Triodos Bank mide las emisiones de toda su cartera de préstamos e inversiones

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Pixabay CC0 Public Domain. Ante la inminencia de las elecciones de EE.UU., expertos de Franklin Templeton analizarán hacia dónde deben dirigirse los inversores

Triodos Bank evalúa, por segundo año consecutivo, la huella de carbono de su cartera de préstamos e inversiones, llegando en 2019 al 100% de su portafolio, con la metodología de la plataforma Partnership for Carbon Accounting Financials (PCAF). De acuerdo con su política de transparencia, el banco ha publicado, de forma online, su Informe Anual 2019.

Se trata de una medida de carácter voluntario que ayuda a Triodos Bank a asegurar que su actividad se ajusta al objetivo marcado por el Acuerdo sobre el Clima de mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 1,5°C sobre los niveles preindustriales.

PCAF es una iniciativa creada a partir de la colaboración entre instituciones financieras que tiene como finalidad medir y publicar las emisiones de carbono para facilitar su reducción. Actualmente, está integrada por 59 entidades de todo el mundo. Además, Triodos Bank forma parte del Comité Directivo de PCAF junto a otras instituciones como ABN AMRO, Amalgamated Bank, ASN Bank y la Global Alliance for Banking on Values (GABV).

“Somos uno de los primeros bancos en analizar las emisiones de gases de efecto invernadero de nuestra cartera y colaboramos activamente con nuestros socios para fomentar que otros también lo hagan. Los grupos de interés deberían tener acceso a esta información y valorar a las diferentes entidades financieras también bajo el prisma del impacto”, asegura Mikel García-Prieto, director general de Triodos Bank.

Además, García-Prieto asegura que la entidad está trabajando en el desarrollo de objetivos basados en criterios científicos que marquen el camino a seguir para mantener el aumento de la temperatura mundial por debajo de 1,5ºC. “Sin duda este objetivo exige que otras instituciones financieras actúen del mismo modo y que realicemos la parte que nos corresponde como sector. Además de gestionar el riesgo de una forma adecuada para una rentabilidad razonable, nos tenemos que hacer responsables del impacto de nuestra actividad de préstamo e inversión. Este modelo es el que define la banca del futuro”, subraya el director.

La metodología PCAF aplica un enfoque de atribución en el que se calcula la huella de carbono en función de la proporción de financiación de un proyecto o en el balance de situación de un cliente. Las emisiones de gases invernadero se miden en toneladas de CO2eq y se clasifican en tres grupos: emisiones generadas, las que son emitidas a la atmósfera por las actividades económicas; emisiones evitadas, las generadas con combustibles fósiles y que se evitan gracias al uso de las energías renovables; y, emisiones secuestradas o absorbidas, que son aquellas almacenadas en sumideros de carbono, como los árboles, las plantas o el suelo y que son eliminadas de manera real de la atmósfera.

“Los resultados obtenidos de la medición de la huella de carbono indican claramente que financiar una economía sostenible durante muchos años permite alcanzar resultados considerables en cuanto a emisiones evitadas y secuestradas con respecto a las generadas. Tener una línea de referencia significa que podemos comenzar a mejorar y llevar un seguimiento de nuestros avances para reducir las emisiones en colaboración con nuestros clientes”, añade García-Prieto.

Según el informe, Triodos Bank y sus fondos de inversión financiaron en 2019 proyectos renovables y de ahorro energético que evitaron más de 962 kilotoneladas de CO2 frente a la generación de energía a partir de combustibles fósiles. Esto equivale a las emisiones que evitan el total de árboles que hay en toda la provincia de Valladolid o en la provincia de Sevilla.

Además de invertir en proyectos relacionados con la energía, Triodos Bank financió proyectos de silvicultura y conservación de la naturaleza gracias a los que se secuestraron unas 24 kilotoneladas de CO2eq, lo que equivale al menos a 361.000 árboles maduros. Las emisiones generadas ascendieron aproximadamente a 289 kilotoneladas de CO2eq, según el informe.

Inversión con impacto para la transformación social

Además, en 2019, a través de la generación de impacto positivo, Triodos Bank logró la financiación de 504 proyectos en el sector de las energías renovables, con una capacidad de generación de 3.900 MW, el equivalente a las necesidades eléctricas de 4,6 millones de hogares. Asimismo, llevó a cabo la financiación del equivalente a 31 millones de raciones de comida a través de las empresas de agricultura y alimentación ecológicas. Además, la entidad consiguió respaldar actos culturales para 25,8 millones de visitantes de cines, teatros y museos.

Por último, en 2019, el banco fue signatario fundador de los Principios de Banca Responsable de la ONU y de los compromisos del sector financiero con la Acción por el Clima en los Países Bajos y España.

China: a la espera de estímulos, de la revisión de su PIB y de su recuperación tras la crisis sanitaria

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Pixabay CC0 Public Domain. Análisis de los expertos China: a la espera de estímulos, de la revisión de su PIB y de su recuperación tras la crisis sanitaria

China acapara las miradas de los inversores y analistas esta semana ya que mañana, 22 de mayo, dará comienzo el Congreso Popular Nacional. Tradicionalmente, esta cita anual es relevante porque el país revisa las previsiones sobre su PIB. En esta ocasión, la lista de tareas es largo y los expertos esperan conocer nuevas medidas económicas y estímulos para superarse del impacto de la crisis del coronavirus, así como sus planes para lograr la autosuficiencia tecnológica.

El Congreso Nacional del Pueblo y la Conferencia Consultiva Política del Pueblo son las reuniones más importantes del país desde el punto de vista de las políticas que defiende. Normalmente se celebran en marzo y duran unas dos semanas, pero este año se han retrasado debido a la pandemia del coronavirus. En opinión de los expertos del banco privado suizo Julius Baer, dadas las tensiones del año pasado, será interesante ver lo que se desprende de estas reuniones en términos de política exterior, política hacia Hong Kong y Taiwán, y política económica para suavizar los golpes de la pandemia de coronavirus. 

Será de particular interés si China asigna un objetivo numérico de crecimiento del PIB para el año en curso, como es tradición en el Congreso Nacional del Pueblo desde 1995. Esto tiene relevancia para todo el mundo, dado que el año pasado China fue responsable de alrededor de un tercio del crecimiento mundial, más del doble que los Estados Unidos. Para cumplir el objetivo de duplicar el PIB de 2010 a 2020, se requiere una tasa de crecimiento del 5,6% para este año. Algo que parece inalcanzable a la luz del coronavirus y la disminución del 6,8% en el primer trimestre”, afirman desde Julius Baer.

