Photo: Robert Huffstutter. China's Next Gen Consumers
La generación posterior a la década de los 90 ha surgido en China como la próxima generación de consumidores. A día de hoy, ya representan el 15% del total de la población y se encuentran en torno a los 20 años o están a punto de cumplirlos. Este segmento de jóvenes chinos están encontrando ahora sus primeros trabajos e incluso inician un proyecto familiar. Aunque no tienen el poder de compra de las generaciones más veteranas, están influenciados por el enfoque de producto y el marketing de las marcas.
Esta generación nació en medio de las restricciones de la política china de un solo hijo, lo que en la mayoría de los casos significa que han tenido una educación bastante cómoda al no tener que dividir los recursos de la familia con otros hermanos. También han crecido en un contexto macroeconómico de rápido crecimiento del PIB y de aumentos salariales. En consecuencia, en comparación con las generaciones más mayores del gigante asiático, los niños de la década de los 90 tienden a sentirse más optimistas sobre su futuro y menos inclinados a ahorrar. De hecho, a menudo han sido descritos como «gastadores felices y seguros».
Esta generación también se caracteriza por haber crecido con Internet. Aunque esto no es solo característico de China, lo que sí les diferencia es que esto coincidió con la explosión de nuevas marcas en el mercado. Estos jóvenes han tenido la oportunidad de recopilar información on-line, lo que les ha convertido en un grupo más sofisticado de consumidores y, a menudo, pueden adoptar decisiones más completas sobre lo que les ofrece una marca utilizando los recursos on-line y las opiniones de otros consumidores para tener en cuenta las características del producto, la calidad y su precio.
Y lo que es aún más interesante, este grupo de población está preparado para aprovechar la oportunidad de expresar su individualidad. Ven cada producto como una extensión de su identidad personal y una oportunidad para expresarse. Están interesados en la personalidad de una marca y en las historias que hay detrás de cada producto, y consideran que es aún mejor entablar un diálogo con la marca o colaborar en el desarrollo del producto.
Hay ya algunas marcas favorecidas por esto. Por ejemplo, Coca-Cola Company puso en marcha, con bastante éxito, una campaña para reemplazar los logotipos de sus marcas con los nicknames de Internet más populares entre esta generación. También usó las redes sociales y letras de canciones populares para aumentar el impacto.
Otro notable ejemplo fue el del fabricante de smartphones Xiaomi, que solicitó la opinión de los usuarios para desarrollar sus productos, haciendo un gran esfuerzo por considerar e implementar el feedback recibido por los consumidores. Esta filosofía ha tenido un buen efecto entre los jóvenes de esta generación, que se han convertido en clientesmás comprometidos y leales, y que sienten una conexión especial con una marca y con un producto que se adapta a sus necesidades.
La mayoría de las empresas, sin embargo, todavía están intentando descubrir lo que va a ser tendencia entre esta nueva generación de consumidores. A medida que estos jóvenes se hagan adultos se irán convirtiendo en la base principal de los consumidores de China, lo que provocará que sea cada vez más importante para las marcas innovar y evolucionar al mismo tiempo que ellos.
Foto: Hijo del Sol, Flickr, Creative Commons. Colombia: grandes esperanzas
Aunque los ambiciosos planes de infraestructura y las expectativas sobre el fin del conflicto interno en Colombia aumentan el optimismo nacional, siguen existiendo desafíos económicos significativos. Un reciente viaje al país me permitió conocer nuevos datos sobre su potencial de inversión a largo plazo y los posibles obstáculos en el camino.
La economía de Colombia ha ido bien en la última década y ha tenido la ayuda de condiciones favorables para el comercio del petróleo y del carbón, cuya producción aumentó considerablemente en ese periodo. Además, el gobierno ha adoptado políticas económicas sensatas y prudentes desde el punto de vista fiscal, que incluyen una política monetaria dirigida a la inflación y gestionada por un banco central independiente. Pero la infraestructura del país sigue siendo una gran limitación y actualmente el gobierno del presidente Juan Manuel Santos tiene planes nuevos y ambiciosos que podrían reactivar la economía nacional si tienen éxito.
Como parte de su enorme programa de trabajo, en los próximos meses se subastarán proyectos de autopistas con un valor de hasta 25.000 millones de dólares. El programa prevé otorgar hasta 40 contratos mediante alianzas público-privadas de 25 años.
Está previsto que el programa se complete en 2020 y el gobierno espera que transforme el transporte en Colombia mediante la mejora de su deteriorada infraestructura vial, la disminución de los costes de desplazamiento y la reducción del tiempo de viaje en hasta un 30%. Uno de los futuros desafíos potenciales es la financiación, ya que la obtención de financiación para el programa no está garantizada y solo el tiempo juzgará si tiene éxito.
Colombia también se enfrenta a otros temas urgentes. Aunque el país es el tercer mayor productor de petróleo de Latinoamérica con una producción actual de un millón de barriles de crudo al día, su riqueza petrolífera es un arma de doble filo. La reciente caída en los precios del petróleo a nivel global le ha afectado mucho y es posible que obligue al gobierno colombiano a ajustar sus perspectivas económicas.
En un país en el que el petróleo supone el 18% de los ingresos fiscales del gobierno y los derivados del petróleo representan el 50% de las exportaciones, se necesitan restablecer las expectativas y ajustarlas a niveles más sostenibles de precios del petróleo. Cuando visité Colombia me dio la impresión de que el gobierno aún necesita tener en cuenta todas las implicaciones de este aspecto.
