Lyxor ETF supera los de 300 millones de euros en activos bajo gestión en el segmento de bonos verdes

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Pixabay CC0 Public Domain. El hidrógeno como respuesta

Lyxor ha anunciado que su fondo Lyxor Green Bond (DR) UCITS ETF – Acc ha superado los 300 millones de euros en activos bajo gestión, convirtiéndose en el mayor ETF de bonos verdes del mundo en términos de activos bajo gestión. Según la gestora, este éxito “afirma tanto la resistencia como el potencial del segmento de mercado de ETF de ESG en el contexto de la alta volatilidad creada por la crisis de COVID-19”. 

Este ETF, que fue el primero lanzado sobre bonos verdes en febrero de 2017 y que replica el índice de referencia Solactive Green Bond EUR USD IG, está invertido en bonos verdes de calidad investment grade denominados en euros y en dólares estadounidenses. Según explica la gestora, estos bonos están emitidos por emisores supranacionales, gobiernos, autoridades públicas, empresas, bancos y bancos de desarrollo para financiar proyectos o activos que presentan un beneficio para el medio ambiente en diversos campos como las energías limpias, la eficiencia energética de construcciones, el transporte o el agua. Los bonos verdes elegibles para el índice están aprobados de forma independiente por la Climate Bonds Initiative. Estos bonos deben financiar actividades definidas por la Climate Bond Taxonomy y cumplir con los criterios de los Climate Bonds Standards

Desde Lyxor ETF consideran que el contexto actual, caracterizado por el COVID-19 y la gran volatilidad de los mercados, ha reforzado la conversión de los inversores a la inversión sostenible. En Europa, los ETFS de ESG recaudaron 1.000 millones de euros en el punto álgido de la crisis de los mercados en marzo y más de 10.000 millones de euros a finales de mayo. “Estas inversiones, que no responden a esquemas de asignación táctica a corto plazo, tienden a alojarse en bolsillos estables de carteras y reflejan un cambio estructural en marcha entre todo tipo de inversores”, señala en su comunicado. 

Según la experiencia de Lyxor ETF, las emisiones de bonos verdes están atrayendo un creciente interés de los inversores que quieren acelerar la transición ecológica de sus carteras. Según la Climate Bonds Iniciative, las emisiones de bonos verdes podrían alcanzar los 350.000 millones de dólares a finales de 2020, lo que supone un fuerte aumento con respecto a los 257.700 millones de dólares de 2019. 

«En Lyxor, tomamos la decisión hace más de diez años de poner la inversión socialmente responsable en el centro de nuestra estrategia de inversión. Creemos que los ETF pueden ayudar a los inversores a alcanzar sus objetivos medioambientales. Los ETF son inherentemente transparentes, simples y basados en datos, características que son consistentes con las prioridades del ESG. Estamos orgullosos de que un producto tan innovador como nuestro ETF de Bonos Verdes haya alcanzado los 300 millones de euros bajo gestión en tres años”, explica François Millet, responsable de ESG, estrategia e innovación en Lyxor ETF.

En este sentido, la gestora destaca su estrategia Lyxor Green Bond (DR) UCITS ETF – Acc, que ha obtenido el sello Greenfin, creado a finales de 2015 por el Ministerio francés de la Transición Ecológica y Solidaria para garantizar la calidad verde de los fondos de inversión. “Este ETF simboliza el compromiso de Lyxor en la lucha contra el cambio climático, que se ha reforzado aún más con el reciente lanzamiento del primer ecosistema de ETF Climate, diseñados para cumplir las nuevas normas de la Comisión Europea y las ambiciones del Acuerdo de París en materia de la lucha contra el calentamiento global. En total, la gama de ESG de Lyxor ETF gestiona actualmente más de 2.000 millones de euros en activos bajo gestión”, indican desde la gestora.

Perspectivas ante la reunión de la Fed: mensaje de tranquilidad y previsiones económicas

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Pixabay CC0 Public Domain. Perspectivas ante la reunión de la Fed: mensaje de tranquilidad y previsiones económicas

Nadie duda de la voluntad de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) de apoyar la recuperación de la economía tras el impacto que está teniendo la pandemia del COVID-19. Según la previsión de las gestoras, tras su reunión de hoy, la Fed lanzará un mensaje que se centrará en su voluntad de apoyar la economía y tranquilizar a los inversores, ahora que Estados Unidos ha entrado oficialmente en recesión. 

El acta de la reunión del comité monetario de la Fed del 29 de abril, publicada a mediados de mayo, reveló su preocupación por el riesgo de una crisis financiera y económica. Estas muestras de preocupación fueron reiteradas por parte de Jerome Powell ante el Senado en mayo, así como por el presidente de la Fed de Boston, Eric Rosengren, quien advirtió que la tasa de desempleo podría permanecer en dos dígitos durante todo 2020.

Según indican desde Allianz GI, desde marzo, la Fed ha desplegado un vasto arsenal de herramientas y sin precedentes para evitar la dislocación de los mercados financieros y apoyar la economía: tipos de interés a cero, compras de activos ilimitadas, préstamos directos a empresas, apoyo al mercado interbancario, compra de deuda gubernamental local y, pronto, a estas medidas se unirán los préstamos de 600.000 millones a pequeñas y medianas empresas (aquellas con una facturación de menos de 5.000 millones). 

“La acción integral de la Fed ha sido efectiva: las condiciones financieras han mejorado, los diferenciales se han ajustado, especialmente en el mercado de crédito de high-yield, que ha recuperado la liquidez y ha reducido la volatilidad. Además, el apetito por el riesgo ha vuelto a los mercados, sinónimo de renovada confianza de los inversores”, explica Franck Dixmier, director de inversiones global de renta fija de Allianz Global Investors

En opinión de Mark Holman, CEO de TwentyFour AM, boutique de Vontobel AM, la «conmoción y el asombro» ha quedado atrás, y ahora la Reserva Federal tiene que enfrentarse a la realidad de un programa de financiación del Tesoro muy pesado combinado con tipos de interés cero y una economía en profunda recesión. «El primer problema de esta situación es quién va a comprar todos estos bonos del Tesoro de EE.UU. en un escenario de rentabilidades tan bajas. Muchos inversores querrán tenerlos por motivos de liquidez, pero el temor a un aumento de los rendimientos los llevará a comprar bonos del Tesoro con las duraciones más cortas, en los que los riesgos de precio asociados al aumento de los rendimientos son más bajos. Por lo tanto, la Reserva Federal necesitará disponer de más bonos en el futuro, ya que la oferta pesa en un mercado que para nosotros es francamente poco atractivo en el extremo más largo de la curva de tipos», sostiene Holman.

