los errores que se puedan cometer. Por el contrario, recuerda los tres aliados del inversor: el tiempo, la rentabilidad y la diversificación. Para Marazuela, un patrimonio es un propósito y una idea, e insiste en que los malos momentos hay que sufrirlos. “Vamos a destruir nuestro patrimonio si nos dejamos llevar por los ataques de pánico y fobia”, apunta.

«El punto de partida tiene que ser un índice global»

Según Marazuela, manejamos un mundo de incertidumbre en el que lo primero que sabemos es que la diversificación nos añade valor. “Muchas carteras renuncian a este beneficio y cada unidad de riesgo que tenemos supone más rentabilidad”, añade. El experto recomienda hacer esta diversificación incorporando distintas clases de activos e insiste en que debemos huir de sesgos geográficos. “El punto de partida tiene que ser el índice global, a partir de ahí podremos meter los sesgos que queramos, pero de forma consciente”, añade.

Asimismo, aconseja contar con un fondo de reserva para gastos imprevistos. “Me parecería demasiado arriesgado que fuera inferior a los tres meses de desembolsos mensuales. Ahí debemos aceptar la erosión del paso del tiempo, pero es una especie de seguro contra catástrofes que tenemos”, explica. Por otro lado, para proteger nuestro patrimonio de la inflación, señala que hay que incurrir en riesgos. “Estos activos tienen que ser los que nos ofrecen ahora mismo valor, como los bonos investment grade, high yield, bonos emergentes y la renta variable”, apunta.

Los bonos gubernamentales, perjudicados

El experto ha tachado esta situación de “convulsa” y admite que en estos contextos es cuando la correlación entre los activos es mucho más grande. “Hemos visto caídas verticales no solo de la renta variable sino de los bonos de mayor riesgo. En el corto plazo, cuando hay una convulsión, lo que desaparece es la liquidez de los mercados, algo que afecta a todas las clases de activos”, apunta. Asimismo, considera que el problema no está durante la pandemia sino en el “día de después”. «Hemos parado mucho la economía, hemos perdido riqueza y lo más importante está en que sea transitorio”, insiste. En España, considera que el PIB caerá 8 puntos y que hasta 2022 no alcanzaremos los niveles anteriores a la crisis.

Para Marazuela, una de las principales víctimas de esta crisis serán los bonos gubernamentales, los cuales “se van a ver clarísimamente perjudicados”. El experto insiste en que son una mala opción, ya que existe una desproporción entre el binomio rentabilidad riesgo, algo que cree que ocurre tanto en bonos centrales como periféricos.

Respecto a los corporativos, el experto considera que los investment grade empiezan a pagar un diferencial “interesante” y admite que el apoyo de los bancos centrales ha disipado sus miedos ante posibles problemas de liquidez.

Otra opción que el experto considera atractiva son los bonos emergentes o los bonos high yield. Estos últimos, los recomienda porque producen una rentabilidad adicional con respecto a la deuda pública y, aunque reconoce su atractivo, recuerda que siguen siendo cautos por su vinculación con el petróleo. Respecto a los inmuebles, Marazuela cree que se verán resentidos, pero recuerda que de ninguna forma esta crisis es comparable a la pasada y por ello no cree que sea un sector que vaya a salir perjudicado.

Elegir los riesgos y aceptar las rentabilidades

Marazuela insiste en por mucho análisis que se puedan llegar a hacer no se puede vencer a los mercados. En este sentido, aconseja “elegir los riesgos y aceptar las rentabilidades”. “Hay dos técnicas para batir al mercado, la primera es la de anticiparte a los movimientos del mercado e históricamente ha salido mal. La segunda es hacer una selección especial de valores, donde hay que tener en cuenta que todo valor tiene dos riesgos: el sistemático o el singular, sí sabemos que el mercado solo nos retribuye por el riesgo sistemático, por ello es importante no concentrar la cartera solo en tres o cuatro valores, porque no tienes ese plus de redistribución”, explica.

Asimismo, insiste en que los movimientos de corto plazo son “muy impredecibles” y en el largo plazo los activos tienden a regresar a sus rentabilidades históricas. “Aguantemos las posiciones y apostemos por ese futuro”, aconseja.

Las valoraciones de Marazuela se enmarcan dentro de la nueva iniciativa de Faraday Investment Partners en la que, a través de webinarscompartirán ideas y opiniones para entender mejor la posible evolución de los principales activos, así como qué tácticas emplear para proteger nuestro patrimonio y aprovechar oportunidades. 

