¿Es interesante el mercado chino de acciones de clase A para los inversores a largo plazo?

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¿Es interesante el mercado chino de acciones de clase A para los inversores a largo plazo?
Photo: Jacob Ehnmark. Why China's A-Shares Matter Now?

A pesar de que a menudo nos preguntan por las acciones de clase A de las bolsas chinas, que cotizan en los mercados de Shanghai y Shenzhen, desde Matthews Asia invertimos en la renta variable del gigante asiático principalmente a través de las compañías que cotizan en Hong Kong y si acaso en las que lo hacen en los mercados estadounidenses. El mercado doméstico de acciones de clase A de China sigue estando muy cerrado para los inversores institucionales extranjeros. La única forma que tienen los inversores extranjeros de participar en este mercado es mediante la inscripción en el programa Qualified Foreign Institutional Investor (QFII) o a través de un manager que ya tenga una cuota asignada en este programa. Aún así, hay que saber que se han concedido relativamente pocas licencias QFII.

La evolución del mercado de acciones de clase A de China ha sido mediocre a largo plazo. Hace diez años, el índice Shanghai Composite cotizaba en niveles de entorno a los 1.800 puntos y llegó a repuntar hasta los 6.000 a finales de 2007. Pero desde entonces el índice ha borrado la mayor parte de sus ganancias y ahora cotiza de nuevo en torno a los 2.000 puntos. Esto puede llevar a preguntarnos: ¿Es interesante el mercado chino de acciones de clase A para los inversores a largo plazo?

Hay un par de características únicas de los mercados de acciones A de China que, ya sea directa o indirectamente, han contribuido a la evolución registrada en los mercados del país. En primer lugar, una cuestión clave ha sido la de las «acciones no negociables», que fueron adjudicadas a los equipos de gestión y los empleados de las empresas de propiedad estatal cotizadas. Como su nombre indica, estas acciones han sido vetadas en la negociación en el mercado abierto. Pero después de un largo proceso de reforma, que ha durado desde 2005 a 2007, sus propietarios obtuvieron permiso para vender gradualmente sus acciones no negociables. En los próximos años, se liberarán diversos paquetes de este tipo de acciones, creando una situación de exceso de liquidez que lastrará la rentabilidaddel mercado de valores.

A diferencia de la mayoría de los mercados, otra característica única en el mercado de acciones A es la volatilidad de su negociación, consecuencia de la dominación de inversores minoristas, que representan el 80% del mercado y tienden a ser cortoplacistas.

Dicho esto, muchos de estos comentarios son retrospectivos. La venta de acciones no negociables alcanzó su punto álgido alrededor de 2009 y cada vez provoca menos debates. La alta volatilidad sigue siendo un reto, pero se han tomado medidas para involucrar más a los inversores institucionales y con licencia QFII, fomentando una mentalidad de inversión a largo plazo.

A medida que estos mercados evolucionen, pueden aparecer oportunidades más atractivas para los inversores. Para empezar, las valoraciones son actualmente atractivas y muchas acciones cotizan con un ratio PER de 8x en 2014 y 7x para 2015, según datos de Bloomberg. Estas valoraciones se acercan a mínimos históricos de 10 años. Los mercados de acciones A también están ampliando el conjunto de acciones entre las que los inversores pueden elegir. Por ejemplo, en ciertos sectores chinos de rápido crecimiento, como el cuidado de la salud, el sector consumo y el de la tecnología, hay muchas más opciones en el mercado de acciones A frente al relativamente escaso grupo de sociedades que cotizan en Hong Kong o en Estados Unidos.

Matthews Asia no tiene actualmente ninguna exposición a los mercados de acciones de clase A, y no hacemos comentarios del mercado doméstico en su conjunto. En este caso, es especialmente importante una cuidadosa selección de valores, ya que este mercado esconde empresas de menor calidad, que incluyen una amplia representación de empresas de titularidad estatal. Sin embargo, un conjunto tan grande de oportunidades tiene potencial para que los inversores elijan entre un menú más amplio de empresas de calidad.

Winnie Chwang, portfolio manager de Matthews Asia, presentará su visión sobre el tejido empresarial chino en su intervención en el Fund Selector Summit Miami 2015, que organiza Funds Society en asociación con Open Door Media, y que tendrá lugar en el hotel Ritz-Carlton de Key Biscayne los días 7 y 8 de mayo.

Los puntos de vista y la información expuestos suponen una opinión y análisis sobre las condiciones de mercado en un momento específico y son susceptibles de variar. No deben tomarse como una recomendación de compra o venta de un título específico o de los mercados en general. La temática contenida en este texto deriva de varias fuentes que se consideran fiables y precisas en el momento de su compilación. Matthews International Capital Management LLC no acepta ninguna responsabilidad por pérdidas directas o resultantes del uso de esta información. La inversión en mercados internacionales y emergentes puede conllevar riesgos adicionales, como los derivados de inestabilidad política y socio-económica, mercados ilíquidos, fluctuaciones de tipo de cambio, alta volatilidad y normativa limitada. Adicionalmente, los fondos invertidos en un solo país pueden estar sujetos a mayor riesgo de mercado que los fondos diversificados por su concentración en área geográfica determinada. La inversión en pequeñas y medianas empresas conlleva mayor riesgo que la inversión en grandes empresas, puesto que pueden ser más volátiles y menos líquidas que las grandes compañías. Este documento no ha sido revisado ni aprobado por ningún organismo regulatorio.

Una ola de innovación recorre China

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Una ola de innovación recorre China
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Jon Russell. China’s New Generation of Entrepreneurs

En 2000 acudí, en el salón de actos de mi universidad en Estados Unidos, a una conferencia en la que se debatían los abrumadores cambios alrededor del desarrollo de internet. Eso fue poco antes de que estallará la burbuja de internet. Uno de los ponentes era un maestro de escuela chino convertido en empresario llamado Jack Ma, que acababa de comenzar un negocio de comercio electrónico un tanto oscuro. Pese que era extremadamente carismático y dinámico, nadie en aquel momento pudo adivinar que años más tarde se convertiría en uno de los titanes de internet más importantes de China. Doce años después China ha conseguido superar las ventas online de Estados Unidos. De hecho sus ventas online crecieron otro 50% desde 2013 hasta 2014, situándose en aproximadamente 450.000 millones de dólares. Para tener toda la imagen, los consumidores estadounidenses gastaron alrededor de 300.000 millones en tiendas online el año pasado.

