CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Mike Fleming. Un bonito 2016 para planificar financieramente
Como anticipan los analistas, el 2016 no será un año fácil. Una desaceleración en el crecimiento económico, la incertidumbre por la política monetaria de algunos bancos centrales, la inflación que crece en el mundo emergente, temas políticos, entre muchas cosas. Y cabe decir, nuevamente, que el panorama dista mucho de los libros de texto de la economía clásica, según la cual, cada vez que se cae la economía debe disminuir la inflación, pues bajan las presiones de demanda. Esta vez, por lo menos en países de Latinoamérica, no es así.
Por la incertidumbre, la que juega en contra de las decisiones lógicas, es que, en vez de arriesgar, debemos planificar. Incertidumbre es, por ejemplo, no saber si en la ruleta en el casino caerá rojo, negro o, aunque con menor probabilidad, el cero que es verde. Nadie, que yo conozca, se ha hecho millonario jugando en un casino (excepto, claro está, el dueño del casino), lo que demuestra que cuando no se saben las cosas con certeza, la apuesta puede llevar a comprometer el dinero. En una economía con incertidumbre, en unos mercados con incertidumbre, el tratar de pegarle al activo rentable, es como tratar de adivinar el número de la ruleta en el cual caerá la bola.
Por eso es importante durante un año que se vislumbra complejo, darle paso a la planificación financiera, es decir, a establecer metas y objetivos de mediano y largo plazo con el fin de estructurar un plan de ingresos, egresos, ahorro, planeación fiscal, entre otras cosas, para llevarlo a cabo. A diferencia del ejemplo del casino, la planificación financiera de una forma estructurada, se parece mucho más a un juego de Monopolio, en el cual la construcción constante de un patrimonio financiero, brindará sus frutos futuros por encima del que no construyó ese patrimonio.
Durante muchos años de mi vida jugué Monopolio de forma intensa y en la mayoría de las veces me iba muy bien. Aprendí que no era comprar las propiedades en las que siempre uno caía, sino que era estrictamente necesario comprar propiedades en cada lado del tablero, dándole énfasis a las últimas que era donde las rentas futuras eran mayores. Pero, como en un proceso de planeación financiera, uno estaba tentado a no esperar y gastarse todos los recursos iniciales en los tres primeros lados del tablero, lo cual de ninguna forma es eficiente. Además, aprendí, que era necesario tener en cuenta los lugares de cada propiedad, con el fin de que las probabilidades de caer en cada una, aumentara el efecto positivo al gastar los recursos.
Todo lo que aprendí del Monopolio lo he aplicado a los temas de planificación financiera, que es mucho más que el juego original. “Jugar” financieramente también tiene retos como los imprevistos, las cosas que te pasan en la vida, entre otras cosas. Pero en un año complicado, como dije anteriormente, es mejor pensar en que somos jugadores de Monopolio que de ruleta. En todas las ruletas puedes salir afectado, sino, piensa en la ruleta rusa.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la visión de Old Mutual sobre los temas tratados.
Opinión de Manuel García Ospina, gerente de la Escuela de Planeación financiera y comercial de Old Mutual.
Después de que el pasado enero la libertad de expresión fuera devastada de nuevo en París, los ataques terroristas del 13 de noviembre tuvieron como objetivo otra forma de libertad. La libertad de tomar una cerveza en una terraza o asistir a un concierto tranquilamente y desde el respeto hacia los demás. Dicho de otra forma, la libertad de vivir. Ahora les toca a los políticos forjar una respuesta conjunta al terrorismo. Y, a todos y cada uno de nosotros, en la medida en que podamos, negar la victoria a los asesinos siendo más libres que nunca. Si bien una mera forma de ser constituye un acto de resistencia ínfimo frente a la barbarie, en ella se encarna a diario, muy veladamente, uno de nuestros valores más preciados.
En el plano profesional —el caso de muchos de nosotros, espero— la libertad reside en afirmar, frente a todo tipo de presiones, nuestra autonomía de pensamiento, que a menudo coincide con la de la mayoría. Sentirse libre para defender las propias convicciones, a veces con tesón, e incluso cambiar de opinión si lo consideramos justificado o reconocer los errores y atreverse a corregirlos. En ocasiones, esto requiere cierta obstinación, pero, ¿quién dijo que cultivar un espíritu libre fuera fácil?
En su ámbito, hoy los inversores deberían plantearse si son prisioneros de sus costumbres. A menudo, a muchos de ellos les suele costar renunciar a estrategias que les han funcionado bien durante mucho tiempo. Recordamos, por si hiciera falta, los estragos que provocan todos los cambios de tendencia, como el fin del liderazgo de los valores tecnológicos a principios de la presente década, el de los valores financieros en 2008 o el de las materias primas hace cuatro años. En este momento, estamos convencidos de que hay motivos para poner en entredicho la tendencia de mercado de los últimos siete años.
En Estados Unidos, el mercado no ha comprendido la envergadura del riesgo de ralentización económica que se vislumbra. Los resultados de las empresas empezaron a empeorar durante el tercer trimestre, ya que, si bien el ciclo de los tipos de interés está a punto de comenzar, el ciclo económico cuenta ya su séptimo año de recorrido. Los márgenes de las empresas se habían ampliado considerablemente hasta hace poco y alcanzaron niveles históricos, impulsados especialmente por la reducción de los costes salariales y la caída de los tipos de interés. Ahora, la reducción de la tasa de desempleo empieza a fomentar una subida de los costes salariales, mientras que la evolución de los tipos de interés se convertirá en un factor negativo. Así, los márgenes de las empresas inevitablemente caerán, sobre todo si el dólar se aprecia. De ello se desprende que el motor de crecimiento que supone la inversión de las empresas se debilitará.
