Pixabay CC0 Public Domain. Oficinas europeas: ¿Están preparadas para la evolución digital?
El COVID-19 ha actuado como catalizador para acelerar tendencias que estaban en marcha mucho antes de que surgiera la pandemia. Las modalidades de trabajo híbridas y la digitalización de las prácticas laborales ya habían sido adoptadas por muchas organizaciones, en algunos casos desde hace varias décadas. Los avances tecnológicos de los últimos cinco años nos han permitido a todos adoptar una forma de trabajo más ágil, al tiempo que se mantienen niveles significativos de conectividad y productividad fuera de la oficina.
Como consecuencia del COVID-19 y los confinamientos, se ha acelerado la tendencia a flexibilizar el lugar de trabajo. No esperamos que esta tendencia se revierta del todo, incluso cuando la crisis sanitaria haya terminado. Aunque las empresas inevitablemente reevaluarán sus necesidades de espacio en las oficinas a la luz de acuerdos de trabajo más flexibles, es probable que esta sea una tendencia a medio y largo plazo. Las empresas más grandes necesitarán tiempo para evaluar exhaustivamente estas necesidades.
Las encuestas indican que los empleados que trabajan en oficinas buscan una mayor flexibilidad en un mundo post pandémico. La mayoría de los trabajadores quieren trabajar desde casa dos o tres días a la semana, lo que implica que el trabajo híbrido está aquí para quedarse. La presión de los costes y el ahorro de eficiencia significan que muchas empresas acogerán con agrado un nivel reducido de dependencia de la oficina.
Tomado de forma aislada, una mayor proporción de los trabajadores de oficina que trabajan desde casa implicaría una reducción significativa de la ocupación de la oficina. Un factor compensatorio importante será la menor tendencia a la densificación a largo plazo, ya que los ocupantes de oficinas han estado absorbiendo menos espacio por empleado. La creación de un entorno de trabajo óptimo, en el que los factores de bienestar son fundamentales para maximizar la productividad, tendrá prioridad sobre el aumento de las mesas de escritorio. Esto implica que habrá más espacio asignado por empleado con menos trabajadores en la oficina en un momento dado. Creemos que la menor densificación del espacio de oficina sólo compensará parcialmente el impacto del trabajo desde casa, lo que llevará a una reducción de la demanda de oficinas de entre el 15 y el 20% a largo plazo en algunos mercados. Los activos de menor calidad y menos adecuados para su uso en las ubicaciones más débiles se llevarán la peor parte de la caída de la demanda. Curiosamente, también podría aumentar la competencia por aquellos edificios que cumplen todos los requisitos para los ocupantes.
El enfoque en los hechos (FACTS)
La oficina seguirá cumpliendo una función importante para la gran mayoría de las organizaciones, pero sin duda la función que cumple cambiará. Es más probable que las empresas se centren en entornos menos densos, con más espacios de colaboración. Este es el caso, sobre todo, de las empresas que operan en sectores de servicios, donde la generación de ideas, el intercambio de conocimientos y la atracción y formación de talentos son cruciales para sus modelos de negocio. No todo el espacio de oficinas será adecuado para permitir a los ocupantes alcanzar estos requisitos futuros, y esperamos que estén dispuestos a pagar un alquiler relativamente más alto por metro cuadrado para el espacio adecuado en el futuro.
Para asegurarnos de que tenemos o compramos oficinas adecuadas para el futuro, creemos que hay que centrarse en la flexibilidad, la comodidad, la conectividad, la tecnología y la sostenibilidad (FACTS). Las oficinas que reúnan las siguientes características serán las más adecuadas para atraer y retener a los inquilinos a largo plazo: espacio adaptable; acceso inmediato a los servicios locales; servicios de alta calidad en el propio lugar; excelente acceso a los principales servicios de transporte; que ya cuenten con una infraestructura de construcción inteligente, o que puedan instalarla; y, fundamentalmente, que cuenten con sólidas credenciales medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG).
La oficina del futuro
Las diferencias serán inmediatamente evidentes al entrar en las oficinas del futuro. Los empleados, sus invitados o sus clientes serán recibidos por zonas de vestíbulo amplias y bien diseñadas. Estos ofrecerán instalaciones más accesibles y la posibilidad de conectarse física y digitalmente con las áreas del edificio a las que necesiten acceder. La dotación de ascensores será materialmente mayor que antes, mientras que los pasillos contiguos y otras zonas auxiliares deberán ofrecer mayor espacio para que las personas se muevan y circulen por el edificio con seguridad.
Sin lugar a dudas, la mayor eficiencia energética y los criterios generales ESG serán fundamentales para los inquilinos y los inversores. Sin embargo, puede que los mayores requisitos para las oficinas del futuro no sean visibles en absoluto: estar totalmente conectadas digitalmente. Esto significa que el espacio de escritorio, las salas de reuniones, las clases de ejercicio y otros servicios in situ se reservarán a través de una aplicación. Esto también proporcionará un acceso sin contacto a la oficina y permitirá al personal pedir previamente café y comida en las instalaciones. Los sensores ajustarán la calefacción y la refrigeración en función del número de personas que haya en una sala de reuniones o en la oficina en general. También informarán al personal y a los gestores del edificio sobre la calidad del aire. En resumen, la oficina será el lugar preferido para aprender, colaborar y socializar, con excelentes instalaciones para todos los empleados, tanto dentro como en los alrededores de la oficina.
Tribuna elaborada por Craig Wright, jefe de análisis de inversiones inmobiliarias europeas de Aberdeen Standard Investments, y David Scott, analista senior de inversiones inmobiliarias de Aberdeen Standard Investments.
Christian Parrado, responsable del Servicio al Cliente de Amundi Iberia.
Foto: LinkediN. Christian Parrado se incorpora a Amundi Iberia como responsable del Servicio al Cliente
La carrera de los profesionales de la industria de gestión de activos es en ocasiones un camino de ida y vuelta. Es el caso de Christian Parrado, que regresa a Amundi Iberia para ocupar el cargo de Head of Client Services y reforzar así su equipo en España.
Parrado vuelve a la firma en la que trabajó durante cuatro años (de 2014 a 2018), primero dentro de Pioneer Global Investments y luego en Amundi, donde ocupó el puesto de Operations & Administration Service Manager.
Ahora se incorpora desde Buy&Hold, donde ha desempeñado el cargo de director de operaciones desde octubre de 2018. De su paso por esta boutique destaca su papel en la migración de fondos a Luxemburgo, así como en el lanzamiento de nuevos vehículos de inversión.