Los analistas de Monex Europe no esperan novedades en términos de política monetaria, en cambio, reconoce que espera la Fed transmita un tono de “transición hacia la restauración de la estabilidad del mercado y la liquidez”, así como un enfoque más tradicional: impulsar las condiciones financieras para acelerar la recuperación económica. 

“Mientras que el debate sobre las tasas de interés negativas parece que se ha calmado después de que los funcionarios de la Fed enfriaran las expectativas, la institución monetaria continúa apostando por dar liquidez a los mercados. A la luz del incierto escenario actual al que se enfrenta la economía estadounidense, cualquier esfuerzo adicional de estímulo monetario sería bastante prematuro. La principal tarea que tiene por delante el presidente de la Fed, Jerome Powell, es establecer el conjunto de instrumentos de política para una nueva etapa destinada a promover el crecimiento y restablecer el empleo después de que ya se haya desplegado un amplio grado de instrumentos”, apunta Monex Europe en su último análisis. 

François Rimeu, estratega senior de La Française AM, comparte también esta valoración, por lo que estima que se mantenga el rango objetivo para la tasa de fondos federales en 0 – 0,25%. «Los miembros de la FED han expresado varias veces su oposición a las tasas negativas. Tenemos la sensación de que las expectativas del mercado son tal vez demasiado altas en esta ocasión y no nos sorprendería ser testigos de una reacción negativa del mercado durante y después de la reunión», apunta Rimeu.

En opinión de Diximier, en este contexto de recuperación, no habrá anuncio de medidas adicionales de la Fed durante esta reunión y será más “un ejercicio de comunicación”. Eso sí, considera que será particularmente interesante escuchar las previsiones económicas de los miembros del Comité de Política Monetaria, así como sus expectativas de inflación y de los tipos de interés de los fondos federales (dots) hasta 2022. “Jerome Powell también debería participar en un acto de equilibrio, destacando el alcance de la acción de la Fed, al tiempo que reitera que conserva el margen de maniobra en un entorno aún incierto, especialmente en relación con la evolución de la pandemia”, añade. 

Perspectivas económicas

Misma valoración hacen desde BlackRock. Según su comentario semanal, “la reunión de política monetaria que celebrará la Fed esta semana atraerá todas las miradas a medida que los mercados analizan la postura de la Fed sobre el repunte económico”. En este mismo sentido, Adam Vettese, analista de eToro, reconoce que «la Fed publicará sus primeros pronósticos económicos en seis meses, y los inversores esperarán más señales de un mayor estímulo en los comentarios del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. Cualquier indicio de que planea hacer movimientos en los tipos de interés en cualquier dirección conduciría a una importante reacción del mercado”.

Desde Ebury advierten que los inversores estarán muy atentos a las declaraciones que se den desde la Fed para encontrar alguna pista sobre sus perspectivas. Por ejemplo, señala, “si la Fed considera el último informe de nóminas no agrícolas como prueba de una recuperación en V más rápida de los esperado, el dólar, probablemente, se dispararía”. En concreto explica que si la Fed minimizara los datos y lo considerara como una corrección menor, los inversores probablemente lo interpretarían como una señal pesimista para el dólar.

“Un importante punto de la reunión será la forma en que la Fed interprete el repunte que los mercados de valores, crediticios y de commodities han vivido recientemente, así como los datos del informe de nóminas no agrícolas del viernes pasado. Este último sorprendió significativamente al alza, con un total de 2,5 millones de empleos netos creados en mayo, frente a la contracción de 7,5 millones que los economistas habían previsto”, añaden. 

Por su parte, los analistas de Monex Europe, coinciden en destacar que la Fed publicará el primer conjunto de previsiones económicas desde diciembre, después de suspender su publicación en marzo debido a la incertidumbre sin precedentes. “Si bien las nuevas previsiones también serán juzgadas con amplio escepticismo, las nuevas proyecciones macroeconómicas deberían marcar la pauta para la adopción de nuevas medidas de política y la probabilidad de emprender el camino del YCC. La opinión consensuada en todas las encuestas indica que hay pocas expectativas de que se tome una decisión sobre el control de la curva de rendimiento en la reunión de junio, como también insinuó la Presidenta de la Reserva Federal de Cleveland, Loretta Mester, en una entrevista con Bloomberg el 29 de mayo. Sin embargo, una estrecha mayoría de los economistas encuestados espera que el control de los rendimientos se haga en algún momento de este año, algo en lo que los funcionarios de la Reserva Federal han estado «pensando mucho», según el presidente de la Reserva Federal de Nueva York, John Williams.

Mirabaud AM y CBRE Capital Advisors unen fuerzas para facilitar los cierres del fondo Gran París

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Pixabay CC0 Public Domain. Mirabaud AM y CBRE Capital Advisors unen fuerzas para facilitar los cierres del fondo Gran París

Mirabaud Asset Management y CBRE Capital Advisors se unen para facilitar futuros cierres para el fondo Gran París, una estrategia de inversión inmobiliaria “centrada en el mayor proyecto de desarrollo urbanístico y de infraestructuras de toda Europa”, aseguran desde Mirabaud AM.

Este plan, destinado a la zona de Gran París y lanzado en 2019 por Mirabaud Asset Management, ya cuenta con un compromiso inicial de 60 millones de euros provenientes, principalmente, de inversores institucionales. El proyecto pretende recaudar una “suma considerable de capital” en 2020 con el fin de acelerar su estrategia de coinversión con los promotores inmobiliarios más consolidados de Francia.

Según Mirabaud AM, “Gran París se constituye como el mayor plan urbanístico y de infraestructuras de Europa, y convertirá una de las mejores zonas de la capital francesa en una gran metrópolis mundial”. Además, desde la gestora señalan que el plan se ve favorecido por unos indicadores fundamentales sólidos y un marco legal favorable, que fomentan de forma significativa la demanda de bienes inmuebles, tanto de viviendas como de oficinas.

“La estrategia de Mirabaud adopta una filosofía de inversión basada en la asociación con promotores inmobiliarios franceses líderes y se centra en proyectos ubicados en el área Gran París. Gracias a su localización estratégica de confluencia europea, la región experimenta una creciente demanda de nuevas viviendas y nuevos espacios de oficinas eficientes que los promotores franceses están perfectamente preparados para satisfacer”, añade Olivier Seux, responsable de Capital Inmobiliario en Mirabaud AM.

La estrategia se presenta como un híbrido entre capital riesgo y capital inmobiliario, y desarrolla un enfoque de valor añadido combinado con un acceso preferente al flujo de inversiones. “Al componerse de tres estrategias, con diferentes exposiciones al mercado y horizontes de inversión así como con más de veinte operaciones, Mirabaud ofrece a sus inversores una diversificación del riesgo y una visibilidad del rendimiento excelentes”, afirma Seux. Además, la estrategia invierte junto a promotores inmobiliarios consolidados, y la gestora selecciona y acomete cada proyecto. Seux añade que “cada planificación se beneficiará de la proximidad de las infraestructuras de transporte público existentes y futuras del plan general y tendrá una fuerte dimensión medioambiental”.