¿Podrá el consumo tomar el relevo? La reducción de los costes salariales no impidió, hasta hace poco, un nivel de consumo muy resistente, aupado por una tendencia bajista de la tasa de ahorro y de los gastos financieros. Desde hace ya tres años, la tasa de ahorro se mantiene (el famoso «efecto riqueza» ya no funciona) y la confianza de los hogares (medida todos los meses por el Consumer Confidence Index del Conference Board) ha empezado a decaer desde principios de año. Así, incluso con un ligero incremento de los ingresos medios, es muy poco probable que se produzca una aceleración del consumo en Estados Unidos.
Por último, el motor de las exportaciones es, en sí mismo, muy vulnerable en este momento. Dado que la ralentización de la actividad industrial china sigue su curso, las empresas se ven obligadas a liquidar el excedente de capacidad en forma de exportaciones baratas, lo que refuerza la presión sobre los volúmenes de negocio de los exportadores estadounidenses.
Esta perspectiva mundial no se refleja actualmente en el índice S&P 500 (que se mantiene en el 2%, uno de sus niveles más altos). Una de las principales razones es que la ingeniería financiera, y especialmente los importantes programas de recompra de acciones, han seguido inflando los beneficios por acción. La primera subida de tipos de interés —que tendrá como telón de fondo un endeudamiento neto de las empresas estadounidenses que ha aumentado un 80 % en tres años, de los 1,5 billones de dólares de 2012 a los casi 2,8 billones actuales—, pesará inevitablemente sobre el estímulo que suponen los beneficios por acción.
El repunte cíclico que está experimentando Europa desde principios de año ha impulsado la esencia de su potencial. Según las últimas estadísticas disponibles, el cuarto trimestre debería confirmar la continuidad de esta mejora. No obstante, existen cada vez más motivos para prever una desaceleración de la zona del euro en los próximos trimestres. Efectivamente, la drástica depreciación del euro, el desplome de los precios energéticos, la leve reducción de las políticas de austeridad presupuestaria y la mejora de la confianza empiezan a ver truncados sus efectos, mientras que el contexto mundial se torna menos favorable.
Al mismo tiempo, el aumento de la concesión de préstamos bancarios, que empezó a mejorar a partir de febrero de 2014, apenas logra hoy superar el ritmo anual del 1% e incluso ha vuelto a caer al 0,4 % en octubre. El billón de euros en concepto de préstamos con intereses de demora que aún siguen presentes en los balances de los bancos europeos obviamente está ahí por algo. Francia e Italia son los dos últimos países que han mostrado esperanzadores indicios de reformismo pero, por ahora, sin ningún efecto notable sobre el ritmo de inversión, que sigue en niveles muy débiles. Ahora le toca a Mario Draghi utilizar de nuevo el arma de la depreciación del euro para tratar de impulsar las exportaciones y estimular un poco la inflación. Ante el ciclo económico mundial y las presiones deflacionistas que intensifican la ralentización del universo emergente, no deberíamos hacernos demasiadas ilusiones sobre el efecto de estas medidas.
Este análisis puede parecer alarmista o prematuro. Sin embargo, cabe destacar que siete años después de la gran crisis de 2008, la forma en la que los bancos centrales han tratado la situación no ha logrado más que un crecimiento económico muy mediocre, mientras que los riesgos vinculados al sistema financiero han aumentado. La reacción de los inversores ante esta divergencia podría mantenerse, durante un tiempo, anestesiada por la fe en los mágicos remedios de los bancos centrales. Pero, hoy en día, creemos que la ralentización del universo emergente, así como el intento de normalización de la política monetaria estadounidense, aumentan considerablemente el nivel de fragilidad de los mercados.
Consideramos que ha llegado el momento de que todas las estrategias de gestión activa orientadas a la preservación del capital defiendan su libertad con respecto a los índices. Esto pasa por reducir su «beta», es decir, su exposición al riesgo de mercado y, por el contrario, recurrir ampliamente a la generación de alfa como motor de rentabilidad y, en última instancia, como herramienta adicional de gestión de riesgos.
Didier Saint-Georges es miembro del comité de inversiones y managing director de Carmignac.
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. ¿Cuál será el impacto del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) en las cadenas de suministro en México?
Al igual que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) hace más de 20 años, el TPP (Trans-Pacific Partnership o Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica) tendrá impactos relevantes sobre las cadenas de suministro de las empresas mexicanas. Aunque el nuevo acuerdo promete beneficios tangibles para el país, es importante que las empresas se preparen y adapten sus cadenas de suministro a las nuevas condiciones del mercado. Hacerlo de forma tardía impactará su productividad y competitividad ante el nuevo escenario que se vislumbra.
¿Qué es el TPP?
El TPP es una propuesta de libre comercio que incluye a 12 países: Australia, Brunei Canadá, Chile, Darussalam, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Este acuerdo busca la liberación de cerca de 18.000 aranceles en total, y en el caso de México, el convenio incluirá unas 12.000 fracciones arancelarias. Del total en México, al menos 77% se liberará inmediatamente después de que se apruebe el acuerdo; y el resto, en un plazo que va de 10 a 15 años.
Los 12 países que pertenecerán al acuerdo conformarán un mercado potencial de unas 800 millones de personas, es decir, alrededor de 11% de la población mundial. La suma de los PIB -Producto Interno Bruto- de estas naciones representa 40% del PIB mundial. Es un mercado que consume $3.300 mdd al año, según datos de la revista Fortune.