Cuenta con más de 14 años de experiencia en el sector y ha desarrollado su carrera profesional en firmas como Allfunds, Accelerando Associates y la ya mencionada Amundi.
Parrado es licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Politécnica de Valencia.
Pixabay CC0 Public DomainImagen de Gerd Altmann. ASI
El temor a que la variante Delta haga fracasar el crecimiento mundial parece impulsar la toma de decisiones de inversión, a pesar de que en nuestra opinión el principal riesgo en el que deben centrarse los inversores es la inflación.
Ahora que los países han superado las fases iniciales del ciclo de recuperación, los inversores se preocupan por los datos macroeconómicos en busca de posibles señales que adviertan de una reversión del crecimiento.
Sospechamos que los cambios que permiten percibir datos como las nóminas y el desempleo en EE.UU. impulsarán las asignaciones de los inversores y las ventas del mercado basadas en el temor a una mayor propagación de la variante Delta. Sin embargo, el mayor riesgo para los mercados es que las presiones inflacionistas no sean transitorias, como piensa la mayoría de los expertos. Una inflación persistente pesaría sobre los beneficios de las empresas al aumentar los costes y perjudicar los salarios, lo que haría que los bancos centrales subieran los tipos de interés y afectaría negativamente a los mercados de renta variable.
También existe el riesgo de que los bancos centrales reaccionen a la inflación demasiado tarde y suban los tipos con demasiada rapidez, lo que podría provocar una corrección en los múltiplos de las acciones y las valoraciones. Además, si el tipo del impuesto de sociedades en EE.UU. vuelve a subir al 28%, como se ha propuesto, también supondría un lastre para las expectativas de beneficios de las empresas.
Sin embargo, los fabricantes de vacunas de todo el mundo han estado muy ocupados analizando la mejora de sus productos, lo que refuerza nuestra creencia de que serán capaces de incrementar la protección contra las mutaciones del virus.
Por eso, en nuestra opinión, es más probable que la variante Delta retrase el crecimiento mundial a que lo haga descarrilar, prolongando el ciclo de recuperación existente, ya que algunas economías tardan más en recuperarse que otras. La reapertura gradual de la economía está aliviando las restricciones en las cadenas de suministro y es probable que los gobiernos sean estrictos en lo que respecta a los confinamientos, ya que buscan contener los brotes de virus.
Además, los bancos centrales ya están atentos a los cambios en la inflación y dispuestos a actuar para prevenir los problemas antes de que se produzcan por completo. De cara al futuro, esperamos que la renta variable obtenga mejores resultados a medio plazo, gracias al entorno macroeconómico favorable y al sólido crecimiento de los beneficios de las empresas.
Aun así, los inversores deberían adoptar un enfoque equilibrado, ya que prevemos que los mercados de renta variable fluctuarán entre fases que favorezcan a los valores de crecimiento, valor, cíclicos y defensivos de forma intermitente. En los meses en los que los datos macroeconómicos son decepcionantes, los valores de crecimiento (tecnología, servicios de comunicación) y defensivos (sanidad) deberían ir bien; en los meses en los que los datos superan las expectativas, el valor (sectores financieros, materias primas) y los valores cíclicos (industriales) deberían salir beneficiados.
Mantenemos una infraponderación en renta fija a nivel de cartera. Sin embargo, si el ciclo de recuperación se prolonga, como esperamos, esto pondría un límite suave a la subida de los rendimientos de los bonos. Esto proporcionaría un argumento de inversión para la renta fija en determinados mercados y en diferentes niveles de calidad.
Nos inclinamos por los bonos de alto rendimiento en dólares, donde los diferenciales ofrecen un amortiguador contra un aumento de los rendimientos, especialmente teniendo en cuenta nuestra expectativa de que las materias primas se mantendrán firmes, con potencial alcista.
Creemos que el dólar estadounidense superará a la mayoría de las divisas asiáticas a corto plazo, dada la difusión de la variante Delta y las bajas tasas de vacunación en países asiáticos como Tailandia, Malasia y Filipinas.
Prevemos que la Reserva Federal de EE.UU. anunciará una reducción de las compras de bonos de alguna manera a finales de este año, para comenzar a principios de 2022. Esto elevaría el diferencial de tipos de interés entre Estados Unidos y el resto del mundo, lo que también impulsaría al dólar.
Por el contrario, de cara al futuro a medio plazo, las divisas asiáticas podrían ponerse al día, ya que esperamos que los bancos centrales de la región (es decir, Corea, India y Singapur) suban los tipos de interés en 2022, antes que la Fed en 2023.
Dentro de Asia, nos parecen atractivos algunos mercados de deuda soberana en moneda local. Nos gustan los bonos del Estado en los que el carry es elevado, la moneda es estable y el roll-down de la tenencia de bonos es atractivo. Un mercado que resulta atractivo es China. Allí, el banco central se muestra dovish y utiliza sus herramientas políticas para apoyar el crecimiento. El recorte del coeficiente de reservas obligatorias (RRR) de China en julio envió señales de relajación al mercado. Además, el RMB es estable, y el gobierno desconfía tanto de una moneda débil que provoque salidas como de una moneda fuerte que perjudique las exportaciones.
Lo que queda por ver es qué harán los responsables políticos en lo que queda de año para apoyar el crecimiento, ya que se empeñan en conciliar sus objetivos de reforma estructural a largo plazo y sus objetivos de crecimiento a corto plazo. Las decisiones que tome China (o que no tome) tendrán diferentes implicaciones para las acciones y los bonos del país. Si los responsables políticos se centran en garantizar la liquidez, es probable que los rendimientos de los bonos chinos se compriman aún más, impulsando el crecimiento de la renta variable y beneficiando a las empresas de calidad con finanzas sólidas y buena gobernanza. Si la agenda de reformas estructurales supera los objetivos de crecimiento para 2021 y los responsables políticos siguen endureciendo la regulación en los sectores de Internet, educación e inmobiliario, es probable que el sentimiento negativo afecte a estos sectores.
Independientemente del camino que tomen los responsables políticos, vemos importantes oportunidades alfa en China para los ganadores de estas decisiones políticas. En nuestra opinión, es preferible tener una asignación amplia a la renta variable y a la renta fija chinas, o a ambas. Ofrece ventajas de diversificación a una cartera multiactiva global.
