Perspectivas de (una posible) inflación

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Pixabay CC0 Public DomainSharon McCutcheon. Sharon McCutcheon

La mayor parte de los inversores alcanzaron la mayoría de edad durante un entorno persistentemente desinflacionario. Dadas las perturbaciones de demanda desinflacionarias provocadas por la pandemia de coronavirus, esta situación probablemente se prolongará durante varios años más.

No obstante, la combinación de ingentes medidas de política monetaria no convencional y la creciente voluntad de las autoridades políticas de recurrir a unos tipos de interés históricamente bajos y apostar por una agresiva política fiscal podría acabar propiciando un giro a medio plazo en el entorno de inflación.

¿Cuáles son las diferencias entre la crisis financiera mundial y la crisis del COVID-19? Pese a las enormes medidas de política monetaria adoptadas para responder a la crisis financiera mundial, la inflación se mantuvo en niveles históricamente ínfimos. ¿Por qué? En mi opinión, existen dos motivos principales: la reducida velocidad del dinero y el enorme desapalancamiento de los bancos, los hogares y, en última instancia, los gobiernos. Pero eso es cosa del pasado, y ahora vivimos en el presente. Las condiciones reinantes durante la crisis financiera mundial eran bastante diferentes a las que enfrentamos en la actualidad.

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Como respuesta a la crisis financiera mundial, la Reserva Federal estadounidense y otros bancos centrales del mundo imprimieron una impresionante cantidad de dinero con el fin de reactivar los inertes mercados de crédito y estimular el crecimiento económico. Ahora bien, gran parte de ese dinero no llegó a recalar en el sistema y la velocidad del dinero (la frecuencia con la que el dinero cambia de manos en un periodo dado) registró una brusca caída.

Esto se debió al desapalancamiento y a la aversión al riesgo, entre otros motivos. Conforme avanzaba la crisis, los bancos se deshicieron de los activos tóxicos, los propietarios de viviendas dejaron de satisfacer sus obligaciones hipotecarias y los gobiernos adoptaron la austeridad fiscal demasiado pronto, todo ello mientras la economía atravesaba dificultades. Los hogares, las empresas y los bancos, conmocionados por la crisis, estaban ansiosos por mantener efectivo, de modo que el dinero que sí recaló en el sistema permanecía inmóvil, y cambiaba rara vez de manos, lo que restringía la inflación. Así pues, aprendimos un par de lecciones de la crisis anterior: la oferta de dinero por sí sola no alienta la inflación y la demanda desempeña una función muy importante. 

Por qué esta vez podría ser diferente

  1. La respuesta política ha sido gigantesca y rápida: El alcance de la respuesta mundial frente a la pandemia, tanto en términos de política monetaria como de política fiscal, supera con creces las medidas adoptadas en episodios anteriores. Además, la ayuda actual pretende ante todo llevar el dinero al sistema general, haciendo hincapié en la economía real más que en los mercados financieros, así como en los hogares y las empresas más que en las instituciones financieras. Asimismo, aunque la pandemia no ha llegado ni mucho menos a su fin, el sistema bancario no se ha visto obligado, hasta la fecha, a emprender un proceso de desapalancamiento, como ocurrió durante la crisis financiera mundial.
  2. Parece poco probable que las autoridades políticas vuelvan a cometer el mismo error: La gran pregunta será si las autoridades fiscales repetirán el error que cometieron tras la crisis financiera mundial, cuando se embarcaron en la austeridad demasiado pronto en la fase de expansión, con las primeras medidas en torno a 2011. Hoy en día, esas prematuras restricciones se consideran un error, sobre todo en Europa, puesto que la zona euro se vio seguidamente azotada por una crisis de deuda soberana. Puede que el deterioro de los perfiles de deuda fuerce la adopción de agresivas medidas de austeridad fiscal; ahora bien, dado que los rendimientos están anclados en niveles cero (o por debajo de cero), esto podría ofrecer un cierto margen adicional para evitar una normalización fiscal.
  3. Los políticos podrían estar pensando lo impensable: Aunque muchos dirigentes se muestran reacios a aceptar la Teoría Monetaria Moderna (TMM), algunos parecen cada vez más cómodos con la idea de llevar algunos aspectos a la práctica. La TMM defiende que un país puede emitir enormes cantidades de deuda soberana con escasos o nulos efectos negativos si dicho país 1) puede emitir deuda en su propia moneda; 2) presenta una gran brecha de producción negativa (es decir, su economía opera muy por debajo del potencial); y 3) puede financiar los déficits a un coste casi nulo. Si bien esta idea era hasta hace poco inconcebible, la pandemia ha permitido abrir la «ventana de Overton», que describe el rango de ideas políticas que el público y los responsables políticos están dispuestos a aceptar. El alcance del daño económico provocado por la pandemia parece haber abierto la ventana de par en par.
  4. Parece que estamos monetizando la deuda: Otro aspecto que parece diferente esta vez es la escala de la monetización de los bonos del Tesoro estadounidense por parte de la Reserva Federal. Si bien existen importantes discrepancias semánticas sobre lo que realmente implica la monetización, la combinación de una creciente emisión de deuda soberana y una mayor adquisición de dicha deuda por parte de los bancos centrales supone una señal de alarma. No obstante, no todos los episodios anteriores de ingentes compras de deuda pública por la Fed desembocaron en inflación. La compra de bonos del Tesoro por parte de la Fed durante las dos guerras mundiales coincidió con periodos inflacionarios, mientras que la crisis financiera mundial, no. He aquí el porqué: durante las guerras mundiales, existían brechas de producción positivas (la economía operaba a su máxima capacidad) y el dinero que se imprimía recalaba en la economía general; durante la crisis financiera mundial, la situación era totalmente opuesta. La adopción de algo parecido a la TMM de manera sostenida, aunada a la monetización de la deuda y el cierre de la brecha de producción, podrían dar un vuelco a la dinámica desinflacionaria de las últimas décadas.
  5. Las expectativas de inflación podrían comenzar a navegar a la deriva: Las expectativas de inflación han estado bien ancladas en las últimas décadas; no obstante, este no ha sido siempre el caso. Las expectativas se desplomaron durante la Gran Depresión, y se dispararon en la década de 1970. No puede descartarse un cambio psicológico como respuesta a las nuevas políticas similares a la TMM y la monetización de la deuda. De forma alternativa, si se comete el error de imponer la austeridad fiscal demasiado pronto (como en la era posterior a la crisis financiera mundial), podríamos ser testigos de cómo la inflación se desancla para tender a la baja. En cualquier caso, la Fed deberá tener cuidado de no perder credibilidad.
  6. Los gobiernos podrían acoger de buen grado algo de inflación: ¿Cómo han reducido históricamente los países unas cargas de la deuda insostenibles? La vía más segura es el impago, pero, sin duda, esto no es viable en el caso de Estados Unidos o de otros países desarrollados de elevada calificación. El método preferido es a través del crecimiento, es decir, cuando el PIB aumenta de forma más acelerada que la deuda, lo que rebajaría la deuda en términos de porcentaje del PIB. En un entorno caracterizado por un reducido crecimiento y el deterioro de las condiciones demográficas, las perspectivas de solucionar el problema de la deuda a través del crecimiento parecen mediocres. Otra manera de intentar abordar un perfil de deuda insostenible es recurriendo a la austeridad, pero, como hemos mencionado con anterioridad, esto podría revelarse contraproducente. Los países también pueden intentar depreciar sus monedas para subsanar sus deudas, pero si todos los socios comerciales adoptaran esta vía al mismo tiempo, esta medida no serviría de mucho, ya que no todas las monedas pueden caer a la vez. La represión financiera, que significa mantener «artificialmente» los tipos de la deuda soberana por debajo del crecimiento del PIB nominal, representa otro método, que las autoridades han intentado utilizar durante años con escaso éxito. Dicho esto, el único método que realmente no se ha intentado es recurrir a la inflación. Cierto, los bancos centrales imprimiero ingentes cantidades de dinero en la última crisis, pero el desapalancamiento obstaculizó el camino hacia una mayor inflación. Sin embargo, si las autoridades políticas abren lo suficiente la ventana de Overton y añaden a sus cajas de herramientas la TMM y la monetización de la deuda, entonces esa combinación podría aumentar de forma sostenible las tasas de inflación hasta niveles no vistos en más de una generación y que bastarían para aligerar las cargas de la deuda en los próximos años.

