Foto cedidaPhilipp Rickenbacher, consejero delegado de Julius Baer.. Julius Baer redujo un 8% sus activos bajo gestión durante los cuatro primeros meses del año
“Posición sólida” y “sólido rendimiento financiero”. Con estas palabras ha resumido Julius Baer los resultados correspondiente a los cuatro primeros meses de 2020. Según ha explicado Philipp Rickenbacher, consejero delegado de Julius Baer, la entidad ha tenido un sólido comienzo de año, pero es pronto para evaluar el impacto que el COVID-19 tendrá sus resultados anuales, en la economía global y en los mercados.
“Estoy muy agradecido a nuestros clientes por su confianza en Julius Baer. Las circunstancias actuales nos han dado un impulso aún mayor para conectar con nuestros clientes, y para proporcionarles asesoramiento y desarrollar soluciones innovadoras. Además, estoy impresionado por el compromiso inquebrantable, el profesionalismo y el espíritu de equipo demostrado por todo el personal en este período difícil, y el amplio apoyo en todo el Grupo para la aplicación de nuestra agenda estratégica», ha señalado Rickenbacher.
Dado el contexto de mercado tan volátil de los primeros meses del año y de la crisis sanitaria del coronavirus, la entidad obtuvo menores ingresos netos en concepto de intereses, así como un ligero aumento de las pérdidas crediticias que había previsto. En cambio, ha recogido los frutos del plan de reducción de costes que implementó en 2019, y que le ha permitido defender una posición más sólida.
“Los gastos de explotación en los cuatro primeros meses de 2020 fueron inferiores a los del mismo período del año anterior. En consecuencia, la relación coste/ingresos ajustada mejoró hasta el 64%, frente al 71% de todo el año 2019, y el margen ajustado antes de impuestos hasta los 35 puntos básicos, lo que supone un aumento considerable con respecto a los 22 puntos básicos comunicados para todo el año 2019”, apunta la entidad en su comunicado oficial.
Respecto a los activos bajo gestión, se redujeron un 8% en este periodo. Sin embargo, según explica la entidad, las entradas netas de dinero nuevo “se vieron compensadas con creces” por el comportamiento negativo del mercado y el fortalecimiento del franco suizo, en particular frente al euro, el real brasileño y la libra esterlina. “La tasa de crecimiento anualizada del dinero nuevo neto para los cuatro primeros meses de 2020 fue ligeramente superior al 2%, ya que las entradas en las operaciones de patrimonio de Julius Baer (en particular de clientes domiciliados en Europa) se vieron compensadas en parte por las salidas impulsadas por el desapalancamiento de los clientes”, explican.
Implantación de su estrategia
En febrero de 2020, Julius Baer presentó un programa de tres años para mejorar la creación de valor para los clientes, mejorar su productividad y eficiencia y fortalecer su cultura de riesgo y trabajo en equipo. Según explica la entidad, la ejecución de este programa ha continuado según lo previsto y por ello en febrero se iniciaron medidas de reducción de costes, se impulsaron las inversiones en curso y se puso en marcha en todo el Grupo el Código de Ética y Conducta Empresarial, recientemente elaborado.
Una de las medidas anunciadas en febrero fue vender sus operaciones en Nassau (Bahamas), como parte de los esfuerzos por simplificar la estructura del Grupo y aumentar su eficiencia. Tras este anuncio, Julius Baer recibió varias ofertas para comprar sus operaciones en las Bahamas y llegó a un acuerdo con Ansbacher (Bahamas) Ltd., que adquirirá el Julius Baer Bank (Bahamas) Ltd., con unos activos restantes bajo gestión de alrededor de 1.000 millones de francos suizos. Se prevé que el cierre de la transacción tendrá lugar en el segundo semestre de 2020, pero aún está sujeta a las pertinentes condiciones y trámites reglamentarios relacionados con este tipo de operaciones.
CaixaBank ha lanzado las nuevas Smart Allocation, una nueva solución de gestión discrecional que ofrece una gestión dinámica con mayor control de la volatilidad a través de un modelo cuantitativo que identifica distintos escenarios de mercado para ajustar el nivel de riesgo de la cartera modificando el peso en renta variable dentro de cada perfil.
Están dirigidas a clientes asesorados de banca privada y premier que buscan tener exposición a mercados atenuando el efecto de los extremos de los ciclos de valoración en renta variable y se pueden contratar con una inversión inicial de 6.000 euros. Al igual que el resto de las soluciones de gestión discrecional, pueden ser contratadas a distancia a través de la operativa Ready to buy sin que el cliente tenga que desplazarse a la oficina.
El modelo matemático de las Smart Allocation utiliza variables que analizan el ciclo económico, el valor relativo entre los activos y las tendencias a corto plazo en los precios. Teniendo en cuenta estas tres variables, el modelo identifica distintos escenarios de mercado que generan ajustes en la cartera. De esta manera, si el modelo anticipase la llegada de un periodo bajista, la cartera disminuirá de manera significativa la exposición en renta variable. Por el contrario, el modelo requiere de una mayor confirmación de los escenarios alcistas para incrementar las posiciones.
Esta nueva gama de carteras permite elegir entre distintos perfiles en función del peso en renta variable y de acuerdo a las expectativas de rentabilidad del cliente y al horizonte temporal de la inversión: Tranquilidad (máximo de 30% en renta variable y con un horizonte a cuatro años); Patrimonio (máximo de 60% en renta variable, de cuatro a seis años) e Inversión (máximo de 100% en renta variable, con un horizonte superior a seis años).
Las carteras invierten en los 11 fondos Smart de CaixaBank Asset Management que, a partir de ahora, compartirán con las carteras Smart Money, y que cubren toda la tipología de activos. Su objetivo es replicar los índices de referencia con la menor diferencia respecto a los mismos (low tracking error). En función de la información de mercado, Smart Allocation mueve su distribución de activos; por ello, aunque Smart Money y Smart Allocation están compuestos por la misma gama de fondos, lo pueden estar en diferentes proporciones, es decir, pueden tener una composición diferente por tipología de activo.