Tribuna de Irene Goh, Head of Multi-Asset Solutions, Asia Pacific, de Aberdeen Standard Investments
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«La pandemia ha alentado un auténtico boom de las inversiones con criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG por sus siglas en inglés)», afirman desde FTI Consulting. Según los datos del patrimonio global en activos bajo gestión en fondos ESG se ha más que duplicado en tan solo un año, hasta alcanzar el nivel récord de 1,4 billones de dólares en abril de 2021. En lo que va de 2021, en torno a un tercio de los flujos de renta variable global han entrado en fondos ESG, según datos de BofA. Ahora bien, ¿hasta qué punto va a ser capaz el movimiento de mantener su intensidad e impacto a lo largo del tiempo sobre los grandes inversores?
La firma de consultoría FTI Consulting publica cinco grandes conclusiones y sus propias predicciones sobre tendencias ESG para 2022 en su estudio anual entre grandes inversores institucionales a nivel global, que este año ha titulado ‘The Mainstream of Investing in the Decisive Decade for Climate’.
Desde FTI Consulting también subrayan como indicador inefable de la tracción que han ganado la integración de políticas de sostenibilidad el hecho de que la iniciativa Net Zero Asset Managers, lanzada en diciembre de 2020 y que persigue alcanzar las cero emisiones de gases de efecto invernadero en 2050, ya cuente con 128 firmantes que representan un patrimonio conjunto de 43 billones de euros en activos bajo gestión.
A continuación, las cinco principales conclusiones del estudio y las predicciones que realiza FTI Consulting sobre la continuación de tendencias ESG de cara a 2022.
La lucha contra el cambio climático ha ganado espacio en la agenda de los inversores institucionales
Según el estudio a inversores institucionales conducido por FTI Consulting, actualmente nueve de cada diez inversores han dedicado tiempo en el último año a mejorar su comprensión sobre los problemas que representa el cambio climático. Sin embargo, estos mismos inversores creen que las compañías están actuando mejor en otras áreas ESG como salud y seguridad de los trabajadores (48%), gobierno corporativo y compromiso con la comunidad (47%) o gestión de la cadena de suministro (46%), frente al 42% que se declaró “extremadamente positivo” respecto a las acciones corporativas que están tomando las empresas para combatir el cambio climático.
FTI Consulting espera que a lo largo de 2022 siga aumentando la responsabilidad corporativa para combatir el cambio climático y que los Consejos se vuelvan cada vez más responsables. También ven más probable que haya más operaciones corporativas que se vean impactadas o disrumpidas por un evento relacionado con el clima. “Esperen más, y no menos compromiso con estos asuntos, después de la COP26”, indican los responsables del estudio.
Las compañías con prácticas ESG fuertes justifican valoraciones más elevadas
Según el estudio, todos los inversores institucionales consultados coincidieron al afirmar que existe una correlación positiva entre prácticas ESG fuertes y una valoración más elevada de la compañía. Además, un tercio de la media de encuestados (34%) indicó que contar con buenas prácticas ESG podría justificar un incremento de la valoración del 50% o superior. “Esto no solo valida a las compañías que muestran liderazgo en sostenibilidad, también pone presión sobre las rezagadas para que se muevan rápido si quieren ir a la zaga”, explican desde la firma.
FTI Consulting vaticina que las compañías pasarán de tener una agenda ESG basada únicamente en el cumplimiento normativo a buscar cada vez más cómo mostrar liderazgo a través de la innovación que atraiga a inversores y genere un éxito comercial. Además, aquellas que incorporen bien los criterios ESG lo tendrán más fácil para atraer y retener talento, especialmente si aplican estrategias efectivas para reforzar la diversidad en el lugar de trabajo, la inclusión y el sentimiento de pertenencia.
A los inversores les preocupa cada vez más la ciberseguridad
FTI Consulting pidió a los inversores institucionales participantes en el estudio una lista de posibles factores que pudieran dañar al valor de sus compañías en los próximos 12 meses. El riesgo más citado, por uno de cada cuatro inversores, ha sido el de un posible ciberataque. Otros riesgos relacionados con la ESG que están en la mente de los inversores institucionales son la posibilidad de causar daños medioambientales (21%), comisión de fraude (20%) o disrupción causada por accionistas activistas (19%). “Todos juntos, estos riesgos subrayan la importancia de una buena gobernanza corporativa para la comunidad inversora”, apuntan desde la firma.
Los expertos de FTI anticipan una escalada de los ataques de ransomware; según un estudio interno de la firma, solo en 2020 se incrementó en más de un 700% el volumen de ataques de ransomware detectados y bloqueados. Esta es una tendencia que se ha acelerado con la pandemia: al incrementarse el número de empleados teletrabajando, esto ha supuesto un incremento significativo del número de puntos de acceso potenciales para los hackers. La recomendación de la firma para poder reforzar sus sistemas de seguridad pasa por iniciar procesos internos de revisión de ciber riesgos potenciales, que denomina “Cyber Crisis Resilience Reviews”.
Los inversores quieren que las compañías sean más transparentes al comunicar sus políticas ESG
Tres de cada cuatro inversores institucionales están demandando activamente más información sobre la estrategia de sostenibilidad de las empresas, un incremento del 13% respecto a 2020. Adicionalmente, un 88% de inversores apoyan que los gobiernos determinen objetivos para los informes corporativos no financieros, mientras que un 87% piensa que el sector privado ha fracasado en la tarea de implementar su propio modelo de reporting estandarizado.
Para FTI Consulting, compromiso y comunicación serán vistos cada vez más como elementos esenciales para el éxito financiero, con un enfoque en la resiliencia en el corto plazo y la sostenibilidad en el largo plazo. Las compañías deberían prepararse para dar respuesta a un número creciente de preguntas de inversores relativas a la performance ESG.
Los inversores están más dispuestos a desinvertir en compañías con puntuaciones ESG bajas
Según el estudio, el 81% de inversores afirma experimentar una presión creciente para desinvertir en compañías con malas puntuaciones ESG, mientras que otro 84% considera que la amenaza de desinversión es suficientemente fuerte como para obligar a dichas compañías a emprender acciones para mejorar la integración de prácticas ESG en sus modelos de negocio.
