¿Cómo entender los fondos ISR?

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¿Cómo entender los fondos ISR?
. ¿Cómo entender los fondos ISR?

Los fondos de Inversión Socialmente Responsables (ISR), poco conocidos por el público hasta hace unos años, abundan hoy en las carteras de los inversores europeos, tanto institucionales como privados. La calidad intrínseca de los productos constituye, sin lugar a dudas, la clave principal de este éxito. Al invertir en ISR no se renuncia ni a la rentabilidad ni a la seguridad, todo lo contrario.

Más allá de su rentabilidad financiera, los fondos ISR ofrecen sobre todo a los inversores la posibilidad de cargar sus ahorros de sentido. En efecto, los fondos ISR seleccionan empresas que integran en su estrategia de desarrollo la protección del medioambiente, la dimensión social y el buen gobierno corporativo. Invertir en fondos ISR contribuye pues a inyectar valor no sólo en los ahorros sino también en la sociedad en su conjunto.

La Inversión Socialmente Responsable consiste en aplicar el concepto de desarrollo sostenible a la inversión financiera. Es una forma de inversión que pretende generar no sólo una rentabilidad financiera sino también un valor añadido social y/o medioambiental. Para alcanzar este objetivo, la gestión ISR toma sistemáticamente en cuenta criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) para evaluar y seleccionar activos.

Criterios ASG o extra-financieros

Los criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo son utilizados para evaluar la estrategia de desarrollo y la rentabilidad de las empresas. Estos criterios completan el análisis financiero convencional. Permiten escudriñar cada empresa a la luz de un abanico más amplio de riesgos potenciales. Los criterios medioambientales se refieren al impacto directo o indirecto de la actividad de la empresa en el medio ambiente (emisiones de gases de efecto invernadero, eficacia energética, prevención de accidentes industriales, gestión de recursos hídricos, gestión de residuos, etc).

Los criterios sociales se refieren a las repercusiones de la actividad de la empresa en sus empleados, clientes, proveedores y en la sociedad civil, tomando como referencia valores universales (derechos humanos, normas internacionales de trabajo, lucha contra la corrupción, etc). El gobierno corporativo tiene que ver con cómo la empresa es dirigida, administrada y controlada, y en particular a las relaciones que mantiene con sus accionistas, consejo de administración y dirección. Los criterios ASG pueden adaptarse también a otras categorías de emisores, como los estados o las corporaciones locales, los bancos de desarrollo o las instituciones supranacionales.

Enfoque temático o multisectorial

La ISR se aplica a todos los tipos de activos (acciones cotizadas y no cotizadas, bonos emitidos por empresas y estados, fondos diversificados, etc). Tiene dos grandes enfoques: el temático y el multisectorial.

En el enfoque temático se encuadran fondos que invierten específicamente en actividades con un fuerte impacto social y/o medioambiental. Como ejemplos de temáticas medioambientales están el ahorro energético, las energías renovables, la gestión y descontaminación del agua o el tratamiento y reciclado de residuos. Como ejemplos de temáticas sociales están los productos y servicios orientados a sectores desfavorecidos de la población, a la protección de la salud, a la educación, a la lucha contra la pobreza, al comercio equitativo.

Este enfoque incluye también los fondos ISR, conocidos como “solidarios”, que invierten entre un 5% y un 10% de sus activos en empresas solidarias o proyectos de economía solidaria reconocidos como tales por la reglamentación (ejemplo: ayuda a la inserción, vivienda social, etc.) o en entidades de microfinanzas. Para ser elegibles a los fondos temáticos tal y como los define BNP Paribas Investment Partners, las empresas deben realizar un porcentaje mínimo de su cifra de negocios (entre un 20% y un 25% según los casos) en las actividades perseguidas. 

En cuanto al enfoque multisectorial, también denominado Best-in-class se encuadran fondos que seleccionan únicamente, por sector de actividad, aquellas empresas que demuestren tener las mejores prácticas a nivel social (por ejemplo, la creación de empleo, gestión de recursos humanos…) y medioambiental (por ejemplo, la lucha contra el cambio climático, ahorros energéticos, protección del medio ambiente…), y que respeten los principios del gobierno corporativo (como ejemplos, la independencia del Consejo de administración, respeto del derecho de los accionistas…)

Estos dos enfoques ISR suelen ser complementarios y pueden combinarse para alcanzar una rentabilidad financiera y extra-financiera máxima y diversificar los riesgos. Además de estas características, los fondos ISR también pueden tener una dimensión particular en cuanto a especificidad de las inversiones o a la redistribución de los ingresos. Tal es el caso de los fondos ISR “de reparto” que abonan como mínimo el 25 % de los ingresos generados por el crecimiento del fondo a organizaciones caritativas. Siguen un enfoque de solidaridad.

Solumna de Sol Hurtado de Mendoza, responsable de BNP Paribas Investment Partners para España y Portugal.

Riesgos geopolíticos y la “obsesión por el crecimiento”

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Riesgos geopolíticos y la “obsesión por el crecimiento”
Foto: Susivinh, Flickr, Creative Commons.. Riesgos geopolíticos y la “obsesión por el crecimiento”

A pocas semanas de finalizar el año 2016, los inversores siguen preocupados en torno a la evolución de las diferentes economías y sus perspectivas a medio plazo. Esto impacta de forma evidentemente negativa sobre sus decisiones en los mercados financieros y la dificultad que entraña dibujar un escenario más o menos claro dada la enorme distorsión de precios y rentabilidades generada por la actual política monetaria expansiva de los bancos centrales.

Hablar de “riesgos geopolíticos” como causa del “bajo crecimiento” de las economías desarrolladas encierra dos trampas importantes que aunque se hayan convertido en “lugares comunes”, no dejan de introducir ruido al debate y entorpecen un ejercicio básico de análisis. Por un lado, los denominados “riesgos geopolíticos” no son causas en sí mismos del panorama macroeconómico actual ya que son tensiones o fricciones que se manifiestan a lo largo del tiempo de diferentes formas. En todo caso, podrían catalogarse como “frenos al crecimiento”.

A principios de año, dos de estos “frenos” eran, a juicio del consenso de mercado, el shock de oferta en el mercado del petróleo y la reducción de las tasas de crecimiento de la economía de China. Casi once meses después, ninguno de estos ya forma parte de las preocupaciones de los analistas e inversores: el petróleo se está estabilizando gracias a una absorción rápida del exceso de oferta, mientras que China va enseñando al mundo un proceso acelerado de conversión a una economía de servicios donde no es necesario crecer a tasas de dos dígitos como lo había hecho en las dos décadas anteriores.