Durante la duración del confinamiento, el equipo dedicado al área de inversión realizó una primera transacción en el sector de la vivienda. Concretamente, el proyecto está ubicado en Hauts-de-Seine, cerca del hipódromo de Saint Cloud, e incluye el desarrollo de un programa de apartamentos de alta calidad. El edificio presentará una arquitectura clásica y deberá cumplir con los estándares en términos de diversidad social y eficiencia energética.

“La estrategia desarrollada por Mirabaud AM brinda a los inversores institucionales una oportunidad inigualable para disfrutar de una sólida exposición al mercado de desarrollo de París. El primer cierre logrado en un plazo tan corto de tiempo corrobora la experiencia y la acreditación de los expertos inmobiliarios con los que Mirabaud AM colabora”, subraya Benjamin Rouah, responsable de REIB para Europa continental.

Asimismo, Pablo Callejo Nieto, responsable de REIB, España en CBRE Real Estate Investment Banking, destaca que “gracias a la interesante cartera de proyectos y los numerosos acuerdos de colaboración ya establecidos con promotores líderes en la mejor zona de París, confiamos en la capacidad de Mirabaud AM para llevar a cabo la estrategia y generar resultados atractivos para los inversores a largo plazo”.

CBRE Capital Advisors, la división Real Estate Investment Banking (REIB) de CBRE, que se encarga de gestionar iniciativas de fusiones y adquisiciones y proporciona asesoramiento en materia de recaudación de capital y deuda, actuará como asesor de Mirabaud AM (Europe) SA con el objetivo de obtener fondos de inversores europeos e internacionales.

“Contar con CBRE, uno de los líderes inmobiliarios a nivel mundial, como asesor para la recaudación de fondos de nuestra estrategia supone una sólida base que respalda la calidad del proyecto y su relevancia para los inversores”, asegura Renaud Dutreil, responsable de Private Equity en Mirabaud AM. Además, Dutreil destaca que la pandemia del COVID-19 ha “intensificado la necesidad de capital para financiar con fondos propios la construcción de viviendas y el desarrollo de los espacios de oficina del futuro en la mejor zona de París, todo ello cumpliendo con los más altos estándares ambientales y de modernidad”.

Renta variable: ¿un rally alcista o un rebote significativo?

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Pixabay CC0 Public Domain. Renta variable: ¿un rally alcista o un rebote significativo?

La gran cuestión que se está debatiendo es si se debería aumentar la asignación a renta variable y perseguir el rally del mercado o no. Aunque mantenemos nuestra preferencia estratégica por los activos de riesgo, estamos convencidos de que tácticamente es más seguro permanecer en el segmento de investment grade (respaldado por el paraguas de los bancos centrales) dado que creemos podría haber una nueva caída de los mercados bursátiles.

El contexto económico se ha deteriorado rápidamente, tanto los datos concretos como el momentum económico han cambiado, perjudicando el sentimiento de riesgo. Reconocemos que el escenario de recuperación a medio plazo que probablemente tendrá lugar más adelante, en 2021, ofrece un potencial alcista significativo. Sin embargo, los mercados de renta variable están anticipando el escenario alcista ahora, en un momento en el que persisten profundas incertidumbres. Dichas incertidumbres se relacionan con las políticas de atención sanitaria sobre los tratamientos. Aunque las pruebas y la vacuna están evolucionando rápidamente, aún quedan muchas cosas por hacer. No hay fecha para disponer de tratamiento o vacuna.

En el aspecto fiscal, debe probarse la capacidad total y mantenerla a medio plazo. La velocidad de implementación es irregular, la calidad del gasto aún debe evaluarse (en términos de composición y objetivos) y la capacidad (de los paquetes fiscales) para recuperar los daños no ha sido completamente estimada.

Por otro lado, los bancos centrales –después haber lidiado con la crisis financiera de 2008- respondieron rápidamente esta vez y permitieron que las condiciones financieras fueran más acomodaticias, especialmente en Estados Unidos. Este fue el factor más convincente para los mercados, que subieron y expandieron sus múltiplos. Aquí es donde detectamos la peligrosa inconsistencia de la caída de la generación de beneficios por acción y retornos totales moviéndose al alza. Por el contrario, los rendimientos de los bonos y los precios del petróleo se han mantenido deprimidos y el rebote no ha beneficiado demasiado a las áreas cíclicas. Las revisiones de beneficios apuntan a una bajada pronunciada a mínimos históricos, impulsando las ratios P/E hacia sus máximos.

En 2009, vimos una recesión de los beneficios y los esfuerzos de los bancos centrales allanaron el camino para que desarrollara completamente un régimen de reflación de activos. Actualmente, las valoraciones (percentiles P/E sobre los beneficios de 2020) son completamente diferentes, con la mayoría de los índices de renta variable ya en máximos. De hecho, un MSCI US valorado en el percentil 84 puede no ofrecer la mejor opción posible para una subida. Esta es la principal diferencia entre la situación actual y la de 2009. 

En este último caso, los P/Es ya estaban en sus percentiles bajos y las políticas monetarias no convencionales de los bancos centrales permitieron un movimiento alcista en renta variable. La única excepción es el TOPIX, que actualmente se encuentra en un percentil más bajo y muestra valoraciones más razonables. Se podría argumentar que esto se debe a que Japón ya está en recesión, pero en comparación con otras economías avanzadas, es probable que sufra un shock posterior, aunque menor, con el brote del Covid-19 contenido en gran medida. Los bloqueos sin precedentes y las respuestas de política monetaria y fiscal nos ayudan a mantener nuestra preferencia «estratégica» por los activos de riesgo, pero las elevadas valoraciones no ofrecen la mejor ventaja posible.

Como conclusión, se podría decir que las políticas monetarias no convencionales han vuelto a provocar una reflación de los precios de los activos. Sin embargo, en comparación con 2009, actualmente los beneficios por acción están deprimidos y los niveles de P / E son tan extremos que es improbable que se registre un mercado alcista impulsado por la expansión de múltiplos.

Tribuna de Monica Defend, directora global de Análisis de Amundi. 

 

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La COVID-19, factor de aceleración

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En los próximos años, echaremos la vista atrás y analizaremos los efectos que la COVID-19 ha supuesto a escala global; puede que William Hague, antiguo líder del partido conservador británico, tuviera razón cuando afirmó que la COVID-19 aceleraría significativamente las fuerzas y las tendencias existentes.