¿Un hecho consumado?

¿Podemos garantizar que caerán todas las fichas de dominó como la TMM, la monetización de la deuda, el cierre de la brecha de producción, una creciente velocidad del dinero y unas mayores expectativas de inflación para dar lugar a una significativa trayectoria alcista de la inflación? No, no podemos. Y el escenario base sigue apuntando a que la inflación se mantendrá estancada en un reducido rango durante algún tiempo. Ahora bien, la incorporación de medidas duraderas de la TMM aumentaría considerablemente la probabilidad de una mayor inflación dentro de unos años. En efecto, algunos de esas fichas de dominó probablemente caerán. Queda por ver si se derriban suficientes fichas para generar presiones inflacionarias reales, pero deberíamos asignar una probabilidad sustancialmente mayor a ese resultado de lo que el mercado parece descontar.

¿Qué activos resultarán beneficiados?

Dado el complicado entorno de crecimiento previsto para los próximos meses, junto con una enorme brecha de producción y un descenso del petróleo en torno a un tercio desde comienzos de año, la inflación probablemente no supondrá ningún problema durante bastante tiempo. Sin embargo, han aumentado las perspectivas de que, en algún momento, los precios podrían situarse, en el inminente ciclo, en niveles muy superiores a los alcanzados durante las últimas expansiones. Con esto no pretendemos afirmar que anticipamos algo parecido a un fenómeno de hiperinflación, o incluso una inflación sustancialmente superior al 3% o al 4%, sino más bien que la tendencia hacia una inflación cada vez más baja dará un vuelco. 

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Entre las clases de activos que podrían beneficiarse de (o que han ayudado a compensar) un entorno de inflación moderadamente al alza se incluyen las acciones de estilo «valor», los valores del Tesoro estadounidense protegidos contra la inflación (TIPS), los bonos de vencimiento limitado, los valores a tipo flotante, las materias primas y los activos físicos como los bienes inmuebles y el oro. Un entorno de inflación al alza podría resultar potencialmente desfavorable para determinados activos, como los bonos de duración más larga, las acciones de estilo «crecimiento» y los valores con características similares a los bonos, como los fondos de inversión inmobiliarios (REIT), los servicios públicos y la infraestructura.

Para concluir, si los responsables políticos logran generar una mayor inflación, esto podría plantear una nueva serie de riesgos. En la actualidad, los bancos centrales y las autoridades fiscales están socializando la pérdida de beneficios y el riesgo de solvencia para respaldar el empleo y los ingresos de los hogares con la esperanza de ofrecer protección frente a un desfavorable entorno de crecimiento e inflación. Una plena aplicación de la TMM llevaría esta socialización al siguiente nivel. No obstante, los mercados de capitales desempeñan dos funciones principales en la sociedad: la asignación de capital y el descubrimiento de precios. Si se «fuerza» un aumento de la inflación, esto distorsionaría dichas funciones, de modo que el remedio de la política pública podría ser peor que la enfermedad. Los inversores deben prepararse para afrontar unos mercados más distorsionados, con o sin inflación.

Columna de Erik Weisman, gestor de carteras y economista jefe en MFS Investment Management.

 

 

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Los inversores esperan obtener rentabilidades por encima del 10% en los próximos 5 años

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Pixabay CC0 Public Domain. Los inversores esperan obtener rentabilidades por encima del 10% en los próximos 5 años

Pese a la incertidumbre generada por el COVID-19, los inversores se muestran optimistas y esperan obtener una rentabilidad anual media superior al 10% en los próximos cinco años, según los datos del Estudio Global de Inversión de Schroders 2020, que recoge las opiniones de más de 23.000 inversores de 32 lugares de todo el mundo.