A largo plazo las reservas de petróleo de Colombia tampoco son infinitas, y se espera que la producción alcance un pico en 2018. Esto significa que la economía nacional debe diversificarse hacia otras áreas como la industria y la agricultura, cuyo pilar principal sigue siendo la producción de café. Y con su impresionante entorno andino, Colombia también tiene potencial para aumentar su sector turístico.
Mi visita a Colombia me llevó a la capital, Bogotá, que en su momento fue considerada como una de las ciudades más violentas del mundo. A pesar de las grandes y obvias disparidades de riqueza en la ciudad, su tasa de delitos está cayendo gracias a una política de seguridad integrada y efectiva. Y un reciente auge en el sector inmobiliario ha causado un marcado aumento del valor de la propiedad.
En el frente político y social, empieza a haber signos positivos. Tras décadas de conflicto con los rebeldes de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), parece que las negociaciones gubernamentales para terminar el conflicto empiezan a progresar de verdad. Sin embargo, sigue sin estar claro cuáles serían los pros y los contras económicos de un posible acuerdo de paz.
A pesar de sus problemas, que incluyen unos niveles de pobreza persistentemente elevados, la economía colombiana ha crecido a una media del 1% intertrimestral desde 2001. Aunque el menor desempleo se ha visto reforzado sobre todo por trabajos del sector informal, en cualquier caso el cambio podría dar un necesario empuje al consumo privado a largo plazo.
Aunque la pobreza y la falta de inversión eran claramente visibles en algunas zonas durante mi viaje, Colombia tiene potencial real de inversión. Su gobierno y su banco central se han labrado una reputación basada en la gestión financiera disciplinada, tras controlar fuertemente la inflación y mantener reservas saludables. En 2011 el gobierno colombiano implementó una ley que establece la «Regla Fiscal», diseñada para mantener el déficit de la economía nacional bajo un control estricto y que, a pesar de muchos obstáculos, ha cumplido su cometido en términos generales.
Las últimas predicciones del banco central de Colombia indican un crecimiento del PIB del 4,3% en 2015. Nuestra predicción es algo más cautelosa y creemos que esta cifra se situará en torno al 3,5%. Sin embargo, tenemos la esperanza de que el progreso económico de Colombia y el desarrollo de la infraestructura de su mercado de inversión ganen fuelle en los próximos meses y años.
Aunque nadie debería subestimar los considerables desafíos económicos y sociales a los que se enfrenta Colombia, el país sigue teniendo un potencial significativo a largo plazo. Con recursos naturales, un gobierno que acepta a las empresas, planes ambiciosos de infraestructuras y sectores robustos de consumo y fabricación, el país tiene buenas bases para el optimismo económico.
Naomi Waistell es gestora del equipo de renta variable global de Newton, parte de BNY Mellon
Me causó gran curiosidad (y algo de preocupación) el dato más reciente sobre flujos de inversión de portafolio en el mundo emergente, especialmente para los intereses de América Latina: al corte del miércoles 11 de marzo, de fondos de acciones emergentes habían salido, en el año corrido, 8,8 billones de dólares, que no parece una cifra muy relevante, salvo cuando se compara con los cerca de 17 billones de dólares que salieron en 2013 (recuerdan la alocución de Bernanke el 22 de mayo y lo que vino después para los activos emergentes) o los 24 billones que lo hicieron en 2014. De seguir esta tendencia, y unos órdenes de magnitud similares, en todo 2015 podrían salir más de 30 billones de dólares, con las consecuencias que esto tendría sobre el desempeño de este tipo de activos.
América Latina, por sí sola, tiene una historia similar: se han ido este año 2,1 billones de dólares, que se comparan con los 5,6 billones idos el año anterior o los cerca de 9 billones que se fueron en 2013. De forma clara, LatAm fue una región mucho más castigada hace dos años por la expectativa de finalización de estímulo monetario por parte de la FED, y este año ya los flujos de salida van siendo más moderados. Claro está que se debe tener en cuenta algo: salen menos flujos absolutos pero de un agregado ya castigado los dos años previos, por los cuales proporcionalmente, puede ser un efecto muy grande.
Los bonos, aunque también han registrado salidas, son mucho menos castigados que las acciones. Es claro que en momentos de incertidumbre, la teoría de que uno de los activos que tienen mayor percepción de riesgo, y por ende mayor volatilidad en el mundo, son las acciones de países emergentes; se cumple a cabalidad. Los flujos así lo demuestran y no es problema de precio de bienes básicos, que ha sido la constante de los últimos meses, sino que se demuestra que los inversionistas extranjeros empezaron, incluso con petróleo por encima de 100 dólares, a salir hacia otros activos y otras latitudes.
En tal sentido, aunque aún sacamos pecho por los indicadores económicos logrados por algunas de nuestras economías en 2013 (porque aún no se conoce todo el detalle de 2014), lo cierto es que los flujos ya nos estaban mostrando desde hace mucho tiempo que las cosas iban a cambiar. Más allá de que el cuento reciente es la subida de tasas por parte de la FED, debemos recordar que las acciones anticipan lo que va a pasar con la economía —de paso, para decir nuevamente que el analista que explique comportamiento de acciones por un dato de PIB anterior, está perdido—. Y lo que parecen estar anticipando es que algunos momentos no tan buenos para la economía, podrían estar acercándose.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad de su autor y no reflejan necesariamente la posición de Old Mutual sobre los temas tratados.
