La CNMV autoriza la opa de SIX sobre BME

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Foto cedida. La CNMV autoriza la opa de SIX sobre el BME

El Consejo de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) autoriza la oferta pública voluntaria de adquisición de acciones de BME presentada por SIX Group AG (SIX).

Esta aprobación surgirá efecto el día después de su publicación en el Boletín Oficial del Estado y se produce una vez autorizada la adquisición mediante acuerdo del Consejo de Ministros. Esta oferta se dirige al 100% del capital de BME compuesto por 83.615.558 acciones. No obstante, el oferente no tiene ninguna participación previa en BME. El precio ofrecido es de 33,40 euros por acción.

Pese a no ser obligatorio, por tratarse de una opa voluntaria, SIX ha aportado un informe de valoración, elaborado por Deloitte, que justifica la contraprestación como precio equitativo de acuerdo con lo previsto en el artículo 9 del Real Decreto de opas. Este informe estará disponible como documento complementario al folleto.

La operación está sujeta a la condición, aunque renunciable, de la aceptación de la oferta por un mínimo de 41.807.780 acciones, equivalentes al 50% del capital de BME más una acción. En garantía de esta operación se han presentado avales por valor de 2.792.759.637,20 euros, otorgados por Credit Suisse International (558.551.927,45 euros), Credit Suisse (Switzerland) Ltd. (558.551.927,44 euros), UBS Switzerland AG (1.117.103.854,88 euros), BBVA, Banco Santander y CaixaBank (167.565.578,23 euros cada uno) y Kutxabank (55.855.192,74 euros).

Asimismo, el plazo de aceptación será de 43 días naturales a partir del día hábil bursátil siguiente a la publicación del primer anuncio con los datos esenciales de la oferta, finalizando también en día hábil bursátil. “El oferente no tiene intención de excluir de cotización a BME”, subrayan desde la CNMV. No obstante, si se dieran los requisitos para ello y el porcentaje de acciones en manos de accionistas no significativos fuera tras la opa inferior al 5%, SIX podría ejercer el derecho de venta forzosa (“squeeze-out”).

El folleto y los documentos complementarios, que se incorporarán a los registros públicos de la CNMV, podrán ser consultados al menos a partir del día hábil bursátil siguiente a la publicación del primer anuncio con los datos esenciales de la oferta.

Azvalor habilita el alta digital en sus fondos de inversión

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Pixabay CC0 Public Domain. Azvalor habilita el alta digital en sus fondos de inversión

Coincidiendo con las medidas de confinamiento domiciliario, decretadas por el Gobierno en el marco de la lucha contra el COVID-19, Azvalor habilita el proceso de alta de nuevos inversores en sus fondos de forma totalmente digital.

La gestora adopta así los medios tecnológicos necesarios para habilitar las nuevas altas sin ningún tipo de gestión presencial en sus oficinas.

“Esta nueva funcionalidad facilita la operativa de registro en la situación excepcional que estamos viviendo”, subrayan desde Azvalor. Así, la gestora busca posibilitar un acceso sencillo y totalmente seguro a la inversión en sus fondos. 

Hasta la fecha, el 90% de las operaciones adicionales de la gestora ya se realizaban de forma digital, por lo que esta medida complementará un proceso que “permite operar a distancia y con total normalidad en las circunstancias actuales”, aseguran desde Azvalor.

En lo que llevamos del mes de marzo, Azvalor ha registrado más desde 120 nuevas altas de clientes y más de 1.000 operaciones adicionales, cifra récord desde la creación de la gestora.

Europa: ‘The Final Countdown’

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Europa: ‘The Final Countdown’
Pixabay CC0 Public Domain. Europa: ‘The Final Countdown’

En un momento en el que el crecimiento mundial ya no depende tanto de la aportación europea, y los ámbitos de innovación tecnológica y crecimiento económico parecen polarizarse en torno a América y Asia, es importante tratar de comprender las dinámicas de Europa. En primer lugar, porque sigue siendo el principal espacio comercial del mundo y probablemente sea también el bloque económico más difícil de entender, lo que explica en parte sus debilidades, pero, a su vez, crea fuertes barreras de entrada y oportunidades importantes para quienes desean invertir en él.

Europa tiene que afrontar los desafíos del siglo XXI ante dos bloques económicos y monetarios más homogéneos: Estados Unidos y China. Frente a estos dos gigantes, debe encontrar su voz para reinventarse sin buscar la confrontación directa, aplicando la máxima de “crear, no competir”.

De los tres bloques, Europa es el que más depende de las exportaciones. Y con motivo: mientras las empresas estadounidenses y chinas pueden desarrollarse en un mercado interno amplio y homogéneo, las europeas han de luchar por desarrollarse en la zona euro, fuera de su país de origen. Este puede ser uno de los motivos por los que Europa carece de un gran campeón tecnológico. Amazon, Google, Tencent o Alibaba han podido acceder a gigantescos mercados nacionales de datos. Pero el equivalente español de estas compañías no puede acceder fácilmente a los datos alemanes o italianos.