A menudo China es percibida como un país demasiado permisivo con las imitaciones y ha tenido problemas con la creciente piratería. Hay muchas empresas del gigante asiático que han comenzado un negocio basándose en los modelos originados en EE.UU. o Europa. Pero en los últimos años se ha pasado por alto que en China se está dando un aumento de la innovación, en particular en el sector de la tecnología. Esta nueva generación de emprendedores, representados por Jack Ma, está mejorando y es cada vez más competitiva frente a las compañías occidentales, a quienes también superan en la creación de modelos de negocio innovadores.

Un buen ejemplo de esto es Xiaomi, uno de los fabricantes de smartphones más dominantes del mercado chino. Su última ronda de financiación ha valorado la empresa en más de 45.000 millones de dólares. Xiaomi se ha convertido en la startup de tecnología más valiosa del mundo, superando a todas las empresas de Silicon Valley. Esto es aún más notable si tenemos en cuenta que Xiaomi fue fundada hace sólo cuatro años. Aunque sus teléfonos utilizan el sistema operativo Android de Google, esta startup ha sido un motor de innovación al proporciona una interfaz de usuario propia muy atractiva para los consumidores finales. También ha aprovechado con éxito las redes sociales para solicitar la opinión de sus clientes de una manera jamás vista en Estados Unidos. Probablemente lo más innovador de todo, es que ha logrado vender una gran mayoría de sus smartphones online directamente a los consumidores, sin pasar por los operadores de telecomunicaciones tradicionales .

Ola de innovación

La actual ola de innovación entre las pequeñas empresas en China se ha sustentado en el mayor gasto en investigación y desarrollo (I+D). Las políticas favorables a esto puestas en marcha por el gobierno chino sin duda han ayudado. El gasto en I+D del país ha aumentado a tasas de dos dígitos en los últimos años, superando por mucho al presupuesto de otros países. Los empresarios en China entienden perfectamente que, como los costes laborales siguen aumentando, y China ha perdido capacidad de ondear la bandera de la mano de obra barata frente a lo que ofrecen sus vecinos, es crítico para sus compañías aumentar la cadena de valor.

Así, mientras las generaciones anteriores de empresarios producían zapatos y ropa baratas, la nueva generación se está instalando en sectores como la salud, la electrónica o los servicios online.

Solía evaluar los modelos de negocio de China comparándolos con los de Estados Unidos o Europa. Pero hoy en día, cuando hablo con algún empresario chino, a menudo me sorprendo porque en Occidente aún no existe un modelo negocio equivalente. Por ejemplo, las empresas están desarrollando tiendas de comercio electrónico basadas en los vecindarios o en la venta y distribución onlinedechips semiconductores.

Esta ola de innovación entre las pequeñas empresas no ha pasado desapercibida. Cada vez más, en los últimos años, hemos visto a multinacionales que compran pequeñas compañías chinas. Esto ha sucedido en muchos segmentos de negocio, desde la industria, pasando por los dispositivos médicos a los productos básicos de consumo. No están simplemente comprando una participación minoritaria para convertirse en accionistas pasivos, sino que a menudo adquieren una participación de control o incluso se hacen con la compañía completa, tras la aprobación de los reguladores locales.

Tras hablar con los representantes de varias multinacionales y de compañías de Asia, creo que hay unas cuantas razones por las que una gran compañía podría estar interesada en comprar pequeñas empresas en China. La más obvia es la de conseguir acceso al mercado asiático local. Además, el proceso de creación de una extensa red de distribución en muchos países asiáticos, donde la infraestructura es pobre, tiende a ser muy largo y costoso. Muchas multinacionales tratan de atajar este proceso comprando empresas más pequeñas que ya cuentan con una red de distribución en la región.

El próximo Amazon

El segundo factor es mucho menos evidente. Las empresas multinacionales quieren acceder a la tecnología local y a las fuentes de I+D. Esto puede parecer un planteamiento erróneo. En la mayoría de las industrias, las multinacionales poseen la tecnología más avanzada, mientras que las pequeñas empresas locales en Asia están más retrasadas. Con los años, sin embargo, al darse cuenta de que están perdiendo una gran parte del mercado, las pequeñas empresas locales han tratado de mejorar.

En el reciente Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, el primer ministro chino, Li Keqiang, pronunció un discurso en el que destacó «el espíritu empresarial y la innovación masiva es, a nuestros ojos, una mina de oro que proporciona una fuente constante de la creatividad y riqueza«. Tras gestionar la economía de una forma muy planificada en los últimos años, los líderes de China están ahora deseosos de promover el espíritu empresarial en la base. Si la tendencia actual continúa, los inversores extranjeros en China encontrarán interesantes oportunidades que podrían ser el germen del próximo Amazon o Google de China.

Beini Zhou, es portfolio manager de Matthews Asia.

Los puntos de vista y la información expuestos suponen una opinión y análisis sobre las condiciones de mercado en un momento específico y son susceptibles de variar. No deben tomarse como una recomendación de compra o venta de un título específico o de los mercados en general. La temática contenida en este texto deriva de varias fuentes que se consideran fiables y precisas en el momento de su compilación. Matthews International Capital Management LLC no acepta ninguna responsabilidad por pérdidas directas o resultantes del uso de esta información. La inversión en mercados internacionales y emergentes puede conllevar riesgos adicionales, como los derivados de inestabilidad política y socio-económica, mercados ilíquidos, fluctuaciones de tipo de cambio, alta volatilidad y normativa limitada. Adicionalmente, los fondos invertidos en un solo país pueden estar sujetos a mayor riesgo de mercado que los fondos diversificados por su concentración en área geográfica determinada. La inversión en pequeñas y medianas empresas conlleva mayor riesgo que la inversión en grandes empresas, puesto que pueden ser más volátiles y menos líquidas que las grandes compañías. Este documento no ha sido revisado ni aprobado por ningún organismo regulatorio.

 

 

Ajustar o no el precio de los derivados por sus costes de financiación: Diferencia entre valor y precio

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Ajustar o no el precio de los derivados por sus costes de financiación: Diferencia entre valor y precio
Foto: Stewf, Flickr, Creative Commons.. Ajustar o no el precio de los derivados por sus costes de financiación: Diferencia entre valor y precio

La teoría de valoración de derivados establece que el valor Riesgo Neutro de un derivado se obtiene a partir de la construcción de una cartera autofinanciada sin riesgo la cual define su gestión. Dicha cartera se compone adquiriendo en el mercado el derivado, la cantidad necesaria de activo para mitigar el riesgo, y la financiación en el mercado interbancario de ambas adquisiciones. En el contexto pre-crisis (antes del 2008) se consideraba que el riesgo era únicamente de mercado y, por tanto, la financiación se realizaba a un tipo único y accesible por cualquier agente, sin apenas restricciones a la cantidad a financiar: el Euribor.