Además, las expectativas de rentabilidad anual promedio durante los próximos cinco años han aumentado hasta el 10,9% para los inversores de todo el mundo, mientras que los inversores de América esperan obtener una rentabilidad del 13,2%, según indica estudio. No obstante, los europeos esperan una rentabilidad del 9,4% de media en los próximos cinco años.

En este sentido, los inversores de EE.UU. (15,4%), Indonesia (14,8%) y Argentina (14,6%) fueron los más optimistas. En el otro extremo de la escala se sitúan los inversores de Japón (6%), Suiza (7%) e Italia (7,9%), como los más pesimistas de entre los encuestados

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Sin embargo, los inversores han reducido sus expectativas de ingresos, con un 8,8% que se esperan alcanzar en los próximos 12 meses, en comparación con el 10,3% del año anterior. Asimismo, solo el 6% de los inversores esperan que el impacto económico del coronavirus dure más de cuatro años. De hecho, sólo el 21% espera que el impacto se prolongue más allá de los dos años, apunta el documento en sus conclusiones.

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Lo que es cierto es que el impacto de la pandemia mundial hizo que muchos inversores hicieran cambios sustanciales en sus carteras. Según el estudio, un 28% movió porcentajes relevantes de sus carteras a activos de bajo riesgo y un 25% traslado parte de su cartera a activos de menor riesgo. Asimismo, un 20% asegura haber aprovechado la oportunidad de mover parte de su cartera a inversiones de alto riesgo, mientras que el 19% dijo que optó por no hacer nada y se quedó con sus inversiones tal como estaban.

Además, los inversores más veteranos han sido los que se han mostrado más tranquilos en medio de la volatilidad del mercado causada por el COVID-19. Más de tres cuartas partes (75%) de los mayores de 71 años movieron su cartera, pero mantuvieron el mismo nivel de riesgo u optaron por no hacer ningún cambio. Esto comparado con sólo el 23% de los millennials.

“No se puede obviar el hecho de que el impacto del COVID-19 en las economías, los mercados y más allá es probable que sea sustancial en los próximos años. La pandemia es vista por muchos como el último cisne negro, pero ahora más que nunca necesitamos aferrarnos a nuestros principios de inversión. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero debemos mirar más allá del ruido y centrarnos en mantener inversiones bien equilibradas a largo plazo. Esto cobra relevancia cuando los tipos de interés están tan bajos en todo el mundo. Y ese es nuestro enfoque en Schroders, para apoyar a los inversores y clientes a navegar por esta continua incertidumbre y asegurar en última instancia su futura prosperidad”, añade Rupert Rucker, director de Income Solutions en Schroders.

Mayor interés por el ahorro

Por otro lado, esta crisis también ha provocado que se preste más atención al ahorro, ya que casi la mitad (49%) de los inversores globales afirman que ahora piensan en sus inversiones al menos una vez por semana, en comparación con el 35% antes de la pandemia. Más de dos tercios (66%) de las personas que afirman tener un nivel avanzado o experto de conocimientos en materia de inversiones, aseguran que su nivel de preocupación si sus inversiones caen durante un corto período de tiempo es bajo o inexistente, lo que pone de relieve su mayor experiencia en la superación de períodos de incertidumbre, según el estudio.

Al mismo tiempo, el 48% de los inversores con conocimientos avanzados buscarían obtener asesoramiento financiero de un asesor financiero independiente, en comparación con el 30% de los principiantes. Además, desde la firma señalan que el 36% de los ahorradores que se califican como principiantes es probable que busquen asesoramiento financiero de amigos o familiares, en comparación con el 27% de los inversores más avezados.

Además, la mayoría de los inversores (68%) declaró que ellos mismos deberían ser responsables de asegurar que su conocimiento de los asuntos financieros sea suficiente, por delante de los proveedores financieros, asesores y escuelas. En este sentido, los datos del informe reflejan que un 51% de los inversores sostiene que las escuelas deberían tener la responsabilidad de asegurar el conocimiento de la población en asuntos de finanzas personales. Sin embargo, en realidad, sólo el 40% de los inversores dijeron que adquirieron sus conocimientos financieros durante el periodo escolar. La misma brecha de asesoramiento existe para los gobiernos y los reguladores.

Por otro lado, un 25% de los inversores añade que la prioridad número uno para su gasto en renta disponible era invertirla en su pensión. «Este porcentaje es significativamente más alto que el 10% de hace tres años, enfatizando que la conciencia sobre el ahorro para la jubilación ha ido en aumento», añaden desde Schroders.

Allfunds nombra a Krzysztof Święciński nuevo responsable para Polonia

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Foto cedidaKrzysztof Święciński nuevo responsable de Polonia para Allfunds. Allfunds nombra a Krzysztof Święciński nuevo responsable de Polonia y prepara la apertura de una oficina en Varsovia

Allfunds refuerza su equipo en Polonia con el nombramiento de Krzysztof Święciński como nuevo responsable para el país y prepara la apertura de una oficina en Varsovia. El directivo se incorpora tras su paso por BNP Paribas Securities Services, donde ostentaba el cargo de director de servicios de venta de fondos en Polonia.

Este nombramiento obedece al compromiso de Allfunds con el mercado polaco y se produce tras el acuerdo alcanzado en octubre de 2019 entre Allfunds y BNP Paribas, para la adquisición por parte de la wealthtech de la plataforma de distribución de fondos de la compañía francesa. Święciński será responsable de desarrollar el negocio de Allfunds y optimizar las operaciones de la wealthtech en Polonia. Para ello, dirigirá un equipo local y reportará directamente a Gianluca Renzini, CCO de Allfunds.

“Krzysztof aporta más de 13 años de experiencia en la industria financiera y de gestión de activos, y es un experto en el mercado polaco. Estoy seguro de que con sus conocimientos y experiencia lograremos superar los objetivos fijados para este mercado. Es una gran incorporación a nuestro equipo internacional que nos permitirá seguir creciendo como líderes en la industria wealthtech”, afirma Gianluca Renzini, CCO de Allfunds.