Igualmente, será relevante ver si piensa tensar aún más las relaciones con Estados Unidos. Por ejemplo, ayer las bolsas asiáticas registraron  ligeras caídas ante el discurso más agresivo de Trump con China. “La nueva normativa en torno a las empresas chinas listadas en Estados Unidos y el tono más beligerante con el país asiático del último discurso de Trump han pesado sobre el ánimo inversor. El CSI 300 cae ahora mismo un 0,53% con el sector de telecomunicaciones como principal detractor del día (-1,98%). Mientras en Hong Kong caídas similares para el Hang Seng (-0,56%)”, apuntan los analistas de BancaMarch.

Según explican desde BancaMarch, con la nueva normativa que ha pasado el senado estadounidense se prohíbe cotizar a empresas bajo el control de un gobierno extranjero o que el organismo de auditoría no pueda comprobar dicho aspecto por tres años consecutivos. “Esto volcará muchas de los nuevas salidas a bolsa de empresas chinas a Hong Kong principal zona financiera para la búsqueda de capital extranjero”, matizan.

La recuperación tras el coronavirus

Por ahora, China lidera la recuperación tras el COVI-19. Su economía parece estar bien encaminada, ya que el gasto de los consumidores, la fabricación y la inversión se han recuperado con fuerza en abril. Por tomar un dato como referencia, por ejemplo, se observa que las ventas inmobiliarias chinas están en alza. “Los datos de la industria muestran que a principios de mayo, las ventas semanales de las 36 ciudades más grandes en volumen estaban volviendo a los niveles anteriores a la COVID 19, mientras que los precios de los inmuebles estaban mostrando una resiliencia notable. En cuanto a los 36 principales promotores inmobiliarios, su crecimiento de preventas se recuperó en una base promedio ponderada a 2% en abril de 2020 frente a abril de 2019”, explica Sabrina Ren, gestora de fondos, JK Capital Management, del Grupo La Française.

Sin embargo, Matthews Asia, gestora especializada en Asia, se pregunta hasta qué punto podemos tener confianza en las cifras que el gobierno chino muestra. Según explica Andy Rothman, estratega de inversión de Matthews Asia, ahora mismo, cuando se piensa en las perspectivas de económicas de China el análisis parte de si el coronavirus permanece bajo control o no. “En este punto, China parece haber luchado con COVID-19 hasta la sumisión. El 14 de mayo, sólo 91 pacientes con coronavirus estaban en el hospital, por debajo del pico del 17 de febrero de 58.016. La tasa de recuperación es ahora del 94% en toda China, un aumento del 12% hace tres meses”, apunta Rothman.

En opinión del experto de Matthews Asia, el gran riesgo al que se enfrenta el país tras esta crisis sanitaria y económica es el desempleo, además de una segunda oleada de este virus. “En el punto álgido del brote de COVID-19, es probable que entre 70 y 80 millones de trabajadores urbanos, especialmente los trabajadores migrantes, hayan perdido sus empleos o no puedan volver a trabajar. Esa cifra probablemente se ha reducido a la mitad, pero aún así indica una tasa de desempleo de entre el 8% y el 10%. La ausencia de malestar social y el repunte del gasto de los consumidores sugieren que el apoyo del gobierno a los trabajadores y las empresas ha proporcionado un colchón para muchos de los que perdieron sus trabajos, sentando las bases para una recuperación económica”, afirma Rothman. 

Según su previsión de cara al evento de los dos próximos días, espera un “modesto estímulo” diseñado para ampliar el colchón y acelerar el ritmo de la la recuperación hacia la normalidad. 

Razones para invertir en China

Mientras los inversores siguen atentos a las medidas de estímulo y a la recuperación de las economías, muchas de las cuáles han no han visto en la totalidad el impacto del COVID-19, también quieren buscar oportunidades de inversión y China es una opción. Desde UBS AM apuntan cinco razones para invertir en China. En primer lugar porque China “está impulsando la economía mundial” y en segundo lugar, porque constituye uno de los mercados más grandes del mundo. 

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Para la gestora, China también está ganando peso no solo por su tamaño sino por su mayor apertura a las inversiones extranjeras y porque es capaz de ofrecer un valor añadido. En este sentido, desde UBS AM apuntan tres aspectos para las carteras de los inversores: diversificación a la hora de invertir en mercados globales, un potencial de alta rentabilidad y oportunidades para la gestión activo. Un elemento clave es que los mercados del país se están volviendo más accesibles. “Los programas Stock y Bond Connect han abierto el mercado “onshore”. Gracias a ello, los inversores fuera del país han puesto en torno a 125.400 millones de renminbis trabajar en los mercados de valores de China durante el primer trimestre de 2019”, señalan. 

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Por último, considera que otra razón para invertir en China es que encaja en la visión estratégica y a largo plazo de las carteras. “La inversión en esta zona geográfi ca potencia una estrategia a futuro, sobre todo, teniendo en cuenta que los nuevos motores de crecimiento de los sectores de la tecnología y el consumo impulsan la economía de China”, concluyen.

Las dos caras de la disrupción: liquidez y solvencia

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Pixabay CC0 Public DomainFoto: Simon. Foto: Simon

El impacto económico de la crisis sanitaria del COVID-19 y la respuesta de los responsables políticos pueden considerarse desde el prisma de la liquidez y la solvencia. En el caso de los inversores con un horizonte de inversión a más largo plazo, las oleadas de ventas en el mercado como estas ofrecen oportunidades de inversión a los gestores activos. Los activos están más baratos; las valoraciones son favorables.

Nuestras vidas, al igual que los mercados financieros, a menudo están marcadas por las crisis. Las perturbaciones personales y financieras que estamos atravesando en la actualidad no constituyen una excepción. En la historia moderna, la economía mundial no ha sufrido nunca un colapso tan profundo como el actual. La crisis sanitaria provocada por el COVID-19, quintaesencia de esta debacle, no tiene precedentes, como tampoco los tiene la disrupción económica que le sigue de cerca.

Conviene señalar que se trata esencialmente de una crisis sanitaria, a diferencia de la crisis financiera mundial de 2008/2009 que fue causada por los riesgos y el apalancamiento del sistema financiero. Hasta que no tengamos más información sobre el virus, su transmisión, y los plazos necesarios para obtener tratamientos eficaces y una vacuna, no podemos prever de forma fiable cuándo volverán a funcionar las empresas y a generar ingresos.

La disrupción que se está produciendo en la economía y los mercados podría observarse mejor desde el prisma de la liquidez y la solvencia, dos requisitos conexos e indispensables para que funcione una economía de mercado. La liquidez es un concepto a corto plazo, que indica la capacidad de una empresa para hacer frente a sus pasivos a corto plazo con su activo corriente. La solvencia, en cambio, es la capacidad de una empresa para atender sus deudas y obligaciones financieras a largo plazo. La solvencia es esencial para mantenerse en el negocio, porque demuestra la capacidad de una empresa para seguir funcionando en un futuro predecible.