Basta analizar su impacto en los bloques globales de poder. En la Unión Europea, la crisis sanitaria ha puesto de manifiesto las tensiones existentes sobre si los países del norte de Europa deben pagar las deudas de los países del sur. Al mismo tiempo, la rivalidad entre Estados Unidos y China ha seguido intensificándose y, con ello, todas las repercusiones asociadas para el comercio y la globalización y el papel que desempeñará en el futuro el dólar como moneda de reserva global.

Los efectos económicos de la COVID-19 están acelerando la supremacía global de Asia, pues la rápida aplicación de medidas de confinamiento y la celeridad en la realización de pruebas eficaces y de seguimiento han permitido que las economías de la región se muestren mucho menos dañadas que sus homólogas occidentales. Es probable que aumenten las tensiones políticas ante las decenas de millones de personas que perderán sus trabajos con motivo de la COVID-19, lo cual agudizará la desigualdad, elevará el endeudamiento y aumentará el poder del Estado.

Esta evolución está llevando a primer plano políticas como la teoría monetaria moderna, la condonación de deuda, la armonización de los tipos de los impuestos sobre sociedades, rentas básicas públicas y que las compañías muestren una mayor responsabilidad con todos sus grupos de interés (menos deuda, recompras y deslocalización y más aportación fiscal). También nos encontramos con las preguntas de quien posee datos sobre cada uno de nosotros y cómo podrán utilizarse, lo cual abre un debate sobre dónde se encuentran las nuevas fronteras entre el Estado y el individuo. 

Como especialistas en selección de acciones, nos centramos en el impacto que estas tendencias supondrán para títulos concretos y dinámicas específicas de cada sector (a saber, los sectores de calidad y rendimiento altos que poseemos), así como los efectos para nuestros valores.

El efecto acelerador es especialmente evidente en torno a la tecnología. Satya Nadella, CEO de la gran tecnológica estadounidense que mantenemos en nuestras carteras globales, sostiene que la COVID-19 ha conllevado que “dos años de transformación digital se hayan producido en tan solo dos meses”, al virar las compañías hacia el trabajo desde casa. En el ámbito de la tecnología para empresas, esta tecnológica se perfila como ganadora de este giro hacia el hogar dados su plataforma de comunicación y colaboración y sus servicios en la nube.

La COVID-19 está acelerando tendencias existentes, al igual que el crecimiento del comercio electrónico y el miedo a la transmisión están impulsando el viraje del efectivo a las tarjetas, lo cual resulta positivo para las compañías de pagos a largo plazo, incluso a pesar de que el desplome de las operaciones transfronterizas suponga un obstáculo temporal. Aunque es posible que estos giros impulsados por la COVID-19 contribuyan al dominio económico del oligopolio de los gigantes tecnológicos —ya por sus servicios en la nube de hiperescala, ya por sus redes de medios sociales—, el auge paralelo de las inquietudes en torno a la desigualdad, la deuda pública y la privacidad implica que los riesgos políticos y normativos que se ciernen sobre estas tecnológicas deba seguirse detenidamente en los próximos años.

La COVID-19 ha puesto de manifiesto, evidentemente, la importancia de la asistencia sanitaria como sector y arrojado luz sobre si los sistemas sanitarios son suficientemente sólidos en general o si es necesario mejorar las infraestructuras. En caso de que se requiera de más financiación, es posible que las entidades capaces de ofrecer ahorro evolucionen adecuadamente. En el caso de los emisores del ámbito de la tecnología médica en que invertimos, la COVID-19 ilustra la importancia de los datos —no solo utilizarlos, sino también tenerlos, lo cual es fundamental—. Consideramos que esta circunstancia favorece a las compañías dedicadas a los equipos de diagnóstico y realización de pruebas, concretamente, teniendo en cuenta que el 70% de las decisiones médicas se basan en diagnósticos, que suponen menos del 2% de los costes (1). Reconocer que evitar desplazamientos innecesarios a los hospitales es una manera de ahorrar costes asimismo innecesarios a los sistemas sanitarios podría acelerar los tratamientos domiciliarios mediante mecanismos de seguimiento a distancia y telemedicina, por ejemplo, la diálisis en casa.

En el caso de las compañías de consumo estable, la COVID-19 ha demostrado que las grandes marcas importan. Las tiendas están racionalizando con contundencia sus estanterías de marcas de nivel medio y las numerosas marcas nicho de dimensiones menores en vista de que los consumidores del mundo desarrollado se centran en marcas asequibles y conocidas en las que confían. Esto recuerda a los CEO que la confianza es el atributo más potente de que dispone una marca y que debe tratarse con el mayor de los respetos. Este extremo acelerará el cambio en la comunicación de las marcas, que pasarán de aspirar a la comercialización entre los consumidores a lograr que les importen, llevando el objeto a un primer plano, en clave ya de superioridad del producto, ya de su impacto social y medioambiental.

Las medidas de distanciamiento social y confinamiento han brindado a todos los grupos de edad un curso acelerado de comercio electrónico. Una vez las listas de la compra se configuran a través de Internet, resulta improbable que los consumidores vuelvan a caminar por los pasillos de las tiendas. Es posible que las compañías cuyos equipos directivos invirtieron pronto en sus capacidades digitales salgan fortalecidas de la COVID-19 frente a sus homólogas. Una compañía francesa del ámbito de la belleza y otra británica de bienes de consumo en las que invertimos ya generan el 20% y el 10%, respectivamente, de sus ventas a través de Internet, con márgenes y cuotas de mercado equivalentes o superiores a los de sus ventas en tienda.

En todos los casos, es la calidad del equipo directivo lo que determina la resiliencia de la compañía y sus perspectivas de superar con éxito la crisis actual, bien invirtiendo en innovación para seguir resultando relevantes para sus clientes, bien comprendiendo las exigencias de sus grupos de interés y respondiendo a ellas. Siempre hemos puesto de relieve la importancia de contar con equipos directivos competentes a la hora de invertir en calidad, lo cual se torna incluso más evidente ante una crisis global.

 

Columna de Dirk Hoffmann-Becking, Executive Director, y Nic Sochovsky, Managing Director, en el equipo de International Equity de Morgan Stanley Investment Management.

 

Anotaciones:

  1. Fuente: pruebas en puntos de atención, Abbott Laboratories.

 

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El análisis tradicional del ciclo económico no aporta respuestas para una pandemia

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Pixabay CC0 Public DomainFoto: Martin Sanchez. Foto: Martin Sanchez

Haciendo balance de lo que va de año, Paul Doyle, director de renta variable europea (excluido el Reino Unido) de Columbia Threadneedle Investors, explica que el optimismo y los artículos llenos de buenas noticias de hace tres meses han sido relegados al olvido, ya que el virus, las medidas de confinamiento y los rescates económicos han acaparado todo el protagonismo.