Antes de unirse a Allfunds, Święciński ha ocupado varios puestos en BNP Paribas Securities Services, donde ocupó el cargo de director de operaciones del centro de servicios de venta de fondos en Polonia. Además, ha participado en proyectos e iniciativas clave de desarrollo para el producto global FDS y oferta de servicios al cliente. Anteriormente, trabajó durante tres años en el Banco CITI, donde se especializó en servicios de custodia para una amplia gama de instrumentos de inversión. Además, cuenta con un máster en por la Escuela de Economía de Bialystok.

“Estamos encantados de tener a Krzysztof en Allfunds. Su visión y su gran experiencia nos ayudará a seguir creciendo en Polonia. Este nombramiento y la apertura de una oficina en Varsovia suponen un gran paso adelante en nuestro negocio”, asegura Juan Alcaraz, CEO de Allfunds.

Aberdeen Standard Investments obtiene la máxima calificación en los PRI de la ONU

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Pixabay CC0 Public Domain. Aberdeen SI obtiene la máxima calificación en base a los Principios de Inversión Responsable de la ONU

Aberdeen Standard Investments recibe la certificación A+ de los Principios de las Naciones Unidas para la Inversión Responsable (UN PRI) en seis categorías de inversión. La firma ha obtenido la calificación más alta por su estrategia y actividad de gobierno corporativo y por su enfoque en renta variable y renta fija.

Aberdeen SI es signataria de los UN PRI desde hace más de 10 años. “Los factores ESG han sido una parte integral de nuestro proceso de toma de decisiones durante casi 30 años y estamos orgullosos y encantados de haber logrado la más alta calificación posible en varias categorías de inversión”, asegura Jamie Govan, gestor senior de Inversión ESG.

No obstante, desde la gestora advierten que el panorama de la inversión sostenible es complicado y a menudo confuso en su terminología. Por ello, presentan el marco ABC, un modelo simple que puede ayudar a evaluar la intención y el éxito de las inversiones. El marco, que procede de la guía de clasificación de inversiones del Impact Management Project, establece un ABC que permite a los inversores alinear sus inversiones con sus intenciones: Actuar para evitar el daño, Beneficiar a los stakeholders y Contribuir a las soluciones.

“El marco ABC debe ser visto como una escala. No hay una línea clara en la que termine la minimización del riesgo y empiece el beneficio a los stakeholders o la contribución a la solución. Lo importante es que ofrece a los inversores una herramienta para ver más allá de la etiqueta de una cartera como;ética, responsable o sostenible, y para tratar de entender el objetivo que busca la cartera”, subraya Amanda Young, directora global de Inversión Responsable en Aberdeen SI.

En primer lugar apuesta por «actuar para evitar el daño». Este aspecto permite incluir la evaluación basada en el riesgo de las actividades de una empresa desde la perspectiva ESG. Así, se trata de evitar aquellas empresas en las que estos riesgos se consideren demasiado elevados o que tengan efectos negativos a los que, por razones éticas, los inversores no quieren exponerse.

“Las empresas que se comportan de manera responsable y cuidan los factores ESG en sus operaciones tienen más posibilidades de obtener una rentabilidad sostenible de las inversiones y mejores resultados para todos. Es crucial que trabajemos junto con las empresas en las que invertimos, para un futuro más sostenible», asegura Young.

En segundo lugar, «beneficiar a los stakeholders». Este punto exige, que como mínimo, los inversores eviten el daño, pero también busquen impactos positivos. Las empresas de esta categoría se clasificarían como líderes en materia de ESG o líderes sostenibles, pero es importante distinguir entre las que lideran en la gestión del riesgo y las que lideran en la obtención de resultados positivos, según señalan desde la gestora. Por ejemplo, al considerar una empresa como Inditex, minimizar el riesgo sería “considerar las prácticas de seguridad y derechos humanos en la cadena de suministro, así como las prácticas de eficiencia en el uso del agua y la energía. Beneficiar a los stakeholders tendría en cuenta su objetivo de tener el 25% de las prendas bajo la marca sostenible Join Life para 2020”, explican desde Aberdeen SI.

Se trata de un área emergente dentro de la inversión sostenible, que, según la gestora “cuenta además con un potencial significativo”. Además, reconoce que la sostenibilidad no es sólo una cuestión de riesgo: crea oportunidades para las empresas. “Hay oportunidades de crecimiento estructural que pueden ser aprovechadas, así como oportunidades para mejorar las cadenas de suministro de manera que se cree una ventaja competitiva a largo plazo”, aseguran desde la compañía.

Por último, «contribuir a la solución». Este aspecto busca la consideración de los impactos positivos, pero requiere que el impacto global de la inversión constituya un resultado positivo significativo para el planeta o para una población que de otro modo no recibiría los servicios necesarios. Este modelo es lo que normalmente se denomina como inversión de impacto. Esta categoría de inversiones incluye los proyectos que empiezan con dicha intención, generalmente enmarcada dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Pero requiere más que la intención. “La medición y cuantificación de los resultados son elementos importantes de la inversión de impacto, y uno de sus mayores desafíos”, explican desde la gestora. Así, los inversores deben desempeñar un papel importante en el compromiso con las empresas y han de alentarlas a proporcionar mejores datos que permitan una mejor medición de los resultados, según señalan Govan y Young.

En este sentido, esta categoría está enfocada en aquellos inversores que desean contribuir a abordar los desafíos del mundo a largo plazo. Por ejemplo, Kornit Digital opera dentro de la cadena de suministro de prendas de vestir utilizando tecnología de impresión sin desperdicio de agua y con una baja huella de carbono, bajo el marco del ODS número 6, relativo a la gestión sostenible del agua.

Así, desde la gestora sostiene que el marco ABC permite al inversor alinear sus propias intenciones con sus inversiones. “Los flujos hacia los fondos ESG, sostenibles y de impacto, han ido en aumento, pero persiste la confusión sobre las diferencias entre ellos. Analizar los fondos en función de su intención puede ayudar a distinguirlos por su propósito. Comprender el propósito también permite un mejor análisis de los resultados, y la medición de esos resultados será crucial para comprender cómo se relacionan con la rentabilidad financiera”, subrayan desde la firma. “Creemos firmemente que, como gestores activos que ponemos los factores ESG en el centro de nuestro proceso de inversión, podemos generar mejores resultados para nuestros clientes», añade Jamie Govan.