Como consecuencia de la crisis, iniciada en el 2008, el mercado interbancario reconoce la existencia de riesgo de crédito y liquidez. Este hecho provoca que desaparezca la existencia de un único tipo de financiación. Por ello, en la construcción de la cartera autofinanciada ahora se deben de tener en cuenta diferentes tipos de financiación. Por un lado, la adquisición de activo se puede financiar a un tipo más o menos accesible por cualquier agente, al poderse permitir para ello la financiación en Repo. Por otro lado, la financiación por la compra del derivado se realiza a un tipo propio de la entidad, el cual está asociado a la percepción que el mercado tiene sobre su riesgo de crédito. Adicionalmente,  en dicha cartera se deben incluir instrumentos destinados a mitigar el riesgo de crédito de la contrapartida (bonos emitidos por ella) y los costes derivados de la financiación para su adquisición.

La inclusión de estos elementos genera ajustes sobre el valor Riesgo Neutro. Así, el valor Riesgo Neutro de un derivado, desde el punto de vista de la compañía emisora del mismo:

  • Se ve reducido por la existencia de costes de financiación  cuando en la evolución de su valor es necesario recurrir a financiación (Funding Cost Djusment: FCA)
  • Se ve aumentado por la reducción de la necesidad de financiación de la entidad cuando en la evolución de su valor su gestión genera liquidez para la entidad (Funding Benefit Adjustment: FBA)
  • Se ve reducido por los costes necesarios para cubrir el riesgo de crédito generado por la contrapartida (Credit Value Adjustment: CVA)

Se define Funding Value Adjustment (FVA) como FVA= FCA + FBA

En la construcción de la cartera autofinanciada es imposible, para la compañía emisora del derivado, incluir instrumentos destinados a cubrirse de su propio riesgo de crédito. Ahora bien, si se asume un riesgo de contraparte bilateral en la definición de su valor,  el valor Riesgo Neutro del mismo para la compañía emisora debe de  verse aumentado por los beneficios potenciales que genera el hecho de que la compañía emisora haga default y, por tanto, no tenga que hacer frente a las obligaciones contractuales que le impone el derivado, cuando éstas son positivas para ella. Este ajuste se llama Debit Value Adjustment: DVA.

De esta manera, si es el valor ajustado del derivado y V es el valor Riesgo Neutro del mismo, entonces:

La inclusión del ajuste DVA, al no provenir directamente de la construcción de la cartera autofinanciada, contradice la teoría de valoración. Sin embargo, si existe riesgo de contraparte en el mercado, éste debe reconocerse de manera bilateral para que dos compañías puedan ponerse de acuerdo en el valor de un derivado.  Como consecuencia de esto se abre un debate sobre la conveniencia de realizar éste ajuste o no.

Los ajustes FVA y los ajustes CVA y DVA tienen diferente naturaleza. Así, FVA se refiere a ajustes por costes/beneficios de financiación de la entidad, mientras que CVA y DVA son ajustes referidos al Riesgo de Contraparte. Para cuantificar los ajustes FVA se necesita información propia de la entidad (como los costes de financiación) mientras que para cuantificar la los ajustes CVA/DVA se necesita información externa a la entidad (la opinión del mercado sobre su Riesgo de Crédito). En este sentido el FVA está más relacionado con el “valor” que le da la entidad a una inversión o derivado, mientras que el CVA/DVA está relacionado con el valor que el mercado da a la inversión por el hecho de existir Riesgo de Crédito.

De la misma  manera que el precio de una acción de IBM es su cotización, el precio de un derivado financiero debería ser el valor que equilibra su oferta y su demanda en el Mercado. Existen muchas razones por las cuales los participantes de mercado asignan valores particulares a los derivados (costes de financiación, restricciones de liquidez, exigencias de capital regulatorio etc..), todas ellas configuran una oferta y demanda, a partir de la que se deriva un único precio. Se diferencia, por tanto, entre:

  • Precio (Fair Value): trata de captar por cuánto dinero dos entidades genéricas deberían acordar un derivado sin tener en cuenta el entorno especifico en el que cada una de ellas opera
  • Valor: trata de capturar en cambio ese entorno especifico

FASB (Financial Standards Accounting Board) y IFRS definen el Precio o Fair Value como:price that would be received to sell an asset or paid to transfer a liability in an orderly transaction between market participants at the measurement date.

El incluir información propia de la entidad en la definición del precio de un derivado, como el FVA, provoca que aparezcan oportunidades de arbitraje en el mercado y posibles asimetrías.

La conclusión es que para para poder definir un precio de un derivado, que no permita oportunidades de arbitraje ni asimetrías, se deben realizar ajustes que no se derivan de la cartera autofinanciada (DVA) y no se deberían realizar ajustes que sí se derivan de ella (FVA), lo que confronta con la teoría de valoración.

Algunos autores (John Hull y Alan White) resuelven ésta situación de una manera natural. Por un lado, asumir la necesidad de realizar un ajuste DVA que no aparece en la cartera de replicación esnatural por las siguientes razones:

  • Para que la negociación de los derivados sea justa debe realizarse con un reconocimiento bilateral del riesgo de contraparte
  • El ajuste DVA no aparece en la cartera de replicación debido a que ésta no se ha construido (por imposibilidad) para cubrir el riesgo de crédito de la propia compañía emisora

Por otro lado, si se asume la necesidad de realizar el ajuste DVA, entonces también es natural asumir que en caso de default de la compañía emisora, emergería  para ella un beneficio adicional: el derivado de liberarse de atender las obligaciones asumidas por la misma en la financiación del derivado. Se diferencian por tanto dos conceptos de DVA:

  • DVA1: Beneficio que obtendría la compañía emisora por el hecho de no tener que atender a las obligaciones contractuales que le impone el derivado en caso de default propio
  • DVA2: Beneficio que obtendría la compañía emisora por el hecho de no tener que atender a las obligaciones contractuales que le impone la financiación del derivado en caso de default propio

Si se asume que el exceso sobre el tipo libre de riesgo que el mercado asigna a una entidad en su financiación es únicamente debido a su riesgo de crédito (y no a cuestiones de liquidez) entonces el DVA2 iguala en magnitud pero en signo contrario al FVA.

Con estas observaciones, el valor del derivado desde el punto de vista de la compañía emisora sería (siendo V su el valor Riesgo Neutro)

El hecho de que el FVA (que es un valor subjetivo y dependiente de las condiciones propias de una entidad) se netée con el DVA2, hace que  ajustado únicamente por riesgo de contraparte bilateral (CVA y DVA1), se ajuste a la definición de precio (Fair Value) y no genere oportunidades de arbitraje en el mercado.