Por tanto, lo que se suele entender como “riesgos geopolíticos” se traduce más en escenarios cambiantes y continuos a lo largo del tiempo que en cuestiones insalvables que impiden el crecimiento. Ahora parece que el mayor de estos riesgos es el Brexit pero probablemente también será a medio plazo un elemento que desaparecerá conforme la economía británica y europea se acomoden al nuevo escenario, el cual no tiene por qué ser desfavorable a priori para ninguno de estos dos bloques.

Por otro lado, el otro “lugar común” es el denominado “bajo crecimiento” alimentado con teorías como las del profesor Summers del “estancamiento secular”. Calificar como “bajo” el actual escenario de crecimiento económico genera un silogismo automático que es la necesidad de estimular el crecimiento económico con políticas fiscales y monetarias expansivas. Aparte de que este silogismo es, en sí mismo, falaz, deja a un lado la cuestión fundamental: ¿por qué las economías crecen de la manera en que lo están haciendo? ¿No será porque tiene que ser así?

Para calificar el actual escenario de actividad económica, es necesario definir con respecto a qué se está comparando. Uno de los errores más frecuentes (y muy poco contestados) es comparar las tasas de crecimiento actuales con las de las economías en el “pico” de la anterior fase expansiva del ciclo económico. Es un error de manual. Las tasas de avance del PIB, si se quieren comparar, se debe hacer con las que registraban las economías al salir de la anterior recesión, por ejemplo, después de los atentados del 11-S o de principios de los noventa, pero nunca con 2007. Son dos fases muy distintas del ciclo económico. Es, realmente, comparar peras con manzanas.

En virtud de este error comparativo, se cae uno de los argumentos más poderosos para defender que el actual crecimiento es “bajo” y que, por tanto, tiene que ser estimulado cueste lo que cueste y sea cual sea la consecuencia que esto tenga para el futuro. La utilización de los factores productivos no se parece prácticamente en nada la que se hace en este momento que la que se hacía en 2006 o 2007. Son momentos totalmente distintos que no se pueden comparar. Uno era el “pico” del ciclo alcista, 2016 es la salida de una de las recesiones más profundas del último siglo.

En este sentido, la única medida homogénea de comparación de tasas de PIB no es otra que medir el “output gap” o diferencia entre cuánto crece la economía y cuánto debería crecer con pleno empleo de todos los factores productivos. Precisamente, la realidad muestra cómo el crecimiento potencial de las economías desarrolladas se ha reducido considerablemente por dos razones: una, el proceso de depuración de excesos que se ha producido en la crisis y dos, el estancamiento global de la productividad.

La “gasolina” del desarrollo y prosperidad de las economías a largo plazo –ahorro y productividad– brilla por su ausencia en el momento actual (gran cantidad de sectores están tecnológicamente estancados, no hay división del trabajo y el ahorro está castigado por los tipos cero, la fiscalidad y el sobre-endeudamiento) y eso lleva irremediablemente a una reducción significativa del potencial de crecimiento de las economías desarrolladas.

Lo realmente preocupante, en suma, es hasta qué punto el diagnóstico está errado desde su misma base y cómo éste lleva al planteamiento de soluciones que empeoran más que arreglan la situación.

Javier Santacruz Cano es Doctor en Economía y profesor en la Universidad de Essex. Será ponente en el próximo V EFPA Congress, en Zaragoza.

Acceder a todos los universos: inversiones multiestrategia

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Acceder a todos los universos: inversiones multiestrategia
Foto: Markchdwickart, Flickr, Creative Commons.. Acceder a todos los universos: inversiones multiestrategia

En un momento en que las valoraciones se antojan excesivas en las principales clases de activos y las ventas masivas son moneda corriente, el principal desafío para los inversores es cómo obtener ingresos.

Tradicionalmente, los inversores vuelven su mirada hacia la renta variable en busca de crecimiento y hacia la renta fija en busca de estabilidad. Sin embargo, la política monetaria en fase experimental, los decepcionantes diferenciales de los bonos y los rendimientos negativos por importe de 13,4 billones de dólares de la deuda soberana y corporativa en todo el mundo conforman un escenario muy complicado.

No es de extrañar que, en los últimos tiempos, haya crecido el interés por las inversiones multiestrategia en un intento de obtener los resultados de las inversiones deseados, tanto en un entorno de mercados financieros al alza como a la baja. Alejarse de la cultura basada en los índices de referencia imperante en gran parte del sector de la inversión y conducente al cortoplacismo es uno de los principales medios para que los enfoques multiestrategia puedan conseguir sus objetivos. Cuando se implementan correctamente, las inversiones multiestrategia permiten a los gestores acceder a ideas de inversión casi ilimitadas destinadas a sacar provecho de las subidas o caídas de los precios de los activos.

Esto no quiere decir que el éxito de las inversiones multiestrategia sea fácil. Es un tema complejo que requiere un alto grado de experiencia en negociación de derivados, gestión de riesgos y construcción de carteras, además de en un amplio abanico de áreas tales como renta variable, renta fija, divisas y volatilidad. Por ejemplo, las exposiciones a divisas representaron alrededor de la mitad de la rentabilidad global objetivo de nuestras carteras y cerca de una cuarta parte de su riesgo en 2015.

Centrarse en la evaluación de posibles ideas de inversión durante un periodo de tres años es un elemento clave para lograr el éxito. Esto significa que un enfoque multiestrategia bien implementado puede ser menos susceptible a las fluctuaciones de los mercados financieros y las expectativas económicas que los enfoques direccionales long-only.

Nuestras carteras multiestrategia combinan tres tipos de estrategias: oportunistas, de mercado y de reducción de riesgos. Cada uno de estos tres tipos de estrategias juega un papel diferente y, combinados, ayudan a los gestores a lograr sus objetivos. El primer grupo tiene por objeto lograr una rentabilidad positiva cuando los mercados se comportan como se preveía. El segundo pretende aprovechar las oportunidades que surgen de las anomalías del mercado. El último de ellos brinda un estabilizador de la rentabilidad cuyo objetivo es aumentar los ingresos cuando los mercados no se comportan según lo previsto, sin perjudicar la rentabilidad cuando sí lo hacen.

Las estrategias de mercado ofrecen una multitud de oportunidades para beneficiarse de la evolución de, entre otros, los valores de renta variable europeos, los tipos de interés o las expectativas de inflación de los Estados Unidos. Recogen las primas de riesgo en aquellos mercados de activos en los que nuestra opinión difiere de la del consenso. Por ejemplo, la renta variable europea sigue siendo uno de nuestros mercados favoritos. En este contexto, una estrategia de mercado busca beneficiarse de los efectos positivos que se espera que tenga en las valoraciones una política monetaria muy expansiva.

Mientras los inversores reflexionan sobre la fecha de la próxima subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, las perspectivas de las economías china y estadounidense o los resultados de las próximas elecciones en Estados Unidos y Europa, los picos de volatilidad parecen ineludibles.