Bankinter se adhiere al Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente

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Pixabay CC0 Public Domain. Bankinter se adhiere al Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente

Bankinter se une al Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente específico para el sector financiero. Asimismo, el banco ha firmado los Principios de Banca Responsable de Naciones Unidas, un marco establecido para llevar a cabo una actividad bancaria sostenible, desarrollado a través de una alianza entre bancos de todo el mundo y mediante la iniciativa sectorial bancaria UNEP FI.

Los principios para la Banca Responsable establecen el papel y la responsabilidad del sector financiero en la configuración de un futuro sostenible y en la alineación de la industria con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS) y el Acuerdo Climático de París. Bajo este marco, las entidades incorporan la sostenibilidad en todas sus áreas de negocio e identifican en cuáles tiene un mayor potencial de contribución para un mundo más sostenible. Asimismo, estos principios posicionan a los bancos para aprovechar nuevas oportunidades de negocio dentro de la economía de desarrollo sostenible.

“Nos enorgullece comprometernos con los Principios de Banca Responsable de Naciones Unidas, puesto que es un paso necesario que, en el caso de nuestro banco, culmina una larga trayectoria impulsando la sostenibilidad como un elemento transversal en toda nuestra organización. Bankinter se compromete a ser un actor activo para propiciar cambios hacia un desarrollo más sostenible”, asegura el presidente de Bankinter, Pedro Guerrero. 

Mediante esta adhesión, la entidad se compromete al apoyo y gestión interna de un desarrollo sostenible que satisfaga las necesidades existentes sin comprometer las de las futuras generaciones, mediante el desarrollo de prácticas y de herramientas económicas responsables y rentables, que cuenten con el liderazgo de gobiernos y empresas. Asimismo, deberá gestionar la sostenibilidad mediante la prevención, identificación y cuantificación de impactos sociales y ambientales de la actividad, cumpliendo con las regulaciones nacionales e internacionales, así como analizar y actualizar las mejores prácticas de gestión ambiental. 

Por último, las entidades adheridas a la iniciativa UNEP FI se comprometen a impulsar la comunicación sobre la gestión sostenible y mantener un diálogo constante con sus grupos de interés, para dar una respuesta conjunta a los retos sociales y medioambientales.

“Bankinter ya incluye gran parte de estos aspectos en su Plan de Sostenibilidad, dentro del cual están contempladas tres dimensiones: la económica, la social y la ambiental, razón por la cual el banco denominó en su día este plan como ‘Tres en raya’. El objetivo es generar valor en este triple eje”, añaden desde el banco.

CMS Albiñana & Suárez de Lezo incorpora a Guillermo Muñoz-Alonso para liderar la práctica de Mercados y Servicios Financieros

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Guillermo Muñoz-Alonso
Foto cedida. guillermo

CMS Albiñana & Suárez de Lezo (CMS España) continúa reforzando prácticas clave del despacho e incorpora a Guillermo Muñoz-Alonso como socio para liderar la práctica de Mercados y Servicios Financieros.

Esta práctica, que cubre las áreas de financiación bancaria, regulatorio y productos estructurados, contará asimismo con las próximas incorporaciones de dos abogados especializados en derecho bancario procedentes de despachos internacionales. En lo relativo a fintech y servicios de pago, el departamento trabajará estrechamente con el equipo de Seguros, reaseguros e innovación, liderado por Jaime Bofill, todos ellos también de reciente incorporación al despacho.

Guillermo Muñoz-Alonso está especializado en el asesoramiento a instituciones financieras, fondos de private equity y de inversión. Cuenta con una dilatada carrera desarrollada principalmente en Ramón y Cajal como responsable de la práctica de M&A y en Garrigues, donde pasó más de quince años, diez de ellos como socio, enfocado en private equity, reestructuración de deuda, financiación bancaria y mercados de capitales. Contribuyó de forma significativa al desarrollo de la oficina de Garrigues en Londres.

Colegiado como abogado en España e Inglaterra y Gales, Guillermo es licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid y diplomado en Derecho Comunitario por el Colegio Universitario de San Pablo-CEU. En el plano académico, ha impartido clases en Universidad Pontificia de Comillas ICADE, Centro de Estudios Garrigues (programa Master Executive en Corporate Finance) y en la Universidad Europea de Madrid.

Esta nueva incorporación suma a las recientemente anunciadas por el despacho, en particular la ya mencionada de Jaime Bofill y su equipo para la creación del área de Seguros, reaseguros e innovación, y la incorporación de Alfonso Codes como socio a la práctica de Derecho Público.

«El despacho continúa con su estrategia de crecimiento y refuerzo de áreas clave con la incorporación de talento de primer nivel. El marcado perfil internacional de Guillermo encajará perfectamente en CMS y su larga trayectoria nos permitirá seguir ampliando los servicios prestados a nuestros clientes en éste área, así como afianzar nuestra presencia en el mercado de private equity. Le damos una calurosa bienvenida”, comenta César Albiñana, socio director de CMS España.

Tipos de interés: un tira y afloja

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Tipos de interés: un tira y afloja
Pixabay CC0 Public Domain. Tipos de interés: un tira y afloja

Evaluar la trayectoria de los tipos de interés a largo plazo, a medida que la Reserva Federal estadounidense cambia su estrategia monetaria, es el principal reto para los inversores en bonos de todo el mundo. Desde Jackson Hole, el presidente de la Fed, Jay Powel, nos ha enseñado que moverse hacia un «objetivo de inflación flexible» está ampliando el rango de la inflación alrededor del punto medio del 2%. Cuando el índice de precios del gasto en consumo personal (PCE) comience a superar el 2%, la Fed no buscará cambiar y endurecer su política de tipos de fondos.