Photo: Rubén Alexander. India FY 2016 Budget: It’s Not a Sprint, It’s A Marathon
El presupuesto fiscal de la India que abarca hasta marzo de 2016 ha conseguido equilibrar la disciplina fiscal e impulsar el crecimiento, centrándose en las inversiones en infraestructuras y en mejorar la facilidad de hacer negocios. De esta forma, se confirma nuestra opinión de que las medidas adoptadas por el Gobierno van a ser graduales en lugar de un terremoto con el objetivo de poner poco a poco la economía de la India de nuevo en marcha hacia una tasa de crecimiento sostenible más alta.
El mantenimiento de la disciplina fiscal genera un margen de maniobra para promover el crecimiento
En primer lugar, el gobierno ha mantenido su objetivo de déficit fiscal del 4,1% del PIB para 2015, mostrando su compromiso de cumplir los objetivos fiscales. De cara a 2016, el objetivo se reduce al 3,9%, con un objetivo del 3% para 2018, un año más tarde de lo previsto inicialmente por el Gobierno.
Al hacerlo, el ejecutivo de Modi intenta continuar la consolidación fiscal y crear un espacio de libertad de acción para promover el crecimiento. Vale la pena señalar que estas hipótesis presupuestarias parecen mejor asentadas que las anteriores propuestas, lo que nos reafirma la idea de que el gobierno puede evitar que perderse en la consecución de sus objetivos.
Conseguir una mayor tasa de crecimiento es un factor clave para que la India pueda conseguir que la ventaja de su demografía –una población joven y un ratio de dependencia bajo- no se conviertan en un problema por la falta de empleo.
Inversiones en infraestructuras
Para promover el crecimiento, el gobierno se está centrando en la inversión en infraestructuras, financiadas por un objetivo de déficit fiscal menos riguroso, así como por la caída de los precios del crudo que debería ayudar a recortar el peso de los subsidios en un 50% a 300.000 millones de rupias, es decir 4.900 millones de dólares.
En total, el gobierno aspira a invertir 700.000 millones de rupias adicionales (11.300 millones de dólares) en infraestructura en 2016 frente a la cifra de 2015. Se ha previsto la creación de un Fondo Nacional de Inversión e Infraestructura con un presupuesto anual de 200.000 millones de rupias (3.200 millones de dólares). Por último, se quiere crear deuda de infraestructuras libre de impuestos para financiar las carreteras, los ferrocarriles y los proyectos de riego.
La facilidad para hacer negocios fortalece los gobiernos regionales
También ha sido fundamental para reactivar el gasto de capital, la introducción por parte del Gobierno de un modelo ‘plug-and-play’, que establece reglas claras para los grandes proyectos, enumerando todas las normas y leyes aplicables antes del proceso de licitación. Así, las empresas no se ven obligadas a pedir continuamente permisos o autorizaciones, siempre y cuando sigan las orientaciones. Todo esto debería acelerar la ejecución y aumentar el número de proyectos, lo que contribuirá a mejorar las infraestructuras de la India. Además, las empresas se benefician de una reducción del impuesto de sociedades del 30% al 25% en los próximos cuatro años.
Otro paso importante ha sido la decisión de transferir más responsabilidades a las regiones mediante el aumento, en un 9%, de su participación en la recaudación de impuestos, en línea con las recomendaciones de la Comisión de Finanzas. Esto marca un cambio en la relación entre el gobierno central y los estados regionales, que son los encargados de promover la ejecución de políticas eficaces a nivel local.
Hacia una recuperación gradual del crecimiento
Este presupuesto equilibrado confirma nuestra opinión de que las medidas adoptadas por el Gobierno serán graduales y de carácter táctico en lugar de convertirse en un terremoto. Y lo más importante, proporciona una hoja de ruta clara para sentar las bases de un crecimiento sostenible del 7-8% en los próximos años. Una cifra que creemos que es positiva para los inversores a largo plazo.
Columna de opinión de Paul Milon, que se unió BNP Paribas Investment Partners en enero de 2008 y es especialista en renta variable india
Foto: Minwoo, Flickr, Creative Commons. Carta febrero 2015: ¿Qué pasará con el euro?
Esta pregunta nos la hacemos cada vez más a menudo. No solo preocupa su actual devaluación sino: ¿Qué acabará pasando con la moneda única europea? ¿Qué hacer con nuestros ahorros en euros? ¿Es muy tarde para vender euros y comprar otras divisas?
Nuestra opinión sobre la divisa euro es clara y sencilla. La divisa euro nació a 1,18 dólares (su precio justo) como la suma de diferentes divisas de varios país europeos. Europa sigue presentando problemas de fondo que complican su viabilidad. Los países siguen aplicando sus propias políticas. Hay poca unión en cualquier sentido. Cada año se van sumando países más débiles y dispares a la unión (ahora Croacia). Además, somos la única zona del mundo que ha optado por tener una moneda única, lo cual no tiene mucho sentido.
Hace unos años cuando el dólar parecía estar barato respecto al euro, recomendábamos comprar dólares. Ahora seguimos con una visión parecida, recomendamos infraponderar euro en las carteras ya que todo hace indicar que en los dos o tres próximos años el euro va a sufrir.
