Los mercados emergentes y frontera rebosan oportunidades

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Los mercados emergentes y frontera rebosan oportunidades
Pixabay CC0 Public DomainDerwiki. Los mercados emergentes y frontera rebosan oportunidades

A pesar de la racha alcista de dos años en las bolsas emergentes, las valoraciones se mantienen en niveles razonables comparadas con las de sus homólogas desarrolladas y el perfil de riesgo y rentabilidad a largo plazo de estos mercados sigue siendo atractivo.

Aunque algunas empresas de crecimiento de gran capitalización comienzan a estar caras, de cara a 2018 sigue habiendo oportunidades atractivas, sobre todo en el universo de pequeña y mediana capitalización y en los mercados frontera.

Los inversores en los mercados emergentes llevan un par de años buenos. Desde comienzos de 2016, el índice MSCI Emerging Markets ha batido a la mayoría de grandes índices bursátiles. A pesar del fuerte crecimiento de los beneficios en los mercados emergentes, que esperamos que continúe en 2018, las valoraciones siguen siendo más atractivas que en los mercados desarrollados y son razonables desde una perspectiva histórica. Creemos que este hecho debería traducirse en fuertes rentabilidades positivas con un horizonte de inversión a medio-largo plazo.

Sin embargo, de cara a 2018 es importante señalar que las valoraciones, aunque siguen siendo razonables, ya no son tan bajas como a comienzos de 2017, lo que significa que ahora es más importante que nunca ser selectivos a la hora de buscar oportunidades de inversión. Algunas de las acciones más grandes, sobre todo las que pasan por ser empresas de crecimiento de calidad, ya descuentan unas cifras de beneficios muy altas.

Esa es una de las razones por las que creemos que algunas de las mejores oportunidades están en los segmentos de pequeña y mediana capitalización. Aunque el índice MSCI Emerging Markets ha registrado un buen comportamiento durante los dos últimos años, el índice MSCI Emerging Markets Small Caps y el índice MSCI Frontier Markets han quedado rezagados y creemos que los niveles de valoración de las acciones de estas áreas del mercado tienen todavía mucho recorrido alcista.

China o cómo tomar prestado crecimiento futuro

China ha sorprendido gratamente a los inversores este año, y aunque sigue siendo un mercado interesante que, en nuestra opinión, ofrece un conjunto de buenas oportunidades de crecimiento estructural a los especialistas en selección de valores, el endeudamiento de las empresas del país ha seguido creciendo rápidamente durante los últimos años.

Creemos que este hecho obstaculizará el crecimiento el próximo año, aunque intentar vaticinar cuándo sufrirá China un problema provocado por la deuda resulta, obviamente, muy difícil. Nuestra selección de valores con enfoque ascendente hace que China tenga un peso mucho menor en nuestras carteras que en el índice MSCI Emerging Markets. En contraposición al panorama nacional de alto endeudamiento empresarial, nuestras posiciones en China generalmente cuentan con balances sólidos y, en muchos casos, tienen posiciones netas de tesorería positivas.

Un área a la que prestaremos especial atención en 2018 son los mercados frontera, donde los vectores favorables que observamos en los mercados emergentes, como los perfiles demográficos positivos y la baja penetración del crédito, los productos y los servicios, son, en general, sólidos y duraderos. Seguimos siendo muy optimistas sobre algunos mercados frontera y tenemos en cartera bancos de Nigeria, Kenia y Georgia; estas empresas cuentan con sólidos negocios de depósitos y generan elevadas rentabilidades sobre los recursos propios, adoptando al mismo tiempo un enfoque conservador del riesgo crediticio.

Consideramos que son inversiones atractivas a largo plazo debido a los cambios estructurales que se desarrollan en sus respectivos mercados, además de demostrar un fuerte compromiso con sus accionistas a través de unos pagos de dividendos cuantiosos y constantes.

Los vientos del cambio siguen soplando

Cuando comencé a invertir en los mercados emergentes hace 18 años, el gobierno corporativo en muchos mercados era, cuando menos, complejo. Sin embargo, muchas empresas de los mercados emergentes presentan actualmente balances sólidos y margen para mejorar la gestión del capital y las rentabilidades para los accionistas. Hoy día, el porcentaje de empresas de los mercados emergentes que pagan un dividendo es mayor que entre las empresas de los mercados desarrollados; creemos que no hay mejor prueba de que las empresas están empezando a poner en foco en las rentabilidades para los accionistas y esperamos que esta tendencia continúe durante los próximos años.

Con el crecimiento continuo de los beneficios en los mercados emergentes como telón de fondo, y a la vista de los motores que impulsan esta área, opinamos que siguen existiendo convincentes argumentos a favor de la inversión en renta variable de los mercados emergentes y frontera.

Los riesgos políticos siguen preocupando a algunos inversores, pero las posibles fases de debilidad provocadas por sucesos políticos no alterarían nuestra visión sobre las oportunidades de inversión a largo plazo. Parece improbable que las incertidumbres políticas amainen en 2018, pero analizando los mercados emergentes desde una perspectiva ascendente, seguimos encontrando valores que ofrecen un atractivo potencial alcista a largo plazo.

Tribuna de Ross Teverson, responsable de estrategia del área de Mercados Emergentes de Jupiter AM. 

¿Sabes cómo detectar la falsa gestión activa?