March AM ve oportunidades de inversión en megatendencias, empresas familiares y renta fija

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Pixabay CC0 Public Domain. oficinas

March Asset Management, gestora del Grupo Banca March, identifica las áreas que podrían salir beneficiadas en el contexto de recuperación de la crisis del COVID-19. Según la entidad, las mejores oportunidades encontrarán en tres grandes áreas: megatendencias de futuro, empresas familiares y renta fija.

Según el último informe de estrategias de March AM, los gestores esperan que se produzcan fuertes transformaciones que darán lugar a oportunidades relacionadas con los cambios demográficos (crecimiento y envejecimiento poblacional o creciente urbanización del planeta) y en hábitos de consumo (que primen la salud o el comercio online), así como con el cuidado del medio ambiente (sostenibilidad). Al invertir en ellas, se busca un mayor crecimiento y una mayor rentabilidad que haciéndolo por medio de un enfoque tradicional. “La diversificación es clave, y una de las formas más eficientes de obtenerla es a través de fondos de inversión”, destaca la gestora.

Según March AM, esta situación ha desencadenado una tendencia que favorecerá a las compañías sostenibles, como se refleja en la creación del Pacto Verde, firmado entre distintos países de la Unión Europea. Esto aumentará las probabilidades de que concedan mayores subvenciones en sectores como renovables, que supondrán una de las principales palancas para la recuperación económica de Europa.

Empresas familiares

Las empresas familiares baten a los índices locales de sus mercados, según los últimos estudios realizados por March AM y el IE Business School. Así, estas obtienen una rentabilidad muy superior a la generada por los índices locales para niveles de riesgo similares o incluso inferiores. Según estos estudios, en los periodos de tiempo analizados, la empresa familiar ha demostrado ser más rentable que la no familiar, con niveles de ROE más elevados, al tener una mirada a más largo plazo, accionistas de control y menores niveles de deuda financiera.

“Cabe esperar que la crisis del COVID-19 afecte en menor medida a las empresas familiares que a otras compañías, incluso abriéndose oportunidades para ellas: muchas compañías con caja neta positiva podrán aprovechar para hacer adquisiciones y no sufrir problemas de liquidez”, subrayan desde la gestora. Además, en el contexto actual, existen pocas oportunidades de invertir en compañías de gran calidad como Roche, Walmart, Berkshire Hathaway, Oracle, Remy Cointreau, Sodexo, AB Inbev, entre otras, a unos niveles de precio atractivos. Según los gestores, las empresas familiares tienen capacidad para salir más rápidamente de la crisis que las empresas no familiares y lo harán mucho más fortalecidas.

Oportunidades en renta fija

A diferencia de lo ocurrido en la crisis de 2008, los bancos centrales están tomando las medidas necesarias para que el sector financiero no se vea afectado. En este sentido, la gestora destaca que es posible aprovechar las ineficiencias de mercado en formación de precios en el mercado de crédito.

Los estímulos monetarios y fiscales adoptados en Europa y en Estados Unidos, con programas de compras de bonos sin precedentes históricos, incluyendo crédito de empresas, han supuesto un gran respaldo al mercado de renta fija, con una drástica reducción de diferenciales que redunda en un aumento del precio de los bonos, aportando la liquidez que tanto hacía falta en los mercados a mediados de marzo.

“En un contexto como el actual es importante tener una visión a medio-largo plazo para aprovechar las oportunidades de inversión en los mercados financieros. El equipo de gestión de March AM ha demostrado una gran consistencia para superar tanto los ciclos económicos, como las distorsiones puntuales y lograr interesantes retornos para sus partícipes en el largo plazo”, asegura José María Ortega, consejero director general de March AM.

 

Señales de alerta para las empresas endeudadas: ¿cuáles son las consecuencias?

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Ante la preocupación de muchas empresas por la liquidez y la deuda, debido a la prolongación de los confinamientos, ¿hay forma de distinguir entre los ganadores y perdedores? Luke Newman, gestor del fondo United Kingdom Absolute Return de Janus Henderson Investors, expone sus ideas sobre las oportunidades y riesgos para los inversores, tanto a largo como a corto plazo.

Actualmente hay muchos interrogantes, tanto sobre el impacto del coronavirus como por las respuestas de los gobiernos en sus esfuerzos por «aplanar la curva» (reducir la tasa de contagio).