La irrupción del COVID-19 ha desestabilizado los mercados bursátiles de todo el planeta. Desde que China informó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de varios casos de una «neumonía atípica» en Wuhan el pasado mes de diciembre, nos hallamos en lo que la OMS describe como un «terreno inexplorado» (1). Italia fue el primer país en decretar la cuarentena de toda la población; a continuación, otros países hicieron lo propio. El virus se ha propagado de forma rápida e indiscriminada, sin distinguir entre miembros de casas reales, políticos y trabajadores esenciales.

Ahora bien, antes de evaluar cómo evolucionará la situación en el futuro, merece la pena examinar la salud financiera de Europa cuando estalló la crisis.

El año pasado cerró en tono positivo, al revalorizarse los mercados mundiales de renta variable un 27% y los mercados europeos de renta variable un 29%, pese al magro crecimiento de los beneficios (2). Esto se debió a la confluencia de varios acontecimientos: el partido conservador de Boris Johnson ganó las elecciones en el Reino Unido y las inquietudes en torno al Brexit se aliviaron; las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China se vieron apaciguadas; y, en Estados Unidos, la probabilidad de que Elizabeth Warren y, luego, Bernie Sanders se alzaran con la nominación demócrata se disipó.

También se recibieron buenas noticias en torno a la primera fase del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, ya que expiró el plazo para la aplicación de aranceles sobre los automóviles europeos sin que el Gobierno estadounidense adoptara ninguna medida ni realizara ningún anuncio, lo que supuso un alivio para los fabricantes de coches que se habían situado en el centro de la desaceleración industrial europea. Por otro lado, en noviembre, China, Estados Unidos y el Banco Central Europeo reanudaron sus programas de expansión cuantitativa.

Los más optimistas esperaban que todo esto impulsaría el crecimiento mundial al alza, pero entonces llegó el COVID-19.

En un principio, el virus se limitaba a la provincia de Hubei, donde se sitúa la ciudad de Wuhan, un centro industrial chino de mediano tamaño. Los inversores encajaron el impacto, asumiendo muchos de ellos que se trataba de otra epidemia como la del SARS (síndrome respiratorio agudo grave), pero no peor, es decir, esperaban que solo se verían perjudicados las compañías con operaciones o cadenas de suministro en las zonas afectadas. Pero el virus se propagó de manera rápida y desigual.

Italia se ha llevado la peor parte y, dado el envejecimiento de la población, la tasa de mortalidad ha alcanzado cotas elevadas. Ahora bien, a Italia se ha sumado Francia, mientras que el Reino Unido y Estados Unidos han superado las cifras de mortalidad italianas. En todo el mundo se han adoptado numerosas medidas, como cierres de fronteras, cancelaciones de vuelos, otras restricciones de viaje, teletrabajo obligado y distanciamiento social, con efectos diferentes. Ahora bien, el impacto en los mercados bursátiles sí ha sido universal, ya que todos ellos han sufrido fuertes caídas.

Los descensos más exagerados se han observado en las aerolíneas y el ocio, ya que los consumidores han estado confinados en casa. La interrupción de la actividad económica ha repercutido en los beneficios, los balances y las deudas tóxicas. Las acciones de consumo están atravesando dificultades por la ausencia de compradores chinos; la esperanza de recuperación con la reapertura económica china se ha visto empañada por las medidas de confinamiento en Europa, que han destruido la demanda.

Las consecuencias son graves. La OCDE señala que la economía mediana se contraerá en torno al 25%. Las estimaciones para Estados Unidos apuntan a una contracción anualizada del 50% en el segundo trimestre (3). Para situar esto en contexto, el descenso desde el nivel máximo hasta el nivel mínimo durante la crisis financiera mundial a lo largo de seis trimestres fue del 4%, lo que pareció un desastre en su momento. Aunque la formulación de previsiones en un momento tan volátil e incierto puede parecer un esfuerzo en vano, en Columbia Threadneeedle creen que el PIB de la zona euro acusará un descenso del 9% este año, para luego repuntar un 7% en 2021 (3).

Así pues, todos los inversores han perdido dinero, lamentablemente. No obstante, determinados enfoques y estilos se diferencian del resto. Los inversores de estilo «valor» que se centran en una evaluación simplista del precio han sido los más perjudicados, sobre todo los que contaban con carteras orientadas a acciones de entidades bancarias o compañías de ocio visualmente baratas. La calidad del modelo de negocios y la resistencia a la volatilidad a corto plazo de las economías (o incluso de los mercados bursátiles) se han convertido en valiosos rasgos, capaces de minimizar (aunque también evitar) las caídas de los precios.

¿Y ahora qué?

Esta no es una recesión sistémica, sino una recesión impulsada por los acontecimientos y, aunque las perturbaciones iniciales podrían desaparecer rápidamente, existe el riesgo de que se asista a una espiral de reacciones adversas. El mercado alcista de los 11 últimos años se vio alentado por la creación de empleo y las ofertas de trabajo, lo que a su vez alimentó el gasto en consumo. El aumento de nuevas solicitudes de prestaciones por desempleo en Estados Unidos hasta los 6,6 millones (4) como consecuencia del COVID-19 sugiere que la tasa de desempleo superará con creces el 4,4% publicado en marzo. Sin embargo, el impacto en el consumo podría no ser tan desastroso, habida cuenta del respaldo que el Gobierno está ofreciendo a los hogares.

La recuperación dependerá de los datos sanitarios: cuando la propagación del virus se ralentice o se contenga completamente, las medidas de confinamiento se relajarán, lo que dará paso al retorno de una cierta normalidad económica. Esto tendrá que ocurrir con rapidez para que la desaceleración no se convierta en una recesión que se retroalimenta. Ahora bien, si el confinamiento se levanta demasiado rápido, los contagios podrían volver a repuntar.

Medidas de apoyo

La respuesta monetaria y fiscal ha sido rápida. La Fed ha adoptado más medidas en tres semanas que durante toda la crisis financiera mundial. El BCE se ha comprometido a comprar deuda pública y corporativa a un ritmo nunca visto: un paquete de estímulos del 2,3% del PIB de la zona euro, con otro 13% del PIB en garantías de crédito. Los déficits presupuestarios de la zona euro alcanzarán el 10%-13% del PIB este año (5). La conjugación de un mayor gasto y una menor producción impulsará al alza los ratios de deuda/PIB en unos 20-40 puntos porcentuales. En el caso de Alemania, que parte de un 60%, este aumento puede ser tolerable; en cambio, en el caso de Italia, un ratio de deuda/PIB que alcance o supere el 170% supondrá una grave amenaza (6).

En la opinión de Columbia Threadneedle Investors, esto significa que se será testigo de una recuperación en forma de «U» de la actividad económica que no comenzará hasta finales de 2020 como muy pronto, con un descenso muy acusado (cifras de dos dígitos) en el segundo trimestre, una continua debilidad en el tercer trimestre y, quizás, un rebote en el cuarto trimestre. Una paralización económica más larga podría prolongar la recesión hasta el año 2022, ya que, con independencia del marco temporal, la recesión es inevitable.

