La carrera hacia el cero neto: cómo navegar por un nuevo mundo de compromisos climáticos

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Mientras decenas de millones de espectadores de toda Europa y del mundo sintonizaron este verano la Eurocopa de fútbol 2020, sus ojos pueden haber captado un nuevo eslogan en las vallas publicitarias junto al campo.

Volkswagen, el mayor fabricante de automóviles de Europa y uno de los patrocinadores del concurso, utilizó su espacio publicitario principal para promover su compromiso de ser neutral en carbono o «Net Zero» para 2050. En su lenguaje de marketing, se trataba del «camino a cero». A veces podemos calibrar el estado de ánimo del público por los anuncios que las empresas deciden emitir. La elección de VW de anunciar esta campaña por el «cero neto» en una competición de fútbol europea refleja la rapidez con la que ha aumentado la concienciación sobre el cambio climático entre los europeos. Ese aumento se refleja en las clasificaciones de Google Trends, donde las búsquedas de «cero neto» alcanzaron un máximo mundial en más de cinco años, en abril de 2021, y un nuevo pico unos meses después, en septiembre.

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Los datos de las búsquedas muestran lo que ya podemos intuir al leer las noticias o ver la televisión: que cada vez más empresas, inversores y gobiernos se comprometen con la neutralidad del carbono, con el cero neto.

Por qué parece que todo el mundo está apostando por el cero neto

Si todos los ámbitos de la sociedad -gobiernos, empresas, inversores e incluso algunos ciudadanos de a pie- se están comprometiendo con el concepto de cero neto, la pregunta es ¿por qué?

La respuesta es muy sencilla. Para que la humanidad pueda estabilizar alguna vez el aumento de la temperatura global inducido por el hombre, independientemente del nivel de temperatura que se elija como máximo, ya sea de 2°C o de 1,5°C, en algún momento el planeta debe alcanzar el cero neto de emisiones de gases de efecto invernadero. Sin él, las temperaturas globales seguirán aumentando para siempre.

Cuando nos fijamos en un objetivo de temperatura como el de 1,5ºC, es importante tener en cuenta que las temperaturas globales ya han aumentado una parte considerable. En promedio, las temperaturas actuales superan en más de 1°C el nivel preindustrial, calculado utilizando el periodo de referencia de 1850-1900, ya que es el «periodo más antiguo con observaciones casi globales».

Si bien las temperaturas ya han aumentado, el paso a cero neto tiene el poder de limitar el aumento general a un nivel que provoque la mínima cantidad de cambio climático. Eso impulsa lo que llamamos «la carrera hacia el cero neto».

La carrera hacia el cero neto

Países

Varios países parecen estar compitiendo por alcanzar el cero neto. Alemania es uno de ellos: en mayo, el gobierno alemán anunció su intención de reducir las emisiones de carbono en un 65% para 2030, en un 85-90% para 2040, y ser cero neto en 2045. Alemania ha sido siempre el mayor emisor de CO2 de Europa, y los objetivos anteriores del país eran una reducción del 55% para 2030 y la neutralidad del carbono para 2050. Entre otros compromisos gubernamentales destacables, la administración estadounidense ha anunciado una reducción del -50%/52% para 2030, y el Reino Unido se ha comprometido a una fuerte reducción del -78% para 2035.

Empresas

La carrera hacia el cero neto se refleja también en el mundo empresarial. Alrededor de 3.100 empresas se han fijado objetivos de cero neto para 2050 en el marco de la iniciativa «Carrera hacia el Cero», respaldada por la ONU. Según un informe reciente, «de las 2.000 empresas cotizadas más grandes del mundo, al menos una quinta parte (el 21%) se ha comprometido con el cero neto, lo que representa unas ventas anuales de casi 14 billones de dólares»1.  Docenas de ellas se han comprometido con el cero neto incluso antes.

Entre ellas, Schneider Electric para 2030, Unilever para 2039, Coca Cola, Orange y Amazon para 2040, y Engie para 2045. Microsoft se comprometió el año pasado a ser carbono negativo (es decir, no sólo neutro) para 2030, con o sin compensación, y para 2050 a «eliminar del medio ambiente todo el carbono que la empresa ha emitido directamente o por consumo eléctrico desde su fundación, en 1975». El Acuerdo de París establece como objetivo la neutralidad de carbono en 2050, por lo que estamos viendo que las grandes empresas se comprometen a un calendario aún más estricto.

Inversores

Los inversores también se han sumado a la carrera hacia el cero neto, y varios de ellos han fijado objetivos claros de neutralidad de carbono en sus carteras, en algunos casos incluso antes de 2050. El banco sueco Swedbank Robur y la empresa británica Aviva tienen como objetivo la neutralidad en carbono para 2040, y J. Safra Sarasin aspira a lo mismo para 2035. Estos inversores están optando por ir un paso más allá de las principales iniciativas de los titulares de activos, como la «Net Zero Alliance«, y la última iniciativa de gestión de activos de «Net Zero Asset Managers«.

Si observamos los compromisos climáticos asumidos por los países, las empresas y los inversores, se dibuja un panorama de avances impresionantes hacia la sostenibilidad climática y la reducción de emisiones. Sin embargo, como inversores, debemos resistirnos a la tentación de dejarnos llevar por anuncios e historias impresionantes, sin someterlos a un escrutinio riguroso.

En realidad, cada una de las afirmaciones anteriores representa una realidad ligeramente diferente, y debemos ser muy perspicaces a la hora de apostar en exceso por la carrera hacia el cero neto, especialmente de cara a la cumbre COP26 de noviembre en Glasgow, que probablemente irá acompañada de un incremento de las promesas climáticas.

Para navegar por el nuevo mundo del cero neto, hay que tener en cuenta algunos consejos importantes que pueden ayudar a interpretar lo que realmente significa un compromiso.

Paso 1: entender qué se entiende por «presupuesto de carbono»

«Presupuesto de carbono», al igual que «cero neto», es un término común que a veces es mal interpretado. Este término se refiere a la cantidad restante de emisiones de CO2 que puede emitirse a nivel mundial, más allá de la cual un resultado de temperatura determinado (por ejemplo, por encima de 1,5°C o por encima de 2°C) está «bloqueado». Los presupuestos de carbono pueden calcularse con precisión porque cada vez entendemos mejor la correspondencia entre las emisiones acumuladas y el nivel de calentamiento, y también entre el calentamiento y los cambios meteorológicos en las distintas regiones.

Conocemos el nivel actual de calentamiento global (+1,2ºC por encima de la época preindustrial2). También conocemos el nivel máximo de calentamiento a partir del cual podemos esperar un impacto climático grave (1,5 °C). Y, gracias a la mejora de la modelización, sabemos que existe una relación «casi lineal» entre las emisiones acumuladas y el calentamiento: en pocas palabras, una cantidad determinada de emisiones conduce a un nivel determinado de calentamiento. Con estos tres datos, podemos calcular la cantidad de CO2 que se puede emitir antes de superar las barreras de 1,5 °C y 2 °C.

Entre 1850 y 2019, se emitieron aproximadamente 2.390 Gt de CO23.  Para tener aproximadamente 2/3 (67%) de posibilidades de mantener el calentamiento a 1,5°C, quedan unos 400-500 Gt de CO2 por «gastar». En la actualidad, el mundo emite 42 Gt al año, una cifra que agotaría la cantidad restante en 10-15 años. Cuando se oye hablar de presupuesto de carbono, en realidad se refiere a un concepto muy simple. Ya hemos gastado 2.390 Gt. Nos quedan unos 500 Gt por gastar. El presupuesto de carbono trata de cómo repartir esa cantidad final a lo largo del tiempo.

Paso 2: prestar atención a los «años base»

Ahora que tenemos claro el concepto de presupuesto de carbono, el siguiente término más importante que hay que entender al interpretar los compromisos climáticos es el de «año base». El año base se refiere a la fecha de referencia utilizada en cualquier compromiso de reducción de emisiones. Es tan importante como el año objetivo, pero generalmente es mucho menos visible. 

Un ejemplo: el último paquete legislativo de la UE «Fit for 55» tiene como objetivo una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero del -55% para 2030 (revisado desde el -40% y luego el -50%). Pero este objetivo del -55% se calcula con respecto a una línea de referencia de 1990. Lo mismo ocurre con el objetivo actualizado de Alemania del -65% para 2030, y el del Reino Unido del -78%: todos utilizan 1990 como punto de referencia. Pero el compromiso de EE.UU., por ejemplo, se basa en un punto de referencia de 2005.

¿Y qué? Bueno, cuando se interpreta un compromiso que promete una disminución porcentual en un punto determinado, se necesita un «punto de anclaje» para que tenga algún sentido. Puedes decir «reduciré a la mitad mi consumo de chocolate», pero ¿te refieres a compararlo con las dos barritas que te comiste ayer o con las 20 barritas que te comiste el mes pasado?

Para profundizar en esta idea, podemos tomar el ejemplo de los ETFs de Lyxor alineados con los acuerdos de París. Estos utilizan una metodología que aplica una reducción inmediata del -50% de las emisiones de gases de efecto invernadero en una asignación de cartera en comparación con su índice matriz (por ejemplo, un ETF S&P 500 Paris-Aligned se refiere al índice S&P 500). Pero una vez reducida en un -50%, continúan descarbonizándose a partir de este punto a un ritmo del 7% anual.

Utilizando nuestro conocimiento de los años base, querremos contextualizar estas afirmaciones. Así pues, debemos preguntarnos: ¿cuál es el año base? Los ETFs de Lyxor alineados con los acuerdos de París tienen a 2019 como año de referencia, lo que significa que reducen inmediatamente la intensidad de carbono de la cartera en un 50% con respecto a su nivel de 2019. En 2019, la UE ya ha alcanzado un -25% de emisiones desde 1990. En 2019, las emisiones del Reino Unido ya eran un -40% inferiores a las de 1990, gracias a décadas de reducción del carbón. Por lo tanto, los fondos reducen a la mitad una cifra ya muy reducida, y luego siguen reduciéndola más cada año.

Esta metodología parece ir más allá del escenario de 1,5 ºC recogido en el Acuerdo de París, que exige una reducción del -45% de la intensidad de carbono global para 2030 en el camino para alcanzar el cero neto en 2050. Como ya hemos visto, la UE tiene como objetivo una reducción más ambiciosa del -55% para 2030. Así pues, con su reducción inmediata del -50% y del -7% anual posterior, los ETFs de Lyxor alineados con París superan ambos objetivos. Podemos predecir, por tanto, que los ETFs alineados con París deberían ser cero neto antes de 2050, gracias a la relación entre la metodología de descarbonización y el año base utilizado.

Paso 3: cuestionar las suposiciones predefinidas

Hasta ahora hemos visto la importancia de entender el presupuesto de carbono y de interpretar los objetivos de reducción de emisiones en relación con el año base utilizado. Hay un último punto que hay que recordar para ser un inversor climático informado: aparte de las escasas empresas que pueden «llegar a cero neto» hoy, los compromisos son, en el mejor de los casos, trayectorias de cambio a lo largo de varios años, y esas trayectorias se basan en supuestos importantes. Estos incluyen la capacidad de descarbonizar a un ritmo determinado en el futuro, o que se desarrollarán soluciones eficaces de captura y almacenamiento de carbono para mitigar las emisiones.

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Todos los escenarios centrales del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) se basan en gran medida en las emisiones negativas, es decir, en la eliminación del carbono. La eliminación de carbono permite que continúe un cierto nivel de emisiones de carbono, ya que el balance neto sigue siendo neutro o negativo. Alcanzar el cero neto antes de 2050 (por ejemplo, en 2040) supondría disminuir las emisiones brutas más rápidamente que en los escenarios de 2050, y/o utilizar mayores supuestos de emisiones negativas.