Desde finales de agosto, varios gobernadores de la Fed han asegurado que una inflación del 2,5% al 3% no les molestaría. Podemos esperar que, si se produce un exceso de inflación, durará de 3 a 5 años. Ese sería el escenario óptimo. Bien podría ser que, dados los obstáculos estructurales demográficos y de productividad, la Fed y la administración estadounidense se vean presionados para que se utilicen más instrumentos no convencionales en 2020 y 2021 con el fin de elevar el nivel general de los precios.

La Fed tendrá que aumentar aún más sus balances, permitiendo que la política fiscal sostenga la demanda y la inversión pública y privada. ¿Podríamos decir que este mandato renovado plantea problemas a los inversores en bonos? Incluso grandes problemas, porque los niveles de inflación muy por encima del 2% deberían desplegar un mercado de bonos bajista y desestabilizar las aspiraciones de crecimiento del capital real en los sectores de bonos estadounidenses. La ecuación que tenemos que resolver tiene muchas variables:

1. Evaluar cuándo la tasa de inflación superará el 2%

2. Durante cuántos años puede mantenerse esta condición de lecturas positivas de una inflación por encima del 2%

3. A qué nivel de inflación la Fed retirará la política de tipos

La declaración sobre objetivos a largo plazo y estrategia de política monetaria emitida el 27 de agosto no ofrece respuestas. También se ha descartado el nivel de desempleo que podría provocar inflación. El máximo empleo se relaciona menos con el nivel de desempleo, pero más con la calidad de la mano de obra. Así que, esencialmente, la incertidumbre para los inversores en bonos subió en las últimas dos semanas. Eso debería, con el tiempo, traducirse en una mayor prima de riesgo.

Sin embargo, es justo decir que la actual curva OIS de EE.UU. (Overnight Index Swap) no deja lugar a dudas y revela que los tipos de interés se situarán alrededor del 0,5% en 2030 y sin cambios en los próximos 5 años. El mercado nos dice que alcanzar las aspiraciones de inflación del 2% será difícil, como lo demuestra el pésimo historial de inflación de la Fed en la última década. Sin embargo, matemáticamente, el rango de caminos que puede tomar la inflación sin ninguna acción política ha aumentado.

Los mercados no deberían temer berrinches con una inflación del 2,5% o incluso del 3%. Pero, con el fin de protegerse contra estos posibles episodios futuros, los inversores están aumentando sus participaciones en bonos TIPS de EE.UU. Es la mejor práctica: los inversores han estado acumulando bonos ligados a la inflación desde abril, después de la brutal iliquidez impulsada por el miedo a la deflación de marzo. Durante la semana pasada, ya vimos algunas ganancias, empujando los actuales tipos de interés de equilibrio (diferencia entre los tipos nominales y reales de EE.UU.) a 30 y 10 años a bajar unos 10 puntos básicos (bps) hasta el 1,7% y el 1,78%, respectivamente.

Está claro que el mercado volverá a probar los niveles altos por encima del 1,8% y también el nivel del 2%. Uno puede esperar que el límite inferior de los swaps de la inflación 5y5y (a cinco años dentro de cinco años) se convierta en 2%. El resultado de Jackson Hole fue la señal para superar el 2%. Cerramos el viernes al 2,09%. Si el crecimiento económico global empieza a recuperarse de forma más sincronizada, podemos esperar una escalada hasta el 2,5%.

Sin embargo, ¿significa eso que debemos prepararnos para un mercado bajista de bonos nominales? Ese no es nuestro escenario base. Los tipos se establecen por las condiciones marginales de oferta y demanda. El comprador marginal solían ser los grandes inversores institucionales de todo el mundo. Actualmente, el comprador marginal es la Fed. El concepto de flexibilidad mantiene el rango de tipos nominales limitado. Con los tipos de fondos de la Fed anclados en el límite cero, podríamos ver una presión más fuerte.

Pero un anclaje sólido evitará que los tipos a largo plazo suban agresivamente. Nos quedan al menos dos, tal vez tres, años de alcanzar los niveles de resultados globales que se observaron a finales de 2019. La flexibilidad de la expansión cuantitativa mantendrá suprimidas las primas a plazo. El aumento de las expectativas de inflación se traducirá en tipos reales estables o bajos.

Como un aumento repentino de la inflación no es nuestro escenario base, no tememos un mercado bajista de bonos al estilo de 1994. Esperen un tira y afloja entre los tipos reales y los nominales. Una contienda que favorezca la exposición a los reales sobre los nominales.

Tribuna de Peter De Coensel, CIO de renta fija en DPAM.

Allianz Strategic Bond: un ejemplo de cómo la gestión activa responde ante la volatilidad del mercado

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Pixabay CC0 Public Domain. Tikehau Capital ve oportunidades en sectores value para generar rentabilidad

En los dos últimos años, la inversión en renta fija ha tenido que reinventarse para recuperar atractivo frente a las expectativas de los inversores. En esta vuelta de tuerca, desde Allianz GI defienden que la gestión activa y la capacidad de adaptar las estrategias al entorno son muy relevantes, en particular en el mercado de bonos. 

Desde la fuerte compresión que experimentaron las tires de los bonos gubernamentales en mayo, los inversores se han estado preguntando dónde invertir en renta fija. Y para contestar, la gestora ha tenido en cuenta el análisis fundamental de los factores macroeconómicos que impulsan los mercados de renta fija y optado por utilizar toda la flexibilidad de la asignación en esta clase de activos para buscar rentabilidades atractivas. 

El ejemplo más claro de su enfoque es Allianz Strategic Bond, un fondo de inversión flexible, global y sin restricciones, que busca explotar las mejores oportunidades de renta fija en cuatro áreas clave: duración/curva, crédito, inflación y divisas. Es decir, a través de sus cuatro estrategias de inversión principales, el fondo puede aprovechar oportunidades de generación de alfa dentro del universo de la renta fija que “a menudo son pasadas por alto por otros vehículos de la categoría”, explican desde la gestora. El equipo gestor lleva a cabo una distribución de activos que abarcar más allá del universo convencional de bonos, cuando sea necesario, para garantizar que genere retornos de la manera más eficiente.