La liquidez también se refiere al funcionamiento del sistema financiero, la fontanería, por decirlo así. En la crisis actual, han surgido problemas tanto de liquidez como de solvencia, y ambos deben ser atendidos: las necesidades de tesorería a corto plazo de las empresas y los empleados, y la eficacia de las operaciones de mercado. En el contexto actual, en el que grandes sectores de la economía están bloqueados, resulta fundamental tener en cuenta la liquidez y la solvencia a la hora de analizar las oportunidades de inversión.

La economía en pausa

El alcance de la incertidumbre sobre el virus y su transmisión ha dado lugar a una enorme variabilidad en las entradas y salidas de los modelos económicos que alimentan las previsiones. Los datos habituales y las encuestas de opinión no son fiables, entre otras cosas porque, en estos momentos, el número de encuestados es menor y la actividad es irregular. Disponemos de algunos datos que ilustran el alcance y la magnitud del parón económico. Diez millones de personas solicitaron la prestación por desempleo en Estados Unidos en las dos últimas semanas, cifra que no se había visto desde la Gran Depresión de la década de 1930. Las solicitudes de la prestación de desempleo en Europa han sido igualmente elevadas durante el mismo periodo.

La vertiginosa disminución de los gastos con tarjetas de crédito y débito también pone de relieve la anémica actividad económica. En la última semana de marzo, los ingresos anuales de las industrias más afectadas por el cierre, como las líneas aéreas, los establecimientos de alojamiento y los cruceros, disminuyeron más del 100% por efecto de los reembolsos, mientras que los gastos de los consumidores en restaurantes, grandes almacenes y tiendas de moda se redujeron entre un 50% y un 65%. En marzo, únicamente aumentaron las ventas en tiendas de comestibles y de productos electrónicos en línea.(1) Al parecer, la gente está consumiendo productos alimenticios y entrando en Internet por trabajo o por placer, ¡y haciendo poco más!

La caballería fiscal y monetaria al rescate

No se trata simplemente de una prolongada pausa en la actividad, sino que se produce en el contexto de una economía apalancada. La deuda corporativa ha subido notoriamente desde la crisis financiera mundial como consecuencia delos recortes de los tipos de interés que han allanado el camino al crédito barato. En la actualidad, la mitad del universo de bonos con calificación investment grade se compone de deuda con calificación BBB, el último escalafón del segmento investment grade. Sobra decir que es todo un reto para las empresas hacer frente a los altos niveles de deuda en un momento en que los ingresos sufren un brusco descenso, como ocurre en muchas de ellas.

El rápido declive de la actividad económica condujo a una crisis en los mercados a partir de mediados de marzo. La Reserva Federal estadounidense (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE), junto con otros bancos centrales, respondieron de inmediato con todo un «arsenal» para aliviar las presiones de liquidez que amenazaban el funcionamiento del mercado. La liquidez se resintió debido a la búsqueda por parte de los inversores de aumentar el efectivo y reducir el riesgo, así como a la falta de voluntad de las contrapartes tradicionales de asumir los riesgos del mercado. La crisis se agravó a causa de los problemas de negociación provocados por los operadores en sus propios países o en otras ubicaciones dispersas que utilizaron sistemas no probados.

En este contexto, las medidas de liquidez de la Fed incluyeron una nueva ronda de expansión cuantitativa, líneas de swap en dólares, operaciones de recompra (repo) y otras medidas dirigidas a los mercados de deuda del Tesoro, corporativa e hipotecaria. Fundamentalmente, los bancos centrales señalaron que estaban dispuestos a hacer lo que fuera necesario para restablecer la estabilidad del mercado. La consecuencia es la vuelta de la liquidez a los mercados. Observamos indicios de un retorno a la actividad normal del mercado, así como una reapertura del nuevo mercado de emisiones. Obviamente, es demasiado pronto para transmitir el mensaje de «todo claro», pero a principios de abril es más adecuado que a principios de marzo.

El hecho de que los responsables de la política monetaria hayan abordado los problemas de solvencia con gran cantidad de estímulos fiscales ha contribuido a mejorar los mercados. En Estados Unidos se ha adoptado un paquete fiscal de 2,3 billones de dólares que representa el 10% del PIB, mientras que en algunos países europeos se han anunciado medidas fiscales aún más extraordinarias: Alemania (22% del PIB), el Reino Unido (16%) y Francia (14%). En muchos casos, dichas medidas serán probablemente las primeras de una serie de iniciativas agresivas por parte de los responsables políticos destinadas a aliviar la carga que supone el actual contexto macroeconómico.

La magnitud y prontitud de la respuesta monetaria y fiscal responden a las lecciones aprendidas de la crisis financiera mundial y de la Gran Depresión. Los responsables políticos se han apresurado a tratar de aliviar a medio plazo algunos de los puntos de presión, tanto en términos de liquidez como de solvencia. Sin embargo, la envergadura de las medidas políticas y la celeridad con que se están aplicando están creando complicaciones excesivas con los desembolsos, y posiblemente otras consecuencias no previstas.

Por último, es importante señalar la necesidad de cooperación entre los responsables políticos y el riesgo que conlleva. El paquete fiscal de Estados Unidos, por ejemplo, incluye financiación adicional para el Fondo de Estabilización Cambiaria del Tesoro. Básicamente, este fondo constituye la base de capital de gran parte de las operaciones de mercado de la Fed. Para que la elaboración de políticas sea eficaz, se requiere una estrecha coordinación entre la Fed y el Tesoro. Al mismo tiempo, existen interrogantes obvios sobre el papel actual de la política fiscal en la economía de Estados Unidos, así como sobre el potencial de politización de la política monetaria y la independencia de la Fed.

Bancos más sólidos

Un aspecto positivo de la crisis actual es que la situación del sistema bancario actual es mejor que la que existía durante la crisis financiera mundial. El aumento de los requisitos de capital y las provisiones de liquidez aplicadas tras la crisis financiera mundial han colocado al sector bancario en una posición mucho más sólida, lo que permite a los bancos ofrecer servicios de crédito tanto a corto como a largo plazo. De hecho, los organismos reguladores, en las últimas semanas, han logrado flexibilizar los requisitos de capital de los bancos con el fin de mantener el flujo de crédito a las empresas y los hogares para paliar la inestabilidad económica. Se han liberado cerca de 500.000 millones de dólares como consecuencia de la reducción de los requisitos de capital, proporcionando a los prestamistas la capacidad de conceder globalmente préstamos adicionales por un valor aproximado de 5 billones de dólares.2 La facilitación de crédito es un pilar fundamental de la arquitectura del proceso de recuperación de la economía mundial. Hemingway, en su novela También sale el sol, plasma esta situación. Cuando se le pregunta cómo llegó a la quiebra, el personaje Mike responde: «De dos maneras. Primero poco a poco y luego de golpe». El crédito es, en efecto, la savia de la economía bajo presión. Por este motivo, los préstamos a las pequeñas empresas, destinados a garantizar su supervivencia a esta crisis, son un componente importante del paquete fiscal estadounidense.