FTI Consulting predice a este respecto que aparecerán marcos de reporting de sostenibilidad corporativa más estrictos. “El impacto económico de la pandemia no protegerá a las compañías con mal comportamiento ESG o falta de compromiso, con los problemas que esto plantea. Esperamos seguir viendo a lo largo de 2021 y 2022 la construcción de ‘building blocks’ para impulsar el cambio sistémico en algunos sectores, emparejado con una performance acelerada en otros. Los líderes serán recompensados, mientras que los rezagados tendrán que enfrentarse con una base de inversores cada vez más informados y activos”, concluyen los autores del estudio.
En multitud de ocasiones, los individuos toman decisiones irracionales, movidos por el miedo, la euforia, la envidia, la tristeza, el ruido mediático o la presión social. Esa irracionalidad soslaya aspectos técnicos, de valoración de los activos, gestión de riesgos y disciplina, y es ahí donde las emociones toman el protagonismo con consecuencias casi siempre negativas.
Las burbujas financieras que emergen cada cierto tiempo surgen de estas emociones. En este artículo, explicamos cómo surgen y cómo podemos detectarlas para evitar vernos envueltos en ellas.
¿Qué es una burbuja?
En términos de mercados financieros, una burbuja se produce cuando existe un fuerte incremento de demanda en un activo, en un periodo de tiempo breve, teniendo como consecuencia un importante incremento de precios. El enriquecimiento de los que van adquiriendo el activo actúa de efecto llamada para aquellos que no quieren “perderse la fiesta”. En este punto, aparece la sensación general de que esto seguirá subiendo eternamente, pues siempre habrá alguien dispuesto a comprarlo. La codicia es peligrosa, como ha ido sucediendo a lo largo de la historia con las burbujas.
Lamentablemente, cuando se invierte pensando solo en la rentabilidad es fácil olvidarse de los riesgos, como la concentración en pocos activos, mezclar historias que “suenan” bien con inversiones sobrevaloradas. Y como en el cuento de Andersen, del Rey Desnudo, en algún momento alguien alza la voz para desengañar a fieles clientes que es toda una ilusión, y se produce una caída brusca de los precios del activo. Pero el ser humano cada cierto tiempo tropieza en la misma piedra.
Fases de las burbujas en los mercados financieros
Según el economista Hyman Minsky, las fases de las burbujas del mercado son:
Comienzo: los inversores se dejan llevar por un escenario que promete ser un cambio de paradigma para el entorno económico. Cuidado con la frase “esta vez es diferente”
Boom: el precio del activo empieza a atraer la atención de gran parte de los inversores. Cuidado: cuando todos hablan de lo mismo, es bueno incluso incrementar la precaución
Euforia: cuando la burbuja alcanza su máximo apogeo, con valoraciones muy alejadas de lo que dictan los fundamentales.
Toma de beneficios: algunos inversores empiezan a darse cuenta de la irracionalidad que sustenta los precios del activo.
Pánico: llega el final de la burbuja, con los inversores sufriendo un agresivo desplome de los precios del activo inflado irracionalmente. Al caer el precio los inversores van vendiendo el activo en función de su aguante emocional.
La historia que siempre se repite
De las grandes burbujas económicas y financieras, se considera pionera la de los tulipanes de los Países Bajos en el siglo XVII durante la cual los precios de estos bulbos experimentaron subidas exponenciales en menos de cinco años, llegando a valer más que una casa, cuando el bulbo del tulipán es de por sí un producto perecedero. Su final fue abrupto y produjo una grave crisis económica en una de las potencias de la época.
Desde entonces, no han sido pocos los fraudes que han desembocado en burbujas, generadas, una vez más, por dejarse llevar por las historias fantásticas, pero que no están respaldadas desde el punto de vista técnico, ni de la gestión de riesgos. Por ejemplo,la célebre estafa piramidal de Bernard Madoff, la inversión en sellos o, salvando las distancias, el éxtasis colectivo que produjeron las primeras compañías de internet (por ejemplo, Terra, del Grupo Telefónica, que llego a valer más que BBVA y que, una vez vista la falta de contenido, terminaron de forma abrupta con la crisis bursátil puntocom). En España, la crisis inmobiliaria, también dejó en posición delicada a muchas familias y empresas que pensaban que había encontrado la manera de hacer dinero fácil, rápido y sin riesgo de manera continuada.
Cómo evitarlas
Las burbujas no cesarán, pues la irracionalidad y la codicia están presentes en el comportamiento humano. Ahora bien, para aquellos que tengan la capacidad de aprender de la historia, podrán emplear las siguientes herramientas, para navegar seguros durante los momentos de histeria colectiva.
La inversión es lo contrario que la especulación. Especular es invertir sin criterio para “forrarnos”. Como dice Warren Buffett, “si te sientas a jugar al póker y no sabes quién es el pardillo, el pardillo eres tú”.
Nunca invertir en nada que no se entienda en cinco minutos o que no está clara la forma de subir de valor de manera fundamental en términos económicos.
Diversificar las inversiones para minimizar las consecuencias de posibles contagios en los mercados financieros, incluso si no se cuenta con posiciones en activos sobrevalorados. Cualquier alejamiento de este principio de la inversión acarrea mucho dolor en el medio y largo plazo.
No invertir buscando maximizar la rentabilidad per se, sino ponderando los riesgos. Es bien conocida la Ley de Murphy: si algo puede salir mal, saldrá.
Separar las historias del proceso inversor. Las historias emocionan, las valoraciones de los activos han de ser racionales.
Nunca invertir en nada que se base en “te lo estás perdiendo”. Como dicen los castizos, “el último duro que se lo lleve otro”.
Tribuna de Borja Durán, socio fundador de Wealth Solutions y Finletic.
Pixabay CC0 Public Domain. State Street adquiere el negocio de servicios a inversores de BBH por 3.5000 millones de dólares
State Street Corporation y Brown Brothers Harriman han anunciado que han llegado a un acuerdo definitivo para que State Street adquiera el negocio de servicios a inversores de BBH, que incluye sus servicios de custodia, contabilidad, administración de fondos, mercados globales y tecnología, por 3.500 millones de dólares en efectivo.
Tras la transacción, BBH seguirá siendo propietaria y operando de forma independiente sus negocios separados de banca privada y gestión de activos. Según han explicado ambas compañías, el objetivo es que la compra se complete a finales de 2021, aunque la operación todavía está sujeta a las correspondientes aprobaciones regulatorias y a las condiciones de cierre habituales.