Las áreas que se están negociando en el TPP son: Acceso a Mercados, Reglas de Origen, Obstáculos Técnicos al Comercio, Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, Defensa Comercial, Competencia, Compras Públicas, Servicios, Inversiones, Comercio Electrónico, Telecomunicaciones, Entrada Temporal, Servicios Financieros, Asuntos Legales, Propiedad Intelectual, Medio Ambiente, Laboral y Cooperación. Adicionalmente, se han incorporado los denominados temas horizontales que incluyen Coherencia Regulatoria, Competitividad, Desarrollo y Pequeñas y Medianas Empresas.
Las exportaciones a los países que formarán parte del TPP son de 337 billones de dólares, los cuales representan 85% de las exportaciones totales de México, de acuerdo con datos de 2014 (ver tabla posterior). En cuanto a las importaciones, corresponden al 59% de todas las importaciones del país. En cualquier caso, es importante resaltar el peso específico de Estados Unidos en este mercado: representa 94% de las exportaciones al TPP y 80% de las exportaciones totales de México.
Aun cuando es necesario recorrer el camino de la aprobación del tratado en los diferentes países miembros, se estima que a partir de su firma se tendrán 24 meses para que los países ejecuten los pasos necesarios para su instrumentación.
Si al pasar ese tiempo hay, al menos, seis países -incluidos Estados Unidos y Japón, por ser los mercados más grandes que juntos representen el 85% de la suma de los PIB de los países firmantes- el tratado entrará en operación de forma automática.
¿Por qué impactará a las cadenas de suministro mexicanas?
Aunque va a depender en gran medida de cómo se implemente, el TPP va a tener impactos en nuestras cadenas de suministro, entendiendo este concepto como los flujos de información, dinero y mercancía desde los proveedores, pasando por la transformación, hasta llegar al cliente final. Por ejemplo:
· El pacto abrirá nuevas oportunidades de negocio para el sector productivo mexicano en seis mercados de Asia-Pacífico: Australia, Brunei, Malasia, Nueva Zelandia, Singapur y Vietnam. · Recordemos que Estados Unidos representa 80% de las exportaciones totales de México, por lo que México probablemente seguirá siendo un ente transformador de las importaciones provenientes de los países asiáticos para convertirlos en productos hacia el mercado americano. · Se espera que la exportación de México crezca 30% en un período de 5 años, según ha informado este año la Secretaría de Economía. · El tratado implica mayor regulación para las industrias que quieran participar, en algunos casos, mayor protección (propiedad intelectual, denominación de origen, entre otras) · Asia-Pacífico es la región de mayor dinamismo económico. El porcentaje de crecimiento anual 2005-2012 en la región de América del Norte se mantuvo en niveles de 8,3%, mientras que para la región de Asia fue de 24,2%, según la Secretaría de Economía e el Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
¿Cómo preparase para ser exitoso?
Este panorama obliga a las empresas a prepararse con tiempo en acciones como:
· Entender las fracciones arancelarias que se liberan, tanto para la exportación y como para la importación, así como los tiempos en que se producirán, para preparar la cadena de suministro de cara a la nueva proveeduría, tomando en cuenta el costo total de propiedad (no solo el precio). · Prepararse para tener mayor interacción con un nuevo bloque comercial, nuevos consumidores, estilos y costumbres. · Desarrollar las capacidades internas de las empresas para cumplir con las exigencias del tratado. Recordemos que el TPP es un tratado más amplio y que pone reglas más exigentes, como los temas de propiedad intelectual, medio ambiente, laboral y denominación de origen.
Muy probablemente veamos un flujo de inversión extranjera de los países que conforman el tratado, en particular de los países asiáticos y australes, que se verán en la forma de nuevas plantas, adquisiciones de compañías o de inversiones de capital para la recepción y distribución de sus productos.
A nivel macro, implicará mayores inversiones para la expansión y modernización de los puertos del Pacífico, mejoras en la conexión con otros modos (carretero, ferrocarril, aéreo, naval) y agilización de los procesos aduaneros. En particular, se deberá facilitar el flujo desde los puertos a los centros logísticos y de transformación mexicanos, para luego llegar al territorio de Estados Unidos. Este flujo también le dará un impulso al futuro corredor logístico del Istmo de Tehuantepec y a la zona económica especial de esta región, para los flujos que van hacia el Atlántico, así como la del Corredor Norte, para los flujos que van hacia Estados Unidos.
Es importante prepararnos para el nuevo escenario que se conformará con el TPP, haciendo los ajustes necesarios en nuestras cadenas de suministro (en términos de proveeduría, manufactura, logística y comercio exterior) para capitalizar los beneficios que representarán para nuestro país. Estas acciones generarán una ventaja competitiva en las compañías que entiendan las nuevas reglas y aprovechen este acuerdo.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto de N@ncyN@nce. ¿Por qué hay casi 50 puntos básicos entre las expectativas de los economistas para la inflación mexicana y el mercado?
Si bien la inflación en México ha venido descendiendo desde el pasado mes de mayo, mes con mes, las encuestas de los economistas privados que realizan tanto Banco de México como Banamex identifican que este fenómeno es temporal y que se daría un rebote que bien podría ocurrir en la segunda mitad de 2016.
La baja en las tarifas de los productos agrícolas, energía y telecomunicaciones, así como del petróleo -entre otros-, ha provocado un descenso en la inflación de México que incluso la ubica por debajo del nivel del 3% desde mayo de 2015. En diciembre de 2014 la inflación anual terminó en el 4,08%; entre enero y mayo de 2015 se ubicó en un rango entre el 3,1% y el 3% y a partir de mayo a la fecha ha descendido mes con mes para ubicarse en noviembre en un 2,2%, que representan niveles históricos.