Por su parte, el equipo de gestión liderado por Luke Newman ha dedicado las últimas semanas a mantener conversaciones con los equipos directivos y asesores de las empresas de diversos sectores, para tratar de entender el impacto económico de la paralización económica en su modelo de negocio. En concreto, se han centrado en los efectos que tienen en los balances las restricciones de las autoridades y los daños que puede provocar un apalancamiento operativo excesivo en los modelos de negocio con capacidad limitada para racionalizar los costes. En las últimas semanas, las empresas han tenido que tomar decisiones increíblemente difíciles; para muchas, a corto plazo el objetivo era simplemente la supervivencia. Muchas empresas han sufrido fuertes parones que, lejos de plantear una desaceleración, apuntan a unos ingresos nulos.

Ahora es evidente reconocer los riesgos potenciales a los que se enfrentan y deben responder a las cuestiones sobre liquidez y apalancamiento. Las empresas se enfrentarán a nuevos retos ante la ausencia de test de anticuerpos eficientes o una vacuna oportuna que se apruebe y produzca en grandes cantidades. En este contexto, en Janus Henderson esperan que muchas empresas respondan a las presiones sobre los balances.

La prueba de la refinanciación

La magnitud o el impacto diluido de cualquier posible solicitud de capital supone especular de momento. Pero, aunque a muchas empresas les costará lidiar con los importantes cambios en las condiciones económicas, habrá oportunidades para que los inversores participen en la recapitalización de empresas por lo demás bien posicionadas que podrían salir de esta situación con una posición competitiva más fuerte que antes de esta crisis.

En el mercado actual, el equipo gestor de Janus Henderson considera cuatro categorías amplias de posibilidades de refinanciación:

1) Las empresas que iniciaron la crisis con una deuda importante podrían requerir una reestructuración significativa. Ahora mismo apenas hay ganas de que los bancos «recuperen las llaves» y fuercen un impago, por lo que, a corto plazo, muchos acuerdos de deuda probablemente se relajarán o aplazarán, dejando unos valores del capital muy reducidos para negociar eficientemente como opciones ante unos niveles de deuda mucho mayores.

2) Empresas con problemas de liquidez que, por su actividad, se han visto muy perjudicadas por la paralización impuesta por los gobiernos. Entre ellas estarían las empresas relacionadas con los viajes y las que requieren mucho capital, que han tenido problemas de flujo de caja al agotarse el negocio. En circunstancias normales, cabría esperar una emisión de derechos para refinanciar las operaciones de la empresa. Sin embargo, las emisiones de derechos pueden llevar varias semanas, ya que se necesita que los auditores y otras partes implicadas aprueben la estructura, lo que sugiere una mayor demanda de colocaciones de acciones para cubrir el déficit de financiación. Esto conlleva riesgo de dilución para los accionistas existentes, ya que podrían no respetarse automáticamente los derechos preventivos (por los que los accionistas existentes pueden rechazar primero cualquier emisión de nuevas acciones).

3) Aunque muchas empresas podrían no tener problemas de liquidez inmediatos, las perspectivas de una recuperación en forma de «V» se han moderado y las consecuencias del alto desempleo y una relajación gradual de las restricciones sociales probablemente rebajarán las previsiones para 2021. Aunque las luces se mantienen encendidas para las que a menudo son empresas de gran calidad, una tolerancia cada vez menor al apalancamiento alentará la demanda de reducir la deuda neta con el tiempo. Las valoraciones probablemente tendrán en cuenta cualquier riesgo de dilución, aunque no sea inmediato, ofreciendo a los inversores a largo plazo la oportunidad de acumular posiciones en empresas que, por lo demás, están bien posicionadas.

4) Las ayudas estatales son una vía probable para empresas importantes que no logran convencer a los inversores de que pueden superar las restricciones políticas y sociales del mundo tras la covid-19. Aunque el Gobierno británico ha dejado claro que prefiere el capital privado a una solución estatal, parece difícil que las emisiones de derechos de las compañías aéreas, por ejemplo, se vean respaldadas, debido a la incertidumbre sobre las reservas, junto con el alto coste de las devoluciones de tarifas, obligaciones de pedidos de aviones y el repliegue de las coberturas de combustible.