Esta operación permitirá a State Street avanzar en su estrategia como proveedor de soluciones de gestión de activos a nivel mundial, además fortalecerá su competitividad y ampliará su actual cobertura geográfica y experiencia de cliente. “El sector de servicios de inversión goza de unos sólidos fundamentos, ya que el crecimiento mundial de los activos financieros impulsa los ingresos del sector. La combinación con BBH Investor Services nos ayuda a consolidar nuestra posición como innovadores y líderes del sector. Estamos mejorando nuestra posición de liderazgo en toda una serie de servicios, aumentando nuestra posición en una serie de mercados clave, incrementando las relaciones con muchos de los principales gestores y propietarios de activos a nivel mundial, y aumentando nuestras capacidades y escala. Además, BBH Investor Services nos aporta un fuerte talento, incluyendo la excelencia en el servicio y la calidad de ejecución líderes en la industria”, ha señalado Ron O’Hanley, presidente y CEO de State Street Corporation.
Por su parte, BBH Investor Services es un gestor global de activos con un relevante historial frente a sus clientes y una profunda experiencia en activos transfronterizos, alternativos, ETFs y otras clases de activos de alto crecimiento. A 30 de junio de 2021, BBH Investor Services tenía 5,4 billones de dólares en activos bajo custodia (AUC), que se suman a los 31,9 billones de dólares en AUC de State Street.
“Hemos tomado esta decisión después de considerar cuidadosamente el panorama actual y futuro de la industria global de servicios de valores, incluyendo la mejor manera de apoyar e innovar para la creciente amplitud y complejidad de los requisitos de servicio de nuestros clientes. State Street es el socio ideal: una empresa que comparte nuestros valores fundamentales de servicio al cliente inigualable, integridad, confianza y un compromiso a largo plazo con la sostenibilidad”, ha apuntado Tyree, socio gerente de BBH.
Tras el cierre de la transacción, los empleados de BBH Investor Services se incorporarán a State Street y su equipo de alta dirección pasará también a State Street. Seán Páircéir, actual socio y director global de Investor Services en BBH, se incorporará al Comité de Dirección de State Street.
Los detalles de la transacción
“La adquisición crea un valor significativo para los accionistas al aumentar el potencial de crecimiento de los beneficios de State Street y su objetivo de margen antes de impuestos a medio plazo. Como resultado del crecimiento previsto de los beneficios de esta transacción, State Street tiene ahora como objetivo un aumento del margen antes de impuestos del 31%”, indican desde State Street.
Tras el cierre, se ofrecerá a los accionistas de State Street la posibilidad de “obtener importantes beneficios gracias a las sinergias de gastos, estimadas en su totalidad, de 260 millones de dólares en el tercer año, como resultado de la eficiencia de los sistemas operativos y la infraestructura, así como de la consolidación de los gastos generales”, explican desde la compañía.
Además, State Street ha realizado una estimación de 35 millones de dólares de EBIT procedentes de las acciones de balance conocidas y 40 millones de dólares de EBIT procedentes de las sinergias de ingresos netos estimadas en Investment Servicing y Global Markets en el año.
Según ha indica, State Street espera que la transacción se financie principalmente mediante la emisión de capital ordinario, la suspensión de la recompra de acciones ordinarias antes de reanudarla durante el segundo trimestre de 2012, y el efectivo disponible. Se espera que la adquisición tenga un efecto positivo sobre los beneficios por acción en el primer año.
Pixabay CC0 Public DomainChristian Burri. Christian Burri
El metano puede ser más peligroso que el dióxido de carbono en lo que respecta a los gases que provocan el calentamiento global, y las vacas usadas en la producción de carne y productos lácteos son responsables de gran parte del problema. Según Gita Bal, responsable global de análisis de renta fija en Fidelity International, varios métodos novedosos y pioneros para evitar o reducir las emisiones del ganado están llamando la atención de los inversores centrados en la sostenibilidad.
Una amenaza (no tan) silenciosa
Aunque el CO2 recibe más atención entre los gases de efecto invernadero, el metano es el responsable de alrededor del 30% del calentamiento global. Sin embargo, también brinda una oportunidad única para combatir el cambio climático. Mientras que las emisiones de CO2 permanecen en la atmósfera durante siglos, el metano prácticamente desaparece al cabo de una década: recortar por tanto las emisiones de metano puede traducirse en una reducción del ritmo de calentamiento del planeta más inmediata que fijarse en el CO2.
Un informe de la ONU sobre el problema del metano en el mundo publicado en mayo pasado concluyó que una reducción del 45% de las emisiones prevendría alrededor de 260.000 muertes prematuras al año y 73.000 millones de horas de trabajo perdidas a causa del calor extremo. También ayudaría a evitar casi 0,3 grados centígrados de calentamiento global en 2045.
No existen respuestas sencillas
Los grandes productores de carne y lácteos son conscientes del impacto medioambiental de sus actividades y han estado trabajando en diferentes grados para mitigarlo. Pero aquí se debate cuál es el mejor enfoque en varios frentes. Por ejemplo, la mayor parte de los productores de ternera de la Unión Europea y Brasil suelen preferir el bovino alimentado con hierba, mientras que los cereales se utilizan con mayor profusión en EE.UU. La fermentación entérica de hierba produce menos metano que los cereales en líneas generales. Por otro lado, en Brasil, por ejemplo, los pastos para la cría de ganado se han creado a menudo talando selvas. No existen respuestas fáciles y en algunos casos todo se reduce a alcanzar equilibrios entre la biodiversidad y el uso del agua, por ejemplo.
Soluciones innovadoras
Varias empresas están siendo pioneras en el desarrollo de soluciones innovadoras para capturar o reducir el metano del ganado. La empresa suiza Mootral ha desarrollado un aditivo natural para el pienso de las vacas que incorpora extractos de ajo y limón y que, según la compañía, puede reducir las emisiones de metano hasta un 38% en aplicaciones agrarias reales.
Uno de los productos que más cerca está de la fase de comercialización es Bovaer, un aditivo para el pienso desarrollado por la multinacional holandesa DSM. Un cuarto de cucharadita al día puede reducir las emisiones entéricas de metano alrededor de un 30% de acuerdo con la empresa, que cotiza en el mercado Euronext de Ámsterdam.
