El año 2025 cerró con un ritmo de innovación sin precedentes, tensiones políticas a nivel global y movimientos de mercado que sorprendieron incluso a los inversores más experimentados. En este contexto, la gran pregunta de cara a 2026 es si las fuerzas que han sostenido el crecimiento −la inteligencia artificial, los estímulos fiscales y una política monetaria más acomodaticia− serán suficientes para que la economía logre la tan ansiada “velocidad de escape” frente a tres grandes anclas estructurales: la deuda, la demografía y la desglobalización.
En el informe Year Ahead 2026 que desde el banco UBS acabamos de presentar, hemos analizado en profundidad estas fuerzas y planteamos una hoja de ruta para inversores que buscan generar rentabilidad en un entorno que volverá a combinar oportunidades de crecimiento con riesgos significativos.
La IA seguirá marcando el ritmo
La inteligencia artificial ha sido uno de los grandes motores del mercado en 2025. Solo el sector tecnológico representa ya un 28% del MSCI AC World, impulsado por un ciclo de inversión en IA que continúa expandiéndose y que podría seguir sosteniendo los beneficios empresariales en 2026. Su monetización será clave y se concentrará cada vez más en aplicaciones “agénticas” y software más que en infraestructura.
Transformaciones estructurales
Las megatendencias como la digitalización, descarbonización, envejecimiento poblacional, endeudamiento público y desglobalización seguirán marcando el rumbo de los mercados.
El informe de UBS señala que, para los inversores, esto se traduce en un posicionamiento estratégico en estas tendencias estructurales que podrían ocupar hasta un 30% de una cartera de renta variable diversificada.
Previsiones de crecimiento global para 2026
UBS prevé que la economía mundial crezca un 3,1% en 2026, con una actividad que ganará tracción en la segunda mitad del año. En concreto, a nivel anual:
La zona euro crecería un 1,1%, con un impulso adicional procedente del estímulo fiscal alemán y unos ingresos reales en aumento.
En Estados Unidos, el PIB podría expandirse un 1,7%, apoyado por mejores condiciones financieras y una política fiscal flexible.
En Asia-Pacífico, se espera un crecimiento cercano al 5%, con China recuperando dinamismo gracias a un sector tecnológico más competitivo y ganancias empresariales estimadas al alza.
Este escenario, aunque moderado, configura un entorno más constructivo para la renta variable global, con una expectativa de subida cercana al 15% para finales del año.
Más allá de la tecnología: commodities, renta fija y divisas
No todo el protagonismo recae en la renta variable. UBS identifica varias oportunidades adicionales:
Materias primas: la tensión entre oferta limitada y mayor demanda, junto con factores geopolíticos, favorecerá a activos como el cobre, el aluminio y ciertas materias primas agrícolas. El oro, por su parte, continúa siendo un diversificador clave y activo refugio.
Búsqueda de ingresos diversificados: con diferenciales de crédito ajustados y un entorno aún incierto, recomendamos combinar bonos de calidad, estrategias de mayor rendimiento, acciones con dividendo e inversiones estructuradas.
Estrategia de divisas: el dólar podría verse presionado por futuros recortes de tipos en Estados Unidos, lo que favorece monedas como el euro, el dólar australiano o la corona noruega.
Escenarios clave: entre la aceleración tecnológica y el riesgo de disrupción
Aunque los titulares políticos seguirán ocupando el foco en 2026, la experiencia demuestra que su efecto en los mercados suele ser limitado y de corta duración. Aun así, existen riesgos que podrían provocar retrocesos el próximo año. Entre ellos destacan:
Una posible decepción en el avance o adopción de la inteligencia artificial.
Un repunte o persistencia de la inflación.
Tensiones por la rivalidad estratégica entre Estados Unidos y China.
La reaparición de inquietudes sobre la deuda soberana o privada.
Teniendo todo esto en cuenta, en el informe planteamos varios escenarios de riesgo para el próximo año, que incluyen:
Escenario alcista: auge tecnológico, monetización de la IA más rápida de lo esperado, productividad al alza y mercados globales en fuerte expansión.
Escenario base: crecimiento sólido, inflación estabilizada y avances graduales en IA.
Escenario bajista: decepción en la adopción de IA, persistencia inflacionaria y tensiones comerciales más profundas.
Cómo prepararse: diversificar y proteger
De cara a 2026, en UBS identificamos tres acciones clave para los inversores:
Cubrir riesgos de mercado mediante liquidez suficiente, bonos de calidad y oro.
Aprovechar periodos de baja volatilidad para asegurar beneficios con inversiones estructuradas.
Diversificar con alternativas −hedge funds y private equity−, que pueden representar hasta un 40% de carteras con enfoque de dotación.
2026 será un año en el que los inversores deberán equilibrar prudencia y ambición. La IA y el apoyo fiscal abren la puerta a un nuevo ciclo de crecimiento, pero los desafíos estructurales siguen ahí. En este contexto, una estrategia disciplinada y diversificada por regiones y activos (incluyendo alternativos), será fundamental para aprovechar las oportunidades que ofrece un mundo que continúa transformándose a gran velocidad.
Tribuna por Maximilian Kunkel, Chief Investment Officer Global Family and Institutional Wealth de UBS GWM.