Nadie sabe lo que va ocurrir y hacer predicciones no tiene ningún sentido pero todo hace indicar que debemos ir hacia una unión monetaria real en la que se apliquen políticas económicas, fiscales y monetarias únicas, de verdad. De lo contrario el euro será el primero en sufrir. No es que vaya a desaparecer pero no se descarta un euro de dos velocidades (países ricos y países pobres).
Recomendamos diversificar en una cesta de otras divisas. El dólar es la que más nos gusta. A pesar de su reciente subida parece que todavía le queda recorrido, no descartamos verlo a la paridad con el euro. Mirar hacia otras divisas como el GBP, AUD, NZD o CAD. Aporta solidez, buenos tipos de interés, mejor abanico de productos y lo que es más importante capacidad de revalorización.
Europa, europeos y el euro, debemos unirnos con todo lo que ello implica o sino volveremos a sufrir mucha presión económica y financiera. Yo como europeo, espero volver a creer en una Europa unida.
Foto: José María Silveira Neto. Companies Will be Central to Global Growth
Los mercados financieros todavía tienen que asimilar las consecuencias de los numerosos acontecimientos que tuvieron lugar el año pasado. No solo el riesgo geopolítico tuvo un papel destacado si no que, además, la subida de tipos que todo el mundo esperaba finalmente no se materializó. Por el contrario, los tipos se han mantenido en niveles históricamente bajos lo que a su vez se combinó con un colapso en el precio de las materias primas.
Las fluctuaciones de las divisas fueron la causa de la mitad de los rendimientos conseguidos por los mercados financieros en 2014, pero hubo fuertes disparidades; sobre todo, se produjeron divergencias en las valoraciones de las compañías cíclicas y las no cíclicas debido a la aversión al riesgo de los inversores. Frente a este escenario, las acciones internacionales, y en particular las estrategias con sesgo valor, ofrecen numerosas oportunidades, aunque una vez más vuelve a ser clave adoptar una estrategia diversificada y a largo plazo.
La conjunción de políticas monetarias acomodaticias (que han llegado a su fin en Estados Unidos, pero que están ahora comenzando en la Eurozona) es un factor que beneficia a las compañías que deberían experimentar mejoras significativas en la competitividad. En la Eurozona, donde las valoraciones son además muy razonables, la depreciación del euro también representa un significativo viento a favor. Por su parte, las compañías norteamericanas deberían beneficiarse de la recuperación en la inversión, que sigue estando por debajo de sus medias históricas. Por último, la recuperación en la demanda de préstamos indica que el crecimiento está mejorando al mismo tiempo que los esfuerzos puestos en práctica por las entidades en materia de reestructuraciones deberían dar lugar a márgenes más altos y a la generación de flujos de caja.
Por tanto, en este contexto de reducida, pero sostenida recuperación del crecimiento, algunos temas deberían sobresalir frente a otros. Por ejemplo, el ciclo global en el sector del automóvil ofrece interesantes oportunidades. Las marcas europeas disfrutan de mejores márgenes y de sólidas dinámicas de creación mientras que las norteamericanas se verán respaldadas por un parque de automóviles que de media es antiguo. La reanudación del crédito debería beneficiar ampliamente a los bancos que, por otro lado, cotizan con importantes descuentos.
Entre otros nombres, en este momento encontramos valor en compañías como Faurecia, Corning o TUI AG. Faurecia es un productor francés de componentes de automóvil que actualmente es líder a nivel mundial en cuanto a asientos e interiores. En el caso de Corning, se trata de una compañía norteamericana que produce componentes electrónicos. Con un 50% de cuota de mercado, es líder en el campo de los sustratos de cristal empleados en las pantallas táctiles. También está presente en otros ámbitos como los materiales medioambientales. Por su parte, TUI AG es un operador de viajes alemán nacido a partir de la fusión de dos compañías que se escindieron hace unos años.
Hasta ahora los títulos no cíclicos se han beneficiado de dos efectos positivos procedentes de la aversión al riesgo y de la búsqueda de retornos por parte de los inversores. Como consecuencia, los nombres cíclicos están cotizando con importantes descuentos, lo que genera muchas oportunidades tanto en Europa como en Estados Unidos.
Christophe Foliot, responsable de renta variable internacional y Adeline Salat-Baroux, gestora de renta variable internacional en Edmond de Rothschild Asset Management (France).
Foto: titoalfredo, Flickr, Creative Commons. La brecha entre Europa y Estados Unidos no se cierra
La divergencia entre Estados Unidos y Europa es probable que continúe en 2015. Creemos firmemente que estas diferencias se deben a los distintos fundamentales de ambas economías, pero también a las dispares actuaciones realizadas en las políticas económicas y monetarias.
La falta de inversión en la zona euro es sorprendente e ilustra perfectamente el principal problema en Europa: la débil demanda interna. Los bancos de la zona euro se recapitalizaron, existe una abundante liquidez y los tipos de interés están en su nivel más bajo de la historia… Estas son las condiciones ideales para un boom crediticio, que simplemente no tiene lugar. El pesimismo, la inexistencia de una visión europea y la falta de una perspectiva económica brillante enfrían el estado de ánimo de los consumidores y los inversores.