Las carteras Smart Allocation comparten la transparencia en costes de todas las gamas de carteras de gestión discrecional de CaixaBank. Gracias al cobro directo del servicio, el cliente puede conocer por anticipado el coste del mandato de gestión, así como beneficiarse de menores comisiones al acceder a clases limpias en los fondos subyacentes. Para estas nuevas carteras, el coste del servicio es de un 0,70% anual.
Las soluciones de gestión discrecional
Con las Smart Allocation, CaixaBank completa su oferta de soluciones de gestión discrecional con dos gamas diferenciadas: la gama Smart, compuesta por las carteras Smart Money y Smart Allocation, de gestión indiciada; y la gamaMaster, de gestión activa con el asesoramiento de terceras gestoras en determinadas clases de activo.
Con estas dos gamas, CaixaBank cuenta con más de 25.000 millones de euros bajo gestión (en gestión discrecional): la gama Smart cuenta con más de 1.600 millones de euros y la gama Master suma más de 20.400 millones de euros. Por último, las carteras Asset Plus, disponibles para clientes de CaixaBank Wealth, cuentan con más de 3.200 millones de euros bajo gestión.
La plataforma Ocean, para todos los clientes de CaixaBank
CaixaBank ha dado un nuevo impulso a Ocean, su plataforma online de gestión de fondos, abriéndola a todos sus clientes. Con esta iniciativa CaixaBank pone a disposición de todos los clientes de la entidad fondos de arquitectura abierta para que operen a su iniciativa. Además, ha incorporado en el catálogo de Ocean los fondos de CaixaBank Asset Management y ha reducido el importe mínimo de aportación en terceras gestoras desde los 20.000 euros a los 600 euros, excepto si el folleto marcase un importe superior, que sería el que se aplicaría.
El servicio Ocean, lanzado en 2019 para clientes de banca privada, fue la primera plataforma de fondos de inversión con información y condiciones personalizadas por cliente en función del modelo de servicio. Con una operativa 100% digital, el cliente puede elegir y contratar a iniciativa propia entre 2.000 fondos de más de 140 gestoras. Desde su lanzamiento en 2019, se han realizado más de 31.900 operaciones con un volumen intermediado de más de 749 millones de euros.
La plataforma está diseñada para proporcionar el máximo nivel de transparencia en las condiciones de coste total que cada cliente asume en función de su perfil: sin asesoramiento recurrente, se aplica un servicio de custodia en fondos de terceras gestoras y se devuelven los incentivos cobrados de terceros (rebates); asesoramiento recurrente no independiente, se le bonifica el 100% de la comisión de custodia y se da acceso a clases de fondos en los que CaixaBank recibe contraprestación de la gestora del fondo, o wealth -asesoramiento independiente-, ofrece acceso a clases limpias en las que CaixaBank no recibe ninguna contraprestación de la gestora del fondo.
Contacto con los clientes
La apuesta de CaixaBank por la innovación tecnológica como mejora de la experiencia de sus clientes, ha permitido a la entidad seguir operando con normalidad durante todo el periodo del estado de alarma, con el 90% de la red de oficinas abierta.
Gracias a herramientas como el Muro y a soluciones integrales de movilidad, la entidad ha podido reforzar la comunicación con sus clientes dotando a los gestores de banca privada y premier de plena capacidad de asesoramiento y funcionalidad desde cualquier lugar.
Además, CaixaBank ha impulsado el servicio de banca online CaixaBankNow, disponible tanto vía web como a través de la aplicación móvil, que permite realizar la práctica totalidad de la operativa de manera fácil, rápida y cómoda, sin necesidad de desplazarse.
Pixabay CC0 Public Domain. Los dividendos mundiales disminuirán al menos un 15% en 2020 por el efecto de la pandemia en los beneficios corporativos
Durante el primer trimestre del año, los dividendos apenas se vieron afectados por la pandemia del COVID-19, de acuerdo con el Global Dividend Index de Janus Henderson. Eso sí, la gestora advierte de que no será así para lo que queda de año y aclara que de enero a marzo su índice tocó techo de forma temporal. Sin embargo, prevé que los dividendos mundiales disminuyan al menos un 15% en 2020 por el efecto de la pandemia en los beneficios corporativos
Según señala la gestora, los pagos de dividendos a escala mundial aumentaron un 3,6% de forma general, hasta una cifra de 275.400 millones de dólares, un nuevo récord durante el primer trimestre del año, el equivalente a un crecimiento subyacente del 4,3%. EE.UU. y Canadá marcaron récords históricos trimestrales, mientras que Japón, Hong Kong y Rusia rompieron los récords del primer trimestre. “El índice de pago de dividendos mundiales ascendió a un nivel récord de 196,3”, apuntan.
Para evaluar el impacto de la pandemia en los dividendos de 2020, Janus Henderson analizó a empresas que representan más de tres cuartas partes de los dividendos globales por valor. El equipo tuvo en cuenta las que ya han cancelado o suspendido los pagos de dividendos, aquellas cuyos dividendos considera vulnerables y a las que probablemente se verán menos afectadas. El efecto varía considerablemente de una región a otra y de un sector a otro.
En este sentido los principales factores que influyen en el impacto de los pagos en cada región del mundo han sido el alcance de la pandemia, la severidad del confinamiento, la respuesta política, la regulación, la diversidad sectorial, la estacionalidad de los dividendos y la política sobre dividendos que tienen las compañías.
Por diferentes motivos, Norteamérica y Asia serán probablemente las regiones menos afectadas. La primera tiene una diversidad sectorial favorable (por ejemplo, un gran peso de la tecnología) y los esfuerzos de las empresas para preservar su liquidez se centrarán principalmente en la reducción de las recompras de acciones, más que en los dividendos. En China y el resto de Asia, las empresas ya han estipulado sus repartos de dividendos en 2020 de acuerdo con los beneficios de 2019, por lo que el impacto probablemente será mayor en 2021. Europa y el Reino Unido serán los peor parados. Los reguladores han obligado a los bancos a suspender dividendos y las grandes petroleras, así como otras grandes empresas, ya han recortado sus dividendos.