La industria europea, y en particular la alemana, tienen una gran dependencia de la economía china. Sin embargo, el país asiático trata de desarrollar su mercado interno con sus propios campeones locales. La aparición de competidores chinos en los sectores del automóvil o el químico suponen un freno para el crecimiento alemán. Por tanto, Europa es probablemente la región económica que más tiene que perder por las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos.

Para reinventarse, Europa también debería repensar la recompensa que se ofrece a quienes asumen riesgos económicos. Esta es una de las grandes diferencias con EE.UU., donde el empresario que triunfa se beneficia no solo de un entorno fiscal y económico más favorable, sino también de una imagen más positiva. En este contexto, frenar la migración del talento emprendedor hacia EE.UU. o Asia supone un desafío importante.

La situación del sector bancario es otra fuente de debilidad en la región. En el verano de 2019, la capitalización bursátil del índice Euro Stoxx Banks, compuesto por los 29 mayores bancos de la zona euro, apenas superaba la de Nestlé. En cambio, los bancos estadounidenses se han recapitalizado más rápidamente tras la crisis financiera de 2008, y se han beneficiado de una regulación más laxa y la fragmentación del mercado europeo, que les permite competir con los bancos locales. Al mismo tiempo, desde la crisis, los bancos europeos son demasiado débiles para sobrevivir en el mercado estadounidense.

El último desafío para las instancias europeas reside en la percepción que se tiene de las propias instituciones tanto dentro como fuera de la UE. En este sentido, con la crisis del coronavirus que estamos viviendo, las medidas que se están tomando desde el organismo y el BCE son una prueba crucial. En este contexto, el Brexit ha quedado en un segundo plano.

A pesar de los desafíos a los que se enfrenta, Europa sigue siendo una tierra de inversión única y continúa atrayendo capitales de todo el mundo. Primero, porque es una de las regiones de paz más estables del planeta. Segundo, porque la cultura de inversión y emprendimiento es muy profunda y los sistemas judiciales que rigen los flujos comerciales son estables. Europa sigue siendo a día de hoy una de las pocas alternativas para un responsable de asignación de activos global que trata de invertir diversificando su cartera más allá de EE.UU. Cuando el ahorro mundial abunda, este elemento es primordial.

Sin embargo, hemos visto que es una región económica compleja con fuertes especificidades regionales y nacionales. Invertir bien en Europa es muy complicado para un inversor que no tenga presencia en el continente. “Las transacciones de éxito no viajan en avión”, repetimos a menudo cuando nos preguntan por qué Tikehau Capital ha abierto oficinas en siete países europeos. Y las transacciones de éxito abundan en este continente.

En Europa, hay que estar totalmente integrado en los ecosistemas económicos nacionales o incluso regionales, y ser considerado un inversor local, lo que coloca de facto una barrera de entrada muy fuerte y otorga una ventaja competitiva a quienes han realizado esta apuesta.

La ausencia de un mercado interno homogéneo refuerza la necesidad para las empresas europeas en crecimiento de recurrir al capital riesgo (private equity) minoritario. Hacer entrar en el capital a un socio capaz de respaldar su estrategia de desarrollo internacional es una opción que pueden plantearse algunos actores medianos. Para tener éxito en este campo, se requiere entender bien los ecosistemas nacionales o regionales, así como una red que permita elegir a los socios e interlocutores adecuados.

Es muy probable que el inversor que desee invertir capital en Europa aún deba lidiar con esta heterogeneidad cultural y económica. Esto es lo que, en nuestra opinión, abre espacios estratégicos únicos, pero el terreno fértil únicamente podrá perdurar si la región se mantiene estable desde el punto de vista político. Quizá este sea el mayor desafío de Europa a partir de 2020 tras la pandemia del coronavirus.

Tribuna de Thomas Friedberger, co-director de inversiones y director general de Tikehau Investment Management

BBVA Global Wealth firma un acuerdo con We Collect para ampliar su servicio de asesoramiento en arte

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Cuál es el valor del arte como vehículo de inversión?

BBVA Global Wealth (GW), el área global de banca privada del Grupo BBVA, ha llegado a un acuerdo con la firma de asesoramiento en arte We Collect para ampliar el servicio de asesoramiento en arte para sus clientes en España y Suiza. BBVA GW tiene como uno de sus objetivos impulsar la propuesta no financiera en torno al arte, incorporando nuevas propuestas a lo largo de 2020.

We Collect es una galería de arte, con sede en Madrid y Londres, y es el primer club para coleccionistas de arte en España. A través del acuerdo con We Collect, los clientes de banca privada de BBVA, en España y Suiza, tendrán asesoría especializada en la compra de obras de arte, gestión de colecciones, valoraciones, tasaciones o aspectos relacionados con la fiscalidad, entre otros. Asimismo, contarán con acceso a programas de formación, charlas y talleres impartidos por especialistas.