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¿Sabes cómo detectar la falsa gestión activa?
Foto: Ing Berrio, Flickr, Creative Commons. ¿Sabes cómo detectar la falsa gestión activa?

Cada vez se escucha más hablar sobre la falsa gestión activa o ‘closet indexing’, y razones no faltan. En primer lugar, conviene definir qué es y, para ello, primero es necesario entender qué es la gestión activa.

Básicamente, la gestión de un producto de inversión –principalmente fondos de inversión- es activa cuando su gestor o los gestores responsables del mismo toman las decisiones de inversión usando criterios propios y no siguen de forma alguna la composición de ningún índice de referencia o benchmark. Cuando un gestor apuesta por seguir una estrategia de gestión activa lo hace, básicamente, por su convencimiento de poder obtener rentabilidades superiores a un índice concreto; de lo contrario, apostaría por la gestión pasiva, cuyas comisiones son significativamente menores.

La falsa gestión activa es aquella gestión aparentemente activa que, en realidad, construye las carteras con un nivel de similitud con respecto a los índices de referencia muy elevado, tanto en los pesos sectoriales, geográficos, como de los propios valores individuales. Hasta aquí las definiciones de lo que es cada estrategia. Pero, ¿por qué es mala para los inversores la falsa gestión activa?

El principal problema que plantea estar invertido en un fondo de inversión que utiliza una estrategia de falsa gestión activa (más allá del engaño implícito a los inversores sobre cómo se gestiona en realidad un fondo) es que, inevitablemente, se obtendrán peores rentabilidades a largo plazo que en una estrategia de gestión activa por dos motivos: el primero de ellos, viene por el lado de las rentabilidades. A largo plazo, prácticamente ningún gestor va a ser capaz de superar a su índice en términos de rentabilidad si no se aleja de él, es decir, si no toma apuestas claras por compañías concretas con independencia de la composición del mismo.

Según S&P Dow Jones Indices, más del 90% de los fondos grandes no lograron batir a su índice en un periodo de 15 años. De ese menos del 10% que sí lo logro, la mayoría son, evidentemente, fondos con gestión activa. El segundo motivo tiene que ver con las comisiones de la falsa gestión activa en comparación con la gestión pasiva. Un fondo índice puede tener comisiones de gestión inferiores a un 0,15% mientras que los fondos con ‘closet indexing’ pueden superar tranquilamente el 1% de comisión de gestión.

En este sentido, la pregunta más pertinente es qué herramientas puede utilizar un inversor para detectar esta falsa gestión activa. Fundamentalmente existen dos: el ‘tracking error’ y el ‘active share’.

El tracking error mide la desviación típica que se produce entre un fondo concreto y su índice de referencia. Cuanto más bajo sea el tracking error de un fondo, más se asemeja en su composición a su benchmark. Por tanto, debemos  evitar invertir en falsos fondos activos que tienen un ‘tracking error’ bajo. La segunda herramienta, mucho más reciente, es el denominado ‘active share’.

Los profesores Martijn Cremers y Antti Petjistö de la Yale School of Management publicaron en 2009 un estudio en donde introducían por primera vez esta nueva estadística para medir la gestión activa. El ‘active share’ mide el porcentaje de las diferentes posiciones dentro de la cartera de un fondo que difiere de las de su índice de referencia. Cuanto mayor sea el ‘active share’, más se está alejando el gestor del benchmark. Estos profesores concluyeron que de los 2.650 fondos analizados entre 1980 y 2003 aquellos con un ‘active share’ superior al 80% habían batido a sus benchmarks en más de un 2-2,71% antes de comisiones o un 1,49%-1,59% neto de comisiones. Es una idea bastante intuitiva: la única forma de batir a un índice es diferenciarse mucho de él.

Algún lector bien intencionado puede pensar que dadas las características inferiores que ofrecen los fondos de ‘closet indexing’ no representarán una cuota relevante del mercado. Pero, ¿quién, en su sano juicio, preferiría pagar una comisión de gestión superior a cambio de obtener peores rentabilidades? En principio, nadie debería hacerlo, pero como suele suceder en finanzas, hay muchos más inversores irracionales –o mal informados- de lo que cabría esperar. Las cifras del tamaño que puede tener la falsa gestión activa son escalofriantes y preocupantes a partes iguales. Así, según Cremers y Petjistö, el porcentaje de fondos con un ‘active share’ bajo (menos del 60%) se ha disparado: si en 1980 apenas había un 1,5% de fondos por debajo de esa cifra, en 2003 era del 40,7%. Cifras preocupantes para un falso estilo de gestión condenado a ofrecer rentabilidades insuficientes para los inversores.

De esta manera, merece la pena estudiar nuestra cartera y averiguar cómo de alejados están los fondos de sus índices, pues es precisamente esa la clave para batirlos a largo plazo.

Tribuna de Pablo Martínez Bernal, responsable de Relación con Inversores en España de Amiral Gestion

Así están cambiando Europa y Estados Unidos su visión sobre las inversiones en Asia

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Así están cambiando Europa y Estados Unidos su visión sobre las inversiones en Asia
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Juan Cabanillas. Así están cambiando Europa y Estados Unidos su visión sobre las inversiones en Asia

A finales del año pasado visité varios clientes de Matthews Asia en Europa y Reino Unido. El clima era inusualmente cálido y las actitudes hacia Asia eran fríamente optimistas. Hubo un mayor interés por la región asiática, sin dudas, y los clientes preguntaron sobre el desempeño reciente de sus mercados bursátiles y si la recuperación de las ganancias vista en esos meses era sostenible.