Nosotros creemos que hay tres posibles respuestas a esta oscuridad Europea. La primera de ellas sería un fuerte estímulo fiscal que compensara la anémica demanda interna. Aunque esta solución sería eficaz, no parece plausible ya que no existe una institución que pueda llevar a cabo este propósito. En segundo lugar, una política monetaria aún más acomodaticia para compensar las fallas del sistema político, como es el QE lanzado recientemente. Por último, la última posibilidad sería salir del paso hasta que los dolorosos ajustes económicos y las reformas estructurales logren su efecto. Esta es una posibilidad arriesgada, ya que conduce al aumento del radicalismo político y al malestar social.
La combinación de una política monetaria laxa y una demanda interna deprimida lleva a una inflación baja o incluso deflación. Las consecuencias directas son tipos de interés muy bajos y vencimientos cortos. Además se produce una mayor convergencia de las tipos de los gobiernos europeos, ya que una mayor divergencia podría ser interpretada como un aumento del riesgo de ruptura de la zona euro. Por último, paradójicamente, esta situación podría ser positiva para la renta variable, ya que la mayor liquidez disponible sería invertida en bolsa debido a que los bonos están caros.
No obstante, existen algunos tímidos brotes verdes que podrían florecer este año. En primer lugar, las condiciones del mercado laboral mejoraron lentamente en 2014, se crearon puestos de trabajo y el desempleo disminuyó y esto suele ser un precursor de la recuperación del consumo. Obviamente, el descenso del precio del petróleo también podría tener un impacto positivo sobre el consumo. En segundo lugar, los flujos de crédito a las sociedades no financieras han mejorado muy modestamente en los últimos meses, lo que sugiere una recuperación de la inversión.
Por el contrario, en Estados Unidos el panorama económico es atractivo. La demanda interna, tanto la procedente del consumo privado, como de la inversión, se mantiene robusta. El mercado laboral tiene potencial para mejorar aún más, aumentando las posibilidades de gasto de los hogares. De hecho, esperamos que la economía estadounidense crezca casi cuatro veces más rápido (3,1%) que la de la zona euro (0,8%). La Reserva Federal ajustará su política monetaria en 2015 en línea con la evolución económica. En diciembre, Janet Yellen, presidenta de la Fed, señaló que su política se normalizará gradualmente, lo que en palabras sencillas significa que la primera subida de tipos se llevará a cabo este año, probablemente alrededor del verano, y habrá que tener cuidado con el aumento de los tipos.
En cualquier caso, la divergencia en los ciclos económicos y las políticas monetarias entre Estados Unidos y Europa debería aumentar, añadiendo más presión sobre la moneda única. El debilitamiento del euro es bienvenido en Europa, ya que hace más competitivas las exportaciones y reduce la presión deflacionaria, y un fortalecimiento del dólar estadounidense no daña la economía más grande del mundo, ya que está principalmente impulsada a nivel nacional. Mientras la evolución del tipo de cambio euro/dólar sea beneficiosa para la zona euro y EE.UU, es probable que se mantenga durante un tiempo.
Columna de opinión de Arnoldo Valsangiacomo, gestor del fondo Ethna-AKTIV.
Capital Strategies es distribuidor de Ethenea en España y Portugal.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: The tax haven. No descarte la deuda high yield para 2015
Los temores por la alza de las tasas de interés en EE. UU., los crecientes incumplimientos y una caída de varios meses en el precio del petróleo han inyectado una elevada dosis de ansiedad en el mercado de deuda high yield. Pero aún pensamos que los inversores estarán mejor este año si se mantienen firmes y conservan sus inversiones.
Por supuesto, entendemos la preocupación. Desde nuestro punto de vista, el 2015 probablemente será un año volátil y los inversores deberán estar atentos a ciertas cuestiones, como la calidad del crédito y la liquidez del mercado. Los inversores deben asegurarse de que sus carteras de deuda high yield estén bien diversificadas y creemos que deben resistir la tentación de lanzarse en busca de rendimiento a través de los créditos más riesgosos.
Pero no creemos que sea el momento de abandonar completamente al alto rendimiento y aquí le explicamos por qué:
Las alzas de tasas de la Fed no son el fin del mundo. Sí, parece probable que la Reserva Federal comenzará a subir las tasas de referencia en algún momento de este año. Y sí, eso causará mucha volatilidad en los mercados financieros, como lo hizo el anuncio de la Fed en 2013 sobre la reducción gradual de sus compras mensuales de activos.
Pero esto es lo que aprendimos de ese episodio, ahora afectuosamente –o tal vez no tan afectuosamente– conocido como taper tantrum: quienes bajaron la cabeza y conservaron sus inversiones salieron ganando; el índice Barclays US High Yield Index generó una saludable rentabilidad del 7,4 %. Creemos que la situación puede ser similar esta vez.
Las valoraciones no parecen tan generosas. La venta de deuda high yield en los últimos meses ha dejado al mercado en general con un aspecto más atractivo del que ha tenido por un tiempo. Previamente, los inversores sedientos de rentabilidad llevaron a que los spreads se redujeran considerablemente, en algunos casos hasta el punto en que creímos que los inversores no estaban siendo adecuadamente compensados por el riesgo que asumían.