 

Miami, el Singapur de las Américas

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Miami, el Singapur de las Américas
Foto: Dtobias. Miami, el Singapur de las Américas

Para muchos, Miami es sinónimo de turismo y bienes raíces, pero en realidad es mucho más que eso. Eventos como el Art Basel, eMerge, así como la presencia de más de mil compañías multinacionales, nos han permitido exhibirnos al mundo como una ciudad donde converge la cultura, el desarrollo de alta tecnología y el comercio internacional. Esto posiciona al sur de la Florida como un punto internacional de negocios.

Pero últimamente, hemos empezado a destacarnos como un centro financiero, un Singapur de las Américas. Por lo tanto, es más que justo preguntarse: ¿Realmente tiene Miami la sustancia necesaria para ser reconocido como un centro financiero? ¿O es solo una charla pretenciosa?

Hasta ahora, el caso de Miami, como centro financiero, ha sido tomado a partir de referencias anecdóticas. Nuevas firmas han abierto sus puertas aquí. Por ejemplo: Scout Ventures, una compañía de capital de riesgo de Nueva York, y Universa Investments, un hedge fund, el cual trasladó su sede principal del Sur de California a Coconut Grove. Aunque, otras firmas, tales como la canadiense RBC Wealth Management, y la británica Lloyds TSB Bank, dejaron la ciudad.

Así que por referencias anecdóticas, vendría siendo un empate. Pero dejemos que los números hablen por si solos: ¿cuántas firmas financieras tenemos en el Sur de la Florida? La respuesta a esta pregunta, aunque suene simple, termina siendo compleja. Para empezar, las firmas financieras son muy diversas, aunque tengan similitudes. Hay bancos comerciales, bancos de inversión, hedge funds, fondos mutuos de inversión y de bienes raíces, empresas de gestión de activos, de capital privado, de patrimonio, y family offices. Bases de datos, tales como IPREO, Pitchbook, Thomson ONE, son un buen punto de partida para analizar este laberinto, pero ni siquiera éstas se ponen de acuerdo en cómo categorizar estas firmas financieras.

Y para sumarle a la confusión, algunas firmas se denominan distinto a como son descritas en las bases de datos. Teniendo dudas del tipo de firma que era, le pregunté al CEO de una compañía, ¿Ustedes son una firma de capital privado, o un family office? La respuesta fue, “somos un hedge fund”. ¡Por supuesto!

Más allá de las múltiples líneas difusas entre capital de riesgo y capital privado, entre family offices y firmas de gestión de patrimonio, hay dos características comunes del dinero: misterio y ego.

Por un lado, el Sur de la Florida, desde Miami hasta Palm Beach, siempre ha sido un imán de riqueza para extranjeros, de los cuales algunos prefieren pasar desapercibidos. Y por otro lado, hay una gran cantidad de asesores de inversión, quienes estarían más que felices de embellecer sus credenciales como bancos de inversión o gerentes de gestión de patrimonio, para enaltecer su importancia.

Así que, primero, tuvimos que reconocer que algunos centros de inversión manejados en el Sur de la Florida evaden ser detectados, y segundo, hemos eliminado a los jugadores secundarios mediante la aplicación de normas mínimas al incluirlos en la cuenta de hedge funds, de bancos de inversión, la lista de los bancos internacionales, etc.

Aun así, dar con los números exactos para los diferentes segmentos de la industria de servicios financieros en el Sur de Florida fue un proceso complejo. Pero una vez que nos sentimos cómodos con nuestras cifras, las verificamos con expertos en cada uno de los segmentos de la industria. Los resultados están reflejados en la infografía.

El Sur de la Florida es el hogar de 50 bancos comunitarios, 59 bancos internacionales, 60 hedge funds, 63 empresas de gestión de patrimonio, 19 empresas de capital privado, 13 bancos de inversión y más de 200 family offices. A esto se agregan varias empresas emergentes de capital de riesgo, un fondo mutuo de $7 mil millones de dólares, y más fondos de inversión inmobiliaria de lo que nos atrevimos a contar.

¿Son estas firmas suficientes para pensar que Miami es un centro de servicios financieros? Según todos los indicadores, diríamos que sí. No quiere decir que Miami está en la misma liga que Nueva York. Pero sí merece, definitivamente, estar en la conversación.

Esto nos lleva a otra pregunta: ¿Cómo se posiciona el Sur de la Florida en comparación con Chicago, San Francisco, Los Ángeles, y Houston?

Ese es el próximo reto. Los mantendremos al tanto.

Columna de opinión de Ian McCluskey, Vice President de Newlink Financial Communications

Algo más que el riesgo de crédito

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Algo más que el riesgo de crédito
Foto: Epsos, Flickr, Creative Comns. Algo más que el riesgo de crédito

Las calificaciones crediticias son opiniones prospectivas sobre el riesgo crediticio. Las calificaciones crediticias expresan la opinión de las agencias sobre la capacidad y voluntad de un emisor, sea una empresa, estado o gobierno municipal, para cumplir en tiempo y forma con sus obligaciones financieras. Las calificaciones crediticias también se refieren a la calidad crediticia de una emisión individual de deuda, como por ejemplo: una emisión de bonos corporativos, municipales o instrumentos respaldados por hipotecas, y a la probabilidad relativa de que dicha emisión pueda incumplir en el pago. Las calificaciones son asignadas por las principales agencias de rating que son: Standard & Poor’s, Moody´s y Fitch, las cuales se especializan en la evaluación del riesgo crediticio. Generalmente, las calificaciones se expresan como grados en letras que van, por ejemplo, de la ‘AAA’ a la ‘D’ a fin de comunicar la opinión de la agencia sobre el nivel relativo de riesgo crediticio.

El significado de las letras de las calificaciones para Standard & Poor’s es el siguiente. (Debajo hay un cuadro con su equivalente de las otras agencias: Moody´s y Fitch).  

‘AAA’ – Capacidad extremadamente fuerte de cumplir compromisos financieros. Es la calificación más alta.
‘AA’ – Capacidad muy fuerte de cumplir con compromisos financieros.
‘A’ – Capacidad fuerte de cumplir con compromisos financieros, pero algo susceptible a condiciones económicas adversas y cambios en las circunstancias.
‘BBB’ – Capacidad adecuada de cumplir compromisos financieros, pero más susceptible a condiciones económicas adversas.
‘BBB-‘ – Considerado el nivel más bajo dentro de la categoría de grado de inversión por los participantes en los mercados.
‘BB+’— Considerada la calificación más alta dentro de la categoría de grado especulativo por los participantes en los mercados.
‘BB‘— Menos vulnerable en el corto plazo pero enfrenta importantes incertidumbres respecto a adversas condiciones para el negocio, financieras y económicas.
‘B’— Más vulnerable a adversas condiciones del negocio, financieras y económicas pero actualmente tiene la capacidad de cumplir con sus compromisos financieros.
‘CCC’ – Actualmente vulnerable y dependiente de condiciones favorables para el negocio, financieras y económicas para cumplir con sus compromisos financieros.
‘CC’ – Actualmente sumamente vulnerable.
‘C’ – Actualmente sus obligaciones y otras circunstancias definidas son sumamente vulnerables.
‘D’—Incumplimiento de pagos sobre sus compromisos financieros.