Pude ver que cada vez más clientes europeos tratan a Asia como un destino de inversión por derecho propio en lugar de mirar solo a la clase de activos de mercados emergentes. Les interesó saber que nuestra experiencia era que la mayoría de los flujos hacia Asia desde Estados Unidos probablemente provenían de una exposición pasiva al mercado emergente que podría estar relacionada con los movimientos en el dólar estadounidense, en lugar de un deseo de exposición principal a la región.

Me pareció alentador porque sugiere que el sentimiento hacia la región todavía no es excesivamente optimista. Las operaciones de referencia se han concentrado en un grupo relativamente pequeño de acciones.

Si el entorno monetario global se mantiene estable y el crecimiento de las ganancias continúa ampliándose en toda la región, como espero que ocurra, muchas personas seguirán al margen en lo que respecta a las asignaciones activas centrales para Asia. Un gran número de inversores parecían decir que están «esperando un retroceso», a pesar de que los mercados de Asia no han crecido tanto como ahora en un contexto histórico a medio plazo.

Los inversores de Europa y Reino Unido me interrogaron sobre las valoraciones en Estados Unidos y si creía que eran caras. En general, los inversores parecían deseosos de recortar sus posiciones estadounidenses, pero indicaron que aún estaban ampliando más su exposición a Europa que a Asia.

A diferencia de mis viajes anteriores, cuando los inversores decían que sus asignaciones a la región asiática estaban en los niveles más bajos que podían recordar, esta vez algunos inversores dijeron que se estaban posicionando a Asia de una forma más neutral. De alguna manera, esto también me pareció alentador porque el estado de ánimo en Europa hacia Asia era menos pesimista que el estado de ánimo de Estados Unidos.

Robert J. Horrocks es CIO de Matthews International Capital Management y gestor de portafolios.

Europa: un alfa diferente

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Europa: un alfa diferente
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: AnneJ19♥. Europa: un alfa diferente

El enfoque de apostar por una filosofía de inversión impulsada por las observaciones en lugar de por las expectativas ha mejorado históricamente las rentabilidades ajustadas al riesgo de una estrategia que combina fondos de renta variable europea.

Estrategias descendentes o ascendentes, o centradas en el valor, el crecimiento, el dinamismo, la calidad, el tamaño… la elección de factores para los inversores en busca de alfa parece no tener fin y, recientemente, se ha complicado todavía más con las numerosas nuevas ofertas de estrategias smart beta o el denominado «zoo de factores» (término que se refiere a la cantidad y diversidad de factores).

Cada enfoque de inversión tiene sus ventajas, aunque todas dependen del talento —o de la suerte— de los gestores del fondo, o de si las condiciones subyacentes del mercado se adecuan al enfoque en cuestión. Pero ¿y si hubiese otra forma de invertir? ¿Y si existiese una estrategia centrada en generar alfa a largo plazo que no estuviese basada en predecir las rentabilidades de los valores o en tomar decisiones de asignación de activos en función de los fundamentales o de modelos factoriales?

El enfoque de Intech, filial independiente de Janus Henderson Investors,busca estimar la volatilidad relativa del precio de las acciones y las correlaciones, optimizar una cartera en función de estas previsiones para determinar ponderaciones objetivo y, posteriormente, reequilibrarla periódicamente para generar alfa y controlar el riesgo.

Este reequilibrio se centra en comprar a precios reducidos y vender a precios elevados, lo que conlleva la venta de los últimos valores ganadores y la reinversión de los beneficios en los valores perdedores más recientes.Para los inversores que buscan un amplio abanico de catalizadores de la rentabilidad, el enfoque de Intech puede resultar interesante por dos motivos:

  • El proceso ha demostrado su capacidad para generar alfa a largo plazo en una amplia gama de condiciones de mercado
  • El patrón de rentabilidades superiores ha presentado una escasa correlación con sus homólogos en términos históricos

Para demostrar la ventaja en términos de diversificación que se obtiene al incorporar un fondo Intech en una cartera de fondos europeos, se ha incluido el fondo Janus Henderson Intech European Core en una simulación con sus homólogos de Morningstar.

Llevamos a cabo el siguiente experimento. Tomando como base un universo de 55 fondos comparables de renta variable europea de la base de datos de Morningstar, utilizamos una simulación Monte Carlo para generar carteras de tres fondos seleccionados al azar (excluyendo el fondo Intech). Analizamos las estadísticas de riesgo y rentabilidad de cada cartera de tres fondos y repetimos el proceso hasta contar con 10.000 combinaciones de carteras de tres fondos. Para cada una de las carteras de tres fondos, sustituimos al azar uno de los fondos por un fondo Intech y comparamos la rentabilidad y el riesgo de las nuevas carteras frente a las originales.

Los resultados del experimento pueden observarse en los siguientes gráficos:

Rentabilidad superior: en el 69% de los casos (esto es, en 6.900 de las 10.000 carteras), la rentabilidad superior de la cartera de tres fondos se incrementó al incluir el fondo Intech.