La deuda high yield puede reducir el riesgo sin sacrificar rendimientos. Los bonos high yield pueden parecerse a otros bonos, pero no necesariamente se comportan de la misma manera. La deuda high yield no está estrechamente relacionada con las tasas de interés y, de hecho, es un activo que ha mostrado un buen desempeño durante períodos de ajuste de la Fed. A lo largo del tiempo, el mercado de deuda high yield exhibe una correlación razonable con las acciones, ya que ambos están fuertemente vinculados con los resultados empresariales y las variables fundamentales de las empresas que representan.
Pero hay algo de lo que tal vez algunos inversores no se dan cuenta: durante las últimas tres décadas, los bonos high yield han logrado rentabilidades similares a las de las acciones, con mucha menos volatilidad. Ahora que se espera que la volatilidad del mercado aumente este año, los inversores con aversión al riesgo, o quienes buscan una forma de moderar la volatilidad de las acciones en sus carteras pueden descubrir que la deuda high yield ofrece una manera de reducir el riesgo sin sacrificar demasiado en términos de rentabilidad.
Los incumplimientos no son una preocupación en el corto plazo. Es probable que las tasas de default en 2015 superen a las que vimos en los últimos dos o tres años pero, recuerden, las tasas han estado en niveles extremadamente bajos por bastante tiempo, e incluso una mayor tasa de incumplimientos en 2015 estaría bien por debajo del promedio de largo plazo.
Una preocupación mayor, para nosotros, se centra en la situación de menor liquidez para las operaciones. Las rentabilidades del high yield podrían verse afectadas si todos corren hacia la puerta al mismo tiempo. Pero, nuevamente, recuerden que los inversores que mantuvieron su rumbo durante la rabieta de la reducción gradual fueron quienes rieron últimos.
Es más, cuando hablamos de renta fija, el tiempo suele ser amigo del inversor. Por ejemplo, el high yield en EE. UU. ha recuperado la mayoría de las grandes caídas ―pérdidas de más del 5%― en un período de 24 meses. Esto es así incluso para los períodos que incluyen a 2008, el año en que la crisis financiera mundial golpeó más duramente a los mercados.
Los bonos no relacionados con la energía se ven bien. La brusca caída de los precios del petróleo, que se acercan a su descenso más prolongado en seis años, golpeó duramente al mercado high yield porque las empresas energéticas constituyen aproximadamente el 15% del índice (más que cualquier otro sector). Y si los precios del petróleo se mantienen en el rango de 40-50 dólares por barril, es probable que los incumplimientos de las empresas energéticas aumenten.
Pero esta es la cuestión: los bajos precios del petróleo son buenas noticias para muchas de las empresas que constituyen el 85% restante del mercado high yield. Vemos entonces abundantes oportunidades fuera del sector energético, especialmente en bonos de sectores del mercado que se han visto arrastrados por la crisis energética.
En resumen, ciertamente esperamos brotes de elevada volatilidad para este año y creemos que los inversores deben estar atentos a la liquidez y vigilar la calidad del crédito, pero creemos que hay más potencial de alzas en el mercado high yield para 2015 que durante el año pasado. Prevemos que los inversores que se mantengan firmes este año se alegrarán de haberlo hecho.
Columna de opinión de Gershon M. Distenfeld, director del área de deuda high yield en AB.
Las opiniones aquí expresadas no constituyen investigación, consejos de inversión ni recomendaciones para operaciones, ni necesariamente representan la opinión de todos los equipos de gestión de carteras de AB.
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: C.K.Tse
. One Cheer for India: Hip, Hip but no Hooray?
Parece que Estados Unidos, y los inversores estadounidenses, están apostando como nunca por la India. El presidente Barack Obama fue el invitado de honor en las recientes celebraciones del día de la república India. El viaje fue la primera visita oficial de un presidente de Estados Unidos, y un honor que la India ha otorgado normalmente a sus tradicionales aliados. Había una sensación de optimismo sobre el lugar que ocupa la India en el mundo y los titulares de la prensa local se hacían eco de la aparentemente buena química entre el presidente Obama y el primer ministro Narendra Modi.
La visita de Obama a la India remató varios meses buenos del nuevo gobierno de la India. La administración de Modi llegó al poder con un programa basado en el desarrollo de la economía, reflejando el deseo de la nación entera de ver un rápido crecimiento económico en lugar de una redistribución de la riqueza. A lo largo del camino hubo algo de buena suerte imprevista; la caída de los precios del petróleo ha moderado la inflación y siempre deja margen de maniobra para llevar a cabo reformas. Además, las bolsas del país parecen haber dado su aprobación incondicional a las reformas.
Este optimismo con respecto a la India se está convirtiendo en norma. Solo hay que echar un vistazo a las previsiones de crecimiento del Fondo Monetario Internacional, por ejemplo. El FMI espera ahora que las tasas de crecimiento de la India comiencen a superar a las de China en algún momento entre 2017 y 2018. Además la India cuenta con una población joven: el 29% tiene menos de 15 años de edad y un sólo el 5% es mayor de 65 años. Los datos comparables para el gigante asiático son del 18% y el 9%, respectivamente.
La India puede hacer muchas cosas para mejorar simplemente copiando el crecimiento de China. Una de ellas es la construcción de infraestructuras. Además, puede hacerlo con un sentido más arraigado de gobierno corporativo y de mercados de capital. China tuvo que destruir un sistema comunista y tratar de reconstruirlo en el mercado libre. La tarea de la India es probablemente más fácil. Así que, ¡un brindis por la India!