Los efectos a más largo plazo de la crisis del COVID-19 son numerosos. Las perturbaciones en las cadenas de suministro provocadas por las medidas de confinamiento en China reforzarán la opinión de que el traslado de la fabricación a países de bajo coste se llevó demasiado lejos. Por ejemplo, el 80% de los antibióticos estadounidenses proceden de China (7). Se asistirá a una enorme presión política y social para revertir la deslocalización, quienquiera que se alce con la victoria en los comicios estadounidenses. En Europa, se ha desmantelado el sistema de fronteras abiertas de Schengen y no está claro cuándo se eliminarán los resucitados controles; la libre circulación de personas se considera una de las piedras angulares de la filosofía de la UE. Las normas del Tratado de Maastricht sobre la disciplina fiscal se han tirado por la ventana. Con anterioridad, la globalización mantenía la inflación bajo control. ¿Cambiará ahora todo eso?

El análisis tradicional del ciclo económico no aporta respuestas para una pandemia, lo que dificulta formular conjeturas sobre la recuperación. La ventaja que tienen en Columbia Threadneedle procede de su énfasis en los modelos de negocios de elevada calidad con sólidas rentabilidades (que se mantienen constantes incluso en entornos complicados). Por lo tanto, hasta la fecha, sus carteras se hallan en buena posición para afrontar la situación, aunque nadie puede negar que los próximos meses serán muy interesantes.

Esta no es una recesión sistémica, sino una recesión impulsada por los acontecimientos y, aunque las perturbaciones iniciales podrían desaparecer rápidamente, existe el riesgo de que se asista a una espiral de reacciones adversas. En cambio, la recuperación dependerá de los datos sanitarios.

 

 

Anotaciones:

(1) Bloomberg, 31 de enero de 2020

 

(2) Comunicado de prensa de la OCDE, la OCDE expone las perspectivas sobre la economía mundial durante la conferencia del G20, 15 de abril de 2020

(3) Análisis de Columbia Threadneedle Investments, 27 de abril de 2020

(4) bbc.co.uk, «Coronavirus: US weekly jobless claims hit 6.6 million», 6 de abril de 2020

(5) Reuters, «Europe’s coronabond conundrum», 7 de abril de 2020

(6) Análisis de Columbia Threadneedle Investments, 20 de abril de 2020

(7) Council on Foreign Relations, «The Coronavirus Outbreak Could Disrupt the U.S. Drug Supply», 5 de marzo de 2020

Valentum lanza Magno, su versión centrada en valores de gran capitalización y en reducir el riesgo de liquidez

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Foto cedidaLuis de Blas y Jesús Domínguez lideran el equipo de gestión de Valentum.. luisdeblasyjesusdominguez

La gestora española Valentum ha lanzado un nuevo fondo de inversión de bolsa internacional: se trata de Valentum Magno, un vehículo con una exposición mínima del 75% a renta variable y que invertirá en activos de alta capitalización bursátil, sin predeterminación sectorial pero excluyendo el mundo emergente.

Se trata del segundo fondo de la gestora de Luis de Blas y Jesús Domínguez, que ya cuenta con el fondo Valentum: Valentum Magno tendrá la misma filosofía que el primero pero algunas diferencias significativas, centradas sobre todo en el tamaño de los valores en los que invierte y la liquidez: “La diferencia está principalmente el tamaño de las compañías en las que se invertirá. Pese a que Valentum, FI invierte en compañías de todos los tamaños, la realidad es que tiene un sesgo hacia pequeñas y medianas empresas que muchas veces es donde encontramos múltiplos más bajos e historias menos conocidas”, explica Domínguez a Funds Society. Así, el objetivo de Valentum Magno es aplicar la misma filosofía de inversión pero reduciendo el riesgo de liquidez, explica.

Y añaden el componente de derivados, pues el fondo podrá operar con derivados negociados en mercados organizados con la finalidad de cobertura y de inversión, según indica el folleto. “Invertir en compañías grandes nos ofrece la posibilidad de hacerlo vía derivados, estrategia que nos ha resultado rentable en los valores en los que lo hemos hecho en Valentum FI. En Magno podremos hacerlo en prácticamente todos los valores que entren en cartera”, añade Domínguez.

Así, y aunque el folleto contemple su uso como cobertura e inversión, el experto explica que suelen utilizarlos como una forma de comprar y vender valores paulatina y que resta volatilidad al fondo, y no tanto como cobertura: “Es una forma de añadir rentabilidad poco a poco. Los derivados no son necesarios, depende de la forma de gestionar de cada uno lo importante es saber cómo utilizarlos. La clave está en no apalancarse y utilizarlos como acciones que nos ofrecen algunas ventajas”.

Liquidez, valor y momentum

La liquidez (“invertir en valores donde se pueda comprar y vender con facilidad y rapidez”) es de hecho, uno de los tres aspectos clave en los que se basa la metodología de selección de valores del fondo, junto al valor y el momentum. Sobre este último factor, consiste en ver los catalizadores o mejoras del negocio que suelen ser crecimiento o mejora de resultados: “Esto es lo que hace aflorar ese valor  en el tiempo, cuanto antes mejor. A la hora de invertir y conseguir buenas tasas de retorno en el tiempo es tan importante el dónde invertir como el cuándo”, explican en la gestora.

Sobre el valor, explican que para ellos es la capacidad de generación de caja y poco endeudamiento: “La relación entre flujo de caja y valor empresa (capitalización más deuda o menos caja) es nuestra métrica favorita”, añaden.

La parte de la cartera que no esté invertida en bolsa estará en renta fija, como medida de protección, principalmente en emisores públicos a corto plazo, si bien el fondo podrá invertir en emisores privados y/o públicos, sin duración predeterminada.

La cartera inicial estará bien diversificada explican, con el foco puesto en firmas con crecimiento y sanas en cuestión de balance: “En el sector tecnológico hay oportunidades interesantes”, lo que no quiere decir, matizan, que vayan a invertir mucho en tecnológicas: “El fondo estará bien diversificado”, explican.

El plazo de inversión recomendado es de cuatro años, según recoge el folleto. Su índice de referencia, aunque se utilizará solo en términos comparativos e informativos, es el MSCI World Net Return Index EUR, que recoge la rentabilidad por dividendo.

Sin más fondos en el horizonte

Tras el lanzamiento de Magno, de momento los fundadores de la gestora se plantan. “A corto plazo no hay planes de lanzar nuevos fondos. Magno es una idea que pensamos aporta diferenciación y por eso mismo hemos decidido lanzarlo. Intentamos crear un producto que aporte valor y no exista en el mercado, al igual que cuando lanzamos Valentum, FI en 2014”, explica Domínguez.