“A través de las diferentes condiciones del mercado, la estrategia logró sus objetivos y ha seguido desempeñando un papel diversificador dentro de la cartera. Estamos aplicando un enfoque de inversión coherente que nos permite adaptarnos continuamente a las condiciones del mercado”, apuntan Mike Riddell y Kacper Brzezniak, cogestores de Allianz Strategic Bond

En este sentido, y según la visión de la gestora, el entorno está marcado por un horizonte de bajos tipos de interés, la previsión de una mayor emisión de deuda por parte de los gobiernos, una mayor volatilidad generada por la evolución de la pandemia y por los programas de ayudas de bancos centrales y estados para superar la crisis generada por el COVID-19. Estos elementos y sus consecuencias son los que Riddell y Brzezniak ponen sobre la mesa. 

A mediados de marzo, ya habíamos tomado muchas posiciones defensivas, dado que la volatilidad implícita en todas partes se había disparado, y los activos de riesgo empezaban a parecer baratos. Nuestras perspectivas macroeconómicas también se habían vuelto más favorables, el enorme estímulo monetario y fiscal, junto con el colapso de los precios de la energía, sugería un importante repunte económico en el supuesto de que la pandemia siguiera disminuyendo. Pero el punto de inflexión se produjo alrededor del 20 de marzo, cuando la Reserva Federal anunció que estaba intensificando sus programas de expansión cuantitativa para incluir los bonos corporativos. Nos dimos cuenta de que esto supondría un cambio de juego para la volatilidad del mercado. Queríamos posicionarnos para una recuperación global y un repunte de los activos de riesgo a medida que la volatilidad disminuyera, y determinamos que el mejor riesgo/recompensa por expresar este punto de vista eran las nuevas emisiones de bonos corporativos”, explican es su último análisis del fondo. 

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Según señala la gestora, el gráfico superior demuestra que los cambios en los activos de los bancos centrales mundiales suelen ser un buen indicador de los márgenes de crédito. “Por lo tanto, en las valoraciones actuales, el crédito investment grade parecía ser el área más atractiva de los mercados mundiales de renta fija en términos de riesgo/rendimiento”, añaden los cogestores. 

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Desde Allianz GI destacan que el estilo de gestión activa del fondo ha sido clave en el desempeño del fondo durante el primer y segundo trimestre de este año, coincidiendo con la pandemia del COVID-19.

“Al igual que con la revelación de la beta estructural del mercado en 2018/2019, vimos lo mismo este año, aunque esta vez más pronunciado. En este contexto el Allianz Strategic Bond realmente se destaca. Solo el 12% de los fondos de bonos superaron los promedios de los grupos pares tanto en el primer como en el segundo trimestre, y dentro de esto, estamos solos”, concluyen los cogestores del fondo. 

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El 67% de los inversores españoles estima que el impacto económico del COVID-19 durará entre seis meses y dos años

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Pixabay CC0 Public Domain. Estudio Global de Inversión de Schroders 202

La crisis del COVID-19 y sus consecuencias generan preocupación e incertidumbre entre los inversores. Según el Estudio Global de Inversión de Schroders 2020, en el que han participado más de 23.000 inversores de 32 lugares de todo el mundo, el 67% de los inversores españoles considera que el impacto de la crisis económica provocada por la pandemia durará entre 6 meses y 2 años. 

En este sentido, comparativamente, los inversores españoles son más pesimistas. Este porcentaje es ligeramente superior al registrado en el continente europeo (63%) y equivalente al registrado en las Américas. De media, los inversores españoles estiman que los efectos negativos del COVID19 en la economía durarán 1,78 años, en línea con los inversores globales que estiman que su efecto se prolongará durante 1,73 años. 

Por otro lado, el estudio muestra que ha aumentado la inquietud por las inversiones de los encuestados, ya que si antes de la crisis del COVID-19 tan solo un 37% de los españoles pensaban con frecuencia en sus inversiones, este porcentaje ha pasado al 53% tras la crisis. El informe destaca que, a nivel global este porcentaje también ha aumentado hasta el 49%.

La tercera de las conclusiones más relevante de este documento es que, a pesar de que el 65% de los inversores españoles declaran experimentar niveles bajos o inexistentes de preocupación ante caídas de los mercados en periodos cortos de tiempo (un porcentaje menor que la media europea de 71%), cuando los mercados bursátiles atravesaron un período de volatilidad en febrero y marzo de 2020 el 76% de los inversores españoles hizo cambios en su cartera durante esos meses, el mismo porcentaje que nuestros vecinos europeos.

A pesar de la dramática situación económica, las expectativas de rentabilidad media anual del inversor español para los próximos cinco años siguen siendo optimistas, alcanzando el 10,03%. Estas expectativas son superiores a las de la media europea (9,4%) pero inferiores a otras regiones como el continente americano, donde esperan un 13.15% o Asia donde esperan un 11.46%. 

Es llamativo que este optimismo sea aún más marcado que en el estudio realizado en 2019, cuando los españoles esperaban que sus inversiones generasen una rentabilidad media durante los próximos 5 años del 9,2% anual. “Al margen del contexto macroeconómico, las prioridades que los inversores españoles plantean a la hora de destinar el gasto de la renta disponible están la jubilación (primera prioridad para el 27% de los encuestados), la inversión en activos como renta variable, renta fija o materias primas (primera prioridad para el 24%) y depositar el dinero en una cuenta de ahorros (primera prioridad para el 16% de los encuestados). La misma tendencia se confirma entre los inversores encuestados a nivel global”, explica la gestora. 

Entidades bancarias y el asesoramiento financiero

Entre las conclusiones del informe, Schroders destaca que el 52% de los encuestados españoles apuntó que el banco sigue siendo su referente a la hora de solicitar servicios de asesoramiento financiero. Este comportamiento es más frecuente entre los inversores de mayor edad, por lo que en España, un 60% de los babyboomers acude al banco frente al 47% de los millennials.