Pero los inversores harían bien con enfriar, al menos un poco, sus expectativas. Persisten los desafíos. Las reformas estructurales son difíciles de sacar adelante, pues existen intereses contrapuestos bien atrincherados. Estas barreras quedan magnificadas en democracia, especialmente en un país tan poblado. La democracia parlamentaria de la India tiene dos cuerpos, la Cámara Alta y la Cámara Baja, y la legislación debe ser aprobada por ambas. En la Cámara Alta, el partido que gobierna está en minoría y, por tanto, no ha podido aprobar la mayor parte de sus propuestas legislativas.
Por otra parte, el mercado no cotiza barato. El PER del BSE 500, su índice bursátil, está a 21 veces (usando el PER de los últimos 12 meses). Aunque esto podría ser sólo ligeramente superior a la valoración a largo plazo, situada en 17 veces, todavía se pueden encontrar algunas empresas por debajo. Hay varios sectores que cotizan por encima de la valoración de mercado agregada.
Utilizando las previsiones de beneficios, las valoraciones parecen mucho más baratas que ese 17. Eso es lo importante. Por el momento, la India cotiza dentro de las expectativas de que se produzca una subida de los ingresos, las expectativas de un mejor gobierno corporativo y las expectativas de un crecimiento económico más rápido. En este contexto, incluso los errores de menor importancia pueden traducirse en dolor en las bolsas.
Así que, no es que no vemos el valor de las reformas propuestas por Modi o la promesa de una joven India, liberada de las cargas de la burocracia. Es sólo que estos objetivos no se han alcanzado aún. Hay que invertir en la India sólo después de una mirada sobria a largo plazo. Tenga cuidado tratando de perseguir el impulso de los precios.
Sudarshan Murthy es analista financiero en Matthews Asia.
Los puntos de vista y la información expuestos suponen una opinión y análisis sobre las condiciones de mercado en un momento específico y son susceptibles de variar. No deben tomarse como una recomendación de compra o venta de un título específico o de los mercados en general. La temática contenida en este texto deriva de varias fuentes que se consideran fiables y precisas en el momento de su compilación. Matthews International Capital Management LLC no acepta ninguna responsabilidad por pérdidas directas o resultantes del uso de esta información. La inversión en mercados internacionales y emergentes puede conllevar riesgos adicionales, como los derivados de inestabilidad política y socio-económica, mercados ilíquidos, fluctuaciones de tipo de cambio, alta volatilidad y normativa limitada. Adicionalmente, los fondos invertidos en un solo país pueden estar sujetos a mayor riesgo de mercado que los fondos diversificados por su concentración en área geográfica determinada. La inversión en pequeñas y medianas empresas conlleva mayor riesgo que la inversión en grandes empresas, puesto que pueden ser más volátiles y menos líquidas que las grandes compañías. Este documento no ha sido revisado ni aprobado por ningún organismo regulatorio.
Photo: Damian Gadal. Drilling Into the Oil Price Impact
En los últimos seis meses el precio del petróleo ha caído drásticamente. Esto se ha atribuido a varias causas: a las actividades de fracturación hidráulica (fracking) en Estados Unidos —responsables de un incremento en la oferta de energía generada a partir de hidrocarburos—, a la caída en la demanda provocada por las preocupaciones sobre una ralentización de la economía china, al cambio estructural hacia una mayor eficiencia energética, motivado por el aumento de los precios del petróleo, y a la oposición de Arabia Saudí en el marco de la OPEP a recortar la producción para mantener los precios. Independientemente de la causa subyacente, los bajos precios del petróleo tienen consecuencias para el mercado de deuda de high yield, especialmente en Estados Unidos, donde alrededor del 18% de estas emisiones en 2014 se registró en el sector energético.
El posicionamiento del fondo en el sector energético
A finales de 2014, revisamos el posicionamiento del Henderson Horizon Global High Yield Bond Fund en deuda de alto rendimiento del sector energético y evaluamos la solvencia de nuestras posiciones basándonos en un precio por barril de WTI a largo plazo de 60 USD. Tras dicho análisis, liquidamos cuatro posiciones en empresas energéticas: Sandridge Energy, Energy XXI, Tervita y California Resources Corp (Calres). En relación con las tres primeras, nuestras previsiones apuntaban a posibles supuestos de impago a finales de 2015/principios de 2016 y, por tanto, a un mayor riesgo de caída. Decidimos salir de Calres a pesar de su reducida estructura de costes y de su posición de tesorería puesto que la compañía carece de cobertura y es probable que sus resultados sean volátiles a medio plazo.
No obstante, es importante no descartar al sector en su conjunto. Habrá numerosas empresas capaces de tolerar la volatilidad en los precios del petróleo y el gas y la prima de riesgo reflejada en sus rentabilidades puede suponer una oportunidad interesante. Por este motivo, revisamos algunas firmas de mayor calidad que se encontraban mejor posicionadas para soportar un contexto de precios bajos gracias a un perfil de costes reducido, un balance sólido, una posición de tesorería considerable y buenas reservas de capital. Así pues, incorporamos Chesapeake Energy y Hilcorp Energy a la cartera, dos empresas que habían registrado ventas masivas pero que también brindaban cobertura frente a caídas. A 20 de febrero de 2015, el diferencial yield to worst de estos dos bonos era del 5,0% y del 5,8% respectivamente y sus rentabilidades cayeron (por lo que sus precios subieron) desde que efectuamos las compras.