Value y momentum: un enfoque diferente al de otros gestores value

Aunque en los últimos meses la inversión value ha sufrido con especial intensidad, en Valentum se desmarcan del concepto de value tradicional, o al menos el que aplican otros gestores. “Miremos alta generación de caja, poco endeudamiento, negocios sostenibles y con crecimiento y buenos equipos directivos a la hora de invertir. Últimamente hemos visto que las empresas tipo “growth” han evolucionado mejor, pero no vemos tan claro lo que son empresas tipo “value” como concepto en general. Pensamos que nuestro enfoque es diferente al de muchos gestores value”, dicen. “Nosotros invertimos en compañías que cotizan baratas pero procuramos huir de empresas donde hay problemas o son muy cíclicas. Entendemos la inversión en valor de una forma mucho más alejada de invertir en compañías o sectores cíclicos, especialmente en estos momentos de cambios tecnológicos muy disruptivos”, añaden.

“Preferimos invertir cuando se empieza a ver la mejora y preferimos evitar trampas de valor en periodos muy prolongados. A este último concepto nosotros lo llamamos “momentum”, esperando que las mejoras del negocio se vean reflejadas en su cotización y valoración”, indican en la gestora.

Mutuactivos dona 150.000 euros para combatir el COVID-19

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Foto cedida. Mutuactivos dona 150.000 euros para combatir el COVID-19

Mutuactivos lleva a cabo dos donaciones por un importe total de 150.000 euros en apoyo de la lucha contra el COVID-19 y otras causas sociales, a través de su fondo solidario Mutuafondo Compromiso Social. 

En primer lugar, la gestora ha otorgado los primeros 100.000 euros, recaudados en la clase B del fondo, a Cáritas. La ONG destinará estos recursos al proyecto Cada Gesto Cuenta, para dotar de recursos materiales y humanos a sus 30 residencias de mayores, en las que viven más de 2.600 personas.

Así, la organización podrá adquirir material sanitario de seguridad (equipos de protección, guantes, batas, gel hidroalcohólico para desinfección manos, desinfectantes, etc.), alimentos no perecederos, ropa y material de cama, personal de enfermería y de seguridad. Además, estos fondos permitirán que Cáritas refuerce su equipo humano con más personal de seguridad, asistentes y enfermeros.

La clase B del fondo, creada con el fin de poder ayudar ante emergencias o catástrofes, continúa activa y abierta a nuevas aportaciones. Mutuactivos realizará la próxima entrega por el 100% de las suscripciones que tenga el fondo a finales del mes de mayo. En cuanto a los suscriptores de esta clase del fondo, la mitad de las aportaciones proceden de la Fundación Mutua Madrileña, distribuyéndose el resto entre empleados del Grupo Mutua y otros inversores externos.

Apoyo a otras causas sociales

Asimismo, Mutuactivos también ha hecho entrega de una donación por importe de 50.000 euros a la Fundación Unoentrecienmil, a través de la clase C de Mutuafondo Compromiso Social. Estos fondos se destinarán a financiar un proyecto solidario de apoyo a la investigación de la leucemia infantil que busca generar nuevos tratamientos para esta enfermedad.

En diciembre de 2019, Mutuactivos realizó la primera donación a través de Mutuafondo Compromiso Social: la gestora destinó el 100% de las participaciones invertidas en la clase D de su fondo, por valor de 20.000 euros, a Unicef. En este caso, la ayuda se destinó al apoyo del proyecto Escuelas para África-Guinea Bissau, cuyo objetivo es promover la educación y protección de los niños en el país. Las clases C y D del fondo continúan igualmente activas y abiertas a nuevas donaciones, que Mutuactivos irá canalizando periódicamente.

Mutuafondo Compromiso Social

Lanzado a finales de 2019, Mutuafondo Compromiso Social es el primer fondo 100% solidario del mercado español. Este vehículo busca recaudar dinero con fines sociales y Mutuactivos lo gestiona de forma desinteresada, sin obtener ganancias. El vehículo no cobra ningún tipo de gasto ni de comisión: ni de gestión ni de depositaría. Todas las donaciones se canalizan a través de www.mutuactivos.com y del teléfono 900555559.

La Fundación Mutua Madrileña se encarga de seleccionar los proyectos a los que se destinarán las donaciones en base a criterios ya implantados y velando en todo caso por su viabilidad.

El Observatorio Financiero del CGE prevé una caída del PIB del 10,8% en 2020 y una tasa de paro superior al 20%

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Pixabay CC0 Public Domain. El PIB se reduce un 5,2% durante el primer trimestre como consecuencia de la caída del consumo y la inversión

Ya se empiezan a vislumbrar los efectos de la pandemia en la economía española. A pesar del Plan para la transición a una nueva normalidad aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 28 de abril, y el inicio de la desescalada, todavía existe mucha incertidumbre sobre la duración de la crisis sanitaria y, en consecuencia, de la recuperación de la actividad económica.

Tras la publicación los principales agregados macroeconómicos correspondientes al primer trimestre, el Producto Interior Bruto (PIB) ha registrado una reducción del 5,2%, motivado por la reducción del consumo del 5,1% y del 5,3% la inversión. Además, el consumo privado de los hogares ha caído un 7,5%, mientras el de las administraciones públicas se ha incrementado en un 1,8%. Por otro lado, la construcción ha caído en un 9,6%. Lo mismo ocurrió con las importaciones y exportaciones, que descendieron un 8,4%.

Por sectores, el que más ha sufrido ha sido el de las actividades artísticas, recreativas y otros servicios, con una caída del 10,7%. Comercio, transporte y hostelería y construcción han sido los siguientes más perjudicados con un descenso del 9,7% y 8,6%, respectivamente. Solo los sectores de actividades financieras y de seguros y de administración pública, educación y sanidad han tenido una variación positiva del 6,9% y 2%, respectivamente.

Asimismo, la publicación de los últimos datos del índice general del comercio al por Menor (ICM) refleja en el mes de marzo una variación anual del -12,6%. Solo el sector de la alimentación ha tenido un incremento del 8,9%.

Desde el Observatorio Financiero del Consejo General de Economistas consideran que será a lo largo de este trimestre y el siguiente cuando se reflejarán más ampliamente los efectos de esta crisis en el empleo, el consumo, la inversión, las exportaciones, etc. “Mención aparte cabe hacer del turismo, que con un peso del 12%-13% en el sector servicios es uno de los sectores más afectados por esta crisis y, de los que más difícil tiene la remontada”, subrayan los economistas.

De este modo, los expertos prevén que, teniendo en cuenta que la recuperación de la actividad será lenta y gradual, el PIB se contraerá en torno al 10,8% en 2020, con una recuperación en 2021 alrededor del 3,5%.