Desviación: Lo que es más importante, debido a la escasa correlación entre la fuente de alfa de Intech y los enfoques más tradicionales, la desviación de la cartera de tres fondos se redujo al incluir el fondo Intech en un 95% de los casos.

Ratio de información: El aumento de la rentabilidad superior y la reducción de la desviación conllevaron un incremento de la ratio de información en el 74% de las 10.000 combinaciones simuladas.

Ratio de captura bajista:Por último, como prueba de que el enfoque Intech busca obtener rentabilidades superiores en una amplia gama de condiciones de mercado (incluyendo mercados bajistas), la ratio de captura bajista (downside capture; capacidad del gestor para evitar pérdidas durante mercados bajistas) de las carteras de tres fondos se redujo en un 71% de los casos mediante la inclusión del fondo Intech.

Este experimento muestra la mejora de las rentabilidades ajustadas al riesgo y las ventajas de la diversificación que los inversores habrían obtenido con el fondo Janus Henderson Intech European Core desde su lanzamiento (el 31 de octubre de 2017). En nuestra opinión, los resultados demuestran el valor potencial del fondo como parte de una estrategia europea que combina diferentes estilos de gestión, pero también el atractivo del fondo como una posición principal independiente en el segmento de renta variable europea.

Una recuperación en su fase final, pero aún con recorrido

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Una recuperación en su fase final, pero aún con recorrido
Pixabay CC0 Public Domain. Una recuperación en su fase final, pero aún con recorrido

En 2018, el ciclo de crecimiento mundial cumplirá 10 años. Incluso para aquellos inversores con buenos recuerdos de las expansiones de las décadas de 1990 y 2000, esta está comenzando a hacérseles excesivamente larga.

Sin embargo, creemos que gracias a la ampliación del crecimiento por sectores y regiones, los riesgos de recesión a escala mundial están reduciéndose. De hecho, la mayoría de los principales países del mundo han superado las previsiones que se lanzaron sobre ellos al comienzo del ejercicio.

En el mundo desarrollado, los bajos niveles de desempleo, el abaratamiento y la abundancia de crédito y la baja inflación continúan alimentando un gasto moderado por parte de los consumidores. Es más, las empresas de un gran número de sectores muestran ahora más confianza en la expansión. Según datos recientes del FMI, en 2017 la inversión empresarial en los países desarrollados no solo se amplió al ritmo más rápido registrado tras la crisis financiera mundial, sino que además los volúmenes de expansión de las naciones del G7 se sincronizaron por primera vez desde dicho periodo.

Como consecuencia de la persistencia de las presiones de los movimientos populistas en las economías desarrolladas, los gobiernos están viéndose obligados a incrementar el gasto para mejorar su popularidad. De hecho, en las últimas semanas, el gobierno estadounidense ha avanzado considerablemente en sus planes de reforma fiscal, hecho que debería imprimir impulso a los beneficios corporativos y los salarios netos de los hogares de bajo y medio poder adquisitivo. No obstante, aún está por ver si estas rebajas fiscales comienzan en 2018 o si finalmente se retrasan hasta 2019.

Por otra parte, es probable que veamos también políticas cada vez más generosas en Europa. Buen ejemplo de ello es el recién publicado presupuesto británico, que incluye una serie de áreas de gasto adicionales ahora que la necesidad de equilibrar las cuentas va perdiendo puestos en la lista de prioridades políticas.

En términos generales, las perspectivas de los países desarrollados continúan siendo sólidas, aunque naturalmente determinadas economías se encuentran en una fase más avanzada del ciclo que otras. Tras haber sufrido la recaída de la crisis de la deuda soberana de 2012, la zona euro se encuentra como mínimo dos años por detrás en el ciclo económico con respecto a EE. UU.

En este contexto, a países como Francia, Italia y España les separa aún un enorme trecho de sus tendencias previas a la crisis. Aún hoy, los efectos de las políticas monetarias ultra flexibles siguen filtrándose hasta los tipos de préstamos de los grandes bancos, lo cual debía contribuir a la recuperación de la actividad.

Alemania, tras haber evitado acumular deuda durante el repunte de 2000, está disfrutando de un momento especialmente dulce. De hecho, la encuesta al sector empresarial del IFO germano se dispara hasta nuevos máximos prácticamente todos los meses. No obstante, aunque el euro viene revalorizándose en los últimos tiempos, su mayor fortaleza no constituye en este momento un obstáculo de importancia para el crecimiento o los beneficios corporativos.

Karen Ward es managing director y estratega jefe de mercados para Reino Unido y Europa en JP Morgan AM.

El optimismo económico en Europa vence al populismo

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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Bob. El optimismo económico en Europa vence al populismo

En este arranque de 2018, todo apunta a que la renta variable vivirá un año positivo. En toda Europa se observan claras señales de que la economía seguirá creciendo tras un excelente 2017.

En noviembre de 2017, la creación de empleo y el volumen de pedidos de fabricación en la zona euro marcaron sus niveles máximos de los 17 últimos años, según datos del índice de gestores de compras (PMI). Esto abre la puerta a un sólido crecimiento económico.

A finales de 2016, esperábamos que el año 2017 trajera consigo una mejora del crecimiento de los beneficios. Y el sector corporativo no defraudó en este aspecto. Los beneficios experimentaron un notorio crecimiento por primera vez desde la crisis financiera mundial. En 2018, anticipamos que los beneficios volverán a crecer hasta un 15%, lo que se traducirá en un entorno positivo para la renta variable.