El primer evento de colaboración con We Collect tuvo lugar el jueves 27 de febrero en la feria ARCO en Madrid cuando un grupo de clientes visitó los stands más relevantes de la feria, guiados por Enrique del Río, director general de We Collect.

Además del servicio de consultoría, la propuesta en arte de BBVA incluye experiencias únicas a través de acuerdos con los principales museos de España: el Museo del Prado y, más recientemente, el Museo Thyssen, con visitas exclusivas a puerta cerrada para los clientes de banca privada.

Asimismo, BBVA GW pone a disposición de sus clientes acceso a la colección de arte del Grupo, en colaboración con el área de Patrimonio Artístico de BBVA. La oferta incluye visitas a museos que tienen obras cedidas o en depósito de la colección; visitas a los talleres de artistas cuyas obras están en la colección, y visitas a los talleres de restauración de pintura, papel, escultura y artes decorativas que tiene el banco. En febrero, por ejemplo, BBVA organizó dos eventos privados para clientes en el Museo Carmen Thyssen en Málaga.

BlackRock destina 50 millones de dólares para paliar el impacto del COVID-19 entre los más desfavorecidos

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Foto cedidaFoto de la Federación de Bancos de Alimentos de España.. BlackRock destina 50 millones de dólares para apoyar a ONG y paliar el impacto del COVID-19 entre los más desfavorecidos

En mitad de la expansión de la pandemia del coronavirus y sus efectos, la solidaridad se abre paso. BlackRock ha anunciado todo un paquete de ayudas y colaboraciones con entidades sociales por un importe de 50 millones de dólares. Su objetivo es dar soporte y financiación a aquellas ONG locales que estén trabajando con los colectivos más vulnerables y que más pueden padecer el mayor impacto del COVID-19, a corto y largo plazo.

“Nuestros corazones están con todos los afectados por la rápida propagación de COVID-19. En BlackRock, estamos comprometidos a apoyar a las personas afectadas por esta crisis mundial, especialmente en las comunidades donde operamos. Esto incluye apoyo a personas y programas que proporcionan servicios de ayuda directa, en especial aquellos colectivos económicamente más vulnerables y que sufrirán con mayor fuerza el impacto de esta crisis en los próximos meses”, ha señalado la firma en un comunicado. 

BlackRock canalizará su ayuda a través de organizaciones y asociaciones locales con el fin de abordar las dificultades financieras y necesidades sociales de los más afectados por esta crisis, con particular atención a las familias que han visto interrumpido su trabajo, a los escolares que están sin clases y a los gastos inesperados que los núcleos familiares están teniendo que afrontar. “Sabemos que las necesidades inmediatas de las comunidades serán diferentes en cada comunidad y que también van a surgir nuevas en los próximos meses, por lo que iremos escalonando nuestra colaboración empezando por lo local, lo regional y, posteriormente, a nivel mundial”, detalla.

Por ello, la gestora ha destinado un primer tramo de 18 millones dólares a financiar bancos de alimentos y organizaciones de ayuda a colectivos vulnerables en América y Europa. Según señala BlackRock en su comunicado: “Hemos aprendido de anteriores situaciones de emergencia que los bancos de alimentos no solo proporcionan comida, sino que son un elemento de soporte vital de cara al miedo, la incertidumbre y la confusión. Desde estas organizaciones nos trasladan que se están enfrentando a una disminución en el número de voluntarios y donaciones, lo que les está obligando a reajustar sus recursos y forma de trabajo. Estamos dispuestos y comprometidos a ayudar en estas circunstancias”. 

Por ahora, BlackRock ha destinado sus recursos a:

En Estados Unidos:

  • 5 millones de dólares a Feeding America® donde BlackRock será uno de los principales financiadores de la campaña nacional COVID-19 de Feeding America para recaudar 100 millones de dólares.
  • 2 millones de dólares para los bancos de alimentos donde los empleados de BlackRock trabajan como voluntarios, entre ellos City Harvest en la ciudad de Nueva York, SF-Marin y el Banco de Alimentos del Condado de Alameda y el Banco de Alimentos de la Comunidad de Atlanta. La gestora también está trabajando para dar respuesta a las necesidades de los bancos de alimentos de Boston, Wilmington, Nueva Jersey y Seattle, ciudades en las que viven y trabajan parte de sus empleados.
  • 2 millones de dólares al Fondo de Socorro de la Fundación Robin Hood para financiar las necesidades de emergencia de sus 220 beneficiarios y ofrecer apoyo en efectivo a otras organizaciones sin ánimo de lucro que prestan servicios a los neoyorquinos con rentas bajas.
  • 1 millón de dólares a la Campaña de Respuesta de COVID-19 de la Comunidad de Tipping Point para proporcionar apoyo inmediato a sus más de 55 beneficiarios que luchan contra la pobreza en toda el área de la bahía.