En un plano más sugestivo, Restaurant Brands International, la propietaria de Burger King, lanzó el año pasado una versión de su Whopper en una selección de restaurantes estadounidenses que estaba elaborada con lo que la empresa promocionada como “vacuno con menos emisiones de metano”. La cadena de restaurantes señaló que al añadir hojas secas de citronela al pienso que comían diariamente las vacas, se podían reducir las emisiones medias de metano alrededor de un tercio durante los últimos 3-4 meses de su vida (la fase de engorde antes de ser llevadas al matadero). Estas afirmaciones fueron acogidas con escepticismo, pero la promoción que realizó Burger King, incluyendo un videoclip en el que aparecía el cantante Mason Ramsey saliendo de las posaderas de una vaca para cantar sobre la amenaza que supone el metano para el clima, atrajo ciertamente atención sobre el problema.
Muchas oportunidades prometedoras se encuentran en sus etapas iniciales, pero se necesitan más acciones para que los esfuerzos de reducción del metano cobren impulso de una forma más significativa. A este respecto, cabe citar la sensibilización de los consumidores sobre el problema del metano de una forma que se traduzca en elecciones más informadas en relación con la dieta. También supone realizar más avances científicos y tecnológicos, tanto en aditivos para piensos como en métodos de captura del metano, que puedan reducir los costes y mejorar las perspectivas de comercialización y adopción por parte de la industria cárnica y láctea. En la batalla contra el cambio climático, el metano de las vacas es un gas contaminante que no podemos dejar que se nos escape.
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Pixabay CC0 Public Domain. BlackRock amplía la gama de ETF de renta fija de iShares con un nuevo fondo UCITS ESG
BlackRock ha anunciado el lanzamiento del fondo iShares Global Aggregate Bond ESG UCITS ETF (AGGE), una estrategia diseñada para apoyar los requisitos de los inversores para una versión ESG del iShares Core Global Aggregate Bond UCITS ETF.
Según la gestora, el aumento de la demanda de los inversores para incorporar los factores ESG en sus carteras de renta fija sigue impulsando la transición de los ETFs de renta fija tradicionales hacia exposiciones sostenibles, lo que explica este nuevo lanzamiento.
El fondo, que replica el índice Bloomberg MSCI Global Aggregate Sustainable and Green Bond SRI, ofrece una exposición amplia y diversificada al mercado global de bonos en 70 países y más de 30 divisas. Además, ofrece un perfil de sostenibilidad mejorado en comparación con el índice Bloomberg Global Aggregate, al tiempo que trata de mantener un perfil riesgo/retorno similar.
Según explica la gestora, el índice adopta el mejor enfoque de su clase en cuanto a inversión sostenible, incorporando una serie de criterios ESG y de implicación empresarial, además de excluir a los emisores con una calificación MSCI ESG inferior a BBB. También se excluyen los bonos soberanos y los relacionados con gobiernos sancionados por la ONU, lo que da lugar a un universo de bonos de 20.000 valores frente a los 27.000 del índice principal. Además, el índice también pretende lograr un impacto medioambiental medible mediante la asignación de al menos un 10% de su valor de mercado a valores clasificados como bonos verdes.
“A medida que se acelera el cambio hacia la inversión sostenible, hemos observado una fuerte demanda, de todos los segmentos de clientes, de una exposición global sostenible. Muchos inversores que están modificando sus asignaciones de renta fija están adoptando la indexación debido a la diversificación, la transparencia y la eficiencia que ofrecen los ETFs. Creemos que el ETF iShares Global Aggregate Bond ESG satisface las necesidades de los inversores de contar con un bloque de inversión de renta fija global diversificado, al tiempo que ofrece características sostenibles mejoradas”, ha señalado Brett Olson, responsable de renta fija de iShares en EMEA para BlackRock.
La gestora insiste en que el fondo ofrece a los clientes una forma rentable de acceder instantáneamente al mercado mundial de bonos, ya que los inversores pueden acceder a casi 20.000 bonos de 3.000 emisores a través de una única operación con una ratio de gastos del 0,10%. AGGE también se ofrece en múltiples clases de acciones con cobertura de divisas.
Este lanzamiento respalda la expectativa de BlackRock de que el 70% de sus lanzamientos y reposiciones de fondos en Europa en 2021 cumplan con el artículo 8 o 9 del Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR, por sus siglas en inglés) de la Unión Europea.
EFPA España ha alcanzado un acuerdo de colaboración con Singular Bank,por el que ambas entidades se comprometen a fomentar el asesoramiento de calidad y la formación continua de los profesionales, mediante la organización de cursos, conferencias y seminarios válidos para las recertificaciones de EFPA European Investment Assistant (EIA),European Investment Practitioner (EIP),European Financial Advisor (EFA),European Financial Planner (EFP)y la Certificación EFPA ESG Advisor, plenamente adaptadas a los requerimientos que impone ESMA y la CNMV, tras la puesta en marcha de la directiva comunitaria MiFID II.
Singular Bank colaborará y dará apoyo al trabajo de formación continua de EFPA España para renovar la cualificación y las certificaciones profesionales de los asesores financieros, así como en otras acciones organizadas por la asociación. De igual modo, EFPA España se implica con la entidad a contribuir en la difusión de las actividades que incrementen la presencia de las novedades en el ámbito de la gestión de carteras y la contratación de instrumentos financieros. Gracias a este acuerdo, EFPA suma ya 81 entidades colaboradoras, entre las que se encuentran las principales entidades bancarias y gestoras de fondos nacionales e internacionales.
Santiago Satrústegui, presidente de EFPA España, señala que “la colaboración con una firma del prestigio de Singular Bank consolida el objetivo de EFPA España de establecer sinergias con entidades de referencia para seguir fomentando la formación continua de los profesionales y la máxima cualificación como el mejor camino para ofrecer un servicio de asesoramiento financiero de excelencia a los clientes”.
Por su parte, Victoria Torre, responsable de Comunicación de Singular Bank, indica que “en Singular Bank, uno de nuestros pilares fundamentales ha sido, desde nuestros inicios, la educación financiera: de nuestros clientes, de nuestros empleados… Por eso, esta colaboración es especialmente importante para nosotros, porque nos ayuda a dar un paso más en nuestro objetivo de aportar nuestro grano de arena en el importante reto de mejorar la educación financiera de la sociedad”.
El mercado de bonos verdes soberanos es todavía pequeño, tanto en términos de títulos en circulación como de demanda de los inversores. Pero en los últimos tiempos la demanda y la oferta se han disparado. Con respecto a esta última, cada vez son más los países, las instituciones y las empresas que se deciden a emitirlos.El Gobierno español acaba de dar el paso y ha inaugurado sus emisiones, lanzando bonos verdes con un horizonte a 20 años. Los expertos consideran que tiene todo el sentido, en línea con las iniciativas de otros países europeos, con las metas climáticas marcadas y también alentado por el apetito inversor.