“El primer acontecimiento vital que invita a los encuestados españoles a solicitar asesoramiento financiero es la recepción de herencias; de hecho, un 43% de los españoles lo hace frente al 33% de la media global. Este comportamiento es más notorio entre los millennials españoles, donde el porcentaje se sitúa en el 50%. Para los babyboomers, el momento clave para solicitar asesoramiento es cuando se acercan a la jubilación (45%)”, explica el documento en sus conclusiones.

En cuanto a su conocimiento sobre inversiones, el 50% de los entrevistados españoles lo denomina como intermedio. Más de un tercio, el 38%, lo califica como experto/avanzado y el 12% restante como principiante/básico. Asimismo, el 44% de los encuestados españoles atribuye a las instituciones estatales la responsabilidad de asegurar que los ciudadanos disponen del suficiente conocimiento financiero; no obstante, solo el 28% afirma haberlos adquirido a través de esta fuente, mientras que el grueso de los encuestados (71%) confirma haber sido autodidactas en cultura financiera.

“No hay duda de que el impacto del Covid-19 en las economías, los mercados y nuestra vida en general será sustancial en los próximos años. Los inversores españoles son conscientes de ello, sin embargo, siguen teniendo unas expectativas de rentabilidad a priori demasiado optimistas, sobre todo en este entorno de tipos bajos, bajo crecimiento y valoraciones ajustadas. Esto pone de manifiesto la importancia del asesoramiento a la hora de definir nuestros objetivos de inversión y entender qué podemos esperar. La pandemia es vista por muchos como el último cisne negro, pero ahora más que nunca tenemos que aferrarnos a nuestros principios de inversión y mantener el foco en la diversificación y el largo plazo”, apunta Carla Bergareche, directora general de Schroders para España y Portugal.

Evli FM lanza en España su primer fondo que invierte en bonos corporativos verdes

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Foto cedidaJuhamatti Pukka, jefe de renta fija de Evli FM y gestor del fondo Evli Short Corporate Bond.. Evli FM lanza en su primer fondo que invierte en bonos corporativos verdes

Evli Fund Management ha lanzado su primer fondo enfocado a la inversión en bonos corporativos verdes, el Evli Green Corporate Bond Fund. Según explica la gestora, el fondo invierte en bonos verdes y sostenibles, y se gestiona por el equipo especializado en renta fija de la gestora, con una trayectoria superior a 20 años en el activo crédito europeo. En concreto, el gestor del fondo es Juhamatti Pukka, jefe de renta fija de Evli FM y gestor del fondo Evli Short Corporate Bond.

Desde la firma indican que Noora Lakkonen, analista del equipo de inversiones responsables de Evli FM, y responsable de la monitorización de los criterios ESG para las estrategias de bonos corporativos en la gestora, se encargará del análisis de los bonos verdes incluidos en la cartera del nuevo fondo. Dados los avances significativos en el terreno ESG realizados por la gestora, el fondo Evli Green Corporate Bond es “fruto de la evolución” de Evli FM hacia la integración de la sostenibilidad en todas las áreas de la gestión de activos, apuntan. A principios de año, la gestora decidió convertir la temática de responsabilidad en un área estratégica de su actividad

“Este nuevo fondo responde no sólo a la creciente demanda de una mayor asignación estratégica de activos en los bonos verdes, sino también a la necesidad de actuar contra el uso insostenible de los recursos naturales y de luchar contra el calentamiento global”, afirma Juhamatti Pukka,  jefe de renta fija de Evli FM y gestor del fondo Evli Short Corporate Bond. 

Por su parte, Laura Román, CFA, responsable de la comercialización y representación de los fondos de Evli FM en España dentro de Selinca AV, comenta que “estamos viendo una creciente demanda de inversores españoles que quieren participar en la lucha contra los efectos del cambio climático y contribuir a una respuesta más sostenible a las cuestiones medioambientales y sociales. Evli FM ha estado trabajando en estos objetivos durante más de diez años, y como boutique nórdica de gestión de activos, la inversión responsable está en su ADN”.

Inversión en bonos corporativo

La gestora explica que mientras la mayoría de bonos verdes invierten en una amplia gama de activos en el espectro de renta fija, desde bonos soberanos a corporativos, su nuevo Evli Green Corporate Bond se centra exclusivamente en bonos corporativos. En este sentido considera que muy pocos fondos europeos de bonos verdes están centrados solamente en el segmento de bonos corporativos, y su enfoque inversor en el segmento crossover dentro de la renta fija, le permite generar interesantes oportunidades de inversión que son al mismo tiempo responsables. Según defiende Noora Lakkonen, analista del equipo de inversiones responsables de Evli Fund Management, “los bonos verdes ofrecen el mismo riesgo de crédito que los tradicionales, con el valor añadido de que apoyan la transición hacia un modelo económico más sostenible”. 

En opinión de Pukka, “nuestro enfoque inversor en el mercado de bonos verdes a través de bonos corporativos, ofrece a los inversores una serie de ventajas: la asignación de activos es más eficiente con productos más específicos, y además, el sector corporativo juega un papel clave en el desarrollo de una economía más verde. Por lo tanto, es muy relevante para la comunidad de inversores apoyar directamente la transformación de estas compañías cuando invierten en proyectos que avanzan en la transición hacia la descarbonización de la economía y los proyectos sociales financiados con bonos verdes y sostenibles”. 

Sobre el nuevo fondo, la gestora explica que Evli Green Corporate Bond facilitará a los inversores aprovechar el rápido crecimiento de este sector. “En general creemos que los tenedores de bonos verdes invierten con la perspectiva de mirar más hacia delante. El éxito en las inversiones medioambientales y sostenibles tiene un impacto significativo en la calidad del crédito a largo plazo”, añade Juhamatti Pukka. 

El fondo Evli Green Corporate Bond invierte en los segmentos investment grade y high yield de bonos europeos (el rating medio mínimo del fondo es BBB-) y en bonos sin calificación crediticia hasta un porcentaje máximo del 20% de la cartera. La inclusión de bonos corporativos nórdicos responde a la estrategia de inversión exitosa, flexible, en el segmento crossover por parte de Evli FM.