Incluso el Reino Unido, donde reina la incertidumbre en torno a las negociaciones sobre el Brexit, ha mostrado un comportamiento bastante satisfactorio durante este año. Puede que el país haya exhibido un crecimiento más lento del que se esperaba antes del Brexit, pero no ha caído en picado como los más pesimistas habían augurado.

La política monetaria seguirá endureciéndose gradualmente en toda Europa con la retirada paulatina del programa de expansión cuantitativa en la zona euro. El Reino Unido podría subir los tipos de interés, aunque no lo hará a un ritmo que pueda desestabilizar la economía o el mercado.

Los ciclos económicos mundiales presentan una sincronización sin precedentes. El entorno operativo interrelacionado y basado en la cooperación está propiciando la propagación de oportunidades comerciales rentables a través de las fronteras internacionales.

Incertidumbre política

El positivo entorno económico europeo debería respaldar la rentabilidad de la renta variable.

La incertidumbre política plantea algunos problemas; no obstante, cabe mencionar que, si bien a principios de 2017 la ola populista que azotaba Europa parecía imparable, el año ha demostrado que, cuando se trata de política, no hay nada seguro. El populismo goza ahora de menos popularidad.

De cara a 2018, el panorama político sigue resultando complejo. En toda Europa, el electorado está poniendo en entredicho lo que se ha revelado como una prolongada trayectoria política de los partidos de centro. La globalización y las innovaciones tecnológicas provocan la obsolescencia de algunos sectores tradicionales, mientras que las ciudades (y, sobre todo, los centros  nancieros) se tornan más prósperas. En regiones posindustriales, los votantes están manifestando su descontento con la desigualdad de riqueza que esto genera.

Equilibrio entre economía y política

El comienzo de 2018 presenta un entorno económico positivo. En 2017, nos sentimos alentados por la mejora de la situación política (en comparación con el año 2016, cuando asistimos a las dos victorias populistas de Trump y el Brexit) y por la recuperación económica. Hasta la fecha, los mercados han seguido avanzando pese a unas cuantas sorpresas políticas que nos hemos encontrado en el camino; el crecimiento económico se ha revelado satisfactorio; la in ación se sitúa en cotas reducidas; y el crecimiento de los beneficios emite señales alentadoras.

Así pues, ¿qué podría truncar esta trayectoria? Un drástico acontecimiento político podría obstaculizar el crecimiento económico. Por ejemplo, el peor escenario posible del Brexit podría socavar la posición de Londres como centro  nanciero mundial, lo que bene ciaría potencialmente a otros centros europeos, pero también podría acarrear consecuencias negativas.

Un optimismo prudente

De cara a 2018, nuestra estrategia de inversión se mantiene sin cambios. Muchas de las compañías defensivas de mejor calidad se han revalorizado gracias a la mejora de las condiciones económicas. Por lo tanto, hemos intensi cado la búsqueda de firmas de buena calidad, pero infravaloradas.

Los países desarrollados de Europa, con sus compañías bien dirigidas, ofrecen a los inversores la oportunidad de generar crecimiento en este nuevo año. Entre los sectores que revisten atractivo se encuentran la industria, la tecnología y los servicios al consumidor.

Cada vez más, las empresas privadas europeas están entrando en el mercado por medio de salidas a bolsa. Estas sociedades ofrecen estupendas oportunidades a los inversores que adoptan un enfoque selectivo y están dispuestos tanto a examinar con detenimiento cada apuesta de inversión como a cerciorarse de que el gobierno corporativo es robusto. La actividad de adquisiciones se halla en un sano nivel, lo que también permite a los gestores activos cosechar sólidas rentabilidades.

El riesgo político sigue representando un motivo de preocupación, aunque de menor envergadura que el año pasado; con todo, cabe recordar que el riesgo suele venir acompañado de oportunidades. Los inversores a largo plazo se encuentran bien posicionados para sacar partido de los descuentos en los precios en periodos de volatilidad de mercado.

En el mundo de la inversión existe una vieja máxima que reza, con acierto, que el mejor momento para comprar suele ser cuando otros están vendiendo. Con el fuerte crecimiento económico europeo (que apenas muestra señales de ralentización) como telón de fondo, recibimos el año 2018 con optimismo.

Philip Dicken es director de renta variable europea de Columbia Threadneedle.

¿Quién dijo miedo?

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¿Quién dijo miedo?
Pixabay CC0 Public Domain. ¿Quién dijo miedo?

Todos los años por estas fechas, los grandes bancos de inversión globales publican sus perspectivas económicas para 2018. En las mismas, proyectan la evolución de las variables macro más determinantes y ofrecen recomendaciones sobre cómo posicionarse.

Para 2018, si bien prácticamente ninguno duda del momento dulce de los datos de actividad a nivel global, las opiniones son bastante mixtas en relación al comportamiento de la renta variable. El agotamiento del ciclo, las subidas tipos, el nivel de valoración, fuertes retornos en 2017…. a primera vista sobran los argumentos para ser escéptico.

Desde la crisis global de 2008, la recuperación ha sido en general débil y errática. Esta fragilidad en la recuperación acompañada de la inflación de activos financieros provocada por la fuerte compresión de tipos de interés, el incremento sustancial de riesgos en el plano geopolítico y la permanencia de desequilibrios de endeudamiento no corregidos, ha generado en la comunidad inversora una sensación de ansiedad permanente y un acortamiento generalizado de los horizontes de opinión/inversión.