Las crisis crean oportunidades

A pesar de haber observado en un corto espacio de tiempo caídas muy importantes, tanto en la renta fija como en la renta variable, con correlaciones entre las principales clases de activos que avanzan hacia una única clase, de forma análoga a lo que ocurrió durante la crisis financiera mundial, estamos recogiendo los frutos de los conocimientos adquiridos en crisis pasadas. Muchos participantes del mercado sobrevivieron a una experiencia cercana a la muerte durante la crisis financiera mundial y, en consecuencia, comprenden el proceso de recuperación. Además, los bancos centrales se mostrarán reacios a retirar la liquidez del sistema de forma prematura, como hicieron algunos tras la crisis financiera.

Dicho esto, el virus sigue siendo el elemento central del problema. El estímulo monetario y fiscal no puede reducir totalmente la presión bajista, solo puede contribuir a minimizar la brecha entre la paralización de la actividad y la recuperación.

Otra lección clave es el reconocimiento de las oportunidades que surgen de la crisis. En el caso de los inversores con un horizonte de inversión a más largo plazo, las oleadas de ventas en el mercado ofrecen oportunidades de inversión. Los activos están más baratos; las valoraciones son favorables. Un periodo de inversión de tres a cinco años permite a los gestores de inversiones evaluar la solvencia a largo plazo en lugar de hacer juicios basados en la liquidez a corto plazo. Por otro lado, los gestores activos están en condiciones de separar el trigo de la paja, seleccionar las empresas que tienen más posibilidades de capear la tormenta y recoger los rendimientos correspondientes.

 

Columna de William J. Adams, director de inversiones (CIO) de renta fija mundial en MFS Investment Management

 

Notas:

(1) Bank of America Global Research, «COVID-19 and the consumer: Data through March 24», 30 de marzo de 2020.

(2) Financial Times, 5 de abril de 2020, «Regulators free up $500bn in capital for lenders to fight virus storm».

(3) 1954 (Copyright 1926), Fiesta (También sale el sol) de Ernest Hemingway, Libro II, Capítulo 13, página 136, Charles Scribner’s Sons, Nueva York.

 

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Los grandes patrimonios mantienen su exposición a la renta variable pese al impacto del COVID-19

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Los inversores con alto patrimonio y los empresarios se mantienen optimistas a largo plazo pese a las fuertes caída de la confianza en el corto plazo que ha generado el crisis del coronavirus, según la última encuesta sobre el sentimiento inversor de UBS. 

Según los datos que arroja la encuesta, el 70% de los inversores asegura ser optimista respecto a las perspectivas económicas de su región a largo plazo, lo que está en línea con las expectativas que se recogieron en la anterior edición de esta encuesta. No obstante, a corto plazo, la cifra desciende del 67% a un 46% actual. Además, este porcentaje se redujo con mayor intensidad en Estados Unidos, donde cae hasta el 30%. Por su parte, en Europa, los inversores que se muestran optimistas a corto plazo, sin incluir Suiza, desciende del 58% al 50%. Y en Asia, este número se reduce del 71% al 55%; del 60% al 49%, en Latinoamérica; y en Suiza, pasa del 47% al 28%.

A nivel global, el 47% de los inversores espera mantener sus acciones y posiciones en renta variable sin cambios durante los próximos seis meses, mientras que un 37% planea invertir más. Además, el 23% de los encuestados cree que ahora es un buen momento para comprar acciones. Del mismo modo, un 61% ve oportunidad de compra si las acciones vuelven a registrar caídas de entre el 5% y el 20%.

Por otro lado, los empresarios también se mantienen positivos en las perspectivas a largo plazo y expresan el deseo continuo de invertir en sus propias empresas. En comparación con las cifras de la encuesta anterior, el 61% se mantiene optimista sobre sus negocios, frente al 73% registrado anteriormente. Asimismo, el 27% planea contratar más, mientras que un 17% espera reducir su tamaño. Esta brecha se produce con mayor intensidad en Latinoamérica (+22 pp) y con menor en Suiza (+2 pp).

No obstante, tanto los inversores como los empresarios (un 57% y 60%, respectivamente) consideran el COVID-19 como su preocupación principal. “El 96% de los inversores a nivel mundial considera que el COVID-19 ha afectado a su estilo de vida en alguna forma, y más de la mitad asegura respetar el distanciamiento social, evitar las multitudes y abstenerse de viajar. Sin embargo, sus perspectivas sobre cuándo terminará lo peor de la crisis. Algunos encuestados apunta a finales de junio, otros esperan que se produzca en otoño y, otros consideran que no llegará hasta final de año o más adelante”, añade Paula Polito, vicepresidenta divisional en UBS Global WM.

En Estados Unidos, solo el 35% de los inversores son optimistas respecto a las acciones estadounidenses para los próximos seis meses, frente al 64% de la encuesta anterior. Sin embargo, los inversores estadounidenses son los más proclives a ver, en el momento actual, una oportunidad de compra (un 33%). El 40% de los inversores prevén que lo pero del COVID-19 haya terminado a finales de junio, mientras que un 28% apunta a finales de septiembre.

En Latinoamérica, la visión es más positiva. El 42% de los inversores latinoamericanos planean invertir más en los próximos seis meses, superando al promedio global (37%). Asimismo, un 47% se mantiene optimista con respecto al mercado de valores, el segundo porcentaje más alto a nivel mundial. Además, un 42% considera que el peor impacto del virus habrá terminado a finales de junio, el porcentaje más alto en todas las regiones.

Europa, está en un línea con este sentimiento y un 46% de los inversores europeos se sienten optimistas sobre las acciones europeas, una cifra que baja desde el 57%. No obstante, el 43% planea invertir más, principalmente dentro de Europa.  Además, un 41% de los encuestados espera que lo peor de la crisis haya pasado a finales de junio. Dentro de la región, sin embargo, los inversores suizo son los más cautelososSegún la encuesta, el 35% planeaba invertir más en los próximos seis meses. Además, el 30% de los encuestados prevé que lo peor de la crisis haya pasado a finales de junio, cifra por debajo del promedio mundial.

Por último, el 51% de los inversores asiáticos se mantienen optimistas con respecto a las perspectivas de la renta variable en su región para los próximos seis meses, el dato más alto de cualquier región encuestada. Asimismo, el 85% considera que el virus habría terminado para fines de junio, septiembre o diciembre, uno de los porcentajes más altos a nivel mundial.