La expectativa de la inflación general para 2015 se ubica en el 2,4%, muy por debajo del 3,5% esperado hace un año de acuerdo con las encuestas y para 2016 se proyecta una inflación del 3,3% según las últimas encuestas. Es importante mencionar que esta perspectiva para 2016 ha venido bajando mes con mes.
Estos nuevos niveles de inflación del orden del 2% que se están viendo en México ha despertado la duda entre el mercado y los economistas si se puede o no mantener este nivel. Hoy el mercado –a través de las posiciones que mantienen los inversionistas institucionales como son las Afores y las sociedades de inversión en Udibonos que vencen en los próximos 5 años-, considera que la inflación en los próximos cinco años se podría mantener en niveles del 2,5% o menos y los economistas en sus proyecciones visualizan que la inflación regresa a niveles del 3%.
¿Cómo se llega a estos números? En el mercado mexicano se tienen tanto instrumentos que cotizan hasta 30 años tanto en tasas nominales (Mbonos) como en tasas reales (Udibonos). Al restarle a la tasa nominal (Mbonos) la tasa real (Udibonos) al mismo plazo de vencimiento, se obtiene la inflación implícita a la que están operando los instrumentos de tasa real. Algunas emisiones si coinciden en sus vencimientos y otros no por lo que se calcula la tasa interpolada en cada caso para hacerlos comparativos.
Los Udibonos con vencimiento en los próximos dos años reflejan una inflación implícita cercana al 2,5%, mientras que los de mayor plazo (a partir de los siete años), observan una inflación implícita cercana al 3%. Con datos al viernes 18 de diciembre (al cierre), se tiene que las emisiones con vencimiento en diciembre de 2017 (171214) traen una inflación implícita del 2,5% mientras que la emisión que vence en 2022 (220609) trae una inflación implícita del 2,9%.
No es la primera vez que el mercado y los economistas presentan estas diferencias y habría varias causas de estas diferencias: Podría ser que el mercado está siendo más optimista con la expectativa de inflación. En contraparte, los economistas están siendo más reservados en sus pronósticos de inflación y por eso no se han querido bajar. El otro punto sería que por situaciones de mercado el inversionista castiga las emisiones cortas a través de sus cotizaciones para no sacrificar su tasa de interés durante los próximos meses en los que la inflación se mantendrá baja.
Habrá que ver cómo se desarrolla por un lado la inflación en los próximos meses así como sus componentes para validar la visión de los analistas y por otra parte las cotizaciones de estos instrumentos que reflejan la visión de los inversionistas institucionales.
Columna de Arturo Hanono, consultor para inversionistas institucionales en México
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Agencia de Noticias Andes. El fútbol, como los mercados, da revanchas
Lo importante es esperar el momento adecuado y ver las oportunidades. El miércoles 9 de diciembre de 2015, el Independiente Santa Fe se coronó campeón de la Copa Suramericana, siendo el primer equipo colombiano en alcanzar este galardón. Fue un buen torneo para el equipo teniendo en cuenta que eliminó a verdaderos pesos pesados del fútbol suramericano, incluyendo a Emelec, equipo base de la selección ecuatoriana (que a quien no sabe, va de primera con todos los partidos ganados en la eliminatoria para el Mundial de Rusia 2018).
En mi memoria está la imagen de hace unos años, 15 o casi 20 años quizá, cuando los jugadores de Santa Fe, en fogón improvisado, hacían sancocho al frente de la sede administrativa del equipo, como señal de protesta por los salarios que les adeudaban y como medida para demostrar que, literalmente, morían de hambre por dicha situación. Fue la época en que los dos equipos de la capital colombiana decidieron, en un apoyo mutuo, dividir las taquillas de los clásicos que se jugaban entre ellos, independientemente de quién actuara como local en cada ocasión. Lugo vino una restructuración corporativa y deportiva, que hoy pone al Santa Fe como uno de los equipos más ganadores en Colombia en los últimos años.
Mención aparte merece Robinson Zapata, arquero del equipo en este torneo. Tristemente recordado por ser el portero de la selección Colombia sub-20 que perdió con Brasil 9 a 0 en Londrina; en este último partido, en la definición desde el punto penal, se convirtió en el héroe de la noche. Justo reconocimiento para Zapata, quien nunca sucumbió a la adversidad y, a pesar de tener el célebre anti récord en su contra, hoy casi al final de su carrera, puede sacar pecho por todo lo alto. Y justo reconocimiento a Santa Fe (conste que soy hincha de Millonarios, pero al César lo que es del César).
Aprovecho el símil futbolístico para hablar de mercados. En no pocas ocasiones, los mercados tienen épocas malas, así como la que recordamos de Zapata. Sin embargo, se debe recordar que los mercados tienen ciclos de subida y de bajada, y es muy lógico y común, que luego de fuertes correcciones a la baja se presenten oportunidades de compra que se deben aprovechar por parte de cualquier inversionista que esté pensando en obtener unos retornos interesantes.
En este orden de ideas sigo pensando que, a pesar de que el panorama económico del país siga mostrando retos para los próximos años, los activos colombianos, particularmente las acciones, son un activo altamente interesantede cara a obtener retornos altos en el mediano plazo. Están desvalorizadas, los precios son atractivos, y me cuesta pensar que las compañías colombianas sean tan malas que los precios se queden ahí donde están. Tarde o temprano las acciones reflejan lo que es la empresa, y las compañías colombianas tienen, de lejos, mucho potencial y valor para el largo plazo.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la visión de Old Mutual sobre los temas tratados.