Sin embargo, hay tres temas que esperamos reviertan esta tendencia de mercado a lo largo de 2018, refuercen el sentimiento inversor y alivien los miedos apocalípticos que nos han perseguido los últimos años:

1. La inversión empresarial ha vuelto. Tras años cuestionando la calidad de una recuperación demasiado dependiente del rebote cíclico del consumo, 2017 ha supuesto un punto de inflexión en la composición del crecimiento. Como resultado, estamos viendo los primeros brotes verdes en datos de productividad que pueden reactivar un motor de crecimiento completamente anulado durante años.

2. Los beneficios empresariales han resucitado en Europa. Después de siete años de beneficios más bien pobres, 2017 acabará con crecimientos de doble digito en beneficios. Esta incipiente tendencia sigue teniendo mucho recorrido apoyada en la esperada buena evolución de ingresos, el potente apalancamiento operativo tras años de ajustes en costes y el impulso adicional de la inversión empresarial.

3. Las valoraciones pueden absorber tipos de interés más elevados. Dado el punto de partida tan extremo, hay muchísimo margen para absorber una subida moderada y gradual de los tipos largos a lo largo del próximo año. Además, los niveles de valoración están bien soportados por la profundidad del cuadro macro, los factores micro enumerados anteriormente y un ciclo de beneficios en Europa prácticamente en fase embrionario.

En definitiva, el circulo virtuoso de inversión-productividad, beneficios y capacidad de absorber tipos más elevados es la palanca que permitirá al mercado quitarse el corsé cortoplacista en el que se ha anclado los últimos años. 2018 será el año clave donde se consolidarán estas tres ideas y donde, por fin, la bolsa acabe de emanciparse de la actuación de los bancos centrales.

Javier Ortiz de Artiñano, analista de Fidentiis Gestión

¿Se asienta la reactivación del value investing?

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¿Se asienta la reactivación del value investing?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Clint Mason. ¿Se asienta la reactivación del value investing?

Durante las últimas semanas hemos apreciado fuertes divergencias entre las acciones momentum y growth de Estados Unidos frente a las acciones value. Estos movimientos se han trasladado a los índices mundiales.

Es demasiado pronto para decir si la transición desde el momentum hacia el value puede aguantar, pero el efecto combinado del crecimiento económico, la reforma tributaria y la política monetaria menos expansiva podría marcar un cambio en el sentimiento inversor.

La reactivación del value investing lleva gestándose algún tiempo y ha dejado un par de salidas en falso durante los últimos años. Tras la crisis financiera mundial, las acciones momentum y value se movieron de forma bastante paralela al índice. A partir de finales de 2014, el momentum comenzó a acelerar a medida que los capitales entraron en masa en el sector tecnológico, mientras que las acciones value comenzaron a languidecer.

Después, hacia finales de 2016, el momentum corrigió después de que las acciones value se dispararan al calor de las expectativas de mayor crecimiento económico y en previsión de que se produjeran cambios en la política económica tras la elección de Donald Trump. Pero este cambio de papeles duró poco y en 2017 volvieron a destacar las acciones momentum y growth, con las acciones value situándose de nuevo a la cola del mercado.

Los factores que podrían dar impulso a las acciones value son:

  • Existen tres grandes factores fundamentales que podrían dar apoyo al value:
  • El crecimiento mundial sincronizado, que da alas al value en todo el mundo.
  • La reforma tributaria en EE.UU., que impulsa a las acciones value de este país.
  • El endurecimiento monetario en EE.UU. y Europa, que empuja a las acciones value de estas regiones.

Crecimiento mundial

El sólido crecimiento mundial y las positivas perspectivas de beneficios dan apoyo al estilo value. La confianza de los consumidores estadounidenses se situó recientemente en su nivel más alto de los últimos 17 años, el crecimiento del PIB lleva cuatro meses acelerando en la zona euro y, el mes pasado, Japón registró 1,7 veces más revisiones al alza de los beneficios que a la baja, mientras que en mayo de 2016 el país registró el doble de revisiones a la baja que al alta1,2,3. Las empresas con las valoraciones más bajas probablemente sean las que más se beneficien del crecimiento del PIB, la confianza de los consumidores y las revisiones al alza de los beneficios.

Durante el pasado año, todos los sectores vieron cómo aumentaban sus valoraciones, pero algunos de ellos han despertado mucho menos interés. Comparados con las TI y la atención sanitaria, sectores como energía y telecomunicaciones están ahora mucho más baratos que hace un año.

El diferencial del PER ajustado al ciclo entre los sectores más caros y más baratos es ahora de 28 veces, frente a las 19 veces de hace un año.

Reforma tributaria en EE.UU.

La reforma tributaria podría dar un nuevo impulso a la inversión empresarial y los beneficios. La reforma rebaja permanentemente el tipo máximo del impuesto de sociedades del 35% al 21%. Las empresas estadounidenses que pagan los tipos impositivos efectivos más altos se beneficiarán enormemente de los recortes de impuestos. Estas empresas suelen estar centradas en el mercado interno, a diferencia de las grandes multinacionales, que pueden realizar arbitrajes fiscales gracias a sus negocios internacionales.