Es importante ser realistas con nosotros mismos sobre estos escenarios. En algunos casos, la tecnología que se espera que proporcione una mejor eliminación de carbono está todavía en fase teórica o de prototipo. Este hecho podría explicar por qué el último informe de la AIE, publicado en mayo de 2021, recomienda perspectivas basadas en una reducción más rápida de las emisiones pero una menor eliminación de carbono. Las hipótesis pueden cambiar con el tiempo, y un inversor informado debe entenderlo.

Para ilustrarlo de nuevo con los ETFs de Lyxor alineados con París: antes dijimos que estos ETFs deberían llegar a cero neto antes de 2050. Según nuestros cálculos, basados en trayectorias anteriores, el ETF global de Lyxor alineado con París sería cero neto entre 2043 y 2045. Basándonos en el último escenario de la AIE (reducción más rápida/menores eliminaciones), esperaríamos que esa cifra estuviera más cerca de 20494.

El cero neto es un cambio extremadamente positivo pero todavía requiere un análisis profundo

Todo esto no quita la importancia del cero neto y los grandes avances que ya se han conseguido. Lyxor cree firmemente en la urgencia del cambio climático y en la gran oportunidad y responsabilidad que tienen los gestores de inversiones y los propietarios de activos para hacer avanzar este cambio. Creemos que todos los participantes en el mercado deben sentirse equipados con la mejor información posible para tomar las decisiones correctas, y esto incluye la capacidad de mirar más allá de los titulares y evaluar los compromisos con una perspectiva clara.

Nuestra Guía para la inversión en el clima se redactó con este objetivo, para ayudar a los inversores a poner en práctica los objetivos del Acuerdo de París. Estamos actualizando la guía este mes con las últimas actualizaciones climáticas. Mientras tanto, toda la información clave sobre la gama completa de ETFs climáticos de Lyxor está disponible en nuestro nuevo hub ESG.

Tribuna de Pedro Coelho, responsable para Société Générale de Lyxor ETF para España, Portugal y Latinoamérica.

 

Notas:

[1]   Haciendo balance: Una evaluación global de los objetivos de cero neto, ECIU y Oxford Net Zero, marzo de 2021

https://eciu.net/analysis/reports/2021/taking-stock-assessment-net-zero-targets

[2] Organización Meteorológica Mundial, 14 de enero de 2021 https://public.wmo.int/en/media/press-release/2020-was-one-of-three-warmest-years-record

[3] Informe AR6 del IPCC, 7 de agosto de 2021, https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg1/downloads/report/IPCC_AR6_WGI_SPM.pdf

[1] Estimaciones de Lyxor International Asset Management, octubre de 2021

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Cómo utilizar el poder de las inversiones para impulsar un cambio positivo

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Pixabay CC0 Public DomainImagen de Alexandru Manole. Aberdeen

El mundo se enfrenta a muchos retos, desde el cambio climático y la desigualdad hasta la producción y el consumo insostenibles. Como gestores de activos, creemos que es posible ayudar a abordar estos problemas sin dejar de obtener beneficios financieros para los clientes. Por ello, en vísperas de la conferencia COP 26 de noviembre, vamos a analizar algunas de las opciones de inversión sostenible que los inversores tienen a su disposición. Entre ellas se encuentran las que entran en el ámbito del nuevo Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR) de la UE.

Europa lidera el camino

La Unión Europea apoya firmemente la transición hacia una economía baja en carbono, más eficiente en cuanto a recursos y sostenible. Los responsables políticos han respaldado sus intenciones con hechos, anunciando el Acuerdo Verde Europeo de 1 billón de euros en diciembre de 2019.

Una parte importante del esfuerzo consiste en implicar al sistema financiero -y sus enormes reservas de capital- en la lucha contra el cambio climático. Y aquí es donde entra en escena el reglamento SFDR. Introducido por la Comisión Europea en marzo de 2021, esta normativa obliga a los participantes y asesores del mercado financiero a proporcionar más información relacionada con la sostenibilidad. El objetivo es garantizar que los inversores dispongan de la información necesaria para tomar decisiones de inversión acordes con sus objetivos de sostenibilidad. También pretende evitar el greenwashing o «lavado verde» en los productos y asesoramiento financiero. Todo producto financiero que se venda en la UE debe clasificarse como artículo 6, 8 o 9.

Un fondo catalogado como artículo 9 se define como «un fondo que tiene como objetivo la inversión sostenible o la reducción de las emisiones de carbono». Los productos del artículo 8 son los que buscan promover características sociales y/o medioambientales, al mismo tiempo que siguen prácticas de buen gobierno. Los del artículo 6 son todos los demás.

Por supuesto, la normativa SFDR se enfrenta a retos. Muchas empresas tendrán que revisar las estrategias de inversión, la gestión de riesgos, la presentación de informes y la divulgación de información. Sin embargo, creemos que los amplios requisitos de transparencia que exige la normativa SFDR destacarán a los gestores de activos que se toman en serio la sostenibilidad.

Inversión de impacto

La inversión de impacto, que antes era una opción de inversión de nicho, ha ganado popularidad en los últimos cinco años. Consiste en invertir en empresas cuyas actividades, tecnologías o productos están diseñados específicamente para abordar los retos del planeta a largo plazo. En otras palabras, empresas que buscan tener un impacto positivo y medible en el mundo. Los tipos de actividad incluyen:

  • apoyar el almacenamiento y la distribución de energías renovables
  • mejorar los tratamientos para los problemas de salud prioritarios
  • proporcionar acceso a los servicios financieros a las comunidades desatendidas

El cambio climático y el camino hacia un mundo con emisiones netas cero

El cambio climático es, sin duda, uno de los principales retos a los que se enfrenta la sociedad. Los políticos han respondido (tardíamente). Muchos países se han comprometido a tener emisiones netas cero para 2050. Se calcula que se necesitan 50 billones de dólares de inversión para alcanzar las emisiones netas cero en esa fecha, por lo que creemos que las oportunidades son considerables. Dentro de la industria de gestión de activos existen muchas soluciones diferentes para ayudar a abordar el cambio climático y la transición hacia un mundo cero neto, dependiendo de los objetivos financieros del cliente y de su tolerancia al riesgo.

En primer lugar, hay estrategias de renta variable. Éstas pueden implicar la inversión en proveedores y líderes en soluciones para el cambio climático. Por ejemplo, empresas que hayan asumido los mayores compromisos de reducción de carbono en sus productos y servicios. O, en el ámbito de la construcción, empresas dedicadas a la urbanización y las infraestructuras sostenibles. Una vez más, muchas de estas compañías pretenden tener un impacto positivo y ofrecer un rendimiento financiero. Un enfoque activo y comprometido puede ayudar a los gestores de activos a descubrir dichos nombres.

Comprometerse, no evitar

Identificar los riesgos asociados a la transición a un mundo cero neto también será vital. Entre ellos se encuentran el aumento de los precios del carbono, los activos bloqueados y los cambios en la tecnología. Para algunos inversores, esto puede significar evitar por completo las actividades de alto riesgo. Y es cierto, la mayoría de los fondos tienen umbrales mínimos de entrada y/o listas de exclusión. Sin embargo, creemos que los productos sostenibles también deben adoptar y comprometerse con los tipos de empresas que otros podrían evitar. Al fin y al cabo, estas compañías serán una parte importante de la solución. Por ello, los inversores también podrían considerar la posibilidad de asignar parte del capital  a los principales reductores de emisiones que operan en sectores con altas emisiones.

Como parte de esto, los gestores de activos también pueden apoyar a las empresas que abordan los riesgos físicos del cambio climático. Para los inversores en renta fija, esto puede implicar la asignación de capital a emisiones soberanas, de empresas de servicios públicos o de compañías de seguros que construyan protecciones contra las inundaciones o que ofrezcan pólizas contra el aumento de los precios de las materias primas.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU

Otra opción posible es invertir de acuerdo con los 17 ODS de la ONU. Se trata de un plan político y de financiación diseñado para ayudar a los gobiernos, las empresas y la sociedad a abordar problemas como la pobreza, la desigualdad, el cambio climático, la degradación del medio ambiente y la injusticia, entre otros.

Los ODS son muy importantes para los países asiáticos y los mercados emergentes. Muchos de ellos tienen economías de rápido crecimiento, pero carecen de financiación en áreas importantes. Sin embargo, estas regiones albergan algunas de las empresas más innovadoras que pueden ayudar a resolver estos problemas. Esto significa que los gestores de activos pueden canalizar el capital hacia los países y sectores que más lo necesitan, y en los que la rentabilidad relativa potencial es elevada.

Por supuesto, estas son sólo una muestra de las estrategias sostenibles disponibles. Otras estrategias incluyen la ética, la ISR (inversión responsable sostenible) y las estrategias temáticas, entre otras.

Conclusión

Como gestores de activos, podemos desempeñar un papel fundamental a la hora de abordar los principales retos del mundo, al mismo tiempo que ayudamos a nuestros clientes a alcanzar sus objetivos financieros. Creemos que pueden cumplir estos objetivos a través de productos como la inversión de impacto, las estrategias categorizadas como artículo 9 bajo la normativa SFDR y las alineadas con los ODS. Profundizaremos en estas posibles opciones en nuestros próximos artículos.

Tribuna de Jamie Govan, gestor senior de inversiones ESG en abrdn

El reequilibrio económico de China arroja incertidumbre sobre el mercado inmobiliario

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Pixabay CC0 Public DomainHenry Chen. Henry Chen

Tratar de describir la economía china de las últimas décadas siempre ha sido una lección de gimnasia económica. De una economía dirigida comunista más tradicional hasta un modelo híbrido capitalista, China trata ahora de reinventarse nuevamente para repartir la prosperidad de manera más equitativa. Incluso le ha puesto nombre: “prosperidad común”.

Abordar la disparidad de riqueza

En las últimas décadas, la economía china ha crecido a un ritmo vertiginoso, lo que le ha permitido escalar en la clasificación de PIB per cápita y afirmar a principios de este año que había eliminado la pobreza extrema del país. Sin embargo, el ascenso económico ha sido desigual: las zonas urbanas han superado a las comunidades rurales y ha surgido una nueva clase de multimillonarios, a medida que el país ha expandido su industria y ha abrazado el consumismo. Según la lista de Forbes de 2021, solo el año pasado, el número de multimillonarios en China aumentó de 238 a 626. El coeficiente de Gini ―que mide la desigualdad económica de un país― había descendido durante varios años hasta 2015, pero últimamente ha aumentado. El último dato de 2019 fue de 0,465; una cifra superior a 0,4 indica un alto nivel de desigualdad de ingresos (fuente: CEIC, Oficina Nacional de Estadística, septiembre de 2021).

En el caso de China, la desigualdad tiene consecuencias adicionales. Su sistema político se basa en la estabilidad, por lo que existe el deseo de garantizar que la mayoría de las personas se sientan parte del sistema. China está empeñada en llevar a cabo una ingeniería social mediante herramientas políticas. Pocos países pueden hacerlo eficazmente e incluso menos tiene una ambición tan clara.

En el gráfico 1 se destaca la velocidad a la que el grupo más rico ha empezado a alejarse de los grupos de renta media y renta baja. La prosperidad común busca ampliar la clase media a costa de los ultrarricos. El objetivo es la armonía social. Una segunda derivada sería el aumento de la natalidad en China (las personas más felices y económicamente estables tienden a tener hijos). Una de las principales inquietudes de las autoridades es la creciente tasa de dependencia, ya que la proporción de personas de 65 años o más aumenta constantemente, mientras que la población en edad de trabajar se reduce como porcentaje de la población total (gráfico 1b).