Aunque los inversores pueden usar las calificaciones crediticias para tomar decisiones de inversión, las calificaciones de las agencias de rating no son recomendaciones para comprar, vender o retener algún instrumento, ni tampoco constituyen una medida del valor de un activo. Igualmente, las calificaciones no buscan indicar la conveniencia de una inversión. Las calificaciones solamente se refieren a un aspecto de una decisión de inversión: la calidad crediticia. Al evaluar una inversión, los inversores deben considerar, además de la calidad crediticia, la composición actual de sus carteras, su estrategia de inversión y el horizonte de tiempo, su tolerancia al riesgo y una estimación del valor relativo de un instrumento en comparación con otros que podría elegir. Las razones de los cambios en las calificaciones varían y pueden relacionarse en un sentido amplio con cambios generales en la economía o en el entorno de negocios, y más estrechamente estar centrados en circunstancias que afectan a una industria, entidad o emisión de deuda específicas.

En algunos casos, los cambios en el entorno de negocios pueden afectar el riesgo crediticio de una amplia gama de emisores e instrumentos. Por ejemplo, cambios en el entorno competitivo o en tecnologías, aumentos o reducciones de deuda, fuertes requerimientos de gasto de inversión y cambios regulatorios. Hay algunos factores de riesgo tienden a afectar a todos los emisores –un ejemplo sería la creciente inflación que impacta el nivel de las tasas de interés y el costo de capital— otros factores de riesgo pueden relacionarse con un grupo reducido de emisores y emisiones de deuda. Por ejemplo, la calidad crediticia de un estado o municipio puede verse impactada por los cambios en la población o por menores ingresos de los contribuyentes, lo que reduce los ingresos fiscales y la capacidad de repagar deuda.

Dado que hay acontecimientos futuros y factores que no pueden preverse, la asignación de calificaciones crediticias no es una ciencia exacta. Por esta razón, las opiniones de calificación de las agencias de rating no apuntan a constituir garantías de calidad crediticia ni medidas exactas de la probabilidad de incumplimiento de un emisor o una emisión de deuda en particular. Las calificaciones expresan opiniones relativas sobre la calidad crediticia de un emisor o de una emisión de deuda, de la más sólida a la más débil, dentro de un universo de riesgo crediticio.

El valor de los ratings para el calificado consiste en que para muchos inversores, los ratings los usan como referencia para establecer directrices de inversión. Al proporcionar opiniones fiables comparables globalmente sobre el riesgo de crédito, los ratings de las agencias ayudan a ampliar los horizontes de inversión y acceder una mayor variedad de segmentos del mercado. En los mercados internacionales de capitales, el rating es, en realidad, su tarjeta de presentación, capaz de proporcionarle acceso a los  mercados con mayor frecuencia y de forma más económica, y colocar emisiones de mayor volumen y con mayores vencimientos donde no se conoce muy bien al emisor. Los ratings y los informes analíticos también pueden ayudar a mantener la confianza de los inversores, especialmente durante periodos de tensión en los mercados y pueden también ayudar a mitigar las dudas de los inversores.

Como conclusión, a la hora  de analizar un activo para decidir si invertir en él o no, es conveniente tener en cuenta las calificaciones de las tres agencias de rating para valorar su riesgo crediticio y ser conscientes, de que además del riesgo crediticio, existen otros riesgos que pueden afectar al retorno de nuestra inversión como son: el riesgo de tipos de interés, riesgo divisa, riesgo regulatorio nacional y extranjero, riesgo de mercado, riesgo sectorial, etc.… 

Luis Hernández Guijarro, asesor de Inversiones en Etica Patrimonios EAFI

 

¿Por qué una inversión activa en renta variable?

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¿Por qué una inversión activa en renta variable?
Foto: CamilTulcan, Flickr, Creative Commons. ¿Por qué una inversión activa en renta variable?

El valor de la gestión activa ha sido ampliamente estudiado a nivel académico. De hecho, numerosos estudios sobre “la hipótesis de los mercados eficientes” y sobre el track record de los gestores activos sugieren, como mínimo, que generar valor de forma consistente en términos ajustados por riesgo es un logro destacable. Al mismo tiempo, la creencia cada vez mayor de que los gestores activos no son capaces de generar (suficiente) valor a largo plazo a través de la selección de compañías debido a las crecientes ineficiencias del mercado ha llevado a un aumento dramático de los productos de gestión pasiva. Sin embargo, los productos de gestión pasiva no son ni una alternativa sin coste ni una manera sin riesgo de replicar los índices. Además, su presencia cada vez mayor también puede afectar a la volatilidad general de los componentes de los índices en momentos de compras y ventas significativas por parte de inversores pasivos.

La composición de los índices también ha demostrado ser problemática. Por ejemplo, el índice MSCI Emerging Markets está lleno de grandes compañías estatales, como la rusa Gazprom, la brasileña Petrobras y la china CNOOC, que han estado operando más como una extensión del poder político que en beneficio de los accionistas. Por último, pero no menos importante, hemos de tener en cuenta que los índices tradicionales construidos en base a capitalizaciones sufren el defecto inherente que fuerza a los inversores pasivos a asignar mayores cantidades de capital a las compañías, sectores y mercados con mayor rentabilidad en lugar de elegir los que ofrecen más valor o menor riesgo. Por tanto, todos estos factores nos han llevado a no creer en la eficiencia de los índices de referencia y a decantarnos por la gestión activa.

De esta forma, nuestro enfoque de inversión activa en renta variable busca capturar las ineficiencias del mercado a nivel específico de las compañías y no está limitado por ningún índice de referencia. Asimismo, intentamos capturar las ineficiencias de precio mediante la compra de títulos de alta calidad que cotizan con descuento respecto a nuestro precio objetivo con la intención de mantener el nombre en cartera durante un período significativo de tiempo permitiendo de esta forma que el crecimiento de los ingresos respalde los retornos. De hecho, no nos importa pagar múltiplos que podrían parecer elevados en comparación con el mercado en general. Esto se traduce en invertir en compañías que serán capaces de mantener un crecimiento de los ingresos de manera consistente a lo largo de todo el ciclo económico, con negocios que proporcionen un alto nivel de predictibilidad. A menudo se confunde la idea de pagar más por crecimiento, por lo que se tiende a infravalorar la diferencia entre crecimiento de calidad y crecimiento menos cierto.