Las empresas de servicios petroleros, en apuros Tener un nivel de endeudamiento muy elevado podría impedir dar salida a determinada capacidad de producción, puesto que las productoras operan con el objetivo de obtener cada céntimo que esté a su alcance, en espera de que se produzca un repunte. No obstante, mientras tanto tratarán de presionar los costes a la baja. Al igual que los supermercados exprimen a sus proveedores, prevemos que las compañías de exploración y producción petrolera, en su intento por recortar costes, apuren al máximo los márgenes de las empresas de servicios petroleros. Los precios diarios por yacimientos ya están bajando y muchas productoras están anunciando grandes recortes en su inversión en inmovilizadopara conservar su flujo de caja libre. En previsión de un contexto complicado a corto plazo para este segmento, actualmente no mantenemos deuda de empresas de servicios petroleros o de equipos para yacimientos petrolíferos.
Similitudes con 1986
La caída del precio del petróleo está contribuyendo al descenso de la inflación que, a su vez, está provocando unas rentabilidades inferiores. Algunos expertos interpretan este hecho como una señal de debilidad del estado de la economía mundial. No obstante, una caída drástica del precio del petróleo no tiene por qué presagiar una recesión, tal y como sucedió en 1986. Morgan Stanley, el banco de inversión, comparte este punto de vista y señala las numerosas similitudes entre 1986 y el momento actual: en un principio, los diferenciales de la deuda corporativa estadounidense se ampliaron, las rentabilidades de la deuda pública cayeron y la curva de rentabilidades se aplanó, pero en los años siguientes la economía registró un comportamiento razonablemente positivo. La trayectoria del precio del petróleo en 1986 va en sintonía con las fluctuaciones observadas en la actualidad. Si el precio del petróleo sigue un patrón similar, podría nivelarse en las cotas actuales. Los mercados de renta variable se revalorizaron durante algunos años más después de 1986 y un mercado bursátil sólido suele ser favorable para el mercado de bonos de alto rendimiento en general en términos de confianza de los inversores, potencial de fusiones y adquisiciones así como posibles OPV.
La caída del precio del crudo es una buena noticia para el crecimiento mundial, ya que debería actuar como una bajada de impuestos para los consumidores, derivando así en una transferencia de la riqueza desde los países exportadores de petróleo a aquellos con una marcada tendencia al consumo. Concretamente, Estados Unidos y Europa deberían resultar claramente beneficiados. El petróleo es un componente fundamental de muchos productos y su caída, sumada a la de los costes del transporte y la energía, tiene importantes efectos positivos que se trasladan a la economía en general. Los diferenciales de los bonos de alto rendimiento, no obstante, aumentaron aún más en respuesta a las preocupaciones sobre el sector energético y, en nuestra opinión, esto ha creado mayor valor en este mercado.
Mejora del panorama de flujos de inversión
El aumento de los diferenciales de los bonos de alto rendimiento se produce en un momento en el que la deuda pública core parece estar anclándose en niveles más bajos como consecuencia del efecto conjunto de la caída de la inflación y la compra de bonos públicos por parte del BCE en el marco de su política monetaria. A diferencia de los mercados de bonos Investment Grade, puede que el mercado de deuda de alto rendimiento no se beneficie tan directamente del efecto «de exclusión» del programa de relajación cuantitativa del BCE, aunque el efecto secundario sí podría resultar significativo. Los primeros en beneficiarse serán los bonos con calificación BB (un nivel al que a las instituciones les resulta más fácil bajar) aunque, en última instancia, dicho efecto positivo podría trasladarse a los precios de los activos con calificaciones B/CCC. En vista de que los flujos de inversión en los fondos están empezando a repuntar, la mejora de la rentabilidad y los diferenciales en la deuda de alto rendimiento nos parece cada vez más interesante en una coyuntura de rentabilidades bajas o negativas en la deuda pública. Ya en las últimas semanas hemos asistido a un cambio de signo en los flujos de inversión en los bonos de alto rendimiento estadounidenses y europeos, que ahora se mueven en terreno positivo.
El riesgo de acontecimientos adversos (event risk) de Petrobras
Petrobras, el gigante brasileño dedicado al segmento del petróleo y el gas, ha sido objeto de una investigación por corrupción aún en curso que, junto con el desplome del precio del crudo, ha minado la confianza en la firma y ha generado inquietudes sobre sus prácticas contables. A principios de febrero de 2015, la empresa vio reducida su calificación crediticia a un escalón por encima de Investment Grade por parte de las agencias de calificación Moody’s y Fitch. La calificación crediticia de una empresa a efectos de ponderación en un índice refleja la opinión mayoritaria de las tres grandes agencias de calificación. Con una deuda pendiente que ronda los 50.000 millones de dólares, una rebaja de su calificación por debajo de Investment Grade podría hacer que el mercado se viera inundado de bonos high yield del sector energético, puesto que los inversores que no puedan mantener bonos sin grado de inversión se verán obligados a vender. Una razón más para priorizar títulos de alto rendimiento de mayor calidad en el marco del sector energético.
Kevin Loome es responsable de deuda corporativa estadounidense y portfolio manager del Henderson Horizon Global High Yield Bond Fund.