Janus Henderson

Janus Henderson

 

Política contundente

Las herramientas políticas para lograr estos objetivos sociales se han centrado hasta ahora a sectores concretos que el Gobierno considera monopolísticos (como la tecnología) o que crean barreras para la movilidad social ascendente (como las clases privadas extraescolares, el alto precio de la atención sanitaria y de la vivienda).

Los métodos han sido contundentes, en muchos casos prácticamente sin avisar. Por ello, los mercados no han reaccionado bien. Para ser justos, China tiene la costumbre de permitir un rápido crecimiento de los sectores, para después introducir una regulación estricta una vez que el sector está totalmente consolidado. Como ejemplos podríamos citar la imposición de normas de seguridad para los productos lácteos a finales de la década de los noventa y las duras medidas impuestas a los espectáculos y regalos de lujo en los últimos años para luchar contra la corrupción. El reajuste normativo actual incluye un abanico mucho más amplio de sectores, desde el juego hasta los semiconductores, pasando por la educación o el sector inmobiliario.

Castillo de naipes

Actualmente, el sector inmobiliario es el que acapara los titulares, con los efectos provocados por China Evergrande, el gigante promotor inmobiliario chino. A China le ha costado frenar el aumento de los precios inmobiliarios, entre otras razones porque los promotores quieren precios más altos para elevar sus beneficios y la mayor parte de los ingresos de los gobiernos locales depende en gran medida de la venta de suelo, en algunos casos en más del 90%. De hecho, los ingresos por transferencia de suelo aumentaron de 50.700 millones de yuanes en 1998 a 8,4 billones de yuanes en 2020, lo que supone el 8,3% del PIB total (China Banking News, 15 de junio de 2021).

La presión para enfriar los precios ha provenido del Gobierno central, que considera que los altos precios son un obstáculo para el progreso social y un gasto que desanima a las familias a tener más hijos.

Los recientes intentos de enfriar los precios empezaron el año pasado con el ensayo de la prueba de las «tres líneas rojas». Esta idea exigía a los promotores que presentaran informes detallados de sus finanzas para su evaluación de acuerdo con tres criterios. Si se incumplen una o más de esas tres líneas, el regulador puede imponer un límite de crecimiento de la deuda de un promotor.

Janus Henderson

No se espera que esta política se aplique formalmente hasta junio de 2023, pero el mercado se ha apresurado a identificar a las empresas con mayor riesgo de incumplir los tres criterios del umbral.

Evergrande es uno de varios promotores inmobiliarios que tratan rápidamente de apuntalar sus balances, lo que está provocando una purga de inventarios de viviendas y suelo, lo que reduce a mínimos los márgenes. Evergrande es culpable de sus propios problemas, ya que podría haber sido más proactiva al reducir su deuda vendiendo activos no esenciales, buscando compradores estratégicos y comunicándose mejor con los inversores. El obstáculo para Evergrande es su tamaño. Es el mayor proveedor inmobiliario en China y, a fin de junio de 2021, tenía más de 2,2 billones de yuanes (330.000 millones de dólares) en pasivos pendientes, incluida deuda, diferimientos del impuesto sobre la renta y deudas comerciales acumuladas (fuente: Refinitiv Datastream).

La preocupación por que Evergrande incurriese en incumplimiento de pagos hizo que sus bonos cayesen unos 25 centavos de dólares a mediados de septiembre de 2021, prácticamente una cuarta parte de su valor nominal (fuente: Bloomberg, 20 de septiembre de 2021). El sector inmobiliario depende en parte de financiación extranjera para funcionar, motivo por el cual la respuesta en los mercados de crédito ha sido especialmente dura.

Miedo al contagio

Una reestructuración desordenada sería mala para China y se produciría en un momento inoportuno, dado que el país ya da muestras de una desaceleración económica (gráfico 3).

Janus Henderson

El estancamiento de la confianza en China está endureciendo las condiciones de liquidez. El Banco Popular de China realizó varias inyecciones de liquidez durante el mes de septiembre, incluidos 120.000 millones de yuanes (18.500 millones de dólares) el 22 de septiembre para ayudar a mantener la liquidez en el sistema financiero (fuente: Xinhua, 22 de septiembre de 2021).

Por ahora, los inversores tienen que determinar cuántos daños en los mercados están dispuestas a tolerar las autoridades de China para conseguir sus objetivos. Dado que China es un actor económico mundial tan importante en la economía mundial, existe el riesgo de que las consecuencias en su sector inmobiliario se extiendan por todo el mundo a través de los mercados.

Cuando China acuñó el término «prosperidad común», la mayoría de los inversores supusieron que se refería a la economía nacional; la ley de las consecuencias imprevistas podría hacer que suponga China exporta su desaceleración del crecimiento a todo el mundo.

 

 

Tribuna de Jennifer James y Tom Ross, gestores de carteras de renta fija en Janus Henderson Investors.

 

 

Glosario:

Ingeniería socioeconómica: políticas diseñadas para alcanzar objetivos sociales y económicos específicos.
Economía dirigida: economía planificada de forma centralizada por el Estado, al contrario que una economía capitalista, donde la libertad del empresa y la propiedad privada del capital mueven la economía.
Ratio de dependencia: indicador demográfico del número de dependientes del total de población en edad de trabajar de un país.
Monopolístico: mercado dominado por un gran proveedor.
Balance: estado contable que muestra los activos, pasivos y el capital de un negocio.
Valor nominal: precio al que se emitió inicialmente el bono e importe que el emisor del bono se compromete a devolver al vencimiento.
Liquidez: facilidad con la que pueden comprarse y venderse los activos e instrumentos financieros; describe también los flujos de dinero en el sistema financiero.

 

Información importante

Solo para inversores profesionales y cualificados

Solo para uso fuera de US o con profesionales de US dando servicio a personas no US

Con fines promocionales

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Los puntos de vista que aquí figuran corresponden a la fecha de publicación. Se ofrecen exclusivamente con fines informativos y no deben considerarse ni utilizarse como asesoramiento de inversión, jurídico o fiscal ni como oferta de venta, solicitud de una oferta de compra o recomendación para comprar, vender o mantener ningún valor, estrategia de inversión o sector de mercado. Nada de lo incluido en el presente material debe considerarse una prestación directa o indirecta de servicios de gestión de inversión específicos para los requisitos de ningún cliente. Las opiniones y los ejemplos se ofrecen a efectos ilustrativos de temas más generales, no son indicativos de ninguna intención de operar, pueden variar y podrían no reflejar los puntos de vista de otros miembros de la organización. No se pretende indicar o dar a entender que cualquier ilustración/ejemplo mencionado forma parte o formó parte en algún momento de ninguna cartera. Las previsiones no pueden garantizarse y no es seguro que la información proporcionada sea completa o puntual, ni hay garantía con respecto a los resultados que se obtengan de su uso. A no ser que se indique lo contrario, Janus Henderson Investors es la fuente de los datos y confía razonablemente en la información y los datos facilitados por terceros. Las rentabilidades pasadas no garantizan resultados futuros. La inversión conlleva riesgo, incluida la posible pérdida de capital y la fluctuación del valor.

No todos los productos o servicios están disponibles en todas las jurisdicciones. El presente material o la información contenida en él podrían estar restringidos por ley y no podrán reproducirse ni mencionarse sin autorización expresa por escrito, ni utilizarse en ninguna jurisdicción o en circunstancias en que su uso resulte ilícito. Janus Henderson no es responsable de cualquier distribución ilícita del presente material a terceros, en parte o su totalidad. El contenido de este material no ha sido aprobado ni respaldado por ningún organismo regulador.

Janus Henderson Investors es el nombre bajo el cual las entidades que se indican ofrecen productos y servicios de inversión en las siguientes jurisdicciones: (a) En Europa, Janus Capital International Limited (n.º de registro 3594615), Henderson Global Investors Limited (n.º de registro 906355), Henderson Investment Funds Limited (n.º de registro 2678531), Henderson Equity Partners Limited (n.º de registro 2606646), (cada una de ellas registrada en Inglaterra y Gales en 201 Bishopsgate, Londres EC2M 3AE y regulada por la Autoridad de Conducta Financiera) y Henderson Management S.A. (n.º de registro B22848, en 2 Rue de Bitbourg, L-1273, Luxemburgo y regulada por la Commission de Surveillance du Secteur Financier) ofrecen productos y servicios de inversión; (b) En EE. UU., los asesores de inversión registrados ante la SEC filiales de Janus Henderson Group plc; (c) En Canadá, a través de Janus Capital Management LLC, solo para inversores institucionales de determinadas jurisdicciones; (d) En Singapur, Janus Henderson Investors (Singapore) Limited (número de registro de la sociedad: 199700782N). Este anuncio o publicación no ha sido revisado por la Autoridad Monetaria de Singapur; (e) En Hong Kong, Janus Henderson Investors Hong Kong Limited. Este material no ha sido revisado por la Comisión de Valores y Futuros de Hong Kong («SFC»); (f) En Taiwán (República de China), Janus Henderson Investors Taiwan Limited (con funcionamiento independiente), Suite 45 A-1, Taipei 101 Tower, No. 7, Sec. 5, Xin Yi Road, Taipéi (110). Tel.: (02) 8101-1001. Número de licencia SICE autorizada 023, emitida en 2018 por la Comisión de Supervisión Financiera; «(g) En Corea del Sur, Janus Henderson Investors Limited (Singapur), exclusivamente para Inversores profesionales cualificados (según se definen en la Ley de servicios de inversión financiera y mercados de capitales y sus subreglamentos); (h) En Japón, Janus Henderson Investors (Japan) Limited, regulada por la Agencia de Servicios Financieros y registrada como Entidad de servicios financieros que realiza actividades de gestión de inversión, asesoramiento de inversión y actividad de agencia y actividades de instrumentos financieros de tipo II; (i) En Australia y Nueva Zelanda, por Janus Henderson Investors (Australia) Limited ABN 47 124 279 518 y sus entidades relacionadas, incluida Janus Henderson Investors (Australia) Institutional Funds Management Limited (ABN 16 165 119 531, AFSL 444266) y Janus Henderson Investors (Australia) Funds Management Limited (ABN 43 164 177 244, AFSL 444268); (j) En Oriente Medio, Janus Capital International Limited, regulada por la Autoridad de Servicios Financieros de Dubái como Oficina de representación. No se realizarán transacciones en Oriente Medio y cualquier consulta deberá dirigirse a Janus Henderson. Las llamadas telefónicas podrán ser grabadas para nuestra mutua protección, para mejorar el servicio al cliente y a efectos de mantenimiento de registros reglamentario.

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El reequilibrio económico de China arroja incertidumbre sobre el mercado inmobiliario

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HenryChen Beijing China
Pixabay CC0 Public DomainHenryChen. HenryChen

Tratar de describir la economía china de las últimas décadas siempre ha sido una lección de gimnasia económica. De una economía dirigida comunista más tradicional hasta un modelo híbrido capitalista, China trata ahora de reinventarse nuevamente para repartir la prosperidad de manera más equitativa. Incluso le ha puesto nombre: «prosperidad común».

Abordar la disparidad de riqueza

En las últimas décadas, la economía china ha crecido a un ritmo vertiginoso, lo que le ha permitido escalar en la clasificación de PIB per cápita y afirmar a principios de este año que había eliminado la pobreza extrema del país. Sin embargo, el ascenso económico ha sido desigual: las zonas urbanas han superado a las comunidades rurales y ha surgido una nueva clase de milmillonarios, a medida que el país ha expandido su industria y ha abrazado el consumismo. Según la lista de Forbes de 2021, solo el año pasado, el número de milmillonarios en China aumentó de 238 a 626. El coeficiente de Gini ―que mide la desigualdad económica de un país― había descendido durante varios años hasta 2015, pero últimamente ha aumentado. El último dato de 2019 fue de 0,465; una cifra superior a 0,4 indica un alto nivel de desigualdad de ingresos (fuente: CEIC, Oficina Nacional de Estadística, septiembre de 2021).