Opinión de Manuel García Ospina, gerente de la Escuela de Planeación financiera y comercial de Old Mutual.
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Seher Basogul. It Really Is Different This Time
Ahora que la Reserva Federal de Estados Unidos ha elevado los tipos de interés por primera vez en nueve años, los inversores quieren saber cómo va a ser el ritmo de alzas y, más importante aún, cómo van a reaccionar los mercados. Pero esta vez, la búsqueda de pistas en otros momentos de la historia similares es como buscar unas llaves perdidas en la oscuridad. Es normal que los inversores intenten bucear en lugares familiares y convenientes, pero aun así es probable que lo hagan en el lugar equivocado. Los ciclos de ajuste de la Fed en los últimos 30 años más o menos, simplemente no son una buena guía para lo que viene. Esta vez, las circunstancias a las que se enfrenta la Fed son demasiado diferentes de las que presentaban los ciclos económicos anteriores como para que represente un marco cómodo de referencia.
Quizás la mayor diferencia entre este ciclo económico y los pasado es que la Reserva Federal acaba de iniciar un ciclo de subidas mientras tanto el crecimiento real como la inflación son muy bajas. Históricamente, las tasas de crecimiento anuales del PIB han estado año tras año por encima del 5% al comienzo de un ciclo de ajustes. En la actualidad, el crecimiento nominal se sitúa en el 3%. Durante los últimos ciclos de alzas, la inflación general se situaba por lo general alrededor de 3%, con un gasto básico de consumo personal por encima del 2%. Dos cifras que se sitúan muy por encima de los niveles actuales. Y por último, las subidas de tipos generalmente llegan en medio de períodos de aumento de los beneficios empresariales, no durante una recesión de los ingresos como la que estamos viendo ahora.
Otro indicio de las diferencias de este ciclo con cualquier otro es que la Fed ha logrado poner el marcha el despegue en medio de un colapso de los precios de las materias primas, uno de los principales catalizadores de la caída de los ingresos.
Y mientras que el contexto mundial ha respaldado en ocasiones pasadas una subida de tipos, este claramente no es el caso ahora. El crecimiento y las presiones inflacionistas siguen siendo bajas tanto en el mundo desarrollado como en desarrollo, por lo que no es ninguna sorpresa que gran parte del mundo mantenga una política monetaria acomodaticia. En días pasados, las expectativas de un endurecimiento de la Fed han alimentado las fuertes ganancias del dólares, que van en contra de una mentalidad de cambio de ciclo, ya que ambos factores estrechan las condiciones financieras en Estados Unidos.
Por otra parte, ¿cuándo fue la última vez que la Fed subió los tipos después de que estos hayan estado a cero durante los últimos siete años o mientras el organismo tenía un balance de 4,5 billones de dólares? La respuesta, por supuesto, es nunca. Esta es la primera vez. Así que ¿por qué estamos tan hambrientos por echar la vista atrás para encontrar alguna pista? Tal vez porque es más fácil, pero sería mejor centrarse en este episodio como un momento único, en lugar de aplicar la sabiduría contenida en los polvorientos libros de historia económica.
Sin duda, hay grandes áreas de la economía estadounidense que están teniendo una buena evolución. Entre ellos destaca el sector servicios, las ventas de vehículos y la generación de ingresos de un mercado laboral en buen estado. Pero lo que es muy diferente aquí, es que muchas zonas de la economía nacional y mundial están evolucionando inusualmente mal o se enfrentan a importantes desafíos a medida que la Fed avance en su ciclo de subidas.
La Fed por un lado y el mundo por otro
¿Qué significa todo esto para las subidas de tipos que seguirán a esta? Pues que transitarán por un camino muy diferente. ¿Será la Fed capaz de endurecer los tipos hasta finales de 2019, tal y como recogen ahora sus proyecciones? Eso parece dudoso, dado que este ciclo económico ha estado vigente ya siete años.
También vemos riesgo en que la Fed haya decidido tomar un camino, mientras que el resto del mundo opta por otro. Como nota de advertencia, recordamos que el Banco Central Europeo y los bancos centrales de Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Suecia y Noruega ya subieron los tipos en este ciclo, sólo para tener que bajarlos de nuevo en poco tiempo. Dada la débil perspectiva global, la Fed podría terminar haciendo lo mismo.
Tras la reunión del FOMC, ya sabemos que los tipos van a empezar a subir, pero si esperamos que esto arroje algo de luz sobre el ritmo de las próximas subidas, podríamos quedarnos en la oscuridad durante mucho tiempo.
Columna de opinión de Erik Weisman, gestor de renta fija en MFS Investments.
Photo: Taner Peets. Six Lessons We Learned About Bonds in 2015
En 2015, los inversores en bonos se enfrentan a un crecimiento nominal mundial más lento, a mercados menos líquidos y probablemente a diversas subidas de tipos por parte de la Reserva Federal estadounidense. Pero con los desafíos llegan las lecciones: he aquí algunas de las extraídas en 2015 que deberían seguir siendo importantes en 2016.
1) La Fed ha estado endureciendo su política monetaria sin subir los tipos de interés. Este proceso empezó cuando terminaron las compras de activos y significa que la subida de un cuarto de punto en los tipos de los fondos federales no es en realidad la primera vez que la Fed endurece su política monetaria. El mercado ha pasado los últimos 12 a 18 meses adaptándose a condiciones más estrictas debido a la fortaleza del dólar y a las periódicas oleada de ventas de bonos, acciones y materias primas.