“La operación ha sido ampliamente anunciada y es una de las primeras emisiones de bonos verdes soberanos en 2021, incluidos los bonos verdes de Italia la pasada primavera y las próximas operaciones del Reino Unido y la UE. El timing de las operaciones en 2021 tiene sentido”, comenta Mitch Reznick, Head of Sustainable Fixed Income, del negocio internacional de Federated Hermes. “España entra ahora en este mercado tras Francia, Alemania e Italia, entre otros, mientras que otros grandes emisores soberanos, como EE.UU. y Reino Unido, aún no se han estrenado en este mercado”, recuerdan desde Scope Ratings.
“Esta emisión se produce en el contexto de una importante oferta por parte de países de la UE, y también de fuera de la UE. A lo largo de septiembre esperamos, en concreto, sendas emisiones inaugurales en el Reino Unido y Colombia, así como una subasta en Alemania que se enmarcará en un programa de emisiones ya establecido”, recuerda también Ronald Van Steenweghen, gestor de fondos de renta fija de DPAM. En su opinión, cabe esperar volúmenes récord en los próximos meses, cuando la Unión Europea lance su primer bono verde.
«Dentro de la estrategia de financiación del Tesoro Español, supone un hito al ser la primera emisión “verde”, emitida por España», comenta Luis Cotillas, Director del Departamento de Renta Fija de Beka Finance. Para que se le pueda asignar esta etiqueta de ‘verde’, hay que cumplir una serie de requisitos supervisados por una o varias agencias cualificadas que vigilan que el destino de los fondos recaudados se aplicará a promover el crecimiento de la “economía verde” y/o sostenible: «Era obligado que España emitiera un bono verde a la mayor brevedad, ya que los inversores institucionales cada vez asignan más peso a los activos verdes y ESG, en sus carteras», defiende.
Los objetivos climáticos
La emisión cumple objetivos climáticos, por un lado, y es compatible con la demanda de los inversores, por otro. “La primera emisión de bonos verdes de España (aplazada a este año tras la crisis del COVID-19) forma parte de la estrategia de financiación del país para alcanzar sus objetivos climáticos”, dice Giulia Branz, analista de Scope Ratings. Para Branz, desde el punto de vista del crédito, el aumento del seguimiento del mercado y los requisitos de información relacionados con los marcos de financiación verde que deben cumplir los emisores para este tipo de emisiones, pueden contribuir positivamente a la planificación presupuestaria a largo plazo de los riesgos relacionados con la ASG, incluso en torno a las inversiones para hacer frente al cambio climático y la transición a una economía más sostenible.
“Los firmantes del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático en la COP21 querrán mostrar los progresos que están haciendo en sus compromisos sobre el cambio climático antes de la COP26 en noviembre”, asegura Reznick.
“Es alentador que los criterios de selección de las diferentes categorías del marco se ajusten a los umbrales descritos en la Taxonomía de la UE y que las categorías estén claramente vinculadas a los Objetivos de la UE. Este marco de bonos verdes excluye también de entrada una amplia variedad de actividades que suscitan controversia (exploración, investigación y explotación de combustibles fósiles; generación de energía por fisión nuclear; generación eléctrica cuyas emisiones superen los 100 gramos de CO2/kWh; ganadería intensiva; sectores de bebidas alcohólicas y tabacaleras, juegos de azar, producción y contratación armamentística, así como minería”, añaden desde DPAM.
“La emisión de deuda verde por parte del Tesoro continúa la tendencia marcada por otros países como Alemania, Italia, Francia, o Países Bajos, y precede a la emisión anunciada por la Comisión europea en el marco del plan Next Generation. La apuesta de Europa por la transición energética y la lucha del cambio climático requiere de grandes cantidades de financiación (Morgan Stanley estima que la financiación del cambio climático costaría unos 48 billones de dólares). Sin duda, este viento de cola unido al apetito de los inversores, es lo que hace que la emisión de bonos verdes haya batido nuevos récords en 2021, con emisiones por importe de 200.000 millones de dólares», recuerda Ana Guzmán, directora de inversiones de impacto en Portocolom AV.
«El bono verde está integrado en la agenda de acción climática de España, basada en dos pilares: el Marco Estratégico de Energía y Clima; y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. El Grupo de Trabajo interministerial creó el Marco de Bonos Verdes que se encuentra totalmente alineado con los Principios de Bonos Verdes de la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (actualización 2021) y buscará la mejor manera de incorporar al marco el contenido de la Norma de Bonos Verdes de la UE que se está desarrollando», destaca Matteo Merlin, Head of Green and Sustainable Finance de Eurizon.
Una potente demanda
Y la demanda también justifica este paso del estado español: “Al mismo tiempo, hay mucha demanda para un acuerdo inaugural de este tipo e incluso puede suponer un pequeño «greenium» para España, ya que el mercado de financiación sostenible ha crecido a un ritmo récord. El plazo de vencimiento es coherente con acuerdos anteriores de Italia, Francia y Alemania”, añaden en Federated Hermes.
“Esperamos que el bono de 5.000 millones de euros encuentre un gran apetito por parte de la creciente comunidad de inversores interesados por la ASG, en línea con los datos iniciales de demanda, y también con lo visto en las recientes operaciones de otros emisores soberanos homólogos, registrando tasas de sobresuscripción muy elevadas. Un buen historial de emisiones exitosas en estas condiciones podría ayudar a mejorar aún más el perfil crediticio, ampliar la base de inversores, atraer a los inversores de largo plazo y ampliar el vencimiento medio de la deuda”, asegura Branz.
En este sentido, en la emisión y compra han participado inversores como Eurizon: «Desde el punto de vista del inversor, el compromiso del emisor con las mejores prácticas y la voluntad de divulgar información al mercado es uno de los puntos clave para evaluar el riesgo/incentivo de un instrumento de financiación sostenible. Por esta razón, y tras las constructivas conversaciones con el emisor, hemos decidido participar en la emisión del bono verde emitido por el Reino de España que cumple el requisito de nuestro dedicado proceso de evaluación. Confirmando nuestro punto de vista, la emisión del bono verde de 5.000 millones de euros a 20 años fue bien recibida por el mercado y tuvo una demanda de más de 60.000 millones, según informó Bloomberg», destacan desde la firma, donde recuerdan que próximamente habrá más países emisores. «Más países están pensando en unirse al Equipo Verde y la Comisión Europea adoptó un marco de bonos verdes evaluado de forma independiente, dando así un paso adelante hacia la emisión de hasta 250.000 millones de euros en bonos verdes, o el 30% de la emisión total de la UE de próxima generación a partir de octubre de 2021».