En el caso de China, la desigualdad tiene consecuencias adicionales. Su sistema político se basa en la estabilidad, por lo que existe el deseo de garantizar que la mayoría de las personas se sienten parte del sistema. China está empeñada en llevar a cabo una ingeniería social mediante herramientas políticas. Pocos países pueden hacerlo eficazmente e incluso menos tiene una ambición tan clara.

En el gráfico 1 se destaca la velocidad a la que el grupo más rico ha empezado a alejarse de los grupos de renta media y renta baja. La prosperidad común busca ampliar la clase media a costa de los ultrarricos. El objetivo es la armonía social. Una segunda derivada sería el aumento de la natalidad en China (las personas más felices y económicamente estables tienden a tener hijos). Una de las principales inquietudes de las autoridades es la creciente tasa de dependencia, ya que la proporción de personas de 65 años o más aumenta constantemente, mientras que la población en edad de trabajar se reduce como porcentaje de la población total (gráfico 1b).

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Política contundente

Las herramientas políticas para lograr estos objetivos sociales se han centrado hasta ahora a sectores concretos que el Gobierno considera monopolísticos (como la tecnología) o que crean barreras para la movilidad social ascendente (como las clases particulares extraescolares, el alto precio de la atención sanitaria y de la vivienda).

Los métodos han sido contundentes, en muchos casos prácticamente sin avisar. Por ello, los mercados no han reaccionado bien. Para ser justos, China tiene la costumbre de permitir un rápido crecimiento de los sectores, para después introducir una regulación estricta una vez que el sector está totalmente consolidado. Como ejemplos podríamos citar la imposición de normas de seguridad para los productos lácteos a finales de la década de los noventa y las duras medidas impuestas a los espectáculos y regalos de lujo en los últimos años para luchar contra la corrupción. El reajuste normativo actual incluye un abanico mucho más amplio de sectores, desde el juego hasta los semiconductores, pasando por la educación o el sector inmobiliario.

Castillo de naipes

Actualmente, el sector inmobiliario es el que acapara los titulares, con los efectos provocados por China Evergrande, el gigante promotor inmobiliario chino. A China le ha costado frenar el aumento de los precios inmobiliarios, entre otras razones porque los promotores quieren precios más altos para elevar sus beneficios y la mayor parte de los ingresos de los gobiernos locales depende en gran medida de la venta de suelo, en algunos casos en más del 90%. De hecho, los ingresos por transferencia de suelo aumentaron de 50.700 millones de yuanes en 1998 a 8,4 billones de yuanes en 2020, lo que supone el 8,3% del PIB total (China Banking News, 15 de junio de 2021).

La presión para enfriar los precios ha provenido del Gobierno central, que considera que los altos precios son un obstáculo para el progreso social y un gasto que desanima a las familias a tener más hijos.

Los recientes intentos de enfriar los precios empezaron el año pasado con el ensayo de la prueba de las «tres líneas rojas». Esta idea exigía a los promotores que presentaran informes detalladas de sus finanzas para su evaluación de acuerdo con tres criterios. Si se incumplen una o más de esas tres líneas, el regulador puede imponer un límite de crecimiento de la deuda de un promotor.

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No se espera que esta política se aplique formalmente hasta junio de 2023, pero el mercado se ha apresurado a identificar a las empresas con mayor riesgo de incumplir los tres criterios del umbral.

Evergrande es uno de varios promotores inmobiliarios que tratan rápidamente de apuntalar sus balances, lo que está provocando una purga de inventarios de viviendas y suelo, lo que reduce a mínimos los márgenes. Evergrande es culpable de sus propios problemas, ya que podría haber sido más proactiva al reducir su deuda vendiendo activos no esenciales, buscando compradores estratégicos y comunicándose mejor con los inversores. El obstáculo para Evergrande es su tamaño. Es el mayor proveedor inmobiliario en China y, a fin de junio de 2021, tenía más de 2,2 billones de yuanes (330.000 millones de dólares) en pasivos pendientes, incluida deuda, diferimientos del impuesto sobre la renta y deudas comerciales acumuladas (fuente: Refinitiv Datastream).

La preocupación por que Evergrande incurriese en impago hizo que sus bonos cayesen unos 25 centavos de dólares a mediados de septiembre de 2021, prácticamente una cuarta parte de su valor nominal (fuente: Bloomberg, 20 de septiembre de 2021). El sector inmobiliario depende en parte de financiación extranjera para funcionar, motivo por el cual la respuesta en los mercados de crédito ha sido especialmente dura.

Miedo al contagio

Una reestructuración desordenada sería mala para China y se produciría en un momento inoportuno, dado que el país ya da muestras de una desaceleración económica (gráfico 3).

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El estancamiento de la confianza en China está endureciendo las condiciones de liquidez. El Banco Popular de China realizó varias inyecciones de liquidez durante el mes de septiembre, incluidos 120.000 millones de yuanes (18.500 millones de dólares) el 22 de septiembre para ayudar a mantener la liquidez en el sistema financiero (fuente: Xinhua, 22 de septiembre de 2021).

Por ahora, los inversores tienen que determinar cuántos daños en los mercados están dispuestas a tolerar las autoridades de China para conseguir sus objetivos. Dado que China es un actor económico mundial tan importante en la economía mundial, existe el riesgo de que las consecuencias en su sector inmobiliario se extiendan por todo el mundo a través de los mercados.

Cuando China acuñó el término «prosperidad común», la mayoría de los inversores supusieron que se refería a la economía nacional; la ley de las consecuencias imprevistas podría hacer que suponga China exporta su desaceleración del crecimiento a todo el mundo.

 

Tribuna de Jennifer James y Tom Ross, gestores de carteras de renta fija en Janus Henderson Investors.

 

Glosario:

Ingeniería socioeconómica: políticas diseñadas para alcanzar objetivos sociales y económicos específicos.
Economía dirigida: economía planificada de forma centralizada por el Estado, al contrario que una economía capitalista, donde la libertad del empresa y la propiedad privada del capital mueven la economía.
Ratio de dependencia: indicador demográfico del número de dependientes del total de población en edad de trabajar de un país.
Monopolístico: mercado dominado por un gran proveedor.
Balance: estado contable que muestra los activos, pasivos y el capital de un negocio.
Valor nominal: precio al que se emitió inicialmente el bono e importe que el emisor del bono se compromete a devolver al vencimiento.
Liquidez: facilidad con la que pueden comprarse y venderse los activos e instrumentos financieros; describe también los flujos de dinero en el sistema financiero.

 

Información importante:

Los puntos de vista que aquí figuran corresponden a la fecha de publicación. Se ofrecen exclusivamente con fines informativos y no deben considerarse ni utilizarse como asesoramiento de inversión, jurídico o fiscal ni como oferta de venta, solicitud de una oferta de compra o recomendación para comprar, vender o mantener ningún valor, estrategia de inversión o sector de mercado. Nada de lo incluido en el presente material debe considerarse una prestación directa o indirecta de servicios de gestión de inversión específicos para los requisitos de ningún cliente. Las opiniones y los ejemplos se ofrecen a efectos ilustrativos de temas más generales, no son indicativos de ninguna intención de operar, pueden variar y podrían no reflejar los puntos de vista de otros miembros de la organización. No se pretende indicar o dar a entender que cualquier ilustración/ejemplo mencionado forma parte o formó parte en algún momento de ninguna cartera. Las previsiones no pueden garantizarse y no es seguro que la información proporcionada sea completa o puntual, ni hay garantía con respecto a los resultados que se obtengan de su uso. A no ser que se indique lo contrario, Janus Henderson Investors es la fuente de los datos y confía razonablemente en la información y los datos facilitados por terceros. Las rentabilidades pasadas no garantizan resultados futuros. La inversión conlleva riesgo, incluida la posible pérdida de capital y la fluctuación del valor.
 

No todos los productos o servicios están disponibles en todas las jurisdicciones. El presente material o la información contenida en él podrían estar restringidos por ley y no podrán reproducirse ni mencionarse sin autorización expresa por escrito, ni utilizarse en ninguna jurisdicción o en circunstancias en que su uso resulte ilícito. Janus Henderson no es responsable de cualquier distribución ilícita del presente material a terceros, en parte o su totalidad. El contenido de este material no ha sido aprobado ni respaldado por ningún organismo regulador.
 
Janus Henderson Investors es el nombre bajo el cual las entidades que se indican ofrecen productos y servicios de inversión en las siguientes jurisdicciones: (a) En Europa, Janus Capital International Limited (n.º de registro 3594615), Henderson Global Investors Limited (n.º de registro 906355), Henderson Investment Funds Limited (n.º de registro 2678531), Henderson Equity Partners Limited (n.º de registro 2606646), (cada una de ellas registrada en Inglaterra y Gales en 201 Bishopsgate, Londres EC2M 3AE y regulada por la Autoridad de Conducta Financiera) y Henderson Management S.A. (n.º de registro B22848, en 2 Rue de Bitbourg, L-1273, Luxemburgo y regulada por la Commission de Surveillance du Secteur Financier) ofrecen productos y servicios de inversión; (b) En EE. UU., los asesores de inversión registrados ante la SEC filiales de Janus Henderson Group plc; (c) En Canadá, a través de Janus Capital Management LLC, solo para inversores institucionales de determinadas jurisdicciones; (d) En Singapur, Janus Henderson Investors (Singapore) Limited (número de registro de la sociedad: 199700782N). Este anuncio o publicación no ha sido revisado por la Autoridad Monetaria de Singapur; (e) En Hong Kong, Janus Henderson Investors Hong Kong Limited. Este material no ha sido revisado por la Comisión de Valores y Futuros de Hong Kong («SFC»); (f) En Taiwán (República de China), Janus Henderson Investors Taiwan Limited (con funcionamiento independiente), Suite 45 A-1, Taipei 101 Tower, No. 7, Sec. 5, Xin Yi Road, Taipéi (110). Tel.: (02) 8101-1001. Número de licencia SICE autorizada 023, emitida en 2018 por la Comisión de Supervisión Financiera; «(g) En Corea del Sur, Janus Henderson Investors Limited (Singapur), exclusivamente para Inversores profesionales cualificados (según se definen en la Ley de servicios de inversión financiera y mercados de capitales y sus subreglamentos); (h) En Japón, Janus Henderson Investors (Japan) Limited, regulada por la Agencia de Servicios Financieros y registrada como Entidad de servicios financieros que realiza actividades de gestión de inversión, asesoramiento de inversión y actividad de agencia y actividades de instrumentos financieros de tipo II; (i) En Australia y Nueva Zelanda, por Janus Henderson Investors (Australia) Limited ABN 47 124 279 518 y sus entidades relacionadas, incluida Janus Henderson Investors (Australia) Institutional Funds Management Limited (ABN 16 165 119 531, AFSL 444266) y Janus Henderson Investors (Australia) Funds Management Limited (ABN 43 164 177 244, AFSL 444268); (j) En Oriente Medio, Janus Capital International Limited, regulada por la Autoridad de Servicios Financieros de Dubái como Oficina de representación. No se realizarán transacciones en Oriente Medio y cualquier consulta deberá dirigirse a Janus Henderson. Las llamadas telefónicas podrán ser grabadas para nuestra mutua protección, para mejorar el servicio al cliente y a efectos de mantenimiento de registros reglamentario.

Janus Henderson, Janus, Henderson, Intech, Knowledge Shared y Knowledge Labs son marcas comerciales de Janus Henderson Group plc o una de sus filiales. © Janus Henderson Group plc.