Más riesgos compensados por oportunidades

La duración de las paralizaciones y cómo los gobiernos elijan gestionar las restricciones económicas y civiles ejercerán claramente una mayor presión sobre los balances corporativos en las próximas semanas y meses. La respuesta de los gobiernos a picos temporales de las tasas de contagio del coronavirus, con posibles paralizaciones y continuas restricciones, supondrá riesgos adicionales para el valor del capital. Pero también habrá oportunidades para los inversores que acumulen posiciones a largo plazo en empresas resistentes suficientemente bien capitalizadas para sobrevivir en este periodo y generen valor para los accionistas en los próximos años. Para los inversores que operan en mercados a largo y corto plazo, ambas situaciones ofrecen oportunidades.

 

 

Información importante:

Este [documento] está destinado únicamente para ser utilizado por profesionales, definidos como contrapartes elegibles o clientes profesionales, y no está dirigido al público en general. Las llamadas telefónicas pueden ser grabadas para protección mutua, para mejorar el servicio al cliente y para mantener registros con fines regulatorios.

Emitido por Janus Henderson Investors. Janus Henderson Investors es el nombre bajo el cual se proporcionan los productos y servicios de inversión por parte de Janus Capital International Limited (reg. n.º 3594615), Henderson Global Investors Limited (reg. n.º 906355), Henderson Investment Funds Limited (reg. n.º 2678531), AlphaGen Capital Limited (reg. n.º 962757), Henderson Equity Partners Limited (reg. n.º 2606646), (cada uno registrado en Inglaterra y Gales en 201 Bishopsgate, Londres EC2M 3AE y regulado por la Financial Conduct Authority) y Henderson Management S.A. (reg n.º B22848 en 2 Rue de Bitbourg, L-1273, Luxemburgo, y regulado por la Commission de Surveillance du Secteur Financier).

Janus Henderson, Janus, Henderson, Perkins, Intech, Alphagen, VelocityShares, Knowledge. Shared y Knowledge Labs son marcas comerciales de Janus Henderson Group plc o de una de sus filiales. © Janus Henderson Group plc.

 

 

¿Pueden los criterios ESG sobre los gobiernos reflejar el éxito o fracaso de la gestión del COVID-19?

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Pueden los criterios ESG sobre los gobiernos reflejar el éxito o fracaso de la gestión del COVID-19?

¿Pueden los datos ESG de los países ayudar a identificar fisuras potencialmente peligrosas y determinar su preparación para las crisis? Según Max Schieler, analista senior de inversión sostenible RobecoSAM, desde luego pueden ayudar a prepararse ante eventos devastadores, como por ejemplo está siendo el COVID-19. 

En su opinión, el coronavirus ha sacudido los cimientos de muchos países, con efectos devastadores. Sin embargo, muchas de las debilidades estructurales que ha exacerbado la crisis ya resultaban claramente visibles en los datos de evolución ESG de los países. “Un análisis más detallado pone de manifiesto una serie de sorprendentes paralelismos entre las puntuaciones ESG y la eficacia en la gestión de la crisis. Resulta llamativo que las puntuaciones elevadas en los parámetros relacionados con el sistema sanitario resultan insuficientes a la hora de predecir la capacidad de reacción de los países, lo que evidencia que no existen indicadores mágicos con plena capacidad predictiva”, apunta.

Según el análisis de los datos que realiza Schieler, “se observa que unos niveles elevados en los indicadores institucionales y de gobierno se correlacionan claramente con la capacidad de reacción de los países, lo que ayuda a explicar los sorprendentes éxitos y fracasos de muchos países en la gestión de la crisis. Pero un gobierno sólido no debe confundirse con un gobierno absolutista: los regímenes autoritarios no han tenido más éxito que las democracias occidentales en la lucha contra el coronavirus ni en el control de su propagación e impacto”.

En este sentido sostiene que, aunque la pandemia actual comenzó como un riesgo para la salud pública, aparentemente circunscrito a variables relacionadas con la salud y el bienestar (dimensiones sociales, en lo que respecta a los datos ESG), se contaminado y paralizado rápida y agresivamente el conjunto macroeconómico. Ante las consecuencias que está teniendo para la macroeconomía, los mercados financieros, el panorama geopolítico y la sociedad, queda muy patente que el perfil ESG de un país debería ser una pieza esencial de las consideraciones de inversión y la toma de decisiones.