Las cosas se podrían seguir complicado en 2016, dado que el balance de la Fed empieza a encogerse. Esto drenará dólares del sistema financiero mundial y podría presionar a quienes más necesitan el dólar, como los prestamistas de los mercados emergentes. Las cosas también podrían ponerse difíciles en los precios de los activos y la liquidez, lo que nos lleva a nuestra segunda lección.
2) Los bajos niveles de liquidez conforman la nueva realidad de los inversores en bonos. Los problemas de liquidez en la negociación de la renta fija han existido desde la crisis financiera global, pero la mayoría de los inversores no comenzaron prestar mucha atención a este fenómeno hasta este año. Esperamos que estas cuestiones estén en primera línea durante 2016. Y si el endurecimiento de la Fed sigue drenando la liquidez en dólares, la liquidez en la negociación puede ser aún mayor, lo que hace aún más difícil operar con bonos sin que haya un gran efecto en sus precios. Por supuesto, los inversores que manejan bien el riesgo de liquidez pueden ser capaces de obtener ganancias. Contar con un gestor que entiende esto será fundamental.
3) La economía de Estados Unidos ha dado un vuelco. ¿Podrán los mercados mantener la senda? Después de la crisis financiera mundial, los bancos estadounidenses pasaron años lamiendo sus heridas y negándose a prestar. Eso ha cambiado recientemente, acelerando la economía y allanando el camino a esta subida de tipos de la Fed. La pregunta es: ¿Se toparán los mercados financieros globales con una mala racha si la Fed mantiene el endurecimiento de la política monetaria a lo largo de 2016? Es difícil de decir, pero definitivamente vale la pena mantener no perder de vista esto.
4) China está reequilibrando su economía con éxito. Sin duda, la economía china se está desacelerando, pero también está evolucionando desde una economía orientada a las exportaciones a una en la que el consumo y los servicios juegan un papel más importante. Muchos observadores han pasado por alto esto, posiblemente debido a que muchas empresas occidentales están expuestas al sector de la industria pesada del gigante asiático, que ha sufrido mucho. Mientras tanto, el nuevo papel del renminbi como divisa de reserva aumentará la creciente presencia de China en los índices de bonos globales y colocará una gran cantidad de inversión en dólares en el país. Creemos que hay una buena probabilidad de que China experimente un repunte cíclico el próximo año.
5) Si es usted un inversor en high yield, evite los ETFs pasivos. Los inversores se abalanzaron sobre los fondos cotizados (ETFs) high yield este año y podrían llegar a lamentar la prisa. Estos ETFs tienen un historial terrible. A largo plazo han estado evolucionando por debajo de los fondos gestionados más activamente.
La deuda high yield ha ofrecido rentabilidades similares a la renta variable, con una menor volatilidad en el tiempo, y no está altamente correlacionada con los tipos de interés. Sin embargo, el mercado es complejo, relativamente ilíquido y difícil de navegar, lo que da a los gestores activos cualificados una ventaja sobre los ETFs indexados. Es obvio que los ETFs pueden ser útiles en las operaciones tácticas a corto plazo, pero si quiere invertir en deuda high yield, los ETFs son el camino equivocado.
6) Al construir un portfolio de renta fija, hay que ir más allá de su patio trasero. Los inversores tienden a preferir la deuda de su país de origen. Pero los bonos globales, siempre que están cubiertas frente al riesgo divisa, han obtenido retornos comparables a los bonos domésticos, con una menor volatilidad. Además, la deuda global ayuda a diversificar los riesgos de tipos de interés y el riesgo económico, algo muy importante ahora porque las políticas monetarias y económicas son tan divergentes entre países. La Fed va a endurecer gradualmente su política monetaria, mientras que Japón se mantiene estable y la zona euro está en modo altamente acomodaticio.
Navegar por el mercado de bonos no será fácil en 2016. Aunque eso no significa que los inversores deban dar la espalda a estos activos. En su lugar, asegúrese de que la renta fija de su portfolio es global, está diversificada y cuenta con un manager que tiene flexibilidad para reducir los riesgos sin sacrificar las oportunidades.
Douglas J. Peebles es CIO y responsable de las estrategias de renta fija de AllianceBernstein.
Foto: Victor Camilo, Flickr, Creative Commons. La recuperación de las constructoras españolas está en marcha
El sector de la construcción está recuperando progresivamente el tono que había perdido durante la crisis. No en vano, es un sector mucho más sensible que otros al ciclo económico y el periodo de recesión y austeridad fiscal en Europa ha propiciado que atravesara una profunda desaceleración hasta 2013, dado que los principales clientes de las compañías constructoras suelen ser los gobiernos o las grandes empresas. No obstante, desde entonces, la tendencia ha comenzado a cambiar alentada por los proyectos de la Comisión Europea y el Banco Europeo de Inversiones.
Esta situación se ha reflejado fielmente en el mercado de deuda, aunque la actividad de las compañías constructoras en este mercado es bastante reducida respecto al global y actualmente supone alrededor de un 16% del total, pese a la reactivación experimentada los últimos dos años. De hecho, las emisiones de las constructoras cayeron significativamente hasta alcanzar un mínimo de 1.000 millones de euros en 2012 y, desde entonces, la tendencia se ha invertido y en 2014 se registraron emisiones por valor de 4.700 millones de euros. Todo apunta además que la senda alcista va a continuar en los próximos años.
En este sentido, el sector de la construcción en España no es una excepción. Aunque la crisis ha sido más profunda que en el resto de Europa, y debido a la desaceleración la contribución al PIB de las constructoras españolas supone ya menos del 6% frente al 10% de 2005, las compañías han tomado medidas que están comenzando a dar sus frutos.