 

 

No por mucho madrugar amanece más temprano

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Olga Stalska Torres del Paine Chile Mountains
Pixabay CC0 Public DomainOlga Stalska. Olga Stalska

En los mercados financieros siempre existen corrientes y contracorrientes, pero hoy en día estas parecen especialmente fuertes. Pongamos algunos ejemplos. Los beneficios corporativos muestran una fortaleza impresionante y, al mismo tiempo, el crecimiento económico se está ralentizando. La demanda tanto de bienes como de mano de obra sobrepasa la oferta y, aun así, los rendimientos de la deuda soberana de los mercados desarrollados sugieren un entorno económico más bien mediocre. Por otro lado, la demanda inversora de activos de riesgo se sitúa en máximos de varias décadas, pero el coste de los seguros está en niveles insólitamente elevados dado que un número considerable de inversores optan por cubrir sus carteras. 

Cuando las cosas se complican, intento simplificarlas. En su forma más sencilla, la inversión es un intercambio de capital por unos flujos de caja futuros. Los proveedores establecen el coste del capital en función del nivel de riesgo de la inversión y de la probabilidad de lograr los flujos de caja prometidos. En la inversión, la dificultad procede, claro está, de la imposibilidad de saber qué pasará en el futuro. Los inversores solo pueden teorizar sobre el potencial de éxito o fracaso de un proyecto en términos de un abanico de posibles resultados. 

¿Es más difícil invertir hoy en día?

La tecnología ha democratizado la información y la sociedad está más informada que nunca. Tenemos un acceso infinito e instantáneo a las noticias. No obstante, me pregunto si eso ha mejorado realmente la capacidad de los inversores para valorar el riesgo. Como escribe John Naisbitt en su libro Megatendencias: «Nos estamos ahogando en un mar de información, pero estamos sedientos de conocimiento». 

Puede que un titular de prensa sobre economía o política sea importante o interesante desde un punto de vista informativo, pero a menudo resulta irrelevante para la salud a largo plazo de una empresa concreta y sus flujos de caja. Por ejemplo, ¿son realmente importantes los efectos de la decisión de un banco central de reducir su actual ritmo de compras de activos para las perspectivas de beneficios a cinco o diez años de un operador hotelero internacional? ¿Es posible proteger a una tienda física no competitiva de la creciente amenaza del comercio electrónico reprimiendo de manera prolongada el tipo sin riesgo de un país?

Decidir qué es importante y qué no es ahora una tarea mucho más ardua. A mi parecer, los inversores avezados a largo plazo son capaces de distinguir la información relevante del ruido del mercado. Una cosa debe quedar clara: el tiempo que se tarda en reaccionar ante un dato no es un elemento diferenciador. Lo que realmente marca la diferencia es la capacidad para ignorar lo que no importa e incorporar lo que sí lo es. Si, tras una meditada reflexión, se considera que un nuevo dato podría alterar la trayectoria de beneficios más probable, entonces actuar estaría justificado.

¿En qué punto nos encontramos hoy? 

Teniendo en cuenta el número de corrientes y contracorrientes y el nivel de ruido actual, una simple mirada al camino recorrido hasta ahora podría iluminarnos. 

  • En respuesta a la crisis de efectivo de 2020 provocada por las medidas de confinamiento, las empresas eliminaron los costes no esenciales.
  • Tras las medidas extraordinarias de los bancos centrales que permitieron la reactivación de los mercados de crédito, el apalancamiento y los balances de las empresas se dispararon.
  • Ya avanzado 2021, la combinación de ayudas directas a los consumidores, demanda latente, vacunas y reapertura económica propició un brusco aumento de los ingresos corporativos a escala mundial. 
  • La convergencia de unos gastos empresariales exiguos, un incremento del apalancamiento financiero y un enorme crecimiento de los ingresos provocó la práctica duplicación de los beneficios corporativos mundiales. Los márgenes han regresado a sus máximos de antes del coronavirus y los beneficios han superado con creces los niveles máximos de finales de 2019.
  • Los mercados financieros comenzaron a descontar la explosión de los beneficios a mediados de 2020 y las primas de riesgo (la rentabilidad prevista de un activo por encima de la tasa de rentabilidad sin riesgo) cayeron de manera continua hasta los mínimos históricos actuales. En consecuencia, todas esas buenas noticias están incorporadas en el precio, lo que significa, en mi opinión, que los riesgos superan sustancialmente las recompensas a corto plazo. 

¿Qué nos depara el futuro? 

Los beneficios son el resultado de los ingresos menos los costes y, en nuestra opinión, el crecimiento de los ingresos resulta vulnerable y los costes probablemente tenderán al alza. 

Creemos que las tasas de crecimiento de los ingresos se desacelerarán conforme desaparezca la euforia económica actual. Ahora bien, el mercado (al que podríamos considerar el más listo de la clase) ya lo sabe. A nuestro parecer, lo que se desconoce no es la dirección de los ingresos de cada empresa, sino la magnitud de la desaceleración. Saber qué empresas tienen más probabilidades de sufrir la mayor caída en el crecimiento de los ingresos y cuáles se mostrarán más propensas a resistir será clave. 

En un periodo inflacionario como el que vivimos el año pasado, casi todas las empresas pudieron aumentar los precios, lo que se tradujo en un impresionante crecimiento de los ingresos. Sin embargo, eso no equivale a la capacidad de fijación de precios. Es simplemente un paso obligatorio para contrarrestar el aumento de los costes. En estos tiempos, todo el mundo sube los precios y los consumidores están más preparados psicológicamente para aceptar esas subidas en gran parte porque tienen más dinero en sus bolsillos gracias a las medidas políticas adoptadas en respuesta a la pandemia. Y esto dificulta la tarea de los inversores de distinguir entre las compañías que sacan partido de las fuerzas cíclicas y las que pueden subir los precios debido a la elevada demanda de productos y servicios que sus clientes consideran de calidad y por los que están dispuestos a pagar. 

Dicho de otro modo, los mercados se vuelven menos eficientes en periodos como estos. Lo que realmente interesa a los inversores (a saber, el verdadero diferencial de crecimiento del flujo de caja libre) solo se sabe a posteriori. Los mercados se tornan volátiles cuando se ven obligados a corregir unas proyecciones de flujos de caja erróneas. Hoy en día, los inversores afrontan el significativo riesgo de poseer activos financieros que presentan un crecimiento del flujo de caja ilusorio, puesto que la reciente fortaleza de sus beneficios se debía a los estímulos en lugar de a un factor más duradero.

Consideraciones sobre los costes

Por lo que respecta a los costes, adoptamos un doble enfoque. 

Los costes que no se concretaron durante la crisis fueron rápidamente eliminados por los directores financieros. Si bien la vida tras la pandemia podría llegar más tarde de lo que nos gustaría, la mayoría de los gastos regresarán e impactarán las cuentas de resultados. ¿Pero cuánto tardarán en reaparecer esos costes históricos? 

También hay que tener en cuenta los aspectos ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG). Durante años, las empresas menos competitivas lograron ocultar unos márgenes operativos y unos flujos de caja por debajo de la media llevando a cabo prácticas insostenibles a expensas de varias partes interesadas. Ahora bien, esos días parecen haber llegado a su fin. Lo que supondrá un factor de cambio no será la presión de los reguladores ni de los grupos de interés, sino de los inversores. Los actuales proveedores de capital discrecionales están exigiendo cambios y, en algunos casos, costosos. Algunas empresas podrán soportar la carga, pero a otras les va a costar. Por ejemplo, recientemente muchos bancos europeos han dejado de ofrecer financiación a corto plazo a las empresas de servicios públicos contaminantes, lo que representa una clara señal de que se acabaron las gangas. Dado el nivel de endeudamiento empresarial actual, me parece que los factores ASG constituyen un importante riesgo subestimado, sobre todo por los inversores en bonos corporativos. 

Unas perspectivas deslucidas 

No estoy sugiriendo que vislumbramos un mercado bajista o una corrección en el horizonte. No tengo ese don de clarividencia, como tampoco lo tienen otros estrategas, por mucho que se quieran convencer de ello. De todos modos, esa no es nuestra manera de concebir la inversión.

De cara al futuro, prevemos que los activos financieros con precios elevados y un rendimiento fundamental deslucido se revalorizarán. Cuando las valoraciones se hallan en cotas elevadas, el mercado apenas tolera unos datos decepcionantes (incluso si las expectativas no se alcanzan por muy poco). En cambio, las acciones y los bonos de empresas que cumplen las expectativas podrían ser cada vez menos y lograr una rentabilidad superior gracias a la prima de escasez.

Si a esto sumamos la mediocre relación riesgo-remuneración que ofrecen muchos activos financieros en la actualidad, la discreción podría revelarse más valiosa de lo que ha sido durante mucho tiempo. Ha llegado el momento de los inversores pacientes y hábiles. 

Al fin y al cabo, como dice el refrán: «no por mucho madrugar amanece más temprano». 

 

Tribuna de Robert M. Almeida, director de inversiones, estratega global de inversiones y gestor de carteras en MFS Investment Management.

 

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Las opiniones expresadas pertenecen al autor o autores y pueden variar en cualquier momento. Dichas opiniones se ofrecen exclusivamente a título informativo y no deberán considerarse una recomendación para comprar ningún título ni una incitación o asesoramiento de inversión del Asesor. Las previsiones no están garantizadas.

Pascal Dudle (Vontobel AM): «Los ODS proporcionan un marco ideal para que los inversores de impacto se expandan en el espacio del capital público»

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Foto cedidaPascal Dudle, director del equipo de Inversión de impacto de Vontobel AM.. Pascal Dudle, director del equipo de inversión de impacto de Vontobel AM.

Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), los científicos están observando cambios en el clima de la Tierra en todas las regiones y en el sistema climático en su conjunto. Muchos de los cambios observados en el clima en cientos de miles de años, y algunos de los cambios que ya se están produciendo, como el aumento continuo del nivel del mar, no se podrán revertir hasta dentro de varios siglos o milenios. Todo ello también tiene un impacto en el sector financiero y en la economía; sobre ellos hemos hablado con Pascal Dudle, director del equipo de Inversión de Impacto de Vontobel AM, en esta entrevista. 

¿Qué pueden hacer los inversores por el cambio climático?

Estamos convencidos de que los inversores pueden marcar la diferencia y lograr un efecto positivo a través de sus inversiones e impulsar un cambio positivo, ya que al tener acciones de una compañía, ellos pueden influir en empresas cuyos bienes y servicios generan un crecimiento rentable al mismo tiempo que abordan los principales retos mundiales que enfrentamos hoy en día.

Hay cierto tipo de empresas que pueden ayudar a resolver algunos de los problemas más importantes del mundo. Hablamos de compañías que proporcionan productos y servicios innovadores que facilitan acceso al agua potable y a la energía, que desarrollan ciudades sostenibles e industrias eficientes, que ofrecen alimentos sostenibles y consumo responsable, por ejemplo. A su vez, cada uno de estos ámbitos ofrece considerables oportunidades de inversión. Estas empresas necesitan algo de capital del sector privado para invertir en investigación y mejorar sus productos y servicios.

¿Cuál es el coste de no hacer nada?

Los titulares anuncian desastres climáticos casi a diario. Este verano hemos tenido lluvias extremas e inundaciones en China y en el norte de Europa, mientras que el sur del continente y la costa oeste de Estados Unidos ardían. El cambio climático es un riesgo real, y está a nuestras puertas, también está destinado a empeorar si no hacemos nada. Esto es algo que afecta a nuestra vida cotidiana, ya que tiene un impacto elevado en las infraestructuras, los alimentos y el suministro de agua, por nombrar sólo algunos ámbitos de nuestro día a día. Creemos que hay que destinar recursos para resolver el problema. No se trata de batir un índice de referencia y obtener rendimientos atractivos, es una cuestión de supervivencia.