Un crecimiento de los ingresos sostenible y duradero en el tiempo es el motor de los retornos de los inversores a largo plazo y de una mayor rentabilidad ajustada por riesgo. Dicho de otro modo, buscamos rentabilidad que esté originada por un crecimiento de los ingresos que sea sostenible durante muchos años, y no por el encarecimiento de los múltiplos de las valoraciones, que consideramos menos predecibles y un motor no sostenible en el largo plazo. Para nosotros el motor fundamental detrás del crecimiento de los ingresos por acción es un ROE estable y elevado y, en particular, la capacidad que tenga el equipo gestor de la compañía para reinvertir ese ROE de forma adecuada. Dicho en pocas palabras, entendemos el ROE como el combustible que toda empresa necesita para el crecimiento de sus ingresos.

José Luis Ezcurra, director general en Vontobel para Iberia & Latam

¿Y qué pasaría si …?

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¿Y qué pasaría si …?
Foto: Richard Masoner / Cyclelicious . ¿Y qué pasaría si …?

Una de las consecuencias poco deseadas de la desaceleración de los precios del petróleo, es la caída de la inflación. En mayor o en menor medida, las economías se ven impactadas por este factor, algunas más que otras —es claro que entre más pesen los energéticos en la canasta con la que se calcula el IPC, más impacto tendrá—, pero todas se ven impactadas.

 Los últimos resultados de inflación muestran ese factor, que los analistas estimaban, pero una buena pregunta hacia futuro sería: y si sigue cayendo el precio del petróleo, habría riesgo de deflación? Para los menos acostumbrados a los términos técnicos económicos, la deflación es, en sencillo, lo opuesto a inflación, es decir, el fenómeno de una caída continua en los niveles de precios.  Esto parece muy bueno desde el punto de vista de los consumidores, pues mañana puedo comprar algo que va a ser más barato que hoy.

 El problema surge cuando llega mañana, y empiezas a pensar que pasado mañana va a ser, incluso, más barato. Como esta dinámica empieza a hacerse repetida, al llegar mañana esperas que llegue pasado mañana y así sucesivamente. Así, el efecto es que quizá postergues la decisión de comprar hasta que no sea estrictamente necesario. Y si nunca es necesario, puede que suceda que nuca compres. 

 Esto es un lío mayúsculo para las economías modernas (pregúntenle a Japón), en el cual el consumo puede representar el 70% —o más— del Producto Total de la economía. La respuesta de los bancos centrales en este escenario es ‘meterle’ una inyección de dinero al sistema con la esperanza de que ese dinero inunde los bolsillos de los contribuyentes los cuales, al verse llenos de efectivo, empiecen a gastarlo. La receta, generalmente, funciona, pero en muchos casos toma tiempo para que su efecto sea importante; dependiendo de muchas variables entre las que se cuentan los hábitos de la población, su edad, educación, entre muchas otras variables —que no son solo económicas y financieras, sino que pasan por las antropológicas y sociológicas—.

 ¿Y si Estados Unidos llegara a presentar deflación, qué ocurriría? Una aclaración básica, este es un ejercicio netamente de preguntarse algo que al día de hoy no se estima y que no parece probable. Pero supongamos que así fuera…quizá la respuesta sería ver a la Reserva Federal con un nuevo programa de expansión monetaria, algo que, hasta hoy, no está en las cuentas de nadie. Y esto, de forma lógica, cambiaría la perspectiva que se tiene sobre lo que sería el mundo en 2015 y un par de años subsiguientes. Para que me entiendan con la indirecta que debo tener: volveríamos, en alguna forma, al mundo que vivimos entre 2009 y 2012. ¿Queda suficientemente claro?

Opiniones expresadas a título personal y responsabilidad exclusiva de su autor, que no necesariamente reflejan la posición de Old Mutual sobre los temas tratados

Las ventajas de conocer las desventajas

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Las ventajas de conocer las desventajas
Photo: Jeff Belmonte. The Upside Of Seeing The Downside

El ciclo alcista del mercado supera ya con creces los cinco años y medio, por lo que las cribas habituales de rentabilidades a tres y cinco años de los fondos de inversión muestran unos resultados excelentes. Al pasar de febrero a marzo de 2014, las fuertes pérdidas registradas durante la crisis financiera mundial prácticamente se eliminaron de las cifras de rentabilidades correspondientes al período de cinco años anterior (desde que el mercado tocó fondo en marzo de 2009).

Sin embargo, dichas cifras ignoran que, después de la Segunda Guerra Mundial, los períodos de expansión económica han durado unos cinco años de media, y en este momento es difícil saber cómo evolucionarán los activos de los clientes cuando comience el ciclo bajista. Sin duda nos encontramos en un terreno desconocido. El ciclo alcista del mercado actual ha superado con creces la media de 4,9 años de los ciclos alcistas registrados desde 1950. Y dado que el S&P 500 se ha movido fundamentalmente al alza desde que tocó fondo con 676,53 puntos el 9 de marzo de 2009, no es de extrañar que a los inversores les cueste tanto echar la vista más atrás. Y eso es exactamente lo que sucede ante el ruido de los mercados y la fuerte tendencia favorable a las decisiones de inversión a corto plazo.

Además, si únicamente nos fijamos en esos cinco años, estaremos juzgando a los gestores activos solo por la mitad de sus aptitudes. Resulta igual de importante comprobar su rentabilidad durante los períodos de caídas, a lo largo de un ciclo bajista del mercado, para evaluar su capacidad de añadir valor a largo plazo. Es cierto que la rentabilidad histórica no es garantía de los resultados futuros y sin duda cada distorsión del mercado es diferente. Pero si desean comprender mejor su proceso de inversión y comprobar cómo gestionan el riesgo, los asesores deberían evaluar la rentabilidad de los gestores tanto en las buenas como en las malas.

Por ello, si usted emplea supuestos con sus clientes, asegúrese de hacer el mismo hincapié en las rentabilidades a diez años (si dispone de ellas) como en las cifras a tres y cinco años. O tal vez fíjese en los resultados de los gestores de fondos durante períodos con una fuerte volatilidad durante un mismo año; por ejemplo, el año 2011, en el que el S&P 500 cayó un 20% desde finales de abril hasta octubre, pero aun así logró cerrar con un alza ligeramente superior al 2%. También puede analizar medidas del riesgo y volatilidad como la desviación estándar, la beta y el ratio de captura bajista. Sin embargo, puede que estas no gusten tanto a sus clientes. En su lugar, muéstreles cómo han variado los valores de sus cuentas en sus extractos mensuales. Fíjese en dichos valores a lo largo de varios años utilizando, por ejemplo, períodos sucesivos de 30 días, para que sus clientes puedan ver cómo afecta realmente la volatilidad del mercado a sus balances.