En Europa:

  • 2,25 millones de dólares a las redes nacionales de bancos de alimentos que trabajan para responder al drástico aumento de la demanda de alimentos. En especial, BlackRock ha concentrado su ayuda al Banco Alimentare en Italia, la Federación Española de Bancos de Alimento en España y otros que trabajan en Francia y Alemania.
  • 2 millones de dólares al National Emergencies Trust (Reino Unido), una organización nacional independiente que trabaja con fundaciones locales y organizaciones benéficas locales para proporcionar apoyo vital a los colectivos más vulnerables.
  • 1,25 millones de dólares para la respuesta médica crítica, suministros y profesionales médicos que trabajan en hospitales de todo el continente, incluidos Médicos sin Fronteras/Médecins Sans Frontières (MSF).

De forma internacional: 

  • Donación de 500.000 dólares a la Red Mundial de Bancos de Alimentos, para responder a las necesidades actuales en Asia y la crisis emergente en América Latina.
  • Desde enero, la gestora ha colaborado con Give2Asia para ayudar al hospital Wuhan Jinyintan a la adquisición de equipos médicos. 

“Sabemos que esto es solo el comienzo, pero con este compromiso a corto plazo, nos proponemos aprovechar la experiencia de nuestro equipo de Impacto Social para ayudar y socorrer a las comunidades locales”, añaden desde BlackRock.

Por último, otra de las iniciativas que está apoyando la gestora es “redoblar” el esfuerzo que sus propios trabajadores están haciendo. Según explica, la firma se compromete a duplicar las aportaciones y contribuciones que hagan sus empleados a las organizaciones locales con las que normalmente colaboran.

La gripe de 1918, el SARS en 2003, el colapso de 2008 o el coronavirus de 2020: no hay dos crisis iguales

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Pixabay CC0 Public Domain. Del SARS en 2003 al colapso de 2008 y al coronavirus: no hay dos crisis exactamente iguales

Son muchos los analistas que durante la última década han advertido de que estamos ante el mayor experimento económico de la historia, refiriéndose a la intervención de los bancos centrales y al entorno de bajos tipos de interés que se ha instaurado en la economía global. Pues bien, este experimento se enfrenta a una nueva prueba: cómo esquivar una recesión. 

Muchos analistas han tomado como referencia crisis sanitarias pasadas, comenzando por la más próxima y parecida, el brote de SARS de 2003. Al inicio de este brote, en enero de 2020, la mayoría de las firmas de inversión cuantificaban el impacto del coronavirus en el crecimiento económico a raíz de las cifras que dejó el SARS entre 2002 y 2003. Incluso, se ha usado este marco para anticipar la trayectoria del coronavirus. Pero, ante el desarrollo de los acontecimientos, las gestoras avisan que hace falta ajustar las previsiones tras el fracaso de las autoridades para contener los contagios. 

“En el caso del virus del SARS, transcurrieron aproximadamente seis semanas desde que la OMS dio la alerta mundial por primera vez hasta que se recabaron datos suficientes para llevar a los inversores a considerar que lo peor había quedado atrás”, recuerda Andrew Graham, responsable de Asia de Martin Currie, filial de renta variable de Legg Mason.

Sin embargo, aquel 2003 no es este 2020. Según destaca Graham, en la actualidad, las valoraciones se sitúan en niveles más elevados que en 2003. “El ratio precio/beneficio para el ejercicio completo del índice MSCI AC Asia (excl. Japón) es de 15 veces, frente a las 11,6 veces de febrero de 2003, y el ratio precio/valor contable es de 1,56 veces, frente a 1,23 veces en 2003. No tenemos claro que esta brecha de valoración se vaya a cerrar por completo durante esta fase de aversión al riesgo, puesto que los tipos de interés se sitúan en niveles más bajos en la actualidad y los Gobiernos se muestran hoy más preparados para responder a la volatilidad del mercado que en 2003”, explica.

Y es que el 2020 ya había empezado con la sombra del fin de ciclo mundial, lo que lleva a muchos otros analistas a comparar lo que están viviendo en los mercados con la última crisis vivida, y viva aún en el subconsciente de los inversores: la crisis de 2008. “Históricamente, el problema se localizaba en un área o país y luego se extendía según su peso en la economía global. Por lo tanto, durante la última crisis económica de 2008, las economías emergentes se vieron menos afectadas porque estaban menos vinculadas a los mercados inmobiliarios estadounidenses y porque los respectivos sistemas financieros estaban menos integrados. Sin embargo, el presente caso no tiene precedentes porque la marcada desaceleración de la actividad se está produciendo de manera global y simultánea debido al bloqueo y las medidas de cuarentena aplicadas en países clave”, explican desde Unigestion