¿Está convencido de que el sector financiero mundial tiene el poder de lograr el cambio necesario?

El sector financiero mundial desempeña un papel importante. Sin embargo, necesita un enfoque coordinado para obtener resultados. Por ejemplo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y sus metas relacionadas establecen una hoja de ruta clara y universal, un marco que alinea a los gobiernos, los inversores públicos, las empresas privadas y otras organizaciones de todo el mundo. El cumplimiento de estos ambiciosos objetivos mundiales para 2030 requerirá entre 5 y 7 billones de dólares estadounidenses de financiación anual. Este capital debe provenir tanto de actores públicos como privados, incluyendo el capital riesgo, los bonos verdes y el capital público, siendo este último cada vez más importante.

Los ODS proporcionan un marco ideal para que los inversores de impacto se expandan en el espacio del capital público. Esto permitirá que el dinero de las grandes instituciones -incluidas las empresas, los fondos de inversión y los fondos de pensiones- fluya hacia las empresas que cotizan en bolsa, provocando un impacto mucho más amplio.

¿Qué importancia tiene el riesgo climático para las finanzas?

Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), ninguna región se salvará de sufrir los efectos del cambio climático y lo que vimos en verano es sólo una muestra de lo que está por venir. Los costes humanos y económicos son enormes y mucho mayores que las inversiones necesarias para lograr los ambiciosos recortes de emisiones. El cambio climático tiene un impacto directo en los principales medios de subsistencia, la agricultura, los sistemas hídricos y los ecosistemas, y también se prevé que afecte a las infraestructuras, el transporte y la producción de energía. Por ejemplo, el informe del IPCC señala que las condiciones meteorológicas extremas requerirán mayores inversiones para aumentar las capacidades de adaptación y resistencia y las infraestructuras. Por lo tanto, invertir en la reducción de las emisiones es más importante que luchar contra las consecuencias del cambio climático. Como se ha mencionado anteriormente, tenemos que trabajar en un esfuerzo coordinado para hacer frente a los retos que tenemos por delante. Es importante que los gobiernos, las empresas y los inversores empiecen a actuar juntos.

¿Están los inversores adoptando gradualmente estrategias que van más allá de la obtención de la mejor rentabilidad financiera cuando tratan de hacer frente al cambio climático?

Hoy en día, la gente suele querer vincular sus inversiones a un resultado medioambiental o social beneficioso. Por ejemplo, las generaciones más jóvenes están más concienciados con el medio ambiente que los baby boomers (que son más materialistas), entre otras cosas por los desafíos globales como el cambio climático y la contaminación. Aun así, los millennials heredarán de sus padres más de 70 billones de dólares, una de las mayores transferencias de riqueza de la historia. El cambio de mentalidad aumentará el flujo de dinero hacia productos financieros con credenciales verdes. La creciente concienciación sobre los problemas mundiales está cambiando también la mentalidad de los inversores institucionales, que cada vez alinean más su asignación de activos con los objetivos de desarrollo de la ONU.

Creemos que es posible hacer el bien mientras se hace obtiene rentabilidad. Múltiples estudios independientes, así como nuestros análisis propios, muestran que, a largo plazo, el rendimiento de la inversión de impacto es comparable al de la inversión tradicional. El rendimiento de las carteras cumple o supera con creces las expectativas de los inversores en cuanto a impacto medioambiental y rentabilidad financiera.

Un Mundo “Hiperbitcoinizado”: Parte #2 | El Caso de la Escasez

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Foto: Pxfuel CC0. Foto:

Dando seguimiento al análisis que publiqué el 5 de agosto de 2021, ahora tocaré el tema de la escasez en un mundo hiperbitcoinizado. Como breve recordatorio, favor de hacer referencia a la Parte #1 de esta serie de artículos en donde propongo un método y una hipótesis de trabajo con la finalidad de llegar a un absurdo y concluir que un mundo hiperbitcoinizado no es posible. Para un acceso rápido a la Parte #1, ver aquí.

Dicho lo anterior, en este ejercicio mantenemos la hipótesis de trabajo: “A partir de hoy el Bitcoin es la única moneda global; tiene todas las características del dinero y resguarda valor. Todas las personas y países del mundo usan únicamente Bitcoin”, y revisaremos como funcionaría la escasez bajo dicha hipótesis. Una de las características más defendidas del Bitcoin es que es escaso. Por construcción, el número de Bitcoins en circulación está topado a 21 millones, y si bien es algo que podría cambiar, es extremadamente complejo y poco probable que suceda. Sería muy fácil asumir que el monto de Bitcoins en circulación crece, o bien, que se fragmenta en unidades más pequeñas que los actuales satochis (1 bitcoin es igual a 100 millones de satoshis, la medida más pequeña del sistema monetario Bitcoin), ya que, de ser así, la característica de escasez se rompería, y el Bitcoin se volvería tan “abundante” como cualquier moneda Fiat, lo cual no es deseable en nuestro mundo hiperbitcoinizado.

Entonces, dado que ese camino es muy poco probable que suceda y, dado que caería en la trampa de sobre simplificar el problema, en este ejercicio aceptaré la escasez como dogma irrefutable. El Bitcoin es escaso, y punto. ¿A dónde nos lleva entonces esta escasez? De entrada, a la eliminación de los Bancos Centrales en todo el mundo. La función de los Bancos Centrales es regular la oferta monetaria, y con ello, fijar las tasas de interés para intentar promover el pleno empleo y/o controlar la inflación. Sin embargo, dado que la oferta monetaria esta fija en 21 millones de Bitcoins, pues no hay necesidad de que nadie la regule. Entonces, ¡adiós, Bancos Centrales! De todos modos, la centralización no es algo que nos gusta en nuestro mundo hiperbitcoinizado. Esto elimina a la Política Monetaria como una herramienta económica útil.

Nos queda entonces la Política Fiscal, es decir, la habilidad de los gobiernos para recaudar impuestos y gastar el dinero recaudado. Sin embargo, otra característica del Bitcoin es que es inembargable, es decir, nadie te lo puede quitar. Entonces, tenemos un gobierno que no tiene herramientas de coerción para que la gente pague sus impuestos. Podríamos aquí argumentar que el gobierno tiene ejércitos y policías que por medio de la fuerza puede hacer que sus ciudadanos paguen impuestos, sin embargo, si los ciudadanos se resisten a hacerlo, eventualmente el gobierno no tendrá dinero para pagar a tal ejército y policía, quedándose completamente a la merced de la buena voluntad de sus ciudadanos. Algunos querrán pagar impuestos y lo harán (probablemente la minoría) y otros tantos no lo harán, y nadie podrá forzarlos a hacerlo. Entonces, en nuestro mundo hiperbitcoinizado, la política fiscal tampoco funciona como herramienta económica. ¡Está bien! ¡No importa! Nuestro sistema monetario maximalista tampoco es muy fan de los gobiernos. ¡Adiós, gobiernos!

Entonces, recapitulemos. La escasez nos llevó a eliminar a los Bancos Centrales y a la Política Monetaria; por otro lado, la misma escasez nos llevó a debilitar al gobierno al máximo extremo pues no tiene la capacidad de recaudar impuestos ni los recursos para hacer valer la ley, por lo que, también nos quedamos sin una Política Fiscal eficiente. Entonces, ¿dónde estamos parados? En el más libre de todos los mercados, en la versión más salvaje del capitalismo. Dicho esto, ante una perfecta escasez (como es la oferta de Bitcoin), en el capitalismo salvaje se buscará asignar recursos a proyectos cuya rentabilidad esperada esté por encima del promedio.

Obviamente, no todos los proyectos podrán tener una rentabilidad realizada por encima del promedio, por lo que solo se financiarán a aquellos proyectos con altas expectativas de rentabilidad, esto con el fin de maximizar la probabilidad de que la rentabilidad realizada sea lo suficientemente alta para que esté por encima del promedio. Esto generará, obviamente, que el promedio de rentabilidad requerido por el inversionista esté en constante aumento ya que, al final del día, se busca maximizar la rentabilidad y no tener recursos ociosos. La pregunta obvia en este punto del análisis es: A nivel global, ¿qué industrias son las más / menos rentables? En la (Gráfica 1) pongo un extracto de las industrias más rentables y menos rentables.

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Como se puede observar, las industrias de servicios básicos y de producción de bienes básicos son de las menos rentables. Existen dos razones principales por las que son poco rentables: 1) Las empresas en esas industrias se mueven en un mercado muy competido; 2) Las empresas en esas industrias están fuertemente reguladas por el gobierno (dado que proveen servicios y bienes básicos para la población). Ahora bien, dado que en nuestro mundo hiperbitcoinizado el gobierno no tiene poder para regular, el segundo factor es irrelevante y queda como único factor el primero: la competencia.

Dado lo anterior, al buscar maximizar la asignación de capital, se tenderán a favorecer las industrias altamente rentables y a ignorar las que no lo son. Esto causará un doble efecto debido a la entrada/salida de capital de esas industrias: 1) Una disminución de la rentabilidad de las industrias que hoy son rentables debido al aumento en el número de proyectos y participantes, es decir, el mercado en estas industrias tenderá a ser más competido; 2) un aumento en la rentabilidad de las industrias ignoradas, pues muchos de los participantes en ellas saldrán del mercado por falta de capital, concentrando un sector que antes estaba competido.

De los dos efectos, el más preocupante es el segundo. Lo que implica es que se empezarán a descartar proyectos de subsistencia básica hasta el punto en que la misma escasez de dichos proyectos los vuelva altamente rentables. En otras palabras, los productores de bienes y servicios básicos se reducirán de manera importante, y solo subsistirán un porcentaje muy menor de ellos, generando escasez en productos relacionados a estas actividades. Sobra decir que dicha escasez impulsara los precios de dichos bienes y servicios al alza. Lo anterior conlleva a que la escasez monetaria nos llevará a sufrir escasez en bienes y servicios, sobre todo en industrias de bienes y servicios básicos. Ahora bien, esa escasez y alza en precios de productos básicos llevará al descontento social, lo cual a su vez llevará a una desestabilización del sistema económico reinante, es decir, nuestro mundo hiperbitcoinizado. Al parecer, uno de los atributos más envidiables del Bitcoin terminaría siendo el elemento que lo desestabilice, lo cual, nos hace llegar a un absurdo.

La conclusión, a mi parecer, es bastante profunda. La escasez, eso que hace “valioso” al Bitcoin, será la razón de su eventual fracaso: si la escasez genera escasez, entonces el sistema no es deseable y habrá que combatirlo. Para finalizar, un pequeño recordatorio: en los siguientes meses estaré publicando la tercera parte de esta saga y tocaré el tema de la deflación en un mundo hiperbitcoinizado, siguiendo el mismo formato que este análisis y el anterior. Sin más, y para recordar mis años de estudiante, Quod Erat Demonstrandum.

Columna de Franklin Templeton México escrita por Luis Gonzalí, CFA

Gestión eficiente de riesgos y ASG en infraestructuras, con Credit Suisse AM

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Pixabay CC0 Public Domain. torre

Según estimaciones de la consultora McKinsey & Co. la cantidad de financiación que será necesaria dedicar a proyectos globales de infraestructuras es de 3,7 billones de dólares (aproximadamente 3,13 billones de euros) anuales hasta 2035. Una cifra que sugiere que puede haber importantes oportunidades para los inversores en este sector.

Se espera asimismo que el sector continúe creciendo dadas las considerables necesidades globales en una amplia variedad de proyectos. Al segmento tradicional de este sector, con infraestructuras como carreteras, puentes, aeropuertos y servicios públicos de generación de energía, hay que añadir ahora infraestructuras del ‘nuevo mundo’, como datos y comunicaciones y fuentes de energía renovables.