Desde el punto de vista sectorial, bancos, consumo discrecional y algunas industrias y sectores, como el aeroespacial, son los que corren más riesgo. Los sectores del petróleo y minería, finanzas en general y construcción son especialmente débiles, mientras que las compañías tecnológicas y los sectores defensivos, como salud, alimentación y la mayoría del consumo básico (excepto el sector de bebidas, muy dependientes del negocio de bares y restaurantes) son relativamente seguros.
Previsiones
Ante tanta incertidumbre, todo pronóstico sobre dividendos tendría poco valor, por lo que Janus Henderson ha retirado sus previsiones para 2020. En su lugar, el equipo ofrece un intervalo orientativo sobre lo que podría suceder en 2020. En el mejor de los casos, solo habría los recortes de dividendos ya anunciados o que probablemente se van a anunciar. Esto indica una caída de los dividendos globales del 15% para este año, una disminución de 213.000 millones de dólares, hasta los 1,21 billones.
En el peor de los casos, engloba también los vulnerables. Esto incluye considerar el nivel de endeudamiento de las empresas – algunas de las cuales tienen demasiada deuda para hacer frente a una contracción económica tan repentina e inesperada. Este escenario sugiere una posible caída de los pagos de dividendos del 35% este año, bajando hasta los 933.000 millones de dólares. La amplitud del intervalo se debe a la rápida evolución de la crisis y la probabilidad de que muchas empresas simplemente reduzcan sus dividendos en lugar de suspenderlos totalmente, ya que buscan conservar su liquidez y reforzar sus balances.
El impacto se prolongará en parte hasta 2021, cuando los pagos de dividendos probablemente serán inferiores a los esperados antes de la pandemia. Varios sectores podrían retomar el pago de dividendos en 2021, siempre y cuando el crecimiento de casos alcance su pico, los confinamientos actuales impuestos por los gobiernos finalicen y la economía global empiece a funcionar y a recuperarse.
“Esta crisis parece muy pronunciada, pero el respaldo de los gobiernos y los bancos centrales no tiene precedentes, lo que esperamos que provoque una rápida recuperación. Las suspensiones de dividendos son inevitables debido al parón repentino y sin igual de la actividad económica en muchos países. En cuanto a 2020, los dividendos del primer trimestre ya se han pagado, por lo que el impacto de máximo a mínimo probablemente se notará aproximadamente en los próximos 12 meses”, explica Ben Lofthouse, co-director de Global Equity Income de Janus Henderson.
En opinión de Lofthouse, en muchos casos, los cambios en las políticas de dividendos reflejan la imposibilidad de predecir cuándo la situación volverá a la normalidad, pero la novedad es que hay que tener en cuenta la relación entre el respaldo de los gobiernos y el comportamiento de las empresas. Según su visión, en algunos casos, las modificaciones de los dividendos, junto a la moderación de la remuneración de los directivos, son un criterio o incluso un requisito que los accionistas deben aceptar como parte de la respuesta de la sociedad a la COVID-19.
“En 2019, los sectores defensivos supusieron más del 40% de los dividendos mundiales, sectores que estarán relativamente protegidos de la recesión. Otro 40% de los dividendos son más sensibles a la economía y se enfrentan a recortes, aunque en la mayoría de los casos no prevemos cancelaciones totales, sino reducciones. Tanto el sector como la ubicación geográfica están teniendo un impacto significativo en la capacidad de pagar dividendos, lo que, por supuesto, pone de manifiesto el valor de adoptar un enfoque global de inversión en ingresos. La diversificación en varios territorios es sumamente valiosa y los inversores logran una diversificación sectorial mucho mayor pensando de forma global, más que enfocándose en un solo país o región”, añade Lofthouse.
Pixabay CC0 Public Domain. El 66% de los gestores europeos de gran capitalización superaron a su índice de referencia
Los activos alternativos no se escapan al impacto que la crisis sanitaria del COVID-19 ha generado en los mercados. Según el último informe de Preqin, todas las clases de activos alternativos (private equity, deuda privada, hedge funds, real estate privado, infraestructuras y recursos naturales) han sufrido, pero concluye que, a largo plazo, saldrán menos perjudicados que otros activos más tradicionales.
“Si nos basamos en datos anteriores, podemos esperar que ocurran tres cosas en el ámbito de los activos alternativos: un importante desaceleración para estos activos a corto plazo, una reanudación del interés por ellos a medio plazo y un rendimiento superior a los fondos de renta variable a largo plazo”, ha señalado Makr O’Hare, consejero delegado de Preqin.
En opinión de O’Hare, la caída del interés en esta clase de activos durante finales del primer trimestre de 2020 viene a confirmar su visión. “En general, es poco probable que COVID-19 modifique fundamentalmente la actitud de los inversores respecto de los activos alternativos, pero es muy posible que acelere algunas tendencias a largo plazo y modere otras», añade.
Según el último informe de la firma, basado en diversas encuestas realizadas a los gestores de fondos, el 59% de ellos reconocieron que ha reducido “ligeramente” o “significativamente” su intención de incluir activos alternativos en 2020. Tan solo el 9% de los encuestados reconoció que tiene pensado aumentar sus posiciones en esta clase de activos. Según las conclusiones del informe, los inversores y gestores no tienen pensado modificar a futuro su estrategia en alternativos, así lo reconoció el 63%. En cambio, “un 29% tiene pensado invertir más estos activos”, a largo plazo, señala el documento.
Tal y como indica O’Hare, esto supone que en 2020 se podría observar una “ralentización” de los activos alternativos. La principal razón que explica esta que los compromisos de los fondos alternativos se reduzcan es “la dificultad de completar todo el proceso de due diligence sin poder hacerse en reuniones presenciales”. La segunda razón que esgrime O’Hare es que muchos de los inversores están posponiendo sus planes y en tercer lugar es que los inversores están revalorando cuáles son los sectores que más atractivo tienen en este nuevo contexto.
“Creo que tanto los inversores individuales como los grupales confían en que los activos alternativos se van a adaptar al entorno del COVID-19 y emerger con más fortaleza”, añade el CEO de Preqin en el informe.