Muy diferente a 2008

Richard Woolnough, gestor del equipo de renta fija de M&G, considera que estamos ante un evento de mercado diferente al que provocó el colapso de 2008. En su opinión, veremos una recesión relámpago en forma de T provocada por las políticas de confinamiento. “Esta recesión es diferente. Sabemos por qué está ocurriendo, tenemos una idea mucho más clara de lo habitual sobre su duración y podemos trazar hipótesis de gran solidez sobre cómo terminará. Por tanto, los distintos Gobiernos y bancos centrales están trabajando en medidas para poder capear el colapso relámpago (flash crash) del PIB a corto plazo. Ello ha permitido a las autoridades actuar de forma audaz, contundente y diferente a las intervenciones previas”. En este sentido, Woolnough, no descarta que los paquetes de estímulos sin precedentes que se están aprobando, probablemente, se mantenga después del colapso de cara a garantizar que la economía pueda situarse lo más cerca posible de sus niveles anteriores.

“En los 37 años que he pasado como inversor profesional en Capital Group, he vivido en varias ocasiones inestabilidad en los mercados, como la crisis de ahorros y préstamos a finales de la década de 1980, la burbuja tecnológica y de telecomunicaciones que terminó en marzo de 2000 y la crisis financiera mundial de 2008 y 2009. Cada una de estas crisis fue muy diferente y presentaba condiciones subyacentes muy distintas. Pero en todos los casos, los mercados se recuperaron. Creo que los mercados y las grandes empresas sobrevivirán al descenso y el repunte actuales del mercado”, afirma Tim Armour, presidente y CEO de Capital Group.

Misma opinión comparten desde BlackRock, que también defiende que esta crisis no tiene nada que ver con la de 2008. “Es probable que el impacto del choque del virus sea grande y agudo, pero creemos que los inversores deben ser sensatos, adoptar una perspectiva a largo plazo y seguir invirtiendo. La economía está en una base más sólida y, lo que es importante, el sistema financiero es mucho más robusto hoy en día que al entrar en la crisis de 2008”, argumenta. 

Sobre esta misma crisis, Evan Brown, responsable de estrategias en UBS AM, recuerda que la profundidad de cualquier recesión depende del aumento del apalancamiento previo a esa recesión. “En 2008 los hogares estaban muy endeudados y los bancos muy poco capitalizados. Hoy en día los hogares y los bancos están en una situación mucho más saneada. No cabe duda de que, tras el ciclo económico más largo de la historia, se ha producido una excesiva asunción de riesgos, una reducción de la calidad del crédito y un aumento del apalancamiento en el sector empresarial, pero la necesidad actual de desapalancamiento no es ni parecida a la sufrida en la última recesión”, explica. 

En este sentido, Brown destaca que la deuda de las empresas no financieras con respecto al PIB es mucho menor que la de los hogares, que a nivel macroeconómico significan ahorros preventivos para amortiguar el golpe de la falta de ingresos. “Además, en última instancia, los precios del petróleo y los tipos de interés bajos proporcionarán un impulso a los consumidores cuando las tensiones sanitarias y económicas se alivien”, espera.

Según los expertos, el contexto actual también puede remitir nuestro imaginario a la pandemia de gripe de 1918. «Por muy grave que resulte esta crisis, no es la Gran Crisis Financiera. La Gran Crisis Financiera fue una recesión de balances provocada por el hundimiento del mercado de la vivienda y la falta de confianza en los bancos», señala Aditya Khowala, gestor de fondos de Fidelity International, para explicar por qué la crisis COVID-19 se parece más a la de 1918. 

En su opinión, en lugar de remontarnos doce años, deberíamos estudiar los acontecimientos ocurridos hace 102 años. «Ello es debido a que la crisis del covid-19 viene dada por un suceso y, en algunos aspectos, es comparable a la pandemia de gripe de 1918-1919. Entonces, la recesión duró tan solo siete meses, a pesar de que la segunda oleada de infecciones en el otoño de 1918 fue más mortífera que la primera. Durante la pandemia de 1918-1919, el 5% de la población murió y un tercio se infectó en un mundo que padecía todavía los efectos de una Guerra Mundial. Estamos ya en el segundo mes de este suceso de ámbito mundial y nuestros sistemas de salud están mucho más preparados que en 1918, pero no se sabe cómo va a evolucionar el virus ni lo pronto que se contendrá», argumenta Khowala

Otros momentos históricos

Los analistas también diferencian esta crisis del coronavirus con el 11S en 2001. Sobre ello desde Mapfre señalan que lo que ambos momentos tienen en común es el “miedo desenfrenado”. Según explica en su último informe, “nuestros recuerdos de la gravedad de aquel tiempo podrían haberse desvanecido con los años, pero hoy nos encontramos en medio de niveles similares de miedo e incertidumbre. Hoy la economía es significativamente más fuerte que en 2001, pero el miedo a lo desconocido, en particular a lo que vendrá después, está sembrando el terror en los corazones de los ciudadanos medios, así como en la comunidad financiera. Los índices han bajado significativamente desde sus máximos históricos, pero hasta ahora solo han vuelto a donde estaban en 2018”.