El atractivo inversor
Para el inversor, esta emisión supone una atractiva oportunidad de compra:«Todo parece apuntar a que las emisiones por parte de gobiernos serán cada vez más numerosas y el diferencial será cada vez menor, con lo que comenzar a construir una cartera de bonos verdes gubernamentales puede ser una opción atractiva», dicen en Portocolom AV.
Y reforzará aún más el perfil de diversificación de los inversores en bonos verdes, defienden en DPAM. “España es el séptimo emisor de deuda pública en euros, pero los emisores con una calificación inferior a AAA/AA siguen infrarrepresentados en este segmento del mercado verde. El perfil de vencimiento a 20 años tiene sentido para el emisor, pero no deja de estar comprendido en las estrategias de largo plazo típicas y, en consecuencia, no aporta diversificación en duración”, matizan desde la gestora.
Dada su similitud con los bonos españoles convencionales, esta emisión inaugural previsiblemente suscitará una elevada demanda inversora (tanto de cuentas sostenibles como convencionales), asegura Van Steenweghen. De cara a la determinación del precio, dice, no es fácil precisar con exactitud un valor razonable, pero de media los bonos verdes del Estado cotizan en el mercado secundario entre 3 y 5 puntos básicos por encima de sus homólogos convencionales.
Sin embargo, algunos matizan su atractivo, ante las próximas actividades de las autoridades monetarias: «La demanda superó en 12 veces el importe de la emisión, pero el plazo a 20 años, en la parte larga de la curva, no está indicada para todo tipo de inversores, y la rentabilidad de la emisión ha estado ligeramente por encima del 1%. Los movimientos de los bancos centrales, para los que el mercado descuenta que anunciarán en breve la reducción en su ritmo de compra de activos supondrá algo de presión para los tipos de interés a medio plazo. Sin embargo, pensamos que la emisión seguirá teniendo buena acogida en muchas carteras que están ansiosas de tener este tipo de activos, para poder colocar sus excedentes de liquidez», explican en Beka Finance.
Como riesgo, Guzmán señala la potencial falta futura de oferta en las emisiones tradicionales: “Sin lugar a duda, el compromiso de los países para la consecución de proyectos verdes concretos y la inversión en I+D+I es muy positiva. Aunque como elemento de reflexión cabría destacar el riesgo a futuro de que las emisiones de deuda ordinarias dejen de contar con el beneplácito de los inversores y se produzca una falta de oferta en las emisiones tradicionales con el consiguiente déficit de fondos para infraestructuras o proyectos necesarios para las economías de los países».
El marco del bono español: la importancia del transporte limpio
Según explica Van Steenweghen, el marco específico del bono destaca la categoría de “transporte limpio”. “Esta categoría se centra en gastos dirigidos a reducir la dependencia del transporte respecto de los combustibles fósiles mediante, por ejemplo, ayudas al desarrollo y al mantenimiento del sistema ferroviario de transporte de pasajeros y mercancías, el desarrollo de vehículos con bajas emisiones de CO2, subvenciones a un transporte público sostenible y el fomento de un transporte modal que promueva la transición hacia modos de transporte más respetuosos con el medio ambiente. Según el inventario de GEI de 2018, el sector del transporte es el principal emisor en España, generando el 27% del total del país. Siendo así, resulta alentador que la categoría esté bien representada en el marco”, explica.
En su opinión, este marco debe también considerarse en el contexto de la gobernanza institucional española. “Se trata de un país con un estado muy descentralizado a nivel administrativo. En consecuencia, y a diferencia de otros emisores soberanos, en España las administraciones públicas subcentrales controlan parte del gasto ambiental e incluso emiten sus propios bonos verdes. Por lo tanto, sus emisiones podrían ser comparativamente menos voluminosas que las de otros estados europeo”, explica. Al respecto cabe mencionar que algunas emisiones regionales optan por el formato de bonos sostenibles, cuyo producto admite tanto un uso ecológico como social.
Las comunidades autónomas y las empresas, por delante
De hecho, las comunidades autónomas llevan delantera al gobierno central en este asunto y han incrementado significativamente la emisión de bonos verdes y ligados a la sostenibilidad en los últimos años, en un retorno gradual a la financiación de mercado frente a la dependencia de la financiación del gobierno central. “Los bonos sociales, verdes y ligados a la sostenibilidad pueden ayudar a mejorar el perfil de la deuda de las regiones al dar a los emisores acceso a nuevo capital en condiciones favorables», afirma Branz. «Esperamos que continúe la tendencia de dejar de depender de la financiación del Gobierno central, que se produjo tras la crisis de la deuda soberana, aunque sólo para las regiones con sólidos fundamentales a nivel fiscal», añade.
Además de las comunidades, también han emitido bonos verdes antes las empresas españolas.“Las empresas españolas son uno de los mayores emisores de bonos verdes a nivel mundial, representando aproximadamente el 8% del mercado crediticio de grado de inversión. Los principales emisores son los bancos españoles, BBVA, Santander… y las empresas de servicios públicos, como Iberdrola, Gas Natural… Los gobiernos y las administraciones locales también están emitiendo bonos verdes. El Instituto de Crédito Oficial de Andalucía emitió bonos verdes este año», recuerda Olivier Debat, especialista senior en inversiones de Union Bancaire Privée (UBP).
«En nuestra opinión, las empresas son un mercado más prometedor en términos de crecimiento, ya que las empresas se comprometen a reducir sus emisiones de CO2 gracias al acuerdo de París sobre el cambio climático y ofrecen un rendimiento más atractivo que las empresas no corporativas. El mercado de bonos verdes está en auge este año impulsado por los bancos, las empresas de servicios públicos y las inmobiliarias en el espacio corporativo. El fuerte ritmo de emisión en la primera mitad del año hace que el mercado supere los volúmenes récord de 2019. En el mercado español destacaríamos la emisión reciente de BBVA, el primer y único bono verde AT1 que paga un cupón del 6,0% en euros”, añade.