Visión por activos
El informe de Preqin también realiza una aproximación por cada tipo de activo alternativo. Por ejemplo, en el caso del capital riesgo señala que las firmas tiene casi 1,5 billones de dólares disponibles para capturar posibles oportunidades en el contexto actual. Sin embargo, advierte, “a corto plazo, las medidas de distanciamiento social dificulta que se puedan cerrar tratos”. Entre los sectores que más afectados se verán por el contexto actual son la venta directa al consumidor, el lujo y el ocio, en cambio las cadenas de supermercados se están viendo favorecidas. Igualmente, entre las áreas con mayor potencial de crecimiento están los sectores no cíclicos y además las tecnologías digitales, la salud y todo lo relacionado con el teletrabajo.
Donde también considera el informe que puede haber una oportunidad relevante para los inversores es en los activos de real estate relacionadas con la logística, por el aumento del consumo online y por cómo el COVID-19 ha venido a acelerar un cambio en los hábitos de consumo que requerirá mayores espacios para el almacenamiento.
Respecto a la deuda privada, el informe de Preqin apunta que esta industria se modernizó tras la crisis financiera de 2008 y considera que en 2020 podría ocurrir lo mismo, y el mercado de deuda privada madurará y se sofisticará. “En interés por la deuda privada con más riesgo aumentó durante el primer trimestre del año, mientras que los préstamos directos perdieron interés ante el gran obstáculo que supone el COVI-19”, afirma en sus conclusiones.
Pixabay CC0 Public Domain. Deuda corporativa: impagos, descensos de calificaciones y “falling angels”
El coronavirus sigue causando estragos en las economías y los mercados. Según AllianceBernstein, ha comenzado una ola de rebajas en la calificación, ángeles caídos e impagos de bonos corporativos, que podría convertirse en un tsunami antes de que la pandemia retroceda. Pero, a su juicio, eso no significa que los inversores deban mantenerse al margen: en muchos casos, los rendimientos de hoy compensan más que adecuadamente a los tenedores de bonos por las pérdidas potenciales.
Los defaults aumentarán
La tasa de impagos en el mercado de high yield de EE.UU. ya se ha recuperado hasta el 3,2% en lo que va de año, según JP Morgan, pero aún no estamos fuera de peligro. “Creemos que EE.UU. y otras economías desarrolladas permanecerán cerradas hasta verano y la actividad probablemente se reanude lentamente en la segunda mitad del año”, señala la gestora en un artículo. En este escenario base, espera que la tasa de impagos del high yield estadounidense suba hasta entre el 10% y el 13% en los próximos 12 meses, mientras que las tasas globales serán algo más bajas.
Con la apertura de varios servicios del mercado de crédito, los diferenciales de rendimiento de las empresas han caído un poco desde sus máximos. Pero una parte importante del mercado sigue operando con diferenciales superiores a los 1.500 puntos básicos. “Eso sugiere que el mercado está valorando los impagos en línea con nuestro escenario base. En otras palabras: los diferenciales de muchos bonos corporativos compensan ampliamente a los inversores por la próxima ola de impagos”, destaca.
Una ventisca de “falling angels”
Los impagos no son el único resultado potencial preocupante de una recesión repentina. AllianceBernstein señala que, incluso en los buenos tiempos, no es raro que las empresas que se aferran al último peldaño de la escalera del grado de inversión se conviertan en ángeles caídos (“falling angels”). De media, 72.000 millones de dólares en bonos de mayor calidad crediticia han sido rebajados a high yield cada año entre 2009 y 2018.
Asimismo, apunta que las preocupaciones en torno a los ángeles caídos son especialmente pronunciadas hoy en día, y no solo por la pandemia de coronavirus y el simultáneo crash petrolero. Durante la última década, el volumen de la deuda BBB se disparó a medida que los emisores aumentaron su apalancamiento.
“Una ola de degradaciones a través del acantilado entre el investment grade y el high yield podría encerrar grandes pérdidas para las estrategias restringidas de mayor calidad crediticia y provocar una revalorización perturbadora en el mercado de high yield”, advierte la entidad.
Ya en lo que va de año, con el estallido de problemas de liquidez y la falta de acceso al capital, el volumen de ángeles caídos ha superado los 150.000 millones de dólares, por encima del récord de 2009. Los sectores de energía y comercio minorista han encabezado el paquete.
AllianceBernstein estima que el 8,5% del mercado corporativo de mayor calidad crediticia de EE.UU. será degradado. Esto se acerca a las experiencias de crisis pasadas, como la recesión del 2002 (10%). En el pasado, el high yield ha absorbido de manera fiable grandes volúmenes de ángeles caídos.
No obstante, la posibilidad de que una ventisca de ángeles caídos abrume este mercado tanto en términos de volumen comparativo como de diferencia en la duración media ha ejercido una enorme presión sobre los bonos BBB- y los high yield con la calificación más alta. “Afortunadamente, con la Fed ahora preparada para comprar deuda de ángeles caídos y proporcionar liquidez a algunos de ellos, esa presión se reducirá”, señala.
Algunas industrias se salvarán
La mayor parte de los ángeles caídos serán emisores de industrias directamente afectadas por la crisis del coronavirus y las prolongadas cuarentenas, como el consumo cíclico, la automoción, el ocio o las aerolíneas. Según la gestora, también están en riesgo los emisores que entraron en la crisis altamente apalancados. Se trata principalmente de empresas de alimentos y bebidas, que se enfrentan a un duro camino debido a los restaurantes vacíos y a las interrupciones en la cadena de suministro. Asimismo, el sector energético está bajo presión extra con el shock del petróleo, aunque espera que los precios del crudo se recuperen con el tiempo.
Mientras, las industrias financieras y de servicios públicos pueden ser menos vulnerables. De hecho, solo representan un punto porcentual de la proyección de AllianceBernstein del 8,5% de ángeles caídos de EE.UU. “Aunque las ganancias dejan cierto margen de mejora, los balances de los grandes bancos eran relativamente sólidos al entrar en la crisis y los flujos de ingresos de los proveedores de servicios públicos deberían mantenerse estables”, asegura.
Aun así, advierte de que los fundamentales de ambos sectores también pueden deteriorarse a medida que la crisis continúe y la incertidumbre siga siendo elevada. “Por lo tanto, es importante ser selectivo y vigilante,” apunta al destacar que es el momento de comenzar a asumir algo más de riesgo, siempre con cautela.