“Al examinar el número actual de casos confirmados de COVID-19 y compararlos con la figura 1, vemos que los países mejor clasificados conforme a los principales indicadores relacionados con el sistema sanitario se encuentran entre los focos críticos de esta pandemia, especialmente Estados Unidos, España, Italia y Francia”, apunta.  “Aunque la salud y los sistemas sanitarios se encuentran en el epicentro de esta crisis, a resultas de ella han quedado expuestas una serie de fracturas más profundas que tienen que ver con otras vertientes del concepto ESG”, sostiene. 

Figura 1

En su opinión, queda patente que cuando una enfermedad contagiosa golpea con tanta fuerza, incluso los sistemas sanitarios más avanzados pueden verse sobrepasados si no se cumplen también otras condiciones (medidas conforme a otras dimensiones ESG). “En los países más gravemente afectados, la propagación de la enfermedad podría haberse contenido de manera más eficaz si se hubieran tomado medidas rápidas y decisivas desde un principio. En la figura 2 se ofrece una indicación preliminar de los países que han logrado gestionar la crisis del coronavirus con más éxito hasta ahora”, añade. 

FIGURA 2

Conclusión

Con esta visión sobre la mesa defiende que, para los inversores, las implicaciones están claras: “Si los datos ESG pueden ofrecer valiosos conocimientos sobre una pandemia mundial, también pueden constituir una potente herramienta para comprender y mitigar los riesgos geopolíticos y nacionales en el seno de una cartera de inversión. Y, como han puesto de manifiesto con tremenda claridad los acontecimientos vividos este año, y el anterior, los riesgos sociales y geopolíticos pueden ser demoledores e inmensamente perjudiciales para los países, las empresas y las carteras por igual”.

Para Schieler, la pandemia global es una oportunidad también para aprender y poner en valor la información que nos dan los criterios ESG sobre los países. “Cabe albergar la esperanza de que la magnitud y la agudeza de la conmoción inicial y las sacudidas posteriores, aunque nos dejen profundamente heridos, también nos hagan estar mucho más atentos a las advertencias tempranas que puedan ayudar a evitar este tipo de riesgos en el futuro; un buen consejo para los ciudadanos, los países y los inversores”, concluye.

Unión Europea: los retos que encara el proyecto comunitario tras la pandemia

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Pixabay CC0 Public Domain. Europa: los retos que encara el proyecto comunitario tras la pandemia

Europa intenta recuperar la normalidad. La gestión del COVID-19 y sus implicaciones económicas han demostrado las diferentes necesidades y medidas de cada país frente a este contexto. Los ejemplos más claros han sido el debate en torno a la posibilidad de emitir eurobonos o la dura sentencia del Tribunal Constitucional alemán sobre el programa de compras del Banco Central Europeo.

Didier Saint Georges, miembro del Comité de Inversiones Estratégicas de Carmignac, matiza y explica que la decisión del Tribunal Constitucional alemán prácticamente no afecta a la capacidad del BCE para actuar por el momento, ya que no se refiere al programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés) específico establecido para combatir las consecuencias de la pandemia. Sin embargo, el problema que visibiliza es de mayor calado. 

“Este problema se deriva de la falta de convergencia política en materia de política presupuestaria en la Unión Europea, algo que se puso de manifiesto más recientemente por la incapacidad de los jefes de Gobierno para llegar a un acuerdo sobre un Fondo Europeo de Recuperación específico. La consecuencia es que, al menos por el momento, el BCE deberá asumir de nuevo buena parte del esfuerzo para afrontar esta crisis. Por lo tanto, en particular para los países más débiles de la zona del euro, cualquier acontecimiento que desafíe la promesa implícita y la capacidad del BCE de hacer lo que sea necesario obviamente no es una buena noticia para los países periféricos, como puede verse en esta diapositiva”, señala. 

Sin duda, el reto económico es relevante. Según destacan desde Allianz GI, “la eurozona parece haber sufrido una contracción intertrimestral del 3,8%, el peor dato al menos desde 1999, cuando se lanzó oficialmente la moneda común. Se prevé una caída del PIB alemán del 1,1% intertrimestral, la más pronunciada desde la crisis financiera mundial de 2008-2009”.

Según los expertos, la UE debería aprovechar este momento para fortalecerse y terminar de ser una unión real de países. Por ejemplo, Gilles Moëc, Chief Group Economist en Axa Investment Managers, señala que deberíamos ver una «normalización gradual e incompleta de la actividad económica en la segunda mitad de este trimestre» pero que, para ello, es necesario «una fuerte acción de política colectiva en Eurozona» que, como señala, «se está complicando», sobre todo después de la decisión del Tribunal Constitucional alemán (CCG) sobre el Programa de Compra del Sector Público (PSPP) del Banco Central Europeo (BCE). Según el experto,  todo esto hace que «la mutualización fiscal sea aún más necesaria» para reducir la presión sobre el BCE.