La encuesta de UBS recoge las opiniones de 2.928 inversores y 1.180 de empresarios con, al menos, 1 millón de dólares en activos invertibles (para inversores) o 1 millón de dólares en ingresos anuales y al menos un empleado (para las empresas). La muestra global se dividió en 14 mercados: Argentina, Brasil, China, Francia, Alemania, Hong Kong, Italia, Japón, México, Singapur, Suiza, los Emiratos Árabes Unidos, el Reino Unido y Estados Unidos.

Deutsche Bank se fija nuevos objetivos sostenibles

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Pixabay CC0 Public Domain. Deutsche Bank se fija nuevos objetivos sostenibles

Deutsche Bank publica, por primera vez, objetivos cuantificables para expandir sus actividades sostenibles dentro de la inversión ESG y apoyar la transformación hacia una economía sostenible. Según ha explicado el banco, espera aumentar el volumen de financiación ESG y su cartera de inversiones sostenibles bajo gestión hasta los 200.000 millones de euros en 2025.

“Nos guiamos por una fuerte convicción de ayudar a moldear el cambio global a una economía sostenible, social y climáticamente neutral. El objetivo de 200.000 millones de euros en finanzas sostenibles e inversiones ESG es ambicioso en comparación con nuestros competidores. Sin embargo, partimos de una buena base ya que, como una institución financiera con presencia global, podemos satisfacer la creciente demanda de nuestros clientes de productos de inversión sostenible”, asegura Christian Sewing, CEO de Deutsche Bank.

Este volumen mínimo a seis años incluye préstamos otorgados para 2025 y bonos colocados por la entidad durante este período. Asimismo, también contempla activos privados gestionados por el banco hasta finales de 2025, siguiendo los estándares de la industria. No obstante, los activos ESG de casi 70.000 millones de euros gestionados por DWS a finales de 2019 no están incluidos en estos cálculos.

A la hora de definir qué actividades se clasificarán como sostenibles, el banco seguirá los criterios establecidos por la Taxonomía de la Unión Europea (UE), estándar ESG de la región. En aquellas áreas donde la UE no haya establecido estándares propios, la entidad se basará en sus propios criterios transparentes. Además, el banco informará anualmente de sus progresos en su Informe no financiero. Del mismo modo, Deutsche Bank publicará más detalles respecto a su definición de financiación sostenible a finales del segundo trimestre de 2020.

Desde comienzos de año, el banco ha asesorado a clientes en 22 transacciones, colocando bonos ESG con un volumen de suscripción de casi 3.500 millones de euros. Entre ellos se incluyen bonos verdes, bonos sociales, bonos sostenibles y bonos vinculados a criterios de sostenibilidad. Según Dealogic, Deutsche Bank ocupa la décima posición en el ranking mundial de bonos sostenibles.

Sentando las bases para el primer bono verde

Desde Deutsche Bank aseguran haber diseñado un marco integral que les permite, con efecto inmediato, recaudar fondos para la refinanciación mediante la emisión de sus propios bonos verdes. La entidad espera emitir su primer bono verde en algún momento de este año, en función de las condiciones del mercado.

Los activos verdes comprenden préstamos e inversiones en empresas, activos o proyectos que se centren en energías renovables, eficiencia energética y los denominados edificios verdes, construidos de acuerdo con los estándares ambientales y de sostenibilidad. El marco de bonos verdes de la entidad está basado en los Principios de Bonos Verdes de la Asociación Internacional del Mercado de Capitales (ICMA), así como en la última orientación en la Taxonomía de la UE desarrollada por el Grupo de Expertos Técnicos en Finanzas Sostenibles de la Unión Europea.

Este marco ha sido revisado por la consultora independiente Institutional Shareholder Services ESG (ISS ESG), confirmando su consistencia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS). Como parte de su evaluación, la consultora evaluó el desempeño ESG del banco, otorgándole el estatus de «Prime» (calificación C), colocando a la entidad en el octavo lugar entre las 281 compañías evaluadas en la categoría de instituciones financieras / bancos y mercado de capitales.

Su consumo eléctrico de fuentes renovables 

Del mismo modo, Deutsche Bank tiene como objetivo impulsar el consumo de energías renovables en sus operaciones de cara a 2025. A finales de 2019, casi el 80% de la electricidad del banco en todo el mundo provenía de fuentes de energía renovables.

Desde 2012, las actividades del banco han sido neutras. Además, las medidas de eficiencia eléctrica implantadas en la entidad en 2010 han permitido reducir su consumo energético en más de una cuarta parte. Para compensar las emisiones de carbono restantes, el banco compra certificados de reducción de emisiones verificadas.

Progreso diseñado con pautas para la financiación

Para anclar el concepto de sostenibilidad en toda la compañía, el banco firmará Los Principios del Ecuador, un conjunto de reglas de gobernanza ambiental y social para el due dilligence en la financiación de proyectos.

Además, la entidad espera ser capaz de adoptar una nueva política de gas y petróleo a finales del segundo trimestre, que establecerá un marco de actuación claro para la financiación e inversiones en este sector.

Desde el banco aseguran estar convencidos de que el sector bancario tiene un papel decisivo en la transformación de la economía para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París y los ODS. En las últimas décadas, Deutsche Bank ha apoyado diversos programas de sostenibilidad, como por ejemplo, el Pacto Mundial de Naciones Unidas del 2000 o su firma en los Principios de Banca Responsable de la ONU en 2019.

¿Cómo deben gestionar el COVID-19 los consejeros delegados de las empresas?

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Cómo deben gestionar el CIVID-19 los consejeros delegados de las empresas?

El COVID-19 ha paralizado la actividad económica de las principales economías mundiales. Ahora, una vez que la pandemia parece estar bajo control, toca planear cómo volver a la normalidad. A escala local, los empresarios se enfrentan a un gran reto: gestionar el COVID-19 en sus negocios. Desde Bain & Company han publicado una serie de recomendaciones orientadas a los consejeros delegados de las compañías. 

“El brote del coronavirus es diferente a cualquier crisis anterior. Los enfoques tradicionales de respuesta a la crisis no serán suficientes. Los consejeros delegados necesitan actuar ahora y no esperar. A medida que el nuevo brote de coronavirus ha volcado las empresas de todo el mundo a una velocidad alarmante, una cosa ha quedado clara para los ejecutivos que se enfrentan a la crisis: no hacer nada no es una opción. COVID-19 es diferente a cualquier crisis previa y adoptar los enfoques tradicionales de respuesta a las crisis no es suficiente”, señalan desde Bain & Company.