A diferencia de los gestores long-only, los gestores multiestrategia no necesitan mantenerse a la espera durante las espirales vendedoras. En lugar de ello, pueden permanecer centrados en captar posibles fuentes de ingresos independientemente de la dirección en que sople el viento.

Tribuna de Brendan Walsh, gestor de fondos multiactivos en Aviva Investor, que participó esta mañana en el evento para selectores organizado por Investment Europe en Madrid.

Envejecimiento de la población: desafío para la sociedad, oportunidad para las empresas

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Envejecimiento de la población: desafío para la sociedad, oportunidad para las empresas
Foto: Glucocosa, Flickr, Creative Commons. Envejecimiento de la población: desafío para la sociedad, oportunidad para las empresas

Cada vez somos más los que llegamos a edades avanzadas. Aunque la población mundial crecerá en las próximas décadas, probablemente hasta alcanzar 10.000 millones de personas en 2050, la población por encima de 60 años crecerá a un ritmo aún más rápido y se duplicará de aquí a 2040. El porcentaje de la población mundial mayor de 60 años crecerá del 12% (900 millones) actual hasta en torno al 19 % en 2040 (1.900 millones).

Los factores de este crecimiento están bien documentados: en primer lugar, aumento de la esperanza de vida (o longevidad): la gente vive cada vez más; y por último, las tasas de natalidad más bajas, sobre todo en las economías desarrolladas de Europa, por debajo de la tasa de reposición.

La presión sobre los modelos sociales y económicos está aumentando y la capacidad de las economías para soportar los costes asociados se está debilitando de forma preocupante. Los sistemas públicos de seguridad social de los países desarrollados, heredados de la era posterior a la Segunda Guerra Mundial, se están quedando sin “combustible”. Luchan por prestar apoyo financiero y atender a un porcentaje creciente de la población, que cada vez es más mayor y sufre achaques con mayor frecuencia.

En lo que respecta a las jubilaciones, las estrategias basadas en los ingresos de los últimos años de trabajo, introducidas durante los años de crecimiento, están haciendo saltar las costuras. Gradualmente, la responsabilidad y el riesgo se están trasladando a los individuos (por ejemplo, las sistemas de contribución individuales en Reino Unido).

Con todo, aunque el panorama pueda parecer sombrío, tampoco hay que olvidar que las personas que llegan a la “edad dorada” tienen una perspectiva muy diferente de las cosas: como viven más, quieren estar más sanos hasta edades más avanzadas, quieren disfrutar de su ocio, seguir consumiendo y, sobre todo, quieren tener los medios económicos para hacer todo eso, en especial en los países europeos desarrollados. El “poder gris” es una fuerza en alza muy a tener en cuenta.

El gran cambio demográfico ofrece nuevas oportunidades de inversión

El envejecimiento de la población abre novedosas oportunidades a las empresas con exposición a esta temática a la que, con cierta frecuencia, se conoce como “economía de plata” (silver economy). En el futuro predecible, las empresas con una exposición activa y sustancial a esta temática crecerán por encima del PIB mundial nominal. Y es posible que el consenso del mercado esté incluso infravalorando ese crecimiento.

Alemania e Italia —junto con Japón— son los países del mundo con la media de edad más alta. Es natural que los gestores de activos europeos tengan en cuenta esta temática y las oportunidades de inversión que ofrece.

Por otro lado, las empresas europeas se beneficiarán de esta temática de inversión incluso fuera de Europa. Solo hay que pensar en determinados sectores (como los de salud o bienes de primera necesidad) que generan más del 60 % de sus ingresos fuera de Europa. Para los inversores interesados en explotar las oportunidades que ofrece el creciente segmento de población mayor, con sus necesidades específicas (sanidad) y sus expectativas (en términos de consumo y autonomía financiera), la pregunta es cómo acceder a esas oportunidades.

Fuente: División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Secretaría de las Naciones Unidas, Previsiones demográficas mundiales: Revisión de 2015

Generali Investments, la empresa de gestión de inversiones del grupo asegurador Generali, tiene muy presentes estas tendencias, y más aún teniendo en cuenta las actividades principales del grupo, que no son otras que los seguros de vida, las pensiones, los productos de jubilación y los riesgos ligados a la longevidad. Por ello, propone una nueva estrategia de inversión que se beneficia de esta temática, a través de un nuevo fondo UCITS, denominado GIS SRI Ageing Population.

Generali Investments ha desarrollado una nueva estrategia de inversión, volcada en títulos europeos expuestos a la temática del envejecimiento de la población, con tres pilares de inversión claves. El equipo de inversiones adopta un enfoque descendente para aplicar un filtro temático, mediante el cual identifica el nivel de exposición de las empresas a los tres pilares de inversión.

Después, aplica un segundo filtro cuantitativo para identificar el cuartil superior de empresas dentro de estas temáticas; para ello, utiliza distintas métricas financieras como crecimiento sólido de los ingresos y los beneficios, generación de efectivo, retorno de capital fuerte y con tendencia de mejora, valor para los accionistas.

Además del enfoque temático, los valores seleccionados cumplen totalmente los criterios ISR (inversiones socialmente responsables), puesto que el equipo de inversiones solo aplica su filtro temático a un universo previamente evaluado por nuestro equipo de analistas de ISR según criterios y riesgos ASG (medioambientales, sociales y de gobernanza corporativa). Estamos convencidos de que nuestra estrategia ISR interna, aplicada, aporta valor adicional cuando se evalúan los modelos de negocio, las estrategias y las decisiones de la alta dirección.

La estrategia de inversión del fondo GIS SRI Ageing Population busca invertir en empresas sólidas, con modelos empresariales y planteamientos sostenibles en el tiempo, que se benefician de esta tendencia demográfica y lo seguirán haciendo en el futuro, generando una rentabilidad por encima de las expectativas.

Columna de Bruno Patain, director de Ventas Institucionales para España en Generali Investments, y Jean-Marc Pont, especialista en inversiones en Generali Investments, que participarán en el próximo evento de Investment Europe en Madrid, el próximo 3 de noviembre.

La CNMV emite una comunicación sobre la distribución a clientes de clases de acciones de IICs y fondos clónicos

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La CNMV emite una comunicación sobre la distribución a clientes de clases de acciones de IICs y fondos clónicos
Foto: Juan Antonio Capo, Flickr,Creative Commons. La CNMV emite una comunicación sobre la distribución a clientes de clases de acciones de IICs y fondos clónicos

El pasado 24 de octubre, la Comisión Nacional del Mercado de Valores publicó un comunicado acerca de la distribución a clientes de clases de acciones de IICs y fondos clónicos, con el objetivo de reiterar su interés supervisor en este ámbito e identificar y compartir aquellas prácticas inadecuadas.