En ese sentido, la gestora destaca su amplia oferta de fondos de renta fija, como el AB Global High Yield o el AB Short Duration High Yield, que buscan generar altos ingresos para los inversores. Mientras, el AB European Income y el AB American Income combinan la estabilidad de los bonos gubernamentales con los ingresos que pueden generarse a partir del crédito. “Todos ellos tienen un enfoque muy selectivo y se gestionan activamente para identificar los bonos con mayor potencial y proteger a los inversores de riesgos no deseados”, revela.
Pixabay CC0 Public Domain. BlackRock recauda más de 5.000 millones para su tercer fondo global de energía e infraestructura eléctrica
El fondo Global Energy & Power Infrastructure (GEPIF) de BlackRock ha alcanzado el cierre final del Global Energy & Power Infrastructure Fund III (GEPIF III) con 5.100 millones de dólares. Según ha explicado la gestora, la estrategia ha logrado la mayor recaudación de fondos de inversión alternativa en la historia de BlackRock. Asimismo, el valor final de cierre también supera el objetivo inicial del fondo, de 3.500 millones de dólares, así como el hard cap original de 4.500 millones de dólares.
“Esta meta es reflejo del esfuerzo de BlackRock para ayudar a sus clientes a conseguir mejores resultados de inversión. Los inversores buscan aumentar la resiliencia de sus carteras y contrarestar las perturbaciones del mercado de valores aumentando sus asignaciones a exposiciones menos correlacionadas a los mercados privados. La volatilidad actual de mercado ha destacado el valor de nuestro compromiso de ofrecer soluciones que puedan ayudar a nuestros clientes a igualar sus obligaciones a largo plazo y apoyar a sus beneficiarios. La demanda de los inversores por esta recaudación refuerza nuestra creencia de que la infraestructura jugará un papel cada vez más importante en la construcción de la cartera en el futuro”, ha asegurado Edwin Conway, director global de Inversiones Alternativas en BlackRock.
Los compromisos del fondo incluyen mandatos de inversión de más de 50 inversores institucionales, incluidos fondos de pensiones públicos y privados, fondos soberanos, fundaciones, compañías de seguros y organizaciones sin ánimo de lucro de los Estados Unidos, Europa, Asia y Oriente Medio. Más del 70% de los compromisos provienen de inversores del fondo anterior lo que, según la gestora, refleja el alto nivel de confianza de los inversores en el equipo de GEPIF y su experiencia en este campo.
Basándose en la estrategia de inversión de sus predecesores, el fondo tiene como objetivo generar fuertes rendimientos no correlacionados de las inversiones en negocios y activos de infraestructura eléctrica esencial y de alta calidad. Estas compañías tendrán, de forma generalizada, contratos a largo plazo y flujos de ingresos visibles y buscarán rendimientos de dividendos sólidos para los inversores.
Asimismo, las inversiones estarán diversificadas geográficamente y por subsectores de energía. Así, se dividen en sector eléctrico, incluyendo la energía eléctrica generada a partir de fuentes renovables (solar, eólica, hidráulica y de conversión de residuos en energía) y del gas natural, excluyendo la energía generada por carbón; sector intermedio, que incluye el transporte y almacenamiento de energía; y, por último, el sector de servicios públicos.
“El éxito de la recaudación de fondos refleja la búsqueda de retornos diversificados en un entorno privado de rendimiento, que sigue siendo una prioridad para los inversores. Nuestras sólidas capacidades de abastecimiento off-market se diferencian por un enfoque de inversión disciplinado centrado en obtener rendimientos optimizados y ajustados al riesgo para nuestros inversores y una solución personalizada para nuestros socios y sus clientes. Esta filosofía nos ha llevado a la creación de inversiones que incluyen múltiples asociaciones con grandes compañías, y creemos que esta estrategia continuará creando muchas oportunidades de inversión para nuestros fondos”, asegura Mark Florian, director del equipo de Infraestructura Global de Energía y Energía dentro de BlackRock Real Assets.
Pixabay CC0 Public Domain. Ninety One convoca un medio maratón virtual en beneficio de la fundación No Kid Hungry y ReachingU
Ninety One une la solidaridad y el deporte durante la pandemia del coronavirus. La firma ha organizado una media maratón virtual y un paseo en bicicleta en favor de No Kid Hungry y ReachingU, el próximo 20 de junio. La gestora se ha marcado como objetivo recaudar 9.100 dólares para estas dos organizaciones sin ánimo de lucro que trabajan en favor de la alimentación y la educación de menores sin recursos en Estados Unidos y Uruguay.
Según ha explicado Ninety One, los participantes pondrá registrarse en el siguiente link y realizar una aportación de 21 dólares. Como muestra tu colaboración, se enviará una camiseta personalizada y medalla conmemorativa del evento.
Sobre las ONG a las que irá destinado el dinero recaudado, la gestora explica que la actividad de No Kid Hungry está orientada a trabajar contra el hambre infantil y con el desarrollo de programas saludables de alimentación para menores. Durante la actual crisis del coronavirus, esta entidad sin ánimo de lucro ha proporcionado 11,6 millones de dólares en ayudas para 454 escuelas y comunidades locales repartidas por todo Estados Unidos. Gracias a estas ayudas, se han servido 4,5 millones de comidas saludables a menores durante esta crisis.
Respecto a ReachingU, se trata de una ONG que trabaja en Uruguay financiando y creando programas de educación para niños y jóvenes que viven en una situación de pobreza. Según explican desde la firma, ReachingU conecta a los donantes con una cartera diversa de programas que se dirigen a las poblaciones más desfavorecidas de Uruguay de 0 a 18 años.
Foto cedidaHoward S Marks, director y co-presidente de Oaktree Capital Management.. Howard S Marks (Oaktree Capital Management): "Estamos ante un mercado respaldado artificialmente por las compras de la Fed”
La pandemia mundial del COVID-19 no ha sido un impedimento para celebrar la 73ª Conferencia Anual de CFA Institute que, dadas las circunstancias, en esta ocasión se realizó de forma online. En ella ha participado Howard Marks, director y co-presidente de Oaktree Capital Management, experto en distressed assets y quien considera que es un «momento clave» para esta clase de activos.