La firma considera que hay varias acciones que los consejeros delegados pueden tomar en este momento para ayudar a mitigar los efectos del brote y ser más fuertes en el otro lado. “A medida que continúan las consecuencias económicas, los líderes empresariales querrán primero modelar su exposición a las consecuencias del coronavirus y probar en la calle sus pérdidas y liquidez”, añaden. 

En este sentido, la firma ha publicado una serie de estrategias y decisiones que los consejeros delegados pueden tomar para ayudar a mitigar los efectos de esta crisis:

  1. Alinear al equipo senior con una llamada de atención. Consiste en alinear a todo el equipo directivo para que sean conscientes de la gravedad de la situación y de los peores escenarios financieros que pueden encontrarse. Además, es necesario establecer la seguridad como principal prioridad y evitar la inacción
  2. Designar un equipo senior. La firma aconseja establecer un equipo multidisciplinar y priorizar los flujos de trabajo, teniendo en cuenta que hay que ser ágil a la hora de hacer cambios. También, romper los ciclos habituales de informes, y señala que será más efectivo informar a los consejeros delegados diariamente de los aspectos más relevantes

Delinear escenarios macro y traducirlos a planes de contingencia. Desde Bain & Company consideran que es necesario esbozar escenarios macro COVID-19 específicos, por geografías principales. Así como “traducir esos escenarios en escenarios tangibles de disminución de ingresos y de interrupción operativa”.

El reto del agua como factor clave para el desarrollo: dos iniciativas en España

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El reto del agua como factor clave para el desarrollo: dos iniciativas en España
Foto cedidaDurante el Foro ISR de Santander AM: Pablo Urbano, de Auara (centro), y Federico de Diego, desde Agua enCaja Mejor (derecha).. El reto del agua como factor clave para el desarrollo: dos iniciativas en España

Temas como el plan de acción sobre financiación sostenible de la UE, el impacto de los factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) en la gestión de activos o el reto del agua como factor clave para el desarrollo fueron temas tratados en el I Foro de Inversión Sostenible y Responsable (ISR) celebrado hace algunos meses por Santander AM en el auditorio de la Fundación Francisco Giner de los Ríos en Madrid. La ponencia sobre el algua contó con la participación de representantes de Auara H2O y de Agua enCaja Mejor, dos empresas que apuestan por el desarrollo de técnicas de consumo sostenible mediante la elaboración de envases reciclados y reciclables de agua mineral.

En relación a los orígenes de esta iniciativa, Pablo Urbano, cofundador de Auara H2O, explicó: «La actividad de voluntariado me cambió la vida. Recorrer países como Kenia o Etiopía y tener la posibilidad de experimentar su realidad me generó la necesidad de ayudar a aquellos que más lo necesitan. Asimismo, vislumbré el tratamiento del agua como una de las maneras más útiles y eficaces de colaborar con dichas comunidades», y añadió: «En concreto, más de 700 millones de personas no tienen acceso a este recurso y, desde 2016, hemos podido respaldar a más de 23.000 a través de 37 proyectos diferentes».

Por su parte, Federico del Diego, cofundador de Agua enCaja Mejor, aseguró: “Dos socios comenzamos un proyecto que tenía una intención clara, hacer algo distinto. Nos encontramos ante un modelo de economía en pleno desgaste y decidimos dar un paso hacia adelante”.

Agua enCaja Mejor

El producto que desarrolla Agua enCaja Mejor es un envase de agua mineral compuesto por un 94% de recursos renovables. Además, su principal materia prima es la fibra de cartón proveniente de bosques plantados de manera sostenible.

Auara H2O

Por su parte, Auara desarrolla envases compuestos por material 100% reciclado y que es 100% reciclable, cuya gestión es llevada a cabo por Ecoembes. Además, Auara dedica la totalidad de sus dividendos a crear proyectos de agua potable en aquellos lugares donde más se necesita.

A día de hoy, compañías como El Corte Inglés, Amazon, DIA o Carrefour están adquiriendo el producto desarrollado por ambas empresas.

Pablo Urbano concluyó su intervención en el evento enumerando las ventajas que supone invertir en Auara H2O: “Auara plantea una inversión con impacto social, no solamente la búsqueda de beneficio económico. En definitiva, tenemos la clara intención de cambiar los hábitos de consumo en España y en el mundo”.

Exposición a crédito de menor rating y solapamiento en las inversiones: los riesgos para los fondos que detecta el Banco de España

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Un entorno de bajos tipos de interés ha dado alas, en los últimos años, al crecimiento de los fondos de inversión, los de pensiones o las compañías de seguros en el panorama financiero español, tres industrias que ya representan, respectivamente, el 8,3%, 3,8% y 8,3% del total activo de los intermediarios financieros en nuestro país (y en particular, el subsector de fondos de inversión es el único con un crecimiento acumulado superior al del PIB nominal): esta realidad ha llevado a que los organismos reguladores nacionales e internacionales incorporen en sus análisis diferentes aspectos sobre el sector financiero no bancario en sus informes. Y así lo ha hecho el Banco de España en su último informe sobre Estabilidad Financiera, correspondiente a la primavera de 2020 y en el que trata el impacto del coronavirus.

En los fondos de inversión, indica que la crisis presionará los rendimientos hacia valores negativos en la práctica totalidad de las categorías de fondos de inversión, si bien aquellos con mayor exposición a renta fija podrían mantener un comportamiento más neutro. El Banco de España resalta la caída patrimonial en el primer trimestre de 2020, fundamentalmente a causa de rentabilidades negativas, invirtiendo la tendencia ascendente de años previos, y también por un volumen muy significativo de retiradas de fondos (si bien las suscripciones se calmaron en abril, según Inverco).

Según el informe, los fondos con inversiones en activos poco líquidos o no cotizados serían los más afectados ante situaciones de estrés de liquidez. Dice el Banco de España que las tensiones podrían afectar a los fondos con inversiones en deuda corporativa con mayor riesgo de crédito, ya que, además, esa calificación crediticia podría ser revisada por las agencias de valoración, con el consiguiente aumento en el perfil de riesgo de sus carteras. “Este riesgo podría verse agravado por reembolsos significativos de sus partícipes”, añade. “Ambos factores, que suponen poner a la venta en el mercado parte de sus activos, pueden tener implicaciones para el resto de subsectores financieros, al tener el potencial de reducir los precios de esos títulos que aquellos también tienen en sus balances”, indica.

Con todo, las medidas de estabilización de los bancos centrales han prevenido hasta el momento la materialización de los escenarios más negativos en este segmento, cuyos supervisores cuentan con herramientas, como la posibilidad de suspender temporalmente los reembolsos y favorecer una venta ordenada de los activos del fondo, para abordar escenarios temporales de mayor tensión.