De hecho, actualmente sus márgenes de EBITDAR, que han pasado de una media del 12,4% en 2011 al 14,5% a finales de 2014, y sus carteras de pedidos muestran unos ratios de rentabilidad superiores a los del resto de compañías europeas, aunque sus ratios financieros aún son más débiles y cuentan con una deuda mayor. Sin embargo, esta situación dista de ser preocupante, ya que los indicadores de crédito están mejorando progresivamente. Así, aunque sus niveles de deuda son elevados, su flujo de caja también lo es y los procesos operativos están mejorando.
Existen, además, una serie de catalizadores que favorecen a las compañías españolas respecto a sus comparables europeos. Y es que el perfil de riesgo de los negocios de las empresas españolas es más favorable debido a que en los últimos años han llevado a cabo un proceso de diversificación significativo, tanto por segmentos como a nivel geográfico. De hecho, han logrado reducir de manera significativa su dependencia al sector Europeo y han aumentado sus negocios en Latinoamérica – especialmente en México, Colombia y Perú –, Oriente Medio y Asia.
En lo que respecta a los distintos segmentos, el subsector de ingeniería civil se ha mantenido bastante estable durante los últimos años y representa alrededor de un tercio del total del sector. Sin embargo, los servicios y la gestión de edificios han descendido significativamente, aunque el porcentaje de los beneficios procedentes de las empresas concesionarias y otras compañías ha compensado la caída. Teniendo en cuenta todos estos aspectos consideramos que, en líneas generales, las perspectivas para las constructoras españolas son positivas.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Glyn Lowe. Europa: del "estancamiento persistente" a la "normalidad sorprendente"
Los últimos años en Europa se han caracterizado en gran medida por unas tasas de crecimiento y unos tipos de interés bajos. Dado que el panorama del comercio mundial se ha debilitado especialmente durante el año 2015, la postura de consenso ha pasado directamente a considerar el año 2016 como un «corta y pega» del año anterior. 2015 también ha sido un año en el que la complejidad que caracteriza a la Unión Europea, tanto en lo que respecta a su marco de gobierno como a sus políticas, ha vuelto a concentrar la atención de los inversores, que han dado más peso a los argumentos que insisten en negar el potencial cíclico a consecuencia de factores estructurales.
Sin embargo, se puede argumentar que el crecimiento económico sorprenderá positivamente en la zona euro gracias a la mejoría del consumo, ya que no solo el empleo, sino también, y muy importante, el crecimiento de los salarios, están aumentando. Obviamente, en una región tan heterogénea este efecto no será uniforme, pero se sentirá con la suficiente amplitud como para repercutir en los indicadores de crecimiento e inflación, hasta el punto de que la situación comenzará a parecerse a una recuperación normal, más que a una depresión permanente.
No obstante, esta visión positiva sobre el crecimiento económico no se traduce matemáticamente en una visión optimista sobre los niveles generales de los índices bursátiles, aunque ciertamente invita a tener una visión ligeramente más favorable. Suscribir la idea de que la visión del mercado cambie de «estancamiento persistente» a «normalidad sorprendente» conlleva más bien la posibilidad de que se dé un entorno en el que el liderazgo actual del mercado se vea amenazado. Dentro del proceso de normalización que está produciéndose, la volatilidad de las acciones está aumentando frente a la volatilidad del conjunto del mercado, lo que crea oportunidades para los inversores especializados en selección de valores.
¿De dónde pueden venir noticias más positivas?
La dificultad de una visión más positiva sobre el crecimiento económico de Europa estriba en articular los grandes catalizadores. Históricamente, Europa se ha beneficiado principalmente del comercio mundial y los malos datos, especialmente durante los últimos seis meses, sugieren que se debería descartar casi completamente este catalizador.
Creo que el crecimiento de los próximos años provendrá principalmente de un proceso de normalización en el que el empleo (que se vio afectado sustancialmente durante la crisis de deuda pública de 2011/2012) mejore hasta el punto de que los salarios aumenten en términos reales, y la confianza general en la solvencia de los estados, las instituciones y los hogares crezca hasta el punto de que el efecto multiplicador (que brilla por su ausencia) por fin regrese.
También podríamos ver un buen comportamiento continuado de las economías de la región que han impulsado reformas políticas tras la crisis de deuda pública, especialmente para poder aprovechar el potencial positivo de la debilidad de la moneda única y el coste relativamente bajo del suelo y la mano de obra. España e Irlanda parecen haber emergido no sólo con un crecimiento fuerte, sino también con un crecimiento de mejor calidad que en los años anteriores a la crisis financiera. A las reformas de muchas economías importantes de Europa todavía les queda mucho camino por delante y los efectos generalmente se sienten después de un tiempo. Sin embargo, a pesar de la complejidad del panorama político, creo que la dinámica en esta dirección es lo suficientemente fuerte para continuar.
Alemania es clave para el cuadro general por varios motivos. En primer lugar, el desarrollo continuado y positivo de su economía en 2015, a pesar de la falta de recuperación del comercio mundial y también del fuerte deterioro de muchos mercados en vías de desarrollo, debería empezar a poner en tela de juicio la idea de que Alemania es una economía que depende íntegramente de la producción industrial y las exportaciones de productos terminados.