En la década de 1980, se convirtió en uno de los primeros inversores en especializarse en deuda distressed. Ahora, está en proceso de levantar 15.000 millones de dólares para lo que sería el mayor fondo de ese tipo hasta fecha y también está recaudando un fondo adicional de 3.500 millones destinado a activos inmobiliarios en «problemas». «Para ser un buen inversor, debes tener confianza en ti y tus puntos de vista», apuntó Marks a la hora de referirse a cómo afrontar el momento actual.
Durante la conferencia, señaló que en este entorno, donde los retornos serán más bajos durante más tiempo, el secreto para sobrevivir es generar mejores retornos que sus pares. «El mercado es lo que es, las tasas y el entorno de retorno son lo que son, por lo que los inversores superiores controlan sus emociones para desviarse del rebaño y superar su rendimiento», afirmó.
En este sentido, quiso recordar a la audiencia que para combatir al virus la decisión general había sido «congelar profundamente la economía». En cambio, como inversores, su posición no era paralizarse sino «tomar ideas de los expertos, tomar aquellas que están alineadas con nuestro sesgo, pero todos, en distinto grados, seguimos siendo cautelosos ante la situación actual».
En su opinión, está de acuerdo con «Jay» Powell en que se requieren acciones extremas e importantes. También es consciente de que las acciones y los bonos se venden a precios a los que no se venderían, si la Fed no fuera la fuerza dominante. Y por ello quiso volver a citar la famosa frase de «el capitalismo sin bancarrota es como el catolicismo sin infierno», aludiendo a que el riesgo es algo inherente a la inversión. Según explicó, «estamos ante un mercado respaldado artificialmente por las compras de la Reserva Federal», por lo que espera muchos impagos de deuda y quiebras cuando los prestatarios corporativos comiencen a quedarse sin dinero, durante los próximos meses.
El análisis que hace Marks está respaldado por más jugadores del mercado. Por ejemplo, según Preqin, a mediados de mayo, los fondos de real estate distressed habían acumulado casi 10.000 millones de dólares en dry powder, «esperando para invertir una vez que la Fed inevitablemente retroceda», matizó Marks.
Podría pensarse que la inversión socialmente responsable, la ISR, o la inversión que se realiza a partir de criterios ESG (ambientales, sociales y de buen gobierno) ha quedado a un lado en un momento de volatilidad extrema y caídas en los mercados que obligan a poner el foco en salvar los muebles. Nada más lejos de la realidad. Justo cuando la aparición del COVID-19 está suponiendo un reto a todos los niveles (sanitario, social, político, económico, financiero…), el proceso de transformación de las finanzas hacia la sostenibilidad importa más que nunca, puesto que la integración de los criterios ESG en las inversiones conecta directamente con el impacto de la emergencia sanitaria en los mercados.
Así lo creen algunos de los asociados de Spainsif, que reflexionan sobre el presente y futuro de la inversión sostenible en un contexto crucial de mercado, aunque la asociación en sí, de momento, no se ha pronunciado al respecto.
Para algunos, el proyecto de transformación de la UE hacia la sostenibilidad será clave y podría ayudar a sacar a Europa de la crisis y aumentar su importancia a nivel global: “En el ámbito europeo, la conexión entre los programas de apoyo a la recuperación económica y el proyecto de transformación plasmado en el Pacto Verde tiene aún más sentido. Frente a la escalada de la confrontación por la hegemonía tecnológica entre China y EE.UU., la UE tiene en las energías renovables, la sostenibilidad y el cambio en el modelo productivo su mejor posibilidad de mejorar sus resultados económicos y su posición en el tablero global”, dice Claudia Antuña, analista de Inversiones de Afi.
Para otros, la ESG es el paradigma del futuro, que debe guiar a las empresas en su camino a largo plazo: “¿Qué pasaría si COVID-19 fuese el acto final del modelo de crecimiento establecido en la década de los 80 y basado en la globalización y la financiación de la economía?”, se pregunta Iván Díez Sainz, director general para España de Groupama AM: “Esta crisis sanitaria, de una dimensión sin precedentes, provocará una crisis económica igualmente sin precedentes, ilustrando las interdependencias de nuestras economías. Pero seamos positivos y ambiciosos: a través de la integración de los criterios ESG implementados en la selección de empresas, buscamos volver a un modelo de crecimiento centrado en el medio-largo plazo, donde las empresas centran sus políticas en el respeto de los desafíos climáticos y medioambientales, reemplazan el capital humano como el verdadero activo de su crecimiento futuro, revisan las remuneraciones de los directivos y accionistas en favor de la remuneración de los empleados para reducir las desigualdades”, dice. “Ahora es el momento de sentar las bases para un crecimiento y unas finanzas sostenibles, los planes de inversión que la Unión Europea debe lanzar imperativamente deben basarse en estos nuevos objetivos: reconstruir la economía europea sobre la base de los desafíos medioambientales, sociales y societarios”, defiende Díez.
Un futuro brillante para los modelos de negocio más sostenibles
Y, a nivel empresarial y de mercados, la ESG debería ser fundamental más adelante para soportar los vaivenes del mercado, puesto que las empresas más robustas desde ese punto de vista tendrán un mejor futuro: “Los mercados financieros no han sido inmunes al COVID-19. Desde la óptica de la ISR, apreciamos cómo el mercado inicialmente no ha discernido entre compañías mejor y peor preparadas, un movimiento habitual en los primeros compases de episodios correctivos en los que impera el miedo. No obstante, auguramos un futuro brillante para aquellos modelos de negocio con mayor fortaleza en su gobernanza, más concienciación social y mayor determinación en iniciativas medioambientales”, diceXosé Garrido, gestor de Caja de Ingenieros Gestión.