La CNMV ha venido destacando que, en aplicación del deber de actuar en el mejor interés de sus clientes, los distribuidores de IICs deben ofrecerles, de entre las clases de acciones de la IICs con igual política de inversión o IICs clónicas disponibles, aquella con las condiciones económicas más beneficiosas a las que objetivamente, según las condiciones informadas en el folleto de la IICs, puedan individualmente acceder.

En concreto, la Directiva 2006/73/CE, de 10 de agosto, de desarrollo de MiFID, establece, entre otros requisitos para que las entidades reciban incentivos de terceros, que su percepción no entorpezca la obligación de actuar en el interés óptimo del cliente.

Ante la existencia de prácticas deficientes en los servicios de gestión de carteras y del asesoramiento en materia de inversión, durante 2014 la CNMV prestó una especial atención en la gestión discrecional de carteras materializadas en diferentes clases de acciones de una misma IICs. En este sentido, la CNMV considera que entre los requisitos que deben darse para que la percepción de incentivos de terceros en la comercialización de IICs esté permitida, dicha percepción no deberá entorpecer el cumplimiento de la obligación, en este caso del distribuidor, de actuar en el interés óptimo del cliente.

En la labor supervisora de la CNMV, ha identificado prácticas respecto a la distribución a clientes de clases de acciones de IICs con igual política de inversión y diferentes condiciones económicas y de IICs clónicas, en las que la percepción del incentivo implica no actuar en el interés óptimo del cliente y, en consecuencia, un incumplimiento de las normas de conducta. En consecuencia, la CNMV incluye en el comunicado varias directrices con el objetivo de que las entidades cumplan con la obligación de actuar en el interés óptimo del cliente:

1) La obligación de actuar en interés de los clientes exige que las entidades recomienden o adquieran por cuenta de sus clientes la clase que resulte más beneficiosa para el cliente aun cuando la entidad no cobre ninguna comisión por la prestación del servicio.

2) La CNMV considera que, con frecuencia, existen clases con importes mínimos de acceso elevados, cuya distribución, de acuerdo a las condiciones establecidas en los folletos de las IICs, no está restringida exclusivamente a inversores institucionales y que, por lo tanto, alcanzado el importe mínimo exigido, podrían ofrecerse a clientes minoristas.

3) No resulta aceptable, según la CNMV, que el cliente al que se le trasladen regularmente recomendaciones mantenga una clase menos beneficiosa por el hecho de que fuera adquirida por su propia iniciativa en el pasado, toda vez que las recomendaciones de la entidad deberían incluir la de traslado de su posición a la serie más barata.

4) La entidad que preste el servicio de inversión al cliente final no puede descargar su responsabilidad de actuar en el mejor interés de sus clientes en la ausencia de determinadas clases en la oferta de un determinado distribuidor para no recomendar o adquirir una determinada clase disponible con carácter general para los inversores.

Con independencia de todo lo anterior, podemos destacar que la futura aplicación de la Directiva 2014/65/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 15 de mayo, relativa a los mercados de instrumentos financieros y por la que se modifican la Directiva 2002/92/CE y la Directiva 2011/61/UE («MiFID II») contempla nuevas obligaciones en esta materia que van más allá de lo ya previsto en la normativa vigente, pues prohíbe en todo caso la precepción de incentivos en el ámbito de la gestión de carteras y el asesoramiento independiente en materia de inversión, aunque los continúa permitiendo para el resto de servicios siempre que se cumpla la condición de mejorar la calidad del servicio prestado en la forma que se precise.

Tribuna de AnaGarcía Rodríguez, socia responsable del Departamento bancario y financiero en la oficina de Madrid de Baker & McKenzie.

El mundo que envejece y las oportunidades en renta variable global

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El mundo que envejece y las oportunidades en renta variable global
Foto cedidaMikhail Zverev. El mundo que envejece y las oportunidades en renta variable global

Los cambios demográficos y el envejecimiento de la población en muchas regiones han dado lugar a sociedades en las que el número de personas mayores excede el de jóvenes. En el mundo desarrollado, el problema de los cambios en el perfil demográfico no necesita explicación, y a pesar de que los cambios se producen muy lentamente, estos son muy importantes.

Algunas estadísticas sobre los cambios demográficos actuales son reveladoras. Entre otros datos, revelan que en la actualidad hay 20 países cuyas poblaciones están decreciendo y manejan la previsión de que en 2050 está previsto que sean 80. En un futuro cercano, se espera que todas las principales economías del mundo, excepto EE.UU., experimenten una reducción de su población en edad laboral. Por su parte, Alemania necesitará una migración neta de 650.000 personas al año durante los próximos 20 años para mantener su mano de obra al nivel actual.

Los cambios demográficos y el perfil de envejecimiento poblacional de las distintas regiones han originado nuevas ideas de inversión. Para la inversión en renta variable global, es importante identificar empresas cuyas actividades o entorno operativo estén experimentando cambios positivos, pero para las que sus valoraciones y las previsiones de los mercados de valores no reflejen totalmente las implicaciones de dicho cambio.

Algunas empresas están preparadas para beneficiarse del cambio demográfico y del envejecimiento poblacional, como las que se dedican al alojamiento y cuidado de las generaciones de más edad. En Reino Unido, se estima que la población mayor de 55 años está creciendo el doble que la media poblacional británica, lo que implica que, en 15 años, habrá aproximadamente un tercio más de personas mayores de 55 años que en la actualidad.

Una de las empresas que prevé beneficiarse de este cambio demográfico es McCarthy & Stone, una destacada constructora de residencias para jubilados en el Reino Unido. Según McCarthy & Stone, ellos representan el 70 % de este nicho de mercado de alojamiento privado para jubilados en Reino Unido, centrándose en la venta de casas a personas mayores de 55 años.  

Los precios de los productos de McCarthy &Stone están pensados para atraer a residentes mayores que deseen trasladarse a una vivienda más pequeña y liberar patrimonio. Las instalaciones están construidas a medida de la población a la que sirven e incluyen espacios comunes y gerentes, aunque las casas siguen siendo viviendas independientes.

A la hora de buscar oportunidades en el universo de renta variable global, es importante reunirse constantemente con empresas y analizar las tendencias del sector con sus homólogos, proveedores y otras empresas que sirvan al mismo mercado final, a fin de formar opiniones sobre la fortaleza de los clientes potenciales de las distintas empresas, poner a prueba nuestras tesis de inversión y cuestionar nuestro enfoque independiente (no de consenso).

Según nuestro análisis, los programas de transformación interna de McCarthy & Stone producirán mayores márgenes de los previstos por el mercado. Sus adquisiciones de terrenos se han realizado con unos márgenes brutos mejores de lo que el mercado espera, como consecuencia de las mayores tasas mínimas de rentabilidad marcadas por el equipo directivo. Se considera que son capaces de acelerar la compleción de viviendas por encima del objetivo de 3.000 anuales.