Estas multinacionales suelen concentrarse en los sectores de tecnología y atención sanitaria, donde hay más acciones momentum y growth. Las empresas nacionales que registrarán los mayores ahorros de impuestos son las acciones con valoraciones, en general, más bajas.

Endurecimiento monetario

El endurecimiento monetario es sinónimo de reflación y la reflación es positiva para las acciones, que se benefician de las expectativas de mayores beneficios futuros a perpetuidad. Esta larga duración, combinada con las bajas valoraciones de las acciones value, podría indicar que existe un amplio margen de recuperación en estas acciones. Las empresas value con un elevado apalancamiento operativo y financiero pueden comportarse especialmente bien, mientras que las empresas con valoraciones elevadas podrían ver cómo sus cotizaciones se estancan.

Conclusión

Hace mucho tiempo que las perspectivas para las acciones value no eran tan prometedoras como en estos momentos. Eso no quiere decir que no existan riesgos para su recuperación. La montaña de deuda que acumula China, por ejemplo, podría hacer descarrilar el crecimiento económico de su región y del mundo. Sin embargo, los dirigentes del país están tomándose la amenaza muy en serio y su labor está avalada por su capacidad para orquestar un aterrizaje económico suave a comienzos de 2016.

Corea del Norte sigue siendo impredecible, pero es una situación donde solo existen dos opciones. Los detalles del Brexit siguen siendo escasos, pero es una cuestión que afectará principalmente a las perspectivas del Reino Unido, algo a las de Europa y poco o nada a las del mercado mundial.

Si la economía mundial puede gestionar estos riesgos, la recuperación de las acciones value tiene visos de continuar. Los inversores lo suficientemente valientes para lanzarse ahora y apostar por las acciones value pueden conseguir mayores recompensas que los que se limiten a esperar acontecimientos.

Kasia Kiladis es directora de inversiones en renta variable estadounidense de Fidelity International.

Este año estará marcado por la vuelta de la volatilidad a los mercados

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Este año estará marcado por la vuelta de la volatilidad a los mercados
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Nick Page. Este año estará marcado por la vuelta de la volatilidad a los mercados

Cerramos el mes de Diciembre y el año 2017 con un mercado en total modo risk-on, con todos los índices de renta variable que seguimos desde Andbank Advisory Miamicerrando el año en positivo. Geográficamente los emergentes lideran la tabla, mientras que por estilo un año mejor para el growth que para el value, con los sectores más cíclicos superando a los defensivos y destacando el colapso de las volatilidades implícitas durante todo el año.

En el lado contrario de nuestra tabla, ¡Las divisas! 2017 en general ha sido un año difícil para el dólar pese al diferencial de tipos, con una Reserva Federal que ha cumplido su palabra de tres subidas, y un BCE para el que hasta 2019 no se espera movimiento alguno. Sin embargo, el mercado parece que ha “descubierto” el euro, sobre todo, tras las elecciones francesas que acarrearon una reducción clara de la prima de riesgo en los activos ligados a Europa (desde el crédito a la divisa). Otras divisas han seguido cotizando más la política que la economía, como la libra, o la las idas y vueltas de la amenaza proteccionista, como el peso mexicano.

Más allá de la renta variable, la renta fija cierra nuevamente un año de retornos positivos en todos los frentes, más marcados en los segmentos de más riesgo. Si la inflación en lo macro ha decepcionado, en la renta fija lo ha hecho la duración, sin pérdidas salvo en el caso alemán. En el lado contrario y de manera positiva algunos países que han vivido un claro re-rating (Portugal, Brasil,…).

En cuanto a los índices corporativos, las rentabilidades igual se han dado en EE.UU. que en Europa, con las financieras como sector favorito y el high yield con una volatilidad más marcada, sobretodo en la recta final del año.

¿Qué nos depara este año?

Comenzamos un nuevo año y en el 2018 la incertidumbre política continua presente principalmente en Estados Unidos, que con una reforma fiscal aprobada en los últimos días del año, dio un giro de 180 grados a un ‘decepcionante’ primer año de la administración de Trump. En Europa, seguimos con las negociaciones del Brexit, un proceso electoral en Italia y la continuación del drama independentista en Cataluña.

En nuestro documento de opinión corporativa “Estrategia 2018”, planteamos un escenario central de mayor crecimiento económico a nivel global, con un mercado laboral que apoya los fundamentales del consumo y un gasto en inversión que tendera a aumentar.

Por el lado de los precios, tras las últimas cifras de subidas salariales y la recuperación del precio del petróleo, esperamos un perfil más elevado de inflación para 2018 que pueda llevar a los bancos centrales, principalmente a la Fed a tomar una postura más agresiva de lo que actualmente anticipan los mercados. Nuestra hipótesis de base es que se producirán dos o tres subidas de tipos en Estados Unidos durante el 2018.

¿Y la renta variable?

En este entorno esperamos que la renta variable tenga un mejor comportamiento que la renta fija. En primer lugar, respecto a la deuda gubernamental esperamos que los tipos continúen a la alza, liderados por Estados Unidos con un bono del tesoro a 10 años que prevemos se aproximará al 3%, cotizando a valor razonable, con un suelo en 2,07% y un techo en 3,8%. Al otro lado del Atlántico, con la senda de la política del BCE que parece cristalina: en enero empezará una reducción del programa de compra de activos que durará nueve meses.