La pandemia del COVID-19 ha supuesto un punto de inflexión a este respecto, particularmente porque el teletrabajo ha hecho que los datos y el acceso a una comunicación fiable fueran esenciales. Sirvió también para hacernos ver el valor de otras nuevas formas mundiales de infraestructura, como la educación y las instalaciones de atención médica.

Con el foco de su inversión en el sector de infraestructuras, la gestora Credit Suisse Asset Management percibió ya una oportunidad de inversión en 2017 con su fondo Credit Suisse (LUX) Infrastructure Equity, uno de los más rentables en el año de la categoría sectorial VDOS de Construcción con una revalorización del 11,08% en su clase IB en dólares.

Invierte su cartera a lo largo de la cadena de valor del conjunto de oportunidades de infraestructura global. Su universo de inversión abarca empresas que proporcionan las instalaciones y servicios necesarios para mantener y desarrollar infraestructuras modernas y también incluye empresas que suministran productos y servicios relacionados con la infraestructura.

Se propone como objetivo maximizar el rendimiento total a partir de la apreciación del capital y los dividendos durante largos períodos de tiempo. Sigue un enfoque sin restricciones y no orientado a puntos de referencia, para identificar empresas de valor atractivo posicionadas para beneficiarse del tema de la infraestructura. Su filosofía de inversión es una combinación de top-down y bottom-up, basada sobre todo en el análisis fundamental.

La inversión del fondo se centra en los concesionarios de infraestructura en los siguientes cuatro temas: 1) utilities o servicios públicos (aproximadamente el 40% de los activos del fondo; +/-20%); 2) infraestructura de transporte (aproximadamente el 30% de los activos del fondo; +/-20%); 3) infraestructura sector energía (aproximadamente el 10% de los activos del fondo; +/-10%); y 4) Infraestructura de telecomunicaciones (aproximadamente 20% de los activos del fondo; +/-20%).

El equipo gestor de Credit Suisse Equity está formado por 51 miembros que se centran en la gestión de productos activos (fondos y mandatos). El Credit Suisse (LUX) Infrastructure Equity Fund forma parte de la oferta de inmobiliario indirecto. Los principales gestores son Werner Richli y Heinz Tschabold, quienes gestionan fondo desde mayo de 2013. Las decisiones de inversión se toman en equipo y también se basan en la información recibida de contactos con empresas y especialistas del sector. La responsabilidad última recae en los dos gestores de cartera principales.

Werner Richli es Senior Portfolio Manager para valores inmobiliarios globales. Se unió a Credit Suisse en 1987. Werner fue analista de renta variable en la división de banca de inversión de Credit Suisse (Credit Suisse First Boston), cubriendo acciones inmobiliarias europeas. Con anterioridad, fue analista de renta variable de materiales de construcción, construcción y servicios públicos y participó en varias salidas a cotización en bolsa. Es Analista Financiero Europeo Certificado (CEFA) y Máster en Administración de Empresas por la Universidad de Zúrich, Suiza.

En Credit Suisse, creen que el análisis propietario riguroso y disciplinado es esencial para identificar oportunidades de inversión por delante del resto del mercado. El fondo busca generar la mayor parte de su alfa a partir de la selección individualizada de acciones y la gestión eficiente de riesgos. Para maximizar la captura de alfa, centran su análisis propietario patentado principalmente en el análisis fundamental de valores individuales de abajo hacia arriba. El estilo del fondo siempre debe reflejar disciplina en su valoración, alta convicción y amplia diversificación.

El objetivo general del fondo es identificar las entre 40 y 60 acciones principales de un universo potencial de casi 500 acciones y luego combinarlas de la manera óptima. El proceso de inversión para el Credit Suisse (LUX) Infrastructure Equity combina la aplicación consistente y disciplinada de, por una parte, clasificar el universo de acuerdo con las perspectivas de cada subtema individual y, por otra, un proceso de selección de acciones de abajo hacia arriba, basado en el análisis fundamental.

A través de una cuidadosa construcción de la cartera, posicionan al fondo para que incorpore adecuadamente el análisis cualitativo y de valoración. Sus decisiones se basan en la evaluación macroeconómica de su banco, por un lado, y en las conclusiones extraídas de sus propios análisis, por otro. Sus decisiones de inversión se toman solo después de un análisis cuidadoso de estos criterios, respaldado por análisis interno y externo, discusiones con analistas y expertos de la industria, y llamadas o visitas regulares a las empresas.

El primer paso en el proceso de inversión, ajustado por ASG, es reducir el universo de inversión de 500 empresas a un universo de infraestructura pura de aproximadamente 220. Dentro de su enfoque de arriba hacia abajo, evalúan regularmente las perspectivas de cada subtema individual de acuerdo con los criterios de perspectiva económica, entorno político/regulatorio, tendencias de consumo e impulsores de la industria.

En la siguiente etapa, se restringe aún más el universo, por medio del análisis fundamental, de abajo hacia arriba. Esta parte incluye reuniones con el equipo gestor y contactos con analistas del sector, expertos de la industria y pares del sector. Durante este análisis fundamental, se centran particularmente en los siguientes argumentos: sostenibilidad, posición en el mercado, riesgo de perturbaciones del mercado y salud financiera. Tal como confirma su clasificación por VDOS, la gestión del fondo incluye análisis extra financiero ASG, con enfoque ASG, que aplica las estrategias de exclusión e integración.

El paso final en la construcción de la cartera se centra en las perspectivas de crecimiento y la valoración. Es crucial decidir qué acciones tienen un precio atractivo en relación con su generación de efectivo y rendimientos de capital mediante la utilización de diferentes métricas de valoración. Las ponderaciones de cartera entre los diferentes subsectores (servicios públicos, telecomunicaciones, transporte e infraestructura energética) son el resultado de la visión a corto plazo de los gestores de carteras.

A nivel bursátil, las ponderaciones individuales suelen oscilar entre el 2% y el 6%, considerando tanto su capitalización de mercado de flotación libre, como el grado de su convicción.  El tamaño de una sola participación está limitado al 10% y la suma de todas las posiciones que puedan suponer más del 5% se limita al 40% de la cartera total. Tienden a tener una cartera de alta convicción, lo que lleva a un fondo concentrado de entre 40 y 60 acciones.

La cartera final incluye entre sus mayores posiciones acciones de Oneok (4,11%), Cheniere (3,66%), Crown Castle (3,50%), Vinci (3,48%) y Kinder Morgan (3,36%). Por sector, transporte y almacenamiento de energía aporta un peso del 24,74% a la cartera, con energías renovables (12,73%), torres (11,35%), autopistas de peaje (10,58%) y servicios aeroportuarios (9,66%) representando el resto de mayores pesos.

En cuanto a rentabilidad, la evolución histórica de la clase IB en dólares de Credit Suisse (LUX) Infrastructure Equity se posiciona entre los mejores de su categoría por este concepto, en el primer quintil, durante 2019 y 2020. A tres años, su dato de volatilidad es del 17,74%, reduciéndose hasta y del 10,41% a un año, posicionándose en este último periodo en el mejor grupo de su categoría por este concepto, en el quintil cinco. En el último periodo anual, registra una ratio Sharpe de 2,50 y un tracking error, respecto al índice de su categoría, del 8,73%. La clase IB en dólares requiere una aportación mínima de 500.000 dólares, aplicando a sus partícipes una comisión fija de hasta el 0,90% y de depósito de hasta el 0,10%. Esta clase es eligible para clientes retail, profesional y contraparte eligible, así como para asesoramiento independiente (retail, profesional y contraparte eligible) y asesoramiento no independiente sin acuerdo de honorarios (retail, profesional y contraparte eligible).

Los grandes planes en infraestructuras y las campañas mundiales de transición energética proporcionan un entorno propicio para temas de infraestructura como el cambio climático, la nueva red 5G y la movilidad eléctrica. En Estados Unidos, el tan esperado marco de infraestructura bipartidista, de 1,2 billones de dólares (aproximadamente 1,2 billones de euros) parece que puede ser suficiente para ayudar a abordar parte del déficit de infraestructuras de transporte físico e invertir en fuentes de energía limpia.

Para lograr cero emisiones de carbono en el sector de generación de energía de los Estados Unidos para 2035, la proporción de energías renovables debe aumentar del 11% al 84%. La energía nuclear e hidroeléctrica seguirán siendo partes importantes en esta combinación de combustibles, representando en conjunto el 16%. En Europa, el nuevo paquete ‘Fit for 55’ para 2030, presentado por la Comisión Europea, contiene un amplio conjunto de propuestas que incluyen energías renovables, redes de transmisión eléctrica y un requerimiento para una reducción del 100 por ciento de las emisiones de los automóviles para 2035. Eleva además el objetivo de la cuota de renovables en el consumo total de energía al 40%, lo que implicará que Europa duplique la capacidad eólica y solar instalada para 2030.

Después de las recientes correcciones de precios, el equipo gestor está reconstruyendo posiciones en productores eólicos y fotovoltaicos. Han ampliado aún más las posiciones en redes eléctricas y de gas, medición inteligente y estaciones de carga. En el segmento de infraestructuras de transporte, favorecen los ferrocarriles y las carreteras de peaje sobre los aeropuertos, ya que el tráfico de carreteras mejora más rápidamente que el tráfico aéreo. En cuanto a la infraestructura de transporte de energía, siguen creyendo que la fuerte recuperación de la demanda debería mantener los precios del petróleo hasta el otoño. Además,  mantienen su visión positiva sobre las torres y los centros de datos provocada por el nuevo estándar de redes 5G y la fuerte demanda de computación en la nube, juegos online y aplicaciones para celebrar conferencias.

Por su comportamiento durante los últimos tres años, tanto por rentabilidad como por volatilidad, la gestión de la clase IB en dólares de Credit Suisse (LUX) Infrastructure Equity obtiene la calificación de cinco estrellas de VDOS.

 

Tribuna de Paula Mercado, directora de Análisis de VDOS.

Repensar las ciudades: cómo hacer sostenibles los entornos urbanos

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Pixabay CC0 Public Domain. BMO Global Asset Management

La ONU calcula que el 68% de la población mundial vivirá en las ciudades en 2050, y el 90% del aumento en los próximos treinta años se producirá en África y Asia.

A pesar de que sólo representan el 2% de la superficie terrestre, generan el 85% del PIB mundial, y de hecho la concentración es aún mayor, ya que 40 megalópolis representan más de dos tercios de la producción económica mundial. Las ciudades dominan no sólo el comercio, sino la política, la creatividad cultural y las tendencias sociales: la historia de la humanidad seguirá siendo una historia urbana. Por tanto, debemos hacer que las ciudades sean sostenibles.

Actualmente generan más del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) relacionadas con la energía, y son focos de contaminación.

Parte del problema de los GEI está arraigado en el propio entramado de las ciudades: los edificios contribuyen con un notable 39% de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, superando al más estigmatizado sector del transporte. Para que el mundo cumpla el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a menos de 2 grados centígrados, los edificios deben ser netos cero para 2050. En 2017, había una cifra ínfima de 500 edificios comerciales de energía neta cero en el mundo, y 2.000 viviendas de cero emisiones netas, mucho menos del 1% del stock mundial de cualquiera de las dos formas de inmuebles.

Pero si bien la tarea que queda por delante es enorme, también lo son las oportunidades asociadas a su resolución. Schneider Electric es líder mundial en ayudar a los edificios tanto a automatizar sus procesos como a navegar por la transición energética:

  • Trabajando para reducir el uso de energía del cliente en sus centros de fabricación y diseño
  • Ayudándoles a obtener más energías renovables para alimentar la energía que necesitan
  • Implementando soluciones adecuadas de captura de carbono

Schneider cree que varias mejoras de eficiencia de este tipo pueden reducir el consumo anual de energía de un edificio en un 66%, una parte importante del camino hacia la economía neta cero.