Otro ejemplo interesante es Orpea, una empresa francesa cotizada que se dedica a operar residencias de ancianos de alta calidad, cuya actividad está principalmente centrada en Francia actualmente. No obstante, debido al número reducido de licencias otorgadas en Francia, esta empresa ha centrado su crecimiento en el extranjero, principalmente en Europa, aunque también tiene un proyecto en fase inicial en China.

Tras analizar y comprender el enfoque directo de la empresa en cuanto a fusiones y adquisiciones y sus planes de expansión en mercados internacionales sin explotar, los cuales ya están en marcha, creemos que la sostenibilidad de un crecimiento del 5 % en fusiones y adquisiciones y una aceleración del crecimiento orgánico superior al 5 % a partir de 2018 no están reflejadas en las estimaciones de consenso del mercado.

La regulación que gobierna el otorgamiento de las licencias y la incapacidad de llegar a un acuerdo para “adquirir escala” dificulta que la competencia se presente como una gran amenaza en sus mercados. Francia no ha otorgado más licencias y, aparte de Orpea y Korian, no hay más competidores grandes. Asimismo, la provisión de camas hospitalarias especializadas para las etapas finales de la vida es tremendamente inadecuada.

Por lo tanto, existen oportunidades de crecimiento para una empresa de primer nivel como ésta, donde el enfoque está en proporcionar atención domiciliaria de muy alta calidad para las generaciones más ancianas. El cambiante perfil demográfico en las distintas regiones presenta retos, aunque también oportunidades de inversión. En muchas ocasiones, el mercado no aprecia por completo las implicaciones positivas de algunos de estos cambios por los que atraviesan las empresas, y los inversores deberían tratar de identificar dichas oportunidades.

El diagnóstico de la ola de ventas en el sector salud

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El diagnóstico de la ola de ventas en el sector salud
Foto: Pictures of Money. El diagnóstico de la ola de ventas en el sector salud

Ningún sector ha sido víctima de los vaivenes y la volatilidad de las elecciones como el del cuidado de la salud, que representa al del tercer mayor peso en el índice S&P 500. Según datos de Bloomberg, el Índice S&P 500 Health Care ha caído un poco más del 2% este año, mientras que el S&P Biotechnology Select Industry se ha desplomado más de un 15%, cuando el S&P 500 se ha apuntado una ganancia de 6%.

Esto no debería ser ninguna sorpresa: Un factor clave en la reciente ola de ventas ha sido la preocupación de los inversores de que las nuevas regulaciones podrían afectar los precios de los medicamentos. A pesar de que creemos que la probabilidad de una reforma significativa sigue siendo baja, estas preocupaciones se ven agravadas por la retórica conectada a la elección presidencial. Aunque ambos candidatos presidenciales tienen enfoques muy diferentes para el cuidado de la salud, cada uno ha propuesto cambios significativos para el sistema actual, y mientras los políticos sugieren planes para rectificar un sistema imperfecto, muchas compañías del sector sienten presión, en particular las empresas de biotecnología, que han experimentado una caída en los precios de las acciones.

Sin embargo, a pesar del potencial de vientos en contra políticos a corto plazo, hay factores positivos, tanto fundamentales como estructurales, que sugieren que algunas compañías del cuidado de la salud están siendo sobre-penalizadas.

En los últimos años, las acciones estadounidenses, en general, han aumentado en precio sin un crecimiento significativo de las ganancias. En otras palabras, los inversores han estado dispuestos a pagar más por el mismo dólar de las ganancias. Sin embargo, el sector de la salud es una excepción; y sus ganancias han sido pasados por alto. Entre más bajan los precios de las acciones, menos las quieren, como se puede ver en la siguiente tabla.
 

Los rumores de una reforma podrían ser sólo rumores

¿Por qué las acciones del cuidado de la salud y de la biotecnología han sido abandonadas? La ola de ventas del mercado en biotecnología comenzó el año pasado cuando Hillary Clinton comentó sobre la especulación de precios en medicamentos y la necesidad de una mayor regulación. En un solo día, el índice Nasdaq Biotech cayó casi un 5% (fuente: Bloomberg).

Creo que esto es un ejemplo clásico de cuando el comportamiento de los inversores maneja el precio de las acciones más que los fundamentales de la inversión. Por ahora, una reforma es solo retórica. Una reforma real, que afecte a la fijación de precios de los medicamentos, probablemente necesitarán varios años para ser legislada e implementada. No voy a especular sobre si el Congreso permanecería bajo control republicano, o sobre cuál de los candidatos se convertiría en presidente, pero sí creo que hay una fuerte probabilidad de que continúen las divisiones políticas, lo que sugiere que la capacidad de imponer grandes reformas será limitada.

Históricamente y según datos de Bloomberg, los mercados en otoño normalmente experimentan un aumento en la volatilidad. Dado que estamos en las últimas semanas antes de la elección, esperamos que la volatilidad continúe en el sector de la salud. De hecho, esto ocupa un lugar importante en la mente de los votantes, en una encuesta la salud ocupa el cuarto lugar en la lista de prioridades de votantes registrados este año, detrás de la economía, el terrorismo y la política exterior. Con tanto enfoque en el sector, las empresas de salud podrían, en el corto plazo, seguir pagando el precio de la retórica política.

La necesidad del sector salud

Es importante recordar que, además de las valoraciones y ganancias, el estilo de vida y los factores demográficos apoyan al sector salud a largo plazo. En primer lugar, si bien podemos posponer compras discrecionales, como un coche o artículos en tiempos difíciles, la salud es una cosa de la que no podemos prescindir. Mientras tanto, los baby boomers están envejeciendo, por lo que es probable que la demanda por servicios de salud continúe creciendo, y a medida que continúen los avances en la tecnología, también aumentará la esperanza de vida, fomentando así la necesidad de cuidados de la salud.

Algunas opciones para tener en mente

Las acciones en la industria de la biotecnología tienen una historia de volatilidad, y dada la elección, nada es seguro. Sin embargo, la industria está experimentando una ola de innovación. Dentro de este contexto, puede tener sentido para algunos inversores a largo plazo el considerar cómo las acciones biotecnológicas pueden encajar en su cartera. Los inversores con una mayor tolerancia al riesgo y / o un horizonte de inversión a largo plazo pueden querer aprovechar la volatilidad del mercado para encontrar oportunidades específicas en el sector salud y la biotecnología. Para obtener exposición a compañías del cuidado de la salud o la biotecnología, los inversores pueden utilizar el iShares S&P 500 Health Care Sector UCITS ETF (IUHC).

