La ciudad española de Sevilla fue escenario del Summit 2025 de Insigneo —el primer gran encuentro de la firma fuera de las Américas— y allí, su Chief Investment Officer, Ahmed Riesgo, propuso un giro conceptual que, según él, será determinante para el negocio de asesoramiento patrimonial en los próximos años.
Ante un auditorio compuesto mayoritariamente por asesores y profesionales de inversión, Riesgo sostuvo que el mundo ya se encuentra “en medio de un boom de longevidad” que obligará a replantear desde las finanzas públicas hasta los portafolios personales. El ejecutivo, que lidera la investigación macro y asignación de activos en Insigneo, insistió en que el desafío no es solo vivir más, sino financiar vidas más largas y saludables.
Longevidad: una tendencia estructural con impacto fiscal
El CIO destacó que la esperanza de vida global viene creciendo a razón de casi un año cada cuatro años desde 1990. De mantenerse la trayectoria, hacia 2050 se sumarán otros cuatro a cinco años a la media mundial. En su visión, esto dibuja un escenario probable de generaciones viviendo activamente hasta los 90 y más allá, con mejoras relevantes también en esperanza de vida saludable.
Pero ese avance abre un frente de tensión fiscal, según advirtió. Riesgo describió un “descalce histórico”: la sociedad invirtió un siglo en “ingeniería de vidas más largas”, pero casi nada en “ingeniería de balances” que sostengan ese nuevo ciclo vital. La combinación de mayor longevidad y caída de la fertilidad está elevando la tasa de dependencia de adultos mayores, lo que presiona el gasto público en jubilaciones, salud y cuidados de largo plazo.
Su conclusión macro clave es que habrá mayor endeudamiento estatal y, por lo tanto, presión alcista sobre las tasas reales. En consecuencia, señaló que los bonos soberanos de mercados desarrollados enfrentarán vientos en contra estructurales.
“Riqueza = dinero + tiempo + salud”
Uno de los ejes más repetidos de la charla fue la necesidad de redefinir el concepto de riqueza. Para Riesgo, la ecuación tradicional centrada en el patrimonio debe ampliarse: “la riqueza ya no es solo dinero: también es tiempo y salud”, aseguró.

De esa redefinición nació el título de su intervención en el evento de Sevilla: pasar de “net worth” a “net years”. El mensaje fue directo para los planificadores patrimoniales: las herramientas financieras diseñadas para una vida laboral de tres etapas y un retiro relativamente corto no funcionan en un mundo de “vidas multietapa” y potencialmente centenarias.
Riesgo atribuyó el salto de longevidad a motores tradicionales (medicina preventiva, menor mortalidad infantil, vacunas, mejoras cardiovasculares, aumento del ingreso), pero subrayó el peso creciente de nuevos catalizadores:
- Plataformas de ARNm, que aceleran ciclos de vacunas y respuesta ante brotes.
- Fármacos GLP-1, con efectos que trascienden la pérdida de peso y mejoran diabetes, riesgo cardiovascular y potencialmente demencia, reduciendo la morbilidad.
- Inteligencia artificial, como acelerador de descubrimiento de drogas, diagnóstico temprano y medicina personalizada.
- Robótica y automatización de cuidados, que sostendrán calidad de vida de cohortes envejecidas.
En su lectura, la IA reducirá significativamente los tiempos de investigación y ensayos clínicos, empujando una “era de abundancia” en salud y biotech.
Implicancias para portafolios: tres sectores ganadores
El CIO afirmó que la longevidad no solo es un tema social, sino una mega-tendencia invertible. Y planteó tres sectores con ventaja estructural:
- Salud y biotech: med-tech, diagnósticos, farmacéuticas habilitadas por IA, plataformas de prevención.
- Tecnología aplicada al envejecimiento: robótica, humanoides, software industrial que compensa escasez laboral.
- Real estate e infraestructura de longevidad: senior housing, edificios médicos, laboratorios, rehabilitación, home care y servicios vinculados.
En particular, resaltó el retorno del senior housing como oportunidad luego del impacto pandémico, así como el atractivo de REITs de salud enfocados en consultorios médicos y life-science labs.
Ahmed Riesgo cerró su exposición con un set de lineamientos prácticos para una cartera “longevity-aware” para los asesores y gestores que escuchaban atentos su charla:
- Más crecimiento (más equity) y menos cash: en horizontes largos, el efectivo deja de ser “rey” y se vuelve un lastre.
- Asignación explícita a la economía de la longevidad: crear un bloque temático específico dentro del portafolio.
- Cobertura del riesgo de longevidad en carteras con pasivos: swaps de longevidad, annuities diferidas, bonos largos ligados a inflación.
- Rebalancear tiempo, no solo activos: financiar carreras múltiples, sabáticos, reinversión en capital humano a mitad de vida.
- Sesgo hacia sistemas resilientes: compañías y países con infraestructura sanitaria sólida y tecnología para telemedicina, trabajo remoto y cuidado automatizado.
En línea con esa lógica, sugirió una asignación estratégica más orientada a renta variable, activos reales e instrumentos de ingreso vitalicio, con un peso mucho menor de bonos de mercados desarrollados.