Ahora que las perspectivas de crecimiento salarial en toda la economía están aumentando y que las rentabilidades positivas de la bolsa y los inmuebles en los últimos años están fomentando un mayor deseo de «propiedad», el consumo podría ser un factor positivo, tanto internamente como para el conjunto de la región. En segundo lugar, aunque política y socialmente plantea problemas, el flujo de inmigrantes a la región, en especial a Alemania, alejará necesariamente la postura del gobierno de la austeridad, lo que elevará el crecimiento a corto plazo. A su debido tiempo, esto obligará a los inversores a replantearse el potencial de crecimiento a largo plazo de una economía en la que la vieja idea de las tendencias demográficas negativas puso de nuevo en tela de juicio los argumentos a favor de un crecimiento económico autosuficiente.
¿El fin de la relajación cuantitativa?
Una posible consecuencia de lo anterior podría ser que el panorama de la inflación a finales de 2016 sea muy diferente del que tenemos actualmente. Si aceptamos que existe un impacto desinflacionista subyacente derivado de la tecnología y los nuevos modelos de negocio que aprovechan sus capacidades, un cambio positivo en los salarios reales y la anualización de la fuerte caída de los precios de la energía podrían hacer que el crecimiento de los precios se acerque mucho más a la media a largo plazo. De ser así, aumentaría bastante la presión sobre el BCE para que comience a reducir progresivamente su programa de relajación cuantitativa, dado que el efecto de la relajación cuantitativa sobre la economía real todavía suscita gran diversidad de opiniones. A diferencia de Japón, donde existe un mayor consenso entre las autoridades en el sentido de que la relajación cuantitativa es la estrategia adecuada para devolver a la economía a la senda del crecimiento, dentro de las autoridades europeas conviven suficientes voces discordantes como para dar pie a un cambio hacia una estrategia más normal en la política monetaria.
Paras Anand se incorporó a Fidelity como responsable de renta variable europea en enero de 2012.
Foto: Freejpg. La narrativa es la realidad (2ª parte)
En nuestro blog anterior (La Narrativa es la Realidad, 1era parte), contaba acerca de mi “ilusión del conocimiento” cómo era un gran seguidor de los mercados, sabía y seguía absolutamente todos los datos de los mercados el cual sustentaba mis resultados en base a mi “fe” en la data.
Romper el hechizo
El colapso de la burbuja de los mercados emergentes y los commodities fue una experiencia traumática y dejó un vacío enorme en mi comprensión sobre la forma en que funciona el mundo. Si sabía todo lo que sabía acerca de los mercados con los que tuve que ver y los gurús que seguí sabían todo lo que sabían, y todos al fin y al cabo malentendimos completamente el comercio, ¿qué significaba eso? Ahora puedo sentir empatía (en abstracto) con los integrantes de los cultos apocalípticos que pronostican un “cristo” que nunca llega.
Los meses inmediatamente posteriores a la crisis financiera mundial fueron unos de los más difíciles de mi vida. Yo había vinculado mi valor como profesional de las inversiones con mi capacidad para predecir los mercados basándome en un conocimiento y una comprensión superior. Pero mi conocimiento y comprensión superiores no se habían traducido en una mejor capacidad de predicción o de rendimiento de la inversión. Por lo tanto, yo no tenía valor como profesional de las inversiones. ¿Debía buscar una profesión diferente?
Pero ninguna de los analistas que seguí había podido hacer nada mejor. Claro, hubo algunos “gurús” que dieron en el clavo con respecto al mercado bajista, y un número mucho menor que dio en el clavo tanto con respecto al mercado alcista como al repunte. Pero sus narrativas y métodos eran inescrutables y poco convincentes. Y a medida que el mercado alcista maduraba, incluso estos gurús perdieron rápidamente sus poderes premonitorios. ¿En qué dirección se mueve cuando usted no tiene ninguna dirección?
El regalo de Tetlock
Durante este período de crisis existencial en 2009 fue cuando me topé accidentalmente con Philip Tetlock. Ese momento yo era un recipiente vacío, que esperaba ser llenado con una nueva comprensión del mundo. Estaba dispuesto a recibir.
En 1985, Tetlock se dispuso a descubrir el grado de precisión en que los pronosticadores expertos predecían los acontecimientos futuros. Durante casi 20 años, entrevistó a 284 expertos acerca de su nivel de confianza en cuanto a que si produciría un resultado determinado. Solicitó pronósticos con respecto a una amplia variedad de campos, entre ellos la economía, la política, el clima, los mercados financieros, y otros. En total, el acumuló la asombrosa cantidad de 82.000 pronósticos y al analizarlos concluyó que ninguno de los expertos demostró una precisión predictiva superior a los pensamientos al azar.
Muchos lectores están en un estado de autocomplacencia, puesto que sus inversiones en acciones “largas y sólidas” han dado frutos sumamente generosos en los últimos cinco años más o menos. Sin embargo, para muchos su éxito se debe a la suerte, no a la habilidad. En tal virtud, es probable que tampoco estén listos para recibir las enseñanzas de Tetlock. Estos lectores podrían arrepentirse de su arrogancia en las profundidades de la próxima crisis, cuando sean 25% a 50% más pobres. C’est la vie.
Por supuesto, existe la narrativa del mercado, independientemente de si uno le presta atención o no. Es como una película que se proyecta en tiempo real frente a sus ojos, con todo el humor y el drama y, finalmente, la tragedia que hace que cualquier gran película valga la pena verla. Como tal, este drama, que no es ni más ni menos que la expresión de fe de millones de participantes en el mercado, alimentado por oscilantes rabietas de codicia y miedo filtradas a través de un prisma manoseado de identidad y valores amorfos, presenta increíbles oportunidades para los pocos iluminados.
Opinión de Adam Butler, Rodrigo Gordillo, y Michael Philbrick, gestores de portafolios en ReSolve Asset Management.