Build on Insight, de BlackRock escrito por Heidi Richardson

 

La noche es más oscura justo antes del amanecer

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La noche es más oscura justo antes del amanecer
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: audvloid . La noche es más oscura justo antes del amanecer

En diciembre de 2015, cuando planteamos el posible contenido de la edición de este año de nuestro Expected Returns, lo hicimos con muy buen ánimo. La economía europea sorprendía a propios y extraños creciendo por encima de la tendencia y la primera subida de tipos de interés por parte de la Fed no había hecho descarrilar a los mercados, como muchos temían. La economía mundial también estaba recuperándose, alcanzando velocidad de escape. Se esperaba que la Fed fuera el primero de los bancos centrales en comenzar el proceso de normalización monetaria, seguida probablemente por el Banco de Inglaterra.

Naturalmente, había obstáculos; siempre los hay. Por ejemplo, el precio del petróleo. Además, numerosos economistas nos decían que los niveles de endeudamiento llevaban años creciendo, y que esto desembocaría en un ciclo de deuda adverso más pronto que tarde. ¿Tenían razón?

¿Y qué me dicen sobre el desplome de los mercados emergentes? ¿Recuerdan el bloque BRIC? La parte BR no pasaba por su mejor momento. En 2015, la economía de Brasil se contrajo un 3,8%, y la de Rusia un 3,7%. La parte IC (India y China), eso sí, evolucionaban mejor, mucho mejor, pero ¿a qué precio? ¿Cuánto tiempo podría mantener China su trayectoria de entonces?

Entonces, vino el invierno. O mejor dicho, la ausencia del mismo. Se batieron récords en todo el mundo, registrándose en diciembre de 2015 las temperaturas medias más altas de la historia. Desde luego, el hecho de que el fenómeno de “El Niño” de este año fuera el más potente jamás registrado fue un factor importante pero, teniendo en cuenta que las temperaturas mundiales registran nuevos máximos prácticamente cada año, estaba claro que no se trataba de un hecho aislado. Es cierto que este tema no preocupaba especialmente a los mercados financieros, pero tampoco podían hacer caso omiso de sus efectos. ¿Es posible tener en cuenta un fenómeno como el calentamiento global al formular perspectivas a cinco años y, si así fuera, existen observaciones relevantes que hacer en relación con la política de inversión?

Deuda, mercados emergentes y calentamiento global: temas serios. Y, como ya he dicho, teníamos buen ánimo y el futuro se antojaba alentador, así que nos dispusimos a abordar esos temas.

Han pasado ocho meses y debo admitir que ya no tenemos tan buen ánimo. La ansiada normalización se ha quedado en una mera subida única de tipos por parte de la Fed. La economía estadounidense se ha visto perjudicada por el marcado declive de los precios del petróleo. Esto ha supuesto el fin del ímpetu inversor en la parte más dinámica de la economía de Estados Unidos (esquisto), generando mayor incertidumbre sobre las perspectivas de crecimiento del conjunto de la economía.

Se han producido también circunstancias externas por las que la Fed no ha seguido subiendo los tipos: la incertidumbre que rodea a la economía china, la volatilidad de los mercados financieros y —una gran sorpresa negativa— el resultado de la consulta sobre el Brexit.

¿Se trata pues de otro revés temporal, o ha llegado el momento de reconocer que Robert Gordon tenía razón cuando afirmó que en adelante el crecimiento seguiría siendo contenido?

 

¿Es todo tan malo entonces? Según las conversaciones que hemos mantenido con clientes y las impresiones que hemos recabado en nuestras presentaciones en foros para inversores durante los últimos seis meses, nos inclinaríamos a pensar que la respuesta es sí. Aunque no podemos demostrarlo, nuestra impresión es que el sentimiento general entre los inversores profesionales nunca ha sido tan bajo como ahora.

En una encuesta realizada a principios de este año, más del 50% de los 200 inversores profesionales encuestados afirmaron que sus previsiones son que los intereses de los bonos se mantendrán bajos «durante décadas», mientras que el 12% optó por la respuesta «todavía no hemos visto nada». El mensaje que reflejan los precios en los mercados financieros es similar: las previsiones de inflación para el mercado europeo (5 años vista) registraron un nuevo mínimo histórico del 1,25% a principios de este año.

Esto significa que el mercado prevé que la inflación media durante el periodo 2021-2026 será de un exiguo 1,25%. Atendiendo al historial de seguimiento de Alemania Occidental (mundialmente conocido por su severa postura inflacionaria), este promedio a cinco años resulta muy raro, ya que los inversores habrían perdido dinero el 90% del tiempo con este patrón. ¿Es esto posible? Desde luego. ¿Pero es probable? Bueno, solamente para los más pesimistas. Y eso es precisamente en lo que queremos incidir.

Por un lado, este pesimismo es un riesgo per se. En el funcionamiento de las economías, existe un importante factor de autorrefuerzo inercial, de modo que un desplazamiento en una dirección concreta no es fácil de revertir. Cuando el crecimiento se debilita, los productores y consumidores adoptan mayor prudencia, y todos los niveles de inversión, empleo y consumo se contraen, con lo que se refuerza la tendencia a la baja.

Por otro lado, hay quienes consideran que esta es la mejor medicina posible: cuando las expectativas son tan bajas, el umbral para las sorpresas positivas también lo es. Los mercados de valores suelen tocar fondo cuando la situación es más aciaga. Si los beneficios empresariales se evaporan, las empresas se hunden, la gente es despedida por millares, y comienza a hablarse del «fin del capitalismo como lo conocemos»; es ahí cuando el mercado cambia de rumbo.

Las malas noticias siguen copando los titulares durante meses, pero las acciones siguen subiendo, puesto que los mercados ya contaban con ellas. Cuanto peores son las expectativas, mayores probabilidades hay de que surjan sorpresas positivas.

La noche es más oscura justo antes del amanecer. Y si consideramos que la actitud de los inversores es realmente representativa, desde luego que ahora es bastante desalentadora.

Lukas Daalder es director de Inversión de Robeco Investment Solutions.

 

Banca, farmacéuticas, ¿las mayores perdedoras si gana Clinton o Trump?

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Banca, farmacéuticas, ¿las mayores perdedoras si gana Clinton o Trump?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Bill B . Banca, farmacéuticas, ¿las mayores perdedoras si gana Clinton o Trump?

El mes de elecciones presidenciales en Estados Unidos está marcado, tradicionalmente, por el aumento de la volatilidad en el mercado de capitales en general, debido a la incertidumbre que lleva asociada. ¿Cómo deben posicionarse los inversores?

Este año, incluso ante las consecuencias del referéndum británico, los participantes del mercado podrán mostrarse más cautelosos o nerviosos de lo habitual. En este contexto, un inversor expuesto al mercado de acciones de EE.UU. podrá optar por alguna cobertura a través de instrumentos con exposición a volatilidades del S&P500, por ejemplo.