Lo mismo ocurre al comparar la crisis del coronavirus con los momentos de guerra que han vivido las economías de los países a lo largo de la historia. En este sentido, desde el multifamily office EFE & ENE señalan que la principal diferencia de una situación de guerra es que ahora mismo «la seguridad jurídica permite el funcionamiento institucional y empresarial con garantías, y facilitará la recuperación». E insiste: «La liquidez garantizada es fruto de habernos inmunizado de otra «enfermedad»: el sistema financiero aprendió la importancia de mantener la liquidez a toda costa tras la crisis financiera, y se nota». En su opinión, lo que diferencia esta crisis de las demás es que, en general, las crisis tienen una causa endógena que puede ser cíclica (enfriamiento, recesión) o más súbita (pinchazo de una burbuja). «No es el caso. Esta crisis tiene una causa exógena, como una guerra mundial. Empezó paralizando las cadenas de suministro que empezaban o pasaban por China y después se ha extendido sin fronteras, en tiempo récord y a todos los sectores», apuntan. 

Reflexiones sobre un par de semanas de locura

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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Matteo Fusco. Foto: Matteo Fusco

Ante el empeoramiento de una crisis de salud pública que está teniendo un enorme impacto en las familias, las comunidades y los mercados, he aquí unas cuantas reflexiones que espero resulten de utilidad. Muchos inversores se centran en el potencial de revalorización cuando los mercados tienden al alza y en el riesgo bajista cuando los mercados descienden. No obstante, su enfoque debería ser justo el contrario.

En los últimos años, nos hemos centrado en la errónea asignación del capital realizada de forma casi sistemática por compañías obcecadas en aumentar las cotizaciones y devolver el capital a los inversores por medio de recompras de acciones y mayores dividendos (lo que se ha financiado con unos tipos de interés en niveles históricamente reducidos y unos estrechos diferenciales de crédito), al tiempo que evitaban la realización de inversiones de capital productivas a largo plazo.

Esta asignación errónea desembocó en beneficios y márgenes sin precedentes, así como en valoraciones que rozaban niveles récord. Ahora bien, las empresas habían sido diseñadas para ganar un sprint, no para vencer en una maratón. Bastó que llegara el COVID-19 para desvelar la fragilidad de esos exagerados beneficios y la economía mundial. En estos momentos, la atención debería concentrase en las oportunidades. ¿Qué empresas sobrevivirán y cuáles estarán mejor posicionadas una vez finalizada la crisis si se reduce el número competidores a la mitad? En nuestra opinión, las compañías que producen bienes o servicios que las personas necesitan o quieren, que no dependen de la financiación a corto plazo y cuyas cotizaciones se han visto diezmadas de forma arbitraria resultarán interesantes en retrospectiva, cuando dejemos la crisis atrás. Este es nuestro foco de atención.

La liquidez se mantiene en cotas decepcionantes, pero debería mejorar

Los inversores podrían atravesar dificultades para sacar partido de las oportunidades hasta que mejore la liquidez, ya que resulta difícil comprar o vender en el entorno actual. Las medidas adoptadas estos últimos días por la Reserva Federal estadounidense comienzan a aliviar las tensiones en los mercados monetarios. La salud de los mercados de financiación a corto plazo cobra vital importancia para el buen funcionamiento de los demás mercados financieros.

Una actividad eficiente de estos mercados constituye la máxima prioridad. Los bancos centrales no pueden dar solución a una pandemia o a una crisis del petróleo, pero sí pueden asegurarse de que el entramado del sistema financiero funciona correctamente.

Desde un punto de vista operativo, las firmas de Wall Street han trasladado sus actividades al mundo virtual, al solicitar a sus mesas de negociación y sus equipos de gestión de carteras que trabajen en centros de operaciones de emergencia o desde casa. En MFS, nuestros equipos de inversión pueden celebrar reuniones por videoconferencia, y las visitas a los equipos directivos de las empresas se están realizando de forma digital, al igual que las presentaciones itinerantes («roadshows»). Pese a la distancia, estas reuniones se están desarrollando, más o menos, como de costumbre. Hemos aumentado la frecuencia de nuestras evaluaciones de riesgo durante este periodo de mayor volatilidad.

Una bola de cristal poco transparente

La formulación de previsiones de beneficios cuando gran parte del mundo desarrollado se halla en aislamiento resulta, de por sí, una ardua tarea. Ahora bien, hemos de añadir otra variable a la ecuación: las perturbaciones en la oferta del petróleo. Los mercados se están viendo obligados a absorber dos perturbaciones al mismo tiempo, en un contexto en el que los inflados beneficios caen desde niveles máximos y los bancos centrales disponen de escasas herramientas monetarias en la recámara.