En esta misma línea, Yves Bonzon, CIO de Julius Baer, advierte que la Unión Europea debe cambiar sus reglas y ser capaz de adaptarse a la situación actual. “La reciente sentencia del Tribunal Constitucional alemán sobre la política del BCE es un sutil recordatorio de los obstáculos que hay dentro de la Unión Europea. El punto más controvertido es la compra por parte del BCE de deuda de los estados miembros dentro del programa de Expansión Cuantitativa, pero lo que está en juego aquí fundamentalmente no es tanto la legalidad de las medidas de la autoridad monetaria, como el marco legal establecido por el Pacto Europeo de Estabilidad, que es completamente inapropiado para la situación actual”, señala. 

En su opinión, “las reglas europeas deben ser cambiadas, en lugar de tratar de sortearlas laboriosamente, ya que el espíritu del legislador debería ser siempre respetado dentro de lo que se entiende por un Estado de derecho confiable”.

Nicola Mai, analista de crédito soberano de PIMCO, es mucho más directo en su análisis y reclama que es “el momento de la verdad” para Europa. En su opinión, la carga por la crisis económica relacionada con la pandemia probablemente seguirá recayendo en los Gobiernos nacionales y en el Banco Central Europeo (BCE). “Se requiere urgentemente una colaboración fiscal/monetaria sólida. Creemos que los responsables políticos en Europa terminarán haciendo lo necesario, pero el tiempo es esencial: cuanto más se demore en llegar una respuesta política convincente, mayor será el riesgo de daño económico y social, y mayor será el riesgo de perder el control. Europa se enfrenta al momento de la verdad”, advierte.

En opinión de Olivier de Berranger, director de gestión de activos de La Financière de l’Echiquier, estos desafíos se reflejan en el mercados y, según su valoración, la eurozona sigue rezagada. Por ejemplo, el diferencial de rendimiento entre el S&P500 y el Eurostoxx 50 es de 12,4%. Una brecha que se ha mantenido casi desde principios de año. «Las diferencias políticas, la falta de coordinación y el inmovilismo generado, así como los retrasos e, incluso, los errores en política monetaria, le han costado caro al Viejo Continente en la última década, en términos económicos y bursátiles, sobre todo en comparación con la situación estadounidense. Aunque el período reciente ha mostrado una mejora en la capacidad de reacción de los europeos, sigue existiendo la preocupación de que la gobernanza europea no esté a la altura. Ahora sería conveniente eliminar estas dudas lo antes posible», apunta.

Para Nicolas Forest, responsable global de renta fija en Candriam, parte de la solución actual sería seguir adelante con la idea de una deuda europea común. Desde la gestora consideran que, en los dos próximos años, las diferencias de la deuda entre los países de la zona euro aumentarán. Se habla de que las diferencias pueden alcanzar el 100%. Los países más afectados por el virus -Italia, Francia y España- son los que han aplicado la política de confinamiento más dura, y por extensión, aquéllos cuya deuda se ha incrementado en mayor medida. Por el contrario, Alemania se ha visto menos afectada y parece mejor orientada para un repunte.

Según la visión de Forest para evitar esta situación habría varias alternativas: reducir los déficits y requerir austeridad a los países pobres, crear un crecimiento nominal y, por lo tanto, generar inflación, renegociar las deudas demasiado elevadas o mutualizar la deuda. Sobre esto último el responsable global de renta fija en Candriam apunta: «Se trata, con mucha diferencia y en nuestra opinión, de la opción con más probabilidades de generar unos efectos positivos a largo plazo. La creación de los Eurobonos permitiría que la zona euro tuviera carácter irreversible y crearía nuevos márgenes de maniobra presupuestarios. Esta deuda se podría gestionar de acuerdo con un sistema de doble nivel: un nivel nacional gestionado por los gobiernos para los gastos del país y un nivel europeo para los nuevos gastos asociados a la pandemia, y también para los nuevos gastos comunes de carácter estructural, como, por ejemplo, la política migratoria o sobre el clima».