Y eso se notará en la evolución y los resultados de las inversiones… y ya está ocurriendo. En Morningstar se han preguntado cómo se han comportado los fondos ESG durante esta crisis del coronavirus y explican que “un estudio realizado en Estados Unidos sobre 203 fondos ESG parece demostrar que éstos se han comportado mejor que los fondos tradicionales dentro de sus respectivas categorías. Analizando las rentabilidades a 30 días desde principio de año, el 67% de los fondos se sitúan en los dos primeros cuartiles de sus categorías y un 42% en el primer cuartil”, explicanDavide Pelusi, CEO para el sur de EMEA, y Fernando Luque, analista financiero senior de Morningstar.
“Estamos monitorizando las diferencias de rentabilidades entre los valores con mejor rating ASG y el resto, buscamos verificar que en mercados bajistas se cumple una de las premisas de la ISR, que los inversores de dichas compañías confían más en ellas por estar mejor preparadas para afrontar las dificultades. Por lo tanto, se trata de comprobar que el invertir con criterios ASG aporta además del valor social también valor económico”, dice Alberto Goicoechea, responsable de ISR en CPPS.
“La crisis sanitaria causada por el COVID-19 ha puesto de manifiesto, aún más si cabe, la relevancia de integrar la sostenibilidad en el seno de las organizaciones. Y así lo han demostrado los mercados financieros, que han sabido identificar aquellas compañías con un perfil más sostenible (desde el punto de vista ambiental, social y de buen gobierno corporativo) como empresas más resilientes ante un escenario de elevada incertidumbre y dificultades económicas”, añade Verónica López Sabater, directora general de la Fundación Afi.
Y es que la crisis actual permite diferenciar entre las empresas sostenibles y las que no lo son: “El brote de coronavirus tiene innumerables implicaciones en la economía. Pero mucho más allá de los problemas económicos, el COVID-19 es una emergencia humana. La situación de emergencia del brote del virus es un claro diagnóstico que permite identificar a las empresas que actúan de manera sostenible y las que no lo hacen. En este sentido, creemos que los acontecimientos actuales demuestran que la sostenibilidad es una inversión”, dice Domingo Torres, Country Head para España y Portugal de Lazard Fund Managers.
La demanda de los inversores
Y es que los ahorradores demandarán esa fortaleza a sus inversiones: “Empresas, gobiernos y sociedad en general vamos a aprender mucho de esta crisis. Los riesgos globales de salud se van a introducir en el sistema y se van a tomar las salvaguardas necesarias para minimizar sus consecuencias, en caso de que se repitan las circunstancias. Dentro de poco, escucharemos a los financieros hablar no sólo de riesgos geopolíticos para referirse a cuestiones extra-contables, sino, también, a riesgos ‘geosanitarios’ potenciales que impacten económicamente en países y empresas. Y los inversores demandarán que éstas tengan respuestas o protocolos frente a ellos”, dice Fernando Ibáñez, director general de la firma de asesoramiento financiero Ética.
“¿Dejará el COVID-19 un efecto duradero en el mundo financiero?”, se pregunta Joaquín Garralda, decano de Ordenación Académica en IE University. “La historia nos dice que después de una catástrofe de gran dimensión el sentimiento de solidaridad aumenta, para ir descendiendo con el tiempo. Sin embargo, se mantienen los cambios en procesos e instituciones que se generaron, fijando unos comportamientos más solidarios que los anteriores. Si los pequeños ahorradores para sus pensiones conocen y confían en los fondos ESG, el cambio será relevante y duradero”, explica.
Algunos creen, de hecho, que esta crisis está atrayendo el interés hacia la ESG: “En Sustainalytics creemos que la pandemia del COVID traerá más interés en las inversiones responsables, ya que se ha demostrado que la salud y las relaciones comunitarias están conectadas con la prosperidad y el crecimiento de la economía. Las tendencias de mercado actuales demuestran un aumento del interés de los inversores en finanzas sostenibles y más en concreto en bonos sostenibles y bonos sociales para financiar proyectos que alivien el impacto negativo de la crisis del COVID-19”, diceDaphné Van Osch, Sales Senior Associate de Sustainable Finance Solutions en Sustainalytics.
«COVID-19 y compromiso: muchas reflexiones se pueden desarrollar respecto a la relación entre la sostenibilidad y la crisis del coronavirus; me centraré en una idea. Muchos hemos defendido que en este siglo XXI de la tecnología, la innovación, la creatividad… el compromiso de proveedores, clientes o empleados con la empresa es fundamental. En esta crisis esto se está poniendo de manifiesto: muchas empresas están demandando esfuerzos especiales a sus stakeholders, y solo las que se han preocupado de cuidarlos, que es un aspecto importante de la sostenibilidad, tendrán legitimidad para pedirlos”, comentaFernando Gómez-Bezares, catedrático de Finanzas en la Deusto Business School.
En cualquier caso, la crisis no va a paralizar las decisiones ESG de los inversores: “Cuando nada es como antes, la gente empieza a apreciar la rutina de la naturaleza. Esta rutina no está garantizada: una vez que el calentamiento global supere una cierta barrera, las estaciones cambiarán, el clima se volverá más extremo y nos enfrentaremos a una nueva etapa sin retorno a la normalidad. Erste Asset Management ha integrado este año los criterios ESG también en sus fondos tradicionales después de lanzar su primer fondo ESG en el 2001. El coronavirus no nos detendrá en esta decisión”, añade Walter Hatak, responsable de Inversión Responsable en ERSE Asset Management.
“La importancia de la integración ESG es solo más pronunciada durante los periodos de crisis”,recuerda Eric Pedersen, Head of Responsible Investments en Nordea Asset Management, y explica que Nordea ha firmado un compromiso sobre su respuesta al coronavirus, cubriendo cinco medidas recomendadas (bajas pagadas, medidas adicionales de salud y seguridad, mantenimiento de empleados, mantenimiento de relaciones con los clientes y proveedores, prudencia fiscal).
Dimensión social de la ESG
Con todo, la ISR podría dejar algunos aspectos de la ESG atrás, advierten en Economistas sin Fronteras: “Estamos asistiendo a una transformación en el desarrollo de la ISR, reforzada por la implementación de la taxonomía. El foco en el criterio ambiental y hablar de inversiones “sostenibles” en lugar de “socialmente responsables”, inducen a pensar que los criterios sociales pudieran quedar en un segundo plano. En el contexto del COVID-19 si algo se pone de manifiesto es la necesidad de subrayar la dimensión social de las inversiones”, dicen desde el departamento de RSC e Inversiones éticas.