Al igual que en el sector de fondos de inversión, las negativas expectativas de rentabilidad se trasladarán en 2020 al patrimonio de los fondos de pensiones, recuerda el Banco de España. Para dotar de liquidez a este activo, el Gobierno permitirá transitoriamente que los individuos más afectados por la crisis puedan obtener reembolsos de parte de sus participaciones.

EL CRECIMIENTO Y EL PESO RELATIVO DE LOS INTERMEDIARIOS NO BANCARIOS HACEN NECESARIO CONSIDERARLOS PARA UN ANÁLISIS COMPLETO DE LOS EFECTOS DE LA CRISIS DEL CORONAVIRUS

Desde 2014, el crecimiento acumulado de los sectores financieros no bancarios más destacados (compañías de seguros, fondos de inversión, fondos de pensiones) ha sido comparable al del PIB nominal mientras que las entidades de depósito (10) y otros sectores financieros (20) han visto reducido su activo financiero de forma significativa. Como consecuencia, el peso relativo del sector financiero no bancario ha aumentado moderadamente, creciendo dentro de este el peso relativo de los fondos de inversión.

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EL PATRIMONIO DE LOS FONDOS DE INVERSIÓN HA CRECIDO CON FUERZA DESDE 2014, PERO LA CRISIS DEL COVID-19 ESTÁ REVIRTIENDO ESA TENDENCIA EN 2020, TANTO POR LA RETIRADA DE FONDOS COMO POR LA MENOR RENTABILIDAD

En los últimos cinco años, el patrimonio de los fondos monetarios y de renta fija se ha mantenido relativamente estable, mientras que los fondos de renta variable han aumentado su peso. En 2019, el aumento del patrimonio de los fondos de inversión ha venido impulsado principalmente por las rentabilidades positivas y, en menor medida, por las suscripciones netas registradas en el último trimestre. Los últimos datos disponibles (marzo de 2020) ya muestran un fuerte impacto en el patrimonio de los fondos de inversión, tanto por los reembolsos netos como, especialmente, por la rentabilidad negativa.

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Sobre las aseguradoras, el Banco de España cree que la pandemia afectará adversamente al balance y a la cuenta de resultados de las entidades aseguradoras, probablemente con más intensidad a través del canal de valoración de sus inversiones financieras que a través de compensaciones directas.

Exposición a los mercados

Sobre los riesgos de mercado en las entidades financieras, el Banco de España explica que las carteras de valores de bancos y compañías de seguros están altamente concentradas en la renta fija, presentando una mayor resistencia ante la volatilidad introducida por el coronavirus, sobre todo tras la extensión del programa de compras del BCE. Mientras, los fondos de inversión y de pensiones están más expuestos a la renta variable y a participaciones en otros fondos, en comparación a entidades bancarias y compañías de seguros.

Pero los riesgos en renta fija están sobre la mesa: las calificaciones crediticias de las inversiones de todos los sectores han mejorado de 2014 a 2019, pero son susceptibles de un ajuste en la coyuntura actual, al que serían más sensibles los valores con calificaciones en el margen del grado de inversión. Al final de 2019, prevalecen las tenencias de instrumentos de renta fija clasificados en la categoría de grado de inversión en todos los sectores: en el sector bancario se trata de aproximadamente el 70% del total de estas tenencias y alrededor del 90% en el caso de los sectores no bancarios. Según el informe, compañías de seguros (31,7%) y fondos de pensiones (26,1%) presentan las mayores proporciones de su cartera con calificación en el rango entre BBB– y BBB+, que es especialmente susceptible de deterioro ante un empeoramiento de las condiciones macrofinancieras que lleve a las agencias de valoración a revisar sus calificaciones.

En este contexto, defiende que los valores de renta fija con rendimiento negativo en las carteras de todos los sectores, y en particular el bancario, “reduce la rentabilidad agregada de sus tenedores, pero los hace más resistentes a revisiones de las primas de riesgo”.

LOS BANCOS Y LAS COMPAÑÍAS DE SEGUROS TIENEN UN MAYOR PESO DE TÍTULOS DE RENTA FIJA QUE LOS FONDOS DE INVERSIÓN Y DE PENSIONES. DESDE 2014 HAN MEJORADO LAS CALIFICACIONES CREDITICIAS DE ESOS TÍTULOS, PERO LA CRISIS DEL CORONAVIRUS MODIFICARÁ ESTA TENDENCIA

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Exposición a los mismos emisores: un riesgo creciente

El Banco de España también apunta en su informe que la presencia de interconexiones indirectas significativas a través de la exposición a los mismos emisores hace que los distintos subsectores se vean expuestos a shocks comunes ante ajustes de valoración. Además, también puede hacer que si un sector tiene que desprenderse de esos activos induzca un ajuste a la baja en sus precios que, lógicamente, afecta también al resto de sectores que mantiene ese activo.

“En términos relativos, las exposiciones a emisores comunes son especialmente elevadas para fondos de inversión y de pensiones. A finales de 2019, el porcentaje de las carteras de valores negociables de cada subsector que correspondía a emisores comunes cuyos valores también formaban parte de las carteras de otros subsectores excedía del 45% en todos los casos. Este porcentaje era especialmente elevado para los fondos de pensiones en relación con los fondos de inversión y compañías de seguros, por encima del 75%. En volumen absoluto, las tenencias más elevadas de valores de emisores comunes correspondían al sector bancario. La exposición común a ciertos soberanos es uno de los principales factores que determinan el elevado grado de solapamiento de carteras”, explica el informe.

LAS EXPOSICIONES A EMISORES COMUNES DE VALORES NEGOCIABLES SON MATERIALES TANTO PARA EL SECTOR BANCARIO COMO PARA EL RESTO DE LOS INTERMEDIARIOS FINANCIEROS, LO QUE REPRESENTA UN POTENCIAL CANAL DE CONTAGIO DE LAS PERTURBACIONES PROVOCADAS POR EL COVID-19

El sector bancario es el que mantiene un mayor volumen de exposiciones comunes en valores negociables con el resto de subsectores, pero éstas representan un porcentaje menor del total de tenencias que el observado en otros subsectores, siendo máximo para fondos de pensiones (76% común con compañías de seguros y 85% común con fondos de inversión) y fondos de inversión (78% común con fondos de pensiones).

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Innovación, tecnología y transición energética: dónde hallar oportunidades en esta crisis, según BNP Paribas AM

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Innovación, tecnología y transición energética: dónde hallar oportunidades en esta crisis, según BNP Paribas AM
Pixabay CC0 Public Domain. Innovación, tecnología y transición energética: dónde hallar oportunidades en esta crisis, según BNP Paribas AM

Cuando una conmoción sacude a un mundo ya inestable, es natural temer por el futuro. No obstante, ¿está justificado el pesimismo de los inversores? ¿Cuáles serán las consecuencias de esta crisis?, se pregunta BNP Paribas Asset Management. Pese a la coyuntura actual, a su juicio, todavía abundan las oportunidades en tres temas clave: la innovación más allá del sector tecnológico, la tecnología y la transición energética.