Sin embargo, teniendo en cuenta las declaraciones y programas de cada candidato hacia la Casa Blanca, hemos seleccionado las compañías que se comportarán mejor con una victoria de los Demócratas y cuáles lo harán si triunfan los Republicanos.

El escenario en el que la candidata demócrata, Hillary Clinton, es la ganadora, se caracteriza por las expectativas de continuidad por mantener el status quo y, como tal, con menos riesgos asociados. Por lo tanto, se espera que los activos más cíclicos pueden beneficiarse, tales como las acciones. En el escenario en el que el candidato republicano, Donald Trump sale ganador, la peculiar posición podría conducir a un aumento significativo de la volatilidad. Una potencial presidencia de este candidato podría caracterizarse por un mayor aislamiento y  flujos comerciales más débiles.

En el mercado de acciones, teniendo en cuenta el programa electoral del candidato, podemos distinguir el impacto entre los distintos sectores:

Sector financiero: un candidato demócrata defiende un mayor poder de los reguladores (SEC) para que decidan si las instituciones financieras son «demasiado grandes y demasiado arriesgadas para gestionar» y tasas de riesgo asociado con la cantidad de la deuda de cada banco. JPMorgan, Citigroup, Wells Fargo, Goldman Sachs, Bank of America, Morgan Stanley, BNY Mellon y State Street son las ocho instituciones consideradas de importancia sistémica en EE.UU. y pueden enfrentarse a restricciones adicionales.

Por otro lado, Hillary defiende un regulador menos flexible, argumentando que los bancos deben ser declarados culpables como condición para el acuerdo de disputas legales. Si los republicanos toman el control del Senado o la Casa Blanca, deberán seguir bloqueando cualquier intento de aumentar la regulación del sector financiero, aliviando así la carga y/o restricciones al sector.

Sector salud: una candidata como Hillary Clinton defiende la regulación y las medidas para controlar los altos precios de los medicamentos, lo que podrían tener un impacto negativo en algunas de las empresas de este sector. Entre las farmacéuticas con medicamentos cuyo precio es bastante alto destacan Gilead, Sanofi, Pfizer, Merck & Co o Mylan. La tendencia que presenta este sector parece descontar ya este potencial factor de riesgo. Por su parte, el apoyo de Trump a los métodos anticonceptivos podría beneficiar a empresas como Bayer.

Hillary Clinton está defendiendo ampliamente el mantenimiento del programa Obamacare y la expansión de Medicaid, la Ley de atención asequible de lo que puede traducirse en oportunidades para las compañías de seguros, tales como Molina, Humana, Aetna y Centene o incluso para aumentar los márgenes de los operadores de hospitales como LifePoint. A pesar de que tiene una visión muy consistente del sistema de salud, el candidato republicano ha sido muy crítico con los actuales modelos del ObamaCare, por lo que empresas como aseguradoras y hospitales podrían verse particularmente penalizados.

Sector energético: Clinton defiende la utilización de energías renovables y la transición al gas natural, por lo que las compañías de energía renovable (eólica y solar) y los productores de gas natural también deberían verse beneficiados. SolarCity, Vestas, Gamesa, First Solar, SunPower, Chesapeake, Anadarko, Devon e Cabot Oil & Gas son algunas de las empresas que podrían salir reforzadas.

Con respecto a la producción de carbón, los candidatos tienen puntos de vista opuestos. Hillary Clinton, por su parte, favorece el uso de las energías renovables. Por lo tanto, las empresas que operan en la minería del carbón, como Peabody Energy, Alpha Natural Resources, Consol o Arch Coal pueden verse afectadas.

Por otro lado, la explotación de terrenos federales también divide a los candidatos. En este caso, Donal Trump apoya la reducción de la carga reglamentaria sobre ellos. Por lo tanto, las energéticas que tienen participaciones en terrenos federales también puede verse afectadas.

Las empresas que tienen participaciones en tierras federales incluyen a Conocophillips o Hess, mientras que entre las empresas que prestan servicios se situarían Halliburton y Backer Hughes. Por último, aunque no fue muy abordado, Donald Trump defiende la ampliación del acceso al sector privado de las plataformas offshore, lo que podría beneficiar a las compañías como Shell, Chevron, BP, Apache y Anadarko.

Sector tecnológico: la candidata demócrata defiende una mayor regulación, al contrario que Donald Trump.  Así, en el caso de que Clinton sea la ganadora, empresas como AT&T, Verizon o Comcast podrán enfrentarse a un aumento de la regulación que podría materializarse en un incremento de los costes.

Sector defensa: independientemente de quien se haga con el poder de la Casa Blanca, no se esperan grandes cambios en armamento. Por un lado, el republicano Donald Trump ha mostrado su escepticismo en el apoyo de los aliados de Estados Unidos, lo que podría sugerir el deseo de reducir la presencia militar en el exterior.

Lo mismo se aplica a Clinton, que ha demostrado sobre-apoyo, en algunos casos, a la presencia militar de Estados Unidos. Empresas como Lockheed Martin Corp (Aviación), Boeing (Aviación), General Dynamics Corp (barcos y submarinos) o Raytheon Co (armas y municiones) pueden experimentar cierta volatilidad.

Divisas: en lo que se refiere al dólar estadounidense, podría apreciarse independientemente del candidato vencedor, especialmente en momentos difíciles.

Por un lado, en caso de que sea la candidata demócrata la vencedora, siendo considerada una candidata de “continuidad”, una vez eliminado el riesgo de incertidumbre asociado a las elecciones, se espera que la Fed aumente los tipos de interés en diciembre, fomentando la apreciación del billete verde. 

Por otro lado, en caso de que sea el candidato republicano el vencedor, el dólar podría depreciarse en una primera fase ante la figa de fondos de EE.UU. debido a la incertidumbre asociada a la agenda política de este candidato. No obstante, en una segunda fase, como el candidato aboga por un fortalecimiento de la moneda gracias a la subida de los tipos de interés, el dólar se apreciará.

Finalmente, sin invalidar la importancia de quién será el candidato que se haga con la victoria en las elecciones del 8 de noviembre, otro factor importante es también el dominio del Senado. En una situación de falta de mayoría, las condiciones de gobernabilidad serán muy pequeñas, por lo que cualquiera de las partes tendrá que hacer concesiones.

Columna de opinión de Marisa Cabrita, analista de Orey Financial.

La inversión en la era del populismo: punto de vista desde la óptica de la renta variable europea

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La inversión en la era del populismo: punto de vista desde la óptica de la renta variable europea
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Savara. La inversión en la era del populismo: punto de vista desde la óptica de la renta variable europea

El populismo avanza. La inesperada decisión del electorado británico de abandonar la UE, el creciente respaldo a políticos derechistas en otros países europeos y la sorprendente fortaleza que muestran políticos como Donald Trump están empezando a generar temor entre los inversores: entre otras cosas, porque varios de estos políticos y movimientos respaldan ideas desde ligeramente perjudiciales a tremendamente absurdas desde el punto de vista económico como, por ejemplo, una mayor intervención de los gobiernos en el sector empresarial, críticas a los bancos centrales y restricciones a la inmigración y proteccionismo.