En mi opinión, las repercusiones de la guerra de los precios del petróleo, aunadas a las de la crisis del coronavirus, no describirán una trayectoria lineal. El impacto combinado de ambos acontecimientos será más significativo que el de cualquiera de los dos de manera aislada. De ahí que resulte especialmente complicada la formulación de previsiones de beneficios para 2020 en relación con los índices, aunque realizamos constantemente análisis fundamentales a nivel de las empresas, en busca de oportunidades a largo plazo entre los activos de elevada calidad.

Triaje de la cartera

Desde el punto de vista de la inversión, los inversores están efectuando una suerte de «triaje» cuando organizan sus carteras y se preguntan si determinadas empresas son capaces de sobrevivir a una escasez mundial de liquidez, una profunda recesión y unos precios del petróleo por debajo de los 30 dólares, por citar tan solo unas pocas de las nuevas realidades. En el caso de las firmas que se mantendrán en pie, ¿durante cuánto tiempo atravesarán dificultades?¿Necesitarán ampliar capital, con el consiguiente riesgo de dilución del capital para los accionistas? ¿Se deteriorarán los BPA en los próximos años? ¿Se está generando una nueva generación de empresas «zombis»?

La realización de evaluaciones de este tipo revestirá una importancia crucial en los próximos meses: nos centraremos en las firmas que, a nuestro parecer, sobrevivirán y, a continuación, llevaremos a cabo los análisis necesarios para sacar partido de las oportunidades. 

China encabezará la recuperación económica ante el COVID-19

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Pixabay CC0 Public Domain. China encabezará la recuperación económica ante el COVID-19

Las empresas chinas parecen las mejor posicionadas para dejar atrás, es decir antes y en mejores condiciones, la pandemia del coronavirus. Esta es la principal conclusión que arroja el último sondeo de opinión realizado por Fidelity International, en el que han participado 152 analistas de renta variable y renta fija.

Los encuestados aseguran que la crisis del coronavirus recortará los beneficios de las empresas que normalmente cubren. En concreto, el 85% de los analistas de China prevén que el impacto se limite al primer semestre del año. En otras regiones, el 42% de los encuestados espera que los efectos del COVID-19 se prolonguen también durante la segunda mitad de 2020.

No obstante, pese a que el 87% de los analistas de China prevé que el virus afecte a los beneficios, el porcentaje más alto en todas las regiones, también esperan que su magnitud sea menor que en otras áreas geográficas. Así China sería la zona que antes se recuperará, pero donde el impacto en los beneficios de sus empresas será mayor.

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“Dado que China fue el primer país aquejado por el virus, parece lógico que sea el primero en recuperarse, pero el tiempo necesario para reactivar la actividad empresarial en países que están luchando con el virus también dependerá en gran parte de las medidas de contención que adopte cada gobierno”, señala Fiona O’Neill, directora adjunta del departamento de Análisis de Renta Variable de Fidelity International.

En este sentido, las medidas de restricción de los desplazamientos en las áreas afectadas, impuestas por el gobierno chino en una fase relativamente temprana del brote, provocaron un bajón generalizado en el sistema, pero también han hecho posible “una recuperación relativamente rápida y con un impacto menor en el conjunto de los beneficios, siempre que no se produzca una segunda oleada del virus”, subraya O’Neill.

Mientras, en los países occidentales, los esfuerzos se han centrado en ralentizar la propagación, pero evitando los cierres económicos durante el mayor tiempo posible. O’Neill asegura que la diferencia entre los enfoques es difícil de predecir en estos momentos.

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El sector tecnológico: en condiciones de gestionar las perturbaciones causadas por el virus

Otra área del mercado que parece estar en mejor situación que otras para gestionar las perturbaciones provocadas por el virus es el sector tecnológico. En este sector, los analistas esperan que el golpe a los beneficios sea más leve que en otros sectores.

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“El sector tecnológico cuenta con ingresos más recurrentes que atenuarán los posibles problemas de liquidez, mientras que los subsectores como los videojuegos y el teletrabajo recibirán un impulso mientras los países intentan limitar los viajes y los contactos sociales”, añade O’Neill.

Además, la experta también señala que estas empresas se encuentran entre las más preparadas para un posible aumento del brote: ya existe una cultura de teletrabajo y cuenta con la tecnología necesaria para trabajar a distancia con normalidad.

Los fondos de pensiones de empleo de los 22 mayores mercados del mundo alcanzaron los 47 billones de dólares en activos en 2019

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Pixabay CC0 Public Domain. Los fondos de pensiones de empleo de los 22 mayores mercados del mundo alcanzaron los 47 billones de dólares en activos en 2019

Ahora puede parecer lejano, pero 2019 fue un buen año en términos de rentabilidad y así lo experimentaron también los fondos de pensiones de empleo. Según un estudio de Thinking Ahead Institute, de Willis Towers Watson, los activos de los fondos de pensiones de empleo de los 22 mayores mercados del mundo (P22) experimentaron una recuperación del 15% en 2019, alcanzando los 46,7 billones de dólares.