Lo que importa es dejar atrás la autocomplacencia y las expectativas poco realistas de lo que pueden ofrecer de verdad los mercados de capital. Últimamente hemos tenido una buena ración de ello, así como de interpretaciones erróneas por parte de los inversores sobre el objetivo de sus fondos. En una reciente encuesta de MFS entre los inversores de planes contributivos definidos, el 65% de los encuestados creía que los fondos que tienen un índice eran más seguros que el mercado bursátil general, y casi la mitad (el 49%) consideraba que dichos fondos generaban una rentabilidad superior a la de la bolsa. Y aunque la fuerte rentabilidad del mercado bursátil puede haber ayudado a mantener intactas dichas interpretaciones erróneas, esos inversores podrían llevarse una sorpresa desagradable cuando el mercado caiga finalmente. 

Como inversores profesionales, nuestro trabajo consiste en desmitificar, generar las expectativas adecuadas y ayudar a los inversores a ser realistas acerca del comportamiento de los mercados de capitales a lo largo del tiempo. En ocasiones, se trata de cuestionar las respuestas. ¿Son suficientes algunas cifras de rentabilidad o los asesores necesitan un mayor contexto para ofrecer a sus clientes una visión completa? Si los gestores activos desean demostrar que existe valor a lo largo de ciclos de mercado completos, mostrar las desventajas resulta claramente ventajoso.

Jim Jessee es director adjunto de Distribución Mundial y miembro del comité directivo de MFS Investment Management (MFS).

Oportunidades en las economías asiáticas

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Oportunidades en las economías asiáticas
Photo: Vinoth Chandar. Opportunities in Asia’s Economies

En los últimos tiempos, desafortunadamente, los mercados desarrollados han girado hacia una trayectoria bajista a medida que las preocupaciones acerca del crecimiento mundial regresaban de nuevo a la palestra. En cambio, creemos que Asia-Pacífico es diferente: existe una potente agenda de «reformas» que crea catalizadores específicos capaces de impulsar los mercados de esa región.

Gracias a los cambios de gobierno ocurridos en China, Tailandia e Indonesia, las drásticas medidas contra la corrupción impuestas en toda la zona y el nuevo impulso para mejorar la eficiencia, la confianza de los inversores está comenzando a mejorar al tiempo que suben los precios de las acciones. Esta mejora de la coyuntura justifica un análisis pormenorizado.

Las empresas públicas chinas vencen su torpeza y se ponen en forma

Las empresas públicas chinas han desempeñado un papel fundamental en la trayectoria de crecimiento económico del país. No obstante, en los últimos tiempos, se ha registrado una tendencia a reorientar las prioridades de estas entidades sobredimensionadas hacia los accionistas en lugar de dar prioridad a la cuota de mercado o a la creación de puestos de trabajo.

La esperanza es que estas empresas públicas y su eficiencia operativa optimizada contribuyan al crecimiento económico del país, reactiven la inversión en el sector privado y contribuyan a revitalizar la economía mediante la creación de un contexto empresarial más competitivo. Junto con las tan anunciadas medidas anticorrupción implantadas por el presidente Xi Jinping, creemos que esto puede mejorar las rentabilidades para los inversores a medio plazo.

La empresa pública PetroChina es una de las posiciones que priorizamos. El nuevo equipo directivo, que asumió el control de la empresa en 2013, se centra más en las rentabilidades del capital invertido, algo que debería gustar a los accionistas externos.

La India, a velocidad de crucero

En la Bahía de Bengala, el primer ministro Narendra Modi estrena legislatura impulsando un cambio real en los ámbitos político y económico. Las expectativas apuntan alto y ya existen indicios de que el nuevo gobierno está comenzando a abordar proyectos paralizados en la legislatura anterior, simplificando su proceso de aprobación así como los procedimientos de adquisición de tierras.

La escasez de carbón es un problema de primer orden para el sector energético en particular y para la economía, en general. Puesto que el nuevo gobierno se ha comprometido a lograr un suministro eléctrico sin interrupciones en todo el país, el aumento de la producción nacional de carbón resulta fundamental.

La compañía Coal India es una de las grandes beneficiadas. Con una situación prácticamente monopolística en la producción nacional de carbón, un elevado nivel de tesorería en su balance, una valoración atractiva y un creciente compromiso con la rentabilidad a los accionistas (tal y como puso de manifiesto el dividendo extraordinario distribuido recientemente), nos parece una oportunidad de inversión interesante.

Corea recurre a sus reservas

El recién nombrado ministro de Finanzas, Choi Kyoung-hwan, anunció una serie de medidas fiscales destinadas a desbloquear los miles de millones de dólares en reservas de tesorería del sector privado. El gobierno tiene intención de disuadir a las empresas de acumular efectivo imponiendo penalizaciones fiscales sobre los excedentes de reservas una vez descontados salarios, inversión en inmovilizado y dividendos. Los inversores esperan que esto impulse la rentabilidad por dividendo —en mínimos históricos— de las empresas coreanas y, por ende, que los precios de las acciones suban.

No obstante mantenemos la cautela porque, aunque se están implantando cambios en el ámbito público, esto no necesariamente se ha reflejado aún en el sector privado.

Indonesia, o cómo aglutinar sus islas

La población indonesia, y la tercera democracia más numerosa del mundo, eligió presidente a Jowoki Widodo en julio del pasado año después de que Susilo Bambang Yudhoyono fracasara en su intento de implantar las reformas necesarias.

No cabe duda de que, en cuanto a reformas, queda mucho por hacer. El primero de la lista es el sector energético, en el que las subvenciones a los combustibles han llevado a una sobredependencia del petróleo y a un lastre del 20% del presupuesto público total. No es tarea fácil, puesto que, si bien el efecto dominó liberará efectivo (alrededor de 30.000 millones de dólares) para llevar a cabo otras reformas, el país se enfrenta al riesgo de malestar social, algo que repercutiría en empresas e individuos por igual.

Otras de las reformas afectan a sectores como la educación, la agricultura y la inversión en infraestructuras, donde el hincapié en puertos, carreteras, autopistas de peaje y presas (para cultivos) debería descentralizar la fabricación y disminuir la presión sobre las áreas urbanas masificadas. A este respecto, Telekomunikasi Indonesia, el proveedor de telecomunicaciones más importante del país, es una de las firmas que puede beneficiarse de este resurgimiento de la inversión.