Los activos gestionados de forma sostenible por Allianz GI crecieron un 14% en 2019

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Pixabay CC0 Public Domain. Los activos gestionados de forma sostenible por Allianz GI crecieron un 14% en 2019

Allianz Global Investors ha aumentado el volumen de inversiones sostenibles que gestiona en los últimos tres años de alrededor de 25.000 millones de euros a 165.000 millones de euros a finales de 2019. Según explica la gestora, la mayor proporción de estos activos, el 80%, son el resultado del impulso de los gestores al integrar los criterios ASG en la gestión de oportunidades y riesgos de las carteras.

Según el nuevo Informe de sostenibilidad de Allianz Global Investors, los activos gestionados de forma sostenible (incluyendo las categorías de integración de factores ASG, ISR, estrategias alineadas con los ODS y la inversión de impacto) crecieron alrededor de 20.000 millones de euros, es decir un 14% en 2019. La firma explica que este aumento de activos del año pasado se debe a 28 nuevas estrategias de sostenibilidad que se lanzaron recientemente, o se convirtieron de estrategias tradicionales, y a innovaciones en el área de inversión de impacto.

La tutela corporativa, a través de la política activa de voto (proxy voting), también sigue siendo cada vez más importante. En 2019, Allianz Global Investors intensificó su programa de diálogo activo con los emisores. Se involucró en la toma de decisiones en 448 ocasiones (un 31% más en comparación con el año anterior) con 333 compañías (2018: 247) en 711 temas concretos (2018: 482). El gobierno corporativo suele ser tradicionalmente el foco principal, pero Allianz Global Investors también abordó los riesgos ambientales y climáticos con más de 80 (82 en 2018) empresas. Las preocupaciones climáticas también han surgido como un tema importante en la práctica del voto activo: en un informe de la ONG ShareAction sobre cómo los gestores de activos globales tratan las propuestas de los accionistas relacionadas con el clima, Allianz Global Investors ocupó el segundo lugar de entre 57.

Según la experiencia de la gestora, cada vez más, los inversores buscan inversiones que combinen un rendimiento financiero con una contribución positiva a objetivos sociales más amplios, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS de las Naciones Unidas). Allianz Global Investors está ampliando su gama de estrategias alineadas con los ODS en su oferta de inversión sostenible.

“Con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, desempeñamos un papel fundamental al dirigir los fondos hacia inversiones que respalden y permitan cumplir estos objetivos. Como líderes en inversiones alternativas, también podemos identificar y acceder a oportunidades de inversión en el mercado privado, incluidas las energías renovables, que están abriendo el camino del cambio hacia un futuro más sostenible”, ha explicado Tobias Pross, consejero delegado de Allianz Global Investors

En su opinión, debido al daño humano y financiero causado por la crisis del coronavirus, es probable que aumente el enfoque sobre una conducta empresarial responsable y sostenible. “Haría falta un enfoque y coordinación internacional similares para evitar el calentamiento global y facilitar la transición a una economía neutral en carbono. Si bien las oportunidades de esta transición son importantes y emocionantes, el proceso será disruptivo: habrá ganadores y perdedores. Creemos que sólo los gestores activos pueden hacerse camino en este cambio, al involucrarse de manera proactiva con las empresas y tomar decisiones de inversión activas, para lograr un cambio que sea medible y duradero”, añade. 

Por su parte, Beatrix Anton-Groenemeyer, directora de sostenibilidad de Allianz Global Investors, se plantea si los gobiernos aprovecharán la oportunidad que está suponiendo la experiencia del coronavirus para centrar sus programas de estímulo en algunos de los otros problemas importantes a los que se enfrenta el planeta, como facilitar el camino hacia la descarbonización.

«La naturaleza de algunos riesgos es que son casi imposibles de predecir -son los denominados cisnes negros como el brote de coronavirus- pero el consenso es que está surgiendo un riesgo de cisne verde: la falta de decisión al abordar el cambio climático. Estamos en un punto de inflexión, donde los inversores quieren invertir su dinero no sólo para obtener rendimientos positivos, sino también de una manera sensata y beneficiosa para la sociedad. A medio y largo plazo, la descarbonización se está convirtiendo en un tema central de inversión, como lo demuestra la Alianza de Propietarios de Activos que promueven la neutralidad total de carbono de sus carteras, una iniciativa de inversores institucionales convocada por la ONU. La gestión y el diálogo activo pueden ser palancas efectivas para facilitar el cambio requerido”, afirma Anton-Groenemeyer