Según explica la firma, este dato supone un cambio significativo frente a la disminución del 3,3% que el sector sufrió en 2018. El informe Global Pensión Assets Study indica que la recuperación de la senda de crecimiento fue impulsada, en gran parte, por las fuertes ganancias que se produjeron durante el año en los mercados, con México (22,2%), Canadá (18,9%) y Estados Unidos (17,8%) a la cabeza.

Según el informe, los 7 mayores mercados de activos de pensiones (P7) -Australia, Canadá, Estados Unidos, Japón, Países Bajos, Reino Unido y Suiza- han llegado a constituir el 92% del total del P22 en 2019, por encima del peso que tuvieron en el ejercicio de 2018. Estados Unidos mantiene el liderazgo del P7, representando el 62% de los activos de pensiones a escala mundial. Le siguen, de lejos, Reino Unido (7,4%) y Japón (7,2%).

El estudio del Thinking Ahead Institute también muestra que la tendencia hacia activos alternativos continúa a buen ritmo y marca dos décadas de cambios considerables en la asignación de activos de fondos de pensiones a nivel mundial. En este sentido, solo el 6% de los activos de los fondos de pensiones del P7 estaban invertidos en mercados privados u otros activos alternativos. En cambio, la cifra en 2019 se situó en el 23%, casi una cuarta parte del total. Este movimiento ha sido el contrario para la renta variable y los bonos, que descienden un 16% y un 1% respectivamente, en este periodo, si bien ambos activos siguen manteniendo el liderazgo en cuanto a inversiones del P7 en 2019: renta variable (45%), bonos (29%), alternativos (23%) y liquidez (3%)”.

Una cuestión de interés que también se desprende de este estudio radica en que los activos totales de los fondos de pensiones de aportación definida han continuado creciendo, y representan ya algo más del 50% del total de los activos de fondos de pensiones del P7. De hecho, en 2019, este tipo de activo superó a los de prestación definida por primera vez, tras diez años observando la situación contraria, lo que refleja una mayor cobertura de los miembros y, en algunos mercados, mayores aportaciones.

El pico en el número de contagios y las medidas de bancos centrales y gobiernos: la esperanza para ver la luz al final del túnel podría estar cerca

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Foto cedidaSebastián Redondo es director de Inversiones de Bankia AM.. sebastianredondo

La crisis del coronavirus está suponiendo fuertes retos sociales, sanitarios, económicos y financieros, pero en algún momento veremos la luz al final del túnel. En los mercados, esa luz podría empezar a verse no muy tarde, según explica Sebastián Redondo, director de Inversiones de Bankia AM.

Para el experto, al igual que ha ocurrido en China, “los mercados empezarán a recuperarse cuando veamos el pico en el número de contagios”. Según el siguiente gráfico, los aumentos diarios en el resto del mundo el día 17 de marzo ya disminuyeron con respecto al día anterior, lo que supone “una buena noticia que ha de consolidarse en los próximos días”.

contagios

Con todo, explica, los mercados siguen inestables, con caídas similares, históricamente, a las vividas en fuertes crisis como la de 2002 (la de las puntocom), 2009 (la crisis financiera) y 2012 (cuando España estuvo a punto de ser intervenida).

Para Redondo, esto “parece exagerado cuando la situación en España de las empresas y bancos a día de hoy es más favorable que entonces”. En Europa, el Eurostoxx 50 está lejos de los mínimos de 2009 pero la caída del 25% en las últimas semanas parece exagerada, dice el experto, mientras el S&P 500 ha sufrido una caída menor.

Los motivos del cambio

Pero, ¿cuáles serán los motivos para que la situación cambie?, se pregunta Redondo, y habla de dos en concreto: el primero, que se alcance el pico en número de contagios diarios y, el segundo, que empiecen a surtir efecto las medidas que los bancos centrales y gobiernos han establecido en los últimos días.

“Pensamos que todo esto es un shock temporal, menos grave que la crisis financiera de 2008, y que, más pronto que tarde, los mercados se deberían recuperar por varias razones: la caída de los tipos abaratará las hipotecas en Estados Unidos, liberando recursos para que las familias puedan consumir más; la caída del precio del petróleo -para países dependientes como los de Europa, India o China- supone una rebaja de impuestos tácita y siempre que ha ocurrido el crecimiento se ha acelerado; y, en tercer lugar, porque los bancos centrales inyectan liquidez para sostener a las empresas, sobre todo a las pequeñas”, explica el director de Inversiones de Bankia AM.

“Por ahora, el mercado no está teniendo en cuenta estos factores, pero en el futuro próximo debería empezar a hacerlo”, apostilla Redondo.