Mike Kerley, gestor del Henderson Horizon Asian Dividend Income Fund.

El FATCA europeo: acuerdo multilateral de intercambio de informacion fiscal

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El FATCA europeo: acuerdo multilateral de intercambio de informacion fiscal
Foto: ImBatman, Flickr, Creative Commons. El FATCA europeo: acuerdo multilateral de intercambio de informacion fiscal

Un total de 54 países y territorios acuerdan el intercambio automático de información fiscal estandarizada en 2017 y acuerdan por primera vez y conjuntamente un calendario específico que servirá para conocer información de cuentas abiertas en 2015. España recibirá información, de forma periódica, automática y estandarizada, de cuentas bancarias situadas en territorios como Gibraltar. Los países impulsores de esta propuesta son Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido.

Este acuerdo es histórico por la fijación de un estándar global de intercambio de información y animan a más países a sumarse. Un total de 50 países y jurisdicciones de todo el mundo firmaron el pasado 29 de octubre de 2014 un acuerdo multilateral de autoridades competentes para el intercambio automático de información (IAI) sobre cuentas financieras. De ellos, 48 países y territorios lo harán desde 2017 y 2 más desde 2018. Otros seis países más se han comprometido (aunque no firmado) con el citado acuerdo, para 2017. La firma se produjo después de la reunión plenaria del Foro Global sobre Transparencia e Intercambio de Información Tributaria, celebrada en Berlín.

El acuerdo multilateral para el IAI es el resultado del proyecto puesto en marcha por Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido. El llamado G-5 envió en 2013 una carta al comisario europeo de Asuntos Fiscales mostrando su intención de avanzar en la extensión del IAI, siguiendo el modelo de acuerdo FATCA con Estados Unidos, en cuya elaboración intervinieron activamente. A partir de este proyecto del G-5, la OCDE aprobó el 17 de enero de 2014 un modelo de acuerdo sobre este sistema común y estandarizado de intercambio de información. Tanto este acuerdo, como el acuerdo político alcanzado en el Consejo ECOFIN de la UE del 14 de octubre de 2014 para establecer este sistema de IAI en el ámbito comunitario, supone un avance histórico y radical en materia de transparencia y control fiscal internacional en un escenario económico cada vez más global e interrelacionado. Además, el proyecto se mantiene abierto a nuevas incorporaciones que, con toda seguridad, se producirán en el futuro.

El ámbito de información a intercambiar mediante este sistema es muy amplio. En concreto, abarca todo tipo de cuentas financieras (depósitos bancarios, valores negociables, participaciones en fondos de inversión, seguros, rentas, etc.) e incluirá datos referentes a saldos, importes percibidos por rentas o transmisiones, así como la identificación de la persona o entidad titular y de quien efectivamente controle la cuenta.

En 2017 se iniciará el intercambio automático de información, con datos referidos a cuentas financieras que estén abiertas a finales de 2015 y a las cuentas que se abran con posterioridad a esa fecha. La información se intercambiará anualmente y de forma automática, es decir, sin necesidad de requerir a las autoridades fiscales extranjeras información referente a algún caso individualizado por haberse encontrado indicios de fraude. La Agencia Tributaria (AEAT) tendrá, por tanto, acceso a un sistema de intercambio de información automática y estandarizada de todo tipo de cuentas financieras. La adecuada explotación de la información que se reciba referente a contribuyentes residentes en España, en coordinación con otras iniciativas como la obligación de declarar bienes situados en el extranjero (modelo 720), supone un paso adelante decisivo en la aplicación efectiva del sistema tributario español, permitiendo ensanchar las bases imponibles declaradas y perseguir el fraude de aquellos residentes cuyas declaraciones fiscales no sean congruentes con los activos o rentas que tengan en el exterior. Asimismo, conllevará un aumento de los ingresos públicos que hará posible reducir la carga sobre los contribuyentes que cumplen con sus obligaciones tributarias.

Los 54 países y jurisdicciones que se han comprometido a intercambiar información desde 2017 son los siguientes (seis de ellos no firmaron en Berlín): Alemania, Argentina, Barbados, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Colombia, Corea, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, India, Irlanda, Islandia, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Mauricio, México, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumanía, San Marino, Seychelles, Sudáfrica, Suecia, Trinidad y Tobago, Curaçao, Groenlandia, Islas Feroe, las Dependencias de la Corona del Reino Unido de Guernesey, Isla de Man y Jersey, y los Territorios Británicos de Ultramar de Anguila, Bermuda, Gibraltar, Islas Caimán, Islas Turcas y Caicos, Islas Vírgenes Británicas y Montserrat. Los seis países y jurisdicciones de la lista anterior que no firmaron ese día, se han comprometido a intercambiar información desde 2017 son Barbados, Bulgaria, India, Seychelles, Trinidad y Tobago así como Groenlandia. Este acuerdo multilateral de 29  de octubre de 2014, llamado “La Declaración de Berlín” se puede ver en el siguiente link. 

Asimismo, en cumplimiento del mandato de la cumbre del G-20 en San Petersburgo en 2013 se ha previsto un mecanismo de asistencia técnica a aquellos países que la requieran para aplicar el nuevo estándar de intercambio de información automática. España ha participado muy activamente y liderará un proyecto piloto para la implantación por Colombia del sistema de intercambio automático de información. También el G-5 ha mantenido una reunión en la que se ha debatido sobre cómo impulsar a nivel de la UE el proyecto de la OCDE contra la erosión de bases imponibles y la transferencia artificial de beneficios empresariales (BEPS). Sobre esta problemática ya se celebró un primer intercambio de opiniones en el Consejo ECOFIN del pasado 14 de octubre de 2014. Poco antes, el 16 de septiembre, la OCDE hizo público un primer grupo de recomendaciones sobre cómo hacer frente a este problema de forma coordinada a nivel internacional.

Demos la bienvenida a todo tipo de acuerdos entre países, como este “FATCA europeo” que limiten y hagan más difícil el fraude fiscal tanto de personas físicas como de personas jurídicas, tanto  pequeñas como de las grandes multinacionales y que paguen sus impuestos en la proporción de la ley vigente de cada país y también que paguen sus impuestos proporcionalmente en cada territorio de donde obtiene los beneficios. Así no erosionaran las bases fiscales de aquellos países que más negocio y beneficio les están dando, y eviten por miedo a ser descubiertos, por una sanción económica contundente y por el desprestigio que conlleva, los muchos acuerdos privados para pagar menos impuestos que les ofrezcan países oportunistas que apenas les proporcionan negocio y beneficio por su actividad ordinaria.

Luis Hernández Guijarro. Asesor de Inversiones en Etica Patrimonios EAFI.