“En este momento, el aspecto social cobra especial relevancia, ya que las empresas tienen que lidiar con la crisis en términos de capacidades”, está de acuerdo Fernando Hernández, director de Andbank Wealth Management: “Está demostrado que reemplazar personal suele ser más caro que mantenerlo, la eficiencia se deteriora, el estado de ánimo de los empleados empeora y estas cuestiones son fundamentales. Otro aspecto fundamental en estos momentos es la actuación de los gobiernos corporativos, que están ofreciendo su apoyo a las comunidades con gestos que dejan en la mente de los inversores la idea de que, en los momentos duros, han sido capaces de arrimar el hombro”.
Ante esta situación, algunas entidades de hecho están reaccionando también con solidaridad, centrándose en lo social: “La crisis ocasionada por el COVID-19 conlleva una caída de la actividad económica y de los mercados a nivel mundial. Sin embargo, ante una situación de emergencia tan excepcional, los bancos tenemos una responsabilidad, si cabe, mayor. No sólo apoyando a los sistemas públicos de salud para la compra de equipamiento médico, a las entidades sociales que trabajan con la población más vulnerable, o a la investigación científica sobre la enfermedad y su tratamiento, sino también a través de la financiación”, explica Antoni Ballabriga, director global de Negocio Responsable de BBVA.
Foto cedidaRichard Woolnough y Stefan Isaacs, gestores de fondos en el equipo de Renta Fija de M&G Investments. Foto: Richard Woolnough y Stefan Isaacs, gestores de fondos en el equipo de Renta Fija de M&G Investments
Richard Woolnough y Stefan Isaacs, gestores de fondos en el equipo de Renta Fija de M&G Investments, comentan sus perspectivas sobre la economía global y los mercados de bonos.
¿Cómo se comportó el mercado de bonos durante los primeros meses del 2020?
Woolnough: Gobiernos de todo el mundo han reaccionado de forma comprensible a la pandemia, ordenando a los ciudadanos que restrinjan su actividad diaria. En la práctica, esto supone una paralización del consumo y ha provocado inevitablemente un desplome de la actividad económica. La preocupación por los efectos en las compañías de esta recesión relacionada con la necesidad de quedarse en casa ha provocado fluctuaciones espectaculares en los mercados de bonos corporativos. La volatilidad de los precios ha alcanzado niveles superiores incluso a los de la crisis financiera global de 2008-2009.
Isaacs: Todos los activos de riesgo se vieron arrastrados por la ola de ventas, incluso los bonos corporativos de grado de inversión. La diferencia entre las rentabilidades (TIR) de los bonos de grado de inversión y las de los bonos de gobierno core ―que se consideran activos «refugio seguro» en tiempos de tensión en los mercados― se amplió a su mayor nivel desde la crisis financiera global. E igual sucedió con los bonos corporativos high yield, que son los emitidos por las compañías que se considera tienen más probabilidades de incurrir en impago.
¿Dónde veis oportunidades ahora?
Woolnough: Cuando los mercados fluctúan como lo han hecho, pueden producirse desajustes en los precios de bonos similares. Como es lógico, las anomalías pueden generar oportunidades de valor para los inversores activos en bonos. Por ejemplo, cuando las compañías emiten nuevos bonos con descuento de precio (o prima de rentabilidad) con respecto a bonos comparables suyos ya en circulación, podría haber oportunidades atractivas para los inversores a largo plazo.
Isaacs: Hemos visto oportunidades así en el grado de inversión. Si se confía en que una compañía que emite bonos puede pagar sus cupones durante la vigencia del bono y podrá devolver el capital del bono cuando este venza, poder comprar la deuda de la compañía a precio de descuento podría ser una oportunidad única.
Por supuesto, debemos estar atentos a los riesgos, sobre todo entre emisores high yield que pueden tener más deuda o estar más amenazados por la crisis económica. En este contexto, algunas compañías sufrirán fuertes tensiones y, como es lógico, las tasas de impago aumentarán. Sin embargo, a menos que creamos que más compañías incurrirán en el impago de su deuda como nunca antes en la historia, los bonos high yieldsufrieron ventas en cierto modo excesivas.
Woolnough: Creo que los inversores también deberían verse alentados por el respaldo que los bancos centrales y los gobiernos han prometido para apuntalar sus economías. Sí, estamos viendo una fuerte caída de la actividad económica que perjudicará a los negocios, pero gracias a las ayudas los daños serán limitados.
¿Cuáles podrían ser las consecuencias a largo plazo de la crisis?
Woolnough: Tendrá que pasar tiempo para que podamos entender totalmente las repercusiones económicas a largo plazo del virus, sobre todo porque, a la larga, dependerá de lo prolongado y perjudicial que sea este periodo de confinamiento. Sin embargo, hay dos consecuencias sociales y políticas importantes a largo plazo de las que podemos estar más o menos seguros.
En primer lugar, va a ver un claro giro hacia una sociedad más solidaria, al menos en las economías desarrolladas. Las compañías están cambiando su comportamiento, pues desean mantener a sus empleados en lugar de despedirlos. Creo que el paso hacia la responsabilidad social corporativa perdurará mucho más allá de esta crisis, y es algo positivo. Una mayor responsabilidad social corporativa será algo positivo para las economías a largo plazo.
En segundo lugar, algo más preocupante, vemos un aislamiento cada vez mayor de los países. Incluso antes de iniciar este periodo de confinamiento en todo el mundo, vimos como aumentaba el tono nacionalista en los discursos de las elecciones, por ejemplo en el Reino Unido y EE.UU. Esta pandemia sirve como pretexto a los países para un mayor nacionalismo. Que el aislamiento se traduzca en un cambio más permanente que determine la economía global dependerá del ciclo electoral y los resultados de las próximas elecciones, sobre todo las que tendrán lugar en EE.UU. a finales de 2020.
Información importante:
Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras. El valor de los activos del fondo podrían tanto aumentar como disminuir, lo cual provocará que el valor de su inversión se reduzca o se incremente. Es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente. Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión.
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