A pesar del creciente respaldo popular a estas ideas en absoluto atractivas, los mercados bursátiles han aguantado el tipo hasta ahora razonablemente bien y el mercado estadounidense sigue próximo a niveles máximos. Por otra parte, los mercados europeos han dejado atrás las caídas que registraron tras el referéndum en el Reino Unido, pero ¿se trata acaso de una actitud complaciente? ¿Qué efectos podrían imprimir en la inversión los movimientos populistas?

Descontento con el statu quo

En primer lugar, debemos analizar qué hay detrás de los votos que reciben y el respaldo que muestran en las encuestas. La desafección de las clases populares con la evolución económica general desde el estallido de la crisis financiera es evidente; dicho desafecto responde al estancamiento o a la caída de los ingresos reales disponibles en el caso de las rentas medias y bajas.

Además, el malestar se ha visto agudizado en mayor medida por la toma de conciencia de que prácticamente todas las ventajas económicas van a parar a una élite minúscula. En su mayoría, se trata de los fracasos de la globalización, que se ha traducido en productos más económicos pero también en efectos deflacionarios para la capacidad de negociación de la mano de obra semicualificada y no cualificada de países desarrollados, al trasladarse al extranjero la producción de bienes y servicios. Sin embargo, la clave es que esta desafección se dirige a los gobiernos nacionales por la creencia de que los políticos «pueden hacer algo».

Los políticos más despiadados se han dado cuenta de que pueden aprovechar este descontento e impulsar sus carreras, incluso aunque no tengan ni la más remota idea de cómo resolver los problemas subyacentes. Recordemos cómo los partidarios más prominentes de la salida de la Unión Europea prometían que el Reino Unido podría controlar la inmigración y seguir teniendo pleno acceso al mercado único: una promesa falsa que quedó al descubierto con rapidez tras el referéndum.

Afortunadamente, ningún político tiene la capacidad de revertir los efectos de la globalización; de lo contrario, cualquiera podría proponer que todos compremos prendas fabricadas en nuestros países o criemos nuestros propios pollos. Puede que parezca una idea estupenda. Sin embargo, poniéndonos serios, todavía existe el riesgo de que los políticos aporten ideas cada vez más escandalosas para tratar de atraer votantes y distinguirse en un mundo caracterizado por un crecimiento bajo. El debate en torno a la salida del Reino Unido de la Unión Europea es un buen ejemplo. ¿Es realmente probable que el Reino Unido sea más próspero si su atractivo se hunde entre los inversores extranjeros?

La política del pragmatismo

Por tanto, la tarea clave es identificar a aquellos políticos que podrían ocasionar un daño real y valorar si realmente se encontrarán en posición de infligir ese daño. La resiliencia de los mercados frente a la decisión del electorado británico de abandonar la Unión Europea y demás factores se fundamenta en la expectativa (o la esperanza) de que las personas relativamente sensatas sean quienes terminen tomando las decisiones y decaigan las ideas más absurdas.

En el caso del Reino Unido, se encuentra al frente del Ministerio de Hacienda el primer hombre con experiencia empresarial real en al menos una generación. Aunque buena parte de las opiniones en público en el Reino Unido parezcan contrarias al mundo empresarial, puede que buena parte de esos pareceres formen parte de la estrategia negociadora de cara a la salida de la Unión Europea para lograr un buen acuerdo. Existe una diferencia entre lo que los políticos perciben que deben decir para justificar sus posturas ante votantes descontentos y lo que es probable que en la práctica terminen aprobando. También se pasa por alto la posibilidad de que el Reino Unido siga formando parte de la Unión Aduanera Europea incluso aunque abandone el mercado único.

Si se trabaja sobre la hipótesis de que los políticos más radicales no llegarán al poder y que los ligeramente tarados se verán refrenados por los burócratas, la perspectiva actual del mercado gana en realismo. Existe el riesgo de que los políticos relativamente sensatos traten de dejar atrás las bajas cifras de crecimiento, especialmente ante la apariencia de encontrarnos próximos a los límites de lo que los bancos centrales pueden conseguir mediante sus políticas de relajación cuantitativa y tipos de interés negativos.

Sin embargo, resulta más probable que se anuncien algunos proyectos de infraestructuras o programas de viviendas ambiciosos (máxima publicidad por el menor dinero posible) y que se eviten ideas mucho más arriesgadas como las inyecciones de dinero (helicopter money) —una alternativa a la relajación cuantitativa que podría traducirse en diversidad de medidas: desde pagos a los ciudadanos hasta monetización de deuda—.

Además, tampoco parecen merecidos los temores sobre la posibilidad de desintegración de la Unión Europea por la salida del Reino Unido: la historia demuestra que otros países europeos albergan una visión totalmente diferente de la institución.

¿Por qué pagar por nada?

Volvamos a la inversión. Si desea obtener un rendimiento por su capital, a nadie le gusta la idea de pagar a una empresa por prestarle dinero (gracias por la oferta, Henkel y Sanofi, pues ambas han ofrecido deuda a tipos negativos). Esta situación únicamente cobra sentido si piensa que alguien más comprará la deuda por un interés todavía más negativo. Por tanto, parece que la renta variable es uno de los pocos activos que pueden ofrecer una rentabilidad real. En el seno de la renta variable, existen determinados pasos lógicos que seguir que pueden contribuir a identificar los tipos de empresas que deberían capear con éxito los próximos años con resiliencia:

  • Buscar productos y servicios básicos (neumáticos, lubricantes, champú, alimentación)
  • Buscar ingresos recurrentes o contratos a largo plazo
  • No pagar en exceso por el crecimiento, pues podría resultar decepcionante
  • Buscar productos nicho con capacidad de fijar precios
  • Evitar los riesgos reglamentario y fiscal
  • Evitar la dependencia de pocos productos o países
  • Identificar los beneficiarios de los tipos de interés bajos (infraestructuras)
  • Buscar contratistas con habilidades especializadas en el ámbito de la infraestructura (túneles y puentes)
  • Localizar casos de «autoayuda»

Aunque las valoraciones en Europa son significativamente más elevadas que hace dos años, todavía es posible encontrar empresas sólidas capaces de remunerar el efectivo al 6%-7% y con oportunidades de crecimiento. Salvo que la situación política se deteriore realmente, estas perspectivas son de las mejores disponibles en un mundo en el que es probable que persistan durante algún tiempo el crecimiento bajo y los tipos negativos.

Simon Rowe es gestordel equipo de renta variable europea de Henderson.