El efecto en el empleo ya se está constatando, tanto con las cifras de paro del mes de marzo como por la EPA correspondiente al primer trimestre, que sitúa la tasa de desempleo en el 14,41% con un total de 3.313.000 parados. Además, a esto hay que sumar los aproximadamente 4 millones de trabajadores afectados por los ERTES. “Nuestra estimación es que, a final de año, la tasa de paro se encuentre entre el 21%-22%, con una reducción en 2021 hasta el 17%”, aseguran desde el Consejo General de Economistas (CGE).

Además, los expertos señalan el efecto que esta crisis está teniendo en los mercados financieros, tanto de renta variable como de renta fija. Si bien las caídas en el primer trimestre fueron “abultadas”, las intervenciones de los bancos centrales han permitido recuperarse paulatinamente a los índices bursátiles y la volatilidad está disminuyendo. En el caso español, ha pasado del 80% en el momento más álgido de la crisis a un actual 30%, aunque se manitene lejos del nivel precrisis. “En un momento en el que la previsión de ahorro puede situarse en máximos, en torno al 14%, la volatilidad no ayuda a invertir ese ahorro”, subraya el CGE.

Además, desde el Observatorio Financiero del Consejo General de Economistas añaden que los próximos meses estarán marcados por una reducción de los ingresos públicos, fundamentalmente por la bajada de la recaudación de impuestos, y un incremento del gasto público para hacer frente a la emergencia sanitaria y social en primer lugar y también económica. Como consecuencia, prevén que el déficit se incremente hasta situarse entre el 13% y 15% mientras que la deuda, en el escenario más optimista, podría centrarse en el 113%. “A este respecto, hay que tener en cuenta que, si las necesidades de financiación ascienden a 300.000 millones, que suponen un 25% de la deuda a finales de 2019, esta se podría situar a final de año entre el 120%-125% del PIB”, advierten desde el CGE. Por ello, los expertos recomiendan que se mantenga controlada la prima de riesgo dado el aumento del déficit y deuda, y la necesidad de que se sigan financiando a tipos muy bajos.

Esta situación, que ha paralizado a la sociedad, no solo la economía, y que está afectando con fuerza a Europa, hace que los países estén buscando soluciones globales, tanto sanitarias, con los esfuerzos en investigación para encontrar lo antes posible vacunas y tratamientos, como económicas. “En este sentido son fundamentales las decisiones que se tomen en el seno de la Unión Europea para enfrentarse a esta recesión que afecta a todos los países y en mayor medida a España, Italia y Francia”, concluyen los economistas.

La «otra» calificación BBB como palanca para la sostenibilidad

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Pixabay CC0 Public Domain. La "otra" calificación BBB como palanca para la sostenibilidad

Las situaciones nuevas suelen traer consigo un conjunto de palabras y expresiones que o bien se utilizaban en ámbitos muy concretos, bien habían caído en el olvido o incluso son acuñadas para la ocasión. Dentro de las expresiones hasta ahora utilizadas de manera minoritaria se encuentra el concepto de Build Back Better (BBB).

El BBB para la recuperación tras un desastre fue introducido por primera vez por Bill Clinton en 2006 en su papel de enviado especial de la ONU para la reconstrucción después del tsunami del Sudeste Asiático.

Tradicionalmente, cuando se producía un desastre (generalmente natural) la reconstrucción consistía en reparar los daños físicos ocasionados. El problema es que, si se mantenían las estructuras tal y como estaban, las vulnerabilidades del sistema permanecían, con lo que el riesgo de ocurrencia se mantenía. Bajo los principios BBB se busca un proceso de reconstrucción que contribuya a generar comunidades más fuertes y resilientes capaces de soportar mejor los desastres que puedan venir en el futuro. Es decir, se trata de aprender de los errores del pasado para construir sociedades más fuertes y viables o sostenibles.

No son pocas las voces que reflexionan acerca de la necesidad de llevar a cabo una reconstrucción de nuestra sociedad desde la base, atajando errores que nos han traído hasta aquí, ya que la pandemia que estamos viviendo ha puesto de manifiesto serias debilidades estructurales en todos los aspectos y cómo la asignación de recursos en el periodo de bonanza que estábamos viviendo quizá no era la más eficiente.

En el terreno corporativo, son muchos los que cuestionan si los criterios medioambientales, sociales y de gobierno (ASG) seguirán cobrando importancia o se volverá a primar lo urgente frente a lo importante, despreciando así una oportunidad única para fortalecer la sociedad a futuro.

Desde nuestro punto de vista, los criterios ASG no sólo seguirán estando presentes, sino que deberían cobrar más importancia que nunca para que los negocios salgan fortalecidos. Para ello, las empresas deberían seguir los principios BBB en torno a tres pilares: Rediseño, Reorientación y Realineación

Rediseño de las condiciones laborales, salarios y seguros de los empleados para poder hacer frente a las desigualdades sociales que se acentuarán aún más si cabe. Flexibilización de las condiciones de trabajo para permitir no sólo la conciliación familiar sino la integración para personas de capacidades reducidas. Porque se ha demostrado que el teletrabajo es posible, y no hay diversidad en los equipos si no hay inclusión. 

Reorientación de las prioridades transicionando del modelo neoliberal de Friedman en el que la prioridad era la rentabilidad al accionista por un modelo en que la prioridad sean los stakeholders acompañado por un compromiso firme por parte de las empresas, con una hoja de ruta a seguir y objetivos cuantitativos a cumplir. Para ello qué mejor guía que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con 17 objetivos definidos en torno a los cinco pilares en los que se engloban los stakeholders (personas, planeta, prosperidad, alianzas y paz) y 169 metas concretas a cumplir. 

Si consideramos que los objetivos han de ser SMART (específicos, medibles, asumibles, realistas y acotados en el tiempo, los ODS cumplen todos los requisitos para, utilizados de manera correcta, evitar el greenwashing, impact washing, pink washing y cualquier otra estrategia que pretenda ser un mero lavado de cara. 

Reconfiguración del gobierno corporativo incluyendo a los stakeholders o actores implicados en los consejos y tomando voz y siendo parte de la solución. Porque la solución pasa por la búsqueda de nuevos modelos de negocio, transformación de los canales existentes, la innovación, etc., todo para atraer talento, clientes satisfechos y proveedores comprometidos. 

Si la situación actual se utiliza como una oportunidad para remodelar los cimientos, adaptarlos a las necesidades futuras y orientarlo a dar respuesta a la nueva sociedad a la que ya antes de la pandemia nos enfrentábamos pero que ahora seguramente tendrá más relevancia, saldremos fortalecidos y con una economía más resiliente y adaptada.  

Tribuna de Ana Guzmán Quintana, directora de Impacto en Portocolom Asesores EAF