“Las empresas tecnológicas y sanitarias, por ejemplo, se perfilan como beneficiarias de los cambios en nuestros patrones de trabajo y de una concentración renovada en la salud, respectivamente”, señala la gestora. Por otro lado, considera que la energía renovable y de transición, la eficiencia energética y el transporte sostenible son sectores que saldrán beneficiados de esta crisis.

El próximo jueves 11 de junio, a las 12:00, BNP Paribas AM celebrará una conferencia online en la que participarán su directora general para Iberia, Sol Hurtado de Mendoza; el director global de análisis y sostenibilidad, Mark Lewis; y el especialista sénior de inversiones en renta variable global y temática, Ramón Esteruelas.

Durante el evento, abordarán las previsiones de la gestora y dónde están encontrando oportunidades en el entorno actual.

Quien desee asistir, puede registrarse en este enlace.

Jonathan Curtis (Franklin Templeton): “La tecnología es el antídoto para muchos de los desafíos que ha creado esta crisis”

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Foto cedidaJonathan Curtis, gestor de renta variable de Franklin Templeton. Jonathan Curtis (Franklin Templeton): “La tecnología es el antídoto para muchos de los desafíos que ha creado esta crisis”

A medida que avanzaba el primer trimestre de 2020, los mercados bursátiles registraron ventas masivas en todo el mundo. La volatilidad de muchos índices aumentó hasta niveles que no se habían visto desde la crisis financiera mundial, mientras los inversores luchaban por valorar el impacto de una paralización económica global derivada de la pandemia. En esta compleja coyuntura, el sector de las TI ha sido uno de los más resistentes. Jonathan Curtis, gestor de renta variable de Franklin Templeton, asegura en esta entrevista con Funds Society que la tecnología es el antídoto para muchos de los desafíos que ha generado esta crisis y analiza las oportunidades que puede ofrecer la transformación digital.

¿Cómo se ha desempeñado el sector de tecnologías de la información (TI) en el actual contexto de volatilidad?

La volatilidad de los mercados bajistas pudo reverberar durante meses, enviando a los inversores a activos considerados refugios en medio del temor generalizado a una profunda recesión. Una amplia brecha de rendimiento separó a los 11 sectores principales, siendo las acciones de TI las más resistentes a la caída del mercado. Ahora, independientemente de los posibles impactos del COVID-19 a corto plazo, seguimos centrados en las empresas de mayor calidad que se alinean con la temática de la transformación digital y sus subtemáticas asociadas, como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, la computación en la nube, la ciberseguridad o el comercio electrónico.

¿Por qué el sector TI ha resistido mejor que otros? ¿Qué características lo hacen más atractivo?

Estamos viendo que la tecnología es el antídoto para muchos de los desafíos que esta crisis ha creado. Las plataformas sociales han ayudado a la gente a mantenerse conectada en el momento en que más se necesita y las de atención médica han posibilitado que los pacientes reciban asistencia. La tecnología del teletrabajo ha permitido que muchas empresas permanezcan abiertas y que los empleados sigan siendo productivos. Subyacentes a todas estas experiencias digitales se encuentran las omnipresentes plataformas de computación en la nube, que ayudan a las empresas tecnológicas a ampliar rápidamente sus soluciones en todo el mundo. Es probable que muchos de los cambios de comportamiento que estamos observando aceleren la tendencia de la transformación digital. Creemos que esta es una de las razones por las que el sector tecnológico ha resistido bien.

En este contexto, ¿qué puede ofrecer el Franklin Technology Fund?

El objetivo de la estrategia es lograr la revalorización del capital invirtiendo al menos dos tercios de sus activos en valores de renta variable de empresas que se benefician del desarrollo, el avance y el uso de la tecnología. Aprovechando los recursos de Franklin Templeton, el fondo tiene la ventaja de estar estratégicamente situado en Silicon Valley, cerca de muchas de las principales empresas tecnológicas; y ofrece un enfoque diversificado y orientado al crecimiento para invertir en el sector tecnológico. Once profesionales realizan análisis exhaustivos de todo el sector y las industrias conexas. El equipo cuenta también con el apoyo de los más de 30 analistas del Franklin Equity Group, que acumula seis décadas de experiencia en inversiones.

¿Qué empresas han impulsado el rendimiento del fondo?

Hasta finales de abril, los principales contribuyentes al rendimiento positivo han sido Amazon, DocuSign, ServiceNow, Atlassian y Veeva Systems. Amazon mostró fortaleza tanto antes como después del pico en el mercado. Previo a la pandemia, publicó unos resultados del cuarto trimestre de 2019 mejores de lo previsto y ofreció una perspectiva prometedora mientras se estabilizaba el crecimiento de su filial Amazon Web Services, que proporciona plataformas de computación en la nube. A medida que 2.000 millones de personas fueron confinadas, se volcó cada vez más al comercio electrónico. Como resultado, experimentó un pico casi inmanejable en ventas y entregas que insinuó un cambio drástico en el comportamiento de los consumidores.

¿Cuáles son sus previsiones de cara a los próximos meses?

Al entrar en la crisis, los servicios TI y de comunicación fueron el tercer y cuarto sector más rentable del mercado de renta variable. Desde el punto de vista del balance, la tecnología y las comunicaciones, fueron el segundo y el tercero mejor posicionados. Esperamos fuertes resultados para las empresas orientadas a las tendencias de teletrabajo y de colaboración en equipo, y las centradas en la digitalización de procesos clave para el consumidor. También creemos que muchas tecnológicas serán capaces de flexibilizar sus estructuras de costes en este momento incierto para proteger los flujos de caja y sus posiciones de efectivo.

¿Qué riesgos están monitorizando?

Al vigilar los riesgos clave del impacto del COVID-19, ponemos el foco en la demanda agregada. El cierre de las principales economías del mundo ha creado una importante demanda, márgenes, flujos de caja libres y riesgos de balance para casi todas las empresas. Si bien consideramos que las TI y las empresas orientadas a la transformación digital están bien posicionadas en términos relativos, muchas podrían ver retrasos en la demanda y presiones en los márgenes durante los próximos trimestres. A la hora de salir de esta crisis, creemos que todas las empresas tendrán que invertir más en tecnología digital para atender mejor a sus clientes y socios a un coste competitivo. Queremos invertir en los disruptores digitales líderes y emergentes de mayor calidad y en aquellos proveedores de TI de alta calidad que ayudan a las empresas a transformarse digitalmente.