Las subidas de tipos únicamente comenzarían una vez finalizado ese ajuste, seguramente no antes de mediados de 2019, tenemos un objetivo para el bund alemán del 0,9% y para los países periféricos de 1,75% ES, 2,15% IT, 2,15% PT. En segundo lugar, respecto a la renta fija corporativa, con unas valoraciones ajustadas y una volatilidad creciente sobre todo en los escalones más bajos de calidad crediticia (High Yield) tomamos un posicionamiento más conservador, para el 2018 con los niveles de spread en niveles similares al 2007, esperamos retornos más conservadores que provengan de los cupones (carry) y no tanto de un estrechamiento de los spreads, por lo que en una perspectiva de rentabilidad/riesgo, preferimos la renta variable, frente al high yield.

En los mercados de Latinoamérica la incertidumbre política también se hace presente, en el 2018 tenemos proceso electoral en México; donde las encuestas muestran una preferencia electoral para el candidato de izquierdas Andres Manuel López Obrador y en Brasil; donde sorprendentemente Luiz Inácio Lula da Silva seria el candidato favorito, en el caso de que pudiera llegar a presentarse. Mientras tanto en Argentina, tras las elecciones del 2017 y la ausencia de ruido político, permiten al presidente Macri la oportunidad de avanzar en las reformas estructurales, dando una mayor estabilidad a los mercados.

No cabe duda que el 2018 viene con riesgos que pueden hacer de este, un año en el que la volatilidad vuelva a los mercados y no únicamente en la renta variable sino también en la renta fija y principalmente el high yield. Por ello creemos que la gestión activa recobrara importancia frente a la gestión pasiva durante el 2018, además de brindarnos una mayor diversificación en nuestras inversiones, el delegar la gestión de nuestras inversiones a un manager activo, nos da una mayor agilidad a la hora de aprovechar las oportunidades de inversión que la volatilidad nos presenta.

Como siempre, estoy a su disposición para revisar sus inversiones y ayudarles a posicionar su cartera de acuerdo a sus objetivos de inversión para este 2018. ¡Que tengan un buen comienzo de año!

Eduardo Anton es portfolio manager de Andbank Advisory en Miami.

La burbuja del bitcoin vs la oportunidad del Blockchain

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La burbuja del bitcoin vs la oportunidad del Blockchain
Foto: Morgan90, Flickr, Creative Commons. La burbuja del bitcoin vs la oportunidad del Blockchain

Los últimos días sois muchos los que me preguntáis por el bitcoin. Atraídos por la espectacular subida del 700% en su precio que ha experimentado solo en el último año, ¿estáis valorando si es una buena inversión? El bitcoin es una moneda virtual que quiere conectar a los usuarios directamente sin controles de los bancos centrales. Para adquirir bitcoins, se debe registrar en alguna de las webs que los comercializan y las transferencias para su adquisición se hacen a países como Lituania, Bulgaria o Malta, con una legislación débil en protección y seguridad económica y contra cuentas opacas.

En DiverInvest somos reacios a ver el bitcoin o cualquiera de las otras casi 1.000 criptomonedas que han aparecido estos últimos años, como un avance real y un activo con el que negociar.

Los riesgos de regulación o intervención por los bancos centrales y las posibles consecuencias nefastas que pudiese acarrear sobre los «brokers» de bitcoin y los “mineros” (validadores de las transacciones criptográficas a través de miles de servidores conectados por Internet), podrían llevar a su desaparición casi inmediata. Jamie Damon, CEO de JP Morgan, ha declarado hace escasos días que “el bitcoin es una moneda inventada, basada en nada. Es solo para uso de narcotraficantes o gente que viva en Corea del Norte o Venezuela. Es una burbuja que estallará. Si alguien en JP Morgan invierte en bitcoins será despedido por dos razones: 1) va contra nuestras normas y 2) es alguien demasiado estúpido para trabajar en nuestro banco”.

Nuestra recomendación es clara, por el momento, ni acercarse al bitcoin.

Otra cosa muy diferente es la tecnología disruptiva que se esconde detrás del bitcoin, que es realmente el gran valor subyacente que aporta: el Blockchain o cadena de bloques. Esta tecnología es la que permite la confirmación de identidades y datos, la transmisión y el almacenamiento de éstos, de forma segura, inmutable y permanente en el tiempo. Aquí sí creemos que puede ser una revolución, del modo en  el que entendemos las relaciones, especialmente en el sector financiero.

Blockchain permitirá agilizar, asegurar y simplificar las transacciones financieras entre empresas y entre personas de una forma no conocida hasta ahora. Por ejemplo, realizar transferencias seguras entre dos empresas,  una en España y otra en China, confirmadas por los bancos de ambas, y abonadas en cuenta, en segundos y no en dos o tres días como ahora. O abrir una carta de crédito en segundos.

Invertir ahora en Blockchain sería como hacerlo en Internet a mediados de los 90. Seguramente también veremos en el futuro cripto-dólares, cripto-euros, cripto-yenes,… pero emitidos y regulados por los bancos centrales, como instrumento transaccional, no sujetos a una especulación descontrolada. Nos encontramos ante una oportunidad, pero de alto riesgo. Encontrar el Apple y Google del futuro, tampoco será tarea fácil.

Carta de David Levy, de la EAFI DiverInvest