Autodesk es otra empresa que trata de hacer más sostenibles las ciudades, desarrollando productos de software que ayudan al diseño y la implementación en arquitectura, ingeniería, construcción, diseño de productos y fabricación. Hasta el 30% de todo el trabajo realizado en las obras de construcción implica rehacer un trabajo previo, y hasta el 30% de los materiales de construcción se desperdician in situ, lo que cuesta tiempo y dinero, además de suponer un impacto medioambiental innecesario asociado a la adquisición y el transporte de ese material desperdiciado. Autodesk dispone de programas de software que utilizan el aprendizaje automático para mejorar las revisiones del diseño y detectar los defectos de alto riesgo en las primeras fases del proceso de diseño, de modo de prevenirlos antes de que se produzcan.

Dentro de un edificio, el software de Autodesk puede llevar a cabo un análisis energético desde el primer concepto hasta el proyecto, puede optimizar el aire acondicionado y la calefacción, recomendar materiales estructurales más eficientes y llevar a cabo un análisis de las materias primas durante el proceso de especificación y adquisición para garantizar que lo que se está comprando tiene la menor huella medioambiental posible.

Las ciudades se han convertido en focos de luz, observables incluso desde el espacio, encendidas día y noche; pero la iluminación eléctrica tradicional es en sí misma una de las culpables del actual panorama de las emisiones globales, responsable de aproximadamente el 5% de las mismas.

Acuity Brands es líder mundial en iluminación LED, que además de ser más barata que la iluminación eléctrica convencional, es hasta un 75% más eficiente desde el punto de vista energético, y también puede ayudar con sistemas de control avanzados que reducen la potencia y el tiempo de funcionamiento de estas bombillas, lo que supone otro 47% de ahorro energético.

Acuity calcula que puede ahorrar 100 millones de toneladas métricas de carbono como resultado de sus ventas previstas para la próxima década de luces LED, controles y sistemas de gestión de edificios que sustituyan a las tecnologías más antiguas en las construcciones  existentes. Sólo en Estados Unidos, el 75% de los edificios, que representan el 71% de la superficie, se construyeron antes del año 2000, y la mayoría de ellos no han tenido una actualización de la iluminación, lo que proporciona a Acuity una enorme oportunidad para renovar esta infraestructura.

A medida que el mundo sigue migrando a las ciudades, la tarea de garantizar que sean sostenibles crecerá proporcionalmente. En BMO Global Asset Management hemos invertido en una serie de empresas como Schneider, Acuity y Autodesk que son un ejemplo del modelo a seguir para hacer bien las cosas para tener un impacto vital y positivo en las ciudades sostenibles del mañana, donde vivirá la mayor parte de la humanidad.

Columna de Harry Waight, analista de renta variable global en BMO Global Asset Management.

Hablemos de riesgo

El valor de las inversiones y los ingresos derivados de ellas pueden subir y bajar de igual manera, por lo que podría darse el caso de que los inversores no recuperasen la cantidad original invertida.

Los puntos de vista y las opiniones reflejadas en esta columna pertenecen a BMO Global Asset Managment y, como tales, no deben entenderse de manera expresa como recomendaciones o solicitudes de compra o venta de empresas que puedan ser mencionadas. 

La información, opiniones, estimaciones y previsiones descritas en esta columna proceden de fuentes consideradas fiables, pudiendo cambiar en cualquier momento.

La innovación apoya la recuperación del sector industrial

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Previamente hemos analizado cómo la pandemia afectó al sector industrial y a su progresiva recuperación. Aunque el sector se ha mantenido relativamente resiliente, sobre todo en los primeros compases de la recuperación tras la COVID, los desafíos no han desaparecido a medida que la economía se esfuerza en reabrirse. La disrupción en las cadenas de suministro, la escasez de materias primas y la inflación de sus precios, la falta de mano de obra cualificada, los aumentos de los salarios y una multitud de problemas en el transporte se han conjugado para mantener el crecimiento industrial bajo mínimos y difícil de predecir. Aunque la actividad económica mantiene su vigor ‒el índice de gestores de compras (PMI) del Institute for Supply Management (ISM) de EE. UU. registró en agosto un nivel de 59,9 (1), el decimoquinto mes consecutivo de expansión económica– estos problemas, junto con el repunte de casos de COVID por la variante delta, podrían estar limitando el potencial de crecimiento.

La tecnología podría proponer soluciones a largo plazo

La adopción de la tecnología se aceleró por obligación durante el confinamiento de la COVID: las videoconferencias y el cloud computing permitieron a los trabajadores seguir conectados virtualmente, mientras que el comercio electrónico y el streaming posibilitaron a los consumidores hacer compras y acceder a entretenimiento en remoto. Igualmente, las innovaciones industriales emergentes también podrían proporcionar soluciones a largo plazo a los desafíos que afronta el sector a raíz de la pandemia.

Mientras los fabricantes tratan de resolver los recientes desafios de productividad y flexibilidad, los avances en tecnología de operaciones (TO) han ofrecido posibles soluciones. La TO engloba el hardware y el software que controlan el funcionamiento de los distintos procesos industriales y las máquinas en planta. La creciente integración de las tecnologías de operación y de información (TI) ha hecho posibles avances como los sistemas de ejecución de fabricación (MES) basados en la nube, que permiten a una empresa realizar el seguimiento y análisis de sus operaciones y cadenas de suministro en múltiples plantas. Esta TO conectada proporciona a los fabricantes una mayor capacidad para gestionar la calidad del producto y el cumplimiento, identificar problemas potenciales y aumentar la eficiencia, ofreciendo mejoras al proceso productivo y las cadenas de suministro y aumentando la resiliencia de sus actividades.

El quantum computing es otra área de innovación que a largo plazo puede resolver algunos de los problemas de logística y transporte que afronta actualmente el sector industrial. El sector sigue resintiéndose por la disrupción causada por la pandemia sobre el comercio y los viajes, y la falta de mano de obra cualificada ha agravado las dificultades para transportar los bienes y materiales alrededor del mundo. El quantum computing —tecnología que utiliza un poder de procesamiento exponencialmente mayor que las computadoras tradicionales— ha proporcionado a las empresas la capacidad para resolver problemas extraordinariamente intricados. Por ejemplo, a medida que se añaden más y más destinos a una ruta de transporte, encontrar la trayectoria más rápida y más eficiente en combustible puede convertirse rápidamente en algo sumamente complejo. El poder del quantum computing puede permitir a las empresas optimizar funciones como el diseño de itinerarios, cadenas de suministro e inventarios, ahorrando tiempo y dinero en la distribución de los productos a lo largo de sus redes. Esto cobrará probablemente cada vez más importancia a medida que las redes se vuelvan más complejas e interconectadas. Asimismo, innovaciones como los camiones autónomos y la automatización de las fábricas podrían servir para solucionar los problemas de falta de mano de obra y presiones salariales, reducir los plazos de envío y de fabricación y mejorar la seguridad en todas estas redes.

Aunque todavía en fases tempranas de adopción, tecnologías como la fabricación aditiva (AM) —más conocida como impresión 3D— están empezando a emerger como complementos y, potencialmente, como sustitutos, de los procesos industriales tradicionales. La AM podría esencialmente permitir un acortamiento de las cadenas de suministro, dando a las empresas la capacidad de fabricar componentes esenciales de forma interna, haciéndolas menos dependientes de materias primas escasas o caras, así como reduciendo su dependencia de la logística y el transporte de larga distancia para el abastecimiento de sus inputs y materiales intermedios. Estos problemas se han vuelto cruciales durante el proceso de desglobalización —acelerado con la pandemia— a medida que algunos eslabones de la cadena de suministro global se traían de vuelta a EE. UU. y las empresas trataban de aumentar la resiliencia de sus negocios.

Los avances tecnológicos seguirán impulsando el crecimiento

Aunque la recuperación económica ha comenzado a experimentar algunos baches y el sector industrial afronta actualmente desafíos importantes, están surgiendo tecnologías que pueden ayudar a satisfacer la demanda actual y a solidificar el sector de cara al futuro. Estamos convencidos de que la innovación podría conducir a una transformación amplia de las empresas industriales, y los avances tecnológicos seguirán brindando al sector oportunidades de crecimiento a largo plazo. De manera importante, creemos que es esencial permanecer centrados en empresas de alta calidad y capaces de generar flujos de caja que se perfilen como ganadores a largo plazo en medio de la transformación digital.

 

Tribuna de David Chung, gestor de carteras adjunto en Janus Henderson Investors.

 

 

Anotaciones: 

1 Fuente: Institute for Supply Management, a 1/9/2021.

 

 

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Janus Henderson Investors es el nombre bajo el cual las entidades que se indican ofrecen productos y servicios de inversión en las siguientes jurisdicciones: (a) En Europa, Janus Capital International Limited (n.º de registro 3594615), Henderson Global Investors Limited (n.º de registro 906355), Henderson Investment Funds Limited (n.º de registro 2678531), Henderson Equity Partners Limited (n.º de registro 2606646), (cada una de ellas registrada en Inglaterra y Gales en 201 Bishopsgate, Londres EC2M 3AE y regulada por la Autoridad de Conducta Financiera) y Henderson Management S.A. (n.º de registro B22848, en 2 Rue de Bitbourg, L-1273, Luxemburgo y regulada por la Commission de Surveillance du Secteur Financier) ofrecen productos y servicios de inversión; (b) En EE. UU., los asesores de inversión registrados ante la SEC filiales de Janus Henderson Group plc; (c) En Canadá, a través de Janus Capital Management LLC, solo para inversores institucionales de determinadas jurisdicciones; (d) En Singapur, Janus Henderson Investors (Singapore) Limited (número de registro de la sociedad: 199700782N). Este anuncio o publicación no ha sido revisado por la Autoridad Monetaria de Singapur; (e) En Hong Kong, Janus Henderson Investors Hong Kong Limited. Este material no ha sido revisado por la Comisión de Valores y Futuros de Hong Kong («SFC»); (f) En Taiwán (República de China), Janus Henderson Investors Taiwan Limited (con funcionamiento independiente), Suite 45 A-1, Taipei 101 Tower, No. 7, Sec. 5, Xin Yi Road, Taipéi (110). Tel.: (02) 8101-1001. Número de licencia SICE autorizada 023, emitida en 2018 por la Comisión de Supervisión Financiera; «(g) En Corea del Sur, Janus Henderson Investors Limited (Singapur), exclusivamente para Inversores profesionales cualificados (según se definen en la Ley de servicios de inversión financiera y mercados de capitales y sus subreglamentos); (h) En Japón, Janus Henderson Investors (Japan) Limited, regulada por la Agencia de Servicios Financieros y registrada como Entidad de servicios financieros que realiza actividades de gestión de inversión, asesoramiento de inversión y actividad de agencia y actividades de instrumentos financieros de tipo II; (i) En Australia y Nueva Zelanda, por Janus Henderson Investors (Australia) Limited ABN 47 124 279 518 y sus entidades relacionadas, incluida Janus Henderson Investors (Australia) Institutional Funds Management Limited (ABN 16 165 119 531, AFSL 444266) y Janus Henderson Investors (Australia) Funds Management Limited (ABN 43 164 177 244, AFSL 444268); (j) En Oriente Medio, Janus Capital International Limited, regulada por la Autoridad de Servicios Financieros de Dubái como Oficina de representación. No se realizarán transacciones en Oriente Medio y cualquier consulta deberá dirigirse a Janus Henderson. Las llamadas telefónicas podrán ser grabadas para nuestra mutua protección, para mejorar el servicio al cliente y a efectos de mantenimiento de registros reglamentario.

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